¿Cómo incluir la Estimulación de la Inteligencia Creativa en Educación Primaria?
- Consideraciones básicas
acerca de Creatividad - Necesidad de la
inclusión de la creatividad en la formación
docente - Aspectos importantes de la
creatividad para trabajar en el aula
I.
Consideraciones básicas acerca de Creatividad.
Concepciones que se tienen sobre Creatividad:
- Don que sólo ha sido depositado en algunas
personalidades del arte. - Una posesión preciada de sólo unos
pocos. (Robert Sternberg) - Herramienta a la que todos tenemos acceso y que
podría ser mejor si la trabajamos diariamente para
alcanzar niveles más elevados en cada uno de nuestros
alumnos. - Elemento cotidiano en el salón de clases, que
interactúa enriqueciendo las experiencias de aprendizaje que
se presentan en el aula, como lo considera Marzano (1997) en
sus dimensiones del aprendizaje: un hábito mental
productivo. - Generación de ideas que sean relativamente
nuevas, apropiadas y de alta calidad
(Sternberg y Lubart 1997) - Incidencia en varios aspectos del pensamiento.
- Capacidad de generar una cantidad considerable de
ideas o respuestas a planteamientos establecidos. - Manejo de alternativas en diferentes campos o
categorías de respuesta. - Pensamiento de ideas que nunca a nadie se le han
ocurrido. - Incremento de elementos o detalles a ideas que ya
existen, modificando alguno de sus atributos. - Potencial humano integrado por componentes
cognoscitivos, afectivos, intelectuales y volitivos, que a través
de una atmósfera creativa se pone de manifiesto,
para generar productos
novedosos y de gran valor
social. - Se trata de toda conducta
espontánea, de cuanto tenga un acento personal y no
meramente repetitivo. (Marín, 1884) - Una caracterización reservada a los productos
que son inicialmente novedosos es una especialidad pero que, en
último término son reconocidos como
válidos dentro de la comunidad
pertinente. (Puente, 1999)
A mi parecer la creatividad es necesaria en todas las
actividades educativas, porque permite el desarrollo de
aspectos cognoscitivos y afectivos importantes para el desempeño productivo. Ante este panorama su
incorporación a las aulas representa la posibilidad de
tener en el recurso humano el agente de cambio capaz
de enfrentar los retos de una manera diferente y audaz; esta meta
es un reclamo de la sociedad a la
escuela como
institución formadora de personas.
Es muy importante resaltar que el pensamiento creativo
tiene que trabajarse desde la edad temprana hasta los niveles
superiores, tiene que estar presente en todas las estrategias
metodológicas que diseñe y ejecute el docente,
tiene que estar directamente relacionado con las metas y objetivos de
la
educación, es importante que se considere como un
hábito de la forma en que operamos nuestro pensamiento;
sólo de esa manera comprenderemos que es importante que la
creatividad ocupe un mejor lugar en nuestra práctica
profesional.
II. Necesidad de
la inclusión de la creatividad en la formación
docente.
En la actualidad nos vemos en la necesidad de formar a
los educadores con nuevas técnicas y
estrategias, es indispensable que el valor de la educación
tome nuevamente su rumbo y por ello las contribuciones de la
creatividad en la formación de docentes
pueden ser tan sustanciales como los procesos de
investigación, es decir, que el perfil
creativo puede ser tan importante como el perfil del profesor que
es investigador o es un profesional reflexivo. La
inclusión de la creatividad tiene mucho que aportar, tanto
como la investigación – acción, la tecnología, la
didáctica crítica
y otras corrientes que han imperado en los procesos de
formación docente.
Aunque ha iniciado ya un nuevo milenio, persiste en la
escuela un conjunto de fuerzas que inhiben el desarrollo de la
creatividad y dificultan su expresión. En la escuela es
común el predominio de una educación volcada
excesivamente para el pasado, con un énfasis en la
reproducción del conocimiento y
en la memorización de contenidos, muchas veces,
obsoletos.
En el presente artículo se proponen algunas
actividades consideradas significativas para que sea posible la
estimulación de la inteligencia creativa en el aula de
Educación Primaria.
Cabe resaltar que esta propuesta de Estimulación
Creativa consiste en desarrollar en primer orden la
Imaginación del docente mediante la
realización de juegos,
improvisaciones y acciones
retomadas del drama. Para ello sería interesante formar
talleres en los que se trabaje la realización de
actividades lúdicas, dramáticas y artísticas
para la estimulación de la creatividad, en los cuales
podría trabajarse de la siguiente manera:
– Promover actividades en la que se estimule al movimiento y
la expresión corporal.
– Trabajar con juegos dramáticos, juegos de
fantasía, improvisaciones.
– Utilizar técnicas de las artes
plásticas.
Este método de
inclusión de la inteligencia creativa en la
educación recurre al aspecto lúdico de los alumnos.
Aquí se puede reforzar la integración del alumnado,
sensibilización, la estimulación y desarrollo
de las capacidades creativas, la aplicación de
técnicas creativas en el proceso de
enseñanza – aprendizaje en las áreas
curriculares.
Las clases deberían fomentar un ambiente
agradable en el cual los alumnos se sientan a gusto y vean la
escuela como un lugar en donde van porque les agrada y porque
aprenden como jugando, además es necesario que la
educación avance al ritmo de la sociedad, se está
viendo que los alumnos ven la repetición de los pasos y
contenidos didácticos año tras año puesto
que los docentes repiten las sesiones de aprendizaje y se trabaja
un mismo esquema desde que el niño va a la escuela
infantil hasta que llega a la educación
secundaria.
Las aulas en donde se enseñe con creatividad
deben ser planteadas como "una fiesta donde se baila, se pinta y
se actúa construyendo alrededor de un centro de interés".
En las aulas creativas los alumnos tendrían que
disfrazarse originalmente, crear coros y estribillos ingeniosos y
desarrollar actuaciones frescas y creativas de modo que el aprendizaje
sea realmente significativo. Por ejemplo los alumnos
podrían personificar y dar vida a personajes de la
historia, para
ello es necesario que hayan investigado antes al personaje que
van a representar y luego transmitirlo con significado en una
improvisación; o convertir una canción en una
narración que marque sus acciones.
Lo que se quiere es que la Creatividad en la
educación pueda inducir a realizar acciones en las
que los alumnos realmente sean protagonistas, logren la construcción de significados a partir de
los saberes y conocimientos personales, se comprometan a la
acción e interactúen con el profesor y con sus
compañeros. Por ello trabajar la creatividad en la
educación supone un reto que el profesor debe
afrontar haciendo de sus clases un ambiente diferente y ser no
sólo el profesor sino también el animador
dinámico en la clase que
logre resaltar las expresiones creativas y humanas, así
como el desarrollo de las potencialidades creativas.
Trabajar en la innovación creativa en el aula supone tener
en cuenta que el aprendizaje es vivencial y que
además exige el uso de materiales
creativos que desarrollen de manera eficaz y eficiente las
potencialidades de los alumnos y planteen una función
facilitadora y animadora al profesor que propicia la
construcción de los conocimientos de cada
alumno.
En este sentido es posible decir que las
actividades tendrían que ser ejercidas con:
– Autonomía, es decir que estimulen la capacidad de
decisión e independencia
psicológica del niño, respecto de otros elementos
externos a su contexto y que propicien la participación
activa del alumno en todo el proceso de
enseñanza–aprendizaje.
- Libertad, es decir, fortificando la
capacidad de poder elegir,
discrepar, tener voluntad, de participar y de tener iniciativa
para desarrollar las actividades partiendo de sus intereses y
necesidades.
– Vivencialidad; es decir, haciendo que el
aprendizaje sea realmente significativo: "Aprender
haciendo".
– Ludismo; respetando y utilizando la posibilidad
de jugar y aprender a la vez.
– Individualidad; estimulando el desarrollo de
las características personales del alumno y la toma de
conciencia de la
diversidad, de modo que se pueda fortalecer su autoconcepto
y el de sus compañeros, lo que le permitirá ser
él mismo.
– Cooperativismo; planteando la necesidad
de crecer juntos a través de un proceso que estimule y
promueva la vida en común para poder resolver problemas,
avanzar, crecer, llegar juntos a las metas que se han
propuesto.
– Creatividad; promoviendo el desarrollo de la
imaginación del alumno, lo que le permitirá
desarrollar a su vez los rasgos psicológicos propios de
una persona
creativa.
Hoy en día los procesos creativos en el aula en
las sesiones de las áreas de aprendizaje son
mínimos, pues las actividades orientadas a la
enseñanza son, muchas veces, expositivas, ya que el
docente explica los conocimientos que quiere que el alumno
obtenga sobre estas áreas y así cumplir con lo que
la programación mensual o anual determina,
mientras el alumno escucha, toma apuntes y al final de la
sesión desarrolla las actividades de afianzamiento como
contestar el cuestionario
que le da el profesor o resolver los ejercicios propuestos en el
texto o en la
pizarra.
Sin embargo; cabe resaltar que en el área de
Comunicación Integral se tienen en cuenta
ciertas competencias que favorecen al desarrollo de
la creatividad del alumnado, por ejemplo, los alumnos tienen que
actuar una obra de teatro,
teatralizar cuentos o
fábulas, contar o escribir poemas,
leyendas,
mitos o
experiencias en las que está presente su
imaginación creativa.
En las otras áreas de aprendizaje también
se dan momentos en los que el alumno tiene que desarrollar
procesos de
pensamiento analógico, ejercicios de
imaginación, trabajos con material reciclable para un
proyecto de
Ciencias, por
ejemplo, pero esto no se da durante todo año escolar, sino
sólo en ocasiones especiales.
Por eso me parece importante aportar que los docentes
deben trabajar especialmente tres momentos:
1. Conocimiento de la propia práctica educativa.
En este momento podría hacerse un análisis de la propia práctica
docente a partir de la auto-observación y el autoregistro.
2. Introducción de elementos creativos en la
estructura de
la práctica. Conociendo la estructura y organizando las
acciones cotidianas de la práctica educativa, se pueden
buscar formas de operar creativamente algún o algunos
contenidos que propone la estructura curricular.
3. Intervención de la práctica para el
desarrollo de la creatividad. Teniendo una visión de la
práctica docente transformada; es decir los profesores
tendrían que poner en práctica el estilo
de enseñanza creativa.
Para lograrlo necesitamos profesores que:
- Consideren en la clase: el diálogo como parte sustancial del proceso
de enseñanza. - Tengan en cuenta la pedagogía de la pregunta y no de la
respuesta; es decir, que intente provocar, poner a
pensar e indagar al alumno, antes que darle los saberes y
conocimientos. - Hagan que los alumnos tuvieran la oportunidad de
indagar, de hacer, de construir desde su perspectiva saberes,
conocimientos, hechos, situaciones, objetos y
expresiones. - Sean reflexivos para que piensen en su
práctica docente y la transformen
constantemente. - Sistematicen su práctica docente, es decir,
que registren, analicen, interpreten y establezcan acciones
innovadoras. - Propicien el desarrollo del pensamiento creativo
promoviendo mejores condiciones para el desarrollo del
potencial creador. - Recuerden que los alumnos expresan en forma
más plena sus habilidades creativas cuando realizan
actividades que les dan placer. - No restrinjan a sus alumnos a ejercicios y
actividades que posibiliten sólo una respuesta
correcta. - Utilicen ejercicios que estimulen a los alumnos a ser
lo más originales posible en sus respuestas. - Valoricen las ideas originales de sus
alumnos. - Enseñen a los alumnos a revisar, refinar,
elaborar sus ideas creativas. - Promuevan un ambiente que estimule las ideas
creativas. - Incentiven a los alumnos a presentar y a defender con
fundamentos sólidos sus ideas. - Destaquen lo mejor que cada alumno tiene y les
informen sobre sus fortalezas. - Desarrollen actividades que requieran del alumno
iniciativa e independencia. - Estimulen la curiosidad de los alumnos a
través de las tareas propuestas en clase. - Hagan preguntas desafiantes, que motiven a los
alumnos a pensar y a razonar. - Den tiempo a los
alumnos para pensar y desarrollar sus ideas. - Den oportunidades a los alumnos para discordar de sus
puntos de vista. - Diversifiquen las metodologías de
enseñanza utilizadas en clase. - Promuevan un ambiente de respeto y
aceptación por las ideas de los alumnos. - Provoquen en los alumnos confianza en sus
competencias y capacidades. - Expongan a los alumnos sólo a críticas
constructivas. - Estimulen a los alumnos a utilizar técnicas de
resolución creativa de problemas a través de
lluvia de ideas tanto en sus proyectos de
ciencia,
actividades artísticas y redacción, con el objetivo de
llegar a un producto
más creativo. - Ayuden a los alumnos a librarse del miedo a cometer
errores, manifestando tolerancia y
respeto por sus ideas, cuestiones y producciones. - Protejan las producciones de los alumnos de la
crítica destructiva y de las humillaciones de sus
compañeros. - Reconozcan que la creatividad incorpora procesos
tales como la resolución de problemas, pensamiento
divergente, pensamiento convergente y una serie de hechos
motivacionales y de personalidad
como el autoconcepto, la autoconfianza, la curiosidad, la
flexibilidad y la
motivación intrínseca.
Si bien es cierto, existen docentes que dan valiosos
aportes acerca de la creatividad en las aulas, pero es importante
que puedan compartir sus experiencias para contribuir
eficazmente en la formación de docentes. Aunque
lamentablemente se puede observar que son muchos los docentes que
prefieren seguir el modelo de
enseñanza tradicional y se cierran al cambio.
Ante esta situación me parece interesante
considerar tres dimensiones necesarias a tenerse en cuenta para
contribuir en la formación de la creatividad en los
docentes:
1. Dimensión de los rasgos personales: La
práctica de la creatividad como actividad lúdica,
artística y de creación intelectual, estimula al
docente a ser productivo y crítico con su práctica
educativa, a desarrollar la empatía y el carisma con sus
alumnos, a ser tolerante con las conductas y comprensivo con las
nuevas ideas de los alumnos.
Además, el profesor que ha tenido un entrenamiento
significativo en creatividad es más abierto a las
innovaciones y está constantemente experimentando nuevos
métodos o
consolidando algunos que lo han convencido de sus bondades
pedagógicas. Es reflexivo y humano en la relación
educativa, promueve el pensamiento autónomo de sus
estudiantes, es alegre y optimista, la visión que tiene
del mundo es muy original y profunda.
2. Dimensión de la práctica educativa del
profesor creativo: La clase debe ser un espacio de
creación, de experimentación, de
búsqueda y de hallazgos fascinantes. Por diversas
actividades en un área o en otra, así como en un
ciclo u otro, encontraremos una práctica que promueve la
expresión humana y artística, el juego, la
creación intelectual, el desarrollo de ideas y
pensamientos propios, el desarrollo de la persona y sus
potencialidades en todos los aspectos.
La práctica es un encuentro para la
creación y la producción, para el ensayo de
nuevas posibilidades y alternativas, para la
producción de ideas, para el
conocimiento y entendimiento de la realidad y para el
autoconcepto.
3.Dimensión institucional: Las contribuciones de
la creatividad en la dimensión institucional
también son esenciales para mantener un perfil humanista y
no-tecnócrata en las instituciones
formadoras de docentes y alumnos, para promover
la innovación constante del
sistema
educativo a las nuevas realidades de la vida
contemporánea; contribuye a mantener un currículum
que tenga algo que decir al mundo de las emociones y los
afectos, al aspecto subjetivo y objetivo del sujeto en
formación, y a destacar el aspecto ético y
estético de la enseñanza.
Educar en la creatividad debe orientarse al desarrollo
personal y mejora profesional de la práctica educativa
de todos los implicados en el proceso de enseñanza –
aprendizaje, dentro de un contexto histórico social
dirigido a la integración educativa, partiendo del
criterio de que la creatividad nos permite tener una actitud
flexible y transformadora que propone romper las murallas o
barreras para edificar la nueva escuela del futuro que involucre
la integración, solidaridad,
respeto, diversidad, desarrollo, apertura y solidez con respecto
a las necesidades de todos los alumnos.
Esta educación creativa debe propiciar un
sistema de
actividades y comunicación donde el pensamiento reflexivo
y el creativo se desarrollen a la par de una actitud
coherente.
III. Aspectos
importantes de la creatividad para trabajar en el
aula.
Según mi apreciación los docentes
debemos tener en cuenta cuatro momentos esenciales para trabajar
la creatividad en el aula:
1. Preparación: Momento en el que se están
revisando y explorando las características de los
problemas existentes en su entorno, se emplea la atención para pensar sobre lo que quiere
intervenir.
2. Incubación. Se genera todo un movimiento
cognoscitivo en donde se establecen relaciones de todo tipo entre
los problemas seleccionados y las posibles vías y
estrategias de solución, se juega con las ideas desde el
momento en que la solución convencional no cubre con las
expectativas del pensador creativo. Lo que se pretende es la
consecución del producto creativo y el ejercicio del
pensamiento creativo, ya que podrían utilizarse
analogías, metáforas, imaginación, el
empleo de
imágenes y símbolos para encontrar la idea
deseada.
3. Iluminación. Es el momento crucial de la
creatividad, es lo que algunos autores denominan la
concepción de ideas nuevas y comprensibles.
4. Verificación. Es la estructuración
final del proceso en donde se pretende poner en acción la
idea para ver si realmente cumple con el objetivo para el cual
fue concebida, es el momento en el que se confirma si
realmente la idea creativa es efectiva.
Sternberg propone seis recursos para
trabajar la creatividad:
1. La inteligencia: La inteligencia juega un papel
importante en la creatividad, ya que permite generar ideas,
redefinir problemas y buscar ideas que funcionen.
2. El conocimiento: permite que una persona centre su
atención en generar ideas innovadoras.
3. Los estilos de pensamiento: son los modos en que la gente
prefiere utilizar las capacidades intelectuales de que
dispone.
4. La
personalidad: interactúa en la producción
creativa y se refiere a la forma en que un individuo se
relaciona con el entorno; aquí hablamos de la
perseverancia ante los obstáculos, la voluntad para asumir
riesgos, la
voluntad para crecer, la tolerancia a la ambigüedad, la
apertura a las nuevas experiencias, la confianza en sí
mismo, entre otros rasgos de la personalidad que permiten que el
pensamiento creativo se desarrolle.
5. La motivación: es el motor que genera
la energía suficiente para profundizar en los
trabajos.
6. El contexto medioambiental: debe presentar
problemáticas que motiven al trabajo
creativo; esto significa que el entorno es requerido para generar
ideas creativas, siempre y cuando sean retadores y alentadores
del pensamiento creativo, con condiciones que permitan florecer y
acrecentar las ideas creativas, que no las aniquilen antes de
madurar.
Tanto las características de la creatividad, los
recursos que en ella interactúan, así como las
etapas del proceso creativo nos dan elementos para el diseño
de estrategias de trabajo en el salón de
clases.
Todos los docentes debemos incorporar a nuestras
prácticas, técnicas que desarrollen la creatividad
contextualizándolas con lo establecido, buscando el
desarrollo del pensamiento creativo y tomando como materia prima
lo contemplado en el currículum básico, es decir,
la estructura curricular no debe convertirse en un
obstáculo para trabajar creatividad, puesto que se pueden
llegar a los mismos objetivos y metas de una manera diferente,
logrando experiencias más significativas y más
enriquecedoras.
Por ello es importante recalcar que el docente
debe conseguir que:
– Los alumnos generen mayor cantidad de ideas acerca de cualquier
situación planteada.
– Exista mayor libertad para
expresar todas las ideas, por muy descabelladas que suenen.
– Los alumnos piensen ideas diferentes a las
acostumbradas.
– Busquen ideas poco comunes para resolver los
requerimientos que les hace el propio maestro.
– Se esfuercen por complementar sus ideas pensando en que sean
más eficaces y añadan elementos para
fortalecerlas.
– Escuchen las opiniones de otros, ya que el
diálogo puede enriquecer las visiones que se tienen de los
problemas.
– Analicen sus propuestas, las experimenten y comuniquen
sus observaciones.
– Las recomendaciones surjan cotidianamente, independientemente
del contenido que se esté revisando, para así
acostumbrarlos a que la creatividad no es un espacio para
relajarse e informalmente jugar con las ideas; por el contrario,
considerar que es un camino que amplía nuestra
panorámica de solución de problemas
reales.
Para desarrollar la creatividad en la educación
será condición indispensable la más amplia
libertad para poder jugar con ideas y materiales, con
representaciones de los objetos y con los objetos mismos, de modo
que operen como fuente de estímulo incesante para
sumergirse en la fantasía y en el mundo de lo impensado e
inesperado.
Los procesos intelectuales requieren de una alta dosis
de creatividad para ser productivos, porque requieren de la
capacidad de investigar, lograr nuevas conexiones entre datos conocidos,
efectuar suposiciones insólitas, elaborar ideas más
originales conjugando elementos que parecen ajenos entre
sí, expresar nuevas relaciones y modelar información de modo imaginativo a
través de asociaciones increíbles hasta el momento
de su descubrimiento.
Cuando se habla de aprendizaje creativo se vincula el
concepto de
enseñanza como un proceso que puede ser diferenciado por
los enfoques metodológicos puestos en juego. El
aprendizaje creativo supone siempre un proceso activo donde el
alumno debe participar en la generación de aquellas
condiciones que actúan como facilitadoras.
Este aprendizaje posee un carácter instrumental y transformador que
permite desarrollar en los sujetos la capacidad para resignificar
la realidad con la cual operan. Por ello nuestro mayor
desafío es convertir a la escuela en la
organización capaz de fomentar el desarrollo de la
creatividad. Fomentar el pensamiento divergente, los procesos
cognitivos sustentados en metodologías de
investigación, la experimentación y la
apropiación de contenidos a través de las
modalidades no tradicionales, constituyen las bases sobre las
cuales se debería apoyar el núcleo de la
transformación de los programas
educativos.
Nuestras tareas como educadores se orientan a estimular el
talento cuando es aún potencial y ofrecer condiciones que
van a facilitar su desarrollo y expresión. La creatividad,
sin embargo, no es un fenómeno simple. Es, por el
contrario, dinámico, complejo y multifacético,
dependiendo para su expresión tanto de factores del
individuo, como de estilos de pensamiento, rasgos de personalidad
y motivación, así como de condiciones
favorables en el ambiente de la familia, la
escuela y la comunidad.
A pesar de ser, tal vez, el recurso más valioso
de que disponemos para lidiar con los desafíos que
acompañan nuestra época, se observa un gran
desperdicio del potencial creativo, producto de varios factores,
como el modelo de enseñanza predominante en la gran
mayoría de las escuelas, que tiende a reducir la
creatividad del alumno por debajo de posibilidades
reales.
Este recurso ha sido, por ejemplo, tradicionalmente
bloqueado por prácticas educacionales que enfatizan la
reproducción del conocimiento en perjuicio de las
habilidades de pensar e imaginar y que tienden a destacar la
ignorancia, la incapacidad y las limitaciones del alumno,
haciendo que muchos subestimen sus competencias e interioricen
una visión negativa de sí mismos.
Dentro de las características del modelo de
enseñanza presente en muchas escuelas existen fuerzas
adversas presentes en nuestra cultura que
dificultan e impiden el desarrollo y la realización del
potencial para crear. La influencia poderosa de estas fuerzas es
de tal orden, que Abraham Maslow, uno de
los psicólogos más prominentes del siglo XX,
llegó a afirmar que "El hombre
creativo no es un hombre
común al que se acrecentó algo; creativo es el
hombre común del que nada se sacó."
Una característica del sistema de
educación es que desde los primeros años de
escuela, se aprende que para cada problema o cuestión hay
apenas una respuesta correcta, siendo fortalecida todo el tiempo
la dicotomía cierto – falso aprendiendo el alumno que
él debe siempre dar la respuesta correcta, que no puede
engañarse, siendo visto el error como sinónimo de
fracaso y que debe ser evitado siempre.
El error genera sentimientos de vergüenza. El
espacio reservado para preguntas que posibilitan múltiples
respuestas, para la exploración de nuevos abordajes en el
proceso de solucionar problemas y para el uso de formas para
lidiar con los contenidos es muy reducido en la gran
mayoría de las escuelas.
Paralelamente a esta práctica de ejercicios que
solamente acepta una respuesta, cultivando excesivamente el miedo
al error y al fracaso, los profesores tienden a subestimar el
potencial y el talento de sus alumnos, pues muchos profesores de
enseñanza primaria consideran a la mayor parte de sus
alumnos como poco creativos. Es también común dar
relevancia a la incapacidad, a la ignorancia y a la incompetencia
del alumno, dejando de señalar lo que cada uno tiene de
mejor en términos de talentos y habilidades. Esto lleva al
desarrollo de una visión pesimista de los recursos casi
ilimitados de nuestra mente, de nuestra capacidad de crear, de
nuestra capacidad de proponer nuevas ideas y de vislumbrar nuevas
posibilidades y opciones ante problemas y
desafíos.
Mientras los tiempos modernos están exigiendo
seres humanos marcados por la autoconfianza, la iniciativa, la
independencia de pensamiento y acción, la persistencia, el
coraje para arriesgarse y la habilidad para solucionar nuevos
problemas; los rasgos más cultivados en la escuela son la
obediencia, la pasividad y la dependencia.
Actualmente en muchos centros educativos la
enseñanza está dirigida únicamente hacia el
conocimiento del mundo exterior, contribuyendo poco al
autoconocimiento. Se aprende sobre geografía, historia,
pero se siguen desconociendo los talentos y posibilidades. Se
aprende sobre el mundo, pero se reflexiona poco sobre uno mismo,
sobre el potencial casi ilimitado de la mente, sobre el poder y
valor de la imaginación.
Cada día se observa que entre algunos profesores
predomina una concepción errónea de la creatividad,
considerándola como si fuera un privilegio de pocos,
presente apenas en grandes artistas, inventores y
científicos. También es común su
representación como una característica innata y
que, por lo tanto, no puede ser enseñada o
aprendida.
Algunos profesores consideran que la creatividad depende
de la inspiración del individuo, cuando sabemos que la
preparación, dedicación, disponibilidad de tiempo y
de recursos son también factores de gran importancia para
la producción creativa.
Se necesita hacer cambios necesarios como la
revisión de la enseñanza tradicional, puesto que la
actual tiende a ser muy rígida y exige a los alumnos
estudio de contenidos idénticos en velocidades y estilos
similares durante los tres ciclos de educación.
Es necesario ampliar los objetivos propuestos para la
enseñanza, ya que prevalece un énfasis exagerado en
el dominio de la
información y en la repetición de ella,
priorizándose el entrenamiento de un reducido
número de habilidades cognitivas.
Lograr que el alumno experimente placer en el
aprendizaje debe ser el primer objetivo de todo profesor
además de lograr que tenga conciencia de que no se aprende
para la escuela, sino para sí mismo y para su propia
vida.
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Verónica Milagros Castillo
Pérez
Lic. en Educación. Especialidad
Primaria.
Estudios realizados en la Universidad
Marcelino Champagnat (Lima – Perú)
Estudios de doctorado. Programa de
Diseño, Orientación e Intervención
Psicopedagógica en el Departamento de Sociología II, Psicología,
Comunicación y Didáctica de la Universidad de Alicante –
España.
Fecha de realización (2005)