La formación del valor responsabilidad ante el trabajo. Papel de la escuela cubana
- Marco conceptual del
valor - Concepciones históricas
universales acerca de los valores - Concepciones
históricas cubanas acerca de los
valores - Papel de la escuela respecto a la
formación de valores en las condiciones actuales. La
responsabilidad ante el trabajo
Marco conceptual
del valor.
La problemática de los valores ha
sido abordada sistemáticamente por las ciencias
sociales desde diversos ángulos, en tal sentido la
Filosofía, la Psicología, la
Sociología y la Antropología se han dedicado a su
estudio.
Por eso, no será prudente atenerse a las
valoraciones de una disciplina
cuando abordemos este tema, sino hay que referirse a concepciones
abarcadoras que garanticen un marco
teórico amplio.
El trabajo Los
valores en las
Ciencias
Sociales recoge esta concepción, su autora Silvia
Vázquez plantea que el término valor fue usado
inicialmente para apuntar la valía de algo en el sentido
económico de intercambio de valor, así es que, como
concepto
explícito tuvo en sus primeros tiempos diversos
significados, pero siempre muy relacionados con el campo de la
economía
política.
No fue hasta la primera mitad del siglo XIX en que se
extendió su significado a áreas de interés
propiamente filosófico. (2)
José Ferrater en su Diccionario de
Filosofía destaca que la teoría
de los valores como disciplina filosófica con relativa
autonomía surgió sólo en los trabajos de
pensadores de los siglos XIX y XX, señala como los
más destacados a Lotze, Brentano, Meinong, Ehrenfelds,
Rickert, Orestano, Munsterberg, Bosanquet, Theodor Lessing,
Muller-Freienfels. Alude luego a la contribución al
desarrollo de
esta teoría que hicieron pensadores como John Dewey, R.B.
Perry, Max Scheler, Nicolai Hartmann, Risieri Frondizi y
otros.(3)
Hacia mediados de los años cincuenta del siglo XX
se iniciaron los estudios por filósofos marxistas, eso explica la
posición de la filósofa cubana Zaira
Rodríguez que considera que la teoría general de
los valores dentro de la filosofía marxista-leninista
está aún por desarrollar, aunque en ella se aborda
el problema de los valores desde diversas perspectivas, tales
como la teoría del factor subjetivo, las consideraciones
de la cultura,
etc.(4)
En su libro
Filosofía: Ciencia y
valor señala de la naturaleza
específica del conocimiento
filosófico que es imprescindible la diferenciación
de los valores como valores de las cosas y los valores de la
conciencia. En
tal sentido refiere que el especialista ruso O.G. Drobnitskii
explica que el concepto filosófico y sociológico de
valor designa, en primer lugar, una significación positiva
o negativa de un objeto, a diferencia de sus
características cualitativas esenciales y, en segundo
lugar, un aspecto normativo de la conciencia social (esquemas de
acción,
principios
reguladores u orientadores de carácter valorativo. (5)
Por su parte, el también filósofo cubano
José R. Fabelo, ha señalado que, si bien en
desarrollo, en la filosofía marxista se ha dedicado
atención a problemas
tales como el problema de la correlación entre las
valoraciones y los valores, el mecanismo de reflejo de los
valores en la imagen
valorativa, la correlación entre los conceptos de valor y
significación social. (6)
Tratase pues de un tema muy significativo dentro de las
llamadas ciencias del comportamiento
humano y en ocasiones puede resultar difícil su
conceptualización, por la amplitud y diversidad de puntos
de vista que convergen en el análisis. (7)
Para llegar a una conceptualización del valor
resulta necesario abordar que las dimensiones de este concepto
(Garzón, Garcés, 1989) son las de:
- Subjetividad-objetividad que incluye las tesis
subjetivistas, objetivistas y situacionales. - Sustantividad-potencialidad.
- Emocional racional.
- Universalidad-relatividad.
- Colectivo-individual.
- Polaridad y jerarquía de valores.
Al respecto autores como Zaira Rodríguez y
Risieri Frondizi consideran que el valor se presenta desdoblado
en un valor positivo y el correspondiente valor negativo y, por
tanto apuntan la existencia de valores positivos y negativos o
explican los valores como la significación socialmente
positiva de objetos y fenómenos y de igual manera conciben
como contravalores o antivalores a todo aquello que posee
significación socialmente negativa y, por tanto dificulta
a los hombres el crecimiento armonioso de su personalidad.
Según Fabelo… valor es una forma de
significación social, aquella que desempeña un
papel positivo en el desarrollo de la sociedad y que
por lo tanto está relacionada, directa o indirectamente,
con el progreso social. De forma tal que, según este
parecer, las valoraciones, en tanto reflejos subjetivos de la
significación social, pueden ser positivas o negativas,
sin embargo, los valores sólo pueden ser positivos.
(8)
A la anterior definición me afilio por considerar
que los valores conforman un sistema siempre
dependiente del sistema social de que se trate, por lo que
significan el resultado de las aspiraciones de una sociedad,
sólo pueden ser positivos y su reverso son los
antivalores.
Según José Ramón
Fabelo Corzo "las crisis de
valores por lo general acompañan a las conmociones
sociales que tienen lugar en los períodos de
transición de la sociedad (progresivos, regresivos o de
reacomodamiento. (9)
Se producen cuando ocurre una ruptura significativa
entre los sistemas de
valores pertenecientes a las tres esferas o planos que
siguen:
- Los valores objetivos de
la realidad social. - Los valores socialmente instituidos.
- Los valores de la conciencia.
Los primeros como parte constitutiva de la realidad
social; de esta manera la actividad humana, sus tendencias, los
objetos, fenómenos, procesos y
sujetos adquieren una u otra significación social, en la
medida en que favorece o no el desarrollo de la sociedad. Fabelo
les llama sistema objetivo de
valores y lo considera como dinámico, cambiante y
dependiente de las condiciones histórico-concreto.
Los segundos como el reflejo de esa realidad en la
conciencia de los hombres. Está incluido en este grupo el
sistema subjetivo de valores de los individuos en dependencia del
grado de correspondencia entre intereses personales del sujeto
con los intereses de la sociedad y también de las
influencias educativas y culturales.
Los terceros como el sistema de valores socialmente
instituido y reconocido oficialmente, que puede ser resultado de
la generalización de una de las escalas subjetivas
existentes en la sociedad o la combinación de varias de
ellas.
Otras definiciones son referentes valiosos ya que
aportan toda la magnitud del tema.
González Lucini destacó que los valores
son:
"Proyectos ideales
de como comportarse y de existir que el ser humano aprecia, desea
y busca; son opciones personales que se adquieren desde las
posibilidades activas de la voluntad; son creencias que se
integran en la estructura del
conocimiento; son características de la acción
humana que mueven la conducta,
orientan la vida y marcan la
personalidad." (10)
Adela Garzón y Jorge Garcés plantean que
los valores son proyectos ideales de comportarse y de existir que
se adecuan a las coordenadas histórico-sociales y que a la
vez las trascienden. (11)
También los consideran elementos estructurales
del conocimiento humano que el individuo
utiliza cotidianamente como marco de referencia a su interacción con los
demás.
Parson y Kluckhohn definen a los valores como opciones
entre diversas maneras de actuar que son manifestación de
la jerarquía en la concepción del mundo que un
sujeto o colectivo tiene. (12)
Parson también planteó que son
características de la acción humana, en cuanto que
esta última presupone la elección de determinadas
opciones entre un conjunto de dilemas que configuran la
existencia humana.
Rokeach planteó que son un tipo de creencias que
llevan al sujeto a actuar de una manera determinada, que
prescriben el comportamiento
humano. (13)
Para García Mauriño valor es aquello que
hace a una cosa digna de ser apreciada, deseada y buscada, son,
por tanto, ideales que siempre hacen referencia al ser humano y
que este tiende a convertir en realidades o existencias.
(14)
Agrega que suelen mover la conducta y el comportamiento
de las personas, orientan la vida y marcan la
personalidad.
Victoria Camps, por su parte, identifica los valores con
virtudes y dice que son adquiridos hasta el punto de convertirse
en hábito, algo querido por la voluntad y que acaba
siendo, asimismo, objeto de deseo. (15)
La Licenciada en Psicología Alicia Sandar
González plantea que valor es aquello que es querido,
considerado importante, estimable, valioso y necesario, afectando
nuestras decisiones, metas y conductas. También los define
como las cosas en las que creemos o de las que estamos a favor o
en contra y las que llevan a una persona a
reaccionar frente a los hechos. (16)
Sandar González considera que un valor se ha
adquirido cuando:
- Ha sido elegido libre y de manera racional entre
varias alternativas. - Es apreciado, deseado, reconocido y promovido ante
los demás. - Se ha incorporado a la conducta personal en
forma definitiva y permanente.
Y cuando el individuo puede responder acertadamente las
siguientes preguntas:
- ¿Es algo en lo que creo?
- ¿Estoy suficientemente orgulloso de lo que
valoro como para compartirlo con otros? - ¿Hago la elección libremente, o sea,
que nadie me obliga o presiona? - ¿Actúo de acuerdo con mis
valores?
Los conceptos abordados se adecuan al papel que juega la
Escuela para su formación, tema que se aborda más
adelante, y que sugiere la necesidad de estrategias,
métodos,
proyectos y otras propuestas educativas que respondan a las
aspiraciones de la sociedad en su conjunto y de los individuos en
particular que permitan su apropiación.
La Dra Nancy Chacón Arteaga considera necesario
la determinación de acciones
específicas en la formación de cada valor
planteando tres momentos comunes que son:
- Cuál es el contenido que expresa cada valor
moral. - Cuáles son los rasgos cualitativos que
caracterizan la manifestación de tales valores,
expresados en cualidades, actitudes y
conductas. - Por medio de qué acciones educativas concretas
se contribuye a formarlos.
Teniendo en cuenta la opinión de esta autora
coincido en que en el caso de la Responsabilidad ante el trabajo
es:
Respuesta positiva ante la obligación
contraída, actitud que se
asume ante los resultados de la labor que se realiza y por lo que
tiene que responder ante los demás.
Sus rasgos son:
- Respeto a sí mismo, a su capacidad de
acción. - Ubicación de su personalidad como sujeto
social. - Capacidad de autoanalizarse para
autoperfeccionarse. - Sentirse comprometido con sus tareas.
- Asumir las consecuencias de sus actos.
Este valor es el objeto de la propuesta que se expone en
los capítulos II y III de este trabajo por lo que en lo
adelante nos acercaremos a ella.
Concepciones
históricas universales acerca de los
valores.
El tema de los valores
morales es tan tradicional como vigente pues constituye un
modo de ser por su relación teoría- práctica
y la presencia en la historia de las formaciones
económicas sociales. Su condicionamiento histórico
fue avalado por los clásicos del marxismo
cuando denunciaron todo intento no historicista de fundamentar
la moral como
un mundo de simples principios eternos, existentes por encima de
la historia y de la sociedad.
La concepción materialista de la historia explica
en general las transformaciones ideológicas a base de la
práctica material. Las relaciones de producción no sólo condicionan el
modo específico de la creación de los bienes
materiales y
de su distribución entre los hombres, sino
también el determinado tipo de actividad vital, el modo de
vida y los valores morales.
El desarrollo de la moralidad es
inseparable del movimiento de
avance social y tiene dependencias especiales de la base
económica por tanto, los fundamentos científicos
para evaluar su desarrollo están en la historia de la
humanidad, la cual ha demostrado premisas que evidencian que los
valores morales:
- Dependen de la especificidad económica de la
sociedad y cómo esta cambia en realidad. - Dependen de los intereses
socio-clasistas. - Se someten al cambio de
las situaciones como condiciones objetivas de la
elección moral. - Dependen del estado de
regulación social. - Dependen de la comunicación
social.
Es decir, que la moral representa un campo sumamente
complejo relacionada siempre con la actividad productiva, por lo
que se da un enlace de los fenómenos
socio-históricos, clasistas y culturales; entre los
últimos está la educación cuya
esencia está ligada a la preparación de los
individuos para asumir el trabajo.
Todo lo abordado justifica la necesidad de explicar el
tratamiento de los valores morales a partir de la
periodización histórica de la educación.
En los sistemas educativos están reflejados los
valores morales de una época y sociedad y a la vez estos
son desarrollados en la escuela. El proceso de
formación de las relaciones morales se revela con nitidez
en la evolución de la propia historia.
Los valores morales han sido considerados en todas las
épocas vinculados siempre a los intereses socio-clasistas,
destacándose en este bregar maestros de avanzada, quienes
han apoyado o refutado dichos intereses.
Teniendo en cuenta las consideraciones del Dr Gaspar
Jorge García Galló en su libro Bosquejo
histórico de la educación en Cuba en la
comunidad
primitiva, las primeras nociones morales tuvieron multiplicidad
de significados; el bien por ejemplo significaba la fuerza
física, la
resistencia; los
conceptos de lo bueno, hermoso y justo aún no se
habían dividido y se fundían en el uso único
de la palabra. La igualdad
tenía un sentido moral, allí todos trabajaban igual
y tenían la misma relación con los resultados del
trabajo firmemente refrendado en las costumbres y
tabúes.
La idea del valor moral de cada individuo
independientemente de la pertenencia tribal no era patrimonio de
la moral primitiva, surge por primera vez en la cumbre de la
cultura de las civilizaciones esclavistas; en la
contraposición del bien y del mal el hombre
primitivo encontró una forma sencilla de valorar los
diversos fenómenos y sus relaciones con otros
hombres.
Una peculiaridad significativa de la conciencia moral
primitiva era la extensión de las valoraciones morales a
los fenómenos de la naturaleza, la identificación
del juego de sus
fuerzas con el bien y el mal.
Para la educación se tenía en cuenta estas
concepciones acerca de la moral, el joven se convertía en
miembro del grupo cuando demostraba capacidad para el trabajo.
Con el tiempo este
paso comenzó a realizarse mediante una ceremonia llamada
iniciación, es decir, pruebas con
las cuales se verificaba la preparación de la juventud para
la vida, su capacidad para soportar las privaciones y el dolor,
así como su astucia y tenacidad.
El joven no se preparaba tanto para la vida, sino que se
incorporaba a lo que era más asequible para su actividad y
junto a los mayores se preparaba para el trabajo colectivo en la
vida diaria. El hecho de que el trabajo educativo se asignara a
determinadas personas seleccionadas por la comunidad hace
más evidente que en la comunidad primitiva la
educación comenzara a manifestarse como una tarea de la
actividad social.
La aparición de la propiedad
privada y la desigualdad material destruyeron poco a poco el
régimen gentilicio y minaron su moralidad. Al surgir el
antagonismo entre los ricos y los pobres y aparecer las clases se
formó la moral que interpreta los intereses particulares
de la clase
dominadora. La supeditación de la mayoría a la
minoría fue protegida por la nueva forma social, que con
ayuda de sus organismos procuró convertir la moral de la
clase esclavista en la general de toda la sociedad.
Según esta concepción, la laboriosidad era
la virtud de los inferiores, la sabiduría era propia de
los filósofos gobernantes, el valor de los guerreros y la
moderación de los ciudadanos libres que trabajaban; de las
cualidades morales de los esclavos ni siquiera se hablaba ni era
considerada.
Destacados en esta época resultaron el Oriente
Antiguo, Grecia y
Roma, con sus
representantes, entre los que estaban Sócrates,
Platón,
Aristóteles y Demócrito, entre
otros.
Aunque todas estas comunidades tuvieron
características específicas, la educación en
los valores morales respondía, en todas ellas, a la
división de la sociedad en clases
sociales, así como que niños y
niñas eran educados en valores y deberes bien
diferenciados.
Para Platón
toda la educación estaba basada en un profundo desprecio
por el trabajo físico; a los futuros filósofos y
guerreros les estaba prohibido pensar en ellos y a los hijos de
los esclavos no se le permitía estudiar.
Así se daba la formación de valores
morales en una sociedad en la que sólo tenían
privilegio algunos pocos. Más tarde, la moral feudal
también elaboró su patrón histórico
de valoración moral que obraba como medida universal en el
comportamiento de los individuos, era la "cacareada" moral de
padres e hijos.
Al patrón general de la valoración moral
le era inherente su jerarquía interior, que
presuponía la desigualdad de los derechos y deberes de los
hombres.
La moralidad reinante en la sociedad feudal se
componía de una serie de normas y
postulados principales; el honor estamental, la fidelidad a los
mayores, el valor y la gloria guerrera, la hospitalidad, la
obligación de proteger a los miembros de su
corporación y la piedad eran algunos de ellos.
En la actualidad el honor siempre se relaciona con el
cumplimiento del deber, con la adhesión a los ideales del
bien y de la virtud, sin embargo, en la conciencia del individuo
de la época feudal tanto el bien como la virtud obraban
como algo supeditado al principio del honor.
Las reglas morales en general eran en su interior
profundamente contradictorias. Todo el contenido de la
educación de los niños y los adultos estaba
penetrado por la religión que
enseñaba a las personas humildes a obedecer a la clase
dominante y servir a sus intereses.
La masa fundamental del pueblo no recibía
enseñanza en las escuelas, los padres
educaban a sus hijos durante el trabajo cotidiano, en el seno de
la familia y
los talleres. De otro lado, los hijos de los caballeros se
educaban de otra manera, desarrollándose en habilidades
físicas y militares y aprendiendo la moral feudal para
lograr conducirse en la alta sociedad.
La idea de que la educación de las nuevas
generaciones se realizase en el proceso de la actividad laboral fue
expresada por primera vez en esta época. El pensador
humanista inglés
Tomás Moro (1478-1535) planteó la idea de la
unión del trabajo con la enseñanza teórica y
concedió gran importancia a la educación, en su
"Isla Utopía" tanto las niñas como los niños
recibirían la misma educación social, lo anterior
constituyó un modo de rebelarse a la realidad de la
época.
El desplazamiento de las relaciones feudales de
producción por los capitalistas condujo a la
reestructuración de todo el sistema de valores morales
dominantes en la sociedad y a la aparición del individuo
con una estructura cualitativamente diferente de la conciencia
moral. La forma feudal de vinculación social, asentada en
la dependencia personal de individuos desiguales por el signo
estamental es sustituida por las relaciones de dependencia
material de individuos formalmente iguales entre sí y
sometidos en su actividad vital al proceso de la reproducción y del incremento del capital.
También en la sociedad burguesa, desde sus
orígenes y hasta hoy la educación tiene un
carácter clasista en el sentido de una sociedad y una
educación antagónica entre ricos y
pobres.
La educación moral tiene en esta etapa un
tratamiento particular, por la importancia que le dieron los
educadores de avanzada, sobre todo en el papel de la
escuela.
El filósofo y pedagogo Comenius (1592 a 1670)
consideraba como virtudes cardinales la sabiduría, la
moderación, la valentía y la justicia y
señalaba como medios de
educación moral, el ejemplo de los padres, los maestros y
los compañeros, también hacía énfasis
a la disciplina.
El inglés John Locke
(1632 a 1698) hablaba de la formación de las costumbres,
Jacobo Rousseau (1789
a 1792) en Francia
planteó la formación de buenos sentimientos, de
buen juicio y buena voluntad, Pestalozzi (1746 a 1827)
señalaba que el objetivo fundamental de la
educación es formar un hombre
desarrollado armoniosamente, el cual pudiera participar en el
futuro de la vida social de forma provechosa.
El problema de la educación moral encuentra su
solución en la teoría de los fundadores del
marxismo sobre el surgimiento y la esencia de la moral. Marx (1818 a
1883) y Engels (1820 a 1895) establecieron que la moral es un
producto del
desarrollo histórico y como toda ideología está condicionada por
determinadas relaciones sociales.
En las condiciones de la sociedad de clases, la moral
tiene un carácter clasista y sólo es la sociedad
comunista la que podrá desarrollar valores morales que
tiendan al progreso social. (17)
Al cambiar las condiciones sociales, económicas y
materiales de la actividad de los hombres, cambia también
el orden de los valores fijado en la cultura espiritual de la
sociedad y en las relaciones morales establecidas. Desaparecen
los valores viejos y aparecen nuevos, cambia su jerarquía,
unos se relegan a un segundo plano, y otros, por el contrario, se
convierten en relevantes.
Dentro del sistema de valores morales se encuentran los
relacionados con las profesiones, de ellos Engels escribió
que son consecuencia de la división social del trabajo
establecida históricamente.
El surgimiento y desarrollo de los códigos
profesionales es uno de los componentes del progreso moral, por
cuanto reflejaban el acrecentamiento del valor de la
personalidad.
En la sociedad dividida en clases antagónicas la
moral profesional experimenta una influencia deformadora por
parte de los factores de la vida social que originan el
egoísmo de grupo, el individualismo y la enajenación entre los
individuos.
En la sociedad socialista los códigos morales
profesionales se hallan en estrecha unidad con el sistema moral
general, que encarna en forma más concretizada los
principios y las exigencias generales de la moral
comunista.
Las representaciones, los valores y las normas de la
moral profesional constituyen un instrumento extraordinario de
regulación de la conducta de los especialistas, un medio
de su educación moral, modo singular de su
automanifestación y autoafirmación en la actividad
moral.
En nuestro tiempo ha crecido la necesidad social de la
preparación moral orientada a numerosos tipos de
actividades profesionales; ya que el desarrollo de la economía ha llevado a
ser masivas todas las profesiones.
El adecuado cumplimiento de las funciones
profesionales prevé altas exigencias a la
cualificación y la competencia de
los especialistas. Se necesita conjugar la profesionalidad con la
capacidad de comprender a fondo la responsabilidad y estar
dispuesto a cumplir irreprochablemente el deber
profesional.
La noción de profesionalidad será
empobrecida, si se reduce a la suma de conocimientos y
hábitos profesionales. La verdadera profesionalidad
comprende necesariamente cierta perspectiva moral, que se
manifiesta en la profunda comprensión del deber
profesional, en la actitud más escrupulosa hacia las
cuestiones del honor profesional, en la alta medida de
responsabilidad profesional del especialista. De cuán
unidos estén en la persona los principios puramente
profesionales y morales depende el éxito
de la labor, la entereza de la personalidad del especialista y la
medida de su automanifestación creadora.
1.3
Concepciones históricas cubanas acerca de los
valores.
En el caso cubano merece significar que la
formación de valores morales fue abordada con
ahínco desde el siglo XVIII a partir de hechos y hombres
que forman parte de nuestras mejores tradiciones.
Gaspar García Galló señaló
momentos esenciales de esas tradiciones citando que la Sociedad
Económica de Amigos del País tuvo entre sus tareas
fomentar, vigilar y dirigir la educación pública y
tenía entre sus principales a José
Agustín Caballero, padre de la filosofía cubana
y el primer notable maestro, se preocupó por la
educación de la mujer a quien
consideraba un ser capaz de estudiar seriamente.
Por otra parte el Papel Periódico
de La Havana establecido en 1790 no se limitó a publicar
avisos oficiales sino que ofrecía informaciones sobre
cultura en general en defensa de los criollos.
La labor de Félix Varela (1787-1853), quien
reemplazó a Caballero en la Cátedra de
Filosofía del Seminario de San
Carlos, primer gran combatiente revolucionario del sector de la
docencia y
según sus alumnos el más sabio y virtuoso de los
cubanos, se sabe que, aún aquellos que no tenían
que asistir a sus clases, aprovechaban sus horas de asueto para
oírle, contribuyó a formar cuadros.
A José de la
Luz y Caballero le correspondió vivir uno de los
momentos más convulsos del proceso formativo de la
nacionalidad
al que le imprimió toda su formación
pedagógica en la historia de la
educación en Cuba, Don José de la Luz y Caballero
merece el puesto de honor que la posteridad le tiene asignado
como educador, sobre todo porque sembró hombres y aquellos
que le conocieron amaron por ello la vida.
Luego José Martí
(1853-1895), que resume lo fundamental del proceso social
contradictorio y fluido de la época colonial. Él
recogió la mejor herencia de las
generaciones que le precedieron y, a través del premio de
la generación en que vivió, volcó en su
pueblo el legado de siglos de luchas y fue maestro porque
además de haber ejercido como tal, también supo
analizar críticamente el sistema educacional de su tiempo
y trazó normas prácticas de cómo
debía formarse al hombre.
El Maestro sembró semillas de moral y valores que
fueron regados con la sangre de los
mártires y abonados con la fatiga y el sudor de los
héroes por ello nuestra educación moral es
científica como él la reclamaba y es también
una obra de infinito amor.
El concepto martiano acerca de la formación
integral del hombre encierra la unidad dinámica que existe entre los conocimientos
útiles, el desarrollo del pensamiento
creador, la responsabilidad de actuar, para transformar el medio
natural y social y la formación de valores morales
positivos; se entrelaza el conocer, pensar, actuar y formar
valores.
En la etapa neocolonial se nos impuso la
formación de ciertos valores correspondientes a la
sociedad norteamericana pero no se pudo acallar la rica
tradición histórica en los valores que hoy
defendemos.
Nuestra Revolución
como consecuencia de un largo proceso de formación de la
identidad
nacional del pueblo provocó el surgimiento de un
sistema
político cualitativamente nuevo que garantizó
un viraje histórico en latinoamérica y ha logrado difundir su
imagen real al mundo entero a pesar de los permanentes objetivos
de los enemigos de destruir a nuestro pueblo y sus
dirigentes.
Papel de la escuela
respecto a la formación de valores en las condiciones
actuales. La responsabilidad ante el trabajo.
Agente de todo cambio a favor del progreso social y
defensora del proceso revolucionario cubano ha sido la escuela,
institución que también cambió con el
triunfo de 1959 y comenzó un camino de constante
perfeccionamiento, que debatiéndose entre unas y otras
concepciones, ha venido adecuando sus exigencias al propio
desarrollo de la sociedad cubana y a la necesidad de formar un
individuo preparado para enfrentar las mencionadas
exigencias.
En el transcurso de estos 41 años las condiciones
internas y externas cubanas se han modificado de manera
trascendental. Las relaciones favorables con los países
del ex-campo socialista propiciaron durante un largo
período circunstancias muy positivas en todos los
órdenes de la vida social. Los niños y
jóvenes de nuestro país aprendían a
prepararse para la vida mediante la incorporación de un
sistema de valores sólidos y sustentados por la
práctica social.
Los citados valores constituyen, desde entonces, las
bases del proceso docente-educativo, al cual la Revolución
dedicó desde los primeros momentos sus mayores esfuerzos
Su profundo análisis en cada congreso del Partido
demostró la prioridad de formar y desarrollar valores
morales inquebrantables en nuestros alumnos, criticar lo mal
hecho y declarar deficiencias ayudó en cada momento a no
olvidar que en la escuela recae la responsabilidad de formar al
hombre
nuevo.
En el informe central
al III Congreso del PCC efectuado en 1986 se señaló
" La educación económica, la disciplina laboral, la
conciencia y la cultura de productores, continuarán siendo
en el futuro propósitos cardinales de la educación
ideológica, vinculados a la firme convicción de que
el progreso y el bienestar dependen de nuestro talento,
sacrificio y sudor ". (18)
La convicción de preservar el papel de la escuela
se traduce en materializar la orientación del PCC de que
se refuerce el enfoque integral, la disciplina y la observancia
de la moral socialista, es por eso que, la misión
social y pedagógica de cada colectivo pedagógico es
cada vez más alta, trabajar en la formación,
desarrollo y fortalecimiento de valores esenciales como la
honradez, la honestidad, el
colectivismo, el patriotismo y el sentido de pertenencia, entre
otros, tiene que estar presente en cada centro de
educación y capacitación.
Lo anterior se realza una vez que Cuba comienza a
transitar por el difícil período de crisis
económica, la pérdida del sistema socialista
mundial, el CAME y el afianzamiento de la unipolaridad política, exige
redoblar los esfuerzos del país para preservar los valores
que sustentan nuestra identidad y
nos hacen ser lo que somos, un pueblo devenido de una historia
rica en valores, principios y convicciones.
La Revolución enfrenta condiciones tan
difíciles que sólo podrán superarse con
inteligencia y
entereza, de manera que los valores que identifican a la Cuba
revolucionaria permanezcan. Estas nuevas condiciones no negaron
las posiciones revolucionarias planteadas en la Plataforma
Programática del PCC en 1978 donde se plasmó "la
educación tiene como fin formar a las nuevas generaciones
en los principios científicos, ideológicos y
morales del comunismo
convirtiéndolos en convicciones personales y
hábitos de conducta diaria, promoviendo hombres plenamente
desarrollados aptos para vivir y trabajar en la nueva sociedad".
(19)
La educación de nuestros jóvenes exige
enseñarlos a valorar por sí solos su papel en el
futuro del país, los valores no son ¨ sobres
vacíos ¨ sino hay que llenarlos con acciones concretas
en dependencia del lugar que se ocupe.
Preparar al hombre para el cambio es vital y como dijo
el intelectual cubano Cintio Vitier…" los valores que debemos
defender no serán nunca tradicionales, sino en el sentido
en que el diario amanecer constituye la única
tradición que no envejece " y eso es cambio. La sociedad
cubana ha cambiado dialécticamente y la década del
90 fue muy dinámica y diferente por los procesos que
enfrentó el país en este período.
(20)
Fidel en el Acto de Inauguración del curso
escolar 1997-98 expresó "Para nosotros es decisiva la
educación, y no solo la instrucción general,
inculcar conocimientos cada vez más profundos y amplios a
nuestro pueblo, sino la creación y la formación de
valores en la conciencia de los niños y los jóvenes
desde las edades más tempranas y eso hoy es más
necesario que nunca(…)
Es por ello que la tarea del maestro crece en
importancia; se multiplica su inmensa trascendencia en esa
batalla por educar en los valores de la revolución y del
Socialismo, a
las nuevas generaciones, porque es el arma fundamental para
contrarrestar esos efectos negativos a fin de que en nuestro
país no se introduzcan los egoísmos, las
desigualdades, las injusticias y los horrores del capitalismo(…) la revolución desde el
principio trató de mantener la mayor igualdad posible y la
mayor justicia entre todos los ciudadanos del país y no
estábamos acostumbrados a algunas de esas desigualdades.
Ahí tienen los maestros un papel decisivo y cada vez
más importante". (21)
El maestro debe ser un individuo comprometido con la
educación moral de sus alumnos para lo cual ha de ser en
primer lugar un ejemplo de lo que quiere enseñar,
adoptando la idea martiana de la combinación de la
educación científica con el fomento de un alto
grado de sensibilidad y espiritualidad según nuestro
Martí
"… Instrucción no es lo mismo que educación:
aquella se refiere al pensamiento, y esta principalmente a los
sentimientos. Sin embargo, no hay buena educación sin
instrucción. Las cualidades morales suben de precio cuando
están realzadas por las cualidades inteligentes".
(22)
Si la escuela no puede formar valores
ético-profesionales, la sociedad y las organizaciones no
podrán aspirar a tener valores compartidos por todos sus
miembros, que guíen la conducta de los individuos y
caracterice la cultura del país y de cada organización.
El análisis de toda la historia de la humanidad y
especialmente de Cuba demuestra que tenemos suficientes ejemplos
para desarrollar valores morales que se correspondan con las
exigencias actuales.
Si adecuamos la concepción anterior al proceso
docente-educativo declaramos el enfoque sistémico del
mismo en el cual se interrelacionan el medio social en el que se
desarrollan, los objetivos, los contenidos, los métodos,
los medios y la evaluación.
El proceso docente-educativo constituye un escenario
adecuado para que se desarrollen procesos
sociopsicológicos y formativos que contribuyan al
desarrollo de un especialista.
En el caso del valor responsabilidad ante el trabajo
servirá de sustento a la conducta de los estudiantes, una
vez insertados en el medio laboral, como parte de una sociedad
que promueve el desarrollo individual de todos sus miembros para
el progreso social (ver anexo1).
Las actividades que se organicen con este
propósito deben tener un sentido crítico para que
el estudiante pueda chocar con sus criterios, que las aprenda con
cierta actitud de revisión y confrontación con lo
que ya sabía. Posiblemente su criterio cambiará en
función
de esas nuevas ideas, o tal vez permanecerá con las
anteriores. Esta concepción se enmarca en el aprendizaje
significativo a la luz del enfoque histórico cultural
y el principio de la significación elaborado por
Vigostsky, el cual está siempre relacionado con el
autocontrol y por ende con la responsabilidad. De la forma que el
profesor sea
capaz de trabajar cada uno de los instrumentos que mediatiza la
relación del alumno con el mundo que lo rodea,
dependerá la significación que adquiere el aprendizaje
para el alumno.
El proyecto
formativo del valor que referimos debe incluir:
- Diagnóstico del valor ético-profesional
responsabilidad ante el trabajo y su incorporación en la
comunidad educativa. - Estudio del Plan de Estudio
y los Programas para
el tratamiento del valor. - Inclusión y práctica del valor en los
proyectos educativos del centro.
El colectivo de profesores debe diseñar proyectos
educativos atendiendo a las características de cada grupo
y al contexto en que se desarrolle el proceso docente-educativo,
de manera que se puedan integrar las tres dimensiones del mismo y
definir acciones concretas al respecto.
Es necesario tener en cuenta además lo
siguiente:
I: La formación profesional ha de estar
estrechamente ligada a las exigencias del desarrollo social
y en particular del desarrollo de la profesión.
II: Es necesario dar un enfoque sistémico por
cada módulo, disciplina y clase.
III: Se requiere la actividad conjunta,
cooperación alumno-alumno y alumno-profesor para la
solución de las situaciones docentes-profesionales.
Enseñar a los alumnos a buscar información, hacer observaciones y tomar
partido, dar oportunidades para opinar y posibilitar a los
alumnos que den soluciones por
sí solos a los problemas son condiciones insoslayables
para la formación de valores.
Todo lo anterior requiere cambiar las concepciones del
colectivo pedagógico como premisa para poder
introducir las transformaciones necesarias en el proceso
docente-educativo y su organización, las consideraciones
sobre la interdisciplinariedad a fin de romper con la
enseñanza tradicional, transmisora de
información.
La educación y la formación de valores
comienza sobre la base del ejemplo, ya que uno de los niveles
donde se estructura el sistema de valores objetivos es el de la
vida cotidiana. Ese sistema se conforma a partir de vivencias
prácticas diarias, en las cuales tienen como modelos
esenciales los hombres y mujeres que los jóvenes toman
como paradigmas.
Las estrategias de formación de valores deben
concebirse utilizando preferentemente la actividad fundamental
del grupo, ya sea de estudio o de trabajo. Es importante
demostrar la veracidad de las ideas socialistas y la eficiencia en el
proyecto social en lo espiritual y en lo material.
Si los mecanismos de inserción y
participación imponen normas rígidas de
evaluación contrarias a la realidad cotidiana solo
contribuirán a estimular contradicciones. Evitar tales
errores es la principal responsabilidad de la sociedad y de cada
uno de sus actores.
Teniendo en cuenta los fundamentos
teórico-metodológicos generales sobre el valor y el
proceso de su formación desarrollados en otras investigaciones
pedagógicas resumimos que los requerimientos
metodológicos generales que deben tomarse en
consideración para diseñar las estrategias
educativas son:
- Condiciones del medio social.
- Condiciones de la
comunicación. - Conocimientos de sí mismo.
- Atención al mundo espiritual.
- Formación de intereses
profesionales. - Formación activa, donde el individuo demuestra
la toma de una conducta en el cumplimiento del
deber. - Formación de un pensamiento flexible que
refleje las contradicciones objetivas del entorno. - Estimular el sentido de la sinceridad.
Todos los requerimientos anteriores están
relacionados con los métodos de aprendizaje
activo, la creatividad y
la independencia.
De lo anterior se deriva que cada individuo conforma su
propio sistema subjetivo de valores en dependencia entre otros
factores de las influencias educativas de la escuela, por eso, es
vital la armonía entre el discurso
político y la práctica revolucionaria y la escuela
juega aquí un reconocido papel; como planteó Fidel
en la clausura del II Pleno del Comité Nacional de la UJC
que los maestros son la clave, el ejército en el campo de
batalla de la formación de valores.
Los años que Cuba ha tenido que enfrentar el
llamado Período Especial han provocado modificaciones en
el comportamiento del sistema de valores especialmente en la
juventud. El derrumbe del campo socialista provocó en la
mente de muchos cubanos la caída de un paradigma
incluido su sistema de valores.
A esto lo acompaña el afianzamiento del
capitalismo y su distorsionada manera de concebir la vida y la
juventud no está exenta de esas influencias.
Los argumentos anteriores son manifestación de
que cada sociedad, de acuerdo con sus necesidades, crea un
sistema de representaciones de significación social
expresadas en ideales, principios y metas.
Lo anterior indica que no es posible considerar a los
valores como innatos en el ser humano sino que estos se adquieren
durante la vida y muy estrechamente ligados a la sociedad donde
se desarrollen los individuos. Estos reflejan los valores de la
sociedad a través del prisma de sus necesidades, intereses
y fines, por eso existen diferencias e incluso, antagonismos
entre los valores sociales y los valores de ciertos individuos y
grupos, lo que
se hace más perceptible cuando ocurren cambios de
significación en las condiciones de existencia de las
personas.
El alumno valora al comparar si lo que recibe
teóricamente, o a través del estándar y
modelos ideales, tiene expresión en la práctica. La
docencia dirigida a la profesión crea determinado nivel de
ansiedad orientado hacia la actuación; de esta manera se
va creando el ideal de cómo hará las cosas en la
etapa siguiente o cuando sea un profesional.
Según una investigación realizada por Matilde Molina
Cintra y Rosa T. Rodríguez Lauzurique, psicólogas
del Centro de Estudios sobre la juventud, se ha comprobado la
preferencia de los más jóvenes por las nuevas
fuentes de
empleo,
asociadas a mejores condiciones de trabajo e ingresos
monetarios, lo cual pudiera representar no solo una
adecuación en la estructura de valores sociales respecto
al trabajo. (23)
Según se señaló en el IV Pleno del
CC del PCC ¨No podemos pasar por alto que el creciente acceso
legal a la divisa tiende a provocar un cambio en algunos de los
valores de las personas en determinados sectores de la sociedad,
como el de la juventud, presentándose casos de quienes
optan por abandonar puestos de trabajo importantes para ir a
cubrir una plaza de menor calificación profesional en el
frente turístico con la que puedan resolver algunas
carencias actuales, aunque ello entrañe dejar de aportar
al país sus conocimientos y experiencia en labores tan
necesarias y abnegadas. (24)
En relación con el turismo, a comienzos de los
90, la mayoría de los jóvenes que ingresaban a este
sector lo hicieron por las características de la actividad
valorando sus perspectivas para el desarrollo
económico del país y las condiciones de
limpieza y el ambiente de
trabajo agradable que lo distinguen. Todavía no se
vislumbraba con certeza los beneficios económicos que este
representaría. A partir del desarrollo del turismo en el
país, se ha modificado el nivel de aspiraciones y las
actitudes de las personas que integran este sector, según
estudios comparativos realizados entre 1992 y 1995 habían
aumentado los criterios relativos al interés material de
índole personal. (25)
Actitudes vinculadas a la exigencia, el compromiso
social, el espíritu de sacrificio y la honestidad han
sufrido cambios sustanciales, que se reflejan en lo social y se
potencian en determinadas ramas por las potencialidades
materiales que les son inherentes. (26)
La devaluación social del trabajo a partir de
su función social y de su contenido mismo impone la
necesidad de que se fortalezcan y desarrollen otras vías
de satisfacción y motivación
laboral que sirvan de compensación a este elemento
psicológico deficitario.
Se trata de motivaciones de carácter social y
moral que desarrolla el individuo en el trabajo, y de las
vías de gratificación en este sentido, para los
cuales el medio laboral, su influencia, así como los
factores sociopolíticos desempeñan un papel
fundamental.
De esta manera concluimos que es la educación una
vía adecuada y la escuela un escenario idóneo para
la formación de valores, por lo que no se concibe
educación sin valores, porque la primera perdería
su sentido.
_______________________________________________________________________________
2. VÁZQUEZ, CEDEÑO SILVIA. Los valores en
las ciencias sociales.- (Material
mimeografiado). (p.1)
3.O.cit (p.2)
4.O.cit (p.3)
5.O.cit (p.14)
6.O.cit. (p.3)
7.O.cit (p.3)
8.O.cit. (p.10)
9.Fabelo Corzo, José Ramón. Retos al
pensamiento en una época de tránsito.
Editorial
Academia. La Habana. 1996. p. 166.
10.O.cit. (p.13)
11.O.cit. (p.14)
12.O.cit. (p.13)
13.O.cit. (p.13)
14.O.cit. (p.13)
15.Alicia Sandar González. Artículo del
Periódico 5 de septiembre. ¿Qué son los
valores? (Material mimeografiado).
16.O.cit. (p.13)
17.GARCÍA GALLÓ, GASPAR JORGE. Bosquejo
histórico de la educación en Cuba.-
p.74.- La Habana: Editorial de libros para la
educación, 1979.
18.Informe Central al III Congreso del PCC. Editora
Política. La Habana. 1986. p. 106.
19.Plataforma Programática del PCC. Tesis y
Resoluciones.-p.85.- Editorial de Ciencias
Sociales. Ciudad de La Habana. 1978.
20.Revista
Habanera. 2/96. Edición
trimestral bajo el auspicio del Instituto Cubano de la
Amistad con los
Pueblos. Entrevista a
Cintio Vitier por Julio García Luis titulada
Entrar a fondo en Martí. (p.20.
21.Fidel habla a la juventud: El compromiso de los
jóvenes y su responsabilidad en la
obra revolucionaria.- Casa Editorial, 1998.- (Selección
1960-1998). (Material
mimeografiado).
22.MARTÍ, PÉREZ.JOSÉ. Ideario
Pedagógico.-p.147.- La Habana: Editorial Pueblo
y
Educación, 1990.
23.Revista Temas No. 15/1998. Artículo Juventud y
valores. ¿Crisis, desorientación,
cambio? Matilde Molina Cintra y Rosa T. Rodríguez
Lauzurique. (p.70.
24.Informe aprobado por el V Pleno del CC del PCC sobre
la situación política y la
correspondiente labor del Partido. Presentado por
Raúl Castro el 23 de marzo de
1996. (p.3)
25.Revista Temas No. 15/1998. Artículo Juventud y
valores. ¿Crisis, desorientación,
cambio? Matilde Molina Cintra y Rosa T. Rodríguez
Lauzurique. (p.71.
26.Ídem.
MsC Irela Barreras Cedeño
Profesora Escuela de Hotelería
de Cienfuegos.
Profesora Adjunta Universidad de
Cienfuegos.
Cuba.