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Evolución del pensamiento financiero



    1. Cameralismo
    2. Contribución del
      pensamiento fisiocrático a la ciencia de las finanzas
      públicas – Contribución de Adam
      Smith
    3. Enfoque de las finanzas
      clásicas, principios fundamentales
    4. Keynes y las finanzas
      públicas
    5. Teoría financiera
      de Alvin Hansen
    6. Teoría de las finanzas
      funcionales
    7. David Ricardo y las finanzas
      públicas
    8. John Stuart Mill: la doble
      imposición del ahorro
    9. El
      marginalismo
    10. Bifurcación de la
      teoría financiera
    11. La doctrina alemana:
      Adolfo Wagner
    12. Teorías
      sociológicas y políticas de las finanzas
      públicas

    CAMERALISMO

    La historia de la ciencia de
    las finanzas, como
    disciplina
    moderna, puede hacerse comenzar por el cameralismo. La
    significación de esta corriente de pensamiento con
    respecto a las finanzas
    públicas se halla en el hecho que ella examina los
    problemas que
    atañen a la economía y a las
    finanzas desde el ángulo del Estado como
    sujeto de las actividades corrientes, siendo precursores de la
    doctrina financiera del autor alemán Wagner, entre otros,
    y también de las actuales doctrinas de política
    económica y planificación. La ciencia
    cameralista es la primera expresión de la ciencia de las
    finanzas públicas.

    CONTRIBUCIÓN DEL PENSAMIENTO
    FISIOCRÁTICO A LA CIENCIA DE LAS F. P.

    Desde el punto de vista de las finanzas públicas,
    la doctrina fisiocrática nos ofrece las siguientes
    contribuciones:

    1. La eliminación de las funciones
      estatales y la eliminación de las trabas a las
      actividades individuales por la adopción
      del lema: "laissez faire-laissez passer"
    2. la doctrina según la cual el impuesto debe
      aplicarse sobre la renta de la tierra, o
      sea, sobre el único acrecentamiento neto de
      riqueza
    3. la doctrina del impuesto único sobre la renta
      de la tierra como
      resultado de la teoría del producto
      neto y como reacción a la gran cantidad de impuestos que
      caracterizaba el régimen fiscal de la
      monarquía francesa
    4. la teoría de la amortización o capitalización del
      impuesto territorial, que reduce el valor de la
      tierra gravada y que permite al comprador de un terreno pagar
      un peecio, descontando la parte del mismo que ha de producir la
      porción de la renta destinada al impuesto
    5. el descrédito de los impuestos indirectos a
      los consumos y la spología de la imposición
      directa
    6. la teoría según la cual los gastos
      públicos deben limitarse en su magnitud al producido del
      impuesto, límite establecido por el "orden
      natural"

    ADAM
    SMITH

    Pensamiento esencial en materia de
    finanzas públicas

    El pensamiento de Adam Smith
    en materia financiera consiste en dos temas: el papel del
    Estado y los principios de
    la imposición.

    1. Con respecto al papel del Estado, éste no debe
      intervenir ni interferir en la economía (ver
      Villegas)
    2. En lo que respecta a la imposición, Smith
      parte de la premisa, a la cual se refiere el primer libro de su
      obra, que los ingresos
      individuales derivan de tres fuentes
      diferentes: rentas, beneficios y salarios.
      Por tanto, los impuestos deben finalmente ser pagados de una u
      otra de esas fuentes o de las tres
      indiferentemente.

    Principio de las facultades o igualdad

    El primer principio es que los súbditos de cada
    Estado deben contribuir al sustento del gobierno, lo
    más aproximadamente posible, en proporción con sus
    capacidades respectivas; esto es, en proporción con la
    renta que ellos gozan bajo la protección del
    Estado.

    Este principio reúne, en sí, las reglas
    que ahora se denominan de la igualdad y
    proporcionalidad. Smith acota que cualquier impuesto que recaiga
    en definitiva sobre los ingresos provenientes de una sola de las
    fuentes es necesariamente desigual, en cuanto no afecta a las
    otras dos (crítica
    a la doctrina fisiocrática del impuesto único a la
    tierra)

    El principio de igualdad equivale al que se
    conocerá como principio de la capacidad
    contributiva.

    Se le atribuye a Smith también el haber
    anticipado la doctrina de la no imponibilidad del ahorro.

    Principio de la certeza

    El impuesto que cada individuo
    está obligado a pagar debe ser cierto y no arbitrario. El
    tiempo, la
    manera y la cantidad del pago deben todos ser claros y simples
    para el contribuyente y cualquier otra persona. A este
    principio de la legalidad del
    impuesto y la exclusión de la discrecionalidad de la
    administración recaudadora.

    Principio de la comodidad

    Todo impuesto debe ser recaudado en el tiempo o en el
    modo en que con mayor probabilidad sea
    conveniente para el contribuyente pagarlo.

    Principio de economicidad

    Este principio tiende a limitar el sacrificio del
    contribuyente a la menor suma posible por encima de la que
    constituye el ingreso efectivo para el
    Estado.

    Smith quiere evitar la existencia de un gran
    número de funcionarios y empleados en el servicio de
    recaudación y el posible beneficio personal de
    ellos, posible obstrucción de la industria, la
    imposición de multas y otras penalidades en la que
    incurren aquellos que evaden impuestos.

    ENFOQUE DE LAS
    FINANZAS CLÁSICAS

    PRINCIPIOS FUNDAMENTALES

    Al lado de estos principios, la doctrina clásica
    no liberal ni liberalista admite cierta función
    extrafiscal de los impuestos a través del uso protector de
    ciertos derechos
    aduaneros a las importaciones,
    por un lado y, por el otro, reconociendo y propiciando el efecto
    redistributivo como principio de reparto social de la carga
    presupuestaria.

    Ataque al enfoque de las finanzas
    clásicas

    Esta doctrina que, en cierto modo, reflejaba las
    condiciones y las exigencias del ámbito
    socio-económico de la época anterior a la primera guerra
    mundial, sufrió una severa conmoción como
    consecuencia de dos causas históricas: el conflicto
    bélico indicado; y la crisis
    económica mundial de los años 30.

    Un nuevo ataque a la doctrina financiera clásica
    surge con motivo de la segunda guerra
    mundial o, mejor dicho, con la política de posguerra
    y, principalmente, con los programas de
    seguridad
    social en la gran mayoría de los países
    occidentales y con la política de desarrollo
    económico y social, para las regiones menos
    desarrolladas o subdesarrolladas.

    La característica más importante de la
    guerra no fue
    la extensión del conflicto y el número de naciones
    afectadas, sino el grado de afectación de la
    economía y de la estructura
    social que ella trajo consigo y que consistió en la
    movilización de las fuerzas económicas y en la
    dirección centralizada de la producción y del consumo. Se
    trata de una planificación por el poder
    público de las fuerzas económicas privadas,
    coordinando sus acciones y
    restringiendo o estimulando sus iniciativas, en suma, dirigiendo
    tanto la producción como el consumo.

    Surgió así la tendencia hacia una estructura del
    mundo económico, que dejaba de ser una economía de
    mercado sujeta al
    libre juego de las
    fuerzas económicas y que también se
    distinguía de la economía
    socialista, por mantenerse la propiedad
    privada de los medios de
    producción.

    El papel del Estado en esta nueva estructura, que se
    definió como economía dirigida o intervensionismo
    estatal, se desarrolla a través de la política
    económica y también a través de la actividad
    financiera, que se transforma así en una parte de la
    política económica.

    El presupuesto es un
    plan
    económico propio del sector
    público, que se inserta en la planificación
    general de la economía por parte del Estado.

    LAS OBRAS DE
    KEYNES

    Sus obras y su actividad de economista evidencian una
    extraordinaria adherencia a los problemas reales de la vida
    económica y de los acontecimientos. Terminad la primera
    guerra mundial
    su pensamiento se vuelca de lleno al estudio tanto teórico
    como práctico de la depresión
    de los años 30 y a la forma de volver al pleno empleo y a la
    recuperación de la entera economía.

    La contribución de Keynes al
    pensamiento
    financiero se debe en gran medida a su "Teoría general
    de la ocupación, el interés y
    el dinero"
    (1936).

    Líneas fundamentales de sus
    teorías

    Keynes construye una nueva teoría
    económica sosteniendo, a diferencia de la economía
    clásica, la posibilidad de un equilibrio con
    desempleo.

    Proyección de la "Teoría General" sobre
    las F.P.

    Su doctrina le atribuye al Estado el papel de
    reactivante de la economía mediante las inversiones
    que suplen la insuficiencia de la inversión privada. Esto echa luz sobre el
    gasto y los recursos del
    Estado.

    Con el propósito de esclarecer este nuevo enfoque
    de las finanzas públicas, observamos, por ejemplo, que las
    obras públicas estaban ya consideradas como una tarea del
    Estado desde Smith, pero no como un instrumento de
    reactivación económica, sino como creación
    de un capital propio
    del Estado, a los efectos de la producción de sus servicios.

    De ahí el nuevo enfoque de las finanzas
    públicas, no como simple producción y suministro de
    servicios
    públicos, sino como correctoras del nivel del empleo y
    de crecimiento del ingreso nacional.

    LA
    TEORÍA FINANCIERA DE ALVIN HANSEN

    Su punto de partida es la observación empírica respecto a que
    las inversiones necesitan, en los países industrializados
    de elevados ingresos (donde una porción importante de
    éstos se destina al ahorro) factores dinámicos que
    provoquen alicientes adecuados, tales como: el rápido
    incremento de la población, los grandes inventos y el
    ensanchamiento de las fronteras. A la falta de estos factores, la
    inversión total del sector privado no logra absorber la
    totalidad de los ahorros, con la consiguiente desocupación de hombres y factores de
    producción.

    Esta situación puede no corresponder a una etapa
    del ciclo económico, son a un fenómeno estructural
    ("estancamiento secular"), y que lleva la connotación de
    una situación permanente y de una brecha entre ahorros e
    inversiones que la economía por sí sola no puede
    llenar. Es, pues, un cometido del Estado llenar la brecha
    mediante el gasto
    público, con la advertencia que éste debe
    financiarse en modo tal que los recursos sacados de la
    economía no restrinjan la inversión del sector
    privado. A estos efectos, los gastos del Estado deben ser
    financiados con el endeudamiento que no drena fondos del sector
    privado.

    ABBA LERNER Y LA TEORIA
    DE LAS "FINANZAS FUNCIONALES"

    Como extrema derivación del pensamiento
    Keynesiano, debemos a Lerner la más revolucionaria
    teoría de las finanzas públicas.

    Niega este autor que el sistema
    tributario de un país tenga como objeto la cobertura
    de los gastos y le asigna un papel de instrumento para absorber
    poder adquisitivo del sector privado para impedir o combatir la
    inflación.

    Esta concepción reduce el papel de las finanzas
    públicas a un mero instrumento de política
    económica y, en particular, de política de
    estabilización, dejando fuera del campo de estudio toda la
    problemática de las finanzas públicas, de la
    óptima asignación de los recursos entre el sector
    privado y el sector público de la economía y, en
    cierto modo, también la redistribución de
    ingresos.

    DAVID
    RICARDO

    Debemos a David Ricardo el
    primer tratamiento de la imposición con rango
    científico igual a la economía
    política, en su obra que se intitula "Principios de
    Economía Política y Tributación".

    El contenido esencial de la obra de Ricardo consiste en
    la teoría general de la distribución. En especial, su doctrina
    financiera se centra en la incidencia de los impuestos que
    afectan la renta de la tierra, a diferencia de aquellos que
    recaen sobre productos
    brutos.

    La renta ricardiana y el impuesto sobre
    ella.

    El Estado asume como base del impuesto dicha renta,
    siendo que el precio del
    mercado se determina por el costo del
    productor marginal (o sea aquel cuyo costo de
    producción es igual al precio del mercado), este
    productor no tiene renta y por lo tanto no paga impuesto. Por
    consiguiente, el tributo no influye sobre el precio del mercado y
    los productores intramarginales, que sí tienen renta y
    pagan el impuesto, deberán soportar su carga, sin poder
    trasladarla, por la vía de modificaciones en los precios, sobre
    los consumidores.

    Por lo contrario, el impuesto que asume como base el
    producto bruto de la tierra, modifica el costo de
    producción del productor marginal y, por tanto, el precio
    del mercado;por consiguiente este impuesto se traslada al
    consumidor.

    Presión del impuesto extraordinario y del
    empréstito

    Otro tema de finanzas públicas en el que Ricardo
    hace una aporte fundamental a esta ciencia es el de la
    comparación entre un impuesto extraordinario y un
    empréstito como instrumentos para financiar un gasto
    extraordinario.

    Ricardo afirma que en ambos casos los recursos reales
    que el Estado retira de la economía son bienes
    presentes y no riqueza futura. Además, es igual el
    desembolso de los contribuyentes de un impuesto extraordinario de
    un millón de pesos o el pago a perpetuidad de un impuesto
    anual de cincuenta mil pesos (siendo la tasa de
    interés del cinco por ciento) para cubrir el servicio
    de una deuda de un millón de pesos contraída por el
    Estado en lugar del impuesto extraordinario.

    La doctrina de Ricardo en esta materia marca el comienzo
    de una larga disputa entre numerosos autores para determinar las
    ventajas o desventajas relativas de la elección entre la
    financiación de gastos extraordinarios por endeudamiento o
    por imposición, la incidencia de la deuda sobre la
    generación presente o las generaciones futuras y la carga
    de la deuda
    pública.

    Crítica a la teoría de Ricardo sobre
    impuesto y empréstito

    La ciencia financiera posterior a Ricardo, por una parte
    critica la doctrina, ya que el contribuyente propietario de
    bienes raíces, aunque se vea enfrentado con un impuesto
    anual, no lo capitaliza como carga perpetua, prefiere el
    empréstito que para él solo importa un sacrificio
    por algunos años.

    JOHN STUART
    MILL

    Continuador del pensamiento económico de A.
    Smith.

    Mill refuta el principio del beneficio y lo reemplaza
    por el de la capacidad contributiva, que desemboca en los
    principios de la igualdad, proporcionalidad y minimización
    del sacrificio y en la imposición progresiva, mientras que
    el principio del beneficio implica el impuesto
    regresivo.

    La doble imposición del ahorro

    Otro aporte de Mill a la FP consiste en la teoría
    llamada de la doble imposición del ahorro.

    Sostiene que un impuesto que grave con igual
    alícuota toda la renta, tanto la parte de ella que se
    destina al consumo como aquella que se destina al ahorro, es
    discriminatorio en perjuicio de esta última, ya que el
    impuesto grava una primera vez la renta ahorrada y luego,
    periódicamente, los intereses que se obtienen de su
    inversión.

    BASTIAT Y
    SENIOR

    Ambos economistas definen el fenómeno financiero
    como un fenómeno de cambio: El
    estado presta servicios (que deben limitarse al orden, la
    justicia y la
    seguridad) y a
    cambio de ellos percibe impuestos.

    Nos parece atinado calificar su doctrina financiera como
    optimista, atento a que considera al Estado como un factor
    positivo (aunque dentro de un marco restringido) en el proceso
    económico.

    Esta posición contradice plenamente la que
    podemos calificar de pesimista encabezada por J. B.
    Say.

    JEAN BAPTISTE
    SAY

    Este autor, como los anteriores, reconoce el
    fenómeno de cambio por el cual el Estado recauda impuestos
    a la vez que presta servicios, pero al no considerar a
    éstos como bienes, termina por considerar la actividad
    financiera como un fenómeno de consumo y no de
    creación ni de cambio de riquezas.

    Consideramos a Say como primer exponente de una
    corriente pesimista con respecto al papel del Estado y a la
    naturaleza de
    su actividad financiera.

    La doctrina económica de Say con respecto a la
    crisis y su famosa "ley de las
    salidas" niega la posibilidad de un equilibrio sin plena
    ocupación. Esto lo hace calificar como uno de los
    principales exponentes de la doctrina clásica a la que se
    contrapone la doctrina Keynesiana.

    FRANCISCO
    FERRARA

    Concepto filosófico y concepto
    histórico del impuesto

    El contraste entre la visión optimista del
    fenómeno financiero como fenómeno de cambio y la
    pesimista que lo coloca entre las formas de consumo de riqueza es
    asumido por Ferrara en su dicotomía del fenómeno de
    la imposición.

    Según Ferrara hay dos concepciones del
    impuesto:

    • Concepción Filosófica: el impuesto
      (contribución) es la contraprestación de los
      servicios que el Estado presta a los ciudadanos;
    • Concepción Histórica: el impuesto
      implica una destrucción de riquezas por voluntad de los
      gobernantes sin compensación para los
      gobernados.

    El impuesto como sustitución de un impuesto
    por otro

    El impuesto en sí, no es ni un bien ni un mal;
    consiste en la sustracción de un valor y en la
    producción de otro, o, en definitiva, en un consumo
    impedido y otro que lo sustituye. El mérito o el
    demérito del impuesto surge siempre de la circunstancia
    que el consumo reemplazante sea más o menos útil
    que el consumo impedido.

    EL
    MARGINALISMO

    La escuela
    marginalista austríaca promovió la
    consideración de las finanzas públicas como un
    problema de valor, cuya solución no se diferencia del
    problema económico de la satisfacción de las
    necesidades individuales.

    En su formulación general las necesidades
    públicas son necesidades de los individuos, que cada
    sujeto ordena conjuntamente con las demás necesidades
    individuales, según el grado de apremio respectivo y
    satisface con su renta disponible en forma tal que se igualen las
    utilidades marginales ponderadas logradas por la
    satisfacción de todas esas necesidades.

    Crítica del enfoque
    marginalista

    Un primer aspecto sujeto a crítica consiste en
    considerar al individuo como el sujeto activo de la actividad
    financiera y confiar a él mismo las decisiones respecto de
    la asignación de los recursos para los gastos del Estado,
    desplazando a éste de las decisiones acerca de las
    necesidades públicas a satisfacer y de los recursos para
    financiar esa actividad.

    Una segunda crítica apunta a la naturaleza de
    muchas necesidades públicas que no son apreciadas
    individualmente y son satisfechas por el Estado mediante
    servicios indivisibles, o sea que no pueden dividirse en
    participaciones individuales en el beneficio.

    BIFURCACIÓN
    DE LA TEORÍA FINANCIERA

    De las críticas y reacciones contra esta
    enunciación marginalista surgen dos principales corrientes
    de pensamiento:

    • Una corriente marginalista que, aceptando el enfoque
      de la escuela austríaca, trata de enmendar las fallas de
      que ésta adolecía;
    • La otra abandona el enfoque económico y, a su
      vez, se divide en dos ramas
    • La doctrina sociológica
    • La doctrina política

    CORRIENTE MARGINALISTA

    TEORÍA FINANCIERA DE EMIL SAX

    Emil Sax reconoce que el proceso financiero se debe
    encarar como un problema de valor, pero sostiene también
    que el sujeto activo es el Estado y es él mismo el que
    tiene que realizar el cálculo
    económico de la distribución del ingreso para la
    satisfacción de las necesidades individuales y
    colectivas.

    Sostiene que hay necesidades colectivas propiamente
    dichas que no son susceptibles de preferencias individuales: las
    decisiones son tomadas por los gobernantes, que se fundan sobre
    sus propias valoraciones. Sin embargo, éstas no pueden
    dejar de tener un consenso popular de carácter general, en cuyo caso los
    gobernantes son desplazados por el pueblo.

    LA TEORÍA FINANCIERA DE UGO
    MAZZOLA

    Igual posición asume Mazzola quien subraya la
    diferencia entre la creación del impuesto y la
    formación de los precios en el mercado, porque los
    servicios públicos indivisibles son consumidos por todos
    por igual, pero no deben estar sujetos a un precio
    idéntico para todos, ya que se traduciría en
    desequilibrio político.

    LA TEORÍA FINANCIERA DE MAFFEO
    PANTALEONI

    Consideraba posible ubicar al proceso financiero entre
    los fenómenos de precios pero con el calificativo de
    "políticos". Según Pantaleoni, el Parlamento es el
    lugar y el instrumento a través del cual los legisladores
    en representación del pueblo deciden sobre el reparto
    entre los contribuyentes de los gastos públicos. Para ello
    es necesario que tanto los gastos como los recursos sean
    establecidos conjuntamente. De este modo el proceso financiero se
    puede asimilar a un proceso de formación de precios
    (políticos) y se inserta en el equilibrio económico
    general.

    TEORÍA FINANCIERA DE KNUT
    WICKSELL

    El enfoque de knut es análogo al de Pantaleoni,
    en cuanto ubica el proceso financiero en la teoría del
    valor a través de la aprobación parlamentaria del
    presupuesto de gastos y recursos. Como Pantaleoni, también
    subraya el carácter político de este proceso, sin
    por ello negar su identificación con el problema del
    valor.

    Wicksell comprende que la justicia en la
    distribución de las cargas fiscales exige como premisa una
    situación previa de justa distribución de la
    riqueza.

    Por nuestra parte, creemos importante observar que, a la
    par de Pantaleoni, identifica al Parlamento como el medio de
    establecer la justicia de la imposición e igualar esa
    justicia con la apreciación individual de utilidad y
    sacrificio, pero transferida a la representación
    parlamentaria.

    LA TEORÍA FINANCIERA DE DE VITI DE
    MARCO

    De Marco, como los autores cuya doctrina se origina en
    el marginalismo, se caracteriza por reconocer en el
    fenómeno financiero un proceso peculiar de
    formación de los precios fuera del mercado y por poner de
    relieve que el
    sujeto activo de las finanzas es el Estado y no los
    individuos.

    Partiendo de estas premisas, postula dos modelos
    extremos de Estado:

    1. El Estado absoluto, autocrático, en el que los
      gobernantes no se identifican con los gobernados y cuyos
      intereses son distintos. El Estado absoluto se identifica con
      el Estado productor monopolista de servicios
      públicos.
    2. El Estado popular, o sea el Estado democrático
      o representativo, en el cual los gobernantes se identifican con
      los gobernados a los que representan. Este modelo
      teórico de Estado asume como postulado la plena y
      rápida sustituibilidad de los gobernantes que dejan de
      interpretar los fines y las necesidades de los gobernados. Este
      postulado tiene como consecuencia inmediata que gobernantes y
      gobernados se confunden y la producción de servicios
      públicos puede considerarse efectuada por los mismos
      consumidores de dichos servicios.

    La renta individual como índice de la
    demanda de
    servicios públicos

    En lo que se refiere al problema del mecanismo del
    cambio entre los servicios prestados por el Estado y el valor o
    precio que deben pagar los particulares, supone que los
    gobernados demandan servicios públicos en
    proporción con su renta, lo cual implica que el impuesto
    como precio de los servicios públicos debe ser
    proporcional a la renta. El impuesto proporcional a la renta es
    la institución tributaria que respeta al máximo
    la producción de la riqueza y la acumulación del
    capital y respeta el juego natural de las fuerzas
    económicas y queda neutral entre ellos.

    La teoría de la
    traslación

    Critica la postura de David Ricardo de que el impuesto
    significa siempre un aumento del costo de producción, el
    cual termina trasladándose al precio.

    Según De Marco, el impuesto se transforma en
    bienes públicos que son instrumentales para la
    producción y el goce de los bienes privados. Si los
    bienes o servicios públicos son eficientes, su utilidad
    supera el sacrificio del impuesto y éste no hace
    aumentar el costo de producción. En general, puede
    ocurrir cualquiera de estos hechos: que como consecuencia del
    impuesto y su empleo en servicios públicos el costo de
    producción de los bienes privados aumente, quede igual o
    disminuya.

    LA TEORÍA FINANCIERA DE ERIK
    LINDAHL

    Este autor trata de perfeccionar la doctrina de
    Wicksell, su maestro, con un modelo de demanda y oferta de
    servicios públicos que se basa en el supuesto inicial de
    un solo tipo de bienes sociales y de dos contribuyentes. La
    curva de demanda para el premier contribuyente representa la
    curva de oferta para el segundo y de la misma manera la curva
    del segundo para el primero. Según este esquema, hay un
    punto de
    equilibrio que determina el impuesto con que deben
    contribuir ambos contribuyentes por el servicio público
    producido por el Estado.

    Seguidamente, el autor amplía los supuestos,
    admitiendo una pluralidad de bienes sociales y de
    contribuyentes. Se producirá, como en un mercado, una
    serie de tentativas y correcciones de ofertas de servicios y de
    precios (impuestos) hasta alcanzar los precios de equilibrio
    para cada servicio y para cada contribuyente.

    Esta doctrina tiene la particularidad de conciliar el
    principio del beneficio con el de la capacidad contributiva,
    puesto que la existencia de precios múltiples por un
    mismo servicio prestado por el Estado, hace que cada uno pague
    de acuerdo con su capacidad.

    Críticas a la doctrina de
    Lindahl

    El principio utilitario no debe necesariamente
    referirse a los individuos, sino al Estado, sujeto actuante
    para alcanzar fines políticos a través de sus
    órganos que tienden primordialmente a satisfacer dichos
    fines y solo los fines individuales en la medida en que
    éstos sean asumidos como propios por el Estado o que
    sean paralelos a los fines estatales y puedan ser satisfechos,
    simultáneamente con éstos, con un mismo bien o
    servicio.

    LA TEORÍA FINANCIERA DE
    EDGEWORTH

    Se considera como heredero y continuador del
    pensamiento clásico de la escuela inglesa. Este autor
    rechaza el principio del beneficio como fundamento del impuesto
    y la doctrina que tiende a asimilar el impuesto al precio y
    elaborando matemáticamente la doctrina de la igualdad de
    la imposición, formula los principios del sacrificio
    igual, proporcional y mínimo.

    Esta doctrina está supeditada a la
    comparabilidad de las utilidades y de los sacrificios de
    diferentes sujetos. Esta condición ha sido impugnada por
    la ausencia de comunicación y comparabilidad de las
    escalas de utilidades y sacrificios, las que son
    excluyentemente subjetivas.

    LA
    DOCTRINA ALEMANA. ADOLFO WAGNER

    Antes de abordar las teorías
    sociológicas y políticas
    de las finanzas públicas, es oportuno examinar una
    corriente de pensamiento que no sigue la línea de la
    doctrina económica clásica ni la tendencia de la
    escuela marginalista, sino que se vincula directamente con la
    doctrina cameralista, aunque remozándola y
    enriqueciéndola con nuevos aportes, muchos de ellos fruto
    de la reacción contra las doctrinas
    económicas.

    La actividad financiera como producción de
    servicios públicos y como distribución de las
    cargas presupuestarias. La redistribución del
    ingreso

    El aspecto propiamente financiero no consiste en la
    forma de la producción ni en los gastos en que incurre el
    Estado para llevar a cabo la producción de "servicios
    administrativos", sino en el reparto de la carga presupuestaria
    entre los contribuyentes. Este reparto, de acuerdo con un
    principio de política
    social, debe tender a redistribuir el ingreso, mediante el
    impuesto progresivo. Wagner puede considerarse como el primer
    exponente de la moderna doctrina que admite al lado del fin del
    impuesto de cubrir el gasto, el propósito
    político-social de la redistribución del
    ingreso.

    WILFREDO PARETO
    Y LA ESCUELA SOCIOLÓGICA DE LA FINANZAS

    Objeta la posición doctrinaria que pretende
    asimilar el fenómeno financiero a la teoría del
    valor. Sostiene que el Estado representa, en realidad, el
    resultado de la asunción del poder por un grupo
    seleccionado de hombres (elite), el que al adquirir fuerza
    suficiente se adueña del gobierno estatal y lo explota no
    en beneficio de los gobernados, sin en beneficio propio,
    extrayendo del pueblo los recursos necesarios para satisfacer sus
    intereses o caprichos.

    Los servicios públicos no son bienes
    económicos que benefician al pueblo o a los individuos que
    lo componen, sino una simple pantalla para engañar a los
    ciudadanos.

    TEORÍAS SOCIOLÓGICAS Y
    POLÍTICAS DE LAS FINANZAS PÚBLICAS

    Según Musgrave se consideran como teorías
    sociológicas de las finanzas públicas todas
    aquellas que tienden a explicar la naturaleza del fenómeno
    financiero, indagando sobre la naturaleza del Estado, sus
    propósitos y sus actividades; en una palabra, las
    teorías que no pueden considerarse como
    normativas.

    De acuerdo con esta posición, todas las
    teorías políticas de las finanzas se ubican entre
    las sociológicas y viceversa.

    Elemento común de las teorías
    sociológicas y políticas es la negación de
    la asimilación del fenómeno financiero a un
    problema de valor y también de la asimilación de
    las decisiones presupuestarias a un común denominador con
    las decisiones individuales sobre consumos. También les
    une la pretensión de describir lo que es la actividad
    financiera en su esencia y no la de determinar cuáles son
    los caminos a seguir a fin de lograr una óptima
    asignación de los recursos según las apreciaciones
    individuales u otros objetivos:
    como la justa distribución de la renta, la
    estabilización de los precios y el pleno empleo o el
    desarrollo
    económico y social.

    LA
    TEORÍA FINANCIERA DE BENVENUTO GRIZIOTTI

    Como ya lo planteó Wagner, Griziotti define el
    fenómeno financiero como la actividad del Estado tendiente
    a repartir la carga presupuestaria entre categorías,
    clases y generaciones de contribuyentes.

    Para el autor, la decisión del Estado que
    determina sus gastos es previa a la elección de los
    recursos e independiente de éstos. Además, los
    fines del Estado son limitados, lo que limita también el
    monto total de los gastos públicos frente a una abundancia
    relativa de recursos a los que puede acudir el Estado; y el poder
    que aquel puede ejercer sobre los individuos, excluye la negociación que caracteriza a la
    economía de mercado (por ello, las finanzas
    públicas constituyen un fenómeno esencialmente
    político y no económico.)

    La acción
    del Estado, como sujeto activo de la actividad financiera, es
    motivada por las fuerzas políticas y se realiza con
    sometimiento a normas
    jurídicas. Estas determinan la actividad financiera y
    expresan, a su vez, las decisiones políticas y
    económicas tomadas por el Estado. Las elecciones de los
    instrumentos financieros adecuados en cada caso para lograr los
    fines deben ajustarse a determinadas técnicas
    operativas.

    De lo antes dicho, las finanzas se componen de elementos
    políticos, económicos, jurídicos y
    técnicos, a los que agrega en sus últimos escritos
    el elemento ético.

    BIBLIOGRAFIA:

    FINANZAS PUBLICAS-DINO JARACH

     

     

     

    Romina Mariel Ferrari

    (UNLaM)

    CATEGORÍA: FINANZAS PÚBLICAS

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