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Los Na de China



    Los Na de la región de Yongning,
    llamados Mo-so (1) por
    los Han, la etnia
    mayoritaria de la China (92% de
    la población total), forman una sociedad de
    agricultores montañeses que agrupa alrededor de 30.000
    personas. Los Mo-so son descendientes de los Qiang,
    una antigua población de la meseta tibetana, al noroeste
    de la China. (2) Actualmente
    ocupan una vasta región al suroeste de China y se
    diferencian en cuatro grupos: los
    Naçi o Naxi, los Na, los NaRu
    y los Nahing (3). Estos
    cuatro grupos comparten, según su propia apelación,
    la silaba na, su significado, en tanto que nombre propio,
    es desconocido. En su lengua hablada
    (sin escritura),
    na como vocablo general, es empleado como adjetivo
    calificativo y significa «negro». En cuanto a
    çi, Ru y hing, todos significan
    «gente» o «seres humanos». La
    región de Yongning, región «abierta»
    desde 1921, se compone de un variado relieve,
    combinando la alta montaña (3.800-4.500 mts), la depresión
    de Yongning (2.600 mts), las orillas de lago Lugo (2.700 mts) y
    las terrazas del valle (1.600 mts) del rio Jingsha. Cubiertas
    principalmente de pinos, abetos y castaños, las
    montañas son ricas en animales y
    plantas, algunas
    de las cuales son muy apreciadas en la medicina
    china. En el valle del Jingsha (4), de clima
    subtropical, se recogen dos cosechas de arroz por año.
    También se cultiva maíz,
    sorgo, trigo y algunos frutos como la naranja, la mandarina o las
    peras. Yongning es una depresión rodeada de altas
    montañas (5), sobre una
    superficie de unos 70 km2. Los
    Na que aquí tratamos, viven repartidos en la
    depresión de Yongning y en las orillas del lago
    Lugo.

    Los na de Yongning constituyen una sociedad
    peculiar, sin par en los anales de la antropología, que se caracteriza por un
    respeto hacia las
    mujeres, que gozan de gran prestigio y ocupan una posición
    central en la vida social. En términos generales ignoran
    el matrimonio y
    en consecuencia el «marido». La ausencia de
    matrimonio es proporcional a la libertad
    sexual, las mujeres na pueden tener varios amantes al
    mismo tiempo. Hasta
    nuestros días, mujeres y hombres de esta etnia pueden
    mantener libremente relaciones
    sexuales con varios compañeros y escoger según
    su agrado. Los antropólogos chinos que visitaron la
    región encontraron cierto joven que decía haber
    tenido relaciones sexuales con todas las mujeres del poblado. Una
    mujer de 23
    años afirmaba poseer 200 amantes mientras su hermana,
    tristemente sólo conocía 50. (6) El hombre
    realiza visitas nocturnas a la mujer, en la
    casa donde ésta cohabita con las diferentes generaciones
    de sus hermanas y hermanos de su descendencia, que ignoran su
    presencia, para por la mañana regresar
    sistemáticamente a la casa de su propia descendencia.
    Estas visitas nocturnas son llamadas furtivas y son como
    «el deporte
    nacional». Entre las parejas, no existe ninguna
    relación económica, no viven juntos, no comparten
    el hogar. Los niños
    nacidos de estas relaciones sexuales forman parte invariablemente
    de la descendencia de la madre, cuyos miembros aseguran la educación, sin la
    intervención del progenitor. Éste, a menudo
    «es identificado» sólo por la semejanza con el
    niño, a veces no es ni conocido, al recibir las mujeres a
    compañeros diferentes. Por otra parte, no encontramos, en
    la lengua na ningún término que cubra la
    noción de «padre».

    A propósito de la procreación, los
    lugareños cuentan: «Hace mucho tiempo, bastaba ir a
    lo alto de la montaña y abrir la vagina al viento, para
    que las mujeres quedaran embarazadas. Los hombres pasan como el
    viento… y es siempre difícil seguir el rastro del
    pájaro en el cielo, de la serpiente sobre la roca y del
    hombre en la
    mujer». (7) Las visitas,
    como modalidad de vida sexual, se distinguen en dos tipos: la
    visita furtiva («nana sésé») y
    la visita ostensible («gepié
    sésé»
    ). Excepto estas dos modalidades, en
    esta sociedad existe también la convivencia (ti
    dzï jï mao the
    ) y el matrimonio. Pero la
    mayoría de la población vive únicamente el
    modo de visita, y los que siguen el modo de convivencia o de
    matrimonio practican paralelamente la visita furtiva. La
    modalidad tradicional practicada por todos los Na se
    denomina nana sésé; nana significa
    «furtivamente», sésé,
    «ir» en sentido literal y «visitar» en
    sentido figurado. Una mujer y hombre que establecen este tipo de
    relación sexual son llamados, nan
    sésé
    hingque quiere decir «la
    gente en relación de encuentro furtivo». Entre ellos
    se llaman discretamente açia (8) que quiere decir «amantes».
    La Açia es una relación particular, entre
    compañeros, que se acabará cuando uno de ellos
    así lo quiera. El consentimiento entre ellos es algo
    primordial. Esta prohibido tener açia antes de los
    13 años y está mal visto después de los 50.
    También está prohibido reñir entre dos
    personas del mismo sexo por una
    del sexo opuesto.

    De ordinario la cita galante se realiza con la visita
    del hombre a la habitación de la mujer alrededor de la
    media noche (según las estaciones) a fin de que ni los
    miembros del sexo opuesto de la línea del hombre, ni las
    personas del sexo opuesto de la línea de la mujer lo
    adviertan. Por las mismas razones, el visitante deja a la mujer
    al primer canto del gallo para volver a su casa. Tradicionalmente
    mujeres y hombres gozan de una igualdad
    total. En los contactos cotidianos, en los pueblos, en el trabajo,
    cualquiera de los dos puede tomar la iniciativa para mostrar de
    una manera u otra sus sentimientos hacia la persona que le
    gusta. Cada uno de ellos se sirve de la expresión oral o
    del gesto para ello. Hombres y mujeres afirman igualmente su
    deseo de formalizar una açia, a través de
    una frase directa, de una sonrisa, de un gesto, (me apodero de tu
    cinturón, si tú me sonríes estás de
    acuerdo, si me lo quitas, no lo estás) o en el momento del
    baile nocturno alrededor del fuego, el hombre acaricia la mano de
    la joven mujer que le gusta. Si ésta no retira su mano, es
    invitado a visitarle. La cita entre los amantes na puede
    realizarse de manera pactada o bien de improviso a
    condición expresa de que ésta se efectúe en
    ausencia de cualquier consanguíneo de sexo opuesto a los
    dos interesados, a causa del tabú del incesto.
    Habitualmente, entre gentes del mismo pueblo o aldea vecina
    cualquier momento del día, cuando se cruzan los
    interesados, es conveniente para acordar una cita. Por la tarde,
    los hombres se reúnen a lo largo de la pista que atraviesa
    el pueblo; después de un momento de charla, se separan
    para ir a buscar a las mujeres. (9)
    Actualmente, para estos asuntos, los aldeanos frecuentan el
    cine
    cotidianamente. Este se desarrolla al ritmo de una sesión
    por día, la película es proyectada al aire libre en una
    explanada rodeada por una cinta. Después de comer la gente
    de los pueblos de alrededor, la mayoría de los
    espectadores son jóvenes de menos de 35 años, se
    sientan en el suelo y
    aprovechan la proyección para flirtear entre ellos.
    (10) Al final de la
    sesión de cine, todo el mundo desaparece en la oscuridad
    de la noche, los que viven en el pueblo vuelven a pie, los otros
    en bicicleta y aquellos que tácitamente se han entendido
    parten en pareja.

    De ordinario, las citas son fijadas por consentimiento
    entre los dos interesados, pero también existe una manera
    colectiva de expresar el deseo: un pequeño grupo de
    chicos encuentra en la calle a un grupo de chicas. A distancia
    vocean, con la mano derecha colocada junto a la boca para dirigir
    la voz: «¡A hé hé!..¿dzo dzo
    a grai?»
    (¡Oh, oh!, ¿queréis
    intercambiar?) Y ellas si comparten la intención
    responden: «¡A hé hé!». Un
    chico se les acerca, en representación de sus amigos, para
    proceder al intercambio. El objeto de intercambio es normalmente
    un cinturón. Las que son reticentes siempre pueden
    negarse. Provistos del cinturón, cada chico podrá
    visitar ulteriormente a su propietaria. El hombre siempre visita
    a la mujer (11), lo contrario
    es impensable y pondría en entredicho su reputación
    y sería mal considerada si lo hiciera (demasiado
    «ardiente»). Las mujeres más bellas reciben un
    mayor número de visitas hasta el punto que en varias
    ocasiones varios jóvenes se encuentran al mismo tiempo en
    la ventana de la mujer, quién acabará escogiendo al
    que desea recibir, los otros buscaran otro destino sin mayor
    problema. Entre ellos los celos no existen debido a la
    posibilidad de cada uno de encontrar otra pareja. Los celosos son
    muy mal vistos, son señalados con el dedo y objeto de
    burla, lo que les calma rápidamente. Numerosas visitas
    furtivas con los viejos açia y una buena parte de
    los encuentros galantes entre nuevos partenaire se realizan de
    improviso. El visitante franquea el muro que rodea la casa,
    escala hasta la
    habitación de la mujer y prueba que le abran la puerta
    susurrando palabras dulces… Como cada casa posee una
    «perra»,(12) es
    ventajoso hacerse con un hueso de cerdo o de una piña de
    pino untada en mantequilla con arroz que ocupará al animal
    durante un buen rato y dejará al visitante entrar en paz
    en la habitación de la mujer. Cuando el visitante se
    presenta, la mujer, si está dispuesta, no le
    acogerá sin antes averiguar su identidad. Si
    el visitante es inoportuno, la mujer siempre tiene el recurso de
    ir a dormir con su madre en la casa principal: una manera
    elegante de manifestar su rechazo.

    En el marco de la visita de improvisto, cuando el hombre
    viene directamente a golpear la puerta de entrada sin una
    señal específica, existe un consenso sutil: si hay
    mujeres susceptibles de recibir visitas, cada día a la
    caída del sol, los hombres presentes en la casa no
    abrirán la puerta de entrada; sólo si la persona
    que golpea la puerta llama por su nombre a un miembro de la casa.
    En ciertas matrilíneas, donde dos o más mujeres
    reciben visitas respectivamente, por ejemplo madre e hija, a
    menudo es una de las hijas la que se encarga de abrir; si son
    hermanas, cualquiera de las dos puede abrir la puerta. Durante el
    encuentro galante, a los dos açia les está
    prohibido hablar fuerte. Solo murmuran a fin de no ser
    oídos por los consanguíneos de la mujer, sobretodo
    aquellos de sexo opuesto (los tíos y los tíos
    abuelo) que duermen bajo el mismo techo. Durante el día
    todo encuentro en la casa está prohibido. Si la
    prohibición del incesto, sumamente desarrollada, restringe
    ampliamente los comportamientos entre consanguíneos, la
    libertad sexual entre no consanguíneos es total,
    permitiendo comportamientos intrépidos (también
    practican la hospitalidad sexual).

    Otra manera de visitar sin cita previa consiste, para el
    joven, en deslizarse en medio de la noche a la habitación
    de la mujer mientras duerme. En este caso, el visitante
    está casi seguro de ser
    bien recibido. En general, solamente los jóvenes traviesos
    practican este tipo de visitas, utilizando todo su talento de
    persuasión para hacerse aceptar. Un joven cuya cita haya
    sido rechazada puede tentar así a la suerte. Una vez el
    visitante ha conseguido llegar al borde de la cama, la joven ya
    no puede pedir auxilio a causa del tabú. Pero sea cual sea
    la forma empleada, el éxito
    del visitante furtivo sin cita previa depende igualmente de la
    voluntad y del deseo de la mujer. Nadie la puede forzar. La
    segunda modalidad, institucionalizada, tradicional de vida sexual
    es gepié sésé. Gepié
    significa «vomitar» en sentido literal, designa
    «sacar todo lo guardado en el vientre (o en el corazón) o
    dejarse todo abierto. En tanto que adverbio, gepié
    significa «ostensiblemente» o
    «abiertamente» en sentido figurado.
    Sésé, «ir» en sentido literal y
    «visitar» en sentido figurado. La expresión
    designa la visita que un hombre rinde ostensiblemente a una mujer
    sin la necesidad de ocultarse de los miembros de su línea
    sucesoria.

    Todos los que practican la visita ostensible empezaron
    por la visita furtiva. Después de pasar un cierto
    número de noches juntos, de hurtadillas, a medida que los
    sentimientos que experimentan se hacen más profundos, los
    dos amantes intercambian los cinturones simbolizando así
    sus sentimientos y su amor. Por
    regla general, una vez los dos amantes están de acuerdo en
    modificar la relación, la mujer irá a hablar con su
    madre para acordar el día en que el hombre podrá
    ser «recibido» en la casa. Alrededor del 40% de los
    hombres han entrado en relación abierta de esta manera.
    (13) La jefa femenina de la
    matrilínea (14)
    organizará una comida, a la que asistirá el
    hombre para conocerlas. En el mayor secreto, el hombre llega
    solo, aunque casi siempre se hace acompañar de un
    moio (intermediario) masculino conocedor de la
    línea de la mujer y capaz de conversar.

    El encuentro se realiza tradicionalmente en la sala
    principal, alrededor de las 11 de la noche, cuando los miembros
    masculinos de la línea de la mujer han salido de la casa o
    se han acostado. Entrando en la sala, el hombre aporta obsequios
    según sus posibilidades, en general algunas libras de
    té, azúcar
    de caña, o de alcohol,
    entregando los regalos a la jefa femenina de la casta. Con
    alcohol se procede a una ofrenda ritual a los ancestros.
    Después se sirve el festín al hombre y su
    acompañante, y la jefa del clan le entregará los
    obsequios de su amante. Este intercambio de regalos se presenta
    como una obligación, la persona que no lo cumple corre el
    riesgo de ser
    abandonada. A partir del encuentro con la jefa femenina, el
    hombre tendrá tendencia a llegar un poco más pronto
    y sus visitas nocturnas serán algo menos discretas. De vez
    en cuando, después de la cena de las 9, irá a
    discutir con los miembros femeninos de la línea. Cuando
    los miembros masculinos están presentes, guardará
    silencio, ya que en la concepción na él
    tiene un estatuto inferior incluso al de un niño. Por la
    mañana volverá a su casa algo más tarde. La
    práctica de la visita ostensible observa entre los amantes
    el «privilegio sexual». El reconocimiento del
    privilegio sexual constituye una protección social del
    privilegio, pero solamente una protección en principio.
    Este deber reconocido a la convivencia, por unos y por otros, no
    quiere decir que el açia ya no se practique: si un
    hombre llega a casa de una mujer con la que convive en visita
    ostensible y ella está con otro hombre, éste,
    simplemente debe irse para evitar el conflicto.

    A la práctica de este tipo de amor furtivo se le
    denomina na min kru que significa «robar el
    sexo» (no supone una expresión peyorativa). Cuando
    un hombre es sorprendido «robando sexo» por el amante
    ostensible de la mujer, corre el riesgo de ser golpeado. Por lo
    tanto, es del todo admitido que cada vez que un hombre abandona
    el pueblo por varios días, seguramente durante la segunda
    noche o quizás algo más tarde, su amante reciba
    visitantes furtivos sin dificultad. (15) La existencia de una relación abierta
    (ostensible) sólo depende del amor que vincula a los dos
    amantes y de su libre albedrío, y no representa una forma
    de monoandria, socialmente ratificada aprobando
    tácitamente la visita furtiva junto a la relación
    abierta. La libertad sexual para los na es un principio
    sagrado e intangible. La tercera modalidad tradicional de la vida
    sexual es ti dzï jï mao the. Literalmente ti
    dzï
    significa «sentarse», en sentido
    figurado «habitar», «instalarse»;
    jï mao the «no haber bebido alcohol» (en
    relación al festín) para distinguir esta modalidad
    de aquellas en que se organiza un banquete. La modalidad de
    cohabitación, comportamiento
    ilícito en principio sólo es aceptada por la
    necesidad de perpetuar una masada. En el modo de convivencia los
    amantes no sólo pasan las noches juntos sino los
    días también realizando actividades en
    común: trabajan y comparten el fruto de sus esfuerzos,
    viven juntos.

    Existen tres tipos de convivencia: uxorilocal, virilocal
    y neolocal. La mayoría de las uxorilocales aparecen en la
    línea donde falta la mano de obra masculina. La
    convivencia tiene como objetivo
    asegurar la subsistencia de la masada. Cuando en una línea
    faltan mujeres (para hacer niños) se recurre a la
    cohabitación virilocal. El clan que está falto de
    miembros será el que irá en su busca. El miembro
    que parte a cohabitar debe estar seguro de que su grupo
    está de acuerdo. Los que vienen a cohabitar conservan su
    cualidad consanguínea y observan el «privilegio
    sexual». La neolocalidad se inicia por una convivencia de
    tipo virilocal. Hombres enriquecidos por el cargo que
    desempeñan en la
    administración del zhifu o por el comercio,
    inducen a su partenaire a convivir con ellos en su casa. Esta
    convivencia provoca conflictos
    entre las madres y las hermanas, de un lado, y la amante del
    otro. Frente a esta situación existen dos soluciones
    según el caso: o los que conviven son obligados a
    construir una nueva casa de nacimiento, o bien la línea
    del hombre se escinde y se divide en dos o más casas. En
    los na la mujer toma las decisiones importantes,
    administra y dirige la familia, y
    tiene fama de razonable. (16)
    En esta sociedad, la
    organización elemental de parentesco es
    matrilineal.

    La consanguinidad na constituye un hecho social
    que se diferencia integralmente de la consanguinidad
    biológica. La línea materna es la organización elemental de parentesco, cada
    línea está provista de un nombre que poseen todos
    sus miembros y que se transmite por línea materna en
    concordancia con la regla de transmisión de
    consanguinidad. En el seno de una misma sucesión, los
    bienes son
    comunes. La casa, las tierras pertenecen a la misma descendencia,
    pero los bienes no pertenecen a una persona en concreto.
    Propiamente hablando, no existen los bienes individuales. El
    patrimonio se
    transfiere colectivamente, la herencia se
    efectúa naturalmente y sin formalidades. Los padres no
    pertenecen a la familia, son
    extranjeros y habitan en otro pueblo. El padre no tiene
    ningún derecho ni ningún poder, cuando
    hay alguna decisión que tomar es la familia de la madre la
    que decidirá. En la concepción na el padre y
    el niño no tienen la misma sangre, es la
    madre la que transmite el nombre. Piensan que el futuro hijo esta
    originalmente en el vientre de la madre mientras el hombre se
    limita a regarla. (17)

    Cada individuo
    está determinado exclusivamente por los lazos con su
    madre. Los hijos vivirán en casa de la madre hasta su
    muerte. Un
    individuo es consanguíneo de otros consanguíneos de
    su madre. Esta regla de consanguinidad exclusivamente matrilineal
    será el primer parámetro en materia de
    identificación social. Si bien la institución de la
    visita implica una reciprocidad generosa y generalizada entre
    líneas no consanguíneas guiadas por el azar y la
    espontaneidad. Se trata pues de una matrilinealidad pura y
    absoluta, donde son ellas quienes transmiten los nombres y las
    tierras y escogen también a su enamorado. Este concepto de pura
    matrilinealidad es primordial en la lógica
    de la representación del cuerpo, el sexo femenino
    está por delante del sexo masculino (18). En el seno matrilineal na los
    hombres nacen de la mujer, jamás a la inversa. Entre los
    miembros de una misma línea de descendencia existe un
    segundo lazo, además del lazo de consanguinidad, el de la
    economía:
    trabajan juntos, viven permanentemente en el mismo hogar,
    comparten el mismo plato y el mismo fuego. Todos sus miembros
    gozan de derechos y
    deberes mutuos: la última generación se ocupa de la
    generación siguiente y ésta tomará a su
    cargo la de sus ancianos. Además de estas relaciones
    económicas y del intercambio de las visitas, la
    reciprocidad se manifiesta principalmente sobre otros aspectos de
    la aldea en la base del don y del intercambio. Durante la
    construcción de la casa, en el
    alumbramiento, durante los funerales, etc., los aldeanos aportan
    dones a la masada en cuestión. Durante los trabajos
    estacionales del campo, si una línea no consigue acabar
    los trabajos a tiempo, es ayudada por sus vecinos. La casta
    está dotada de dos jefes: uno masculino y otro femenino.
    La tradición quiere que la dirección, el mando de la descendencia,
    corra a cargo de los primogénitos (hijo e hija
    primogénitos) de cada generación. El reparto de
    poderes más representativo es aquel en que el tío
    materno (jefe masculino) se ocupa de los asuntos exteriores y la
    madre (jefe femenino) de los asuntos interiores. En una sociedad
    sin padre ni marido el tío materno ocupa el sitio del
    padre respecto a los hijos, es el primero a la hora de costear
    los gastos materiales,
    les compra ropa y paga los gastos de educación, etc. El
    tío da su amor a los hijos de su hermana. Cuando un hombre
    «hace» un hijo, hace un regalo a la familia de la
    madre, un gesto de generosidad en la que su familia no
    está concernida. El hecho de tener hijos no cuenta para un
    hombre, lo importante para él es que su hermana tenga
    hijos. En la sociedad na el hermano y la hermana comparten
    su vida exactamente como marido y mujer en la sociedad
    occidental, solamente hay una cosa que no comparten: la
    cama.

    La prohibición del incesto es muy importante
    entre los na, es más fuerte que en nuestra cultura y
    condiciona todo el modo de vida sexual. En el seno de una
    línea, el hombre no tiene «hijos» ni
    «hijas» y simétricamente los niños y
    niñas no tienen «padre», ni en términos
    de parentesco, ni en derecho, ni de hecho. Jamás se habla
    de sexo entre miembros del mismo sexo de la familia matrilineal.
    «No nos insultamos porque un insulto podría ser de
    carácter sexual». Un chico de esta
    familia y una chica de la misma familia no pueden cohabitar. Si
    un hombre quiere hacer una observación, a una chica, sobre alguna
    cuestión sentimental, le confiará la tarea a un
    extranjero que se encargará de transmitirlo a la chica. La
    madre es la única que puede decirles algo a sus hijos,
    pero muy discretamente. Los hermanos que cometen incesto son
    considerados como animales y deben suicidarse, si no son capaces
    de realizarlo, la familia se encarga de ejecutarles. Por ejemplo
    encerrándolos en una cueva hasta que mueran de hambre. En
    1950 se fundó en el distrito de Ninglang el
    «Gobierno
    Democrático de las Múltiples Etnias Unidas»,
    sus principales responsables eran los han. Después
    de los primeros contactos con los Na, este gobierno local
    juzgó el uso de la visita cómo una «costumbre
    retrasada y primitiva» que contravenía la
    legislación matrimonial de la República Popular de
    la China y que desembocaba en el descenso de la moralidad
    (19). Los argumentos aducidos
    hacían referencia a la infección del 50% de los
    adultos con la sífilis
    (20), a la esterilidad de gran
    cantidad de mujeres, a la gran cantidad de deformes, etc., como
    efecto del desorden sexual. La primera medida se remonta al
    año 1956, año de la reforma
    agraria destinada a animar a los hombres a abandonar su
    línea maternal y a fundar su propia familia nuclear.
    (21) Durante el
    «movimiento del
    Gran Salto hacia delante», en el 58, el poder local de
    Yongning elaboró la primera reforma matrimonial y
    procuró diligencias «para propagar la
    legislación matrimonial», «la superioridad y
    la posterioridad de la monogamia socialista en relación al
    sistema de
    açia en los diversos estadios de la evolución de las formas
    matrimoniales» (22).

    Se organizaron discusiones con los ancianos para
    persuadirles de estabilizar sus relaciones. Se envió un
    grupo de trabajo para
    incitar a los jóvenes a casarse y se organizaron banquetes
    de bodas para servir de ejemplo, sin demasiado éxito. En
    el informe final de
    los dos grupos de etnólogos de 1960 y 1963 se recomendaba
    unánimemente reformar progresivamente este sistema
    matrimonial anticuado y guiar a los Na hacia la monogamia.
    En el 66, al principio de la «Revolución
    Cultural», Mao Zedong (23)
    incitó al pueblo chino, sobretodo a los
    jóvenes, a «barrer sijiu» (los
    «cuatro viejos»: viejas costumbres, viejos
    hábitos, vieja moral y
    cultura). Con la ayuda del equipo de trabajo, bajo la
    dirección de la Comuna Popular de Yongning, se inicia la
    segunda reforma matrimonial, tratando de imponer el matrimonio a
    todos los aldeanos con relación abierta (ostensible).
    Después de la partida del equipo de trabajo la
    mayoría de matrimonios se disolvieron. En 1971 se
    desarrolló una campaña con los mismos resultados.
    En 1974, en pleno paroxismo maoísta que señala la
    importancia de la lucha de clases en el dominio
    ideológico, (24) los
    Na sufren la cuarta reforma matrimonial, esta vez a cargo
    de los Comités Revolucionarios Provinciales y del
    Gobernador Provincial de Yunnan, que encarga un informe y un
    proyecto donde
    quedan enumerados «los siete grandes crímenes del
    matrimonio de amistad».
    Una verdadera demostración de delirio totalitario
    concluyendo que «la educación y la persuasión
    por sí mismas no son suficientes para mantener las
    parejas, se hace necesario el apoyo con medidas
    administrativas». La relación de visita
    quedará prohibida. Le seguirá todo un paquete de
    leyes para
    regular las relaciones sexuales y atajar los nacimientos
    «naturales», de medidas represivas contra las
    relaciones establecidas, así como la puesta en marcha de
    brigadas y reuniones a fin de propagar la superioridad de la
    monogamia socialista y la nocividad del «matrimonio de
    visita», además de inculcar la legislación
    matrimonial a los aldeanos. En opinión de los aldeanos
    «la política de esta
    reforma es dejar abandonados a los ancianos», «ella
    desmembra la línea y deteriora la solidaridad de
    sus miembros»; «visitar a las mujeres sin casarse es
    nuestra costumbre. Si todos debemos practicar el matrimonio todos
    seremos han y los na desaparecerán».
    Algunos meses después de la partida del grupo de trabajo
    varias parejas se disolvieron a causa de los conflictos entre sus
    miembros.

    Actualmente la reglamentación se ha relajado y se
    ha introducido la planificación
    familiar a cargo de los propios na; cada mujer tiene
    derecho a tener tres hijos o hijas en lugar de dos como los
    han. Tener hijos fuera del matrimonio se considera como
    inmoral e ilícito y se castiga con una multa de 30
    yuan por año por «hijo natural».
    Después de que las líneas, en 1982, han obtenido
    cada una su propia tierra, los
    aldeanos dependen muy poco del gobierno local y resisten
    más y mejor las reglas administrativas y las multas.
    Después del fracaso de las medidas administrativas para
    imponer la monogamia, en 1981, la China bajo el pragmatismo de
    Deng Xiaoping comprendió que cuanto más trataba de
    «liberar» a las otras etnias, menos apoyo
    recibía de ellas. Lo que le permitió adoptar una
    política más moderada frente a las etnias
    minoritarias. En Yongning todavía se multa la costumbre de
    la visita pero ya no se justifica la reforma matrimonial.
    Constatamos que la tragedia na de 1974 fue un producto del
    maoísmo, mientras el conflicto intercultural subsiste bajo
    una forma más temperada. A pesar de todo, incluida la
    «reforma matrimonial» instituida por los extremistas,
    sólo se ha introducido la modalidad del matrimonio, no su
    institución. Recientemente se ha construido una carretera
    y se utiliza el lago como medio para transportar a los turistas,
    el desarrollo
    puede traer contaminación a la
    región.

    También ha llegado la electricidad, el
    Hi-Fi, la TV, el Cd y el
    video, junto a
    las revistas que pregonan la moda. Escuchan
    los discos compactos a la moda de Pekín y de Shangai.
    Recientemente algunos aldeanos han recogido dinero para
    comprar una televisión
    y todas las tardes se reúnen entorno a la programación de la
    televisión estatal (25). La escuela
    pública existe desde 1988, los valores
    que se enseñan son los de la China moderna, en lengua
    china: el papa, la mama, el trabajo. En la escuela se
    muestra el rol
    biológico paterno con esquemas y los profesores demuestran
    con croquis que el papel masculino no se reduce simplemente a
    «regar», hablan también de matrimonio
    presentado como un progreso. Evidentemente las ideas vehiculadas
    por la escuela se difunden en la sociedad Mo-so, hasta el
    punto que asistimos a cambios de hábito inéditos.
    De pronto, ciertos jóvenes quieren casarse y se ven
    así mismos como padres y quieren irse a vivir a casa de la
    mujer. Una joven na, que ojea una revista de la
    capital, en
    cuya portada hay una foto de una pareja de recién casados,
    es entrevistada al respecto: (26)
    _ Según tu punto de vista, ¿cuál es el
    mejor modo de vida? ¿Qué prefieres, la visita o el
    matrimonio? _ Las visitas son mejor. _ ¿Por qué? _
    Porque todo está basado en los sentimientos. Los bienes
    materiales, la casa, los hijos… no tienen importancia,
    solamente cuentan los sentimientos… Según se desprende
    del trabajo de campo del etnólogo chino Cai Hua,
    «matrimonio», «afinidad», «alianza
    matrimonial», «familia»… Estos conceptos
    esenciales de la antropología, sean cuales sean sus
    definiciones, parecen no encontrarse en esta cultura. Los
    na son el testimonio de que el matrimonio y la familia no
    pueden ser considerados universales, ni lógicamente, ni
    históricamente. Prácticamente todas las sociedades,
    excepto los Na, conocen bajo una forma u otra, el
    matrimonio y/o la familia. Los dos grandes teóricos
    más representativos de la estructura
    social, Radcliffe-Brown y Lévi-Strauss, la han fundado
    justamente sobre las relaciones existentes entre los miembros de
    la familia. Sin matrimonio, los na, suponen una
    excepción que se opone a los argumentos fundamentales de
    estas tesis.
    Lévi-Strauss estima, que en razón de su
    universalidad, la prohibición del incesto precisa el
    matrimonio, que la división de trabajo entre los sexos
    hace al matrimonio indispensable, que sin matrimonio ninguna
    sociedad se puede mantener, y que sin familia ninguna sociedad,
    ni la propia humanidad no podría existir.
    (27) Tanto la
    prohibición del incesto, de forma prominente, cómo
    la división sexual del trabajo, son presentes en la
    sociedad na, sin suscitar por tanto el
    matrimonio.

    De la misma manera, ¿se puede afirmar que los
    hermanos cooperan menos entre ellos, que lo que
    cooperarían marido y mujer? Si los otros tipos de
    sociedades que estas teorías
    no pueden explicar se establecen necesariamente con la ayuda del
    matrimonio y la familia, la sociedad na funciona
    simplemente sin estas características. Su existencia
    indica los límites de
    las teorías dominantes en la materia, relativizando
    nuestro conocimiento
    actual. Una sociedad puede mantenerse y funcionar sin matrimonio.
    Se puede concluir que en el momento en que en una sociedad
    prevalece el deseo de posesión por encima del deseo de
    propagación se pone en marcha la institución del
    matrimonio. En el caso inverso es la de la visita la que se
    aplica. La sociedad de los na constituye un hito en los
    modos de parentesco, su paradigma
    amplía el horizonte de las relaciones
    humanas y relativiza el
    conocimiento antropológico en esta materia. Necesario
    también subrayar la resistencia de
    éstos a perder sus costumbres y sus hábitos
    sexuales, resistencia que nos enseña e impulsa a no ceder
    a la norma que oficializa y sanciona las nuestras, estigmatizando
    a los y las que se oponen a ellas. Mujer Na.

     

    Revista Etcétera

     

    Notas

    1. La primera mención del término
    «Mo-so» en los anales chinos data del siglo
    III de nuestra era.

    2. A finales del siglo II de nuestra era los Mo-so
    habitan en la región de Yanyuan (provincia de Sichuan), en
    el siglo V ganan la región de Lijiang (provincia de
    Yunnan), para extenderse en el siglo VIII más hacia el
    sur, hasta formar cuatro grupos diferenciados.

    3. Cuatro grupos han sido llamados los Mo-so por
    los Han. Actualmente son unas 250.000 personas y cada uno
    de estos grupos emplea su propia apelación. Los
    «Naxi» (aprox. 210.000 personas) que residen
    en la ciudad de Lijiang y alrededores (provincia de Yunnan), los
    «Na» (aprox. 30.000) que viven en la
    depresión de Yongning y al oeste del distrito de Yanyuan
    (provincia de Yunnan y de Sichuan). Los «NaRu»
    (unos 7000) que habitan en el distrito de Muli y Yanbian
    (provincia de Sichuan), y los «Nahing» (unos
    3000) que se extienden al sur del distrito de Ninglang (provincia
    de Yunnan).

    4. El río Jingsha, rio arriba del Yangtzé
    corta en dos la región. Los que se encuentran al este del
    río: los NaRu, los Na y los Nahing se
    comprenden mutuamente. Los Naxi que habitan al oeste del
    río no se comprenden, y utilizan el Chino como lengua
    vehicular. Los grupos del este son sociedades sin escritura. Las
    diferentes lenguas en que se comunican los Mo-so
    pertenecen a la rama yi de la familia tibeto-birmana La
    lengua que hablan los Na todavía no ha sido
    estudiada sistemáticamente.

    5. En la depresión y a orillas del lago el
    período de helada dura de 150 a 170 días y la
    temperatura
    media anual es de diez a once grados centígrados. La
    temporada de lluvias va de junio a septiembre con una
    pluviometría media de 1000 a 1500 mm. por
    año.

    6. Eric Blavier & Thomas Lavacherie: «Un monde
    sans père ni mari»; Aligator Studio
    Télé Objectiv; RTBF Liège. Film realizado
    para la televisión belga (2000).

    7. Recogido por Cai Hua; «Une
    société sans père ni mari, les Na de
    Chine»; Presses Universitaires de France (PUF), collection
    «Ethnologies»; Paris 1997.

    8. «Las relaciones entre
    «açia» son inocentes, puras y del todo
    libres. Una vez que la decisión de amor está tomada
    por ellos mismos, solamente disfrutan del placer espiritual, sin
    importarles los placeres materiales». («Notas de
    Yonging» ; Zhou Rucheng; encuesta de
    Yonging del 1936).

    9. En el pasado, antes de 1980, después de comer,
    los jóvenes abandonaban sistemáticamente su casa
    para reunirse con las mujeres, a menudo del mismo pueblo. Ellas
    vivían solas, sin presencia de consanguíneos. Las
    discusiones eran entonces totalmente libres, podían hablar
    de cualquier cosa, en particular de sus sentimientos y del amor
    sin preocuparse del molesto tabú: la prohibición de
    la evocación sexual. (Cai Hua; «Une
    société sans père ni mari, les Na de
    Chine»; 1997)

    10. «(…) No creía lo que
    veían mis ojos. ¡Qué choque cultural!
    ¡Incluso, en tanto que etnólogo, estaba totalmente
    perdido! (Cai Hua; «Une société sans
    père ni mari, les Na de Chine»; 1997)

    11. Según la mitología de los Na: Al principio de
    la humanidad, no se sabía reglamentar la visita. Aboadgu,
    dios que se ocupa de establecer todas las reglas organizo una
    prueba: encerraron a un hombre en una casa y enviaron a una mujer
    a buscarlo. Para encontrarlo ella debía franquear nueve
    puertas, al amanecer la mujer había llegado a la
    séptima puerta. La noche siguiente el hombre siguió
    la misma prueba pero sólo consiguió atravesar tres
    puertas. Los dioses estimaron entonces que la mujer tenía
    un temperamento demasiado ardiente y que no le debían
    atribuir la iniciativa.

    12. Los Na llaman a todos los perros
    «perras», sin importarles el sexo del animal.
    Contrariamente, los Naxi de Lijiang llaman a todos los
    perros «perro».

    13. Antes de los años 60 la práctica de la
    visita ostensible era muy rara.

    14. La casta está dotada de dos jefes: uno
    masculino y otro femenino

    15. Todos los informadores lo confirman: « sobre
    mil mujeres, solo encontraríamos a una sola que lo
    rechazara» (Cai Hua; «Une société sans
    père ni mari, les Na de Chine»; 1997)

    16. La etnia Luhin (los Na) de Yongning constituyen una
    sociedad tradicionalmente matrilineal: Las gentes no se casan.
    Dentro de su organización familiar está la madre
    pero no está el padre. La autoridad
    económica de la familia está en manos femeninas,
    únicamente éstas tienen el derecho a la herencia.
    («Notas de Yonging»; Zhou Rucheng; encuesta de
    Yonging del 1936).

    17. Los na saben que un hombre y una mujer deben
    emparejarse para hacer a un niño. La mujer es comparada
    con la tierra
    regada (esperma = lluvia) por el hombre. Abaodgu es el que pone
    el feto en el
    vientre de la mujer, 5 meses antes de ser regado, y le nutre
    durante el embarazo. De
    hecho Abaodgu pretendía ponerlos en la pantorrilla del
    hombre, pero desistió al comprobar que esto le dificultaba
    para ir a la montaña a buscar leña.

    18. Existe toda una simbología, con predominio
    femenino, vinculada a la estructura
    arquitectónica de los hogares.

    19. «Todas estas costumbres parecieron demasiado
    exóticas a los guardianes de la revolución
    cultural. Destruyendo a su paso monasterios, templos budistas y
    monumentos feudales, obligaron las parejas a vivir juntos e
    instituyeron el matrimonio a la fuerza. La
    escolarización, el turismo y la
    universalización tomaron el relevo para normalizar el
    país Mo-so». («Namu; Au pays des
    filles»; Marion Van Renterghem; Le Monde /dimanche 13-
    Lundi 14 février 2005).

    20. Parece ser que antes de 1950 las enfermedades sexuales
    constituían un serio problema en la región de
    Yongning. Cierto responsable del hospital local afirmaba que en
    1985, cerca del 5% de la población sufría esta
    enfermedad. Sobre todo las personas mayores.

    21. «Sí un hombre quiere fundar un hogar,
    la tierra le será distribuida a él en lugar de
    distribuirla a su familia maternal». Zhan Chengxu, Li
    Jinchun, Wang Chengquan y Liu Longchu, Le mariage d’azhu
    et la familla matrilinéaire chez les Naxi de Yongning
    ;
    1980.

    22. Encuesta sobre la sociedad Naxi de Yongning;
    Academia China e Instituto de Estudios de la Étnias
    Minoritarias de Yunnan; 1963.  

    23. Dirigente de la China desde 1949 hasta
    1976.

    24. A nivel ideológico, el evolucionismo era
    considerado como doctrina sagrada, con la monogamia situada en la
    etapa final de las formas de relación sexual humana.
     

    25. Nunca veremos en estas sesiones a una mujer y a su
    hermano, solos, al mismo tiempo, puesto que siempre hay el riesgo
    de que una escena de amor aparezca inesperadamente en la
    pantalla, para los na, el sexo y los sentimientos amorosos
    no pueden ser evocados en presencia del hermano o la hermana,
    esto es un tabú extremadamente estricto.

    26. Eric Blavier & Thomas Lavacherie: «Un
    monde sans père ni mari»; Aligator Studio
    Télé Objectiv; RTBF Liège. Film realizado
    para la televisión belga (2000).

     27 Lévi-Strauss; «Le regard
    éloigné»; París 1983, p. 79, 82, 84,
    91 y 92.

     

     

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