El tema no es nuevo. Presenta y ha presentado no pocos
debates debido a los lugares desde donde se preguntaba o
definía. La historia misma de las
ciencias
sociales se inicia en cierta forma con las palabras
Cultura y Sociedad. No es para menos.
El universo
teórico que abarcan estos términos involucra a los
mismos investigadores. Lo de siempre. ¿Cómo
estudiar un fenómeno social si el investigador es parte de
la misma sociedad?
¿Cómo definir una Cultura
distinta a la nuestra?¿Desde nuestra Cultura?
Las acotaciones del tema se presentan como un abanico de
ángulos teóricos donde muchas veces el nudo central
de la investigación se pierde en consideraciones
geopolíticas – como la mayoría de los
conceptos europeos – o una tosca referencia a
ideologías políticas
que se presentan como ciencia
– en el caso del marxismo
– Lo nodal del tema se inserta en un planteo
histórico que supera estos discursos
globalizadores y estrechos y profundiza lo situacional como
múltiple visión de los hechos. No otra cosa plantea
la
ciencia.
En la presente monografía trataremos de definir estos
conceptos polisémicos de las ciencias
sociales que desde los albores de la ciencia el hombre
mismo continente y contenido de la Cultura y la Sociedad viene
discutiendo, transformando o conservando.
Además trataremos de describir el proceso por el
cual tanto la cultura como la sociedad se convierten en puntos de
ruptura o de encuentro. La moda, la cultura
oficial, la contestaría, la cultura joven o el reciente
fenómeno de la trasgresión como "cambio
permitido" son algunas manifestaciones sobre el tema que nos
ocupa.
BREVE HISTORIA DE
LA "CULTURA Y LA SOCIEDAD"
Consideraciones sobre la historia de su
estudio.
Es cierto que la historia nos muestra muchas
veces la evolución – no tanto el origen
– de conceptos o de las mentalidades que llevaron hacia la
legitimación de algunos
conceptos.
La Cultura y la Sociedad no están ajenas a la
conformación que efectúan los procesos
históricos. Pero aclaremos, cuando hablemos de Cultura o
de Sociedad nos remitimos a nuestro mundo occidental. Estas
nociones son del todo incomprendidas o inconmensurables –
para tomar prestado de Khunn una de sus definiciones más
caras – en los grupos humanos
que son el objeto de estudio de los etnólogos. Y esto no
lo descalifica porque no "tienen cultura" o la actitud
indagatoria al respecto. Simplemente no se preguntan sobre ella,
la experimentan.
Encontramos que los romanos denominaban cultura a
la
educación propia de cada hombre. Los
griegos le llamaban al mismo fenómeno paideia.
Este verdadero perfeccionamiento "espiritual" era la
diferencia por excelencia con el resto de los seres vivos. Y como
cada sociedad "tasa" en cierta manera al mundo que la rodea con
el aquí y el ahora, vemos lo traslaticio en el hecho de
proyectar su propio mundo agrícola – el trabajo del
hombre con el suelo en su
proceso de transformación de la naturaleza
– al mundo humano. Ser culto era estar cultivado por
ciertas "artes".
Estas artes eran la filosofía y la poesía
por ejemplo. Que estaban al lado de ciertos conocimientos sobre
el universo
– macrocosmos – y sobre sí mismo – el
microcosmos – La búsqueda de la "verdad" era el
objetivo
máximo. La aspiración mas allá de sí
mismo.
Pero… éste conocimiento
per. Sé solo podría "encontrarse" si el hombre en
cuestión estaba inserto en la sociedad, en la polis. Tanto
Aristóteles como Platón
marcaron otra diferencia: que el individuo solo
puede formarse en la relación que mantiene con su
sociedad.
Este ángulo del binomio Cultura y Sociedad
comportaba cierta contemplación de la vida, exenta de toda
practicidad, de toda manualidad. Vemos así como el mundo
antiguo se conformó sobre la base de una relación
fija del proceso cultural y social de los hombres.
El tema así planteado sobrevivió en la
Edad Media
hasta el Renacimiento,
que pese a insuflar aires clásicos a la estructura
asfixiante de reyes e iglesias pudo con Pico Della
Mirándola replantear lo activo de la "sabiduría"
humana en las labores "como parte integrante" de la
Cultura.
Obviamente se encadena de esta manera toda producción humana como social y como
producto de la
misma cultura que la contiene.
El siglo XIX llega a la conclusión que la cultura
importa toda la actividad humana. Sea en sus fases de
creación y expresión lo importante para éste
siglo fue destacar que todo aquello que se opone a lo "natural"
– el trabajo
– recae o se proyecta sobre el mismo hombre como
artífice y en el mundo humano y natural para su
modificación.
Surge la Escuela
Etnológica Evolucionista con Edward Tylor y define a la
cultura como un "complejo" que abarca conocimientos, ideas
religiosas, artes, costumbres, Derecho, usos y todas aquellas
experiencias que se transmutarán mas tarde en capacidades
que solo da la vida en sociedad.
Esto da pie para que el historicismo filosófico
– en consonancia con el hegelianismo – expresara que
los hechos históricos son únicos, individuales:
todo hecho histórico ocurre en un punto geográfico
y en un tiempo
determinado.
Esto dicho así, fue un notable impulso para
definir la peculiaridad y la diversidad cultural dejando de lado
– un poco – el euro centrismo y el
etnocentrismo.
No obstante Dilthey diferenció sistemas dentro
de la misma cultura. Si bien encontramos la fragmentación
existente entre cierto contenidos culturales y sus especiales
relaciones funcionales y sociales, advertimos cierto retorno del
divorcio entre
la teoría
y la práctica social.
Spengler sentencia que "la civilización es el
destino inevitable de toda cultura" diciéndonos con esto
que la civilización tal como la entendemos es la conciencia
personal de
una nación.
Tanto a la Nación
como a la conciencia las concebía como un organismo
finito, es decir, crecía se desarrollaba y después
moría.
El pasaje de términos – como todo caos
– produce a su vez nuevos ángulos del problema.
Así el evolucionismo etnológico desarrolla a la
moderna antropología. La antropología
hará de la cultura su principal objeto de estudio,
mientras que le cupo a la sociología el estudio de la cultura y de su
relación con lo social propiamente dicho.
Malinowski – funcionalista – dirá de
la cultura que es el conjunto integral formado por utensilios y
"bienes" de los
consumidores, por el cuerpo de normas que rige
los diversos grupos
sociales por sus ideas y artesanías, creencias y
costumbres.
Y agregaba que gracias a éste "aparato" de
consistencia espiritual, humano y material, el "hombre"
podía sobrellevar los concretos conflictos que
se le presentan.
El funcionalismo
– que caló hondo en muchos círculos intelectuales
– se presenta como integrador en lo cultural con tres
ordenes de fenómenos: el material – objetos
manufacturados – la conducta
manifiesta – valores
– y el psíquico – conocimientos y actitudes.
Cultura manifiesta por un lado y cultura encubierta por
otro.
El tema remitió a la teoría
psicoanalítica de Freud al
considerar culturalmente el tema del incesto como
prohibición o primer tabú que formó a la
cultura y por ende a la sociedad. El tabú es aquí
una restricción creadora que tuvo y tiene la función
desde el orden consciente a la prohibición de las
pulsiones inconscientes que, de manifestarse destruirían a
la sociedad.
El tema se instaló con fuerza y se
legalizó con solidez. Franz Boas se encargaría de
comenzar a eliminar esta nueva separación entre cultura
manifiesta y encubierta. Criticando al evolucionismo y al
funcionalismo y partiendo de lo inconsciente de los
fenómenos culturales puso énfasis en el lenguaje
como formador de mundos.
Luego el estructuralismo de Lévi-Strauss
encontró que el parentesco en las sociedades
primitivas actúa como organizador de la cultura en los dos
niveles consciente e inconsciente tal como opera cualquier
sistema
lingüístico en cualquier sociedad.
LA CULTURA Y
LA SOCIEDAD COMO FENÓMENO ACTUAL
DEFINICIONES ACTUALES Y
CATEGORIZACIONES
Nos comenta Denis Cuche que la noción de cultura
es inherente a lo reflexionado por las ciencias sociales. En
efecto. Es su sustento y razón de ser. Pero no como un
organismo biológico – tema específico de
categorizaciones anteriores – sino en términos de
unicidad ante la diversidad que nos contiene. Una diversidad que
alimentaba un discurso
racial discriminatorio heredero de la visión etnocentrista
proporcionada por los conquistadores y colonialistas de todos los
tiempos.
Esta visión, hoy muy desacreditada, se derrumba
en los mismos laboratorios donde el objeto de estudio es
justamente la biología de los
distintos "pueblos".
El pasaje de lo genético a lo cultural enmarca al
hombre en su historia debido a la adaptación al medio ambiente
natural. Eso, hace de los seres humanos, seres de cultura. Como
si los instintos hubieran sido "guardados" o salvados en pos de
la culturización o adaptación controlada por el
mismo hombre. Adaptación más plástica y
funcional – sin caer en la teoría funcionalista de
lleno-
El tema que une a un mundo poblado por diversas
"culturas" ha servido según Foucoult para esgrimir el
racismo y sus
formas menores – la discriminación – Nos habla el autor
mencionado de un biopoder que se basa en una moral guerrera
que instala la muerte del
otro como conditio sine quanon de la existencia del yo o del que
mata.
La muerte de uno
reporta la vida del otro. Después, la anormalidad, lo
diferente, es argumento más que válido para su
eliminación física. Nociones como
las expresadas por Domingo Faustino Sarmiento por ejemplo –
civilización y barbarie – que categorizó al
hombre de la ciudad, ilustrado, en cierta manera a imagen y
semejanza del hombre burgués inglés
o americano como civilizado y al hombre de la campaña, el
gaucho, el indio, el mestizo como bárbaro, es una muestra
más que evidente que el racismo no es fenómeno del
siglo XX sino que antes de las grandes masacres ya existía
un argumento-discurso como "color
psíquico" de las aberraciones políticas y de muchas
pseudo teorías
científicas que los sustentaron – Alfred Rosenberg
en el Mito del Siglo
XX o Emile Sola en La Ralea prepararon cada uno en su tiempo y
lugar la justificación a los genocidios- Por más
que existan "razones" de tipo militar o guerrero, el biopoder
– como indica la unión de dos palabras
biología y poder–
está sustentado por una creencia de tipo biologicista
puro.
De estos conceptos a la conceptualización
cultural es decir a la configuración de valores – en
el decir de Mead – hay un paso. Después el discurso
político o filosófico de turno se encargará
de "forjar" una mentalidad – en el decir de Legoff –
que solo podría ser quebrada con la extinción del
sistema que le dio auge – la victoria aliada en la 2 da
guerra mundial
o el triunfo de Lincoln como Presidente antiesclavista en los
EEUU lograron atenuar y fijar una posición activa desde el
Derecho y otras instituciones
ante la discriminación casi homicida hacia el
"otro" como ser diferente al modelo de
sociedad racionalizado.
El binomio Cultura y Sociedad no pueden elaborarse como
entes separados porque en la moderna sociedad postindustrial se
unen y sintetizan en el mismo hecho de establecer una
relación social indisoluble.
Si trasladamos este hecho sociológico a los
últimos años en la Argentina vemos como se
corrompen los términos al fallar el proyecto
político de la alianza como elenco de gobierno.
Existió toda una conceptualización de la pobreza antes
de asumir el gobierno como de igualdad ante
la ley y a otros
sectores de la sociedad.
Los políticos aliancistas – y esto lo
constatamos en los diarios de esa época, visiones
mediáticas, publicidad,
discursos callejeros – equilibraban tanto cultural como
socialmente a esos sectores marginados, desocupados,
aculturizados por el desmedido crecimiento del neoliberalismo
y su ejército previsible de desocupados como razón
sine die de su existencia mercantil. En buena medida le echaban
la culpa al "menemismo" de haber instalado un "modelo"
dependiente y discriminatorio tanto cultural como socialmente de
los "sumergidos". Y otra cosa, otra conceptualización se
verificó al constatarse que el nuevo gobierno de la
alianza no se desprendería de la convertibilidad
económica – herramienta menemista que
permitió salir de la crisis dejada
por la hiperinflación del ex Presidente
Raúl Alfonsín integrante también de la
alianza – ni de las llamadas "recetas" del FMI que en el
fondo solicitan a los países deudores un ajuste que no
todos pueden sostener. Se discriminó no solo a las clases
y sectores sociales sobre el alcance de su voto sino que se
conceptualizó – por ejemplo Fernández Meijide
– a las capas pobres como algo habitual en un país
– Meijide habría jugado mediáticamente con
éste equilibrio
entre marginados y no marginados al filmar su famosa publicidad
en la cual ella cuelga ropa en un barrio carenciado para luego en
el gobierno involucrarse en casos de supuesta corrupción
en el PAMI al cual después tuvo que renunciar
–
Vemos así que por efecto de la posmodernidad
dos categorías inherentes al proceso social, pueden ser
interceptadas o atravesadas por distrintos discursos que vienen
de lejos. Tanto del pasado colonial como del presente
político interno. Los valores
que conserva, recrea o crea el hombre como interacción con su sociedad genera de
continuo replanteo cultural, desde y para la misma
sociedad.
FASES DEL ESTUDIO DE
LA SOCIEDAD Y LA CULTURA desde la
sociología.
Es evidente que con el auge de la ciencia, la
racionalidad obtuvo su lugar en ese mundo tan inquieto por
"saber".
Le debemos a la razón este triunfo, ya que por
medio de juicios puede ser alcanzada "la verdad
científica". Lo sistemático, lo verificable y lo
metódico son los pasos a seguir, ya que las ideas deben
adaptarse a los hechos generando luego la verificación
correspondiente.
El interjuego entre la ciencia formal y la
fáctica pon e de manifiesto la fortaleza de la hipótesis, que, en medio de la
investigación exploratoria relaciona variables y
encuentra asociaciones mutuas.
Desde ésta acotación nos dirigimos hacia
la explicitación de las relaciones causales. Pero como
podemos encontrar "la verdad científica" en la formalidad
ya que los entes imaginarios solo nos indican signos
matemáticos o lógicos, debemos explayarnos en la
facticidad, porque allí sí, los hechos y la
experiencia se nos muestran casi limpiamente.
La sociología, que trata de estudiar el comportamiento
de los seres humanos en sociedad aborda la explicación de
las interacciones sociales de los grupos humanos, pero en forma
científica. La crisis en la sociedad – planteada
como contínua en la existencia social misma – es la
en realidad impulsó la necesidad de una interpretación más
acotada.
El denominado ciclo de las revoluciones que se extiende
desde 1750 – Revolución
Industrial, pasando por la Revolución
Americana –1776 – y culminado su primera face en la
Revolución
Francesa –1787 a 1799 – vino a fusionar una serie
de cambios económicos, institucionales, políticos y
técnicos que incidieron en amplias capas de la sociedad
especialmente en el proletariado, sujeto de estudio de las
grandes líneas sociológicas.
Y es aquí donde encontramos el interés
por el estudio de la cultura y la sociedad.
La cultura fue definida en éste ámbito
como una forma de vida compartida, que es aprendida por
transmisión de pautas a las nuevas generaciones. Las
costumbres o hábitos serían los elementos
conformadores.
La universalidad de ésta característica
humana resulta universal ya que en toda sociedad se transmiten
estas pautas. El esfuerzo colectivo dentro de una sociedad
refleja culturas diferentes o subculturas. Estas se presentan
como tipos de culturas menores no separadas de la totalidad mayor
que es la cultura.
Recordemos que en toda sociedad se encuentran grupos
primarios y secundarios. En los primeros una estrecha afectividad
es la cohesión que los solidifica. El cara a cara de una
relación. El ejemplo mas claro de esta
categorización es la
familia.
En el grupo
secundario la intensidad de las relaciones es menor. Y su
duración en la trama social está dada por cierta
organización. El tema de formalidad y la
informalidad nos remite a la regulación que se
efectúe o no, como asimismo el tema de la apertura o no de
los mismos.
La pertenencia es otra característica porque nos
remite "al formar parte" o al "referirnos" o no en el modelo que
queremos o creemos ser.
Ejemplos:
DE GRUPOS DE PERTENENCIA
EJEMPLO DE GRUPOS PRIMARIOS
La misma historia de los conceptos Cultura y Sociedad
nos acerca no solo el objeto de estudio de las ciencias sociales
sino también el derrotero de la ciencia por desprenderse
de preconceptos, pseudo ciencias o racismos varios.
Si bien es un fenómeno típico de occidente
– el preguntarse por la Cultura propia – nos conlleva
a modelos de
explicación científica que a veces hablan
más del mundo del investigador, que de un estudio
legítimo del tema.
También debemos clasificar las conclusiones como
provenientes de una determinada periodización del concepto.
Al analizar esta línea de tiempo nos encontramos
con la instalación del biopoder que describe Foucoult.
Biopoder que basado en una antigua moral guerrera se ha
trasladado a todo un proyecto de sociedad que nos llega hasta
hoy. No solo se tradujo en violencia de
campo de exterminio nazi, sino como discurso político o
filosófico que excluya por razones biológicas
encubiertas la existencia del otro tal y como se presenta a los
"propietarios" del encuadre histórico.
Si bien se ha ganado cierta independencia
con respecto a conceptualizaciones rígidas, es menester
recordar al funcionalismo y al estructuralismo por la distancia y
la no-adjetivación que propugnan a los pueblos o
sociedades que estudian.
Muchos etnólogos o antropólogos, como
así también sociólogos utilizan como modelo
de explicación científica al lado de la inducción y la razón la conciencia
de la otredad, es decir, que el otro, no es solo un objeto, sino
un sujeto de estudio.