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La metaplasia ósea del endometrio como causa de esterilidad. Su manejo histeroscópico




Enviado por dpenanina



    1. Resumen
    2. Resumen del
      caso
    3. Bibliografía

    RESUMEN

    Se presenta un caso de metaplasia ósea del
    endometrio cuya única anomalía fue una
    esterilidad primaria de 11 años de evolución. El diagnóstico se sospechó por una
    imagen
    sonográfica alargada refringente muy parecida a la que
    se observa ante la presencia de un DIU en la cavidad uterina.
    Una histeroscopia nos mostró una imagen muy similar a la
    de un arrecife de coral. Por la vía
    histeroscópica se retiró el material óseo
    ectópico en la cavidad uterina, sin necesidad de
    auxiliarnos con una laparoscopia ni una sonografía
    simultánea.

    El diagnóstico fue confirmado por el estudio
    patológico que reportó que el material obtenido
    era hueso trabecular. En el post-operatorio consideramos
    innecesario utilizar estrógenos para prevenir
    adherencias intrauterinas. Cuatro meses después la
    paciente presentó un embarazo
    espontáneo que evolucionó normalmente y
    concluyó con una operación cesárea ya que
    la paciente era una primigesta añosa.

    La metaplasia ósea del endometrio es una entidad
    patológica benigna bastante rara1,2,3. Hasta
    donde sabemos, la literatura recoge menos de
    100 casos, el 80 % de los cuales ha ocurrido después de un
    embarazo22.

    Aunque han transcurrido más de 50 años de
    la descripción de esta entidad
    patológica, su patogénesis todavía sigue
    siendo causa de amplias discusiones9. Pero se acepta,
    de manera uniforme, que en la mayoría de los casos
    reportados se encuentra como característica común
    el antecedente de un aborto previo,
    muchas veces seguido por una retención de tejido fetal a
    la cual puede continuar una calcificación
    distrófica y osificación, endometritis
    crónica post-aborto; o bien a retención de huesos
    fetales5.

    Sin embargo, algunos autores consideran que una
    retención temporal de huesos fetales en la cavidad uterina
    no explica la posterior aparición de la osificación
    endometrial, además de que el tamaño de los restos
    óseos, usualmente no corresponde a la edad gestacional en
    que se presentó el aborto1,7,8,11.

    Otros mecanismos implicados son la estimulación
    estrogénica prolongada del endometrio, la que se considera
    un factor muy importante, la hipervitaminosis, la
    calcificación distrófica causada por la presencia
    de la retención del tejido necrótico y una
    histerosalpingografia previa.

    También se le ha asociado con tumor
    mesodérmico mixto y algunos desórdenes
    metabólicos, aunque esto nunca ha sido
    confirmado16,20. De todos modos se recomienda que si
    se detectan errores del metabolismo
    del calcio y fósforo, los mismos deben ser
    corregidos21.

    Roth y Taylor
    demostraron la presencia del ácido
    mucopolisacárido. Debido a esto sustentaron que la
    capacidad de las células
    maduras estromales del endometrio es la causa determinante de la
    metaplasia cartilaginosa en respuesta a inflamación crónica o un
    trauma3.

    La posibilidad de esta patología debe sospecharse
    ante la presencia de irregularidades menstruales, la cual suele
    constituir la sintomatología principal y la más
    común. Pero también se han reportado otras
    manifestaciones clínicas entre las que se incluyen la
    dismenorrea, el dolor pélvico y la esterilidad o
    infertilidad secundarias. Aunque su ocurrencia es muy rara,
    ocasionalmente llega a presentarse la expulsión de
    fragmentos óseos por vía vaginal. Cuando esto
    sucede, este hecho constituye un signo
    patognomónico2,7,9,10.

    En la actualidad la ultrasonografía transvaginal
    constituye el método de
    estudio que permite sospechar esta entidad patológica con
    mayor probabilidad de
    acierto. La imagen sonográfica que habitualmente se
    observa es la de una banda hiperecogénica intrauterina que
    sigue el eje longitudinal de dicho
    órgano4.

    La ultrasonografía pélvica es invaluable
    no solamente en el diagnostico de la metaplasia ósea del
    endometrio, sino también en el seguimiento de las
    pacientes después de la cirugía de remoción
    de los fragmentos óseos, ya que algunos fragmentos
    óseos pueden ser embebidos por el endometrio o el
    miometrio y puede que no se identifiquen en la
    histeroscopia21.

    El diagnóstico definitivo se hace cuando se
    recibe el reporte histopatológico del material obtenido en
    la cavidad uterina, señalando la presencia de tejido
    óseo, lo cual permite confirmar el diagnóstico de
    metaplasia ósea del endometrio9.

    Antiguamente estos casos eran manejados con
    dilatación cervical y legrado uterino instrumental para
    retirar el material óseo de la cavidad
    uterina3,5. Posteriormente se realizaba a la
    mayoría de las pacientes una
    histerectomía.

    En la actualidad, sin embargo, el material óseo
    se retira de la cavidad uterina, en forma ambulatoria, con el uso
    de pinzas de cuerpo extraño a través un
    histeroscopio quirúrgico, auxiliado o no por una
    laparoscopia o sonografía simultánea para prevenir
    el riesgo de una
    perforación uterina6,9,11. Este es el
    método menos invasivo para remover los fragmentos
    oseos18,19,21.

    El procedimiento
    puede tener que repetirse cuando la osificación
    endometrial es muy extensa16,21.

    RESUMEN DEL
    CASO.

    Femenino de 35 años de edad, sin antecedentes
    heredo-familiares de importancia.

    Su patrón menstrual siempre ha sido regular, con
    ritmo de 28 por 3 a 4 días. No dismenorrea.

    Acudió a la consulta por esterilidad primaria de
    11 años de evolución. Los estudios realizados
    demostraron: Factor Masculino normal, una Prolactina elevada la
    cual le fue corregida. Histerosalpingorafía normal, con
    permeabilidad tubaria bilateral.

    Una sonografía practicada dos años antes
    había reportado hipertrofia endometrial,
    sugiriéndose la realización de un legrado uterino,
    a lo cual la paciente se negó reiteradamente.

    Otra sonografía (también hecha fuera de
    nuestra Unidad) realizada tres meses antes de que se nos
    refiriera a la paciente, reportó área de
    calcificación cercana al endometrio,
    diagnosticándose un probable mioma plano
    calcificado.

    La sonografía practicada por nosotros
    evidenció un endometrio trilaminar y una imagen alargada
    muy ecogénica en cavidad endometrial, la que
    sugería la presencia de un DIU tipo T de cobre ( Fig. 1
    ). Se interrogó a la paciente al respecto, pero ella
    negó esa posibilidad, razón por la que decidimos
    realizar una histeroscopia.

    La visión histeroscópica de la cavidad
    uterina nos reveló una imagen muy similar a la que
    presenta un arrecife de coral, observándose la casi
    totalidad de las formaciones óseas en la cara posterior y
    fúndica del útero.

    Procedimos a retirar con pinzas de cuerpo extraño
    los fragmentos óseos hasta observar la cavidad endometrial
    vacía, con lo cual dimos por terminado el
    procedimiento.

    No indicamos el uso de estrógenos con
    posterioridad a la histeroscopia.

    Una semana más tarde se realizó una
    sonografía de control que
    confirmó el retiro total de material óseo de la
    cavidad uterina (Fig. 2).

    Cuatro meses después del procedimiento la
    paciente presentó un embarazo espontáneo que
    evolucionó con normalidad y concluyó de manera
    satisfactoria con la práctica de una cesárea a las
    39 semanas, por ser la paciente una primigesta
    añosa.

    COMENTARIOS:

    Nuestra paciente presentó como única
    sintomatología una esterilidad primaria de larga
    evolución. Negó haber presentado cualquiera de los
    otros síntomas habitualmente referidos en estos
    casos.

    Lo que nos motivó a realizar la histeroscopia fue
    la presencia en la cavidad uterina de la imagen alargada
    refringente, vista por sonografía,, la que consideramos un
    posible fragmento óseo que actuaba como DIU, o bien un DIU
    real que le fuera insertado a la paciente sin conocimiento
    ni consentimiento de la misma.

    Lo más llamativo para nosotros fue la imagen
    histeroscópica de arrecife de coral
    observada en la
    cavidad uterina.

    Aunque algunos autores consideran conveniente auxiliarse
    simultáneamente de una laparoscopia y/ o una
    sonografía durante la extracción
    histeroscópica de los fragmentos óseos, nosotros no
    lo consideramos necesario en nuestro caso y no tuvimos
    ningún inconveniente.

    Tampoco consideramos necesario el uso de
    estrógenos en el post-operatorio como recomiendan muchos
    autores ya que cuidamos que las maniobras operatorias fueran
    suficientemente cuidadosas para no lastimar las paredes uterinas
    y que no hubiera la posibilidad de formación de bridas
    adherenciales.

    Además, en nuestra opinión, la
    utilización de estrógenos en el postoperatorio es
    una medida innecesaria, ya que el endometrio tiene una gran
    capacidad de proliferación y los niveles endógenos
    de la hormona en una mujer
    regularmente menstruante son suficientes para su
    proliferación, y tampoco hay que olvidar que algunos
    reportes incriminan la estimulación estrogénica
    como un factor patogénico de la osificación
    endometrial21.

    Evidentemente, en nuestro caso la metaplasia ósea
    del endometrio actuó como un DIU y la remoción de
    la misma permitió que la paciente pudiera
    concebir.

    El reporte histopatológico del material
    obtenido fue: Hueso trabecular, lo que confirmó el
    diagnóstico de Metaplasia ósea del
    endometrio.

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    Fig. 1. Imagen Sonográfica del
    Útero antes de la Histeroscopia

    Fig. 2. Imagen Sonográfica del
    Útero después de la Histeroscopia

     

     

    DR. DOMINGO E. PEÑA NINA

    DR. ALEXIS MARTINEZ BENEDICTO

    DRA. JUANA ACOSTA

    De la Unidad de Esterilidad y Fertilización in
    Vitro San Rafael,

    Santo Domingo, República Dominicana.

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