CRONOLOGIA
1) | 1492-1776 | Llegada de los europeos – Virreinato del |
2) | 1776-1816 | Creación del Virreinato del Río de |
3) | 1716-1828 | Período de transición – |
4) | 1828-1853 | Dictadura inestable – Rosas |
5) | 1853-1863 | Período de formación. |
6) | 1863-1880 | Primeras presidencias: Mitre, Sarmiento, |
7) | 1880-1916 | Primer proyecto |
8) | 1916-1930 | Democracia ampliada – Radicalismo – 6-9-30: Primer Golpe de |
9) | 1930-1943 | Década infame |
10) | 1943-1946 | Dictaduras militares: Ramírez, Farrell. |
11) | 1946-1958 | Segundo proyecto 1955: Revolución Libertadora: Lonardi, |
12) | 1958-1966 | Tercer proyecto de país – Democracia restaurada – Movimiento de Integración y Desarrollo – Illía. |
13) | 1966-1972 | Revolución Argentina: Onganía, Levingston, |
14) | 1972-1976 | Restauración peronista: Cámpora, |
15) | 1976-1983 | Proceso de Reorganización Nacional – |
16) | 1983- | Transición democrática: |
Formación de la Economía colonial
americana
Colonia de Castilla, el reino más atraso de
Europa, casi
feudal, que traslada sus instituciones
feudales a América.
En 1491 existe un enfrentamiento entre España y
Portugal por la llegada a Asia (y sus
especias). América
se transforma en un primer momento en un obstáculo para
llegar a Asia; esto se
supera por el descubrimiento de metales preciosos.
Así llegan Cortés, Pizarro y afluyen hidalgos
cuarterones.
Los primeros en llegar al Río de la Plata son
Solís y Pedro de Mendoza, éste último deja
ganado y tropillas que se reproducen dando lugar al ganado
cimarrón.
Un grupo sube a
Asunción del Paraguay donde se
encuentra con aborígenes que conocían la agricultura
(maíz,
porotos, zapallo) y la ganadería
de llama (que brindaba lana, medio de transporte y
carga, carne y leche). El
mestizaje de los españoles y estos grupos
indígenas permiten el surgimiento del criollo.
Luego los españoles bajan por el Paraná
llevando ganado, semillas y herramientas.
Garay funda por segunda vez Buenos Aires, en
1580. Muchos de estos españoles eran vascos, como Garay y
Ortiz de Zárate, por lo que llaman a esta zona Nueva
Vizcaya.
Se crean 2 virreinatos: el de Nueva España y
el de Perú. Éste último abarca
aproximadamente el Imperio Inca, desde Mendoza hasta Ecuador; su
capital es
Lima, que será el centro administrativo de la
dominación española en América del Sur; su
centro económico es Potosí.
A la búsqueda de un nuevo "Potosí" los
españoles siguen bajando y se encuentran con los Quilmes,
pucarás, diaguitas, siendo encomendados sobre todos estos
últimos. Baja demográfica.
Así como España tenía el monopolio
sobre América, Lima lo tenía sobre el virreinato,
ejerciendo una hegemonía despótica.
Se desarrolla Cuyo y con la fundación de
Córdoba surge un nuevo monopolio, de
la mano de la creación de la Universidad y los
jesuitas.
El primer gran problema económico en el
Río de la Plata es la escasez de población y, por tanto, de mano de
obra.
A llegar los europeos a América se encuentran con
civilizaciones fácilmente sometibles y zonas despobladas
pero con grandes riquezas naturales.
La piratería y el despojo fueron rasgos
dominantes de las primeras etapas de la expansión de las
ciudades mercantiles y de las potencias
marítimas.
Bajo este tipo de relación económica, el
capital
comercial europeo no penetró en la
organización de los pueblos con quienes
mantenía relaciones económicas. Los despojaba por
la fuerza de
parte de su riqueza o, cuando esto no era posible, comerciaba.
Pero como norma general, los comerciantes occidentales no
organizaron en la "periferia", como se diría más
tarde, empresas
industriales o agrícolas, manejadas por ellos, en las que
pudieran cumplir un auténtico papel de
empresarios; esto es, combinar los factores productivos en una
rama concreta de la producción.
La realidad encontrada en América rompió
los moldes operativos tradicionales de la expansión
comercial europea. las relaciones económicas entabladas
fueron:
- el pillaje, de carácter
transitorio y limitado, ya que incas y
aztecas no
producían excedentes. - la organización directa de la
producción, por parte de los conquistadores y
colonizadores. Por primera vez, en la historia de la
expansión comercial europea, se planteaba en gran
escala la
necesidad de organizar la producción directamente, esto es,
conjugar factores productivos, capital y mano de obra, en el
aprovechamiento de los recursos
naturales. Así pues los españoles tuvieron
que aportar capital, mano de obra, organizaciones
político-institucionales, y tuvieron que ocupar el
territorio.
Se vinculaban los siguientes aspectos:
- la mano de obra y la organización de la unidad
productora; - la ocupación territorial en gran escala;
- la organización política e
institucional de los nuevos territorios; y - la captación de riqueza para los gobiernos
metropolitanos.
El imperio español
era el que contaba con más abundancia de fuerza de
trabajo indígena aprovechable y su movilización
hacia la producción fue el principal objeto de la política colonia y de
los colonizadores. Las tradicionales organizaciones de
la mita y el yaconazgo (que encontraban su justificación
en la Bula de 1555, emitida por Nicolás V que declaraba
que todos los que no eran cristianos eran animales), entre
otras, regulaban las relaciones de los trabajadores
indígenas con la empresa
productiva.
Prácticamente ninguna de las otras naciones
coloniales contó con una oferta
preexistente de mano de obra como en el caso de España. En
todos los imperios coloniales, la movilización de la mano
de obra y la
organización de las empresas
productoras y el fluir de capitales a las mismas, planteó
problemas
fundamentales de la ocupación económica de
América.
Al tener que explotar económicamente los recursos
naturales disponibles y/u organizar en gran escala el saqueo, fue
necesario ocupar en profundidad los territorios conquistados. El
envío de misiones avanzadas de conquista y
colonización y la posterior población de los territorios ocupados
constituyó también un aspecto fundamental de la
política colonial.
La organización política e institucional
de los nuevos territorios operó en dos planos
distintos:
- la creación de las instituciones y organismos que fueron la
manifestación de la soberanía de la potencia
colonial en los territorios de su dependencia. En general, los
países europeos tendieron a trasplantar a sus colonias
americanas las instituciones vigentes en la madre
patria. - las medidas tendientes a establecer el equilibrio
político buscado entre las fuerzas sociales
predominantes en las colonias; el clero y las
oligarquías locales constituyeron fuerzas dentro de la
vida política colonial que a menudo contrapusieron sus
intereses y que obligó al poder
central a un manejo político permanente para sostener su
preeminencia.
En todo el período de la América colonial
el rasgo distintivo de la organización económica
fue el régimen de monopolio excluyente impuesto por las
metrópolis.
El país se caracterizaba por la pobreza y los
escasos vínculos comerciales. Por ejemplo para arribar al
puerto de Buenos Aires, los
buques en vez de hacerlo directamente de los puertos de
Cádiz o Sevilla, seguían una ruta que pasaba por el
Caribe: Cádiz o Sevilla, Veracruz o Puerto Bello, cruce
del Istmo de Panamá, El
Callao, Córdoba, Buenos Aires. Es decir que se llegaba a
Buenos Aires por tierra,
desaprovechando su puerto.
En 1618 Lima crea la Aduana seca de
Córdoba, lo cual encarecía los productos
hasta en un 50%. Por lo que la principal actividad
económica la constituyo el contrabando, como el realizado
por Diego de Góngora.
La producción
colonial y su localización
Las principales características de la economía de la
época eran las siguientes:
- las potencias metropolitanas eran eminentemente
agrícolas y su intercambio exterior estaba limitado a un
número determinado de comestibles exóticos y
productos
suntuarios, destinados a los grupos de
poder
político y económico, y a ciertas materias primas
y materiales; - la precariedad de los medios de
transporte.
Las potencias coloniales buscaron en América los
productos tradicionales del comercio de la
época: oro, metales y piedras
preciosas, azúcar
y cultivos tropicales, especias y pieles, productos del mar y
materiales
para la construcción naval. Pero el descubrimiento
de yacimientos de oro y minerales
preciosos fue la preocupación principal de todas las
potencias europeas. El desarrollo de
las otras actividades comenzó en aquellas tierras en las
que quedó, por lo menos temporariamente, descartada la
posibilidad de descubrir metales preciosos. España tuvo
más éxito
que ningún otro país en esta empresa y
allí radica, entre otros factores, la causa de su
preponderancia en el siglo XVI.
Los factores que determinaron la localización
geográfica de las poblaciones coloniales y las empresas
productoras, fueron principalmente dos:
- los recursos
naturales - la distancia
Salvo en el caso casi exclusivo de los metales
preciosos, sólo se explotaron los recursos
naturales vecinos a las vías marítimas y
fluviales o lacustres con acceso marítimo. El factor
distancia impedía la explotación de los recursos
ubicados en el interior del continente y alejados de las
vías fluviales de navegación, porque los costos de
transporte eran tan elevados que encarecían exclusivamente
el precio de los
productos en los centros de consumo. Esta
gravitación del factor distancia como determinante
principal de la localización de la actividad
económica explica, entre otras razones, el bajo grado de
desarrollo alcanzado por el actual territorio argentino durante
la época colonial. La mano de obra fue, en última
instancia, un factor móvil que fue trasladado conforme a
las exigencias de la producción.
El tipo de productos buscados y el factor distancia
fijan los límites a
la extensión de la ocupación territorial. La
accesibilidad a los medios de
transporte acuático, condiciona la profundidad de la
ocupación territorial.
Dinámica de las
economías coloniales
La captación de riquezas para la metrópoli
se realizaba de dos maneras:
- indirectamente: por medio de impuestos y
contribuciones - directamente: por medio de funcionarios que
explotaban directamente las riquezas naturales, con
participación estatal en empresas privadas.
Las actividades económicas dinámicas en la
economía colonial fueron aquéllas estrechamente
ligadas al comercio
exterior. La minería,
los cultivos tropicales, las pesquerías, la caza y la
explotación forestal, dedicadas fundamentalmente a la
exportación, fueron las actividades
expansivas que atrajeron capital y mano de obra.
Los condicionamientos eran la distancia, los medios de
transporte precarios y la piratería y bucanerismo, que
encarecían los costos.
Algunas actividades conexas tuvieron también un
desarrollo intenso: el transporte de ultramar y el tráfico
de esclavos que, directamente vinculados al comercio
colonial, llegaron a tener una importancia significativa dentro
de la economía de la época.
Las regiones que más se desarrollaron fueron
aquellas en que se asentaron las actividades exportadoras,
mientras que las que se dedicaron a satisfacer el consumo
interno o su propia subsistencia, tuvieron poca importancia
dentro de la economía de la época.
De las actividades destinadas al mercado interno,
sólo aquellas que de alguna manera se vinculaban a un
centro dinámico exportador experimentaron cierto grado de
desarrollo. En Argentina, por
ejemplo, la producción de mulas en el Litoral destinadas a
las minas de Potosí y la producción de paños
en Tucumán con el mismo destino, fueron de las pocas
actividades desarrolladas en nuestro territorio entre el siglo
XVI y la primera mitad del siglo XVIII que gozaron de alguna
prosperidad.
En 1724 se crea la Capitanía General del
Río de la Plata, con capital en Buenos Aires. En 1776, se
transforma en el Virreinato del Río de la Plata. Esta
creación del Virreinato y la nueva importancia asignada a
Buenos Aires, se debe a que ésta actuaba como una barrera
de protección de la Patagonia, por
donde se estaban colando los portugueses e ingleses.
En 1778, las reformas borbónicas dan lugar al
Reglamento de Libre Comercio,
por el cual 24 puertos americanos puede comenzar a recibir
mercaderías de Europa.
Las
economías regionales de subsistencia en
Argentina
La principal característica del medio físico en
estos territorios era la pradera de la zona templada,
excepcionalmente apta para el cultivo de cereales y la
producción ganadera.
La agricultura y
ganadería de zona templada se mantuvieron ajenas durante
todo el período colonial al sector eminentemente
dinámico: el comercio
exterior. La producción de cereales y de productos de
ganadería constituyeron actividades principalmente
destinadas al autoconsumo de los productores o al estrecho
mercado local. La
exportación de cueros constituye una
excepción. Con la civilización del cuero el ganado
comienza a tomar valor y se
constituye en la primer riqueza, que permite la importación de esclavos. Al respecto, en
1713, por el Tratado de Utrecht, celebrado entre España e
Inglaterra,
ésta obtiene le monopolio de la venta de esclavos
en las colonias españolas.
La producción agropecuaria no se adaptaba a las
formas típicas de producción colonial destinada a
las exportaciones,
esto es explotación en grandes superficies territoriales,
con una utilización de capital relativamente importante
para la época y ocupación de mano de obra servil.
La producción agrícola en pequeña escala
surgió como la unidad económica
básica.
Todos estos factores dificultaron la formación de
cuantiosos excedentes agrícolas, su apropiación
privada y la exportación de los mismos, limitando el
horizonte de la producción rural de clima templado al
autoconsumo de los productores y al mercado local.
La población indígena existente en la
época de la conquista se concentraba principalmente en la
actual zona de Cuyo, las provincias del noroeste y en el centro
del país. El total de la población indígena
en el actual territorio argentino, a la época de la
conquista, habría ascendido a alrededor de 300.000
habitantes. Estas poblaciones fueron económicamente
aprovechadas por los conquistadores, mediante la
encomienda.
Ningún punto del territorio argentino fue, hasta
mediados del siglo XVIII, testigo de una actividad productiva
fuertemente vinculada al comercio exterior. Esto determinó
el escaso flujo de mano de obra y capitales hacia estas
provincias y el carácter eminente de sistemas cerrados
que tuvieron las economías regionales durante todo el
período colonial, con un consecuente bajo ritmo de
desarrollo. Enorme era la diferencia con Potosí que, en el
siglo XVII con unos 160.00 habitantes era una de las ciudades
más grandes del mundo, bajo el motor de la
explotación minera; semejante cantidad de población
implicaba una demanda de
alimentos,
tejidos y
animales de
carga, que fueron las únicas actividades con algún
desarrollo en el territorio argentino.
Las regiones fueron:
La organización de la producción se
estructuraba, por un lado, en grandes fincas de europeos,
dedicadas a la producción de algodón, lana de
vicuña y de guanaco y a la ganadería para las
minas del Alto Perú y de alimentos
para el autoconsumo. Sistema de
encomiendas. El resto de la actividad agraria estaba en manos
de trabajadores que producían fundamentalmente para su
propia subsistencia y para un reducido
intercambio.El noroeste constituyó durante toda la
época colonial la región de mayor importancia
relativa dentro del actual territorio argentino, debido,
fundamentalmente, a su cercanía a un centro exportador
dinámico: Potosí.De todas formas la característica
básica de la estructura
económica de la región es su carácter
eminentemente primario y de subsistencia. La expansión
de las actividades de exportación estaba frenada por
la baja productividad
en la agricultura y las artesanías y, en medida
fundamental, por las dificultades de transporte y la
estrechez de la demanda
externa.- Noroeste: Salta, Jujuy, Santiago del Estero,
Catamarca y Tucumán. Los primeros asentamientos de
población europea se realizaron durante el siglo XVI con
corrientes inmigratorias provenientes del Perú. Durante
el mismo siglo XVI se introdujeron en la región los
cultivos y haciendas que habrían de desarrollarse
posteriormente (trigo, algodón, caña de
azúcar y la hacienda en pie). Paralelamente a las
actividades agropecuarias se desarrollaron las
artesanías (paños de algodón y lana,
carretas, muebles) y la transformación de productos de
la ganadería (sebo y cuero). - Cuyo: Mendoza, San Juan y La Rioja. Primeros
asentamientos europeos a mediados del siglo XVI. La principal
actividad era el cultivo de la vid y los frutales y la
producción de ganado bovino, ovino y caballar. En los
núcleos urbanos se desarrollan algunas
artesanías: textil, metales, artículos de cuero.
La organización de la producción se ajusta a los
mismos lineamientos imperantes para el Noroeste. Tenían
algún comercio con el Litoral. La característica
básica de la economía regional es su
carácter primario y eminentemente de
subsistencia. - Centro: Córdoba y San Luis. La actividad
agrícola estuvo fuertemente vinculada a la
subsistencia de los productores y al consumo del estrecho
mercado local. La ganadería gozó de cierta
prosperidad debido a que Córdoba fue lugar de
producción de hacienda de carga para el Alto
Perú. La cría de mulas para las minas de
Potosí constituyó así la actividad
más importante de la región y la única
vinculada en medida significativa al mercado externo. La
estancia fue la forma típica de organización de
la producción ganadera sobre la base de grandes
extensiones territoriales y la ocupación en
pequeña escala de mano de obra esclava. La actividad
artesanal estaba destinada a la satisfacción del
consumo local.Los agricultores se dedicaban fundamentalmente a
producir para su propia subsistencia y para el estrecho
mercado local. La producción ganadera se apoyaba en el
aprovechamiento de las haciendas cimarronas que se
habían reproducido en la pampa partiendo de las
primeras cabezas introducidas por los colonizadores. El
aprovechamiento de la hacienda cimarrona constituyó
una actividad para la subsistencia y la satisfacción
de las necesidades de los pequeños núcleos
urbanos.La cultura
del Litoral, apoyada eminentemente en el aprovechamiento
primario de la hacienda, es l llamada "cultura
del cuero". La hacienda cimarrona adquiere importancia por el
cuero, el tasajo y el charque (los dos últimos
constituían alimento exportable para
esclavos).A falta de mercados
externos suficientemente expansivos para los productos de la
ganadería durante todo el período colonial, se
agregaban las dificultades de obtención de mano de
obra. La oferta
ilimitada de tierras y el horizonte inmenso de la pampa
sentaron las bases físicas para el surgimiento de ese
tipo humano no integrado en el medio social, ni en el
proceso
productivo, que fue el gaucho. La zona rural estaba
dispersamente poblada por este individuo que trabajaba para
comer y que, de vez en cuando, vendía algunos cueros
para los "vicios".El surgimiento de algunas posibilidades de comercio
sistemático en cueros provocó la
terminación de la libertad
de captura de la hacienda cimarrona y, hacia mediados del
siglo XVII, comenzó el otorgamiento de licencias para
vaquear a grupos autorizados. Sin embargo, la
expansión del sector ganadero fue muy limitada hasta
fines del siglo XVIII, en que surgen nuevas condiciones que
lo convertirán en el dinámico por excelencia de
la región. En el siglo XVII el aprovechamiento de la
hacienda sería mucho más completo:
pezuñas y huesos
molidos como fertilizante, cueros para accesorios textiles
(peines, peinetones, botones, etc.), cerda para cepillos, el
sebo para las velas, la grasa para la fabricación de
lubricantes para la maquinaria textil y las tripas para la
fabricación de cuerdas.La formación urbana fue muy precaria. El
monopolio impuesto por
la corona española completaba el cuadro de
estancamiento de la ciudad como puerto comercial y el
contrabando que se desarrolló durante todo el
período no eliminó las condiciones
básicas de ese estancamiento. - Litoral: Buenos Aires, Entre Ríos,
Corrientes y Santa Fe. Fue la región más atrasada
y menos poblada durante el período colonial. La ausencia
de recursos minerales
aprovechables y de población indígena cuyo
trabajo pudiese usufructuarse proporcionan las razones
básicas de este subdesarrollo relativo. - Noreste: Misiones, Chaco, Formosa y norte de
Corrientes. El intercambio con otras regiones se limitaba
fundamentalmente a las exportaciones de yerba mate que, aunque
tenían un mercado difundido en todo el actual territorio
argentino y sur de Brasil, nunca
llegó a constituir un rubro significativo en el comercio
del mundo colonial americano. Sólo las misiones
jesuíticas lograron una alto desarrollo
económico, con una economía casi
comunista. - Patagonia: No fue ocupada permanentemente
durante todo el período colonial y constituyó una
zona de conflicto.
Estructura y dinámica del sistema
Desde el siglo XVI hasta fines del siglo XVIII no hubo
una economía nacional, por cuanto no existía un
mercado con un flujo recíproco, en escala significativa,
de capitales, mano de obra y productos, entre las distintas
regiones.
El período se caracteriza por la existencia de
economías regionales autosuficientes separadas entre
sí por grandes distancias, la ausencia de comunicaciones
marítimas y/o fluviales y la precariedad de los medios de
transporte terrestres de la época.
Las características estructurales básicas
y la dinámica del sistema de las
economías regionales de subsistencia son:
- Estancamiento de la población: La
evolución de la población estuvo
sometida en medida importante a las fluctuaciones en el
número de indígenas incorporados a las
economías regionales. La extinción de esta
población indígena, ya sea por su
desaparición física o su fuga
fuera del ámbito de la región, y la escasa
inmigración de población europea
y de otras zonas del continente, permite suponer que la
población total del actual territorio argentino
permaneció estancada o decayó entre los siglos
XVI al XVIII.En cada región, dado el estancamiento de la
población y la productividad, la demanda efectiva se
mantenía básicamente a los mismos niveles y
esto evitaba que la alta proporción del ingreso total
gastado internamente provocase un proceso
multiplicador de ingresos, tal
cual ocurre en un sistema dinámico con
expansión de la capitalización y el progreso
técnico.La baja productividad de cada sistema regional
determinaba la existencia de un estrecho mercado interno que
reducía las posibilidades de la división del
trabajo y de la expansión del intercambio dentro de
cada región. La mayor parte del esfuerzo productivo de
la población se desarrollaba fuera de la
economía del mercado.La producción agropecuaria ocupaba entre el
80 y el 90% de la mano de obra total. El resto estaba
empleado en los servicios
y la manufactura. - Debilidad del sector exportador y la estructura
productiva interna: En ningún momento se produjo
una expansión sostenida de los mercados
exteriores como para modificas, aún transitoriamente,
esta insignificancia relativa del "sector externo" dentro de
las economías regionales. La debilidad del sector
externo permite comprender el estancamiento de los diferentes
sistemas
regionales. Pero también explica el hecho de la
diversificación de las estructuras productivas de cada región
y del autoabastecimiento de los principales productos y
servicios
consumidos por cada una de ellas.La importancia del sector de subsistencia que se
desenvolvía fuera de la economía del mercado
determinaba que la economía monetaria estuviese
escasamente difundida. La economía monetaria
sólo penetró en las transacciones destinadas
básicamente al comercio exterior a la región
misma. Las monedas metálicas españolas eran el
medio de cambio
utilizado en estos casos.La estrechez del mercado externo e interno
reducía enormemente el incentivo a la inversión para expandir la capacidad
instalada en las actividades agropecuarias y en las
manufacturas o para abordar nuevas empresas en los mismos
campos.La inexistencia de una actividad dinámica
fuertemente vinculada al comercio exterior impedía la
adopción sistemática de mejoras
técnicas y organizativas en el proceso
económico. El nivel tecnológico y la
organización de las distintas actividades productivas
no sufrieron cambios sustanciales durante todo el
período, contribuyendo al estancamiento de la
productividad y del producto
bruto por habitante. El carácter eminentemente cerrado
de las economías regionales se manifestaba
también en la ausencia de incorporaciones
significativas de población y de capital provenientes
del exterior. - Distribución del ingreso y
acumulación de capital: La distribución estaba fuertemente
condicionada por las relaciones concretas de los distintos
grupos en el proceso productivo. Los únicos
núcleos que poseían ingresos por
encima del nivel de subsistencia eran los grupos de
encomenderos y propietarios territoriales y, en menor medida,
los rudimentarios grupos comerciales. - Equilibrio entre las economías
regionales: Se explica porque en todo el período en
ninguna de esas regiones surgieron actividades exportadoras
dinámicas que hubieran provocado el desplazamiento
masivo del centro de gravedad de la economía. Privada de
todo estímulo externo para su crecimiento y ausente toda
posibilidad de desarrollo autónomo apoyado sobre la
expansión de la demanda y la productividad, cada
economía regional era un sistema cerrado y
autosuficiente.
hasta el siglo XVIII no se puede hablar de una
economía nacional porque:
- no existía un mercado nacional;
- no había contacto entre las
regiones; - había escasez de mano de obra
- inexistencia de capital.
Así pues la autosuficiencia es el símbolo
del estancamiento económico entre los siglos XVI y
XVIII.
El
puerto de Buenos Aires como intermediario
comercial
El carácter cerrado y autosuficiente de las
regiones comienza a ser conmovido por el surgimiento concurrente
de dos factores dinámicos del desarrollo:
- apertura del puerto de Buenos Aires como el
intermediario para el comercio de las regiones meridionales del
imperio sudamericano de España. - importancia creciente que la ganadería del
litoral va adquiriendo como actividad orientada hacia la
exportación.
El Río de la Plata poseía una
ubicación geográfica que lo constituía en la
mejor vía de acceso al corazón
del imperio colonial español al sur del Perú. Las
mercaderías importadas puestas en Potosí
tenían precios muy
distintos, según fuese su puerto de entrada Lima o Buenos
Aires.
Las razones para que durante prácticamente
durante 250 años de vida colonial el Río de la
Plata no cumpliese el papel que
naturalmente le correspondía como centro de
intermediación de la América colonial
española al sur del Perú fueron:
- el insignificante desarrollo de la región
pampeana y el carácter cerrado de las economías
regionales del interior; - el hecho de que el centro de gravedad del imperio
colonial español estuviese en el Mar Caribe; - las reglamentaciones económicas de la corona
española que excluían al Río de la Plata
de los cauces comerciales de la colonia. Las excepciones
admitidas por España tuvieron por objeto posibilitar la
subsistencia de Buenos Aires.
La limitación fundamental a la expansión
del intercambio a través del Río de la Plata estaba
dada, por un lado, por la falta de producción exportable
y, como contrapartida, por la insignificante capacidad de
importar de estas poblaciones.
La modificación radical de la política
española frente al Río de la Plata obedeció
principalmente a cambios en la estrategia global
de la corona. La descentralización del poder administrativo,
político y militar respondió a necesidades
estratégicas de defensa de estos territorios frente a la
creciente penetración portuguesa e inglesa en la
región.
El descubrimiento de metales y piedras preciosas, a
fines del siglo XVIII, en el sur de Brasil, produjo
un desplazamiento masivo del centro de gravedad de la
economía colonial brasileña hacia el
sur.
El nuevo papel de Buenos Aires habría de influir
decididamente en la etapa de transición a la
economía primaria exportadora. Por un lado permitió
el desarrollo de un sector comercial encargado del intercambio de
la producción del interior con el exterior que fue ganando
fuerza paulatina y acumulando capital e influencia en el proceso
de desarrollo. Por el otro, enfrentó en medida creciente a
las economías regionales prácticamente
autosuficientes del interior con la competencia de la
producción importada del exterior.
La producción ganadera es la primera actividad
que en escala significativa se orienta hacia la
exportación. Las exportaciones de cueros constituyen el
rubro ampliamente preponderante del comercio en la etapa de
transición. Las exportaciones de cueros alcanzan los 2
½ millones de unidades hacia 1850, al mismo tiempo que van
surgiendo nuevos rubros de exportaciones ganaderas,
particularmente el tasajo y la lana.
Las condiciones que facilitaron el desarrollo de la
ganadería fueron:
- abundancia de tierras fértiles en la zona
pampeana: Solo la presencia del indio, en la frontera de la
zona productiva, y la inmensidad de la distancia, con las
dificultades de transportes consiguientes, limitaban las
posibilidades de aprovechamiento de las tierras
pampeanas. - expansión de la demanda mundial y
liberalización del régimen comercial: El
incipiente proceso de industrialización de las
economías europeas estimuló el comercio mundial
de productos tales como los cueros y las lanas. La mayor
libertad de
comercio a partir del Reglamento de Libre Comercio de
1778 permitió aprovechar las posibilidades que
ofrecían los mercados exteriores. - escasa complejidad de la empresa
ganadera: La cría, matanza y faena de ganado
podía organizarse con muy precarios elementos
técnicos y los problemas
organizativos que planteaban eran muy simples. - escasa demanda de mano de obra de la
producción pecuaria: Aunque sin obstaculizar
radicalmente el incipiente desarrollo ganadero, la escasez de
mano de obra para la producción pecuaria se hizo sentir
durante toda la etapa de transición y hasta bien entrada
la segunda mitad del siglo XIX.
Para aprovechar las nuevas oportunidades ofrecidas por
el desarrollo pecuario debían solucionarse dos problemas
básicos:
De este modo, se plantea sistemáticamente,
por vez primera, la necesidad de aumentar la extensión
de las tierras disponibles. Al mismo tiempo, la
formación de unidades de producción, estancias,
para criar ganado y la necesidad de ejercer el derecho de
propiedad
sobre los rebaños, llevó obligadamente a la
apropiación privada de la tierra.
La expansión ganadera transforma la puja inicial por
obtener "acciones
de vaquería" en la expansión de la frontera y
la apropiación territorial.Este proceso paralelo de expansión de la
frontera en la zona pampeana y de apropiación privada
de las nuevas tierras ocupadas, es el más importante
en la etapa de transición y habría de ejercer
una profunda influencia en el desarrollo posterior de la
producción rural y del país en su
conjunto.A fines del siglo XVIII, cuando se cierra la etapa
de las economías regionales de subsistencia, de los
300.000 km2 de superficie de la pcia. de Bs. As.,
sólo alrededor de un 10% estaba integrado en la
economía colonial.La campaña de Roca durante 1879
completó definitivamente el proceso de
ocupación territorial y la derrota del
indio.La apropiación privada de las tierras fue
paralela al proceso de ocupación territorial. La
política de distribución de las tierras
públicas, particularmente en la pcia. de Bs. As.
llevó a una rápida distribución de la
mayor parte de las tierras de la región pampeana entre
reducidos grupos de personas. La apropiación
territorial privada en la pcia. de Bs. As. alcanzó
alrededor de 12 millones de hectáreas. En las otras
provincias de la región pampeana también se
produjo una marcada concentración de la propiedad
territorial en pocas manos.Hacia 1860 la economía del país se
entronca decididamente en la economía mundial y
comienza la etapa de la economía primaria
exportadora.- La expansión de la frontera y l
apropiación territorial: A partir de la segunda
mitad del siglo XVIII la expansión de las exportaciones
de cueros llevó a la necesidad de racionalizar la
explotación pecuaria. No había ya suficiente
hacienda cimarrona para vaquear y la matanza incrementada la
había alejado más y más de los centros
poblados. Surge entonces el rodeo como forma básica de
la crianza de hacienda y la estancia se consolida como unidad
de producción. - Capitalización y mejoras técnicas
del sector: Para consolidar su proceso de desarrollo, el
sector pecuario debía introducir las mejoras
organizativas y técnicas básicas para elevar su
rentabilidad.
La mejora organizativa fundamental consistió en
la consolidación del sistema de la explotación en
una gran propiedad territorial con unidad de administración y empleando trabajo
asalariado. La estancia es la primera empresa
capitalista en gran escala y expansiva que surge en la
economía del país.
En el nivel de las técnicas productivas se
desarrolló el sistema de la crianza de animales en rodeo
y comenzaron a introducirse los primeros reproductores
importados para mejorar la calidad de la
hacienda criolla. La difusión del alambrado, a partir de
1850, constituyó otra mejora técnica de
importancia que permitió la elevación de la
rentabilidad
de la estancia al consolidar los derechos jurídicos
de propiedad, permitir al productor un aprovechamiento
más racional de su tierra y
reducir la necesidad de mano de obra al evitar las "rondas
nocturnas" para vigilar la hacienda en campo
abierto.
La importancia creciente de la p" para vigilar la
hacienda en campo abierto.
La importancia creciente de la p de tasajo
permitió una cierta integración de la economía del
sector pecuario mediante la complementación de la
cría de hacienda con su industrialización y el
abastecimiento de la sal necesaria para el salado.
La reinversión de las utilidades de los
productores fue la principal fuente de financiamiento de la expansión del
capital productivo del sector. Los núcleos comerciales
de Buenos Aires volcaron también parte de sus capitales
en el sector pecuario, vinculando estrechamente los intereses
de los grupos comerciales porteños con la
economía ganadera.
Las inversiones
de infraestructura (caminos) por el sector privado se limitaron
al ámbito de la estancia y el sector
público volcó su ahorro en
los gastos
necesarios para asegurar la expansión de la frontera y
la lucha contra el indio.
A partir de 1850 se expande la producción de la
lana. Las modificaciones de la importancia relativa del vacuno
y el lanar provocó desplazamientos en la
utilización de las tierras de la zona pampeana, llegando
a adquirir la cría de ovejas una posición
preponderante dentro de la ocupación de tierras de la
región en la época del auge de la
lana.
El cambio
principal fue el surgimiento masivo de la producción
agrícola, que hacia 1850 era una actividad eminentemente
destinada a abastecer el mercado local y apenas ocupaba los
cinturones verdes en torno a los
núcleos poblados, para pasar hacia fines del siglo a
proporcionar no menos de la mitad de las exportaciones del
país, estando éstas a niveles sin
precedentes.
Durante la etapa de transición no se formó
aún la economía nacional, porque subsistían
las condiciones de aislamiento de las economías
regionales.
En el Litoral la expansión de las actividades
comerciales y ganaderas incorporó a su proceso de
crecimiento elementos dinámicos que lo distinguen con
nitidez del de otras regiones.
Esta análisis diferencia es indispensable, por
otra parte, para comprender como las nuevas condiciones fueron
rompiendo el equilibrio
entre las economías regionales del actual territorio
nacional.
Creció sostenidamente durante toda la etapa de
transición, particularmente en Buenos Aires. Entre 1800 y
1869, fecha del primer censo nacional, la población de las
provincias del Litoral, pasó de aproximadamente 100.000 a
850.000 habitantes.
El aumento poblacional en el Litoral fue paralelo con la
expansión de la frontera de tal modo que la densidad de
población en las tierras efectivamente ocupadas
aumentó en mucha menor proporción de lo que
podría deducirse.
Expansión de las
exportaciones y evolución de la estructura
productiva
El Litoral fue el que asimiló la mayor parte de
los efectos expansivos del crecimiento del comercio exterior. La
población del Litoral se fue integrando paulatinamente en
la economía del mercado abandonando las actividades de
subsistencia que continuaron preponderando en el
Interior.
La expansión del ingreso en el Litoral durante la
etapa de transición provocó una elevación de
la demanda efectiva y una mayor diversificación de la
misma, como siempre ocurre cuando se elevan las condiciones de
vida y va perdiendo importancia relativa el consumo de los
artículos esenciales para la subsistencia y
adquiriéndola los artículos manufacturados, los
servicios y las maquinarias, equipos y otros bienes de
capital componentes de la inversión interna.
El objetivo
económico de la revolución
de independencia
fue eliminar definitivamente las trabas al comercio que
aún subsistían en la reglamentación
colonial, a pesar de la liberalización de 1778.
La elevación del nivel de ingresos y la
importancia que iban adquiriendo las ocupaciones comerciales y
urbanas provocó el crecimiento de la población de
las ciudades del Litoral.
Distribución del
ingreso. Acumulación de capital
El hecho de que el sector pecuario generara alrededor
del 30 al 35% del producto del
Litoral, y que la producción ganadera se realizara
básicamente en grandes propiedades, fue el principal
factor determinante de la concentración del ingreso en una
reducida parte de la población. La actividad comercial
también estaba fuertemente concentrada en los
círculos vinculados al comercio exterior.
El comportamiento
del sector público
Los gobiernos provinciales, particularmente el de la
provincia de Buenos Aires, cumplieron en la etapa de
transición un papel que tendió a consolidar la
situación de los sectores ganaderos y
comerciales.
La dependencia casi absoluta de los ingresos fiscales
corrientes de los derechos aplicados sobre el
comercio exterior otorgaba una gran inestabilidad a los ingresos
públicos. Otras fuentes de
recursos, como la colocación de títulos
públicos en el exterior y la venta de tierras
fiscales fueron de escasa significación.
Pero hubo otras dos fuentes
significativas de obtención de recursos para el fisco.
Ellas fueron la colocación de empréstitos internos
y la emisión de papel moneda.
Los empréstitos internos adoptaron a menudo el
carácter de contribuciones forzosas aplicadas a los grupos
que disponían de recursos en la época, esto es,
comerciantes y terratenientes. También se colocaban
empréstitos tomados voluntariamente por el
público.
La emisión lisa y llana de papel moneda para
pagar los gastos
públicos tenía varias ventajas para el fisco:
recibía dinero sin
necesidad de devolverlo y se evitaba el trabajo de
vender los títulos públicos. Pero esta era una
razón circunstancial y secundaria. El respaldo y
estímulo de la política de expansión
monetaria frente a la de colocación de empréstitos
internos, eran los ganaderos y los comerciantes.
La razón es clara. esos grupos eran los que
debían tomar los empréstitos cada vez que se
emitían porque eran los únicos grupos con
suficientes recursos para hacerlo. La emisión monetaria,
en cambio, les eximía de responsabilidad. Pero, además, la
inflación interna desencadenada por la emisión
también los favorecía porque mientras los precios de los
productos que esos grupos vendían aumentaban al
compás de la devaluación de la moneda nacional, los
salarios y otros
costos pagados crecían en menor proporción, y con
posterioridad a la depreciación del peso.
La expansión monetaria repercutió en el
poder adquisitivo interno de la moneda y en su tipo de cambio
externo. La depreciación del papel moneda de la
provincia con respecto al peso oro no fue pronunciada.
En la medida en que la política
fiscal tendió a conjugar los déficit con
emisión y no con empréstitos internos, se
trasladó el peso de la financiación de aquellos de
los sectores de terratenientes y comerciantes a los sectores de
ingresos reducidos de la población. Éstos
últimos realizaron así un verdadero ahorro forzoso
por la caída de sus ingresos reales frente al aumento del
nivel de precios.
La expansión monetaria agotó sus efectos
sobre la economía con la traslación interna de
ingresos de unos sectores a otros. Cuando fue aplicada frente a
contracciones del comercio exterior, su efecto compensatorio
sobre el nivel de actividad interna fue escaso. Al contraerse las
exportaciones, el consumo interno no podía absorber los
excedentes de productos ganaderos. Tampoco se producía un
desplazamiento de factores productivos, capital y mano de obra ,
ocupados en la producción ganadera hacia la
producción de otros bienes
destinados a satisfacer el consumo interno insatisfecho por la
contracción de las importaciones
derivada de la caída de ingresos de exportación. En
una economía tan poco diversificada y sin base industrial
era imposible provocar en el corto plazo un desplazamiento
apreciable de factores productivos del sector exportador al
sector destinado a satisfacer el consumo interno, o sea,
sustituir importaciones.
La inflación, pues, provocaba el aumento de los
precios y de los ingresos monetarios, pero el ingreso y la
producción reales permanecían a los niveles
impuestos por
las exportaciones. La inflación sólo podría
haber estimulado la diversificación de la estructura
productiva interna mediante una política paralela de
restricción de las importaciones, que se querían
sustituir; pero esto contradecía la política y los
objetivos de
largo plazo de los grupos dominantes del Litoral.
La escasez del ahorro del sector público
determinó la ausencia casi total de obra pública
durante la etapa, particularmente en inversiones de
infraestructura, especialmente la mejora de caminos. Sin embargo,
los gastos en defensa de la pcia. de Bs. As. en cuanto
financiaban las campañas contra el indio y provocaban la
expansión de la frontera constituyeron verdaderas
inversiones del sector público que ampliaban la capacidad
productiva provincial al incorporar nuevas tierras al proceso
económico. La apropiación privada posterior de las
nuevas tierras determinó una transferencia
prácticamente sin costo al sector
privado de las inversiones realizadas en este campo por el
gobierno.
Limitaciones al desarrollo
del Litoral en la etapa
El proceso de transformación y de crecimiento de
la economía estuvo limitado en toda la etapa de
transición. La región siguió siendo
escasamente poblada y las condiciones de vida, particularmente de
las poblaciones más alejadas de los centros urbanos,
continuó siendo muy primitiva. El desierto y la
"civilización del cuero" seguían predominando en
las zonas rurales del Litoral al promediar el siglo XIX. La
densidad de
población en la campaña bonaerense era, aún
en 1896, apenas de un habitante por km2.
Los principales factores de limitación
eran:
- Hasta la primera mitad del siglo XIX no se
había consumado aún la integración y
formación del mercado mundial con las
características que adquiriría a partir de la
segunda mitad del siglo. La revolución
industrial no había transformado aún en
profundidad las estructuras
económicas de los países europeos y los sistemas
de transporte marítimo no habían recibido el
impacto de las mejoras técnicas de la utilización
del acero y del
vapor en los buques de ultramar, manteniendo los fletes
excesivamente altos para la economicidad del transporte de
numerosos productos agropecuarios. Tampoco se habían
producido las innovaciones técnicas como la refrigeración de carnes, que
abrirían más tarde horizontes revolucionarios a
la producción ganadera. La expansión de las
exportaciones argentinas estuvo comprimida durante todo el
período por este hecho básico. - Como consecuencia del hecho anterior, no se
habían incorporado al país cantidades suficientes
de capital y mano de obra como para poblar la región
pampeana y aprovechar racionalmente la tierra
disponible. La utilización de la tierra en todo el
período de la transición fue sumamente precaria y
extensiva, el nivel tecnológico de las actividades
pecuarias sustancialmente bajo, la producción
agrícola limitada a producir para el mercado interno, la
población rural muy reducida. El capital de
infraestructura estaba prácticamente en el mismo
estado que
en la etapa de la economía primaria de
subsistencia.
Pero esto no empaña el hecho fundamental de que,
por primera vez en la historia económica
del país, se incorpora a su proceso de desarrollo el
elemento dinámico del crecimiento en la época: la
expansión de la demanda externa.
En la etapa de transición cristalizó el
régimen de propiedad de la tierra que influiría
sensiblemente en el desarrollo posterior. El crecimiento del
sector agropecuario estuvo frecuentemente influído por
este hecho.
La disposición de la tierra pública y su
venta en grandes propiedades en las zonas más
fértiles sentó algunas de las bases fundamentales
para el comportamiento
de la economía nacional en la etapa siguiente. La
concentración de la propiedad territorial se
constituyó en uno de los factores de la
concentración del ingreso del sector agropecuario en pocas
manos; proporcionó el marco jurídico para el
asentamiento de las futuras corrientes inmigratorias; fijó
el tipo de organización de la empresa rural en grandes
unidades de producción, y la distribución de la
utilización de la tierra entre la ganadería y la
agricultura; y configuró una estructura social y
política en la realidad argentina que condicionó de
manera fundamental todo el desarrollo posterior del país
hasta la actualidad.
Agotado el efecto de la declinación de la
población indígena sobre la evolución
demográfica, la población de las regiones del
Interior creció durante la etapa de transición.
Este aumento tuvo su origen básicamente en el crecimiento
vegetativo ya que aquéllas no recibieron corrientes
inmigratorias.
La población total de las regiones del Interior
pasó de 250.000 en 1800 a 900.00 en 1869. Si se compara la
relación existente entre la población del Interior
con la del total del país, se observa que mientras en 1800
ella ascendía al 70% en 1869 había caído al
50%. El Litoral concentró la mayor parte del aumento
demográfico del país y su participación paso
del 30 al 50% entre 1800 y 1869.
Estrangulamiento del
sector externo
Un hecho fundamental para el desarrollo de las
exportaciones del Interior fue la política de libre cambio
seguida por la provincia de Buenos Aires desde la independencia.
El mercado del Litoral era el único cuya demanda interna
crecía al influjo de la expansión de las
exportaciones. Pero esta demanda interna se satisfacía
fundamentalmente con bienes importados del exterior. El Interior
pudo haber recibido por vía indirecta los beneficios de
esa expansión de las exportaciones, a través del
incremento de sus propias ventas para
satisfacer la demanda creciente del Litoral. La libertad de
importaciones seguida por Buenos Aires ahogó esta
posibilidad y, con ello, toda posibilidad de difundir los
impulsos dinámicos generados por la expansión de
las exportaciones del Litoral.
En algunas provincias del Interior ciertas actividades
destinadas al comercio interregional subsistieron y aún se
consolidaron durante la etapa de transición como el
azúcar en Tucumán.
Permanencia de las
condiciones de estancamiento
El estancamiento de las exportaciones del Interior
cerró cualquier posibilidad de desarrollo en la etapa a de
transición. Ausente toda perspectiva de crecimiento dentro
de cada frontera regional mediante la aplicación de
innovaciones técnicas y el aumento consecuente de la
productividad, el ingreso y la demanda efectiva, el
estrangulamiento del sector externo impidió la ruptura del
estancamiento tradicional.
La concentración de las exportaciones ganaderas
en el Litoral y la apertura de su mercado a la producción
extranjera sella, pues, el esquema de estancamiento de las
provincias del Interior.
Dados los factores condicionantes de su desarrollo, la
naturaleza de
las economías del Interior no se modificó durante
la etapa de transición. La producción de cada
región se siguió utilizando fundamentalmente dentro
de cada mercado interno y una parte sustancial de la
población activa continuó ocupada en actividades de
subsistencia, fuera de la economía del mercado.
Incapacidad financiera de
los fiscos del Interior
En ausencia de toda actividad expansiva y frente a los
bajos niveles de ingresos imperantes, poco era lo que
podían hacer los gobiernos para reorientar la
utilización de los recursos económicos o impulsar
el crecimiento.
Los ingresos fiscales estaban fuertemente limitados. La
razón principal era el bajo nivel de exportaciones e
importaciones que impedía recaudar tributos
sustanciales sobre los mismos. Dada la alta proporción de
la población que vivía fuera de la economía
del mercado y ocupada en actividades de subsistencia, la
posibilidad del gobierno de
hacerse de ingresos a través de la emisión de papel
moneda era muy limitada.
Pese a esta precariedad de ingresos impositivos y de
recursos de tipo inflacionario, los gastos de los gobiernos
mediterráneos eran estimulados por los mismos factores que
operaron en el Litoral: las guerras de
independencia, primero; las luchas federales y las
campañas contra el indio, después. El recurso a que
se apeló en las ocasiones extremas fueron los
empréstitos forzados aplicados a la población y
dentro de ésta a los únicos que podían
pagarlos, comerciantes y propietarios territoriales. La
única solución posible era comprimir al
máximo las actividades del sector
público.
Creciente desequilibrio
interregional
Las provincias comprendieron muy bien que la
solución de sus problemas económicos no radicaba
dentro de sus fronteras sino que dependían
básicamente de la provincia de Buenos Aires. La lucha del
Interior por imponer una política proteccionista a dicha
provincia era la única forma de asegurar el expansivo
mercado del Litoral para la producción
mediterránea.
Durante toda la etapa de transición, sin embargo,
no llegó a quebrantarse definitivamente el equilibrio,
entre las distintas regiones, imperante desde la época de
la colonia. Las enormes distancias seguían constituyendo
la mejor barrera proteccionista y el desarrollo del Litoral no
había alcanzado hasta 1860 el impulso arrollador que
adquiriría más tarde.
La subordinación definitiva del Interior se
produciría recién en la etapa de la economía
primaria exportadora en que las corrientes inmigratorias y la
vigorosa expansión de las exportaciones agropecuarias de
la zona pampeana, convirtieron al Litoral en el centro
dinámico indiscutido del desarrollo del país. Los
ferrocarriles, por su parte, barrerían con las distancias,
última línea de defensa del aislamiento del
Interior.
El
progreso técnico y la integración de la
economía mundial
La revolución tecnológica inaugurada en
Europa a fines del siglo XVIII y la industrialización de
los países más avanzados del Viejo Mundo,
determinaron, entre otras, la apertura de posibilidades de
desarrollo de los territorios aptos para la producción
agropecuaria de clima templado.
La fértil pradera pampeana se constituyó así
en un centro natural de atracción de los intereses
europeos, particularmente los británicos.
La intensidad de la integración de la Argentina
en la expansiva economía mundial desde mediados del siglo
XIX, revolucionó en pocas décadas la
fisonomía social, política y económica del
país.
Se llama etapa de la economía primaria
exportadora porque la producción agropecuaria es en
toda la etapa el sector más importante de la
producción nacional y porque la exportación de
productos agropecuarios constituye el elemento dinámico
del desarrollo del período.
Papel dinámico del
progreso técnico
El conjunto de innovaciones técnicas que
comienzan a surgir a fines del siglo XVIII conocidas como la
"revolución
industrial", iniciaron la ruptura de aquella barrera y
abrieron una frontera ilimitada al desarrollo
económico.
El progreso técnico crea permanentemente nuevas
líneas de producción y modifica las existentes;
constituye el elemento dinámico fundamental del desarrollo
desde fines del siglo XVIII y reemplaza, a partir de entonces, a
la simple ampliación de la frontera geográfica del
mercado como factor determinante básico del crecimiento de
la productividad.
Carácter integrador
de la tecnología
El progreso tecnológico tiene un carácter
eminentemente integrador de la actividad económica. El
aumento de productividad e ingresos que provoca su
penetración creciente en campos especializados de la
producción determina una complementación cada vez
mayor de los distintos campos de actividad, la expansión
de la división del trabajo, la dependencia creciente de
unos productos con otros.
El carácter integrado del progreso técnico
se extiende al ámbito internacional, y la formación
del mercado mundial, a partir de la segunda mitad del siglo XIX,
es una manifestación de aquel carácter
integrador.
La integración de
la economía mundial
Se realizó por las siguientes
vías:
- Movimiento internacional de capitales: La
apertura de los mercados europeos a la producción de
alimentos y materias primas del exterior fue consecuencia del
proceso de industrialización de los países de
Europa, la especialización creciente de éstos en
la producción manufacturera y la mejora de los medios de
navegación de ultramar que rebajaron radicalmente los
costos de transporte. Esto abrió en las economías
de los países ajenos a la revolución
tecnológica y a la industrialización de la
época, llamados más tarde de la periferia,
grandes posibilidades de inversión en las actividades
destinadas a producir para los mercados de los países
industrializados. - Migraciones: Las migraciones de
población desde Europa hacia países de ultramar
durante el siglo XIX hasta el comienzo de la Primera Guerra
Mundial, constituyen un episodio fundamental de la
integración de la economía
internacional. La consecuencia fundamental de las
corrientes migratorias europeas fue que ellas permitieron
incorporar a los países de grandes recursos naturales y
escasa densidad de población al proceso formativo de la
economía mundial. - Expansión del comercio mundial:
Completa el cuadro del proceso de integración de la
economía mundial durante el período. Entre 1870 y
1913 el volumen
físico de las exportaciones mundiales creció casi
5 veces. - Sistema multilateral de comercio y pagos: El
movimiento
internacional de capitales, la expansión del comercio y
las corrientes inmigratorias crearon una interdependencia
creciente entre los distintos países y en la
economía mundial en su conjunto. Esa interdependencia se
manifestó en una multiplicación del flujo de
pagos internacionales en concepto de
envío de capitales y remisiones de utilidades e
intereses sobre los mismos, de pago de las transacciones
comerciales y de remisión de fondos por los inmigrantes
a sus países de origen. El sistema multilateral de
comercio y pagos comenzó a expandirse desde las
últimas décadas del siglo XIX hasta su quiebra como
resultado de la crisis
mundial de 1929.
Cauces de la
integración económica
En todo el período Inglaterra
jugó un rol fundamental como exportadora de capitales y
fuente de las corrientes migratorias. Fue principalmente a
través del capital británico que los países
no europeos fueron incorporados a la órbita de la
economía internacional.
El aspecto más importante del proceso integrador
de la economía mundial a partir de las últimas
décadas del siglo XIX es la incorporación dentro de
ella de un grupo
numerosos de países en calidad de
productores y exportadores de materias primas y alimentos;
países que en adelante llamaremos de producción
primaria o periféricos.
El impulso integrador surgió fundamentalmente de
los países industrializados de Europa, y de Inglaterra en
primer lugar. Este hecho impuso cauces bien definidos a la
incorporación de los países de producción
primaria al mercado mundial.
Las economías industriales siguieron tres
líneas de acción frente a las economías
periféricas incorporadas al mercado mundial:
- Buscaron en estas fuentes de abastecimiento de
alimentos y de materias primas condiciones más
económicas de las que podían producirse
internamente u obtenerse en los proveedores
tradicionales; - Procuraron ampliar sus mercados de colocación
de productos industriales penetrando con ellos en los mercados
internos de los países de producción
primaria; - Canalizaron sus capitales hacia estos países
en búsqueda de mayores rendimientos y con la finalidad
de capacitar a sus economías para cumplir con las
funciones
señaladas en los dos puntos anteriores.
Este proceso sentó las bases de una
división internacional del trabajo en el cual la
economía mundial se componía en medida sustancial
por países productores y exportadores de productos
primarios e importadores de manufacturas, por un lado, y, por el
otro, por países importadores de productos primarios y
exportadores de manufacturas. Los segundos eran exportadores de
capitales hacia los primeros y éstos, en concepto de
retribución por esos capitales, pagaban utilidades e
intereses que volvían a reinvertirse en ellos o
financiaban exportaciones a los países
acreedores.
En los países industriales el proceso de
integración de la economía mundial aceleró
la transformación y diversificación de sus
estructuras económicas y aumentó el ritmo de
desarrollo. La importación de alimentos y materias primas
a precios más baratos que los producidos internamente
provocó la disminución de la importancia del sector
primario dentro de sus economías y el traslado acelerado
de la mano de obra hacia actividades industriales y servicios de
más alta productividad que las primarias.
En los países de producción primaria el
proceso integrador de la economía mundial conmovió
profundamente sus estructuras económicas y sus ritmos de
desarrollo.
Ubicación de la
Argentina en la economía mundial
Los 60 millones de hectáreas de su zona pampeana
de características ecológicas excepcionalmente
aptas para la producción ganadera y agrícola de
zona templada, se constituyeron en uno de los principales centros
de atracción del flujo migratorio europeo y del movimiento
internacional de capitales. El resultado de este proceso fueron
el vigoroso aumento de las exportaciones argentinas y la
ubicación del país en un lugar destacado en la
economía mundial, tanto por el volumen de su
comercio exterior como por la magnitud de los capitales
extranjeros invertidos en él.
Factores
condicionantes y expansión
agropecuaria
La incorporación de la economía
argentina al expansivo mercado mundial a partir de mediados
del siglo XIX se efectuó sobre la base de la
expansión de las exportaciones de productos
agropecuarios.
El incremento de las exportaciones fue posible por dos
motivos principales:
- Fuerte expansión de la demanda mundial de
productos agropecuarios de clima templado resultante de la
integración creciente de la economía mundial a
partir de mediados del siglo XIX. - Disponibilidad de enormes extensiones de tierras
fértiles en la zona pampeana, no explotadas o
sólo parcialmente utilizadas.
Pero estos factores no bastaban: la escasez de mano de
obra impedía el aumento sustancial de la producción
y de las exportaciones agropecuarias.
Por otro lado los medios de transporte terrestres
continuaban siendo prácticamente los mismos de la colonia.
El tráfico en carretas y la práctica ausencia de
caminos mejorados determinaba un nivel de fletes que hacía
imposible la puesta en producción de las tierras alejadas
del puerto de Buenos Aires y limitaba la expansión de las
actividades, particularmente para los productos
agrícolas.
La separación de la provincia de Buenos Aires de
la Confederación y la guerra civil,
creaban un clima de inestabilidad política que
obstaculizaba el poblamiento de la zona pampeana, el trazado de
ferrocarriles, la entrada de capitales del exterior.
Era necesario solucionar esos problemas y así se
hizo:
- Inmigración: La solución estaba
en la incorporación de población ajena a la
región misma, es decir de fuertes contingentes
migratorios del exterior. Pese al aumento de población y
de disponibilidad de fuerza de trabajo en la zona pampeana, la
característica del sector agropecuario
continuaría siendo la baja cantidad de mano de obra
ocupada por superficie explotada, pero dicho aumento,
conjuntamente con las mejoras técnicas y la
mecanización introducida en las explotaciones,
permitió la fuerte expansión de la
producción rural registrada en la etapa. - Ferrocarriles: El ferrocarril fue la respuesta
al problema de transporte, rebajando radicalmente los fletes y
posibilitando la puesta en producción de las tierras
más alejadas de los puertos de embarque y de los centros
de consumo. En 1857 existían solamente 10 km. De
vías férreas, en 1887 6700 km, en 1900 16.600 km.
y en 1914 35.500 km. La financiación de las inversiones
en ferrocarriles se realizó fundamentalmente con capital
extranjero. El capital privado argentino nunca
contribuyó en medida significativa a la expansión
ferroviaria y el sector público, salvo en casos
marginales y aislados de construcción y administración directa, se limitó
a crear las condiciones propicias a la radicación de
capital extranjero en la actividad ferrocarrilera. Las medidas
de incentivo incluían la concesión de tierras, la
garantía de tasas mínimas de ganancias y la libre
transferibilidad al exterior de los servicios del capital
invertido. Los ferrocarriles representaban en 1913 el 36% del
capital extranjero total invertido en el
país. - Organización nacional: La
reincorporación de la pcia. De Bs. As. A la unión
nacional en 1861 y la elección de Mitre como presidente
del país unificado en 1862, consuma, en el plano
institucional, el último de los requisitos
básicos para le funcionamiento de la economía
primaria exportadora. La relación estrecha entre la
estabilidad y la organización institucional y el
funcionamiento del sistema económico de la nueva etapa,
particularmente en referencia a:
- Régimen presupuestario: La
nacionalización de las recaudaciones de aduana y el
establecimiento del primer presupuesto nacional efectivo sentaron las
bases de un fisco cuyos recursos se irían expandiendo
al compás del aumento del comercio exterior y del
desarrollo general del país. Este fisco podía
adquirir compromisos en el exterior vendiendo sus
títulos públicos en Londres y otros mercados
financieros internacionales. - Sistema monetario: No bastaba la existencia
de un presupuesto nacional para crear condiciones
totalmente satisfactorias para la entrada de capital
extranjero, particularmente en cuanto se refiere a la compra
de títulos públicos. Era necesario,
además, establecer un sistema monetario que permitiese
condiciones de estabilidad para el valor de
la moneda nacional y asegurarse el puntual cumplimiento de
los compromisos exteriores del sector público. La
convertibilidad del oro en pesos y del peso en oro por un
solo instituto emisor, aseguraba la estabilidad del tipo de
cambio y evitaba la creación de dinero
para financiar los déficit del gobierno. El ajuste
estricto del sistema monetario interno al patrón oro
servía a varios propósitos: equilibraba el
balance de pagos, aseguraba la estabilidad del peso, evitaba
la expansión monetaria sin respaldo oro,
imponía un marco de responsabilidad a la política del
gobierno y garantizaba a los inversores extranjeros el
puntual cumplimiento de los compromisos de la deuda
pública externa. Recién en 1899, con la
creación de la Caja de Conversión, la centralización en la misma de la
facultad de emitir y el establecimiento de la convertibilidad
se sentaron las bases monetarias para el funcionamiento
adecuado del sistema.
El aumento de las exportaciones y el arribo de
capitales del exterior aumentaba la capacidad de importar.
Frente a esta creciente posibilidad de adquirir bienes y
servicios en el exterior se siguió una política
de libertad de importaciones. Pero para que esta
política de libre cambio fuera efectiva era necesario
unir el mercado nacional eliminando las aduanas
interiores y las restricciones al tráfico provincial.
Esto se logro en 1862 al formarse el primer gobierno nacional
posterior a la organización del país.
La organización política e institucional
del país proporcionó pues, las garantías
necesarias para la entrada de capitales e inmigrantes del
exterior y posibilitó la adopción
de una política
económica que facilitó las fuerzas de la
integración de la economía
argentina en el mercado mundial dentro de los moldes de una
economía primaria exportadora.
- Régimen de tenencia de la tierra: La
influencia concurrente de los factores dados
(expansión de la demanda mundial y amplia existencia
de tierras fértiles en la región pampeana) y de
los factores adquiridos (inmigración, ferrocarriles y la
organización nacional) proporcionó las
condiciones básicas para el desarrollo de la
producción agropecuaria en la zona pampeana y el
crecimiento de las exportaciones
Sin embargo, la intensidad del desarrollo del sector
rural y la conformación social resultante del mismo,
estuvieron fuertemente condicionadas por el régimen de
tenencias de la tierra heredado de la etapa de
transición.
El régimen de tenencia ejerció su
influencia sobre el desarrollo del sector rural y de la
economía en su conjunto en tres campos
principales:
- la estratificación social: El elevado
grado de concentración de la propiedad territorial y
de difusión del sistema de arrendamiento se refleja en
a estructura social del sector agropecuario. El
régimen de tenencia impidió que la
producción agropecuaria se apoyara básicamente
en una poderosa clase de productores medios, con unidades de
explotación de dimensión tal que hubieran
permitido la utilización creciente de la
técnica y maquinaria agrícola con el
consiguiente aumento de la productividad y los
ingresos. - el crecimiento de la producción
agropecuaria: Las características del
régimen de tenencia disminuyeron las posibilidades de
crecimiento de la producción rural. Por una lado,
porque la falta de acceso a la tierra redujo la capacidad del
campo de absorber las corrientes migratorias del exterior.
Por otro lado, la capacidad de capitalización del
sector se vio limitada por la falta de interés de los arrendatarios en
realizar inversiones fijas permanentes en tierras que no les
pertenecían y por la alta inclinación de los
grandes propietarios a destinar una proporción de su
ingreso al consumo de tipo suntuario y a realizar inversiones
fuera del sector, particularmente en construcciones en la
ciudad de Buenos Aires y otras ciudades. - el equilibrio político interno: La
concentración de la propiedad territorial en pocas
manos aglutinó la fuerza representativa del sector
rural en un grupo social que ejerció una poderosa
influencia en la vida nacional. Este grupo se orientó,
en respuesta a sus intereses inmediatos y a los de los
círculos extranjeros a los cuales se hallan
vinculados, hacia una política de libre
comercio opuesta a la integración de la estructura
económica del país mediante el desarrollo de
los sectores industriales básicos t opuesta
también a cualquier reforma del régimen de
tenencia de la tierra.
Bajo el influjo de condiciones excepcionalmente
favorables para el desarrollo agropecuario, se fue ampliando
rápidamente la cantidad de las tierras de la región
pampeana puestas en producción. La superficie total
sembrada pasó de 340.000 ha en 1875, a 6 millones en 1900,
a 20 millones en 1913 y a 25 millones en 1929.
El hecho más notable de la expansión de la
producción rural desde la década de 1870 hasta la
primera década de este siglo, radica en la fuerte
expansión de la producción agrícola,
fundamentalmente cereales y lino. Hacia 1870 las exportaciones de
productos agrícolas representaban menos del 1% y las de
productos ganaderos el 95%. La participación
agrícola estaba cerca del 20% hacia 1890 y la ganadera en
alrededor del 80%. En el primer quinquenio de este siglo, las
participaciones de la agricultura y la ganadería eran ya
prácticamente equivalentes con cerca del 48% de las
exportaciones totales para cada una.
Hubo cambios en las exportaciones; primero el aumento de
las exportaciones de lana y, hacia fines del siglo XIX, la
vigorosa expansión de las de carnes, al introducirse el
frigorífico y la exportación de carnes enfriadas,
fundamentalmente al Reino Unido.
Las mejoras técnicas en la producción
ganadera y agrícola, y la capitalización en ambas
fueron naturalmente parte indisoluble del proceso de crecimiento
del sector. Al comienzo de la segunda mitad del siglo XIX la
agricultura era prácticamente insignificante. En la
ganadería la zanja primitiva, para demarcar los
límites de la estancia y el pozo y la aguada natural para
abrevar la hacienda, comienzan a ser reemplazadas por el
alambrado, los molinos de viento y el tanque
australiano.
La introducción de reproductores importados
permitió un rápido mejoramiento de la calidad de
las haciendas y las prácticas organizativas de la
producción pecuaria fueron mejoradas en muchos
establecimientos por la incorporación de personal
especializado proveniente de Inglaterra y Escocia.
En las actividades agrícolas la
introducción de semillas importadas y la
importación de maquinaria fueron los principales
estímulos a la mejora de la productividad
agrícola.
Estructura y dinámica del
sistema
Exportaciones y
endeudamiento externo
Tanto el volumen como el precio de los
productos rurales exportados por Argentina estaban condicionados
por el nivel de la demanda externa y éste, a su vez, por
el de la actividad económica de los países
industrializados que absorbían la mayor parte de los
productos agropecuarios comercializados en el mercado mundial. La
expansión o contracción de las importaciones de
estos productos primarios afectaba no sólo los
volúmenes importados sino también los precios
pagados por ellos.
El capital extranjero radicado en el país
producía intereses y utilidades que, juntamente con las
amortizaciones del mismo, se remitían al exterior en
concepto de servicios de capital.
Por otra parte, las garantías de rendimiento
mínimo otorgadas a ciertas inversiones extranjeras,
particularmente en ferrocarriles, creaba compromisos adicionales
al fisco cuando las ganancias generadas por las empresas
extranjeras garantizadas no alcanzaban a cubrir los rendimientos
mínimos.
En la práctica, el oro y las divisas necesarias
para pagar los servicios del capital extranjero fueron
proporcionados no solamente por los recursos generados por las
exportaciones del país sino también por nuevas
radicaciones de capital extranjero.
El nivel de actividad económica en los
países industrializados condicionaba así,
simultáneamente, los principales factores del
desenvolvimiento económico de Argentina: las exportaciones
y la radicación de capitales extranjeros.
La vulnerabilidad exterior de la economía
argentina operaba en tres planos interdependientes:
En sentido inverso, la contracción de las
exportaciones determinaba una disminución de los
ingresos de los productores agropecuarios y la
reducción tanto de sus compras
en el exterior como del gasto realizado en la compra de
bienes y servicios producidos internamente. Esto provocaba
la desocupación de capitales y mano de
obra directa en los sectores destinados a producir para el
mercado interno y la consecuente reducción de los
ingresos y el gasto de estos sectores. Se agravaba
así la tendencia depresiva inicial puesta en marcha
por la contracción de las exportaciones.- Nivel de ocupación e ingresos internos:
La expansión de las exportaciones no sólo
repercutía en el nivel de ocupación y de
ingresos de los factores de la producción ocupados
en el sector agropecuario. Ello determinaba también
el proceso de crecimiento del conjunto de la
economía nacional mediante la movilización
del mecanismo multiplicador del ingreso interno.Una elevada proporción de las utilidades e
intereses del capital extranjero era compensada con la
entrada de inversiones netas del exterior. Cuando estas
inversiones netas disminuían o, en los casos
extremos, invertían su signo y el país
aparecía exportando capitales, el pago de los
servicios del capital extranjero recaía totalmente
sobre las reservas de oro y divisas disponibles y los
ingresos corrientes generados por las exportaciones. Salvo
en situaciones extremas, como en la crisis
de 1890, la gravedad del desequilibrio no llegaba a
paralizar el funcionamiento del sistema y obligar a la
suspensión de los pagos de los servicios del capital
extranjero; los mecanismos de compensación entraban
a operar antes.De todos modos, en toda la etapa de la
economía primaria exportadora, el balance de pagos
estuvo fuertemente sujeto a este tipo de
desequilibrios. - Balance de pagos: La expansión de las
exportaciones tendía a incrementar la demanda de
importaciones y viceversa. Por otro lado, los servicios de
capital extranjero invertidos en el país eran
rígidos y no fluctuaban conforme a los cambios en
las exportaciones y el nivel interno de ingresos.Pueden distinguirse dos tipos de mecanismos de
compensación a los desequilibrios. El primero,
referido a la demanda mundial de productos agropecuarios y
al flujo internacional de capitales a largo plazo (factores
exógenos). El segundo, vinculado a la propia
dinámica interna del sistema (factores
endógenos)En la etapa de la economía primaria
exportadora, el elemento condicionante fundamental de la
distribución del ingreso entre los distintos
sectores sociales participantes en el proceso productivo
fue la concentración de la propiedad de la tierra de
la zona pampeana en pocas manos.La falta de acceso a la propiedad de la tierra y
la solución obligada impuesta al inmigrante de
trabajar como arrendatario o asalariado en la
producción agropecuaria, comprimió el nivel
de remuneraciones que podían obtener de
su trabajo en las ocupaciones agrícolas y
concentró fuertemente las ganancias, intereses y
rentas generadas en la producción rural en un grupo
reducido de la población.Por otro lado, la concentración de la
propiedad territorial repercutió en el nivel de
remuneraciones del trabajo en las
actividades urbanas. Su influencia se ejerció de dos
maneras principales: primero, aumentó la oferta de
mano de obra directa disponible para los empleos urbanos
con su consiguiente efecto depresivo sobre el nivel de
salarios; segundo, fijó un bajo nivel
de remuneraciones alternativas en las actividades rurales,
debido a la falta de acceso a la tierra.La presión de la oferta de mano de obra
directa en los centros urbanos se reflejó en la
desocupación de una proporción importante de
la fuerza de trabajo total. Aun en las épocas de
prosperidad, cuando las exportaciones estaban en altos
niveles, los desocupados representaban una
proporción importante de la fuerza de trabajo,
superior al 5%.La concentración de la propiedad
territorial fue, pues, el principal factor condicionante
del nivel de remuneraciones del trabajo en las actividades
agropecuarias y urbanas y de la participación de los
trabajadores en el ingreso neto.Esto se vio reforzado por hechos complementarios
que agudizaron la desigualdad de la distribución del
ingreso. Estos hechos fueron tres: - Finanzas públicas: Los gobiernos de
la Nación y de varias provincias (la de
Buenos Aires fundamentalmente) recurrieron en gran escala al
crédito externo, colocando sus papeles
públicos en los mercados
financieros internacionales. Cuando se suspendía
la colocación de títulos públicos en el
exterior por la contracción de los mercados
internacionales de capitales en los países
industrializados, el pago de los servicios recaía
totalmente sobre los ingresos fiscales corrientes. Como en el
caso del balance de pagos, los mecanismo de ajuste del
sistema generalmente entraban a operar con anterioridad a la
debacle. - las fluctuaciones del tipo de cambio: la
clase terrateniente se oponía a toda política
de saneamiento financiero basada en la recaudación de
impuestos y en la contracción de gastos para balancear
el presupuesto y favorecía, en cambio, toda
política de financiamiento inflacionario del mismo
mediante la emisión monetaria. Los impuestos
recaerían, en parte, en ella; la inflación, en
cambio, le proporcionaba numerosos beneficios. - la debilidad de las organizaciones de trabajadores
rurales y urbanos: Entre las causas más
importantes de la debilidad de las organizaciones
sindicales durante toda la etapa de la economía
primaria exportadora se cuentan, en las ocupaciones
urbanas, el escaso desarrollo industrial y, en las
ocupaciones rurales, las dificultades de
organización de grupos
sociales dispersos en el espacio y de poca
concentración en núcleos de alta densidad de
población.En la etapa de la economía primaria
exportadora, al tiempo que las exportaciones y el sector
agropecuario ocupaban un papel dominante en la
economía y en el proceso de desarrollo, la
distribución de la población activa entre los
distintos sectores de actividad estaba relativamente
diversificada.Las causas de esta relativa diversificación
de la estructura ocupacional y la importancia minoritaria
de la ocupación en el sector agropecuario frente a
la mano de obra directa ocupada en la manufactura y los servicios, obedece a los
siguientes hechos fundamentales: - la política fiscal: La estructura de
ingresos fiscales agravaba la desigualdad en la
distribución del ingreso ya que, en casi toda la
etapa, los impuestos indirectos, que recaían
fundamentalmente sobre la gran masa consumidores,
representaban entre el 70 y el 80% de los ingresos corrientes
de los fiscos nacional y provinciales. - la elevada producción por hombre
ocupado en el sector agropecuario: La
característica básica del sector rural
consistía en una aprovechamiento extensivo de la
tierra disponible y de una relativamente alta cantidad de
capital por hombre
ocupado en la agricultura.La composición y no el volumen de las
importaciones afectaba decididamente la importancia del
sector manufacturero dentro de la economía nacional.
La composición de las importaciones y la ausencia de
una política de fomento de sectores determinados de
la actividad manufacturera limitaron el desarrollo
industrial del país a las industrias de menor densidad de capital y
complejidad técnica, básicamente las industrias metalúrgicas livianas, de
alimentación y vestido. Las
industrias de base como la producción de acero,
maquinarias y equipos, ciertos bienes intermedios y
combustibles eran prácticamente inexistentes dentro
de la industria nacional o estaban muy poco
desarrolladas.La desigualdad en la distribución del
ingreso gravitó en el aumento de las importaciones
de bienes de consumo e inversión suntuaria y
desalentó el desarrollo de actividades orientadas
hacia el mercado interno.Crecimiento y
dependencia del sistemaEl desarrollo no fue uniforme en toda la etapa. La
tendencia general es al crecimiento sostenido de la
población, la producción y el capital
existente pero, dentro de aquélla, ciertos
períodos fueron de crecimiento más intenso y
otros más lentos. Estos distintos ritmos de
crecimiento estuvieron directamente vinculados a la
evolución de la economía mundial y al volumen
y expansión de la demanda internacional de los
productos agropecuarios producidos en el
país.El carácter endeble y dependiente de las
bases últimas del crecimiento
económico salta a la vista. Si
desaparecía el efecto estimulante de los factores
externos o se agotaba la frontera productiva de la zona
pampeana por la explotación de todas las tierras
disponibles, el sistema debía entrar en crisis.
Así ocurrió a partir de 1930, inaugurando una
nueva etapa del desarrollo económico del
país.Quiebra del equilibrio
interregionalLa causas principal de los diferentes ritmos de
crecimiento poblacional obedece a la concentración
en el Litoral del 90% de las corrientes migratorias
entradas al país a partir de mediados del siglo
XIX.Paralelamente al proceso de crecimiento de la
población del país y de su
concentración en el Litoral, se produjo un aumento
acelerado de la población urbana.La alta productividad por hombre ocupado en la
agricultura y la concentración de la propiedad
territorial son los principales elementos condicionantes
del proceso de urbanización.La vigorosa expansión de la
producción agropecuaria exportable y su
concentración en las zona pampeana, la
política de libre cambio de las autoridades
nacionales y, finalmente, el vertiginoso desarrollo de los
ferrocarriles y la formación del mercado nacional,
sellaron definitivamente la suerte del Interior y lo
convirtieron en una zona periférica y dependiente
del centro dinámico, el Litoral.A partir de la segunda mitad del siglo XIX, bajo
el efecto de la mejora vertiginosa de los medios de
navegación de ultramar, del ferrocarril y de la
integración del mercado mundial es que Argentina
recibe el pleno impacto de los factores externos actuando
masivamente sobre su desarrollo económico. Mientras
las zonas tradicionales del Interior permanecen ajenas a
esas influencias, la región pampeana se puebla, se
ponen sus tierras en pie de producción y comienza a
generar volúmenes crecientes y diversificados de
saldos agropecuarios exportables.En el Interior, ausente toda actividad fuertemente
expansiva vinculada al mercado mundial, sólo
podía recibir indirectamente los beneficios de la
expansión agropecuaria en la zona pampeana mediante
el aumento de la colocación de sus productos en el
mercado del Litoral.Los ferrocarriles, al barrer con las distancias y
el viejo aislamiento de las regiones argentinas constituyen
la base del proceso de formación del mercado
nacional. La red
ferroviaria vinculó a todas las zonas del interior
con Buenos Aires y los puertos del Litoral. Por primera vez
en la historia del país la distancia
desaparecía como barrera de protección de las
economías regionales. Los productos importados
llegaban ahora fácilmente al Interior y esta
competencia fue mortal para las precarias
industrias locales. La orientación de los
ferrocarriles de las zonas periféricas al centro
dinámico del Litoral, mantuvo las dificultades del
acceso de las regiones del interior entre sí,
ahogando aún más el comercio
interregional.El ferrocarril integró a todas las regiones
argentinas en el mercado nacional y este hecho
provocó la desarticulación definitiva de las
viejas economías cerradas y autosuficientes. Pero,
al mismo tiempo, abrió en algunas de ellas
posibilidades de desarrollo que, si no llegaron a compensar
la pérdida de importancia relativa del Interior,
provocaron el surgimiento de actividades expansivas y
destinadas a la satisfacción de la demanda interna
que ahora era, auténticamente, la demanda nacional.
(caña de azúcar en Tucumán,
viñedos de Cuyo, frutales del Alto Valle del
Río Negro, algodón chaqueño, yerba
mate misionera).Generación de 1837: Marcos sastre,
Echeverría, Alberti, Vicente Fidel López,
Miguel Cané, Mitre, Sarmiento.Generación del 80, heredera intelectual de
la del 37. Constituye una mezcla conservadora-liberal, con
un proyecto de país agroexportador (crea una
ideología cosnervadora en la sociedad),
y con una política exterior librecambista,
democracia restringida y fraudulenta. Tiene su origen en el
gobierno de Rosas.La oligarquía,al vincularse con los
sectores exportadores se transforma en una burguesía
terrateniente agaria, no industrial, ya que Inglaterra
abastecía. Por lo tanto la clase terrateniente pudo
reasignar los recursos, mejorando los procesos
productivos, pero siempre dentro de lo agropecuario,
maximizando las ventajas comparativas. La tierra se
concentra en pocas manos.Ante la escasez de mano de obra los salarios de
Argentina eran los mejores de América Latina, lo cual
coadyuvó al consenso de la oligarquía entre
la clase trabajadora.Tenemos, pues, una alta concentración de
los ingresos y del poder económico, con una
burguesía terrateniente, liberal en lo
económico que hace una apología de la
Argentina agroexportadora.La economía agroexportadora coadyuvó
también a la urbanización; aparece una clase
media vinculada a la importación y
exportación.El liberalismo en Argentina, que
paradójicamente es conservador, tuvo 2 momentos
importantes: - la concentración de la propiedad
territorial: El régimen de tenencia de la tierra
impidió una expansión más acelerada de
la producción agropecuaria mediante la
incorporación de una mayor proporción de
población a las actividades rurales y la constitución de una poderosa clase de
medianos propietarios en condiciones de aprovechar la
mecanización y la tecnología modernas. - Político:
- 1879 – Conquista del Desierto
- 1880 – Federalización de la Ciudad de
Buenos Aires. - Transferencia del poder local hacia el
nacional.
- Económico:
- Atracción de inmigrantes
- Atracción de capital europeos
- Asociación privilegiada de
Inglaterra
En 1890 la Argentina absorbía el 50% del capital
inglés
que circulaba por el mundo.
Las corrientes existentes en la Generación del 80
era:
- Teórica del Liberalismo, que quería continuar las
relaciones con Inglaterra como hasta el momento.En todo este proceso tuvieron importancia los
papeles jugados por la Iglesía, la Masonería
y el Ejército.La mayoría de los inmigrantes eran
agricultores que radicaban en colonias. Fueron los
inmigrantes, sobre todos los artesanos urbanos italianos
los que trajeron a estas costas las ideas anarquistas y
socialistas.La clase media era radical, y formó la
Unión Cívica de la Juventud, que luego se dividiría en
Nacional y Radical.Las exportaciones de la época eran mieses y
ganado; las importaciones eran de manufacturas y
capitales.La función del ejército era
mantener el orden, el status quo.La configuración de la población
cambia, siendo desplazada la autóctona, es decir el
indio y el gaucho, por otra basada en la
inmigración.La estructura social era piramidal, con la
oligarquía y los intelectuales en la cuspide, clase
media e inmigrantes no ingleses.Los instrumentos legales que refuerzan este
modelo
de país son la Constitución y el Código Civil. La organización
y administración del Estado
estaba en manos de los Municipios, tribunales y leyes.El eje político de este país era la
pampa húmeda, el interior estaba
marginado.La dependencia era económica con Inglaterra
y cultural con Francia.Crisis de 1890, bajo el gobierno de Juarez Celman,
quiebra
de la Baring Brothers.El principal producto de exportación era el
trigo. Argentina era el 3 exportador, detrás de
Estados
Unidos y Canadá.Exportaciones
Cereales
Carne
1880
1,5%
1890
25,25%
1900
50%
40%
1912
58%
En 1900 la superficie sembrada era de 6 millones
de hectáreas, en 1914 eran 22 millones de
hectáreas.Mejora a partir del 80 con la introducción
de nuevas razas (Aberdeen Angus, Durham, Shorton) y se
introducen los lanares Lincoln, que reemplazarán al
Merino.Entre 1890 y 1895 el primer lugar dentro de la
población ganadera la ocupaba el ganado caballar, el
segundo lugar era para los vacunos y el tercer lugar para
los lanares.Se introduce la apertura de campos de invernada,
para el engorde de hacienda en pie. Creciente
importación de carne argentina por parte de
Europa.La industria saladeril entra en decadencia, con
la introducción de los frigoríficos (1882)
que congelaban carne de oveja. La instalación de los
primeros frigoríficos provenía de capitales
británicos.Se desemeriniza el ganado lanar, ya que su carne
seca y su lana fina es remplazada por la mejor carne y la
lana más gruesa y resistente del ganado Lincoln, que
permitía producir telas para vestidos
baratos.Para 1900 la mayoría de lo que se exporta
es ganado en pie, que representaba entre 8 y 9 millones de
pesos oro contra los 2 a 3 millones representados por la
carne congelada..Los factores que hacen importante a Argentina
son: - Neoliberal, que tenía una actitud
más proteccionista. - Aftosa declarada en Inglaterra.
- Estados Unidos se retira del mercado mundial por el
aumento de su población, destinando su
producción al mercado internoLa carne congelada será luego desplazada
por la enfriada que es más sabrosa que la
primera.1902 – 4 frigoríficos
1905 – se incorporan 5 frigoríficos
más, ya Argentina es el primer exportador mundial de
carne.1910 – La carne enfriada sobrepasa a la
congelada.En 1903 Inglaterra importa un 65% de carne
congelada de Estados
Unidos y un 28% de carne enfriada argentina. En 1908 la
carne congelada importada de Estados Unidos por Inglaterra
constituye el 45% y de Argentina importa un 48% de carne
enfriada.Todo esto dio lugar a una renovación
tecnológica del campor argentino: - Sequía en Australia.
- Refinamiento (entre 1903 y 1910 se importan
más o menos 1500 toros ingleses) - División de los campos en
potreros - Alambrada de campos
- Molinos de viento
- Tanques australianos
La primer industria argentina la constituyen los
frigoríficos: - Maquinaria agrícola
- 1882 – Frigorífico de Tarrazón,
en San Nicolás. - 1884 – Frigorífico de Sansinela , La
Negra, en Avellaneda - 1884 – Frigorífico River Plate, de los
hermanos Dable, en Campana - 1886 – Frigotífico Las Palmas, de los
hermnos Hugh Nelson, en Zárate (cerca de la invernada,
el agua y
la ciudad). - 1887 – Los 3 últimos se unen y
alquilan el Tarrazón para hundirlo mediante una
política de dumping. - 1887 – Primeros frigoríficos con
capitales estadounidenses, por la ley antitrus
de Estados Unidos . - 1887 – Ley 1308:
exime de impuestos por 10 años a la exportación
de carne. - 1902 – Frigorífico La Blanca
(capitales argentinos) - 1903 – Schmithfeld
- 1904 – Frigorífico Argentino, en
Valentín Alsina - 1904 – Wilson, de Estados Unidos compra el
Argentino. - 1907 – Penetración agresiva del
capital yanqui: Swift compra la Plata y congela carne de
novillo de muy buena calidad. - 1908 – Crisis de La Blanca, es comprada por
Wilson. Swift se asocia con Arrow y Morris.
Se inicia la Primer Guerra de las
Carnes. Hay una mayor ofert de carne; aumento de la faena por la
caída del precio en la Bolsa de Londres. Los ingleses
piden protección al gobierno argentino, el que se declara
neutral.
Los capitales estadounidenses llevan a cabo políticas
de dumping pagando
buenos precios a los productores argentinos y se ganan a la
opinión
pública.
Finalmente se llega a un acuero y se forma un pool
frigorífico, con lo cual la actividad en la Argentina
tendra caracteres oligopólicos.
En 1911 se establecen cuotas de carne, para Estados
Unidos el 41%, para Gran Bretaña el 40% y el 9% restante
para Argentina.
En 1913 se desencadena la Segunda Guerra de las Carnes,
provocada por La Blanca, que exige una mayor porción para
los frigoríficos argentinos.
En 1914 se incorpora el frigorífico Armour de La
Plata.
Como resultado de este segundo enfrentamiento se
redefinen las cuotas, correspondiente un 59% a Estados Unidos ,
un 30% a Gran Bretaña y un 12% a Argentina. pero son
Estados Unidos y Gran Bretaña quienes controlan el precio
de la carne.
Trabajo enviado por:
Marina Ivnisky
ivnisky[arroba]rcc.com.ar