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Cocaína. Un Enfoque Biofarmacéutico de la Erithoxylon coca Lam




Enviado por Jorge Humberto Elbaum



Partes: 1, 2

    1. Concepto de
      droga
    2. Definición /
      origen
    3. Historia
    4. Estructura
      química
    5. Características del
      clorhidrato de cocaína
    6. Acción
      bioquímica
    7. Capacidad
      adictógena
    8. Síndrome
      de abstinencia
    9. Formas de
      abuso
    10. Acciones
      farmacológicas
    11. Psicopatología
    12. Programas para
      la desintoxicación de la
      cocaína
    13. Antagonistas
      dopaminérgicos antidepresivos
    14. Otros
      antidepresivos
    15. Otros
      tratamientos farmacológicos
    16. Psicoterapia
      vs farmacoterapia
    17. Conclusiones
    18. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    Fue durante el año 1859, el científico
    alemán de la Universidad de
    Gotinga, Albert Niemann, aisló el alcaloide principal de
    la coca: la cocaína. En el proceso
    utilizó básicamente alcohol,
    ácido sulfúrico bicarbonato sódico y
    éter. Comercializándose rápidamente como
    alimento para los nervios y como forma inofensiva de curar la
    tristeza, tensor de las cuerdas vocales se empleaba por los
    artistas del Bel canto e incluso una década más
    tarde se atribuía a su uso por parte de las mujeres el
    otorgarles "sempiterna vitalidad y hermosura".

    Entre 1863 y 1865, un químico austriaco, Wilhem
    Lossen, descubrió la fórmula bruta de la cocaína.
    Los cuatro elementos del alcaloide son el carbono, el
    nitrógeno, el oxigeno y el
    hidrógeno: C17 H21
    O4 N
    . Muy pronto y sobre la base de los
    conocimientos previos que se tenían sobre las hojas de
    coca, la cocaína llega a alcanzar un prestigio tanto
    científico como social, que llevará a utilizarla
    como remedio en algunas enfermedades.

    Uno de los primeros usos fue la anestesia local. El
    efecto de la cocaína produce acción
    antifatigante, aumento de la glucosa
    circulante en la sangre,
    redistribución sanguínea por los diferentes lechos
    sanguíneos por vasoconstricción, aumento de la
    tensión arterial, incremento de la efectividad de la
    contracción cardiaca y mejor ventilación pulmonar,
    tanto por su efecto directo sobre el centro respiratorio como por
    su efecto sobre la musculatura bronquial.

    Los efectos neurofisiológicos de la sustancia
    ayudan a explicar el éxito
    de la cocaína entre los usuarios, pero además estos
    efectos enlazan muy bien con ideales, valores y
    objetivos en
    relación con el éxito, prestigio, placer,
    diversión,…. definidos todos ellos a partir de logros
    individuales.

    La cocaína es un estimulante muy poderoso, una
    droga muy
    seductora y ‘golosa’ como afirman algunos
    consumidores. Los consumidores no son personas a las que
    simplemente les engaña una ficción, una idea
    abstracta e ideal que luego no existe. No necesita de una
    campaña publicitaria, como ocurre con muchos productos,
    para convencer de algunas de sus cualidades mágicas.
    Subrayando la idea de Sissa (2000) la cocaína no necesita
    de ninguna publicidad, se
    vende por si sola porque sus efectos son poderosos. Por eso es
    una droga.

    Además de poseer una importante capacidad
    adictiva, la cocaína tiene una elevada toxicidad
    orgánica. Los mecanismos exactos por los que la
    cocaína produce sus efectos tóxicos en humanos no
    se conocen en su totalidad. pacientes atendidos en los servicios de
    urgencias tras consumir cocaína y los casos de muerte
    secundarios al consumo han
    ido aumentando hasta multiplicarse por seis en los últimos
    años. En EEUU, se contabilizaron en 1995, aproximadamente
    150,000 visitas a los servicios de urgencias secundarias al
    consumo de cocaína, lo que representó un 27% de
    todas las urgencias por alcohol y drogas
    (Samhsa, 1997). Datos mas recientes, revelan que las
    urgencias por drogas de abuso representan hasta un 4% de todas
    las urgencias médicas en un hospital general y la
    cocaína es la segunda droga implicada después del
    alcohol, datos de
    Hospitales españoles. (Nogué et al.,
    2001).

    Las complicaciones médicas relacionadas con la
    cocaína son pues, cada vez mas frecuentes y pueden afectar
    a una gran variedad de órganos revistiendo distintos
    niveles de gravedad y pudiendo incluso provocar la muerte.
    Entre las posibles complicaciones destacan las alteraciones
    cardiovasculares que incluyen arritmias, infartos agudos de
    miocardio e ictus; las alteraciones neurológicas como
    convulsiones y cefaleas y complicaciones gastrointestinales,
    renales y pulmonares entre otras.

    Los síntomas psicóticos son una de las
    complicaciones más habituales producidas por el consumo de
    cocaína, ya sea agudo o crónico. La psicosis del
    cocainómano suele estar precedida de un periodo de
    suspicacia, recelo, conductas compulsivas y ánimo
    disfórico. Habitualmente cursa con un importante
    componente de agresividad y agitación (Roncero J. et
    al).

    El concepto de
    "drogodependientes moderados", introducido por ZINBERG en 1984,
    hace referencia a los pacientes que realizan un uso controlado de
    droga, permitiéndoles una normatividad a tiempo
    parcial. Las drogas que,
    según el mencionado autor, permiten ser utilizadas de ese
    modo son la cocaína, otros psicoestimulantes, el alcohol y
    los alucinógenos.

    Consideramos que ello no descarta su capacidad
    adictógena, ni la posibilidad de que todas ellas generen
    dependencia física y cuadros de
    privación. Sin embargo sabemos que todas provocan un
    "deseo" de volver a consumirlas, tras un primer consumo
    gratificante, que puede ser o no controlable por el paciente ante
    un determinado estímulo. Con el consumo reiterado se
    produce la adicción psicológica, haya o no
    dependencia física.

    En el campo del uso de drogas existen algunas sustancias
    de difícil encasillar dentro de los modelos
    clásicos de sustancias adictivas debido a las
    peculiaridades de su adicción. Algunos autores defienden
    que toda sustancia que induce modificaciones en el ámbito
    psicológico lo hace también a nivel molecular en la
    actividad cerebral, por lo que, en consecuencia, todas las drogas
    que actúan sobre el estado de
    ánimo son adictivas físicamente aunque la
    privación brusca de ellas no produzca síndrome de
    abstinencia (Washton 95).

    Tomando estas afirmaciones como premisas
    deberíamos suponer que todas las sustancias que
    actúan a nivel del sistema nervioso
    central serian drogas adictivas, incluyendo todo tipo de
    fármacos como los antidepresivos, neurolépticos o
    los mismos psicofármacos. Premisa que, con los
    conocimientos actuales en investigación psicobiológica, queda
    muy lejos de ser demostrada (Llopis Llácer,
    J.J.).

    En ese terreno fronterizo entre la adicción y el
    abuso sin dependencia se ha movido, durante muchos años,
    la cocaína, creando diferentes corrientes de
    opinión científica que poco a poco han ido
    comprobando, lamentablemente para los consumidores, la intensa
    capacidad adictiva del alcaloide principal de las hojas de
    coca.

    La historia nos muestra como
    grandes defensores de las bondades de la cocaína, como es
    el caso de S. Freud, con el
    tiempo fueron cambiando su opinión respecto de la
    sustancia, llegando a admitir cierto poder adictivo
    a la cocaína "… pero solo en aquellos casos que
    previamente presentaban morfinismo y sobre todo cuando era
    utilizada por vía subcutánea
    ".

    Más llamativa resulta la descripción, publicada a principios de los
    80, de lo que entendían como dependencia Van Dick y el que
    fuera recopilador de los textos de Freud sobre la cocaína,
    Robert Bick, en la que textualmente dicen: "… la dependencia
    a cocaína intranasal se manifiesta por un patrón de
    uso continuado cuando existe droga a disposición, y en una
    abstinencia simple cuando no existe. El patrón de conducta es
    comparable a la de muchas personas respecto de, por ejemplo, los
    cacahuetes o las patatas chips. Este patrón puede
    interferir con otras actividades del individuo pero
    también puede considerarse como una forma de
    entretenimiento
    ." (Van Dick y Bick 1982).

    Hasta hace pocos años se persiste en la idea de
    la inocuidad y falta de capacidad adictiva de la sustancia y no
    solo en opinión de personas más o menos entusiastas
    de ella, sino también en tratados de
    psiquiatría tan reputados como el Kaplan, en cuya edición
    de 1980 se puede leer que la cocaína no causaría
    ningún trastorno si no se utilizara más de 2
    ó 3 veces a la semana, lo que equivale a restarle
    importancia al potencial como droga de abuso de la sustancia y
    cargar el peso de su mayor o menor uso a la "voluntad" de la
    persona.

    No es hasta la aparición del DSM III-R que se
    conceptualiza el diagnóstico de dependencia a
    cocaína. Hasta entonces los criterios diagnósticos
    sólo aceptaban para la cocaína el Síndrome
    de Abuso excluyendo la dependencia, para ello se basaban en que
    no tenían evidencia de inducción de dependencia física,
    entendida ésta como la aparición de un cuadro de
    tolerancia
    tras el consumo continuado, ni de síndrome de abstinencia
    al interrumpir el consumo.

    Aunque la definición de Abuso de sustancias del
    DSM III era lo bastante amplia como para abarcar diferentes casos
    de consumidores crónicos de cocaína, la
    discusión se planteaba ante la presencia de un
    auténtico síndrome de abstinencia siguiendo el
    modelo de
    privación que provocaban los depresores, condición,
    en teoría,
    ineludible para calificar a una sustancia como
    adictiva.

    Es muy debatible la potencial dependencia o
    adicción de la cocaína en relación con la
    aparición o no de tolerancia, definida como la necesidad
    de ir incrementando paulatinamente las dosis de la sustancia para
    sentir los mismos efectos que en las dosis iniciales.

    La existencia de un cuadro de abstinencia clásico
    no sólo es controvertida sino que claramente no se
    observa. El Síndrome de Abstinencia por cocaína
    aparece pero tiene una presentación, evolución y características
    específicas.


    CONCEPTO DE DROGA

    El término droga permite distintas acepciones,
    aunque el término más usual anteriormente era el
    que hacía referencia al uso medicinal de determinadas
    sustancias a la hora de tratar enfermedades. Las drogas
    serían, por tanto, productos naturales o sintéticos
    usados por sus propiedades terapéuticas.

    Pero, actualmente, el término ha adquirido
    connotaciones negativas que señalan problemas y
    que anulan la anterior acepción. Clásicamente,
    Kramer y Cameron prepararon para la OMS definiciones de droga que
    sirven como referencia para englobar a todas las drogas. Una
    droga sería cualquier sustancia que introducida en el
    organismo vivo pueda modificar la estructura o
    la funciones de
    ese organismo.

    Lo que ocurre es que desde esta definición se
    abarcan multitud de productos, incluyendo comidas habituales…
    En nuestro contexto se ha modificado esta definición tan
    genérica para dar paso a la siguiente: Droga sería
    aquella sustancia química que altera la
    percepción, conciencia y
    emociones de
    un ser vivo. Esta definición también deja bastantes
    huecos

    Otra definición seria Droga: Son aquellas
    sustancias cuyo consumo puede producir dependencia,
    estimulación o depresión
    del sistema nervioso
    central, o que dan como resultado un trastorno en la función
    del juicio, del comportamiento
    o del ánimo de la persona.

    El término drogas visto desde un punto de vista
    estrictamente científico es principio activo, materia prima.
    En ese sentido droga puede compararse formalmente dentro de la
    farmacología y dentro de la medicina con
    un fármaco, es decir que droga y fármaco pueden
    utilizarse como sinónimos.

    Los fármacos son un producto
    químico empleado en el tratamiento o prevención de
    enfermedades. La farmacología es la ciencia que
    estudia la acción y distribución de los fármacos en el
    cuerpo humano.
    Los fármacos pueden elaborarse a partir de plantas, minerales,
    animales, o
    mediante síntesis.

    Existe otra concepción que es de carácter social, según ésta
    las drogas son sustancias prohibidas, nocivas para la salud, de las cuales se
    abusan y que en alguna forma traen un perjuicio individual y
    social.

    Como se ve, un elemento importante es la intencionalidad
    y el propósito de alterarse mentalmente en algunas de las
    formas, ya sea deprimiéndose, alucinándose o
    estimulándose. Luego nos queda el problema dónde
    actúan estas sustancias, ya que todas estas drogas tienen
    un elemento básico en el organismo que es el sistema nervioso
    central el cual es la estructura más delicada y más
    importante que tiene el ser humano, y si estas sustancias
    actúan sobre esas estructuras
    dañándolas, perjudicándolas, indudablemente
    que van constituir un elemento grave y peligroso para la
    colectividad; para la salud individual y lógicamente para
    la salud
    pública.

    Se considero después de drogas que causan
    dependencia, que serían aquellas drogas que, en su
    acción recíproca con el organismo, puedan producir
    un estado de
    dependencia física y/o psicológica.

    Entenderíamos por dependencia psicológica:
    efecto producido por una sensación de bienestar que
    impulsa a repetir de forma continuada la ingesta de una
    determinada sustancia para producir placer o para reducir/evitar
    un malestar.

    Entenderíamos por dependencia física un
    estado de adaptación del organismo que necesita un nivel
    de una sustancia para su funcionamiento normal y que se
    manifiesta por la aparición de trastornos físicos
    muy intensos que tienen características muy distintas,
    según el tipo de sustancia, al interrumpir la
    administración de esa sustancia.

    DEFINICIÓN / ORIGEN

    Características:

    Las características de la Familia de
    las eritroxiláceas: Árboles, arbustos o
    subarbustos, de hojas simples, enteras, pecioladas,
    comúnmente alternas. Flores pequeñas,
    frecuentemente heterostiladas, actinomorfas, hermafroditas,
    solitarias, geminadas o dispuestas en fascículos axilares.
    Cáliz de 5 sépalos de prefloración
    imbricada, persistentes. Pétalos 5, libres, caedizos, de
    prefloración imbricada, provistos interiormente de
    apéndices o lengüetas. Estambres 10, dispuestos
    alrededor del ovario; filamentos filiformes, unidos entre
    sí en la base, formando un tubo corto; anteras bitecas, de
    dehiscencia longitudinal. Ovario súpero, 3-4-locular, por
    lo común con un solo lóculo fértil
    1-2-ovulado; estilos 3, libres o coherentes; estigmas capitados.
    Fruto drupa. Un género y
    alrededor de 200 especies originarias en su mayoría de las
    regiones cálidas de Sudamérica.

    Erythroxylon
    L.

    Caracteres similares a los de la familia. (Del
    griego erythros, rojo y xylon, madera.)

    Fig. Nº
    1– Erythroxylon coca: A, rama florífera t. n. B, C,
    flores desprovistas de pétalos; D, gineceo; E, corte
    transversal del fruto (detalles aumentados)

    Erythroxylon coca Lam. COCA. – Arbusto muy
    ramificado, con la corteza blanquecina. Hojas alternas, simples,
    pecioladas, enteras, elípticas o aovadas, agudas u
    obtusas, de 3-7 cm de largo, verde brillantes en la cara
    superior, más claras o amarillentas en la inferior,
    provistas de dos líneas longitudinales conniventes en
    ambas extremidades
    (las cuales les dan una
    característica original y el modo de identificar sin error
    la hoja de coca).

    Flores pequeñas, amarillentas, pedunculadas,
    perfumadas, solitarias, en cimas o fascículos axilares
    (Fig. Nº 1). Fruto drupa roja, de unos 10 mm de largo. Es la
    coca de Bolivia.
    Parece ser que es originaria de los valles de los Andes peruanos,
    situada a elevada altitud. Esta especie es la principal (se
    cultiva en Perú en las provincias de Cuzco y de Huanuco,
    así como en Bolivia en la provincia de Cochabamba,
    región de Yunga)(Bruneton J.). Se reproduce por semillas.
    De sus hojas se extrae la cocaína, alcaloide muy utilizado
    en medicina, siendo además empleadas como masticatorio por
    los nativos. No se han registrado cultivos en la Argentina (
    Dimitri M. J. ).

    Crece en Bolivia y Perú. En la India,
    Java y
    Ceilán se cultiva una variedad que produce un alcaloide,
    la tropacocaína, emparentado con la
    cocaína.

    E. novogranatense var. Truxillense (Rusby)
    Machado: coca de Perú o coca de Trujillo ( o de Truxillo).
    Es la especie más aromática. Las hojas son
    más pequeñas y muy verdes. Igual que la especie
    anterior, el hábitat, los procedimientos de
    cultivo, y los microclimas locales, influyen en gran medida sobre
    la morfología.

    E. novogranatense (Moris) Hieron. Fue
    inicialmente descrita como una variedad de E. Coca, su nombre
    específico recuerda que es originaria de Colombia
    (antiguamente Nueva Granada). Esta especie fue introducida en
    Java.

    Las hojas de coca son masticadas en estado crudo por los
    habitantes del norte Argentino, Bolivia y Perú, para dar
    alivio a la dura vida de la región -caracterizada por
    la pobreza y
    la desnutrición-, por su efecto de
    anestésico local actúa como un paliativo del hambre
    al tapizar las mucosas estomacales anulando la segregación
    de jugos gástricos y la sed, de esa forma la
    mayoría de los indígenas de la Puna Americana
    mueren a la temprana edad de 40 a 45 años, es euforizante
    y contraria a la fatiga psíquica.

    Las propiedades anestésicas de la cocaína,
    hecho trascendente en el campo de la cirugía, fueron
    descubiertas en 1882 por K. Koller y 5. Freud, el creador del
    psicoanálisis.

    Cuando se empezaron a difundir sus efectos euforizantes,
    en 1885, se generalizó su uso. Por su rápida
    acción, la cocaína se inhala o se inyecta con fines
    hedonistas. Produce excitación tipo alcohólica o de
    ebrio, ideativa y motriz, una sensación placentera,
    locuacidad, lucidez, hiperideación, ansiedad, aumento de
    la actividad muscular ("prurito de movimiento") y
    alivio de la sensación de cansancio. A la media hora de su
    ingestión, la lasitud remplaza a la exaltación del
    comienzo.

    Puede manifestarse temblor, aumento de los reflejos,
    convulsiones y crisis
    epilépticas.

    El atractivo de sus propiedades euforizantes y
    estimulantes y la facilidad de su manejo favorecen el consumo. La
    cocaína aumenta la capacidad psíquica y el erotismo
    y disminuye las inhibiciones. Se utilizó en forma
    desmedida durante la belle epoque, en cabaret y clubes
    nocturnos, por lo que se la asocia con la violencia y
    las orgías.

    El consumidor
    habitual, pronto comienza a experimentar sus efectos negativos:
    falta de apetito, insomnio, adelgazamiento, alucinaciones
    visuales liliputienses (el sujeto ve personas o animales muy
    pequeños que se mueven bajo su piel),
    delirio, impotencia, desviaciones sexuales, pérdida del
    pudor, inestabilidad emotiva, pérdida de la capacidad
    psíquica.

    HISTORIA

    La tradición incaica indica que fueron Manco
    Cápac y Mama Ocilo, los fundadores del Imperio Incaico,
    quienes introdujeron "la planta de las plantas", aunque
    también se piensa que pudo ser traída desde
    Colombia por indígenas desplazados.

    Zárate, médico español
    que actuó en América, escribió en 1555: "En
    determinados valles crece la planta llamada coca, que los indios
    aprecian más que el oro y la
    plata; el misterio de esta planta consiste en que quien lleva
    siempre algunas hojas en la boca no siente jamás
    frío, ni hambre, ni sed."

    El coquero hace con las hojas, en la boca, un bolo
    (acullico, piccho o chaccha), que alcaliniza con cal viva para
    favorecer la disolución del principio activo. Lo mastica
    (cocar o acullicar) mientras está jugoso, aproximadamente
    durante tres horas. A veces calculan en "cocadas" las distancias
    que deben recorrer.

    En el siglo XVl, el II Concilio de Lima prohibió
    su consumo so pena de excomunión, pero siguió
    siendo utilizada por los naturales. En 1569 un Real Decreto (la
    famosa y diabólica inquisición) estableció
    que la masticación de coca era "idolatría y obra
    del diablo" (una verdadera incongruencia
    histórica).

    Relata José D'Acosta, en 1590, en su Historia
    natural y moral de las
    Indias:
    "Usaban la coca como cosa regia y apetitosa; era lo
    que más ofrecían en sus sacrificios,
    quemándola en honra de sus ídolos."

    El historiador William Prescott, en 1843,
    escribía: "Con una pequeña provisión de coca
    en el bolsillo y un puñado de maíz
    asado, el indio peruano hace día tras día sin
    fatiga sus cansados viajes, o al
    menos sin quejarse. La nutrición misma, aun
    la más fortificante, le es menos agradable que su
    narcótico favorito."

    En 1846, el explorador y naturalista suizo J. J. Tschudi
    dio una detallada descripción del consumo: "Todos los
    indios llevan enganchado a la cintura un saco de cuero, al que
    llaman huallqui o chuspa, en el que, además de una
    provisión de hojas, guardan una calabaza, a menudo
    finamente esculpida (ischujuru), que contiene cal viva
    pulverizada.

    Tres veces al día como mínimo, cuatro en
    la mayoría de los casos, los indígenas dejan de
    trabajar y se dedican a masticar coca (cocar o acullicar). Sacan
    las hojas del huallqui cuidadosamente, una por una, quitan los
    nervios y cortan la hoja en varios trozos que se introducen
    sucesivamente en la boca, mascándolos hasta formar
    detrás de los molares un bolo bastante voluminoso
    (accullico); luego toman un tallo delgado y humedecido en cal
    viva y lo llevan a la pastilla que tienen en la boca, a la que se
    adhiere el polvo que trasporta. Repiten la acción hasta
    que obtienen el punto deseado. La saliva, cuya secreción
    se hace muy abundante, se mezcla con el jugo verde de las hojas;
    solo se escupe en parte, tragándose la
    mayoría."

    Con referencia a los coqueros dice: "Se los conoce por
    su andar incierto y vacilante, su carne fofa, de un gris
    amarillo; sus ojos hundidos y sin brillo; sus profundas ojeras
    azuladas; sus labios trémulos; sus discursos
    incoherentes, su indolencia y su apatía. Apenas llegados a
    la plenitud de la edad, ya tienen aspecto de ancianos, y, si
    llegan a la vejez, la
    imbecilidad es la consecuencia de su pasión
    desenfrenada."

    El químico Mariani importó hojas de coca y
    elaboró vino, elixir, pastillas, té y tabletas a
    los que dio su nombre y que lograron fama y popularidad en toda
    Europa.

    Después de obtenido su principio activo, la
    cocaína, comenzó la difusión de la
    toxicomanía. El médico W. H. Bentley expresó
    en 1880: "Yo sé por qué algunos médicos
    dicen que la cocaína no produce hábito. Es que no
    basta ni con una ni con dos dosis. Hay que continuar hasta que la
    droga empieza a gustar, hasta que se espera con ansia el momento
    de tomaría, hasta que no se puede esperar la llegada de
    ese momento. Y cuando llega ese instante, la cocaína
    domina con más fuerza que la
    morfina. He venido a decirles lo que es ese hábito. Y ante
    Dios, señores, yo les digo que lo sé. Lo sé
    porque soy cocainómano y no puedo dominarme."

    En 1889, Valentín Magnan, psiquiatra
    francés, publica sus Observaciones sobre las
    alucinaciones táctiles,
    características de la
    cocainomanía y conocidas desde entonces como signo de
    Magnan. Los drogados tienen la sensación de que
    pequeños animales, a veces de colores, les
    recorren la piel. Los trastornos sensoriales pueden alcanzar tal
    magnitud que algunos pacientes llegan a herirse, en su
    afán de dar caza a los animales imaginarios.

    En Francia, la
    cocainomanía hizo estragos a partir de 1912. Se la ha
    considerado el vicio femenino por excelencia,
    denominándosela "coco". Las encargadas de los guardarropas
    de cabarés y clubes nocturnos ofrecían a la
    clientela hermosas bolsitas conteniendo cocaína con los
    atrayentes nombres de "coco universal" o de "ídolo
    universal". Según G. Gulíain, en 1912, la mitad de
    las prostitutas de Montmartre eran cocainómanas y el vicio
    se extendía a los homosexuales.

    Los propios laboratorios promocionaban la droga enviando
    cartas a la
    población: "Si se siente abatido y
    pesimista no pierda tiempo, sea feliz. Escriba y a vuelta de
    correo le mandaremos un alcaloide que le evitará los
    sufrimientos."

    En 1924 existían en París 80.000
    cocainómanos, según la estimación policial.
    Los five o'clock coco eran tan "in" como los actuales
    LSD parties en opinión de Varenne.

    ESTRUCTURA QUÍMICA

    El núcleo tropánico es un heterociclo
    nitrogenado bicíclico: El 8-aza biciclo (3,2,1) octano. El
    número de alcaloides derivados de este esqueleto, es
    bastante escaso y su distribución muy reducida:
    Solanaceas, Eritroxiláceas y esporádicamente en
    algunas Convolvuláceas, Proteáceos,
    Euforbiáceas y Rizoforáceas.

    Fig. Nº
    2. Núcleo Tropánico

    Fig Nº3
    Núcleo Tropánico Visto en 3 D (Elbaum
    J.H.)

    La característica fundamental de los alcaloides
    tropánicos, es la de ser ésteres de un ácido
    orgánico variable, y de un alcohol unido a un
    3-tropanol, el 3-α-tropanol (tropanol) o al
    3-β-tropanol (pseudotropanol).

    En estas moléculas, el grupo
    N-metílico se encuentra en posición ecuatorial y el
    ciclo piperidínico, adopta una configuración en
    «silla». La configuración en 3 del tropanol y
    del pseudotropanol, se deduce del examen del comportamiento de
    algunos de sus derivados, y ha sido confirmada, por la diferencia
    de velocidad de
    hidrólisis de sus benzoatos. Así, el clorhidrato de
    N-acetil norpseudotropanol, se reagrupa, vía una oxacina,
    en un dérivado O-acetilado y este reagrupamiento no es
    posible en el caso del tropanol (Fig.Nº4). Estos alcoholes son
    ópticamente inactivos: son formas meso y los dos carbonos
    de unión son de quiralidad opuesta.

    Fig Nº
    4

    Los derivados del 3-β-tropanol del
    tipo de la ecgonina, son especνficos de las
    Eritroxilaceas, mientras que los que tienen la función
    alcohólica secundaria en 3-α como el tropanol (Fig.
    Nº 4), el escopanol (= 6,7-epoxi tropanol) y derivados
    semejantes, son característicos -pero no exclusivos- de
    las Solanaceas.

    Los ácidos
    orgánicos que esterifican estos alcoholes (Fig.Nº 5),
    ya sean ácidos alifáticos de pequeño peso
    molecular como el ácido 3-metil butírico
    (Fig.Nº 5), o el ácido (2E) 2-metil butenoico (=
    ácido tíglico) o bien sean ácidos
    aromáticos de C6 –C1 como el
    ácido benzoico o, de C6-C3 como el
    ácido cinámico, o el ácido (R)
    α-hidroxi
    β-fenilpropiσnico (Fig.Nº 5), o
    incluso el ácido (S)-(-)-trópico.

    Fig Nº
    5

    Los principales alcaloides encontrados, son por tanto,
    ésteres de estos ácidos y de los tropanoles. A
    veces, aunque raramente, son ésteres de ácidos
    dimerizados (las truxilinas de la coca) y excepcionalmente
    pueden poseer una estructura monocíclica (secotropanos de
    los Physalis), incluso una estructura pirónica
    (bellendina de algunas Proteaceas) (Fig. Nº 6).

    Fig.Nº
    6

    Fig. Nº 7
    Cocaína Formula 3D esferas (Elbaum
    J.H.)

    Estos alcaloides ésteres, son especialmente
    frágiles. Así la (-)-hiosciamina (Fig.Nº 8),
    se transforma rápidamente -tanto en medio ácido
    como en medio alcalino- en tropanol y en ácido
    (-)-trópico (Fig.Nº 8), el cual por
    deshidratación intramolecular, se convierte en
    ácido, ópticamente inactivo.

    En el caso de la escopolamina también llamada
    hioscina por autores anglosajones), la hidrólisis
    ácida o alcalina conduce al ácido
    (-)-trópico o o al ácido (±)-trópico
    y a la oscina compuesto ópticamente inactivo, que se
    desdobla al estado de benzoatos. En las condiciones suaves de una
    hidrólisis enzimática, se produce escopanol (o
    escopina) (Fig.Nº 8), que por vía química se
    transforma fácilmente en oscina.

    Por lo que respecta a la cocaína, se hidroliza en
    ecgonina, metanol y ácido benzoico: y si la
    hidrólisis es controlada, puede formarse
    benzoilecgonina.

    Los alcaloides ópticamente activos como la
    hiosciamina, se racemizan con facilidad, siendo suficiente un
    tratamiento a reflujo con cloroformo para transformarla en
    atropina. Sobre la atropina, aunque haya sido descrita a menudo y
    en varios vegetales, es necesario preguntarse si en todos los
    casos conocidos, se trata realmente de un producto
    natural.

    Fig. Nº
    8

    Biosíntesis de los
    alcaloides tropánicos

    Los alcaloides tropánicos se forman a partir de
    varios precursores:

    De la fenilalanina, en el caso de los ácidos
    aromáticos de C6-C1 o de
    C6-C3 y de aminoácidos como la
    leucina o la isoleucina, en el caso de los ácidos de
    C5.

    De la ornitina, en el caso del heterociclo
    tropánico, siendo los carbonos complementarios aportados
    por el acetato (carbonos 2, 3 y 4) o por la S-adenosil metionina
    (el N-metilo).

    Origen del núcleo
    tropánico

    La metilación del nitrógeno de la ornitina
    se origina en una etapa inicial, y como ya se ha mencionado, la
    incorporación del aminoácido no es
    simétrica. La etapa clave de la biosíntesis es finalmente el ataque
    nucleófilo del anión acetoacetato sobre el ion
    pirrol idinium.

    Fig. Nº 9
    – Origen del Núcleo
    tropánico

    Origen del ácido
    trópico

    Se ha demostrado por marcaje, que el precursor de este
    ácido es la fenilalanina. Marcando doblemente con
    13C los carbonos 1 y 3, y registrando a la vez los
    espectros de RMN de '3C del ácido
    trópico obtenido, se ha demostrado que el reagrupamiento
    es intramolecular, lo que podría implicar un intermediario
    con ciclo oxiránico.

    Fig. Nº
    10 Origen del Ácido Trópico

    Caracterización de
    alcaloides con núcleo tropánico

    Los alcaloides ésteres del ácido
    trópico, se caracterizan fácilmente por la
    reacción de Vitali-Morin: después de tratar con
    ácido nítrico fumante y tomar el residuo con
    acetona, se desarrolla una coloración violeta oscuro, en
    presencia de potasa alcohólica.

    Los alcaloides pueden también detectarse por CCD
    (cromatografía en capa delgada), pero este
    método no
    distingue los isómeros ópticamente activos de los
    racémicos. Se pueden obtener buenas separaciones por CG y
    por CLAR en fase reversa.

    Se pueden realizar diversos tipos de valoración:
    acidimétrica, protométrica en medio no acuoso y
    colorimétrica, realizando previamente una nitración
    y una reducción (ZnIClH) el producto es diazotado y
    acoplado a la etilenodiamina.

    Fig. Nº
    11 – Cocaína Formulas en 3D (Elbaum
    J.H.)

     

    Fig. Nº
    10 – Biosíntesis de la Molécula de Cocaína
    en la Planta

    Fig. Nº
    11 – Vía Biosintética del
    Shikímico

    Se han detectado trazas de aceite
    esencial, taninos y flavonoides. Por consiguiente, estas son
    derivados fenilpropenoicos, grupos de
    sustancias típicas vegetales que están relacionadas
    con el metabolismo de
    otras más generales, como la tirosina y la fenilalanina y
    demás aminoácidos aromáticos, cuyas rutas
    bioquímicas se basan en la vía del ácido
    shikímico (Fig.Nº 11) que al formar el fenil piruvato
    y luego el benzoil –CoA (ácido tropánico), se
    une al núcleo tropánico para formar la
    cocaína. Que se inicia con metabolitos primarios
    tan importantes como el ácido pirúvico
    (resultado final de la glucólisis) y la
    eritrosa-4-P.

    CARACTERÍSTICAS DEL CLORHIDRATO DE
    COCAÍNA

    Chlorhydratum cocaine
    C17H2104N,Cl H

    Peso Molecular.: 339,82

    El clorhidrato de cocaína contiene no menos de 99
    por ciento de C17H2104N,C1H,
    calculado para la sustancia desecada.

    Caracteres generales. – Cristales incoloros, o
    polvo cristalino, blanco; inodoro o con suave olor benzoico; con
    sabor amargo y produciendo insensibilidad pasajera de la lengua.

    Soluble en menos de su peso de agua
    destilada, fácilmente soluble en alcohol; soluble en
    cloroformo y en glicerina; insoluble en éter y en aceites
    vegetales.

    Ensayos de indentificación. –
    Agréguense a 1 mililitro de la solución de
    clorhidrato de cocaína al 1 por ciento, P/V, una o dos
    gotas de una solución al 3 por ciento, P/V, de bicromato
    de potasio: se formará un precípitado de color amarillo,
    que se disuelve agitando la mezcla, pero precipita nuevamente por
    adición de algunas gotas de ácido
    clorhídrico, formando un precipitado cristalino permanente
    de color anaranjado.

    Agréguese a 0,1 gramo de clorhidrato de
    cocaína, 1 mililitro de ácido sulfúrico;
    llévese a un B.M. durante algunos minutos, y
    añádanse con sumo cuidado, 2 mililitros de agua
    destilada: deberá percibirse el olor aromático de
    benzoato de metilo y luego, por enfriamiento del líquido,
    se formarán pequeños cristales de ácido
    benzoico.

    Disuélvase 0,05 gramo de clorhidrato de
    cocaína en 1,5 mililitros de agua destilada:
    agréguense 8,5 mililitros de solución de sulfato de
    aluminio y de
    potasio (R) y 5 mililitros de solución de permanganato de
    potasio (R), y agítese rápidamente durante algunos
    segundos: deberán formarse cristales rectangulares de
    color violado, característicos.

    Añádanse a 2 mililitros de una
    solución al 5 por ciento, P/V, de clorhidrato de
    cocaína, 0.5 mililitro de amoníaco diluido
    (R) y extráigase el alcaloide con 10 mililitros de
    éter: sepárese este último:
    deshidrátese por agregado de sulfato de sodio anhidro y
    fíltrese.

    Evapórese el liquido etéreo y
    séquese el residuo. cristalino en un desecador: el residuo
    obtenido, deberá fundir a unos 97º.

    La absorción de la luz, en la
    región del espectro comprendida entre 230 y 350
    milimicrones, de una solución al 0,001 por ciento, P/V, de
    clorhidrato de cocaína, en Solución 0,1 N de
    ácido clorhídrico, en celda de 2 centímetros
    de espesor presenta únicamente un máximo bien
    definido a unos 233 milimicrones, y una extinción
    E, alrededor de 0,78 a la misma longitud de
    onda.

    La solución de clorhidrato de cocaína,
    deberá responder a los ensayos para
    los cloruros.

    Ensayos de pureza. – Disuélvase 0,5
    gramo de clorhidrato de cocaína, en 10 mililitros de agua
    destilada recientemente hervida y enfriada, y agréguese
    una gota de solución de rojo de metilo (R), como
    indicador: no deberá gastarse más de 0,5 mililitro
    de solución 0,02 N de hidróxido de sodio para su
    neutralización (acidez).

    Punto de fusión: no
    menor de 197º, previo calentamiento del baño a
    193º.

    El poder rotatorio específico, a 25º, de una
    solución al 2 por ciento, P/V, de clorhidrato de
    cocaína previamente desecado, no deberá ser menor
    de –71º ni mayor de –73º.

    Disuélvase 0,5 gramo de clorhidrato de
    cocaína, en 5 mililitros de ácido
    sulfúrico: el color de la solución no deberá
    ser más intenso que el del Líquido de
    Comparación F (sustancias fácilmente
    carbonizables).

    En un tubo de ensayo, lavado
    previamente con mezcla sulfo-crómica (R) y enjuagado
    después con agua destilada, mézclense 5
    mililitros de una solución de clorhidrato de
    cocaína al 2 por ciento, P/V, con cinco gotas de
    solución N de ácido sulfúrico y 0,1
    mililitro de solución 0,1 N de permanganato de
    potasio: deberá obtenerse una solución
    límpida de color violado, que no deberá decolorarse
    completamente en el intervalo de treinta minutos, cuando se la
    mantiene a una temperatura no
    mayor de 200, al abrigo del polvo y de la luz (sustancias
    reductoras y cinamilcocaína).

    Disuélvase 0,1 gramo de clorhidrato de
    cocaína en 100 mililitros de agua destilada;
    agréguese 0,2 mililitro de amoníaco y
    agítese fuertemente durante cinco minutos, frotando, de
    cuando en cuando, las paredes del recipiente con una varilla de
    vidrio: se
    producirá un enturbiamiento y después de quince
    minutos, un precipitado cristalino de cocaína,
    permaneciendo límpido el líquido sobrenadante
    (iso-atropilcocaína).

    Por desecación en presencia de gel de
    sílice durante tres horas, no deberá perder
    más de 1 por ciento de su peso.

    Por incineración no deberá dejar
    más de 0,1 por ciento de residuo.

    Valoración. – Pésese exactamente
    alrededor de 0,5 gramo de clorhidrato de cocaína
    previamente desecado, y disuélvase en una mezcla de 40
    mililitros de ácido acético y 10 mililitros de
    solución acética de acetato de mercurio (R).
    Agréguense dos gotas de rojo de quinaldina (R), como
    indicador, y valórese con solución 0,1 N de
    ácido perclórico. Efectúese un ensayo en
    blanco con todos los reactivos, usados en las mismas condiciones
    y corríjase la valoración anterior.

    Cada mililitro de solución 0,1 N de ácido
    perclórico equivale a 0,03398 gramo de
    C17H2104N,CIH.

    Conservación. – En recipientes de cierre
    perfecto. (Farmacopea Argentina VI Ed. Pag.263-264)

    ACCIÓN BIOQUÍMICA

    Farmacocinética

    La cocaína es una base débil con un pKa de
    8.6. En su forma básica, tanto en sangre como en el humo
    del tabaco que llega
    a los pulmones, la cocaína atraviesa las membranas
    celulares de forma rápida y eficazmente. Atraviesa la
    barrera hematoencefálica: esnifada o administrada por
    vía intravenosa se encuentran niveles de cocaína en
    el cerebro en 30
    segundos, mientras que fumada sólo tarda 5 segundos en
    tener efectos centrales.

    Absorción: La cantidad relativa de
    cocaína que se absorbe a nivel sistémico depende
    fundamentalmente de la vía de administración.

    La absorción por la mucosa nasal después
    de esnifar y la absorción a través del
    tracto digestivo después de su administración oral es similar y
    mucho más lenta que después de fumar o
    después de la administración
    intravenosa.

    El pico plasmático se produce normalmente a los
    60 minutos después de la administración nasal u
    oral; aunque como en otros parámetros de la
    cinética de la cocaína, la variabilidad individual
    es muy grande, con intervalos de 30 a 120 minutos. La
    biodisponibilidad nasal u oral es de un 30-40%, aunque la
    variabilidad es mayor para la vía oral.

    Al igual que ocurre con la nicotina del tabaco, la
    biodisponibilidad de la cocaína fumada varía
    entre un 10 a 20%, siendo el porcentaje menor la más
    común. Cuando hacemos determinaciones urinarias de
    metabolitos de cocaína como seguimiento de tratamientos,
    debemos tener en cuenta que la cocaína fumada presenta una
    biodisponibilidad baja y variable.

    Las concentraciones máximas venosas y arteriales
    después de las diferentes administraciones varía
    enormemente. No sólo depende de las dosis y de las
    vías de administración sino también de la
    frecuencia de las inyecciones. El rango de las dosis de
    cocaína normalmente varían entre 0.2 a 3 o 4 mg/Kg,
    dependiendo de la vía de administración, sin
    embargo las concentraciones plasmáticas máximas
    varían en un rango entre 50 a 2000 ng/ml o mayor
    dependiendo de la vía de administración y de la
    frecuencia de las inyecciones.

    Distribución: La cocaína
    después de ser administrada, es distribuida ampliamente
    por todo el organismo. El volumen de
    distribución varía entre 1.5 a 2 L/Kg (57% por
    vía oral y aproximadamente 70% fumada).

    Metabolismo: La cocaína es
    rápidamente metabolizada, generalmente por
    hidrólisis enzimática para producir benzoilecgonina
    (BE), ecgonina metil ester y posteriormente ecgonina. En un 1-5%
    se excreta por la orina sin cambios.

    La hidrólisis a benzoilecgonina se produce en un
    45% de una dosis administrada; porcentaje similar a la
    hidrólisis a ecgonina metil ester. Ninguno de los dos
    metabolitos poseen actividad biológica significativa en
    humanos. La norcocaína nitróxido y otros radicales
    libres son metabolitos potencialmente activos, pero se producen
    en pequeñas cantidades que generalmente no representan
    cantidades farmacológicamente significativas en
    clínica humana.

    Cuando la cocaína se fuma, la droga se
    piroliza a una serie de compuestos químicos dependiendo de
    la temperatura. El principal metabolito es la anhidroecgonina
    metil ester (AEME), también conocida como metil
    ecgonidina.

    AEME es farmacológicamente activo en animales,
    sin embargo en humanos existen muy pocos trabajos y no se conoce
    con exactitud su perfil farmacológico (podría tener
    efectos inotrópicos negativos). AEME se puede determinar
    en orina, incluso después de que se hayan fumado
    pequeñas cantidades; sin embargo este metabolito no
    aparece cuando la cocaína se esnifa o se administra
    por vía intravenosa. Por tanto, su interés
    radica fundamentalmente en el control urinario
    de consumo de cocaina fumada en pacientes en tratamientos de
    desintoxicación.

    La benzoilecgonina es el metabolito que se detecta en
    orina, más utilizado para monitorizar los tratamientos.
    Puede ser detectada en orina 3-4 días después del
    último consumo y por supuesto dependerá de la
    cantidad de cocaína consumida y del valor de corte
    que se establezca o de la sensibilidad de la prueba.

    La vía de administración también
    influye en la cantidad de BE que se detecta en plasma y que se
    eliminará a través de la orina. En general, se
    puede decir que las máximas concentraciones y la mayor
    área bajo la curva se produce después de
    administraciones nasales u orales. Cuando la
    cocaína se fuma, aunque los efectos que se producen
    son mucho más intensos y precoces, la cantidad absorbida
    es menor y por tanto las concentraciones de BE en plasma son
    también menores.

    Eliminación: El aclaramiento de la
    cocaína es muy rápido, variando entre 20 a 30
    ml/min/Kg. La semivida plasmática es, de nuevo, variable
    con intervalos de 1 a 1.5 horas. La benzoilecgonina presenta una
    semivida plasmática de 6-8 horas y la ecgonina metil ester
    de 3-8 horas.

    Mecanismo de
    Acción

    La cocaína se comporta como una amina
    simpaticomimética de acción indirecta, es decir, es
    capaz de remedar las acciones de
    las catecolaminas no actuando directamente sobre los receptores
    adrenérgicos o dopaminérgicos, sino aumentando la
    disponibilidad del neurotransmisor en la hendidura
    sináptica.

    La cocaína es un inhibidor de los procesos de
    recaptación tipo I (recaptación de noradrenalina y
    dopamina desde el intersticio sináptico la terminal
    presináptica; lo que facilita la acumulación de
    noradrenalina o dopamina en la hendidura
    sináptica.

    Fig. Nº
    12 (Rawn)

    Estructura de una sinapsis. En una sinapsis, los
    mensajes se transmiten a través de la hendidura
    sináptica por medio de mensajeros químicos
    conocidos como neurotransmisores. Cuando una señal
    eléctrica llega a la membrana presináptica de la
    terminal axónica, las vesículas sinápticas
    liberan el neurotransmisor que contienen.

    A continuación, este neurotransmisor difunde a
    través de la hendidura sináptica y se une a su
    receptor, desencadenando un cambio
    conformacional en el receptor que permite la entrada de cationes
    en la célula
    postsináptica. Este flujo iónico conduce a la
    variación de las propiedades eléctricas de la
    membrana postsináptica.

    (Dibujado por Lisa Shoemaker. Rawn) (Fig. Nº
    12).

    El aumento de la biodisponibilidad de dopamina por la
    inhibición de la recaptación tipo I media la
    euforia que produce la cocaína y parece que está
    implicada en el mecanismo de adicción. El consumo
    crónico de cocaína también produce cambios
    en la disponibilidad de la dopamina.

    En los estos últimos años se ha implicado
    al transportador de la recaptación de dopamina no
    sólo en las acciones conductuales sino también en
    las acciones bioquímicas de la cocaína. El
    transportador de la recaptación de dopamina controla los
    niveles de este neurotransmisor a nivel del intersticio
    sináptica ya que incorpora rápidamente a la
    terminal presináptica la dopamina liberada.

    En ratones genéticamente deficientes estudiados
    en laboratorio,
    en este transportador, la administración de cocaína
    no produce efectos conductuales ni bioquímicos. Por tanto,
    parece que dicho transportador es necesario para la acción
    farmacológica de la cocaína ya que al bloquearlo,
    uniéndose de manera específica y con gran afinidad,
    inhibiría la recaptación
    dopaminérgica.

    La noradrenalina en exceso que se produce por
    acción de la cocaína, es el responsable de la
    mayoría de los efectos farmacológicos y de las
    complicaciones agudas de la cocaína (aumento de presión
    arterial, dilatación pupilar, sudoración, temblor
    ). Esta acción simpaticomimética se manifiesta en
    la vasoconstricción, hipertensión, estimulación
    cardíaca (peligrosa), excitación simpática
    seguida de depresión y crisis epileptoides

    La cocaína también bloquea la
    reabsorción de noradrenalina y de serotonina en la
    sinapsis, por lo que posee una acción adrenérgica,
    actuando sobre los centros hipotalámicos que excitan el SN
    simpático y el consumo crónico de esta sustancia
    produce cambios en estos neurotransmisores con una
    disminución de la biodisponibilidad que se refleja en la
    disminución de los metabolitos
    3-metoxi-4-hidroxifenetilenglicol (MHPG) y ácido
    5-hidroxiindolacético (5-HIAA). Estos efectos sobre la
    neurotransmisión catecolaminérgica y
    serotoninérgica constituyen, asímismo, la base de
    su mecanismo de acción como droga dependiente.

    Pasando a otra efecto, es conocido que la cocaína
    fue el primer anestésico local utilizado en
    clínica.

    Desde entonces, se han sintetizado un número
    importante de estos agentes, el primero de los cuales fue la
    procaína (novocaína) en 1905. La cocaína
    comparte con todos estos compuestos el mecanismo de acción
    anestésica local, estabiliza la membrana de la fibra
    nerviosa, taponando los canales específicos de Na, lo que
    bloquea la permeabilidad de aquellos iones, lo que produce un
    bloqueo de la conducción nerviosa.

    Las soluciones de
    cocaína utilizadas en clínica, únicamente
    para anestesia tópica, varían del 1 al 10 %. Aunque
    ha sido sustituida por fármacos más manejables y
    con menos efectos secundarios, se utilizó en anestesia
    oftálmica y en anestesia tópica de la mucosa nasal
    previa a la intubación nasotraqueal.

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