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Che, su concepción del trabajo y la conquista del pleno empleo en Cuba (página 2)




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EL CHE Y SU
CONCEPCIÓN DEL TRABAJO

Al triunfo de la Revolución
casi la tercera parte de la población laboral en
Cuba es
analfabeta y están desempleadas unas 700 mil personas en
edad laboral de las cuales más del 45% corresponde a las
áreas rurales.

Con rasgos económicos de país
monoproductor (de azúcar), con un mercado de
exportación e importación determinante (Estados Unidos),
y una gran dependencia del comercio
exterior, a partir de la aprobación de la Ley de Reforma
Agraria, en mayo de 1959, arrecian las agresiones
económicas de los gobiernos de la nación
norteña contra Cuba con el objetivo de
destruir a la Revolución.

Estas acciones
influyen en la política de desarrollo
económico y en la estrategia de
industrialización que debía adoptar el país.
Ernesto Che Guevara
comprende la necesidad de resolver el gran problema social del
empleo.

La importancia de ello la resume cuando dice: "Los dos
problemas
económicos principales a que se enfrenta la
Revolución cubana en sus primeros meses, son el desempleo y la
escasez de
divisas. El
primero entrañaba el aspecto político más
agudo, pero el segundo era muy peligroso dada la dependencia
enorme de Cuba con respecto al comercio
exterior. Se puede decir que estos son los primeros puntos que
enmarcan la política económica del gobierno
revolucionario."

Para Ernesto Che Guevara una de las tareas más
importantes en el período de transición al Socialismo, a
realizar simultáneamente con la socialización de la propiedad
sobre los medios de
producción, es la creación de una
nueva actitud ante
el
trabajo.

Plantea que con la abolición de la propiedad
privada sobre los medios de producción surge la propiedad
socialista que determina y condiciona la existencia de otro modo
completamente distinto al capitalista y logra la unión no
antagónica de las fuerzas de trabajo con
los medios de producción, así como el carácter del trabajo bajo un nuevo
principio, la eliminación de la explotación del
hombre por
el
hombre.

Para el Che, la fuerza de
trabajo deja de ser una mercancía y el trabajo adquiere
objetivamente el contenido de relaciones de ayuda mutua y
compañerismo. El trabajo se comienza a realizar no
sólo en interés
individual, sino colectivo y social. También asume que la
socialización de los medios de producción sobre la
propiedad privada no basta para provocar un cambio en los
individuos, cambios que necesariamente serán largos y que
no se puede aspirar a que sean completos en un corto
período en los cuales el trabajo ha de ser lo que
todavía es hoy, obligatoriedad compulsiva social, para
transformarse en una necesidad social.

El Che comprende que bajo el capitalismo,
la clase
trabajadora se ve obligada a luchar colectivamente mediante
huelgas, manifestaciones y ocupaciones, etc., para obtener
conquistas laborales y defender sus intereses ante el ataque
armado de los patronos y de los que defienden sus
intereses.

El papel decisivo de la clase obrera en la
revolución social surge debido a la conciencia
colectiva de clase que se desarrolla en los centros de trabajo,
que le permite preparar las bases para la gestión
y control
democrático colectivo de la sociedad. Esto
sienta las bases para establecer una democracia
obrera que inicie la tarea de construir el socialismo.

Al incorporar en su programa
socialista los intereses de otros sectores explotados de la
sociedad, la clase trabajadora puede ganar su apoyo para llevar
adelante la revolución y derrocar el capitalismo.
Así, el proletariado juega el papel dirigente en la
revolución y en la construcción del socialismo.

De ahí que Ernesto Che Guevara ve en el marxismo la
ideología que, a la vez que defiende el
papel dirigente de la clase trabajadora en la revolución
socialista, también reconoce la importancia de la lucha en
el campo, especialmente entre los jornaleros y los sectores
más pobres del campesinado.

Un programa marxista revolucionario apoyaría
dichas luchas en el campo y daría los pasos para
incorporarlas al movimiento
obrero en las ciudades. No obstante, jugarían un papel
auxiliar del movimiento en las ciudades.

En su pensamiento,
labor cotidiana y prédica, Ernesto Che Guevara patentiza
con particular relevancia su criterio acerca de la necesidad de
lograr el desarrollo de los valores
entre los seres humanos.

Sus planteamientos al respecto estuvieron avalados en
primera instancia por la fuerza tremenda que emana de su ejemplo.
Che no dice nada que no fuera capaz de hacer de forma constante.
Gran importancia le concede, por ejemplo, a la
motivación, y en su obra "El Socialismo y el Hombre en
Cuba", publicada en 1965 en un semanario de Montevideo, asevera
que el revolucionario está guiado por grandes sentimientos
de amor. Y
resalta al respecto: "Es imposible pensar en un revolucionario
auténtico sin esta cualidad."

Teniendo en cuenta este pensamiento, Che hace un
análisis de la sociedad cubana y la
participación de los individuos en el desarrollo de la
construcción del socialismo, y llega a la
conclusión de que la Revolución se hace a
través del hombre, pero el hombre tiene que forjar
día a día su espíritu
revolucionario.

Él supo reflejar ese espíritu
revolucionario en los escenarios donde lucha, en los campos y
centros de producción en los que realiza jornadas de
trabajo voluntario, en las instituciones
y organismos donde tuvo grandes responsabilidades, en las
tribunas internacionales donde combate con su palabra en defensa
de la causa de los pueblos del Tercer Mundo y en las tierras del
mundo en que, consecuente con sus principios
internacionalistas, da su contribución al combate por la
verdadera y definitiva independencia
de otros pueblos.

Mucho antes de escribir "El Socialismo y el hombre en
Cuba" ya el Che hace reflexiones profundas en torno a
cómo lograr el desarrollo de la sociedad y el papel de los
hombres, y en este sentido hizo referencia a la importancia del
trabajo y a cómo éste debía verse en el
período de construcción de la sociedad
socialista.

El Che plantea que tocaba analizar las tareas de nuestro
trabajo y analizarlas abiertamente tratando de ver todos los
errores que hay, la razón de por qué se producen
para mejorarlos; es decir, que la autocrítica era muy
necesaria para lograr una mejor calidad
productiva, dándole gran importancia al aprovechamiento de
la jornada laboral, así como a la disciplina que
la misma requería.

Así da este ejemplo de revolucionario,
internacionalista, hombre combativo y moral sus
concepciones acerca de cómo se puede lograr un futuro
mejor basado en las concepciones más profundas del
trabajo, como fuerza capaz de hacer crecer el entorno donde
vive.

Es por eso que manifiesta: "El trabajo contribuye, pues,
con sus frutos a dar la producción y, además, el
trabajo ejercido día a día con entusiasmo creador,
desarrolla en todos nosotros la conciencia del Socialismo;
productividad,
más producción, conciencia, eso es la síntesis
sobre la que se puede formar la sociedad nueva."

Y agrega, "El trabajo, punto central de la actividad
humana, de la construcción del Socialismo, el trabajo,
(…) está determinado también –en su
eficacia– por
la actitud que se tenga hacia él (…) El trabajo debe ser
una necesidad moral nuestra; el trabajo debe ser algo al cual
vayamos cada mañana, cada tarde o cada noche, con
entusiasmo renovado, con interés renovado. Tenemos que
aprender a sacar del trabajo lo que tiene de interesante o lo que
tiene de creador, a conocer el más íntimo secreto
de la máquina o del proceso en el
que nos toca trabajar."

Una de las mayores dificultades que confronta entonces
la Revolución en sus primeros años era el bajo
nivel de calificación de los trabajadores; por eso el Che
insiste en elevar la capacidad y calificación
técnica y cultural de los mismos como requisito para el
avance en la construcción de la nueva sociedad.

Parte de su quehacer está dirigido a la labor de
convencimiento de la necesidad de la calificación de la
fuerza de trabajo en el desarrollo del socialismo, dado que el
bajo desarrollo de las fuerzas productivas cubanas impedía
que los trabajadores la sintieran conscientemente.

La capacitación constituye uno de los
principios y uno de los pilares fundamentales del sistema. Por eso
asegura que: "Nosotros hemos puesto un énfasis especial en
este aspecto (…) de la capacitación del individuo como
requisito indispensable para que se reconozca su esfuerzo y para
que alcance niveles salariales más altos".

Y agrega en otro de sus discursos:
"Pero al mismo tiempo seguir
estudiando todos los problemas de la economía y de la
práctica revolucionaria que fortalecen su
ideología. Ustedes se han abierto ahora al estudio
(…) y deben seguir por ese camino, y deben seguir siendo
el motor que impulse
a todo el colectivo donde ustedes trabajen en las tareas de
capacitación."

En su obra, la capacitación del hombre tiene un
papel decisivo en las dos direcciones fundamentales de su
formulación socialista: la producción y la
conciencia. Sin capacitación no es posible el desarrollo
de una industria
fundada en los adelantos científico-técnicos, ni el
surgimiento de la conciencia socialista.

Por eso entiende la capacitación como una actitud
social e individual. Para el Che, la superación del hombre
como miembro de un colectivo y de la sociedad entendida como una
totalidad orgánica de individualidades. Por ello expresa:
"Y comenzamos (…) el camino de la
industrialización. En este momento el papel de la clase
obrera se hace definitivo. O la clase obrera comprende
perfectamente todos sus deberes y toda la importancia de este
momento, o no la comprende y la industrialización
será otro más de los tibios intentos hechos en
América
para salvarse del yugo colonial."

El Che reconoce que la clase obrera debe conocer, cada
vez con mayor hondura, las leyes
económicas que rigen esta nueva formación
económico-social y, sobre tal base, organizar y
desarrollar la economía, con arreglo a las exigencias de
distintas leyes. Para ello, los trabajadores deben
permanentemente incrementar los conocimientos requeridos. A su
vez, la propia participación de los trabajadores en la
dirección constituye un factor educativo.
Che advierte que la clase obrera tiene que ir preparándose
para alcanzar su función de
dirección en el menor plazo posible.

Al analizar los aspectos e ideas de la
construcción del socialismo planteadas por el Che es
imprescindible señalar que en su teoría
él es consciente que sin la formación del hombre
nuevo no es posible arribar a esa sociedad.

Por eso sintetiza su concepción del comunismo como
meta de la humanidad que se alcanza conscientemente; luego,
la
educación, la liquidación de las tareas de la
sociedad antigua en la conciencia de las gentes es un factor de
suma importancia, sin olvidar claro está, que sin avances
paralelos en la producción no se puede llegar nunca a tal
sociedad.

Enfatiza que se debe crear conciencia socialista
mediante la incorporación de los trabajadores a todas las
tareas prácticas de la nueva sociedad, en centros de
estudio, técnicos, intervención en la planificación de la economía.
Considera necesario la intervención consciente de la clase
obrera en el desarrollo industrial.

Ernesto Che Guevara fue el promotor del trabajo
voluntario en Cuba, entendido éste como un factor
económico y moral, un elemento importante del sistema de
dirección económico. Sobre esta importante tarea
señala: "porque el socialismo en esta etapa de
construcción de socialismo y comunismo, no se ha hecho
simplemente para tener nuestras fábricas brillantes, se
está haciendo para el hombre integral; el hombre debe
transformarse conjuntamente con la producción que avance,
y no haríamos una tarea adecuada sí solamente
fuéramos productores de artículos, de materias
primas y no fuéramos a la vez productores de
hombres".

En esta labor el trabajo voluntario tiene un valor
incalculable. Lenin es el primero que se percata de ello, y lo
deja plasmado en su artículo: "Una gran
iniciativa".

Las nuevas relaciones sociales, la nueva actitud ante el
trabajo, una nueva disciplina laboral consciente y libre de los
trabajadores, la creación de un tipo elevado de organización social del trabajo que
conjugue los adelantos científico técnicos con la
agrupación de los trabajadores conscientes, el incremento
de la productividad del trabajo y la importancia de la
emulación socialista hacen posible el surgimiento y
desarrollo del trabajo voluntario.

El pensamiento del Che es un desarrollo lógico
del pensamiento de Marx, Engels y
Lenin; constituye un rico manantial de ideas y soluciones, de
fórmulas socialistas para la construcción de la
nueva sociedad, y éste es un ejemplo fehaciente. Para el
Che el trabajo voluntario es el que se realiza fuera de las horas
normales de trabajo sin percibir remuneración
económica adicional. El mismo puede realizarse dentro o
fuera de sus centros de trabajo.

El trabajo voluntario contribuye también
paulatinamente a que en el tiempo se genere una identidad y
sentido de realización individual con la tarea laboral
cotidiana; tiene importancia económica y, en su
desarrollo, los trabajadores rompen los records de productividad
alcanzados en las jornadas de trabajo habituales.

La gran importancia que Che le atribuye al trabajo
voluntario radica en su papel en la educación comunista,
al considerarlo que "este constituye una escuela creadora
de conciencia, es el esfuerzo realizado en la sociedad y para la
sociedad como aporte individual y colectivo y va formando esa
alta conciencia que nos permite acelerar el proceso de
tránsito. El trabajo voluntario es parte de una tarea
educativa".

Pero el Che no sólo se preocupa por la
definición teórica y la importancia de esta
modalidad de trabajo, sino que dedica iguales esfuerzos a su
organización, instrumentación, modalidades, control y
desarrollo. Para el Guerrillero Heroico la buena
organización es el elemento primordial del mismo. Lucha
para que no se perdiera tiempo en éste; destaca que se
trabaja voluntariamente no con el propósito de quemar
energías físicas sino de incorporarlas a un trabajo
que rinda algo y que sirva de formador de conciencia; insiste en
que había que llevarlo a la masa con organización y
contenido para que las personas se sintieran útiles, es
decir, que la identificación del hombre con el trabajo,
era algo que había que conseguir, que había que
organizar.

Como modalidades del trabajo voluntario acepta el
trabajo productivo e industrial y agrícola; trabajo de
enseñanza educativa no remunerada; trabajo
técnico, entendido como las brigadas que se crean en un
momento determinado para realizar una tarea
específica.

El Che no concibe que se pudiera realizar en un centro
laboral trabajo voluntario en una tarea en la que no se hubiese
cumplido antes la norma de trabajo, al considerar que el mismo se
desnaturaliza y se distorsiona cuando se enmascara la
ineficiencia de los cuadros y la indisciplina de los
trabajadores; no concebía que se pudiera incumplir la
norma de trabajo y luego con trabajo voluntario tapar la falta de
exigencia y la indisciplina.

Para el Che tiene más importancia la
formación del hombre, que el resultado de la faena
realizada en el trabajo, ya que para él el hombre
debía sentir la necesidad de trabajar voluntariamente como
algo interno y apoyado por su ambiente,
preocupándose por los sistemas que
motivan al hombre a dar lo que se espera que entregue a la
sociedad.

En la formación de la nueva conciencia laboral y
del trabajo comunista deben desempeñar un papel
trascendental la emulación y el trabajo
voluntario.

El trabajo voluntario como expresión genuina de
actitud comunista ante el trabajo fue promovido por el Che,
consciente en su potencial formativo. Por esa razón,
expresa: "Lo importante es que una parte de la vida del individuo
que se entrega a la sociedad sin esperar nada, sin
retribución de ningún tipo y solamente en
cumplimiento del deber social."

También el Che se plantea que en la
transición al socialismo era de gran importancia tener
presente el sistema de pago a los trabajadores. Era claro para
él que el sistema salarial que se implantara debía
inscribirse coherentemente en la línea política e
ideológica de la revolución socialista, en los
principios marxistas leninistas. "En salario, es
decir, en dinero, se
mide la distinta calificación de todos los que reciben
algo por trabajar. En dinero se mide también el
espíritu de trabajo de cada uno de los que trabajan en sus
distintas calificaciones. El dinero es
la única medida que puede abarcarlo todo, y en la
época de la construcción del socialismo, en que
todavía existen relaciones mercantiles, nosotros tenemos
que trabajar con dinero. Es decir, nosotros estamos en una
época en que la injusticia no es desterrada, no la podemos
desterrar absolutamente, no podemos dar a cada cual según
su necesidad. Estamos en la construcción del socialismo,
tenemos que dar a la gente según su trabajo, tenemos que
corregir las injusticias poco a poco, y tenemos que hacerlo
discutiendo siempre con los trabajadores".

El sistema salarial debía tener por base el
principio del pago con arreglos a la cantidad y calidad del
trabajo. Debía potenciar los valores
comunistas que iban surgiendo en el proceso revolucionario y la
utilización de estímulos morales, así como
la política salarial adoptada; debía hacer uso de
los estímulos materiales
heredados del capitalismo aún vigentes, de modo tal que no
produjera un desarrollo de éstos sino todo lo contrario.
Con la escala salarial
el Che introducía y sentaba este principio al establecer
los distintos grados de complejidad de los trabajos existentes a
todo el país, y atendiendo a la calificación
indispensable que debían tener los obreros, a la tecnología, la
complejidad u organización de la
producción.

La primera tarea sería entonces llevar todos los
salarios a
grupos que
reflejaran aproximadamente las mismas características y en
los que se pudiera condensar toda esa enorme cantidad de salarios
distintos en cuanto a pagos, y además, de calificaciones
distintas "(…) la práctica nos fue mostrando que
era mejor".

Otro aspecto que recibe la máxima atención del Che es el recibimiento de
estímulos por parte de los trabajadores, alegando que en
la formación de nuestra conciencia comunista, el proceso
debe enfocarse más hacia la extinción de
éste, que a su supresión, enunciando una
política de incentivación moral que no implicara la
negación total del estímulo material, sino de ir
reduciendo el campo de acción
de éste; aclarando precisamente que no se niega su
necesidad objetiva como palanca impulsora fundamental.

Por eso se considera que en esta etapa de
construcción debían reunirse tanto estímulos
materiales como morales avivando el entusiasmo revolucionario y
preocupándonos por el interés material de los
trabajadores. Ahora bien, si el proceso histórico nos
obliga a emplear durante un tiempo la palanca que ya sabemos es
nociva trataremos de buscar variantes menos nocivas de la misma,
incluso aquellas que coadyuven a su especulación,
premiando así no el trabajo individual solamente, sino
también el colectivo de importancia vital para nuestra
formación.

Sobre la vinculación que existe entre las
necesidades, las motivaciones y las formas de estimulación
empleadas para incentivar a los hombres al trabajo, fundamenta la
necesidad objetiva de la estimulación tanto material como
moral en el socialismo. Plantea que los estímulos
materiales son un mal necesario, y el papel de la
estimulación moral es una palanca fundamental en esta
etapa de tránsito. Subraya la significación de
seguir profundizando en la correlación entre ambos tipos
de estímulos.

El Che entiende la emulación socialista como un
elemento fundamental dentro de la estructura de
todo el sistema. A las competencias
generadas por la Ley del Valor, contraponía la competencia
fraternal basada en la camaradería socialista que
propiciaba la emulación. Fue el Che el primer promotor
emulativo de nuestra patria, participó personalmente en su
organización en el Ministerio de la Industria,
involucrando en ella a otros colectivos de trabajadores que
respondían administrativamente a otros ministerios y
la Central de Trabajadores de Cuba. Organizó y
participó en decenas de actos que culminaban etapas
emulativas, entregando los certificados y premios a los obreros y
colectivos vanguardias.

En las reuniones de trabajo del Ministerio de Industrias se
refiere a los conceptos que debían regir a la
emulación y a sus mecanismos, pues veía en ella un
magnífico instrumento de incentivación que
permitía engarzar la producción de bienes y la
creación de la conciencia popular.

Dice el Che que la emulación tiene que cumplir
una gran tarea de movilización de las masas: "… que
todos estén interesados en la emulación; que todos
los trabajadores comprendan bien la importancia que tiene el
resultado de la emulación que es producir más y
mejor, aumentar la producción, aumentar la productividad y
aumentar la calidad de los productos,
ahorrar el consumo de
todas las materias primas. (…) La emulación debe
ser la base fundamental del desarrollo de la conciencia
socialista y de los logros en la producción y en la
productividad."

Para el Che, por lo tanto, la emulación es una
competencia que está dirigida al más noble de los
propósitos, como es el de mejorar, el de tener cada centro
de trabajo, cada empresa, cada
unidad a la cabeza de la construcción del socialismo, para
lo cual, necesariamente se debe recurrir a las masas.

Previó que en la emulación se
debían de establecer estímulos morales, como son
los de verse los obreros individualmente o colectivamente en un
centro de trabajo como los mejores entre los mejores, y
también existir emulación que establezca los
estímulos materiales adecuados al momento en que vivimos.
La emulación es una competencia fraternal para que todo el
mundo aumente la producción, es un arma para profundizar
la conciencia de las masas.

Su pensamiento económico se sintetiza en la
unidad indisoluble de la formación del hombre nuevo y
la construcción del comunismo. El Che conoce de la
teoría partiendo de las relaciones sociales de
producción y de la producción misma, desarrolla su
concepción sobre la construcción socialista, en la
cual el incremento incesante de la producción de bienes
materiales asegura la satisfacción al máximo de las
necesidades constantes de la sociedad, requiriéndose en
ese empeño la participación entusiasta y decidida
de los trabajadores.

Prevé que el aumento de la productividad del
trabajo y con ella la generación creciente del excedente
económico, es un elemento importante de la
construcción del socialismo; y enfatiza que esa diferencia
que existe entre lo que el trabajador produce, y lo que se le
paga, es el excedente que tiene que crear el país, y que
debe ser lo más grande posible para crear nuevas fuentes de
trabajo que permitan cada vez, hacer el trabajo más
humano, menos sacrificado, más productivo; y crear nuevas
fábricas que den más bienes de consumo, más
productos para la satisfacción de las necesidades de la
población.

La concepción del Che sobre el socialismo queda
resumida por tres factores mutuamente interrelacionados:
productividad, más producción, conciencia, eso es
la síntesis sobre la que se puede formar la sociedad
nueva. Y asegura que la disciplina en el trabajo y la lucha
contra el ausentismo constituyen pilares extraordinarios para la
elevación de la productividad del trabajo.

En su concepción sobre el proceso de
construcción del socialismo plantea que: "Hacemos todo lo
posible por darle al trabajo esta nueva categoría de deber
social (…) basados en la apreciación marxista de
que el hombre realmente alcanza su plena condición humana
cuando produce sin la compulsión de la necesidad física de venderse
como mercancía".

La herencia
teórica del Che es multifacética. Su pensamiento
económico tiene su fundamento en el profundo conocimiento
de la teoría marxista-leninista.

El claro dominio del
método
dialéctico de investigación le permitió al
Guerrillero Heroico realizar aportes significativos a la
teoría marxista-leninista sobre el período de
transición al socialismo, en particular para las
condiciones de la construcción socialista en un
país subdesarrollado como Cuba.

Che sitúa el desarrollo del hombre en la sociedad
socialista como objetivo final. En este sentido define al
socialismo: "como la creación de los bienes materiales
para el hombre y el desarrollo de la conciencia, y en esta tarea
de la creación de los bienes materiales es imprescindible
el aumento de la productividad del trabajo. Ese aumento se logra
con las nuevas fábricas (…)."

El triunfo revolucionario puso en primer lugar el paso
de las ideas de una estrategia coherente de
industrialización. Corresponde a la dirección del
país, y en especial al Che, la plasmación del
primer programa de industrialización y luego su puesta en
marcha.

Che se preocupa por solucionar los problemas en la
utilización de las capacidades instaladas, la
expansión de las inversiones
que promuevan la solución definitiva del problema del
empleo. Considera la existencia de las reservas de productividad
y el uso racional de la fuerza de trabajo industrial.

Para él hay un estrecho vínculo entre
socialismo, industrialización, técnica,
capacitación de la fuerza de trabajo y conciencia, como
elementos de un mismo proceso que se interrelaciona entre
sí.

La estrategia de industrialización seguida por la
Revolución cubana y las diferentes etapas de esta, motivan
a que el Che considerara como una de las cuestiones
estratégicas, resolver el problema del desempleo, para lo
cual en una primera etapa plantea el uso de tecnología de
bajo costo de inversión y alta absorción de fuerza
de trabajo, y en una segunda etapa, la introducción de tecnología de
avanzada, en particular en las principales ramas de la
economía, según la necesidad y posibilidad del
país, para lo cual era necesario preparar la fuerza de
trabajo calificada.

Enfatiza en las deficiencias de tener a punto la fuerza
de trabajo requerida para la puesta en marcha de las nuevas
industrias; la trascendencia de elevar la calidad de la
producción y su alcance en los aspectos técnicos,
económicos y como un fenómeno de conciencia, de
cultura de la
producción; necesidad y posibilidad de elevar la eficiencia de la
producción y el significativo papel que en tal sentido
puede desempeñar la
organización, el control, la exigencia y la
disciplina; la calificación sistemática de los
trabajadores y la necesaria prioridad en la vinculación de
profesionales de nivel superior con la producción; y la
importancia del hombre en la sociedad socialista.

La necesidad de construir e instalar varias
fábricas de baja densidad de
capital y, por
tanto, de tecnologías atrasadas para sustituir importaciones y a
la vez contribuir a eliminar el desempleo, especialmente en el
interior del país, como un primer paso o fase del proceso
de industrialización, se aprecia claramente en el discurso
pronunciado por el Che el 14 de junio de 1960, cuando expresa:
"hay inversiones de pequeña concentración de
capital (…) esto da menos ganancias, pero eso es lo que
nos conviene ahora a nosotros: desarrollar toda la industria que
con poco dinero emplee a mucha gente. Necesitamos eso primero, y
vuelto a insistir, porque es la base de todo para eliminar el
desempleo; y después, para también crear la base
técnica, necesaria para acometer nuestro segundo paso, que
es el de una industria total."

Estas ideas de Che se ven reforzadas en su
artículo Cuba, su economía, su comercio
exterior, su significado en el mundo actual
, señala:
"Influenciados por el desempleo existente y por la presión
que ejercían los problemas en el comercio exterior, se
adquirieron un número grande de plantas
tendientes a sustituir importaciones y cuya tecnología
permitiese dar empleo a una cantidad aceptable de obreros
urbanos."

Su interés por eliminar el desempleo a toda costa
trae aparejada su oposición a emplear y desarrollar leyes
y categorías económicas capitalistas en la
construcción del socialismo.

En las concepciones del Che sobre la
industrialización y desarrollo
económico de Cuba, está presente que:
"industrializarse significa, en primer lugar, un mayor nivel de
vida; (…) lo primero que hay que hacer es dar un mejor
nivel de vida a todas las gentes, y hay que empezar por los que
están en peor estado, que
son, precisamente, los desempleados. De ahí la importancia
de la pequeña industria y de la industria agropecuaria,
que, con una inversión pequeña, da trabajo a una
gran cantidad de obreros que en este momento están
desocupados".

Para el Che, "el socialismo es un fenómeno
económico y también un fenómeno de
conciencia, pero debe realizarse sobre la base de la
producción. Sin una producción importante no hay
socialismo".

En la definición de socialismo de Che se destaca
el papel de la industrialización socialista como el
único camino para un auténtico desarrollo
económico y social. Considera que la
industrialización es la que da la verdadera pauta del
desarrollo al país, y que de acuerdo a como vaya el
proceso de industrialización así irá el
desarrollo de Cuba.

Por otra parte, reflexiona que: "los deberes
fundamentales de la clase obrera (…) en términos
económicos hay tres grandes obligaciones
que cumplir (…) una de las grandes obligaciones de la
clase obrera es producir ahora bien (…) la
producción en el momento actual debe ser, precisamente, la
producción de riquezas para hacer que el Estado
pueda invertir más en la creación de nuevas fuentes
de trabajo, y tiene que ser una producción de tal tipo que
no desplace a nadie (…) Este es otro de los grandes
deberes de la clases obrera, que está ligado con el de
producir, y que es el de ahorrar (…) Producir y ahorrar
son las bases del desarrollo económico. Ahora producir y
ahorrar, lo vuelvo a repetir, para beneficios de los obreros
(…) Además, como tercera gran obligación de los
obreros, además de producir y ahorrar, es la de
organizarse; no en el sentido anterior de organizarse como clase
contra clase, organizarse para poder rendir
más a la Revolución, que es rendir más al
pueblo, que es rendir más a la clase obrera."

CUBA: EL LOGRO DEL PLENO
EMPLEO

A 8,3% de la población económicamente
activa ascendió en 1995 la tasa de desocupación. La principal causa de esto
fue el desplome de la URSS y el campo socialista europeo. Este
hecho trajo consigo la llegada del período especial,
situación que ocasionó la paralización o el
redimensionamiento de muchos centros de producción y
servicios.

La política de empleo, al influjo de la Batalla
de Ideas, es uno de los conceptos revolucionarios que se han
puesto en práctica en el país con el objetivo de
barrer con el formalismo y el conformismo y acelerar los procesos de
transformaciones necesarias para el futuro de Cuba.

"Como resultado de este colosal esfuerzo por lograr el
más alto nivel de justicia para
nuestro pueblo y propiciar la más plena igualdad de
oportunidades para todos se han creado en estos cinco
años, fruto de los Programas de la
Revolución, más de 380 mil empleos, que benefician
mayoritariamente a los jóvenes", precisó Fidel en
la clausura del VIII Congreso de la UJC, y puntualizó que
la reducción del desempleo lograda por Cuba es algo
absolutamente imposible en ningún país capitalista
industrializado.

En 2001 el empleo se redujo hasta el 4,1%; y en 2002
Cuba terminó con una reducción de su tasa de
desempleo del 3,3%.

A pesar de que en estos últimos años la
dinámica de crecimiento de la
economía ha sido débil, Cuba ha mantenido una
política de empleo activa, dirigida a aquellas regiones
con mayores problemas de empleo y a los jóvenes. En el
año 2002 se crearon 158 000 nuevos puestos de trabajo, el
22 % en la agricultura
urbana y el 19 % en los programas sociales asociados a la batalla
de ideas.

Todo ello impactó en la reducción de la
desocupación general en el 2003 al 2,3 % y al 1,9 %
durante dos años consecutivos: 2004 y 2005. Esta
reducción de la tasa de desempleo, y poseer un programa
único en el mundo que es el estudio como modalidad de
empleo, son resultados de esta gran Revolución que ha
sacudido a las fuerzas laborales cubanas.

Es evidente que la Revolución
cubana ha cumplido a cabalidad las ideas del Che Guevara
sobre su concepción sobre el trabajo, y que las mismas han
motivado la lucha constante de nuestro pueblo y clase obrera por
la conquista del pleno empleo, dándole cumplimiento
así al pensamiento del Guerrillero Heroico cuando expresa
que la Revolución debe alcanzar: "La dignificación
plena del trabajo y la colocación del trabajo productivo
en bien de la sociedad como tarea fundamental, digna del
más alto elogio y al lado mismo de las otras dos grandes
tareas revolucionarias de este momento – que se
aúnan y complementan-: la defensa del poder conquistado y
el estudio preparándose para nuevas tareas en el
porvenir".

CONSIDERACIONES
FINALES

El Che está conciente de que el capitalismo
necesita para su funcionamiento la presencia del "Ejército
Industrial de Reserva ", pero de que el socialismo debe luchar
por la participación de todos los ciudadanos aptos para
ello en la producción social.

Para el socialismo, esta es una necesidad
económica, social, ética y
humana. La existencia predominante de la propiedad social sobre
los medios de producción exige la necesaria
creación de condiciones para la intervención de
todos en la actividad socialmente útil.

El trabajo ha desempeñado un importante papel en
la creación del ser humano. Es condición natural de
la existencia del hombre. Solo la propiedad social sobre los
medios de producción como fundamento de las relaciones
socialistas de producción, permite un cambio radical en el
contenido y carácter del trabajo.

En el pensamiento económico del Che, el concepto de
trabajo en el socialismo ocupa un predominante lugar que incluye
el análisis de sus más diversos rasgos, entre los
que se destacan la necesidad de eliminar la enajenación típica en el capitalismo
para alcanzar cambios fundamentales en la vida social, y el
trabajo voluntario como medio esencial para lograr la conciencia
de los trabajadores y así formar al hombre
nuevo,

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Autor:

Ariel Lemes Batista

El autor es periodista, cientista social y profesor
universitario cubano.

"UNIVERSIDAD
CENTRAL

MARTA ABREU DE LAS VILLAS"

Partes: 1, 2
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