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El adelantado: lingüística básica explicada con una ficción



     

    INTRODUCCIÓN AL
    TRABAJO

    El siguiente trabajo tiene
    como objetivo
    intentar reflejar a modo de integración los temas que más me
    agradaron de la materia
    Lingüística I. La arquitectura del
    mismo es muy arriesgada y, en términos de Sklovski,
    "desautomatizadora", pero tomo ese riesgo y me hago
    cargo de los golpes. El hilo conductor del trabajo es una
    historia
    totalmente ficticia de una persona que
    asegura que los principales "padres" de las investigaciones
    lingüísticas son sólo estafadores y ladrones
    de ideas, y que les han arrebatado todas las teorías
    a un tal Rafael Fdsotrr. Con esta excusa ficcional, intento
    aplicar de una manera poco convencional y lo más original
    posible algunos de los puntos de mayor importancia sobre lo visto
    en clase y lo
    estudiado.

     

    EL ADELANTADO:
    INTRODUCCIÓN

    Jamás dejaba de cuestionarse, hasta la mayor
    profundidad, el por qué de todas las cosas. Claro que eso
    es una actitud normal
    en un niño que ingresa en la preadolescencia. El problema
    es que este niño tenía sólo siete
    años cuando empezó a hacerlo, y su capacidad
    reflexiva era un poco exagerada para su edad. Más
    aún, su vocabulario general era elevadísimo,
    producto de su
    sin precedentes fanatismo por la
    lectura.

    Nunca dejó, desde los dos años, edad en
    que aprendió a leer digamos "de corrido", de abrir textos
    literarios como cuentos,
    poesía
    y hasta novelas. Para los
    cuatro años creo que había leído ya las
    obras completas de Julio Verne. En seis meses más leyó las
    de Borges, incluida
    la poética. Lo peor es que lograba llegarle todo a su
    corazón, no leía nada por el
    sólo hecho de leerlo. Leía y analizaba. Sin
    embargo, jugaba fútbol y con los muñecos con sus
    amigos, como cualquier chico. Sólo los padres
    sabían lo mucho que leía, lo mucho que
    reflexionaba. Por lo demás, era, cuando quería, un
    niño normal, e incluso adaptaba su código
    lingüístico con sus amigos.

    La historia se sitúa en Zdrlkjuhbdvgkjb, en el
    año 1860, cuando al parecer las escuelas
    lingüísticas comenzaban a hacer sus aportes.
    ¿Por qué pongo a cuento el
    comentario de las escuelas lingüísticas? No es que
    quiera hablar de lingüística, pero sucede que cuando
    comience a desarrollar unas breves reseñas de la conducta de este
    muchachito, pondré en peligro la autoría de
    teorías lingüísticas que se atribuyen con
    tanta seguridad a
    sujetos como Saussure, Peirce y otros.

    Siempre tuve la seguridad de que la historia hace
    trampa, constantemente; de que la historia es injusta, roba,
    etiqueta a unos para desplazar a otros. Y, no nos
    engañemos: el hombre
    siempre está sediento de trascendencia. Pero el caso que
    nos compete es mucho más que injusto, y tengo documentos para
    demostrarlo. Para empezar diré, con la soberbia del que
    tiene la verdad, que Ferdinand de Saussure es un mafioso,
    quizá el primero de la historia, y debe figurar antes como
    mafioso que como lingüista. ¿Con que no me creen?
    ¿Acaso se sabe realmente a quién le arrebató
    de sus manos la primer teoría
    relacionada a la lingüística, "Ensayo sobre las
    lenguas
    ", e incluso "Memoria sobre el sistema primitivo
    de las vocales en las lenguas indoeuropeas
    "? ¿Se
    conoce de dónde tomaron despóticamente Ch. Vally y
    A. Sechehaye la primera edición
    del "Curso de Lingüística general"? ¿No
    les parece un poco extraño que este canalla ladrón
    haya volcado sus estudios tan bruscamente desde el
    sánscrito, la física y las ciencias
    naturales hasta la lingüística y las
    revolucionarias teorías que se le atribuyen?

    Veamos sólo unos detalles de pasajes de la vida
    de este niño, que no sólo resulta ser el verdadero
    autor de todo origen de los estudios lingüísticos,
    sino también de todo lo que derivó de ellos. Veamos
    ahora a Rafael Fdsotrr. Y revolucionemos la historia.

    LO REPITO: TENGO DOCUMENTOS.

     

    APARTADO PRIMERO:
    RAFAEL FDSOTRR EN LA ESCUELA

    Es hasta desagradable ver que un niño se comporta
    como un adulto. ¿Cuántas veces hemos visto en
    programas de
    televisión
    a los niño-maduros que actúan en elencos de
    programas infantiles y tienen una manera de hablar igual a la de
    los contaminados adultos? Si hay algo rescatable en un
    niño, es precisamente que no es un adulto. Por eso es que
    quiero dejar bien en claro que Rafael Fdsotrr es sólo un
    niño, y no habla, aunque pueda hacerlo tranquilamente,
    como una persona mayor de lo que es. Y cuando lo hace,
    sólo está jugando.

    Pero (e insisto, tengo pruebas)
    cuando un día la profesora preguntó con dulce
    sonrisa a la clase de quinto año qué era para ellos
    la palabra (con el único fin de comenzar a hablar de
    poesía, ¡pobrecita!), nuestro amiguito salió
    con la siguiente respuesta:

    – Palabra es un término incluido en una disciplina a
    la que yo llamaría tal vez "Lingüística"; no
    sé, tengo que ver cómo voy a llamar a esta
    disciplina. Pero lo cierto es que, ya que me hicieron "romper el
    silencio", ahora opino un ratito: …

    – ¿Lingüística? – preguntó la
    profesora, entre desconcertada y curiosa.

    – Sí, si, Lingüística, por ahora-
    respondió el particular jovencito, y continuó. -El
    problema es que no se bien, aún, cómo definir bien
    este nuevo campo que estoy haciendo mientras no tengo nada
    más divertido que hacer, jiji. Lingüística
    puede definirse a la ciencia que
    estudia el lenguaje.
    Pero no me convence esta definición. Al menos, si los
    términos "ciencia" y
    "lenguaje"
    fueran menos polisémicos, sería más
    reconfortante. Pero tanto uno como otro término son en
    esencia difíciles de definir. Cada uno define de un modo
    distinto "ciencia". Lo mismo pasa con "lenguaje". Me temo que el
    término "lenguaje" es tan abarcativo, que cada uno de los
    que está aquí podría "recortar" una parte de
    ese objeto con propiedades comunes que todos conocemos en general
    como "lenguaje". Estaríamos trabajando con pedazos
    distintos de esa definición y, sin embargo,
    seguiríamos dentro del campo del estudio del
    lenguaje.-

    La profesora, un poco atónita ante semejante
    discurso y
    totalmente descarrilada su clase, no tuvo mejor ocurrencia que
    atinar, defensivamente, a preguntarle: – ¿no te parece que
    estás hablando de lo mismo que hablamos en gramática, pero con palabras
    más… difíciles?

    -No, – respondió. -La lingüística, a
    comparación de la gramática que estamos viendo
    siempre en la escuela, no
    sería una ciencia normativa. Es decir que
    lingüística no es gramática, para nada: la
    gramática establece siempre qué está bien
    expresado o dicho, y qué está mal. La
    gramática es estrictamente normativa. La
    lingüística es más descriptiva o explicativa;
    no juzja: explica. –

    Uno de los alumnos rió, y mirando a la profesora,
    dijo: -Ja, la gramática no sirve para nada.-

    El jovencito le respondió: -La gramática
    sí sirve: es como parte de la lingüística. Lo
    que pasa es que, para partir de cualquier cosa, necesitamos de
    convenciones, de reglas. Y la gramática es el principio
    ordenador de esas convenciones, y por eso tiene que ser normativa
    y llena de reglas. Esto es un poco despótico, un poco
    fascista, pero es así: somos hijos de las reglas, de la
    arbitrariedad, de la convención. Sin la convención,
    muere el hombre.-

    -Eso es mentira, yo no pienso así- , le dijo una
    compañera que no podía soportar esta
    definición.

    -¿Ah, sí? – respondió nuestro
    adelantado niño: -¿cómo hiciste
    recién para responderme lo que me respondiste? Tuviste que
    hablarme, ¿no? ¿Y qué es hablar? Hablar es
    usar el lenguaje. ¿Y qué es el lenguaje? Un
    montón de signos que se
    mezclan para la buena comunicación. ¿Y qué son
    estos signos? Convenciones, símbolos que se materializaron "porque
    sí", sin ningún principio racional, sino con un
    principio de total arbitrariedad.- La señorita no
    volvió a discutirle nada más a este personaje, que
    continuó: – Si, la Lingüística podría
    ser tranquilamente una ciencia, porque se puede estudiar
    (según unas notitas que estoy haciendo sobre el tema
    cuando estoy aburrido) de una manera sistemática.
    También puede ser observacional y, fundamentalmente, tiene
    un objeto de estudio que es el lenguaje. Pero como dijimos que
    Lenguaje es difícil de definir, sospecho que los que me
    den algo de bolilla sobre este estudio nuevo no van a poder hablar
    sobre una sola LINGUISTICA,
    sino sobre varias teorías lingüísticas en base
    a qué punto se le de importancia y a cuál no sobre
    este polosémico término.-

    Era evidente que nuestro jovencito estaba jugando con
    sus compañeros. Supongo que, si bien le agradaban mucho
    sus improvisados monólogos, no sospechaba que el estudio
    de la lingüística podría hacerse verdadero y
    científico, como lo hiciera luego el ladrón de
    Ferdinand de Saussure. Pero como dijo Einstein: "La
    imaginación es más importante que el
    conocimiento"; aquí, Rafael Fdsotrr estaba haciendo
    peligroso uso de esa imaginación que menciona
    Einstein.

     

    APARTADO SEGUNDO:
    OFICIALIDADES Y NO OFICIALIDADES

    Cualquiera que haya revisado un poco la historia oficial
    de la Lingüística debería decir que Saussure
    es su Padre auténtico, que mediante la corriente
    denominada "los jóvenes gramáticos", y
    específicamente dentro de la corriente de los
    neo-gramáticos, constituye las bases de su revolucionaria
    ciencia. La historia oficial también dice que en la
    escuela de los neogramáticos, se investigaba cómo
    una lengua cambia
    en distintos momentos y en distintas épocas, y que por
    principio de analogía se trabajaba el estudio de esos
    cambios. También empieza el cuento de que Saussure es el
    que decide recortar la lengua del objeto de estudio enorme que es
    el lenguaje (= lengua + habla), porque en la lengua se puede
    sistematizar el estudio y explicarla de manera rigurosa, mientras
    que en el caso del habla, las cosas son muy relativas a la
    cultura, al
    contexto, y esto a Saussure ya deja de interesarle un poco (Sapir
    será, en alguna medida, el interesado en lo que deja
    Saussure). También se le atribuye históricamente a
    Saussure los términos "significado" y "significante", que
    están estrechamente relacionados a la arbitrariedad de la
    que hablaba (mucho tiempo antes!)
    en el apartado anterior nuestro Rafael. Estos términos
    fueron polémicos en los escritos de los alumnos de
    Saussure, ya que esta imagen dual del
    signo (SIGNO = significado + significante) tenía, en un
    principio, una relación de arbitrariedad pura; es decir
    que cuando se nombraba por ejemplo el elemento MESA, que es en
    esencia el CONCEPTO, la
    representación que el receptor se hace de ese concepto (la
    imagen psíquica de la mesa; el mueble), o sea la IMAGEN
    ACUSTICA, se crea por convención y por arbitrariedad, y no
    por ningún principio lógico o racional: la palabra
    MESA nada tiene que ver con una mesa, sino que sólo la
    simboliza, la evoca. Por eso, "arbitraria" tal vez no sea la
    palabra adecuada para mencionar esta relación, sino
    quizás "inmotivada". En esto también se corrige el
    propio Saussure.

    Luego y oficialmente, Benveniste empieza de nuevo a
    aclarar este problema entre significado y significante y su
    relación, señalando que ésta es más
    bien una relación de NECESIDAD. Esta explicación es
    del todo válida, ya que cuando simbolizamos una mesa
    mediante el conjunto de fonemas M-E-S-A, inmediatamente la masa
    fónica es inseparable e imprescindible para la masa
    conceptual. Es sólo una definición más
    apropiada para aclarar las palabras inexactas de
    Saussure.

    Está bien, todo esto es correctísimo.
    Ahora: ¿cómo se explica que, un poco antes de que
    estas escuelas y obras salieran a la luz, nuestro
    amigo Rafael ya estaba discurriendo acertadamente sobre
    exactamente lo mismo? ¿Cómo explico los
    cuadernos de quinto año de la secundaria que tengo
    aquí, a mi lado, sin que se le atribuyan al estafador de
    Saussure? ¿Cómo detallo que uno de sus
    compañeros, en 1869, le prestaba una especial atención a sus monólogos juguetones?
    ¿Cómo explico la manera compulsiva de tomar apuntes
    que tenía este joven llamado Ferdinand de Saussure,
    compañero de Rafael Fdsotrr? Pero díganme, los que
    vayan comenzando a hilvanar este diabólico enredo:
    ¿no es injusto…?

     

    APARTADO TERCERO:
    MÁS RAREZAS Y ANÉCDOTAS DE FDSOTRR

    El joven Fdsotrr, en ese último año de la
    escuela, escribió en sus momentos de ocio todo lo que se
    le atribuye a Saussure. También, cuando se habla de Peirce
    y su signo triádico, se lo compara de nuevo a Saussure y,
    obviamente, no a nuestro Rafael, verdadero padre de la
    lingüística. Peirce, de quien se dice que no
    conoció a Saussure, sí conoció a Rafael.
    Claro, es todo tan lógico… Saussure no decía
    a nadie sobre los conocimientos que estaba robando a Fdsotrr, por
    eso cuando una vez se encontraron él, Fsdotrr y Peirce en
    un Congreso internacional en Ginebra, al que Peirce
    asistió casi por casualidad (y Saussure y Rafael
    asistieron por obligación de la escuela), Peirce y el
    joven Rafael se unieron en seguida por una simple casualidad,
    como siempre ocurre. También, como Saussure estaba
    constantemente pegado a Fdsotrr robándole descaradamente
    sus ideas y tomando apuntes casi en su presencia de las
    genialidades que su creatividad
    emanaba, también él estaba con Fdsotrr y Peirce,
    sólo que Saussure ocultaba sus conocimientois
    (extraídos de Rafael), mientras que Fdsotrr no mostraba
    egoísmo alguno en repetir conceptos que le habían
    gustado. Y, como no podía ser de otra manera, al joven
    Peirce le alcanzó esa tarde que duró el Congreso
    para tomar algunos apuntes sobre sus brillantes discursos
    acerca del lenguaje. Pero claro, todo esto no figura en ninguna
    cronología ni biografía. Lo
    único diferente en el robo de Peirce es que éste,
    al tener un poco más de escrúpulos éticos
    que Saussure y también un poco más de creatividad y
    genio propio, decidió introducir algunas modificaciones a
    esa teoría que después le conocimos sobre el SIGNO
    TRIÁDICO. Peirce también robó de Rafael el
    SIGNIFICADO (al que rebautiza como FORMA) y el SIGNIFICANTE (al
    que rebautiza PENSAMIENTO).
    Pero además le robó el tercer elemento que denomina
    REFERENTE, que es el objeto real al que evoca, mediante la forma,
    al pensamiento de ese objeto. Por ejemplo: si se nombra SILLA
    (forma), esa forma producirá un pensamiento determinado
    que no será ni la imagen de una mesa ni la de un sombrero,
    sino, justamente, la del mueble que tiene cuatro patas, una
    superficie plana y un respaldo; es decir, la silla. Pero
    también existe el elemento real, verdadero, tangible, que
    sólo evocan estas palabras y que no pueden traer siempre a
    los sentidos
    del receptor. Ese elemento empírico, concreto, es
    el referente. Estos datos
    conceptuales que estoy dando son sólo algunos de los
    inescrupulosos robos y plagios que, entre Saussure y Peirce, se
    encargaron de confundir maquiavélicamente la
    historia.

    Poco después vendrán todas las discusiones
    acerca de las diferencias entre Semiología y Semiótica, que se pueden reexplicar a
    partir de este trágico error histórico de falsos
    padres y verdaderos creadores tapados por la tiranía de la
    vida. El problema a este respecto es que actualmente se explica
    que las diferencias entre semiología y semiótica
    tienen mucho que ver con las diferentes escuelas; el
    término SEMIOLOGÍA es asociado inmediatamente con
    la "escuela" de Saussure, ya que también se conoce a
    través de Saussure el estudio de la lengua en
    términos de sistema; esto implica ver al sistema de la
    lengua como cualquier otro sistema, con sus propiedades
    particulares, con un todo constituido por cada una de las partes,
    por la interacción y armonía de cada una de
    esas partes y por la alteración del todo si una de esas
    partes se elimina. Ejemplos de otros sistemas son: el
    sistema solar, el
    cuerpo humano,
    etc. Sin embargo, Saussure, aunque es considerado
    estructuralista, nunca habla de estructura
    sino de sistema, aunque lo plantea con la misma definición
    con la que hacemos referencia a la estructura. En cambio, cuando
    hablamos de SEMIÓTICA, el término nos lleva a
    nuestro amigo Peirce. También se ha dicho que una
    importante diferencia entre estos dos autores es que, mientras
    Saussure piensa en términos de sistema, Peirce lo hace en
    términos de signos, lo cual es mucho más
    abarcativo. ¡Las autorías y las escuelas son una
    mentira! Todo ha partido de Rafael Fsdotrr, la teoría de
    Peirce y la de Saussure, no hay escuelas ni diferencia entre
    semiótica y semiología porque todo fue creado por
    una misma persona! ¡Y la
    organización de la experiencia humana en primeridad,
    segundidad y terceridad de Peirce fue también
    extraída de las ideas de Rafael! Recuerdo el diálogo
    perfectamente:

    Fdsotrr: -…imagina que una rama se te cae encima
    de tu cabeza (decía, ya entusiasmado por su propia idea en
    esa tarde en la que se encontró por única vez con
    Peirce): ¿qué te pasaría? Tres cosas:
    primero, el propio hecho de que se te caiga esa rama;
    después te dejaría inconsciente el golpe; y
    después, en el hospital, te dirían que fue una rama
    la que te golpeó en la cabeza. En unas notitas que hago
    cuando no tengo nada que hacer, bauticé estas cosas que
    pasan como Primeridad a la cualidad de la cosa, segundidad a lo
    que te está pasando y terceridad a cómo decodificas
    en tu cabeza lo que sucedió contigo.
    ¿Entiendes?-

    Peirce: -…cla…claro, espera que lo anote,
    ¿puedo?-

    Esa tarde, Rafael también le habló de la
    composición triádica del signo, casi expresamente,
    cuando le explicó la importancia de la
    clasificación en tres, ya que un tercer elemento es algo
    que pone en relación a un elemento con otro. Así,
    discurrió nuestro amigo sobre la intervención del
    signo entre el objeto y el interpretante (es decir, el concepto
    que se atribuyó a Peirce sobre la idea triádica del
    signo). El objeto, o aquello que el signo representa, es
    representado por el representante o signo propiamente dicho. El
    interpretante es un nuevo signo generado por el
    intérprete, según los usos de su cultura. Todos
    estos conceptos fueron recibidos por Peirce esa tarde, y todos
    ellos fueron inescrupulosamente robados.

    Está bien que luego Peirce evolucionó
    teóricamente con sus clasificaciones: una sumamente
    importante es aquella que clasifica los signos según la
    relación que estos tienen con el objeto que representan.
    Si, por ejemplo, se representa un dibujo de una
    vaca, una cabeza de una vaca o la palabra vaca son tres signos
    diferentes del objeto vaca. El dibujo de la vaca, por ejemplo, es
    un Icono, y se asemeja por similaridad con el objeto vaca, ya que
    este dibujo, que representa las cualidades del animal, guarda con
    él una relación analógica. En cambio, con
    respecto a la cabeza de la vaca, es un signo Indicial: no
    representa a la vaca por similaridad, sino más bien por
    proximidad, ya que damos por sentado que la cabeza de la vaca y
    su cuerpo son partes indivisibles en el imaginario, y entonces se
    vincula la cabeza a la vaca "entera". Por último, la
    palabra VACA, en si misma, no se asemeja a una vaca ni por
    proximidad, sino que su relación con el objeto está
    dada por pura convención (Símbolos se llama a estos
    casos). Estos niveles pueden darse mezclados según las
    características determinadas de la
    comunicación en un ámbito social
    determinado.

    Esta interesante clasificación fue realizada
    íntegramente por Peirce, está bien; pero…
    ¿de dónde la sacó? ¿Quién fue
    su directo inspirador? Peirce le ha robado menos cosas a Rafael;
    pero no por ello deja de ser Peirce un ladrón.

    Además, respecto a la parcela teórica de
    Peirce en donde trata el tema de una nueva triple
    clasificación en tres componentes, que son: el
    intérprete – el signo – el designado, puedo señalar
    sin titubeos que en el instante en que Rafael y Peirce se
    hallaban juntos en una de las salas del establecimiento en donde
    se llevaba a cabo el congreso esa tarde, mantuvieron el siguiente
    diálogo:

    Peirce: Lloverá pronto.

    Rafael: Signo natural.

    Peirce: ¿qué?

    Rafael: Signo natural, claro. Tiene que ver con un
    proceso
    semiótico. Un proceso semiótico es cuando un
    intérprete reconoce un signo y comprende lo que designa.
    Es lo que yo, cuando estaba bastante aburrido, apunté como
    tal. Hay en la comunicación signos naturales y signos
    convencionales. Un signo natural es lo que tú
    interpretaste recién en tu proceso semiótico: para
    decir "Lloverá pronto" tuviste que darte cuenta antes de
    que había una gran cantidad de nubes negras en el cielo.
    En el caso de los signos naturales, hay una relación con
    lo que designa que es el resultado de una relación
    natural. Por ejemplo: si tú ves nubes (que es el signo),
    sabes que probablemente lloverá (que es el designado).
    ¿Entiendes?

    Peirce: Claro, …cla…

    Rafael: El caso de los signos convencionales es lo
    contrario: entre los signos convencionales y sus designados,
    inventados por el hombre y no por la naturaleza,
    hay una relación arbitraria, predeterminada por el hombre,
    convencional. Por ejemplo, la campana que acaba de sonar
    anunciando una nueva ponencia. Fue el hombre, y no la naturaleza,
    quien decidió que la campana iba a significar el anuncio
    de una nueva ponencia. Esta relación es convencional, no
    natural. ¿Entiendes?-

    Peirce: Yo…

    Rafael: También están los signos
    icónicos, que guardan una relación de similitud con
    el objeto designado, pero que a la vez esa relación es
    también arbitraria; por ejemplo, algunas señales
    de tránsito, que por un lado están hechas con
    dibujos
    similares al designado, pero por otra, los colores, por
    ejemplo, transmiten mensajes de modo arbitrario.

    Este fue el último diálogo interesante
    (mejor dicho, monólogo) que sostuvieron nuestros amigos.
    Observen bien las partes en las que habla Peirce y díganme
    si sus atisbos de palabra merecen llamarlo el padre de la
    Pragmática. Saquen sus propias conclusiones de la
    verdadera autoría y paternidad de las
    teorías…

     

    APARTADO CUARTO:
    INAGOTABLES INFLUENCIAS DE FDSOTRR EN
    LINGÜÍSTICA.

    ¿Quiénes siguen a Peirce, es decir a
    Fdsotrr? Eco, por ejemplo, con su notable definición:
    "signo es cualquier cosa que esté en lugar de otra", es
    decir, representando otra. Esto es un gran aporte a la
    semiótica, ya que no son signos únicamente los
    fonemas que conforman morfemas, sino también muchos otros,
    que señalara casualmente el mismo Rafael,
    proféticamente, cuando le habla a Peirce de signos
    naturales y signos convencionales. Eco seguramente ha tomado esto
    de los miserables apuntes de Peirce, pero no tengo datos sobre
    ello. Me llama, sí, poderosamente la atención la
    similitud de los conceptos.

    Se dice que la perspectiva de Peirce es más
    amplia que la de Saussure, quien no se ocupa del referente por
    recortar sólo la lengua en su estudio. Yo
    reescribiría esta frase y diría que Rafael ha ido
    evolucionando en su propia teoría, fragmentada y manoseada
    por los lingüistas "conocidos".

    En el campo de la pragmática, de donde se
    desprenden también las influencias evidentes de nuestro
    Rafael, aunque más indirectamente robadas a él, se
    han desprendido muchísimas teorías sobre el estudio
    del lenguaje "en acción", en uso. La pragmática
    comienza más intensamente con el estudio del manejo y
    decodificación de los mensajes lingüísticos a
    partir de determinados contextos y no sólo del sistema de
    la lengua. Algunos contextos importantes son el
    lingüístico (cotexto), el situacional o
    pragmático (las circunstancias en las que se produce el
    intercambio comunicativo), el sociocultural (pautas
    socioculturales que determinan el intercambio comunicativo),
    etcétera. Pero algo sumamente importante es el aporte de
    alguien que, por fin, no ha robado inescrupulosamente a Rafael
    sus teorías. Sí es innegable que ha sido, sin
    saberlo, fuertemente influenciado por él. Paul Grice,
    entonces, propone el concepto de Significado intencional (no
    natural); por ejemplo: he estado todo
    este trabajo intentando convencerlos de que el verdadero padre de
    la expansión lingüística es Fdsotrr y no
    Saussure ni Peirce ni Sapir ni Benveniste ni Grice. He tenido la
    intención de que lo que dije y escribí les causara
    un efecto, el efecto, en este caso, de la justicia de
    reconocer verdaderamente al genuino padre de esta ciencia. La
    intención mía está estrechamente relacionada
    con la forma en que emito cada palabra de este trabajo. Lo que
    realmente importa en estas buenas proposiciones de Grice es que
    no es la aceptación del receptor, sino el reconocimiento
    de mi intención. La intención es un concepto poco
    desarrollado, aunque sugerido, en nuestro Rafael. Lo interesante
    de este concepto es que desenmascara la pura e ingenua linealidad
    de la comunicación (emisor-receptor-mensaje) para empezar
    a marcar que, mientras el emisor emite su discurso, tiene la
    intencionalidad de producir algún efecto en el receptor
    (véase todo este trabajo). También entra en
    juego, como se
    dijo, el rol esencial del contexto como el gran "desambiguador",
    como el encargado de enhebrar los códigos entre el emisor
    y el receptor. Sólo así puede producirse una
    comunicación: si el contexto logra, para decirlo de
    algún modo, compatibilizar la competencia
    cultural del emisor y del receptor. Es por ello, también,
    que en pragmática no sólo importa aquello que se
    dice linealmente (lo explícito), sinjo también
    aquello que se quiere decir (lo implícito). Grice, en su
    Teoría de las implicaturas, analiza la manera en que la
    gente utiliza el lenguaje. De algún modo, el emisor le da
    a su interlocutor muchas pistas para que aquél vaya
    decodificando, mediante su capacidad para inferir, el verdadero
    peso del mensaje y no su linealidad. Por eso existe entre ambos
    una intencionalidad compartida y, por lo tanto, un pacto
    cooperativo. Las implicaturas son, entonces, "inferencias
    centradas en el plano de la intencionalidad". Las implicaturas
    conversacionales se obtienen cuando se violan ostensiblemente las
    máximas. ¿Qué quiere decir esto? Grice da
    cuatro máximas mediante las cuales está regulado el
    pacto cooperativo. Estas son De Cantidad (de información en la situación
    comunicativa), De Calidad (tiene
    que ver con la comprobable que sea lo que se está diciendo
    y, en consecuencia, con su condición de verdad o
    falsedad), De Relevancia (está relacionada con aquello que
    importa decir o con lo que no es relevante decir; o sea, con el
    criterio de selección
    de información que el emisor tenga al momento de la
    situación comunicativa) y De Modo (claridad de
    expresión, evitando la ambiguedad o, por el contrario, la
    excesiva prolijidad). Estas cuatro normas, para que
    se produzca una óptima situación comunicativa, no
    deben respetarse "a rajatabla", sino muy por el contrario, deben
    violarse, y en especial OSTENSIBLEMENTE, manifiestamente,
    abiertamente. La violación de las máximas, cuando
    es en complicidad con el interlocutor, llevan al mensaje a una
    dimensión más profunda y más
    implícita, pero que no excluye a ninguno de los
    interlocutores del círculo comunicativo sino que, muy por
    el contrario, lo transportan a la verdadera esencia de la
    comunicación en pragmática: la comunicación
    condicionada por el contexto, el lenguaje en uso.

    Debo pedir disculpas al haberme inmiscuido en fragmentos
    importantes de teorías que no fueron arrebatadas a Rafael,
    pero me ha emocionado y me emociona, hasta el día de hoy,
    el saber que pudo haber existido gente con genio propio, como
    Grice, y que no todos fueron arrebatadores de teorías,
    como los mencionados. Quiero hacerle saber a la comunidad
    científica que la historia roba, ofende, es
    despótica hasta la perversión. Y yo, Rafael Fdsotrr
    hijo, en nombre del genio de mi padre, tengo el deber, la
    obligación, de subvertir el orden de la injusticia y de la
    tolerancia.

    Mi padre, a los ochenta y nueve años,
    murió después de sólo dos días de
    agonía, con un cuaderno en su mano, lleno de notas, con
    apuntes que contenían letras extrañas que no
    formaban parte de ningún idioma, y con otras palabras que
    nunca ohí en mi vida, como "oclusivas", "guturales",
    "nasales", "africadas", y demás palabras extrañas.
    Seguro que
    para ese momento estaba ya un poco loco, o alterado. El
    inteligente y joven (14 años) hijo de su último
    médico, que creo que se llamaba Charles Hockett, me
    pidió el cuadernito de papá con tanta ingenuidad,
    que decidí regalárselo. No sé si lo
    habrá cuidado. Pero está en buenas
    manos.

     

    Serafín Campaña

    pikoro47[arroba]hotmail.com

    fernantazo[arroba]yahoo.com

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