- Estímulos
mecánicos - Algo sobre la
piel - ¿Qué pasa cuando
tocamos algo? - Otro tipo de
estímulos - Enfermedades o
defectos - Anexos
- Conclusión
- Bibliografía
EL SENTIDO del tacto comprende la percepción
de estímulos mecánicos que incluyen contacto,
presión
y golpeo.
El estímulo mecánico consiste en la
aplicación de una fuerza sobre
la superficie que envuelve al cuerpo.
Supóngase que tocamos una mesa con un dedo. En
este proceso
nuestro dedo ejerce una fuerza sobre la mesa. De acuerdo con la
tercera ley de Newton de la
mecánica, la mesa reacciona y ejerce a su
vez una fuerza sobre nuestro dedo que es un estímulo
mecánico.
Ahora bien, resulta que el cuerpo es sensible no
solamente a la magnitud de la fuerza que se aplica sobre
él, sino que también lo es a la presión que
ejerce esta fuerza aplicada. Como se recordará
(véase la sección V.3) la presión que
experimenta una superficie cuando se aplica sobre ella una fuerza
es igual a la de la fuerza dividida entre el valor del
área de la superficie.
Es decir, la presión es igual a la fuerza que se
ejerce sobre cada centímetro cuadrado de superficie. Esto
implica que el sentido del tacto nos permite distinguir no
solamente la magnitud de una fuerza que se aplica sobre nosotros,
sino también la forma en que la fuerza está
distribuida sobre la superficie de nuestro cuerpo.
La aplicación de una fuerza sobre la piel puede
ocurrir de diversas maneras, por ejemplo cuando sopla el viento
sobre nuestro cuerpo. En este caso, las partículas que
componen al viento se mueven y al chocar contra nuestro cuerpo
ejercen una fuerza, es decir, se genera un estímulo
mecánico.
Los estímulos mecánicos que nuestro cuerpo
experimenta se aplican sobre la piel que nos cubre, que es el
órgano sensorial del tacto. En este capítulo
describiremos algunos elementos de la estructura de
la piel que son de importancia en la percepción
táctil.
La mayor parte del cuerpo humano
está cubierto de piel que lleva pelos o vellos. En algunas
zonas del cuerpo éstos son tan finos que no se ven a
simple vista. Algunas de las partes del cuerpo que no tienen
pelos son las palmas de las manos, las plantas de los
pies, los labios, etcétera.
Forma
en que un pelo está inserto dentro de la
piel.
Debajo de la piel se
encuentran terminaciones nerviosas que en general están
muy entrelazadas. Así, en las regiones del cuerpo que
tienen pelos, las terminaciones nerviosas rodean los tubos del
pelo, mientras que en las zonas sin pelos se forman enredos
nerviosos de formas y tamaños diversos.
Cada vello o pelo de nuestra piel es el extremo externo
de un vástago (Figura 50) que está penetrado por
muchas fibras nerviosas que lo envuelven.
En general, un nervio que tiene una terminación
en la piel no está conectado directamente con el sistema nervioso
central. Este nervio tiene muchas ramificaciones que
están dispersas en distintas zonas de la piel. Resulta que
una porción de la piel no está "servida" por una
fibra nerviosa solamente, sino que hay una sobreposición
de diferentes fibras nerviosas. Además, cada fibra
nerviosa "sirve" a diferentes áreas de la piel.
En distintas partes de la piel la densidad de
terminaciones nerviosas es diferente. Hay lugares, como por
ejemplo las yemas de los dedos, en que la densidad es muy grande,
lo que hace que estas regiones sean muy sensibles. En otros
lugares, como por ejemplo en las espaldas, en que la densidad es
muy baja, no se tiene mucha sensibilidad.
¿QUÉ
PASA CUANDO TOCAMOS ALGO?
Cuando tocamos algún objeto con un dedo por
ejemplo, ocurre una deformación en la piel (Figura 51).
Nos damos cuenta que diferentes lugares de la piel se deforman de
maneras distintas. Por otro lado, debajo de la piel, en el
área que se ha deformado hay muchas terminaciones de
fibras nerviosas que, en general, están entremezcladas.
Cada terminación experimenta una deformación
distinta ya que unas experimentan mayor presión que
otras.
En los últimos años se ha descubierto que
la modificación en la tensión de las membranas de
las células
nerviosas origina una señal nerviosa que se transmite
finalmente hasta el cerebro. Algunos
elementos de la célula
reciben el aumento de la presión que tiene como
consecuencia el desencadenamiento de una señal nerviosa.
Este mecanismo es similar al que ocurre con las células
ciliadas del interior del oído
(véase el capítulo V).
Como ya se mencionó, también somos
sensibles al movimiento de
nuestros pelos y vellos. En este caso, lo que ocurre es lo
siguiente: al moverse el pelo o vello, por ejemplo cuando sopla
el viento, el vástago del pelo, dentro de la piel
(véase figura 50) se mueve. Pero debido a que dentro de la
vaina del vello hay muchas terminaciones nerviosas, el movimiento
del vástago aprieta, jala, empuja dichas terminaciones que
reciben entonces presiones y tensiones que, al igual que en el
caso anterior, emiten una señal nerviosa. Tenemos entonces
la sensación de un estímulo táctil.
Al apretar la piel se deforma.
Así se genera una señal nerviosa.
Las terminales nerviosas de la piel, aparte de ser
sensibles a estímulos mecánicos, también lo
son a estímulos que producen calor,
frío y dolor.
Por otro lado, distribuidas en muchos lugares dentro de
nuestro cuerpo se encuentran células que son sensibles a
estímulos mecánicos y que tienen como función
informar al cerebro sobre el estado de
la posición en que se encuentran nuestras manos, pies y
otras partes del cuerpo. Estas células se encuentran en
las uniones, en los tendones y en los músculos y al igual
que las descritas en la sección anterior dan una respuesta
al experimentar presiones o torsiones, extensiones,
etcétera.
Existen otras células análogas a las
anteriores que dan información al cerebro sobre tensiones
internas. Por ejemplo, cuando las venas y arterias experimentan
tensiones debidas a la presión de la sangre que
conducen, se emiten señales
que ayudan al sistema nervioso
a regular la presión arterial ya sea dando órdenes
de que se contraigan o expandan.
Este tipo de canales, sensibles a los cambios de
presión y de tensión, gobiernan el ritmo y magnitud
de las contracciones del corazón,
controlan el estómago, la vejiga,
etcétera.
El sentido
del tacto o sentido táctil
permite percibir cualidades de los objetos y medios como la
presión, temperatura,
aspereza o suavidad, dureza, etc.
Este sentido se halla principalmente en la piel, en la
que se encuentran diferentes clases de receptores que se encargan
de transformar los distintos tipos de estímulos del
exterior en información susceptible de ser interpretada
por el cerebro. Los principales receptores son los
corpúsculos del tacto y los corpúsculos o
discos de Merkel. Por ejemplo, los corpúsculos de
Ruffini son los encargados de percibir la
presión.
Corpúsculos de Krause
Son corpúsculos táctiles localizados en el
nivel profundo de la hipodermis, parecidos a los de Pacini,
pero más pequeños y simplificados. Es un receptor
de temperatura (frío) de los cuales hay unos 260.000
extendidos por todo el cuerpo. La sensibilidad es variable
según la región de la piel que se considere.
Además tanto el frío como el calor intensos excitan
también a los receptores del dolor. Los receptores del
calor son los corpúsculos de Ruffini y de
Vater-Pacini.
Terminaciones Nerviosas
Son receptoras del dolor y son simples terminaciones
nerviosas libres cuyas ramificaciones se extienden por la capa
profunda de la epidermis, (capa de Malphigi) habiendo
lugares en la piel donde alcanzan concentraciones de 200 unidades
por centímetro cuadrado.
Músculo Horripilador
Cada uno de los pelos de nuestro cuerpo dispone de un
músculo llamado horripilador que se inserta en
él y que, cuando se contrae, mueve al pelo
enderezándolo, con lo cual se nos pone la "carne de
gallina".
Corpúsculos de pacini
Son corpúsculos táctiles localizados en el
nivel profundo de la hipodermis. Tienen forma ovalada, de medio
milímetro de longitud aproximadamente y están
formados por capas yuxtapuestas. Los de Vater-Pacini y Ruffini
son receptores de temperatura (calor) de los cuales hay unos
35.000 extendidos por todo el cuerpo. La sensibilidad es variable
según la región de la piel que se considere.
Además, tanto el frío como el calor intensos,
excitan también a los receptores del dolor. Los receptores
del frío son los corpúsculos de Krause.
Corpúsculo de
Meissner
Son corpúsculos táctiles localizados en la
parte papilar de la dermis. Se encuentran formados por la
terminación en espiral de un axón en el interior de
una cápsula conjuntiva ovoidal. Miden entre 50 y 100
micras y son considerados sensibles a la presión y al
tacto. Estos receptores están muy desarrollados a nivel de
la punta de la lengua y de
los dedos.
Otros corpúsculos táctiles son los discos
de Merkel, formados por células epiteliales que reposan
sobre la terminación en cúpula de un
axón.
Las Glándulas
Sudoríparas
Se encuentran situadas en el tejido subcutáneo y
se abren paso mediante un conducto llamado Poro al exterior de la
piel. Su misión es
regular la temperatura del cuerpo. Existen dos tipos de
glándulas sudoríparas: Las Ecrinas que son
tubulares y se encuentran por casi toda la superficie del cuerpo.
Las Apocrinas que son grandes glándulas especializadas y
ramificadas que vacían su contenido en la parte superior
del folículo piloso en vez de hacerlo sobre la piel.
Éstas se encuentran sólo en las axilas y alrededor
del ano.
La Epidermis
Es la capa más delgada y externa no vascular de
la piel. Está constituida por cinco capas que de dentro
hacia afuera son: Capa basal, capa espinosa, capa granular, capa
clara y capa córnea. Es impermeable al agua y
resistente al rozamiento. Su grosor varía entre 0,07 y 1,4
milímetros. Las células externas forman una capa
córnea que se renueva constantemente por la
maduración progresiva de las células que proceden
de la capa germinativa inferior.
La Capa de Malphigi
Capa más profunda de la epidermis, constituida
por células mucosas muy prolíferas sobre la que
descansan las capas superiores de la Epidermis. Las nuevas
células que aquí se forman pasan a la epidermis
sustituyendo a las que van muriéndose y
desprendiéndose de la piel en forma de escamitas, caspa,
etc. Esta capa a su vez descansa sobre la Dermis.
Las Glándulas
Sebáceas
Son glándulas holocrinas de la piel que bordean
el pelo y segregan una sustancia aceitosa (el sebo) que lo
embadurna y le da flexibilidad y suavidad.
El Tejido Adiposo
Las células de tejido adiposo presentan gran
cantidad de capilares sanguíneos a su alrededor. Se
localiza principalmente en la piel y especialmente alrededor de
muslos, nalgas, mamas y abdomen. También se encuentra
rodeando algunos órganos como el corazón y los
riñones. Actúa como reserva energética del
organismo, siendo un fabuloso aislante térmico que
conserva la temperatura del cuerpo y protege numerosos
órganos actuando de colchón en choques y
caídas.
El Pelo
Consta de una parte terminal o Bulbo, porción
engrosada que bordea la papila nerviosa, y que se continúa
con la Raíz finalizando en el Tallo que es la parte que
sale al exterior. Todo él está cubierto de varias
vainas que reciben el nombre de folículo piloso. Cuando el
pelo se mueve se debe al músculo horripilador que lo
enerva. Bordeando el pelo se encuentran las glándulas
sebáceas que lo embadurnan de grasa haciéndolo
elástico y flexible.
La Dermis
Está constituida por tejido conjuntivo y podemos
dividirla en tres substratos: dermis papilar donde se
efectúa la unión con la epidermis. Presenta
numerosos entrantes (epidermis) y salientes (dermis), el tejido
de esta parte de la piel es laxo.
Luego está la dermis propiamente dicha formada
por tejido conectivo relativamente denso y por último se
encuentra la hipodermis o dermis profunda que posee un tejido
conjuntivo con numerosas células adiposas con
función de reserva energética, aislante
térmico y amortiguador de golpes.
La Hipodermis
Es la capa más profunda de la dermis que posee un
tejido conjuntivo con numerosas células adiposas las
cuales se infiltran entre las fibras y las células. Su
función es de reserva energética, aislante
térmico y amortiguador de golpes. Esta parte está
muy vascularizada presentando gran cantidad de pequeñas
venas y arterias que trasladan las sustancias alimenticias y el
oxígeno
a todas las células de la piel.
El tacto
Toda la información que recibimos a través
de los sentidos de
la vista y el oído llega al cerebro a través de las
terminaciones nerviosas. Lo mismo ocurre con la piel. La
superficie de la piel, llamada epidermis, contiene muchas
terminaciones nerviosas por todo el cuerpo que transmiten
sensaciones al cerebro y nos indican el tipo de cosas que estamos
tocando.
La piel tiene receptores que son los encargados de
recibir los estímulos. No se encuentran repartidos por
igual en toda la superficie de la piel. En la espalda los nervios
están muy separados, por eso es difícil saber
exactamente donde nos pica, por ejemplo.
Para comprobarlo, toca la espalda de alguien primero con
un lápiz y después con dos. Si la distancia que
separa uno de otro es menor de dos centímetros, tal vez
sigua pensando que solo es un lápiz.
El tacto es el sentido que nos mantiene en constante
relación con el entorno, puesto que mientras la vista
depende de los ojos, el oído de los órganos
auditivos, el olfato de la nariz y el gusto de la lengua, el
tacto, en cambio, se
extiende por la piel cubriendo todo nuestro cuerpo.
Mediante el sentido del tacto podemos percibir algunas
características físicas de los objetos o ambiente que
nos rodea como: la consistencia, la textura, la forma y contorno,
el tamaño, el peso, la humedad y la presión que
ejerce un objeto sobre tu piel.
Una herida pequeña en lugares como los pies o la
lengua pueden parecer muy grandes. Da esta sensación
porque estas partes están muy llenas de censores del
tacto. El cerebro recibe gran cantidad de mensajes de dolor, pero
todos provienen de una herida muy pequeña.
La pérdida de sentido del tacto puede ocurrir
como resultado de una lesión en la médula espinal o
el sistema nervioso
central, debido a una degeneración de los nervios periféricos o en el plexo braquial
(red nerviosa que
se origina en la médula espinal y se distribuye por el
brazo.
Entre los padecimientos cuyos efectos pueden producir la
pérdida del sentido del tacto se encuentran los estados
graves de Diabetes o la
Lepra. En estos casos, aunque la función motora se
mantenga, la falta de sensaciones interfiere con el control fino de
algunos movimientos de la mano, como agarrar, pellizcar o
apretar.
Lepra: enfermedad infecciosa crónica de
los seres humanos que afecta sobre todo a la piel, membranas
mucosas y nervios.
Cortes y Raspaduras: los cortes provocan
hemorragias y pueden infectarse si no se limpian. Puede
corregirse con desinfección y limpieza de las heridas. Y
puede prevenirse protegiéndose de otras heridas y del
sol.
Quemaduras: producen la deshidratación de
la piel. Se puede corregir con una desinfección y limpieza
de las heridas. Y puede prevenirse protegiéndose de otras
heridas y del sol.
Dermatitis seborreica: es una enfermedad
cutánea extraordinariamente frecuente. Esta dolencia se
acompaña a veces de acné en la cara. El cuero
cabelludo, a demás de ser muy grasiento, experimenta una
intensa descamación y picor, por lo cual el paciente se
rasca a menudo y puede infectárselo. Su consecuencia
más frecuente es la calvicie, aparecida en las edades
relativamente tempranas.
Para tratarlas se aplican lociones astringentes,
frecuentes lavados de cabello con champús medicamentosos,
vida higiénica, dieta pobre en grasas,
abundantes vitaminas.
Tumores de la piel: Entre los tumores benignos de
tipo sólido, son muy conocidas las verrugas.
Trátase de pequeñas prominencias que aparecen en
cualquier región de la piel, especialmente de en los
dedos. Su causa es un virus, por lo que
son contagiosas. Se presentan con preferencia en los niños.
No suelen curar espontáneamente, sino que es necesario
tratarlas.
Urticaria: alteración alérgica de
la piel caracterizada por la aparición repentina o
reiterada de manchas, ronchas u otras manifestaciones. Por lo
general son como inflamaciones.
Psoriasis: Es una enfermedad crónica, se
caracteriza por la aparición de placas escamosas. Se
diferencia de la piel normal, ya que obtiene un color rojizo o
castaño, cubiertas por pequeñas escamas blancas.
Generalmente afecta las rodillas, el cuero cabelludo y el
pecho.
Dermatitis: es la inflamación de la piel o la dermis. Los
síntomas son enrojecimiento, dolor, exudación de la
zona afectada. Cuando se presenta por un largo período,
suele presentar ronchas, costras y mucha sequedad de la piel. Su
causa es por parásitos o irritantes físicos o
químicos.
Micosis: es una enfermedad producida por hongos, causa
mucha molestia porque genera mucha picazón e
irritación de la piel.
Onicomicosis: son las afecciones en las
uñas, sobre todo en las de los pies. Produce deformaciones
por engrosamiento y resquebrajamiento.
Dermatomicosis: se presenta entre los dedos,
produciendo grandes ampollas y grietas, se controla
rápidamente, pero suele salir nuevamente en épocas
calurosas y muy sudorosas. Para combatirlas se emplean
líquidos, pomadas, polvos y en algunos casos
medicamentos que se ingieren o inyectan.
También es recomendable usar zapatos ventilados y
cambiarse a diario los calcetines o medias.
Candidiasis: es una infección producida
por un hongo, que normalmente se aloja en la vagina
(órgano sexual femenino). Se multiplica rápidamente
y produce mucha picazón. El tratamiento se basa en el uso
de supositorios vaginales. Esta es una enfermedad que se adquiere
por contacto sexual.
La tiña: es una infección en forma
de anillo. Los hongos atacan los folículos pilosos, del
cuero cabelludo o de la barba. Se presentan erupciones molestas y
desagradables, comenzando con erupciones rojas, que cada vez se
hacen más grandes y más rojas acompañadas de
mucha picazón.
La Pediculosis: es la parasitosis (Ciencias)
más frecuente causada por parásitos externos
(ectoparásitos) llamados piojos.
El tacto, es otro de los cinco sentidos de los seres
humanos y de otros animales. A
través del tacto, el cuerpo percibe el contacto con las
distintas sustancias, objetos, etcétera. Los seres humanos
presentan terminaciones nerviosas especializadas y localizadas en
la piel, que se llaman receptores del tacto. Los receptores se
estimulan ante una deformación mecánica de la piel y transportan las
sensaciones hacia el cerebro a través de fibras
nerviosas.
Los receptores se encuentran en la epidermis, que es la
capa más externa de la piel, y están distribuidos
por todo el cuerpo de forma variable, por lo que aparecen zonas
con distintos grados de sensibilidad táctil en
función de los números de receptores que
contengan.
Los receptores del tacto están constituidos por
los discos de Merkel. Este, a su vez, esta dividido en diferentes
tipos de terminaciones encapsuladas, que serán detalladas
a continuación:
Corpúsculo de Pacini: están situados en diferentes
regiones del cuerpo, pero predominan en los dedos de las manos y
de los pies. Captan los estímulos de presión,
estiramientos rápidos o cualquier deformación de la
piel. La señal que transmiten solo dura una
fracción de segundo.
Esta es una forma compleja de receptor del tacto en la
cual los terminales forman nódulos diminutos o bulbos
terminales
Corpúsculo de Meissner: se hallan en las puntas de los
dedos, en los labios, las plantas de los pies y las palmas de las
manos. Están especializados en el tacto fino: reconocen
los detalles de los objetos que tocamos; también
intervienen cuando buscamos algo en el bolsillo y lo reconocemos,
sin verlo, por su forma y textura.
Corpúsculo de Krause: se distribuyen en la lengua y en los
órganos sexuales; y se especializan en captar el
frío.
Corpúsculo de Rufini: se encuentran en las palmas de las
manos, las plantas de los pies y en las puntas de los dedos. Nos
informan sobre el estiramiento de los tejidos y la
posición de las cápsulas articulares; y captan el
calor.
El tacto es el menos especializado de los cinco
sentidos, pero a base de usarlo se puede aumentar su agudeza; los
ciegos, por ejemplo, tienen un sentido táctil muy delicado
que les permite leer las letras del
sistema Braille.
La piel
La piel es una parte del organismo que protege y cubre la
superficie del cuerpo. Contiene órganos especiales que
suelen agruparse para detectar las distintas sensaciones, como
la
temperatura y el dolor.
La piel posee, en un corte transversal, tres capas: la
epidermis, la dermis y la capa subcutánea. La que
interviene principalmente en la función del tacto es la
epidermis o cutícula, ya que es la más externa
Tiene varias células de grosor y posee una capa externa de
células muertas que son eliminadas de forma constante de
la superficie de la piel y sustituidas por otras células
formadas en una capa basal celular, que recibe el nombre de
estrato germinativo (stratum germinativum) y que contiene
células cúbicas en división constante. Las
células generadas en él se van aplanando a medida
que ascienden hacia la superficie, dónde son eliminadas;
también contiene los melanocitos o células
pigmentarias que contienen melanina en distintas
cantidades.
Enfermedades
La urticaria es una
alteración alérgica de la piel caracterizada por la
aparición repentina o reiterada de manchas, ronchas u
otras manifestaciones, que son lesiones cutáneas elevadas
de bordes irregulares que se acompañan de
inflamación y prurito. La enfermedad aparece asociada con
frecuencia a la fiebre del heno o
a el asma. Está
causada por una reacción alérgica de
aparición rápida tras la ingestión,
inhalación, inyección o contacto con el antígeno específico.
Psoriasis
Es una enfermedad crónica y
recurrente de la piel, que se caracteriza por la aparición
de placas eritematoescamosas y pápulas sobre la superficie
cutánea. Las lesiones suelen estar ligeramente elevadas
sobre la superficie normal de la piel y se diferencian de forma
clara de la piel normal; su color va del rojo al castaño
rojizo. Suelen estar cubiertas por pequeñas escamas blanco
grisáceas que se adhieren a la erupción subyacente
y, que si se quitan, dejan una superficie eritematosa con puntos
hemorrágicos. La extensión de la enfermedad puede
variar desde algunas lesiones pequeñas a la
afección generalizada de la mayor parte de la superficie
cutánea. Afecta de forma característica los codos,
las rodillas, el cuero cabelludo y el pecho.
Dermatitis
Este término se refiere a
una inflamación de la piel o dermis. Los síntomas
son enrojecimiento, dolor y exudación de la zona
cutánea afectada. En los casos de larga duración es
característica la formación de costras, y la
sequedad y descamación de la piel. El término
dermatitis se
utiliza indistintamente con el de eccema, que se refiere de una
forma más específica a ciertas enfermedades no contagiosas
de la piel. La inflamación puede deberse a
parásitos o irritantes físicos o
químicos.
Autor:
Néstor Sanz B.
República Bolivariana de Venezuela
Ministerio de Educación y
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