Breve
resumen:
La independencia de
México fue obra, sin duda, de las clases
privilegiadas, primero de los criollos, a partir de 1810 y
después (1819 en adelante) de los propios españoles
puros o peninsulares que veían con temor el
restablecimiento de la Constitución de Cádiz y demás
reformas liberales. Aquí encontramos la causa o
condición política que hace
posible una revolución, el descontento de un sector
económicamente solvente y poderoso, además de
ilustrado, que se anima a promover la revolución,
organizándola, dirigiéndola y, por supuesto
beneficiándose de la misma. Esto no quiere decir que las
clases populares, explotadas y totalmente desprotegidas, no hayan
participado en este movimiento,
que aunque fueron utilizadas como carne de cañón,
al no mejorar su calidad de
vida después de 1821, sí hubo intentos y
disposiciones importantes para tal fin, pero que no se
concretaron, ya que se dieron en plena lucha por la in
dependencia. El movimiento en sus inicios, con Hidalgo fue
desordenado y violento, después Morelos se
encargaría de organizarlo y disciplinarlo teniendo su
mejor momento. Con la muerte del
caudillo Morelos, a partir de 1816 la lucha entra en una etapa de
decadencia, sin embargo, a partir de 1819 los cambios ocurridos
en España
fueron determinantes para consumar la independencia,
de tal manera que los que habían luchado una década
contra el movimiento, los aristócratas, los más
altos funcionarios de la
administración colonial, el alto clero, ahora se
pasaban a las filas de la insurgencia, pero, con el
propósito de proteger sus intereses de los vientos
reformistas que estaban llegando de la metrópoli
española.
Causas, desarrollo y
consecuencias.
Después de casi 300 años de
dominación colonial española, en 1810, nuestro
país conocido en esta época como la Nueva
España, empieza a sacudirse del yugo y dependencia de la
corona española para tratar de iniciar una vida
independiente. Los españoles nacidos en América, los criollos, que habían
abrevado las ideas de la
Ilustración, en especial, de Montesquieu,
de Rousseau, de
Voltaire,
fueron adquiriendo otra visión acerca de la sociedad, la
cultura, el
gobierno, el
pueblo, y poco a poco generaron la idea de que era necesario la
independencia de esta parte del reino de
España.
Los criollos, que eran un sector importante en la
sociedad novohispana, tenían acceso a la educación y a la
cultura, tenían importantes propiedades e intereses como
para vivir una vida holgada económicamente, el propio
Hidalgo tenía una hacienda y dos ranchos, es decir, al
parecer, no tenían ninguna necesidad como para conspirar y
organizar el movimiento revolucionario, sin embargo lo hicieron,
y la explicación esta en que ambicionaban el poder
político que los españoles peninsulares, los puros,
les estaban negando, por ejemplo, un criollo no podía ser
Virrey, ni oidor de la Real Audiencia ni ocupar cualquier otro
puesto de primer nivel en la estructura de
la administración
pública colonial, ni tampoco en la
eclesiástica, es decir, estaban relegados por el simple
hecho de ser criollos.
Miguel Hidalgo, Ignacio López Rayón, Juan
Aldama, Ignacio Allende, Mariano Abasolo, entre otros criollos,
que tenían una posición económica
envidiable, se lanzaron en la lucha por la independencia para
favorecer sus propios intereses. Pero, tanto el movimiento como
las ideas que lo originaron se fueron radicalizando al calor de lucha
revolucionaria, Miguel Hidalgo
supo entender muy bien el papel histórico que estaba
desempeñando y lo asumió con toda la responsabilidad que fue capaz, entendió que
un movimiento solo por el poder para sustituir a los
españoles puros en el gobierno por los criollos, no
tenía sentido ni congruencia con el gran movimiento social
que ya se había desencadenado. De esta manera se comprende
la actitud de
Hidalgo al abolir la esclavitud y
propugnar por el establecimiento de un congreso cuyas leyes destierren
la pobreza,
moderen la devastación del reino y la extracción de
su dinero.
Además le da a la independencia un contenido agrario al
declarar que se deben entregar a los indios las tierras de
cultivo y garantizar el goce exclusivo de sus tierras
comunales.
Fue el 16 de septiembre de 1810, el día
histórico para iniciar la emancipación de nuestra
patria, las condiciones estaban dadas, tal como lo manifiesta el
entonces obispo de Valladolid, Manuel Abad y Queipo en su
"Representación" hecha al rey de España a fines de
1799, cuando le informa con lujo de detalles la situación
económica y social que guardaba la Nueva España,
más o menos de la siguiente manera: que la población estaba compuesta de cuatro
millones y medio de habitantes y que sólo un décimo
de la población (los españoles) gozan de la riqueza
, propiedades y beneficios, mientras que los otros nueve
décimos(indios y castas) se abaten en la mayor miseria y
degradación social. Además Abad y Queipo
advertía sobre la necesidad de expedir leyes
benéficas para los indios. Esto no quiere decir que este
obispo haya estado de
acuerdo con el movimiento por la independencia, sino todo lo
contrario, incluso, fue uno de los que excomulgaron a Hidalgo por
considerarlo revolucionario, enemigo del orden social y por
atacar la propiedad de
la
tierra.
Página siguiente |