- Generalidades
- Parásito
- Bioquímica de los
parásitos - Relación hospedador-
parásito - Patología general de las
parasitosis - Inmunidad
- Diagnóstico
- Epidemiología y control de las
parasitosis - Profilaxis
- Bibliografía
GENERALIDADES
El parasitismo es
un fenómeno general de adaptación y dependencia
entre seres vivos asociados entre sí. Los agentes
biológicos capaces de producir enfermedades reciben el
nombre de parásitos y el ser vivo en el cual se instalan
se denominan huésped o mesonero. Los parásitos
pueden pertenecer al reino animal o vegetal y algunos de ellos
participan de las cualidades de uno y de otro, por lo que se
denominan protistas aquellos que no pueden ser denominados como
animales o
vegetales.
El parásito
o simbionte puede estar constituido por agrupaciones moleculares
(virus),
unicelulares ( bacterias,
hongos,
rickettsias, protozoos) o
pluricelulares (helmintos o artrópodos).
En los animales,
los mecanismos para obtener alimentos han
hecho que se desarrollen el hábito predatorio o el
hábito parasitario.
En este
último el parásito vive en asociación
biológica con otro ser vivo, el hospedero, obteniendo de
él su alimento sin favorecerlo en nada.
El parasitismo
puede ser ocasional (oportunista), facultativo (que no constituye
una condición indispensable para la vida) u obligado (el
parásito en un momento determinado de su ciclo vital o en
todo él necesita un huésped).
La mayor parte de
los parásitos humanos son endoparásitos, que por
algún mecanismo entran en los órganos y tejidos, sangre o
cavidades naturales.
También
están los ectoparásitos que sólo
actúan en la piel y sus
anexos.
Algunos autores
diferencian en parasitología los conceptos de
infección (invasión del huésped por un
endoparásito) e infestación (parasitismo externo de
los ectoparásitos).
Entre el
huésped y el parásito se establece un estrecho
vinculo por lo que existe un grado de relación conocido
como "especificidad parasitaria", por eso los parásitos no
deben considerarse como organismos primitivos ya que presentan
una estrecha adaptación a un biotipo particular y aseguran
su supervivencia reproduciéndose activamente (capacidad
biótica).
En la naturaleza,
las asociaciones biológicas se pueden establecer entre los
individuos de la misma especie o entre distintas especies. En
estas últimas (diferentes especies) tenemos:
- Mutualismo: Ambos socios
se benefician como los flagelados xilófagos del
intestino de las termitas.
- Comensalismo:
Asociación en la cual uno de los socios se beneficia y
recibe el nombre de comensal. En este caso el huésped no
sufre daño.
Ej. Entamoeba coli en el intestino humano.
- Parasitismo:
Asociación en la cual el parásito se beneficia y
el huésped puede sufrir daño, por consiguiente
los parásitos pueden ser patógenos.
La línea
demarcatoria entre comensalismo y parasitismo no es
rígida. Muchas veces los parásitos viven como
comensales y pueden producir daños en determinadas
ocasiones (parásitos oportunistas).
PARÁSITO
Los
parásitos son aquellos seres vivos que en parte o en la
totalidad de su existencia viven dependientes de otro organismo,
generalmente mas complejo, que es el llamado huésped o
mesonero.
Los
parásitos los podemos dividir de acuerdo al número
de células
en: protozoos y metazoos. Los primeros son unicelulares con la
típica estructura de
una célula
eucariota. Los metazoos son pluricelulares de los cuales tienen
importancia en la parasitología los helmintos o gusanos y
artrópodos.
Los
parásitos han derivado de antepasados de vida libre pero
han sufrido profundos cambios de formas y funciones,
resultantes de procesos de
mutación y de selección
natural.
En los protozoos
se observan delicadas estructuras
destinadas a facilitar la entrada a la célula
hospedera, mientras que la diapédesis y diversas encimas
permiten la penetración y destrucción de
tejidos.
En los metazoos es
frecuente la involución y atrofia de sistemas y
órganos, mientras otros se desarrollan desmesuradamente.
Existe involución de los órganos motores (patas y
alas), de los órganos de los sentidos (ojo
de helmintos), y presentan un estado
rudimentario en los sistemas digestivo, secretor y nervioso. Los
nematodos carecen de sistema
circulatorio, los cestodos no desarrollaron aparato
digestivo. En cambio, nacen
órganos adhesivos poderosos, como garras, ventosas,
espinas, que sirven para adherirse al huésped; pero lo mas
llamativo es el enorme desarrollo en
la función
reproductiva, adaptación útil por la escasa
probabilidad
que tiene un huevo de llegar a un individuo
adulto (los áscaris ponen 200000 huevos
diarios).
BIOQUÍMICA DE LOS
PARÁSITOS
A causa de las
acentuadas diferencias del hábitat, que incluyen la tensión de
oxígeno, el metabolismo de
los parásitos varía de una especie a otra en forma
muy notoria. Muchos parásitos viven en condiciones
anaeróbicas (parásitos del intestino) , sin
embargo, son capaces de consumir oxígeno cuando
éste está presente, además de poder
sobrevivir en un hábitat con alta tensón de
oxígeno. Asimismo, los parásitos aerobios
(parásitos tisulares y hemáticos) son capaces de
utilizar la vía glucolítica en anaerobiosis
total.
Composición bioquímica
Los
parásitos tienen la misma constitución que las células
eucariotas, pero se destacan por su alto contenido de hidratos de
carbono. El
principal de estos en los helmintos y protozoos es el
glucógeno, que será utilizado para los procesos
energéticos cuando aquellos viven en un hábitat
pobre de oxígeno. Otros polisacáridos menos
abundantes y más específicos tienen poder
inmunógeno. Las proteínas
estructurales de muchos parásitos son la queratina y la
esclerotina, y otras poseen carácter antigénico.
Metabolismo
energético y respiración
El metabolismo
energético se refiere a los procesos que resultan en la
síntesis de ATP. Los parásitos por
lo general tienen una alta velocidad de
multiplicación o crecimiento, lo que resulta en una gran
demanda para
la generación de energía.
La mayoría
de los parásitos obtienen la energía necesaria para
su metabolismo a través de procesos anaeróbicos. Un
mismo parásito puede pasar por varios estadios evolutivos,
algunos de los cuales pueden ser predominantemente
anaeróbicos. Por eso hay que considerar a los
parásitos como anaerobios facultativos, es decir, que en
condiciones anaeróbicas son capaces de obtener
energía derivada de hidratos de carbono por fermentaciones
anaeróbicas, mientras que en presencia de oxígeno
pueden tener cierta actividad oxidativa.
Estructuras
semejantes a las mitocondrias o ellas mismas son las encargadas
del proceso
respiratorio en helmintos y protozoos. Los tripanosomas poseen
una zona especializada en la respiración, el quinetoplasto. Se conocen
diversas enzimas que
intervienen en los procesos respiratorios.
En anaerobiosis,
los aceptores de electrones son sustancias orgánicas y, en
aerobiosis el oxígeno, a través de una cadena
enzimática en la que intervienen un sistema citocromo (
que puede operar a tensiones de oxígeno no inferiores a
5mm de Hg). Las vías metabólicas son similares a
las de los vertebrados. En los hidratos de carbono, la glucosa es
transformada a lactato y el fumarato puede ser el aceptor final
de electrones. En general, la utilización de hidratos de
carbono y el tipo de productos
finales son similares en condiciones anaeróbicas o
aeróbicas.
Fisiología
La actividad
metabólica en los protozoos se efectúa mediante las
formas vegetativas, denominadas trofozoitos. En muchos casos
éstos dan lugar a quistes que son formas de resistencia y
multiplicación, y se caracterizan por su inmovilidad y
metabolismo bajo. La movilidad se da por flagelos y cilios
pseudópodos o membrana ondulante. La multiplicación
puede ser sexuada o asexuada, por división
binaria.
Los helmintos
poseen una envoltura cutaneomucosa, pueden tener aparato
digestivo o no, y ser hermafroditas o mostrar sexos separados.
Muchos de ellos tienen órganos especializados para
succionar o atacar al huésped.
Los
artrópodos poseen estructuras mucho más complejas y
diferenciadas, y se reproducen por metamorfosis completa o
no.
RELACIÓN HOSPEDADOR-
PARÁSITO
Huésped:
Son aquellos seres (vertebrados o invertebrados) implicados en el
ciclo evolutivo de los parásitos a los cuales reciben o
alojan.
Según la
forma de evolución de cada parásito, los
hospedadores normales reciben distintos nombres:
- Huésped definitivo (HD):
es aquel en el cual el parásito se reproduce sexualmente
(parásito adulto de helmintos y fase sexuada de los
protozoos Apicomplexa). - Huésped intermediario
(HI): es le que alberga formas larvales de helmintos o reproducción asexuada de los protozoos
Apicomplexa. - Huésped accidental (HA):
Es un huésped que no se halla involucrado en el ciclo
natural de una parasitosis. - Huésped
paraténico o de transporte
(HP): Es un huésped accidental en el cual el
parásito no evoluciona, no continúa si ciclo
habitual, pero puede sobrevivir alojado en los
tejidos.
Reservorio: Se
llama así a las especies (hombre,
animales, vegetales), suelo, o materia
orgánica que contenga parásitos u otros
microorganismos que puedan vivir y multiplicarse en ellos y son
fuentes de
infección para un hospedador susceptible.
Vectores: Es un
artrópodo u otro animal invertebrado que transmite el
parásito al huésped. Los vectores
pueden ser:
Vectores
mecánicos: Aquellos en que el agente patógeno es
transportado en la superficie del vector. El vector es un
transportador simple, no indispensable para la sobrevida natural
del agente patógeno.
Vectores
biológicos: Los parásitos evolucionan o se
multiplican en ellos. El vector biológico es indispensable
para la sobrevida natural del agente patógeno.
Para los
endoparásitos el hospedador representa todo su medio
ambiente, puesto que en él desarrolla su actividad
vital para sobrevivir y reproducirse. En el hábitat del
hospedador, los parásitos ocupan y están adaptados
a determinados nichos ecológicos.
Si bien todo el
ambiente del
parásito es de origen biótico, puesto que es
provisto por un ser vivo, ese ambiente está constituido
por componentes primarios que son abióticos tales como el
pH,
tensión de oxígeno, potencial redox y
disponibilidad de nutrientes, además de los verdaderos
componentes bióticos como son la presencia de otros
parásitos o de microorganismos.
El ambiente que el
hospedador provee al parásito no es pasivo sino que
reacciona adaptativamente frente a su presencia. Los
parásitos deben encarar una serie de factores
potencialmente destructores, como por ejemplo, la presencia de
anticuerpos, además de la acción
depredadora de las células fagocitarias. En último
término, la capacidad del parásito para evadir o
resistir esas respuestas adaptativas del hospedador, es la que
determinará su éxito
para sobrevivir como individuo y como especie.
Las relaciones
entre el parásito y el huésped pueden dar lugar a
los diferentes grados de parasitismo, con o sin alteración
del huésped, que puede manifestarse en caso positivo por
la aparición de síntomas y signos
cínicos. Habrá una toma de contacto, que requiere
el
conocimiento de la puerta de entrada, penetración
invasión y tropismo tisular. El huésped se defiende
frente al parásito y el resultado es una acción
patógena (que se demuestra por hechos clínicos), la
eliminación del parásito o el equilibrio
entre ambos seres vivos. El huésped puede convertirse en
portador asintomático de la parasitosis, y por tanto en
fuente de infección.
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