- Resumen
- Objetivos
- Revisión
bibliográfica - Materiales y
metodología - Resultados
- Discusiones
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
- Anexos
El presente trabajo de
investigación titulado "Derecho Humano
al Agua Potable", se desarrolló con el objetivo de
fomentar y reconocer el acceso al agua potable,
como derecho humano universal, indivisible e imprescriptible;
para ello se accedió a diferentes investigaciones
realizadas por organismos gubernamentales y no gubernamentales,
sociedad civil
y personas entendidas en el tema.
El abastecimiento de agua potable insuficiente e
inadecuada que implican riesgos,
representa un problema constante sobre la salud de la población mundial. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 80%
de todas las enfermedades en el mundo en
desarrollo,
son causadas por la falta de agua limpia y saneamiento adecuado,
siendo ésta una de las causas principales de enfermedades
y muertes sobre todo en los niños.
Las dimensiones de los impactos a la salud, que en
nuestras poblaciones supone no tener acceso a agua en buenas
condiciones de salubridad son ya innegables. A pesar de los
aportes del progreso científico y tecnológico,
el agua sigue
siendo un problema; por esta razón, en el contexto de la
creación de un mundo cada vez más globalizado, no
podemos más que adoptar una óptica
política
para organizar los esfuerzos que confluyen en la
satisfacción de esta necesidad básica para todos y
cada uno de los habitantes de nuestro país.
El agua potable es un recurso vital para el ser humano y
el derecho al agua potable y al saneamiento forma parte
integrante de los derechos humanos
oficialmente reconocidos en los diferentes eventos
internacionales. Nunca se ha considerado el agua como lo que
realmente es: un bien común universal, patrimonio
vital de la humanidad. El acceso al agua debe ser considerado
como un derecho básico, individual y colectivamente
inalienable.
Frente a esto, se debe optar por una nueva cultura del
desarrollo
sostenible en materia de
aguas. Si pensamos que el bosque no es un simple
almacén
de madera,
entonces nuestros ríos, acuíferos, humedales y
lagos son mucho más que simples almacenes de
agua. Debemos entenderlos como valores
sociales, culturales, ambientales, además de los valores
productivos que representan a corto plazo. Integrar este conjunto
de valores es enfocar el tratamiento de nuestros ecosistemas
desde un nuevo Derecho Humano al Agua.
ABSTRACT
The present titled investigation word "Human
right to the drinkable water", was development with the objective
of to foment and to recognize the access to the
drinkable water, as universal, indivisible and non prescription
human right; for it, we accessed to different investigations
carried out by government organisms, civil society and people in
the topic.
The supply of insufficient and inadequate drinkable
water that imply risks represents a constant problem about the
world population’s health. The World Organization of Health
(WOH) estimates that 80 % of all the illnesses in the world in
development, are caused by the lack of clean water and
appropriate reparation, being mainly this one of the main causes
of illnesses deaths in the children.
The dimensions of the impacts to the health that
supposes do not have access to water
under good health conditions in our populations are already
undeniable. In spite of the contributions of the scientific and
technological progress, the water continues being a problem; for
this reason, in the context of the creation of a world every time
more integrate, we are not able to more than to adopt a political
optics to organize the efforts that converge in the satisfaction
of this basic necessity for all and each one of the inhabitants
of our country.
The drinkable water is a vital resource for the human
being and the right to the drinkable water and the reparations is
integral part of the officially grateful human right in the
different international events. It as never been considered the
water like what is really: A very common one universal good, the
humanity’s vital patrimony. The access to the water should
be considered as a basic, individual and collectively inalienable
right.
In front of this, it should be opted by a new culture of
the development sustainable in matter of waters. If we think that
the forest is not a simple wooden warehouse, then our rivers,
aquifer, and lakes are simple warehouses of water. We should
understand them like social, cultural, environmental values, also
of the productive values that represent short term. Integrate
this group of values is to focus the treatment of our ecosystems
from a new human rights to the water.
El agua potable es esencial e imprescindible para que
la vida misma sea posible sobre la faz de la tierra,
es mucho más que un bien, que un recurso, que una
mercancía, el agua potable es concretamente un derecho
humano de primer orden y un elemento esencial de la propia
soberanía nacional ya que, muy
probablemente, quien controle el agua controlará la
economía
y toda la vida en un futuro no tan lejano.
Los esfuerzos del hombre por
mejorar el medio
ambiente en el que habita y elevar su calidad de
vida, dependen entonces, de la disponibilidad de agua,
existiendo una estrecha correlación esencial entre la
calidad del
agua y la salud
pública, entre la posibilidad de acceder al agua y
el nivel de higiene y entre
la abundancia del agua y el crecimiento
económico y turístico.
Las medidas dirigidas a ampliar y mejorar los sistemas
públicos de prestación del servicio de
agua potable, contribuyen a una reducción de la
morbimortalidad, relacionada con las enfermedades
entéricas, porque dichas enfermedades, están
asociadas directa o indirectamente con el abastecimiento de
aguas deficientes o provisión escasa de agua.
Actualmente, 1.400 millones de personas no tienen acceso a agua
potable, y casi 4.000 millones carecen de un saneamiento
adecuado. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS),
el 80% de las enfermedades se transmiten a través de
agua contaminada.
Esta situación se debe a que sólo una
pequeña parte de la población, en particular en
los países en desarrollo, tiene acceso a un
abastecimiento de agua de calidad aceptable. Se estima que en
algunos países solamente el 20% de la población
rural, dispone de agua de calidad satisfactoria.
Basándose en estas estadísticas, se desprende la urgente
necesidad de tomar conciencia
sobre el cuidado del uso del agua. Casi sin darnos cuenta,
estamos poniendo en serio peligro este recurso tan esencial, no
ya para nosotros, sino para los hijos de nuestros hijos y sus
generaciones siguientes, tomar conciencia de que en otras
partes del mundo (o aquí mismo dentro de unos
años), cada gota tiene un valor que
nosotros no le damos.
2.1. OBJETIVO GENERAL
- Fomentar el reconocimiento del acceso al agua
potable, como derecho humano universal, indivisible e
imprescriptible.
2.2. OBJETIVOS
ESPECÍFICOS
- Difundir precedentes legales que reconozcan el
derecho a acceder al agua potable como un derecho
humano. - Promover la conciencia social sobre el
vínculo que existe entre los derechos
humanos y el acceso al agua potable. - Promover el acceso a la justicia
de la población afectada en sus derechos humanos, como
producto
del uso no sustentable de los recursos
hídricos. - Difundir la investigación mediante
publicación en páginas
Web.
3.1 FUNDAMENTO DEL DERECHO HUMANO AL AGUA
POTABLE
3.1.1 El Agua Dulce es un Recurso
Limitado
Según el Programa de las
Naciones Unidas
para el Medio Ambiente
(PNUMA, 2003), el agua cubre el 75% de la superficie terrestre;
el 97,5% del agua es salada, sólo el 2,5% es dulce. Los
casquetes de hielo y los glaciares contienen e1 74% del agua
dulce del mundo. La mayor parte del resto se encuentra en las
profundidades de la tierra o
encapsulada en la tierra en forma de humedad. Sólo el
0,3% del agua dulce del mundo se encuentra en los ríos y
lagos. Para uso humano se puede acceder, a menos del 1% del
agua dulce superficial subterránea del planeta. (Ver
anexo Nº 08)
En 25 años, es posible que la mitad de la
población del mundo, tenga dificultades para encontrar
agua dulce en cantidades suficientes para consumo y
para riego. En la actualidad, más de 80 países,
(el 40% de la población mundial) sufren una escasez
grave de agua. Las condiciones pueden llegar a empeorar en los
próximos 50 años, a medida que aumente la
población y que el calentamiento mundial perturbe los
regímenes de precipitaciones. Un tercio de la
población mundial vive en zonas con escasez de agua, en
las que el consumo supera el abastecimiento. Asia occidental
es la región más amenazada. Más del 90% de
la población de esa región, padece un gran
estrés
por escasez de agua y el consumo de agua supera en un 10% los
recursos de agua dulce renovables.
- El Agua Dulce es un Recurso Esencial para la
Salud
El agua es un elemento esencial para la vida humana,
para la salud básica y para la supervivencia,
así como para la producción de alimentos y
para las actividades económicas.
Según Guissé H.1997, en el ser
humano, la pérdida de agua puede tener consecuencias
graves, si alcanza el 10% de la masa presente en el cuerpo, y
provocar la muerte
a partir del 20%. Por otra parte, aunque el agua está
siempre cargada de diferentes sustancias minerales y
orgánicas, su contenido en el hombre
adulto y en buena salud va del 58 al 67%, mientras que en el
recién nacido es del orden del 66 al 74%.
Según el Programa de las Naciones Unidas para
el Medio Ambiente (PNUMA, 2003), las enfermedades
transmitidas por el agua, causan el 80% de las enfermedades y
muertes que se producen en los países en desarrollo y
provocan la muerte de
un niño cada ocho segundos. La mitad de las camas de
hospitales del mundo, están ocupadas por gente que
padece enfermedades transmitidas por el agua.
Se ha comprobado que los servicios
deficientes de agua y saneamiento, son la causa directa del
deterioro de las condiciones de salud, así como causa
importante de enfermedades originadas en el medio ambiente.
El impacto de la falta de agua segura, se traduce en que casi
la mitad de los habitantes de los países en desarrollo
— sobre todo niñas y niños— sufren
enfermedades causadas, directa o indirectamente, por el
consumo de agua o de alimentos contaminados, o por organismos
patógenos que se desarrollan en el agua
(Organización de las Naciones Unidas, 2003). Las
cifras son dramáticas: cada año, 2,2 millones
de habitantes de países en vías de desarrollo,
(la mayoría menores de edad), mueren por enfermedades
asociadas a la falta de acceso al agua potable, la inadecuada
salubridad y la escasa higiene; esto significa que,
diariamente, 6.000 niños y niñas mueren por
estas razones.
Según el Programa de las Naciones Unidas para
el Medio Ambiente (PNUMA, 2003), una persona
necesita beber aproximadamente cuatro litros de agua por
día. De acuerdo con los parámetros de la
Organización Mundial de la Salud (OMS, 2000) y del
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
(UNICEF), un suministro razonable de agua debe
corresponder como mínimo a veinte litros por persona
al día, y la instalación debe estar situada a
menos de un kilómetro de la vivienda del usuario. Sin
embargo casi e1 4% de la población del mundo vive a 60
kilómetros o menos de la costa. Las enfermedades y
defunciones relacionadas con las aguas costeras contaminadas
cuestan a la economía mundial, por sí solas
16.000 millones de dólares por año.
En término medio, el uso doméstico
diario de agua dulce de una persona de un país
desarrollado, es diez veces superior al de una persona de un
país en desarrollo. En el Reino Unido, una persona usa
un promedio de 135 litros de agua por día. En los
países en desarrollo, una persona usa 10
litros.
3.1.3 El Agua Recurso Compartido
Según el Programa de las Naciones Unidas para
el Medio Ambiente (PNUMA, 2003), los ríos forman un
mosaico hidrológico en el mapa político del
mundo. Hay aproximadamente 263 cuencas fluviales
internacionales, que abarcan el 45,3% de la superficie
terrestre del planeta (excluyendo la Antártica) y en las que habita
más de la mitad de la población del mundo. Un
tercio de esas 263 cuencas transfronterizas es compartido por
más de dos países.
En muy pocos casos, los límites de las cuencas
hidrográficas coinciden con los límites
fronterizos administrativos. Muchos países
también comparten los acuíferos
subterráneos. Los acuíferos subterráneos
almacenan hasta el 98% de las fuentes de
agua dulce accesibles. Proporcionan el 50% del agua potable
en el mundo, el 40% del agua utilizada para la industria
y el 20% del agua para la agricultura.
3.1.4 El Agua en el Futuro
Según el Programa de las Naciones Unidas para
el Medio Ambiente (PNUMA, 2003), doscientos
científicos de 50 países han determinado que la
escasez de agua, es uno de los dos problemas
más acuciantes del nuevo milenio (el otro es el
cambio
climático).
Desde 1950, se ha triplicado con creces el uso del
agua en el mundo. Durante los últimos 25 años,
la disponibilidad de agua en el mundo disminuyó un
50%. Si continúa la tendencia actual, en los
próximos 20 años, los seres humanos
utilizarán un 40% más de agua que en la
actualidad. Según proyecciones, para el año
2025, se predice que 3,500 millones de personas (casi la
mitad de la población total), sufrirán
problemas con el agua. Así mismo, la cantidad de gente
que vive en países con estrés por falta de
agua, pasará de los 470 millones actuales a 3.000
millones en el año 2025. La mayor parte de esa gente
vive en países en desarrollo.
Para lograr los objetivos de suministro de agua
dulce, la Organización de las Naciones Unidas
(ONU),
asegura que utilizará la campaña de una
década de duración para llamar a los gobiernos
a cumplir con las promesas realizadas en la Cumbre del
Milenio del año 2000, donde los líderes
prometieron reducir el número de personas que carecen
de acceso a agua potable para el año 2015. Para ello
habrá que abastecer de agua a 1.500 millones de
personas más en África, Asia, América
Latina y el Caribe. Casi 200 millones de personas en
África sufren una grave escasez de agua. En el 2025,
aproximadamente 230 millones de africanos tendrán
problemas por insuficiencia de agua y 460 millones
vivirán en países con estrés por falta
de agua.
Los problemas del agua, están más
relacionados con una mala gestión que con la escasez de ese
recurso. En algunos casos hasta el 50%, del agua en las zonas
urbanas, y el 60%, del agua utilizada para la agricultura se
desperdicia por pérdidas y evaporación. La
explotación forestal y la conversión de la
tierra para dar lugar a las demandas de los seres humanos,
han reducido a la mitad los bosques del mundo entero, lo cual
ha aumentado la erosión de la tierra y la escasez de
agua.
Entre 300 y 400 millones de personas en todo el
mundo, viven en áreas cercanas a humedales y dependen
de éstos. Los humedales son mecanismos de tratamiento
de las aguas servidas extremadamente eficientes, ya que
absorben las sustancias químicas y filtran los
contaminantes y sedimentos. La mitad de los humedales del
mundo han desaparecido a causa de la urbanización y el
desarrollo industrial. La única manera de lograr un
desarrollo sostenible y de mitigar la pobreza,
será mediante una mejor gestión de los
ríos y humedales, y de las tierras en las que desaguan
y drenan, así como a través de una mayor
inversión en ellos.
3.1.5 Principios del
Derecho al Agua Potable
- El primero, es el derecho a disponer de una
cantidad suficiente para consumir de agua potable. Alrededor
de 50 a 100 litros de agua. - El segundo, es que el agua debe cumplir con los
estándares máximos para ser
consumida. - El tercero, consiste en que el centro de
abastecimiento debe estar próximo a la residencia y de
fácil acceso. - El cuarto y último, es que el hecho de
acceder al agua no puede significar renunciar al consumo de
otros bienes
vitales. En tal caso el acceso al agua debe ser enteramente
gratuito.
3.1.6 El Agua en el Contexto
Internacional
Según la Organización de las Naciones
Unidas (ONU, 2003), el agua promete ser en el siglo XXI, lo
que fue el
petróleo para el siglo XX, el bien precioso que
determina la riqueza de las naciones.
El agua brota como el mayor conflicto
geopolítico del siglo XXI. Se espera que en el
año 2025, la demanda de
este elemento, tan necesario para la vida humana, sea un 56%
superior que el suministro. Se calcula que, en la actualidad,
los 6.250 millones de habitantes en el mundo ya
requerirían un 20% más de agua. Según el
Informe de
las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos
hídricos en el mundo (WWDR), más que un
problema de escasez, "se trata de una crisis de
gestión de los recursos hídricos, esencialmente
causada por la utilización de métodos inadecuados"
(Organización de las Naciones Unidas,
2003).
Los recursos hídricos en lagos, ríos y
acuíferos son, en general, renovables a través
de precipitaciones que constituyen, en definitiva, la
principal fuente de agua para la humanidad. A través
del fenómeno de la evapotranspiración, el agua
puede cumplir su ciclo natural y luego precipitarse en forma
de lluvia irrigando los ecosistemas, los bosques y las
tierras de pastoreo y de cultivo. En promedio, el ser humano
consume 8% del total de agua dulce renovable, 26% de la
evapotranspiración y 54% del agua de
escorrentía accesible.
3.1.7 Utilización del Agua en el
Mundo
En un mundo globalizado como el actual, es
importante destacar la relación que existe entre el
agua dulce renovable y el número de habitantes de los
diferentes continentes, además del estado
actual en términos de calidad y acceso. De esta manera
se estará en condiciones de entender mejor las
posiciones políticas sobre el destino de este
recurso a nivel mundial.
Cuadro Nº 01: Relación entre el
volumen
de Agua y el Número de Habitantes, expresados en % a
nivel de Continentes. 2003.
Continente | Agua % | Habitantes % |
Asia África América del Norte y Central América del Sur Australia Europa | 36 11 15 26 4 8 | 60 12 8 6 1 13 |
Fuente: Organización de
las Naciones Unidas para la
Educación la
Ciencia y la Cultura (UNESCO)
Casi toda Europa se
encuentra en una situación que oscila entre crítica y grave, debido a la
explotación de los recursos
naturales, así como a la
contaminación provocada por las industrias, especialmente las
petroquímicas y el uso de agrotóxicos. De sus
55 ríos, sólo 5 no están
contaminados.
Por su parte, Asia muestra una
situación extremadamente grave en el suministro de
agua, que incluso es causa de enfrentamientos armados entre
países.
En China, el
río Amarillo y los ríos que alimentan las
planicies del norte y las reservas subterráneas, han
sido afectados por la contaminación, debido fundamentalmente
al auge de su crecimiento económico y a una incorrecta
gestión
ambiental. Como consecuencia, el norte del país se
está secando y dos tercios de todas las ciudades no
cuentan con suficiente agua a lo largo del año. En
Australia, la sobreexplotación de los ríos y de
las reservas de agua subterránea, está haciendo
que se concentren grandes cantidades de sal en la superficie;
el intento por desviar el curso de algunos ríos
terminó causando un desastre ecológico
irreversible, pues se perdió gran cantidad de tierras
fértiles. En el norte de África, a pesar de que
existen dos enormes acuíferos, el suministro de agua
está en estado crítico, con el agravante de que
la mayoría de sus ríos y lagos están
contaminados.
En Estados
Unidos, la situación es también
crítica, dado que la mitad de la población (200
millones de personas), dependen del agua subterránea
para el uso doméstico. Los acuíferos
estadounidenses se encuentran contaminados y han mermado su
capacidad, a pesar de tener aún reservas para unos 40
años. Merece resaltarse el caso del acuífero
Ogallala, cuyo volumen ha disminuido en unos 60 metros,
debido a la sobreexplotación para irrigar las grandes
extensiones de cereales; presenta, además, altos
niveles de contaminación por el uso de
agrotóxicos, desechos químicos y residuos
sólidos.
Canadá posee 9% del agua dulce y renovable
del mundo; este recurso es, en su mayoría
subterráneo, y su volumen es cerca de 37 veces mayor
que el del agua de lagos y ríos de todo el
país. Más de un cuarto de la población
de este país, se abastece de agua subterránea
para uso doméstico. Sin embargo, como en el resto de
países, existen serios problemas de
contaminación, debido a la presencia de
petroquímicos, pesticidas, aguas servidas y nitratos,
que ponen en riesgo la
salud de la población por la alta toxicidad que se
genera. En el caso de América Latina, el acuífero
Guaraní, con una reserva promedio de 45.000
kilómetros cúbicos, podría cubrir las
necesidades de agua de 360 millones de personas
indefinidamente, por tratarse de una reserva renovable de
acuerdo con los estudios realizados por el Proyecto de
Protección Ambiental y Desarrollo
Sustentable del Acuífero Guaraní. Sin
embargo, en América Latina existen problemas de
disponibilidad y calidad de agua, como señala el
Informe del Banco
Mundial sobre Salud y Medio Ambiente: En la
mayoría de los casos el problema del agua en la
región obedece a la falta de un marco jurídico,
institucional y normativo adecuado, a las enormes
distorsiones en los precios y
a los servicios subsidiados que benefician a los sectores
más prósperos de la sociedad
en detrimento de los pobres. (Banco
Interamericano de Desarrollo, 2003).
3.1.8 Agua y Agricultura
Datos del Banco Mundial (2001), muestran que 70% del
agua en el mundo es para uso agrícola,
proporción que se eleva a 82% en países de
ingresos
bajos y medios,
comparado con un 30% en los países de altos ingresos.
Basta recordar que un kilogramo de trigo o de arroz
requieren, respectivamente, 1.500 y 4.500 litros de agua,
mientras que el algodón necesita 10.000. Las tierras de
regadío representan únicamente alrededor de una
quinta parte de la zona cultivable total de los países
en desarrollo.
De manera inversa, el agua para uso industrial en
estos países es de 59% respecto a un 10% en los
países de ingresos bajos y medios. La industria tiene
grandes necesidades de agua; este sector absorbe cerca del
20% de los recursos disponibles. A título de ejemplo,
la fabricación de una tonelada de acero
exige por término medio 200 metros cúbicos de
agua, la de una tonelada de papel, entre 50 y 300 metros
cúbicos, y la de un automóvil, cerca de 30.000
litros de agua.
La importancia del recurso agua para la
producción de alimentos, se encuentra condensada en el
Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los
recursos hídricos en el mundo (Organización de
Naciones Unidas, 2003). El informe destaca que el riego
consume actualmente 70% del insumo total de agua, cantidad
que aumentará en un 14% o 17% en los próximos
treinta años por el incremento de las zonas de
regadío.
El documento refiere también, que la
mayoría de los sistemas de riego funcionan de manera
ineficiente, por lo cual se pierde aproximadamente 60% del
agua que se extrae, que se evapora o que vuelve al cauce de
los ríos o a los acuíferos subterráneos.
El agua subterránea poco profunda, importante fuente
de agua de regadío, es también motivo de
preocupación en el mencionado informe, que resalta
factores como el exceso de bombeo de los acuíferos, la
contaminación por sustancias agroquímicas y la
extracción excesiva de aguas
subterráneas.
Las aguas residuales, son también usadas para
regadío: abastecen a alrededor de 10% del total de las
tierras de regadío en los países pobres. Por lo
general se las usa en forma directa, sin tratamiento, con los
riesgos que ello supone por la exposición de los trabajadores y los
consumidores a parásitos bacterianos, amébicos,
virales y nemátodos, así como a contaminantes
orgánicos, químicos y metales
pesados. El uso de aguas residuales sin tratar es,
además, una barrera para la exportación de cosechas y restringe
parcialmente su acceso al mercado
interno.
3.1.9 Acceso a Servicios Básicos: Agua y
Saneamiento
Según Guissé H., 1997, actualmente,
1.400 millones de personas no tienen acceso a agua potable, y
casi 4.000 millones carecen de un saneamiento adecuado.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA, 2003), el problema es especialmente grave en
las zonas rurales y en las zonas urbanas en rápida
expansión. Por ejemplo en África, 300 millones
de personas (el 40% de la población) viven sin un
saneamiento e higiene básicos, lo cual representa un
aumento de 70 millones de personas desde 1990.
En Asia meridional, entre los años 1990 y
2000, 220 millones de personas se beneficiaron con las
mejoras en el acceso al agua dulce y al saneamiento. En ese
mismo período, se sumaron a la población 222
millones de personas, lo cual anuló totalmente los
adelantos logrados. En ese mismo período, en
África oriental se duplicó la cantidad de gente
sin servicios de saneamiento, que pasando a 19 millones de
personas. El costo de
suministrar agua potable y servicios de saneamiento adecuados
a todas las personas en el mundo para el año 2025,
será de 180.000 millones de dólares por
año, es decir una inversión de dos a tres veces
mayor que la actual.
A nivel de América Latina, los datos revelan
que 15% de la población regional (alrededor de 76
millones de personas), no tiene acceso a agua potable,
proporción que se duplica en el caso de las zonas
rurales, mientras que el 60% de las viviendas urbanas y
rurales con conexión no tienen un abastecimiento
continuo. Respecto a la eliminación de aguas
residuales, menos del 50% de la población está
conectada a redes y una tercera
parte depende de sistemas individuales; sólo 14% del
volumen total es tratado, en muchos casos en lagunas de
oxidación obsoletas. Es importante resaltar que en los
países en desarrollo, casi la mitad del agua potable
de los sistemas de suministro se pierde por filtraciones,
falta de mantenimiento y conexiones ilícitas, lo
cual aumenta la vulnerabilidad frente al acceso a este
recurso.
De acuerdo a los resultados de la Encuesta
Nacional de Hogares (ENAHO, 2001), el 63.7 % de los hogares
accede a agua potable por red pública, el
60.8 % por instalaciones dentro de la vivienda y el 2.9 %
acceden por fuera de la vivienda pero dentro del edificio, en
el que se encuentra ubicada la vivienda. El resto de los
hogares acceden a agua pero en condiciones riesgosas para su
salud, representando el 36.3 % de la población. Este
ultimo grupo de
hogares se abastece de agua de río, acequia o
manantial (15.6 %), pozo 6.3 %, pilón de uso
público 4.8 % y otras formas como agua de lluvia,
nieve derretida, agua de vecino, etc. (5.0 %).
3.1.10 El Agua en el Contexto Nacional: Distribución del Agua Dulce a nivel
Nacional
El Perú está atravesado por la
cordillera de los Andes, que conforma 3 grandes regiones
físico-geográficas bien definidas, dentro de
las cuales se incluyen 11 ecorregiones. La región
amazónica abarca el mayor porcentaje territorial y,
coincidentemente, es la que cuenta con la mayor cantidad de
agua dulce; en contraste, la región costera es la
más pequeña y la que tiene menores recursos
hídricos. Entre la costa y la sierra, que ocupan 11,7%
y 28,4% del territorio, vive alrededor de 90% de la
población total del Perú (Instituto Nacional de
Recursos Naturales, 2003). Debido a las
características geográficas del país y
teniendo en cuenta la distribución poblacional,
podemos decir que el agua fluye en una proporción muy
desigual. Un total de 2.042.875 m3 de agua
superficial, son vertidos de la siguiente manera
(Según Perú Ecológico, 2000):
• 1.998.405 m3 (97,8% del total)
desembocan en el Atlántico; previamente surcan la
región amazónica, cuya extensión
territorial es de 956.756 Km2 (74,5%) y donde
habita sólo 10% de la población del
país.
• 34.291 m3 (1,7% del total)
desembocan en el Pacífico, para lo cual cruzan la
sierra y la costa, cuya extensión territorial es de
279.689 Km2 (21,7%) y donde habita
aproximadamente 90% de la población.
• 10.174 (0,5% del total) desembocan en el
lago Titicaca, y previamente riegan 48.775
Km2.
Del total de agua disponible en el país, se
destina alrededor de 85,79% a la agricultura (riego),
mientras que el porcentaje restante se distribuye de la
siguiente manera: actividad pecuaria 0,43%, minera 1,05%,
industrial 5,79% y uso doméstico o de consumo humano
6,84% (Instituto Nacional de Recursos Naturales, 2003).
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2003), la superficie
ocupada por la actividad agrícola abarca apenas 5,92%
del territorio nacional (7,6 millones de
hectáreas).
3.1.11 Perspectivas Futuras
Según el Viceministerio de Construcción y Saneamiento, 2002, el
Gobierno
peruano, tiene como meta aumentar la cobertura de agua y
saneamiento a 100% en el área rural, hasta el
año de 2010 y aumentar a 90-95% las coberturas en el
área urbana. Sin embargo, el alcance de estas metas,
estarán sujetas a una serie de esfuerzos paralelos que
garanticen la sostenibilidad de los servicios de agua potable
y saneamiento y la eficacia de
estas inversiones, muchos de los cuales, ya fueron
incluidos en las propuestas de reformulación de
políticas del sector.
El Estado Peruano está planificando
desarrollar un programa de inversiones que, pasará de
229 millones de dólares de inversión anual
(inversión del Estado y otras) a 326,9 millones de
dólares anuales para el período 2000 al 2010
(1,42 veces la inversión anual de la década).
Sin embargo, existen limitaciones financieras para llevar
adelante el programa mencionado y el esfuerzo en la
búsqueda de estos recursos es esencial para el
cumplimiento del plan de
inversiones en el Sector.
3.2. MARCO INTERNACIONAL SOBRE EL DERECHO AL
AGUA
Los derechos humanos son el conjunto de
prerrogativas inherentes a la naturaleza
de la persona, cuya realización efectiva resulta
indispensable para el desarrollo integral del individuo
(Yamin, 2002). Estos derechos deben ser reconocidos y
garantizados por el Estado
bajo los principios de respeto,
protección y realización; es decir, no violar
los derechos, promoverlos y garantizarlos.
Así, una perspectiva de derechos humanos se
centra en las obligaciones del Estado hacia el individuo y
la sociedad, que son exigibles por los ciudadanos.
Éstas ponen el énfasis en las disparidades y la
discriminación que afecta a las
poblaciones socialmente excluidas, con el fin de movilizar
recursos para atender las necesidades de estos grupos
históricamente desfavorecidos. Esto es especialmente
relevante en un país como el Perú,
caracterizado por profundas inequidades que se reflejan en
indicadores de morbilidad, mortalidad y
discapacidad que afectan de manera
desproporcionada a poblaciones en situación de
discriminación y vulnerabilidad. Un
enfoque basado en los derechos humanos tiene implicancias
para una serie de actores vinculados directa o indirectamente
con el tema de análisis, en nuestro caso, el derecho
al agua potable.
Los Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (DESC), fijan límites a la discrecionalidad
estatal en el momento de tomar decisiones, sobre las
políticas públicas. La asunción de
obligaciones en este campo establece prioridades que los
Estados se han comprometido a cumplir, debiendo destinar a
este propósito los recursos que sean necesarios. Al
igual que todos los derechos humanos, el derecho al agua
impone tres tipos de obligaciones a los Estados Partes, a
saber: las obligaciones de respetar, proteger y
realizar.
- Obligación de respetar. Implica que
los gobiernos deben abstenerse de tomar cualquier medida que
impida a la población satisfacer estos derechos. A
veces, para respetarlos, basta que el Gobierno se abstenga de
realizar ciertas prácticas, como, por ejemplo,
permitir que las empresas
estatales o privadas contaminen los ríos, fuentes de
abastecimiento de agua para el consumo humano.
Las violaciones de la obligación de respetar,
se desprenden de la interferencia del Estado Parte con el
derecho al agua. Estas violaciones incluyen, entre otras
cosas:
- La interrupción o desconexión
arbitraria o injustificada de los servicios o instalaciones
de agua; - Los aumentos desproporcionados o discriminatorios
del precio del
agua; y - La contaminación y disminución de los
recursos de agua en detrimento de la salud del
humano.
En los casos en los que no se pueda evitar la
interferencia, los gobiernos están obligados a dar
información completa a la
población y a consultar a las autoridades; por su parte,
la población puede presentar una queja formal frente a
un tribunal o corte. Nadie debe carecer de agua.
b) Obligación de proteger. Implica que
los gobiernos deben prevenir toda posible violación a
los derechos, no solamente de sus agentes sino de terceras
partes, como son: consorcios, empresas, grupos multinacionales,
etcétera.
Las violaciones de la obligación de proteger,
dimanan del hecho, de que un Estado no adopta todas las medidas
necesarias para proteger, dentro de su jurisdicción, a
las personas contra las violaciones del derecho al agua por
terceros. Estas violaciones incluyen, entre otras
cosas:
- No promulgar o hacer cumplir leyes que
tengan por objeto evitar la contaminación y la
extracción no equitativa del agua. - No regular y controlar eficazmente los servicios de
suministro de agua. - No proteger los sistemas de distribución de
agua (por ejemplo, las redes de canalización y los
pozos) de la injerencia indebida, el daño y la
destrucción.
c) Obligación de realizar.
Requiere que los gobiernos adopten las medidas necesarias
destinadas a garantizar derecho al agua potable. Esta
obligación es más positiva e intervencionista. En
esta categoría se plantean cuestiones de gastos
públicos, reglamentación gubernamental de la
economía, regulación del mercado,
provisión de servicios
públicos e infraestructura afín,
políticas de subsidios y otras obligaciones positivas,
como, por ejemplo, garantizar el acceso de los sectores
más pobres al agua segura mediante políticas
diferenciadas, eliminar residuos domiciliarios, otorgar
subsidios para viviendas sanas, entre otras.
Las violaciones de la obligación de realizar,
se producen cuando los Estados Partes no adoptan todas las
medidas necesarias para garantizar el disfrute del derecho al
agua. Los siguientes son algunos ejemplos:
- No adoptar o ejecutar una política nacional
sobre el agua encaminada a garantizar a todos el derecho al
agua. - Asignar fondos insuficientes o asignarlos en forma
incorrecta, con el resultado de menoscabar el disfrute del
derecho al agua por personas o grupos, especialmente los
vulnerables o marginados. - No vigilar el grado de realización del
derecho al agua, a nivel nacional, por ejemplo estableciendo
indicadores y niveles de referencia. - No adoptar medidas contra la distribución no
equitativa de las instalaciones y los servicios de
agua. - No establecer mecanismos de socorro de
emergencia. - No lograr que todos disfruten del derecho al agua
en el nivel mínimo indispensable.
En 1968, el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC),
contempla la realización paulatina de los derechos y
tiene en cuenta las restricciones derivadas de las limitaciones de los
recursos existentes, aunque impone obligaciones de efecto
inmediato, como la que señala, que estos derechos se
ejerzan sin discriminación y que se adopten medidas
dentro de un plazo razonablemente breve. De acuerdo con los
Principios de Limburgo (21 y 23), "La obligación de
alcanzar el logro progresivo de la completa
aplicación de los derechos exige que los Estados
actúen tan rápidamente como les sea posible
en esa dirección". Esto implica que los
Estados, no pueden diferir indefinidamente los esfuerzos
necesarios para completar la realización de estos
derechos. De esta manera, los tratados
de derechos humanos imponen a los Estados no sólo
obligaciones de resultado, sino también, y con mayor
énfasis, obligaciones de conducta, que deben traducirse en leyes,
políticas y programas
para lograr que la población tenga estándares
de vida dignos.
3.2.1 El Derecho a la Salud
El Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC),
establece el contenido mínimo del derecho a la
salud, que incluye el derecho a entornos saludables,
precisando lo siguiente: el mejoramiento de todos los
aspectos de la higiene ambiental e industrial
entraña, en particular, la necesidad de velar por el
suministro adecuado de agua limpia potable y la
creación de condiciones sanitarias básicas;
la prevención y reducción de la
exposición de la población a sustancias
nocivas, tales como radiaciones y sustancias
químicas nocivas u otros factores ambientales
perjudiciales que afectan directa o indirectamente a la
salud de los seres humanos.
La Observación General Nº 14 del
Comité de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (CDESC, 2000), sobre el derecho a la salud,
interpreta el derecho a la salud, como un derecho inclusivo
que no sólo abarca la atención de salud oportuna y
apropiada, sino también los principales factores
determinantes de la salud, como el acceso al agua limpia
potable y a condiciones sanitarias adecuadas, condiciones
sanas en el
trabajo y el medio ambiente", detallando las
obligaciones fundamentales de los Estados en la esfera del
derecho a la salud, en la cual el Comité
establecía que esas obligaciones implicaban
garantizar el acceso a un hogar, a vivienda y a condiciones
sanitarias básicas, así como a un suministro
adecuado de agua limpia potable.
3.2.2 Reconocimiento del Agua como Derecho
Humano
Con frecuencia, en los debates internacionales se
ha señalado que el reconocimiento del agua como
derecho humano, podría constituir el paso más
importante para abordar, el desafío de brindar a la
población el elemento más básico de la
vida. Un tema recurrente en el debate
sobre el agua como derecho humano, ha sido el
reconocimiento de que contar con ésta es una
precondición indispensable para alcanzar todos los
demás derechos humanos. Se sostiene que sin el
acceso equitativo a un requerimiento mínimo de agua
potable, serían inalcanzables otros derechos
establecidos, como el derecho a un nivel de vida adecuado
para la salud y para el bienestar, así como los
derechos civiles y políticos.
Se considera que el
lenguaje de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, que constituye el cimiento de las
declaraciones posteriores, no estuvo destinado a incluir
todos los derechos, sino más bien a reflejar los
componentes de un nivel de vida adecuado. La
exclusión del acceso al agua como un derecho
explícito se debió sobre todo a su
naturaleza; al igual que el aire, el
agua fue considerada un elemento tan fundamental que se
creyó innecesario mencionarla
explícitamente.
Muchas de las personas que diseñan las
políticas, así como los defensores de los
derechos humanos, han hecho un llamado a que se establezca
que el acceso al agua potable es un derecho humano, porque
consideran que este reconocimiento, es un paso esencial
para asegurar que se realicen acciones
en nombre de aquellos que carecen de dicho acceso. Estas
personas, piensan que la obligación legal
proveniente de dicho reconocimiento, motivaría a los
gobiernos de los países en vías de desarrollo
y de los países donantes a realizar cambios
efectivos en las políticas internas y de ayuda, a
asignar recursos, así como a brindar a los grupos de
ciudadanos bases sólidas a partir de las cuales
puedan ejercer presión sobre los
gobiernos.
3.2.3 Desarrollo del Reconocimiento del Agua
como un Derecho Humano
En noviembre del 2002, el Comité de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CDESC),
de las Naciones Unidas; marca un
hito en la historia de
los derechos humanos, al reconocer (en la
observación General Nº 15 sobre el cumplimiento
de los artículos 11 y 12, del PIDESC), de manera
explícita el acceso al agua segura como un derecho
humano fundamental. El Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (CDESC), establece
que "el derecho humano al agua es indispensable para llevar
una vida en dignidad
humana" y que éste es "un pre-requisito para la
realización de otros derechos humanos".
La obligación de los gobiernos de respetar
el derecho de acceso al agua potable, en el marco de la
legislación sobre derechos humanos se encuadra de
manera amplia en los principios de respeto,
protección y satisfacción de las necesidades
humanas.
La mencionada observación, también
enfatiza que los 146 países que ratificaron el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (PIDESC), deben velar para que la
población tenga progresivamente acceso al agua
potable segura y a instalaciones de saneamiento, de forma
equitativa y sin discriminación, adoptando estrategias y planes de acción nacionales que les permitan
"aproximarse de forma rápida y eficaz a la
realización total del derecho a tener agua". Estas
estrategias deberán:
a) Estar basadas en leyes y principios de los
derechos humanos,
b) Abarcar todos los aspectos del derecho al
agua y las correspondientes obligaciones de los
países,
c) Definir objetivos claros,
d) Fijar las metas y los plazos requeridos
y
e) Formular políticas adecuadas y los
correspondientes indicadores.
Según el documento mencionado, la
aplicación práctica de este derecho debe ser
factible, puesto que todos los Estados miembros ejercen
control
sobre una variedad de recursos, que incluyen el agua, la
tecnología, los recursos financieros
y la ayuda internacional, junto con otros derechos
establecidos en el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC).
Asimismo, sostiene que el concepto de
suficiencia de agua no debe interpretarse de manera
restringida, por mera referencia al volumen de este
elemento y a las tecnologías, sino que el agua debe
tratarse como un bien cultural y social, y no esencialmente
como un bien primario.
Esta idea representa una visión diferente
de las decisiones tomadas en diversos foros internacionales
en la década de 1990, cuando se consideró al
agua como un bien primario, y refleja un cambio hacia
políticas basadas en el mercado, que muestran el
costo real del agua, reducen los subsidios y posiblemente
involucran al sector privado en los servicios de
suministro.
La Observación General Nº 15 de el
Comité de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (CDESC), señala que el derecho humano al
agua implica los siguientes componentes:
a. Disponibilidad
El abastecimiento de agua de cada persona debe
ser continuo y suficiente para los usos personales y
domésticos. Estos usos comprenden normalmente el
consumo, el saneamiento, la colada, la preparación
de alimentos y la higiene personal y doméstica.
La cantidad de agua recolectada diariamente por
los hogares, está determinada por la distancia
entre éstos y la fuente de abastecimiento. Si esta
fuente está dentro de la vivienda o en un rango de
un kilómetro (a media hora, aproximadamente), se
cuenta con un nivel básico de servicio, que
contribuye a proteger la salud de los hogares. Se estima
que las familias que cuentan con este tipo de servicio
pueden usar treinta veces más agua para la higiene
de niños y niñas que aquellas que deben
abastecerse de agua en una fuente comunal. Los miembros
de los hogares que no tienen que desplazarse para
recolectar agua pueden dedicar más tiempo
a la actividad económica, la preparación de
los alimentos, el cuidado de los niños y la
educación.
b. Calidad
El agua necesaria para cada uso personal o
doméstico, debe ser salubre, y por tanto, no ha de
contener microorganismos o sustancias químicas o
radioactivas que puedan constituir una amenaza para la
salud de las personas. Además el agua
debería tener un color,
un olor y un sabor aceptables para cada uso personal o
doméstico.
El consumo de agua contaminada puede producir
enfermedades infecciosas y otras causadas por agentes
tóxicos; la diarrea, la tifoidea y el cólera son causas principales de
muerte y enfermedad en países en desarrollo.
Patógenos como la Giardia sp y el Crytosporidium
sp, protozoarios transmitidos regularmente a
través del agua, pueden causar problemas
crónicos de digestión y conducir a la
malnutrición, colocando a niños y
niñas en mayor riesgo y vulnerabilidad ante otro
tipo de infecciones.
La Observación General Nº 15,
enfatiza en la necesidad de proteger las fuentes de agua
para consumo humano, lo que implica no sólo cuidar
los alrededores inmediatos, sino controlar que la
agricultura y la industria no las contaminen;
además, quienes realizan estas actividades deben
incluir medidas de saneamiento, que son uno de los
principales mecanismos para proteger la calidad del agua
para el consumo que se extrae de esas fuentes.
c. Accesibilidad
El agua y las instalaciones y servicios de agua
deben ser accesibles a todos, sin discriminación
alguna, dentro de la jurisdicción del Estado
Parte.
El acceso al agua segura para consumo humano,
comprende el agua para beber, para preparar los alimentos y
para realizar la higiene. Potencialmente, alienta el lavado
de las manos, la realización de la higiene general y
el lavado de ropa, así como mejores condiciones de
vida. La accesibilidad al agua segura, tiende a reducir
métodos de recolección y almacenamiento que pueden ser riesgosos en
relación con enfermedades endémicas como el
dengue.
Aunque el agua debe ser asequible para todos, generalmente
son los pobres quienes reciben menor cantidad de agua y
acceden a un servicio menos confiable; asimismo, cuentan con
agua de menor calidad y pagan más si deben comprarla.
Según estimados, los pobres pagan en promedio 12 veces
más por litro de agua que quienes cuentan con un
servicio municipal (Organización Mundial de la Salud,
2004).
La accesibilidad presenta cuatro dimensiones
superpuestas:
- Accesibilidad física. El
agua y los servicios e instalaciones de agua, deben estar al
alcance físico de todos los sectores de la
población. Debe poderse acceder a un suministro de
agua suficiente, salubre y aceptable en cada hogar,
institución educativa o lugar de trabajo o en sus
cercanías inmediatas. Todos los servicios e
instalaciones de agua, deben ser de calidad suficiente y
culturalmente adecuados, y deben tener en cuenta las
necesidades relativas al género, el ciclo vital y la intimidad.
La seguridad
física no debe verse amenazada durante el acceso a los
servicios e instalaciones de agua. - Accesibilidad económica. El agua y
los servicios e instalaciones de agua, deben estar al alcance
de todos. Los costos y
cargos directos e indirectos asociados con el abastecimiento
de agua deben ser asequibles y no deben comprometer ni poner
en peligro el ejercicio de otros derechos reconocidos en el
Pacto. - No discriminación. El agua y los
servicios e instalaciones de agua, deben ser accesibles a
todos de hecho y de derecho, incluso a los sectores
más vulnerables y marginados de la población,
sin discriminación alguna por cualquiera de los
motivos prohibidos. - Acceso a la información. La
accesibilidad comprende el derecho de solicitar, recibir y
difundir información sobre las cuestiones del
agua.
IV. MATERIALES Y
METODOLOGÍA
4.1 Materiales
½ Millar de Papel Bond A4 de 80 gr.
08 Diskettes 1.44MB Imation
05 CD
regrabable SONY
03 Lapiceros PILOT.
01 Libreta de apuntes.
4.2 Metodología
Recopilación de
información
Se procedió a la recopilación de toda la
información factible respecto al tema, para ello se
accedió a diferentes tipos de fuentes como son: los
libros
(científicos técnicos, estadísticos),
volúmenes de referencia (diccionarios, bibliografías,
enciclopedias) y documentos
gubernamentales y no gubernamentales nacionales e
internacionales (leyes, decretos convenciones declaraciones,
actas de protocolos,
censos, estadísticas, informes de
agencias y departamentos oficiales).
Sistematización de la
información
Se armó un fichero de bibliografías,
discriminando las fuentes primarias con las fuentes secundarias
para la elaboración del trabajo monográfico, lo
que permitió conocer cual fuente aportará datos
en bruto y cuales constituyen literatura
crítica sobre el tema. Esto consistió en
subrayar, marcar, escribir y fotocopiar la parte interesante
del texto,
así como haciendo fichas de
lectura.
Análisis de la
información
Se analizó, evaluó e interpretó
las coincidencias y discordancias del material
bibliográfico recopilado. Basado en la
información analizada se obtuvo los resultados (datos,
hechos, etc.) con lo cual se formuló, las respectivas
discusiones, estableciendo luego las conclusiones generales de
la presente monografía basado en los objetivos
propuestos, dando las recomendaciones del caso.
Trascripción de la
monografía
Para la trascripción, se revisó aspectos
metodológicos de cómo elaborar una monografía, además se tuvo en
cuenta el formato reglamentado del Ciclo de
Complementación Académica 2005.
Publicación del trabajo de
investigación
Para la publicación de la monografía se
ingresó a la página
Web, www.monografías.com., luego se ingresó
al ítem "publicar" con un clic y aparece una ventana de
diálogo, donde recomienda comprimir el
archivo
(monografía) a un programa como por ejemplo el Winzip para
enviarlo por email a .
, adjuntando el archivo.
5.1 A nivel mundial se realizaron diversos
eventos internacionales y nacionales como Conferencias,
Declaraciones, Convenciones, Foros, adoptados por diferentes
países del mundo, que vienen a constituir precedentes
legales que reconozcan el derecho a acceder al agua potable
como un derecho humano, así como precedentes contraria a
este reconocimiento. A continuación se menciona los
siguientes:
1. Conferencia
de las Naciones Unidas sobre el Agua. Mar de Plata –
Argentina. 1977.
2. Declaración sobre el Derecho al Desarrollo.
Nueva York. 1986.
3. Convención sobre los Derechos del
Niño. Nueva York. 1989.
4. Cumbre Mundial en favor de la Infancia. Nueva
York.1990.
5. La Declaración de Nueva Delhi. India.
1990.
6. Conferencia Internacional sobre el Agua y el
Medio Ambiente. Dublín – Irlanda.
1992.
7. Conferencia de Río sobre el Medio Ambiente y
el Desarrollo. Brasil.
1992.
8. El primer Foro Mundial del Agua.
Marrakech-Marruecos. 1997.
9. Declaración Ministerial de La Haya sobre
la Seguridad del Agua en el Siglo XXI. Holanda.
2000
10. Conferencia Internacional sobre el Agua Dulce.
Bonn – Alemania.
2001.
11. Declaración de Johannesburgo –
África del Sur. 2002.
12. Foro Social Mundial de Porto Alegre-Brasil.
2002.
13. III Forum Mundial del Agua. Kyoto – Japón. 2003.
14 Foro Alternativo mundial del agua. Florencia –
Italia
2003
15. Declaración de Roma – Italia,
2003
16. La Confederação Nacional dos
Bispos Brasileiros (CNBB). Brasil – Brasília.
2004.
17. Foro Alternativo Mundial del Agua. Ginebra –
Suiza. 2005.
18. Declaración de Lima "Defensa y el Derecho
Humano Al Agua. Perú. 2005
Nota: Ver el cuadro Nº 02
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