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Infecciones vaginales en la mujer



    1. Resumen
    2. Protección natural de la
      vagina. Composición de la secreciön
      vaginal.
    3. Infecciones vaginales de
      origen infeccioso.
    4. Candidiasis
      vaginal
    5. Trichomoniasis
      vaginal
    6. Vaginosis bacteriana
      (VB)
    7. Diagnóstico de las
      infecciones vaginales
    8. Referencias

    RESUMEN

    Se realizó una actualización sobre los
    conceptos relacionados con la vaginitis infecciosa,
    considerando los principales agentes causales. Fue abordado el
    ecosistema de la vagina, los factores que influyen en su
    desajuste y las características de las secreciones
    vaginales. Se analizó la situación del diagnostico
    del laboratorio y
    las tendencias actuales del mismo, resaltando el papel de los
    métodos
    para el diagnóstico rápido de las infecciona
    vaginales y las ventajas que proporciona.

    Palabras claves: vaginitis infecciosa, ecosistema de
    la vagina, diagnóstico rápido

    INTRODUCCIÓN

    La vaginitis es la enfermedad ginecológica
    más común encontrada en la atención médica primaria. Su
    diagnóstico en ocasiones resulta difícil, porque
    puede tener manifestaciones simples o combinaciones de
    síntomas de diferentes etiologías, siendo frecuente
    un comportamiento
    asintomático (Egan y Lipsky, 2000)

    La vaginitis o vulvovaginitis es una inflamación de la vagina que provoca
    secreciones con olor característico, eritema, dolor,
    ardentía, escozor, irritación y escasa
    pérdida de sangre. La
    evaluación de la vaginitis requiere un
    interrogatorio, examen físico del paciente y análisis de la secreción vaginal. La
    prevalencia no es bien conocida debido al diagnóstico y
    tratamiento que el propio paciente realiza sin una consulta
    médica y el comportamiento asintomático evidenciado
    (Plourd, 1999, Anderson y Karasz, 2005)

    DESARROLLO.

    PROTECCIÓN NATURAL DE LA VAGINA.
    COMPOSICIÓN DE LA SECRECIÖN
    VAGINAL.

    El medio ambiente
    de la vagina se protege de diferentes formas, como son la barrera
    física de
    sus tejidos, la flora
    endógena de bacterias, y
    la respuesta inmune humoral y mediada por células.

    El epitelio de la vagina produce secreciones que
    contienen lisoenzimas, ácido débil, lípidos e
    inmunoglobulinas especialmente la IgA, que defienden el
    ecosistema. Este sufre descamaciones y regeneraciones, que
    permiten eliminar gran número de bacterias
    patógenas.

    Bajo la influencia de los estrógenos, el epitelio
    produce glucógeno que se degrada por la acción
    de lactobacilllus spp a glucosa y
    finalmente a ácido láctico, este último
    mantiene un pH vaginal
    menor de 4,5, que previene un crecimiento excesivo de bacterias
    patógenas (Barrenetxea, 2002, Brzychczy, Wloch, Kochan y
    Heczko, 2004, Neira, 2006)

    El fluido vaginal normal contiene entre 5 y 10
    diferentes microorganismos que incluyen lactobacillus
    spp facultativos y anaerobios en concentraciones entre
    105 y 107células/mL, que se unen a
    los receptores de las células epiteliales de la vagina y
    de esta manera evitan la presencia y entrada de organismos no
    deseados. Otros microorganismos presentan baja
    concentración como staphylococcus epidermides,
    streptococcus spp, Echerichia .coli, Gardnerella vaginalis
    ,
    mycoplasma hominis y otras bacterias anaerobias (Egan y
    Lipsky, 2000)

    La secreción normal de la vagina es clara,
    blanca, floculada, altamente viscosa, sin olor, con pH < 4,5 y
    microscópicamente libre de micelios, Trichomonas
    vaginalis
    , esporas, y células guías. La
    muestra de
    fluido vaginal presenta células de descamación y
    abundantes lactobacillus spp. Sin embargo hay gran
    variación en fluido vaginal normal y algunos
    síntomas asociados con las condiciones anormales de la
    vagina aparecen en mujeres sanas.

    La mujer puede tener
    una afectación asintomática de infección
    vaginal, pero también microorganismos como Candida spp
    y Gardnerella vaginalis
    pueden permanecer en bajas
    concentraciones como flora normal. Todo esto indica que no
    siempre los síntomas tienen que constituir una evidencia
    segura de la enfermedad.

    En la literatura se encuentran
    grandes variaciones en los términos para describir las
    características de las secreciones vaginales en cuanto a
    color,
    consistencia y olor, con mayor coincidencia en cuanto a
    síntomas como irritación, escozor, eritema e
    inflamación. El volumen de la
    secreción vaginal es variable, mientras que el mal olor
    puede presentarse en mujeres sanas, así como estados de
    irritación de la vagina (Anderson, Karasz y Friedland,
    2004)

    Si bien el primer paso a seguir en el diagnóstico
    de la vaginitis es el interrogatorio médico del paciente,
    éste se debe realizar, evitando una incorrecta interpretación de los síntomas que
    lleven a un falso diagnóstico de infección vaginal,
    cuando en realidad puede ser un funcionamiento normal del
    sistema
    reproductor femenino. De esta manera el especialista debe
    realizar un diagnóstico clínico donde se
    evalúen los cambios de los patrones usuales y la
    dificultad funcional que presente el paciente.(Anderson y Karasz,
    2005)

    INFECCIONES
    VAGINALES DE ORIGEN INFECCIOSO.

    La vaginitis se puede categorizar como infecciosa y no
    infecciosa. Las causas no infecciosas son, por déficit de
    estrógenos, por irritación química, atrofia de
    la vagina, de origen alérgico y por descamación. La
    vaginitis de tipo infecciosa es la responsable del 90% de los
    restantes tipos de vaginitis, las principales causa de la
    vaginitis infecciosa son tres, la Vaginosis Bacteriana (VB), la
    Candidiasis y la Trichomoniasis (Owen y Clenney, 2004)

    La vagina tiene su propio ecosistema con un balance de
    la flora bacteriana presente, cuando el ecosistema se altera
    puede aparecer la vaginitis por diferentes causas como uso de
    antibióticos, hormonas,
    preparaciones orales o tópicas de contraceptivos, duchas
    vaginales, medicamentos vaginales, enfermedades de
    transmisión sexual, cambios de pareja y situaciones de
    estrés
    (Highleyman, 2000).

    El medio ambiente
    normal de la vagina está caracterizado por una
    interrelación dinámica entre lactobacillus
    acidophilus
    y el resto de la flora endógena, compuesta
    por estrógenos, glucógeno, el pH vaginal y los
    productos del
    metabolismo de
    la flora microbiana y patógena. Lactobacillus
    acidophilus
    producen peróxido de hidrógeno que es tóxico a los
    patógenos y preservan la salud vaginal (Brzychczy et
    al, 2004).

    Cuando la flora vaginal se altera por la introducción de patógenos o por
    cambios en el medio ambiente vaginal ocurre la
    proliferación de patógenos. Los cambios en el pH y
    la disminución de los lactobacilos productores de
    peróxido de hidrógeno provocan la
    proliferación de microorganismos que normalmente
    están reprimidos como la G vaginalis, Mycoplasma
    hominis
    y Mobiluncus spp. Estos microorganismos como
    productos de su metabolismo, liberan aminas que son responsables
    del mal olor en la descarga vaginal, incremento del pH y causan
    la exfoliación de células epiteliales. (3M NVA,
    2005)

    Por otra parte, los cambios del medio ambiente como el
    incremento de la producción de glucógeno durante el
    embarazo y la
    alteración de los niveles de estrógenos y
    progesterona, por el uso de contraceptivos orales, permiten la
    adherencia de Candida albicans a las células
    epiteliales de la vagina y facilitan la germinación de
    levadura. Esos cambios pueden transformar la colonización
    asintomática en una infección sintomática.
    En pacientes con Trichomoniasis los cambios en el nivel de
    estrógenos y progesterona, así como la
    elevación del pH y glucógeno, pueden provocar el
    crecimiento y virulencia de Trichomonas vaginalis. (Lopez,
    Martinez y Blanco, 2005, Owen y Clenne, 2004)

    CANDIDIASIS
    VAGINAL

    Se estima que el 75% de las mujeres han tenido
    Candidiasis una vez en su vida y el 5% han presentado episodios
    recurrentes, que requiere valorar una diabetes no
    controlada y procesos de
    inmunodeficiencia. Candida albicans resulta el agente
    etiológico en el 80% de los casos, seguida de Candida
    glabrata
    con un 10% y Candida tropicalis con un 5%
    (Mendosa et al, 1999)

    Los principales factores de riesgo para
    padecer la infección son el uso de anticonceptivos orales, diafragmas y espermicidas,
    estrógenos exógenos, frecuente actividad sexual,
    la
    administración de antibióticos, la diabetes
    mellitus y el embarazo.

    El crecimiento de levaduras puede estar relacionado con
    el aumento de la producción de glucógeno a nivel de
    la
    célula epitelial de la vagina. No se reporta
    transmisión sexual, los episodios recurrentes se observan
    entre el 40% y 70% de los casos, los que pueden tener
    relacionarse con una afectación de la inmunidad vaginal,
    sin tener relación con el cambio de
    pareja. El estrógeno estimula la exacerbación de la
    Candidiasis, siendo significativo en las etapas menarca y
    menopausia (Neira, 2006).

    El diagnóstico de Candida spp resulta
    difícil, existiendo hasta un 50% de casos
    asintomáticos, por otra parte la Candida spp, se
    considera flora endógena normal de la vagina, en
    condiciones de crecimiento restringido. Los principales
    síntomas que manifiesta la paciente son prurito, eritema,
    excoriaciones, edema, sensación de ardentía al
    orinar, disuria y úlcera vaginal. Las especies de Candida
    se presentan en dos formas celulares, como blastosporos y
    filamentosa o pseudohifas, que se manifiestan de acuerdo a las
    condiciones ambientales existentes, aspecto que se necesita
    considerar cuando se realiza el diagnóstico por observación directa al microscopio. Las
    pseudohifas invaden las células epiteliales de la vagina,
    ocurriendo un proceso
    inflamatorio causado por toxinas de tipo proteasa celular que
    dañan la célula
    vaginal, situación que se agrava si hay una
    reacción alérgica al hongo (Barrenetxea,
    2002)

    La secreción vaginal que se observa en la
    Candidiasis es blanca, de aspecto de leche cortada
    o coagulo de queso, sin olor, el pH es normal con tendencia
    ácida entre 3,8 y 4,2. En la observación del
    exudado al microscopio en presencia de solución de
    hidróxido de potasio al 10%, aparecen las hifas y esporas
    correspondientes a Candida albicans y Candida
    glabrata
    respectivamente y con la tinción de Gram se
    observan intensa coloración de las estructuras de
    Candida spp.

    Sin embargo la baja sensibilidad registrada en la prueba
    del hidróxido de potasio y la falta de especificidad de
    los síntomas, puede generar resultados falsos negativos,
    por lo que frente a la persistencia de una posible
    infección por Canida spp se recomienda realizar
    cultivo del microorganismo
    en medio Sabouraud

    TRICHOMONIASIS
    VAGINAL

    Trichomonas vaginalis es un parásito
    flagelado de transmisión sexual con una alta tasa de
    transmisión, donde el 70% de los hombres adquieren la
    infección después de una sola exposición. El tiempo de
    incubación de la enfermedad es de 2 a 8 días y el
    parásito puede permanecer viable por 6 horas en el medio
    ambiente (Azam, Cermeño, Juman y García,
    2002)

    La Trichomoniasis es una Enfermedad de
    Transmisión Sexual (ETS) y se asocia a otras de su tipo
    como el virus herpes simple,
    gonorrea, virus papiloma humano y VIH (Rojas, Solano y Sariego,
    1999, Rojas, Rodríguez, Sariego, Sarría, 2000,
    Rojas et al, 2002, Rojas, Izquierdo, Sarría, Sariego y
    Fraga, 2003).

    La presencia y los síntomas dependen de la
    inmunidad local y la concentración inoculada, pudiendo
    transitar de forma asintomática en el 50% de los casos. La
    secreción vaginal se muestra de color entre amarillo y
    verde, con abundante fluido espumoso y olor fétido, se
    acompaña de prurito vulvar y disuria. La mucosa vaginal se
    torna hiperemia y edematosa con petequias cervicales o cerviz en
    fresa. El pH vaginal está entre 5.0-5.5.

    La identificación del parásito se hace
    evidente en la observación al microscopio por su
    tamaño superior de 2 a 3 veces el de los leucocitos y la
    presencia de 4 flagelos que proporcionan su motilidad
    característica (Plourd, 1999).

    VAGINOSIS BACTERIANA (VB)

    Es la infección más frecuente que causa
    vaginitis en la mujer de edad reproductiva. La infección
    es de causa polibacteriana, con la proliferación de un
    número de microorganismos que incluyen la Gardnerella
    vaginalis
    presente en más del 90% de los casos,
    Mobiluncus spp, Miyoplasma hominis, Ureplasma urealyticum
    y Bacteriodes spp. En los Estados Unidos de
    .América, la VB es la causa más
    frecuente de vaginitis infecciosa con estimado de tres millones
    de casos sintomáticos por año (Hellberg Nilsson y
    Mardh, 2001).

    La prevalencia de la VB es difícil de precisar
    debido a su curso asintomático hasta en un 70% de los
    pacientes. Esta prevalencia varia según la población estudiada, de manera que en
    gestantes está entre el 10-30%, mientras que en pacientes
    con Enfermedades de
    Transmisión Sexual (ETS) resulta mayor con valores entre
    24 40%. Aunque se observa alta frecuencia de la infección
    en mujeres con ETS y con múltiples parejas, no hay
    evidencias que
    aseguren su transmisión sexual (Dowd y Bourne,
    1994)

    La ocurrencia de VB constituye un factor de riesgo para
    la ruptura prematura de membranas y parto
    pretérmino en mujeres gestantes.

    Otros trastornos como la inflamación
    pélvica y la endometritis pueden presentarse, en pacientes
    con antecedentes de VB, que se han sometidos a procesos
    ginecológicos invasivos e intervenciones
    quirúrgicas (Tohill et al, 2004).

    Cuando la paciente es sintomática el olor a
    pescado en la descarga vaginal es característico y propio
    de las aminas presentes, que se acentúan después
    del acto sexual por acción del pH alcalino del semen. El
    diagnóstico confirmativo se basa en los criterios de Amsel
    o la tinción de Gram. (Egan y Lipsky, 2000, Workowski y
    Levine, 2002).

    DIAGNÓSTICO
    DE LAS INFECCIONES VAGINALES

    El diagnóstico más común de la
    vaginitis infecciosa por el laboratorio, se realiza observando la
    morfología
    de las células presentes en la secreción vaginal,
    utilizando la observación directa al microscopio
    óptico. En una preparación de la muestra fresca de
    exudado en solución salina al 0,9%, se identifica T.
    vaginalis sobre la base de la morfología y la
    motilidad del parásito, es esencial que la
    observación se realice breve tiempo después de
    obtenida la muestra, para asegurar la observación del
    parásito en movimiento,
    pues de otra manera pueden confundirse con otras células
    como los leucocitos. La secreción vaginal puede observarse
    directamente o en medio de solución de hidróxido de
    potasio (KOH) al 10% para la identificación de
    células de Candida spp en forma de hifas o esporas
    individuales por microscopía directa.

    En la misma preparación de la muestra se pueden
    observar la presencia de células epiteliales de la vagina,
    que se denominan células guía por la adherencia de
    numerosas bacterias a la membrana celular y son signos de
    VB.

    Este diagnóstico de las tres principales causas
    de las infecciones
    vaginales, presenta baja sensibilidad relacionada con los
    errores en la ejecución e interpretación del
    ensayo, por
    ello se requiere de entrenamiento y
    experiencia del analista para llegar a resultados confiables. Por
    otra parte no se ha logrado armonizar los métodos
    analíticos en cuanto a procedimientos,
    preparación de soluciones de
    trabajo y
    equipos necesarios, para mayor reproducibilidad de los
    resultados. (Monif G R, 2001, López Martínez y
    Blanco, 2005).

    Para el diagnóstico de Trichomonas
    vaginalis
    el método
    considerado estándar de oro es el
    cultivo del microorganismo, que es un método de
    sensibilidad y especificidad cercanas al 100%, como
    inconvenientes tiene el costo de los
    reactivos y el tiempo que demora en obtener los resultados, por
    esto el ensayo se
    utiliza con fines de investigación o para confirmar
    resultados.

    El método de observación directa al
    microscopio ejecutado en condiciones controladas y apoyado por
    los criterios clínicos, se utiliza en la actualidad como
    diagnóstico de rutina y también como método
    de referencia.

    El método considerado estándar de oro para
    el diagnóstico de Candidiasis es el cultivo en medio
    Sabouraud y en los laboratorios de diagnóstico lo utilizan
    como método confirmatorio de muestras negativas de
    pacientes sintomáticos o que han tenido infecciones
    recurrentes y que no responden a los tratamientos establecidos
    para la Candidiasis (Mendosa et al, 1999)

    La VB debido a su alta prevalencia en la
    población femenina en edad reproductiva se aborda con
    varios criterios clínicos y de laboratorio para lograr un
    mejor diagnóstico. De esta manera además de la
    identificación de las células guías, se
    incorporan otros ensayos como
    medición del pH y aminas en la
    secreción vaginal.

    La aplicación de los criterios de Amsel es un
    diagnóstico eficaz de la VB y requiere confirmar en el
    paciente los siguientes criterios, una descarga vaginal
    homogénea, secreción vaginal con pH mayor de 4,5,
    prueba de las aminas positiva y presencia de células
    guías (Amsel et al, 1983).

    El método de tinción de Gram con la
    caracterización de la flora vaginal, actualmente se
    considera el método de referencia o estándar de oro
    para el diagnóstico de la VB por el laboratorio (Nugent,
    Krohn y Hillier, 1991).

    Se encontró una coincidencia entre el
    diagnóstico por los criterios de Amsel y la tinción
    de Gram con la interpretación de Nugent. Sin embargo la
    formación de perfiles morfotipos basados en la
    tinción de Gram mostraron casos con flora anormal o
    intermedia en mujeres que no presentaron síntomas
    clínicos, indicando que la VB es una entidad no
    homogénea de complejo diagnóstico (Tohill et al.,
    2004).

    En el informe publicado
    por The National STI/HIV/AIDS Surveillance Report, (1999) se
    planteó la situación del diagnóstico de
    Trichomonas vaginalis, reportando los valores de
    sensibilidad y especificidad para la determinación por
    microscopía entre 38-82% y 100%, cultivo 98% y 100%,
    detección de antígenos 86% y 99% y PCR 93% y 96%. Estos
    resultados reafirman los problemas de
    sensibilidad de la microscopía y las mejores posibilidades
    que tienen los métodos de detección de
    antígenos y diagnóstico molecular, ratificando al
    cultivo como regla de oro

    Tanto los métodos tradicionales de examen fresco
    al microscopio, así como las determinaciones
    complementarias de pH, aminas, tinción de Gram, e
    inclusive el cultivo de microorganismos, no han resuelto un
    diagnóstico confiable y rápido a disposición
    de un número creciente de pacientes con infecciones
    vaginales

    La tendencia actual para el diagnóstico de
    vaginitis es la producción comercial de juegos de
    reactivos para el diagnóstico rápido, con
    métodos que logren elevar la sensibilidad relativamente
    baja de las ensayos tradicionales, manteniendo una alta
    especificidad. Otro objetivo
    importante que se persigue es la disminución del tiempo
    entre el diagnostico y el tratamiento del paciente. Se destacan
    los esfuerzos en los métodos para el diagnóstico de
    la VB acorde con los riesgos
    asociados, la alta prevalencia y el aumento del número de
    casos registrados por año.

    El diseño
    de pruebas
    rápidas como el FemExam (Compañía Cooper
    Surgical, 2005) determina de forma simultanea el pH y aminas,
    mientras que el PIP Activity Test Card
    (Compañía Litmus Concepts), además de los
    indicadores
    mencionados incluye la medición de la actividad de la
    enzima prolina imino peptidasa para identificar la presencia de
    Gardnerella vaginalis, ambos para diagnóstico de
    VB. Los resultados de estos métodos rápidos aportan
    datos para el
    diagnóstico de la Candidiasis y Trichomoniasis al
    combinarse con otras pruebas que complementan el
    diagnóstico.

    De esta manera el indicador de pH>4,5 caracteriza a
    la VB y la Trichomoniasis, sin embargo en la Candidiasis las
    mediciones de pH están en un rango entre 3,8-4,2, la
    prueba de las aminas es positiva en la VB y negativa en la
    Candidiasis.

    Las pruebas basadas en la tecnología de
    aglutinación de partículas látex unidas a
    anticuerpos específicos, con observación visual o
    por el microscopio, ha sido empleada por varios años y
    mantienen su uso en la actualidad. Con posterioridad fue
    desarrollada la tecnología de fase sólida, que
    comprende las tiras reactivas de gran aplicación. De
    creación más reciente está la
    tecnología de flujo lateral, que es una
    inmunocromatografía muy difundida actualmente para la
    detección de antígenos y anticuerpos (rapid
    diagnostic test technologies agglutination, http://www.rapid-diagnostics.org/tech-agglut.htm,
    rapid diagnostic test technologies solid-phase, http://www.rapid-diagnostics.org/tech-solid.htm,
    rapid diagnostic test technologies lateral-flow, http://www.rapid-diagnostics.org/tech-lateral.htm)

    Un avance en la investigación de los agentes
    asociados a la vaginitis se produjo con el desarrollo de
    PCR para el diagnostico de Trichomonas vaginalis, el cual
    fue comparado con la tinción de Papanicolaou (PAP),
    microscopía directa y cultivo, obteniendo valores se
    sensibilidad y especificidad de 100% para ambos indicadores,
    superando los valores bajos de sensibilidad de 60,7%, 65,6% y
    78,7% para los métodos de PAP, microscopía y
    cultivo. El PCR se utilizó en estudios de la microflora
    vaginal, identificando lactobacillus spp y Candida
    albicans
    (Devillard, Burton y Reid, 2005). Este método
    resulta apropiado para investigación y como confirmatorio
    pero tiene limitantes para el uso para los ensayos de rutina en
    cuanto a costo de equipos, reactivos y entrenamiento del personal (Lobo et
    al., 2003)

    El desarrollo del diagnóstico molecular por
    hibridización de ADN para la
    identificación de Candida albicans, Gardnerella
    vaginalis y Trichomonas vaginalis
    , Affirm VP III Test. tiene
    aceptación comercial (BD Affirm VP III
    Compañía Becton Dicknson, 2004). Este método
    fue comparado por Ferris et al, 1995 con los métodos de
    rutina, para la Candidiasis se utilizó la
    observación directa al microscopio, obteniendo valores de
    39,6% y 90,4% para sensibilidad y especificidad, mientras que la
    prueba de ADN obtuvo valores de 75% y 95,7% respectivamente. Se
    utilizó la observación directa al microscopio para
    Trichomonas vaginalis con valores de 75% y 96,6% de
    sensibilidad y especificidad, con valores de 86,5% y 98,5% de los
    mismos indicadores para la prueba de ADN.

    Por último, la VB se diagnosticó con las
    mediciones de pH y aminas con valores de 76,5 y 70,8%, con
    valores de la prueba de ADN de 95% y 60,7% para sensibilidad y
    especificidad respectivamente. Se demostró las ventajas
    del ensayo de ADN para determinar los tres microorganismos y se
    reafirmaron las dificultades que presentan la detección y
    diagnóstico diferencial exacto.

    El Affirm VP III Test se utilizó para el
    diagnóstico de VB en 1725 muestras de mujeres embarazadas
    y se compararon los resultados con el método de
    tinción de Gram mediante la escala de Nugent
    para su interpretación, (Nugent et al., 1991). Los
    resultados se organizaron en cuatro grupos con grados
    0, 1, 2 y 3. La vaginitis se asoció a los grados 2 y 3,
    con predominio de Gardnerella vaginalis en el
    último grupo. La
    sensibilidad y especificidad de la prueba de ADN fueron de 89,5%
    y 97,1%, con resultados satisfactorios para a detección de
    Gardnerella vaginalis como diagnóstico de VB (Witt,
    Petricevic, Kaufmann, Gregor y Kiss, 2002). Esta prueba aunque
    tiene una amplia propaganda
    comercial, tiene limitaciones en su uso por los costos del
    producto y el
    requisito de equipo necesario para su
    ejecución.

    El uso de partículas de látex con fines
    diagnóstico en fluidos biológicos humanos, tuvo su
    inicio en el diagnóstico de la artritis reumatoide,
    determinando el factor reumatoide presente en suero de los
    pacientes a través de la reacción de
    aglutinación de las partículas de látex
    unidas a inmunoglobulinas (Singer y Plotz, 1956).

    En la última década se incrementaron los
    ensayos basados en la aglutinación del látex, como
    son la determinación de anticuerpos contra leptospira en
    humano con valores de sensibilidad de 91,2% y especificidad de
    91%, resultados similares al método ELISA con el que se
    comparó, con valores de sensibilidad de 90% y
    especificidad de 93% (Smits et al, 2001), la determinación
    de Haemophilus influenciae tipo B con valores de
    sensibilidad y especificidad de 100% (Toraño et al, 2001),
    la determinación de Staphylococcus epidermidis con
    reactivo de látex unido a anticuerpos específico se
    comparó con el diagnóstico molecular con resultados
    satisfactorios (Van Leeuwen, Kreft y Verbrugh, 2002) y se
    logró la determinación de anticuerpos contra la
    influenza aviar en pollos vacunados con una sensibilidad de 88,8%
    y una especificidad de 97,6%, por comparación con la
    prueba de referencia de inhibición de la
    hematoaglutinación (Xu-X et al, 2005).

    En el diagnóstico de infecciones vaginales el
    método de látex, fue utilizado para detectar
    Candidiasis con valores de sensibilidad de 80% y especificidad de
    100%, considerando como prueba de referencia el cultivo del
    microorganismo en medio Sabouraud.(Hopwood, Evans y Carney.,
    1985). Fue aplicado el mismo principio para el diagnóstico
    de Trichomoniasis en un estudio de 3807 mujeres embarazadas,
    comparando el método de aglutinación (juego
    suministrado por la casa comercial Kalon Biological Surrey, UK)
    con la microscopia directa y el cultivo del microorganismo,
    obteniendo índices Kappa de 0,88 y 0,93, que demostraron
    una buena coincidencia entre los resultados. La sensibilidad del
    látex fue de 98,8% y la especificidad de 92,7%, al
    comparar el método con cultivo, por lo que resultó
    adecuado para el diagnóstico de rutina (Adu Surbodie ,
    Opuku, Danso, Weiss y Mabev., 2004).

    En Cuba se
    desarrollaron ensayos de aglutinación con
    partículas de látex, para el diagnóstico de
    Trichomoniasis, con una sensibilidad de 98,7% y una especificidad
    de 99%, con valores superiores a la microscopia que obtuvo una
    sensibilidad de 61,9% y especificidad de 94% y el cultivo celular
    como estándar de oro (Maciques, Alonso y Romero,
    2002).

    Por otra parte, un látex anti – Gardnerella
    vaginalis
    fue utilizado para el diagnóstico de VB
    (Espinosa, Alvarez, Amaral, Alonso y Lorenzo, 2000), con una
    sensibilidad de 89% y una especificidad moderada de 78%, con el
    método de tinción de Gram como
    referencia.

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    Autor:

    Arsenio Betancourt Bravo

    Estudios realizados: Licenciado en Bioquímica, Universidad de la
    Habana

    ,
    fecha de confección, marzo /2006

    Institución: Centro Nacional de Sanidad
    Agropecuaria. Autopista Nacional y Carretera de Jamaica, San
    José de las Lajas, apartado 10, La Habana. Cuba

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