- Concepto de
droga - Definición /
origen - Historia
- Estructura
química - Características del
clorhidrato de cocaína - Acción
bioquímica - Capacidad
adictógena - Síndrome
de abstinencia - Formas de
abuso - Acciones
farmacológicas - Psicopatología
- Programas para
la desintoxicación de la
cocaína - Antagonistas
dopaminérgicos antidepresivos - Otros
antidepresivos - Otros
tratamientos farmacológicos - Psicoterapia
vs farmacoterapia - Conclusiones
- Bibliografía
Fue durante el año 1859, el científico
alemán de la Universidad de
Gotinga, Albert Niemann, aisló el alcaloide principal de
la coca: la cocaína. En el proceso
utilizó básicamente alcohol,
ácido sulfúrico bicarbonato sódico y
éter. Comercializándose rápidamente como
alimento para los nervios y como forma inofensiva de curar la
tristeza, tensor de las cuerdas vocales se empleaba por los
artistas del Bel canto e incluso una década más
tarde se atribuía a su uso por parte de las mujeres el
otorgarles "sempiterna vitalidad y hermosura".
Entre 1863 y 1865, un químico austriaco, Wilhem
Lossen, descubrió la fórmula bruta de la cocaína.
Los cuatro elementos del alcaloide son el carbono, el
nitrógeno, el oxigeno y el
hidrógeno: C17 H21
O4 N. Muy pronto y sobre la base de los
conocimientos previos que se tenían sobre las hojas de
coca, la cocaína llega a alcanzar un prestigio tanto
científico como social, que llevará a utilizarla
como remedio en algunas enfermedades.
Uno de los primeros usos fue la anestesia local. El
efecto de la cocaína produce acción
antifatigante, aumento de la glucosa
circulante en la sangre,
redistribución sanguínea por los diferentes lechos
sanguíneos por vasoconstricción, aumento de la
tensión arterial, incremento de la efectividad de la
contracción cardiaca y mejor ventilación pulmonar,
tanto por su efecto directo sobre el centro respiratorio como por
su efecto sobre la musculatura bronquial.
Los efectos neurofisiológicos de la sustancia
ayudan a explicar el éxito
de la cocaína entre los usuarios, pero además estos
efectos enlazan muy bien con ideales, valores y
objetivos en
relación con el éxito, prestigio, placer,
diversión,…. definidos todos ellos a partir de logros
individuales.
La cocaína es un estimulante muy poderoso, una
droga muy
seductora y ‘golosa’ como afirman algunos
consumidores. Los consumidores no son personas a las que
simplemente les engaña una ficción, una idea
abstracta e ideal que luego no existe. No necesita de una
campaña publicitaria, como ocurre con muchos productos,
para convencer de algunas de sus cualidades mágicas.
Subrayando la idea de Sissa (2000) la cocaína no necesita
de ninguna publicidad, se
vende por si sola porque sus efectos son poderosos. Por eso es
una droga.
Además de poseer una importante capacidad
adictiva, la cocaína tiene una elevada toxicidad
orgánica. Los mecanismos exactos por los que la
cocaína produce sus efectos tóxicos en humanos no
se conocen en su totalidad. pacientes atendidos en los servicios de
urgencias tras consumir cocaína y los casos de muerte
secundarios al consumo han
ido aumentando hasta multiplicarse por seis en los últimos
años. En EEUU, se contabilizaron en 1995, aproximadamente
150,000 visitas a los servicios de urgencias secundarias al
consumo de cocaína, lo que representó un 27% de
todas las urgencias por alcohol y drogas
(Samhsa, 1997). Datos mas recientes, revelan que las
urgencias por drogas de abuso representan hasta un 4% de todas
las urgencias médicas en un hospital general y la
cocaína es la segunda droga implicada después del
alcohol, datos de
Hospitales españoles. (Nogué et al.,
2001).
Las complicaciones médicas relacionadas con la
cocaína son pues, cada vez mas frecuentes y pueden afectar
a una gran variedad de órganos revistiendo distintos
niveles de gravedad y pudiendo incluso provocar la muerte.
Entre las posibles complicaciones destacan las alteraciones
cardiovasculares que incluyen arritmias, infartos agudos de
miocardio e ictus; las alteraciones neurológicas como
convulsiones y cefaleas y complicaciones gastrointestinales,
renales y pulmonares entre otras.
Los síntomas psicóticos son una de las
complicaciones más habituales producidas por el consumo de
cocaína, ya sea agudo o crónico. La psicosis del
cocainómano suele estar precedida de un periodo de
suspicacia, recelo, conductas compulsivas y ánimo
disfórico. Habitualmente cursa con un importante
componente de agresividad y agitación (Roncero J. et
al).
El concepto de
"drogodependientes moderados", introducido por ZINBERG en 1984,
hace referencia a los pacientes que realizan un uso controlado de
droga, permitiéndoles una normatividad a tiempo
parcial. Las drogas que,
según el mencionado autor, permiten ser utilizadas de ese
modo son la cocaína, otros psicoestimulantes, el alcohol y
los alucinógenos.
Consideramos que ello no descarta su capacidad
adictógena, ni la posibilidad de que todas ellas generen
dependencia física y cuadros de
privación. Sin embargo sabemos que todas provocan un
"deseo" de volver a consumirlas, tras un primer consumo
gratificante, que puede ser o no controlable por el paciente ante
un determinado estímulo. Con el consumo reiterado se
produce la adicción psicológica, haya o no
dependencia física.
En el campo del uso de drogas existen algunas sustancias
de difícil encasillar dentro de los modelos
clásicos de sustancias adictivas debido a las
peculiaridades de su adicción. Algunos autores defienden
que toda sustancia que induce modificaciones en el ámbito
psicológico lo hace también a nivel molecular en la
actividad cerebral, por lo que, en consecuencia, todas las drogas
que actúan sobre el estado de
ánimo son adictivas físicamente aunque la
privación brusca de ellas no produzca síndrome de
abstinencia (Washton 95).
Tomando estas afirmaciones como premisas
deberíamos suponer que todas las sustancias que
actúan a nivel del sistema nervioso
central serian drogas adictivas, incluyendo todo tipo de
fármacos como los antidepresivos, neurolépticos o
los mismos psicofármacos. Premisa que, con los
conocimientos actuales en investigación psicobiológica, queda
muy lejos de ser demostrada (Llopis Llácer,
J.J.).
En ese terreno fronterizo entre la adicción y el
abuso sin dependencia se ha movido, durante muchos años,
la cocaína, creando diferentes corrientes de
opinión científica que poco a poco han ido
comprobando, lamentablemente para los consumidores, la intensa
capacidad adictiva del alcaloide principal de las hojas de
coca.
La historia nos muestra como
grandes defensores de las bondades de la cocaína, como es
el caso de S. Freud, con el
tiempo fueron cambiando su opinión respecto de la
sustancia, llegando a admitir cierto poder adictivo
a la cocaína "… pero solo en aquellos casos que
previamente presentaban morfinismo y sobre todo cuando era
utilizada por vía subcutánea".
Más llamativa resulta la descripción, publicada a principios de los
80, de lo que entendían como dependencia Van Dick y el que
fuera recopilador de los textos de Freud sobre la cocaína,
Robert Bick, en la que textualmente dicen: "… la dependencia
a cocaína intranasal se manifiesta por un patrón de
uso continuado cuando existe droga a disposición, y en una
abstinencia simple cuando no existe. El patrón de conducta es
comparable a la de muchas personas respecto de, por ejemplo, los
cacahuetes o las patatas chips. Este patrón puede
interferir con otras actividades del individuo pero
también puede considerarse como una forma de
entretenimiento." (Van Dick y Bick 1982).
Hasta hace pocos años se persiste en la idea de
la inocuidad y falta de capacidad adictiva de la sustancia y no
solo en opinión de personas más o menos entusiastas
de ella, sino también en tratados de
psiquiatría tan reputados como el Kaplan, en cuya edición
de 1980 se puede leer que la cocaína no causaría
ningún trastorno si no se utilizara más de 2
ó 3 veces a la semana, lo que equivale a restarle
importancia al potencial como droga de abuso de la sustancia y
cargar el peso de su mayor o menor uso a la "voluntad" de la
persona.
No es hasta la aparición del DSM III-R que se
conceptualiza el diagnóstico de dependencia a
cocaína. Hasta entonces los criterios diagnósticos
sólo aceptaban para la cocaína el Síndrome
de Abuso excluyendo la dependencia, para ello se basaban en que
no tenían evidencia de inducción de dependencia física,
entendida ésta como la aparición de un cuadro de
tolerancia
tras el consumo continuado, ni de síndrome de abstinencia
al interrumpir el consumo.
Aunque la definición de Abuso de sustancias del
DSM III era lo bastante amplia como para abarcar diferentes casos
de consumidores crónicos de cocaína, la
discusión se planteaba ante la presencia de un
auténtico síndrome de abstinencia siguiendo el
modelo de
privación que provocaban los depresores, condición,
en teoría,
ineludible para calificar a una sustancia como
adictiva.
Es muy debatible la potencial dependencia o
adicción de la cocaína en relación con la
aparición o no de tolerancia, definida como la necesidad
de ir incrementando paulatinamente las dosis de la sustancia para
sentir los mismos efectos que en las dosis iniciales.
La existencia de un cuadro de abstinencia clásico
no sólo es controvertida sino que claramente no se
observa. El Síndrome de Abstinencia por cocaína
aparece pero tiene una presentación, evolución y características
específicas.
El término droga permite distintas acepciones,
aunque el término más usual anteriormente era el
que hacía referencia al uso medicinal de determinadas
sustancias a la hora de tratar enfermedades. Las drogas
serían, por tanto, productos naturales o sintéticos
usados por sus propiedades terapéuticas.
Pero, actualmente, el término ha adquirido
connotaciones negativas que señalan problemas y
que anulan la anterior acepción. Clásicamente,
Kramer y Cameron prepararon para la OMS definiciones de droga que
sirven como referencia para englobar a todas las drogas. Una
droga sería cualquier sustancia que introducida en el
organismo vivo pueda modificar la estructura o
la funciones de
ese organismo.
Lo que ocurre es que desde esta definición se
abarcan multitud de productos, incluyendo comidas habituales…
En nuestro contexto se ha modificado esta definición tan
genérica para dar paso a la siguiente: Droga sería
aquella sustancia química que altera la
percepción, conciencia y
emociones de
un ser vivo. Esta definición también deja bastantes
huecos
Otra definición seria Droga: Son aquellas
sustancias cuyo consumo puede producir dependencia,
estimulación o depresión
del sistema nervioso
central, o que dan como resultado un trastorno en la función
del juicio, del comportamiento
o del ánimo de la persona.
El término drogas visto desde un punto de vista
estrictamente científico es principio activo, materia prima.
En ese sentido droga puede compararse formalmente dentro de la
farmacología y dentro de la medicina con
un fármaco, es decir que droga y fármaco pueden
utilizarse como sinónimos.
Los fármacos son un producto
químico empleado en el tratamiento o prevención de
enfermedades. La farmacología es la ciencia que
estudia la acción y distribución de los fármacos en el
cuerpo humano.
Los fármacos pueden elaborarse a partir de plantas, minerales,
animales, o
mediante síntesis.
Existe otra concepción que es de carácter social, según ésta
las drogas son sustancias prohibidas, nocivas para la salud, de las cuales se
abusan y que en alguna forma traen un perjuicio individual y
social.
Como se ve, un elemento importante es la intencionalidad
y el propósito de alterarse mentalmente en algunas de las
formas, ya sea deprimiéndose, alucinándose o
estimulándose. Luego nos queda el problema dónde
actúan estas sustancias, ya que todas estas drogas tienen
un elemento básico en el organismo que es el sistema nervioso
central el cual es la estructura más delicada y más
importante que tiene el ser humano, y si estas sustancias
actúan sobre esas estructuras
dañándolas, perjudicándolas, indudablemente
que van constituir un elemento grave y peligroso para la
colectividad; para la salud individual y lógicamente para
la salud
pública.
Se considero después de drogas que causan
dependencia, que serían aquellas drogas que, en su
acción recíproca con el organismo, puedan producir
un estado de
dependencia física y/o psicológica.
Entenderíamos por dependencia psicológica:
efecto producido por una sensación de bienestar que
impulsa a repetir de forma continuada la ingesta de una
determinada sustancia para producir placer o para reducir/evitar
un malestar.
Entenderíamos por dependencia física un
estado de adaptación del organismo que necesita un nivel
de una sustancia para su funcionamiento normal y que se
manifiesta por la aparición de trastornos físicos
muy intensos que tienen características muy distintas,
según el tipo de sustancia, al interrumpir la
administración de esa sustancia.
Las características de la Familia de
las eritroxiláceas: Árboles, arbustos o
subarbustos, de hojas simples, enteras, pecioladas,
comúnmente alternas. Flores pequeñas,
frecuentemente heterostiladas, actinomorfas, hermafroditas,
solitarias, geminadas o dispuestas en fascículos axilares.
Cáliz de 5 sépalos de prefloración
imbricada, persistentes. Pétalos 5, libres, caedizos, de
prefloración imbricada, provistos interiormente de
apéndices o lengüetas. Estambres 10, dispuestos
alrededor del ovario; filamentos filiformes, unidos entre
sí en la base, formando un tubo corto; anteras bitecas, de
dehiscencia longitudinal. Ovario súpero, 3-4-locular, por
lo común con un solo lóculo fértil
1-2-ovulado; estilos 3, libres o coherentes; estigmas capitados.
Fruto drupa. Un género y
alrededor de 200 especies originarias en su mayoría de las
regiones cálidas de Sudamérica.
Caracteres similares a los de la familia. (Del
griego erythros, rojo y xylon, madera.)
Erythroxylon coca Lam. COCA. – Arbusto muy
ramificado, con la corteza blanquecina. Hojas alternas, simples,
pecioladas, enteras, elípticas o aovadas, agudas u
obtusas, de 3-7 cm de largo, verde brillantes en la cara
superior, más claras o amarillentas en la inferior,
provistas de dos líneas longitudinales conniventes en
ambas extremidades (las cuales les dan una
característica original y el modo de identificar sin error
la hoja de coca).
Flores pequeñas, amarillentas, pedunculadas,
perfumadas, solitarias, en cimas o fascículos axilares
(Fig. Nº 1). Fruto drupa roja, de unos 10 mm de largo. Es la
coca de Bolivia.
Parece ser que es originaria de los valles de los Andes peruanos,
situada a elevada altitud. Esta especie es la principal (se
cultiva en Perú en las provincias de Cuzco y de Huanuco,
así como en Bolivia en la provincia de Cochabamba,
región de Yunga)(Bruneton J.). Se reproduce por semillas.
De sus hojas se extrae la cocaína, alcaloide muy utilizado
en medicina, siendo además empleadas como masticatorio por
los nativos. No se han registrado cultivos en la Argentina (
Dimitri M. J. ).
Crece en Bolivia y Perú. En la India,
Java y
Ceilán se cultiva una variedad que produce un alcaloide,
la tropacocaína, emparentado con la
cocaína.
E. novogranatense var. Truxillense (Rusby)
Machado: coca de Perú o coca de Trujillo ( o de Truxillo).
Es la especie más aromática. Las hojas son
más pequeñas y muy verdes. Igual que la especie
anterior, el hábitat, los procedimientos de
cultivo, y los microclimas locales, influyen en gran medida sobre
la morfología.
E. novogranatense (Moris) Hieron. Fue
inicialmente descrita como una variedad de E. Coca, su nombre
específico recuerda que es originaria de Colombia
(antiguamente Nueva Granada). Esta especie fue introducida en
Java.
Las hojas de coca son masticadas en estado crudo por los
habitantes del norte Argentino, Bolivia y Perú, para dar
alivio a la dura vida de la región -caracterizada por
la pobreza y
la desnutrición-, por su efecto de
anestésico local actúa como un paliativo del hambre
al tapizar las mucosas estomacales anulando la segregación
de jugos gástricos y la sed, de esa forma la
mayoría de los indígenas de la Puna Americana
mueren a la temprana edad de 40 a 45 años, es euforizante
y contraria a la fatiga psíquica.
Las propiedades anestésicas de la cocaína,
hecho trascendente en el campo de la cirugía, fueron
descubiertas en 1882 por K. Koller y 5. Freud, el creador del
psicoanálisis.
Cuando se empezaron a difundir sus efectos euforizantes,
en 1885, se generalizó su uso. Por su rápida
acción, la cocaína se inhala o se inyecta con fines
hedonistas. Produce excitación tipo alcohólica o de
ebrio, ideativa y motriz, una sensación placentera,
locuacidad, lucidez, hiperideación, ansiedad, aumento de
la actividad muscular ("prurito de movimiento") y
alivio de la sensación de cansancio. A la media hora de su
ingestión, la lasitud remplaza a la exaltación del
comienzo.
Puede manifestarse temblor, aumento de los reflejos,
convulsiones y crisis
epilépticas.
El atractivo de sus propiedades euforizantes y
estimulantes y la facilidad de su manejo favorecen el consumo. La
cocaína aumenta la capacidad psíquica y el erotismo
y disminuye las inhibiciones. Se utilizó en forma
desmedida durante la belle epoque, en cabaret y clubes
nocturnos, por lo que se la asocia con la violencia y
las orgías.
El consumidor
habitual, pronto comienza a experimentar sus efectos negativos:
falta de apetito, insomnio, adelgazamiento, alucinaciones
visuales liliputienses (el sujeto ve personas o animales muy
pequeños que se mueven bajo su piel),
delirio, impotencia, desviaciones sexuales, pérdida del
pudor, inestabilidad emotiva, pérdida de la capacidad
psíquica.
La tradición incaica indica que fueron Manco
Cápac y Mama Ocilo, los fundadores del Imperio Incaico,
quienes introdujeron "la planta de las plantas", aunque
también se piensa que pudo ser traída desde
Colombia por indígenas desplazados.
Zárate, médico español
que actuó en América, escribió en 1555: "En
determinados valles crece la planta llamada coca, que los indios
aprecian más que el oro y la
plata; el misterio de esta planta consiste en que quien lleva
siempre algunas hojas en la boca no siente jamás
frío, ni hambre, ni sed."
El coquero hace con las hojas, en la boca, un bolo
(acullico, piccho o chaccha), que alcaliniza con cal viva para
favorecer la disolución del principio activo. Lo mastica
(cocar o acullicar) mientras está jugoso, aproximadamente
durante tres horas. A veces calculan en "cocadas" las distancias
que deben recorrer.
En el siglo XVl, el II Concilio de Lima prohibió
su consumo so pena de excomunión, pero siguió
siendo utilizada por los naturales. En 1569 un Real Decreto (la
famosa y diabólica inquisición) estableció
que la masticación de coca era "idolatría y obra
del diablo" (una verdadera incongruencia
histórica).
Relata José D'Acosta, en 1590, en su Historia
natural y moral de las
Indias: "Usaban la coca como cosa regia y apetitosa; era lo
que más ofrecían en sus sacrificios,
quemándola en honra de sus ídolos."
El historiador William Prescott, en 1843,
escribía: "Con una pequeña provisión de coca
en el bolsillo y un puñado de maíz
asado, el indio peruano hace día tras día sin
fatiga sus cansados viajes, o al
menos sin quejarse. La nutrición misma, aun
la más fortificante, le es menos agradable que su
narcótico favorito."
En 1846, el explorador y naturalista suizo J. J. Tschudi
dio una detallada descripción del consumo: "Todos los
indios llevan enganchado a la cintura un saco de cuero, al que
llaman huallqui o chuspa, en el que, además de una
provisión de hojas, guardan una calabaza, a menudo
finamente esculpida (ischujuru), que contiene cal viva
pulverizada.
Tres veces al día como mínimo, cuatro en
la mayoría de los casos, los indígenas dejan de
trabajar y se dedican a masticar coca (cocar o acullicar). Sacan
las hojas del huallqui cuidadosamente, una por una, quitan los
nervios y cortan la hoja en varios trozos que se introducen
sucesivamente en la boca, mascándolos hasta formar
detrás de los molares un bolo bastante voluminoso
(accullico); luego toman un tallo delgado y humedecido en cal
viva y lo llevan a la pastilla que tienen en la boca, a la que se
adhiere el polvo que trasporta. Repiten la acción hasta
que obtienen el punto deseado. La saliva, cuya secreción
se hace muy abundante, se mezcla con el jugo verde de las hojas;
solo se escupe en parte, tragándose la
mayoría."
Con referencia a los coqueros dice: "Se los conoce por
su andar incierto y vacilante, su carne fofa, de un gris
amarillo; sus ojos hundidos y sin brillo; sus profundas ojeras
azuladas; sus labios trémulos; sus discursos
incoherentes, su indolencia y su apatía. Apenas llegados a
la plenitud de la edad, ya tienen aspecto de ancianos, y, si
llegan a la vejez, la
imbecilidad es la consecuencia de su pasión
desenfrenada."
El químico Mariani importó hojas de coca y
elaboró vino, elixir, pastillas, té y tabletas a
los que dio su nombre y que lograron fama y popularidad en toda
Europa.
Después de obtenido su principio activo, la
cocaína, comenzó la difusión de la
toxicomanía. El médico W. H. Bentley expresó
en 1880: "Yo sé por qué algunos médicos
dicen que la cocaína no produce hábito. Es que no
basta ni con una ni con dos dosis. Hay que continuar hasta que la
droga empieza a gustar, hasta que se espera con ansia el momento
de tomaría, hasta que no se puede esperar la llegada de
ese momento. Y cuando llega ese instante, la cocaína
domina con más fuerza que la
morfina. He venido a decirles lo que es ese hábito. Y ante
Dios, señores, yo les digo que lo sé. Lo sé
porque soy cocainómano y no puedo dominarme."
En 1889, Valentín Magnan, psiquiatra
francés, publica sus Observaciones sobre las
alucinaciones táctiles, características de la
cocainomanía y conocidas desde entonces como signo de
Magnan. Los drogados tienen la sensación de que
pequeños animales, a veces de colores, les
recorren la piel. Los trastornos sensoriales pueden alcanzar tal
magnitud que algunos pacientes llegan a herirse, en su
afán de dar caza a los animales imaginarios.
En Francia, la
cocainomanía hizo estragos a partir de 1912. Se la ha
considerado el vicio femenino por excelencia,
denominándosela "coco". Las encargadas de los guardarropas
de cabarés y clubes nocturnos ofrecían a la
clientela hermosas bolsitas conteniendo cocaína con los
atrayentes nombres de "coco universal" o de "ídolo
universal". Según G. Gulíain, en 1912, la mitad de
las prostitutas de Montmartre eran cocainómanas y el vicio
se extendía a los homosexuales.
Los propios laboratorios promocionaban la droga enviando
cartas a la
población: "Si se siente abatido y
pesimista no pierda tiempo, sea feliz. Escriba y a vuelta de
correo le mandaremos un alcaloide que le evitará los
sufrimientos."
En 1924 existían en París 80.000
cocainómanos, según la estimación policial.
Los five o'clock coco eran tan "in" como los actuales
LSD parties en opinión de Varenne.
El núcleo tropánico es un heterociclo
nitrogenado bicíclico: El 8-aza biciclo (3,2,1) octano. El
número de alcaloides derivados de este esqueleto, es
bastante escaso y su distribución muy reducida:
Solanaceas, Eritroxiláceas y esporádicamente en
algunas Convolvuláceas, Proteáceos,
Euforbiáceas y Rizoforáceas.
Fig Nº3
Núcleo Tropánico Visto en 3 D (Elbaum
J.H.)
La característica fundamental de los alcaloides
tropánicos, es la de ser ésteres de un ácido
orgánico variable, y de un alcohol unido a un
3-tropanol, el 3-α-tropanol (tropanol) o al
3-β-tropanol (pseudotropanol).
En estas moléculas, el grupo
N-metílico se encuentra en posición ecuatorial y el
ciclo piperidínico, adopta una configuración en
«silla». La configuración en 3 del tropanol y
del pseudotropanol, se deduce del examen del comportamiento de
algunos de sus derivados, y ha sido confirmada, por la diferencia
de velocidad de
hidrólisis de sus benzoatos. Así, el clorhidrato de
N-acetil norpseudotropanol, se reagrupa, vía una oxacina,
en un dérivado O-acetilado y este reagrupamiento no es
posible en el caso del tropanol (Fig.Nº4). Estos alcoholes son
ópticamente inactivos: son formas meso y los dos carbonos
de unión son de quiralidad opuesta.
Los derivados del 3-β-tropanol del
tipo de la ecgonina, son especνficos de las
Eritroxilaceas, mientras que los que tienen la función
alcohólica secundaria en 3-α como el tropanol (Fig.
Nº 4), el escopanol (= 6,7-epoxi tropanol) y derivados
semejantes, son característicos -pero no exclusivos- de
las Solanaceas.
Los ácidos
orgánicos que esterifican estos alcoholes (Fig.Nº 5),
ya sean ácidos alifáticos de pequeño peso
molecular como el ácido 3-metil butírico
(Fig.Nº 5), o el ácido (2E) 2-metil butenoico (=
ácido tíglico) o bien sean ácidos
aromáticos de C6 –C1 como el
ácido benzoico o, de C6-C3 como el
ácido cinámico, o el ácido (R)
α-hidroxi
β-fenilpropiσnico (Fig.Nº 5), o
incluso el ácido (S)-(-)-trópico.
Los principales alcaloides encontrados, son por tanto,
ésteres de estos ácidos y de los tropanoles. A
veces, aunque raramente, son ésteres de ácidos
dimerizados (las truxilinas de la coca) y excepcionalmente
pueden poseer una estructura monocíclica (secotropanos de
los Physalis), incluso una estructura pirónica
(bellendina de algunas Proteaceas) (Fig. Nº 6).
Fig. Nº 7
Cocaína Formula 3D esferas (Elbaum
J.H.)
Estos alcaloides ésteres, son especialmente
frágiles. Así la (-)-hiosciamina (Fig.Nº 8),
se transforma rápidamente -tanto en medio ácido
como en medio alcalino- en tropanol y en ácido
(-)-trópico (Fig.Nº 8), el cual por
deshidratación intramolecular, se convierte en
ácido, ópticamente inactivo.
En el caso de la escopolamina también llamada
hioscina por autores anglosajones), la hidrólisis
ácida o alcalina conduce al ácido
(-)-trópico o o al ácido (±)-trópico
y a la oscina compuesto ópticamente inactivo, que se
desdobla al estado de benzoatos. En las condiciones suaves de una
hidrólisis enzimática, se produce escopanol (o
escopina) (Fig.Nº 8), que por vía química se
transforma fácilmente en oscina.
Por lo que respecta a la cocaína, se hidroliza en
ecgonina, metanol y ácido benzoico: y si la
hidrólisis es controlada, puede formarse
benzoilecgonina.
Los alcaloides ópticamente activos como la
hiosciamina, se racemizan con facilidad, siendo suficiente un
tratamiento a reflujo con cloroformo para transformarla en
atropina. Sobre la atropina, aunque haya sido descrita a menudo y
en varios vegetales, es necesario preguntarse si en todos los
casos conocidos, se trata realmente de un producto
natural.
Biosíntesis de los
alcaloides tropánicos
Los alcaloides tropánicos se forman a partir de
varios precursores:
De la fenilalanina, en el caso de los ácidos
aromáticos de C6-C1 o de
C6-C3 y de aminoácidos como la
leucina o la isoleucina, en el caso de los ácidos de
C5.
De la ornitina, en el caso del heterociclo
tropánico, siendo los carbonos complementarios aportados
por el acetato (carbonos 2, 3 y 4) o por la S-adenosil metionina
(el N-metilo).
La metilación del nitrógeno de la ornitina
se origina en una etapa inicial, y como ya se ha mencionado, la
incorporación del aminoácido no es
simétrica. La etapa clave de la biosíntesis es finalmente el ataque
nucleófilo del anión acetoacetato sobre el ion
pirrol idinium.
Fig. Nº 9
– Origen del Núcleo
tropánico
Se ha demostrado por marcaje, que el precursor de este
ácido es la fenilalanina. Marcando doblemente con
13C los carbonos 1 y 3, y registrando a la vez los
espectros de RMN de '3C del ácido
trópico obtenido, se ha demostrado que el reagrupamiento
es intramolecular, lo que podría implicar un intermediario
con ciclo oxiránico.
Fig. Nº
10 Origen del Ácido Trópico
Caracterización de
alcaloides con núcleo tropánico
Los alcaloides ésteres del ácido
trópico, se caracterizan fácilmente por la
reacción de Vitali-Morin: después de tratar con
ácido nítrico fumante y tomar el residuo con
acetona, se desarrolla una coloración violeta oscuro, en
presencia de potasa alcohólica.
Los alcaloides pueden también detectarse por CCD
(cromatografía en capa delgada), pero este
método no
distingue los isómeros ópticamente activos de los
racémicos. Se pueden obtener buenas separaciones por CG y
por CLAR en fase reversa.
Se pueden realizar diversos tipos de valoración:
acidimétrica, protométrica en medio no acuoso y
colorimétrica, realizando previamente una nitración
y una reducción (ZnIClH) el producto es diazotado y
acoplado a la etilenodiamina.
Fig. Nº
11 – Cocaína Formulas en 3D (Elbaum
J.H.)
Fig. Nº
10 – Biosíntesis de la Molécula de Cocaína
en la Planta
Fig. Nº
11 – Vía Biosintética del
Shikímico
Se han detectado trazas de aceite
esencial, taninos y flavonoides. Por consiguiente, estas son
derivados fenilpropenoicos, grupos de
sustancias típicas vegetales que están relacionadas
con el metabolismo de
otras más generales, como la tirosina y la fenilalanina y
demás aminoácidos aromáticos, cuyas rutas
bioquímicas se basan en la vía del ácido
shikímico (Fig.Nº 11) que al formar el fenil piruvato
y luego el benzoil –CoA (ácido tropánico), se
une al núcleo tropánico para formar la
cocaína. Que se inicia con metabolitos primarios
tan importantes como el ácido pirúvico
(resultado final de la glucólisis) y la
eritrosa-4-P.
CARACTERÍSTICAS DEL CLORHIDRATO DE
COCAÍNA
Chlorhydratum cocaine
C17H2104N,Cl H
Peso Molecular.: 339,82
El clorhidrato de cocaína contiene no menos de 99
por ciento de C17H2104N,C1H,
calculado para la sustancia desecada.
Caracteres generales. – Cristales incoloros, o
polvo cristalino, blanco; inodoro o con suave olor benzoico; con
sabor amargo y produciendo insensibilidad pasajera de la lengua.
Soluble en menos de su peso de agua
destilada, fácilmente soluble en alcohol; soluble en
cloroformo y en glicerina; insoluble en éter y en aceites
vegetales.
Ensayos de indentificación. –
Agréguense a 1 mililitro de la solución de
clorhidrato de cocaína al 1 por ciento, P/V, una o dos
gotas de una solución al 3 por ciento, P/V, de bicromato
de potasio: se formará un precípitado de color amarillo,
que se disuelve agitando la mezcla, pero precipita nuevamente por
adición de algunas gotas de ácido
clorhídrico, formando un precipitado cristalino permanente
de color anaranjado.
Agréguese a 0,1 gramo de clorhidrato de
cocaína, 1 mililitro de ácido sulfúrico;
llévese a un B.M. durante algunos minutos, y
añádanse con sumo cuidado, 2 mililitros de agua
destilada: deberá percibirse el olor aromático de
benzoato de metilo y luego, por enfriamiento del líquido,
se formarán pequeños cristales de ácido
benzoico.
Disuélvase 0,05 gramo de clorhidrato de
cocaína en 1,5 mililitros de agua destilada:
agréguense 8,5 mililitros de solución de sulfato de
aluminio y de
potasio (R) y 5 mililitros de solución de permanganato de
potasio (R), y agítese rápidamente durante algunos
segundos: deberán formarse cristales rectangulares de
color violado, característicos.
Añádanse a 2 mililitros de una
solución al 5 por ciento, P/V, de clorhidrato de
cocaína, 0.5 mililitro de amoníaco diluido
(R) y extráigase el alcaloide con 10 mililitros de
éter: sepárese este último:
deshidrátese por agregado de sulfato de sodio anhidro y
fíltrese.
Evapórese el liquido etéreo y
séquese el residuo. cristalino en un desecador: el residuo
obtenido, deberá fundir a unos 97º.
La absorción de la luz, en la
región del espectro comprendida entre 230 y 350
milimicrones, de una solución al 0,001 por ciento, P/V, de
clorhidrato de cocaína, en Solución 0,1 N de
ácido clorhídrico, en celda de 2 centímetros
de espesor presenta únicamente un máximo bien
definido a unos 233 milimicrones, y una extinción
E, alrededor de 0,78 a la misma longitud de
onda.
La solución de clorhidrato de cocaína,
deberá responder a los ensayos para
los cloruros.
Ensayos de pureza. – Disuélvase 0,5
gramo de clorhidrato de cocaína, en 10 mililitros de agua
destilada recientemente hervida y enfriada, y agréguese
una gota de solución de rojo de metilo (R), como
indicador: no deberá gastarse más de 0,5 mililitro
de solución 0,02 N de hidróxido de sodio para su
neutralización (acidez).
Punto de fusión: no
menor de 197º, previo calentamiento del baño a
193º.
El poder rotatorio específico, a 25º, de una
solución al 2 por ciento, P/V, de clorhidrato de
cocaína previamente desecado, no deberá ser menor
de –71º ni mayor de –73º.
Disuélvase 0,5 gramo de clorhidrato de
cocaína, en 5 mililitros de ácido
sulfúrico: el color de la solución no deberá
ser más intenso que el del Líquido de
Comparación F (sustancias fácilmente
carbonizables).
En un tubo de ensayo, lavado
previamente con mezcla sulfo-crómica (R) y enjuagado
después con agua destilada, mézclense 5
mililitros de una solución de clorhidrato de
cocaína al 2 por ciento, P/V, con cinco gotas de
solución N de ácido sulfúrico y 0,1
mililitro de solución 0,1 N de permanganato de
potasio: deberá obtenerse una solución
límpida de color violado, que no deberá decolorarse
completamente en el intervalo de treinta minutos, cuando se la
mantiene a una temperatura no
mayor de 200, al abrigo del polvo y de la luz (sustancias
reductoras y cinamilcocaína).
Disuélvase 0,1 gramo de clorhidrato de
cocaína en 100 mililitros de agua destilada;
agréguese 0,2 mililitro de amoníaco y
agítese fuertemente durante cinco minutos, frotando, de
cuando en cuando, las paredes del recipiente con una varilla de
vidrio: se
producirá un enturbiamiento y después de quince
minutos, un precipitado cristalino de cocaína,
permaneciendo límpido el líquido sobrenadante
(iso-atropilcocaína).
Por desecación en presencia de gel de
sílice durante tres horas, no deberá perder
más de 1 por ciento de su peso.
Por incineración no deberá dejar
más de 0,1 por ciento de residuo.
Valoración. – Pésese exactamente
alrededor de 0,5 gramo de clorhidrato de cocaína
previamente desecado, y disuélvase en una mezcla de 40
mililitros de ácido acético y 10 mililitros de
solución acética de acetato de mercurio (R).
Agréguense dos gotas de rojo de quinaldina (R), como
indicador, y valórese con solución 0,1 N de
ácido perclórico. Efectúese un ensayo en
blanco con todos los reactivos, usados en las mismas condiciones
y corríjase la valoración anterior.
Cada mililitro de solución 0,1 N de ácido
perclórico equivale a 0,03398 gramo de
C17H2104N,CIH.
Conservación. – En recipientes de cierre
perfecto. (Farmacopea Argentina VI Ed. Pag.263-264)
La cocaína es una base débil con un pKa de
8.6. En su forma básica, tanto en sangre como en el humo
del tabaco que llega
a los pulmones, la cocaína atraviesa las membranas
celulares de forma rápida y eficazmente. Atraviesa la
barrera hematoencefálica: esnifada o administrada por
vía intravenosa se encuentran niveles de cocaína en
el cerebro en 30
segundos, mientras que fumada sólo tarda 5 segundos en
tener efectos centrales.
Absorción: La cantidad relativa de
cocaína que se absorbe a nivel sistémico depende
fundamentalmente de la vía de administración.
La absorción por la mucosa nasal después
de esnifar y la absorción a través del
tracto digestivo después de su administración oral es similar y
mucho más lenta que después de fumar o
después de la administración
intravenosa.
El pico plasmático se produce normalmente a los
60 minutos después de la administración nasal u
oral; aunque como en otros parámetros de la
cinética de la cocaína, la variabilidad individual
es muy grande, con intervalos de 30 a 120 minutos. La
biodisponibilidad nasal u oral es de un 30-40%, aunque la
variabilidad es mayor para la vía oral.
Al igual que ocurre con la nicotina del tabaco, la
biodisponibilidad de la cocaína fumada varía
entre un 10 a 20%, siendo el porcentaje menor la más
común. Cuando hacemos determinaciones urinarias de
metabolitos de cocaína como seguimiento de tratamientos,
debemos tener en cuenta que la cocaína fumada presenta una
biodisponibilidad baja y variable.
Las concentraciones máximas venosas y arteriales
después de las diferentes administraciones varía
enormemente. No sólo depende de las dosis y de las
vías de administración sino también de la
frecuencia de las inyecciones. El rango de las dosis de
cocaína normalmente varían entre 0.2 a 3 o 4 mg/Kg,
dependiendo de la vía de administración, sin
embargo las concentraciones plasmáticas máximas
varían en un rango entre 50 a 2000 ng/ml o mayor
dependiendo de la vía de administración y de la
frecuencia de las inyecciones.
Distribución: La cocaína
después de ser administrada, es distribuida ampliamente
por todo el organismo. El volumen de
distribución varía entre 1.5 a 2 L/Kg (57% por
vía oral y aproximadamente 70% fumada).
Metabolismo: La cocaína es
rápidamente metabolizada, generalmente por
hidrólisis enzimática para producir benzoilecgonina
(BE), ecgonina metil ester y posteriormente ecgonina. En un 1-5%
se excreta por la orina sin cambios.
La hidrólisis a benzoilecgonina se produce en un
45% de una dosis administrada; porcentaje similar a la
hidrólisis a ecgonina metil ester. Ninguno de los dos
metabolitos poseen actividad biológica significativa en
humanos. La norcocaína nitróxido y otros radicales
libres son metabolitos potencialmente activos, pero se producen
en pequeñas cantidades que generalmente no representan
cantidades farmacológicamente significativas en
clínica humana.
Cuando la cocaína se fuma, la droga se
piroliza a una serie de compuestos químicos dependiendo de
la temperatura. El principal metabolito es la anhidroecgonina
metil ester (AEME), también conocida como metil
ecgonidina.
AEME es farmacológicamente activo en animales,
sin embargo en humanos existen muy pocos trabajos y no se conoce
con exactitud su perfil farmacológico (podría tener
efectos inotrópicos negativos). AEME se puede determinar
en orina, incluso después de que se hayan fumado
pequeñas cantidades; sin embargo este metabolito no
aparece cuando la cocaína se esnifa o se administra
por vía intravenosa. Por tanto, su interés
radica fundamentalmente en el control urinario
de consumo de cocaina fumada en pacientes en tratamientos de
desintoxicación.
La benzoilecgonina es el metabolito que se detecta en
orina, más utilizado para monitorizar los tratamientos.
Puede ser detectada en orina 3-4 días después del
último consumo y por supuesto dependerá de la
cantidad de cocaína consumida y del valor de corte
que se establezca o de la sensibilidad de la prueba.
La vía de administración también
influye en la cantidad de BE que se detecta en plasma y que se
eliminará a través de la orina. En general, se
puede decir que las máximas concentraciones y la mayor
área bajo la curva se produce después de
administraciones nasales u orales. Cuando la
cocaína se fuma, aunque los efectos que se producen
son mucho más intensos y precoces, la cantidad absorbida
es menor y por tanto las concentraciones de BE en plasma son
también menores.
Eliminación: El aclaramiento de la
cocaína es muy rápido, variando entre 20 a 30
ml/min/Kg. La semivida plasmática es, de nuevo, variable
con intervalos de 1 a 1.5 horas. La benzoilecgonina presenta una
semivida plasmática de 6-8 horas y la ecgonina metil ester
de 3-8 horas.
La cocaína se comporta como una amina
simpaticomimética de acción indirecta, es decir, es
capaz de remedar las acciones de
las catecolaminas no actuando directamente sobre los receptores
adrenérgicos o dopaminérgicos, sino aumentando la
disponibilidad del neurotransmisor en la hendidura
sináptica.
La cocaína es un inhibidor de los procesos de
recaptación tipo I (recaptación de noradrenalina y
dopamina desde el intersticio sináptico la terminal
presináptica; lo que facilita la acumulación de
noradrenalina o dopamina en la hendidura
sináptica.
Estructura de una sinapsis. En una sinapsis, los
mensajes se transmiten a través de la hendidura
sináptica por medio de mensajeros químicos
conocidos como neurotransmisores. Cuando una señal
eléctrica llega a la membrana presináptica de la
terminal axónica, las vesículas sinápticas
liberan el neurotransmisor que contienen.
A continuación, este neurotransmisor difunde a
través de la hendidura sináptica y se une a su
receptor, desencadenando un cambio
conformacional en el receptor que permite la entrada de cationes
en la célula
postsináptica. Este flujo iónico conduce a la
variación de las propiedades eléctricas de la
membrana postsináptica.
(Dibujado por Lisa Shoemaker. Rawn) (Fig. Nº
12).
El aumento de la biodisponibilidad de dopamina por la
inhibición de la recaptación tipo I media la
euforia que produce la cocaína y parece que está
implicada en el mecanismo de adicción. El consumo
crónico de cocaína también produce cambios
en la disponibilidad de la dopamina.
En los estos últimos años se ha implicado
al transportador de la recaptación de dopamina no
sólo en las acciones conductuales sino también en
las acciones bioquímicas de la cocaína. El
transportador de la recaptación de dopamina controla los
niveles de este neurotransmisor a nivel del intersticio
sináptica ya que incorpora rápidamente a la
terminal presináptica la dopamina liberada.
En ratones genéticamente deficientes estudiados
en laboratorio,
en este transportador, la administración de cocaína
no produce efectos conductuales ni bioquímicos. Por tanto,
parece que dicho transportador es necesario para la acción
farmacológica de la cocaína ya que al bloquearlo,
uniéndose de manera específica y con gran afinidad,
inhibiría la recaptación
dopaminérgica.
La noradrenalina en exceso que se produce por
acción de la cocaína, es el responsable de la
mayoría de los efectos farmacológicos y de las
complicaciones agudas de la cocaína (aumento de presión
arterial, dilatación pupilar, sudoración, temblor
). Esta acción simpaticomimética se manifiesta en
la vasoconstricción, hipertensión, estimulación
cardíaca (peligrosa), excitación simpática
seguida de depresión y crisis epileptoides
La cocaína también bloquea la
reabsorción de noradrenalina y de serotonina en la
sinapsis, por lo que posee una acción adrenérgica,
actuando sobre los centros hipotalámicos que excitan el SN
simpático y el consumo crónico de esta sustancia
produce cambios en estos neurotransmisores con una
disminución de la biodisponibilidad que se refleja en la
disminución de los metabolitos
3-metoxi-4-hidroxifenetilenglicol (MHPG) y ácido
5-hidroxiindolacético (5-HIAA). Estos efectos sobre la
neurotransmisión catecolaminérgica y
serotoninérgica constituyen, asímismo, la base de
su mecanismo de acción como droga dependiente.
Pasando a otra efecto, es conocido que la cocaína
fue el primer anestésico local utilizado en
clínica.
Desde entonces, se han sintetizado un número
importante de estos agentes, el primero de los cuales fue la
procaína (novocaína) en 1905. La cocaína
comparte con todos estos compuestos el mecanismo de acción
anestésica local, estabiliza la membrana de la fibra
nerviosa, taponando los canales específicos de Na, lo que
bloquea la permeabilidad de aquellos iones, lo que produce un
bloqueo de la conducción nerviosa.
Las soluciones de
cocaína utilizadas en clínica, únicamente
para anestesia tópica, varían del 1 al 10 %. Aunque
ha sido sustituida por fármacos más manejables y
con menos efectos secundarios, se utilizó en anestesia
oftálmica y en anestesia tópica de la mucosa nasal
previa a la intubación nasotraqueal.
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