- Definiciones
- Migración y
globalización - Movimientos migratorios dentro de
América Latina y el Caribe - Inmigración y
Emigración en Chile - Derechos de los inmigrantes en
Chile - Discriminación
- Observaciones
generales - Bibliografía
La presente investigación acerca de los movimientos de
migración, emigración e inmigración, intenta dar un esbozo general
de las principales características de estos
fenómenos.
El tratamiento de los conceptos se realiza primeramente
en forma aislada para luego dar inicio a una perspectiva
histórica de los movimientos migratorios en un contexto
determinado, en América
Latina y el Caribe y con especial atención en Chile, llegando a la
situación actual en que estos se encuentran, considerando
los datos que se han
podido recopilar de diversas fuentes.
El tema central del estudio se encamina a, con los
antecedentes entregados, hacer un análisis en cuanto a las consecuencias e
implicancias de este fenómeno en las sociedades y
en las personas, pues sabemos que, quienes emigran no son cifras,
sino personas que merecen respeto y una
vida con dignidad.
Migración
Esta palabra a la vez designa un desplazamiento de una
persona
producido por un cambio de
residencia, y el fenómeno caracterizado por este
tipo de acontecimiento. Para entender el concepto es
necesario precisar la noción de residencia. Se hace
referencia a la residencia principal, de carácter privado de la persona, excluyendo
los desplazamientos cotidianos vinculados al ejercicio de una
profesión, de carácter turístico, etc. Por
otra parte, el estado de
desplazamiento casi permanente en que se hallan ciertas personas
(nómades, marinos, etc.) no permite que ese les incluya en
los estudios de migraciones.
Tipos de migración
Migración de retorno o
repatriación
Migración que devuelve a un migrante a su lugar
de partida.
Migración estacional
Migración de periodicidad anual, motivada
generalmente por las condiciones del empleo de la
persona. Esta expresión, ya consagrada, es impropia en
la medida en que el fenómeno que designa no va
acompañado de un cambio de residencia habitual de la
persona.
Migración externa
Para un territorio dado, migración entre dos
lugares, uno de los cuales está situado dentro del
territorio y el otro del exterior.
El territorio puede ser de definición variada;
corrientemente se tratará de un país o de las
diversas unidades administrativas de ese país.
Según el sentido en que tiene lugar la migración
se hablará de emigración o
inmigración.
Migración interna
Para un territorio dado, migración entre dos
lugares situados en el territorio.
Migración internacional
Es pues una forma de migración externa cuyas
manifestaciones dependen de manifestaciones más o menos
liberales en materia de
partida y acogida. Por otra parte, aquí los motivos no
son solo de orden económico (búsqueda de un
empleo, de un mejor nivel de vida), sino también de
orden político. Finalmente, al lado de movimientos
individuales existen movimientos de masas, causados por ejemplo
por trastornos políticos, descolonización, y a
veces, toman la forma de desplazamientos autoritarios, como con
ocasión de cambios de fronteras entre
estados.
Emigración
Para un territorio dado esta palabra designa, a la vez,
la migración de una persona desde este territorio hacia
el exterior, y el fenómeno caracterizado por este tipo
de acontecimiento
Inmigración
Para un territorio dado esta palabra designa, a la vez,
la migración de una persona desde el exterior hacia
este territorio, y el fenómeno caracterizado por este
tipo de acontecimiento
La relación entre migración y
globalización ha sido parte constitutiva del proceso de
modernización y ha desempeñado un papel central en
el desarrollo del
capitalismo
moderno. Su aporte más visible ha sido el abastecimiento
constante de mano de obra barata y especializada.
Las instancias de poder
económico y político han encontrado diversas formas
para incorporar dicha dimensión, desde el sistema
esclavista instaurado en el nuevo mundo, hasta la
migración indocumentada del mundo de hoy, pasando por los
programas de
trabajadores huéspedes que se implementan en muchos
países industrializados y los actuales sistemas de
selectividad migratoria, sustentados en la captación de
los mejores estudiantes y los recursos
humanos calificados en sectores clave para las
economías desarrolladas.
La primera fase de la
globalización (desde mediados del siglo XIX hasta
comienzos del XX) fue un período de liberalización
e integración comercial, basado en una
intensa movilidad de capital y mano
de obra. Durante ese período, en Europa se
produjeron importantes movimientos migratorios tanto hacia
ultramar como dentro del continente. Parte de los emigrantes
buscaron en los Estados Unidos y
América
Latina un destino para escapar del proceso de
proletarización, otros migraron del campo a la ciudad o se
dirigieron hacia las principales economías europeas como
mano de obra de reemplazo.
En ese período, la región recibió
un importante contingente de inmigrantes europeos, provenientes
en su mayoría del sur del continente. Su llegada se
explica por un conjunto de factores, entre los que resaltan las
motivaciones de los europeos para emigrar al nuevo mundo en busca
de tierras y nuevas oportunidades, o bien, por el objetivo de
los gobiernos de la época de atraer mano de obra y colonos
para poblar los territorios. Si bien la incorporación de
inmigrantes europeos fue más considerable en Argentina,
Uruguay y el
sur del Brasil,
también llegaron a todos los demás países de
la región, incluido el Caribe.
El período delimitado por las dos guerras
mundiales y la depresión
de 1930 se caracterizó por un retroceso en los procesos de
liberalización e integración comercial que
venían observándose desde mediados del siglo XIX,
así como por una marcada elevación de los niveles
de proteccionismo de las economías. El fin de la segunda guerra
mundial marca el inicio
de una nueva etapa de la globalización. Entre 1945 y 1971
hay un período de transición que termina con la
crisis del
petróleo; luego, desde 1970 en adelante, se
gestan las bases del actual escenario cuyos rasgos principales
son grandes tensiones entre migración y
globalización, un agitado contexto de restricciones,
confusiones e incertidumbres y un dinamismo sin precedentes de la
movilidad.
En los últimos años, un aspecto
fundamental de la dinámica de las migraciones en
América Latina y el Caribe ha sido la estrecha
relación entre los inmigrantes y las sociedades de origen
y destino: la movilidad presenta características
particulares, debido a una historia de afinidades
culturales, vínculos comerciales y permeabilidad de muchas
regiones fronterizas, que hicieron prácticamente
invisibles los movimientos en los nacientes estados
naciones.
Se puede señalar que desde la segunda mitad del
siglo XX tres grandes patrones han dominado las tendencias
migratorias. El primero de ellos corresponde a la
inmigración de ultramar, originada principalmente en el
viejo mundo. Hacia el 2000 su total acumulado descendió a
1.9 millones, que corresponde a un 41% de los inmigrantes. El
segundo resulta del intercambio de personas entre los propios
países de la región. Finalmente, el tercer
patrón es el de la emigración hacia el exterior de
América Latina y el Caribe, cuya creciente intensidad ha
ido acompañada de la diversificación y
ampliación de destinos y de la incorporación de la
totalidad de los países en los desplazamientos. Estos
patrones coexisten, aunque la importancia cuantitativa del
primero ha ido decreciendo con el transcurso del
tiempo
Movimientos
migratorios dentro de América Latina y el
Caribe
Cifras generales
Según los datos censales sobre totales
migratorios acumulados de que dispone el CELADE – División
de Población de la CEPAL (Comisión
Económica para América Latina y el Caribe), en los
últimos años el número de migrantes
latinoamericanos y caribeños ha experimentado un
incremento considerable, habiendo pasado de un total estimado de
más de 21 millones de personas en el 2000 a casi 25
millones hacia el 2005. Esto quiere decir que constituyen una
proporción superior al 13% de los migrantes
internacionales en el mundo.
Es importante mencionar que muchos países
latinoamericanos tienen más de medio millón de
nacionales en el exterior y varias naciones caribeñas
tienen más de un 20% de su población en el
exterior.
Migración externa
Estados Unidos es el destino preferente de la
mayoría de los emigrantes de la región, y a la
fecha alberga a 18 millones, más de la mitad del total de
personas que ha emigrado a ese país. Junto con sus
descendientes nacidos en Estados Unidos, los latinoamericanos y
caribeños constituyen la minoría más
numerosa del país.
La comunidad
"latina" es un grupo
heterogéneo tanto en términos sociales como
económicos, con grandes diferencias de origen nacional y
étnico, distribución territorial, grado de
indocumentación, integración social,
inserción laboral y nivel
de organización. Lo que tienen en común
sus integrantes son los fuertes lazos que mantienen con los
países de origen. Prácticamente la mitad de los
latinoamericanos y caribeños vive como indocumentados en
los Estados Unidos.
Simultáneamente, se observa una ampliación
y diversificación de los países de destino. Los
factores de expulsión, la demanda de
trabajadores especializados y la aparición de redes sociales (que en
algunos casos se suman a los vínculos históricos)
explican que en los años noventa y los primeros cinco
años del presente siglo hayan ido aumentado las corrientes
de latinoamericanos hacia Europa (sobre todo a España),
Japón y
Canadá. Alrededor de 2000, un total estimado de cerca de 3
millones de latinoamericanos y caribeños había
abandonado la región y residía en distintos
países fuera de Estados Unidos. España es el
segundo destino de la emigración regional y en 2004
reunía a 1,2 millones de personas, contingente que sigue
creciendo y representa casi la mitad de los extranjeros que han
ingresado a ese país desde el año 2000.
Se observa además la vigencia de la
migración intrarregional, que conserva algunos de sus
rasgos tradicionales —dado que los principales
países de destino siguen siendo Argentina, Costa Rica y la
República Bolivariana de Venezuela— y simultáneamente ha
registrado cambios, pues hay países que combinan su
condición de receptores con la de emisores, de
tránsito y retorno; tal es el caso de varios Estados
insulares del Caribe, México,
los países del Istmo Centroamericano y algunos del Cono
Sur.
A comienzos del actual decenio, los migrantes
intrarregionales sumaban cerca de 3 millones de personas, que se
desplazaban fundamentalmente entre países fronterizos o
cercanos, lo que coincide con las iniciativas destinadas a
facilitar la movilidad en el ámbito de la Comunidad del
Caribe (CARICOM), el Mercosur y la
Comunidad
Andina. En Centroamérica los avances han sido
más lentos, aunque también hay interés
por reducir las restricciones a la movilidad dentro de esa
subregión.
Mujer y
Migración Internacional
La migración internacional en América
Latina y el Caribe tiene un sello que la distingue de la de otras
regiones: la creciente participación de las mujeres y su
mayoría porcentual en numerosos flujos, sobre todo en los
más recientes. Las tendencias de la participación
femenina conllevan alteraciones cualitativas en los significados
y consecuencias de la migración internacional.
Estas tendencias se identifican en varias corrientes
intrarregionales, en las de sudamericanos hacia los Estados
Unidos y Canadá y, especialmente, en las dirigidas a
Europa. La composición de los flujos según género
tiene una estrecha relación con el grado de
complementariedad entre los mercados de
trabajo de los
países, la demanda laboral en actividades de servicios, los
efectos de las redes y las modalidades de la reunificación
familiar.
La migración intrarregional en América
Latina y el Caribe presenta, además de la
feminización de los flujos, una mayor concentración
en zonas urbanas, un aumento de la migración de personal
calificado entre países y una menor incidencia de
carencias habitacionales entre los inmigrantes nacidos en la
región en comparación con los nacionales de los
países de destino.
Pero tal vez lo más llamativo sea el alto
porcentaje de migrantes ocupadas como trabajadoras del hogar
(27%), lo que significa que se está generando un mercado
transnacional de mano de obra constituido por redes de mujeres
que prestan servicios de trabajo doméstico y
desempeñan otras ocupaciones que muestran que el mercado
de trabajo, para suplir su demanda de mano de obra flexible y
barata, hace uso de identidades laborales construidas a partir de
las relaciones de género.
Inmigración y
Emigración en Chile
Inmigración en Chile
El Censo de 2002 da cuenta del aumento de la presencia
de inmigrantes en Chile. De acuerdo a este, en Chile existen
195.320 extranjeros residentes, de los cuales 50.448 son
argentinos, 39.084 peruanos, 11.649 bolivianos y 9.762
españoles. Estas cifras reflejan el gran aumento que ha
experimentado la inmigración en Chile, a lo largo de los
últimos años. De hecho, el flujo migratorio ha
incrementado en un 75% desde 1992 al 2002 solamente.
Junto al acrecentamiento de la inmigración, se
advierte un aumento femenino de la misma. El caso de los
inmigrantes peruanos es muestra clara de
dicho fenómeno, pues un 63% corresponde a
mujeres.
A su vez, del total de inmigrantes en el país, se
estima que unos 15.000 son irregulares. De este modo, el
porcentaje de irregularidad migratoria es bajo en relación
con el total de inmigrantes en el país. Debe tenerse
presente que la condición de irregularidad acarrea
situaciones tales como el no respeto de los derechos básicos de
estas personas.
Si bien existe una presencia significativa de personas
inmigrantes en Chile, no se cuenta con una legislación que
regule de manera íntegra su situación. En efecto,
la normativa existente se limita al Decreto Ley 1.094, del
año 1975, al Reglamento de Extranjería (Decreto Supremo 597 de 1984) y
al Decreto Supremo 5.142 de 1960.
Esto resulta particularmente grave, si tenemos en
consideración que la inmigración, lejos de ser un
fenómeno que esté disminuyendo en Chile, va
claramente en aumento. Más aún, se proyecta que los
flujos
migratorios, especialmente de algunos de nuestros
países vecinos, podrían incrementarse.
El DL 1.094 regula el ingreso, residencia, permanencia
definitiva, egreso, reingreso, expulsión y control de los
extranjeros a Chile. Sin embargo, no reconoce la realidad de los
inmigrantes económicos, que constituyen una importante
porción de los inmigrantes que llegan a Chile actualmente,
especialmente tratándose de personas de origen peruano,
boliviano y ecuatoriano. Es más, el DL en cuestión
prohíbe la entrada al país de aquellas personas que
no tengan o no puedan ejercer su profesión u oficio, o
carezcan de recursos que les
permitan vivir en Chile sin constituir carga social. Así,
la normativa chilena solamente reconoce como "residente" a los
sujetos a contrato,
estudiante, temporario, con asilo político o
refugiado.
Aun en los casos que la misma ley reconoce, la
aplicación efectiva de la norma muchas veces queda sujeta,
en la práctica, al criterio discrecional del funcionario
de la policía de migraciones que esté llevando el
trámite de ingreso en los puestos fronterizos.
Emigración en Chile
La emigración en Chile es un fenómeno
interesante, ya que se calcula que cerca del 6% de la
población chilena vive en el exterior del país. La
magnitud de esa cifra hizo que la prensa, e incluso
un representante del gobierno (el
ministro de Relaciones Exteriores, Ignacio Walker), calificara a
los emigrantes chilenos como la «XIV Región de
Chile»
De la cifra de chilenos que residen en el exterior, se
estima que 487.174 nacieron en Chile y 370.607 son hijos al menos
de un progenitor nacido dentro de nuestras fronteras. De ellos,
el 50,1% vive en Argentina, el 13,3% en Estados Unidos y el 4,9%
los hace en Suecia. Sin embargo y, pese a lo que se ha pensando
estimando como una barrera para aprobar el derecho a voto
–actualmente en trámite- en estudio determinó
que entre las principales motivaciones que tuvieron los
compatriotas se encuentran: razones económicas (40,1%),
motivos familiares (30,8%) y sólo un 12,1% lo hizo por
causas políticas.
Dentro de la minoría de chilenos que emigraron
por razones políticas, la mayoría lo hizo a
raíz de un periodo de la historia reciente de Chile, el
golpe militar del 11 de septiembre de 1973. A partir de ese
momento, varios chilenos que tenían intereses
políticos contrarios al régimen militar de Augusto
Pinochet comenzaron a dejar el país por miedo a
represalias, además el mismo gobierno exilió a
muchos detractores.
Así comenzaron a emigrar a los países
vecinos, que acogieron a mucha gente. Los países europeos
recibieron un número no determinado pero muy importante en
cantidad de estas personas y muchas también con el estatus
de refugiados políticos. En Suecia había más
de 25.000 chilenos refugiados políticos, y en los
años 80 para vigilarlos, la diplomacia del gobierno
militar envió como Cónsul General en Estocolmo a un
general militar proveniente de la DINA. Australia también
alberga más de 23.400 inmigrantes chilenos, más sus
descendientes.
Los chilenos que emigraron, lo hicieron fundamentalmente
a la Argentina (de los 857.781 chilenos en el exterior,
allí viven entre nacidos en Chile e hijos de chilenos que
optaron por la nacionalidad
430.000), además de Estados Unidos y Europa donde por lo
general emigran por razones económicas.
Derechos de los
inmigrantes en Chile
Derecho al Trabajo
La inmigración en Chile se caracteriza en la
actualidad por estar fuertemente influenciada por la variante
laboral. Las condiciones a las que se ven enfrentadas estas
personas al llegar a Chile, sin embargo, suelen atentar contra
sus derechos humanos.
Así, tratándose del plano laboral, se ha advertido
que la apertura de las fronteras a la libre circulación de
capital y productos no
se ha acompañado de la libre circulación de
trabajadores.
De hecho, se estima que los mayores abusos a los que se
ven enfrentados los migrantes se dan en el plano laboral. En el
caso específico de los migrantes peruanos, resulta
interesante advertir que, no obstante poseer un nivel educacional
bastante elevado, las condiciones laborales a las que se ven
enfrentados siguen siendo muy precarias.
En efecto, una encuesta
realizada a 408 migrantes peruanos en Chile revela que el 94% ha
terminado estudios secundarios, y un 42% ha seguido estudiando.
Sin embargo, los migrantes peruanos suelen desempeñarse en
aquellos ámbitos de menor calificación, peor
remuneración y mayores niveles de riesgo.
Por regla general, los trabajadores migrantes carecen de
contrato laboral en Chile. El Reglamento de Extranjería
establece un conjunto de requisitos para obtener una visa sujeta
a contrato, los cuales resultan bastante gravosos. De esta
manera, el empleador se ve obligado, entre otras cosas, a
comprometerse a pagarle al empleado migrante y a su familia un pasaje
de regreso a su país o al que acuerden las partes. Los
abusos de que son objeto los trabajadores migrantes son
particularmente graves en caso de ser indocumentados, pues se ven
expuestos a prácticas abusivas, tales como los bajos
sueldos y las extensas jornadas de trabajo.
Al respecto, se ha advertido que los derechos laborales
de los inmigrantes no se podrán menoscabar, ni aun en caso
de irregularidad migratoria. Consecuentemente, el Gobierno se ha
propuesto "Fomentar la regularización de los trabajadores
migrantes que se encuentran indocumentados, así como
también promover la regularidad de los trabajadores
migrantes que manifiesten intenciones de residir en
Chile".
Por otra parte, cabe advertir que, según hemos
visto, la mayoría de los migrantes peruanos en Chile son
mujeres. Al respecto, puede concluirse que una de las razones de
esto es el incremento de la demanda de trabajadoras en el
servicio
doméstico puertas adentro, demanda que está siendo
satisfecha por migrantes que son, principalmente, peruanas. Estas
mujeres, sin embargo, a menudo deben lidiar con condiciones
laborales precarias, donde la violación de sus derechos es
una cuestión cotidiana.
Al respecto, un informe de
la
Organización Internacional del Trabajo da cuenta que
el 38,88% de las empleadas domésticas encuestadas declaran
trabajar 6 días a la semana, con un mínimo de 12
horas diarias. Un caso paradigmático es el caso de Ruth
Fanny Alcántara, inmigrante peruana de 35 años.
Ella trabajó por un año como empleada
doméstica de una capitán de Carabineros, tiempo tras el
cual fue despedida. Al serlo, fue sacada a empujones a la calle
por un grupo de carabineros de la 33 Comisaría de
Ñuñoa. En virtud de esto, la afectada
presentó, con el patrocinio de la Clínica de
Acciones de
Interés Público y Derechos Humanos de la Universidad Diego
Portales, una demanda por despido injustificado, el 25 de mayo de
2004. Esta demanda se encuentra aún pendiente de
resolución.
Derecho a la salud
Según lo dispuesto en el artículo 2º
de la Ley 18.469, los servicios de salud no podrán negar
atención a quienes la requieran, ni condicionarla al pago
previo de aranceles o
tarifas fijados a este afecto. A su vez, la política migratoria
de Chile no contempla limitación alguna en lo que se
refiere a la atención de ciudadanos extranjeros. En el
caso específico de las mujeres embarazadas, se ha suscrito
el Convenio de la Mujer
Embarazada, entre el Ministerio del Interior y el Ministerio de
Salud, conforme al cual podrán acceder a controles de
salud aun aquellas mujeres que se encuentren en condición
de residencia irregular.
En los hechos, sin embargo, la llamada atención
universal está lejos de ser una realidad. En efecto, un
diagnóstico realizado a una muestra de 145
personas –33 familias– en las que existían 64
niños y
niñas, residentes principalmente en las comunas de
Independencia
y Recoleta, da cuenta que la mayoría de los niños y
niñas inmigrantes no se encuentran inscritos en los
consultorios de salud, ascendiendo a 73,4% el total no inscrito,
y a nada más que 26,6% el total inscrito.
Tratándose de los padres, la situación es algo
mejor, alcanzando un 54,5% el total de inscritos, y 45,5% el
total de no inscritos.
El bajo nivel de inscripción obedece a que el
52,5% de las niñas y niños tienen problemas de
irregularidad legal, tales como tener la visa vencida, en
trámite o haber ingresado de manera irregular a Chile. Al
encontrarse en situación de irregularidad, estas personas
no tienen la posibilidad de obtener un RUT, que constituye el
requisito básico para poder inscribirse en los
consultorios de salud. Este requisito, sin embargo, lleva a que
se haga caso omiso del hecho de que, aun a falta de documentación, los migrantes siguen siendo
seres humanos, titulares de derechos, incluido, desde luego, el
derecho a acceder a la salud.
De estos niños, un 15%, estando enfermo,
concurrió al consultorio de salud
pública, en el cual se les negó la requerida
atención médica. Tratándose
específicamente de inmigrantes peruanos, la
Organización Internacional del Trabajo ha informado que de
408 encuestados, el 46% dice no tener acceso a prestaciones
de salud. Tal es el caso del nacional peruano Luis Pimental
Román, quien, encontrándose en Chile con visa de
turista al día, sufrió un accidente de bus, producto de lo
cual se le diagnosticó un hígado con
filtración grasa y ruptura de la pared abdominal.
El
Centro de Referencia de Salud Cordillera le negó
la atención de salud, aduciendo que no se le prestaba
atención médica a nadie que no poseyera
carné de identidad y
agregando, además, que se le había instado a
regular su situación34. Ante esta situación, el
afectado interpuso un recurso de protección ante la Corte
de Apelaciones, el que fue acogido.
La situación de los migrantes que se encuentran
en estado de
regularidad tampoco resulta muy alentador. Ello dice
relación con el hecho de que suelen no contar con contratos de
trabajo, cuestión que les impide acceder tanto al sistema
de ISAPRES como a FONASA. Ante esta realidad, suelen intentar
obtener una Tarjeta de Indigencia, la cual es otorgada por las
Municipalidades a aquellas personas de condición
económica de pobreza o extrema
pobreza, que cuenten, además, con carné de
identidad. Pero en las Municipalidades, los migrantes suelen
verse expuestos a situaciones de discriminación con base en su nacionalidad o
etnia35.
Derecho a la educación
El año 2003, el Ministerio de Educación, junto al
Departamento de Extranjería y Migración, la
Secretaría General de Gobierno y el Consulado peruano,
firmó un acuerdo estableciendo que todas las niñas
y niños inmigrantes tienen derecho a matricularse en los
establecimientos educacionales de Chile en forma provisoria, en
caso de no contar con los certificados de estudio debidamente
visados36. Dicho derecho no se circunscribe únicamente a
los hijos de inmigrantes peruanos, sino que el Estado le
garantiza a todos los hijos de extranjeros el acceso a la educación,
cualquiera sea la condición migratoria de sus
padres.
El ejercicio de este derecho, sin embargo, en la
práctica ha estado lejos de ser una realidad. Ello se
debe, en gran medida, al desconocimiento que existe del mismo por
los mismos funcionarios responsables de velar por su
implementación, sin mencionar a las personas inmigrantes a
quienes pretende beneficiar.
Si bien el acuerdo establece la posibilidad de obtener
matrículas provisorias, no hace referencia alguna a la
subvención, lo cual ha dado lugar a rechazos de
matrícula por parte de los establecimientos municipales y
subvencionados. En el caso de que niños y niñas
inmigrantes logren, efectivamente, matricularse en algún
colegio, cabe señalar que, estando dentro del mismo,
suelen ser objeto de discriminación tanto por parte de sus
profesores como de sus pares. Así, una niña peruana
de 11 años relata que la profesora"dice que los peruanos
somos sucios, flojos y malcriados"
Al respecto, una encuesta realizada por la UNICEF da
cuenta de que casi la mitad de los encuestados (46%) cree que una
o más nacionalidades son inferiores a la chilena,
dándose los mayores prejuicios tratándose de
peruanos, bolivianos y argentinos. Esta discriminación
resulta particularmente grave, en tanto que ha sido identificada
como el principal motivo de deserción
escolar entre las niñas y niños
inmigrantes.
Las violaciones a los derechos de los inmigrantes a los
que hemos hecho referencia se ven agravadas, cuando no motivadas,
por la cultura de la
discriminación que impera en Chile.
Tratándose, en particular, de inmigrantes de
origen peruano, boliviano y ecuatoriano, esta
discriminación es patente y se manifiesta en los distintos
ámbitos del quehacer cotidiano. En educación, el
campo laboral, el trato policial, los servicios de salud; en la
calle, en la micro, en las bromas que se cuentan en la
televisión; todos son espacios que, lejos de
constituir una cultura de acogida, manifiestan una y otra vez la
xenofobia de
una parte importante de los chilenos.
Cuando se habla de inmigrantes, las imágenes
que priman son las de "ilegales", "gente de escasos recursos" y
de ser los culpables de los índices de cesantía.
Así, tratándose específicamente de
inmigrantes peruanos, se ha revelado que la xenofobia hacia ellos
es mayoritaria en Santiago, con un 53%, en tanto que en Iquique
alcanza el 46% y en Temuco el 41%.
Actualmente no existe una política nacional que
se haga cargo de la xenofobia, cuestión que se encuentra
en clara contradicción al rol que el mismo Gobierno ha
dicho que debe ejercer, en orden a "facilitar la
integración armoniosa de los extranjeros que legalmente
residan en Chile a la comunidad nacional, promoviendo para este
efecto la igualdad de
trato en materia laboral, seguridad
social, derechos culturales, y libertades
individuales".
Las actitudes
discriminatorias de los chilenos frente a los inmigrantes ponen
de manifiesto la necesidad de diseñar una política
estatal armónica y garantista para enfrentar el tema de
las migraciones, que no se limite a establecer los requisitos que
se exigen para el ingreso y permanencia de extranjeros al
país, sino que contemple, además, el conjunto de
garantías de los que son titulares estas
personas.
Un caso emblemático en materia de
discriminación contra personas inmigrantes que
ocurrió en 2004 y que llamó la atención de
las autoridades fue el que afectó a una niña
ecuatoriana de 15 años en su colegio de la ciudad de
Antofagasta. Ella llegó desde Ecuador con su
madre por motivos familiares y se matriculó en el colegio
Mario Bahamonde, donde fue objeto de bromas y burlas por parte de
sus compañeros de curso. La niña, al sentirse
discriminada por su acento y color de piel,
decidió irse a su país, sin siquiera decirle a su
madre, intentando salir desde Arica. Sin embargo, como no contaba
con la documentación necesaria, fue enviada a
Antofagasta.
Cuando esta noticia se hizo pública, el Ministro
de Educación, Sergio Bitar, se mostró preocupado
por la situación, entregándole público
respaldo a la niña y a su madre; por lo pronto la
Corporación Municipal de Desarrollo le ofreció a la
niña atención sicológica y la
inserción a un programa de
integración y nivelación escolar.
Junto con lo anterior, así como sobre la base de
entrevistas
sostenidas con el Vicecónsul de Bolivia en
Chile y funcionarios del Consulado de Perú, es posible
sostener que las personas que llegan a Chile para encontrar
mejores situaciones laborales que en sus países, por lo
general no recurren a los tribunales para hacer valer sus
derechos, toda vez que no los ven como instancias accesibles y
eficaces para superar las prácticas
discriminatorias.
Los migrantes constituyen un grupo particularmente
vulnerable, como hemos podido ver, sus derechos no sólo
como trabajadores sino también como seres humanos son
sistemáticamente violados. Esta situación se debe a
que se encuentran fuera de sus países de origen, esto trae
consigo una serie de dificultades debidas, en algunos casos, a la
diferencia de idioma, costumbres y cultura, así como
obstáculos económicos y sociales para el retorno de
migrantes indocumentados o en situación irregular, lo
contribuye a empeorar la situación de los
migrantes.
En base a todo lo que se ha expuesto, caemos en lo
obvio, es urgente eliminar la discriminación racial contra
los migrantes en aspectos fundamentales como el empleo, los
servicios sociales, incluidos los de educación y salud,
así como en el acceso a la justicia, y
que el trato que se les da debe ajustarse a los instrumentos
internacionales de derechos humanos, sin racismo,
discriminación racial, xenofobia ni formas de
intolerancia.
Sin embargo esto se torna una utopía "gracias" a
la influencia de los medios de
comunicación, que se encargan de difundir
imágenes falsas que promueven en la conciencia
colectiva la instalación de estereotipos negativos de
grupos y
personas vulnerables, en este caso, de los migrantes y
refugiados. Esto ha motivado la difusión de sentimientos
racistas y xenófobos entre el público haciendo de
estos grupos blanco de discriminación, hostilidad e
incluso violencia.
Como lo que sucedió en nuestro país con una familia
camerunés.
Las reacciones de los chilenos ante la
inmigración que recibe nuestro país son diversas y
muy similares a las de otros países receptores de
inmigración. Para ciertos grupos, el crecimiento en el
número de inmigrantes representa una "invasión" que
quita el campo laboral a los ciudadanos y critican la
política "permisiva" del Gobierno. Sin embargo, existen
otros grupos que consideran beneficiosa la inmigración
como forma de diversificación del país. Plantean
además que la inmigración es un proceso
demográfico natural del ser humano y que también
los chilenos han emigrado por diversas razones a lo largo de la
historia. Ya sean partidarios o contrarios a la
inmigración a Chile, los chilenos nos encontramos en
constante debate sobre
el tema, generando, como ya se ha dicho actitudes
xenófobas.
La constante rivalidad entre Chile y Perú
más el aumento explosivo de los inmigrantes peruanos ha
producido un resurgimiento de la xenofobia en contra de
éstos.
Los inmigrantes peruanos, llamados despectivamente como
cholos, son motivo de continuas burlas e insultos por
parte de diversos grupos e incluso en más de alguna
oportunidad han sido atacados violentamente por grupos
neonazis.
En este punto volvemos al tema de los medios de
comunicación, quienes se han encargado de mostrar el
peor lado de los inmigrantes provenientes de los países
vecinos, es decir, difundir estereotipos negativos que generan
sentimientos de rechazo hacia ellos, lo que gatilla la
discriminación, subestimación y hostilidad. Lo
anterior no es menor, ya que todos caemos en este juego, muchas
veces no en forma conciente, lo que es aún peor, ya que
nos hacemos acreedores de un doble discurso,
donde por una lado reprochamos la discriminación y
apoyamos los derechos humanos; y por otro, ejercemos la
discriminación sin darnos cuenta y tal vez no en forma
agresiva, pero si en sutilezas como utilizar apodos peyorativos
para nombrar a los inmigrantes o considerarlos de una menor
categoría.
Al igual que en el caso de los peruanos, la
mayoría de los inmigrantes de origen boliviano sufren en
diversas oportunidades de xenofobia por parte de los chilenos. Lo
que se ha acrecentado luego de los conflictos de
mar con el país vecino.
Sin embargo, nos atrevemos a decir que nuestro
país ejerce una discriminación selectiva, ya que
nuestra reacción (al menos la del común de las
personas) ante inmigrantes europeos o norteamericanos, con esa
fisonomía que tanto llama nuestra atención hasta el
punto de subestimarnos a nosotros mismos, es considerablemente
distinta a la que tenemos con los inmigrantes de los
países vecinos.
La necesidad de buscar soluciones a
este problema es evidente. Es aquí donde entran jugar
conceptos que debemos comprender y considerar aplicar. Como el
multiculturalismo que incentiva la diversidad cultural en una
sociedad
multiétnica, acentuando oficialmente el respeto mutuo y la
tolerancia a
las diferencias culturales dentro de las fronteras
nacionales.
Debemos entender que la diversidad cultural es un hecho
positivo, que mejora y enriquece a los países, ya que
cuando se logra una buena convivencia entre culturas diferentes
aumenta el desarrollo cultural de sus ciudadanos.
Para lograr una buena convivencia con los inmigrantes es
necesario desarrollar la habilidad de ser un buen comunicador
intercultural, siendo capaces de interactuar con la otra cultura,
dejando fuera los prejuicios, desarrollando la empatía.
Esto esta cargado de mucho idealismo,
pero la idea es que esto pase de ser una buena
intención.
Es imposible abordar conceptos como los de
migración, emigración e inmigración sin
entrar en temas como la discriminación, xenofobia o
multiculturalidad, comunicación intercultural, por nombrar
algunos. Esto para lograr una comprensión cabal del tema
contextualizándolo en una realidad o contexto que nos
permite entender los conceptos en forma dinámica y
clara.
Diccionarios
- Presta, Ronald: Diccionario de
demografía. Ediciones OIKOS-TAN.SA. Barcelona,
España. 1987. - Pratt Fairchild, Henry: Diccionario de
sociología. Editorial Fondo de cultura
económica. 1979.
Artículos de Internet
- CEPAL : "Migración internacional, derechos
humanos y desarrollo en América latina y el Caribe",
en: www.acnur.org/biblioteca/pdf/4089.pdf - González, Felipe: "Derechos humanos de las
personas inmigrantes" en www.udp.cl/derecho/noticias/informe/derechos_inm.pdf - "Radiografía a los Chilenos en el Mundo"
artículo en http://www.chile.com/tpl/articulo/detalle/ver.tpl?cod_articulo=68730
Otras fuentes de Internet
- www.oimchile.cl/index.htm
www.artehistoria.com/historia/contextos/3632.htm- inmigracion-emigracion.supaw.com/movimientos_migratorios.htm
- www.ciberamerica.org/Ciberamerica/Castellano/Areas/sociedad/emigracion/inicio.htm
- www.cimal.cl/publicaciones/documentos/Documento_trabajo_cimal_03.pdf
http://www.cidh.org/annualrep/2001sp/cap.6c.htm
Paula Castillo Torres
Chile
Estudiante de Pedagogía en Lenguaje, 3er
año
Fecha trabajo: abril de 2006