El Román de la Rose, poema amatorio
alegórico, es una expresión natural de la Edad Media.
Fue escrito en dos partes, por dos autores, en dos tiempos
diferentes. Por estimar más allá de los límites
del presente estudio, abarcaremos solamente la primera parte,
escrita por Guillaume de Lorris en 1237
aproximadamente.
En esta poesía
francesa octosílaba existe una preceptiva amorosa. El
propósito del autor es enseñar el arte de amar a la
sociedad
cortesana por medio de una serie de reglas que deben ser
cuidadosamente observadas. Para ello recurre al didactismo de la
poesía alegórica con la cual trata el amor y sus
sutilezas, en la que un joven aprendiz trata de poseer un capullo
de rosa –en Guillaume es evidentemente, el amor de la
dama-, de la que se ha enamorado.
"El poema se refiere exclusivamente a
los sentimientos de los amantes, tenía por supuesto que
ser alegórico" "A pesar de su forma alegórica, lo
que se nos da en el Romance de la rosa es una historia de la vida
real" (Lewis; 1969)
El propósito de este código,
el amor cortés, es la sumisión, la servidumbre
incondicional e idealización de la amada, el comportamiento
del amante, siervo y prisionero equivale al del vasallo con su
señor.
"El libro fue
escrito para el joven lector, que experimentaba en carne propia
los innobles primeros ardores del amor juvenil"
(Lewis, 1969)
Requiere la adhesión a ciertas reglas elaboradas,
el noble caballero, enamorado de una mujer casada de
igual o superior alcurnia, debe demostrar su devoción por
medio de gestas heroicas y escritos amorosos anónimos. El
amor cortés, absolutamente secreto, es una forma de
adulterio
aprobado, no es considerado como amenaza al contrato
matrimonial ni al sacramento religioso.
Este amor tiene características
particulares; "la humildad, la
cortesía, el adulterio y la religión del amor".
"Correr tras los recados, soportar calor y
frío por obedecer los caprichos de la dama, de cualquier
dama parecería cosa muy honrosa y natural a un caballero
del siglo XIII y hasta del XVII" (Lewis,
1969)
El ideal femenino cortés requiere
discreción, prudencia y otros conceptos más
abstractos y que incluyen el saber comportarse en presencia de
otros.
Guillaume de Lorris reúne la técnica
narrativa del román medieval, del amor cortesano y del
método
alegórico. Escribe una historia de amor en la que el poeta
y protagonista lucha por obtener los favores de la dama -la rosa-
a quien dedica el poema. La inaccesibilidad de la dama convierte
en eterna la esperanza de su posesión. Lorris es un
idealista, lo vemos en el hecho de que el protagonista del poema
no consigue lo que quiere, lo desea pero no desfallece y aspira a
poseerlo en un futuro incierto y remoto.
Inicia un viaje inacabable en cuyo curso aliados y
enemigos ofrecerán todo tipo de ayudas e
introducirán todo tipo de obstáculos, que hay que
interpretar como las diferentes facetas del comportamiento
femenino.
El protagonista es prácticamente suprimido y
reducido a la categoría de narrador de la fábula y
no lo vemos a él sino que vemos a través de sus
ojos.
La alegoría pretende
"representar lo inmaterial en
términos pictóricos. Es la equivalencia entre lo
inmaterial y lo material" (Lewis; 1969)
"se quiere significar otra cosa que la que
se dice" (Valentini & Risorto; 2003) El
autor ante un hecho inmaterial como las pasiones que uno
experimenta, expresa ese estado de
ánimo a través de un personaje, lo personifica. En
El Romance de la Rosa la alegoría deja su dominio
religioso, característica de la época y pasa al
ámbito profano, amoroso y cortés.
La alegoría encarna la batalla entre Vicios y
Virtudes personificados, un debate entre
la Razón que prohíbe y el Amor que impulsa a hacer.
Esta batalla se puede construir mediante el discurso o el
comportamiento de estos personajes ficticios. "Las
personificaciones del bien y del mal luchan en el alma humana,
un tema favorito del Medioevo es la batalla de las virtudes y los
vicios" (Lewis; 1969) Estas fuerzas en litigio no se pueden
describir sino mediante la alegoría.
El poema se divide en tres situaciones. La primera va
desde el comienzo de la narración hasta el descubrimiento
del jardín rodeado y la descripción del recinto exterior que
retrata todos los vicios e infortunios que debe evitar el joven
si desea pertenecer a la corte del dios de Amor. La segunda
abarca desde la entrada y descripción del jardín de
Solaz donde se encuentran las virtudes corteses, el episodio de
la fuente de Narciso, el hallazgo de la rosa y del mundo que
ésta le revela, el arte de amar y los mandamientos de
Amor. La tercera comprende la entrada al seto o vallado donde se
encuentran los sentimientos de la amada, el episodio del beso de
la rosa y la venganza de Celos.
El escenario es siempre su propio corazón.
La escena comienza con un sueño
"sognai un sogne en mon dormant"
(tuve un sueño) [87] en el sentido de ver o
descubrir algo que ya se buscaba, revelado como verdadero,
tópico característico del inicio de la
narración alegórica, durante el vigésimo
año de la vida del poeta, quien escribe el libro ordenado
por Amor y destinado "a quien vale
tanto y es tan digna de ser amada, que se debe llamar
Rosa" [43-44] y cierra con el despertar del
poeta.
Es narrada -o escrita- cinco años después
de transcurrido la acción,
para lograr objetividad, distanciamiento entre experiencia y
recuerdo. Comienza con la explicación del significado del
sueño. Transcurre durante el mes de mayo, primavera en el
hemisferio norte, mes significativo ya que concuerda con el
inicio de la vida y es el momento ideal para enamorarse,
"ou temps amoureux, plain de joie, ou temps
que toute riens s’esgaie" [48-49].
Unión común entre primavera y amor.
En este sueño, el poeta tiene deseos de salir de
la ciudad, se dirige hacia un río -alegoría del
río de la vida-, y que sigue hasta llegar al
jardín, que para algunos estudiosos representa la imagen de la
propia amada. Este jardín está rodeado por un muro
que impide su acceso directo, divide el mundo exterior del vergel
interior. En su exterior se encuentran pintadas figuras
alegóricas de los vicios que debe rechazar el aprendiz de
cortesano si se desea apasionar. Fueron pintadas del lado de
afuera para que todos puedan conocer cuales son los vicios
rechazados por el amor.
En sentido literal el escenario en el que se desarrolla
la acción está formado por la orilla de un
río, por el muro que rodea el jardín, por el
jardín mismo y por la rosaleda que queda protegida con el
seto. Sin embargo, en sentido alegórico, el escenario
estaría formado por el río de la vida, el mundo de
la sociedad cortés y el ánimo de la joven amada que
vive en este ambiente.
Emplea abstracciones personificadas para crear sus
personajes, aun así es realista y natural, habla de un
mundo interior. Los sitios y personas abstractas de El Romance
de la Rosa son imágenes
de la vida real.
La primera personificación es la de Amor -quien
cobra peaje, ordena, contiene todas las artes-. Aunque la
siguiente en orden es la tierra
-siente orgullo, olvida la pobreza, se
hace presumida- la pone por debajo de los sentimientos, virtudes
y vicios quienes son puestos en mayúscula revelando su
mayor jerarquía.
En la parte exterior del muro, están
personificados los enemigos del amor cortés,
"imágenes que no son bellas ni agradables, sino
dolorosas y tristes". Malquerencia –Odio- quien viste
de azul; luego Felonía, éste es el mayor crimen del
mundo feudal, ya que rompía con todos los compromisos de
vasallaje y Villanía, alegoría de un fuerte
contenido moral, ya que
era asociada a la avaricia, la cobardía y a la
infidelidad, opuestas a la lealtad y a la cortesía Al
mirar las imágenes feas en el muro el joven debe realizar
una re-lectura de lo
que los valores
corteses significan. La Codicia es el defecto contrario a la
generosidad.
La Avaricia es representada con una bolsa de monedas en
una de las manos y sus ropas rasgadas. La Envidia pone la mano
derecha sobre el corazón para mostrar el sufrimiento que
siente cuando se hace el bien. La Tristeza está
personificada por una mujer joven y enferma que se
arañó la cara, se arrancó los cabellos y se
hirió los senos con sus propias manos, mala amiga de Amor
y Cortesía, se opone a Alegría. Luego estaba
Vejez usa un
cayado para apoyarse y tiene el cuerpo recubierto por un largo
manto azul, pues siente frío -sensación
contrapuesta al calor, al verano, a mayo, al amor y a la juventud-.
Ella es el opuesto exacto de Amor y de Juventud, que es una
pasión ardiente. La Vejez tiene prohibido el acceso al
Jardín de Amor por ser enemiga declarada de los ideales
corteses.
Para algunos autores el tiempo -con
minúscula- no sería una personificación, sin
embargo el autor le otorga características de persona y lo
clasifica en tres: el tiempo en general que no puede detenerse,
el tiempo y nosotros al que nada resiste, que todo lo destruye y
pudre y el tiempo y la vejez que envejeció a nuestros
padres, reyes y emperadores. A continuación está la
Hipocresía y junto a ella Pobreza, un
antivalor.
En cada caso el autor describe sus apariencias
deplorables, estados de ánimo malvados, mezquinos, ruines;
las características físicas feas, flacas; de
personalidad
perversa y su vestimenta andrajosa. Ociosa enumera también
a Orgullo, Codicia y Traición [609-611]
Es el espacio alegórico, de la ficción, de
la escritura,
creado como marco de las aventuras amorosas del protagonista. Es
un típico locus amoenus de la literatura medieval, un
ambiente soñado, bucólico, idílico, paisaje
maravilloso e ideal. En el Jardín de Solaz se hallan las
virtudes corteses propias del comportamiento amoroso. Desde la
mirada medieval, existe un lógico discurrir entre la
ficción del jardín -paraíso amoroso- y el
paraíso bíblico, un reflejo imperfecto del
Paraíso, naturaleza
domesticada y refugio del mundo nobiliario. El Jardín es
la alegoría ideal de un microcosmos: tanto de vegetación como de pájaros -ambos
manifestaciones del amor-.
El Jardín de Solaz es el símbolo del
disfrute de la vida cortesana, lograr ingresar equivale al
ingreso al mundo de la corte. Para ello serían necesarias
ciertas cualidades morales además de dones naturales y
medios de
fortuna suficientes. Esta es la razón por la cual las
figuras de los vicios quedan del lado de afuera del
Jardín.
"Li vergiers par compasseure fut toute
de droite quarreure" [1346-1347] El
Jardín de Amor es perfectamente cuadrado. El
valor
simbólico de la planta cuadrada en la
Edad Media por un lado hace referencia a la ciudad de la
Jerusalén del Apocalipsis -Apocalipsis 21:16-. Por otro en
la mística medieval tiene el valor simbólico de la
gloria, laicizado en El Romance da Rosa,
simboliza la perfección del amor.
En el interior del jardín, las virtudes corteses
son constituidas por el comportamiento amoroso en la corte, de
dones naturales, bienes
materiales y
cualidades morales. Ociosa es el primer personaje que el poeta
conoce y que viene desde el interior del jardín. Es el
portero del jardín, tiene un espejo en una de sus manos
-asociado a la lujuria ya que es un atributo de Venus y Ociosa es
su representación-. Ella le muestra en el
espejo el reflejo del mundo que existe dentro del jardín
-símbolo del agua, el
río del inicio del poema-. Es amiga íntima de
Solaz, dueño del Jardín.
El portillo de carpe [523] entra en la constitución del gineceo -habitación
destinada a las mujeres-. El nimbo o guirnalda [550] era una
señal que indicaba la nobleza de la doncella que lo
utilizaba.
Solaz es bello, noble, joven doncel –es
el rey y dueño del Jardín-, es decir que la vida
cortesana es una vida de placeres y diversiones. El
término
"amiga"
[858] designa a la amante de Solaz, en este caso es
Alegría. Alegría, concepto que
expresa la exaltación interior, alegría violenta,
no se puede separar del deseo y del placer amoroso
La música simboliza
lujuria, también se manifiesta y más claramente en
las sensuales caricias y besos intercambiados entre las dos damas
[795].
"Cortesía representa un conjunto
de cualidades sociales, entre las que se destacan la educación, las
buenas maneras, el refinamiento de costumbres, la importancia del
amor o el gusto por el lujo: no tiene nada de extraño,
pues, que con este término se designe a la generosidad,
elegancia, buenos modos y en algunos casos, a una forma de amar
(el amor cortés)" (Alvar;
1985)
El dios de Amor es quien hace justicia con
los enamoramientos, es comparado a un ángel por su
apariencia. "La figura personificada
del Amor está casi tan relacionada con el tema de la
religión del amor como con el de la
alegoría" (Lewis; 1969) Su servidor
es Dulces Ojos, llamado así porque
en el mundo clásico y medieval se pensaba que el amor
penetraba al corazón por los ojos, es quien lleva los
arcos uno lindo y bien tallado, el otro feo y deforme y las diez
flechas -encarnan las virtudes que satisfacen el amor-
Cinco color oro cuyos
nombres eran Belleza (Beauté), Sencillez (Simplece),
Cortesía (Courtoisie) que aparece en su segunda
mención; Franqueza (Franchise) que aparece en su primera
mención, Compañía (Compaignie) y Buena Cara
(Beaux Semblans), las cinco flechas feas se llamaban Orgullo
(Orgueux), Villanía (Felonnie), Vergüenza (Villenie),
Desesperación (Desesperance) y Mudanza de Pensamiento
(Nouvel Penser), estas no son personificaciones sino más
bien caracterizaciones.
La corte del Dios de Amor -Cupido, hijo de Venus y
Marte- "Hay por todas partes,
detalles que se encuentran en la línea divisoria entre la
alegoría y la mitología" (Lewis; 1969)
con sus hábitos y usos solemnes según el modelo de las
cortes feudales de la época, está formado
por Belleza, Riqueza,
Generosidad -considerada como la más
importante de las virtudes corteses-,
Franqueza,
Cortesía, Ociosa
y Juventud que son el conjunto de virtudes y
cualidades que constituyen la esencia del amor
cortés.
El poeta enumera las cualidades de la virtud, luego la
vestimenta que lleva y el acompañante que tiene. La
acompañante del dios de Amor es Belleza descripta como sin
maquillaje ni pintura ya que
normalmente en los textos medievales la pintura femenina es
asociada a la prostitución, especialmente en las
narraciones de los moralistas, lo que de hecho destaca aun
más el hecho de que las mujeres medievales se pintaran
contrariando el discurso eclesiástico. Resalta así
lo profano del texto y su
relación con la naturaleza. La belleza física se opone a la
belleza divina ya que la primera es puramente corporal, sensible
y la segunda espiritual. Así lo feo despierta la nostalgia
por la Belleza Divina por lo que en lo feo se alaba mejor a
Dios.
A continuación describe a Riqueza y su corte
llena de aduladores, traidores y envidiosos, despreciados por los
nobles. Generosidad es del linaje de Alejandro
Magno [1155] alusión y modelo de generosidad, en este
poema es una marca de
intertextualidad. El acompañante de Generosidad era
caballero del linaje "du bon roi
Artus de Bretaingne" [1202] rey de
Bretaña que aparece en varios romances medievales como el
soberano de los Caballeros de la Mesa Redonda.
De Lorris acá demuestra una vez más el carácter laico del texto ya que los
clérigos medievales se oponían a las competencias de
gesta.
Existen innumerables marcas de
intertextualidad y no es nuestro propósito enumerarlas
sino dar algunos ejemplos. "Según el evangelio" (ce cit
l’Evvangile) [437] según la Biblia, hace
referencia a Mateo 6: 16. Las piedras preciosas del
cinturón de Riqueza [1092-1107] y sus propiedades
mágicas que curan y salvan forma parte del mito de la
época y proviene de las doce piedras descriptas en el
Apocalipsis 21: 19,20. La narración de la leyenda de
Narciso ya era conocida en Francia para
la época. "La fuente es
fusión
de la de Narciso y del manantial de vida
bíblico" (de Lorris, 1969)
Las descripciones de los vestidos tienen directa
relación con la virtud o vicio descrito, dando de esta
manera, marco y mayor realismo a la
caracterización. Todos los personajes de la corte de Amor
eran nobles, educados y de buen comportamiento, condiciones
indispensables de la nobleza.
En la Edad Media el amor se entendía como un
fuego que quemaba al amante. La sensación del poeta es de
dulzura y amargura –sentimientos contradictorios que el
amor causaba y que eran los responsables por el desconsuelo del
alma, de allí provienen la idea del amor como un
mal. "¡Que Dios me proteja de
herida mortal! Si me alcanza, me causará un gran daño"
[1338-1340]
La profusa descripción de flora y fauna
además de enmarcar el lugar agradable tiene connotaciones
alegóricas. Por ejemplo, la selección
de pájaros de canto bello y melodioso es con el
propósito de crear el ambiente más poético,
armonioso y amoroso. El ruiseñor (rossignolz) es un
pájaro muy apreciado por su canto, es símbolo del
amor y de los sentimientos y está ligado con el amor y
la
muerte. "No se puede convertir
de ninguna manera a un halcón alfaneque
(pequeño y lento) en un gavilán (muy
apreciado en cetrería)"
[3698] La idea es que con una cosa de poca calidad no se
puede hacer otra mejor.
Los laureles caracterizan la inmortalidad, simbolizan
todas las plantas que
permanecen verdes durante el invierno. Los pinos también
representan la inmortalidad. Eran dedicados a Cibele, diosa de la
fecundidad. Encarnan a Átis muerto, esposo de Cibele. Es
la alternancia de las estaciones. El pino donde se encuentra la
fuente de Narciso puede ser interpretado como una metáfora
del cultivo y de la preservación del pensamiento
clásico. Al no florecer simboliza la esterilidad, pero
también es símbolo de inmortalidad, pues sus hojas
persisten y su resina es incorruptible.
Los avellanos representan la fecundidad, a Iduna la
diosa nórdica de la vida y de la fertilidad es libertada
por Loki, transformado en halcón que la lleva transformada
en avellana. Poco a poco ese árbol se torna símbolo
da incontinencia de la lujuria y, por fin, del diablo. Los
nogales entre los griegos eran asociados al don de la
profecía. Ártemis Cariátide, amante de
Dionisio, dotada de clarividencia fue transformada en un nogal de
frutos fecundos.
La fuente de Narciso significa el centro del
Paraíso terrenal, centro del Jardín de Amor, centro
del mundo, pues de ella salen los cuatro ríos que marcan
los puntos cardinales. El agua
siempre se relacionó con la gracia del Espíritu
Santo.
Los cristales del fondo de la fuente simbolizan los ojos
de la amada. Reflejan todo cuanto hay en el Jardín y
constituyen el deleite en el cual el poeta vivió sus
últimos momentos. Los ojos son la alegoría del
espejo, símbolo de Venus (diosa de amor).
"Ce est li mirouers perilleux"
[1590], [1632] La metáfora del espejo es muy
común en la literatura medieval ya que refleja las
cosas exactamente como son, las cosas como deberían (o no)
ser, refleja las cosas como serán en el futuro y como son
en la imaginación.
El poeta está preparado para el amor, se enamora
del capullo de rosa que ve reflejado en el agua de la fuente de
Narciso. El capullo perfecto de la rosa simboliza el ideal del
amor cortés. Su cualidad especial es que no se puede
conseguir, es inalcanzable; el gozo más intenso consiste
no en poseer, sino en desear, la felicidad eterna sólo se
experimenta cuando lo que deseas no está a tu alcance.
Representa el don del amor y su pureza, la juventud para algunos
autores, para otros es la mujer, el
sexo, Eros. Es
la flor que supera a todas las flores como la amada está
por encima de todas las mujeres. La presencia del cardo en [1693]
significa que la rosa elegida por el poeta estaba protegida y
resguardada por cardos y los espinos. También están
los obstáculos que son las personificaciones de los
estados de ánimo de la joven cortejada figuradas por las
espinas de la rosa.
De Lorris suprime por completo a la heroína,
vemos sus estados de ánimo algunos amistosos y otros no
tanto. De esta manera el amante enfrenta una pluralidad de
ánimos que ayudan o ponen trabas a sus intentos de ganarse
el amor de aquella. El personaje femenino se desdobla en
múltiples personificaciones, cada una de las cuales
representa una actitud, un
sentimiento de la amada o un vicio habitual en el mundo de la
corte. Por esto si no toma parte en la acción es casi
siempre porque el escenario donde se lleva acabo es interior, en
su propio corazón. Así los conflictos se
van sucediendo entre el hombre y la
mujer o entre la mujer y sus propios conflictos.
"Me hice vasallo suyo entonces juntando
las manos y me alegré mucho cuando su boca besó la
mía" [1972-1974] En la Edad Media el voto
de vasallaje era dividido en tres partes: el Homenage
-volverse hombre de otro
hombre-, la Fidelidad -juramento hecho sobre la Biblia y
reliquias de santos- y la Investidura -el vasallo recibe un
objeto – puñado de tierra, hojas,
ramas, etc. simbolizando el feudo recibido-. En Francia el
homenaje y la fidelidad eran acompañados por el beso
–osculum-.
Sigue una serie de reglas que lo llevan al
perfeccionamiento y a la obtención de su objeto de deseo
que es besar la rosa. "Que amours
par male aventure ont trouvee contre nature"
[2186-2187] Probable alusión a los
homosexuales, "pero no te maquilles
ni te pintes, pues eso es propio de las damas y de hombres de
mala fama", intolerancia que fue
incrementándose a medida que avanzaba la Edad
Media.
"Los dolores terminan cuando los ojos
contemplan lo que el corazón desea"
[2746-2747], trecho que alude a la apertura del Tratado
de Amor Cortés de Andrés el Capellán:
"Amor es una pasión natural que nace de la
visión de la belleza del otro sexo y del recuerdo obsesivo
de esa belleza"
Es frecuente en la Edad Media la mezcla de
términos religiosos, "toda
mujer, si no es dura, debe apiadarse de quien soporta tales
sufrimientos por ella" [2535-2537],
transposición al amor sexual de las emociones
"por los deseos que tienes de que sea tu
amiga" [2534] y de la imaginería
religiosa "por amor del santo
lugar (santuario)"
[2539].
Amor entrega al poeta tres bienes que pueden proteger a
los enamorados, salvándolos de la muerte [2751]
Dulce Pensamiento, Dulce Conversación y Dulce Mirada.
Además le aconseja la compañía de Amigo
representa la confianza en alguien, el confidente, la persona que
escucha, que consuela al afligido de amor.
"Buen Recibimiento es hijo de
Cortesía. Es algo más que mera urbanidad, pero un
algo más que toda mujer bien nacida encontraría
difícil de rehusar a ningún conocido a menos que
fuera a todas luces indecoroso o grosero. Es el falso amigo de
Castidad" (Lewis; 1969) Buen Recibimiento es
quien le permite el paso por el seto que protege a las rosas. Es el
momento de la confesión de su amor a la joven. El cerco de
zarzas y espinos constituyen las múltiples angustias y
problemas por
las que atraviesa un enamorado caracterizados en el poema como
Rechazo, Vergüenza quien representa no tanto el papel de
pudor sexual como la vergüenza pública o social que
sigue a la Mala Lengua,
Miedo
Razón lo mira desde lo alto de la torre, lugar de
privilegio que ocupa y desde donde puede observar todo. La corona
que usa la Razón simboliza el lugar que esta debe ocupar,
la de lugar superior, de elevada condición. [2979]
Personifica a la diosa Minerva o Palas Atenea, diosa de la
sabiduría. Legendaria alegoría opositora y
combatiente de Amor, tema recurrente en la época. Los
instintos naturales son rehabilitados en el vergel bajo el
control de la
mesura y de la razón. Vemos la batalla psicológica
desencadenada entre Amor y Razón.
Existen opiniones encontradas acerca de la
representación de Peligro [2920] no es ciertamente el
marido de la heroína ya que si así fuera
estaría personificado por Celos, otros autores afirman que
es la familia de
la joven, para Lewis significa más bien la repulsa directa
que desde las alturas lanza la dama mientras se envuelve en su
orgullo.
El personaje de Celos surge mas bien como una
preocupación obsesiva por todos los bienes, la joven se
muestra avara de sus propios encantos, se encuentra
imposibilitado de consumar su amor, porque la diosa de los Celos
construye una torre amurallada alrededor de la rosa. En esta
construcción Celos encierra a Buen
Recibimiento. Representa a la cárcel de amor y sus
carceleros son Rechazo, Vergüenza, Miedo y Mala Lengua, no
es otra cosa que la batalla de sentimientos encontrados de la
dama.
En los últimos versos [3975-4028] Guillaume de
Lorris presenta al amante medieval lamentándose de su
escaso éxito
final, ya que, después de haber descubierto el
jardín rodeado de muros, de haber entrado en él e
incluso de haber conseguido besar la rosa, se halla de nuevo muy
lejos de la amada y con pocas posibilidades de acceder a ella. La
venganza de Celos ha sido total.
Al finalizar el poema conocemos íntimamente al
protagonista que nunca aparece como tal, sin embargo bien
conocemos sus temores y vacilaciones al igual que conocemos la
psiquis de la heroína. Punto paradójico de quiebre
nos deja Guillaume de Lorris, por un lado nos muestra tan
brillantemente descriptas en alegorías las vicisitudes del
hombre enamorado –como género– y
por otro nos deja en la zozobra del final abierto. Esto
podría bien ser adrede y tener un mensaje no explicitado
en el poema, el cual sería que con el primer beso comienza
todo, o bien, que en lo que al Amor concierne no todo está
dicho.
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DE LORRIS, Guilherme O Romance da Rosa – Trad.:
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PINTURA: Romance de la Rosa (1864) del poeta
ingléss Dante Gabriel Rossetti (Tate Gallery, Londres,
Inglaterra)
Claudia María Alejandra Colazo
Lloret
Profesora en Educación
Preescolar (Instituto Superior del Profesorado "Antonio Ruiz
de Montoya") – Misiones – Argentina
Profesora en Portugués (Facultad de Humanidades y
Ciencias
Sociales – Universidad
Nacional de Misiones) – Argentina
Especialista en Alfabetización Intercultural
(Facultad de Humanidades y Ciencias
Sociales – Universidad Nacional de Misiones) –
Argentina
Maestrando en Enseñanza de la Lengua y la Literatura
(Facultad de Humanidades y Artes – Universidad Nacional de
Rosario) – Argentina