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La Etnografía



    1. La llamada posición
      "conservadora"
    2. La posición "radical-
      idealista"
    3. Otra posición: la
      "radical-crítica"

    El término etnografía corresponde
    fundamentalmente a la antropología, aunque también es
    utilizado en el ámbito de la sociología.

    Elsie Rockwell nos ofrece algunos datos al
    respecto. Afirma que la investigación etnográfica se
    desarrolló hace poco más de tres décadas,
    sobre todo en Inglaterra.
    Proveniente, como ya dije, de la antropología, pronto se
    constituyó en una alternativa de investigación en
    educación,
    provocando múltiples rechazos por no ajustarse a los
    paradigmas
    dominantes en esa época.

    Con el término etnografía se hace
    alusión tanto a una forma de actuar en la investigación
    de campo, como al producto final
    de la actividad investigativa. Rockwell considera que la etnografía es mucho más que una
    herramienta para recolectar datos y no debe ser considerada como
    un método,
    sino más bien como un enfoque en el que se
    encuentran método y teoría, pero sin
    agotar la problemática de ambos.

    A la etnografía se le considera una
    teoría descriptiva, en mientras que la
    etnología es entendida como una teoría
    comparativa
    .

    Ya específicamente dentro del campo educativo,
    existen algunas tendencias:

    – Las guías de campo.

    – La etnografía semántica.

    – La microetnografía.

    – La macroetnografía.

    Veamos brevemente qué dice Elsie Rockwell acerca
    de cada una de ellas:

    "a) Posiblemente la sistematización más
    difundida del trabajo de
    campo antropológico sea el uso de las guías de
    campo para orientar la observación y clasificar los datos
    obtenidos. La intención de las guías es
    proporcionar una serie de categorías universales,
    transculturales y teóricamente neutras que permitan
    abordar con el supuesto de objetividad el estudio de los
    fenómenos educativos en cualquier sociedad. Sin
    embargo, la selección
    (y exclusión) y el agrupamiento de categorías
    reflejan sesgos teóricos explícitos e
    implícitos. La educación aparece
    en las guías clásicas del campo de la
    Antropología como un aspecto constante de cualquier
    sociedad, con múltiples expresiones culturales no
    escolares.

    La guía de los Whiting se diseñó
    para probar ciertas hipótesis psicoanalíticas al nivel
    transcultural, y por lo tanto enfatiza ciertos procesos de
    socialización primaria.

    La guía de Jules Henry surge, en cambio, de su
    estudio de procesos de interacción dentro del salón de
    clases en escuelas norteamericanas, y por lo tanto se centra en
    formas de transmisión y en los contenidos de la
    educación formal.

    (…) La forma misma de las guías tiene
    implicaciones teóricas, tiende a conducir a un tipo de
    etnografía en que se describen los elementos
    (frecuentemente poco jerarquizados) correspondientes a las
    categorías de la guía, sin construir las relaciones
    entre ellos.

    b) Una corriente reciente, la "nueva etnografía"
    o "etnosemántica", es el mejor ejemplo de coherencia entre
    la teoría
    y el método etnográfico. Parte
    explícitamente de una concepción de cultura
    construida por analogía con la "competencia
    lingüística" del modelo
    chomskiano y definida como "competencia cognoscitiva", es decir,
    como "aquello que una persona tiene que
    saber o creer para participar en determinado grupo
    social".

    La "nueva etnografía" recoge y enfatiza la vieja
    meta de construir "la visión de los nativos", redefinida
    como la visión "émica". Esta propuesta deriva del
    trabajo de W. Goodenough y cuenta con varios textos
    metodológicos difundidos en medios
    educativos.

    Dentro de esta corriente se han generado y formalizado
    una serie de técnicas
    específicas de entrevista y
    de análisis formal. En las entrevistas se
    procede de preguntas descriptivas (¿Cómo son sus
    niños?)
    a preguntas estructurales (¿Qué tipo de
    niños son los que fracasan?) y contrastivas (¿En
    qué son diferentes los niños y las niñas?).
    Se pone gran cuidado en el registro y
    posteriormente en la identificación de las
    categorías "émicas", propias de los sujetos
    entrevistados. Se organizan estas categorías en "dominios"
    (ej. Niños) y "taxonomías", y a través de un
    análisis con base en determinados atributos.

    El resultado de un estudio de este tipo toma la forma de
    una "gramática cultural", de un conjunto
    ordenado de términos y de reglas implícitas a las
    que se atribuyen la "generación" de los comportamientos.
    Importa poco el comportamiento
    real, menos aún la estructura
    institucional o social en la cual se inscribe. Este enfoque
    supone además un grado de sistematicidad en los
    fenómenos culturales que rara vez se da al nivel global.
    No es casual, por lo tanto, que los estudios
    etnosemánticos existentes se refieran sobre todo a los
    conocimientos más formalizados, como son el parentesco y
    la etnobotánica, o bien se circunscriben a
    micro-situaciones poco significativas, ya que se describen sin
    relación con el contexto social más amplio. Su
    contribución al campo educativo ha sido relativamente
    escasa, pero ha revelado aspectos de la "cultura escolar", como
    la categorización propia de los maestros o de los
    alumnos.

    También se ha utilizado para sugerir diferencias
    cognoscitivas radicales, inferidas de las categorías
    implícitas en la lengua, entre
    los alumnos de grupos
    étnicos y los maestros occidentales. A pesar de este
    reducido desarrollo,
    los presupuestos
    teóricos de esta corriente han tenido una fuerte
    influencia general en la etnografía educativa y
    especialmente en la etnometodología.

    c) El tipo de etnografía que probablemente
    más consistentemente ha contribuido a la
    comprensión de los fenómenos educativos dentro de
    las sociedades
    escolarizadas, tiene sus raíces teóricas en la
    sociolingüística norteamericana (Laboy, Hymes y
    Cazden).

    Tiende a denominarse "micro-etnografía" por
    centrarse en el análisis detallado del registro (grabado o
    de vídeo) de la interacción que se da en "eventos
    educativos" de cualquier tipo. En gran parte de estos estudios,
    se intenta mediante el análisis reconstruir el "código"
    o la "competencia comunicativa" que rige y genera la
    interacción verbal y no verbal de los actores. Estos
    códigos o competencias
    varían de contexto a contexto, de cultura a cultura,
    según diferentes pautas de socialización. El
    fracaso escolar se explica desde esta perspectiva teórica
    como consecuencia del "conflicto
    cultural" que resulta de la diferencia entre las competencias de
    los alumnos y el código escolar.

    Esta corriente ha contribuido dando un contenido
    concreto a la
    noción del "curriculum
    oculto", al describir una serie de reglas implícitas de la
    interacción escolar. También ha detectado estrategias de
    sobrevivencia y resistencia de
    los alumnos.

    El aporte principal, sin embargo, tal vez radique en la
    posibilidad de elaborar una descripción de la interacción entre
    maestros y alumnos distinta a la que se genera con las
    categorías formales de la didáctica (Flanders, etc.), tan utilizadas
    en la investigación educativa. Agrega así
    una dimensión nueva al análisis de procesos
    educativos y permite aproximarse a la compleja relación
    entre la práctica docente y la experiencia escolar de los
    niños. Sobre todo en sus versiones inglesas, esta
    perspectiva ha conducido a nuevos análisis de los procesos
    curriculares en el salón de clase.

    La investigación sociolingüística ha
    confluido con dos corrientes de investigación cualitativa
    sociológica, que también centran su análisis
    en la interacción verbal en situaciones educativas
    específicas: el interaccionismo simbólico y la
    etnometodología. El primero deriva del trabajo de G. H.
    Mead y H. Blumer, y más recientemente, de E.
    Goffman.

    Las propuestas radicales de esta corriente han
    concluido, como en el caso de ciertas corrientes
    antropológicas, a la recuperación de las
    perspectivas y significaciones de los sujetos y la
    reconstrucción de procesos situacionales.

    Gran parte de la investigación cualitativa de la
    "nueva sociología
    de la educación" en Inglaterra se inscribe
    explícitamente en la perspectiva teórica del
    interaccionismo simbólico (Woods, Atkinson y Delamont,
    etc.), aunque también expresa una preocupación por
    los aspectos estructurales.

    Una expresión reciente de esta tradición
    sociológica es la etnometodología. Esta corriente
    ha desarrollado un conjunto de conceptos y de técnicas
    para reconstruir las reglas y los métodos de
    interpretación utilizados por los sujetos
    al interactuar en determinadas situaciones sociales; es decir,
    intentan conocer la "construcción social de la realidad",
    así entendida ésta.

    El trasfondo teórico de esta línea de
    investigación es la fenomenología representada por Schutz,
    Sacks y Garfinkel y en cierta medida por Berger y Luckmann. Son
    representativos de esta corriente los estudios de Mehan,
    Circourel y Hammersley, que abordan entre otras cosas la manera
    en que los alumnos interpretan la interacción verbal en
    diferentes situaciones educativas.

    d) La micro-etnografía provoca como
    reacción un regreso al modelo tradicional de estudios
    etnográficos globales del fenómeno educativo, en
    que se recuperan los estudios antropológicos
    clásicos de escuela y
    comunidad.

    Con la intención de ampliar el enfoque
    teórico de la antropología educativa se han
    construido diferentes modelos
    abstractos de "lo educativo". En algunos la escuela misma es
    considerada como un pequeño "sistema social"
    al cual se le pueden aplicar todas las categorías de un
    estudio de comunidad (economía, tecnología, ideología, rituales, etc.).

    Otro modelo propone un "análisis de
    sistemas", en que se usa un diagrama de flujo
    para codificar y analizar los datos etnográficos.
    Probablemente el problema más discutido ha sido el de
    Gearing, que incluye una tipología de estructuras de
    intercambio de información correspondiente al conjunto de
    alternativas de socialización (definida esta como
    transmisión cultural) dentro de una comunidad.
    Según su teoría es posible seleccionar cualquier
    tipo de evento o situación social en el cual se de un
    intercambio entre dos o más personas y describirlo en
    términos de su contenido educativo.

    La propuesta de John Ogbu de un enfoque
    "ecológico cultural "para la etnografía, pretende
    superar dos problemas que
    el autor identifica en la micro-etnografía. Critica por un
    lado la hipótesis del
    "conflicto cultural", señalando que esta parece funcionar
    sólo para aquellas "minorías étnicas" que
    por su posición social se constituyen en "castas"
    oprimidas.

    Por ello propone estudiar los nexos entre la
    educación formal y otros aspectos de la sociedad, sobre
    todo la "estructura de oportunidades económicas". Insiste
    en que una etnografía completa del fenómeno
    educativo debe incluir las "fuerzas históricas y
    comunitarias relevantes", y que la unidad adecuada para un
    estudio
    etnográfico es el barrio, y no el salón de
    clase.

    Este enfoque tiende a recurrir a un trabajo de campo
    más amplio, más clásicamente
    antropológico, que combina el trabajo con
    informantes, las historias de vida y otras técnicas con
    observación directa de los procesos estudiados. Sus
    unidades de análisis rebasan así las secuencias de
    interacción verbal que constituyen el material
    empírico de la micro-etnografía, por lo tanto abren
    la posibilidad de reconstruir las mediciones institucionales
    entre las situaciones y las estructuras sociales.

    Esta clasificación no pretende ser exhaustiva ni
    rígida; de hecho han quedado fuera algunas líneas
    importantes, como son algunos intentos recientes de usar la
    etnohistoria en la educación, y trabajos como los de M.
    Cole y S. Scribner, que intentan unir la psicología y la
    etnografía. Desde luego, existen también estudios
    que combinan aportes de varias de estas corrientes.

    La intención no ha sido mostrar un panorama
    completo, sino dar cuenta de la relación entre
    teoría y etnografía. A pesar de que se observan
    ciertas constantes teóricas y metodológicas en
    todos estos tipos de etnografía que derivan de su herencia
    común, también es evidente que cada
    orientación teórica imprime ciertas
    características específicas al quehacer
    investigativo. Varían la proporción y las
    técnicas de observación y de entrevista, los
    criterios de selección de eventos y unidades de
    análisis, las formas de establecer categorías y de
    hacer referencias.

    El nivel de realidad que se pretende abordar es distinto
    en cada caso, así como la forma de descripción que
    se construye. Es decir, se constatan las consecuencias
    metodológicas de las diferentes perspectivas
    teóricas." 

    Peter Woods, una verdadera autoridad en
    el campo de la etnografía educativa, considera que la
    enseñanza y la investigación
    educativa no han logrado establecer una feliz asociación,
    pues a muchos docentes, les
    parece que, una gran parte de los temas abordados por la
    investigación educativa, no tiene razón de ser. Por
    ello casi no participan en la iniciación y
    conducción de la investigación. Pareciera que los
    problemas abordados para la investigación les fueran
    ajenos.

    Únicamente así se entiende la escasa
    atención a las complicaciones cotidianas de
    la tarea del maestro, toda vez que se los expone en una jerga por
    demás incomprensible, en medio de un gran misterio
    metodológico.

    Acaso, una de los motivos principales del abismo
    existente entre docentes e investigadores radica en el simple
    hecho de que la mayor parte de la investigación educativa
    no ha sido realizada por maestros. Curiosamente, se ha originado
    en el campo de otras disciplinas, entre las que pueden
    mencionarse a la psicología, la sociología y a la
    filosofía.

    Ahora bien, se derivan de la antología
    básica El maestro y su práctica docente,
    c
    orrespondiente a la Licenciatura en Educación,
    Plan ’94
    (pp. 82-88), de la Universidad
    Pedagógica Nacional, algunas preguntas inevitables en
    torno a las
    posiciones respecto de la validez de los estudios
    etnográficos, entre otras, las siguientes:

    – ¿Qué es la validez de un método
    de investigación?

    – ¿Pueden ser compatibles las investigaciones
    etnográfica y participativa?

    Con relación a lo anterior se presentarán
    tres posiciones básicas que aparentemente son opuestas,
    pero que han predominado en el contexto educativo
    contemporáneo.

    1. La llamada
    posición "conservadora"

    Esta posición apareció cuando la
    investigación etnográfica apenas comenzaba a
    utilizarse en forma general en el campo educativo y conserva el
    vocabulario y algunas suposiciones propias del positivismo.

    A decir verdad, las dos tradiciones metodológicas
    de las ciencias
    sociales, que ya hemos abordado en otro capítulo, de
    algún modo han coexistido desde el siglo
    pasado.

    Tal parece que "la reacción tan violenta de
    sectores importantes dentro de la comunidad de la
    investigación educacional muestra en cierta
    medida el provincialismo en que ha estado
    encerrada hasta poco tiempo
    atrás, y el escaso sentido crítico con que
    aceptó, durante largos períodos, los criterios
    metodológicos que se le impusieron
    externamente.

    Aunque varios autores insisten en la validez interna de
    los estudios etnográficos, los investigadores
    cuantitativos tendían a criticar los estudios
    etnográficos por su incapacidad de controlar influencias
    externas y manipular los datos estadísticamente.
    Según ellos, aunque los estudios etnográficos
    servían como investigaciones exploratorias para generar
    hipótesis, no se le consideraban como "ciencia". Como
    reacción a esas acusaciones algunos autores sugieren
    ciertos métodos como medidas contra las amenazas a la
    validez interna. Estas amenazas son la historia y la
    maduración, la influencia del observador, la
    selección y la regresión, la mortalidad, y las
    conclusiones espurias.

    Influencia del observador. En los estudios
    etnográficos la presencia del investigador a menudo tiende
    a modificar las conductas y respuestas de los participantes. Es
    posible contrarrestar los efectos de la presencia del observador,
    prolongando la estancia del investigador en el campo.

    En cuanto al efecto del observador en los entrevistados,
    los informantes pueden mentir, omitir información
    relevante, o expresarse inadecuadamente. Para controlar las
    deformaciones de este tipo el etnógrafo puede recurrir a
    la corroboración independiente de varios informantes y la
    codificación de las conductas de los
    participantes según las situaciones en las que se
    prevé la aparición de respuestas
    artificiales.

    2. La
    posición "radical- idealista"

    La reacción violenta en el campo de la
    educación se le llamará "radical" por dos razones:
    primero, porque querían volver a las raíces
    fenomenológicas para repensar la epistemología de la investigación
    educativa, y segundo, porque postulaba una incompatibilidad entre
    los métodos positivistas y los métodos que ellos
    llamaban "naturalistas’… Y, según algunos autores,
    el criterio para juzgar un estudio naturalista debe ser
    fundamentalmente diferente al criterio para juzgar un estudio
    positivista.

    Se ha dicho que una epistemología positivista
    recae en un realismo
    ingenuo que presupone una sola realidad que un investigador trata
    de descubrir y revelar. La prueba de validez interna para el
    investigador convencional depende del grado en que los resultados
    de un estudio representan una relación isomorfa con la
    realidad.

    Cuando el investigador toma una posición
    idealista y entiende por "realidad" un conjunto de realidades o
    perspectivas que representan construcciones mentales de los
    actores sociales, los métodos cuantitativos se vuelven
    inadecuados.

    Por eso hay quien se niega a utilizar el vocabulario
    positivista, prefiriendo presentar un nuevo vocabulario que
    describe mejor la investigación naturalista. Por ejemplo,
    en lugar de hablar de la "generalización"
    (la validez externa) de los resultados, prefieren hablar de la
    transferibilidad’, que no busca
    leyes que se
    pueden aplicar a todo fenómeno social, sino la
    "transferencia" de los resultados del contexto
    estudiado a otro contexto con características parecidas.
    En lugar de la validez interna prefieren hablar de la
    "credibilidad" que requiere entre otras cosas la
    confirmación de los resultados con los
    participantes.

    Actividades que contribuyen a la credibilidad.
    Hay tres actividades de este tipo: estancia prolongada en el
    campo, observación persistente, y la triangulación.
    La estancia prolongada en el campo es una medida para
    contrarrestar los efectos de la presencia del observador y las
    conclusiones espurias. Además la estancia prolongada
    propicia el establecimiento de la confianza entre el investigador
    y los participantes.

    La credibilidad de los resultados no sólo depende
    de una estancia prolongada en el campo sino también de la
    capacidad del investigador para distinguir lo importante o
    sobresaliente de lo no importante o superfluo. La
    observación persistente
    es la identificación de
    las características y elementos de una situación
    que son más relevantes al foco del estudio.

    La triangulación, se refiere al uso de
    múltiples y diferentes fuentes de
    información, métodos (ej. entrevistas,
    observaciones, análisis de documentos,
    etc.), e investigadores.

    Consulta a colegas. La consulta a colegas
    consiste en la exploración con un o más colegas
    sobre aspectos de la investigación durante el transcurso
    de la misma. El consultor funciona como un observador neutro que
    puede observar y dialogar sobre el proceso del
    estudio con el investigador. Así el consultor puede ser un
    "abogado del diablo" que puede presentar una perspectiva que el
    investigador no haya considerado.

    Suficiencia referencial. Para lograr suficiencia
    referencial el etnógrafo archiva sin analizar una
    porción de los datos. Cuando se ha analizado el resto de
    los datos y ya existen resultados, el etnógrafo (u otro
    investigador) puede analizar los datos archivados para comprobar
    que un segundo análisis de los datos resulta en
    conclusiones similares.

    Confirmación con participantes. De acuerdo con
    una posición idealista, el método clave es la
    confirmación de las categorías y resultados con los
    participantes e informantes. Esta confirmación procede de
    una manera formal e informal. Informalmente hay muchas
    oportunidades en el transcurso del estudio de compartir
    resultados tentativos con participantes, individualmente o en
    grupo. Formalmente, debe existir también una sesión
    en que todos los participantes estén invitados, habiendo
    tenido previamente la oportunidad de revisar el reporte
    final.

    Aunque aparentemente hay diferencias marcadas entre la
    posición epistemológica conservadora y la
    posición radical-idealista, etnógrafos de
    ambas posiciones tienden a recomendar métodos
    similares.

    Las diferencias consisten mayormente en el grado de
    importancia que otorgan cada uno a los métodos. Por
    ejemplo, los conservadores dan más importancia a los
    métodos que contrarrestan las distorsiones de parte de los
    participantes tanto como de los investigadores. Los
    idealistas-radicales tienden a dar más importancia a los
    métodos en que el investigador confirma sus
    categorías con las de los participantes; o sea las
    construcciones de los participantes tienen prioridad.

    Es interesante que la postura de los conservadores sea
    de aceptar las premisas y vocabulario del positivismo

    3. Otra
    posición: la "radical-crítica"

    Los etnógrafos "críticos" toman una
    posición epistemológica diferente a los
    anteriores., pues bajo la influencia del neo-marxismo y del
    feminismo, a
    ellos les interesa fundamentalmente desenmascarar las
    construcciones sociales dominantes y los intereses que
    representan, estudiar la sociedad con el fin de transformarla, y
    liberar individuos de las causas de la dominación y la
    represión

    La etnografía crítica es lo que llaman
    "investigaciones abiertamente ideológicas". En este
    sentido, la contradicción aparente entre investigaciones
    ideológicas y las definiciones científicas de la
    validez, ha dejado a los etnógrafos críticos
    abiertos a censuras no sólo de investigadores
    cuantitativos sino también de otros etnógrafos
    preocupados por la neutralidad y objetividad de la
    etnografía.

    Por cierto, los etnógrafos críticos
    utilizan los métodos asociados con la validez interna de
    los estudios etnográficos (ejemplo, triangulación
    de métodos y fuentes de
    datos, tiempo prolongado en el campo, confirmación de
    categorías con participantes, etc.). Sin embargo, sus
    agenda de cambio y crítica social, su insistencia en la
    inserción de los significados de los participantes en
    macro-sistemas de
    economía
    política, y la falta de neutralidad teórica de
    sus estudios conducen a la necesidad de una nueva
    concepción de la validez.

    Los radicales-críticos argumentan que no existen
    contextos neutros y por lo tanto no existen estudios neutros.
    Todas las investigaciones proceden dentro de un contexto
    político en que existen relaciones asimétricas de
    poder. La
    posición radical-crítica concuerda con la
    posición radical-idealista en que la realidad es una
    construcción social en la cual participan todos los
    actores sociales. Pero los etnógrafos críticos
    concentran su atención en el "por qué" de una
    construcción social.

    Porque los etnógrafos radicales-críticos
    enfocan la realidad como una construcción social, pero
    enfatizan el hecho de que el proceso de construcción no es
    un proceso libre y voluntario. Ellos ven a los sistemas de
    conocimiento
    que existen en las percepciones de los participantes como
    producto de fuerzas sociales y materiales.
    Por lo tanto, entender una construcción social es
    averiguar por qué existe tal construcción social y
    examinar las condiciones que hacen necesaria su
    construcción y las ventajas que se acumulan a ciertos
    intereses.

    Como muchos etnógrafos críticos entran al
    estudio con un marco
    teórico neo-marxista o feminista, se les acusa de
    confundir la ciencia con
    la ideología.

    La construcción de teoría con bases
    empíricas requiere una relación recíproca
    entre los datos y la teoría. Hay que dejar que los datos
    generen proposiciones en una manera dialéctica que permita
    el uso de marcos teóricos a priori, pero que al mismo
    tiempo evite que un marco teórico particular se utilice
    como el envase al cual se vierten los datos.

    Aunque los radicales-críticos utilizan los mismos
    métodos que las dos posiciones anteriores, enfatizan dos
    tipos de métodos en particular: métodos que
    contribuyen a la "reflexividad sistemática" y los
    que contribuyen a la "validez
    catalítica
    ".

    La reflexividad sistemática. En lugar de tratar
    de negar o contrarrestar los sesgos teóricos el
    etnógrafo crítico los incluye como parte del
    estudio. Así la reflexión sistemática puede
    dar alguna indicación de como una teoría a priori
    ha sido modificada por los datos. Normalmente esta
    reflexión sistemática se logra con un diario
    reflexivo en el cual el etnógrafo lleva un registro de
    información sobre la subjetividad del propio investigador,
    sobre decisiones metodológicas, y sobre el desarrollo de
    teorías
    a priori.

    La validez catalítica. La validez
    catalítica se refiere al grado de "concientización"
    del estudio. Según Lather se ha logrado la validez
    catalítica si los participantes, a través de su
    participación en el estudio, logran profundizar su
    conocimiento de su mundo y aumentar su nivel de
    auto-determinación.

    El uso de la validez catalítica es más
    común entre etnógrafos feministas y entre algunos
    investigadores latinoamericanos. Con la introducción de la validez
    catalítica se accede a una posición participativa
    en que la investigación, la acción
    política,
    y la acción educativa coinciden.

    Con la excepción de algunas investigadoras
    feministas, los etnógrafos radicales-críticos de la
    sección anterior mantienen una postura de "hacer
    ciencia".

    En la mayoría de las etnografías
    críticas hay una relación vertical entre el
    investigador y los investigados. Se ha criticado al
    etnógrafo crítico por su postura voyerista
    hacia los participantes del estudio. Por otro lado, la
    posición participativa insiste en que idealmente las
    relaciones objeto-sujeto deben ser horizontales y que la
    investigación consiste tanto en hacer política como
    en hacer ciencia, el investigador debe ser al mismo tiempo
    científico y activista social.

     

    Pablo Rico Gallegos,

    en "Elementos teóricos y metodológicos
    para la investigación educativa", Unidad 164 de la
    Universidad Pedagógica Nacional, Zitácuaro,
    Michoacán, México,
    2005, pp. 244-252

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