- El toro en algunos países
mediterráneos - Estructura
de las corridas de toros y rituales - Comienzos
de las corridas de toros en América - Argumentos
de los antitaurinos
Durante años las corridas de toros han sido un
espectáculo controversial, capaz de despertar grandes
pasiones, tanto en los taurinos como en los antitaurinos. Mi
objetivo en
este trabajo es
demostrar que con el tiempo los
juegos con
toros han pasado de ser ceremonias religiosas y rituales a
espectáculos bárbaros y de
diversión.
Para lo anterior, comenzaré por investigar la
presencia del toro en las diferentes culturas
mediterráneas de la antigüedad, con el objeto de ver
cómo en la actualidad las corridas de toros no conservan
el mismo sentido religioso y ritual convirtiéndose en
espectáculos en los que se tortura a los animales.
1. El toro en algunos
países mediterráneos.
En las antiguas civilizaciones mediterráneas
ubicadas en España,
Francia,
Italia, Grecia, Persia
y Egipto, el
toro era considerado un animal sagrado, pues se le tenía
como símbolo de fecundidad, de vida y como generador de
poder. Dicho
presupuesto
aún persiste en algunas personas pues por ejemplo hay
quienes consideran que consumir criadillas de toro aumenta el
vigor sexual.
Así pues, el hombre
mediterráneo primitivo pensaba que la sangre del toro
poseía poderes divinos y que al tomarla la persona se
volvía inmortal. Veremos algunos ejemplos de lo que
ocurría en dichos países.
1.1. Egipto:
Aunque se tiene indicios de que entre el año 6000
a.C y el 3500 a.C (período neolítico)
existía un culto hacia los toros y las vacas, de estos no
han quedado registros
suficientes que nos permitan describirlos.
Sin embargo está bien documentado el culto por
Osiris y por su esposa Isis (divinidad mujer con cabeza
y cuernos de vaca). Estos dioses, que en un comienzo fueron
sólo dioses de los cereales, con el paso del tiempo
llegaron a consolidarse como las divinidades más
importantes de la civilización.
Cuenta la leyenda que Osiris fue asesinado por Seth
quien lo partió en 14 partes con el fin de enterrarlo en
diferentes lugares. Por lo tanto, una de las ceremonias que se
realizaba en su honor consistía en sacrificar un toro
partido en 14 trozos.
Existían además otras ceremonias en las
que estos dioses aparecen vinculados a la vaca, así, en
Sais, lugar de la tumba de Osiris, las festividades en su honor
se celebraban sobre las aguas de un lago, donde la gente que
asistía lloraba para expresar su dolor por la muerte del
dios y, cuenta el antropólogo escocés y autor del
libro sobre
magia, ciencia y
religión
en las distintas culturas antiguas, La rama dorada: magia
y religión, James Frazer, que llevaban una vaca
tallada en madera dorada,
que tenía entre sus cuernos un sol de oro; es
indudable que la vaca representaba a Isis, pues las vacas se
consagraban a ella.
Por otro lado, hay otros dos dioses toros (Apis y
Mnevis) quienes están frecuentemente relacionados con
Osiris. Apis tenía su templo en Menfis y era representado
por un toro de piel negra con
un triángulo blanco en la testuz y en el lomo un
águila. El toro adorado como un dios vivía rodeado
por terneras y a los 25 años, para protegerlo de los
efectos del envejecimiento, era ahogado en un estanque sagrado y
luego era momificado.
Mnevis tenía su templo en Heliópolis y, al
igual que Apis, era un dios de la fecundidad. Ante él, las
doncellas de Menfis descubrían su vientre para recibir el
influjo fecundante del dios. Al igual que Apis, era momificado
pues se le consideraba sagrado. El egiptólogo
francés Auguste Mariette (Yo) desenterró las
sepulturas de estos toros divinos, conocidas con el nombre de
serapeum..
El culto se extendió de Egipto a Creta, donde los
toros eran sacrificados para agradecerle y pedirles favores a los
dioses
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