- Resumen
- Breve caracterización del
Proceso Docente Educativo - Caracterización del
Proceso de evaluación - Conclusiones
- Bibliografía
RESUMEN
Abordar la evaluación
educacional en estos tiempos, nos obliga a generar espacios de
reflexión con el objeto de buscar alternativas que
articulen los intereses y necesidades de los estudiantes y las
prioridades sociales.
En el presente artículo concebimos la
evaluación como un eslabón del proceso
docente educativo, este hecho, y basarnos en la naturaleza
holística, dialéctica y consciente del proceso,
así como en su carácter participativo y desarrollador, nos
permitieron definir un sistema de
categorías específico del proceso evaluativo que
centra su atención en la participación activa
del estudiante.
Palabras Claves: Evaluación,
heteroevaluación, coevaluación,
autoevaluación.
INTRODUCCIÓN
La evaluación constituye una de las
categorías didácticas que requiere atención
dentro de cualquier proyecto
educativo; ésta debe responder al modelo
educativo vigente en la Institución Docente, es decir,
debe responder al modelo de formación de los
profesionales. No tenerla en cuenta significaría un grave
error con consecuencias lamentables para los estudiantes, pues
entraría en una contradicción entre los nuevos
cambios que se introducen y una evaluación
descontextualizada.
Tenemos la certeza de que se manifiesta un
reconocimiento de su importancia social y personal desde el
punto de vista educativo y formativo, por el impacto que tiene el
modo de realizar la evaluación y la forma en que el
estudiante la percibe en el proceso docente educativo, sin
embargo, esta tendencia, que se manifiesta en la
conceptualización teórica, contrasta con cierta
estrechez y rigidez que matizan su práctica en el interior
del aula.
En el presente trabajo
partimos de la concepción de que el estudiante es sujeto
de su formación, participando de forma activa y consciente
en su proceso evaluativo y de formación en general, donde
se plantea metas y propósitos, delimita sus problemas
conjuntamente con sus profesores, en la misma dinámica en que se desarrolla el proceso
docente educativo.
Se requiere entonces de una reconceptualización
de la evaluación, que permita transitar hacia un proceso
evaluativo participativo y hacia una concepción que
entienda que cualquier estrategia de
evaluación sólo es sustentable si se basa en un
modelo que se acerque a la naturaleza misma del proceso docente
educativo, lo que requiere una profunda elaboración
teórica que no deje el proceso de evaluación solo a
su manifestación externa.
DESARROLLO.
1.
Breve caracterización del Proceso Docente
Educativo.
El Proceso Docente Educativo se concibe como el proceso
que de modo consciente se desarrolla en las instituciones,
a través de las relaciones de carácter social que
se establecen entre sus participantes, con el propósito de
educar, instruir y desarrollar a los futuros profesionales,
sistematizando y recreando de forma planificada y organizada la
cultura
acumulada por la humanidad y dando respuesta a las demandas de la
sociedad. En
fin, se considera el proceso docente educativo como un espacio de
construcción de significados.
De esta definición, se infiere el carácter
social del proceso examinado y cuya realización se
sustenta en el amplio sistema de interacciones y relaciones que
se establecen entre los sujetos implicados en el mismo. Sujetos
que no son sólo simples participantes del proceso, sino
que devienen en artífices y protagonistas del mismo y por
lo tanto en agentes del cambio, o sea,
de la transformación del proceso.
En la caracterización del proceso docente
educativo reconocemos las categorías objetivo,
objeto, problema, método,
contenido y resultado como configuraciones del mismo y se definen
también las categorías eslabones, los cuales
están vinculados con el movimiento en
el tiempo y en el
espacio del proceso, precisando su dinámica y desarrollo,
según su propia lógica
interna y su carácter holístico. Estos eslabones
están íntimamente relacionados y ellos existe un
determinado orden o secuencia que de alguna manera orienta la
actividad de los sujetos implicados en el proceso.
Se identifican como eslabones del proceso docente
educativo los siguientes:
2. Caracterización del Proceso de
evaluación.
La evaluación como eslabón del proceso
docente educativo, es consustancial a éste, teniendo la
misma naturaleza de proceso como un todo. Si el proceso docente
educativo es considerado como un espacio de construcción
de significados, entonces el proceso de evaluación tiene
que caracterizarse por ser altamente
participativo.
La evaluación, presente a todo lo largo del
proceso, ha de ser dinámica, transformándose en la
misma medida en que el estudiante desarrolle su aprendizaje en
la
comunicación que se establece en el propio
proceso.
Vista de manera estrecha, la evaluación se
interpreta como la constatación del grado de cumplimiento
o acercamiento al objetivo, pero en su sentido más amplio
debe comprender el grado de respuesta que el resultado da al
proceso como un todo, o sea, en correspondencia al problema, al
objetivo, al contenido y al método, entonces sí se
evalúa el proceso en todas sus dimensiones. De este modo
la evaluación identifica aquel eslabón del proceso
en que se compara el resultado con respecto a las restantes
configuraciones del mismo.
2.1 Configuraciones del proceso de
evaluación.
El proceso de evaluación se desarrolla de manera
compleja y multidimensional. Tiene como eje la comparación
entre el resultado y el objetivo, aún cuando el resultado
se tiene que evaluar respecto a las restantes configuraciones del
proceso, evidenciándose el carácter
multidimensional de la evaluación.
Cuando consideramos el eslabón de la
evaluación a partir de las configuraciones del proceso
docente educativo, esto es, problema, objeto, objetivo,
contenido, método y resultado, se considera al resultado
como la categoría que sintetiza el proceso en la
evaluación, al igual que el método lo constituye en
la dinámica, el contenido en el microdiseño y el
objetivo en el macrodiseño.
El resultado es la configuración que expresa
el estado
final del proceso, el objetivo alcanzado, expresado en las
realizaciones concretas que caracterizan ese estado final.
Si el resultado es realización y logro, lo que lo
caracteriza y por tanto se tiene que evaluar, es cómo en
esos logros se manifiestan las restantes configuraciones del
proceso, o sea, cómo se manifiestan en esos logros y
realizaciones los objetivos, los
contenidos el método y el problema, esto es, la necesidad
a partir de la cual se concibió y se desarrolló el
proceso.
En este sentido, cuando relacionamos las configuraciones
antes mencionadas, en el eslabón de la evaluación
aparecen otras configuraciones de carácter más
específico, propias de la evaluación, que expresan
cualidades del proceso como un todo y del resultado en
particular.
Así la relación entre el resultado y el
objetivo, o sea, cómo el objetivo está presente en
el resultado, se expresa en la efectividad del proceso,
esto es, la congruencia entre la aspiración, que
constituye el objetivo y la realización y el logro
expresadas en el resultado alcanzado, pero sin cuestionar si los
métodos
utilizados fueron adecuados, o si el resultado satisface las
necesidades.
La relación entre el resultado y el contenido
expresa la eficacia del proceso, que se interpreta como la
congruencia existente entre la selección
y estructuración de los objetos de aquella parte de la
cultura que se llevan al proceso y que constituyen el contenido y
los resultados alcanzados.
La relación entre el resultado y el método
expresa la eficiencia del proceso, la cual da la
valoración de cómo se emplean los recursos
humanos, materiales,
financieros y metodológicos en la obtención del
resultado. Es decir, la eficiencia es la
adecuación del camino seguido, del método
empleado.
El proceso docente educativo puede ser eficaz porque ha
producido en los estudiantes el efecto buscado y se han asimilado
y sistematizado los contenidos seleccionados, pero ello no
implica que sea eficiente, ya que la eficiencia depende de los
recursos humanos
disponibles, así como de los recursos materiales,
financieros y metodológicos empleados para obtener el
resultado.
Por último, la relación del resultado
respecto al problema expresa el conjunto de rasgos que conforman
las características del egresado y le confieren la aptitud
para satisfacer las necesidades que generaron el problema, es
decir, las expectativas que se tenían del proceso. A esta
categoría la hemos denominado expectabilidad. En
otras palabras, la expectabilidad expresa el nivel de
expectativas alcanzado con el proceso, la capacidad y competencia del
egresado para dar solución a los requerimientos o a las
necesidades que dieron origen al problema.
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