- Algunas Reflexiones sobre
nuestra práctica Docente - La subjetividad en el aula de
clases - Conclusiones
Algunas dimensiones de la subjetividad en la
práctica docente.
según (fierro c., rosas l., fortoul
b., 1995 ) el trabajo de
los maestros donde quiera que se realice está conformado
por un conjunto de relaciones.
El docente además de conocer sobre los contenidos
que debe transmitir a sus alumnos, de reproducir la cultura
existente a través de los tiempos y de describir el
aquí y el ahora en el que viven él y sus alumnos,
es importante considerar y analizar otros fenómenos que
ocurren en el aula, una pregunta importante sería
considerar qué tan ubicados espacialmente nos encontramos
en el aula como maestros, en relación con las diferentes
dimensiones que rodean la realidad escolar, como se
presenta en el esquema de arriba.
Debemos considerar que cuando estamos frente a un
grupo,
conocemos algunas partes de nuestra práctica
docente, e ignoramos otras. sería importante
plantearnos preguntas como: ¿Analizamos nuestra
práctica docente?, ¿Hemos buscado conformar un
estilo pedagógico particular?, ¿De qué
manera nos comunicamos con los alumnos? ¿cuál es mi
función
en la sociedad, y
ésta que espera de mí?
Algunas
reflexiones sobre nuestra práctica docente.
¿Analizamos nuestra práctica
docente?
nuestra práctica docente debe ser
analizada, ya que si la función del docente es el
transmitir conocimientos a sus alumnos, y promover el cambio en la
sociedad, hay mucho que tiene que profundizar para llegar
al propósito mencionado, puesto que no es lo mismo la
poesía
que la prosa en la práctica docente, la realidad es
compleja y desordenada, por lo tanto el docente necesita
ubicarse espacialmente con respecto al grupo escolar al que se
enfrenta, puesto que el grupo es un reflejo de los valores
que ha adquirido en la familia, en
la sociedad allá afuera, el alumno ha sido educado a
través de una violencia
simbólica, mediante el lenguaje,
se le ha enseñado ha depender de otros tutores para
aprender o para ver la realidad, o simplemente se les ha dejado
andar por el mundo sin riendas, porque los papás trabajan
todo el día, o talvez tengo la suerte de que el grupo
escolar con el que me relaciono vive en una colonia acomodada y
tienen computadoras
cada uno, van a clases de música, de piano,
tienen interés
por aprender cosas nuevas.
En fin, existen múltiples situaciones que pueden
surgir en un salón de clases y que es necesario verlas
cuando surjan, pero… y ahora qué vamos a hacer,
sería la gran pregunta, qué métodos
voy a utilizar y hasta donde voy a profundizar para resolver
problemas, cuáles son las herramientas que como
docente se me acomodan para utilizarlas en mi práctica,
que dirección llevo, hacia dónde quiero
ir.
Pienso que en éste escenario se encuentra el
docente, éste es el punto de partida para incidir en el
aula.
¿Hemos buscado conformar un estilo
pedagógico
particular?
pienso que si, que de toda la vida lo mejor
para educar ha sido el imitar ciertos roles, y de ahí se
ha identificado la educación
tradicional, de párbulos, la educación
tecnocrática; lo más perjudicial en un estilo
pedagógico particular es la funcionalidad, si funciona
es que está bien, es lo primero que intuyen las
personas para situar de alguna manera su práctica docente,
y ésto me parece patético.
Es obvio que el estilo pedagógico se construye
como la mayoría de las funciones
vitales, porque va en función pienso o se relaciona con la
personalidad, y ésta se construye, y la manera de
construirnos a nosotros mismos como sujetos es
enfrentándonos a nosotros mismos, ante nuestras
debilidades y fortalezas, para identificarlas y darnos cuenta de
lo que podemos y no podemos cambiar, que es lo que nos gusta y lo
que no nos gusta.
Yo no estoy en contra de conformar un estilo pedagógico
particular en función de lo que imitamos a lo largo de
nuestra vida, en nuestra formación o deformación
educativa, puesto que mediante la reflexión de la
forma en que hemos sido educados, de la forma en que nos han
enseñado, no de una forma pasiva, sino de una forma
destructora-constructora de la otredad educativa.
Por ejemplo si a mí personalmente me cae gorda la forma en
que me han educado mis padres, e identifico porqué, estoy
reconociendo lo que no me gustaría ser, ser como ellos, si
yo identifico que en lugar de talento para mostrar los caminos a
seguir, me muestran una amorosa imposición de lo que hay
que aprender, ésto te aleja de ti mismo porque sigues las
expectativas de los padres, lo que ellos esperan está
situado en otro tiempo y
espacio distinto al nuestro, al actual.
Si nos agrada el estilo pedagógico particular de un
docente, y analizamos la fundamentación
teórica en la que descansa, estamos
profundizando en nuestro estilo pedagógico
también porque lo confrontamos con el nuestro, con nuestra
personalidad.
si un maestro es irónico y le funciona su estilo, y nos
agrada, talvez lo podemos implementar porque nosotros somos
así, si una maestra a todo el mundo embeleza con su
dulzura y a mí en lo particular no, es porque talvez lo
amoroso lo observo desde otro punto de vista, talvez para
mí el amor debe
ser duro, se puede demostrar de otras formas.
Por lo tanto un estilo pedagógico se construye,
nosotros somos la medida para ello, pero la construcción está en función
con la otredad, con el afuera, no con nosotros mismos, no podemos
profundizar en nosotros mismos porque no hay más que
vísceras.
Si no en relación con el tiempo y espacio
en el que vivimos, con la historicidad de nosotros como
sujetos pertenecientes a una sociedad que ha sufrido cambios, a
través de la forma en que la tecnología nos
permea, la cultura, las necesidades humanas, entre otras
relaciones de nosotros con el afuera.
¿De qué forma nos comunicamos con los
alumnos?
Ya que hablas de comunicación, pienso que es una
dimensión importante que integra nuestra práctica
docente, ya que mediante nuestra comunicación verbal y
no verbal expresamos lo que pensamos lo que sentimos del otro
que está frente a nosotros, pero pienso que debemos
separar lo que es la
comunicación de la autoridad,
pues son distintas y aunque se enlazan en momentos en la
práctica docente están disociadas una de otra. el
docente para llevar a cabo su práctica no tiene que
comunicar que es una autoridad, ya que ésta se
gana o no, cuando al final de un semestre se les pide a los
alumnos que te evalúen, éstos no toman en cuenta la
autoridad que tiene un carácter implícito en el
aula de clase, el maestro tiene un status, por eso es
encargado de conducir una aula, y no tardarán un semestre
en decidir si el maestro dará la clase o un
alumno más capacitado, o con más talento. el alumno
sabe que tendrá que soportar o a admirar a un maestro
quiera o no.
La comunicación tiene otro sentido, un sentido de
diálogo, la comunicación en diagrama se da
entre emisor-receptor, mensaje, se necesita un código,
y una retroalimentación.
la comunicación va más allá de esto
la comunicación en la modernidad se ha vuelto
más simbólica pienso yo, los símbolos jalan inmensidad de formas en las
que se puede construir la comunicación con los
alumnos, el docente en éste sentido debe volverse un
iconoclasta, un artista que se deleite de utilizar
símbolos con sus alumnos, palabras claves que nos
llevan hasta donde el maestro se supone que sabe, por lo tanto el
maestro además de saber, debe meterse en caminos
insospechados que en ocasiones sean absurdos pero que se conecten
con la realidad, con los alumnos, poner atención de lo que a los alumnos les
interesa hablar y de el lenguaje que utilizan ellos porque
son herramientas que pueden servir y usados en contra suya
o a favor de ellos mismos, lo importante no es tratarlos bien o
tratarlos mal, lo importante es tener éxito, porque
es la vara con la eres medido a través de él te
evalúan, te admiran o te hacen pedazos como docente.
La autoridad por tanto no tiene sentido en sí misma, se ha
configurado tanto en nuestra representación que tenemos,
sabemos el papel que jugamos como alumnos o como docentes desde
los primeros años de la infancia,
pienso más bien que lo más difícil es
crear desde el diseño
de una clase, y después en el momento en que se
vive la clase, la voluntad humana tiene una razón
más importante que la autoridad, porque se fundamenta en
nuestras necesidades más profundas de representarnos ante
un grupo y en la otredad, y en éste sentido nos volvemos
razonables
y convencemos o no; pues se diferencia la voluntad ante un mero
capricho de autoridad, o la estupidez de ocupar un espacio
simbólicamente objetivo por
parte del maestro.
¿Cuál es mi función en la sociedad, y
ésta que espera
de mí?
claro que sí debemos tomar
conciencia del mundo en el cual vivimos, el aquí
y el ahora, cuáles son las causas primeras y
últimas de las actividades que se generan frente a
nosotros, lo que causa la masificación, qué
características tiene, cuales son sus ventajas y
desventajas de que nos jalen hacia un mundo que nos gusta en
ocasiones, o que nos enajene nos lleve a la
destrucción de lo más profundo de nuestra humanidad
y de nuestra naturaleza la
nuestra y la del entorno, del paisaje.
Todo en el mundo es relativo dios, los valores,
el
conocimiento puro, los seres humanos le damos un sentido a lo
que hacemos, tomamos las cosas que nos dicen como nos de la gana,
somos selectivos y las compartimos según nuestra
representación.
En la modernidad
adolecemos de voluntad, porque cristianamente se nos
enseña a ser piadosos, políticamente se nos
enseña ser seudodemocráticos y en éste
sentido ocupar una parte en la maquinaria social, ser un fox sin
talento que no hace más que lo necesario, no tenemos buen
cine porque no
hay buñueles, no hay chaplines, no hay mostruos creadores
del arte, la vida
misma es un arte, sino la vivimos así no vale la pena
vivirla, es pura cotidiana superficialidad, imbecilidad
humana que idealiza una sociedad alterna que nunca va a llegar.
La subjetividad en
el aula de clases.
el docente, así como el alumno al momento
de entrar en el salón de clases llevan consigo a su
familia, sus
valores y todo lo que los rodea, y esto genera
consecuencias en el aula de clases.
A través del lenguaje y
símbolos, docente y alumno se comunican, pero cabe
destacar hasta qué punto la relación maestro
alumno es pareja, hasta qué punto solamente le
interesa llevar a cabo un programa, o tomar
en cuenta las necesidades de sus alumnos, ver en el aula lo que
puede o no puede hacer, qué aspectos pueden salirse de
control.
¿de qué manera entonces el docente utiliza un
lenguaje horizontal con sus alumnos y con la realidad de afuera
que es la que más significado tiene para los
alumnos?.
Lo que nos sitúa en un lugar como sujetos,
es el lenguaje, jaques lacan explica cómo un niño
cuando está reconociéndose en sus primeros
años frente a un espejo, al igual que el chimpancé
va detrás del espejo para resolver quién
está detrás de él, llegando así al
descubrimiento de sí mismo, pero en el sujeto la
diferencia es que la madre está al lado del niño y
le dice: eres tú, el lenguaje es entonces el que
marca la
diferencia entre la imagen y el
cuerpo.
Cuando el docente da alternativas de elegir temas, no
solamente propicia la libertad, sino situaciones
inesperadas para el mismo maestro, así como para el
alumno, el conocimiento
se construye a partir de lo que vive cada quien desde su
realidad, al compartir sus expectativas, debilidades y aficiones
se logra otro tipo de interacción en el
aula.
Se promueve la autonomía por parte de los
alumnos, el reconocimiento de reglas generadas por ellos mismos,
y el docente toma en cuenta la participación del
alumno, y es en éste sentido cuando hay un mayor
acercamiento por parte del docente, ya que al escuchar lo que
cada quien opina, al expresar lo que cada alumno piensa y siente
se le hace partícipe del grupo, y a la vez se le aclara
la diferencia entre su forma de ver el mundo y lo que es,
como el ejemplo de jaques lacan,.de la mamá que afirma al
niño que es él quien se reconoce frente al
espejo.
Al reconocer a la subjetividad como parte
integrante en el aula, se reconoce que el docente no tiene la
verdad absoluta, de hecho nadie la tiene, parte del
principio de incertidumbre, por lo tanto el conocimiento
en éste sentido es inducido por parte del docente para ser
construido entre todos, se le da oportunidad al alumno de
"ser" para que disfrute de lo que construya, ame lo que
haga, vea el error como parte del aprendizaje, y se
arriesgue a enfrentarse consigo mismo y ante los
demás.
Tomé lecciones de violín de los seis a los
catorce años, pero no tuve suerte con mis maestros. para
ellos, la música se reducía a un juego
mecánico. comencé realmente a aprender
música a los trece años, sobre todo porque me
enamoré de las sonatas de mozart. en
general, el amor es el
mejor maestro en el sentido del deber.
(Einstein)
(Colín A., Toledo M., Sosa C., Sosa E.,
1999).
Un hombre no
aprende a comprender nada a no ser que lo ame (johann
wolfgang von goethe)
Cuando disfrutamos de lo que creamos, cuando nos
gusta lo que hacemos, cuando las actividades escolares se
integran a nuestra realidad social, escolar, comunitaria,
familiar, le damos otro sentido, otro valor al
aprendizaje, se vuelve éste más
autónomo, somos capaces de autoevaluarnos, de
evaluar y diferenciar como alumnos del maestro que nos impone el
conocimiento a partir de verdades absolutas, de la objetividad, o
del que se convierte en un guía y facilitador de
nuestro aprendizaje.
La práctica docente requiere de un análisis profundo de el aquí y el
ahora, de las dimensiones que intervienen en los
fenómenos áulicos, para que el docente
detecte las necesidades que tiene cada salón de
clase para construir con los alumnos el conocimiento y el aprendizaje,
enfrentándose a situaciones nuevas e inesperadas, a
través de la intersubjetividad entre docentes y
alumnos.
- Fierro C. Fourtoul b. Rosas l (1995)
más allá del salón de
clases,
Centro de estudios educativos a.c., méxico.
- Colín A., Sosa C., Sosa E., Toledo M.,
(1999) el traspatio escolar, Paidós, (reimp.)
México. - Curtis B., Mays W., (comp), (1984). Fenomenología y educación. Fondo
de cultura económica, méxico. - Fierro C. Fourtoul B. Rosas l (2000) (reimp.)
Transformando la práctica docente, una propuesta basada
en la investigación–acción. Paidós,
México.
Ezequiel Zambrano Castro
Lic. En Ciencias de la
Educación
Egresado de la Facultad de Ciencias Humanas
En la UABC.
Mexicali, BC.
13 de enero del 2006