- 1. El
héroe - 2. El mito del amor
pasión en su metáfora del
filtro - 3. Isolda, princesa
y reina - 4. Los Gigantes
míticos - 4. El Dragón,
guardián mítico por
excelencia - 5. Mito de la
predestinación - 6. La leyenda del
rey Arturo y los caballeros de la Tabla
Redonda
Creo sinceramente que la mejor respuesta
a este crítico problema deberá
llegar
desde los hallazgos de la psicología,
y específicamente de aquéllos
descubrimientos
que tengan que ver con la fuente de la naturaleza y el mito.
Joseph Campbell. Los mitos.
L a leyenda de Tristán e Isolda es de origen celta,
una cultura —que procedente
del suroeste de Alemania, donde
permaneció arraigada hasta el segundo milenio a.C.—,
se extendió, primero en pequeñas avanzadas, hacia las
Islas Británicas (1800-1600 a.C) y posteriormente en forma
franca hasta la Galia e Iberia (1200-800 a.C.). Esta
civilización tuvo su momento de apogeo durante los siglos
vi-i a.C. y fue en este período en que se lanzó a Gran
Bretaña. Su dispersión y métodos de conquista no
planificados llevó a los celtas una pronta decadencia en el
siglo ii, aunque su cultura permaneció sin diluirse hasta la
Edad Media en Irlanda y norte
de Escocia, lugares a los que el Imperio Romano no había
propagado su poder.
Una de las fuentes indica como probable
el que en las zonas celtas de las Islas Británicas se
habría originado una leyenda en torno al rey de Irlanda Drystan,
que reinó entre 780-785 d.C, adaptada y divulgada por
cuentistas bretones y enriquecida con las aventuras juveniles del
héroe. Posteriormente se unificaron con elementos
provenientes de la tradición musulmana y los relatos
orientales, transformando la primitiva leyenda celta.
Otra de las fuentes atribuye el origen de algunos
episodios a una leyenda, la de los Fianna, que poseía un
grandioso cuento sobre un triángulo
amoroso entre Finn, Griani su desposada y Diarmaid, su
sobrino.
La historia, en primer lugar, fue transmitida
oralmente por la trovadoresca, una lírica amorosa con su
teoría del amor cortés, que
asimiló influencias orientales y árabes. Los trovadores
eran clérigos dedicados al menester literario, poseedores de
una lengua latina docta y
desligados de su oficio eclesiástico, difundían el
patrimonio cultural entre la
clase noble.
Respecto a la tradición escrita, los textos
anglo-normandos más antiguos datan del siglo xii:
Tristrem de Thomas, al que le sigue el Tristán
del normando Béroul, y en el siglo xiii Sir Tristrem,
novela en verso que Walter
Scott atribuye a Thomas of Ercildoune, llamado The Rhymer.
Las versiones alemanas son las de Eilhart von Oberg, proveniente
de una traducción escrita hacia
1170 de un original perdido, y la de Gottfried de Estrasburgo
compuesta a principio del siglo xii sobre la versión de
Thomas.
"Según el historiador Geroges Duby en El amor en
la Edad Media y otros ensayos, existe un modelo esquemático que
corresponde al amor cortés o fine amour. En este
esquema un hombre "joven" —sin
esposa y cuya formación no ha concluido— asedia a una
mujer casada y, en consecuencia,
inaccesible, protegida por un tipo de sociedad, que consideraba el
adulterio de la esposa como la
peor de las subversiones, amenazado con terribles
castigos.
El amor fino, practicado en diferentes espacios de la
corte, era considerado como algo exclusivo de los
cortesanos." 1
La leyenda de Tristán e Isolda es una de las
más importantes creaciones poéticas y espirituales. No
es sólo el testimonio de una época, ni el de un romance
del amor cortés, es el testimonio de un amor-pasión mas
fuerte que las leyes, que la moral, y que la vida misma
y sus personajes representan un interrogante en cuanto a su
naturaleza mítica y arquetípica. Pero, ¿qué
son realmente los mitos y los arquetipos?.
Dice Manuel Angel Vázquez Medel en su artículo
"El mito de Prometeo: Fundación y quiebra de lo humano" publicado
en la Universidad de Sevilla: "El mito,
semióticamente, constituye un tipo de discurso fundamentador (a
veces etiológico) que se caracteriza no sólo por sus
dimensiones sintáctica y semántica sino, sobre
todo, por su dimensión pragmática. Para que funcione
con eficacia requiere un pacto
fiduciario entre narrador y receptor. El pensamiento mítico es un
espacio privilegiado de reflexión. Un depósito de
experiencias humanas, de pasiones y conflictos no sólo en
clave racional (aunque no están del todo desprovistos de una
ratio interna) sino, sobre todo, en clave emocional, vivencial
(…)Volver la mirada al espacio mítico y preguntarnos
cómo se registra en él la experiencia de la humanidad,
cómo se funda y cómo se ve amenazado lo humano, es
también volver no a un momento precario e infantil de la
experiencia del hombre (in genere), sino, muy al contrario, a una
experiencia más inmediata (en el sentido de menos mediada),
más pura, más viva (…)Tal vez las grandes
verdades del pensamiento griego hayan tenido a la postre mejor
fortuna en el marco de la civilización occidental.
Desintegrado el espacio vital que regía su vivencia y sus
interpretaciones, el espacio mítico ha podido ser fuente
constante de reflexión abierta y de reinterpretaciones.
Liberados de su doxa (que también existió en su
momento) y de instituciones preservadoras y
transmisoras de un significado y un sentido únicos, los
grandes mitos grecolatinos recorren toda la espina dorsal de la
experiencia de la cultura occidental."
Para Carl Gustav Jung los arquetipos son formas o
imágenes que integran el
inconsciente colectivo, patrimonio de toda la humanidad,
constitutivos del mito y que al mismo tiempo son productos autóctonos e
individuales de origen inconsciente. Para Nietzsche, en nuestros
años atravesamos el pensamiento de toda la humanidad
primaria. De la misma manera en que el hombre razona en sus
sueños razonaba en su etapa primera hace miles de
años… El sueño nos retrotrae a las etapas
primitivas de la cultura humana y nos da un medio para
entenderlas mejor. Si bien los arquetipos son "seres eternos del
sueño", no pertenecen exclusivamente al campo onírico,
sino también al inconsciente colectivo, y particularmente al
de los pueblos, y se encuentran en condiciones más
desarrolladas en cuentos populares, mitos y
leyendas.
Así pues, estos dos conceptos profundamente
entrelazados, arraigados y perfectamente esquematizados son el
eje central de este proyecto, que pretende dar
respuesta a un interrogante surgido de la lectura de la leyenda,
esencial para la labor creativa de un escritor – guionista:
¿Hay mitos y arquetipos en Tristan e Isolda?
Para responder la pregunta formulada se utilizarán
las versiones de la leyenda de Tristán e Isolda de Joseph
Bédier 2, Alicia
Yllera3 y la traducción
de Ernesto de la Guardia 4
de la obra de Richar Wagner..
Como material bibliográfico además de las
fuentes mencionadas, se apelará a los siguientes
títulos: Los mitos 5, Psicología y
alquimia 6,
Opera Omnia 7, Los
Extraños 8,
La rama dorada 9,
Diccionario de psicoanálisis 10, Diccionario ideológico de la
lengua española 11, Pequeño Larousse
ilustrado 12,
Sociología de la
religión 13.
Características: Según la acepción
griega, el héroe era un hombre divinizado que llega para
restaurar el orden quebrantado por la fuerzas del mal. Su nombre,
para algunos escritores antiguos, se relaciona con la diosa Hera
esposa de Zeus con quien tuvo un hijo; diosa suprema del cielo
deseosa que su hijo tuviera la misma fama que ella en la tierra, lo bautiza con el
nombre de Héroe. En adelante, en todas partes todos los
hombres ilustres por sus acciones reciben el nombre de
"héroes": Gilgamesh, Aquiles, Hércules, Perseo, Teseo,
Odiseo y Belerofonte, entre otros. Está definido
también como el que se distingue por sus actividades
extraordinarias o su grandeza de ánimo y, en sentido
figurativo, es el personaje principal de una obra literaria y de
una aventura.
Los héroes tienen, por lo general, padres ilustres
o adinerados y una profecía que los condena. En algún
punto del mito encontramos siempre los primitivos deseos de
rebelión contra el padre que, mediante un mecanismo de
proyección que se invierte —según explica la
psicología— pretenden que fue el padre el que en
algún momento quiso desprenderse del hijo.
La idea tradicional de la iniciación se combina con
una introducción del
candidato a las técnicas, deberes y
prerrogativas de su vocación, es por eso que Tristán,
según una versión, domina el arte de "Manejar la lanza, la
espada, el escudo y el arco, (…) lanzar tejos de piedra y (…)
saltar las zanjas más anchas (…) aborrecer la mentira y la
felonía (…) socorrer a los débiles (…) mantener la
palabra empeñada" (Joseph Bédier).
Asimismo, para la otra de las fuentes, Tristán es
capaz de: "…franquear de un salto los más anchos
fosos, a manejar la lanza, la espada, el escudo y el arco y a
lanzar discos de piedra. También se acostumbró a
detestar toda felonía, a socorrer a los débiles y a
guardar la palabra dada" (Alicia Yllera).
"… El joven que quiere ingresar en la comunidad de guerreros en
calidad de héroe o
intervenir en sus danzas mágicas u orgías o que aspira
a comunicarse con las divinidades en festines de culto,
debía poseer un alma nueva. Son pues, bastante
antiguos, el ascetismo mágico y heroico, los ritos de
iniciación de los jóvenes." 14
Del proceso de formación
heroico el único elemento que no se cumple en la educación de Tristán es el
reajuste radical de sus relaciones emocionales con las
imágenes paternas, ya que éste es huérfano siendo
Governal, el mistagogo o sustituto del padre, el que lleva a cabo
su instrucción como ser justo e impersonal y para quien el
ejercicio de sus poderes no habrá de ser interrumpido por
motivos inconscientes (o tal vez concientes y racionalizados) de
engrandecimiento del yo, de preferencia personal o de
resentimiento.
Los héroes también tienen marcas —las marcas del
héroe—, que los ayudan a superar los obstáculos
sin hacerlos totalmente invulnerables. Pueden ser físicas,
como en el caso de Aquiles o psicológicas: la fértil
imaginación de Ulises y la piedad religiosa en Eneas.
Además, cuentan con la ayuda sobrenatural representada a
veces por un poder protector que suele contribuir con amuletos y
poderes contra las fuerzas nefastas: El hilo de Ariadna para
ayudar a Teseo, la intervención de la maga Medea para
favorecer a Jasón y la de Circe a Ulises o, más
próxima a nuestros protagonistas, la de Merlín y la
espada Excalibur para el rey Arturo y la de la propia Isolda para
salvar la vida de Tristán.
Los elementos mágicos atraviesan todo el relato.
Sea que se trate —según la definición de
Frazier— de magia homeopática (ley de semejanza) como las
imágenes de cera en la cueva de Moldagog (versión de
Yllera), o de magia contaminante (ley de contacto) como la
poción fatal que beben y que los convertirá sin retorno
en amantes.
El llamado a la aventura: Desencadenante del viaje en el
caso de Tristán es el consejo de Governal: "Tristán, ya
eres un perfecto doncel; sólo una cosa te falta: buscar
tierras lejanas y mostrar tu habilidad en cortes extranjeras.
Mucho puedes aprender viajando y así conseguir precio y renombre."
El viaje del héroe: El héroe emprende una
aventura magnificada en la fórmula ritual de la
separación, la iniciación y el retorno. El inicio de
dicha travesía —viaje del héroe—, es la
plataforma mitológica que lo transporta hacia una
región de prodigios sobrenaturales y no es sólo una
hazaña física la que emprende, sino que sufre
una transformación psicológica venciendo sus propios
monstruos interiores. Todas las pruebas están destinadas
a comprobar si tiene el valor, el conocimiento y la capacidad
que le permita servir a los demás.
Tristán emprende su iniciación, cuando herido
mortalmente por Morhol, pide ser librado a su suerte en una barca
sin vela ni remos, acompañado por su arpa 15. Como ejemplifica
Jung 16: "En el mito del
héroe, el objeto del descenso está caracterizado en
general por el hecho de la preciosidad difícilmente
alcanzable (tesoro, virgen, bebida de la vida, vencimiento de
la muerte, etc.). Se haya en
esa región de peligro (aguas profundas, caverna, bosque,
isla castillo, etc.). El miedo y la resistencia que todo ser humano
natural siente frente a un adentrarse demasiado profundamente en
sí mismo son considerados en el fondo, el miedo frente al
viaje al Hades. (…) El mito del héroe conoce este
estado de estar dentro del
vientre de la ballena (dragón)…".
El vientre de la ballena alude a una etapa en que el
héroe es devorado por lo desconocido y puede no tratarse
literalmente de un ballena (Jonás o Heracles) sino, como ya
se mencionó precedentemente en la cita de Jung, de lugares
como laberintos, grutas, descensos al mundo subterráneo o el
destierro como en el caso de Cid. Se debe destacar que el viaje
en la barca tiene un precedente en la Eneida de Virgilio. La
aventura, ya sea presentada con las vastas, casi oceánicas
imágenes del Oriente, o en las vigorosas narraciones de los
griegos o en las majestuosas leyendas de la Biblia, normalmente
sigue el modelo de la unidad nuclear, arriba
descripta.
La recompensa: Ninguna: Trisitán e isolda no
obtienen recompensa puesto que después de beber la
poción han dejado de ser héroes para convertirse en
humanos porque, en última instancia, lo heroico radica en el
sacrificio de sí mismo para entregarse a un fin superior. Es
la transformación que sufre la conciencia cuando deja de pensar
en sí mismo, transformación que ellos no
sufrieron.
2. El mito del amor
pasión en su metáfora del filtro
De acuerdo con la teoría de las pulsiones del
psicoanálisis freudiano,
la vida del sujeto está condicionada por la presión de dos energías
intra psíquicas representadas por las figuras
mitológicas de Eros y Thánatos mas conocidas como
pulsión de vida y pulsión de muerte.
Nuestra vida psíquica esta organizada alrededor de
estos dos principios. La pulsión de
vida tiende indefectiblemente a la resolución de la
trascendencia del "yo", a la autosuperación, a la
descendencia, al área de los sentimientos y a ese nexo
misterioso que une a los seres humanos con la sexualidad: la libido. Su
contrapartida es la pulsión de muerte; el deseo de regresar
al origen, de pertenecer a la unidad. Existe un fuerte deseo de
escapar de lo biológico, de deshacer las construcciones de
la conciencia y del ego.
Isolda encarna a Eros y a la pulsión de vida con
sus deseos constantes de satisfacer su amor producto del embrujo de una
poción que simboliza la pasión que siente por
Tristán, figura que representa la pulsión de
muerte.
El ansia es la pasión y la pasión es el
filtro: "Los que juntos lo beban se amarán para siempre con
todos sus sentidos y todos sus pensamientos, en la vida y en la
muerte" y mientras tanto le adjudica el nombre de "la copa
maldita del amor y la muerte" (Joseph Bedier). Tristán
"Inútilmente se atormentaba. Quería ocultar su amor sin
poder apagar el fuego que el filtro había encendido en su
corazón." (Alicia
Yllera).
Tristán simboliza al Thánatos, el liberador, y
advertido por Brangien de los efectos del filtro luego de beberlo
dice: "¡Venga Muerte!". Luego, cuando fuera de sí a
causa de la separación de su amada, al intentar
reconquistarla disfrazado de loco indigente para cambiársela
al rey por una hermana ficticia, y poder conducirla a un lugar
imaginario dijo con el anhelo de llevar su amor hacia la unidad
final: "Allá arriba, sobre los aires, tengo un palacio de
cristal grande y bello, que el sol ilumina con sus rayos.
Flota en el cielo, colgado de las nubes, sin que una brizna de
aire lo mueva. En una
habitación de mármol y cristal que ilumina las primeras
luces del alba, nos
solazaremos".
Gottfried von Strassburg aseguró en su versión
de la leyenda: "He llevado a cabo una tarea de amor, una tarea
por el mundo… No me refiero a este mundo… Es otro
mundo el que tengo en mente; el que siente en un solo
corazón la amarga dulzura y la pena querida, la delicia de
su corazón y su dolor anhelante, la querida vida y la
sufrida muerte, la querida muerte y la sufrida vida".
Ni mítica ni arquetípica: paradójicamente
aunque Isolda es mostrada como princesa-doncella, que aun cuando
dispuesta a encarnar con una belleza singular el mayor de los
arquetipos en su género, sucumbe ante las
pasiones humanas y su muerte, como la de Tristán, no tiene
atributos heroicos ni recompensa final: "Se volvió hacia
oriente y rezó a Dios. Luego descubrió un poco el
cuerpo, se acostó junto a él, le besó la boca y el
rostro y lo abrazó estrechamente; así, su cuerpo junto
al de él, sus labios unidos a los de él, entregó
su alma; murió junto a él, por el dolor que le dio su
muerte" 17.
En el texto de Bédier se
encuentran dos leyendas en las que se hace mención a
gigantes; de ellas, la de desarrollo más extenso es
la de el Morholt y la otra, la de Urgano el Velludo.
La primera está referida a "un caballero gigante",
cuñado del rey de Irlanda, y que era el "invencible
Morholt"; se lo caracteriza como "más fuerte que cuatro
hombres robustos", con una espada que parece estar embrujada y
con la que hace volar "la cabeza de los más osados
campeones". También se indica que al caballero que se trabe
en combate con él, "la gloria de vencer recaerá sobre
toda su estirpe".
La segunda, aparece indicada como la existencia del
"gigante Urgano el Velludo", que cobra pesados tributos, vive en una guarida,
posee gran fuerza y maneja en combate una
"pesante clava".
Paralelamente, en la versión de Alicia Yllera
"Cuentan que en otro tiempo lo levantaron gigantes para su
defensa" (…) "como el gigante Hurgan el Velloso al que
abatiste o como aquél al que mataste en España". Conjuntamente se
menciona la leyenda del gigante el Morholt, caracterizado como:
"… El más fiero y temido varón que nunca
existió" (…) Por su tamaño descomunal, su altura
que alcanzaba la de cuatro hombres, la fuerza de sus
músculos, la anchura de sus hombros, más parecía
gigante que hombre (…) era fuerte y robusto como nunca se
vio hombre igual". Por último, aparece la leyenda del
gigante Moldagog, en la que se relata cómo guarda su
región con temible temple, acudiendo ante el peligro
prontamente pertrechado con dura y enorme una gran maza de
madera. De descomunal
envergadura, corpulento y zanquilargo, "con una cabeza grande y
cuadrada y unos ojos hundidos que brillaban como brasas",
perdió sin embargo a manos de Tristán una pierna, que
éste le seccionó de cuajo.
Como antecedente mítico, se pueden mencionar los
hombres de Finn MacCool en la mitología irlandesa
—los fenianos—, todos gigantes de una época
pretérita. Para el período en que transcurre
Tristán e Isolda, los habitantes del país habían
perdido las dimensiones colosales y sólo algunos las
conservaban
Esta especie de homínidos de quienes se hace
referencia en multitud de crónicas y leyendas
—griegas, nórdicas, germánicas, hindúes,
indoeuropeas, mayas, aztecas, toltecas e incas—, se les menciona
por igual en textos sagrados como en la Biblia. En ella se hace
referencia a un sinnúmero de eventos, sumamente interesantes,
en los que se involucra la presencia de los gigantes. En el
Libro de Números, los
exploradores enviados por Moisés para hacer un
reconocimiento de la tierra de Canaán llegan a
Hebrón y descubren que "los descendientes de Anak" viven en
la región, informando a su líder, que la zona
explorada que les fue asignada estaba ocupada por
gigantes.
En el Deuteronomio abundan crónicas referentes a
esto, haciéndose mención a grandes ciudades con enormes
terraplenes y bastiones construidos por los Anakim. Las
escrituras sagradas también mencionan otros personajes de
gran estatura (superior a los 2 ó 3 metros), así como
Goliat, y Og, el rey de Bashan.
Sintetizando, las legendarias figuras de gigantes
arcaicos son comunes a las tradiciones populares de casi todas
las culturas en de todas partes del mundo.
4. El Dragón,
guardián mítico por excelencia
En el Occidente el dragón siempre fue concebido
como malvado y una de las hazañas clásicas de los
héroes (Jasón, Hércules, Sigfrido, San Miguel, San
Jorge) era vencerlo y matarlo. En las leyendas germánicas,
el dragón custodia objetos preciosos.
Es acaso el más conocido, pero también el
menos afortunado, de los animales fantásticos. Suele
contaminar a veces de puerilidad las historias en que figura.
Conviene no olvidar, sin embargo, que se trata de un prejuicio moderno, quizá
provocado por el exceso de dragones que hay en los cuentos de
hadas. Empero en la Revelación de San Juan se habla
dos veces del dragón: "la vieja serpiente que es el Diablo y
es Satanás". Análogamente, San Agustín escribe que el
diablo "es león y dragón; león por el ímpetu,
dragón por la insidia". Jung observa que en el dragón
están la serpiente y el pájaro, los elementos de la
tierra y el aire.
Los cuernos del dragón son también el emblema
de la virilidad y por eso el ciervo que es visto en los cuernos
del dragón, puede ser sustituido por una cabra, un carnero,
un antílope (de la India o Sudáfrica) o un
toro. De la misma forma, el rabo del dragón puede ser muy
bien el de un lagarto, un cocodrilo, un pez, una anguila, un
delfín o una culebra. Esta combinación de animales de
sangre caliente y de sangre
fría resume muy bien la naturaleza compuesta del
dragón, formada de fuego y agua. También puede
interpretarse como una secuencia de dos estaciones, una seca y
otra húmeda. Sin embargo, el rasgo más
característico de los dragones consiste en que las
diferentes formas de las estaciones se combinan y se convierten
en una sola criatura, en una sola divinidad.
El héroe mitológico es el campeón no de
las cosas hechas sino de las cosas por hacer: el dragón que
debe ser muerto por él, es precisamente el monstruo del
status quo: Soporte, el guardián del pasado. Desde la
oscuridad el héroe emerge, pero el enemigo es grande y
destaca en el trono del poder; es el enemigo, el dragón, el
tirano, el que convierte en ventaja propia la autoridad de su posición.
Es soporte, o garra no porque guarda el pasado, sino porque
guarda. Los hechos elementales del héroe consisten en
limpiar el campo. La gran figura del dragón existe sólo
para ser destrozada, para ser cortada en pedazos y para ser
dispersada.
En la versión de Bédier, el dragón
está descripto de la siguiente manera "… tenía
cabeza de bicha, los ojos rojos y como brasas, dos cuernos en la
frente, largas y peludas orejas, garras de león, cola de
serpiente y cuerpo de grifo cubierto de escamas". También se
indica que "el dragón arrojó por las narices dos
chorros de llamas ponzoñosas."
En la de Yllera se menciona al dragón como: "…la
bestia del Valle del Infierno" (…) "más parecía
rugido de demonio que grañido de animal" (…) "es el
más temible animal, que nunca existió. Mide más de
diez anas de largo, tiene los ojos rojos y llameantes como
carbones encendidos, dos cuernos en la frente. Tiene cabeza de
bicha con cresta como un basilisco, patas como lagarto, la cola
enroscada, el cuerpo escamoso de un grifo y garras más
fuertes que las de una quimera. Dicen algunos que de día
repliega las alas y de noche vuela dejando una gran cola de
fuego. De su boca salen llamas y un humo que envenena y quema
cuanto halla a su paso". Se debe destacar que también el
basilisco, el grifo y la quimera son animales
mitológicos.
"Hijo, ¡cuánto he deseado verte! ¡Eres la
más hermosa criatura que nunca mujer llevó en su seno!
Triste te he traído al mundo, triste es la primera fiesta
que puedo hacerte, por tí siento tristeza de morir. Y como
has llegado al mundo en medio de la tristeza, tu nombre será
Tristán" 18
"Cuando nace un niño, nace al mismo tiempo con
él su firmamento y sus siete miembros, que al igual que los
planetas según os hemos
dicho antes se bastan a sí propios. (…) El firmamento
de cada niño ya al nacer tiene marcada su
predestinación, que es el tiempo que la Entidad Natural debe
seguir la ordenación de los planetas durante ese lapso de
tiempo seguramente se cumple una creación cuyo fin ocurre al
mismo tiempo que la predestinación, pongamos por caso a los
treinta años. La característica de esa creación es
justamente presentir hasta qué punto y durante cuantos
años debe la Entidad Natural ordenar el curso de la
vida." 19
En este punto, el psicoanálisis disiente con el
concepto de
predestinación, dándole el nombre de neurosis del destino, designando
con él una forma de existencia caracterizada por el retorno
periódico de las mismas
concatenaciones de acontecimientos, generalmente desgraciados,
concatenaciones a las cuales parece hallarse sometido el sujeto
como a una fatalidad exterior, mientras que para la teoría
psicoanalítica se deben buscar los factores de este
fenómeno en el inconsciente, especialmente en la
compulsión a la repetición.
Otro de los orígenes de la predestinación se
halla en la cultura árabe, más precisamente en su
religión: "La Fe es creer en
Al-lah, Sus Ángeles, Sus Escrituras, Sus
Profetas, en la Resurrección, en el Día del Juicio
Final. en la Predestinación Divina de lo bueno y lo malo y
tener la absoluta firmeza en estas cosas". En el Conjuro XVII
Libro de los Muertos 20
dice:
"Los poderes misteriosos de mis Nombres
Crean las jerarquías celestes.
Los dioses no se oponen a mi progresión;
Pues yo soy el Ayer
Y conozco el Mañana.
El cruel combate que libran los dioses,
Unos contra otros,
Es de acuerdo a mis voluntades,
Sé el Nombre misterioso
De la gran Divinidad que está en el
Cielo."
6. La leyenda del rey Arturo
y los caballeros de la Tabla Redonda
El ciclo del rey Arturo reformuló mitos paganos con
elementos de la cultura cristiana, es rico en imágenes y
personajes arquetípicos aptos para reflejar tanto las
tribulaciones del siglo xv como las del siglo xx. Partiendo de
esa idea, en la obra Los hechos del Rey Arturo y sus nobles
caballeros se recrean sus aventuras en un mundo poblado de
criaturas maravillosas y descomunales 21. No obstante en Tristán e Isolda,
estos míticos caballeros aparecen solamente como fiadores
del juramento de fidelidad de la reina Isolda, solicitados por
ella al rey Marcos: "el rey Arturo y sus caballeros, ellos
serán mis fiadores y se batirán con quien ose levantar
una nueva calumnia".
De esta forma se entrelazan dos gestas épicas y
simultáneamente, en las aventuras de Arturo, Tristán
habrá de participar en la búsqueda del Santo Grial,
transcurriendo este episodio sólo en algunas de las
versiones de la leyenda artúrica.
Es la construcción exacta de un
rey arquetípico en cuya figura noble y casi paternalista, se
fusionan las costumbres morales y sociales de una época.
"… es gentil y cortés (…) era alto fornido,
fuerte y bien plantado, de mirada fiera y altiva, de porte
majestuoso (…) todos lo respetan y lo temen (…)
hospitalario y limosnero" 22.
"Pensaba envejecer sin descendencia para dejar sus
tierras a Tristán (…) la noble ternura de su
corazón lo llevó a amar (a Tristán e Isolda)
(…) rehuyó arrogancia y desmesura (…) la nobleza
de su corazón le llevó a comprender lo que los hombres
a su alrededor no comprendían (…) Más el rey,
movido de compasión, habló por primera vez a su
sobrino." 23
Finalmente, el rey viudo acepta la tragedia, la
traición y perdona a los amantes haciéndolos enterrar
lado a lado, comprendiendo que estos, a pesar de su voluntad,
actuaron indómitos bajo los efectos del filtro
mágico.
2. Los servidores fieles
En la mayoría de las leyendas referidas a aventuras
y desventuras en mundos reales o imaginarios es imprescindible la
figura del aliado, que acompaña los pasos del héroe,
comparte sus aspiraciones y metas, consagrando su existencia a la
del amo.
Para Isolda es Brangien, que en castigo por su falta al
dejar que los amantes bebiesen el filtro "sacrificó la
pureza de su cuerpo". Era vigilante y celosa, guardiana del los
encuentros de los amantes. "doncella, más blanca que nieve
de febrero, más roja que una rosa; titilan sus ojos como
estrellas en la fuente… es Brangien la fiel" 24. A quien incluso la reina, presa de la
desconfianza, intentó hacer matar, pero aun en esas
circunstancias la doncella calló el secreto de la reina y
respetó su decisión, de la que finalmente la soberana
desistiría.
Governal, es el servidor para Tristán "Este
le enseñó a manejar la lanza … Enseñóle a
aborrecer la mentira … a socorrer a los débiles y a
mantener la palabra empeñada (…) Lo instruyó en
el arte de cantar y tocar el arpa, y en el arte de la
montería" 25.
Llegó incluso a matar por él cuando aniquiló
Yvain, el leproso que se llevaba a Isolda como castigo impuesto por el rey. Según
se mencionó con anterioridad, Governal, es la imagen sustituta del padre
muerto.
3. Los caballeros y los
felones
Se dice que el caballero va al combate para defender el
orden de la Corte, en consecuencia, sus actos tienen un sentido
de liberación política y social, también con un
significado de purificación. La caballería pasa de ser
un orden cerrado a convertirse en una institución basada en
la nobleza de sangre y consagrada a través del rito
religioso de la investidura caballeresca. Tristán cumple con
estos requisitos: "Llegó el tiempo en que Tristán
debía ser armado caballero. Recibió las armas de mano de su tío y
regresó a su país dispuesto a vengar la muerte de su
padre", llevando a cabo su meta iniciática.
Los caballeros de la Edad Media, profesionales de las
armas, protagonistas principales en un mundo de nuevas pautas de
civilización que incluían la cortesía, los tipos
ideales de la dama y el caballero, el amor fino y el concepto de
amor-pasión, convirtieron el hacer la guerra en la razón de su
existencia. Al sobrevenir la paz en el feudo al que
pertenecían se enrolaban como mercenario para otros
señores feudales, no perdiendo así la virtud que
legitimaba su función social: la
profesión guerrera.
Podrían citarse entonces como arquetipos de
caballeros tanto a Tristán como a Kaherdín: "Era
valiente, osado y cortés" (…) "Es noble, duque
poderoso, guerrero probado" 26
Según el Orden de la Caballería, los varones
devenían felones al traicionar los más preciados
secretos del amor cortés: "No queremos ser cómplices de
la deshonra de nuestro rey" (Yllera). Por este motivo queda claro
que los cuatro, Andret, Guenelon, Gondoine y Denoalen
(Bédier), [Andret, Ganelón, Godoine y Denoalen
(Yllera)] perdieron su condición de caballeros al denunciar
los amores de Tristán e Iseo, transformándose en los
arquetipos del villano, dispuestos a lograr su objetivo a cualquier
precio.
"En el santuario de Nemi crecía un árbol cuyas
ramas no podían romperse.
(…) Según la opinión generalizada de los
antiguos,
la rama fatal era la Rama Dorada que Eneas, aconsejado
por la Sibilia,
arrancó antes de intentar la peligrosa jornada
hacia el Mundo de los Muertos."
Sir James George Frazier, La Rama
Dorada
Hay mitos y arquetipos en tristán e
isolda
"Por la noche, de la tumba de Tristán surgió
una viña que se cubrió de hojas y ramas verdes. Sobre
la tumba de Iseo creció un hermoso rosal (…) las ramas
de la viña pasaban por encima del monumento y abrazaban el
rosal mezclando sus flores, hojas y racimos con los botones y las
rosas. Y los antiguos decían
que estos árboles habían
nacido de la virtud del filtro y eran símbolos de los amores de
Tristán e Iseo, a quienes la muerte no había podido
separar. 27
El paso del tiempo renovó la leyenda en versiones,
interpretaciones y porqué no, también hubo de servir de
inspiración para la creación de otros amores
trágicos como los de Romeo y Julieta o Brunilda y
Sigfrido.
Su estructura compleja provoca
asombro al tratar de imaginar cómo los itinerantes
trovadores eran capaces de llevar en su memoria tanta cantidad de
episodios, personajes y sentimientos.
Pero no es simplemente una historia bien contada, es la
epopeya de un amor pasional, que crea sus propias reglas, que
quebranta la moral y las convenciones de
una época, es la reformulación de algunos mitos y la
comprobación de otros; es al mismo tiempo la
destrucción de arquetipos tradicionales y la
elaboración de nuevos.
Podría decirse que la historia se divide en dos
universos opuestos; el primero narra el viaje de un héroe
predestinado a la tragedia, que no duda jamás en ponerse al
servicio del honor y la
defensa de los débiles y posteriormente, la crónica se
vuelve una sucesión de trampas que ha de tenderle al
héroe el amor que le profesa a una mujer que le está
prohibida. Una princesa y más tarde reina, quien además
será la esposa de su tío.
Es el amor, la pasión oculta dentro de la
metáfora de una poción, el que rompe los esquemas de un
relato convencional de heroicos y honorables protagonistas, y la
naturaleza mágica de esa filtro los transporta a través
de la historia, los vuelve carne y sangre, para reflejar en su
amor imperfecto, en sus peores defectos y en sus mas admirables
virtudes, el alma del lector que por primera vez conoce la
leyenda.
"Sea que escuchemos con divertida indiferencia el
sortilegio fantástico de un médico brujo de ojos
enrojecidos del Congo o que leamos con refinado embeleso las
pálidas traducciones de las estrofas del místico
Lao-Tse, o que tratemos de romper, una y otra vez, la dura
cáscara de un argumento de Santo Tomás o que captemos
repentinamente el brillante significado de un extraño cuento
de hadas esquimal, encontraremos siempre la misma historia de
forma variable y sin embargo maravillosamente constante, junto
con una incitante y persistente sugestión de que nos queda
por experimentar algo mas que lo que podrá ser nunca sabido
o contado", y continua diciendo: "…el mito es la entrada
secreta por la cual las inagotables energías del cosmos se
vierten en las manifestaciones culturales
humanas" 28.
Es la esencia de esos mitos y de los que vendrán,
una serie diversa de arquetipos por definir, que formarán
una nueva mitología que, como ejemplifica Joseph Cambell,
estará destinada a : …"despertar a los individuos en el
conocimiento de sí
mismos" 29.
Acevedo, Juan, Berlanda, N., Los extraños,
Buenos Aires, Emece Editores
S.A., 2000.
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Yllera, Alicia, Tristán e Iseo, Buenos
Aires, Editorial Cántaro, 1999.
Notas
1 Yllera, Alicia,
Tristán e Iseo, Buenos Aires, Editorial Cántaro,
1999.
2 Bédier, Joseph,
Tristán e Isolda, Barcelona, Editorial Pomaire,
1981.
3 Yllera, Alicia,
op.cit.
4Wagner, Richard. Tristán
e Isolda, Traducción de Ernesto De la Guardia, Buenos
Aires, Ricardo Americano S.A, 1948.
5 Campbell, Joseph, Los mitos.
Su impacto en el mundo actual, Barcelona, Editorial
Kairós, 1999.
6 Jung, Carl G.,
Psicología y alquimia, Barcelona, Plaza & Janes
S.A., 1977.
7 Bombasto de Hohenheim, Auriolus,
F. T. (Paracelso), Obras Completas, Buenos Aires, Ed.
Schapire, 1945.
8 Acevedo, Juan, Berlanda,
Néstor, Los extraños, Buenos Aires, Emece
Editores S.A., 2000.
9 Frazer, James G., La rama
dorada, Buenos Aires, Ediciones El Aleph.com,
1999,
10 Laplanche, J., Pontalis, J.,
B., Diccionario de psicoanálisis, Barcelona,
Editorial Labor S.A., 1981.
11 Casares, Julio, Diccionario
Ideológico de la lengua española, Barcelona,
1985.
12 García, Pelayo y Gross,
Ramos, Diccionario pequeño Larousse ilustrado, Buenos
Aires, Ed. Larousse, 1985.
13 Weber, Max, Sociología
de la religión, Buenos Aires, Ediciones El Aleph.com,
1999.
14 Weber, Max, op. cit.
págs. 30-31.
15 Este episodio no tiene
lugar en la versión de Richard Wagner.
16 Jung, C. G., op. cit.
pág. 238.
17 Bédier, Joseph, op. cit.,
pág. 179.
18 Bedier, Joseph, op. cit.,
pág. 26.
19 Paracelso, op. cit.,
pág. 93, 94.
20 Prezioso, Felipe, El
destino esta en tu nombre,
http://www.libroelectronic.com/libro05_intro.html
21 Steinbeck, John, Los
hechos del rey Arturo y sus nobles caballeros, Barcelona,
Editorial
Sudamericana, 1994.
22 Yllera, Alicia, op.
cit.
23 Ibídem.
24 Bédier, Joseph, op.
cit.
25 Ibídem.
26 Yllera, Alicia, op.
cit.
28 Campbell, Joseph, El
héroe de las mil caras. Psicoanálisis del mito,
México, Fondo de Cultura
Económica, 1999, pág. 11.
29 Cambell, Joseph, Los
mitos. Su impacto en el mundo actual, Barcelona, Editorial
Kairós, 1999, pág. 307.
Linda Lehman (y otros)
lindalehman[arroba]clarinmail.com.ar