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Historia Argentina: Cronología




Enviado por ivnisky



    CRONOLOGIA

    1)

    1492-1776

    Llegada de los europeos – Virreinato del
    Alto Perú.

    2)

    1776-1816

    Creación del Virreinato del Río de
    la Plata (1776) – Período de
    formación.

    3)

    1716-1828

    Período de transición –
    Guerras
    civiles, de independencia y anarquía.

    4)

    1828-1853

    Dictadura inestable – Rosas
    – Sanción de la Constitución.

    5)

    1853-1863

    Período de formación.

    6)

    1863-1880

    Primeras presidencias: Mitre, Sarmiento,
    Avellaneda.

    7)

    1880-1916

    Primer proyecto
    de país – Generación del 80 –
    Democracia restringida.

    8)

    1916-1930

    Democracia ampliada – Radicalismo –
    Presidencias: Yrigoyen, Alvear, Yrigoyen.

    6-9-30: Primer Golpe de
    Estado – Uriburu.

    9)

    1930-1943

    Década infame

    10)

    1943-1946

    Dictaduras militares: Ramírez, Farrell.

    11)

    1946-1958

    Segundo proyecto
    de país – Primera y segunda presidencia de
    Perón: 46-52 y 52-55

    1955: Revolución Libertadora: Lonardi,
    Aramburu.

    12)

    1958-1966

    Tercer proyecto de país – Democracia restaurada – Movimiento de Integración y Desarrollo – Illía.

    13)

    1966-1972

    Revolución Argentina: Onganía, Levingston,
    Lanusse.

    14)

    1972-1976

    Restauración peronista: Cámpora,
    Lastiri, Perón, Perón.

    15)

    1976-1983

    Proceso de Reorganización Nacional –
    Junta: Videla, Massera, Agosti – Presidentes: Videla,
    Viola, Galtieri, Bignone.

    16)

    1983-

    Transición democrática:
    Alfonsín, Menem,
    Menem.

    Formación de la Economía colonial
    americana

    Colonia de Castilla, el reino más atraso de
    Europa, casi
    feudal, que traslada sus instituciones
    feudales a América.

    En 1491 existe un enfrentamiento entre España y
    Portugal por la llegada a Asia (y sus
    especias). América
    se transforma en un primer momento en un obstáculo para
    llegar a Asia; esto se
    supera por el descubrimiento de metales preciosos.
    Así llegan Cortés, Pizarro y afluyen hidalgos
    cuarterones.

    Los primeros en llegar al Río de la Plata son
    Solís y Pedro de Mendoza, éste último deja
    ganado y tropillas que se reproducen dando lugar al ganado
    cimarrón.

    Un grupo sube a
    Asunción del Paraguay donde se
    encuentra con aborígenes que conocían la agricultura
    (maíz,
    porotos, zapallo) y la ganadería
    de llama (que brindaba lana, medio de transporte y
    carga, carne y leche). El
    mestizaje de los españoles y estos grupos
    indígenas permiten el surgimiento del criollo.

    Luego los españoles bajan por el Paraná
    llevando ganado, semillas y herramientas.
    Garay funda por segunda vez Buenos Aires, en
    1580. Muchos de estos españoles eran vascos, como Garay y
    Ortiz de Zárate, por lo que llaman a esta zona Nueva
    Vizcaya.

    Se crean 2 virreinatos: el de Nueva España y
    el de Perú. Éste último abarca
    aproximadamente el Imperio Inca, desde Mendoza hasta Ecuador; su
    capital es
    Lima, que será el centro administrativo de la
    dominación española en América del Sur; su
    centro económico es Potosí.

    A la búsqueda de un nuevo "Potosí" los
    españoles siguen bajando y se encuentran con los Quilmes,
    pucarás, diaguitas, siendo encomendados sobre todos estos
    últimos. Baja demográfica.

    Así como España tenía el monopolio
    sobre América, Lima lo tenía sobre el virreinato,
    ejerciendo una hegemonía despótica.

    Se desarrolla Cuyo y con la fundación de
    Córdoba surge un nuevo monopolio, de
    la mano de la creación de la Universidad y los
    jesuitas.

    El primer gran problema económico en el
    Río de la Plata es la escasez de población y, por tanto, de mano de
    obra.

    A llegar los europeos a América se encuentran con
    civilizaciones fácilmente sometibles y zonas despobladas
    pero con grandes riquezas naturales.

    La piratería y el despojo fueron rasgos
    dominantes de las primeras etapas de la expansión de las
    ciudades mercantiles y de las potencias
    marítimas.

    Bajo este tipo de relación económica, el
    capital
    comercial europeo no penetró en la
    organización de los pueblos con quienes
    mantenía relaciones económicas. Los despojaba por
    la fuerza de
    parte de su riqueza o, cuando esto no era posible, comerciaba.
    Pero como norma general, los comerciantes occidentales no
    organizaron en la "periferia", como se diría más
    tarde, empresas
    industriales o agrícolas, manejadas por ellos, en las que
    pudieran cumplir un auténtico papel de
    empresarios; esto es, combinar los factores productivos en una
    rama concreta de la producción.

    La realidad encontrada en América rompió
    los moldes operativos tradicionales de la expansión
    comercial europea. las relaciones económicas entabladas
    fueron:

    1. el pillaje, de carácter
      transitorio y limitado, ya que incas y
      aztecas no
      producían excedentes.
    2. la organización directa de la
      producción
      , por parte de los conquistadores y
      colonizadores. Por primera vez, en la historia de la
      expansión comercial europea, se planteaba en gran
      escala la
      necesidad de organizar la producción directamente, esto es,
      conjugar factores productivos, capital y mano de obra, en el
      aprovechamiento de los recursos
      naturales. Así pues los españoles tuvieron
      que aportar capital, mano de obra, organizaciones
      político-institucionales, y tuvieron que ocupar el
      territorio.

    Se vinculaban los siguientes aspectos:

    1. la mano de obra y la organización de la unidad
      productora;
    2. la ocupación territorial en gran escala;
    3. la organización política e
      institucional de los nuevos territorios; y
    4. la captación de riqueza para los gobiernos
      metropolitanos.

    El imperio español
    era el que contaba con más abundancia de fuerza de
    trabajo indígena aprovechable y su movilización
    hacia la producción fue el principal objeto de la política colonia y de
    los colonizadores. Las tradicionales organizaciones de
    la mita y el yaconazgo (que encontraban su justificación
    en la Bula de 1555, emitida por Nicolás V que declaraba
    que todos los que no eran cristianos eran animales), entre
    otras, regulaban las relaciones de los trabajadores
    indígenas con la empresa
    productiva.

    Prácticamente ninguna de las otras naciones
    coloniales contó con una oferta
    preexistente de mano de obra como en el caso de España. En
    todos los imperios coloniales, la movilización de la mano
    de obra y la
    organización de las empresas
    productoras y el fluir de capitales a las mismas, planteó
    problemas
    fundamentales de la ocupación económica de
    América.

    Al tener que explotar económicamente los recursos
    naturales disponibles y/u organizar en gran escala el saqueo, fue
    necesario ocupar en profundidad los territorios conquistados. El
    envío de misiones avanzadas de conquista y
    colonización y la posterior población de los territorios ocupados
    constituyó también un aspecto fundamental de la
    política colonial.

    La organización política e institucional
    de los nuevos territorios operó en dos planos
    distintos:

    1. la creación de las instituciones y organismos que fueron la
      manifestación de la soberanía de la potencia
      colonial en los territorios de su dependencia. En general, los
      países europeos tendieron a trasplantar a sus colonias
      americanas las instituciones vigentes en la madre
      patria.
    2. las medidas tendientes a establecer el equilibrio
      político buscado entre las fuerzas sociales
      predominantes en las colonias; el clero y las
      oligarquías locales constituyeron fuerzas dentro de la
      vida política colonial que a menudo contrapusieron sus
      intereses y que obligó al poder
      central a un manejo político permanente para sostener su
      preeminencia.

    En todo el período de la América colonial
    el rasgo distintivo de la organización económica
    fue el régimen de monopolio excluyente impuesto por las
    metrópolis.

    El país se caracterizaba por la pobreza y los
    escasos vínculos comerciales. Por ejemplo para arribar al
    puerto de Buenos Aires, los
    buques en vez de hacerlo directamente de los puertos de
    Cádiz o Sevilla, seguían una ruta que pasaba por el
    Caribe: Cádiz o Sevilla, Veracruz o Puerto Bello, cruce
    del Istmo de Panamá, El
    Callao, Córdoba, Buenos Aires. Es decir que se llegaba a
    Buenos Aires por tierra,
    desaprovechando su puerto.

    En 1618 Lima crea la Aduana seca de
    Córdoba, lo cual encarecía los productos
    hasta en un 50%. Por lo que la principal actividad
    económica la constituyo el contrabando, como el realizado
    por Diego de Góngora.

    La producción
    colonial y su localización

    Las principales características de la economía de la
    época eran las siguientes:

    1. las potencias metropolitanas eran eminentemente
      agrícolas y su intercambio exterior estaba limitado a un
      número determinado de comestibles exóticos y
      productos
      suntuarios, destinados a los grupos de
      poder
      político y económico, y a ciertas materias primas
      y materiales;
    2. la precariedad de los medios de
      transporte.

    Las potencias coloniales buscaron en América los
    productos tradicionales del comercio de la
    época: oro, metales y piedras
    preciosas, azúcar
    y cultivos tropicales, especias y pieles, productos del mar y
    materiales
    para la construcción naval. Pero el descubrimiento
    de yacimientos de oro y minerales
    preciosos fue la preocupación principal de todas las
    potencias europeas. El desarrollo de
    las otras actividades comenzó en aquellas tierras en las
    que quedó, por lo menos temporariamente, descartada la
    posibilidad de descubrir metales preciosos. España tuvo
    más éxito
    que ningún otro país en esta empresa y
    allí radica, entre otros factores, la causa de su
    preponderancia en el siglo XVI.

    Los factores que determinaron la localización
    geográfica de las poblaciones coloniales y las empresas
    productoras, fueron principalmente dos:

    1. los recursos
      naturales
    2. la distancia

    Salvo en el caso casi exclusivo de los metales
    preciosos, sólo se explotaron los recursos
    naturales vecinos a las vías marítimas y
    fluviales o lacustres con acceso marítimo. El factor
    distancia impedía la explotación de los recursos
    ubicados en el interior del continente y alejados de las
    vías fluviales de navegación, porque los costos de
    transporte eran tan elevados que encarecían exclusivamente
    el precio de los
    productos en los centros de consumo. Esta
    gravitación del factor distancia como determinante
    principal de la localización de la actividad
    económica explica, entre otras razones, el bajo grado de
    desarrollo alcanzado por el actual territorio argentino durante
    la época colonial. La mano de obra fue, en última
    instancia, un factor móvil que fue trasladado conforme a
    las exigencias de la producción.

    El tipo de productos buscados y el factor distancia
    fijan los límites a
    la extensión de la ocupación territorial. La
    accesibilidad a los medios de
    transporte acuático, condiciona la profundidad de la
    ocupación territorial.

    Dinámica de las
    economías coloniales

    La captación de riquezas para la metrópoli
    se realizaba de dos maneras:

    1. indirectamente: por medio de impuestos y
      contribuciones
    2. directamente: por medio de funcionarios que
      explotaban directamente las riquezas naturales, con
      participación estatal en empresas privadas.

    Las actividades económicas dinámicas en la
    economía colonial fueron aquéllas estrechamente
    ligadas al comercio
    exterior. La minería,
    los cultivos tropicales, las pesquerías, la caza y la
    explotación forestal, dedicadas fundamentalmente a la
    exportación, fueron las actividades
    expansivas que atrajeron capital y mano de obra.

    Los condicionamientos eran la distancia, los medios de
    transporte precarios y la piratería y bucanerismo, que
    encarecían los costos.

    Algunas actividades conexas tuvieron también un
    desarrollo intenso: el transporte de ultramar y el tráfico
    de esclavos que, directamente vinculados al comercio
    colonial, llegaron a tener una importancia significativa dentro
    de la economía de la época.

    Las regiones que más se desarrollaron fueron
    aquellas en que se asentaron las actividades exportadoras,
    mientras que las que se dedicaron a satisfacer el consumo
    interno o su propia subsistencia, tuvieron poca importancia
    dentro de la economía de la época.

    De las actividades destinadas al mercado interno,
    sólo aquellas que de alguna manera se vinculaban a un
    centro dinámico exportador experimentaron cierto grado de
    desarrollo. En Argentina, por
    ejemplo, la producción de mulas en el Litoral destinadas a
    las minas de Potosí y la producción de paños
    en Tucumán con el mismo destino, fueron de las pocas
    actividades desarrolladas en nuestro territorio entre el siglo
    XVI y la primera mitad del siglo XVIII que gozaron de alguna
    prosperidad.

    En 1724 se crea la Capitanía General del
    Río de la Plata, con capital en Buenos Aires. En 1776, se
    transforma en el Virreinato del Río de la Plata. Esta
    creación del Virreinato y la nueva importancia asignada a
    Buenos Aires, se debe a que ésta actuaba como una barrera
    de protección de la Patagonia, por
    donde se estaban colando los portugueses e ingleses.

    En 1778, las reformas borbónicas dan lugar al
    Reglamento de Libre Comercio,
    por el cual 24 puertos americanos puede comenzar a recibir
    mercaderías de Europa.

    Las
    economías regionales de subsistencia en
    Argentina

    La principal característica del medio físico en
    estos territorios era la pradera de la zona templada,
    excepcionalmente apta para el cultivo de cereales y la
    producción ganadera.

    La agricultura y
    ganadería de zona templada se mantuvieron ajenas durante
    todo el período colonial al sector eminentemente
    dinámico: el comercio
    exterior. La producción de cereales y de productos de
    ganadería constituyeron actividades principalmente
    destinadas al autoconsumo de los productores o al estrecho
    mercado local. La
    exportación de cueros constituye una
    excepción. Con la civilización del cuero el ganado
    comienza a tomar valor y se
    constituye en la primer riqueza, que permite la importación de esclavos. Al respecto, en
    1713, por el Tratado de Utrecht, celebrado entre España e
    Inglaterra,
    ésta obtiene le monopolio de la venta de esclavos
    en las colonias españolas.

    La producción agropecuaria no se adaptaba a las
    formas típicas de producción colonial destinada a
    las exportaciones,
    esto es explotación en grandes superficies territoriales,
    con una utilización de capital relativamente importante
    para la época y ocupación de mano de obra servil.
    La producción agrícola en pequeña escala
    surgió como la unidad económica
    básica.

    Todos estos factores dificultaron la formación de
    cuantiosos excedentes agrícolas, su apropiación
    privada y la exportación de los mismos, limitando el
    horizonte de la producción rural de clima templado al
    autoconsumo de los productores y al mercado local.

    La población indígena existente en la
    época de la conquista se concentraba principalmente en la
    actual zona de Cuyo, las provincias del noroeste y en el centro
    del país. El total de la población indígena
    en el actual territorio argentino, a la época de la
    conquista, habría ascendido a alrededor de 300.000
    habitantes. Estas poblaciones fueron económicamente
    aprovechadas por los conquistadores, mediante la
    encomienda.

    Ningún punto del territorio argentino fue, hasta
    mediados del siglo XVIII, testigo de una actividad productiva
    fuertemente vinculada al comercio exterior. Esto determinó
    el escaso flujo de mano de obra y capitales hacia estas
    provincias y el carácter eminente de sistemas cerrados
    que tuvieron las economías regionales durante todo el
    período colonial, con un consecuente bajo ritmo de
    desarrollo. Enorme era la diferencia con Potosí que, en el
    siglo XVII con unos 160.00 habitantes era una de las ciudades
    más grandes del mundo, bajo el motor de la
    explotación minera; semejante cantidad de población
    implicaba una demanda de
    alimentos,
    tejidos y
    animales de
    carga, que fueron las únicas actividades con algún
    desarrollo en el territorio argentino.

    Las regiones fueron:

    1. La organización de la producción se
      estructuraba, por un lado, en grandes fincas de europeos,
      dedicadas a la producción de algodón, lana de
      vicuña y de guanaco y a la ganadería para las
      minas del Alto Perú y de alimentos
      para el autoconsumo. Sistema de
      encomiendas. El resto de la actividad agraria estaba en manos
      de trabajadores que producían fundamentalmente para su
      propia subsistencia y para un reducido
      intercambio.

      El noroeste constituyó durante toda la
      época colonial la región de mayor importancia
      relativa dentro del actual territorio argentino, debido,
      fundamentalmente, a su cercanía a un centro exportador
      dinámico: Potosí.

      De todas formas la característica
      básica de la estructura
      económica de la región es su carácter
      eminentemente primario y de subsistencia. La expansión
      de las actividades de exportación estaba frenada por
      la baja productividad
      en la agricultura y las artesanías y, en medida
      fundamental, por las dificultades de transporte y la
      estrechez de la demanda
      externa.

    2. Noroeste: Salta, Jujuy, Santiago del Estero,
      Catamarca y Tucumán. Los primeros asentamientos de
      población europea se realizaron durante el siglo XVI con
      corrientes inmigratorias provenientes del Perú. Durante
      el mismo siglo XVI se introdujeron en la región los
      cultivos y haciendas que habrían de desarrollarse
      posteriormente (trigo, algodón, caña de
      azúcar y la hacienda en pie). Paralelamente a las
      actividades agropecuarias se desarrollaron las
      artesanías (paños de algodón y lana,
      carretas, muebles) y la transformación de productos de
      la ganadería (sebo y cuero).
    3. Cuyo: Mendoza, San Juan y La Rioja. Primeros
      asentamientos europeos a mediados del siglo XVI. La principal
      actividad era el cultivo de la vid y los frutales y la
      producción de ganado bovino, ovino y caballar. En los
      núcleos urbanos se desarrollan algunas
      artesanías: textil, metales, artículos de cuero.
      La organización de la producción se ajusta a los
      mismos lineamientos imperantes para el Noroeste. Tenían
      algún comercio con el Litoral. La característica
      básica de la economía regional es su
      carácter primario y eminentemente de
      subsistencia.
    4. Centro: Córdoba y San Luis. La actividad
      agrícola estuvo fuertemente vinculada a la
      subsistencia de los productores y al consumo del estrecho
      mercado local. La ganadería gozó de cierta
      prosperidad debido a que Córdoba fue lugar de
      producción de hacienda de carga para el Alto
      Perú. La cría de mulas para las minas de
      Potosí constituyó así la actividad
      más importante de la región y la única
      vinculada en medida significativa al mercado externo. La
      estancia fue la forma típica de organización de
      la producción ganadera sobre la base de grandes
      extensiones territoriales y la ocupación en
      pequeña escala de mano de obra esclava. La actividad
      artesanal estaba destinada a la satisfacción del
      consumo local.

      Los agricultores se dedicaban fundamentalmente a
      producir para su propia subsistencia y para el estrecho
      mercado local. La producción ganadera se apoyaba en el
      aprovechamiento de las haciendas cimarronas que se
      habían reproducido en la pampa partiendo de las
      primeras cabezas introducidas por los colonizadores. El
      aprovechamiento de la hacienda cimarrona constituyó
      una actividad para la subsistencia y la satisfacción
      de las necesidades de los pequeños núcleos
      urbanos.

      La cultura
      del Litoral, apoyada eminentemente en el aprovechamiento
      primario de la hacienda, es l llamada "cultura
      del cuero". La hacienda cimarrona adquiere importancia por el
      cuero, el tasajo y el charque (los dos últimos
      constituían alimento exportable para
      esclavos).

      A falta de mercados
      externos suficientemente expansivos para los productos de la
      ganadería durante todo el período colonial, se
      agregaban las dificultades de obtención de mano de
      obra. La oferta
      ilimitada de tierras y el horizonte inmenso de la pampa
      sentaron las bases físicas para el surgimiento de ese
      tipo humano no integrado en el medio social, ni en el
      proceso
      productivo, que fue el gaucho. La zona rural estaba
      dispersamente poblada por este individuo que trabajaba para
      comer y que, de vez en cuando, vendía algunos cueros
      para los "vicios".

      El surgimiento de algunas posibilidades de comercio
      sistemático en cueros provocó la
      terminación de la libertad
      de captura de la hacienda cimarrona y, hacia mediados del
      siglo XVII, comenzó el otorgamiento de licencias para
      vaquear a grupos autorizados. Sin embargo, la
      expansión del sector ganadero fue muy limitada hasta
      fines del siglo XVIII, en que surgen nuevas condiciones que
      lo convertirán en el dinámico por excelencia de
      la región. En el siglo XVII el aprovechamiento de la
      hacienda sería mucho más completo:
      pezuñas y huesos
      molidos como fertilizante, cueros para accesorios textiles
      (peines, peinetones, botones, etc.), cerda para cepillos, el
      sebo para las velas, la grasa para la fabricación de
      lubricantes para la maquinaria textil y las tripas para la
      fabricación de cuerdas.

      La formación urbana fue muy precaria. El
      monopolio impuesto por
      la corona española completaba el cuadro de
      estancamiento de la ciudad como puerto comercial y el
      contrabando que se desarrolló durante todo el
      período no eliminó las condiciones
      básicas de ese estancamiento.

    5. Litoral: Buenos Aires, Entre Ríos,
      Corrientes y Santa Fe. Fue la región más atrasada
      y menos poblada durante el período colonial. La ausencia
      de recursos minerales
      aprovechables y de población indígena cuyo
      trabajo pudiese usufructuarse proporcionan las razones
      básicas de este subdesarrollo relativo.
    6. Noreste: Misiones, Chaco, Formosa y norte de
      Corrientes. El intercambio con otras regiones se limitaba
      fundamentalmente a las exportaciones de yerba mate que, aunque
      tenían un mercado difundido en todo el actual territorio
      argentino y sur de Brasil, nunca
      llegó a constituir un rubro significativo en el comercio
      del mundo colonial americano. Sólo las misiones
      jesuíticas lograron una alto desarrollo
      económico, con una economía casi
      comunista.
    7. Patagonia: No fue ocupada permanentemente
      durante todo el período colonial y constituyó una
      zona de conflicto.

    Estructura y dinámica del sistema

    Desde el siglo XVI hasta fines del siglo XVIII no hubo
    una economía nacional, por cuanto no existía un
    mercado con un flujo recíproco, en escala significativa,
    de capitales, mano de obra y productos, entre las distintas
    regiones.

    El período se caracteriza por la existencia de
    economías regionales autosuficientes separadas entre
    sí por grandes distancias, la ausencia de comunicaciones
    marítimas y/o fluviales y la precariedad de los medios de
    transporte terrestres de la época.

    Las características estructurales básicas
    y la dinámica del sistema de las
    economías regionales de subsistencia son:

    1. Estancamiento de la población: La
      evolución de la población estuvo
      sometida en medida importante a las fluctuaciones en el
      número de indígenas incorporados a las
      economías regionales. La extinción de esta
      población indígena, ya sea por su
      desaparición física o su fuga
      fuera del ámbito de la región, y la escasa
      inmigración de población europea
      y de otras zonas del continente, permite suponer que la
      población total del actual territorio argentino
      permaneció estancada o decayó entre los siglos
      XVI al XVIII.

      En cada región, dado el estancamiento de la
      población y la productividad, la demanda efectiva se
      mantenía básicamente a los mismos niveles y
      esto evitaba que la alta proporción del ingreso total
      gastado internamente provocase un proceso
      multiplicador de ingresos, tal
      cual ocurre en un sistema dinámico con
      expansión de la capitalización y el progreso
      técnico.

      La baja productividad de cada sistema regional
      determinaba la existencia de un estrecho mercado interno que
      reducía las posibilidades de la división del
      trabajo y de la expansión del intercambio dentro de
      cada región. La mayor parte del esfuerzo productivo de
      la población se desarrollaba fuera de la
      economía del mercado.

      La producción agropecuaria ocupaba entre el
      80 y el 90% de la mano de obra total. El resto estaba
      empleado en los servicios
      y la manufactura.

    2. Debilidad del sector exportador y la estructura
      productiva interna:
      En ningún momento se produjo
      una expansión sostenida de los mercados
      exteriores como para modificas, aún transitoriamente,
      esta insignificancia relativa del "sector externo" dentro de
      las economías regionales. La debilidad del sector
      externo permite comprender el estancamiento de los diferentes
      sistemas
      regionales. Pero también explica el hecho de la
      diversificación de las estructuras productivas de cada región
      y del autoabastecimiento de los principales productos y
      servicios
      consumidos por cada una de ellas.

      La importancia del sector de subsistencia que se
      desenvolvía fuera de la economía del mercado
      determinaba que la economía monetaria estuviese
      escasamente difundida. La economía monetaria
      sólo penetró en las transacciones destinadas
      básicamente al comercio exterior a la región
      misma. Las monedas metálicas españolas eran el
      medio de cambio
      utilizado en estos casos.

      La estrechez del mercado externo e interno
      reducía enormemente el incentivo a la inversión para expandir la capacidad
      instalada en las actividades agropecuarias y en las
      manufacturas o para abordar nuevas empresas en los mismos
      campos.

      La inexistencia de una actividad dinámica
      fuertemente vinculada al comercio exterior impedía la
      adopción sistemática de mejoras
      técnicas y organizativas en el proceso
      económico. El nivel tecnológico y la
      organización de las distintas actividades productivas
      no sufrieron cambios sustanciales durante todo el
      período, contribuyendo al estancamiento de la
      productividad y del producto
      bruto por habitante. El carácter eminentemente cerrado
      de las economías regionales se manifestaba
      también en la ausencia de incorporaciones
      significativas de población y de capital provenientes
      del exterior.

    3. Distribución del ingreso y
      acumulación de capital
      : La distribución estaba fuertemente
      condicionada por las relaciones concretas de los distintos
      grupos en el proceso productivo. Los únicos
      núcleos que poseían ingresos por
      encima del nivel de subsistencia eran los grupos de
      encomenderos y propietarios territoriales y, en menor medida,
      los rudimentarios grupos comerciales.
    4. Equilibrio entre las economías
      regionales
      : Se explica porque en todo el período en
      ninguna de esas regiones surgieron actividades exportadoras
      dinámicas que hubieran provocado el desplazamiento
      masivo del centro de gravedad de la economía. Privada de
      todo estímulo externo para su crecimiento y ausente toda
      posibilidad de desarrollo autónomo apoyado sobre la
      expansión de la demanda y la productividad, cada
      economía regional era un sistema cerrado y
      autosuficiente.

    hasta el siglo XVIII no se puede hablar de una
    economía nacional porque:

    • no existía un mercado nacional;
    • no había contacto entre las
      regiones;
    • había escasez de mano de obra
    • inexistencia de capital.

    Así pues la autosuficiencia es el símbolo
    del estancamiento económico entre los siglos XVI y
    XVIII.

    El
    puerto de Buenos Aires como intermediario
    comercial

    El carácter cerrado y autosuficiente de las
    regiones comienza a ser conmovido por el surgimiento concurrente
    de dos factores dinámicos del desarrollo:

    1. apertura del puerto de Buenos Aires como el
      intermediario para el comercio de las regiones meridionales del
      imperio sudamericano de España.
    2. importancia creciente que la ganadería del
      litoral va adquiriendo como actividad orientada hacia la
      exportación.

    El Río de la Plata poseía una
    ubicación geográfica que lo constituía en la
    mejor vía de acceso al corazón
    del imperio colonial español al sur del Perú. Las
    mercaderías importadas puestas en Potosí
    tenían precios muy
    distintos, según fuese su puerto de entrada Lima o Buenos
    Aires.

    Las razones para que durante prácticamente
    durante 250 años de vida colonial el Río de la
    Plata no cumpliese el papel que
    naturalmente le correspondía como centro de
    intermediación de la América colonial
    española al sur del Perú fueron:

    1. el insignificante desarrollo de la región
      pampeana y el carácter cerrado de las economías
      regionales del interior;
    2. el hecho de que el centro de gravedad del imperio
      colonial español estuviese en el Mar Caribe;
    3. las reglamentaciones económicas de la corona
      española que excluían al Río de la Plata
      de los cauces comerciales de la colonia. Las excepciones
      admitidas por España tuvieron por objeto posibilitar la
      subsistencia de Buenos Aires.

    La limitación fundamental a la expansión
    del intercambio a través del Río de la Plata estaba
    dada, por un lado, por la falta de producción exportable
    y, como contrapartida, por la insignificante capacidad de
    importar de estas poblaciones.

    La modificación radical de la política
    española frente al Río de la Plata obedeció
    principalmente a cambios en la estrategia global
    de la corona. La descentralización del poder administrativo,
    político y militar respondió a necesidades
    estratégicas de defensa de estos territorios frente a la
    creciente penetración portuguesa e inglesa en la
    región.

    El descubrimiento de metales y piedras preciosas, a
    fines del siglo XVIII, en el sur de Brasil, produjo
    un desplazamiento masivo del centro de gravedad de la
    economía colonial brasileña hacia el
    sur.

    El nuevo papel de Buenos Aires habría de influir
    decididamente en la etapa de transición a la
    economía primaria exportadora. Por un lado permitió
    el desarrollo de un sector comercial encargado del intercambio de
    la producción del interior con el exterior que fue ganando
    fuerza paulatina y acumulando capital e influencia en el proceso
    de desarrollo. Por el otro, enfrentó en medida creciente a
    las economías regionales prácticamente
    autosuficientes del interior con la competencia de la
    producción importada del exterior.

    Expansión de la
    ganadería

    La producción ganadera es la primera actividad
    que en escala significativa se orienta hacia la
    exportación. Las exportaciones de cueros constituyen el
    rubro ampliamente preponderante del comercio en la etapa de
    transición. Las exportaciones de cueros alcanzan los 2
    ½ millones de unidades hacia 1850, al mismo tiempo que van
    surgiendo nuevos rubros de exportaciones ganaderas,
    particularmente el tasajo y la lana.

    Las condiciones que facilitaron el desarrollo de la
    ganadería fueron:

    1. abundancia de tierras fértiles en la zona
      pampeana
      : Solo la presencia del indio, en la frontera de la
      zona productiva, y la inmensidad de la distancia, con las
      dificultades de transportes consiguientes, limitaban las
      posibilidades de aprovechamiento de las tierras
      pampeanas.
    2. expansión de la demanda mundial y
      liberalización del régimen comercial
      : El
      incipiente proceso de industrialización de las
      economías europeas estimuló el comercio mundial
      de productos tales como los cueros y las lanas. La mayor
      libertad de
      comercio a partir del Reglamento de Libre Comercio de
      1778 permitió aprovechar las posibilidades que
      ofrecían los mercados exteriores.
    3. escasa complejidad de la empresa
      ganadera
      : La cría, matanza y faena de ganado
      podía organizarse con muy precarios elementos
      técnicos y los problemas
      organizativos que planteaban eran muy simples.
    4. escasa demanda de mano de obra de la
      producción pecuaria
      : Aunque sin obstaculizar
      radicalmente el incipiente desarrollo ganadero, la escasez de
      mano de obra para la producción pecuaria se hizo sentir
      durante toda la etapa de transición y hasta bien entrada
      la segunda mitad del siglo XIX.

    Para aprovechar las nuevas oportunidades ofrecidas por
    el desarrollo pecuario debían solucionarse dos problemas
    básicos:

    1. De este modo, se plantea sistemáticamente,
      por vez primera, la necesidad de aumentar la extensión
      de las tierras disponibles. Al mismo tiempo, la
      formación de unidades de producción, estancias,
      para criar ganado y la necesidad de ejercer el derecho de
      propiedad
      sobre los rebaños, llevó obligadamente a la
      apropiación privada de la tierra.
      La expansión ganadera transforma la puja inicial por
      obtener "acciones
      de vaquería" en la expansión de la frontera y
      la apropiación territorial.

      Este proceso paralelo de expansión de la
      frontera en la zona pampeana y de apropiación privada
      de las nuevas tierras ocupadas, es el más importante
      en la etapa de transición y habría de ejercer
      una profunda influencia en el desarrollo posterior de la
      producción rural y del país en su
      conjunto.

      A fines del siglo XVIII, cuando se cierra la etapa
      de las economías regionales de subsistencia, de los
      300.000 km2 de superficie de la pcia. de Bs. As.,
      sólo alrededor de un 10% estaba integrado en la
      economía colonial.

      La campaña de Roca durante 1879
      completó definitivamente el proceso de
      ocupación territorial y la derrota del
      indio.

      La apropiación privada de las tierras fue
      paralela al proceso de ocupación territorial. La
      política de distribución de las tierras
      públicas, particularmente en la pcia. de Bs. As.
      llevó a una rápida distribución de la
      mayor parte de las tierras de la región pampeana entre
      reducidos grupos de personas. La apropiación
      territorial privada en la pcia. de Bs. As. alcanzó
      alrededor de 12 millones de hectáreas. En las otras
      provincias de la región pampeana también se
      produjo una marcada concentración de la propiedad
      territorial en pocas manos.

      Hacia 1860 la economía del país se
      entronca decididamente en la economía mundial y
      comienza la etapa de la economía primaria
      exportadora
      .

    2. La expansión de la frontera y l
      apropiación territorial
      : A partir de la segunda
      mitad del siglo XVIII la expansión de las exportaciones
      de cueros llevó a la necesidad de racionalizar la
      explotación pecuaria. No había ya suficiente
      hacienda cimarrona para vaquear y la matanza incrementada la
      había alejado más y más de los centros
      poblados. Surge entonces el rodeo como forma básica de
      la crianza de hacienda y la estancia se consolida como unidad
      de producción.
    3. Capitalización y mejoras técnicas
      del sector
      : Para consolidar su proceso de desarrollo, el
      sector pecuario debía introducir las mejoras
      organizativas y técnicas básicas para elevar su
      rentabilidad.

    La mejora organizativa fundamental consistió en
    la consolidación del sistema de la explotación en
    una gran propiedad territorial con unidad de administración y empleando trabajo
    asalariado. La estancia es la primera empresa
    capitalista en gran escala y expansiva que surge en la
    economía del país.

    En el nivel de las técnicas productivas se
    desarrolló el sistema de la crianza de animales en rodeo
    y comenzaron a introducirse los primeros reproductores
    importados para mejorar la calidad de la
    hacienda criolla. La difusión del alambrado, a partir de
    1850, constituyó otra mejora técnica de
    importancia que permitió la elevación de la
    rentabilidad
    de la estancia al consolidar los derechos jurídicos
    de propiedad, permitir al productor un aprovechamiento
    más racional de su tierra y
    reducir la necesidad de mano de obra al evitar las "rondas
    nocturnas" para vigilar la hacienda en campo
    abierto.

    La importancia creciente de la p" para vigilar la
    hacienda en campo abierto.

    La importancia creciente de la p de tasajo
    permitió una cierta integración de la economía del
    sector pecuario mediante la complementación de la
    cría de hacienda con su industrialización y el
    abastecimiento de la sal necesaria para el salado.

    La reinversión de las utilidades de los
    productores fue la principal fuente de financiamiento de la expansión del
    capital productivo del sector. Los núcleos comerciales
    de Buenos Aires volcaron también parte de sus capitales
    en el sector pecuario, vinculando estrechamente los intereses
    de los grupos comerciales porteños con la
    economía ganadera.

    Las inversiones
    de infraestructura (caminos) por el sector privado se limitaron
    al ámbito de la estancia y el sector
    público volcó su ahorro en
    los gastos
    necesarios para asegurar la expansión de la frontera y
    la lucha contra el indio.

    A partir de 1850 se expande la producción de la
    lana. Las modificaciones de la importancia relativa del vacuno
    y el lanar provocó desplazamientos en la
    utilización de las tierras de la zona pampeana, llegando
    a adquirir la cría de ovejas una posición
    preponderante dentro de la ocupación de tierras de la
    región en la época del auge de la
    lana.

    El cambio
    principal fue el surgimiento masivo de la producción
    agrícola, que hacia 1850 era una actividad eminentemente
    destinada a abastecer el mercado local y apenas ocupaba los
    cinturones verdes en torno a los
    núcleos poblados, para pasar hacia fines del siglo a
    proporcionar no menos de la mitad de las exportaciones del
    país, estando éstas a niveles sin
    precedentes.

    El
    desarrollo del litoral

    Durante la etapa de transición no se formó
    aún la economía nacional, porque subsistían
    las condiciones de aislamiento de las economías
    regionales.

    En el Litoral la expansión de las actividades
    comerciales y ganaderas incorporó a su proceso de
    crecimiento elementos dinámicos que lo distinguen con
    nitidez del de otras regiones.

    Esta análisis diferencia es indispensable, por
    otra parte, para comprender como las nuevas condiciones fueron
    rompiendo el equilibrio
    entre las economías regionales del actual territorio
    nacional.

    Aumento de la
    población

    Creció sostenidamente durante toda la etapa de
    transición, particularmente en Buenos Aires. Entre 1800 y
    1869, fecha del primer censo nacional, la población de las
    provincias del Litoral, pasó de aproximadamente 100.000 a
    850.000 habitantes.

    El aumento poblacional en el Litoral fue paralelo con la
    expansión de la frontera de tal modo que la densidad de
    población en las tierras efectivamente ocupadas
    aumentó en mucha menor proporción de lo que
    podría deducirse.

    Expansión de las
    exportaciones y
    evolución de la estructura
    productiva

    El Litoral fue el que asimiló la mayor parte de
    los efectos expansivos del crecimiento del comercio exterior. La
    población del Litoral se fue integrando paulatinamente en
    la economía del mercado abandonando las actividades de
    subsistencia que continuaron preponderando en el
    Interior.

    La expansión del ingreso en el Litoral durante la
    etapa de transición provocó una elevación de
    la demanda efectiva y una mayor diversificación de la
    misma, como siempre ocurre cuando se elevan las condiciones de
    vida y va perdiendo importancia relativa el consumo de los
    artículos esenciales para la subsistencia y
    adquiriéndola los artículos manufacturados, los
    servicios y las maquinarias, equipos y otros bienes de
    capital componentes de la inversión interna.

    El objetivo
    económico de la revolución
    de independencia
    fue eliminar definitivamente las trabas al comercio que
    aún subsistían en la reglamentación
    colonial, a pesar de la liberalización de 1778.

    La elevación del nivel de ingresos y la
    importancia que iban adquiriendo las ocupaciones comerciales y
    urbanas provocó el crecimiento de la población de
    las ciudades del Litoral.

    Distribución del
    ingreso. Acumulación de capital

    El hecho de que el sector pecuario generara alrededor
    del 30 al 35% del producto del
    Litoral, y que la producción ganadera se realizara
    básicamente en grandes propiedades, fue el principal
    factor determinante de la concentración del ingreso en una
    reducida parte de la población. La actividad comercial
    también estaba fuertemente concentrada en los
    círculos vinculados al comercio exterior.

    El comportamiento
    del sector público

    Los gobiernos provinciales, particularmente el de la
    provincia de Buenos Aires, cumplieron en la etapa de
    transición un papel que tendió a consolidar la
    situación de los sectores ganaderos y
    comerciales.

    La dependencia casi absoluta de los ingresos fiscales
    corrientes de los derechos aplicados sobre el
    comercio exterior otorgaba una gran inestabilidad a los ingresos
    públicos. Otras fuentes de
    recursos, como la colocación de títulos
    públicos en el exterior y la venta de tierras
    fiscales fueron de escasa significación.

    Pero hubo otras dos fuentes
    significativas de obtención de recursos para el fisco.
    Ellas fueron la colocación de empréstitos internos
    y la emisión de papel moneda.

    Los empréstitos internos adoptaron a menudo el
    carácter de contribuciones forzosas aplicadas a los grupos
    que disponían de recursos en la época, esto es,
    comerciantes y terratenientes. También se colocaban
    empréstitos tomados voluntariamente por el
    público.

    La emisión lisa y llana de papel moneda para
    pagar los gastos
    públicos tenía varias ventajas para el fisco:
    recibía dinero sin
    necesidad de devolverlo y se evitaba el trabajo de
    vender los títulos públicos. Pero esta era una
    razón circunstancial y secundaria. El respaldo y
    estímulo de la política de expansión
    monetaria frente a la de colocación de empréstitos
    internos, eran los ganaderos y los comerciantes.

    La razón es clara. esos grupos eran los que
    debían tomar los empréstitos cada vez que se
    emitían porque eran los únicos grupos con
    suficientes recursos para hacerlo. La emisión monetaria,
    en cambio, les eximía de responsabilidad. Pero, además, la
    inflación interna desencadenada por la emisión
    también los favorecía porque mientras los precios de los
    productos que esos grupos vendían aumentaban al
    compás de la devaluación de la moneda nacional, los
    salarios y otros
    costos pagados crecían en menor proporción, y con
    posterioridad a la depreciación del peso.

    La expansión monetaria repercutió en el
    poder adquisitivo interno de la moneda y en su tipo de cambio
    externo. La depreciación del papel moneda de la
    provincia con respecto al peso oro no fue pronunciada.

    En la medida en que la política
    fiscal tendió a conjugar los déficit con
    emisión y no con empréstitos internos, se
    trasladó el peso de la financiación de aquellos de
    los sectores de terratenientes y comerciantes a los sectores de
    ingresos reducidos de la población. Éstos
    últimos realizaron así un verdadero ahorro forzoso
    por la caída de sus ingresos reales frente al aumento del
    nivel de precios.

    La expansión monetaria agotó sus efectos
    sobre la economía con la traslación interna de
    ingresos de unos sectores a otros. Cuando fue aplicada frente a
    contracciones del comercio exterior, su efecto compensatorio
    sobre el nivel de actividad interna fue escaso. Al contraerse las
    exportaciones, el consumo interno no podía absorber los
    excedentes de productos ganaderos. Tampoco se producía un
    desplazamiento de factores productivos, capital y mano de obra ,
    ocupados en la producción ganadera hacia la
    producción de otros bienes
    destinados a satisfacer el consumo interno insatisfecho por la
    contracción de las importaciones
    derivada de la caída de ingresos de exportación. En
    una economía tan poco diversificada y sin base industrial
    era imposible provocar en el corto plazo un desplazamiento
    apreciable de factores productivos del sector exportador al
    sector destinado a satisfacer el consumo interno, o sea,
    sustituir importaciones.

    La inflación, pues, provocaba el aumento de los
    precios y de los ingresos monetarios, pero el ingreso y la
    producción reales permanecían a los niveles
    impuestos por
    las exportaciones. La inflación sólo podría
    haber estimulado la diversificación de la estructura
    productiva interna mediante una política paralela de
    restricción de las importaciones, que se querían
    sustituir; pero esto contradecía la política y los
    objetivos de
    largo plazo de los grupos dominantes del Litoral.

    La escasez del ahorro del sector público
    determinó la ausencia casi total de obra pública
    durante la etapa, particularmente en inversiones de
    infraestructura, especialmente la mejora de caminos. Sin embargo,
    los gastos en defensa de la pcia. de Bs. As. en cuanto
    financiaban las campañas contra el indio y provocaban la
    expansión de la frontera constituyeron verdaderas
    inversiones del sector público que ampliaban la capacidad
    productiva provincial al incorporar nuevas tierras al proceso
    económico. La apropiación privada posterior de las
    nuevas tierras determinó una transferencia
    prácticamente sin costo al sector
    privado de las inversiones realizadas en este campo por el
    gobierno.

    Limitaciones al desarrollo
    del Litoral en la etapa

    El proceso de transformación y de crecimiento de
    la economía estuvo limitado en toda la etapa de
    transición. La región siguió siendo
    escasamente poblada y las condiciones de vida, particularmente de
    las poblaciones más alejadas de los centros urbanos,
    continuó siendo muy primitiva. El desierto y la
    "civilización del cuero" seguían predominando en
    las zonas rurales del Litoral al promediar el siglo XIX. La
    densidad de
    población en la campaña bonaerense era, aún
    en 1896, apenas de un habitante por km2.

    Los principales factores de limitación
    eran:

    1. Hasta la primera mitad del siglo XIX no se
      había consumado aún la integración y
      formación del mercado mundial con las
      características que adquiriría a partir de la
      segunda mitad del siglo. La revolución
      industrial no había transformado aún en
      profundidad las estructuras
      económicas de los países europeos y los sistemas
      de transporte marítimo no habían recibido el
      impacto de las mejoras técnicas de la utilización
      del acero y del
      vapor en los buques de ultramar, manteniendo los fletes
      excesivamente altos para la economicidad del transporte de
      numerosos productos agropecuarios. Tampoco se habían
      producido las innovaciones técnicas como la refrigeración de carnes, que
      abrirían más tarde horizontes revolucionarios a
      la producción ganadera. La expansión de las
      exportaciones argentinas estuvo comprimida durante todo el
      período por este hecho básico.
    2. Como consecuencia del hecho anterior, no se
      habían incorporado al país cantidades suficientes
      de capital y mano de obra como para poblar la región
      pampeana y aprovechar racionalmente la tierra
      disponible. La utilización de la tierra en todo el
      período de la transición fue sumamente precaria y
      extensiva, el nivel tecnológico de las actividades
      pecuarias sustancialmente bajo, la producción
      agrícola limitada a producir para el mercado interno, la
      población rural muy reducida. El capital de
      infraestructura estaba prácticamente en el mismo
      estado que
      en la etapa de la economía primaria de
      subsistencia.

    Pero esto no empaña el hecho fundamental de que,
    por primera vez en la historia económica
    del país, se incorpora a su proceso de desarrollo el
    elemento dinámico del crecimiento en la época: la
    expansión de la demanda externa.

    En la etapa de transición cristalizó el
    régimen de propiedad de la tierra que influiría
    sensiblemente en el desarrollo posterior. El crecimiento del
    sector agropecuario estuvo frecuentemente influído por
    este hecho.

    La disposición de la tierra pública y su
    venta en grandes propiedades en las zonas más
    fértiles sentó algunas de las bases fundamentales
    para el comportamiento
    de la economía nacional en la etapa siguiente. La
    concentración de la propiedad territorial se
    constituyó en uno de los factores de la
    concentración del ingreso del sector agropecuario en pocas
    manos; proporcionó el marco jurídico para el
    asentamiento de las futuras corrientes inmigratorias; fijó
    el tipo de organización de la empresa rural en grandes
    unidades de producción, y la distribución de la
    utilización de la tierra entre la ganadería y la
    agricultura; y configuró una estructura social y
    política en la realidad argentina que condicionó de
    manera fundamental todo el desarrollo posterior del país
    hasta la actualidad.

    El
    estancamiento del interior

    Evolución de la
    población

    Agotado el efecto de la declinación de la
    población indígena sobre la evolución
    demográfica, la población de las regiones del
    Interior creció durante la etapa de transición.
    Este aumento tuvo su origen básicamente en el crecimiento
    vegetativo ya que aquéllas no recibieron corrientes
    inmigratorias.

    La población total de las regiones del Interior
    pasó de 250.000 en 1800 a 900.00 en 1869. Si se compara la
    relación existente entre la población del Interior
    con la del total del país, se observa que mientras en 1800
    ella ascendía al 70% en 1869 había caído al
    50%. El Litoral concentró la mayor parte del aumento
    demográfico del país y su participación paso
    del 30 al 50% entre 1800 y 1869.

    Estrangulamiento del
    sector externo

    Un hecho fundamental para el desarrollo de las
    exportaciones del Interior fue la política de libre cambio
    seguida por la provincia de Buenos Aires desde la independencia.
    El mercado del Litoral era el único cuya demanda interna
    crecía al influjo de la expansión de las
    exportaciones. Pero esta demanda interna se satisfacía
    fundamentalmente con bienes importados del exterior. El Interior
    pudo haber recibido por vía indirecta los beneficios de
    esa expansión de las exportaciones, a través del
    incremento de sus propias ventas para
    satisfacer la demanda creciente del Litoral. La libertad de
    importaciones seguida por Buenos Aires ahogó esta
    posibilidad y, con ello, toda posibilidad de difundir los
    impulsos dinámicos generados por la expansión de
    las exportaciones del Litoral.

    En algunas provincias del Interior ciertas actividades
    destinadas al comercio interregional subsistieron y aún se
    consolidaron durante la etapa de transición como el
    azúcar en Tucumán.

    Permanencia de las
    condiciones de estancamiento

    El estancamiento de las exportaciones del Interior
    cerró cualquier posibilidad de desarrollo en la etapa a de
    transición. Ausente toda perspectiva de crecimiento dentro
    de cada frontera regional mediante la aplicación de
    innovaciones técnicas y el aumento consecuente de la
    productividad, el ingreso y la demanda efectiva, el
    estrangulamiento del sector externo impidió la ruptura del
    estancamiento tradicional.

    La concentración de las exportaciones ganaderas
    en el Litoral y la apertura de su mercado a la producción
    extranjera sella, pues, el esquema de estancamiento de las
    provincias del Interior.

    Dados los factores condicionantes de su desarrollo, la
    naturaleza de
    las economías del Interior no se modificó durante
    la etapa de transición. La producción de cada
    región se siguió utilizando fundamentalmente dentro
    de cada mercado interno y una parte sustancial de la
    población activa continuó ocupada en actividades de
    subsistencia, fuera de la economía del mercado.

    Incapacidad financiera de
    los fiscos del Interior

    En ausencia de toda actividad expansiva y frente a los
    bajos niveles de ingresos imperantes, poco era lo que
    podían hacer los gobiernos para reorientar la
    utilización de los recursos económicos o impulsar
    el crecimiento.

    Los ingresos fiscales estaban fuertemente limitados. La
    razón principal era el bajo nivel de exportaciones e
    importaciones que impedía recaudar tributos
    sustanciales sobre los mismos. Dada la alta proporción de
    la población que vivía fuera de la economía
    del mercado y ocupada en actividades de subsistencia, la
    posibilidad del gobierno de
    hacerse de ingresos a través de la emisión de papel
    moneda era muy limitada.

    Pese a esta precariedad de ingresos impositivos y de
    recursos de tipo inflacionario, los gastos de los gobiernos
    mediterráneos eran estimulados por los mismos factores que
    operaron en el Litoral: las guerras de
    independencia, primero; las luchas federales y las
    campañas contra el indio, después. El recurso a que
    se apeló en las ocasiones extremas fueron los
    empréstitos forzados aplicados a la población y
    dentro de ésta a los únicos que podían
    pagarlos, comerciantes y propietarios territoriales. La
    única solución posible era comprimir al
    máximo las actividades del sector
    público.

    Creciente desequilibrio
    interregional

    Las provincias comprendieron muy bien que la
    solución de sus problemas económicos no radicaba
    dentro de sus fronteras sino que dependían
    básicamente de la provincia de Buenos Aires. La lucha del
    Interior por imponer una política proteccionista a dicha
    provincia era la única forma de asegurar el expansivo
    mercado del Litoral para la producción
    mediterránea.

    Durante toda la etapa de transición, sin embargo,
    no llegó a quebrantarse definitivamente el equilibrio,
    entre las distintas regiones, imperante desde la época de
    la colonia. Las enormes distancias seguían constituyendo
    la mejor barrera proteccionista y el desarrollo del Litoral no
    había alcanzado hasta 1860 el impulso arrollador que
    adquiriría más tarde.

    La subordinación definitiva del Interior se
    produciría recién en la etapa de la economía
    primaria exportadora en que las corrientes inmigratorias y la
    vigorosa expansión de las exportaciones agropecuarias de
    la zona pampeana, convirtieron al Litoral en el centro
    dinámico indiscutido del desarrollo del país. Los
    ferrocarriles, por su parte, barrerían con las distancias,
    última línea de defensa del aislamiento del
    Interior.

    El
    progreso técnico y la integración de la
    economía mundial

    La revolución tecnológica inaugurada en
    Europa a fines del siglo XVIII y la industrialización de
    los países más avanzados del Viejo Mundo,
    determinaron, entre otras, la apertura de posibilidades de
    desarrollo de los territorios aptos para la producción
    agropecuaria de clima templado.
    La fértil pradera pampeana se constituyó así
    en un centro natural de atracción de los intereses
    europeos, particularmente los británicos.

    La intensidad de la integración de la Argentina
    en la expansiva economía mundial desde mediados del siglo
    XIX, revolucionó en pocas décadas la
    fisonomía social, política y económica del
    país.

    Se llama etapa de la economía primaria
    exportadora
    porque la producción agropecuaria es en
    toda la etapa el sector más importante de la
    producción nacional y porque la exportación de
    productos agropecuarios constituye el elemento dinámico
    del desarrollo del período.

    Papel dinámico del
    progreso técnico

    El conjunto de innovaciones técnicas que
    comienzan a surgir a fines del siglo XVIII conocidas como la
    "revolución
    industrial", iniciaron la ruptura de aquella barrera y
    abrieron una frontera ilimitada al desarrollo
    económico.

    El progreso técnico crea permanentemente nuevas
    líneas de producción y modifica las existentes;
    constituye el elemento dinámico fundamental del desarrollo
    desde fines del siglo XVIII y reemplaza, a partir de entonces, a
    la simple ampliación de la frontera geográfica del
    mercado como factor determinante básico del crecimiento de
    la productividad.

    Carácter integrador
    de la tecnología

    El progreso tecnológico tiene un carácter
    eminentemente integrador de la actividad económica. El
    aumento de productividad e ingresos que provoca su
    penetración creciente en campos especializados de la
    producción determina una complementación cada vez
    mayor de los distintos campos de actividad, la expansión
    de la división del trabajo, la dependencia creciente de
    unos productos con otros.

    El carácter integrado del progreso técnico
    se extiende al ámbito internacional, y la formación
    del mercado mundial, a partir de la segunda mitad del siglo XIX,
    es una manifestación de aquel carácter
    integrador.

    La integración de
    la economía mundial

    Se realizó por las siguientes
    vías:

    1. Movimiento internacional de capitales: La
      apertura de los mercados europeos a la producción de
      alimentos y materias primas del exterior fue consecuencia del
      proceso de industrialización de los países de
      Europa, la especialización creciente de éstos en
      la producción manufacturera y la mejora de los medios de
      navegación de ultramar que rebajaron radicalmente los
      costos de transporte. Esto abrió en las economías
      de los países ajenos a la revolución
      tecnológica y a la industrialización de la
      época, llamados más tarde de la periferia,
      grandes posibilidades de inversión en las actividades
      destinadas a producir para los mercados de los países
      industrializados.
    2. Migraciones: Las migraciones de
      población desde Europa hacia países de ultramar
      durante el siglo XIX hasta el comienzo de la Primera Guerra
      Mundial, constituyen un episodio fundamental de la
      integración de la economía
      internacional. La consecuencia fundamental de las
      corrientes migratorias europeas fue que ellas permitieron
      incorporar a los países de grandes recursos naturales y
      escasa densidad de población al proceso formativo de la
      economía mundial.
    3. Expansión del comercio mundial:
      Completa el cuadro del proceso de integración de la
      economía mundial durante el período. Entre 1870 y
      1913 el volumen
      físico de las exportaciones mundiales creció casi
      5 veces.
    4. Sistema multilateral de comercio y pagos: El
      movimiento
      internacional de capitales, la expansión del comercio y
      las corrientes inmigratorias crearon una interdependencia
      creciente entre los distintos países y en la
      economía mundial en su conjunto. Esa interdependencia se
      manifestó en una multiplicación del flujo de
      pagos internacionales en concepto de
      envío de capitales y remisiones de utilidades e
      intereses sobre los mismos, de pago de las transacciones
      comerciales y de remisión de fondos por los inmigrantes
      a sus países de origen. El sistema multilateral de
      comercio y pagos comenzó a expandirse desde las
      últimas décadas del siglo XIX hasta su quiebra como
      resultado de la crisis
      mundial de 1929.

    Cauces de la
    integración económica

    En todo el período Inglaterra
    jugó un rol fundamental como exportadora de capitales y
    fuente de las corrientes migratorias. Fue principalmente a
    través del capital británico que los países
    no europeos fueron incorporados a la órbita de la
    economía internacional.

    El aspecto más importante del proceso integrador
    de la economía mundial a partir de las últimas
    décadas del siglo XIX es la incorporación dentro de
    ella de un grupo
    numerosos de países en calidad de
    productores y exportadores de materias primas y alimentos;
    países que en adelante llamaremos de producción
    primaria o periféricos.

    El impulso integrador surgió fundamentalmente de
    los países industrializados de Europa, y de Inglaterra en
    primer lugar. Este hecho impuso cauces bien definidos a la
    incorporación de los países de producción
    primaria al mercado mundial.

    Las economías industriales siguieron tres
    líneas de acción frente a las economías
    periféricas incorporadas al mercado mundial:

    1. Buscaron en estas fuentes de abastecimiento de
      alimentos y de materias primas condiciones más
      económicas de las que podían producirse
      internamente u obtenerse en los proveedores
      tradicionales;
    2. Procuraron ampliar sus mercados de colocación
      de productos industriales penetrando con ellos en los mercados
      internos de los países de producción
      primaria;
    3. Canalizaron sus capitales hacia estos países
      en búsqueda de mayores rendimientos y con la finalidad
      de capacitar a sus economías para cumplir con las
      funciones
      señaladas en los dos puntos anteriores.

    Este proceso sentó las bases de una
    división internacional del trabajo en el cual la
    economía mundial se componía en medida sustancial
    por países productores y exportadores de productos
    primarios e importadores de manufacturas, por un lado, y, por el
    otro, por países importadores de productos primarios y
    exportadores de manufacturas. Los segundos eran exportadores de
    capitales hacia los primeros y éstos, en concepto de
    retribución por esos capitales, pagaban utilidades e
    intereses que volvían a reinvertirse en ellos o
    financiaban exportaciones a los países
    acreedores.

    En los países industriales el proceso de
    integración de la economía mundial aceleró
    la transformación y diversificación de sus
    estructuras económicas y aumentó el ritmo de
    desarrollo. La importación de alimentos y materias primas
    a precios más baratos que los producidos internamente
    provocó la disminución de la importancia del sector
    primario dentro de sus economías y el traslado acelerado
    de la mano de obra hacia actividades industriales y servicios de
    más alta productividad que las primarias.

    En los países de producción primaria el
    proceso integrador de la economía mundial conmovió
    profundamente sus estructuras económicas y sus ritmos de
    desarrollo.

    Ubicación de la
    Argentina en la economía mundial

    Los 60 millones de hectáreas de su zona pampeana
    de características ecológicas excepcionalmente
    aptas para la producción ganadera y agrícola de
    zona templada, se constituyeron en uno de los principales centros
    de atracción del flujo migratorio europeo y del movimiento
    internacional de capitales. El resultado de este proceso fueron
    el vigoroso aumento de las exportaciones argentinas y la
    ubicación del país en un lugar destacado en la
    economía mundial, tanto por el volumen de su
    comercio exterior como por la magnitud de los capitales
    extranjeros invertidos en él.

    Factores
    condicionantes y expansión
    agropecuaria

    La incorporación de la economía
    argentina al expansivo mercado mundial a partir de mediados
    del siglo XIX se efectuó sobre la base de la
    expansión de las exportaciones de productos
    agropecuarios.

    El incremento de las exportaciones fue posible por dos
    motivos principales:

    1. Fuerte expansión de la demanda mundial de
      productos agropecuarios de clima templado resultante de la
      integración creciente de la economía mundial a
      partir de mediados del siglo XIX.
    2. Disponibilidad de enormes extensiones de tierras
      fértiles en la zona pampeana, no explotadas o
      sólo parcialmente utilizadas.

    Pero estos factores no bastaban: la escasez de mano de
    obra impedía el aumento sustancial de la producción
    y de las exportaciones agropecuarias.

    Por otro lado los medios de transporte terrestres
    continuaban siendo prácticamente los mismos de la colonia.
    El tráfico en carretas y la práctica ausencia de
    caminos mejorados determinaba un nivel de fletes que hacía
    imposible la puesta en producción de las tierras alejadas
    del puerto de Buenos Aires y limitaba la expansión de las
    actividades, particularmente para los productos
    agrícolas.

    La separación de la provincia de Buenos Aires de
    la Confederación y la guerra civil,
    creaban un clima de inestabilidad política que
    obstaculizaba el poblamiento de la zona pampeana, el trazado de
    ferrocarriles, la entrada de capitales del exterior.

    Era necesario solucionar esos problemas y así se
    hizo:

    1. Inmigración: La solución estaba
      en la incorporación de población ajena a la
      región misma, es decir de fuertes contingentes
      migratorios del exterior. Pese al aumento de población y
      de disponibilidad de fuerza de trabajo en la zona pampeana, la
      característica del sector agropecuario
      continuaría siendo la baja cantidad de mano de obra
      ocupada por superficie explotada, pero dicho aumento,
      conjuntamente con las mejoras técnicas y la
      mecanización introducida en las explotaciones,
      permitió la fuerte expansión de la
      producción rural registrada en la etapa.
    2. Ferrocarriles: El ferrocarril fue la respuesta
      al problema de transporte, rebajando radicalmente los fletes y
      posibilitando la puesta en producción de las tierras
      más alejadas de los puertos de embarque y de los centros
      de consumo. En 1857 existían solamente 10 km. De
      vías férreas, en 1887 6700 km, en 1900 16.600 km.
      y en 1914 35.500 km. La financiación de las inversiones
      en ferrocarriles se realizó fundamentalmente con capital
      extranjero. El capital privado argentino nunca
      contribuyó en medida significativa a la expansión
      ferroviaria y el sector público, salvo en casos
      marginales y aislados de construcción y administración directa, se limitó
      a crear las condiciones propicias a la radicación de
      capital extranjero en la actividad ferrocarrilera. Las medidas
      de incentivo incluían la concesión de tierras, la
      garantía de tasas mínimas de ganancias y la libre
      transferibilidad al exterior de los servicios del capital
      invertido. Los ferrocarriles representaban en 1913 el 36% del
      capital extranjero total invertido en el
      país.
    3. Organización nacional: La
      reincorporación de la pcia. De Bs. As. A la unión
      nacional en 1861 y la elección de Mitre como presidente
      del país unificado en 1862, consuma, en el plano
      institucional, el último de los requisitos
      básicos para le funcionamiento de la economía
      primaria exportadora. La relación estrecha entre la
      estabilidad y la organización institucional y el
      funcionamiento del sistema económico de la nueva etapa,
      particularmente en referencia a:
    • Régimen presupuestario: La
      nacionalización de las recaudaciones de aduana y el
      establecimiento del primer presupuesto nacional efectivo sentaron las
      bases de un fisco cuyos recursos se irían expandiendo
      al compás del aumento del comercio exterior y del
      desarrollo general del país. Este fisco podía
      adquirir compromisos en el exterior vendiendo sus
      títulos públicos en Londres y otros mercados
      financieros internacionales.
    • Sistema monetario: No bastaba la existencia
      de un presupuesto nacional para crear condiciones
      totalmente satisfactorias para la entrada de capital
      extranjero, particularmente en cuanto se refiere a la compra
      de títulos públicos. Era necesario,
      además, establecer un sistema monetario que permitiese
      condiciones de estabilidad para el valor de
      la moneda nacional y asegurarse el puntual cumplimiento de
      los compromisos exteriores del sector público. La
      convertibilidad del oro en pesos y del peso en oro por un
      solo instituto emisor, aseguraba la estabilidad del tipo de
      cambio y evitaba la creación de dinero
      para financiar los déficit del gobierno. El ajuste
      estricto del sistema monetario interno al patrón oro
      servía a varios propósitos: equilibraba el
      balance de pagos, aseguraba la estabilidad del peso, evitaba
      la expansión monetaria sin respaldo oro,
      imponía un marco de responsabilidad a la política del
      gobierno y garantizaba a los inversores extranjeros el
      puntual cumplimiento de los compromisos de la deuda
      pública externa. Recién en 1899, con la
      creación de la Caja de Conversión, la centralización en la misma de la
      facultad de emitir y el establecimiento de la convertibilidad
      se sentaron las bases monetarias para el funcionamiento
      adecuado del sistema.

    El aumento de las exportaciones y el arribo de
    capitales del exterior aumentaba la capacidad de importar.
    Frente a esta creciente posibilidad de adquirir bienes y
    servicios en el exterior se siguió una política
    de libertad de importaciones. Pero para que esta
    política de libre cambio fuera efectiva era necesario
    unir el mercado nacional eliminando las aduanas
    interiores y las restricciones al tráfico provincial.
    Esto se logro en 1862 al formarse el primer gobierno nacional
    posterior a la organización del país.

    La organización política e institucional
    del país proporcionó pues, las garantías
    necesarias para la entrada de capitales e inmigrantes del
    exterior y posibilitó la adopción
    de una política
    económica que facilitó las fuerzas de la
    integración de la economía
    argentina en el mercado mundial dentro de los moldes de una
    economía primaria exportadora.

    1. Régimen de tenencia de la tierra: La
      influencia concurrente de los factores dados
      (expansión de la demanda mundial y amplia existencia
      de tierras fértiles en la región pampeana) y de
      los factores adquiridos (inmigración, ferrocarriles y la
      organización nacional) proporcionó las
      condiciones básicas para el desarrollo de la
      producción agropecuaria en la zona pampeana y el
      crecimiento de las exportaciones

    Sin embargo, la intensidad del desarrollo del sector
    rural y la conformación social resultante del mismo,
    estuvieron fuertemente condicionadas por el régimen de
    tenencias de la tierra heredado de la etapa de
    transición.

    El régimen de tenencia ejerció su
    influencia sobre el desarrollo del sector rural y de la
    economía en su conjunto en tres campos
    principales:

    • la estratificación social: El elevado
      grado de concentración de la propiedad territorial y
      de difusión del sistema de arrendamiento se refleja en
      a estructura social del sector agropecuario. El
      régimen de tenencia impidió que la
      producción agropecuaria se apoyara básicamente
      en una poderosa clase de productores medios, con unidades de
      explotación de dimensión tal que hubieran
      permitido la utilización creciente de la
      técnica y maquinaria agrícola con el
      consiguiente aumento de la productividad y los
      ingresos.
    • el crecimiento de la producción
      agropecuaria
      : Las características del
      régimen de tenencia disminuyeron las posibilidades de
      crecimiento de la producción rural. Por una lado,
      porque la falta de acceso a la tierra redujo la capacidad del
      campo de absorber las corrientes migratorias del exterior.
      Por otro lado, la capacidad de capitalización del
      sector se vio limitada por la falta de interés de los arrendatarios en
      realizar inversiones fijas permanentes en tierras que no les
      pertenecían y por la alta inclinación de los
      grandes propietarios a destinar una proporción de su
      ingreso al consumo de tipo suntuario y a realizar inversiones
      fuera del sector, particularmente en construcciones en la
      ciudad de Buenos Aires y otras ciudades.
    • el equilibrio político interno: La
      concentración de la propiedad territorial en pocas
      manos aglutinó la fuerza representativa del sector
      rural en un grupo social que ejerció una poderosa
      influencia en la vida nacional. Este grupo se orientó,
      en respuesta a sus intereses inmediatos y a los de los
      círculos extranjeros a los cuales se hallan
      vinculados, hacia una política de libre
      comercio opuesta a la integración de la estructura
      económica del país mediante el desarrollo de
      los sectores industriales básicos t opuesta
      también a cualquier reforma del régimen de
      tenencia de la tierra.

    Bajo el influjo de condiciones excepcionalmente
    favorables para el desarrollo agropecuario, se fue ampliando
    rápidamente la cantidad de las tierras de la región
    pampeana puestas en producción. La superficie total
    sembrada pasó de 340.000 ha en 1875, a 6 millones en 1900,
    a 20 millones en 1913 y a 25 millones en 1929.

    El hecho más notable de la expansión de la
    producción rural desde la década de 1870 hasta la
    primera década de este siglo, radica en la fuerte
    expansión de la producción agrícola,
    fundamentalmente cereales y lino. Hacia 1870 las exportaciones de
    productos agrícolas representaban menos del 1% y las de
    productos ganaderos el 95%. La participación
    agrícola estaba cerca del 20% hacia 1890 y la ganadera en
    alrededor del 80%. En el primer quinquenio de este siglo, las
    participaciones de la agricultura y la ganadería eran ya
    prácticamente equivalentes con cerca del 48% de las
    exportaciones totales para cada una.

    Hubo cambios en las exportaciones; primero el aumento de
    las exportaciones de lana y, hacia fines del siglo XIX, la
    vigorosa expansión de las de carnes, al introducirse el
    frigorífico y la exportación de carnes enfriadas,
    fundamentalmente al Reino Unido.

    Las mejoras técnicas en la producción
    ganadera y agrícola, y la capitalización en ambas
    fueron naturalmente parte indisoluble del proceso de crecimiento
    del sector. Al comienzo de la segunda mitad del siglo XIX la
    agricultura era prácticamente insignificante. En la
    ganadería la zanja primitiva, para demarcar los
    límites de la estancia y el pozo y la aguada natural para
    abrevar la hacienda, comienzan a ser reemplazadas por el
    alambrado, los molinos de viento y el tanque
    australiano.

    La introducción de reproductores importados
    permitió un rápido mejoramiento de la calidad de
    las haciendas y las prácticas organizativas de la
    producción pecuaria fueron mejoradas en muchos
    establecimientos por la incorporación de personal
    especializado proveniente de Inglaterra y Escocia.

    En las actividades agrícolas la
    introducción de semillas importadas y la
    importación de maquinaria fueron los principales
    estímulos a la mejora de la productividad
    agrícola.

    Estructura y dinámica del
    sistema

    Exportaciones y
    endeudamiento externo

    Tanto el volumen como el precio de los
    productos rurales exportados por Argentina estaban condicionados
    por el nivel de la demanda externa y éste, a su vez, por
    el de la actividad económica de los países
    industrializados que absorbían la mayor parte de los
    productos agropecuarios comercializados en el mercado mundial. La
    expansión o contracción de las importaciones de
    estos productos primarios afectaba no sólo los
    volúmenes importados sino también los precios
    pagados por ellos.

    El capital extranjero radicado en el país
    producía intereses y utilidades que, juntamente con las
    amortizaciones del mismo, se remitían al exterior en
    concepto de servicios de capital.

    Por otra parte, las garantías de rendimiento
    mínimo otorgadas a ciertas inversiones extranjeras,
    particularmente en ferrocarriles, creaba compromisos adicionales
    al fisco cuando las ganancias generadas por las empresas
    extranjeras garantizadas no alcanzaban a cubrir los rendimientos
    mínimos.

    En la práctica, el oro y las divisas necesarias
    para pagar los servicios del capital extranjero fueron
    proporcionados no solamente por los recursos generados por las
    exportaciones del país sino también por nuevas
    radicaciones de capital extranjero.

    El nivel de actividad económica en los
    países industrializados condicionaba así,
    simultáneamente, los principales factores del
    desenvolvimiento económico de Argentina: las exportaciones
    y la radicación de capitales extranjeros.

    La vulnerabilidad
    exterior

    La vulnerabilidad exterior de la economía
    argentina operaba en tres planos interdependientes:

    1. En sentido inverso, la contracción de las
      exportaciones determinaba una disminución de los
      ingresos de los productores agropecuarios y la
      reducción tanto de sus compras
      en el exterior como del gasto realizado en la compra de
      bienes y servicios producidos internamente. Esto provocaba
      la desocupación de capitales y mano de
      obra directa en los sectores destinados a producir para el
      mercado interno y la consecuente reducción de los
      ingresos y el gasto de estos sectores. Se agravaba
      así la tendencia depresiva inicial puesta en marcha
      por la contracción de las exportaciones.

    2. Nivel de ocupación e ingresos internos:
      La expansión de las exportaciones no sólo
      repercutía en el nivel de ocupación y de
      ingresos de los factores de la producción ocupados
      en el sector agropecuario. Ello determinaba también
      el proceso de crecimiento del conjunto de la
      economía nacional mediante la movilización
      del mecanismo multiplicador del ingreso interno.

      Una elevada proporción de las utilidades e
      intereses del capital extranjero era compensada con la
      entrada de inversiones netas del exterior. Cuando estas
      inversiones netas disminuían o, en los casos
      extremos, invertían su signo y el país
      aparecía exportando capitales, el pago de los
      servicios del capital extranjero recaía totalmente
      sobre las reservas de oro y divisas disponibles y los
      ingresos corrientes generados por las exportaciones. Salvo
      en situaciones extremas, como en la crisis
      de 1890, la gravedad del desequilibrio no llegaba a
      paralizar el funcionamiento del sistema y obligar a la
      suspensión de los pagos de los servicios del capital
      extranjero; los mecanismos de compensación entraban
      a operar antes.

      De todos modos, en toda la etapa de la
      economía primaria exportadora, el balance de pagos
      estuvo fuertemente sujeto a este tipo de
      desequilibrios.

    3. Balance de pagos: La expansión de las
      exportaciones tendía a incrementar la demanda de
      importaciones y viceversa. Por otro lado, los servicios de
      capital extranjero invertidos en el país eran
      rígidos y no fluctuaban conforme a los cambios en
      las exportaciones y el nivel interno de ingresos.

      Pueden distinguirse dos tipos de mecanismos de
      compensación a los desequilibrios. El primero,
      referido a la demanda mundial de productos agropecuarios y
      al flujo internacional de capitales a largo plazo (factores
      exógenos). El segundo, vinculado a la propia
      dinámica interna del sistema (factores
      endógenos)

      La
      distribución del ingreso

      En la etapa de la economía primaria
      exportadora, el elemento condicionante fundamental de la
      distribución del ingreso entre los distintos
      sectores sociales participantes en el proceso productivo
      fue la concentración de la propiedad de la tierra de
      la zona pampeana en pocas manos.

      La falta de acceso a la propiedad de la tierra y
      la solución obligada impuesta al inmigrante de
      trabajar como arrendatario o asalariado en la
      producción agropecuaria, comprimió el nivel
      de remuneraciones que podían obtener de
      su trabajo en las ocupaciones agrícolas y
      concentró fuertemente las ganancias, intereses y
      rentas generadas en la producción rural en un grupo
      reducido de la población.

      Por otro lado, la concentración de la
      propiedad territorial repercutió en el nivel de
      remuneraciones del trabajo en las
      actividades urbanas. Su influencia se ejerció de dos
      maneras principales: primero, aumentó la oferta de
      mano de obra directa disponible para los empleos urbanos
      con su consiguiente efecto depresivo sobre el nivel de
      salarios; segundo, fijó un bajo nivel
      de remuneraciones alternativas en las actividades rurales,
      debido a la falta de acceso a la tierra.

      La presión de la oferta de mano de obra
      directa en los centros urbanos se reflejó en la
      desocupación de una proporción importante de
      la fuerza de trabajo total. Aun en las épocas de
      prosperidad, cuando las exportaciones estaban en altos
      niveles, los desocupados representaban una
      proporción importante de la fuerza de trabajo,
      superior al 5%.

      La concentración de la propiedad
      territorial fue, pues, el principal factor condicionante
      del nivel de remuneraciones del trabajo en las actividades
      agropecuarias y urbanas y de la participación de los
      trabajadores en el ingreso neto.

      Esto se vio reforzado por hechos complementarios
      que agudizaron la desigualdad de la distribución del
      ingreso. Estos hechos fueron tres:

    4. Finanzas públicas: Los gobiernos de
      la Nación y de varias provincias (la de
      Buenos Aires fundamentalmente) recurrieron en gran escala al
      crédito externo, colocando sus papeles
      públicos en los mercados
      financieros internacionales. Cuando se suspendía
      la colocación de títulos públicos en el
      exterior por la contracción de los mercados
      internacionales de capitales en los países
      industrializados, el pago de los servicios recaía
      totalmente sobre los ingresos fiscales corrientes. Como en el
      caso del balance de pagos, los mecanismo de ajuste del
      sistema generalmente entraban a operar con anterioridad a la
      debacle.
    5. las fluctuaciones del tipo de cambio: la
      clase terrateniente se oponía a toda política
      de saneamiento financiero basada en la recaudación de
      impuestos y en la contracción de gastos para balancear
      el presupuesto y favorecía, en cambio, toda
      política de financiamiento inflacionario del mismo
      mediante la emisión monetaria. Los impuestos
      recaerían, en parte, en ella; la inflación, en
      cambio, le proporcionaba numerosos beneficios.
    6. la debilidad de las organizaciones de trabajadores
      rurales y urbanos
      : Entre las causas más
      importantes de la debilidad de las organizaciones
      sindicales durante toda la etapa de la economía
      primaria exportadora se cuentan, en las ocupaciones
      urbanas, el escaso desarrollo industrial y, en las
      ocupaciones rurales, las dificultades de
      organización de grupos
      sociales dispersos en el espacio y de poca
      concentración en núcleos de alta densidad de
      población.

      La estructura
      productiva

      En la etapa de la economía primaria
      exportadora, al tiempo que las exportaciones y el sector
      agropecuario ocupaban un papel dominante en la
      economía y en el proceso de desarrollo, la
      distribución de la población activa entre los
      distintos sectores de actividad estaba relativamente
      diversificada.

      Las causas de esta relativa diversificación
      de la estructura ocupacional y la importancia minoritaria
      de la ocupación en el sector agropecuario frente a
      la mano de obra directa ocupada en la manufactura y los servicios, obedece a los
      siguientes hechos fundamentales:

    7. la política fiscal: La estructura de
      ingresos fiscales agravaba la desigualdad en la
      distribución del ingreso ya que, en casi toda la
      etapa, los impuestos indirectos, que recaían
      fundamentalmente sobre la gran masa consumidores,
      representaban entre el 70 y el 80% de los ingresos corrientes
      de los fiscos nacional y provinciales.
    8. la elevada producción por hombre
      ocupado en el sector agropecuario
      : La
      característica básica del sector rural
      consistía en una aprovechamiento extensivo de la
      tierra disponible y de una relativamente alta cantidad de
      capital por hombre
      ocupado en la agricultura.

      La composición y no el volumen de las
      importaciones afectaba decididamente la importancia del
      sector manufacturero dentro de la economía nacional.
      La composición de las importaciones y la ausencia de
      una política de fomento de sectores determinados de
      la actividad manufacturera limitaron el desarrollo
      industrial del país a las industrias de menor densidad de capital y
      complejidad técnica, básicamente las industrias metalúrgicas livianas, de
      alimentación y vestido. Las
      industrias de base como la producción de acero,
      maquinarias y equipos, ciertos bienes intermedios y
      combustibles eran prácticamente inexistentes dentro
      de la industria nacional o estaban muy poco
      desarrolladas.

      La desigualdad en la distribución del
      ingreso gravitó en el aumento de las importaciones
      de bienes de consumo e inversión suntuaria y
      desalentó el desarrollo de actividades orientadas
      hacia el mercado interno.

      Crecimiento y
      dependencia del sistema

      El desarrollo no fue uniforme en toda la etapa. La
      tendencia general es al crecimiento sostenido de la
      población, la producción y el capital
      existente pero, dentro de aquélla, ciertos
      períodos fueron de crecimiento más intenso y
      otros más lentos. Estos distintos ritmos de
      crecimiento estuvieron directamente vinculados a la
      evolución de la economía mundial y al volumen
      y expansión de la demanda internacional de los
      productos agropecuarios producidos en el
      país.

      El carácter endeble y dependiente de las
      bases últimas del crecimiento
      económico salta a la vista. Si
      desaparecía el efecto estimulante de los factores
      externos o se agotaba la frontera productiva de la zona
      pampeana por la explotación de todas las tierras
      disponibles, el sistema debía entrar en crisis.
      Así ocurrió a partir de 1930, inaugurando una
      nueva etapa del desarrollo económico del
      país.

      Quiebra del equilibrio
      interregional

      La causas principal de los diferentes ritmos de
      crecimiento poblacional obedece a la concentración
      en el Litoral del 90% de las corrientes migratorias
      entradas al país a partir de mediados del siglo
      XIX.

      Paralelamente al proceso de crecimiento de la
      población del país y de su
      concentración en el Litoral, se produjo un aumento
      acelerado de la población urbana.

      La alta productividad por hombre ocupado en la
      agricultura y la concentración de la propiedad
      territorial son los principales elementos condicionantes
      del proceso de urbanización.

      La vigorosa expansión de la
      producción agropecuaria exportable y su
      concentración en las zona pampeana, la
      política de libre cambio de las autoridades
      nacionales y, finalmente, el vertiginoso desarrollo de los
      ferrocarriles y la formación del mercado nacional,
      sellaron definitivamente la suerte del Interior y lo
      convirtieron en una zona periférica y dependiente
      del centro dinámico, el Litoral.

      A partir de la segunda mitad del siglo XIX, bajo
      el efecto de la mejora vertiginosa de los medios de
      navegación de ultramar, del ferrocarril y de la
      integración del mercado mundial es que Argentina
      recibe el pleno impacto de los factores externos actuando
      masivamente sobre su desarrollo económico. Mientras
      las zonas tradicionales del Interior permanecen ajenas a
      esas influencias, la región pampeana se puebla, se
      ponen sus tierras en pie de producción y comienza a
      generar volúmenes crecientes y diversificados de
      saldos agropecuarios exportables.

      En el Interior, ausente toda actividad fuertemente
      expansiva vinculada al mercado mundial, sólo
      podía recibir indirectamente los beneficios de la
      expansión agropecuaria en la zona pampeana mediante
      el aumento de la colocación de sus productos en el
      mercado del Litoral.

      Los ferrocarriles, al barrer con las distancias y
      el viejo aislamiento de las regiones argentinas constituyen
      la base del proceso de formación del mercado
      nacional. La red
      ferroviaria vinculó a todas las zonas del interior
      con Buenos Aires y los puertos del Litoral. Por primera vez
      en la historia del país la distancia
      desaparecía como barrera de protección de las
      economías regionales. Los productos importados
      llegaban ahora fácilmente al Interior y esta
      competencia fue mortal para las precarias
      industrias locales. La orientación de los
      ferrocarriles de las zonas periféricas al centro
      dinámico del Litoral, mantuvo las dificultades del
      acceso de las regiones del interior entre sí,
      ahogando aún más el comercio
      interregional.

      El ferrocarril integró a todas las regiones
      argentinas en el mercado nacional y este hecho
      provocó la desarticulación definitiva de las
      viejas economías cerradas y autosuficientes. Pero,
      al mismo tiempo, abrió en algunas de ellas
      posibilidades de desarrollo que, si no llegaron a compensar
      la pérdida de importancia relativa del Interior,
      provocaron el surgimiento de actividades expansivas y
      destinadas a la satisfacción de la demanda interna
      que ahora era, auténticamente, la demanda nacional.
      (caña de azúcar en Tucumán,
      viñedos de Cuyo, frutales del Alto Valle del
      Río Negro, algodón chaqueño, yerba
      mate misionera).

      Generación de 1837: Marcos sastre,
      Echeverría, Alberti, Vicente Fidel López,
      Miguel Cané, Mitre, Sarmiento.

      Generación del 80, heredera intelectual de
      la del 37. Constituye una mezcla conservadora-liberal, con
      un proyecto de país agroexportador (crea una
      ideología cosnervadora en la sociedad),
      y con una política exterior librecambista,
      democracia restringida y fraudulenta. Tiene su origen en el
      gobierno de Rosas.

      La oligarquía,al vincularse con los
      sectores exportadores se transforma en una burguesía
      terrateniente agaria, no industrial, ya que Inglaterra
      abastecía. Por lo tanto la clase terrateniente pudo
      reasignar los recursos, mejorando los procesos
      productivos, pero siempre dentro de lo agropecuario,
      maximizando las ventajas comparativas. La tierra se
      concentra en pocas manos.

      Ante la escasez de mano de obra los salarios de
      Argentina eran los mejores de América Latina, lo cual
      coadyuvó al consenso de la oligarquía entre
      la clase trabajadora.

      Tenemos, pues, una alta concentración de
      los ingresos y del poder económico, con una
      burguesía terrateniente, liberal en lo
      económico que hace una apología de la
      Argentina agroexportadora.

      La economía agroexportadora coadyuvó
      también a la urbanización; aparece una clase
      media vinculada a la importación y
      exportación.

      El liberalismo en Argentina, que
      paradójicamente es conservador, tuvo 2 momentos
      importantes:

    9. la concentración de la propiedad
      territorial
      : El régimen de tenencia de la tierra
      impidió una expansión más acelerada de
      la producción agropecuaria mediante la
      incorporación de una mayor proporción de
      población a las actividades rurales y la constitución de una poderosa clase de
      medianos propietarios en condiciones de aprovechar la
      mecanización y la tecnología modernas.
    10. Político:
    • 1879 – Conquista del Desierto
    • 1880 – Federalización de la Ciudad de
      Buenos Aires.
    • Transferencia del poder local hacia el
      nacional.
    1. Económico:
    • Atracción de inmigrantes
    • Atracción de capital europeos
    • Asociación privilegiada de
      Inglaterra

    En 1890 la Argentina absorbía el 50% del capital
    inglés
    que circulaba por el mundo.

    Las corrientes existentes en la Generación del 80
    era:

    1. Teórica del Liberalismo, que quería continuar las
      relaciones con Inglaterra como hasta el momento.

      En todo este proceso tuvieron importancia los
      papeles jugados por la Iglesía, la Masonería
      y el Ejército.

      La mayoría de los inmigrantes eran
      agricultores que radicaban en colonias. Fueron los
      inmigrantes, sobre todos los artesanos urbanos italianos
      los que trajeron a estas costas las ideas anarquistas y
      socialistas.

      La clase media era radical, y formó la
      Unión Cívica de la Juventud, que luego se dividiría en
      Nacional y Radical.

      Las exportaciones de la época eran mieses y
      ganado; las importaciones eran de manufacturas y
      capitales.

      La función del ejército era
      mantener el orden, el status quo.

      La configuración de la población
      cambia, siendo desplazada la autóctona, es decir el
      indio y el gaucho, por otra basada en la
      inmigración.

      La estructura social era piramidal, con la
      oligarquía y los intelectuales en la cuspide, clase
      media e inmigrantes no ingleses.

      Los instrumentos legales que refuerzan este
      modelo
      de país son la Constitución y el Código Civil. La organización
      y administración del Estado
      estaba en manos de los Municipios, tribunales y leyes.

      El eje político de este país era la
      pampa húmeda, el interior estaba
      marginado.

      La dependencia era económica con Inglaterra
      y cultural con Francia.

      Crisis de 1890, bajo el gobierno de Juarez Celman,
      quiebra
      de la Baring Brothers.

      El principal producto de exportación era el
      trigo. Argentina era el 3 exportador, detrás de
      Estados
      Unidos y Canadá.

      Exportaciones

       

      Cereales

      Carne

      1880

      1,5%

       

      1890

      25,25%

       

      1900

      50%

      40%

      1912

      58%

       

      En 1900 la superficie sembrada era de 6 millones
      de hectáreas, en 1914 eran 22 millones de
      hectáreas.

      Actividad
      ganadera

      Mejora a partir del 80 con la introducción
      de nuevas razas (Aberdeen Angus, Durham, Shorton) y se
      introducen los lanares Lincoln, que reemplazarán al
      Merino.

      Entre 1890 y 1895 el primer lugar dentro de la
      población ganadera la ocupaba el ganado caballar, el
      segundo lugar era para los vacunos y el tercer lugar para
      los lanares.

      Se introduce la apertura de campos de invernada,
      para el engorde de hacienda en pie. Creciente
      importación de carne argentina por parte de
      Europa.

      La industria saladeril entra en decadencia, con
      la introducción de los frigoríficos (1882)
      que congelaban carne de oveja. La instalación de los
      primeros frigoríficos provenía de capitales
      británicos.

      Se desemeriniza el ganado lanar, ya que su carne
      seca y su lana fina es remplazada por la mejor carne y la
      lana más gruesa y resistente del ganado Lincoln, que
      permitía producir telas para vestidos
      baratos.

      Para 1900 la mayoría de lo que se exporta
      es ganado en pie, que representaba entre 8 y 9 millones de
      pesos oro contra los 2 a 3 millones representados por la
      carne congelada..

      Los factores que hacen importante a Argentina
      son:

    2. Neoliberal, que tenía una actitud
      más proteccionista.
    3. Aftosa declarada en Inglaterra.
    4. Estados Unidos se retira del mercado mundial por el
      aumento de su población, destinando su
      producción al mercado interno

      La carne congelada será luego desplazada
      por la enfriada que es más sabrosa que la
      primera.

      1902 – 4 frigoríficos

      1905 – se incorporan 5 frigoríficos
      más, ya Argentina es el primer exportador mundial de
      carne.

      1910 – La carne enfriada sobrepasa a la
      congelada.

      En 1903 Inglaterra importa un 65% de carne
      congelada de Estados
      Unidos y un 28% de carne enfriada argentina. En 1908 la
      carne congelada importada de Estados Unidos por Inglaterra
      constituye el 45% y de Argentina importa un 48% de carne
      enfriada.

      Todo esto dio lugar a una renovación
      tecnológica del campor argentino:

    5. Sequía en Australia.
    6. Refinamiento (entre 1903 y 1910 se importan
      más o menos 1500 toros ingleses)
    7. División de los campos en
      potreros
    8. Alambrada de campos
    9. Molinos de viento
    10. Tanques australianos

      La primer industria argentina la constituyen los
      frigoríficos:

    11. Maquinaria agrícola
    12. 1882 – Frigorífico de Tarrazón,
      en San Nicolás.
    13. 1884 – Frigorífico de Sansinela , La
      Negra, en Avellaneda
    14. 1884 – Frigorífico River Plate, de los
      hermanos Dable, en Campana
    15. 1886 – Frigotífico Las Palmas, de los
      hermnos Hugh Nelson, en Zárate (cerca de la invernada,
      el agua y
      la ciudad).
    16. 1887 – Los 3 últimos se unen y
      alquilan el Tarrazón para hundirlo mediante una
      política de dumping.
    17. 1887 – Primeros frigoríficos con
      capitales estadounidenses, por la ley antitrus
      de Estados Unidos .
    18. 1887 – Ley 1308:
      exime de impuestos por 10 años a la exportación
      de carne.
    19. 1902 – Frigorífico La Blanca
      (capitales argentinos)
    20. 1903 – Schmithfeld
    21. 1904 – Frigorífico Argentino, en
      Valentín Alsina
    22. 1904 – Wilson, de Estados Unidos compra el
      Argentino.
    23. 1907 – Penetración agresiva del
      capital yanqui: Swift compra la Plata y congela carne de
      novillo de muy buena calidad.
    24. 1908 – Crisis de La Blanca, es comprada por
      Wilson. Swift se asocia con Arrow y Morris.

    Se inicia la Primer Guerra de las
    Carnes. Hay una mayor ofert de carne; aumento de la faena por la
    caída del precio en la Bolsa de Londres. Los ingleses
    piden protección al gobierno argentino, el que se declara
    neutral.

    Los capitales estadounidenses llevan a cabo políticas
    de dumping pagando
    buenos precios a los productores argentinos y se ganan a la
    opinión
    pública.

    Finalmente se llega a un acuero y se forma un pool
    frigorífico, con lo cual la actividad en la Argentina
    tendra caracteres oligopólicos.

    En 1911 se establecen cuotas de carne, para Estados
    Unidos el 41%, para Gran Bretaña el 40% y el 9% restante
    para Argentina.

    En 1913 se desencadena la Segunda Guerra de las Carnes,
    provocada por La Blanca, que exige una mayor porción para
    los frigoríficos argentinos.

    En 1914 se incorpora el frigorífico Armour de La
    Plata.

    Como resultado de este segundo enfrentamiento se
    redefinen las cuotas, correspondiente un 59% a Estados Unidos ,
    un 30% a Gran Bretaña y un 12% a Argentina. pero son
    Estados Unidos y Gran Bretaña quienes controlan el precio
    de la carne.

    Trabajo enviado por:
    Marina Ivnisky
    ivnisky[arroba]rcc.com.ar

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