La primera impresión que tenemos al observar las
diferentes versiones disponibles hoy en día en nuestro
idioma es de inseguridad.
Tendemos a preguntarnos: « ¿Acaso la Biblia no es
una sola? ¿Por qué hay diferentes
versiones?».
¿Por qué hay tantas versiones?
Siempre ha habido en nuestro idioma diferentes versiones
de la Biblia, pero hay dos razones por las cuales el panorama es
diferente ahora.
La primera es que anteriormente, aunque se contaba con
varias versiones de la Biblia, la mayoría de creyentes de
habla española usaba sólo la versión
Reina-Valera. Muy pocas personas usaban otras versiones
existentes. Sin embargo, hoy en día las versiones nuevas
son muy populares y rivalizan en su uso con la versión
Reina-Valera.
La segunda razón es que ahora aparecen más
y más versiones nuevas y con más frecuencia. Antes
las versiones diferentes de la Reina-Valera aparecían con
décadas de diferencia y eran difíciles de adquirir.
Ahora las nuevas versiones aparecen casi cada año y son de
fácil adquisición. La pregunta es ¿por
qué están apareciendo tantas versiones de la
Biblia?
El Dr. Daniel B. Wallace, profesor de
cursos de postgrado de griego y Nuevo Testamento en el Seminario
Teológico de Dallas, dice que son básicamente tres
las razones por las cuales hay tantas versiones hoy en
día:
Primera, la publicación hecha en 1881 del
Nuevo Testamento en Griego basado en los manuscritos
más antiguos que estaban disponibles en ese entonces. Este
texto,
publicado F. Westcott y J. Hort, popularmente llamado el texto
griego de Wescott y Hort o texto crítico,
tenía varias diferencias notables en relación al
texto griego que se usó en la traducción de Reina. Ellos utilizaron
manuscritos más antiguos que los que se utilizaron para
traducir la versión de Reina. Estos manuscritos más
antiguos no contenían algunos pasajes que sí
estaban en la versión de Reina. Con base en este texto
griego de Wescott y Hort empezaron a aparecer nuevas versiones
del Nuevo Testamento que utilizaban ahora los manuscritos griegos
más antiguos del Nuevo Testamento, los cuales eran
minoría, en lugar de los tardíos, que eran
mayoritarios.
Segunda, a partir de 1895 se hicieron muchos
descubrimientos arqueológicos y de manuscritos antiguos
que pusieron en duda algunos pasajes encontrados en la
versión Reina-Valera. Uno de los descubrimientos
más importantes fue el de papiros escritos en griego y
hallados en Egipto. Eran
documentos de
la vida diaria —recibos, cartas, facturas,
contratos
matrimoniales, etc. — y se encontró que estaban
escritos en un griego muy similar al del Nuevo Testamento. Esto
demostró que el Nuevo Testamento fue escrito no en
lenguaje culto
y erudito, sino en el idioma del pueblo común y corriente.
Entonces los traductores bíblicos comenzaron a producir
versiones con la misma intención de los escritores
inspirados, o sea los traductores produjeron versiones en un
lenguaje que la gente común y corriente pudiera entender.
No solamente eso, sino que los papiros ayudaron a comprender lo
que significaban muchas palabras cuyo significado sólo se
pudo traducir con base en conjeturas en la traducción
Reina-Valera.
Tercera, ha habido influencias
filosóficas. O sea que, la teoría
de la traducción esta siendo renovada en la actualidad. En
esto han ayudado mucho los misioneros porque ellos, por ejemplo,
quieren traducir la Biblia a tribus indígenas y desean que
la Palabra de Dios se comprenda bien por esas tribus y en su
propio idioma. El deseo de hacer la Palabra de Dios más
comprensible al lector, ha hecho que se renueven los enfoques
sobre cómo debe traducirse el texto bíblico y esto
es un factor que promueve la aparición de nuevas
versiones.
¿Por qué las nuevas versiones no tienen
algunos pasajes que están en la Reina-Valera?
Muchos lectores de la Biblia que están bien
familiarizados con la versión Reina-Valera han comprobado
con horror que las nuevas versiones no tienen algunos pasajes que
están en la versión Reina-Valera. Algunas de ellas
advierten que el evangelio de Marcos termina en el
versículo 8 del capítulo 16, omiten la referencia
al ángel del Señor agitando las aguas en el
estanque de Betesda (versículo 4 de Juan 5); y, más
notablemente, indican que la historia de la mujer
sorprendida en adulterio en
Juan 8 no está en los manuscritos más
antiguos.
Las nuevas versiones no sólo omiten algunos
pasajes, sino que además hacen cambios importantes en el
texto al compararlas con el texto de la Reina-Valera. El Dr.
Wallace menciona en el artículo citado anteriormente, el
caso de 1 Timoteo 3:16. En la Reina-Valera dice:
«Dios fue manifestado en carne», pero en la
mayoría de las traducciones modernas se lee:
«Él se manifestó como hombre».
En Apocalipsis 22:19 la versión Reina-Valera habla acerca
del «libro de la vida» mientras que
virtualmente todas las traducciones modernas hablan del
«árbol de vida».
Por otro lado, en Mateo 6:13 la Reina-Valera dice:
«líbranos del mal», mientras las nuevas
versiones dicen: «líbranos del maligno» lo que
me parece mucho mejor pues como lo tiene la Reina-Valera
«el mal» parece ser una fuerza ciega,
mientras que como se lee en las nuevas versiones, «el
maligno», se nota que es un ser personal, lo cual
es en efecto lo que los cristianos creemos que Satanás es
un ser personal, «el maligno».
En conjunto, hay cientos de cambios textuales entre la
Reina-Valera y las traducciones modernas.
El Dr. Wallace hace unas cuantas observaciones al
respecto, las cuales trataré de resumir
aquí.
Primero, los cambios textuales en las traducciones
modernas no afectan ninguna doctrina importante. Doctrinas
como la divinidad de Cristo, el nacimiento virginal, la
salvación por gracia y el resto de doctrinas fundamentales
del cristianismo
siguen intactas.
Algunos pasajes cambian, pero esos cambios no
hacen que las doctrinas fundamentales del cristianismo
desaparezcan en las versiones modernas. La prueba es que, aunque
muchos creyentes ortodoxos rechazan las nuevas versiones,
también hay muchos creyentes ortodoxos que les han dado la
bienvenida y las usan libremente.
Segundo, los cambios textuales en estas traducciones
modernas se basan en los manuscritos más antiguos del NT
en griego. Estos manuscritos se remontan a fechas tan antiguas
como el siglo segundo d.C. En cambio, el
texto griego en que se basa la Reina-Valera pertenece a un
grupo de
manuscritos más tardíos a los que se les denomina
«el texto Bizantino».
Por otra parte, es necesario decir que de los más
de 5000 manuscritos que tenemos actualmente del Nuevo Testamento,
estos manuscritos tardíos componen casi el 80% del total,
por lo que al texto bizantino se le llama también
«el texto mayoritario» porque los manuscritos
tardíos componen la mayoría de los manuscritos
existentes.
Teóricamente es posible decir que estos
manuscritos tardíos puedan también apuntar a una
tradición más antigua.
Tercero, el NT de la Reina-Valera no siempre sigue a la
mayoría de manuscritos. En realidad el texto griego del
que se tradujo la Reina-Valera se basó en un poco
más de media docena de manuscritos. Y como eran
manuscritos tardíos, pertenecían al texto
Bizantino. Pero en algunas ocasiones había vacíos,
y el compilador, un personaje de nombre Erasmo, tuvo que llenar
esos vacíos traduciendo del Nuevo Testamento en
latín al griego. Hay, por lo tanto, algunas
lecturas en la Reina-Valera, tales como «el libro de
la vida» en Ap. 22:19 o la redacción de 1 Juan 5:7-8, las cuales no se
encuentran ni en los manuscritos mayoritarios ni en los
manuscritos más antiguos. Nadie que estudie seriamente la
Biblia los llamaría originales.
Cuarto, la acusación de que entre más
antiguos los manuscritos o los hombres que los adoptan, son menos
fieles a la doctrina, es una acusación indebida. Es verdad
que en ciertos pasajes los manuscritos antiguos no afirman
explícitamente la divinidad de Cristo, como en 1 Ti 3:16,
¡pero tampoco la niegan en esos pasajes!
Además, estos manuscritos antiguos hacen explícita
la divinidad de Cristo en algunos pasajes donde la
Reina-Valera no lo hace.
En Juan 1:18, las versiones modernas dicen «el
Hijo único, quien él mismo es Dios» mientras
que la Reina-Valera dice «el unigénito Hijo, que
está en el seno del Padre». Adicionalmente,
la mayoría de estudiosos evangélicos aceptan el
llamado «texto critico», el que sirve de base a las
nuevas versiones. ¡Aun el hombre que
editó la Nueva Biblia de Referencia Scofield
está personalmente a favor del texto
crítico!
Quinto, hay también ahora algunos eruditos
que apoyan fuertemente el texto Bizantino, los más
notables son Zane Hodges y Arthur Farstad. Ellos dos editaron
El Nuevo Testamento griego de acuerdo con el texto
mayoritario.
Finalmente, nosotros debemos renunciar a estar
etiquetándonos unos a otros como herejes o idiotas en la
discusión que esta en curso. Necesitamos obrar con caridad
en los dos bandos. El Dr. Wallace dice que uno de sus profesores
universitarios decía frecuentemente: « ¡El
ejército cristiano es el único ejército del
mundo que mata a sus heridos!» Desafortunadamente, esto es
muy cierto cuando se trata de las traducciones de la
Biblia.
¿Qué versión usar?
Si somos creyentes desde hace algún tiempo
probablemente tenemos ya una versión preferida y a lo
mejor no nos gusta que nos muestren otras opciones. Sin embargo,
conviene observar el hecho de que en la Biblia misma encontramos
no una, sino cuatro versiones de la vida de Jesús: los
cuatro evangelios. ¿Por qué el Espíritu
Santo decidió inspirar cuatro relatos de la vida de
Jesús en lugar de uno? Si miramos el propósito y
los destinatarios de cada evangelio encontramos que Dios
tenía en mente llegar a diferentes clases de audiencias y
con diferentes propósitos.
El evangelio de Mateo debió tener una audiencia
de cultura
judía porque está lleno de referencias a
Jesús como el Mesías prometido y cita textos
conocidos por los judíos.
En cambio, Marcos, enfatiza en Jesús como todopoderoso,
hacedor de milagros, algo que a una audiencia de cultura gentil
impresionaría mucho. Lucas busca mostrar la obra del
Espíritu Santo, y el evangelio de Juan enfatiza la deidad
de Jesús. Ninguno contradice al otro, ninguno sobra, todos
se complementan.
Creo que los creyentes debemos tener la misma mentalidad
con las diferentes versiones de la Biblia. No rechazarlas ni
«casarnos» con una sola versión. Recordemos
que la palabra de Dios inspirada es una referencia a los
originales, no a las versiones. No hay ninguna
«versión inspirada» en contraste con otras que
no lo son. Todas las versiones son traducciones de la inspirada
palabra de Dios.
Algunos teóricos agrupan las versiones de la
Biblia en dos campos, el de las «versiones literales»
y el de las «versiones de equivalencia dinámica». Las primeras, dicen son
«más fieles» y las segundas «menos
fieles». Pero es difícil encontrar una
versión que sea ciento por ciento literal. El Dr. Wallace
llama la atención al hecho de que cualquiera que
alguna vez haya aprendido una segunda lengua sabe
que una traducción palabra por palabra es imposible
la mayoría de las veces. Los modismos del lenguaje tienen
que ser parafraseados. Hasta los traductores de la Reina-Valera
se dieron cuenta de esto.
En un par de lugares del AT el texto hebreo dice
literalmente: «las fosas nasales de Dios se
dilataron», pero la Reina-Valera tiene algo así como
«Dios se enojó», que es lo que
significa esa expresión. En Mateo 1:18 la
Reina-Valera dice que Maria había concebido, pero en el
griego dice literalmente algo muy diferente y muy gráfico,
dice que María ¡«lo tenía en el
vientre»!
Así que, cuando hablamos de fidelidad en
la traducción, necesitamos clarificar la cuestión:
¿Fidelidad a la forma? o ¿fidelidad al
significado? Algunas veces la fidelidad a una involucra la
falta de fidelidad a la otra. Hay problemas con
cualquiera de estas. Hay que reconocer que cuando una
versión exagera su preocupación por traducir
teniendo en cuenta el significado, puede ser que llegue al
extremo de distorsionar el significado.
Pero también es posible que las que exageran el
literalismo pueden distorsionar también el mensaje. Como
bien anota el Dr. Wallace, muchas veces las versiones no
literalistas son más fieles que las literales, como por
ejemplo en Fil 2:6, las versiones literales establecen que
él fue en «forma de Dios». El problema
con estas traducciones formalmente correctas es que son
engañosas: la palabra griega que se usa para
«forma» aquí significa esencia o
naturaleza.
Las versiones que no son literales claramente traducen que
Jesús era como Dios en todo sentido, o que Jesús
era por naturaleza Dios mismo. Aquí la doctrina de la
divinidad de Cristo está más defendida en las
versiones modernas que en la Reina-Valera. Irónicamente
una de las acusaciones contra las versiones modernas es que
«arremeten contra la divinidad de Cristo», lo cual no
es cierto.
Mi sugerencia es que al elegir una versión
tengamos en cuenta a la audiencia que tengamos en mente. Cada vez
que abrimos la palabra o la compartimos con alguien tenemos un
propósito y una audiencia definida. Si queremos preparar
un sermón o una clase, se
aconseja que tengamos varias versiones a disposición para
poder entender
el pasaje en cuestión. Si vamos a hablar y a compartir la
palabra de Dios con un niño entonces comprobaremos que una
versión como la Dios Habla Hoy nos va a ayudar más
porque el vocabulario del niño es limitado y necesita
claridad y simplicidad. Es mucho más fácil para el
niño entender Mateo 19:14 así: «Dejen que los
niños
vengan a mí y no se lo impidan», en la
Versión Popular, que «Dejad a los niños venir
a mí, y no se lo impidáis», en la
Reina-Valera, porque los niños latinoamericanos no
conjugan los verbos con el pronombre «vosotros»
(tampoco los adultos).
Cuando estamos predicando a gente no creyente, a
personas envueltas en un ambiente de
violencia y
miseria como el que vivimos en muchas de nuestras ciudades, y
queremos enseñar Santiago 3:18, tenemos que reconocer que
definitivamente es mejor mostrarle que «aquellos que
promueven la paz por medios
pacíficos están sembrando una cosecha de justicia» , en la versión la Palabra
de Dios para Todos, PDT, que «Y el fruto de justicia se
siembra en paz para aquellos que hacen la paz», en la
Reina-Valera. Definitivamente la versión la Palabra de
Dios para Todos es una herramienta invaluable para llevar la
palabra de Dios a la gente que no conoce a Jesucristo y que no
está familiarizada con el
lenguaje«religioso».
Esos textos que hemos mostrado anteriormente pueden
sonar muy claros para nosotros en las versiones más
antiguas, pero no para los niños y jóvenes ni para
la gente que no conoce al Señor Jesucristo. Si
verdaderamente estamos interesados en llevar la palabra de Dios
al corazón de
la gente, debemos dejar de lado nuestras preferencias personales
y pensar en la otra persona, la que
va a recibir el mensaje. Si lo hacemos así entenderemos la
utilidad de
las muchas versiones. No nos seguiremos oponiendo a las nuevas
versiones sino que entenderemos el propósito de cada
una.
El hecho de que existan varias versiones no muestra desorden
ni desunión. Todo lo contrario: demuestra la vitalidad de
la comunidad
cristiana en Nuestra América
y en nuestro idioma. Muestra el esfuerzo de todos los creyentes
por facilitar el acceso de la palabra de Dios a todos los
públicos. Pongamos por ejemplo, el clásico y muy
querido texto de la Gran Comisión, Mateo 28:18-20. En el
versículo 20, la Reina Valera revisión de 1960 y
anteriores dice: «enseñándoles que guarden
todas las cosas que os he mandado». Para un joven de hoy el
verbo «guardar» significa: «poner una cosa en
un lugar para que no se pierda o para que se conserve en buen
estado, o en
el lugar donde le corresponde estar». Por ejemplo si uno le
da un folleto a un joven y le dice:
«guárdelo», él simplemente se lo echa
al bolsillo. Todo lo contrario de lo que Jesús y el
evangelio de Mateo ordenan, en el texto bíblico citado
«guardar» significa «obedecer», tal como
traducen las nuevas versiones y revisiones.
En la época de Jesucristo no había una
sola versión de lo que ahora conocemos como el Antiguo
Testamento. Había al menos dos versiones del Antiguo
Testamento, una en griego (la Septuaginta) y la otra en hebreo.
Sin embargo no vemos a ninguno de los primeros cristianos
molestándose por eso ni criticando ese hecho. Tampoco los
vemos temerosos de que se perdiera o se diluyera la palabra de
Dios, como en efecto no sucedió porque sigue viva y eficaz
después de tantos siglos. Es más, las nuevas
versiones ayudan mucho a los creyentes que llevan muchos
años en la fe a crecer y a madurar pues nos hacen ver en
una redacción diferente a la que estamos acostumbrados una
perspectiva nueva y fresca de la Palabra de Dios, lo cual nos
ayuda a crecer en la fe y a madurar espiritualmente.
No podemos agarrar una versión antigua y literal
y ponerle una tapa con un dibujito para niños y decir que
es «una Biblia para niños» porque una Biblia
para niños debe estar en una versión que tome en
cuenta el lenguaje de los niños. No podemos utilizar una
versión en español
antiguo, europeo, llena de vocabulario religioso antiguo y
desusado para predicar en las cárceles a personas sin
educación
y sin trasfondo religioso. Necesitamos una versión que
tome en cuenta las condiciones de los presos y de los que viven
al margen de la
educación.
En esto de utilizar las versiones tomando en cuenta a
quién le dirigimos el mensaje tenemos que seguir el
ejemplo de Pablo que se adaptaba a sus audiencias, ese es el
bello mensaje de 1 de Co. 9:19-23. ¿Por qué lo
hacía? Para conseguir ganar para Cristo al mayor
número de ellos, como él mismo dice«para
poder ayudar a salvar al mayor número posible de
gente» (1 de Co. 9:19, PDT).
¿Qué hacemos con tantas versiones?
¡Pues usarlas para ganar al mayor número posible de
gente!
Por
Rafael Serrano
Se permite la reproducción citando la fuente y
autor.