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Agresividad infantil



    1. Definición
    2. Conducta
      agresiva
    3. Clasificación del
      comportamiento agresivo
    4. Teorías sobre el
      comportamiento agresivo
    5. Factores influyentes en la
      conducta agresiva
    6. Tratamiento del comportamiento
      agresivo
    7. Prevención de
      comportamientos agresivos en los
      niños
    8. Investigaciones
    9. Conclusiones
    10. Referencias

    INTRODUCCION

    La agresividad
    infantil constituye una de las principales quejas de padres y
    educadores respecto de los niños,
    dándose con frecuencia. A menudo nos enfrentamos a
    niños agresivos, manipuladores o rebeldes pero no sabemos
    muy bien como debemos actuar con ellos o cómo podemos
    incidir en su conducta para
    llegar a cambiarla.

    Pero sin duda, uno de los principales problemas
    presentados por la agresividad infantil es el de su elevada
    correlación con trastornos equivalentes a adultos,
    especialmente relacionados con la conducta antisocial. Un
    comportamiento
    excesivamente agresivo en la infancia
    predice no solo la manifestación de agresividad durante la
    adolescencia y
    la edad adulta, sino la existencia de una mayor probabilidad de
    fracaso académico y de la existencia de otras
    patologías psicológicas durante la edad adulta,
    debido fundamentalmente alas dificultades que estos niños
    encuentran en socializarse y adaptarse a su propio ambiente.

    Estas razones justifican sobradamente la importancia de
    realizar esta monografía, la cual consta de seis
    capítulos. El primero abarca la definición de la
    agresividad infantil como también de la conducta agresiva.
    En segundo capitulo se refiere sobre la clasificación del
    comportamiento agresivo. El tercer capitulo se mencionan las
    teorías
    sobre el comportamiento agresivo y en el cuarto capitulo sobre
    factores influyentes en la conducta agresiva.

    El quinto capitulo trata sobre el tratamiento del
    comportamiento agresivo, el sexto capitulo abarca la
    prevención de comportamientos agresivos en los
    niños y por ultimo el séptimo capitulo sobre las
    investigaciones sobre agresividad
    infantil.

    AGRESIVIDAD INFANTIL

    1.1
    DEFINICION

    La palabra agresividad viene del latín
    "agredí" que significa "atacar". Implica que alguien esta
    decidido a imponer su voluntad a otra persona u objeto
    incluso si ello significa que las consecuencias podrían
    causar daños físico o psíquico (Pearce,
    1995).

    Buss (1961), define a la agresividad como una respuesta
    consistente en proporcionar un estimulo nocivo a otro
    organismo.

    Bandura (1973) dice que es una conducta perjudicial y
    destructiva que socialmente es definida como agresiva.

    Patterson (1977) dice que la agresión es "un
    evento aversivo dispensando a las conductas de otra persona".
    Utiliza el termino "coerción" para referirse al proceso por el
    que estos eventos aversivos
    controlan los intercambios diádicos.

    Para Dollar, Miller, Mowrer y Sear (1939) es una
    conducta cuyo objetivo es
    dañar a una persona o aun objeto.

    Revisando las diferentes definiciones podemos concluir
    que la agresividad es cualquier forma de conducta que pretende
    causar daño
    físico o psicológico a alguien u objeto, ya sea
    este animado o inanimado.

    1.2 CONDUCTA
    AGRESIVA

    Las conductas agresivas son conductas intencionadas, que
    pueden causar daño ya sea físico o psíquico.
    Conductas como pegar a otros, burlarse de ellos, ofenderlos tener
    rabietas o utilizar palabras inadecuadas para llamar a los
    demás.

    II. CLASIFICACION
    DEL COMPORTAMIENTO AGRESIVO

    Según Buss (1961), podemos clasificar el
    comportamiento agresivo atendiendo tres variables:

    2.1 Según la modalidad

    Puede tratarse de una agresión física (por ejemplo
    un a taque a un organismo mediante armas o elementos
    corporales) o verbal ( como una respuesta vocal que resulta
    nocivo para el otro organismo, como, por ejemplo, amenazar o
    rechazar).

    2.2 Según la relación
    interpersonal

    La agresión puede ser directa (por ejemplo, en
    forma de amenaza, ataque o rechazo) o indirecta (que pude ser
    verbal como divulgar un cotilleo, o física, como destruir
    la propiedad de
    alguien).

    1. Según el grado de actividad
      implicada

    La agresión puede ser activa (que incluye todas
    las mencionadas) o pasivas (como impedir que el otro puedas
    alcanzar su objetivo, o como negativismo). La agresión
    pasiva suele ser directa, pero a veces puede manifestarse
    indirectamente.

    En el caso de los niños, generalmente suele
    presentarse la agresión en forma directa, como un acto
    violento contra una persona. Este acto violento puede ser
    físico, como patadas, pellizcos, empujones, golpes, etc.;
    o verbal, como insultos, palabrotas, amenazas. También
    puede manifestar la agresión de forma indirecta o
    desplazada, según el cual el niño arremete contra
    los objetos de las personas que ha sido el origen del conflicto.

    III. TEORIAS SOBRE
    EL COMPORTAMIENTO AGRESIVO

    De acuerdo a Ballesteros (1983), las teorías que
    se han formulado para explicar la agresión, pueden
    dividirse en:

    1. Son aquellas que ponen el origen de la
      agresión en los impulsos internos, lo cual
      vendría a significar que la agresividad es innata,
      por cuanto viene con el individuo en el momento del nacimiento y es
      consustancial con la especie humana. Estas teorías
      son las llamadas teorías biológicas.
      Pertenecen a este grupo
      las Psicoanalíticas (Freud) y
      las Etológicas (Lorenz, store, Tinbergen, Hinde)
      principalmente.

      La teoría Psicoanalítica postula
      que la agresión se produce como un resultado del
      "instinto de muerte",
      y en ese sentido la agresividad es una manera de dirigir el
      instinto hacia afuera, hacia los demás, en lugar de
      dirigirlo hacia uno mismo. La expresión de la
      agresión se llama catarsis, y la disminución a la
      tendencia a agredir, como consecuencia de la
      expresión de la agresión, efecto
      catártico.

      Por su parte lo Etólogos han utilizado sus
      observaciones y conocimientos sobre la conducta animal y
      han intentado generalizar sus conclusiones al hombre.
      Con el
      conocimiento de que, en los animales,
      la agresividad es un instinto indispensable para la
      supervivencia, apoyan la idea de que la agresividad en
      el
      hombre es innata y pude darse sin que exista
      provocación previa, ya que la energía se
      acumula y suele descargarse de forma regular.

    2. Teorías Activas
    3. Teorías Reactivas

    Son teorías que ponen el origen de la
    agresión en el medio ambiente
    que rodea al individuo, y percibe dicha agresión como una
    reacción de emergencia frente a los sucesos ambientales. A
    su vez las teorías reactivas podemos clasificarlas en
    teorías del Impulso y teoría del Aprendizaje
    Social.

    Las teorías del Impulso comenzaron con la
    hipótesis de la
    frustración-agresión de Dollar y Millar (1939) y
    posteriormente han sido desarrolladas por Berkoviitz (1962) y
    Feshbach (1970) entre otros. Según esta
    hipótesis, la
    agresión es una respuesta muy probable a una
    situación frustrante, es la respuesta natural predominante
    a la frustración.

    La hipótesis afirma que la frustración
    activa un impulso agresivo que solo se reduce mediante alguna
    forma de respuesta agresiva. Sin embargo, cada vez se ha hecho
    más evidente que la hipótesis de la
    frustración-agresión no puede explicar todas las
    conductas agresivas. De modo que parece ser que la que la
    frustración facilita la agresión, pero no es una
    condición necesaria para ella. La frustración es
    solo un factor; y no necesariamente el mas importante que afecta
    la a la expresión de la agresión (Bandura,
    1973).

    La teoría del aprendizaje social afirma que las
    conductas agresivas pueden aprenderse por imitación u
    observación de la conducta de modelos
    agresivos. Enfatiza aspectos tales como aprendizaje
    observacional, reforzamiento de la agresión y
    generalización de la agresión.

    El Aprendizaje Social considera la frustración
    como una condición facilitadota, no necesaria, de la
    agresión. Es decir la frustración produce un
    estado general
    de de activación emocional que puede conducir a una
    variedad de respuestas, según los tipos de reacciones ante
    la frustración que se hayan aprendido previamente, y
    según las consecuencias reforzantes típicamente
    asociadas a diferentes tipos de acción.

    Para explicar el proceso de aprendizaje del
    comportamiento agresivo se recurre a las siguientes
    variables:

    1. Modelado: La imitación tiene un papel
      fundamental en la adquisición y el mantenimiento de las conductas agresivas en los
      niños. Según la teoría del Aprendizaje
      social, la expocision a modelos agresivos debe conducir a
      comportamientos agresivos por parte de los niños. Esta
      opinión esta respaldada por diversos estudios que
      muestran que se producen aumentos de la agresión
      después de la expocision a modelos agresivos, aun cuando
      el individuo puede o no sufrir frustraciones. Congruentemente
      con esta teoría, los niño de clases inferiores
      manifiestan mas agresiones físicas manifiestas que los
      niños de clase media,
      debido probablemente, a que el modelo de
      las clases inferiores típicamente mas agresivo directa y
      manifiestamente.
    2. Reforzamiento: El reforzamiento
      desempeña también un papel muy importante en la
      expresión de la agresión. SI u niño
      descubre que puede ponerse en primer lugar de la fila, mediante
      su comportamiento agresivo, o que l e agrada herir los
      sentimientos de los demás, es muy probable que siga
      utilizando los métodos
      agresivos, si no lo controlan otras personas.
    3. Los Factores situacionales: También
      pueden controlar la expresión de los actos agresivos. La
      conducta agresiva varia con el ambiente social, los objetivos y
      el papel desempeñado por el agresor en potencia.
    4. Los factores cognoscitivos: Desempeñan
      también un papel importante en la adquisición y
      mantenimiento de al conducta agresiva. Estos factores
      cognoscitivos pueden ayudar al niño a autorregularse.
      Por ejemplo, puede anticipar las consecuencias de alternativas
      a la agresión ante la situación
      problemática, o puede reinterpretar la conducta o las
      intenciones de los demás, o puede estar conciente de lo
      que se refuerza en otros ambientes o puede aprender a observar,
      recordar o ensayar mentalmente el modo en que otras personas se
      enfrentan a las situaciones difíciles.

    IV. FACTORES
    INFLUYENTES EN LA CONDUCTA AGRESIVA

    Uno de los factores que influyen en la emisión de
    la conducta agresiva es el factor sociocultural del individuo, ya
    que es el responsable de los modelos a que haya sido expuesto,
    así como de los procesos de
    reforzamientos que haya sido sometido. Si en el abundan modelos
    agresivos, la adquisición de estos modelos desadaptados
    será muy fácil.

    La familia es,
    durante la infancia, uno de los elementos más importantes
    del ámbito sociocultural del niño. Las
    interacciones entre padres e hijos van moldeando la conducta
    agresiva mediante las consecuencias reforzantes inherentes a su
    conducta.

    El niño probablemente, generalice lo que aprende
    acerca de la utilidad y
    beneficios de la agresión a otras situaciones,. En estas
    circunstancias, el pone a prueba las consecuencias de su conducta
    agresiva. Las familias que permiten el control de las
    conductas mediante el dolor, tienen una alta probabilidad de
    producir niños que muestren altas tasas de respuestas
    nocivas. La conducta agresiva del niño acaba con gran
    parte de la estimulación aversiva que recibe.

    Dentro de la familia,
    además de los modelos y refuerzos, son responsables de la
    conducta agresiva el tipo de disciplina a
    que se le someta.

    Se ha demostrado que una combinación de
    disciplinas relajadas y pocos exigentes con actitudes
    hostiles por parte de ambos padres fomenta el comportamiento
    agresivo en los hijos. El padre poco exigente es aquel que hace
    siempre lo que el niño quiere, accede a sus demandas, le
    permite una gran cantidad de libertad, y en
    casos extremos le descuidad y le abandona.

    El padre que tiene actitudes hostiles, principalmente no
    acepta al niño y lo desaprueba, no suele darle afecto,
    comprensión o explicación y tiende a utilizar con
    frecuencia el castigo físico, al tiempo que no
    da razones cuando ejerce su autoridad.
    Incluso puede utilizar otras modalidades de agresión como
    la que ocurre cuando insultamos al niño por no hacer
    adecuadamente las cosas, o cuando lo comparamos con el amigo o
    con el hermano, etc. Tras un largo periodo de tiempo, esta
    combinación produce nuños rebeldes, irresponsables
    y agresivos.

    Otro factor familiar influyente es la incongruencia en
    el comportamiento de los padres. Incongruencia en el
    comportamiento de los padres se da cuando los padres desaprueban
    la agresión y, cuando esta ocurre, la castigan con su
    propia agresión física o amenaza al niño.
    Los padres que desaprueban la agresión y que la detienen,
    pero con medios
    diferentes al castigo físico, tienen menos probabilidad de
    fomentar acciones
    agresivas posteriores.

    Es decir una atmósfera tolerante
    en la que el niño sabe que la agresión es una
    estrategia poco
    apropiada para salirse con la suya, en la que ese le reprime con
    mano firme pero suave y es capas de establecer imites que no se
    puede en absoluto traspasar, proporción el mejor antídoto a largo plazo para un estilo
    agresivo de vida. Enseñarle al niño medios
    alternativos acabara también con la necesidad de recurrir
    a peleas.

    La inconsistencia en el comportamiento de los padres no
    solo puede darse a nivel de comportamientos e instrucciones, sino
    también a nivel del mismo comportamiento. En este sentido
    puede ocurrir, que respecto del comportamiento agresivo del
    niño, los padres unas veces los castiguen por pegar a otro
    y otras veces le ignoren, por lo que no le dan pautas
    consistentes. Incluso a veces pude ocurrir que los padres entre
    si no sean consistentes, lo que ocurre cuando el padre
    regaña al niño pero no lo hace la madre.

    De este modo, el niño experimenta una
    sensación de incoherencia acerca de lo que debe hacer y de
    lo que no debe hacer. Se ofrece incoherencia al niño,
    también cuando se le entrena en un proceso de discriminación en el sentido de que los
    padres castiguen consistentemente la agresión dirigida
    hacia ellos pero a la ves refuercen positivamente la conducta
    agresiva de sus hijos hacia personas ajenas a su
    hogar.

    Las relaciones deterioradas entre los propios padres
    provocan tensiones que pueden inducir al niño a comportase
    agresivamente.

    Otro factor reside en las restricciones inmediatas que
    los padres imponen a su hijo. Restricciones no razonables y
    excesivos "haz y no hagas" provocan una atmósfera opresiva
    que induce al niño a comportarse agresivamente. Por
    ultimo, en el ámbito familiar, puede fomentarse la
    agresividad con expresiones que la fomenten. Estas son
    expresiones del tipo "pero ¿pero no puede ser mas
    hombre?".

    El ambiente mas amplio en que el niño vive
    también puede actuar como un poderoso reforzador de la
    conducta agresiva. El niño puede residir en un barrio
    donde la agresividad es vista como un atributo muy preciado. En
    tal ambiente el niño es apreciado cuando se le conoce como
    un luchador conocido y muy afortunado. Los agresores afortunados
    son modelos a quienes imitaran los compañeros.

    Además de los factores socioculturales
    también influyen factores orgánicos en el
    comportamiento agresivo. En este sentido factores hormonales y
    mecanismos cerebrales influyen en la conducta agresiva. Estos
    mecanismos son activados y producen los cambios corporales cuando
    el individuo experimenta emociones como
    rabia, excitación miedo. Por tanto, factores
    físicos tales como una lesión cerebral o una
    disfunción también pueden provocar comportamientos
    agresivos.

    También estados de mala nutrición o problemas
    de salud
    específicos pueden originar en el niño una menor
    tolerancia a
    la frustración por no conseguir pequeñas metas, y
    por tanto pueden incrementarse las conductas
    agresivas.

    Otro factor del comportamiento agresivo es el
    déficit de habilidades necesarias para afrontar
    situaciones frustrantes. Bandura (1973) indico que la ausencia de
    estrategias
    verbales para afrontar el estrés a
    menudo conduce a la agresión. Hay datos
    experimentales que muestran que las mediaciones cognitivas
    insuficientes pueden conducir a la agresión. Camp (1977)
    encontró que los chicos agresivos mostraban deficiencias
    en el empleo de de
    habilidades lingüísticas para controlar su conducta;
    responden impulsivamente en lugar de responder tras la
    reflexión.

    No solo el déficit en habilidades de
    mediación verbal se relaciona con la emisión de
    comportamientos agresivos. Es responsable también el
    déficit en habilidades sociales (HHSS) para resolver
    conflictos.
    Las HHSS se aprenden a lo largo de las relaciones que se
    establecen entre niños y adultos u otros niños. Se
    adquieren gracias a las experiencias de aprendizaje. Por lo que
    es necesario mezclarse con niños de la misma edad para
    aprender sobre la agresión, el desarrollo de
    la sociabilidad, etc.

    V. TRATAMIENTO DEL
    COMPORTAMIENTO AGRESIVO

    Tratar la conducta agresiva no implica simplemente su
    reducción o eliminación, sino que también es
    necesario fortalecer comportamientos alternativos a la
    agresión. Por lo tanto hablar de cómo tratar la
    agresión, resulta imprescindible hablar también de
    cómo incrementar comportamientos alternativos. Son varios
    los procedimientos
    con que se cuenta para ambos objetivos, entre ellos tenemos
    a:

    5.1 Procedimientos para controlar
    antecedentes

    Los antecedentes se refieren a factores de la
    situación inmediata que se produce antes de que el
    niño emita la conducta agresiva. Controlamos los
    antecedentes manipulando los estímulos ambientales que
    elicitan la conducta agresiva, así como aquellos que
    elicitan conductas alternativas. Algunas formas de
    manipulación de antecedentes son las
    siguientes:

    5.1.1 Reducción de estímulos
    discriminativos

    Se puede controlar los antecedentes eliminando la
    presencia de estímulos discriminativos. Por ejemplo en
    casa, no dejando por mucho tiempo solos a dos hermanos cuando
    suele ocurrir que uno de ellos suele agredir al otro.

    5.1.2 Modelamiento de comportamiento no
    agresivo

    Se puede facilitar la emisión de comportamientos
    alternativos a la agresión exponiendo al niño a
    modelos que tengan prestigio para el, manifestando conductas
    alternativas a la agresión. Y no solo mostrando esas
    conductas alternativas sino mostrando también como dicho
    comportamiento es recompensado.

    5.1.3 Reducir la expocision a modelos
    agresivos

    Un procedimiento
    útil para reducir la frecuencia de emisiones agresivas
    consiste en que, especialmente, los padres y maestros no modelen
    este tipo de comportamiento. Así pues cunado intentamos
    regañar al niño por algo que ha hecho, intentaremos
    no modelar conductas agresivas.

    5.1.4 Reducción se estimulación
    aversiva

    Puesto que el comportamiento agresivo puede ser
    instigado por la presencia de diversos estímulos aversivos
    como conflictos, expresiones humillantes o carencia de cuidados
    necesarios durante la infancia, un modo de reducir el
    comportamiento agresivo consiste en reducir la presencia de este
    tipo de estimulación.

    5.2 Procedimientos para controlar las
    consecuencias

    Las consecuencias se refieren a lo que ocurre
    inmediatamente después de que el niño emita la
    conducta agresiva.

    Para eliminar el comportamiento agresivo controlando las
    consecuencias que le siguen contamos con una serie de
    procedimientos que podríamos agrupar en: a) procedimientos
    de extinción; b) procedimiento de castigo, y c)
    procedimiento de conductas alternativas.

    Los dos primeros tienen como objetivo reducir el
    comportamiento agresivo. El último tiene como objetivo
    incrementar comportamientos alternativos a la agresión.
    Los procedimientos de castigo pueden ser positivos o
    negativos.

    Hablamos de castigo negativo cuando el individuo deja de
    estar en contacto con un evento positivo, tras haber emitido la
    conducta inadaptada. Puede tratarse del procedimiento de
    "Costo de
    respuesta" o del procedimiento de "Tiempo Fuera". Hablamos de
    castigo positivo cuando aplicamos una consecuencia aversiva tras
    emitir la conducta agresiva. Son muchas las formas que puede
    tomar dicha consecuencia. Por ejemplo, puede tratarse de un azote
    o cualquier otro estimulo físico, o de una reprimenda o un
    grito, o de un gesto de desaprobación, etc.

    Para eliminar el comportamiento agresivo controlando las
    consecuencias que le siguen se cuenta con los siguientes
    procedimientos:

    5.2.1 Extinción

    Se basa en la idea de que una conducta que se mantiene
    gracias a las recompensas que recibe, puede desaprenderse si deja
    de ser recompensada. Es decir, si una conducta dada ya no produce
    los efectos esperados, su influencia tiende a disminuir. Si el
    niño emite una conducta agresiva y no sucede nada, se
    dará cuenta de ello y abandonara ese modo de comportarse.
    Por tanto el procedimiento de extinción consiste
    simplemente en suprimir los reforzadores que mantienen la
    conducta agresiva.

    5.2.2 Procedimientos de castigo

    Castigamos una conducta aplicando consecuencias
    aversivas o eliminando eventos positivos una vez que el
    niño ha agredido. En el primer caso se trata de castigo
    positivo. En el segundo de castigo negativo. Son procedimiento de
    castigo negativo el procedimiento de Tiempo Fuera y el
    procedimiento de Costo de Respuesta.

    5.2.2.1 Tiempo Fuera

    Es un procedimiento mediante el cual el niño que
    se comporta de modo agresivo es apartado físicamente de
    todas o muchas de las fuentes de
    reforzamiento durante un periodo de tiempo. Igual que con la
    extinción, el propósito es reducir la conducta
    agresiva. Pero se diferencia en que la extinción supone la
    supresión del refuerzo, mientras que en el tiempo Fuera el
    niño es apartado de la situación
    reforzante.

    5.2.2.2 Costo de respuesta

    Consiste en retirar algún reforzador positivo
    contingentemente a la emisión de la conducta agresiva. Es
    especialmente eficaz cuando se combina con reforzamiento de
    conducta apropiada. De tal modo que lo que el niño pierde
    por omitir la conducta inapropiada es parte de lo conseguido por
    emitir la conducta apropiada. Por lo general se utiliza dentro de
    un contexto de economía de fichas, en el
    que se ganan puntos por emitir la conducta adecuada.
    También puede consistir el Coste de respuesta en perdida
    de privilegios como no ver televisión
    o no salir a recreo.

    5.2.2.3 Castigo físico

    Al aplicar el castigo físico tendríamos
    que dar, por ejemplo, un azote una vez que el niño se ha
    comportado agresivamente. Concretamente en el caso del
    comportamiento agresivo, es al técnica menos indicada por
    lo contraproducente que puede llegar a ser. Y es que ocurre que
    el castigo físico puede tener una serie de efectos
    colaterales que lo contraindican. De hecho, es el método
    menos afectivo para cambiar la conducta del
    niño.

    Presentamos algunas de las razones por la no se aconseja
    el castigo físico para este trastorno:

    • En primer lugar, imagínese la
      contradicción que representa el padre que da un azote a
      su hijo para decirle que deje de pegar al hermano. ¡Esta
      modelando la precisamente la conducta que desea eliminar!
      Posiblemente el niño aprenda que el ataque físico
      es un medio legitimo de conseguir lo que se quiere y de
      controlar a los otros igual que lo hace su padre.
    • Los métodos físicos de castigo suelen
      conducir a la hostilidad a muchos de los niños a quienes
      se les aplica.
    • Si son los padres quienes aplican castigo
      físico constantemente puede ocurrir que estén
      enseñando al niño a que les tema y le desagraden,
      ya que cualquier estimulo asociado con el castigo tiende a
      convertirse en algo desagradable.
    • El castigo puede suprimir momentáneamente la
      conducta agresiva, pero los efectos a largo plazo son menos
      atractivos. Se ha demostrado que los delincuentes han sido
      normalmente victimas de más ataques de adultos que los
      no delincuentes.

    En definitiva, no es aconsejable la aplicación
    sistemática de castigo porque sus efectos son generalmente
    negativos; se imita la agresividad, aumenta la ansiedad del
    niño, y se incrementan las conductas de evitación,
    como minino.

    1. Reprimendas

    Otra forma menos contraproducente de aplicar castigo
    positivo es mediante estímulos verbales como reprimendas o
    gritos. Puesto que las reprimendas no causan daños
    físicos es un tipo castigo menos censurable que el castigo
    físico. Si se utiliza sistemáticamente puede
    resultar una técnica eficaz para reducir la conducta
    agresiva. Las reprimendas pueden consistir en un simple
    ¡No!. Para que resulte eficaz:

    1. Debe darse cada vez que se emita la conducta
      agresiva.
    2. La persona que suministra la reprimenda debe estar
      cerca físicamente del niño, y especificarle
      claramente cual es la conducta por la que se le
      reprende.
    3. Debe mirar al niño a los ojos, emplear una voz
      firme y sujetarle firmemente mientras le reprende.
    4. Debe ser seguida de elogios por comportarse
      adecuadamente después de la reprimenda.
    1. Sobrecorrección

    Esta técnica tiene como fin corregir las
    consecuencias de la conducta agresiva y facilitar que el agresor
    asuma al responsabilidad de tal conducta, Resulta
    útil en los casos en que ni la extinción, ni el
    costo de respuestas, ni el tiempo fuera, ni el reforzamiento de
    conductas incompatibles ha tenido afecto, La sobrecorrecion puede
    aplicarse en forma de sobrecorreccion restitutiva o en forma de
    practica positiva o en ambas juntas. Normalmente antes de aplicar
    la sobrecorreccion se da una reprimenda ("No pegues"), una
    descripción de la conducta inadaptada
    ("Estas insultando a tu hermana") o la manifestación de
    una regla ("No insultes a la gente").

    1. Sobrecorrección restitutiva:
      Aquí se requiere que el niño restituya el
      daño que ha originado y sobrecorrija o mejore el estado
      original de las cosas. Por ejemplo, por pegar a alguien, se le
      puede exigir al niño que acaricie el área
      lastimada durante treinta segundos y que después pida
      disculpas diez veces después de cada incidente. Este
      modo de actuar ante la conducta agresiva se conoce
      también como entrenamiento
      en el respeto a
      otros.
    2. Práctica positiva: Consiste en la
      repetición de una conducta deseable. Por ejemplo, si el
      niño ha dado patadas a los juguetes
      tendrá que colocar al juguete tirado en su lugar y,
      además, ordenar todos los juguetes presentes aunque no
      los haya tirado.
    1. Reforzamiento diferencial

    Consiste en reforzar otras conductas emitidas por el
    niño excepto la que deseamos eliminar, en este caso la
    conducta agresiva.

    Son dos las modalidades de reforzamiento diferencial que
    resultan útiles para el tratamiento de la conducta
    agresiva:

    1. Reforzamiento de omisión: Se refuerza
      al niño cuando lleva un tiempo sin emitir la conducta
      agresiva.
    2. Reforzamiento de conductas alternativas o
      incompatibles:
      Se refuerza al niño por emitir
      precisamente una conducta incompatible con la agresión.
      Incompatible quiere decir que no puede darse al mismo tiempo
      que la conducta agresiva. Una conducta incompatible a la
      agresión ante una situación conflictiva seria una
      conducta de cooperación, o asertiva, o cualquier otro
      tipo de interacción no agresiva.

    Ambos procedimientos permiten superar algunas de las
    consecuencias negativas que podría tener el uso de la
    extinción. Puesto que con la extinción el
    niño deja de recibir la atención que hasta entonces recibía
    por la conducta agresiva, al aplicar el reforzamiento diferencial
    continuamos atendiendo al niño, solo que ahora lo hacemos
    por comportarse adecuadamente.

    Además si combatimos el reforzamiento de
    conductas incompatibles con algunas de las técnicas
    anteriormente vistas, no solo el indicamos al niño lo que
    esta mal, sino que también el decimos que es lo que debe
    hacer, al tiempo que nos encargamos de incrementar la
    probabilidad de ocurrencia de la conducta adecuada.

    VI.
    PREVENCIÓN DE COMPORTAMIENTOS AGRESIVOS EN LOS
    NIÑOS

    Para prevenir el comportamiento agresivo la mejor
    estrategia consiste en disponer el ambiente de modo que el
    niño no aprenda a comportarse agresivamente, y por el
    contrario, si lo dispongamos de modo que le resulte asequible
    el aprendizaje
    de conductas alternativas a la agresión. Usted puede
    disponer el ambiente modelando, instruyendo y reforzando
    conductas adaptativas al tiempo que no refuerza las conductas
    agresivas.

    Siempre que se encuentre ante una situación
    conflictiva ya sea ante su pareja o con su propio hijo o con
    cualquier otra persona, modele la calma por medio de la
    expresión facial, la postura, los gestos, lo que dice y el
    tono, la velocidad y el
    volumen con
    que dice las cosas. Modele también comportamientos
    asertivos para defender sus propios derechos.

    En ningún caso y bajo ningún pretexto,
    deje que desde pequeño el niño consiga lo que desea
    cuando patalea, grita o empuja a alguien. Espere a dárselo
    cuando lo pida de forma calmada. Si aun el niño no ha
    tenido la oportunidad de aprender como se pide calmadamente las
    cosas, déle instrucciones acerca de cómo debe
    hacerlo, y refuércele con una sonrisa, o un "así me
    gusta". Refuerce siempre cualquier intento que el niño,
    aunque muy pequeño, muestre de comportarse adaptativamente
    en situaciones conflictivas.

    VII.
    INVESTIGACIONES

    7.1 Investigaciones a Nivel Nacional

    Espinosa (1996) investigo la relación entre
    conducta agresiva y ambiente familiar en niños de educación primaria,
    constatando que la presencia de un ambiente familiar adverso
    (problemas de pareja, familia extensa, maltrato
    infantil, indigencia) esta asociada a conductas agresivas en
    los niños, y que a mayores problemas familiares se
    correlaciona con una mayor dificultad infantil.

    Castro (1996) investigo acerca de las
    características familiares y psicosociales que influyen en
    la conducta agresiva de los niños preescolares del cono
    norte de Lima, hizo un estudio descriptivo analítico de
    corte transversal de treinta niños entre 3 y 6 años
    de edad con sus respectivos parientes (82 adultos), los
    instrumentos que empleo fueron: ficha de recolección
    de datos de la familia, un cuestionario
    de agresividad para niños (preferencias televisivas) y
    otra para adultos de Buss Durkee, los resultados a los que llego
    le permitieron establecer que existe relación entre los
    modelos de la conducta; padres familiares , la
    televisión y la conducta del niño. Por lo tanto
    concluyo que le puntaje de agresividad del niño tiene que
    ver con una mala relación con sus familiares
    (agresiva-autoritaria) encontró además una
    relación estadísticamente significativa (p<0,01)
    entre la agresividad del niño sus preferencias por
    programas
    infantiles de televisión (programas infantiles
    agresivos), además hallo que en las familias conformadas
    por mas de 5 miembros presentaba un agresividad alta.

    7.2 Investigaciones a Nivel
    Internacional

    Frías, Ríos, Martínez y Palacios
    (1992) investigaron la relación entre el aprovechamiento
    escolar y la conducta agresiva, a cien niños de 1er grado
    de primaria, hallando una correlación negativa entre
    ambos, así a mayor nivel de agresión existía
    menor aprovechamiento escolar.

    Henenkohl, Egolf y Henenkohl (1997) evaluaron
    antecedentes preescolares para la conducta antisocial adolescente
    en un seguimiento de 16 años a 457 niños
    preescolares con y sin maltrato. Los sujetos fueron detectados
    entre los 18 meses y 6 años de edad en una evaluación
    preescolar
    (referida ala dinámica familiar y a la estrategia de
    afronte en familias abusadoras y no abusadoras)
    evidenciándose que la disciplina física severa, una
    negativa calida en la interacciones madre-hijo, y la experiencia
    de abuso sexual,
    están relacionados con una mayor conducta antisocial
    adolescente en niños que provienen de familias abusadoras
    comparado con niños que provienen de famillas no
    abusadoras.

    CONCLUSIONES

    La agresividad es cualquier forma de conducta que
    pretende causar daño físico o psicológico a
    alguien u objeto, ya sea este animado o inanimado.

    Las conductas agresivas son conductas intencionadas, que
    pueden causar daño ya sea físico o psíquico.
    Conductas como pegar a otros, burlarse de ellos, ofenderlos tener
    rabietas o utilizar palabras inadecuadas para llamar a los
    demás.

    La conducta agresiva es un comportamiento dependiente de
    factores situacionales y organismicos. Se acepta factores
    hereditarios, pero se da primordial importancia a factores
    ambientales.

    Tratar la conducta agresiva no implica simplemente su
    reducción o eliminación, sino que también es
    necesario fortalecer comportamientos alternativos a la
    agresión. Por lo tanto hablar de cómo tratar la
    agresión, resulta imprescindible hablar también de
    cómo incrementar comportamientos alternativos.

    Para prevenir el comportamiento agresivo la mejor
    estrategia consiste en disponer el ambiente de modo que el
    niño no aprenda a comportarse agresivamente, y por el
    contrario, si lo dispongamos de modo que le resulte asequible el
    aprendizaje de conductas alternativas a la
    agresión.

    REFERENCIAS

    Marsellach, G (2005). Agresividad Infantil.
    Descargado el 11 de febrero del 2006 de:

    http://www.psicoactiva.com/arti/articulo.asp?SiteIdNo=783

    Mateo, E (1998). Agresividad infantil. Monografía
    para optar el titulo de Licenciado en Psicología. Universidad
    Nacional Federico Villareal. Lima-Perú.

    Paniagua, E. Agresividad entre escolares.
    Descargado el 13 de febrero del 2006 de:
    http://www.centroaltea.com/word/agresividad.doc

    Quintana, A (2003). Agresividad infantil.
    Monografía para optar el titulo de Licenciado en
    Psicología. Universidad Nacional Federico Villareal.
    Lima-Perú.

    Serrano, I (2003). Agresividad infantil. Madrid.
    Pirámide.

     

    Parco Landeo, Vladimir Axel

    Estudiante de Psicología (6to
    año)

    FACULTAD DE PSICOLOGIA

    Universidad Nacional Federico Villarreal

    LIMA – PERÚ (Marzo 2006)

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