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Balística Forense




Enviado por alarconflores



    1. Antecedentes
      históricos
    2. Caso resuelto
    3. Nacía el
      Helixómetro
    4. Clases de balística
      forense
    5. La balística
      forense
    6. Aplicación de la
      balística forense
    7. La intervención del
      perito en el hecho delictivo
    8. La balística en la
      actualidad

    INTRODUCCION

    El enorme progreso tecnológico experimentado por
    nuestro siglo ha acarreado, por una parte, el nacimiento de
    nuevas ciencias y,
    por otra, el desarrollo de
    ciencias cuyos orígenes no se remontan más
    allá del siglo pasado.

    En este último caso se encuentra la Criminalística, que es una disciplina o
    una rama cualquiera del conocimientohumano. Pero cabria
    preguntarse si la Criminalística, rama del conocimiento
    humano, es una ciencia o
    técnica, respondiendo afirmativamente en ambos sentidos.
    Efectivamente, la Criminalística es una verdadera ciencia,
    en cuanto que consta de un conjunto de conocimientos verdaderos o
    probables.

    Pero el presente trabajo de
    investigación hablaremos de una de sus rama
    mas importante que es la Balística Forense,
    cuyo concepto, objeto
    de estudio, metódico y fin trataremos de aclarar en el
    presente trabajo.

    ANTECEDENTES HISTORICOS

    Cuando hoy en día surge una investigación
    relacionada con la utilización de armas de fuego
    todos sabemos, más o menos, que no hay dos armas que dejen
    idénticas marcas en la
    munición empleada. Y que, mediante el estudio de las
    lesiones dejadas en el proyectil cuando éste se desliza
    por el ánima del cañón, o las producidas en
    la vaina, por la rampa de alimentación, las
    paredes de la recámara, la culata de cierre, la aguja
    percutora, el extractor y el expulsor, se puede llegar a deducir
    el arma que realizó el disparo.

    Esto que a nosotros nos parece una perogrullada, fue
    para nuestros antecesores un largo camino a recorrer hasta dar
    con los procedimientos
    técnicos que permitieran afirmar con rigor
    científico qué arma fue la empleada para realizar
    los disparos.

    A continuación vamos a dejar un poco de lado las
    cuestiones técnicas
    de la "balística
    forense", para centrarnos preferentemente en la historia de su
    nacimiento.

    El primer intento con éxito
    del que se tiene constancia, al descubrirse al autor de un crimen
    realizado con un arma de fuego, data de los comienzos del siglo
    XIX.

    En el año 1835, y en la ciudad de Londres no
    había cuerpo de policía, tan solo un pequeño
    grupo de
    "ayudantes" reclutados por Hemry Fielding -juez de paz de
    Wesminster-, a los que se les conocía como los Bow Street
    Runners, y que se dedicaban a investigar los crímenes
    utilizando métodos
    poco ortodoxos, e incluso alguna vez que otra no muy
    legales.

    Henry Goddard, uno de estos "peculiares investigadores",
    al observar una bala extraída del cuerpo de una
    víctima de un asesinato, se percató de la
    existencia de una llamativa protuberancia o abultamiento en la
    misma.
    Dado que por aquélla época las armas de fuego eran
    de avancarga y los tiradores habitualmente hacían mediante
    un molde o turquesa sus propios proyectiles, nuestro avezado
    investigador pensó que si encontraba el molde
    encontraría al asesino.

    Con ésta idea, Goddard se lanzó a
    registrar las casas de los sospechosos, y cuando procedía
    al registro de la
    vivienda de uno de ellos, al examinar el molde con el que
    fabricaba las balas de plomo el morador de la misma, nuestro
    avezado investigador pudo observar que en el interior de la
    turquesa había una pequeña hendidura.

    Procedió a fabricar un proyectil y al compararlo
    con el que se extrajo del cuerpo de la víctima pudo ver
    que los abultamientos de ambas eran idénticos.
    Esto, y suponemos que un poco de "presión",
    hizo que el asesino confesara su crimen.

    Caso
    resuelto
    .

    En este primer caso, podemos decir que el rigor
    científico brilló por su ausencia, sólo la
    suerte y la intuición se aliaron para llegar al acierto
    policial que convertiría a Goddard -sin que tuviera
    consciencia de ello- en el precursor de lo que llegaría a
    ser un nuevo método
    para la investigación de los crímenes cometidos con
    armas de fuego.

    Dejaremos pasar el tiempo y
    algunos casos resueltos con mayor o menor rigor
    científico, hasta situarnos en la Alemania de
    1898.

    Un médico forense berlinés, el Dr. Paul
    Jeserich, asistía en calidad de
    experto al tribunal de la ciudad alemana de Neuruppin en un caso
    de asesinato.

    Durante el proceso le
    mostraron a Jeserich un proyectil extraído del cuerpo de
    la víctima, y el revolver propiedad del
    acusado. Nuestro doctor era partidario de la teoría
    que afirmaba que el proyectil al recorrer el ánima del
    cañón y rozar con las estrías de éste
    a gran presión, sufría una serie de lesiones y por
    lo tanto si se realizaba otro disparo con el arma del criminal,
    el deslizamiento por el ánima del cañón
    produciría unas lesiones en la bala iguales a las que
    tenía la extraída del cuerpo de la víctima,
    siempre y cuando el arma empleada fuera la misma.

    Con esta idea realizó un disparo de prueba,
    fotografió las dos balas, amplió las fotos y sorpresa,
    se dio cuenta de que las lesiones dejadas por las estrías
    y los campos del ánima del cañón en la "bala
    testigo", eran idénticas a las que tenía la "bala
    dubitada".

    Comienza el siglo XX, y poco a poco otros investigadores
    fueron creando nuevos métodos de
    investigación, que irían dando a conocer en sus
    asesoramientos a los tribunales de justicia. Uno
    de ellos, Richard Kockel, siendo director del instituto forense
    de la ciudad de Leipzig, efectuó las primeras pruebas del
    "desarrollo" del cuerpo de la bala realizando negativos de la
    misma en láminas de cera y óxido de
    cinc.

    El profesor
    Balthazard a quien llamó la atención que en el culote de la vaina
    existieran una serie de marcas y que éstas eran producidas
    al incidir sobre él la aguja percutora en el momento del
    disparo. Y eso no era todo. La culata del cierre de la
    recámara también producía una serie de
    lesiones en el culote del cartucho, e incluso el extractor y el
    expulsor dejaban marcas características en la vaina.
    Balthazard había descubierto un camino muy importante,
    pero a causa del comienzo de la I Guerra Mundial
    estas investigaciones
    fueron abandonadas.

    Va pasando el tiempo y llegamos al año 1917.
    Entra en escena uno de los grandes pioneros de la
    balística forense: Charles E. Wite. Su historia se mezcla
    con la balística, cuando como funcionario del ministerio
    público del estado de
    N.Y., asistió como ayudante al Presidente de la
    Comisión de Investigación nombrada por el
    Gobernador del Estado, encargada de revisar la no muy fiable
    sentencia dictada por un tribunal del condado de Orleans en el
    proceso que investigó y juzgó el caso del doble
    asesinato cometido en la noche del 21 de marzo de 1.915 en una
    granja del pequeño pueblo de West-Shelby, en donde su
    propietario Charles B. Phelps y su ama de llaves Margarett
    Walcott fueron asesinados a tiros con un arma del calibre
    22.

    Dos trabajadores de la granja Charles E. Stillow y su
    cuñado Neldon Green, fueron acusados y condenados en un
    proceso que estuvo repleto de irregularidades.

    Del cuerpo de Charles B. Phelps se extrajeron tres balas
    del calibre 22, y a Stillow, se le requisó un revolver del
    mismo calibre. El fiscal del
    caso contrató a Albert Hamilton, uno de los abundantes y
    poco fiables "expertos" en balística que pululaban en
    aquélla época alrededor de los tribunales de
    justicia de los EE.UU ofreciendo sus servicios para
    asesorar como "técnicos en balística", y que en la
    mayoría de los casos siempre se inclinaban a dar la
    razón a la parte que los contrataba.

    Hamilton, tras inspeccionar el revolver de Stillow y
    observar mediante un microscopio los
    tres proyectiles extraídos del cadáver,
    realizó un dictamen demoledor para los acusados. Dijo que
    junto a la boca del cañón del revolver había
    una muesca, y ésta misma muesca aparecía marcada en
    las balas, lo que le sirvió para decir que: "las balas
    asesinas sólo pudieron ser disparadas por el revolver del
    acusado".

    Gracias a este dictamen tan demoledor como falso, los
    acusados fueron condenados a la silla
    eléctrica.

    Al proceder a la revisión del caso, la
    Comisión que había nombrado el gobernador Whitmann,
    no fiándose del dictamen de Hamilton, mandó
    efectuar varios disparos de prueba para obtener balas testigo,
    que posteriormente fueron mandadas junto con las dubitadas, a la
    compañía óptica
    Bausch & Lomb, con el encargo de buscar las muescas que
    Hamilton dijo haber encontrado.

    Mediante un estudio con los aparatos ópticos mas
    precisos de que se disponía intentaron localizar las
    muescas, no siendo capaces de dar con ellas ni en las balas
    extraídas del cadáver ni en las que se obtuvieron
    en los disparos realizados de prueba.

    Sin embargo, se efectuó un importante
    descubrimiento. Tanto las balas del crimen, como las de prueba
    tenían cinco estrías, pero con una gran diferencia:
    las estrías del arma de Stillow eran normales y regulares,
    y así se podía apreciar en las balas obtenidas al
    efectuar los disparos de prueba, pero en las balas dubitadas
    había quedado marcado un campo intermedio de una anchura
    anormal. El arma utilizada para cometer el crimen tenía un
    defecto de fabricación que no tenía el arma
    propiedad de Stillow.

    Stillow fue declarado inocente, pero había pasado
    tres años en presión estando a punto de morir en la
    silla eléctrica a causa de un falso informe de un no
    menos falso especialista en balística.

    Charle E. Waite, quedó muy impresionado a causa
    de lo ocurrido, y se prometió a sí mismo que
    intentaría dar con un sistema fiable y
    capaz de identificar el arma utilizada en un crimen mediante el
    estudio del cartucho empleado.

    Con esta idea en mente se lanzó a visitar las
    fábricas de armas más importantes de los EE.UU y a
    continuación las europeas, solicitando los datos exactos de
    las características de las armas que fabricaban. A finales
    de 1923, después de cuatro años de viajes e
    intenso trabajo realizó un gran descubrimiento: ¡No
    había ni un solo modelo que
    fuera exactamente igual a otro! Había diferencias en los
    calibres, en el número y orientación de las
    estrías, de manera que estas podían estar
    orientadas a izquierda o a derecha, y sus ángulos de
    torsión podían ser distintos.

    Waite con todos estos datos de fabricación
    realizó una especie de altas o catálogo
    técnico de la mayoría de las armas existentes en
    aquella época, recogiendo los "caracteres de clase" que
    definen a todas las armas que son de un mismo tipo, marca y modelo,
    pudiendo llegar a determinar mediante la observación y posterior consulta de las
    lesiones producidas por estampación en la vaina, o por
    deslizamiento en la bala, qué modelo de arma había
    sido empleado en un crimen, llegando a diferenciar si el cartucho
    empleado procedía de un revolver Colt Army Mod. 1873
    ó de un Smith Wesson Ejército Nº3.

    Pero estos resultados aparentemente satisfactorios
    sólo solucionaban una parte del problema, puesto que no
    era factible diferenciar un Colt Army Mod. 1873 de otro Colt Army
    Mod. 1873.

    Hacía falta encontrar unos "caracteres
    individualizantes"(4) que permitieran distinguir dos armas del
    mismo tipo, marca y modelo.
    La solución a este nuevo problema la encontró
    observando el proceso de fabricación del
    cañón de una pistola.

    El cañón es fabricado y pulido en un
    bloque cilíndrico de acero, al que
    mediante una cortadora automática de acero se procede a
    labrar en él las estrías. Aunque en este proceso se
    utilizan máquinas
    de gran calidad y precisión, durante el mismo hay que
    interrumpir frecuentemente el trabajo
    para afilar las cuchillas de las máquinas.

    Si se observa al microscopio el filo de la cuchilla de
    una cortadora se verá que este no es recto, sino dentado.
    Por lo tanto, el orden y la medida del dentado es forzosamente
    distinto en cada filo produciéndose cada vez que estos son
    afilados cambios en los mismos que luego podrán ser
    observados en cada una de las estrías.

    Si a todo esto se le suma la acción
    abrasiva, causada por las virutas de acero que se producen en el
    proceso y que la cortadora empuja a lo largo del interior del
    cañón durante la fabricación del mismo, nos
    dará como resultado en cada arma unas
    características que no se repetirán
    jamás.

    Si tenemos en cuenta que la bala al pasar por el
    ánima del cañón sufre dos tipos de lesiones:
    las primeras causadas por las estrías del ánima,
    que en la bala se convertirán en campos, y las segundas
    causadas por los campos del ánima, que darán como
    resultado las estrías en la bala, podemos llegar a decir
    que la bala, después de recorrer el ánima del
    cañón, se convierte en el negativo de
    éste.

    Aquí estaba la solución, ahora sólo
    era preciso encontrar éstas mismas diferencias en las
    balas. Y esto sólo era posible con un buen
    microscopio.
    Waite explicó su idea al óptico Max Poser y le
    pidió que le fabricara un microscopio para poder
    verificarla. El óptico le fabricó un microscopio
    dotado con un soporte que mantenía sujeta la bala, y con
    una escala de
    medición que permitía medir las
    lesiones mas insignificantes que existieran en la
    misma.

    Waite avanzaba poco a poco, pero por el camino correcto,
    cuando entusiasmados por el desarrollo de las investigaciones, se
    le unieron el físico John H. Fisher y el químico y
    gran especialista en microfotografía Philipp O. Gravelle.
    Gracias a esta unión nació en Nueva York el primer
    instituto de balística forense del mundo Bureau of
    Forensic Ballistics. El gran salto se había
    dado.

    Fisher aportó a la investigación dos
    grandes inventos, con el
    primero de ellos desarrollado basándose en la idea del
    Citoscopio médico, construyó un aparato que
    servía para ver con todo detalle el interior del
    cañón de un arma de fuego.

    Nacía el
    Helixómetro
    .

    La segunda aportación fue un nuevo microscopio
    calibrador con una mayor precisión que el fabricado
    anteriormente por Poser, y que permitía medir con
    muchísima más precisión los campos
    intermedios, las estrías, y la orientación de las
    mismas.

    Con éste nuevo microscopio Gravelle pudo observar
    gran cantidad de proyectiles disparados por distintas armas de un
    mismo modelo. Pero no estaba del todo satisfecho, puesto que para
    comparar un proyectil con otro había que observarlos por
    separado lo cual suponía mayor imprecisión que
    examinándolos a la vez.

    Gravelle se puso a pensar y se le ocurrió la idea
    que daría a la balística uno de los fundamentos
    científicos mas importantes.

    Cogió dos de los microscopios calibradores y los
    unió mediante un dispositivo óptico gracias al cual
    se podían observar dos proyectiles juntos
    superponiéndolos en una sola imagen y lograr
    que ambas giraran de manera que se pudieran comprobar viendo las
    coincidencias y diferencias que hubiera en las mismas.

    El microscopio comparativo de Gravelle veía la
    luz.
    Por estas fechas al equipo de Waite se unió un nuevo
    miembro el doctor Calvin Godarte que al poco tiempo de manejar el
    microscopio comparativo podía distinguir si una bala
    dubitada y una testigo habían sido disparadas por la misma
    arma. Y eso no era todo. Goddart siguiendo el camino que
    había iniciado el profesor Balthazard, comenzó a
    observar el culote de las vainas disparadas encontrando que las
    lesiones producidas por las máquinas empleadas en la
    fabricación de la aguja percutora o del bloque de cierre
    del arma que había realizado el disparo, coincidían
    con las lesiones que aparecían en el culote de la vaina
    empleada.

    Desde 1925, en que Gravelle inventó el
    microscopio comparativo, hubo que esperar a la primavera de 1927,
    cuando en el proceso Sacco-Vanetti, Calvin Godarte lo dio a
    conocer realizando con él un dictamen modélico en
    la historia de la Balística Forense.

    CLASES DE BALISTICA FORENSE

    La balística estudia el movimiento y
    comportamiento
    de los proyectiles.

    PARA SU ESTUDIO SE DIVIDE EN:

    Balística interior: Estudia el movimiento
    del proyectil en el interior del cañón.

    Balística exterior: Estudia el
    desplazamiento del proyectil durante su trayectoria en el
    espacio.

    Balística de efectos: Relaciona la
    acción y consecuencias originadas por los proyectiles
    cuando se impactan.

    Balística forense: Es una rama
    especializada de la Criminalística encargada de investigar
    el comportamiento simple o complejo de las balas y el examen de
    las trazas relacionadas con el uso de armas de fuego.

    Tiene como propósito establecer por medio de
    procedimiento
    técnico, la correlación y procedencia de los
    indicios intrínsecos con las armas de fuego como son, los
    casquillos y las balas que son recolectadas durante una investigación
    Criminalística.

    Balística comparativa: Se aplica al
    tratamiento físico de los indicios. Consiste en la
    búsqueda, detección y comparación de
    particularidades especiales, que identifiquen el arma con
    respecto a los casquillos cuyas marcas especificas quedan
    impresas durante el proceso de la acción conocida como
    disparo.

    Uno de los indicios que pueden brindar una información importante es el casquillo que
    consiste en un tubo cilíndrico, generalmente de
    latón, cerrado en sus extremos a fin de contener la carga
    de proyección y alojar en el extremo anterior parte del
    proyectil ; consta de cuerpo boca y culote o base del
    casquillo.

    En el se estudian las huellas de rozadura dejadas por
    las piezas de choque y eyección del arma, además
    las asperezas características de la aguja del
    percutor.

    Las marcas del extractor pueden determinar la
    posición del casquillo antes del disparo, las cuales se
    encuentran en la parte delantera del borde posterior del
    casquillo, y con la luz oblicua resalta brillante contra el fondo
    ahumado y oxidado del casquillo.

    LA
    BALISTICA FORENSE

    Es la rama de la Criminalística que se encarga
    del estudio de las armas de fuego, de los fenómenos en el
    momento del disparo, de los casquillos percutidos, de los
    proyectiles disparados, de la trayectoria de estos últimos
    y de los efectos que producen.

    La Balística Forense en general se divide en:
    Balística interior, Balística exterior y
    Balística de efectos

    APLICACIÓN DE LA BALISTICA
    FORENSE

    El perito en Balística participará en
    aquellos hechos en que se encuentren armas de fuego o elementos
    relacionados con ellas. Es frecuente que se solicite su
    intervención en delitos como
    el asalto con arma de fuego, homicidios,
    suicidios, lesiones, portación ilegal de arma, daño en
    propiedad ajena, amenazas y otros más donde exista
    evidencia que conduzca a la realización de estudios en el
    laboratorio de
    Balística.

    Normalmente, el perito en Balística
    desempeña sus actividades en el laboratorio. La mayor
    parte de los dictámenes que se realizan en esta materia
    necesitan apoyarse en equipos como el microscopio de
    comparación y la tina de disparos.

    También requieren de información
    bibliográfica auxiliar o que se encuentre capturada en el
    sistema computarizado de información

    Las armas de fuego y los elementos fabricados para ser
    disparados por ellas constituyen los elementos naturales de
    estudio del perito en esta especialidad. También
    constituyen factores de análisis los fenómenos que se
    originan en el interior del ánima del cañón,
    desde que se produce el disparo hasta que la bala abandona la
    boca del cañón. Se estudian los movimientos del
    proyectil en el aire, una vez que
    este ha dejado la boca del cañón del arma y el
    contacto que tuvo con uno o varios cuerpos hasta quedar en estado
    de reposo.

    Se ha llegado a considerar conveniente la
    participación del experto en Balística durante la
    "reconstrucción de los hechos", en algunos casos. Su
    presencia permite obtener una apreciación más
    objetiva de las condiciones y sucesos. De esta manera,
    proporcionará mayores elementos para la elaboración
    del dictamen.

    LA INTERVENCION DEL PERITO EN EL HECHO
    DELICTIVO

    La actuación pericial en materia de
    Balística se basa en la existencia de armas de fuego,
    cartuchos útiles, proyectiles y casquillos. Sin la
    presencia de este material, la intervención pericial no
    podría llevarse a cabo.

    El tiempo de intervención del perito se encuentra
    determinado por el número de elementos aportados y el tipo
    de estudios correspondientes que sean requeridos.

    Como se han mencionado con anterioridad, los resultados
    del dictamen se obtienen en relación directa con el
    material que se ha proporcionado para el estudio. Por eso pueden
    surgir las siguientes hipótesis:

    Material que se envía:

    * Un arma de fuego. Resultados que arrojará el
    dictamen:

    Características generales, estado de
    funcionamiento y condición de acuerdo con la Ley de Armas de
    Fuego y Explosivos en vigor.

    * Cartuchos o casquillos. Resultados del
    dictamen:

    Calibre y características especiales, así
    como la reglamentación de la ley citada.

    * Proyectiles (Balas, fragmentos u otros). Resultados
    del dictamen:

    Se establece su origen, se determina su calibre, si
    fueron o no disparados por una misma arma. Se puede mencionar la
    probable marca y modelo del arma que los
    percutió.

    * Expediente completo. Resultados que arrojará el
    dictamen:

    Pueden obtenerse todos los resultados antes mencionados,
    si se remite con los estudios de Criminalística de Campo,
    Balística, necropsia, pruebas de química, armas,
    fragmentos, declaraciones, actuación de los que
    intervinieron en las declaraciones, con lo que podría
    llegar ser determinante para establecer la posición
    victima-victimario.

    LA BALISTICA EN LA
    ACTUALIDAD

    Es una disciplina científica  que se ocupa
    de investigar el alcance, la dirección y los efectos que producen los
    proyectiles, misiles.

    También en los hechos criminales producidos por
    armas de fuego la investigación se inicia en el escenario
    criminal:

    1. Protección del lugar del crimen
    (acordonamiento).

    2. Fijación probatoria (registro
    fotográfico y descripción
    Planimétrica).

    3. Modelado.

    4. Informe medico legal.

    5. Localización y colección de
    indicios.

    6. Remisión de indicios al
    laboratorio.

    La balística se divide en dos balísticas
    internas y externa.

    Balística Interna: Es aquel proceso
    que se inicia cuan do la persona que
    utiliza el arma, presiona la cola del disparador y su fuerza se
    transmite hasta la acción del percutor o del martillo en
    un revolver o en un fusil, todo este proceso en forma concluyente
    origina la expansión de ruidos y partículas del
    proyectil.

    Balística Externa: Es la que
    estudia las leyes que
    originan o rigen el movimiento del proyectil  en toda su
    trayectoria, desde que sale de la boca del cañón y
    el impacto que ocasiona el proyectil donde se toma en cuenta la
    distancia del arma y el objeto deseado.

     

    Dr. Luís Alfredo Alarcón
    Flores

    Abogado, Magíster y Doctor en Derecho

    Conciliador – Arbitro

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