Lo monstruoso en la novela "Una cuestión personal", de Kenzaburo Oé
- Introducción
- El
presagio - La
realización del presagio: el nacimiento del
monstruo - La
tregua: perdición y
purificación - La
decisión - Conclusiones
- Bibliografía
No hay nadie que haya jamás
escrito, o pintado,
esculpido o modelado, construido,
inventado
a no ser para salir del
infierno.
Antonin Artaud
Kenzaburo Oé (1935) nació en la isla de
Shikoku en Japón.
Estudió Literatura Francesa en
Tokio. Recibió su primer galardón literario,
Akutagawa, uno de los más importantes del Japón,
por su novela corta
La presa. En 1989 obtuvo el Europalia, reconocimiento de
la Comunidad
Europea, y en 1994 recibió el Premio Nobel de Literatura.
Oé ha dedicado su vida a la creación literaria y a
causas humanitarias. Algunas de sus obras han sido traducidas a
varias lenguas como: El grito silencioso, Una
cuestión personal, Dinos cómo sobrevivir a
nuestra locura, Arrancad la semilla, fusilad a los
niños, entre otras.
En este estudio nos hemos centrado en el análisis temático de lo monstruoso
en su novela Una cuestión personal (1964) en la que
se cuenta la historia de Bird, un
hombre joven
cuyo hijo primogénito nace con una deformación
craneal. La novela
describe un rito de transformación del protagonista, quien
lucha por aceptar en su vida y en su familia a un
niño con discapacidad.
Como el mismo Kenzaburo Oé dirá en su
discurso
"Speaking on Japanese Culture Before a Scandinavian Audicence"
(1992) Bird, el protagonista de Una cuestión
personal, es un personaje romántico que antes de
casarse soñaba con viajar a África y que ahora que
va a ser padre desea refugiarse en ese sueño y huir de sus
responsabilidades.
El proceso de
aprendizaje de
Bird, el protagonista, a lo largo de la novela, está
marcado por la monstruosidad. Una vez que el niño ha
nacido, Bird asume la condición de monstruo: un ser que no
es capaz de adaptarse a la sociedad, que
con su comportamiento
atenta contra el orden establecido, las normas e instituciones
sociales.
La monstruosidad, como tema central de Una
cuestión personal, se complementa con el tema de lo
marginal, así como con el de lo siniestro. Ciertos
comportamientos, acciones y
presagios que se caracterizan por su oscuridad, por ser funestos
y porque llevan al fracaso, la demencia y la muerte, son
considerados como siniestros.
Para este análisis temático de lo
monstruoso recurrimos a la obra de José Miguel
Cortés, finalista del premio Anagrama de ensayo en
1997, Orden y caos, un estudio cultural sobre lo monstruoso en
las artes. Hemos recogido los conceptos propuestos por
Cortés en su obra para identificar la monstruosidad en
Una cuestión personal y a la vez contrastar el caos
y el orden que Bird, el protagonista, experimenta a lo largo de
su proceso de transformación.
A partir de la historia, la religión, la moral, la
mitología, la literatura, las artes
plásticas, el cine, etc.,
Cortés propone varias clasificaciones de los monstruos, en
las que nos apoyamos para referirnos a Bird como un monstruo
social, a su hijo, nacido con una hernia cerebral, como un
monstruo innato, a su amante Himiko, como una mujer cuya
insaciabilidad sexual la vuelve monstruosa y junto a ellos, a un
vasto grupo de
personajes secundarios con los que se ha recreado la
monstruosidad en la novela de Oé.
Para el tratamiento del tema de lo siniestro usaremos
como apoyo la obra de Eugenio Trías Lo bello y lo
siniestro, en la que se realiza un inventario de los
motivos siniestros con el que podemos acceder de mejor manera a
los acontecimientos de la novela que cumplen la función de
presagios de lo monstruoso.
Para abordar el tema de la marginalidad,
entendida casi como un sinónimo de lo monstruoso y como
una condición recurrente en los personajes de Kenzaburo
Oé, nos servimos del análisis de la estudiosa
Michiko Niikuni Wilson, The Marginal World of Kenzaburo
Oe. Wilson recoge, en uno de los primeros estudios en
lengua inglesa
sobre la obra del Premio Nobel de 1994, los temas más
representativos en el conjunto de la obra del autor, enfatizando
en motivos como el abandono, la muerte, la
deformidad; y presentando un inventario de los personajes
grotescos que pueblan la ficción de Oé.
Cabe destacar que para este estudio hemos recurrido
también a una serie de discursos
pronunciados por Kenzaburo Oé, incluyendo la ponencia del
autor al recibir el premio Nobel, contenidos en Japan, the
ambiguous, and myself: the Nobel prize speech and other
lectures. La importancia de recurrir a la palabra del autor
radica en que Oé expresa con absoluta convicción y
claridad los motivos que atraviesan sus obras, así como
las influencias que ha recibido a lo largo de su vida y de su
carrera. Oé ilustra a los asistentes a sus ponencias en
varios países europeos, sobre la historia del
Japón, la evolución de la literatura, la sombra de
las guerras, de
las bombas
atómicas, del consumismo. El novelista se presenta a
sí mismo como una persona
comprometida cuyo principal objetivo es
contar y guiar.
Con respecto a su escritura
Oé comenta que sus novelas El
grito silencioso y Una cuestión personal han
sido determinantes para su carrera ya que los motivos de ambas
están intercalados a lo largo de toda su obra. En el caso
de El grito silencioso, el tema central es la
oposición al régimen del Emperador, a la cultura
centralizada en Tokio y la búsqueda constante de la
recuperación del espíritu japonés escondido
en los antiguos mitos, pero
alejándose de la alienación de un régimen
totalitario como el que se vivía antes de la
rendición en la Segunda Guerra
Mundial.
En el caso de Una cuestión personal,
Oé aclara que el niño deforme de su novela es en
realidad su hijo, Hikari, cuyo nacimiento eclipsó su vida
y su escritura. Confiesa haber escrito mucho sobre la convivencia
con la discapacidad mental de su hijo y asegura que es un tema
que guió su escritura hacia el tema de las bombas
atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Para reunir ambos
motivos, en su obra ha recurrido a un método que
consiste en partir de un evento personal,
íntimo, para luego relacionarlo a la sociedad y al mundo
entero.
Es así que para comprender el significado que
tienen para los japoneses la era nuclear y la experiencia de
Hiroshima y Nagasaki, parte fundamentalmente de su experiencia
propia de ser el padre de un hijo discapacitado. Oé
comenta que ha llegado a la compresión de que la vida con
un hijo enfermo tiene el poder de sanar
las heridas que los miembros de la familia se
han hecho unos a otros. Y esta vivencia es para Oé
comparable a la de las víctimas y sobrevivientes de las
bombas nucleares quienes tienen a su vez el poder de curar a
quienes viven en una era nuclear. El autor comenta que escuchar
los testimonios de los ancianos sobrevivientes de las bombas y
verles formar parte de movimientos activistas contra la guerra es un
acto de fe, que ayuda a la sociedad a curar sus
heridas.
Página siguiente |