- Aparición del
romanticismo en España – Lo siniestro en la literatura
española antes de Bécquer - Gustavo
Adolfo Bécquer / Valoración de su poesía
innovadora - Lo
siniestro en la literatura de la segunda mitad del siglo XIX y
del siglo XX - La ajorca
de oro - Conclusión
- Bibliografía
Introducción
El Diccionario de
la Real Academia Española define el término
siniestro a través de unas siete acepciones, de las
cuales sólo tres pueden ser utilizadas para este
tema:
2. Avieso y malintencionado.
3. Infeliz, funesto o aciago.
5. Propensión o inclinación a lo malo;
resabio, vicio o dañada costumbre que tiene el hombre o la
bestia. U. m. en pl.
Sin embargo, existe un contenido profundo dentro de esta
palabra que va más allá de la relación con
lo angustioso, funesto o maligno, y así lo manifiesta
Sigmund Freud
en su ensayo Lo
siniestro, definiendo el término desde un punto de
vista relativo a las consideraciones de orden estético: lo
siniestro "sería aquella suerte de espantoso que afecta
las cosas conocidas y familiares desde tiempo
atrás". En el momento de exponer el significado y la
evolución del término
unheimlich (siniestro), llama particularmente su atención una nota de Schelling en la que lo
siniestro es definido como aquello que, debiendo permanecer
oculto, secreto, se ha manifestado.
Teniendo en cuenta el étimo del término en
nuestra lengua
llegamos a la palabra latina sinister, cuyas definiciones,
en las acepciones que nos competen, deambulan entre lo aciago o
funesto, y lo feliz o favorable. Esta contraposición nos
recuerda inevitablemente a la conclusión a la que llega
Freud en su
ensayo con respecto a la palabra alemana unheimlich: …
"heimlich (hogareño, familiar) es una voz cuya
acepción evoluciona hacia la ambivalencia, hasta que
termina por coincidir con la de su antítesis,
unheimlich (siniestro, no-conocido). Unheimlich es,
de una manera cualquiera, una especie de heimlich".
Recordemos que durante la exposición
de las diversas acepciones de la palabra, encuentra a su
raíz, heimlich, tanto como familiar y conocido,
así como secreto y oculto.
El puente entre las dos definiciones podría
tratarse a través de la siguiente evolución:
familiar y conocido, propio, de uno o de nosotros, que a su vez
es algo personal y no
conocido por otros, algo desconocido, algo incierto y misterioso.
Desde ese punto no es difícil llegar a la actual
concepción que se tiene tanto del término
unheimlich como del de su versión
castellana.
Teniendo en cuenta, entonces, estas acepciones del
término siniestro, presentaremos su relación
y tratamiento en un cuento del
escritor romántico español
Gustavo Adolfo Bécquer: La ajorca de oro,
recopilado en sus Leyendas. Además, expondremos el
original y novedoso papel que juega lo sobrenatural en la obra
del escritor.
Aparición del romanticismo
en España
– Lo siniestro en la literatura
española antes de BécquerDurante aquel romanticismo que surgió de
manera tan temprana y productiva en Inglaterra
y Alemania,
se realizó una poderosa revalorización de las
tradiciones antiguas sobrevivientes en las baladas y
canciones populares. Al retomar temas de corte medieval y
fantástico, lo siniestro jugó un papel
destacado. Ejemplos de ello son la novela
gótica inglesa o los Märchen alemanes,
siendo ambos géneros maestros en lo unheimlich,
ricos en apariciones sobrenaturales, ambientes
sórdidos y oscuros, misterios lúgubres y
personajes abominables.Sin embargo, así como en estos países
el romanticismo trajo consigo estos elementos, en otros
lugares el nuevo movimiento
hizo una incursión tardía y diversa, fermentado
de manera acorde a las necesidades de cada nación: íntimamente ligada al
nacionalismo y a la unidad histórica y
lingüística en Italia (el
llamado Risorgimento), así como estrechamente
relacionada al incipiente liberalismo económico en la
España de la decadencia borbónica.Particularmente en el caso de España, el
género
narrativo del romanticismo que más relación
compartió con las tendencias posteriores, y mayor
difusión tuvo, fue la prosa de costumbres. A
través de ésta, la narrativa española
ingresaría a la novela
costumbrista, puente entre el romanticismo y el realismo.
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