- Concepciones
teóricas de la ética
empresarial - Tendencias en que se
ha desarrollado la ética
empresarial
En los años 60 y 70 del siglo XX surgen en los
países con tradición occidental lo que con el
tiempo vinieron a llamarse "éticas aplicadas". A los tres
giros aportados por la filosofía en el siglo pasado
(lingüístico, hermenéutico y
prágmatico) se sumaba un cuarto, el giro aplicado y, en
este caso, en uno de los ámbitos de la filosofía
moral.
En ese tiempo, el problema de la fundamentación de lo
moral seguía siendo, el tema principal de la ética,
pero junto a él empezaba a ganar terreno la necesidad de
aplicar a la vida cotidiana lo ganado en el proceso de
fundamentación, la necesidad de diseñar una
ética aplicada a las distintas esferas de la vida social,
que daría lugar a las distintas éticas
aplicadas.
La filosofía empieza a tomar un nuevo objeto de estudio:
las biotecnologías, las dimensiones de las organizaciones
empresariales, la actividad económica, el desarrollo de
los pueblos, el ejercicio de las profesiones, la estructura de
los medios de comunicación, la educación en la
ciudadanía y otras cuestiones que desde la vida cotidiana
buscaban respuestas.
Adela Cortina, en uno de sus trabajos realizados sobre este tema,
plantea acerca del surgimiento de las mismas: …"las
éticas aplicadas nacieron por un imperativo de la realidad
social que necesitaba respuestas multidisciplinares en sociedades
moralmente pluralistas"…
Las respuestas a esta realidad social fueron viniendo
primeramente de los distintos gobiernos, primero en Estados
Unidos, más tarde en Europa y después en otros
lugares. Se formaron comisiones de ética de diversos tipos
(locales y nacionales), para hacer frente a cuestiones
biomédicas, a problemas planteados por el desarrollo de
las tecnologías, a temas referidos al buen gobierno de las
empresas, a las actuaciones de los medios, etc. Su tarea
consistía y consiste en elaborar documentos que contengan
recomendaciones y orientaciones éticas, no de
diseñar normativas legales.
Una segunda instancia social desde la que se demanda el uso de
una ética aplicada, y que colabora en su
elaboración, son los expertos de las distintas esferas
sociales; ya que estos, por una parte, se encuentran ante
problemas para los que no existen soluciones automáticas y
necesitan ser consideradas con otros y por otro lado,
también existen, muy a menudo, muchos con vocación,
que desean revitalizar su actividad profesional, o sea, desean
que se ejerza con dignidad y transparencia.
De este anhelo (la excelencia de la actividad) surgen los
comités de hospitales, de empresas, de ámbitos
profesionales diversos; la inquietud de algunos colegios
profesionales por complementar el código
deontológico con uno ético, la elaboración
de códigos éticos, la petición de
auditorías éticas; todo con el fin de forjar el
carácter de excelencia de la actividad, que se forma con
valores, principios y virtudes, no con el mero seguimiento de
leyes.
Con respecto a esto Adela Cortina plantea que: … "con todo ello
no se trata de eludir las obligaciones jurídicas mediante
códigos éticos corporativistas sino elaborar una
autorregulación no corporativista, desde la experiencia de
los especialistas y contando también con éticos y
con representantes de los afectados por el ejercicio profesional:
con "legos" en la materia"…
Por último, la opinión pública es otra de
las instancias que reclama y que a la vez elabora respuestas
éticas para cuestiones abiertas. Los ciudadanos exigen que
se les respete en los diversos campos, que las distintas
actividades estén a su servicio, puesto que son ellos los
que dan sentido a la existencia de la comunidad; pero
también van percatándose de que es preciso asumir
responsabilidades y participar directamente en las distintas
esferas bien como expertos en la materia o a través de la
opinión pública.
La formación de las éticas aplicadas constituye una
forma de saber y de actuar indeclinable, precisamente porque no
han nacido por requerimiento de una sola instancia sino por la
demanda de ciudadanos, políticos, expertos y
éticos; pero también, hay que tener en cuenta que
por haber nacido de exigencias de la realidad social, actualmente
no son sólo disciplinas filosóficas, sino que
forman parte de esta realidad, incorporándose a ella de
distintas formas.
A partir de las características de este período y
de las condiciones que se crearon es que surgen las primeras
éticas aplicadas: bioética, ética y
comunicación , ética económica y
empresarial, ética del desarrollo, ética
medioambiental la ética profesional y toda una amplia gama
de reflexiones éticas acerca de fenómenos centrales
en la vida humana.
La Business Ethics, "la ética de los negocios",
como una de las variantes de la ética aplicada, aparece
con fuerza en los Estados Unidos, aunque buena parte del mundo
europeo la prefirió rotular como "ética de la
empresa", tal vez porque el capitalismo norteamericano concibe a
la empresa como un negocio de usar y si le conviene tirar,
mientras que el europeo invita a entender la empresa como un
grupo humano, que lleva adelante una tarea valiosa para la
sociedad.
Esta idea de la nueva ética empresarial se
extendió por Europa, América Latina y Oriente,
aunque algunas personas se asombraban de la idea de ligar dos
términos como "ética" y "empresa", olvidando que el
fundador del liberalismo económico Adam Smith, era
profesor de filosofía moral y creía que la
economía era una actividad capaz de generar mayor libertad
y por ende mayor felicidad; no es por apostar por el liberalismo
económico, sino para recordar que la empresa industrial no
surgió a espalda de valores éticos.
Tras los escándalos de corrupción en
Norteamérica (Watergate, Lockheed, Gulf Oil, etc) y
algunos parecidos en otros países como España, la
sociedad recuerda que la confianza es un recurso demasiado
escaso, cuando esta constituye la unión de los miembros de
la misma, por lo que las empresas emblemáticas refuerzan
la vigilancia sobre su propia conducta; tampoco podemos pensar
que la ética se reduce a fenómenos de
corrupción ni deja de ser importante cuando éstos
disminuyen o desaparecen, más allá de las modas, la
ética se impone como una necesidad.
Creer que la concepción de la ética
empresarial se circunscribe básicamente al estricto
cumplimiento de las normas legales y la adhesión a las
regulaciones internacionales, es un pensamiento erróneo;
debido a esto muchas compañías se
ceñían a manuales que detallaban lo que los
empleados podían o no hacer en ámbitos
específicos, pero estos ámbitos en la ética
empresarial se han expandido, porque ya no sólo abarcan la
acción de una compañía respecto de
cómo obedecer a la ley o tratar a sus empleados, sino
además determinan la naturaleza y calidad de la
relación que establece con sus inversionistas, clientes
aislados, comerciales, proveedores, la comunidad, el medio
ambiente e incluso las generaciones futuras.
Según uno de los especialistas de este tema,
Domenec Melé, en los manuales de ética empresarial
aparecen tres versiones sobre el modo como se relaciona
ética y acción empresarial:
- Economicismo limitado: tiene como criterio supremo
maximizar beneficios, pero acepta como restricción
cumplir la legalidad vigente y en algunos casos las exigencias
sociales del entorno. - Dualismo racionalista: introduce la necesidad de
justificar cada decisión mediante juicios éticos
que se hacen partiendo de alguna teoría ética de
corte racionalista que define qué es
correcto. - Realismo moderado: al aceptar la capacidad humana de
un conocimiento moderado de la realidad.
En la primera versión no se pretende tanto
integrar la ética en las decisiones económicas como
cumplir con lo que es legal o socialmente aceptable. Su
limitación se localiza precisamente al reducir la
moralidad a la legalidad o a las demandas sociales.
Ya en la segunda versión se trata de resolver, a
través de teorías éticas, dilemas
éticos, al señalar qué es éticamente
aceptable y qué debe rechazarse; en esencia este conjunto
de teorías parten de la idea de que la razón se
orienta a buscar o crear principios o valores para actuar
correctamente.
En la tercera y última clasificación se
considera que la acción incide en las personas
involucradas en ella desde la perspectiva de su desarrollo
humano, de aquí que toda acción tenga un componente
ético ya que toda acción sirve o daña a
quienes reciben sus efectos y en primer lugar, a quien la
realiza. En esta versión la ética empresarial no
queda pues reducida a un instrumento normativo para resolver
dilemas y situaciones cuestionables, sino que aparece como una
orientación para cualquier acto.
El autor reconoce que en muchos manuales aparecen con
frecuencia enfoques deontológicos, teológicos, o a
partir de las virtudes, pero él se distancia de esa
clasificación ya que a su juicio, la cuestión clave
no es tanto la oposición: deberes – consecuencias
– virtudes, sino el modo como se concibe la actividad
empresarial y cómo pretende integrar la ética a la
acción.
Concepciones
teóricas de la ética empresarial
- Relación ética y acción
empresarial
En uno de sus estudios, Domenec Melé hace
referencia a la incidencia que tienen en las relaciones
empresariales, y a través de ellas, en los resultados, las
actuaciones éticas y la calidad moral de las personas.
Según él, estas actuaciones están dadas de
diversos modos, que a continuación
señalamos:
- Motivación para el trabajo.
- Sabiduría Práctica
(prudencia). - Cultura empresarial.
- La reputación o buena imagen.
- Generación de confianza.
La motivación por el trabajo, sin duda alguna,
depende en gran medida del grado de satisfacción del
trabajador, junto con el clima laboral, además de estar
condicionada por la calidad humana de directivos y
compañeros. Esta puede deteriorarse con la
habladuría de compañeros y colaboradores,
más que conocidos son los efectos negativos de:
murmuraciones, críticas negativas, propagación de
rumores falsos o pocos fundados, calumnias, desprecios,
etc.
Cuando se habla de sabiduría práctica, se
hace referencia a la prudencia en la toma de decisiones
empresariales, acompañada de madurez de carácter,
iniciativa y sentido de responsabilidad ante los acontecimientos
y situaciones que se presentan. En los servicios, es deseable que
todos los que trabajan sean un poco directivos y ello requiere de
todas estas cualidades que hemos mencionado.
El tercer aspecto que se menciona, es decir, el
desarrollo de una cultura empresarial, comprende conocimientos,
experiencias, prácticas o modos de hacer habituales en
quienes pertenecen a la empresa, sustentados en determinados
valores y convicciones, por quienes la forman.
El autor destaca que la cultura empresarial incide en el
modo de tomar decisiones y en el modo de actuar, o sea, que es
algo dinámico, donde cada uno con su conducta induce
cambios culturales.
También es conocida la importancia de la
reputación o buena imagen ética para la
captación de clientes. Según este mismo autor, el
profesor D. Melé, es muy importante que exista la profunda
convicción de que: …"una buena reputación de
lealtad y honradez en los negocios es uno de los principales
activos empresariales, que todos los trabajadores deben fomentar
con el máximo cuidado". Hay que tener bien claro que
cuando una empresa actúa mal, ya sea incumpliendo sus
promesas y pagos, no dando la calidad ofrecida de un producto, o
simplemente dando un mal servicio, aparecen quejas, se crea mala
reputación y caen las ventas.
Por último es conveniente reconocer, que la
generación de confianza es mucho más que advertir
una buena reputación; las grandes operaciones
económicas, siempre requieren de cierta confianza, pues en
algunos sectores quebrar esa confianza podría significar
incluso quedar excluido del negocio.
Para esto se necesitan ciertos requisitos como: un trato
más o menos prolongado; el testimonio favorable de un
tercero que ya se conoce; tener relaciones que no sean puramente
utilitarias, además de tener actuaciones éticas
continuadas y una constante competencia profesional.
- Teoría del Bien Común y los
Stakeholders
Esta teoría sobre ética empresarial, es
defendida por Antonio Argandoña, Profesor de
Análisis Social y Económico para la
Dirección en el IESE, Universidad de Navarra.
Según este autor la teoría de la
responsabilidad de la empresa oscila entre dos extremos: uno, que
reduce dicha responsabilidad a la consecuencia de beneficios
máximos para sus accionistas y otro que amplia esa
responsabilidad a una amplia gama de agentes con los que se
relaciona la empresa (stakeholders), desde los propios
accionistas hasta la comunidad local, la sociedad en general y el
mundo entero, pasando por directivos, empleados y trabajadores,
proveedores, clientes, grupos de intereses, sindicatos,
competidores y otros muchos participantes.
Para los defensores de la Teoría del Bien
Común, el principio, el sujeto y el fin de la sociedad y
de todas las instituciones es y debe ser la persona humana, o
sea, el bien común viene siendo:
"todo aquello que es bueno, que perfecciona a más
de un ser, es un " bien común" a todos ellos (…) el
conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a
los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir más
plena y fácilmente su propia
perfección."
De acuerdo con esta definición el bien
común es el fin de toda sociedad, pues esta debe
proporcionar a los individuos (con la cooperación de ellos
mismos) la ayuda que necesitan para el cumplimiento de sus fines
personales, pues el fin de la sociedad no es independiente del
fin de sus miembros.
Argandoña hace una distinción en cuanto a
lo que es: bien particular (cuando lo posee y lo disfruta una
persona o un número limitado), bien colectivo (cuando lo
posee la colectividad, pero no es participado por todos sus
miembros, como es el caso de la vivienda estatal) y bien
común o universal (cuando es comunicable a todos o
participado por todos, al menos en potencia, todos pueden admirar
la belleza, la verdad, todos pueden poseerla íntegramente,
al menos los que pueden entenderla, no se puede excluir a nadie
de su posesión y cada uno la puede poseer
íntegramente, como algo personal); para que no exista
confusión entre términos parecidos pero de
significados diferentes.
El bien común de la sociedad sólo es
superior al bien de la persona si respeta su dignidad y fluye de
nuevo hacia ella, perfeccionándola.
Después de un análisis de lo que es "bien
común" para la sociedad, podemos plantear lo que este
autor defiende como bien común de la empresa:
…" es el cumplimiento de su fin como empresa la
creación de aquellas condiciones que permitan a sus
miembros la consecución de su fin individual (…)
porque la empresa facilita la consecución de los fines
de las personas de modo indirecto a través de su propio
fin."
En la medida en que la empresa desarrolle ese bien
común, todos participarán de él aunque de
manera diferente y en proporciones diversas y todos de una forma
u otra podrán beneficiarse como miembros de la empresa y
como miembros de la sociedad.
Ahora bien, ¿qué se entiende por
Stakeholders?, bueno según este autor, el cual a su vez
asume el concepto brindado por R.E. Freeman , los Stakeholders
son:
…" cualquier grupo o individuo que pueda afectar o ser
afectado por la consecución de los objetivos de la
empresa"…
Toda relación social llevará consigo una
dimensión de bien común, es por esto que la lista
de stakeholders se amplia para incluir clientes proveedores,
bancos y sindicatos, la comunidad local, las autoridades, las
asociaciones de intereses, los competidores y un largo
etcétera, hasta abarcar a todos los hombres de todos los
tiempos, por la unidad de la familia humana.
La teoría del bien común introduce un
cambio importante en el enfoque tradicional de los stakeholders,
ofrece una base suficientemente sólida, así como
medios para desarrollar en cada caso concreto los derechos y
deberes de esos partícipes, en función del bien
común de la empresa, de la peculiar sociedad que se cree
entre empresa y stakeholders, y de la sociedad en
conjunto.
- Teorías sobre la Responsabilidad Social de las
empresas.
Dentro de estas teorías tenemos varios autores
que las defienden, pero cada uno desde su perspectiva; tal es el
caso de José Luis Fernández, quien lo hace desde la
perspectiva de la Responsabilidad Social y los Modelos de
Empresa.
Este autor comenta que la falta de moralidad en el mundo
de los negocios obedece a la carencia de ética de la
organización, lo que apunta a una falta de cultura
empresarial, y al modelo mental que tenemos sobre el paradigma de
empresa.
…"En el ámbito anglosajón se empieza a
conocer un nuevo modelo de empresa, empresa
ciudadana."
El objetivo de una empresa, según José
Luis Fernández es avanzar sobre algo seguro en el camino
hacia la institucionalización de unas prácticas
más éticas en el mundo de las negociaciones, lo que
se trata es de crear valor, generar riquezas, optimizar las
inversiones, pero no de cualquier forma y a costa de lo que sea;
sino, por el contrario, desde el exquisito respeto al buen hacer
y desde la atención prudente al impacto de la
dimensión social y medioambiental, de las consecuencias de
las acciones, o sea con una consciente responsabilidad
social.
…"ser socialmente responsable no significa sólo
cumplir plenamente las obligaciones jurídicas sino
también ir más allá de su cumplimiento,
avanzando voluntariamente hacia nuevas exigencias, mayor
inversión en capital humano, mejor relación con los
interlocutores, mayor respeto al medio ambiente"…
Se trata de aspiraciones éticas, de propuestas
axiológicas, de requerimientos morales que de verdad
resultan decisivas para la supervivencia de la propia empresa y
para su posterior desarrollo.
Otro de los autores que defienden la idea de la
Responsabilidad Social de las empresas, es Carlos Llano autor de
diversas obras, quien concibe la persona originaria y
destinataria de la moralidad, por ello considera que la
ética debe elaborarse desde y para la persona.
Según este autor dentro de esta sociedad
contemporánea juega un papel muy importante la empresa,
pues este la define como:
"la empresa es una comunidad de personas en donde la
condición de ser persona, prevalece sobre cualquier otra
condición, incluso la condición que se deriva de su
pertenencia a esa comunidad que llamamos empresa. Esto es
válido para cualquier tipo de comunidad"… A su vez
caracteriza a la empresa como:
…"la empresa en cuanto a comunidad de personas, tiene
su eje en la característica racional de las personas y su
tarea principal es lograr la síntesis, armonía y
hasta potenciación de todos los intereses de las personas
que la constituyen"…
A partir de esto podemos darnos cuenta que la
comprensión de la empresa como comunidad de personas nos
obliga a entender que las empresas se rigen más que nada
por las leyes y principios que se derivan de las personas, y que
estas tienen más respeto de su pertenencia a la empresa, y
en general, más respeto de cualquier pertenencia en la que
se incluyan y cualquier actividad que emprendan.
Carlos Llano hace una distinción entre los
distintos niveles de personificación de las actividades
realizadas en la empresa o en torno a la empresa:
1. La personificación del trabajo directivo. (por
la estrecha relación con el sujeto que lleva a cabo este
trabajo)
2. La personificación del trabajo operativo. (por
la estrecha relación que este trabajo guarda con el
operario, aunque no es una relación total, ya que el
trabajo operativo se encuentra estrechamente vinculado con el
objeto sobre el que se opera.)
3. La personificación del inversionista o
capitalista. ( por cuanto la vinculación de las
inversiones con la persona que invierte no desaparece
nunca)
4. La personificación del acto de comprar en
relación no ya con quien compra (que correspondería
al primero o segundo grado), sino en relación con a quien
compramos, es decir, la persona del proveedor, y la
personificación del acto de vender en relación con
quien vende.
Para este autor el concepto de responsabilidad resulta
clave en la actual dirección de las empresas, pues la
dirección consiste en la atribución de
responsabilidades y en procurar que los hombres se hagan
responsables de las funciones que se les asignan.
…"la responsabilidad es una propiedad inherente a la
libertad"…
Este reconoce que la moral de la responsabilidad, o sea,
la que para él lleva el peso en la empresa, requiere
abarcar cuatro tipos de responsabilidades:
- La responsabilidad consecuente(consecuencias de la
acción). - Responsabilidad antecedente (la de los
principios). - Responsabilidad congruente (de los proyectos y actos
anteriores de mi vida). - Responsabilidad trascendente(de la misión a la
que con mi vida he sido destinado).
- Teoría sobre el Carácter Moral del
Trabajo.
María de Los Angeles Gutiérrez Lapi es la
autora que defiende esta teoría, de acuerdo con la cual,
la ética del trabajo en la empresa se encuentra
en:
…" la labor en equipo, acepta y busca la sensibilidad
de los demás, requiere la capacidad de saber escuchar y
estar dispuesto a cooperar en equipo, y esto tiene la ventaja de
que el grupo unido tiene mayor resistencia a los problemas de la
empresa"…
Este planteamiento no hace más que demostrar que
una relación éticamente correcta entre varias
personas, hace que dicha relación sea más
sólida y duradera.
…" dos marchando juntos consumen menos energía
que dos luchando entre ellos; y eso, que duda cabe, es un
principio de economía ética"…
El trabajo es un medio de socialización, un
mecanismo a través del cual el hombre consigue los bienes
que propician su supervivencia y a la que entrega su fuerza; el
hombre dignifica su trabajo pero es la empresa la responsable de
mandar cordialmente y trabajar filialmente, ya que la falta de
horizonte es la desaparición de cualquier perspectiva, el
fin del hombre mismo, y por consiguiente, el desvanecimiento del
proyecto común; en fin, la empresa es responsable de la
dignidad del trabajo, de que existan relaciones éticas
entre los miembros que en ella radican, y en principio de una
economía ética.
- Teoría de la empresa ética, regida por
la transparencia.
Esta teoría es defendida por Carles
Ráfols, Ingeniero Técnico industrial, la cual se
basa en que en la sociedad de la información sólo
una empresa ética, es decir regida por el principio de la
transparencia, logrará una sólida
implantación en un mercado que cada vez será
más global.
…"La empresa ética es la empresa del futuro por
razones de dignidad humana, de lógica empresarial en la
globalización y de extensión del
conocimiento"…
Hay procesos en la sociedad civil que llevan a la mejora
de las empresas tanto en el ámbito tecnológico como
a nivel de su exigencia ética. Cualquiera que adquiere un
producto tiene derecho a una serie de garantías
técnicas, empezando por una completa seguridad de que el
producto que ha adquirido funcionará. Y de la misma manera
que se va produciendo una verificación tecnológica
certificada con criterios objetivos, se habrá de ir
avanzando en la idea de una ética con criterios de
transparencia, porque la apuesta ética implica la forma de
calidad industrial y tecnológica que desarrolla mecanismos
de confianza en el mundo actual.
…"Una ética basada en el principio de
transparencia actúa a un doble nivel. Responsabilidad,
autoridades y relaciones han de ser transparentes, pero
además hay que tener en cuenta que el principio de
transparencia exige tener claro quiénes son las partes
interesadas, estas pueden ser internas (los que trabajan en la
empresa), externas (consumidores, proveedores, accionistas,
financieros, y comunidad local, entre otras), o simplemente,
ausentes (generaciones futuras a quienes la actividad presente de
la organización puede producir alguna
carga)"…
Obviamente una empresa no tiene por finalidad la
ética, sino el beneficio, que recompensa el trabajo de
mucha gente en común, pero sin ética no hay empresa
consolidada, esta en definitiva permite obtener beneficios,
expulsando del mercado a los tramposos; y por lo tanto, sea en
forma de reglas de buen gobierno como en códigos
éticos, se necesita transparencia porque da seguridad al
inversor, confianza al mercado y consolida los derechos de los
trabajadores y de la sociedad en general.
…"La " Empresa ética" significa un paso hacia
delante en la dirección de la extensión de derechos
que lleva aparejada una sociedad de la información. Es un
proceso de exigencia evolutiva que recorre la honestidad en el
proceso de producción, que actúe con criterios de
sostenibilidad y respeto al medio ambiente. Los principios
éticos fundamentales en la concepción de la empresa
ética son:
1.Transparencia que llega a todas las partes
interesadas.
2.Información comprensible. Se entregará a
los interesados de manera inteligible y comprensible, con la
frecuencia necesaria.
3.Implementación con acciones concretas del
código de ética de conducta.
4.Mejora continua en el ejercicio de la responsabilidad
ética, social y medioambiental.
5.Posibilidad de verificar los datos del sistema de
gestión ética".
- Teoría sobre la Gestión de las Empresas
Éticas.
En el plano académico existen concepciones
teóricas diferentes, veamos la concepción
de
Irene Samper Ratés, autora que afirma que la
gestión ética va inherente a la gestión por
valores, institucionalizada a través de medios tales
como:
- Declaración de valores
corporativos - Códigos de conducta empresarial
- Balance social
- Mención del cumplimiento de códigos
éticos en informes anuales - Comités de ética
- Programas de formación en ética
empresarial - Figuras como el "Defensor del cliente", "Defensor del
inversionista", etc. Garantizando los derechos y obligaciones
de los sujetos.
El sistema para la gestión ética debe
formar parte del sistema de gestión de la empresa.
Gestionar una empresa bajo criterios éticos implica en un
primer estadio medir la capacidad humana de la propia
empresa.
Existen normas certificables y evaluables de la
gestión de empresas éticas pues estas son producto
de las necesidades de la sociedad, en relación con los
comportamientos sociales, económicos y medioambientales de
la mismas.
Estas normas abarcan las áreas de gestión
de la empresa y se basan en:
- Área de alta dirección
- Área de relaciones con los
clientes - " de relaciones con los proveedores
4. " de relaciones con el personal propio de la
empresa
5. " de relaciones con el entorno social
- " de relaciones con el accionista
- " de relaciones con la competencia
- " de relaciones con los administradores
Tendencias
en que se ha desarrollado la ética
empresarial.
Después de la explosión de la necesidad de
la ética en las empresas, ésta se va ha desarrollar
en tres líneas direccionales:
- La creación de las ONG por todo el mundo
alrededor de la importancia de la
conducta ética de ciudadanos, empresarios,
directivos y organizaciones.
En este período se crean instituciones y
organizaciones, expresión de las inquietudes humanas al
respecto. El GCEB grupo de consejeros para la ética en la
biotecnología (Bruselas,1991); el CIB comité
internacional de bioética (UNESCO,1992); la EBEN
asociación española de ética de la
economía y de las organizaciones (Madrid,1987); la ETNOR
fundación para la ética de los negocios y las
organizaciones (Valencia,1994);la fundación EPSON
(Barcelona,1998); el Instituto de Tecnoética, centro de
estudios sobre tecnología y humanismo (Barcelona,1998 );
así como la red iberoamericana de Ética de los
negocios y las organizaciones (Colombia,1999) a la que se
encuentran incorporados Colombia, México, Venezuela y
Ecuador.
- Las publicaciones (periódicos, revistas y
libros dedicados al tratamiento ético de
los grandes imperativos de la existencia
humana).
Ejemplo de esto encontramos en la obra de T.J Peters y
R.H Waterman, con el título de: "In Search of Excellence",
en el año 1982, donde se solicitaba como tesis fundamental
la importancia de los valores éticos expresados en respeto
a las personas, en la disposición de ponerse al servicio
de los demás, que constituía la clave para obtener
buenos resultados en una empresa. A lo largo de esta obra se
reafirma la idea de que comportarse de modo ético dentro
de la empresa representa de alguna manera ganancias y resultados
a largo plazo.
Otro de los criterios relacionados con la ética
empresarial es expresado por Robert C. Bolomon, en sus obras
"Above the bottom line" y "It’s good business", en las que
defiende que la empresa tiene obligación no sólo
con el accionista, sino también con el consumidor y la
comunidad, en tanto que su objetivo es el de ofrecer servicios de
calidad al público sin perjudicar a la
sociedad.
Faith Popcorn, en su obra " Lo que
vendrá" plantea que:…"sugiere el comportamiento
continuado al cliente, destacando que el futuro está en la
explotación de los recursos culturales, la guerra del
ecológico y reacción intelectual".
Norman Bowie en "Bussiness ethics" destaca la
dialéctica de responsabilidad y fidelidad que debe existir
entre el empresario y el asalariado.
En España, Adela Cortina, quien se reconoce por
su dedicación desde hace algunos años al estudio de
este tema, escribe un libro clave para la comprensión y el
estudio de la ética empresarial: "Ética de la
Empresa"; tanto en esta como en otras publicaciones de la autora,
se propone aplicar una ética cívica que significa
autonomía, solidaridad, tolerancia activa al ámbito
empresarial, entendido este como modelo comunitario; y demostrar
las claves de la nueva cultura empresarial.
Otros pensadores como Charles Hampden Turner
(Universidad de Cambridge) y Alfons Trompenaares (Centro de
Estudios de Negocios Internacionales de los Países Bajos),
en su libro "Las siete culturas del capitalismo", publicado en
1995 destacan el papel del valor en la producción y en la
empresa en diversos países, con la tesis: "los productos
no pueden ser mejores que los procesos y los valores humanos
comprometidos en su fabricación. El empresario
también aporta su grano de arena".
Así también el economista Jeremy Rifkin en
"La era del acceso", considera que los negociantes tienen que
entender que el dinero ya no está en la
intermediación sino en el servicio continuado al cliente y
que la guerra del siglo XXI será por la explotación
de los recursos naturales así como que este siglo XXI,
será el siglo de la cultura.
La ética de los negocios también tiene sus
críticos: Milton Friedman, quien en su distinguida obra
"The social responsability of bussiness is to increase its
profits" cree que "la responsabilidad del directivo empresarial
es la de maximizar beneficios y no la de participar en proyectos
comunitarios"; Gilles Lipovestsky ("El crepúsculo del
deber") afirma que en la empresa la ética funciona como
"lifting" e instrumento de gestión de la marca; Alistair
Mcalpine ("El nuevo Maquiavelo") aconseja al empresario que
aplique directamente los consejos de "El
príncipe".
- La inserción académica
curricular.
Cualquier iniciativa para reforzar la conciencia
valórica, en cualquier etapa de la vida, no es nunca
extemporánea. Sin duda, invertir en que los futuros
profesionales y ejecutivos tengan más claros los conceptos
y los límites entre lo que es y lo que no es correcto, es
relevante para asegurar liderazgos capaces de predicar con el
ejemplo. Más que nunca, los hombres de empresa se ven
enfrentados a tomar decisiones en escenarios que cambian
vertiginosamente y en que se superponen visiones culturales que a
veces parecen irreconciliables. Abordar esos desafíos con
responsabilidad moral no es tarea fácil y requiere
preparación.
Ciertamente, los valores éticos deberían
enseñarse desde los primeros estadíos educativos y
en el ámbito familiar. La sociedad toda debería
jerarquizarlos y cultivarlos; haberlo hecho
así es parte de la explicación principal
de por qué un país como Finlandia no tiene
corrupción y es el líder mundial de la tabla de
Transparencia Internacional, lo mismo sucede con el bloque de
países nórdicos (Noruega, Suecia, Dinamarca e
Islandia); esto no quiere decir que la responsabilidad de las
escuelas o facultades donde se preparan gerentes no sean claves
para la formación de estos valores éticos. Por otra
parte, no se trata solamente de enfatizar que no se debe caer en
corrupción; también hay que educar para la
responsabilidad social empresarial, según Bernardo
Kliksberg, quien dirige la Iniciativa Interamericana de Capital
Social, Ëtica y Desarrollo y preside la cátedra de
honor de Gerencia Social para el Desarrollo Humano en
UBA/FCE-PNUD, la enseñanza de la ética debe ser
tratada de la siguiente forma:
…"No se trata de dictar una materia más que se
llame ética para calmar la conciencia. La enseñanza
de la ética debe transversalizarse. En cada área
temática deben examinarse dilemas e implicancias
éticas."…
La cultura ética empresarial, como objeto de
estudio en las carreras profesionales, está tomando una
fuerza cada vez mayor en las facultades de las universidades de
más prestigio a nivel mundial.
Las razones para este vertiginoso crecimiento pueden
resumirse en dos; primero, la ética está presente
en todos los aspectos de la vida humana pues es una forma de
asegurar la confianza entre las personas y de contribuir a la
armonía social, y segundo, la ética
empresarial puede ayudar a las compañías a cumplir
sus compromisos con la sociedad y contribuir a que éstas
se constituyan en un modelo de valores para la comunidad en
general.
Este contexto pretende generar una reflexión
ética en los participantes, fortalecer su capacidad de
análisis y argumentación de sus comportamientos
éticos, fomentar la concientización de sus
compromisos como ciudadanos e incentivarlos a ser multiplicadores
de una forma de vida que fomente la honestidad, la confianza y el
respeto hacia sí mismos y hacia los
demás.
Diferentes universidades del mundo han iniciado este
proceso de inserción de la ética en las distintas
carreras universitarias. El profesor Carlos Llano Cifuentes, en
su libro" El nuevo empresario en México", (1994)
reseña las distintas universidades que iniciaron la
enseñanza humanista de la cultura ética: .."La
propuesta Matsushita en Japón, la Treviño en
México, la Bemowski en EUA, la Brolkstra en Holanda y la
Llano en México"…. La propuesta de Carlos Llano abarca
cinco características de la enseñanza de la cultura
ética:
-Polivalencia cultural.
-Mayor profundidad en la dimensión ética
de la enseñanza.
-Incremento en la aplicación de los avances
cibernéticos.
-Multivalencia idiomática.
Todas estas características las valora desde la
dimensión ética de cada una de ellas en
función de la idea del hombre que la universidad ha de
desarrollar.
Después de los escándalos ocurridos tanto
en los Estados Unidos como en el resto del mundo, las
publicaciones académicas han estado respondiendo a
títulos encaminados a la defensa de la ética
empresarial, tales como: Filosofía y Asuntos
Públicos (Princeton) o Periódico de
Filosofía Aplicada (Universidad de Surrey).
Por otra parte el instituto de Tecnología de
Illinois ya cuenta con un Centro de Estudio de la Ética en
las Profesiones, mientras que la Universidad de Maryland tiene su
Centro de Filosofía y Política Pública. En
estos centros de aprendizaje han aumentado los cursos y las
conferencias, durante la década de los setenta se crearon
322 cursos de ética empresarial. Sus alumnos se han dado
cuenta que la capacitación analítica de la
ética puede ser ventaja en los negocios, se dice que
aparte de los estudiantes de matemáticas los de
filosofía son quienes obtienen mejores resultados en los
exámenes de las escuelas de administración y
comercio, mejores inclusive que quienes estudian economía,
comercio u otras materias profesionales.
En la escuela de comercio para graduados de Harvard, por
ejemplo, los filósofos dictan conferencias sobre
contaminación, medidas de seguridad para el consumidor,
los derechos de los empleados y la ética comercial
internacional. Respondiendo a la
demanda de alumnos y profesores, esta Universidad lanzó un
curso en profundidad sobre ética llamado "Liderazgo,
gobernabilidad y rendición de cuentas", además de
que está pidiendo a los aspirantes contestar en sus
ensayos cómo tratarían un dilema
ético.
La Universidad de Columbia, por su parte, adoptó
un ambicioso currículo ético obligatorio,
además de ofrecer cursos electivos y plantear el estudio
de problemas éticos en diversas materias, y así
programa analizar preguntas como: ¿es ético vender
productos legalmente permitidos pero peligrosos? o ¿al
fijar precios no se deberían utilizar criterios de juego
limpio?
Otros de los centros donde se inculca la
enseñanza humanista desde una perspectiva cultural
ética son la Universidad de Marlynd, la cual obliga a
todos sus estudiantes a visitar las prisiones y entrevistarse con
los reclusos condenados por delitos de estafa; y la Facultad
Wharton, de la Universidad de Pensilvania, la que requiere que
todos sus estudiantes tomen un curso de ética y ha
ampliado las lecciones de esta materia desde el año
19991.
En España la Universidad de Barcelona, la
Universidad Pontifica de Comillas en Madrid y la Universidad de
Valencia, llevan la delantera en este empeño, y por
último, en América Latina la Universidad Alberto
Hurtado de Chile, la Universidad del Rosario en Colombia, el
Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa en
México, y la Universidad de Córdoba en Argentina,
son ejemplos de la inclusión de estos temas en distintas
carreras.
Por supuesto que esta enseñanza de la
ética en las distintas Universidades del mundo ha tenido
sus limitaciones a lo largo de estos años. En el caso
europeo existe un autor, Ildefonso Camacho, que ha definido estas
insuficiencias en la docencia en cuatro aspectos
fundamentales.
- Atender más a la figura del ejecutivo que la
realidad de la empresa (parte de la concepción de la
empresa como organización y directivo como sujeto capaz
de liderear este proceso). - Falta de crítica del sistema económico
global. - Falta de análisis del entorno y de
interés por las relaciones con él, incluido el
contexto social, cultural y político.
4. Escasa atención a las relaciones con la
administración pública.
Para Ildefonso, a pesar de que se han incorporado estos
temas sobre ética empresarial en las distintas carreras
universitarias, siguen existiendo problemas de concepciones en
cuanto al papel de la empresa con y para la sociedad y sus
miembros, incluso la función que cumple el simple
trabajador y no el directivo en esta encomienda.
En América Latina también existen
estudiosos del tema que se han preguntado si es correcta la forma
de enseñar la ética en las distintas instituciones
educacionales, tal es el caso de Francois Vallaeys, quien plantea
que:
…" se trata de reenseñar el respeto por "los
seres" en una época no animista ni religiosa. Se trata de
abandonar una visión técnica del mundo como un algo
"a disposición" del poder de la tecnología y del
querer humano, un algo neutral "manipulable" a
voluntad"…
La Universidad en su papel de formación de los
futuros profesionales de la sociedad tiene que poder relevar y
resolver este desafío, aunque hay que tener en cuenta que
estas aún no están preparadas para enfrentar esta
situación pues existen fuerzas reactivas muy poderosas
dentro de ellas que representan cierto freno al
cambio.
Según Vallaeys, dentro de estas fuerzas reactivas
encontramos:
- La fragmentación de los saberes, basada en una
organización universitaria por carreras y
especialidades, que dificultan mucho la práctica de la
inter y transdisciplinariedad, que necesita el enfoque de
capital social, ética y desarrollo. - La presión mercantilista de la sociedad actual
que sólo vende a los jóvenes el éxito
personal de competidor contra los demás como modelo de
vida. - La colaboración de la mayoría de las
universidades con este modelo mercantilista que terminan
dirigiendo los esfuerzos académicos y de
investigación hacia la colocación de la
mayoría de sus estudiantes en los mejores puestos de
trabajo, siendo el mercado el que fija el prestigio de la
universidad.
A pesar de existir estas insuficiencias, se ha
demostrado que la enseñanza de la ética en las
distintas universidades, es necesaria y beneficiosa, por lo que
estos autores, no se han quedado en el mero hecho de criticar y
resaltar los errores, sino que han dado posibles soluciones y
recomendaciones al problema.
ldefonso Camacho defiende la opción de
enseñar la ética de tres maneras
distintas:
Lo cual tiene algunas ventajas, como el
reconocimiento de la ética como una disciplina
científica.- La ética empresarial como asignatura
obligatoria. - La ética como asignatura optativa.
Esto permite que los que matriculen en ella lo hagan
porque un interés positivo por abordar este tipo de
reflexión. En este caso, la motivación del alumno,
quien libremente viene a pasar el curso, permite que se trabaje
de forma eficaz y gratificante.
3. La consideración ética de los problemas
es incorporada a todas las asignaturas, como forma de integrar lo
ético a la realidad.
En el caso de Francois, en América Latina, este
se acoge a la idea de que no es simplemente el agregar un
pequeño curso de ética y desarrollo en el
curriculum universitario lo que resolverá el problema sino
de la posibilidad de concebir un nuevo paradigma del saber que
pueda servir de eje para pensar un desarrollo económico y
social más ético.
…" cursos que conscientemente o no dicen lo contrario
de lo que la moral nos enseña, desde unos enfoques de
nacionalidad técnica, pragmática, instrumental y
estratégica. Esta táctica del curso de ética
como " parche" o como remedio para darle buena conciencia al
decano de la Facultad de Economía o Administración,
no resuelve de ninguna manera el problema. (…) El reto
teórico y práctico es entonces de demostrar a los
estudiantes que lo ético es eficaz, y que las estrategias
inmorales terminan siempre siendo muy ineficientes y
dañinas."
La formación moral en la universidad pide el
diseño de una propuesta educativa global, que cubra todos
los aspectos de la vida académica y organizacional, y la
mayor atención a lo que hacemos y promocionamos sin darnos
cuenta, a través de nuestras actitudes, teorías y
organizaciones colectivas.
…"Sólo la sintonía entre las
informaciones y teorías transmitidas en clase, la forma de
transmitirlas y la organización general de la
institución donde se transmiten, asegurará una
coherencia global de la enseñanza para una
formación moral integral del estudiante".
Desde el punto de vista pedagógico este autor
defiende que: …" el problema no se puede simplificar
practicando una lógica disyuntiva (cursos teóricos,
cursos técnicos, cursos de ética) sino considerar
que cualquier acto educativo tiene ya siempre de por sí
una dimensión valorativa, es decir, una cierta
intención de promocionar (implícita o
explícitamente) qué se debe y qué no se
debe, qué tiene que ser valorado, qué cosa y
qué actitud son legítimas y cuáles no, etc.
Más útil es examinar que valores son
espontáneamente promovidos por el tipo de vida cotidiana,
organización y enseñanza que practica una
universidad"…
Las éticas aplicadas surgen en la década
del 70 del siglo pasado y con ella nace la ética
empresarial, la cual se ha venido desarrollando en tres
líneas principales: la creación de ONG; las
publicaciones y la inserción académica
curricular.
La cultura ética está sustentada por
numerosas teorías y se has venido enseñando en las
universidades de tres maneras fundamentales: como asignatura
obligatoria, como asignatura optativa y de manera trasversal a
través de diferentes asignaturas.
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