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El Constructivismo en el aula




Enviado por Kunoichisama



    1. Marco
      Teórico
    2. Los Profesores y la
      Concepción Constructivista
    3. Disponibilidad para el
      Aprendizaje y Sentido del Aprendizaje
    4. Los Conocimientos
      Previos
    5. Cómo hacer que los alumnos
      aprendan los contenidos escolares
    6. Creando Zonas de desarrollo y
      como intervenir
    7. Enfoques
      Didácticos
    8. La Evaluación en el
      currículum escolar
    9. Conclusión
    10. Bibliografía

    Introducción

    El realizar un monólogo de lo que es el
    constructivismo, considerando las diversas variables y
    puntos de vista desde una concepción filosófica,
    social y psicológica, permitirá tener una
    visión mas completa de esta posición y sus
    beneficios para lograr en nuestros alumnos y alumnas una educación de calidad y con
    aprendizajes realmente significativos.

    Teniendo claro que todo aprendizaje
    constructivo supone una construcción que se realiza a través
    de un proceso mental
    que finaliza con la adquisición de un conocimiento
    nuevo, podemos entender que los conocimientos previos que el
    alumno o alumna posea serán claves para la
    construcción de este nuevo conocimiento.

    A través de este trabajo se
    pretende realizar un análisis de las diferentes situaciones de
    aprendizaje donde a través de este modelo el
    alumno pueda utilizar operaciones
    mentales de orden superior como juzgar, inferir, deducir,
    investigar, seleccionar, sistematizar, y otras que le permitan
    formar mas estructuras
    cognitivas que, en definitiva, lograran aprendizajes
    significativos y construir sus propios aprendizajes.

    MARCO TEÓRICO

    ¿QUÉ ES
    EL

    CONSTRUCTIVISMO?

    Básicamente puede decirse que el constructivismo
    es el modelo que mantiene que una persona, tanto en
    los aspectos cognitivos, sociales y afectivos del comportamiento, no es un mero producto del
    ambiente ni un
    simple resultado de sus disposiciones internas, sino una
    construcción propia que se va produciendo día a
    día como resultado de la interacción de estos dos factores. En
    consecuencia, según la posición constructivista,
    el
    conocimiento no es una copia de la realidad, sino una
    construcción del ser humano, esta construcción se
    realiza con los esquemas que la persona ya posee (conocimientos
    previos), o sea con lo que ya construyó en su
    relación con el medio que lo rodea.

    Esta construcción que se realiza todos los
    días y en casi todos los contextos de la vida, depende
    sobre todo de dos aspectos:

    1.- De la representación inicial que se tiene de
    la nueva información y,

    2.- De la actividad externa o interna que se desarrolla
    al respecto.

    En definitiva, todo aprendizaje constructivo supone una
    construcción que se realiza a través de un proceso
    mental que conlleva a la adquisición de un conocimiento
    nuevo. Pero en este proceso no es solo el nuevo conocimiento que
    se ha adquirido, sino, sobre todo la posibilidad de construirlo y
    adquirir una nueva competencia que
    le permitirá generalizar, es decir, aplicar lo ya conocido
    a una situación nueva.

    El Modelo Constructivista está centrado en la
    persona, en sus experiencias previas de las que realiza nuevas
    construcciones mentales, considera que la construcción se
    produce :

    1. Cuando el sujeto interactúa con el objeto del
      conocimiento(Piaget)
    2. Cuando esto lo realiza en interacción con
      otros (Vigotsky)
    3. Cuando es significativo para el sujeto (Ausubel)

    Una estrategia
    adecuada para llevar a la práctica este modelo es "El
    método de
    proyectos", ya
    que permite interactuar en situaciones concretas y significativas
    y estimula el "saber", el "saber hacer" y el "saber ser", es
    decir, lo conceptual, lo procedimental y lo
    actitudinal.

    En este Modelo el rol del docente cambia. Es moderador,
    coordinador, facilitador, mediador y también un
    participante más. El constructivismo supone también
    un clima afectivo,
    armónico, de mutua confianza, ayudando a que los alumnos y
    alumnas se vinculen positivamente con el conocimiento y por sobre
    todo con su proceso de adquisición.

    El profesor como
    mediador del aprendizaje debe:

    • Conocer los intereses de alumnos y alumnas y sus
      diferencias individuales.
    • Conocer las necesidades evolutivas de cada uno de
      ellos.
    • Conocer los estímulos de sus contextos:
      familiares, comunitarios,
    • educativos y otros.
    • Contextualizar las actividades.

    1.- Los Profesores y la Concepción
    Constructivista

    La concepción constructivista se debe de entender
    como un marco explicativo que parte de la concepción
    social y socializadora de la educación escolar
    e integra todo un conjunto de aportaciones de diversas teorías
    que tienen como denominador común los principios del
    constructivismo. Esta concepción de la educación,
    no hay que tomarla como un conjunto de recetas, sino más
    bien como un conjunto de postulados que permitan, dentro de lo
    posible, diagnosticar, establecer juicios y tomar decisiones
    sobre la enseñanza.

    Dentro de esta tarea, los principales responsables son
    los profesores, los cuales necesitan para el desempeño de sus funciones
    asistirse de determinados referentes que justifiquen y
    fundamenten su actuación, puesto que en su trabajo manejan
    situaciones de enseñanza/aprendizaje cuya
    valoración es dificultosa debido al gran numero de
    variables y situaciones con las que se debe de contar.

    Es por eso que los profesores deben de contar con marcos
    explicativos que les permitan interpretar, analizar e intervenir
    en la realidad. Necesita estas teorías para poder contar
    con los referentes adecuados a la hora de poder contextualizar y
    priorizar metas y finalidades, planificar sus actuaciones,
    analizar sus desarrollos y, si hace falta, modificarlos para que
    se adecue a los resultados que se esperan. por todo esto, es de
    esperar, que dichas teorías serán adecuadas o bien
    en función
    de que puedan o no ofrecernos alguna explicación acerca de
    los interrogantes que se nos plantearan a lo largo de nuestra
    acción
    educativa, o bien en la medida en que dicha explicación
    nos permita articular diversas respuestas dentro de un marco
    coherente.

    La educación escolar es un proyecto social
    que toma cuerpo y se desarrolla en una institución que
    también es social, la escuela. Esto
    obliga, por una parte, a realizar una lectura social
    de fenómenos como el aprendizaje, y
    por otra parte se necesita realizar una explicación de
    como afecta dicho aprendizaje al desarrollo
    humano, entendiendolo como un proceso de enriquecimiento
    cultural personal. Por
    esto necesitamos teorías que no opongan cultura,
    aprendizaje, enseñanza y desarrollo,
    que no ignoren sus vinculaciones, sino que las integren en una
    explicación articulada y que ademas expliquen como todo
    ello se produce dentro del marco espacial de la escuela. Esto es
    lo que pretende la concepción constructivista del
    aprendizaje y de la enseñanza.

    Esta concepción del aprendizaje y de la
    enseñanza parte del hecho obvio de que la escuela hace
    accesible a sus alumnos aspectos de la cultura que son
    fundamentales para su desarrollo
    personal, entendiendo este desarrollo como un desarrollo
    global, lo que supone que se debe incluir tanto las capacidades
    de desarrollo personal, social, de relación interpersonal,
    motrices como las cognitivas. Esto significa concebir el
    aprendizaje no como una reproducción de la realidad, sino como una
    integración, modificación,
    establecimiento de relaciones y coordinación entre esquemas de conocimiento
    que ya se poseen, con una determinada estructura y
    organización, la cual variamos al
    establecer los nuevos nudos y relaciones, en cada aprendizaje que
    realizamos. Esta construcción si bien la realiza el alumno
    y es obra suya, necesita de un elemento externo al alumno que
    garantice que la construcción realizada por el alumno es
    la correcta y que de alguna manera "obligue" al alumno a
    realizarla. Este elemento externo al proceso pero de vital
    importancia para su consecución es el maestro, entendido
    como el orientador y el promotor de la construcción que
    debe de realizar el alumno.

    En definitiva la concepción constructivista asume
    que en la escuela los alumnos aprenden y se desarrollan en la
    medida en que pueden construir significados que estén de
    acuerdo con los contenidos que figuran en los curriculums
    escolares. Esta construcción implica, por un lado una
    aportación activa y global por parte del alumno y por otro
    una guía por parte del profesor que actúa de
    mediador entre el niño y la cultura.

    La concepción constructivista ofrece pues al
    profesor un marco para analizar y fundamentar muchas de las
    decisiones que toma para planificar y encauzar el proceso de
    enseñanza y ademas le proporciona algunos criterios o
    indicadores
    que le permiten llegar a comprender lo que ocurre en el aula y le
    permitan corregir o cambiar el rumbo de los
    acontecimientos.

    2.- Disponibilidad para el Aprendizaje y Sentido
    del Aprendizaje

    Hoy en día nadie duda de que en el aprendizaje,
    ademas de los aspectos formales intervienen también
    aspectos de tipo afectivo y relacional, que no se construyen de
    forma espontanea, ni al margen de las otras capacidades que
    intenta desarrollar el niño. Con esto no es de
    extrañar que el resultado de estas relaciones
    también nos afecte de forma global, lo que significa que
    en las situaciones de enseñanza son algo más que la
    posibilidad de construir significados acerca de contenidos
    concretos, existe también una vertiente de
    construcción de conceptos emocionales o
    relacionales.

    Cuando hablamos de atribuir significado, hablamos de un
    proceso que nos moviliza a nivel cognitivo y que nos conduce a
    revisar y reorganizar nuestros esquemas de conocimiento para dar
    cuenta de una nueva situación, tarea o contenido del
    aprendizaje, fruto todo ello como resultado del contraste entre
    lo dado y lo nuevo. Este proceso de cambio se
    supone animado por un interés,
    una motivación, un fin que lo promueve y
    obliga, en cierta medida, a la realización del cambio
    estructural a nivel cognitivo.

    En este cambio, denominado aprendizaje, interviene
    numerosos aspectos de tipo afectivo y relacional, solo hay que
    observar la función que desempeña el éxito o
    el fracaso en el intento de aprender algo nuevo en la
    construcción del concepto que
    tenemos de nosotros mismos ( autoconcepto), en la estima que nos
    profesamos (autoestima), y
    en general en todas las capacidades relacionadas con el equilibrio
    personal.

    A pesar de conocer esto, hay que reconocer que hoy endia
    aun no tenemos suficientes datos para saber
    con precisión como interactuan lo afectivo y lo cognitivo
    en las situaciones enseñanza/aprendizaje, ni como
    potenciar su interacción.

    A lo largo de la historia de la
    educación, se le ha dedicado más tiempo a la
    parte cognitiva que a la emocional, lo cual no quiere decir que
    no se tenga en cuenta, pero la visión simplista de la
    enseñanza que ha imperado durante muchos años la ha
    relegado a un segundo plano. Hoy en día nadie duda de que
    cuando aprendemos, al mismo tiempo, estamos forjando nuestra
    propia forma de vernos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea
    y evidentemente, también forjamos la forma de
    relacionarnos con el. Teniendo en cuenta esto y que la gran parte
    del aprendizaje se realiza en la escuela, necesitamos una
    explicación integrada acerca del funcionamiento de algunos
    aspectos afectivos, relacionales y afectivos que se encuadran
    dentro del marco del aprendizaje escolar. Si bien hay que tener
    en cuenta, que también se construyen relaciones fuera del
    marco escolar, estas escapa a nuestro control, o dicho
    de otra manera, están fuera de nuestras competencias, por
    lo que nos limitaremos al marco escolar que sí que entra
    dentro de nuestras competencias y de los cuales somos los
    máximos responsables como maestros.

    Ausubel consideraba que para que se diera un aprendizaje
    significativo era necesario que el alumno manifestara una
    disposición hacia el mismo. Esta disposición la
    dividía en dos categorías que el llamaba
    enfoque:

    Enfoque profundo: Intención de
    comprender, fuerte interacción con el contenido;
    relación de nuevas ideas con el conocimiento anterior;
    relación de conceptos con la experiencia cotidiana;
    relación de datos con conclusiones; examen de la lógica
    de los argumentos.

    Enfoque superficial: Intención de
    cumplir con los requisitos de la tarea; memoriza la
    información necesaria para pruebas o
    exámenes; encara la tarea como imposición externa;
    ausencia de reflexión acerca de los propósitos o
    estrategia; foco en elementos sueltos sin integración; no
    distingue principios a partir de ejemplos.

    Esta claro que el deseado el enfoque profundo, puesto
    que es el que lleva a un aprendizaje significativo, aunque hay
    que señalar que estos enfoques se aplican a la forma de
    abordar o realizar las tareas, no al estudiante, lo que significa
    que un alumno puede modificar su enfoque de una tarea a otra o de
    un profesor a otro, aunque en los estudios realizados se han
    comprobado la existencias de tendencias de enfoques.

    Una vez asumida la existencia de estos enfoques, la
    pregunta que se plantea es: ¿Cuales son las causas que
    inclinan a los alumnos hacia un enfoque u otro?. La respuesta a
    esta pregunta es que son muchas y muy variadas las causas, aunque
    todas parecen estar interconectadas y no todas pertenecen al
    universo del
    alumno, sino que forman parte de la propia situacion de
    enseñanza.

    Dentro de la misma parece existir entre los expertos un
    consenso en atribuir al interés por el contenido, a
    las características de la tarea propuesta y a los
    requisitos de evaluación un papel primordial a la
    hora de decidir el enfoque con que se aborda el estudio.
    Según Coll para sentir interés es necesario saber
    que se pretende y sentir que con ello se cubre una necesidad,
    puesto que si no conoce el propósito de una tarea, no lo
    podrá relacionar con la comprensión de lo que la
    tarea implica y con sus propias necesidades y muy
    difícilmente podrá realizar un estudio en
    profundidad. Habría que ver que pasa con aquellas materias
    que por si solas no proporcionan o cubren una necesidad pero que
    en conjunto permiten llegar a cubrir una o varias de las
    necesidades del alumno.

    Una de las tendencias más demostradas es que la
    falta de tiempo junto con el exceso de trabajo favorece de una
    manera especial el enfoque superficial, esto se produce incluso
    en los niveles de enseñanza universitarios, puesto que el
    enfoque profundo requiere tiempo, y si se exige demasiado y muy
    rápidamente, la única salida de los alumnos para
    evitar un fracaso es estudiar de forma superficial.

    En síntesis,
    el enfoque adoptado por nuestros alumnos no depende de una
    cuestión de suerte, sino del producto de diversas
    variables, algunas de las cuales tiene que ver con lo que les
    proponemos que hagan y otras con los medios con que
    nos dotamos para evaluarlos.

    Esta predisposición de los alumnos a la
    realización de las tareas ha sido relacionada,
    frecuentemente, con la
    motivación tanto en su vertiente intrínseca
    como extrínseca, que a su vez aparece como algo que posee
    el alumno y que hace referencia a su universo personal, con lo
    que no nos ayuda a explicar nada, puesto que significa que, el
    que se encuentre motivado no depende únicamente de
    él, lo que no nos aporta ninguna luz sobre el
    hecho de que unas veces afronte una tarea con una
    intención u otra, ni del hecho de que esto este
    íntimamente relacionado con aspectos de carácter emocional que dependen
    directamente de capacidades de equilibrio personal, es decir
    autoconcepto. Lo que si que se puede afirmar es que cuando
    aprendemos, aprendemos en las dos vertientes, por una parte los
    contenidos y por otra que somos capaces de aprender, pero cuando
    no aprendemos, lo que hacemos es no asimilar los contenidos, pero
    si que asimilamos la parte de que no somos capaces de aprender y
    esto afecta a nuestro autoconcepto, aunque no tiene el porque
    hacerlo de manera negativa. En lo que si se esta de acuerdo es
    que la meta que
    persigue el sujeto motivado, si es intrínsecamente mejor,
    es la experiencia del sentimiento de competencia y
    autodeterminación, sentimiento que se experimenta en la
    realización misma de la tarea y que no depende de
    recompensas externas.

    Esto significa que cuando uno quiere aprender y aprende,
    esto le produce una visión positivista de si mismo y esto,
    evidentemente, refuerza su autoestima, lo que le ayuda a afrontar
    nuevas situaciones de aprendizaje de manera diferente a como se
    enfrentaría a ellas sin contar con esta visión
    positivista de uno mismo. No hay que decir que esto
    también influirá en el comportamiento, la
    interacción y el estar dentro de este mundo del alumno,
    tal y como apuntan Rogers (1987) y Rogers y Kutnick
    (1992).

    El autoconcepto tal y como lo define Fierro (1990)
    incluye un amplio conjunto de representaciones que las personas
    tenemos de nosotros mismos, es decir, el modo y la manera en que
    nosotros nos vemos a nosotros mismos, lo que incluye, como no,
    juicios valorativos que se denominan autoestima. Dentro del marco
    escolar se ha demostrado la relación existente entre
    autoconcepto y rendimiento, aunque lo que no se ha podido
    demostrar es el sentido de esa relación, es decir si los
    rendimientos altos proporcionan una alta autoestima, o es la alta
    autoestima lo que proporciona los altos rendimientos. Lo que si
    que se ha podido demostrar es la influencia mutua que se ejercen
    ambos ítems. Una de las derivaciones de este hecho
    más significativas es la que hace referencia a una de las
    vertientes que tiene el autoconcepto, que si bien es forjado por
    uno mismo, tiene un gran punto de apoyo en las llamadas relaciones
    interpersonales las cuales permiten la elaboración del
    concepto que uno tiene de si mismo en función del concepto
    que capta el niño que tiene los demás de él,
    lo que hace que interiorice actitudes y
    percepciones de otros acerca de él lo que le lleva a
    modificar y mucha veces a condicionar su propio autoconcepto.
    Esto referido al marco escolar confiere una nueva
    dimensión a las interacciones que se producen dentro de la
    escuela y que tendrán como protagonista al profesor y al
    alumno, puesto que cada profesor tendrá una visión
    de sus alumnos que inevitablemente influirá en lo que les
    va a proponer y en la manera en como se lo propondrá, e
    inevitablemente el alumno tendrá su propia visión
    del profesor que le hará interpretar de un modo u otro las
    propuestas del profesor.

    Esta imagen que tienen
    el uno del otro, en el caso del profesor viene determinada por la
    semejanza o no del alumno a su representación del alumno
    ideal, aunque si que se detectan rasgos que se pueden denominar
    generales, como puede ser la actitud,
    interés, etc.. y las variables ligadas al aspecto
    físico de los mismos.

    En la representación del profesor por parte del
    alumno, tiene especial importancia los rasgos afectivos:
    disponibilidad, respeto, afecto,
    capacidad de acogida, etc..

    Esto se puso de manifiesto con los trabajos de Rosenthal
    y Jacobson (1968) los cuales establecían una
    relación directa entre las expectativas de los profesores
    sobre el rendimiento de los alumnos y el rendimiento afectivo de
    estos, considrendose que las expectativas funcionaban como
    autenticas profecías de autocumplimiento.

    Estudios posteriores( Jussim (1990); Rogers (1987))
    demostraron que las expectativas de los profesores generan en
    relación a sus alumnos, solamente se mantiene si estas
    concuerdan con las actuaciones de los mismos. Lo que si que se
    comprobó es que en función de las expectativas, los
    profesores proporcionan tratamientos educativos diferenciados que
    se traducen en diversos tipos de ayudas. Lo que si que se
    generaliza es que cuando un profesor cree que un alumno es bueno,
    su control e in fluencia con el es mayor, atribuyendo sus
    éxitos a causas internas y sus fracasos a causas externas
    y de manera opuesta con los considerados no tan buenos
    alumnos.

    Quizá ese entramado de complejas relaciones
    explique que el autoconcepto es a la vez causa y efecto del
    rendimiento escolar, cosa que no seria extraña, puesto que
    quien se enfrenta con la ardua, pero gratificante, tarea de
    aprender es una persona que a la vez que elabora sus propios
    conocimientos elabora una imagen de si mismo, imagen que nunca
    será neutra. Esto le va ha exigir un gran esfuerzo,
    esfuerzo que realizara de mejor manera en cuanto que pueda
    atribuir un significado a todo aquello que realiza. Para que esto
    suceda se deben cumplir una serie de requerimientos, siendo el
    principal que el que realiza dicha tarea sepa cual es la
    finalidad de la misma puesto que si conoce los objetivos que
    se pretenden y los asume, se consigue su implicación en la
    realización de la actividad lo que le llevara a un estudio
    más profundo de la misma.

    Otro requerimiento que hay que tener en cuenta es la
    forma que tiene uno de verse a sí mismo y que influye de
    forma directa en la manera de acometer la realización de
    la actividad puesto que esto es lo que da el sentido al
    aprendizaje, condición indispensable para la
    atribución de significados que es lo característico
    del aprendizaje significativo. También habrá que
    tener en cuenta y potencias de forma coherente la autoestima del
    propio alumno, partiendo de conocimientos que ya tiene adquiridos
    y sobre todo valorando sus resultados de acuerdo con sus
    capacidades y con el esfuerzo realizado, con lo que probablemente
    sea lo único que con justicia cabe
    hacer para fomentar su autoestima y su motivación para conseguir que
    continúe aprendiendo.

    3.- Los Conocimientos Previos

    En relación satisfacer la inquietud u objetivo de
    este trabajo, el cual hace un análisis en función
    de interpretar textos que abordan la respuesta a nuestra investigación, basada en explicar
    ¿Qué es el constructivismo y cuáles son
    sus aplicaciones
    ? La autora Mariana Miras
    señala que los contenidos previos son el punto de partida
    para los nuevos contenidos o proceso de
    enseñanza-aprendizaje que se quiera desarrollar con los
    alumnos en general. Esta teoría
    abarca los siguientes tópicos:

    • El estado
      inicial de los alumnos.
    • Los conocimientos previos.
    • Los esquemas de conocimiento.
    • Los conocimientos previos en el proceso de
      enseñanza / aprendizaje.
    • La exploración de los conocimientos
      previos.
    • Resituar los conocimientos previos

    El primer factor esta relacionado con el análisis
    de las siguientes preguntas ¿Con qué cuentan los
    alumnos al iniciar un proceso de aprendizaje y cual es la base de
    estos para llevar a cabo un proceso de aprendizaje significativo?
    De acuerdo a las inquietudes planteadas por estas preguntas la
    concepción constructivista señala tres elementos
    básicos para determinar la "radiografía" de los
    alumnos.

    En primer lugar se encuentra la disposición que
    los alumnos tienen para aprender, obviamente las diferencias
    entre las disposiciones de los alumnos es relativa, caracterizada
    en distintos grados de personalidad
    (Equilibrio personal, Autoestima, experiencias
    previas).

    El segundo elemento determinante, esta relacionado con
    el nivel de inteligencia
    de los alumnos, sin duda en este aspecto las diferencias abarcan
    la capacidad de razonamiento por parte de los alumnos
    (instrumentos, estrategias,
    habilidades, capacidades cognitivas).

    El tercer elemento hace referencia a las capacidades
    antes mencionadas las cuales los alumnos han ido adquiriendo en
    funciona del tiempo como el lenguaje
    oral- escrito, capacidad de síntesis, grafica, leer
    comprensivamente etc.

    Estos elementos que acabamos de analizar son la
    radiografía de los alumnos lo cual permitirá que al
    iniciar el aprendizaje de un nuevo contenido, este sea
    planificado en función del estado inicial de los
    alumnos.

    La concepción constructivista considera otro
    aspecto que también forma parte de la "radiografía"
    inicial de los alumnos, estos son los conocimientos previos que
    los alumnos poseen antes de un determinado contenido que se le
    quiera enseñar. Estos contenidos que ya poseen los alumnos
    pueden ser de carácter formal o informal de aquel
    contenido que se quiere enseñar. De acuerdo al
    conocimiento previo mas el conocimiento adquirido se comienza a
    definir el aprendizaje constructivista como una actividad mental
    constructiva, esta actividad mental conlleva a que el alumno sea
    capas de construir e incorporar a su estructura mental los
    significados y representaciones relativos al nuevo contenido o
    material de aprendizaje

    < " Cuando el alumno se enfrenta a un nuevo
    contenido a aprender, lo hace siempre armado con una serie de
    conceptos, concepciones, representaciones y conocimientos
    adquiridos en el transcurso de sus experiencias previas que
    utiliza como instrumento de lectura e interpretación y que determina en buena
    parte que informaciones seleccionará, como las
    organizará y que tipo de relaciones establecerá
    entre ellas. " >
    (César Coll 1990)

    La concepción constructivista concibe los
    conocimientos previos de los seres humanos como esquemas de
    conocimiento <"la representación que posee una
    persona en un momento determinado de su historia sobre una parcela
    de la realidad">
    (Cesar Coll 1983) Estos esquemas de
    conocimiento pueden ser variables entre los alumnos, ya que
    tienen como condicionante la cultura familiar, de amistades, de
    medios de
    comunicación (cultura informal que el alumno pueda
    desarrollar en el proceso informal de educación) la cual
    marca las
    diferencias al respecto, además los esquemas de
    conocimiento se pueden diferenciar en la
    organización y coherencias de estos mismos. Desde
    aquí el constructivismo plantea que los alumnos enfrentan
    los nuevos contenidos de enseñanza-aprendizaje con una
    marcada diferencia de esquemas mentales relacionados a lo real
    del nuevo contenido, desde luego que estos esquemas pueden ser
    erróneos o verosímiles y a la ves pueden ser
    organizados coherentemente o de forma parcial por los
    alumnos.

    De acuerdo a los procesos
    previos o estados iniciales de los procesos de
    enseñanza-aprendizaje existe la siguiente
    afirmación <"el factor más importante que
    influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe.">
    (Aubel, Novak y Hanesian 1983.) Lo que dificulta lo que se acaba
    de afirmar es lo complejo de averiguar todo lo que saben los
    alumnos al iniciar un proceso de educativo. Sin embargo no es
    necesario conocer todo lo que los alumnos saben antes de iniciar
    un proceso educativo, basta con conocer lo que los alumnos saben
    en relación al contenido de aprendizaje. El segundo
    criterio para iniciar el aprendizaje son los objetivos concretos
    que se persiguen en función del contenido y el tipo de
    aprendizaje que se quiera desarrollar, esto determinara la forma
    de enseñar un mismo contenido a diferentes alumnos. De
    acuerdo a estos dos criterios de abordar el aprendizaje de un
    nuevo contenido generara tales preguntas:

    <" ¿Que se pretende que los alumnos
    aprendan en relación a un nuevo contenido?,
    ¿Cómo es que aprendan? ¿Que necesitan saber
    para conectar y atribuir un significado inicial a estos aspectos
    del contenido que se espera que aprendan? ¿Que cosas
    pueden saber ya que obtengan alguna relación con el
    contenido?"> Estas preguntas nos permiten los conocimientos
    que, desde nuestra perspectiva son pertinentes y necesarios para
    que los alumnos puedan aprender el contenido que se pretende
    enseñarles y constituyen los aspectos básicos que
    es necesario saber en cuanto a lo que ya saben los alumnos.
    (Mariana Miras.1993)

    Sin duda lo mencionado con anterioridad empieza a
    establecer los procesos de planificación de un contenido que se quiera
    enseñar, basado en los conocimientos previos generales de
    un nivel o curso de alumnos, obviamente esta planificación
    debe ser condicionada al grupo en
    unidades didácticas concretas.

    La exploración de los conocimientos previos
    relaciona el qué, cuándo y cómo se debe
    analizar, explorar o evaluar los conocimientos previos de los
    alumnos. Esto tiene un papel importante en el proceso educativo
    que se quiera desarrollar ya que entregara datos cuantitativos y
    cualitativos de los conocimientos previos relacionados con el
    contenido que se quiera desarrollar por el profesor, desde
    aquí que la experiencia docente forma parte fundamental en
    este aspecto dado que la frecuente interacción entre el
    docente y los alumnos proporcionaran datos confiables para la
    evaluación de los contenidos previos de los
    alumnos lo cual permitirá que el docente pueda llevar a
    cabo lo explorado o evaluado en función del nuevo
    contenido cuando lo estime conveniente utilizando todo lo
    establecido actualmente para ese fin (pruebas, cuestionarios,
    problemas
    trabajos etc. )

    Toda lo explicado anteriormente son argumentos
    suficientes para afirmar que los conocimientos previos juegan un
    papel importante en la concepción del constructivismo en
    los procesos de aprendizaje de los alumnos.

    4.-
    Cómo hacer que los alumnos aprendan los contenidos
    escolares

    La construcción del
    conocimiento

    El conocimiento del alumno se caracteriza por, como ya
    es posible deducir, por su funcionalidad o disponibilidad para
    seguir aprendiendo en contextos variado y en forma
    progresivamente más autónoma.

    El aprendizaje y contenido del
    aprendizaje

    El aprender es construir conocimiento, y darle un
    significado al objeto de estudio y, a su vez, encontrarle
    sentido. La didáctica del profesor que elabora para
    impartir el contenido propuesto por el centro de
    educación, dirigidos hacia los objetivos fundamentales del
    año escolar. El alumno y la alumna apuntan hacia un
    descubrimiento de contenidos que para ellos es desconocido,
    entonces, el profesorado en la construcción del
    conocimiento del alumnado deberá establecer una serie de
    métodos
    para encontrar de que forma los alumnos se relacionan y
    encuentran sentido al objeto de estudio.

    Encontramos en los centros educacionales, educadores que
    sólo elaboran preguntas hacia un solo objetivo, ver si los
    alumnos y alumnas pueden relacionar, trabajar en la materia de
    estudio, para luego corroborar que los educandos hayan
    comprendido las materias, y así deducir cómo
    están trabajando los alumnos, poder ver cuales contenidos
    les son más fácil de procesar y recordar en el
    momento que se pregunta.

    También otros profesores elaboran para aquel
    contenido que se repaso implícitamente, con el
    propósito de ver si los alumnos y alumnas pueden llegar
    más allá, elaborando la respuesta concreta para esa
    pregunta.

    Los profesores analizados anteriormente no encuentran
    relevantes preguntas tales como:

    1. ¿ Qué hace que estos alumnos contesten
      bien?
    2. ¿Se debe a algún proceso complejo de
      elaboración de la información del texto?
    3. ¿Es posible influir en el?

    Aprendizaje y contenidos del
    aprendizaje

    De la construcción del conocimiento: El
    aprendizaje previo que experimentan los alumnos y alumnas de sus
    conocimientos y experiencias permiten relacionar la materia de
    estudio con la información y contenido personal previo y
    así poder dar significado al objeto de estudio desconocido
    por el alumno.

    La información personal anticipada ya tiene un
    significado y sentido, que permite, crear un esquema de
    representación mental de la realidad.

    El conocimiento previo que manejan los alumnos y alumnas
    es imprescindible para la elaboración de adjudicarle
    significado al material de estudio. Se sabe que en la psicología del
    aprendizaje, que en la mente de los alumnos existen esquemas de
    tipo declarativo y procedimental, que estos permiten manejar una
    representación personal de la realidad
    inmediata.

    Estos esquemas a su vez facilitan el proceso de
    integración de la información y reconocimiento de
    esta, relacionando la información y experiencias previas
    personales, por el nuevo material por conocer y estudiar, mas las
    técnicas necesarias para la
    construcción del conocimiento entregadas por el educador
    por el fin, de que los estudiantes encuentren sentido y
    significado al objeto de estudio.

    El profesorado para alcanzar el nivel de aprendizaje de
    construcción del conocimiento, tendrán que estar
    dispuestos a, trabajar tomando en cuenta al alumno como el centro
    de su investigación.

    RESPUESTAS

    1.- ¿Qué hace estos contesten
    bien?

    El aprendizaje se apoya según ha quedado puesto
    de manifiesto en la elaboración de representaciones
    conceptuales en el dominio de
    determinados procedimientos
    (estrategias de memoria,
    estrategias de relación con otros).

    Facilitar la participación y el intercambio entre
    alumnos y alumnas para debatir opiniones e ideas sobre los
    diferentes aspectos a dicha pregunta.

    Aquel alumno que contesto bien esa pregunta (respuesta
    concreta esperada por el profesor) desarrollo una síntesis
    de reconocimiento del contenido que es objeto de estudio, a
    través de sus contenidos previos y experiencias
    personales, que estos a la vez permiten establecer conexiones de
    tipo declarativo (referido al que: que decir de algo o de
    alguien, de alguna situación o suceso) y procedimentales
    (referido al como hace: realizaciones de acciones y de
    secuencia de acciones) todo esto relacionado con la materia nueva
    a experimentar.

    2.- ¿Se debe a algún proceso complejo
    de elaboración de la información del
    texto?

    La elaboración de la información del texto
    se debe al proceso de buscar y entregar significado y sentido al
    objeto de estudio. Dicha elaboración construida bajo la
    base de normas y
    disciplinas que se imparten en una escuela, aquél
    compendio de saberes y experiencias que uno posee y que puede dar
    a conocer (la enseñanza).

    Aquel proceso de entregar significado al contenido por
    aprender se manifiesta, el conocimiento previo que manejan los
    alumnos y experiencias culturales que están dentro de una
    sociedad son
    imprescindibles para la elaboración de adjudicarle
    significado al material de estudio.

    3.- ¿Es posible fluir en
    él?

    Activar el profesorado ha de intervenir para suscitar
    las representaciones ( o ideas) que el alumnado tiene del
    procedimiento,
    para ayudar a que manifieste grados del domino que posee la
    ejecución para ello, el profesorado ha de: activar,
    explicitar y trabajar con las ideas que el alumnado tiene del
    procedimiento objeto de aprendizaje. Para conocer las ideas del
    alumnado, puede ser necesario programar la actividad educativa de
    modo que el alumno y alumna sean capaces de: explicitar la
    pertenencia de un procedimiento a la consecución de una
    meta.

    5.- Creando Zonas de desarrollo y como
    intervenir

    Hay dos ideas claves sirven como referencia a este
    capítulo: a) el aprendizaje escolar es un proceso activo
    desde el punto de vista del alumno y b) la enseñanza debe
    entenderse como una ayuda al proceso de aprendizaje.

    Esta enseñanza definida como ayuda debe ajustarse
    a las características que presenta la actividad
    constructiva del alumno en cada momento, puesto que si no conecta
    con sus esquemas de conocimiento esta ayuda no será
    efectiva. Para ello será necesario tener en cuenta los
    esquemas de conocimientos de cada uno y ser capaces de
    provocarles para que cuestionen los conocimientos que ya tienen y
    se esfuercen por adquirir los que aún no
    dominan.

    La Zona De Desarrollo se define como "la distancia entre
    el nivel de resolución de una tarea que una persona puede
    alcanzar actuando independientemente y el nivel que puede
    alcanzar con la ayuda de un compañero más
    competente o experto en esa tarea". Por ello, ofrecer una ayuda
    ajustada al aprendizaje supone crear Zonas De Desarrollos y
    ofrecer asistencia y apoyo e ellas.

    Sobre el tema de creación de Zonas De Desarrollo,
    procesos y criterios, el capítulo se divide en dos partes:
    en relación a la interacción profesor-alumno y,
    posteriormente, alumno-.alumno:

    En primer lugar, sobre la relación entre profesor
    y alumno, se ofrecen las siguientes características
    claves:

    • Es aconsejable incluir las actividades cotidianas de
      cada alumno en proyectos más amplios en los que tomen
      mayor significado.
    • Diseñar actividades y realizarlas de forma que
      hagamos posible la participación de todos los alumnos a
      pesar de que su nivel de competencia o interés fueran
      reducidos.
    • Es necesario un buen ambiente en el que reine la
      confianza y la comprensión, así como la
      curiosidad y la capacidad de sorpresa
    • A partir de la observación y el análisis de
      actuaciones y productos
      parciales debemos poder variar los planes y programaciones para
      obtener mejores resultados.
    • Aumentar la capacidad de comprensión y
      actuación autónoma a partir de lo que va
      aprendiendo.
    • Relacionar los conocimientos previos con los
      contenidos propuestos para aprender.
    • Debemos intentar utilizar el lenguaje
      más claro con el fin de evitar malentendidos o
      incomprensiones.

    En segundo lugar, respecto a la interacción entre
    alumnos:

    • La divergencia moderada entre los puntos de vista de
      los alumnos puede crear retos y exigencias para
      éstos.
    • Comunicar y explicar el propio punto de vista puede
      ser una tarea muy útil.
    • Los alumnos deben poder intercambiar los roles que
      hayan asumido, controlar su trabajo y recibir y ofrecer ayuda
      cuando lo crean oportuno.

    6.- Enfoques Didácticos

    En esta etapa de nuestra formación como
    profesores, nacen interrogantes que poseen respuestas variadas
    como por ejemplo: ¿Cuáles son los criterios que
    nos permiten reconocer cuándo una forma de
    intervención educativa es apropiada? ¿Qué
    razones tenemos para justificar las distintas formas que
    utilizamos para enseñar? (Antoni Zabala,
    1993)

    ¿El constructivismo y sus principios nos permiten
    determinar cuáles son los métodos de
    enseñanza más adecuados?

    Nos sentimos atraídos por crear pautas y maneras
    de enseñanza a partir de las interpretaciones provenientes
    de algunas teorías del
    aprendizaje. Nuestras expectativas como profesional
    comprometidos en su tarea busquemos un modelo que dé por
    fin una respuesta evidente y definitiva a la pregunta de
    cómo enseñar.

    En un centro docente hay variadas y complejas maneras de
    cómo enseñar a los alumnos, el constructivismo no
    señala unas formas determinadas de enseñanza, pero
    sí provee elementos para el análisis y
    reflexión sobre la práctica, de modo que puedan
    facilitarnos una mayor comprensión de los procesos que en
    ella intervienen y la consiguiente valoración sobre su
    pertinencia educativa (Antoni Zabala, 1993).

    Desde una perspectiva externa, podremos observar cierto
    dilema ante una situación en la que dos profesores de la
    misma institución educacional y ante alumnos con
    características parecidas, lleven a cabo, para tratar el
    mismo tema, propuestas diferentes. ¿Por qué existen
    diferencias entre profesores al momento de abordar la
    enseñanza? Desde esta visión, ¿Cómo
    se pueden comprender o aceptar los modelos tan
    distintos? ¿Cuál de todos los modelos es más
    eficaz?

    Para intentar dar respuesta a estas preguntas podemos
    recurrir a los criterios propuestos por Raths (1973). Raths
    enumera 12 principios para que el profesor se guíe en el
    diseño
    de actividades de aprendizaje:

    1. A condiciones iguales, una actividad es preferible
      a otra si permite al alumno tomar decisiones razonables
      respecto a cómo desarrollarla y ver las consecuencias de
      su elección.
    2. A condiciones iguales, una actividad es preferible
      a otra si atribuye al alumno un rol activo en su
      realización.
    3. A condiciones iguales, una actividad es preferible
      a otra si exige al alumno una investigación de ideas,
      procesos intelectuales, sucesos o fenómenos de
      orden personal o social y le estimula a comprometerse en
      ella.
    4. A condiciones iguales, una actividad es preferible
      a otra si obliga al alumno a interactuar con su
      realidad.
    5. A condiciones iguales, una actividad es preferible
      a otra si puede ser realizada por alumnos de diversos niveles
      de capacidad y con intereses diferentes.
    6. A condiciones iguales, una actividad es preferible
      a otra si obliga al alumno a examinar en un contexto nuevo una
      idea, concepto, ley, etc., que
      ya conoce.
    7. A condiciones iguales, una actividad es preferible
      a otra si obliga al alumno a examinar ideas o sucesos que
      normalmente son aceptados sin más por la
      sociedad.
    8. A condiciones iguales, una actividad es preferible
      a otra si coloca al alumno y al enseñante en una
      posición de éxito, fracaso o crítica.
    9. A condiciones iguales, una actividad es preferible
      a otra si obliga al alumno a reconsiderar y revisar sus
      esfuerzos iniciales.
    10. A condiciones iguales, una actividad es preferible
      a otra si obliga a aplicar y dominar reglas significativas,
      normas o disciplinas.
    11. A condiciones iguales, una actividad es preferible
      a otra si ofrece al alumno la posibilidad de planificarla con
      otros, participar en su desarrollo y comparar los resultados
      obtenidos.
    12. A condiciones iguales, una actividad es preferible
      a otra si es relevante para los propósitos e intereses
      explícitos de los alumno.

    ¿Por qué Raths asegura que unas
    actividades son superiores a las otras?¿Cuáles son
    las razones que hacen que una actividad sea preferible a otra, ya
    sea por su nivel de interacción con la sociedad, si
    interactúa con la realidad, o si generaliza, o si
    planifica con otros?.

    Las concepciones ideológicas que subyacen en las
    distintas corrientes pedagógicas determinan los puntos de
    vista sobre el papel que ha de tener la enseñanza como
    configuradora de las sociedades
    futuras.

    Al mismo tiempo, el conocimiento o las interpretaciones
    de cómo se producen los procesos de
    enseñanza/aprendizaje ha caracterizado las distintas
    propuestas metodológicas. Cada corriente ha barajado en
    mayor o menos medida estos referentes al establecer sus
    específicas formas de enseñar, de tal modo que
    estas formas en algunos casos vienen determinadas especialmente
    por los componedores ideológicos y en otros por la
    interpretación que hacen del aprendizaje.

    Estas ideas configuran aspectos muy concretos de la
    enseñanza, de manera que prescriben el papel que deben
    adoptar profesores y alumnos, la distribución de los espacios y los tiempos,
    las distintas formas de agrupamiento, las materias de estudio,
    las actividades y tareas, etc.

    La concepción social que se tiene de la
    enseñanza y el papel que se atribuye a los ciudadanos en
    un proyecto de sociedad (sociedad democrática, sociedad
    justa, etc.) es uno de los referentes clave a la hora de analizar
    cualquier propuesta metodológica.

    Difícilmente se podrá enjuiciar un modelo
    de intervención educativa sin partir, en un primer
    momento, de la caracterización que realiza acerca delos
    fines de la enseñanza. En relación a dicha
    caracterización podremos razonar tanto sobre su
    conveniencia como sobre las propuestas metodológicas que
    se proponen para alcanzar los fines propuestos. Dado el
    carácter fundamentalmente ideológico del papel
    social que se atribuye a la enseñanza, determinar la
    conveniencia o no de las decisiones tomadas al respecto
    será notablemente relativo, ya que este análisis
    estará condicionado por el valor que el
    mismo analista da a la evaluación.

    La concreción de los contenidos de aprendizaje
    como resultado de la concepción social que se atribuye a
    la enseñanza.

    De las muchas posibles clasificaciones de los contenidos
    de aprendizaje, la distribución o agrupación de
    contenidos en tres tipos según aquello que los alumnos y
    alumnas han de saber, saber hacer y ser, o sea, en
    contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales son un
    instrumento clave para determinar, en primer lugar, las ideas que
    subyacen en toda intervención pedagógica a partir
    de la importancia que ésta atribuye a cada uno de los
    distintos tipos de contenidos y, en segundo lugar, para valorar
    su potencialidad educativa.

    Poder discriminar los contenidos de aprendizaje
    según su naturaleza
    conceptual, procedimental o actitudinal es un instrumento
    sumamente válido para mejorar la comprensión de lo
    que está sucediendo en el aula. Nos permite identificar lo
    que se está trabajando y relacionarlo con las intenciones
    educativas y ver hasta qué punto existe una coherencia
    entre lo que se piensa y lo que se hace.

    El análisis de aquello que sucede en las aulas,
    de las actividades y tareas que en ellas se desarrollan, su
    ambiente y reglas de juego, a
    partir del reconocimiento de los contenidos que explícita
    o implícitamente (curriculum
    oculto) se trabajan, es un instrumento notablemente eficaz para
    la comprensión de los procesos de
    enseñanza/aprendizaje que se dan en el centro.

    La concepción constructivista del aprendizaje y
    su relación con los distintos contenidos de
    aprendizaje.

    La pregunta que nos planteamos ahora es ¿Hasta
    qué punto las actividades realizadas son apropiadas para
    el aprendizaje de los contenidos previos?; aceptando los
    objetivos y contenidos de la educación ¿Qué
    criterios tenemos que nos permitan valorar la eficacia de las
    estrategias didácticas planteadas?.

    Aquí es donde los principios de la
    concepción constructivista del aprendizaje y de la
    enseñanza desarrollados a lo largo de los capítulos
    anteriores nos pueden ayudar a analizar éstas y otras
    secuencias didácticas.

    De una forma muy sintética, dichos principios
    establecen que el aprendizaje es una construcción personal
    que realiza el alumno gracias a la ayuda que recibe de otras
    personas. Esa construcción, a través de la cual
    puede atribuir significado a un determinado objeto de
    enseñanza, implica la aportación de la persona que
    aprende, de su interés y disponibilidad, de sus
    conocimientos previos y de su experiencia. En Todo ello juega un
    papel imprescindible la figura del otro más experto, que
    ayuda a detectar un conflicto
    inicial entre lo que se sabe y lo que se requiere saber. Es un
    proceso que contribuye no sólo a que el alumno aprenda
    unos contenidos, sino a que aprenda a aprender y a que aprenda
    que se puede aprender; su repercusión, entonces, no se
    limita a lo que el alumno sabe, sino que también a lo que
    sabe hacer y a cómo se ve a sí mismo.

    Con todo ello es posible establecer una serie de
    preguntas o cuestiones que permiten caracterizar las actividades
    que deben configurar una unidad de intervención educativa,
    en la que existen actividades:

    1. Que nos permitan conocer los conocimientos
      previos
      que tienen los alumnos en relación a los
      nuevos contenidos de aprendizaje.
    2. En la que los contenidos se plantean de tal modo que
      sean significativos y funcionales para los chicos y
      chicas.
    3. Que podamos inferir que son adecuadas al nivel de
      desarrollo
      de los alumnos.
    4. Que aparezcan como un reto abordable para el alumno,
      es decir, que tengan en cuenta sus competencias actuales y las
      hagan avanzar con la ayuda necesaria; que permitan crear
      zonas de desarrollo próximo e intervenir en
      ellas.
    5. Que provoquen un conflicto cognoscitivo y
      promuevan la actividad mental del alumno necesaria para
      que establezca relaciones entre los nuevos contenidos y los
      conocimientos previos.
    6. Que fomenten una actividad favorable, o sea,
      que sean motivadoras, en relación al aprendizaje de los
      nuevos contenidos.
    7. Que estimulen la autoestima y el autoconcepto
      en relación a los aprendizajes que se le proponen, es
      decir, que el alumno pueda experimentar con ellas que en
      algún grado ha aprendido, que su esfuerzo ha valido la
      pena.
    8. Que ayuden a que el alumno vaya adquiriendo destrezas
      relacionadas con el aprender a aprender y que le
      permitan ser cada vez más autónomo en sus
      aprendizajes.

    Tipología de los contenidos

    De acuerdos con las ideas implícitas en el
    concepto de aprendizaje significativo, los distintos tipos de
    contenidos tienen que ser trabajadores conjuntamente, de tal modo
    que se establezcan el mayor número de vínculos
    posibles entre ellos.

    Este análisis está relacionado con el
    cómo se aprende y no sobre el cómo
    enseñar.

    Contenidos referidos a hechos

    Cuando el contenido de aprendizaje se refiere a hechos,
    o sea, información sobre nombres, fechas, símbolos de objetos, o acontecimientos
    particulares, la forma como estos contenidos se estructuran en
    los esquemas de conocimiento, exige unas estrategias de
    aprendizaje sencillas y generalmente ligadas a actividades de
    memorización por repetición verbal. Mediante
    actividades contextualizadas de diverso tipo y
    características que impliquen la repetición "n"
    veces de los elementos a estudiar, estos distintos contenidos
    serán posteriormente recordados. Como ya hemos mencionado,
    cualquier actividad, yen este caso las actividades de
    repetición verbal para la memorización de
    contenidos factuales, atendiendo a la necesidad de que los
    aprendizajes sean lo más significativo posibles,
    deberán ir acompañados de otras actividades
    complementarias que permitan relacionar estos contenidos
    factuales con otros conceptuales, procedimentales y
    actitudinales, sin los cuales se convertirían en
    aprendizajes meramente mecánicos.

    Contenidos referidos a conceptos y
    principios

    Si los contenidos de aprendizaje se refieren a conceptos
    o principios que exigen unas grandes dosis de comprensión
    y consecuentemente una intensa actividad por parte del alumno,
    para poder establecer relaciones pertinentes entre estos nuevos
    contenidos y los elementos ya disponibles en su estructura
    organizativa, el recurso «repetición verbal»
    de sus definiciones no nos garantiza la significatividad en su
    aprendizaje. Los conceptos y principios difícilmente
    pueden restringirse a una definición cerrada; requieren
    unas estrategias didácticas que promuevan una actividad
    cognoscitiva del alumno amplia, lo que implicará, en
    muchos casos, situar a éste ante experiencias o
    situaciones
    que induzcan o potencien dicha
    actividad.

    Contenidos procedimentales

    Cuando nos referimos a contenidos de carácter
    procedimental (técnicas, métodos, destrezas o
    habilidades) o sea, conjuntos de
    acciones ordenadas dirigidas a la consecución de un fin y
    podemos considerarlos dinámicos en relación al
    carácter estático de los conceptuales, lo que
    «sabemos hacer» en un caso y lo que
    «sabemos» en el otro. El aprendizaje de
    procedimientos implica, por tanto, el aprendizaje de acciones, y
    ello comporta actividades que se fundamenten en su
    realización.

    Las actividades de aprendizaje serán
    fundamentalmente de repetición de acciones, lo que no
    implica el desconocimiento y la reflexión de las razones y
    del sentido que tienen, ya que este conocimiento va a permitir
    mejorar su aprendizaje y dotarle de significatividad y para que
    todo ello se haga de forma significativa será necesario e
    imprescindible el conocimiento de los contenidos conceptuales
    asociados a dichos procedimientos.

    Contenidos referidos a valores,
    normas y actitudes

    El carácter conceptual de los valores,
    las normas y las actitudes, o sea, el conocimiento de lo que cada
    uno de ellos es y comporta, puede ser aprendido mediante las
    estrategias antes mencionadas, pero no así su
    carácter afectivo.

    El aprendizaje por modelado o vicario, las reglas
    elaboradas y asumidas por el grupo, las asambleas de curso como
    mediadoras de las conductas del grupo, la coherencia en las
    actuaciones del profesorado, etc., constituyen ejemplos de
    actividades o estrategias útiles para la
    adquisición de estos contenidos. Todas ellas implican, por
    un lado, la adquisición de las ideas relacionadas con los
    valores; por otro, estrategias para establecer sentimientos
    negativos o positivos de agrado o desagrado en relación al
    objetivo de una determinada actitud, y también estrategias
    que potencien tendencias a actuar de un modo u otro.

    Distintos ámbitos de análisis de la
    práctica y las secuencias de contenido.

    Entender lo que sucede en la escuela, cuáles son
    sus razones, obliga a un análisis sumamente complejo en el
    que cualquiera de las decisiones que se tomen forma parte de un
    entramado en el que los distintos componentes están
    estrechamente interrelacionados. Para poder comprender los
    procesos de enseñanza/aprendizaje que se dan en un centro,
    es imprescindible dotarse de un marco interpretativo que
    contemple distintas dimensiones o ámbitos de distinto
    orden y que cada uno de ellos se convierta en unidades
    específicas de análisis.

    Las secuencias de contenido

    El trabajo en
    el aula se concreta generalmente en lo que podemos llamar
    unidades didácticas; para analizarlas es necesario poder
    diferenciar lo que se está haciendo atendiendo a unos
    objetivos de consecución más o menos inmediata de
    aquellos que, a pesar de que también se están
    trabajando, exigen más tiempo para conseguirlos y enfoques
    didácticos diversificados.

    En una unidad didáctica se trabajan múltiples
    contenidos en un tiempo determinado. Pero en este período,
    los objetivos se dirigen fundamentalmente a la adquisición
    de algunos de los contenidos tratados.

    Así pues, nos damos cuenta de que en una unidad
    didáctica se trabajan varios contenidos, que de
    éstos algunos no se volverán a trabajar o al menos
    no se hará de manera preferente y que otros se
    habrán de ir trabajando a lo largo de sucesivas
    unidades.

    Definición de la unidad de
    análisis

    La unidad de análisis podríamos definirla
    como el conjunto ordenado de actividades, estructuradas y
    articuladas para la consecución de un objetivo educativo
    en relación a un contenido concreto.

    Lo que nos interesa de esta unidad de análisis es
    el sentido total de la secuencia y, por lo tanto, el lugar que
    ocupa cada actividad y el cómo se articula y estructura en
    esta secuencia.

    COMPONENTES O VARIABLES QUE DEFINEN TODA OPCIÓN
    METODOLÓGICA

    Hasta ahora nos hemos fijado básicamente en las
    características de las secuencias de actividades que
    configuran los procesos de enseñanza/aprendizaje, pero
    hemos dejado de lado las otras variables que constituyen una
    determinada metodología o forma de enseñar:
    tiempos, agrupamientos, espacios, organización de los
    contenidos, papel del profesor y de los alumnos, etc.

    Formación integra o global, constructivismo y
    atención a la diversidad

    La formación en diferentes capacidades, enfocadas
    al conocimiento y a la posibilidad de comprender y transformar la
    realidad es, a la vez, el motor del
    desarrollo de la persona. Y es así por que en el proceso
    de acercarse a los objetos de la cultura, esta persona aporta su
    experiencia y los instrumentos que le permiten construir una
    interpretación personal y subjetiva de aquello sobre lo
    que se trata.

    Así pues, la diversidad es inherente a la
    naturaleza
    humana, y cualquier actuación que se dirige a
    desarrollarla tiene que adaptarse a esta característica.
    Hablamos, pues, de una «enseñanza adaptativa»
    (Miras, 1991), cuya característica distintiva es su
    capacidad para adaptarse a las diversas necesidades de las
    personas que la protagonizan. Esta característica, como ya
    se ha dicho, y como veremos inmediatamente, se concreta en todas
    las variables que se encuentran presentes en las diferentes
    estrategias que se pueden poner en marcha para
    «operativizar» la influencia educativa.

    Interacciones educativas. Papel del profesor y del
    alumno

    La interacción directa entre alumnos y profesor
    debe facilitar a éste tanto como sea posible el
    seguimiento de los procesos que van llevando a cabo los alumnos
    en el aula. El seguimiento, y una intervención
    diferenciada, coherente con lo que pone de manifiesto, hace
    necesaria la observación de lo que va ocurriendo; no se
    trata de una observación «desde fuera», sino
    más bien de una observación que permita integrar
    también los resultados de aquella intervención. Por
    consiguiente parece más adecuado pensar en una
    organización que favorezca interacciones a distinto nivel.
    De esa forma se facilita la posibilidad de observar, que es uno
    de los pilares en que se apoya la intervención. El otro
    pilar lo constituye la plasticidad, la posibilidad de intervenir
    de forma diferenciada y contingente a las necesidades que
    presentan los alumnos. Esta característica se
    facilita:

    1. Cuando existe en el aula un clima de
      aceptación y respeto mutuo, en el que equivocarse sea un
      paso más en el proceso de aprendizaje, y en el que cada
      uno se sienta retado y al tiempo con confianza para pedir
      ayuda.
    2. Cuando la planificación y organización
      de la clase
      aligeran la tarea del profesor y le permiten atender a los
      alumnos de forma más individualizada; ello implica
      disponer de recursos
      materiales
      curriculares, didácticos- de uso autónomo por
      parte de los alumnos, y una organización que favorezca
      ese trabajo
    3. Cuando la estructura de las tareas permite que los
      alumnos accedan a ellas desde diversos puntos de partida, lo
      que no sólo es condición necesaria para que
      puedan atribuir algún significado, sino que,
      además, al dar cabida a diversas aportaciones, fomenta
      la autoestima de quien las realiza. (Solé,
      1991)

    Pero que esto ocurra no es una cuestión de
    azar. Que el alumno comprenda lo que hace depende, en buen
    grado, de que su profesor sea capaz de ayudarle a comprenderlo,
    a que vea el sentido de lo que tienen entre manos; es decir,
    depende de cómo se presenta, de cómo intenta
    motivarle, de la medida en que le hace sentir que su
    aportación va a ser necesaria para aprender.

    Organización de los
    contenidos

    La necesidad de que las actividades de
    enseñanza promuevan que los aprendizajes sean lo
    más significativos y funcionales posible, que tengan
    sentido y desencadenen una actitud favorable a realizarlas, que
    permitan el mayor número de relaciones entre los
    distintos contenidos que constituyen las estructuras de
    conocimiento, por una parte, y por otra, la necesidad de que
    faciliten la comprensión de una realidad que nunca se
    presenta compartimentada, nos permite afirmar que la forma como
    deben organizarse los contenidos deben tender hacia un enfoque
    globalizador (Zabala, 1989), o sea, como la opción que
    determina que las unidades didácticas, aunque sean de
    una disciplina
    determinada, tengan como punto de partida situaciones globales
    (conflicto o cuestiones sociales, situaciones comunicativas,
    problemas de cualquier tipo, necesidades expresivas), en las
    que los distintos contenidos de aprendizaje –aportados
    por las distintas disciplinas o saberes- son necesarios para su
    resolución o comprensión.

    Organización social del aula o formas de
    agrupamiento

    Las formas de agrupamiento que proponen las distintas
    metodologías responden fundamentalmente a tres razones:
    necesidades organizativas, necesidades de atender la diversidad
    del alumnado e importancia que las propuestas
    metodológicas atribuyen a los contenidos procedimentales
    y actitudinales.

    Para poder atender a la diversidad del alumnado y el
    aprendizaje de contenidos de distinta naturaleza, es necesario
    dotarse de estructuras organizativas complejas que contemplen
    las potencialidades de las distintas formas de agrupamiento. Es
    indispensable no despreciar ninguna de las posibilidades
    educativas que cada una de ellas ofrece: grupo, pequeños
    grupos (fijos y
    móviles) y trabajo individual, y en cada uno de ellos:
    homogéneo o heterogéneos.

    Distribución del espacio y el
    tiempo

    La forma como las distintas propuestas
    metodológicas proponen las distribución del
    espacio acostumbra a estar sujeta al tipo de actividades que
    plantean y a las necesidades de agrupamiento de los alumnos en
    relación a estas tareas. Así, los rincones,
    talleres, biblioteca,
    laboratorios, huerto, imprenta,
    informática, cobran importancia como
    espacios fijos de la clase o del centro según la
    importancia que estos planteamientos metodológicos les
    otorgan como estructuradores del desarrollo de las
    actividades.

    Además, atendiendo a los fines de la
    enseñanza por las que se ha optado, será
    necesario organizar el tiempo bajo presupuestos
    de flexibilidad, de modo que permitan al profesorado adecuar al
    tiempo a las características de las tareas necesarias
    para el aprendizaje de los contenidos propuestos.

    Materiales curriculares

    Los materiales curriculares deben ser diversos y
    diversificables, que a modo de piezas de una
    construcción permitan que cada profesor pueda elaborar
    su específico proyecto de intervención, adaptando
    a las necesidades de su realidad educativa y a su talante
    personal. Cuanto más diversos y más
    diversificables sean los materiales, más fácil
    será la elaboración de propuestas
    singulares.

    La Evaluación

    Difícilmente podremos conocer cómo se
    están aprendiendo los contenidos procedimentales y
    actitudinales si nuestro único recurso consiste en la
    utilización exclusiva de pruebas escritas. Existen
    métodos de enseñanza totalmente cerrados en los
    que el profesor o la profesora sólo pueden conocer la
    bondad de la metodología utilizada al final de la unidad
    didáctica. En estos casos es necesario introducir
    actividades que permitan observar el proceso de aprendizaje que
    está siguiendo cada alumno de modo que se puedan aplicar
    las ayudas necesarias antes de que sea tarde.

    Integrar el proceso de enseñanza y el proceso
    evaluador exige utilizar formas de enseñanza totalmente
    abiertas en las que las mismas actividades, la
    organización grupal y las relaciones entre profesor y
    alumno permitan un conocimiento constante del grado de
    aprovechamiento del trabajo realizado.

    7.- La Evaluación en el currículum
    escolar

    Desde el punto de vista constructivista parece
    incompatible la idea de una evaluación uniformizadora con
    la teoría de que el alumno sólo aprende cuando es
    capaz de construir significados por sí mismo y atribuir
    sentido a los contenidos propuestos para el aprendizaje. Debido a
    esta dificultad se nos ofrecen para finalizar "algunas ideas
    directrices susceptibles de guiar y orientar las prácticas
    de evaluación":

    • El proceso de construcción de significados es
      inseparable del de la atribución de sentido a los
      contenidos. Por tanto, la evaluación dependerá
      tanto de uno como de otro.
    • La evaluación no tendrá como objetivo
      comprobar si el aprendizaje es o no significativo, al tratarse
      de una cuestión de grado se trata de comprobar el grado
      de significatividad.
    • Por lo general, las actividades de evaluación
      son parciales: "siempre aprenden mucho más de lo se
      podría captar".
    • Ya que el proceso de construcción de
      significados es dinámico, la evaluación basada en
      una única "instantánea" no es
      aconsejable.
    • El contexto en el que se evalúa es tan
      importante como el contexto ene l que se lleva a cabo el
      aprendizaje, por ello deberían utilizarse una gran
      variedad de actividades de evaluación.
    • La funcionalidad del aprendizaje (capacidad de
      utilizar dicho aprendizaje para la construcción de otros
      significados) es uno de los factores más importantes a
      la hora de evaluar.
    • La toma de control y responsabilidad en la realización de una
      actividad por parte del alumno es otro indicador importante a
      tener en cuenta para la evaluación.

    Conclusiones

    Luego de realizado este monólogo sobre el
    constructivismo, se puede concluir que:

    1.- La reforma educacional tiene como base el
    constructivismo, ya que todas sus acciones tienen a lograr que
    los alumnos construyan su propio aprendizaje logrando
    aprendizajes significativos.

    2.- Las experiencias y conocimientos previos del alumno
    son claves para lograr mejores aprendizajes.

    3.- Para que los docentes hagan
    suya esta corriente y la vivan realmente en el día a
    día deben conocer muy bien sus principios y conocer el
    punto de vista de quienes son precursores en el constructivismo
    pues solo de esta forma tendrán una base sólida
    para su implementación.

    4.- Cuando hablamos de "construcción de los
    aprendizajes", nos referimos a que el alumno para aprender
    realiza diferentes conexiones cognitivas que le permiten utilizar
    operaciones mentales y con la utilización de sus
    conocimientos previos puede ir armando nuevos
    aprendizajes.

    5.- El profesor tiene un rol de mediador en el
    aprendizaje, debe hacer que el alumno investigue, descubra,
    compare y comparta sus ideas.

    6.- Para una acción efectiva desde el punto de
    vista del constructivismo, el profesor debe partir del nivel de
    desarrollo del alumno, considerando siempre sus experiencias
    previas.

    7.- El constructivismo es la corriente de moda aplicada
    actualmente a la educación, pero de acuerdo a lo
    leído y a la experiencia personal, en la práctica
    es difícil ser totalmente constructivista, ya que las
    realidades en las escuelas son variadas y hay muchos factores que
    influyen para adscribirse totalmente a esta corriente.

    Bibliografía

    1.- Coll S., César et al (1995)

    El Constructivismo en el aula.

    Edit. Graó, Barcelona, España.

    2.- Coll S., César et al (1993)

    Aprendizaje Escolar y Construcción del
    Conocimiento.

    Edit. Paidós Educador, Buenos Aires,
    Argentina

     

    Kunoichisama

    Estudiante de pedagogía en química y ciencias,
    UPLACED

    Valparaíso, Chile

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