Guillermo de Ockham y Guillermo de
Baskerville; diferencias y problemas
Este trabajo se
propone realizar una exposición
y un posterior análisis de la noción de causa y
orden en el mundo en Tomás de Aquino como así
también de la crítica
que Guillermo de Ockham le realiza y relacionar a este
último con el personaje de "El Nombre de la Rosa",
Guillermo de Baskerville. También contemplará
marcar los problemas y
puntos débiles de las posturas de estos tres
personajes.
Ante todo hay que aclarar una o dos cuestiones sobre la
obra filosófica de Tomás de Aquino que me parecen
fundamentales de su obra, principalmente la relación que
para el hay entre fe y razón. El hecho de que postule a
priori que no hay contradicción entre estos le sirve de
salvavidas en mas de una ocasión, ya que toma supuestos de
la fe para realizar afirmaciones racionales. Esto pese a que el
practique la "teología natural", la cual para mí es
un concepto
engañoso, ya que introduce, de modo casi imperceptible,
afirmaciones teológicas, y, además, sus famosas
cinco vías tienen, en mi opinión, aspectos algo mas
que oscuros (solo mencionaré uno, el de la primera
vía, se me podrá tildar de anacrónico pero
Tomás de Aquino deduce de una necesidad que tiene la
razón humana de un principio para evitar la seguidilla
infinita de causas la existencia de un primer motor
inmóvil).
Tomás afirma que "todo lo que obra es causa
del ser […] todo el que obra lo hace por virtud divina"
(SCG,C. LXVII). Después también afirma que toda
acción
depende de la virtud de la cosa que depende también de
quién le dio la virtud. Esto es de suma importancia pero,
¿Qué está queriendo decir? Esta diciendo que
las cosas obran no en modo azaroso, sino en base a su virtud, que
se puede entender como naturaleza,
aunque no quiera decir eso exactamente. Virtud quiere decir
capacidad que le fue otorgada para determinado asunto, en este
caso tener cierta característica causal. Pero a su vez
esta virtud proviene de la causa de la cosa en cuestión,
que le otorgó a esta la virtud correspondiente. Y le
otorgó esta virtud porque estaba en su propia virtud (la
de la causa) otorgarle esa virtud y no otra. Y así
sucesivamente hasta llegar a Dios, que es quien, al otorgarle al
primer causado determinada virtud que le permite causar de un
determinada manera y no de otra, también le está
determinando la virtud a cualquier cosa creada que este mas
adelante en la línea de causaciones. Además de
producirlas también las conserva, es decir, además
de causarles el ser también los conserva en
el. Por tanto también conserva su virtud, y al hacerlo
está presente de modo constante y necesario (ya que
él produce constantemente causaciones en las cosas, y si
su influencia cesara cesaría también las operaciones
causales, afirmará Tomás) en todos los procesos
causales. Otro argumento es que al ser toda operación un
movimiento, y
al ser Dios el primer motor, es también el causante de
todas las operaciones. Además, al ser las causas agentes
inferiores y obrar por virtud de Dios, éste es mas agente
que cualquier otro.
En su crítica a las sectas ocasionistas (que le
negaban el obrar a las causas segundas) Tomás elabora
numerosos argumentos de los cuales sólo vemos algunos. Uno
afirma que al percibirse una pluralidad de efectos, no se puede
afirmar la unicidad de su causa, por lo que debe haber algo que
las diferencie, pero si la única causa es Dios,
¿Cómo pueden explicar esto? Por tanto debe haber
una pluralidad de causas, que para Tomás son las cosas
creadas. Además todo lo creado, al no poder causar,
no tendría sentido existencial. Para Tomás Dios
comunicó a lo creado su ser y su capacidad de obrar. Para
Tomás rebajar las cualidades de lo creado es,
también, rebajar al Creador. Otro argumento
importantísimo es el hecho de que si se le niega a las
cosas creadas la capacidad de sus acciones y de
causar a otras no se pueden establecer interrelaciones entre los
entes del mundo creado, por tanto quedaría supeditado a la
voluntad divina y el mundo creado carecería de orden
propio. Aquí Tomás teoriza sobre el supuesto
medieval de mayor importancia: el de la existencia de un orden en
el mundo, aprehensible o no. Si no se justifica la existencia de
ese orden, el pensamiento
medieval puede derrumbarse. Es necesario (para la mentalidad
occidental del medioevo) que exista ese orden. El reingreso de
Aristóteles en occidente permite dar cuenta
de este orden en el mundo natural, y también lleva a
Tomás a que no acepte que los ocasionalistas afirmen que
al ser la materia lo
metafísicamente mas inferior no pueda obrar.
La causación se puede resumir en el pasaje de la
potencia al acto
del paciente inducido por el agente. Un problema que le surge a
Tomás es que al afirmar que Dios está en todos
lados (ya que al ser la causa de todo ser es preciso que
esté donde hay ser para conservarlo) y estar en todas las
cosas a modo de causa agente, sería innecesaria la
existencia de las causas segundas en tanto tales. Pero
Tomás argumenta que la acción de estos dos agentes
(Dios y la causa segunda) es de distinta índole, producen
distinto tipo de efecto, ambos son causas en su totalidad (en un
sentido no parcial) pero de distinta manera, en distintos
planos.
Como ya afirmé antes, a mi parecer Tomás
desliza imperceptiblemente supuestos de la fe al discurso
filosófico, pero es es una cuestión demasiado
intrincada. Es probable encontrar alguna similitud entre los
puntos que desarrollaré a continuación y algunas
líneas del pensamiento de Ockham.
Con respecto a la relación causal y la virtud,
comparto con Ockham en que si bien a determinadas causas hasta
ahora siguieron siempre los mismos efectos, esto no pemite captar
la relación, es decir, nuestros sentidos (de gran
importancia para todo aristotélico) no logran captar la
relación (que es más bien un concepto ockhamiano),
pero tampoco la famosa virtud, es decir, no podemos saber si
captamos la totalidad de la virtud de determinada cosa,
sólo el que se evidencia en determinada relación
causal. Un contraargumento podría ser que cada cosa posee
múltiples virtudes, pero no me cierra. El esquema tomista,
a mi parecer, no explica fehacientemente la existencia de la
relación causal o de la virtud, sólo se puede
insinuar de modo más o menos fuerte.
Además está el hecho de que Tomás
intenta afirmar que el hombre
puede captar la totalidad de las relaciones causales (no estoy
diciendo que las conozca, sino que Tomás afirma su
existencia, como así también la de una primera
causa llamada Dios), pero esto contraría un aspecto
intríseco del hombre, al
menos hasta ahora, que es el de su finitud. Si uno mira la cara
de un moneda no puede mirar simultáneamente su reverso,
mucho peor al hablar de la totalidad del mundo (repito: no estoy
queriendo decir que Tomás afirme que se pueden conocer las
características de la totalidad de las relaciones
causales, sino que al afirmar la existencia de un mundo total y
ordenado en base a éstas sólo está, en el
mejor de los casos, reproduciendo el entorno de uno –en
caso de que el entorno se pueda explicar totalmente por el
principio de causalidad-).
Un último aspecto es que la concepción
totalizante de la realidad regida por el prinicipio de
causalidad, en caso de ser mal interpretada y llevada a la
práctica puede terminar produciendo una visión
estatizante del mundo sin permitir captar su cambio y
dinamismo, incluso la existencia de otro modo de
explicación de la realidad distinto al principio de
causalidad.
Gullermo de Ockham elabora su postura filosófica
acerca del principio de causalidad en base a la crítica
que le realiza a Tomás de Aquino. Comienza realizando una
crítica a la afirmación tomista (también
postura de Duns Scotto y Chatton) de que en base al concepto de
producción se puede afirmar la existencia
de un primer eficiente. Según Ockham si utilizamos como
vía el concepto de producción no se puede probar
con suficiencia la existencia de un primer motor, es decir, no se
puede evitar la regresión al infinito. Rechaza (entre
otros) el argumento que postula que existe una totalidad de cosas
que son causadas, por tanto, hay algo distinto que las causa, y
que ese es el primer eficiente. Ockham contesta que existe una
totalidad de cosas causadas, pero que son causadas entre si, no
por algo distinto, y que por tanto no se puede evitar la
regresión al infinito. Afirma, en cambio, que si se puede
postular la existencia de un primer eficiente a partir del
concepto de conservación. Este argumento indica que las
cosas son producidas, es decir, puestas en el ser, y a su vez
conservadas en el ser, conservadas por algo. Por tanto, una cosa
es conservada por otra, y esta por otra, y asi sucesivamente,
pero no hasta el infinito, ya que en ese caso estarían en
acto un infinito de conservantes, cosa que según
Aristóteles no es posible.
Ockham hace una diferenciación de las distintas
acepciones de causa eficiente. En sentido restringido, causa
eficiente se refiere cuando causa una cosa que existe con
novedad; en sentido amplio se refiere a cuando causa que algo sea
tal de un modo que antes no era; y en sentido amplísimo a
todo lo que mueve. Ockham utiliza el sentido restringido de causa
eficiente.
Dentro de este sentido de causa eficiente hay a su vez
otras dos clases: Causa suficiente (o total) y Causa
insuficiente. Por causa suficiente se entiende aquella que,
excluido cualquier otra causa, se da el efecto, en cuyo caso se
habla de causa total de hecho; o puede darse, entonces es una
causa total según su posibilidad. La causa insuficiente es
la que si excluimos cualquier otra causa no se da el efecto. Las
causas eficientes son también universales o particulares.
Las causas universales son aquella que concurren a una
multiplicidad de efectos (ej.: el sol); las
causas particulares responden a un solo efecto. Ockham
También critica otra afirmación de Tomás con
respecto a la causalidad. Dice Tomás :"si ninguna causa
inferior, principalmente la corporal, produce algo, sino que
solamente Dios obra en todas las cosas, y, por otra parte, Dios
no varia al obrar en diversas cosas, no se sigue la diversidad de
efectos de la diversidad de cosas en las que Dios obra"(SCG
C. LXIX), o sea que de una causa no se sigue una diversidad de
efectos. A esto Ockham responde :"A partir de lo cual es
manifiesto que esta proposición es falsa: ‘De la
diversidad de los efectos sigue la diversidad de las
causas’, pues el sol tiene efectos diversos tanto en los
diversos pacientes como en el mismo"(SUM. PHIL. NAT.II,3,Oph
VI,p. 220). Más claro échale agua.
Otro aspecto muy relevante para comprender la
articulación entre Ockham y Tomás es que Ockham
niega la posibilidad de dar un discurso racional acerca de Dios,
es decir, niega la teología natural. Para Ockham por
razón natural no puede se probar que Dios es causa
eficiente inmediata de todas las cosas, tampoco que Dios sea
causa eficiente d algún efecto, y tampoco que Dios sea
causa mediata de algún efecto. Ockham solo admite que "se
puede ser persuadido racionalmente de que Dios es causa eficiente
o motriz de algún efecto. Ockham también llama a
algunas causas causa inmediatas, refiriéndose a aquellas
que "dada, puede darse el efecto, no dada, no puede darse". Un
efecto que provenga de muchas causas sin ningún problema
sus causas pueden ser todas inmediatas. Todas las relaciones
causales, en Ockham, se basan en la experiencia. Por tanto,
siguiendo el razonamiento de Marcelo Ferrari, en la
relación causal solo tienen existencia real la causa y el
efecto, la relación está en nuestra cabeza. Luego,
no se puede extraer e la existencia de la causa la existencia de
determinado efecto a priori, por ende, inclusive no se puede
afirmar la existencia objetiva universal de las relaciones
causales.
Según Ockham, "cualquier efecto depende mas de
la causa primera y universal ilimitada en sentido absoluto que de
la causa limitada. Pero por los sentidos nos
damos cuenta de que el efecto depende de la causa universal
limitada".
Dada la importancia de Dios como causante, Dios es causa
inmediata de todos los efectos, es decir, que sin Dios no puede
darse niniguno de estos. Pero no por esto son superfluas las
causas segundas. Para Ockham Dios es agente libre, no obra por
necesidad, siquiera por necesidad autoimpuesta, obra por
voluntad, por bondad para darle alguna nobleza alas cosas creadas
les permite causar junto a el. Ockham reconoce dos tipos de
poderes que posee Dios; potentia absoluta y potentia
ordinata. Por potentia ordinata se entiende que Dios para
obrar en cuanto desee pero sometiéndose a las leyes naturales
que el mismo creó. Por potentia absoluta se entiende que
Dios puede obrar en todo lo que quiera y del modo que quiera,
puede hacer y deshacer la historia, el orden del
mundo, etc., todo, siempre y cuando esto no encierre
contradicción.
Un punto débil (no es de gran importancia pero
igual vale la pena remarcarlo) es con respecto al concepto de
causa suficiente e insuficiente. Mi objeción es que pongo
en duda la existencia de causas suficientes en el mundo creado.
Mi visión del mundo es que la causalidad, en todo caso, se
da en una conjugación mas dialéctica al estilo
hegeliano (sobre la relación de las partes con el todo).
Además el ejemplo que da no me cierra del todo. Para que
el leño entre en combustión al entrar en contacto con el
fuego hace falta oxígeno. Me contra argumentarán que
el oxígeno ya estaba presente para que pueda haber fuego,
y yo les digo que eso refuerza mi posición, ya que para
obtener previamente el fuego, hizo falta algo mas aparte del
oxígeno.
Otro problema en Ockham es que niega la teología
natural, afirma que la razón no puede dar cuenta de
cuestiones divinas, pero le pone freno a la potentia
absoluta con una categoría lógica
racional estrictamente humana. A mi parecer que esto es una
debilidad, ya que a un ente supuestamente absoluto y que la
sociedad toda
le atribuía la creación del mundo (nada menos que
del mundo) de la nada, no veo porque el principio de no
contradicción es superior a el, además de ser un
principio estrictamente lógico y que pertenece
exclusivamente al pensamiento occidental. Ockham no explica
porque Dios no puede escapar a ese principio ni porque es
superior a el.
RELACIÓN ENTRE
OCKHAM Y GUILLERMO DE BASKERVILLE
Diferencias, similitudes y
problemas en la noción de causa y sobre si hay orden en el
mundo. Si puede haber ciencia del
mundo natural.
Ambos comparten la visión de que solo es Dios
quién conoce la totalidad de las relaciones causales y no
el hombre; lo que de primera impresión llevaría a
pensar que ambos se niegan a reconocer la posibilidad de ciencia
en el mundo natural. Para Ockham si puede haber ciencia del mundo
natural. El
conocimiento se basa en la notitia intuitiva, que es
el conocimiento
empírico de la existencia de las cosas efectivamente
existentes; también existe la notitia abstractiva
que se trata de las relaciones entre las ideas y no tiene
paralelismo con el mundo de las cosas. El problema es que si se
admite que solo Dios conoce la totalidad de las relaciones
causales, ¿Cómo postular la existencia de un orden
que no se conoce y que sólo es de dominio divino?
Si hay un orden como cree Ockham, y este sólo puede ser
conocido por Dios, se complica la edificación de una
ciencia ya que la ciencia, al
estar basada en la notitia intuitiva, sólo
estaría proyectando las relaciones que creemos ver entre
los objetos de nuestro entorno.
Para Guillermo de Baskerville, todo conocimiento se basa
en la experiencia (notitia intuitiva) pero también se
pueden formular leyes generales y relaciones causales para probar
si son útiles a la hora de llevarlas a la realidad
material (notitia abstractiva). Los defectos de cada uno, dice
son que por la pura percepción
no se pueden formular enunciados generales, pero que es
necesaria; y por la abstracción se corre el riesgo de
aislarse de la experiencia, pero que gracias a esta, a partir de
datos
empíricos, se pueden formular leyes generales.
También pone en duda la capacidad humana para conocer la
realidad y la existencia de las relaciones causadas, negando la
posibilidad de una ciencia madura. Además, al referirse al
caso de un condenado del que aseguraban había actuado por
causas diabólicas, es decir, suprahumanas, Baskerville
reniega de entrometer entes y cuestiones metafísicas en el
ámbito de las acciones y el pensar humano, ya que piensa
que si apenas se pueden hablar con bases empíricas sobre
la existencia de relaciones causales en el mundo natural, mucho
menos es aprehendible al hombre la intrusión de seres y
cuestiones de otros planos. Afirma que, en caso de existir leyes
universales, el hombre no las conoce, ya que son del dominio de
Dios. Las leyes limitarían, para Baskerville, la
omnipotencia divina; serían necesarias para él (ya
que coartarían su libertad) y
contingentes para nosotros, ya que no lograríamos
captarlas y mucho menos comprenderlas. Para Ockham, en cambio, la
ciencia es posible gracias al orden que hay en el mundo mantenido
por la potentia ordinata, pero es aprehensible sólo
en parte a nosotros y siempre y cuando la potentia
absoluta no modifique ese orden. Para Ockham, las leyes son
necesarias para nosotros, pero contingentes para Dios.
Es interesante la postura de Baskerville con respecto a
las construcciones mentales en tanto proyección de leyes
generales y su carácter de transitorias. No se puede
hablar de un conocimiento universal, la historia y la realidad lo
demuestra, ¿Quién nos dice que el sol saldrá
mañana? Sólo se puede hablar de leyes generales,
porque es indudable que existen ciertas regularidades en el
mundo. No veo como se puede postular que el mundo es totalmente
ordenado cuando la ciencia avanza y se descubren leyes que
contradicen a leyes anteriores. Tampoco veo necesario el
proyectar un orden mental con reglas basadas en la lógica
(que la veo como sumamente estática)
hacia un mundo sumamente dinámico y confuso en algunos
aspectos, pero no confuso en sentido peyorativo. Hay un mundo
afuera que puede regirse por otros principios, o por
principios que no sean principios racionales, o por otra cosa que
por el hecho de ser seres finitos y estar encerrados en ciertas
categorías mentales no podemos captar ni mucho menos
sentir. Todo por casarnos con categorías mentales que
hasta ahora nos dieron ciertos resultados no nos animamos a poner
en duda. Estoy en contra del matrimonio, no de
la relación informal. El problema de las categorías
mentales occidentales (en general) es que son muy celosas para
con las demás.
Ramiro Cárdenes