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Derecho humano al agua potable



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    1. Resumen
    2. Objetivos
    3. Revisión
      bibliográfica
    4. Materiales y
      metodología
    5. Resultados
    6. Discusiones
    7. Conclusiones
    8. Recomendaciones
    9. Bibliografía
    10. Anexos

    RESUMEN

    El presente trabajo de
    investigación titulado "Derecho Humano
    al Agua Potable
    ", se desarrolló con el objetivo de
    fomentar y reconocer el acceso al agua potable,
    como derecho humano universal, indivisible e imprescriptible;
    para ello se accedió a diferentes investigaciones
    realizadas por organismos gubernamentales y no gubernamentales,
    sociedad civil
    y personas entendidas en el tema.

    El abastecimiento de agua potable insuficiente e
    inadecuada que implican riesgos,
    representa un problema constante sobre la salud de la población mundial. La
    Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 80%
    de todas las enfermedades en el mundo en
    desarrollo,
    son causadas por la falta de agua limpia y saneamiento adecuado,
    siendo ésta una de las causas principales de enfermedades
    y muertes sobre todo en los niños.

    Las dimensiones de los impactos a la salud, que en
    nuestras poblaciones supone no tener acceso a agua en buenas
    condiciones de salubridad son ya innegables. A pesar de los
    aportes del progreso científico y tecnológico,
    el agua sigue
    siendo un problema; por esta razón, en el contexto de la
    creación de un mundo cada vez más globalizado, no
    podemos más que adoptar una óptica
    política
    para organizar los esfuerzos que confluyen en la
    satisfacción de esta necesidad básica para todos y
    cada uno de los habitantes de nuestro país.

    El agua potable es un recurso vital para el ser humano y
    el derecho al agua potable y al saneamiento forma parte
    integrante de los derechos humanos
    oficialmente reconocidos en los diferentes eventos
    internacionales. Nunca se ha considerado el agua como lo que
    realmente es: un bien común universal, patrimonio
    vital de la humanidad. El acceso al agua debe ser considerado
    como un derecho básico, individual y colectivamente
    inalienable.

    Frente a esto, se debe optar por una nueva cultura del
    desarrollo
    sostenible en materia de
    aguas. Si pensamos que el bosque no es un simple
    almacén
    de madera,
    entonces nuestros ríos, acuíferos, humedales y
    lagos son mucho más que simples almacenes de
    agua. Debemos entenderlos como valores
    sociales, culturales, ambientales, además de los valores
    productivos que representan a corto plazo. Integrar este conjunto
    de valores es enfocar el tratamiento de nuestros ecosistemas
    desde un nuevo Derecho Humano al Agua.

    ABSTRACT

    The present titled investigation word "Human
    right to the drinkable water", was development with the objective
    of to foment and to recognize the access to the
    drinkable water, as universal, indivisible and non prescription
    human right; for it, we accessed to different investigations
    carried out by government organisms, civil society and people in
    the topic.

    The supply of insufficient and inadequate drinkable
    water that imply risks represents a constant problem about the
    world population’s health. The World Organization of Health
    (WOH) estimates that 80 % of all the illnesses in the world in
    development, are caused by the lack of clean water and
    appropriate reparation, being mainly this one of the main causes
    of illnesses deaths in the children.

    The dimensions of the impacts to the health that
    supposes do not have access to water
    under good health conditions in our populations are already
    undeniable. In spite of the contributions of the scientific and
    technological progress, the water continues being a problem; for
    this reason, in the context of the creation of a world every time
    more integrate, we are not able to more than to adopt a political
    optics to organize the efforts that converge in the satisfaction
    of this basic necessity for all and each one of the inhabitants
    of our country.

    The drinkable water is a vital resource for the human
    being and the right to the drinkable water and the reparations is
    integral part of the officially grateful human right in the
    different international events. It as never been considered the
    water like what is really: A very common one universal good, the
    humanity’s vital patrimony. The access to the water should
    be considered as a basic, individual and collectively inalienable
    right.

    In front of this, it should be opted by a new culture of
    the development sustainable in matter of waters. If we think that
    the forest is not a simple wooden warehouse, then our rivers,
    aquifer, and lakes are simple warehouses of water. We should
    understand them like social, cultural, environmental values, also
    of the productive values that represent short term. Integrate
    this group of values is to focus the treatment of our ecosystems
    from a new human rights to the water.

    I.
    INTRODUCCIÓN

    El agua potable es esencial e imprescindible para que
    la vida misma sea posible sobre la faz de la tierra,
    es mucho más que un bien, que un recurso, que una
    mercancía, el agua potable es concretamente un derecho
    humano de primer orden y un elemento esencial de la propia
    soberanía nacional ya que, muy
    probablemente, quien controle el agua controlará la
    economía
    y toda la vida en un futuro no tan lejano.

    Los esfuerzos del hombre por
    mejorar el medio
    ambiente en el que habita y elevar su calidad de
    vida, dependen entonces, de la disponibilidad de agua,
    existiendo una estrecha correlación esencial entre la
    calidad del
    agua y la salud
    pública, entre la posibilidad de acceder al agua y
    el nivel de higiene y entre
    la abundancia del agua y el crecimiento
    económico y turístico.

    Las medidas dirigidas a ampliar y mejorar los sistemas
    públicos de prestación del servicio de
    agua potable, contribuyen a una reducción de la
    morbimortalidad, relacionada con las enfermedades
    entéricas, porque dichas enfermedades, están
    asociadas directa o indirectamente con el abastecimiento de
    aguas deficientes o provisión escasa de agua.
    Actualmente, 1.400 millones de personas no tienen acceso a agua
    potable, y casi 4.000 millones carecen de un saneamiento
    adecuado. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS),
    el 80% de las enfermedades se transmiten a través de
    agua contaminada.

    Esta situación se debe a que sólo una
    pequeña parte de la población, en particular en
    los países en desarrollo, tiene acceso a un
    abastecimiento de agua de calidad aceptable. Se estima que en
    algunos países solamente el 20% de la población
    rural, dispone de agua de calidad satisfactoria.
    Basándose en estas estadísticas, se desprende la urgente
    necesidad de tomar conciencia
    sobre el cuidado del uso del agua. Casi sin darnos cuenta,
    estamos poniendo en serio peligro este recurso tan esencial, no
    ya para nosotros, sino para los hijos de nuestros hijos y sus
    generaciones siguientes, tomar conciencia de que en otras
    partes del mundo (o aquí mismo dentro de unos
    años), cada gota tiene un valor que
    nosotros no le damos.

    II.
    OBJETIVOS

    2.1. OBJETIVO GENERAL

    • Fomentar el reconocimiento del acceso al agua
      potable, como derecho humano universal, indivisible e
      imprescriptible.

    2.2. OBJETIVOS
    ESPECÍFICOS

    • Difundir precedentes legales que reconozcan el
      derecho a acceder al agua potable como un derecho
      humano.
    • Promover la conciencia social sobre el
      vínculo que existe entre los derechos
      humanos y el acceso al agua potable.
    • Promover el acceso a la justicia
      de la población afectada en sus derechos humanos, como
      producto
      del uso no sustentable de los recursos
      hídricos.
    • Difundir la investigación mediante
      publicación en páginas
      Web.

    III. REVISIÓN
    BIBLIOGRÁFICA

    3.1 FUNDAMENTO DEL DERECHO HUMANO AL AGUA
    POTABLE

    3.1.1 El Agua Dulce es un Recurso
    Limitado

    Según el Programa de las
    Naciones Unidas
    para el Medio Ambiente
    (PNUMA, 2003), el agua cubre el 75% de la superficie terrestre;
    el 97,5% del agua es salada, sólo el 2,5% es dulce. Los
    casquetes de hielo y los glaciares contienen e1 74% del agua
    dulce del mundo. La mayor parte del resto se encuentra en las
    profundidades de la tierra o
    encapsulada en la tierra en forma de humedad. Sólo el
    0,3% del agua dulce del mundo se encuentra en los ríos y
    lagos. Para uso humano se puede acceder, a menos del 1% del
    agua dulce superficial subterránea del planeta. (Ver
    anexo Nº 08)

    En 25 años, es posible que la mitad de la
    población del mundo, tenga dificultades para encontrar
    agua dulce en cantidades suficientes para consumo y
    para riego. En la actualidad, más de 80 países,
    (el 40% de la población mundial) sufren una escasez
    grave de agua. Las condiciones pueden llegar a empeorar en los
    próximos 50 años, a medida que aumente la
    población y que el calentamiento mundial perturbe los
    regímenes de precipitaciones. Un tercio de la
    población mundial vive en zonas con escasez de agua, en
    las que el consumo supera el abastecimiento. Asia occidental
    es la región más amenazada. Más del 90% de
    la población de esa región, padece un gran
    estrés
    por escasez de agua y el consumo de agua supera en un 10% los
    recursos de agua dulce renovables.

    1. El Agua Dulce es un Recurso Esencial para la
      Salud

    El agua es un elemento esencial para la vida humana,
    para la salud básica y para la supervivencia,
    así como para la producción de alimentos y
    para las actividades económicas.

    Según Guissé H.1997, en el ser
    humano, la pérdida de agua puede tener consecuencias
    graves, si alcanza el 10% de la masa presente en el cuerpo, y
    provocar la muerte
    a partir del 20%. Por otra parte, aunque el agua está
    siempre cargada de diferentes sustancias minerales y
    orgánicas, su contenido en el hombre
    adulto y en buena salud va del 58 al 67%, mientras que en el
    recién nacido es del orden del 66 al 74%.

    Según el Programa de las Naciones Unidas para
    el Medio Ambiente (PNUMA, 2003), las enfermedades
    transmitidas por el agua, causan el 80% de las enfermedades y
    muertes que se producen en los países en desarrollo y
    provocan la muerte de
    un niño cada ocho segundos. La mitad de las camas de
    hospitales del mundo, están ocupadas por gente que
    padece enfermedades transmitidas por el agua.

    Se ha comprobado que los servicios
    deficientes de agua y saneamiento, son la causa directa del
    deterioro de las condiciones de salud, así como causa
    importante de enfermedades originadas en el medio ambiente.
    El impacto de la falta de agua segura, se traduce en que casi
    la mitad de los habitantes de los países en desarrollo
    — sobre todo niñas y niños— sufren
    enfermedades causadas, directa o indirectamente, por el
    consumo de agua o de alimentos contaminados, o por organismos
    patógenos que se desarrollan en el agua
    (Organización de las Naciones Unidas, 2003). Las
    cifras son dramáticas: cada año, 2,2 millones
    de habitantes de países en vías de desarrollo,
    (la mayoría menores de edad), mueren por enfermedades
    asociadas a la falta de acceso al agua potable, la inadecuada
    salubridad y la escasa higiene; esto significa que,
    diariamente, 6.000 niños y niñas mueren por
    estas razones.

    Según el Programa de las Naciones Unidas para
    el Medio Ambiente (PNUMA, 2003), una persona
    necesita beber aproximadamente cuatro litros de agua por
    día. De acuerdo con los parámetros de la
    Organización Mundial de la Salud (OMS, 2000) y del
    Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
    (UNICEF), un suministro razonable de agua debe
    corresponder como mínimo a veinte litros por persona
    al día, y la instalación debe estar situada a
    menos de un kilómetro de la vivienda del usuario. Sin
    embargo casi e1 4% de la población del mundo vive a 60
    kilómetros o menos de la costa. Las enfermedades y
    defunciones relacionadas con las aguas costeras contaminadas
    cuestan a la economía mundial, por sí solas
    16.000 millones de dólares por año.

    En término medio, el uso doméstico
    diario de agua dulce de una persona de un país
    desarrollado, es diez veces superior al de una persona de un
    país en desarrollo. En el Reino Unido, una persona usa
    un promedio de 135 litros de agua por día. En los
    países en desarrollo, una persona usa 10
    litros.

    3.1.3 El Agua Recurso Compartido

    Según el Programa de las Naciones Unidas para
    el Medio Ambiente (PNUMA, 2003), los ríos forman un
    mosaico hidrológico en el mapa político del
    mundo. Hay aproximadamente 263 cuencas fluviales
    internacionales, que abarcan el 45,3% de la superficie
    terrestre del planeta (excluyendo la Antártica) y en las que habita
    más de la mitad de la población del mundo. Un
    tercio de esas 263 cuencas transfronterizas es compartido por
    más de dos países.

    En muy pocos casos, los límites de las cuencas
    hidrográficas coinciden con los límites
    fronterizos administrativos. Muchos países
    también comparten los acuíferos
    subterráneos. Los acuíferos subterráneos
    almacenan hasta el 98% de las fuentes de
    agua dulce accesibles. Proporcionan el 50% del agua potable
    en el mundo, el 40% del agua utilizada para la industria
    y el 20% del agua para la agricultura.

    3.1.4 El Agua en el Futuro

    Según el Programa de las Naciones Unidas para
    el Medio Ambiente (PNUMA, 2003), doscientos
    científicos de 50 países han determinado que la
    escasez de agua, es uno de los dos problemas
    más acuciantes del nuevo milenio (el otro es el
    cambio
    climático).

    Desde 1950, se ha triplicado con creces el uso del
    agua en el mundo. Durante los últimos 25 años,
    la disponibilidad de agua en el mundo disminuyó un
    50%. Si continúa la tendencia actual, en los
    próximos 20 años, los seres humanos
    utilizarán un 40% más de agua que en la
    actualidad. Según proyecciones, para el año
    2025, se predice que 3,500 millones de personas (casi la
    mitad de la población total), sufrirán
    problemas con el agua. Así mismo, la cantidad de gente
    que vive en países con estrés por falta de
    agua, pasará de los 470 millones actuales a 3.000
    millones en el año 2025. La mayor parte de esa gente
    vive en países en desarrollo.

    Para lograr los objetivos de suministro de agua
    dulce, la Organización de las Naciones Unidas
    (ONU),
    asegura que utilizará la campaña de una
    década de duración para llamar a los gobiernos
    a cumplir con las promesas realizadas en la Cumbre del
    Milenio del año 2000, donde los líderes
    prometieron reducir el número de personas que carecen
    de acceso a agua potable para el año 2015. Para ello
    habrá que abastecer de agua a 1.500 millones de
    personas más en África, Asia, América
    Latina y el Caribe. Casi 200 millones de personas en
    África sufren una grave escasez de agua. En el 2025,
    aproximadamente 230 millones de africanos tendrán
    problemas por insuficiencia de agua y 460 millones
    vivirán en países con estrés por falta
    de agua.

    Los problemas del agua, están más
    relacionados con una mala gestión que con la escasez de ese
    recurso. En algunos casos hasta el 50%, del agua en las zonas
    urbanas, y el 60%, del agua utilizada para la agricultura se
    desperdicia por pérdidas y evaporación. La
    explotación forestal y la conversión de la
    tierra para dar lugar a las demandas de los seres humanos,
    han reducido a la mitad los bosques del mundo entero, lo cual
    ha aumentado la erosión de la tierra y la escasez de
    agua.

    Entre 300 y 400 millones de personas en todo el
    mundo, viven en áreas cercanas a humedales y dependen
    de éstos. Los humedales son mecanismos de tratamiento
    de las aguas servidas extremadamente eficientes, ya que
    absorben las sustancias químicas y filtran los
    contaminantes y sedimentos. La mitad de los humedales del
    mundo han desaparecido a causa de la urbanización y el
    desarrollo industrial. La única manera de lograr un
    desarrollo sostenible y de mitigar la pobreza,
    será mediante una mejor gestión de los
    ríos y humedales, y de las tierras en las que desaguan
    y drenan, así como a través de una mayor
    inversión en ellos.

    3.1.5 Principios del
    Derecho al Agua Potable

    • El primero, es el derecho a disponer de una
      cantidad suficiente para consumir de agua potable. Alrededor
      de 50 a 100 litros de agua.
    • El segundo, es que el agua debe cumplir con los
      estándares máximos para ser
      consumida.
    • El tercero, consiste en que el centro de
      abastecimiento debe estar próximo a la residencia y de
      fácil acceso.
    • El cuarto y último, es que el hecho de
      acceder al agua no puede significar renunciar al consumo de
      otros bienes
      vitales. En tal caso el acceso al agua debe ser enteramente
      gratuito.

    3.1.6 El Agua en el Contexto
    Internacional

    Según la Organización de las Naciones
    Unidas (ONU, 2003), el agua promete ser en el siglo XXI, lo
    que fue el
    petróleo para el siglo XX, el bien precioso que
    determina la riqueza de las naciones.

    El agua brota como el mayor conflicto
    geopolítico del siglo XXI. Se espera que en el
    año 2025, la demanda de
    este elemento, tan necesario para la vida humana, sea un 56%
    superior que el suministro. Se calcula que, en la actualidad,
    los 6.250 millones de habitantes en el mundo ya
    requerirían un 20% más de agua. Según el
    Informe de
    las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos
    hídricos en el mundo (WWDR), más que un
    problema de escasez, "se trata de una crisis de
    gestión de los recursos hídricos, esencialmente
    causada por la utilización de métodos inadecuados"
    (Organización de las Naciones Unidas,
    2003).

    Los recursos hídricos en lagos, ríos y
    acuíferos son, en general, renovables a través
    de precipitaciones que constituyen, en definitiva, la
    principal fuente de agua para la humanidad. A través
    del fenómeno de la evapotranspiración, el agua
    puede cumplir su ciclo natural y luego precipitarse en forma
    de lluvia irrigando los ecosistemas, los bosques y las
    tierras de pastoreo y de cultivo. En promedio, el ser humano
    consume 8% del total de agua dulce renovable, 26% de la
    evapotranspiración y 54% del agua de
    escorrentía accesible.

    3.1.7 Utilización del Agua en el
    Mundo

    En un mundo globalizado como el actual, es
    importante destacar la relación que existe entre el
    agua dulce renovable y el número de habitantes de los
    diferentes continentes, además del estado
    actual en términos de calidad y acceso. De esta manera
    se estará en condiciones de entender mejor las
    posiciones políticas sobre el destino de este
    recurso a nivel mundial.

    Cuadro Nº 01: Relación entre el
    volumen
    de Agua y el Número de Habitantes, expresados en % a
    nivel de Continentes. 2003.

    Continente

    Agua %

    Habitantes %

    Asia

    África

    América del Norte y Central

    América del Sur

    Australia

    Europa

    36

    11

    15

    26

    4

    8

    60

    12

    8

    6

    1

    13

    Fuente: Organización de
    las Naciones Unidas para la
    Educación la
    Ciencia y la Cultura (UNESCO)

    Casi toda Europa se
    encuentra en una situación que oscila entre crítica y grave, debido a la
    explotación de los recursos
    naturales, así como a la
    contaminación provocada por las industrias, especialmente las
    petroquímicas y el uso de agrotóxicos. De sus
    55 ríos, sólo 5 no están
    contaminados.

    Por su parte, Asia muestra una
    situación extremadamente grave en el suministro de
    agua, que incluso es causa de enfrentamientos armados entre
    países.

    En China, el
    río Amarillo y los ríos que alimentan las
    planicies del norte y las reservas subterráneas, han
    sido afectados por la contaminación, debido fundamentalmente
    al auge de su crecimiento económico y a una incorrecta
    gestión
    ambiental. Como consecuencia, el norte del país se
    está secando y dos tercios de todas las ciudades no
    cuentan con suficiente agua a lo largo del año. En
    Australia, la sobreexplotación de los ríos y de
    las reservas de agua subterránea, está haciendo
    que se concentren grandes cantidades de sal en la superficie;
    el intento por desviar el curso de algunos ríos
    terminó causando un desastre ecológico
    irreversible, pues se perdió gran cantidad de tierras
    fértiles. En el norte de África, a pesar de que
    existen dos enormes acuíferos, el suministro de agua
    está en estado crítico, con el agravante de que
    la mayoría de sus ríos y lagos están
    contaminados.

    En Estados
    Unidos, la situación es también
    crítica, dado que la mitad de la población (200
    millones de personas), dependen del agua subterránea
    para el uso doméstico. Los acuíferos
    estadounidenses se encuentran contaminados y han mermado su
    capacidad, a pesar de tener aún reservas para unos 40
    años. Merece resaltarse el caso del acuífero
    Ogallala, cuyo volumen ha disminuido en unos 60 metros,
    debido a la sobreexplotación para irrigar las grandes
    extensiones de cereales; presenta, además, altos
    niveles de contaminación por el uso de
    agrotóxicos, desechos químicos y residuos
    sólidos.

    Canadá posee 9% del agua dulce y renovable
    del mundo; este recurso es, en su mayoría
    subterráneo, y su volumen es cerca de 37 veces mayor
    que el del agua de lagos y ríos de todo el
    país. Más de un cuarto de la población
    de este país, se abastece de agua subterránea
    para uso doméstico. Sin embargo, como en el resto de
    países, existen serios problemas de
    contaminación, debido a la presencia de
    petroquímicos, pesticidas, aguas servidas y nitratos,
    que ponen en riesgo la
    salud de la población por la alta toxicidad que se
    genera. En el caso de América Latina, el acuífero
    Guaraní, con una reserva promedio de 45.000
    kilómetros cúbicos, podría cubrir las
    necesidades de agua de 360 millones de personas
    indefinidamente, por tratarse de una reserva renovable de
    acuerdo con los estudios realizados por el Proyecto de
    Protección Ambiental y Desarrollo
    Sustentable del Acuífero Guaraní. Sin
    embargo, en América Latina existen problemas de
    disponibilidad y calidad de agua, como señala el
    Informe del Banco
    Mundial sobre Salud y Medio Ambiente: En la
    mayoría de los casos el problema del agua en la
    región obedece a la falta de un marco jurídico,
    institucional y normativo adecuado, a las enormes
    distorsiones en los precios y
    a los servicios subsidiados que benefician a los sectores
    más prósperos de la sociedad
    en detrimento de los pobres. (Banco
    Interamericano de Desarrollo, 2003).

    3.1.8 Agua y Agricultura

    Datos del Banco Mundial (2001), muestran que 70% del
    agua en el mundo es para uso agrícola,
    proporción que se eleva a 82% en países de
    ingresos
    bajos y medios,
    comparado con un 30% en los países de altos ingresos.
    Basta recordar que un kilogramo de trigo o de arroz
    requieren, respectivamente, 1.500 y 4.500 litros de agua,
    mientras que el algodón necesita 10.000. Las tierras de
    regadío representan únicamente alrededor de una
    quinta parte de la zona cultivable total de los países
    en desarrollo.

    De manera inversa, el agua para uso industrial en
    estos países es de 59% respecto a un 10% en los
    países de ingresos bajos y medios. La industria tiene
    grandes necesidades de agua; este sector absorbe cerca del
    20% de los recursos disponibles. A título de ejemplo,
    la fabricación de una tonelada de acero
    exige por término medio 200 metros cúbicos de
    agua, la de una tonelada de papel, entre 50 y 300 metros
    cúbicos, y la de un automóvil, cerca de 30.000
    litros de agua.

    La importancia del recurso agua para la
    producción de alimentos, se encuentra condensada en el
    Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los
    recursos hídricos en el mundo (Organización de
    Naciones Unidas, 2003). El informe destaca que el riego
    consume actualmente 70% del insumo total de agua, cantidad
    que aumentará en un 14% o 17% en los próximos
    treinta años por el incremento de las zonas de
    regadío.

    El documento refiere también, que la
    mayoría de los sistemas de riego funcionan de manera
    ineficiente, por lo cual se pierde aproximadamente 60% del
    agua que se extrae, que se evapora o que vuelve al cauce de
    los ríos o a los acuíferos subterráneos.
    El agua subterránea poco profunda, importante fuente
    de agua de regadío, es también motivo de
    preocupación en el mencionado informe, que resalta
    factores como el exceso de bombeo de los acuíferos, la
    contaminación por sustancias agroquímicas y la
    extracción excesiva de aguas
    subterráneas.

    Las aguas residuales, son también usadas para
    regadío: abastecen a alrededor de 10% del total de las
    tierras de regadío en los países pobres. Por lo
    general se las usa en forma directa, sin tratamiento, con los
    riesgos que ello supone por la exposición de los trabajadores y los
    consumidores a parásitos bacterianos, amébicos,
    virales y nemátodos, así como a contaminantes
    orgánicos, químicos y metales
    pesados. El uso de aguas residuales sin tratar es,
    además, una barrera para la exportación de cosechas y restringe
    parcialmente su acceso al mercado
    interno.

    3.1.9 Acceso a Servicios Básicos: Agua y
    Saneamiento

    Según Guissé H., 1997, actualmente,
    1.400 millones de personas no tienen acceso a agua potable, y
    casi 4.000 millones carecen de un saneamiento adecuado.
    Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio
    Ambiente (PNUMA, 2003), el problema es especialmente grave en
    las zonas rurales y en las zonas urbanas en rápida
    expansión. Por ejemplo en África, 300 millones
    de personas (el 40% de la población) viven sin un
    saneamiento e higiene básicos, lo cual representa un
    aumento de 70 millones de personas desde 1990.

    En Asia meridional, entre los años 1990 y
    2000, 220 millones de personas se beneficiaron con las
    mejoras en el acceso al agua dulce y al saneamiento. En ese
    mismo período, se sumaron a la población 222
    millones de personas, lo cual anuló totalmente los
    adelantos logrados. En ese mismo período, en
    África oriental se duplicó la cantidad de gente
    sin servicios de saneamiento, que pasando a 19 millones de
    personas. El costo de
    suministrar agua potable y servicios de saneamiento adecuados
    a todas las personas en el mundo para el año 2025,
    será de 180.000 millones de dólares por
    año, es decir una inversión de dos a tres veces
    mayor que la actual.

    A nivel de América Latina, los datos revelan
    que 15% de la población regional (alrededor de 76
    millones de personas), no tiene acceso a agua potable,
    proporción que se duplica en el caso de las zonas
    rurales, mientras que el 60% de las viviendas urbanas y
    rurales con conexión no tienen un abastecimiento
    continuo. Respecto a la eliminación de aguas
    residuales, menos del 50% de la población está
    conectada a redes y una tercera
    parte depende de sistemas individuales; sólo 14% del
    volumen total es tratado, en muchos casos en lagunas de
    oxidación obsoletas. Es importante resaltar que en los
    países en desarrollo, casi la mitad del agua potable
    de los sistemas de suministro se pierde por filtraciones,
    falta de mantenimiento y conexiones ilícitas, lo
    cual aumenta la vulnerabilidad frente al acceso a este
    recurso.

    De acuerdo a los resultados de la Encuesta
    Nacional de Hogares (ENAHO, 2001), el 63.7 % de los hogares
    accede a agua potable por red pública, el
    60.8 % por instalaciones dentro de la vivienda y el 2.9 %
    acceden por fuera de la vivienda pero dentro del edificio, en
    el que se encuentra ubicada la vivienda. El resto de los
    hogares acceden a agua pero en condiciones riesgosas para su
    salud, representando el 36.3 % de la población. Este
    ultimo grupo de
    hogares se abastece de agua de río, acequia o
    manantial (15.6 %), pozo 6.3 %, pilón de uso
    público 4.8 % y otras formas como agua de lluvia,
    nieve derretida, agua de vecino, etc. (5.0 %).

    3.1.10 El Agua en el Contexto Nacional: Distribución del Agua Dulce a nivel
    Nacional

    El Perú está atravesado por la
    cordillera de los Andes, que conforma 3 grandes regiones
    físico-geográficas bien definidas, dentro de
    las cuales se incluyen 11 ecorregiones. La región
    amazónica abarca el mayor porcentaje territorial y,
    coincidentemente, es la que cuenta con la mayor cantidad de
    agua dulce; en contraste, la región costera es la
    más pequeña y la que tiene menores recursos
    hídricos. Entre la costa y la sierra, que ocupan 11,7%
    y 28,4% del territorio, vive alrededor de 90% de la
    población total del Perú (Instituto Nacional de
    Recursos Naturales, 2003). Debido a las
    características geográficas del país y
    teniendo en cuenta la distribución poblacional,
    podemos decir que el agua fluye en una proporción muy
    desigual. Un total de 2.042.875 m3 de agua
    superficial, son vertidos de la siguiente manera
    (Según Perú Ecológico, 2000):

    • 1.998.405 m3 (97,8% del total)
    desembocan en el Atlántico; previamente surcan la
    región amazónica, cuya extensión
    territorial es de 956.756 Km2 (74,5%) y donde
    habita sólo 10% de la población del
    país.

    • 34.291 m3 (1,7% del total)
    desembocan en el Pacífico, para lo cual cruzan la
    sierra y la costa, cuya extensión territorial es de
    279.689 Km2 (21,7%) y donde habita
    aproximadamente 90% de la población.

    • 10.174 (0,5% del total) desembocan en el
    lago Titicaca, y previamente riegan 48.775
    Km2.

    Del total de agua disponible en el país, se
    destina alrededor de 85,79% a la agricultura (riego),
    mientras que el porcentaje restante se distribuye de la
    siguiente manera: actividad pecuaria 0,43%, minera 1,05%,
    industrial 5,79% y uso doméstico o de consumo humano
    6,84% (Instituto Nacional de Recursos Naturales, 2003).
    Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2003), la superficie
    ocupada por la actividad agrícola abarca apenas 5,92%
    del territorio nacional (7,6 millones de
    hectáreas).

    3.1.11 Perspectivas Futuras

    Según el Viceministerio de Construcción y Saneamiento, 2002, el
    Gobierno
    peruano, tiene como meta aumentar la cobertura de agua y
    saneamiento a 100% en el área rural, hasta el
    año de 2010 y aumentar a 90-95% las coberturas en el
    área urbana. Sin embargo, el alcance de estas metas,
    estarán sujetas a una serie de esfuerzos paralelos que
    garanticen la sostenibilidad de los servicios de agua potable
    y saneamiento y la eficacia de
    estas inversiones, muchos de los cuales, ya fueron
    incluidos en las propuestas de reformulación de
    políticas del sector.

    El Estado Peruano está planificando
    desarrollar un programa de inversiones que, pasará de
    229 millones de dólares de inversión anual
    (inversión del Estado y otras) a 326,9 millones de
    dólares anuales para el período 2000 al 2010
    (1,42 veces la inversión anual de la década).
    Sin embargo, existen limitaciones financieras para llevar
    adelante el programa mencionado y el esfuerzo en la
    búsqueda de estos recursos es esencial para el
    cumplimiento del plan de
    inversiones en el Sector.

    3.2. MARCO INTERNACIONAL SOBRE EL DERECHO AL
    AGUA

    Los derechos humanos son el conjunto de
    prerrogativas inherentes a la naturaleza
    de la persona, cuya realización efectiva resulta
    indispensable para el desarrollo integral del individuo
    (Yamin, 2002). Estos derechos deben ser reconocidos y
    garantizados por el Estado
    bajo los principios de respeto,
    protección y realización; es decir, no violar
    los derechos, promoverlos y garantizarlos.

    Así, una perspectiva de derechos humanos se
    centra en las obligaciones del Estado hacia el individuo y
    la sociedad, que son exigibles por los ciudadanos.
    Éstas ponen el énfasis en las disparidades y la
    discriminación que afecta a las
    poblaciones socialmente excluidas, con el fin de movilizar
    recursos para atender las necesidades de estos grupos
    históricamente desfavorecidos. Esto es especialmente
    relevante en un país como el Perú,
    caracterizado por profundas inequidades que se reflejan en
    indicadores de morbilidad, mortalidad y
    discapacidad que afectan de manera
    desproporcionada a poblaciones en situación de
    discriminación y vulnerabilidad. Un
    enfoque basado en los derechos humanos tiene implicancias
    para una serie de actores vinculados directa o indirectamente
    con el tema de análisis, en nuestro caso, el derecho
    al agua potable.

    Los Derechos Económicos, Sociales y
    Culturales (DESC), fijan límites a la discrecionalidad
    estatal en el momento de tomar decisiones, sobre las
    políticas públicas. La asunción de
    obligaciones en este campo establece prioridades que los
    Estados se han comprometido a cumplir, debiendo destinar a
    este propósito los recursos que sean necesarios. Al
    igual que todos los derechos humanos, el derecho al agua
    impone tres tipos de obligaciones a los Estados Partes, a
    saber: las obligaciones de respetar, proteger y
    realizar.

    1. Obligación de respetar. Implica que
      los gobiernos deben abstenerse de tomar cualquier medida que
      impida a la población satisfacer estos derechos. A
      veces, para respetarlos, basta que el Gobierno se abstenga de
      realizar ciertas prácticas, como, por ejemplo,
      permitir que las empresas
      estatales o privadas contaminen los ríos, fuentes de
      abastecimiento de agua para el consumo humano.

    Las violaciones de la obligación de respetar,
    se desprenden de la interferencia del Estado Parte con el
    derecho al agua. Estas violaciones incluyen, entre otras
    cosas:

    • La interrupción o desconexión
      arbitraria o injustificada de los servicios o instalaciones
      de agua;
    • Los aumentos desproporcionados o discriminatorios
      del precio del
      agua; y
    • La contaminación y disminución de los
      recursos de agua en detrimento de la salud del
      humano.

    En los casos en los que no se pueda evitar la
    interferencia, los gobiernos están obligados a dar
    información completa a la
    población y a consultar a las autoridades; por su parte,
    la población puede presentar una queja formal frente a
    un tribunal o corte. Nadie debe carecer de agua.

    b) Obligación de proteger. Implica que
    los gobiernos deben prevenir toda posible violación a
    los derechos, no solamente de sus agentes sino de terceras
    partes, como son: consorcios, empresas, grupos multinacionales,
    etcétera.

    Las violaciones de la obligación de proteger,
    dimanan del hecho, de que un Estado no adopta todas las medidas
    necesarias para proteger, dentro de su jurisdicción, a
    las personas contra las violaciones del derecho al agua por
    terceros. Estas violaciones incluyen, entre otras
    cosas:

    • No promulgar o hacer cumplir leyes que
      tengan por objeto evitar la contaminación y la
      extracción no equitativa del agua.
    • No regular y controlar eficazmente los servicios de
      suministro de agua.
    • No proteger los sistemas de distribución de
      agua (por ejemplo, las redes de canalización y los
      pozos) de la injerencia indebida, el daño y la
      destrucción.

    c) Obligación de realizar.
    Requiere que los gobiernos adopten las medidas necesarias
    destinadas a garantizar derecho al agua potable. Esta
    obligación es más positiva e intervencionista. En
    esta categoría se plantean cuestiones de gastos
    públicos, reglamentación gubernamental de la
    economía, regulación del mercado,
    provisión de servicios
    públicos e infraestructura afín,
    políticas de subsidios y otras obligaciones positivas,
    como, por ejemplo, garantizar el acceso de los sectores
    más pobres al agua segura mediante políticas
    diferenciadas, eliminar residuos domiciliarios, otorgar
    subsidios para viviendas sanas, entre otras.

    Las violaciones de la obligación de realizar,
    se producen cuando los Estados Partes no adoptan todas las
    medidas necesarias para garantizar el disfrute del derecho al
    agua. Los siguientes son algunos ejemplos:

    • No adoptar o ejecutar una política nacional
      sobre el agua encaminada a garantizar a todos el derecho al
      agua.
    • Asignar fondos insuficientes o asignarlos en forma
      incorrecta, con el resultado de menoscabar el disfrute del
      derecho al agua por personas o grupos, especialmente los
      vulnerables o marginados.
    • No vigilar el grado de realización del
      derecho al agua, a nivel nacional, por ejemplo estableciendo
      indicadores y niveles de referencia.
    • No adoptar medidas contra la distribución no
      equitativa de las instalaciones y los servicios de
      agua.
    • No establecer mecanismos de socorro de
      emergencia.
    • No lograr que todos disfruten del derecho al agua
      en el nivel mínimo indispensable.

    En 1968, el Pacto Internacional de Derechos
    Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC),
    contempla la realización paulatina de los derechos y
    tiene en cuenta las restricciones derivadas de las limitaciones de los
    recursos existentes, aunque impone obligaciones de efecto
    inmediato, como la que señala, que estos derechos se
    ejerzan sin discriminación y que se adopten medidas
    dentro de un plazo razonablemente breve. De acuerdo con los
    Principios de Limburgo (21 y 23), "La obligación de
    alcanzar el logro progresivo de la completa
    aplicación de los derechos exige que los Estados
    actúen tan rápidamente como les sea posible
    en esa dirección". Esto implica que los
    Estados, no pueden diferir indefinidamente los esfuerzos
    necesarios para completar la realización de estos
    derechos. De esta manera, los tratados
    de derechos humanos imponen a los Estados no sólo
    obligaciones de resultado, sino también, y con mayor
    énfasis, obligaciones de conducta, que deben traducirse en leyes,
    políticas y programas
    para lograr que la población tenga estándares
    de vida dignos.

    3.2.1 El Derecho a la Salud

    El Pacto Internacional de Derechos
    Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC),
    establece el contenido mínimo del derecho a la
    salud, que incluye el derecho a entornos saludables,
    precisando lo siguiente: el mejoramiento de todos los
    aspectos de la higiene ambiental e industrial
    entraña, en particular, la necesidad de velar por el
    suministro adecuado de agua limpia potable y la
    creación de condiciones sanitarias básicas;
    la prevención y reducción de la
    exposición de la población a sustancias
    nocivas, tales como radiaciones y sustancias
    químicas nocivas u otros factores ambientales
    perjudiciales que afectan directa o indirectamente a la
    salud de los seres humanos.

    La Observación General Nº 14 del
    Comité de Derechos Económicos, Sociales y
    Culturales (CDESC, 2000), sobre el derecho a la salud,
    interpreta el derecho a la salud, como un derecho inclusivo
    que no sólo abarca la atención de salud oportuna y
    apropiada, sino también los principales factores
    determinantes de la salud, como el acceso al agua limpia
    potable y a condiciones sanitarias adecuadas, condiciones
    sanas en el
    trabajo y el medio ambiente", detallando las
    obligaciones fundamentales de los Estados en la esfera del
    derecho a la salud, en la cual el Comité
    establecía que esas obligaciones implicaban
    garantizar el acceso a un hogar, a vivienda y a condiciones
    sanitarias básicas, así como a un suministro
    adecuado de agua limpia potable.

    3.2.2 Reconocimiento del Agua como Derecho
    Humano

    Con frecuencia, en los debates internacionales se
    ha señalado que el reconocimiento del agua como
    derecho humano, podría constituir el paso más
    importante para abordar, el desafío de brindar a la
    población el elemento más básico de la
    vida. Un tema recurrente en el debate
    sobre el agua como derecho humano, ha sido el
    reconocimiento de que contar con ésta es una
    precondición indispensable para alcanzar todos los
    demás derechos humanos. Se sostiene que sin el
    acceso equitativo a un requerimiento mínimo de agua
    potable, serían inalcanzables otros derechos
    establecidos, como el derecho a un nivel de vida adecuado
    para la salud y para el bienestar, así como los
    derechos civiles y políticos.

    Se considera que el
    lenguaje de la Declaración Universal de los
    Derechos Humanos, que constituye el cimiento de las
    declaraciones posteriores, no estuvo destinado a incluir
    todos los derechos, sino más bien a reflejar los
    componentes de un nivel de vida adecuado. La
    exclusión del acceso al agua como un derecho
    explícito se debió sobre todo a su
    naturaleza; al igual que el aire, el
    agua fue considerada un elemento tan fundamental que se
    creyó innecesario mencionarla
    explícitamente.

    Muchas de las personas que diseñan las
    políticas, así como los defensores de los
    derechos humanos, han hecho un llamado a que se establezca
    que el acceso al agua potable es un derecho humano, porque
    consideran que este reconocimiento, es un paso esencial
    para asegurar que se realicen acciones
    en nombre de aquellos que carecen de dicho acceso. Estas
    personas, piensan que la obligación legal
    proveniente de dicho reconocimiento, motivaría a los
    gobiernos de los países en vías de desarrollo
    y de los países donantes a realizar cambios
    efectivos en las políticas internas y de ayuda, a
    asignar recursos, así como a brindar a los grupos de
    ciudadanos bases sólidas a partir de las cuales
    puedan ejercer presión sobre los
    gobiernos.

    3.2.3 Desarrollo del Reconocimiento del Agua
    como un Derecho Humano

    En noviembre del 2002, el Comité de
    Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CDESC),
    de las Naciones Unidas; marca un
    hito en la historia de
    los derechos humanos, al reconocer (en la
    observación General Nº 15 sobre el cumplimiento
    de los artículos 11 y 12, del PIDESC), de manera
    explícita el acceso al agua segura como un derecho
    humano fundamental. El Comité de Derechos
    Económicos, Sociales y Culturales (CDESC), establece
    que "el derecho humano al agua es indispensable para llevar
    una vida en dignidad
    humana" y que éste es "un pre-requisito para la
    realización de otros derechos humanos".

    La obligación de los gobiernos de respetar
    el derecho de acceso al agua potable, en el marco de la
    legislación sobre derechos humanos se encuadra de
    manera amplia en los principios de respeto,
    protección y satisfacción de las necesidades
    humanas.

    La mencionada observación, también
    enfatiza que los 146 países que ratificaron el Pacto
    Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
    Culturales (PIDESC), deben velar para que la
    población tenga progresivamente acceso al agua
    potable segura y a instalaciones de saneamiento, de forma
    equitativa y sin discriminación, adoptando estrategias y planes de acción nacionales que les permitan
    "aproximarse de forma rápida y eficaz a la
    realización total del derecho a tener agua". Estas
    estrategias deberán:

    a) Estar basadas en leyes y principios de los
    derechos humanos,

    b) Abarcar todos los aspectos del derecho al
    agua y las correspondientes obligaciones de los
    países,

    c) Definir objetivos claros,

    d) Fijar las metas y los plazos requeridos
    y

    e) Formular políticas adecuadas y los
    correspondientes indicadores.

    Según el documento mencionado, la
    aplicación práctica de este derecho debe ser
    factible, puesto que todos los Estados miembros ejercen
    control
    sobre una variedad de recursos, que incluyen el agua, la
    tecnología, los recursos financieros
    y la ayuda internacional, junto con otros derechos
    establecidos en el Pacto Internacional de Derechos
    Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC).
    Asimismo, sostiene que el concepto de
    suficiencia de agua no debe interpretarse de manera
    restringida, por mera referencia al volumen de este
    elemento y a las tecnologías, sino que el agua debe
    tratarse como un bien cultural y social, y no esencialmente
    como un bien primario.

    Esta idea representa una visión diferente
    de las decisiones tomadas en diversos foros internacionales
    en la década de 1990, cuando se consideró al
    agua como un bien primario, y refleja un cambio hacia
    políticas basadas en el mercado, que muestran el
    costo real del agua, reducen los subsidios y posiblemente
    involucran al sector privado en los servicios de
    suministro.

    La Observación General Nº 15 de el
    Comité de Derechos Económicos, Sociales y
    Culturales (CDESC), señala que el derecho humano al
    agua implica los siguientes componentes:

    a. Disponibilidad

    El abastecimiento de agua de cada persona debe
    ser continuo y suficiente para los usos personales y
    domésticos. Estos usos comprenden normalmente el
    consumo, el saneamiento, la colada, la preparación
    de alimentos y la higiene personal y doméstica.

    La cantidad de agua recolectada diariamente por
    los hogares, está determinada por la distancia
    entre éstos y la fuente de abastecimiento. Si esta
    fuente está dentro de la vivienda o en un rango de
    un kilómetro (a media hora, aproximadamente), se
    cuenta con un nivel básico de servicio, que
    contribuye a proteger la salud de los hogares. Se estima
    que las familias que cuentan con este tipo de servicio
    pueden usar treinta veces más agua para la higiene
    de niños y niñas que aquellas que deben
    abastecerse de agua en una fuente comunal. Los miembros
    de los hogares que no tienen que desplazarse para
    recolectar agua pueden dedicar más tiempo
    a la actividad económica, la preparación de
    los alimentos, el cuidado de los niños y la
    educación.

    b. Calidad

    El agua necesaria para cada uso personal o
    doméstico, debe ser salubre, y por tanto, no ha de
    contener microorganismos o sustancias químicas o
    radioactivas que puedan constituir una amenaza para la
    salud de las personas. Además el agua
    debería tener un color,
    un olor y un sabor aceptables para cada uso personal o
    doméstico.

    El consumo de agua contaminada puede producir
    enfermedades infecciosas y otras causadas por agentes
    tóxicos; la diarrea, la tifoidea y el cólera son causas principales de
    muerte y enfermedad en países en desarrollo.
    Patógenos como la Giardia sp y el Crytosporidium
    sp, protozoarios transmitidos regularmente a
    través del agua, pueden causar problemas
    crónicos de digestión y conducir a la
    malnutrición, colocando a niños y
    niñas en mayor riesgo y vulnerabilidad ante otro
    tipo de infecciones.

    La Observación General Nº 15,
    enfatiza en la necesidad de proteger las fuentes de agua
    para consumo humano, lo que implica no sólo cuidar
    los alrededores inmediatos, sino controlar que la
    agricultura y la industria no las contaminen;
    además, quienes realizan estas actividades deben
    incluir medidas de saneamiento, que son uno de los
    principales mecanismos para proteger la calidad del agua
    para el consumo que se extrae de esas fuentes.

    c. Accesibilidad

    El agua y las instalaciones y servicios de agua
    deben ser accesibles a todos, sin discriminación
    alguna, dentro de la jurisdicción del Estado
    Parte.

    El acceso al agua segura para consumo humano,
    comprende el agua para beber, para preparar los alimentos y
    para realizar la higiene. Potencialmente, alienta el lavado
    de las manos, la realización de la higiene general y
    el lavado de ropa, así como mejores condiciones de
    vida. La accesibilidad al agua segura, tiende a reducir
    métodos de recolección y almacenamiento que pueden ser riesgosos en
    relación con enfermedades endémicas como el
    dengue.
    Aunque el agua debe ser asequible para todos, generalmente
    son los pobres quienes reciben menor cantidad de agua y
    acceden a un servicio menos confiable; asimismo, cuentan con
    agua de menor calidad y pagan más si deben comprarla.
    Según estimados, los pobres pagan en promedio 12 veces
    más por litro de agua que quienes cuentan con un
    servicio municipal (Organización Mundial de la Salud,
    2004).

    La accesibilidad presenta cuatro dimensiones
    superpuestas:

    1. Accesibilidad física. El
      agua y los servicios e instalaciones de agua, deben estar al
      alcance físico de todos los sectores de la
      población. Debe poderse acceder a un suministro de
      agua suficiente, salubre y aceptable en cada hogar,
      institución educativa o lugar de trabajo o en sus
      cercanías inmediatas. Todos los servicios e
      instalaciones de agua, deben ser de calidad suficiente y
      culturalmente adecuados, y deben tener en cuenta las
      necesidades relativas al género, el ciclo vital y la intimidad.
      La seguridad
      física no debe verse amenazada durante el acceso a los
      servicios e instalaciones de agua.
    2. Accesibilidad económica. El agua y
      los servicios e instalaciones de agua, deben estar al alcance
      de todos. Los costos y
      cargos directos e indirectos asociados con el abastecimiento
      de agua deben ser asequibles y no deben comprometer ni poner
      en peligro el ejercicio de otros derechos reconocidos en el
      Pacto.
    3. No discriminación. El agua y los
      servicios e instalaciones de agua, deben ser accesibles a
      todos de hecho y de derecho, incluso a los sectores
      más vulnerables y marginados de la población,
      sin discriminación alguna por cualquiera de los
      motivos prohibidos.
    4. Acceso a la información. La
      accesibilidad comprende el derecho de solicitar, recibir y
      difundir información sobre las cuestiones del
      agua.

    IV. MATERIALES Y
    METODOLOGÍA

    4.1 Materiales

    ½ Millar de Papel Bond A4 de 80 gr.

    08 Diskettes 1.44MB Imation

    05 CD
    regrabable SONY

    03 Lapiceros PILOT.

    01 Libreta de apuntes.

    4.2 Metodología

    Recopilación de
    información

    Se procedió a la recopilación de toda la
    información factible respecto al tema, para ello se
    accedió a diferentes tipos de fuentes como son: los
    libros
    (científicos técnicos, estadísticos),
    volúmenes de referencia (diccionarios, bibliografías,
    enciclopedias) y documentos
    gubernamentales y no gubernamentales nacionales e
    internacionales (leyes, decretos convenciones declaraciones,
    actas de protocolos,
    censos, estadísticas, informes de
    agencias y departamentos oficiales).

    Sistematización de la
    información

    Se armó un fichero de bibliografías,
    discriminando las fuentes primarias con las fuentes secundarias
    para la elaboración del trabajo monográfico, lo
    que permitió conocer cual fuente aportará datos
    en bruto y cuales constituyen literatura
    crítica sobre el tema. Esto consistió en
    subrayar, marcar, escribir y fotocopiar la parte interesante
    del texto,
    así como haciendo fichas de
    lectura.

    Análisis de la
    información

    Se analizó, evaluó e interpretó
    las coincidencias y discordancias del material
    bibliográfico recopilado. Basado en la
    información analizada se obtuvo los resultados (datos,
    hechos, etc.) con lo cual se formuló, las respectivas
    discusiones, estableciendo luego las conclusiones generales de
    la presente monografía basado en los objetivos
    propuestos, dando las recomendaciones del caso.

    Trascripción de la
    monografía

    Para la trascripción, se revisó aspectos
    metodológicos de cómo elaborar una monografía, además se tuvo en
    cuenta el formato reglamentado del Ciclo de
    Complementación Académica 2005.

    Publicación del trabajo de
    investigación

    Para la publicación de la monografía se
    ingresó a la página
    Web, www.monografías.com., luego se ingresó
    al ítem "publicar" con un clic y aparece una ventana de
    diálogo, donde recomienda comprimir el
    archivo
    (monografía) a un programa como por ejemplo el Winzip para
    enviarlo por email a .
    , adjuntando el archivo.

    V.
    RESULTADOS

    5.1 A nivel mundial se realizaron diversos
    eventos internacionales y nacionales como Conferencias,
    Declaraciones, Convenciones, Foros, adoptados por diferentes
    países del mundo, que vienen a constituir precedentes
    legales que reconozcan el derecho a acceder al agua potable
    como un derecho humano, así como precedentes contraria a
    este reconocimiento. A continuación se menciona los
    siguientes:

    1. Conferencia
    de las Naciones Unidas sobre el Agua. Mar de Plata –
    Argentina. 1977.

    2. Declaración sobre el Derecho al Desarrollo.
    Nueva York. 1986.

    3. Convención sobre los Derechos del
    Niño. Nueva York. 1989.

    4. Cumbre Mundial en favor de la Infancia. Nueva
    York.1990.

    5. La Declaración de Nueva Delhi. India.
    1990.

    6. Conferencia Internacional sobre el Agua y el
    Medio Ambiente. Dublín – Irlanda.
    1992.

    7. Conferencia de Río sobre el Medio Ambiente y
    el Desarrollo. Brasil.
    1992.

    8. El primer Foro Mundial del Agua.
    Marrakech-Marruecos. 1997.

    9. Declaración Ministerial de La Haya sobre
    la Seguridad del Agua en el Siglo XXI. Holanda.
    2000

    10. Conferencia Internacional sobre el Agua Dulce.
    Bonn – Alemania.
    2001.

    11. Declaración de Johannesburgo –
    África del Sur. 2002.

    12. Foro Social Mundial de Porto Alegre-Brasil.
    2002.

    13. III Forum Mundial del Agua. Kyoto – Japón. 2003.

    14 Foro Alternativo mundial del agua. Florencia –
    Italia
    2003

    15. Declaración de Roma – Italia,
    2003

    16. La Confederação Nacional dos
    Bispos Brasileiros (CNBB). Brasil – Brasília.
    2004.

    17. Foro Alternativo Mundial del Agua. Ginebra –
    Suiza. 2005.

    18. Declaración de Lima "Defensa y el Derecho
    Humano Al Agua. Perú. 2005

    Nota: Ver el cuadro Nº 02

    Partes: 1, 2, 3

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