- Prólogo
- Violencia
familiar - Tipos de
maltrato - Maltratadores
- Violencia
sexual, un asunto de derechos humanos - Violencia
familiar, mecanismos legales de
protección - La
violencia familiar en el Perú - Experiencias
de trabajo intersectorial en el Perú - La
Mesa Nacional Multisectorial para la prevención y
atención de la violencia familiar - Normatividad
contra la violencia familiar en el
Perú - Ley
de protección frente a la violencia
familiar - Recomendaciones
del grupo - Conclusiones
- Bibliografía
Durante ya mucho tiempo nos
hemos encontrado con problemas
sociales que son recurrentes y que no son nada nuevos, que en
muchas ocasiones nos hagan creer que el Estado
encontró la solución aun problema que comienza en
muchas de las ocasiones la podemos considerar como una
falacia.
La falta de seriedad de parte del Estado Peruano
ha logrado que la violencia
domestica (familiar, intrafamiliar, etc.) se esté
convirtiendo en un verdadero problema social. Pero en realidad
que tiene que ver esto con la criminología?
Varias semanas nos llevo el poder
justificarla y nos dimos cuenta de que o solo tiene que ver con
el hecho del cual era nuestra premisa mayor, como parte de
laceración de personas violentas, con la investigación que se ha venido realizando
en muchos casos el mismo estado es el principal actor de
criminalidad tratándose de violencia
familiar.
Es una pena que en el inicio de un nuevo siglo la
dogmática del derecho peruano, siga discutiendo sobre si
el matrimonio es
o no contrato o sobre
si la familia es
una institución solamente jurídica o social, creo
que por mucho estos conceptos han sido dejados atrás en la
comunidad
internacional, no creemos que podamos partir a una estructura de
un derecho libre de tanta basura, si no
iniciamos por entender que el derecho como ciencia debe
actualizarse, modernizarse ser dinámico y crecer, nuestro
derecho , y es lamentable reconocerlo será, una piedra mas
donde el oleaje dejara solo la espuma como recuerdo de que alguna
vez toco una ola, hablando claro esta de manera
retórica,
Es por eso que encontramos a los temas que afectan de
manera importante al derecho debemos partir de la construcción de conceptos claros y
precisos, ordenado dirían otros, claro , por tal
razón la construcción de una regulación por
parte del derecho en general sobre la violencia
familiar es importantísima, y sobre todo la
modernización del derecho en cuanto a las probanzas
psicológicas, las cuales en tipos como el de violencia
familiar son demasiado abstractos para el juez y por eso las
derecha, esto lo decimos como justificante de su conducta no como
un claro viciador de la ignorancia de muchos de nuestro jueces en
Perú.
Es por tal razón que nos intereso hacer este
trabajo,
intentaremos definir algunos aspectos criminológicos sin
ser criminología y otros tantos como estudiantes en el
área del derecho.
Los Autores.
…"la violencia es una acción ejercida por una o varias personas
en donde se somete que de manera intencional al maltrato,
presión
sufrimiento, manipulación u otra acción que
atente contra la integridad tanto físico como
psicológica y moral de
cualquier persona o
grupo de
personas…"
Martin Ibarra.
Este concepto puede
ser un poco mas explicito pero para poderlo entender podremos
pasar a su analisis y critica. Según esta
definición la violencia comienza por una acción
esta que es entendida por una acción de hacer, de
provocar, que viene obviamente acompañada por una
intención final la de dañar, esta acción
puede ser llevada a cabo no solo por una sujeto sino por varios
entendiéndose que en el caso del síndrome del
niño maltratado a nuestro punto tal vez simplista de ver
las cosas tanto el agente creador de la violencia como la que lo
conciente son parte del daño
que se le crea al menor, pero regresando a la definición
la acción de este o estos sujetos tiene como ya lo
mencionamos una finalidad, que es la de hacer daño, no
consideramos que la manipulación sea un tipo de violencia
mas bien un tipo de coacción creo que la mayoría de
los generadores de la violencia si buscan el crear un daño
no el manipular ni mucho menos el coaccionar el padre o la madre
que golpea tiene como objetivo la
reprimenda en términos generales pero también lo
hace como castigo , la intención del padre o la madre que
golpea en ese momento es dañar.
Tratar de delimitar un campo de trabajo dentro de la
problemática de la Violencia Familiar, no es tarea
fácil. Como toda delimitación, tiene algo de
arbitrario y brinda posibilidades y limitaciones. En general
Predomina un criterio Jurídico y Asistencialista, como el
de Víctima de Delito. Este modo
de pensamiento,
como brillantemente expone en este trabajo la Srta. Hormesinda
Marin Escalante y el Sr. Manuel Risco Chumpitazi marca claramente
el problema del voluntarismo de la Psicología
Conciencialista y militante. Esta militancia ha tenido
importancia desde el feminismo o el
diferencialismo, fundamentalmente en promover la relevancia,
frecuencia y gravedad del problema. Ha facilitado también
la empatía hacia el mismo.
Aportes sustanciales a la comprensión de las
diversas modalidades de formaciones de Conflicto,
desde una perspectiva del trabajo de Lo Inconsciente. Las
aproximaciones a la Violencia familiar, dice los autores se
caracterizan por un enfoque centrado en el Trabajo Social.
Equivocarse en la denominación puede ser un error
inocente. Pero puede ser también una manipulación
intencionada para llevar a una mayor confusión al ya de
suyo complejo fenómeno social de la violencia sexista.
Conviene, por tanto, aclarar los fundamentos racionales que los
autores de esta monografía hacen en insistir en llamar a
las cosas por su nombre, sin admitir subterfugios que diluyan,
minimicen, confundan o distorsionen una realidad social como la
violencia contra las mujeres, de tal magnitud, que ya en 1980 fue
considerada por las Naciones Unidas
como "el crimen encubierto más numeroso del
mundo".Empezando por eliminar lo que no es, llegaremos a fijar el
concepto de lo que realmente es.
Así pues, denominar a esta forma de violencia
como doméstica, es tanto como responsabilizar de la
acción delictiva al ámbito donde suele
desarrollarse, excluyendo por tanto como acciones
violentas de éste delito a las ejercidas en lugares ajenos
al doméstico; además la autoría del
delincuente no se evidencia de esta denominación al uso;
que deja enmascarado el hecho evidente de que de lo que se trata
es de la violencia ejercida contra las mujeres por algunos
hombres.
A esto se llama minimizar generalizando, y es un modo
tan efectivo de manipular el concepto, que se llega al extremo de
contabilizar dentro de la violencia doméstica el suicidio cometido
por el hombre
después de haber matado a su mujer (como hace
en sus estadísticas oficiales el Ministerio del
Interior).
Dr. Sebastián Rojas
Diaz.
En estos últimos años se ha venido dando
una serie de programas y
leyes en
defensa de los derechos del
niño y la mujer. Sin
embargo, ¿eso nos asegura el bienestar?, ¿acaso
estos programas y leyes bastarán para cesar los maltratos
físicos y psicológicos que se producen día a
día contra ellos?
Es necesaria una protección legal, pero es
urgente que nuestra sociedad
adquiera nuevos y mejores hábitos de crianza y
convivencia. Aún en la posibilidad de parecer alarmista,
es menester una reeducación en cuanto al trato familiar,
el que lamentablemente para muchos está caracterizado por
la violencia, el rechazo y la indiferencia.
Para lograr el cambio de esta
situación se requiere, en un inicio, el replanteamiento de
los papeles del padre y la madre frente a los hijos, con el fin
de que éstos últimos en el futuro respondan a las
expectativas de sus progenitores.
Debemos ir, entonces, en búsqueda de las causas
que son la semilla de un ambiente
familiar hostil y que, consecuentemente, producen una educación
errónea en nuestros niños.
El reconocimiento de los distintos géneros de
violencia ejercida contra las mujeres ha facilitado que
éstas identifiquen las situaciones de abuso y conozcan sus
derechos.
La Declaración de la Asamblea General de las
Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia
contra la Mujer, elaborada el 20 de diciembre de 1993, define
este tipo de agresiones "como todo acto de violencia basado en la
pertenencia al sexo femenino
que tenga o pueda tener como resultado un daño o
sufrimiento físico, sexual o psicológico para las
mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la
coacción o privación arbitraria de la libertad,
tanto si se producen en la vida pública como
privada".
Es decir, la mujer maltratada es aquélla mayor de
edad que se ve sometida repetidamente a abusos por parte de un
varón con el que mantiene o ha mantenido una
relación íntima, bien sea de hecho o de derecho.
Estas agresiones van desde amenazas e insultos verbales hasta
golpes y actos homicidas.
Las campañas de concienciación han
permitido conocer que el maltrato es la mayor causa de lesiones a
las mujeres y prevalece sobre la violación callejera,
asaltos o accidentes de
coche.
Durante el año 2005 cerca de 23.000 mujeres
presentaron denuncias por los malos tratos recibidos de sus
compañeros y más de 42 fallecieron como
consecuencia del maltrato recibido de sus cónyuges. Estas
cifras revelan la necesidad de abordar desde un punto de vista
preventivo y educacional este problema de convivencia que, como
evidencian los datos, llega a
tener consecuencias fatales.
La violencia es una acción ejercida por una o
varias personas en donde se somete que de manera intencional al
maltrato, presión sufrimiento, manipulación u otra
acción que atente contra la integridad tanto físico
como psicológica y moral de cualquier persona o grupo de
personas".
"La violencia es la presión síquica o
abuso de la fuerza
ejercida contra una persona con el propósito de obtener
fines contra la voluntad de la víctima".
LA VIOLENCIA EN LAS ETAPAS DE LA VIDA
La violencia tiene un efecto profundo sobre la mujer.
Empieza antes del nacimiento, en algunos países, con
abortos selectivos según el sexo. O al nacer, cuando los
padres desesperados por tener un hijo varón pueden matar a
sus bebés del sexo femenino. Y sigue afectando a la mujer
a lo largo de su vida. Todos los años, millones de
niñas son sometidas a la mutilación de sus
genitales. Las niñas tienen mayor probabilidad que
sus hermanos de ser violadas o agredidas sexualmente por miembros
de su familia, por
personas en posiciones de poder o confianza, o por personas
ajenas. En algunos países, cuando una mujer soltera o
adolescente es violada, puede ser obligada a contraer matrimonio
con su agresor, o ser encarcelada por haber cometido un acto
"delictivo". La mujer que queda embarazada antes del matrimonio
puede ser golpeada, condenada al ostracismo o asesinada por sus
familiares, aunque el embarazo sea
producto de
una violación.
Después del matrimonio, el riesgo mayor de
violencia para la mujer sigue habitando en su propio hogar, donde
su esposo y, a veces la familia política, puede
agredirla, violarla o matarla. Cuando la mujer queda embarazada,
envejece o padece discapacidad
mental o física,
es más vulnerable al ataque.
La mujer que está lejos del hogar, encarcelada o
aislada de cualquier forma es también objeto de
agresión violenta. Durante un conflicto armado, las
agresiones contra la mujer aumentan, tanto de parte de las
fuerzas hostiles como de las "aliadas".
Cuando hablamos de violencia creemos que solo es "dar
golpes’’, pero estamos equivocados. Existen varios
tipos de violencias, entre ellos podemos citar:
Violencia en la familia (intra familiar).
Violencia Psicológica o mental.
Mutilación genital femenina (MGF).
Cuando nos preguntamos qué entendemos por
violencia la asociamos generalmente a la producida por la
agresión física. Sin embargo, en nuestro
país la violencia tiene diferentes manifestaciones, las
cuales podríamos clasificar las expresiones de violencia
en:
1.1 Violencia Doméstica. La violencia
psicológica y física con el cónyuge, el
maltrato
infantil y el abuso de los niños. La violencia
doméstica es un mal social que deriva en gran parte de los
mitos que
rodean a los roles femenino y masculino aprendidos desde la
infancia.
El hombre es el
fuerte, el que domina, el jefe de familia, el que no llora ni
muestra sus
emociones.
La mujer es atenta, obediente, sacrificada, da todo por
los demás, sigue a su marido "hasta que la muerte los
separe".
La Violencia Doméstica es la práctica de
una serie de tácticas coercitivas que los abusadores usan
para obtener y mantener control y poder
sobre su pareja.
Según las indicaciones del Estatuto de la Florida
741.28, violencia doméstica se refiere a cualquier ataque,
ataque agravado, agresión agravada, agresión
sexual, acechar y seguir, asechamiento agravado, secuestro y
encarcelamiento falso, o cualquier ofensa criminal que resulte en
daño físico o muerte de una
persona de la familia o de una persona que resida con la familia,
por otra persona
que también reside o residía en la misma
casa particular. Esto incluye hechos como:
Abuso físico — Empujar, dar bofetadas, patear,
dar puñetazos, tratar de estrangular, y pegar.
Abuso verbal y emocional — Amenazas,
intimidación verbal, acechar el paso, actuar sin
controlarse la rabia.
Abuso sexual
— Cualquier contacto del cuerpo, tocarlo o forzando, sin que se
desee, o estar envuelto en acto sexual sin que, él o ella,
lo deseen.
La Ley contra la
Violencia Doméstica N° 7586 del 10 de abril de 1986,
publicada en la Gaceta N° 83 del 2 de mayo de 1996, violencia
doméstica es una acción u omisión, directa o
indirecta, ejercida contra un pariente por consanguinidad,
afinidad o adopción,
hasta el tercer grado inclusive, por vínculo
jurídico o de hecho o por una relación de guarda,
tutela o curatela
y que produzca como consecuencia el menoscabo de su integridad
física, sexual, psicológica o patrimonial. El
vinculo por afinidad subsistirá aun cuando haya finalizado
la relación que lo originó.
Se entiende por violencia toda acción u
omisión de una persona o colectividad que viole el derecho
al pleno desarrollo y
bienestar de las personas y que determina una brecha entre su
potencialidad y realidad. Generalmente estas acciones u omisiones
se dan debido al desbalance de poder que existe entre las
personas.
Podemos afirmar que la violencia es toda acción u
omisión que altera la convivencia pacífica de las
personas, que se manifiesta de diferentes formas y grados, con
repercusión en la salud
pública, sociedad, vida política y cultural de
una comunidad.
1.2 Violencia Cotidiana. Es la que venimos
sufriendo diariamente y se caracteriza básicamente por el
no respeto de las
reglas, no respeto de una cola, maltrato en el transporte
público, la larga espera para ser atendido en los
hospitales, cuando nos mostramos indiferentes al sufrimiento
humano, los problemas de seguridad
ciudadana y accidentes. Todos aportamos y vamos siendo parte
de una lucha cuyo escenario se convierte en una selva urbana.
Existen, de acuerdo con J. Alemany , además de un
mecanismo económico (ya visto) , otros de carácter biológico
psicológico y cultural que caracterizan la violencia
cotidiana en el marco del sistema
neoliberal actual
A) El llamado mecanismo biológico , consiste en
la deshumanización , que cataloga al "otro" como un "no
ser humano". El objetivo es que "El otro", como persona integral
deje de ser importante para mí como ya lo es para el
sistema económico . Y es que ,parodiando a Primo Levy "un
ser deshumanizado y un sistema inhumano difunden y extienden su
inhumanidad en todas direcciones y especialmente hacia abajo"
(cfr. Primo Levy: los hundidos y los salvados). De esta manera se
construye un individuo
des-actualizado, des-relacionado. Des-referenciado
Martín Buber escribía en su célebre
"yo-tu" que los seres verdaderos son vividos en la actualidad,
mientras los objetos lo son en el pasado, la "actualidad" implica
siempre relación y esa es la manera de encontrarse. La
deshumanización implica por el contrario
des-actualización con el otro "mi próximo" y por
tanto su "objetualización". Una vez que he objetualizado
al otro, que lo he deshumanizado, se abre la veda para la
violencia
B) Un mecanismo psicológico referido a la
incapacidad para para procesar adecuadamente la capacidad de amar
y valer , bien por exceso, bien por defecto. Tanto en un caso
como en otro caso se genera violencia. Los referentes de persona
triunfadora que presenta el modelo actual
, favorecen un individualismo hobbesiano, y una competitividad
feroz que acaba destruyendo redes afectivas, generando
frustración y ansiedad permanentes y convirtiendo a los
vecinos en desconocidos, y a compañeros de trabajo en
contrincantes.
c) Un mecanismo cultural que da coherencia a lo anterior
a través de la universalización de unos nuevos
modelos y
pautas pseudoculturales basadas en la inmediatez de lo inmediato
y en la superficialidad de las relaciones, que enlaza
además con los afectos y desafectos de carácter
psicológico y que convierte a la persona en un puro
cóctel de sensaciones. Todo ello con el fin de que el
individuo construya sus creencias y opciones vitales desde la
identificación de felicidad con un consumo de
bienes y
estimulos, de manera que cuando esta realidad no se consigue la
persona se frustra y su agresividad se transforma en
violencia
1.3 Violencia Política. Es aquella que
surge de los grupos
organizados ya sea que estén en el poder o no. El estilo
tradicional del ejercicio político, la indiferencia del
ciudadano común ante los acontecimientos del país,
la no participación en las decisiones, así como la
existencia de las llamadas coimas como: manejo de algunas
instituciones
y las prácticas de Nepotismo institucional. También
la violencia producida por la respuesta de los grupos alzados en
armas.
No se puede entender el problema de la violencia
política sin conceptuar a la política como la
organización y aplicación sistemática de
determinadas relaciones de poder, como la articulación de
un conjunto de medios para la
consecución y la preservación de éste. La
política organiza el poder, le otorga forma estatal y
viabiliza un proyecto
socio-económico de clase. En este
marco, la violencia es parte activa de la estructura
social, no es sólo un instrumento o medio de lucha,
sino sobre todo un modo de conflicto.
El surgimiento de la violencia política
está estrechamente vinculado al desarrollo de la propiedad
privada, y es sólo en el transcurso de la
consolidación histórica de ésta, que la
violencia se transforma en manifestación específica
de poder social. En otras palabras, posee una base material
concreta y no es una constante histórica, por lo tanto es
factible su desaparición en una fase superior del desarrollo
humano, cuando sea eliminado todo tipo de explotación
pues -como señalara Engels- "el poder, la violencia, no es
más que el medio, mientras que la ventaja económica
es el fin" (1).
Cuando la ventaja económica, la ganancia, deje de
ser la principal motivación
de la producción material, cuando el fin de la
actividad económica sea la satisfacción de las
necesidades del hombre, y no el mero lucro, allí se
crearán las condiciones básicas para la
extinción definitiva de la violencia
política.
No obstante, esta posibilidad histórica se
vislumbra lejana, y la violencia continúa siendo
componente central de todo el sistema de dominación. De
allí que la clase en el poder requiera -a todo nivel- de
estructuras
que le permitan organizar el control social, minimizar los
riesgos de un
cuestionamiento revolucionario de la sociedad, y garantizar las
condiciones para la reproducción ampliada del poder y del
sistema en su conjunto. En esto el Estado desempeña un rol
crucial.
Estado y violencia política
El principal organizador y concentrador de la violencia
estructural es el Estado, de manera que cualquier intento por
legitimar y justificar la violencia ejercida por la clase en el
poder, pasa por legitimar el Estado. El objetivo básico
que se persigue es despolitizar, desideologizar y neutralizar el
Estado, presentarlo como el sintetizador del "bien común"
y garante de la "ley y el orden". Para ello es imperativo la
imposición de una visión histórica de la
naturaleza
humana, la sociedad y elaborando, simultáneamente,
conceptos abstractos de nación,
interés
nacional, estabilidad y paz social.
Este tipo de Estado se justificaría por el
posible "caos" que devendría en la sociedad humana por el
hecho de su inexistencia. Fenómeno que hace más de
tres siglos ya debatían los grandes pensadores filósofos y políticos. Según
esta corriente teórica -que de una u otra forma sigue
vigente- la naturaleza
humana es esencialmente egoísta y utilitaria, cada ser
lucha por su propia subsistencia, por la satisfacción de
sus propios intereses, lo que inevitablemente le lleva a la
confrontación permanente con otros seres
humanos.
Esta situación es la que Hobbes (2)
describiera como "la guerra de
todos contra todos". Situación superable sólo con
apego a un ente no-utilitario, a un órgano que no buscase
la satisfacción de intereses particulares, sino que
comunes, generales. De allí surge la noción
básica y la materialización del concepto del Estado
actual como el único capaz de imponer el orden en medio
del "caos natural". Es decir, ser un "administrador
neutro del conflicto social".
Dicha tesis amerita
al menos dos consideraciones. En primer lugar, la naturaleza
humana no es egoísta, ni altruista, ni agresiva ni
pacífica, ni buena ni mala en si misma, sino que
simplemente sintetiza el sistema de relaciones sociales
prevaleciente en un momento histórico
determinado.
La esencia humana en abstracto no existe, esta es
concreta y, por sobre todo, dinámica, cambiante, de modo que la
hipótesis de una situación natural
de guerra permanente solo sirve para justificar la
creación y consolidación de un complejo aparato de
dominación de clase como es el Estado (analícese,
en un grado menor, la lucha contra la delincuencia),
además de proyectar la idea de la imposibilidad de
transformar el sistema o luchar por una sociedad igualitaria,
puesto que el ser humano sería individualista y
egoísta en esencia y jamás podría
cambiar.
En segundo lugar, es necesario puntualizar que el Estado
no es un ente que esté por sobre las clases y la sociedad.
Ninguna institución es neutra o poseedora de poder propio,
más bien expresa poder social de clase. Es por ello que
conceptos y prácticas tales como orden, legalidad,
estabilidad, paz social, civilismo, etc., son de carácter
tan determinado; la sociedad virtual no existe, ni ha existido,
solo existe la sociedad históricamente concreta, de manera
que el orden y la estabilidad que se defiende hoy, es el orden y
la estabilidad del neoliberalismo. El Estado no es ningún
sintetizador del bien común y del interés de un
país, sino que de violencia política y, por
consiguiente, de poder de un sector de la sociedad sobre
otro.
La dimensión ideológica de la
violencia
Históricamente a través de diversos medios
de socialización -la estructura educacional,
los medios de
comunicación, entre otros-, la clase dominante ha ido
configurando un sistema de valores,
normas,
conceptos y categorías tendientes a justificar su dominio: su
preponderancia monopólica a regir los destinos de la
humanidad, sus instancias de organización y la vida de los individuos.
Medios entre los cuales la autentificación del uso de la
violencia en sus diferentes formas por parte del Estado, su
institucionalidad, sus fuerzas armadas y policiales, han sido una
constante.
Esta manipulación ideológica se ha
sostenido en tres ejes esenciales:
a) Ocultar la violencia estructural propiamente
tal.
b) Legitimar la represión
institucional.
c) Deslegitimar toda violencia
social contra el sistema.
La violencia es inherente a una estructura social
injusta, a un orden social basado en la explotación del
trabajo por el capital, en la
exclusión y marginación económica, social y
cultural de vastos sectores de la sociedad. De hecho la violencia
no se reduce únicamente a su manifestación
más ostensible, a su forma represiva.
Esta última es sólo una vía que
permite mantener maniobrando y desarrollándose a la
violencia estructural en su conjunto, al capitalismo.
Es por ello que Marx y Engels
señalaron la existencia de un virtual estado de guerra
entre patrones y trabajadores (3), en otras palabras, criticaban
la influencia de la violencia económica y de cómo
ésta se reproduce a través de todo el sistema
consolidándose como violencia estructural.
Mas este modo de abordar el problema no es prerrogativa
exclusiva de los clásicos del Marxismo,
también -y básicamente a partir de la
encíclica Populorum Progressio- la Iglesia
Católica, en particular el Movimiento de
la Teología de la Liberación, manifestó sin
ambigüedad, que "la violencia originaria, raíz y
principio de todas las demás violencias sociales, es la
llamada violencia estructural, la injusticia de las estructuras
sociales, sancionada por un orden legal injusto y orden cultural
ideologizado, que como tales constituyen la
institucionalización de la injusticia" (4).
El ocultamiento de la violencia estructural requiere
imponer la idea de la libertad del individuo, de la igualdad de
oportunidades, de los beneficios de un mercado abierto a
la libre competencia. El
esquema de valores imperantes reproduce sistemáticamente
la idea de que los pobres, los marginados, son tales sólo
debido a la mala suerte de haber nacido pobres o a su propia
impericia, a su falta de creatividad y
esfuerzos personales. Entonces la injusticia no es tal, pues las
naturales diferencias sociales no son más que el resultado
de las leyes de funcionamiento del mercado, leyes, que
según se argumenta, no responden a los intereses de nadie
en particular. Obviamente entonces, al negarse la injusticia
social, se está negando también la violencia
estructural.
Bajo este marco conceptual surgen las nociones de
violencia directa (represiva) y violencia indirecta
(estructural). Donde producto de la manipulación y
desinformación ideológica, se tiende adscribir un
carácter significativamente más negativo a la
violencia directa que a la indirecta; se condena el destrozo de
la propiedad pública y privada, un secuestro, un atentado,
pero no ocurre lo mismo con la miseria, la pobreza, la
carencia de vivienda o salud. O, dicho de otra
manera, se considera social y culturalmente peor, matar que dejar
morir. La clase en el poder juega con la sicología de las
personas, con sus emociones y decepciones, a fin de encauzar
cualquier signo de descontento, diluir y desviar la atención del impacto de cualquier violencia
estructural.
Junto con la legitimación ideológica y
política de la existencia y el recurso de las distintas
formas de coacción, se deslegitima todo intento de
organización popular de la violencia. A pesar que en los
discursos
oficialistas es frecuente la condena de la violencia "venga de
donde venga", en la práctica se busca neutralizar o
desarticular únicamente su desarrollo en la base, su forma
auto-defensiva u ofensiva, especialmente aquella que se puede
erigir como alternativa de lucha política, militar o
social.
En consecuencia, la naturaleza clasista del proceso en
marcha instituye que la violencia ejercida por el sistema es
positiva y necesaria. Es decir, toda consideración moral
acerca de la violencia política, tiene que ver con el
sistema de valores que éste estime necesario para lograr
la estabilidad del mismo. Por eso se critica el uso de la
violencia en política, en la misma medida que se crean
organismos de seguridad y de
lucha antisubversiva, y aumentan los presupuestos
de las fuerzas armadas y de orden. Así se ha ido
estableciendo una relación arbitraria entre democracia y
paz por un lado y cambio y violencia por otro.
En este contexto ideológico es que surge una
inevitable interrogante: ¿Existe una forma ética de
ejercer la violencia? Está claro que de aceptarse el
sistema de valores imperantes, como el único referente
para medir lo positivo o lo negativo, lo bueno y lo malo del
recurso de la violencia, la conclusión será siempre
la misma: la violencia ejercida por la base social será
siempre reprobable. Sin embargo, si ponemos el punto del análisis en otro ámbito, sí
logramos trascender el límite de la moral
general y vaga para reconstruir desde el pueblo -los
verdaderamente afectados por ésta-, valores
morales y nociones éticas que expresen la necesidad
histórica del cambio social, y muy especialmente, que
desmitifique el uso de la violencia por parte de las masas,
ubicándola en su justo contexto como fenómeno
socio-político, el centro del problema cambia:
La violencia es moralmente válida y
políticamente viable, en la medida que se corresponde con
la dirección principal del movimiento
histórico, al cambio social necesario para erradicar
primero parcial y luego definitivamente la violencia estructural
creada por el sistema capitalista.
La forma ética de ejercer la violencia
está en ponerla al servicio de
las mayorías populares, al servicio del cambio social y de
la dignidad
humana.
La violencia revolucionaria es una forma
específica de manifestación ética, pues
ésta no persigue la destrucción del ser humano y su
entorno, ni su sometimiento, sino que es un período muy
breve de la actividad por las transformaciones, sólo un
momento histórico; no es un fin sino uno de los medios
disponibles para desplegar la multifacética lucha por el
poder popular.
La violencia revolucionaria tiene un rango cualitativo,
destruye para construir un sistema justo que nos encamine hacia
una nueva sociedad.
La violencia militar
La violencia militar es una expresión particular
de la violencia política que se estructura en forma de
doctrina y se organiza como cuerpo armado.
Ninguna doctrina militar es neutral, más bien
condensa la idea militar estratégica de quien la ejerce.
En el caso específico de los países
latinoamericanos, por parte del poder imperante, aún
prevalece en la región la Doctrina de Seguridad Nacional,
que con la entrada en escena de las democracias protegidas ha
tendido en nuestros países hacia lo que hoy se conoce como
"seguridad ciudadana". La DSN en Chile como apreciación
básica de cualquier futura guerra, partió a fines
de los 70 manejando tres hipótesis de conflicto: en el sur
con Argentina, en el norte con Perú y Bolivia, y en
el frente interno, donde definitivamente se puso el mayor
énfasis.
Lógicamente, la definición de frente
interno conlleva la necesidad de organizar la represión
dentro de nuestras fronteras y la voluntad de neutralizar o
exterminar a un enemigo (el enemigo interno). Es decir, el
desarrollo de la violencia en términos específicos
y no genéricos como se expresaba en la idea de "todos
contra todos"; más bien la guerra de las FFAA como
instrumento político de la clase dominante contra el
pueblo como sucedió tan explícitamente durante la
dictadura. Sin
embargo, junto con el proceso de transformaciones que ha vivido
Chile luego del cambio pactado de un gobierno militar
a uno civil dentro del mismo sistema, esta visión
aún es compartida entre los diferentes actores
políticos involucrados en dicho pacto. Diferencias
más diferencias menos, en la lucha contra el enemigo
interno, "el terrorismo",
están comprometidos todos quienes participan del poder
(gobierno, oposición, FFAA, Iglesia). Entonces, no es
correcto incluso desde éste punto de vista, hacer una
división tan categórica y definitiva entre lo
político y lo militar, puesto que en la práctica
ambos se siguen conjugando a través del accionar del
Estado y de sus instrumentos armados y no armados.
La violencia militar adquiere también diferentes
formas, puede ser central o periférica en un momento
histórico determinado, pero en lo fundamental, está
siempre presente en forma de una estrategia
militar para la obtención o la defensa del
poder.
Por último, y obstante la condena a la violencia
en general por "inhumana y anticristiana", ante situaciones
concretas de guerras o
conflictos
internos, la clase gobernante no sólo defiende moral y
políticamente la violencia, sino que además es la
primera en unirse para regular las formas de ejercerla y premiar
a los agentes que se destacan en el ejercicio de ésta. De
otra forma no se explicarían las convenciones
internacionales que norman las guerras, los conceptos de valor y
heroísmo, instituciones tales como las condecoraciones al
mérito, pensiones específica, etc.
1.4 Violencia Socio-económica. Que es
reflejada en situaciones de pobreza y
marginalidad
de grandes grupos de la población: desempleo,
subempleo, informalidad; todo esto básicamente reflejado
en la falta o desigualdad de oportunidad de acceso a la educación y la
salud. Además está la violencia
"socio-económica o estructural", que constantemente
provoca violencia en quienes la padecen y la desahogan sobre las
personas vulnerables más cercanas, física y
emocionalmente, como las esposas e hijos. Esta violencia es
generada por el desempleo, el alto costo de la
manutención y la vivienda familiar; la angustia por la
creciente inseguridad,
agresión y temor de la delincuencia; los insoportables
niveles de ruido,
insalubridad y contaminación ecológica, etc.
Violencia socio-económica que es reforzada con las formas
burdas y sutíles de machismo, violencia y sexismo
frenético, que constantemente trasmiten los medios
audiovisuales. En una sociedad así, que genera y cohonesta
tanta violencia, ¿pueden sus miembros ser no violentos?
Ante ello, urge difundir programas eficaces de cooperación
entre el Estado y sectores privados, que ataquen la violencia por
todos los flancos. Desde políticas
económicas que logren mejores condiciones de vida para las
familias costarricenses, hasta campañas inteligentes de
concientización en todos los centros de educación,
iglesias y demás entidades de bienestar social; y, sobre
todo, a través de los medios audiovisuales. Hay que
utilizar creativamente todos los medios para impedir la
violencia, especialmente contra las personas más
vulnerables.
1.5 Violencia Cultural. La existencia de un
Perú oficial y un Perú profundo (comunidades
nativas y campesinas), son distorsiones de los valores de
identidad
nacional y facilitan estilos de vida poco saludables.
Llegados aquí cabe preguntarse qué es lo que hace
que la pobreza se mantenga e incluso se acepte. Hay razones de
funcionalidad -sirve para mantener los sistemas sociales
en que se da- y estructurales -forma parte de la estructura de
poder que se autorreproduce-, pero también
ideológicas o culturales. De hecho, todas las sociedades
producen explicaciones de la existencia de la pobreza que guardan
relación directa con (o incluso forman parte de) las
diferentes formas que adopta la violencia cultural. 17
Es conocido que las religiones, en sus versiones
de "opio del pueblo" o de "teología de la sumisión"
que no las agotan, pueden convertirse en un mecanismo de
justificación de la existencia de la pobreza. Lo mismo
puede decirse de las ideologías
políticas.
El neoliberalismo -que achaca la pobreza a la falta de
interés por parte de los pobres- y el marxismo -que reduce
en última instancia el fenómeno a la
explotación del hombre por el hombre y, por ende, al tema
de la propiedad privada- han sido dos ejemplos bien visibles,
aunque con alguna diferencia entre sí. El neoliberalismo
ha producido más pobreza, pero no la ha negado. Se ha
procurado, eso sí, invisibilizaria o trasformar a los
pobres en habitantes de campos de concentración, guetos o
zonas rodeadas por muros de hormigón.
El marxismo, en cambio, negó la existencia de
pobreza en los países del Este una vez suprimida la
propiedad privada. Como no podía haber pobreza, no la
había. En algunos casos, incluso la palabra pobreza
desapareció. Pero no los pobres.
En general, la violencia cultural se produce cuando se
obliga a las personas a que o no vean el problema o a que
dispongan de explicaciones para el mismo pero mantengan la
situación. La relativa ausencia de discusión de
estos asuntos, por un lado, y su tratamiento habitual cuando
llegan a los medios de
comunicación, por otro, son ejemplos de violencia
cultural. Piénsese, si no, en la forma con que, con
frecuencia, se trata la pobreza en la prensa (sobre
todo cuando, de hecho, consiguen achacar toda la culpa al pobre
mismo) y se tendrá una idea de lo que se quiere
decir.
Amenaza para la paz
Los retos para la paz en los próximos
años, mientras el conflicto Norte-Sur sea el dominante,
tienen diversas fuentes, pero
una de ellas es la pobreza como catalizadora o como sustentadora
de conflictos armados. La correlación entre régimen
no democrático y belicosidad es, a pesar de fundamentarse
en la "paz perpetua" kantiana, una correlación espuria: es
la pobreza de las naciones la que explica,
simultáneamente, la ausencia de instituciones
democráticas y la propensión a iniciar una
agresión bélica.
Los procesos de
polarización social que acompañan al naufragio del
desarrollo tienen salidas bien conocidas. Una es negarlos,
haciendo creer a la gente, recurriendo a la violencia cultural,
que todos formamos un sólo grupo sin distinciones. Eso, en
otras palabras, se llama nacionalismo y
su difusión tiene que ver, entre otros factores, con la
extensión de la pobreza: el nacionalismo consigue negar
que haya ganadores y perdedores en el sistema social ya que todos
"somos una nación". Otra salida ante la
polarización es la de anunciar su supresión en un
futuro glorioso en el que todos, ganadores y perdedores, nos
encontraremos como hermanos. La diferencia entre este milenarismo
y el nacionalismo es su perspectiva de futuro: el primero se
proyecta hacia un futuro lejano pero brillante, mientras el
segundo tiene como modelo un pasado normalmente
tergiversado.
Existe también la posibilidad de superar la
descomposición social que significa el empobrecimiento y
su correlativo enriquecimiento mediante un chivo expiatorio que,
ajeno al grupo, permita proyectar sobre él frustraciones y
agresividades. El racismo es una de
sus manifestaciones.
Todos estos mecanismos de defensa tienen en común
su carácter potencialmente violento, sobre todo en la
medida en que se presentan combinados como en el caso del
nazismo
nacionalista, milenarista y xenófobo (no sólo
antisemita). Una vez que se han puesto en movimiento, es posible
investigar sobre los medios para detener la violencia que
generan, y para hacer la paz y mantenerla. Pero investigar para
la paz es también investigar sobre las raíces de la
violencia. Y la pobreza es una de ellas. Construir la paz es
también reducir la pobreza.
1.6 Violencia Delincuencial. Robo, estafa,
narcotráfico, es decir, conductas que
asumen medios ilegítimos para alcanzar bienes materiales.
Toda forma de conducta individual u organizada que rompe las
reglas sociales establecidas para vivir en grupo. establecido no
ayuda a resolver los problemas. Todos sueñan con el modelo
que les vende la sociedad, el éxito
fácil. Pero ser un profesional idóneo o un
técnico calificado requiere de esfuerzo y
preparación. Requiere desarrollar recursos internos
y metas. Los jóvenes de nuestro país tienen
oportunidades de orientación y canalización de sus
frustraciones y en esto dependen de sus familias, la escuela y las
instituciones; la responsabilidad es de todos. Es decir, las
expresiones de violencia sin futuro y sin horizontes pueden
cambiar.
En la actual situación de violencia
delincuencial, en Peru, lo
relevante no es el incremento de las tasas sino el aumento de la
letalidad de las agresiones. Lo cual se expresa en el aumento de
los homicidios y
de los robos a mano armada. Tal reforzamiento del contenido
violento de la delincuencia se produce en un contexto en el cual
el Estado muestra su mayor ineficiencia; tanto en lo atinente al
aparato policial (incapacidad para atender las denuncias,
procesarlas y capturar a los delincuentes), como al sistema
judicial (lentitud y negligencia en la imposición de las
penas).
La impunidad
propicia que la sociedad se llene de miedo y que la percepción
del peligro condicione la vida cotidiana. El estado
anímico provocado conduce a la privatización e informalización de
la protección, a través de la utilización de
diferentes estrategias,
entre las cuales destacan el cierre de los espacios residenciales
– amurallamiento –, la contratación de
vigilantes y, en el caso extremo, la afiliación a organizaciones
ilegales que ofrecen seguridad de personas y bienes.
Estas modalidades de protección no pueden ser
estudiadas dentro de la concepción clásica del
control social; porque no están referidas a una
política que toma la prevención en función
del ejercicio de un control socializador, en el cual el individuo
desviado es considerado como el objetivo principal de la
intervención. Más bien, se refieren a la
expectativa de la disminución del riesgo de que
situaciones relacionadas con la violencia delincuencial afecten
la vida privada.
Al respecto, en el artículo se exponen tres
enfoques que podrían facilitar la explicación del
fenómeno y se ofrecen los resultados de una
investigación relacionada con estas nuevas formas de
control social.
Palabras-clave: control social, violencia,
informalización, privatización del control
social.
La violencia existe, esto es una verdad innegable, el
ser humano tiene dentro de sí el impulso que lo lleva a
desear el poder y el control de su medio ambiente
social y natural. Cuando ambas tendencias se conjugan el hombre y
la mujer actuan imponiendo la ley del mas fuerte. Esto nos ha
llevado al exterminio de animales,
plantas, medio
ambientes y civilizaciones humanas completas.
Sin embargo cuando es capaz de sublimar estos impulsos,
los logros son espectaculares, la violencia se torna en un
impulso creador capaz de inventarlo todo, y el deseo de poder y
control en una capacidad de inventiva que nos llevara a las
estrellas.
Dentro del nucleo familiar, base de la sociedad, se dan
estos mismos fenomenos en torno a las
relaciones
interpersonales, tanto entre los diferentes estratos de
edades como entre los sexuales, dependientes de la familia de
origen, etc. Una de las tareas fundamentales de la familia es la
educación y crianza de los hijos. La forma en la que se ha
dado esta educación y en la que se aplica la disciplina ha
variado enormemente a lo largo de la historia humana, no es
dificil imaginar al hombre prehistorico golpeando o mordiendo a
su hijo, tal y como lo hace el lobo con su cría cuando le
enseña una lección.
Conforme evoluciona la civilización, la
conceptualización de la disciplina y la educación
se mueven con ella, los ejemplos son extremos, en la antigua
Roma, cuna de las
leyes y de la civilización occidental se consideraba a los
niños propiedad absoluta de los padres pudiendo estos
disponer incluso de sus vidas; contrastemos esto con la actual
legislación Sueca donde el golpear a un niño
conlleva consecuencias júridicas. Desde luego en ambos
ejemplos y en todas las sociedades la manera de aplicar la
disciplina varia de familia en familia, e incluso entre padre y
madre.
Definamos pues el maltrato, físico primero,
emocional despues y finalmente la disciplina.
La caracterisitica fundamental del maltrato fisico es el
uso de la violencia, propositiva, repetitiva y cuya finalidad es
causar dolor, generalmente producida como consecuencia de una
conducta negativa, real o imaginaria, que ha cometido un
niño, y que tiene como finalidad ultima la
modificación de la conducta que el adulto considera nociva
y perjudicial, ya sea poara el niño, el adulto o la
sociedad.
El maltrato emocional es mas sutil, pero no menos
doloroso, su caracteristica principal es provocar malestar
(dolor) emocional, existen dos modalidades fundamentales, la
activa, que humilla y degrada al niño produciendole
sentimientos de desesperanza, inseguridad, y pobre autoestima,
esta se manifiesta por insultos o apodos desagradables,
nuevamente en la mayoría de los casos la finalidad
manifiesta es "motivar" al niño a que modifique una
conducta indeseable.
La segunda modalidad es la pasiva, es el desamor, la
indiferencia el desinteres por el niño, esta, aún
que poco reconocida como maltrato, puede, en los primeros dias de
vida provocar hasta la muerte por una patología llamada
depresión analítica.
La disciplina se conceptualizara como las reglas y
normas, asi como las consecuencias que tendra la violación
de estas, estas varian de familia en familia y en lo general
estan impuestas por la sociedad en donde esta inserta esta
familia, el fin ultimo de la disciplina es formar seres humanos
adaptados, funcionales y felices, capaces de enfrentarse con
éxito a la vida y a la sociedad que le rodea; este fin es
evidentemente incompatible con el maltrato físico y
emocional, por lo tanto podemos concluir que la disciplina es
incompatible con el maltrato.
2.1 Maltrato Físico.
Se ejerce mediante la fuerza física en forma de
golpes, empujones, patadas y lesiones provocadas con diversos
objetos o armas. Puede ser cotidiana o cíclica, en la que
se combinan momentos de violencia física con periodos de
tranquilidad. En ocasiones suele terminar en suicidio u homicidio. El
maltrato físico se detecta por la presencia de
magulladuras, heridas, quemaduras, moratones, fracturas,
dislocaciones, cortes, pinchazos, lesiones internas, asfixia o
ahogamientos.
1. Lesiones físicas graves: fracturas de huesos,
hemorragias, lesiones internas, quemaduras, envenenamiento,
hematomas subdurales, etc.
2. Lesiones físicas menores o sin lesiones: No
requieren atención médica y no ponen en peligro la
salud física del menor.
2.2 Maltrato Emocional.
Los factores que influyen en el abuso psicológico
son muy variados: emocionales, económicos, sociales, etc.
La mujer se ve dominada por el varón, quien la humilla en
la intimidad y públicamente, limita su libertad de
movimiento y la disposición de los bienes comunes. Resulta
complicado detectar este tipo de abuso, aunque se evidencia a
largo plazo en las secuelas psicológicas. En este caso la
violencia se ejerce mediante insultos, vejaciones, crueldad
mental, gritos, desprecio, intolerancia, humillación en
público, castigos o amenazas de abandono. Conduce
sistemáticamente a la depresión y, en ocasiones, al
suicidio.
La gravedad de estos abusos varía en virtud del
grado de violencia ejercida sobre la mujer y normalmente se
combinan varios tipos de abuso, ya que dentro del maltrato
físico siempre hay un maltrato psicológico.
Según indica la psicóloga Alejandra Favieres, del
Servicio de Atención a la Mujer en Crisis, de los
Servicios
Sociales de la Mancomunidad de los Pinares, en Madrid, el
maltrato psicológico es mucho peor que el maltrato
físico.
"Evidentemente, el maltrato físico severo puede
dejar secuelas muy graves, como rotura de bazo o pérdida
de audición, pero las secuelas psicológicas son las
que más perduran. Es difícil que la mujer
identifique el maltrato psicológico cuando éste es
muy sutil", explica Favieres.
1. Rechazar: Implica conductas de abandono. Los padres
rechazan las expresiones espontáneas del niño, sus
gestos de cariño; desaprueban sus iniciativas y no lo
incluyen en las actividades familiares.
2. Aterrorizar: Amenazar al niño con un castigo
extremo o con un siniestro, creando en él una
sensación de constante amenaza.
3. Ignorar: Se refiere a la falta de disponibilidad de
los padres para con el niño. El padre está
preocupado por sí mismo y es incapaz de responder a las
conductas del niño.
4. Aislar al menor: Privar al niño de las
oportunidades para establecer relaciones sociales.
5. Someter al niño a un medio donde prevalece la
corrupción: Impedir la normal integración del niño, reforzando
pautas de conductas antisociales.
2.3 Maltrato por Negligencia.
Este maltrato supone la no atención de las
necesidades básicas del niño,como podría
ser: alimentación, higiene,
seguridad física, aprendizaje del
lenguaje y
desarrollo de la locomoción, entre otros.
Se priva al niño de los cuidados básicos,
aún teniendo los medios económicos; se posterga o
descuida la atención de la salud, educación,
alimentación, protección, etc. Es privar a los
niños o niñas de los elementos básicos
necesarios para garantizar su desarrollo armónico e
integral: es decir, de alimentación, educación,
salud, cuidado, afecto, entre otros.
Factores de Riesgo :
Del niño o de la niña: De la familia o de
sus miembros:
Niños o niñas con enfermedades
crónicas.
Discapacitados física o mentalmente.
Niños o niñas pasivos, hiperactivos o
rebeldes.
Sexo del niño, que no satisface las expectativas
de los padres. Bajo nivel educativo de los padres.
Pobreza o miseria.
Familias monoparentales o madres soltera Elevado
número de personas por hogar.
Desconocimiento de los servicios sociales del
Estado.
Embarazo no deseado.
Situaciones conflictivas de la pareja
Enfermedad mental, adicciones o
situaciones depresivas.
Débiles lazos afectivos entre los padres o
responsables del niño (a).
Pautas de crianza inadecuadas.
Sociales:
Patrones culturales que subvaloran al
niño.
Ausencia de redes sociales de apoyo.
Desempleo, inestabilidad laboral o
económica
Descuido deliberado en el período de
gestación, por parte de la madre o demás miembros
de la familia.
Exclusión forzada del niño (a),
dejándolo en instituciones públicas o en la
calle.
Salida del hogar, parcial o definitiva, de los
responsables del niño(a) dejándolo
desprotegido.
No participación de la familia en las redes de
solidaridad
vecinal, veredal o barrial.
Lazos vecinales y comunitarios, débiles o
conflictivos
Pobreza y desempleo generalizados.
Descomposición social.
Mendicidad.
Tolerancia de la comunidad frente al maltrato.
Cómo reconocerlo:
Retardo en el desarrollo psicomotor
Desnutrición.
Diarrea, infección respiratorias y en piel
Mal estado de la dentadura.
Accidentalidad previsible y prevenible
Descuido con objetos y sustancias peligrosas.
Dificultades de aprendizaje Incapacidad de expresar
afecto.
Llanto injustificado
Trastornos del habla.
Higiene personal
inadecuada
Ausencia de cuidados médicos
mínimos.
Desescolarización o bajo rendimiento
escolar
Depresión o Agresividad.
Descuido en las relaciones sociales que el niño
establece, tipo de actividades que realiza.
Falta de aplicación de normas de comportamiento
Falta de estímulos afectivos, intelectuales
y sociales que desarrollen las potencialidades del niño
(a).
Niños que no son llevados a control
médico, de vacunación y demás servicios de
salud.
Socialmente no hay un prototipo de maltratador; puede
ser de clase alta o baja, con estudios o sin ellos, joven o
viejo. «Es un perfil plano», dice Bonino, que trata a
unos 50 de estos hombres al año. Su conducta no tiene por
qué estar ligada al consumo de alcohol o
drogas -en el
80% de los caso no lo está- y tampoco a desviaciones
psíquicas.
En contra de lo que pueda parecer, la mayor parte de los
agresores no son enfermos mentales. Según Enrique
Echeburúa, catedrático de Psicología
Clínica de la Universidad del
País Vasco y pionero en España en
la aplicación de terapias a hombres maltratadores,
«el 20% de ellos sí presenta un trastorno mental
–alcoholismo,
esquizofrenia
paranoide, trastorno delirante…-. Pero el 80% son
‘normales’; no existe un trastorno grave, aunque
sí presentan alteraciones de la
personalidad y cognitivas, como un machismo extremo o la
justificación del uso de la violencia para resolver
problemas».
«Lo único que tienen en común es que
son hombres y que tienen muy interiorizada la idea de que la
mujer está a su disponibilidad», afirma Bonino.
Según asimilen más o menos esta idea se
convertirán en un tipo diferente de agresor: asesinos,
violentos físicos o psicológicos,
controladores… En ocasiones los hombres con mayor status
social y cultural recurren a formas más sutiles de
violencia, como la psicológica, mientras que los que
tienen un nivel cultural menor optan directamente por los
golpes.
La mayoría no son agresivos de forma habitual.
Ejercen su violencia de forma selectiva, sólo con su
mujer. Por eso es tan difícil reconocerlos. Además,
desarrollan una especie de doble personalidad
«hacen lo que corresponde hacer a un hombre cuando
están en público: tratar bien a su mujer; pero son
unos tiranos en privado», según Bonino. «Esta
doble fachada es más acusada en los maltratadores que
ejercen violencia física».
Además suelen presentarse a sí mismos como
víctimas. «Discutimos y ella me dijo que no
aguantaba más y que se iba. Yo la empujé y se
cayó». Así describe un ingeniero de 28
años una de las agresiones a su pareja. «Tuvimos un
desencuentro, le grité y se asustó»,
«me provocó», «si se hubiese quedado
callada no habría pasado nada», dicen
otros.
Los valores machistas que imperan en la sociedad han
calado hondo en estos hombres, llevándoles a extremos
límite. Muchos incluso sufrieron maltratos en su infancia
y han interiorizado la violencia como un comportamiento normal.
Los golpes y los gritos son su único recurso. La
única forma de enfrentarse a una vida que no transcurre
como a ellos les gustaría.
3.1 ¿Quiénes son maltratadores? Son todas
aquellas personas que cometen actos violentos hacia su pareja o
hijos; también puede ser hacia otros en
general.
3.2 ¿Por qué maltratan? Porque no saben
querer, no saben comprender, no saben respetar.
3.3 ¿Qué características tienen los
maltratadores?
1. Tienen baja autoestima.
2. No controlan sus impulsos.
3. Fueron víctimas de maltrato en su
niñez.
4. No saben expresar afecto.
3.4 ¿Qué características tienen los
maltratados?
1. Tienen baja autoestima.
2. Sumisos.
3. Conformistas.
4. Fueron víctimas de maltrato.
5. No expresan su afecto.
3.5 ¿Qué se debe hacer para no llegar al
maltrato?
Aprender a:
– Comprenderse.
– Comunicarse con calidez y afecto.
– Respetarse.
– Dominar sus impulsos (ira, cólera).
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