- Síntesis
- Sobre el arte
- La literatura
peruana - Las
tres vertientes en la poesía mundial y la
periodización de la literatura peruana según
Mariátegui - El
Modernismo en la literatura americana - El
indigenismo en la literatura peruana - Los
indigenismos - ¿Indigenismo
o Indígena? - Lo
criollo - Expansión
del devenir andino - Indigenismo
y bloque histórico - Oligarquía
e indigenismo - La
"barbarie" frente a la solidaridad y reciprocidad andina
subsistente - Vargas Llosa y
el indigenismo - Confluencias y
desavenencias. Nota marginal sobre la propuesta de
periodización de la literatura
peruana - Notas
bibliográficas
Síntesis
El presente texto es un
capítulo del libro
inédito Barbarie y modernidad: el
Perú en la
globalización capitalista.
En las culturas primigenias (antiguas), los elementos
del arte y la
literatura se
confundían con otros elementos, formando parte de los
rituales mágicos religiosos, que servían de
mediación en la acción
humana sobre la naturaleza.
Cuando el arte y la literatura adquieren cohesión y
autonomía de esos rituales, proceso que
llega a su culminación en la sociedad
capitalista, tendremos un arte y una literatura moderna, al
margen que de que los artistas y literatos aún puedan
tener en su mentalidad elementos mágico religiosos, pero
su producto, su
creación, ya no es mediadora de la acción de la
colectividad (sociedad) sobre la naturaleza.
El indigenismo como movimiento o
escuela de arte y
cultura emerge
en el devenir de la sociedad peruana (ecuatoriana y boliviana),
como expresión de la cultura y mentalidad andina, a veces
con veracidad, otras veces con fantasía. Desde sus
orígenes (con la conquista española) hasta hoy,
tiene continuidad, pero en esa continuidad, cuyo trasfondo es el
devenir andino inmerso en el conjunto de la sociedad, han
existido cambios, por lo que es congruente decir que hay
diversidad en la continuidad. Si bien la continuidad está
garantizada por la reivindicación de lo andino, la
diversidad consiste en el cambio de
visión y perspectivas a través de los
tiempos.
En primera instancia, en la conquista y parte de la
colonia, los símbolos del indigenismo eran las elites
sobrevivientes de la nobleza inca (exterminados al ser derrotada
la revolución acaudillada por Túpac
Amaru en 1780), y en el siglo veinte, como ruptura en la
continuidad, el indigenismo está inmerso en las
conflagraciones de clases en lo social (político), y en el
arte y literatura es contemporáneo de las vanguardias, a
las cuales pertenecen muchos de sus integrantes.
Una corriente o escuela, por lo general se ciñe
al arte y cultura, cohesionándose en base a manifiestos y
caudillos. El indigenismo sobrepasa a una simple escuela o
corriente de arte porque, como diría Mariátegui,
representa el devenir de una nacionalidad,
de una cultura. Aquí está la raíz de su
larga duración y su proyección futura porque la
formación de la nacionalidad
se está construyendo sobre "cimiento andino".
LITERATURA Y MODERNIDAD (EL
INDIGENISMO)
a.-
Sobre el arte
Trotsky1 decía que en el arte,
el hombre
busca plenitud a la existencia que las sociedades,
sobre todo las basadas en clases
sociales, lo niegan. Y es que el hombre por
naturaleza, es artista o esta condenado a ser artista, si se
entiende como fundamento del arte, a la creación, a la
imaginación e invención, a la proyección de
un mundo diferente. Desde esta perspectiva, el arte es rebelde
por naturaleza, buscando un nuevo horizonte, que unos lo
proyectan al porvenir, y otros lo encuentran en el pasado,
condenando de una u otra manera al presente.
Pasado y futuro rondan en la perspectiva del arte
buscando plenitud a la existencia. Se añora del pasado la
unidad perdida, los lazos comunales (de "parentesco") entre
semejantes y entre el hombre y la naturaleza del tiempo de los
orígenes, y a la vez se vislumbra un futuro diferente,
aunque no se tenga plena conciencia de
ello.
Los ancestros del hombre actual, a la vez que parte
integrante de la naturaleza, la parte más activa,
"dialogaban" o se "comunicaban" con ella, en su mentalidad
panteísta-animista, del modo más "normal" y
cotidiano, inmersos en el sometimiento y la enajenación, de la cual atrevidamente
intentaban a la vez compenetrarse y sacudirse, al inicio por
mediación de los rituales mágico religiosos, donde
ya aparecían elementos de lo que posteriormente
serían las artes, la ciencia y
la técnica, intentando compenetrarse y someter a la
naturaleza, buscando mejorar su condición de vida, en
armonía con ella.
Aun hoy, los hombres (modernos) del siglo veintiuno,
"rememoran" -sin darse cuenta- el pasado primigenio,
particularmente mediante la música y canciones,
donde hacen referencia a la naturaleza -cielo, estrellas, luna,
sol, mar, flores, ríos, animales,
plantas,
etc.-, como si se tratara de seres vivos y como si entendieran su
mensaje.
El ser humano se resiste, inconscientemente, a romper
definitivamente su cordón umbilical con la naturaleza, de
la cual había sido parte pasiva, transformándose
luego en la parte más activa. El parentesco en tiempo de
los orígenes no era solamente entre semejantes (humanos),
sino también con el universo
(naturaleza) en su conjunto. La tierra era
la madre y todo lo que existía en ella -animales y cosas-
guardaba relaciones de parentesco con el hombre. (Por ejemplo
existían relaciones de "hermandad" entre una persona y un
árbol o un animal).
Todo ser humano tiene contacto con el arte desde las
canciones de cuna, y aun antes, en el vientre materno, donde los
estudiosos consideran que (el no nacido) puede percibir
cotidianamente estímulos de diversa índole, entre
ellos los artísticos.
Lo que hoy se considera arte, no siempre ha tenido la
misma acepción y el mismo lugar en la sociedad. En sus
inicios, cuando no era arte propiamente dicho (si lo comparamos
con el arte actual), sus elementos se confundían en el
mundo de la magia y la religión, siendo su
función
principal, mediante ritos y ceremonias, acrecentar su
relación de "parentesco" con la naturaleza, intentando
"domesticarla" para su bienestar utilizando sus recursos. Todos
los hombres tenían o podían tener aptitudes
artísticas, pero no existía arte propiamente dicho
… ni ciencia
propiamente dicha, que van surgiendo y cohesionándose,
diferenciándose entre sí paulatinamente, proceso
que culmina con la aparición del capitalismo y
de la sociedad moderna.
El arte surge con la vida, pero no todos los seres
humanos tienen las mismas cualidades artísticas, por lo
que, debido a diversas circunstancias, que van desde la
predisposición natural, a las oportunidades que encuentran
en la sociedad, ocupan un lugar determinado, de manera activa o
pasiva en el hacer o percibir el arte.
Por su mismo carácter de creación que integra lo
racional con el subconsciente, el espíritu de un pueblo,
la identidad de
un pueblo, vive o supervive y se proyecta, principalmente por sus
artes, particularmente en sus creaciones más
líricas, más íntimas, entre ellas la
música, la poesía,
las canciones.
En las culturas primigenias, las diversas actividades,
entre las cuales estaban latentes los elementos
artísticos, por ejemplo los rituales con danzas y
canciones, tenían carácter colectivo, y las
"creaciones" eran hechas las más de las veces, por
diversas generaciones. El autor individual no sobresalía
aún del ente comunal al cual pertenecía, ya que
sólo existía en tanto parte de la totalidad hombre
naturaleza.
Cuando surge la división social del trabajo y
posteriormente hacen su aparición las clases sociales, el
mundo de la colectividad se va desmoronando y van sobresaliendo
individuos, entre ellos los brujos o hechiceros, que hacen de
intermediarios entre la colectividad y la naturaleza, de la que a
la vez forman parte, temerosos de sus fuerzas (lluvias, terremotos,
movimientos de los astros, animales, montañas,
ríos, etc.) a las que pretenden conjurar con sus rituales
mágico religiosos, esperando literalmente lo que hoy
conocemos como milagro: que cambien las cosas por
mediación de poderes sobrenaturales y mágicos. Este
elemento mágico, de esperar el milagro, sobrevive en
rituales de las religiones actuales, sobre
todo en los creyentes más ingenuos. Así, en la
religión católica, se dice que el sacramento del
bautizo, "borra" el "pecado original", o sino, el que confiesa
sus pecados, luego de cumplir con alguna "penitencia" ordenada
por el sacerdote, se purifica de ellos.
Ya con el establecimiento de sociedades claramente
diferenciadas en clases, el arte se va no sólo
diferenciando del quehacer cotidiano del conjunto social, sino
también especializándose e
individualizándose y el anonimato en las creaciones
persiste en el conjunto social, como una tradición y
recreación por ejemplo en festividades
colectivas, pero sobre ellos surge el creador, el autor
personificado en un individuo, que
sigue siendo un crítico en potencia,
progresivo o retrógrado respecto del orden
imperante.
b.- La literatura peruana
La literatura, un arte basado en la palabra, oral o
escrita, no escapa a los criterios expuestos, entre otras cosas,
en que hubo una época donde no era literatura propiamente
dicha, sino que elementos de lo que sería la literatura,
estaban entrelazados con otras actividades y elementos en los
rituales mágico religiosos, de los cuales fue emergiendo
hasta alcanzar cohesión intrínseca propia, al igual
que otras artes, en las sociedades modernas.
Mariátegui en su estudio de la literatura peruana
hizo la distinción entre la "literatura propiamente dicha"
que trajeron los conquistadores, y la literatura anterior
aborigen, que se confundía con la religión y los
rituales mágicos. Como se sabe, hasta hoy, su propuesta no
ha tenido fortuna en los medios
académicos, y al contrario la crítica, (incluyendo de "mariateguianos"),
lo ha acusado no solamente de negar la existencia de las artes y
literaturas orales precolombinas, sino de negar la cultura
aborigen en general. En realidad una crítica sin
ningún sentido, ya que Mariátegui, más que
nadie en su tiempo, reivindicó a las culturas
aborígenes en todas sus vivencias, elevándolas al
grado protagónico del cambio al socialismo, en la
revalorización de las comunidades campesinas subsistentes
a inicios del siglo veinte.
El fundamento de los que critican a Mariátegui,
es cuando dice: "La civilización autóctona no
llegó a la escritura y,
por ende, no llegó propia y estrictamente a la literatura,
o mas bien, ésta se detuvo en la etapa de las aedas, de
las leyendas y de
las representaciones
coreográfico-teatrales2".
Sin embargo, sus críticos no reparan en que,
líneas después afirma: "La infancia de
toda literatura, normalmente desarrollada, es la lírica.
La literatura oral indígena obedeció, como
todas, esta ley3". (El subrayado es
nuestro).
En otras palabras, para Mariátegui, antes de la
llegada de los conquistadores, hubo literatura oral, que aun no
se constituía en "literatura propiamente dicha", ya que
para eso, entre otras razones, a su criterio, debe existir
escritura.
La cuestión está aclarada. La propuesta de
Mariátegui no deja de lado las culturas aborígenes,
menos su literatura oral. La falta de comprensión por
parte de sus críticos, se debe en gran parte, a que sus
propuestas o enunciados en Mariátegui son un esbozo, que
no fueron desarrollados por su temprana muerte. Por
otra parte, su obra fue silenciada cuando no tergiversada por la
corriente stalinista (que intentó "Acabar con el
Amautismo").
Lo que es pertinente aclarar, es de que la literatura
propiamente dicha no se reduce a la escritura, como
equivocadamente pensaba Mariátegui, sino que puede ser
oral, siempre y cuando logre cohesionarse así misma, con
sus métodos de
creación autónoma, independientes de otras
disciplinas y al margen de rituales mágicos religiosos. Si
es así, es evidente que estamos ante una literatura oral
"propiamente dicha". De lo contrario, si la literatura oral forma
parte del mundo ceremonial de la magia y religión, donde
también hay elementos de lo que posteriormente
sería la técnica, la ciencia…, no constituye
"literatura propiamente dicha". Pero la respuesta concreta se
tiene que particularizar de acuerdo al devenir de las culturas.
En el caso peruano antes de la llegada de los conquistadores, la
literatura oral, en palabras de Mariátegui, estaba en la
"etapa de las aedas, de las leyendas y de las representaciones
coreográfico-teatrales", cuestión que ha sido
corroborada por otros estudiosos.
(Por otra parte, está aún por descifrar el
significado de los Quipus en la cultura incayca. Se suele aceptar
que se limitó a ser un sistema contable,
estadístico, pero hay cronistas, entre ellos el sacerdote
jesuita Bernabé Cobo en su Historia del Nuevo
Mundo, quien afirma que además de sietmas contables,
eran registros del
devenir social, es decir, de la historia social
económica en sus diversas facetas. En el supuesto que esto
sea cierto, no cambia la concepción sobre la "literatura
propiamente dicha".)
Queremos plantear dos cuestiones sobre la literatura
oral. La primera es la creada luego de la conquista
española, en la lucha de resistencia
contra el colonialismo donde, junto a la literatura escrita, por
ejemplo de los Comentarios Reales de los Incas de
Garcilazo de la Vega, se propaga una literatura oral, para
perpetuar en la memoria
popular el pasado autóctono, pero junto a este proceso y
formando parte de él, surge una literatura oral
anticolonialista, por ejemplo en los mitos y
relatos revolucionarios mesiánicos y milenaristas que se
propagan de generación en generación (por ejemplo
Incarri). También adjuntemos aquí, a los cuentos,
leyendas, .., trasmitidos de generación en
generación. Dejamos la pregunta de si esta literatura
oral, (que en gran parte es diferente a la literatura oral de
antes de la conquista), puede ser catalogada de propiamente
dicha.
Por lo demás, danzas y canciones para las labores
agrícolas subsistieron tiempo después de la
conquista, y hoy, en gran parte es rememorado, pero sin su
función original, transformándose en parte del
folklore y
costumbres populares.
La otra cuestión que queremos hacer referencia,
ligado a lo anterior, es de que no es necesario retroceder en el
tiempo para verificar que la literatura no se reduce a lo
escrito, sino que además, en sus formas elementales
está inmerso en la oralidad, no solamente por la
subsistencia de pueblos o regiones iletradas en el proceso de
desenvolvimiento desigual y combinado, sino también por
otra razón fundamental, de que el arte y la literatura
está inmerso en la vida cotidiana del conjunto de la
sociedad, (en sus formas elementales), por ejemplo en el tarareo
de canciones, en las representaciones teatrales, en los
recitales, en las fiestas populares denominadas
"folklóricas", en los medios de
comunicación, en los centros de enseñanza, etc., Universo a partir
del cual emerge la literatura más elaborada. Pero hay que
decirlo que la oralidad literaria de los tiempos primigenios no
es lo mismo que la oralidad de los tiempos presentes (que es
moderna).
La oralidad del arte en los países andinos
actuales, se puede decir que está en gran parte dentro de
lo moderno, en tanto su creador o sus creadores (que pueden ser
anónimos), ya no forman parte del mundo mágico
religioso, aunque en sus creaciones (en su "inspiración"),
estén permeados de esa tradición, pero ya no existe
el vínculo ritual afectivo, práctico, en la
sociedad. Distinto es que supervivan rituales antiguos,
desvinculados de la vida diaria, por ejemplo en ciertas
festividades folklóricas, muchas de las cuales ya no
tienen su significado original, sino que se han "modernizado", ya
que su función no es estrechar vínculos con la
naturaleza sino divertir, adquiriendo un carácter
hedonista, aunque mantenga en gran parte sus rituales
tradicionales.
Mariátegui se hacía la pregunta:
¿Desde cuándo existe literatura peruana? y explica
que la literatura que trajeron los españoles, pensada y
sentida como españoles, aunque escrita en el Perú o
sobre el Perú, no es literatura peruana, sino parte de la
literatura española en sus colonias, la que deja su estela
en el colonialismo de la literatura y cultura que supervive
durante la república.
El primer valor signo de
la literatura peruana para Mariátegui es el Inca Garcilazo
de la Vega, el autor de Los Comentarios Reales de los Incas, del
cual dice que es "el primer peruano, sin dejar de ser español",
resumiendo o sintetizando toda una concepción, donde la
conquista "escinde" el devenir de desarrollo
autónomo, [una ruptura en la continuidad],
originándose otro proceso, donde dominadores
(conquistadores) y dominados forman una unidad en las relaciones
sociales, en la cual los dominados hacen suyo para liberarse, los
elementos libertarios de lo autóctono y de la modernidad,
constituyéndose en el "cimiento" (andino) en la
formación de la nacionalidad, contrariamente a los
dominadores que para perpetuarse en el poder, hacen
suyo el lado siniestro y bárbaro de la modernidad bajo una
mentalidad de casta racista.
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