Toda acción
del maestro ha exigido una transformación profunda y
trascendental a lo largo de la historia de la
educación. La educación de cara
a los tiempos modernos se fundamenta en el ideal de
perfeccionamiento tanto del hombre como de
la sociedad.
El maestro debe de estar conciente de su rol. Su tarea
principal es educar a sus alumnos y su gestión
debe estar centrada en el desafío que conlleva transmitir
un cúmulo de contenidos a cada alumno.
El docente debe estimular en el educando el desarrollo
físico, emocional, intelectual, social, ético y
espiritual. A través de los tiempos el maestro es visto
como un modelo de la
sociedad.
Davini (1997) indica que el maestro debe buscar su
continuo crecimiento profesional. Para un buen desempeño en su quehacer educativo el
maestro tiene que pensar en enriquecer su acervo profesional y
los fundamentos de su conocimiento,
destrezas, métodos
educativos y pedagógicos. A mayor educación del maestro
mayor serán los beneficios en el proceso de
desarrollo educativo y cognitivo de sus alumnos.
Freire (1993) dice que el maestro no debe dejar a un
lado lo que el estudiante trae consigo de su comprensión
del mundo; su manera de hablar, su manera de contar, calcular,
sus saberes en torno a su mundo,
su religiosidad, sus saberes en torno a la salud, el cuerpo, la muerte, el
sexo, los
conjuros, el ambiente y la
tecnología.
Por tanto el maestro debe concebir el salón de
clases como el lugar donde investiga, experimenta, modela, se
comparten ideas, se toman decisiones para la solución de
problemas y se
reflexiona sobre lo que es necesario y pertinente
aprender.
Para los estudiantes de escuela primaria
el maestro es visto como un modelo que inspira confianza al cual
los niños
tienden a imitar. Es un modelo dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje de
los estudiantes.
Esto significa que el maestro en el escenario educativo
tendrá que modelar conductas dignas, pertinentes, valiosas
y apropiadas de un individuo
debidamente educado. Por ésta razón el maestro debe
reflexionar sobre sus debilidades y fortalezas con el
propósito de mejorar su auto-desarrollo como un
profesional educado y altamente cualificado.
De ahí la importancia que tiene el rol del
educador, pues debe modelar un código
correcto de valores
morales e intelectuales
que son valiosos para la sociedad e imprescindibles para los
alumnos.
Es preciso reconocer que existen ciertos elementos que
influyen directa o indirectamente en la gestión educativa
del maestro como: la cultura, los
problemas
sociales, la economía, la política, la geografía y el
ambiente.
Además existen factores propios del escenario
educativo como: la infraestructura, los recursos
didácticos, los textos, el sistema de
evaluación, el currículo, el control de
grupo, la
disciplina,
la
organización escolar entre otros.
Davini (1997) dice que ante este panorama surge la
preocupación por la calidad de la
educación y considera el impacto del papel que
desempeña el maestro en el proceso de enseñanza y
aprendizaje, pues, el maestro debe equiparse cognitivamente para
superar las limitaciones propias del escenario
educativo.
El maestro ante un mundo globalizado debe
auto-reconocerse como un estudiante de por vida. Aunque la
imagen del
maestro a cambiado al pasar de los tiempos al igual que su
mentalidad y sus necesidades profesionales. El maestro debe
aspirar a continuar estudios post graduados con el
propósito de adquirir herramientas
teóricas, prácticas didácticas y
tecnológicas modernas que le ayuden a fortalecer su
labor.
De igual forma el sistema
educativo actual solicita un maestro diferente. Un maestro
que posea cultura y que se distinga como profesional
idóneo y debidamente preparado que pueda impactar de
manera positiva la sociedad, la escuela, el currículo, la
planificación de la enseñanza y
sobre todo la vida de sus alumnos.
El maestro altamente cualificado se caracteriza por
tener conocimiento amplio sobre el crecimiento, el proceso de
desarrollo y aprendizaje de cada niño. De esta forma pone
en práctica nuevas estrategias y
técnicas de enseñanza, que aporten
positivamente el proceso educativo y de aprendizaje dentro del
salón de clases. Freire señala que un maestro
cualificado ante un mundo globalizado es capaz de adaptarse al
uso del espacio, los materiales y
al uso y manejo del tiempo
según las necesidades de los estudiantes.
Un pedagogo altamente cualificado tiene la habilidad
para comunicarse eficazmente con los niños, con sus
colegas, con los padres y demás dentro y fuera del
escenario educativo. Es ávido a trabajar en
cooperación y colaboración con otros. Establece y
entiende programas
educativos eficaces. Un maestro bien preparado utiliza una
variedad de destrezas, estrategias y métodos de
enseñanza que estimulan el aprendizaje de
todos los estudiantes.
Según Freire el maestro que domine las
áreas antes mencionadas es un educador capaz de
auto-evaluar su labor, implementa y es un ente que propicia
cambios.
En pleno siglo XXI el sistema educativo, la sociedad,
los padres y los alumnos demandan por un maestro idóneo,
culto y debidamente preparado que sirva como ente de cambio. Un
profesional, educado que facilite y guíe a sus alumnos por
el camino del saber.
El maestro que la sociedad de hoy día busca debe
ser realmente un profesional comprometido capaz de generar
cambios en cuanto a los procesos de
capacitación e investigación en las escuelas de su
país, estado y
nación.
Todo este planteamiento pretende ser un cuestionamiento
radical sobre las perspectivas del maestro para futuro que tiene
la intención de no caer en otra idealización o
fantasía de algo que se conoce como el maestro
perfecto.
La educación por ser dinámica no necesita maestros perfectos
sino maestros de vanguardia. Maestros que busquen constantemente
renovar sus conocimientos con el propósito de ajustarse a
los cambios de un mundo tan dinámico como en el que
vivimos.
Algunas opciones para estimular la capacitación
continua del docente idóneo, preparado y de vanguardia
son: la educación continuada, seguir estudios
post-graduados, realizar investigaciones
de las prácticas docentes,
pertenecer a equipos de investigación, diseñar
currículo, estimular el uso de la tecnología en el
proceso instruccional y recibir la supervisión adecuada de profesionales de la
educación.
* La educación continua se refiere a cursos,
talleres, orientaciones y adiestramientos a corto plazo con temas
de interés
actual que ofrecen las instituciones
de educación
superior con el fin de ayudar en la formación,
capacitación y preparación del docente.
La educación continua facilita conocimientos,
experiencias, ideas y aportaciones de colegas así como de
expertos en el escenario pedagógico.
Los diversos servicios de
educación continua buscan aportar ideas a los educadores
para que estos puedan adquirir un fortalecimiento del saber
general.
* El maestro es un estudiante de por vida y debe
atemperar sus conocimientos a la vanguardia y demanda de los
tiempos. Un buen profesional busca continuar su
capacitación profesional en una institución
universitaria acreditada de su preferencia para continuar
estudios post-graduados en el área de su
especialidad.
Un maestro con estudios post-graduados enriquece, crece
dentro de su carrera magisterial fomenta cambios positivos al
sistema educativo de su país.
* Los equipos de investigación docente fomentan
la responsabilidad del maestro y estimulan la
revisión y reflexión del trabajo que
realiza.
Por medio de la sistematización y la
investigación el docente amplía sus marcos de
interpretación y puede aportar ideas para
mejorar su labor educativa. A su vez puede desarrollar y
construir teorías
y prácticas dirigidas a la innovación mediante la implantación
de programas y propuestas educativas.
* Las investigaciones y prácticas docentes deben
alinearse, estudiarse y comprenderse en el contexto institucional
y sociocultural de lo contrario caeríamos en un enfoque
tradicional, sin pertinencia y vacío. Los equipos de
investigación buscarán siempre soluciones
pertinentes a los problemas actuales que atentan en contra del
proceso educativo.
En relación a este tema Carr (1996) expresa que
en las instituciones formadoras de maestros buscan crear el
carácter reflexivo, crítico e
investigativo que es un medio para el crecimiento
académico individual y colectivo. El mismo busca generar y
producir entes de cambios positivos, idóneos y preparados
para presentar soluciones ante los problemas educativos de
hoy.
* El maestro es considerado un diseñador de
currículo instruccional. Goodson (2000) señala que
el maestro selecciona el tema o temas de estudio y las
estrategias de enseñanza partiendo de las necesidades e
intereses de sus estudiantes.
A su vez el educador debe considerar las necesidades de
la sociedad y las recomendaciones que formulen los
investigadores, conocedores y especialistas de currículo.
El
conocimiento y dominio que el
maestro tiene de los estudiantes a su cargo le permitirán
tomar decisiones curriculares adecuadas y bien
informadas.
* El educador de vanguardia debe conocer y saber manejar
los diversos medios
tecnológicos. El conocer y manejar la tecnología
educativa e informática ayudará al maestro a
preparar programas de capacitación y actualización
del docente.
El maestro por tanto debe conocer sobre el uso y manejo
de los videos, software, discos compactos,
cámaras digitales, entre otros. Sánchez (2000)
puntualiza que la tecnología es una herramienta muy
poderosa pues sus efectos dependen de su uso, manejo y enfoque
pedagógico de acuerdo a los objetivos del
programa de
enseñanza.
Esto significa que el maestro debe dominar y conocer el
uso de la tecnología educativa e informática ya que
ésta debe complementarse con la construcción del pensamiento
crítico. Una vez los maestros conocen los beneficios de la
tecnología pueden implantarla con sus alumnos en el
salón de clases.
* El maestro debe modificar su percepción
en relación al rol de la supervisión dentro del
proceso educativo. La supervisión llega a la sala de
clases para ampliar lo que ocurre en el salón. La
supervisión es un ente colaborador y un ente facilitador
de estrategias y sugerencias educativas que redunda en beneficio
a los niños.
La supervisión es un aliado que facilita
técnicas que promueven cambios positivos en el proceso de
enseñanza y aprendizaje así como en el escenario
escolar.
Latorre (2003) establece que el maestro de hoy se
enfrenta a grandes desafíos. La sociedad es
dinámica y se encuentra dentro de un mundo cambiante. Por
tanto es imperativo que los maestros se preparen desde una
perspectiva de formación constante.
El docente debe entender que como educador del siglo XXI
es responsable de su auto-formación, auto-desarrollo y
auto-aprendizaje. Los maestros son seres humanos que trabajan
para la formación de otros seres humanos.
A su vez los maestros son estudiante de por vida. Y
tienen en sus manos la responsabilidad de fortalecer su rol
actualizando sus conocimientos, destrezas, métodos,
estrategias, teorías y prácticas
pedagógicas. Es pertinente fomentar el uso de las
herramientas didácticas-tecnológicas modernas que
permiten enfrentar los retos de nuestra sociedad.
Al presente el sistema educativo y la sociedad necesitan
maestros comprometidos que posean una cultura general que los
distinga como profesionales idóneos, debidamente
preparados a la vanguardia de los nuevos tiempos.
El maestro hoy día tiene que enfrentarse al
desafío de enseñar a sus estudiantes mediante una
educación ajustada a los cambios que enfrentamos en el
quehacer educativo.
La sociedad del siglo XXI necesita y busca maestros
comprometidos que sirvan de modelo para el desarrollo integral de
los estudiantes que son el futuro de nuestra sociedad, nuestra
nación
y nuestro mundo.
e-mail- arlyri_7475[arroba]yahoo.com
Bibliografía
Carr W. (1996). Una teoría
para la educación: Hacia una investigación educativa crítica. Madrid:
Ediciones Morata.
Davini, M. (1997). La formación
docente en cuestión: política y pedagogía. Buenos Aires:
Paidós.
Freire, P. (1993). Pedagogía de la Esperanza.
Madrid: Siglo XXI España
Editores S.A.
Goodson, I. (2000). El cambio en el currículo.
Barcelona: Octaedro.
Latorre, A. (2003). La investigación–
acción: conocer y cambiar la práctica
educativa.
Barcelona: Grao.
Sánchez, J. (2000). El siglo de la ciencia.
Madrid: Taurus.
Por:
Lynnette García Rivera
Maestra de Escuela Elemental