- Acto humano
- Requisitos del acto
humano - Moralidad
- División del acto
humano - Moralidad
objetiva - Fuentes de la
moralidad - Conclusión
- Referencias
consultadas
¿Qué es la moralidad?,
¿Cómo saber cuando un acto humano es moralmente
bueno o malo?, ¿Cuáles son las fuentes de la
moralidad?; estas son las interrogantes a las que se trata de dar
respuesta en el presente trabajo, ya
que es un problema el determinar con exactitud de qué
depende la calificación moral de los
actos libres del hombre, es
decir, cómo nos aseguramos que nuestros actos son buenos o
son malos, pues bien, esta labor corresponde a la
moralidad.
No podemos decir que el agua es
buena cuando nos quita la sed y mala cuando inunda, sino que nos
beneficia o nos perjudica; el agua no puede
actuar de un modo diferente al modo en que lo hace en cada caso
concreto.
La imposibilidad de elegir modos de actuación
diferentes hace imposible calificar a los objetos desde el punto
de vista moral. Sin embargo, sabemos que los seres humanos somos
capaces de actuar de muchas formas ante cada situación y
que, por eso, nuestros actos son calificables
moralmente.
Para que un acto humano pueda ser calificado como
moralmente bueno o moralmente malo es necesario tener conocimiento
de los elementos que integran a este: objeto, intención y
circunstancias; así para que un acto sea moralmente bueno
es necesario que su objeto, intención y circunstancias lo
sean también; para que un acto sea moralmente malo basta
con que alguno de sus elementos varíe.
Así, los actos humanos son los únicos
moralmente calificables pues es el hombre el
único ser capaz de tener el
conocimiento de su acto y de las consecuencias que emanan de
el, así como tener la voluntad de hacerlo y ser libre para
elegir el realizarlo o no.
ACTO HUMANO MORALMENTE
CONSIDERADO.
Son aquellas acciones
internas y externas en las que el hombre actúa por su
voluntad, a propuesta del entendimiento y previa la
deliberación anterior.
Es el elemento imprescindible, porque no se puede
querer algo si antes no se conoce, y tampoco podemos querer
algo libremente si no somos conscientes de ello. Este
conocimiento incluye:Advertencia: atención de la mente al
acto.Deliberación: valoración
sobre la conveniencia o inconveniencia del acto.Imperio: la determinación al
querer.No basta cualquier conocimiento para que haya un
acto humano; pero no se requiere un conocimiento tan completo
y exhaustivo que apenas podría darse en la
práctica. Puede decirse que, en general, para que haya
un acto humano es necesario y suficiente con que el sujeto
tenga advertencia del acto que va a realizar y de su
conveniencia o inconveniencia: así el sujeto puede ser
dueño de ese acto.- Conocimiento.
Santo Tomás define al acto voluntario como
"el que procede de un principio intrínseco con
conocimiento del fin". Para que el acto se considere
voluntario, es necesario:a) Que procede de nuestra voluntad a manera de
efecto.b) que el efecto o resultado de nuestra voluntad
haya sido, al menos en su causa, previsto por el
entendimiento, previamente a ser realizado por la
voluntad.Son también voluntarios los efectos o
resultados de las acciones y hasta de las omisiones, con tal
que se hubieran previsto y fuera obligación de
evitarlo. - Voluntad.
- Libertad.
Es característica esencial de los seres
inteligentes y, por tanto, de su actividad. Sin ella, el obrar
humano se queda a un nivel puramente animal. Sin libertad no
puede haber vida moral porque, para obrar moralmente, no basta
con saber distinguir entre el bien y el mal, se necesita
también tener posibilidad de autodeterminarse con
dominio del
acto. Sólo de esta manera se puede ser responsable y,
por tanto, capaz de mérito o culpa, de premio o
castigo.
La Ética es una ciencia que es
parte de la filosofía práctica y su función es
dirigir las acciones del hombre y se relaciona con todas las
demás ciencias ya
que en todas existe el actuar humano y los valores.
Como toda ciencia tiene un objeto material que indica la materia que
estudia y un objeto formal que indica desde que punto de vista lo
estudia. Su objeto material son los actos humanos en cuanto son
libres, y su objeto formal son estos actos en cuanto son buenos o
malos, o sea que el fin de la Ética es la moralidad de los
actos humanos en relación al fin ultimo del hombre, que es
el bien.
Los actos humanos moralmente considerados son ejecutados
consciente y libremente, es decir, en un nivel racional. Son
originados en la parte humana del hombre, en sus facultades
específicas (inteligencia y
voluntad). Son el objeto material de la Ética y pueden ser
juzgados como buenos o malos desde el punto de vista de la
Moral.
El valor moral
depende de ciertas condiciones subjetivas y propias de la
persona que
ejecuta dicho acto, como la intención, la libertad, el
grado conciencia, etc.
El valor moral se encuentra solo en los actos humanos.
Cuando se dice que un acto humano tiene un valor moral,
se está implicando que este valor moral puede ser de signo
positivo o de signo negativo. Trabajar, por ejemplo, tiene valor
moral positivo, pero asesinar a alguien tiene un valor moral
negativo. La Moral está guiada por la razón porque
esta es una cualidad de la naturaleza del
hombre o sea, que la inteligencia al conocer orienta los actos
humanos.
Para poder juzgar
los actos humanos desde el punto de vista moral es necesario que
éstos sean libres. Toda coerción quita al acto su
sentido ético ya que quien es obligado a efectuar una mala
acción
carece de responsabilidad moral.
Algo tiene carácter de bien o mal en sentido absoluto
sí constituye un bien o un mal que afecta radicalmente al
desarrollo en
plenitud de la vida humana, en cuanto humana. De entre todos los
vivientes, el hombre es el único ser para quien su propia
vida, su existencia, constituye una tarea: algo que debe lograr y
que, correlativamente, tiene la posibilidad de
malograrse.
Las acciones buenas moralmente, son aquellas que
contribuyen a la perfección de la persona que las realiza,
o a la planificación de su carácter moral
(hacer el bien a los demás, ser honesto, ser justo, ser
responsable).
Por mal moral se entiende la desviación de la
voluntad humana de las reglas del orden moral y la acción
que resulta de esa desviación. Tal acción, cuando
proceda exclusivamente de la ignorancia, no será
clasificada como mal moral, que esta restringido propiamente a
los actos de la voluntad, hacia los fines que la conciencia
rechaza.
Existen actos humanos indiferentes en abstracto, o sea,
que por su objeto específico y naturaleza
intrínseca no son buenos ni malos. La razón es
porque, considerados en abstracto, los actos humanos toman su
moralidad únicamente de su propio objeto
específico, sin tener para nada en cuenta el fin de las
circunstancias que les rodean, que son ya elementos
concretos.
Es erróneo juzgar de la moralidad de los actos
humanos considerando sólo la intención que los
inspira o las circunstancias (ambiente,
presión
social, coacción o necesidad de obrar, etc.) que son su
marco. Hay actos que, por sí y en sí mismos,
independientemente de las circunstancias y de las intenciones,
son siempre gravemente ilícitos por razón de su
objeto; por ejemplo, la blasfemia y el perjurio, el homicidio y el
adulterio. No
está permitido hacer el mal para obtener un
bien.
Es el punto de vista moral que sostiene Santo Tomas De
Aquino. Moral objetiva es la moral que sostiene que los actos de
la voluntad están determinados por su objeto, ya que la
decisión de la voluntad referente a la acción que
se realiza aquí y ahora es lo que soporta la mayor parte
de la moralidad de la acción; y que hay objetos que
siempre será malo intentar o elegir, porque no pueden ser
ordenables a Dios ni al bien verdadero del hombre. La moral
objetiva u orden moral objetivo es
una referencia fija para la bondad de la conducta que vige
en todos los actos voluntarios.
La inmutabilidad del orden moral se derivaría de
las acciones físicas: ciertas acciones físicas
serían siempre malas, y los principios
morales serían inmutables porque la realidad física, con sus
leyes
intrínsecas, es inmutable.
La inmutabilidad del orden moral no se deriva de la
realidad física sobre la que versan las elecciones del
sujeto que actúa, sino que se deriva de las leyes
naturales internas al sujeto que actúa; la
ejecución de la acción es posterior a la
decisión del sujeto, y ésta ya es buena o mala
antes de ejecutarse. Por esta razón, es imposible derivar
las leyes morales de las acciones físicas. La
expresión "ley moral
objetiva" se refiere a la ley natural interior al sujeto que
actúa.
La bondad o malicia de los
actos humanos se hace por los elementos que los integran: El
objeto, el fin y las circunstancias que no intervienen todos de
la misma manera, para determinar la moralidad de los actos buenos
y la de los actos malos. Para que un acto sea bueno, deben serlo
necesariamente el objeto, el fin y las circunstancias; y para que
sea malo basta con que uno de ellos esté en contra de la
norma moral.
a) objeto.
Es la primera y fundamental fuente de moralidad: si el
objeto es malo, el acto también será malo, aunque
las circunstancias y la intención sean buenas; "No se
puede hacer el mal para que sobrevenga el bien"; el fin no
justifica los medios. Si el
objeto es bueno, el análisis para una calificación
completa y verdadera del acto debe proseguir por el fin y las
circunstancias.
El objeto del acto moral, no es sólo el hecho o
realidad física sobre que recae, sino la relación
que guarda con el último fin, que es el bien del hombre.
Por eso, al objeto del acto moral, se le llama también
finis operis, finalidad inmanente del acto o relación
objetiva con la ordenación de la razón al
último fin, que determina la esencia de cada
acto.
b) intención.
La intención, es un elemento esencial en la
calificación moral de la acción. El fin es el
término primero de la intención y designa el
objetivo que se busca en la acción. La intención es
un movimiento de
la voluntad hacia un fin. Es el bien esperado de la acción
que se hace. Una misma acción puede estar inspirada por
varias intenciones como hacer un servicio para
obtener un favor o para satisfacer la vanidad.
Una intención buena (por ejemplo: ayudar al
prójimo) no hace ni bueno ni justo un comportamiento
en sí mismo desordenado (como la mentira y la
maledicencia). El fin no justifica los medios. No se puede
justificar la condena de un inocente como un medio
legítimo para salvar al pueblo. Por el contrario, una
intención mala convierte en malo un acto que puede ser
bueno.
- circunstancias.
Todo acto humano es un acto "situado", realizado en un
determinado tiempo y
lugar, con una concreta modalidad, por un sujeto de particulares
cualidades, etc. Las circunstancias designan todos los factores
que forman el contorno en que se realiza la
acción.
Etimológicamente proviene de
circum stare, estar alrededor. El nombre
está tomado de la realidad espacial y trasladada
metafóricamente a los actos humanos. Designa dos aspectos
de estas realidades: se trata de algo que está fuera de la
sustancia de la cosa, pero que, al mismo tiempo, se adhiere al
acto humano ya completo sustancialmente afectándolo de
algún modo, lo cual pertenece al orden accidental. Las
principales que señala la moral son siete:
- el tiempo en que se realiza el acto
(quando). - el lugar en que es hecho (ubi).
- el modo de hacerlo (quomodo).
- la materia sobre la que versa (circa quid o
quid). - la cualidad del sujeto que lo realiza
(quis). - los motivos circunstanciales que mueven a realizarlo
(cur). - los medios empleados para su ejecución
(quibus auxiliis).
También de la relación de estos elementos
accidentales con la regla moral dependerá la moralidad del
acto humano.
Contribuyen a agravar o a disminuir la bondad o la
malicia moral de los actos humanos (por ejemplo, la cantidad de
dinero
robado). Pueden también atenuar o aumentar la
responsabilidad del que obra (como actuar por miedo a la
muerte).
Es necesario el estudio de la moralidad para comprender
la naturaleza de las relaciones posibles entre las acciones
humanas y lo que constituye su fin.
Los actos que realizamos es el modo en que nos movemos
respecto del fin de nuestra vida. Cada acto que realizamos nos
acerca o nos aleja de ese fin, estos están dirigidos por
normas, que
provienen de antecedentes culturales, costumbres y valores que
abarcan todas sus acciones, normas que no siempre tienen un
contenido de valor moral.
En cuanto a la valoración de los actos
según los principios o fuentes de la moralidad, hay que
tener en cuenta que el bien consiste en la posesión de
todos los elementos requeridos para la plenitud de un ser; y el
mal, en cambio, en la
ausencia de alguno de ellos.
La determinación de la bondad o malicia de los
actos humanos se hace por los elementos que los integran: El
objeto, el fin y las circunstancias. Estos elementos no
intervienen todos de la misma manera, cuando determinan la
moralidad de los actos humanos buenos y la de los actos
malos.
Teoría Pura del Derecho.
Hans Kelsen.
Editorial Porrua, 12ª edición.
Paginas 71-80 y 353-355
Teoría de los Actos.
Abraham A. Moles / Elizabeth Rohmer
Editorial Trillas
Pagina 63-64.
Educación moral: aprender a ser, aprender a
convivir.
Ruiz Corbella, Marta (CB).
España: Editorial Ariel, 2005.
Paginas 35 -51
El sembrador de valores.
Rodríguez Jobrail, Emerenciano.
México: El Cid Editor, 2001.
Páginas 200-221.
Lecciones de Ética Ambiental.
Gurría Di-Bella, Manuel.
México: El Cid Editor, 2001.
Páginas 46-64.
SANDRA LAZARO RODRIGUEZ
UNIVERSIDAD ANAHUAC DE CANCUN
LICENCIATURA EN DERECHO
ESCUELA DE DERECHO.
ASIGNATURA: DERECHO
NATURAL.
CANCUN, Q.ROO A 11 DE OCTUBRE DEL 2005