- Explicación de las
etapas - Detección del
cáncer oral - ¿Qué es el
cáncer de lengua? - ¿Cuál es la causa
de un cáncer de lengua? - ¿Cuáles son los
síntomas de un cáncer de
lengua? - ¿Cómo se
diagnostica el cáncer de lengua? - ¿Cuál es el
tratamiento de un cáncer de lengua? - ¿Qué es la
radioterapia? - Cáncer y
quimioterapia - Anexos
- Conclusión
- Bibliografía
¿Qué es el cáncer
del labio y la cavidad oral?
El cáncer del labio y la cavidad oral es una
enfermedad en la cual se encuentran células
cancerosas (malignas) en los tejidos del labio
o de la boca. La cavidad oral incluye las dos terceras partes
delanteras de la lengua, las
encías superiores e inferiores, el recubrimiento interior
de las mejillas y los labios (la mucosa bucal), el suelo de la boca
debajo de la lengua, la parte superior ósea de la boca (el
paladar duro) y el área pequeña situada
detrás de las muelas del juicio (el trígono
retromolar).
Los cánceres de la cabeza y el cuello se
encuentran con mayor frecuencia en personas que tienen más
de 45 años.
El cáncer del labio es más común en
los hombres que en las mujeres y tiene mayor probabilidad de
desarrollarse en personas de piel clara que
han estado muy
expuestas al sol. El cáncer de la cavidad oral es
más común en personas que mastican tabaco o fuman
pipa.
Usted deberá acudir a un médico si tiene
alguna protuberancia en el labio, la boca o las encías,
una llaga que no sana en la boca, o si sangra o siente dolor en
la boca. Otro signo de cáncer de la boca o de las
encías es el que las dentaduras postizas dejen de sentar
bien. A menudo el cáncer de la cavidad oral y del labio
los encuentran los dentistas al examinar los dientes.
Si usted tiene síntomas, el médico le
examinará la boca empleando un espejo y luces. El
médico puede indicar que le hagan radiografías de
la boca. Si se encuentra algún tejido anormal, el
médico tendrá que cortar un pedazo y observarlo con
el microscopio para
determinar la presencia de células cancerosas. Este
procedimiento
se conoce como biopsia. A usted se le dará una sustancia
que le dormirá esa parte de la boca por un rato (un
anestésico local) para que no sienta dolor. El
médico también palpará la garganta en busca
de protuberancias.
Sus posibilidades de recuperación
(pronóstico) dependerán de si el cáncer se
encuentra en los labios o en la boca, de si se encuentra
solamente en los labios o la boca o se ha diseminado a otros
tejidos (la etapa del cáncer), y de su estado general de
salud.
Etapas del cáncer del labio y
la cavidad oral
Una vez que se encuentre el cáncer del labio y la
cavidad oral, se harán otras pruebas para
determinar si las células cancerosas se han diseminado a
otras partes del cuerpo. Este proceso se
conoce como clasificación por etapas. El médico
necesita conocer la etapa de la enfermedad para planificar el
tratamiento adecuado. Para el cáncer del labio y la
cavidad oral se emplean las siguientes etapas:
El cáncer no mide más de 2
centímetros (cerca de 1 pulgada) y no se ha diseminado a
los ganglios linfáticos del área (los ganglios
linfáticos son estructuras
pequeñas en forma de frijol que se encuentran en todo el
cuerpo y cuya función es
producir y almacenar células que combaten las
infecciones).
El cáncer mide más de 2
centímetros, pero menos de 4 (menos de 2 pulgadas) y no se
ha diseminado a los ganglios linfáticos del
área.
Se da una de estas situaciones:
El cáncer mide más de 4
centímetros.
El cáncer tiene cualquier tamaño pero se
ha diseminado solamente a un
ganglio linfático situado en el mismo lado del cuello
que el cáncer. El
ganglio linfático que tiene cáncer no mide
más de 3 centímetros (poco más de
una pulgada).
Se podría dar cualquiera de las siguientes
situaciones:
El cáncer se ha diseminado a los tejidos
situados alrededor del labio y de
la cavidad oral. Los ganglios linfáticos del área
pueden o no tener cáncer.
El cáncer tiene cualquier tamaño y se ha
diseminado a más de un ganglio
linfático en el mismo lado del cuello donde está
el cáncer, a ganglios
linfáticos de uno o ambos lados del cuello, o a
cualquier ganglio linfático
que mida más de 6 centímetros (más de 2
pulgadas).
El cáncer se ha diseminado a otras partes del
cuerpo.
DETECCION DEL
CANCER
ORAL
Dorso de la lengua
Con la lengua del paciente en posición
descansada, y la boca parcialmente abierta, inspeccione el dorso
de la lengua de alguna inflamación, ulceración,
recubrimiento, o variación del tamaño, color y textura.
También tenga en cuenta cualquier cambio en el
patrón de la papila que cubre la superficie de la lengua y
examine la punta de la lengua. El paciente deberá protruir
la lengua, y el examinador deberá tener en cuenta
cualquier anormalidad en la movilidad o posicionamiento.
Con la ayuda de espejos, inspeccione los márgenes
laterales derecho e izquierdo de la lengua.
Margen lingual derecho
Raspando la punta de la lengua con un pedazo de gasa
ayudará a la protrusión completa y permitirá
el examen de los aspectos posteriores de los bordes laterales de
la lengua.
Lengua ventral
Examine la superficie ventral. Palpe la lengua para
detectar crecimientos.
Piso
Con la lengua aún elevada, inspeccione el piso de
la boca buscando cambios de color, textura, hinchazones u otras
anormalidades en la superficie.
Cáncer de lengua
¿Qué es el
cáncer de lengua?
Consiste en la
transformación maligna de las células que forman la
lengua.
La lengua está compuesta de tejidos de distinta naturaleza:
epitelio que tapiza la superficie, epitelio que forma
glándulas salivares y receptores del gusto,
músculos y nervios. Cada uno de estos tejidos puede sufrir
transformación maligna y dar lugar a un cáncer de
lengua. Cada uno de estos tipos de tumores tiene una evolución, tratamiento y pronóstico
distinto.
¿Es frecuente el cáncer de
lengua?
La respuesta es clara: no. No existen datos oficiales
de la incidencia del cáncer de lengua en España,
pero se estima que este tipo de cáncer supone
aproximadamente el 6% de los cánceres en general y el 30%
de todos los cánceres de cabeza y cuello. La India es el
país del mundo donde hay una mayor incidencia de
cáncer de lengua y Francia es el
país de la Unión
Europea donde es más frecuente. Es dos veces
más frecuente en hombres que en mujeres. En los
últimos 20 años está igualándose esta
proporción debido al aumento del consumo de
tabaco entre las mujeres.
Los tipos de cáncer de lengua más frecuentes
son:
- El carcinoma epidermoide (transformación
maligna del epitelio de superficie) que supone el 95% de los
casos. - El carcinoma adenoide quístico
(transformación maligna del epitelio que forma
glándulas salivares).
¿Cuál es la
causa de un cáncer de lengua?
Hay dos causas
fundamentales en la aparición de un carinoma epidermoide
de lengua:
- El tabaco:
el 95% de los pacientes que desarrollan un cáncer de
lengua son consumidores de tabaco. - La irritación mecánica crónica.
El tabaco es el factor de riesgo más
importante en la aparición de un cáncer de lengua.
El riesgo de aparición de dicho cáncer va en
progresión con la intensidad del consumo de tabaco.
El alcohol
es un factor favorecedor de la aparición de dicho
cáncer pues fomenta la acción
cancerígena del tabaco. Por tanto, la unión de
tabaco y alcohol
aumenta 15 veces el riesgo de sufrir un cáncer de
lengua.
Una mala higiene
buco-dental y prótesis o
dientes en mal estado que rozan constantemente en la lengua
pueden originar una úlcera que no cura y que se
constituye, en muchos casos, en la lesión previa a la
aparición de un cáncer de lengua.
Existen otros factores que favorecen la aparición del
cáncer de lengua como las infecciones por virus,
hongos y
lesiones de origen autoinmune (liquen plano).
En el carcinoma adenoide quístico no existe una clara
asociación entre un factor causal y la aparición de
este tipo de cáncer.
¿Cuáles son los síntomas de un
cáncer de lengua?
Cualquier úlcera o
herida de la lengua, que no duele, pero que no cura en 15
días, en un paciente varón, fumador y bebedor, con
una higiene dental deficiente o alguna pieza en mal estado o
prótesis que roza, debe ser motivo de consulta con el
médico y subsiguiente valoración por el
especialista. Cuanto antes consulte el paciente, mayores
posibilidades de curación.
Pueden aparecer otros síntomas como: dolor local, dolor de
oído,
dolor en la mandíbula y bulto en el cuello. La
aparición de estos síntomas suele estar asociada a
lesiones grandes y, por tanto, de peor
pronóstico.
¿Cómo se
diagnostica el cáncer de lengua?
El
médico general debe ver la lesión y palparla.
Cualquier lesión de lengua dura a la palpación y
que no cura en 15 días debe ser remitida al especialista.
El carcinoma adenoide quístico puede crecer como un bulto
de características benignas.
Cualquier lesión en la lengua que tenga las
características antes mencionadas o produzca dichos
síntomas es susceptible de ser sometido a biopsia.
La biopsia consiste en la toma de un trozo del tejido lesionado
con anestesia local con el fin de analizarlo al microscopio y
determinar si estamos ante un cáncer de lengua y, si se
confirma, de que tipo de cáncer se trata.
¿Cuál es el tratamiento de un
cáncer de lengua?
Los tumores pequeños (de
menos de 4 cm) pueden ser tratados bien con
cirugía o bien con radioterapia, con el mismo
resultado.
El buen pronóstico de estos enfermos no obvia el
seguimiento a que deben ser sometidos por el alto riesgo de
metástasis en el cuello e incluso en otros órganos
del cuerpo. Este axioma se aplica fundamentalmente al carcinoma
adenoide quístico.
Los tumores grandes (más de 4 cm) deben ser tratados con
cirugía y radioterapia postoperatoria. El tratamiento
quirúrgico que se dispensa a estos pacientes es muy
agresivo y mutilante, por lo que debe fundamentarse en un buen
apoyo psicológico al enfermo, explicar claramente al
paciente la intervención que va a sufrir y, por parte del
cirujano, tener un buen entrenamiento
quirúrgico para la reconstrucción estética de los pacientes.
Algunos autores utilizan la radioterapia y la quimioterapia antes
de la cirugía con el fin de disminuir el tamaño del
tumor y realizar una intervención menos agresiva. Este
tratamiento es discutido por algunos autores. La opinión
personal del
autor es contraria a este procedimiento. La razón estriba
en que nunca la reducción del tamaño puede variar
los límites de
la operación. Si fuera así, dejaríamos algo
de tumor residual, lo cual es de pronóstico infausto para
el paciente.
¿Cuál es el resultado del tratamiento
del cáncer de lengua?
El dato de peor
pronóstico previo al tratamiento es la presencia de
metástasis en el cuello.
No sabemos porqué, pero los pacientes menores de 45
años tienen peor pronóstico que los pacientes de
mayor edad.
La causa más frecuente de muerte en los
pacientes con cáncer de lengua es la reaparición
del tumor en la lengua o la aparición de metástasis
en el cuello. Al 57% de los pacientes tratados con éxito
les puede suceder esto.
En tumores pequeños, el control local de
la enfermedad se produce en el 80% de los pacientes. Entre el 50
y 70% de los enfermos tratados sobreviven a los cinco años
del tratamiento.
En tumores grandes, el control local de la enfermedad se produce
en el 50% de los pacientes. Entre el 20 y el 40% de los pacientes
sobreviven a los cinco años del tratamiento.
¿Cuáles son los últimos avances en
el cáncer de lengua?
Actualmente las investigaciones
intentan desentrañar el mecanismo genético que
origina el cáncer de lengua. Sabemos que la
alteración del oncogén supresor que codifica para
la proteína p53 está muy relacionado con la
aparición de muchos de los carcinomas epidermoides de
cabeza y cuello. Además están involucrados otros
genes como el erb-b1 y el c-myc.
Cada vez hay más evidencia que las infecciones virales
pueden tener un papel en el origen de un cáncer de lengua.
El virus más
frecuentemente encontrado en estos tumores es el virus del
papiloma humano (HPV-16).
Futuras investigaciones desvelarán la causa y el mecanismo
de origen del cáncer de lengua y esto nos permitirá
aplicar tratamientos más eficaces y menos
agresivos.
¿Qué es la
radioterapia?
La radioterapia consiste en dirigir
rayos de alta frecuencia a una zona cuyo tamaño y volumen se
determinan por adelantado. La radioterapia es, por tanto, un
tratamiento local.
En la radioterapia los rayos lesionan deliberadamente
los tejidos que se pretende eliminar, generalmente tumores
malignos.
Cuando se efectúa un escáner o
una radiografía también se usan rayos, pero
éstos son de una energía muy débil (para no
dañar los tejidos) comparados con los que se usan en la
radioterapia. En la radioterapia, estos rayos tienen una
energía mucho mayor y lesiona deliberadamente los tejidos
que se pretende eliminar, generalmente tumores malignos. Estos
rayos son emitidos por unas máquinas
especialmente diseñadas para este fin.
Los rayos están compuestos por fotones o
partículas. Los tipos de rayos y sus propiedades
varían según los distintos tipos de
partículas usadas para la radioterapia. Algunos rayos
actúan a distancias muy cortas (unos pocos
milímetros) y otros a distancias más largas (unos
pocos centímetros). Esto hace posible a los médicos
adaptar el tratamiento dependiendo del volumen que se debe tratar
y de la profundidad a la que está el tumor, preservando a
la vez los tejidos sanos que lo rodean.
Los diferentes tipos de rayos utilizados por los radioterapeutas,
agrupados bajo el nombre de radiaciones ionizantes, son
principalmente:
- Los rayos
X - Los rayos gamma
- Con menos frecuencia, los protones y los
neutrones.
¿Para qué sirve la
radioterapia?
Todos los órganos de nuestro cuerpo
están formados por millones de células. Para
mantener la correcta función de nuestros órganos,
las células deben renovarse de forma regular.
En condiciones normales esta renovación
está controlada de forma muy estrecha. Pero si ciertas
células escapan a este control y empiezan a multiplicarse
sin freno, se forma un cáncer.
La radioterapia hace entonces posible la destrucción
selectiva de las células cancerosas, mediante la ruptura
de sus cromosomas
principalmente. En los tumores que se conocen como
radiosensibles, las células cancerosas tienen una
sensibilidad mayor a la radiación
(mayor vulnerabilidad a la misma) que las células normales
que las rodean. Lo cual hace posible matar a las células
cancerosas sin dañar las células sanas que rodean
al tumor.
¿Cuáles son los diferentes tipos de
radioterapia?
Se distinguen:
- La radioterapia externa: los rayos son emitidos por
una fuente que está en el exterior de la persona. - La radioterapia interna: los rayos son emitidos por
una fuente radioactiva introducida en el interior del cuerpo.
Este tipo de radioterapia se denomina
braquiterapia.
¿Cuándo se utiliza la
radioterapia?
La radioterapia se usa en muchos
cánceres. Generalmente en etapas tempranas, cuando el
cáncer está localizado, y se administra como
complemento a la cirugía y a veces, a la quimioterapia. En
este caso, se habla de la radioterapia
con un fin curativo.
En los estadios más avanzados del cáncer, la
radioterapia es paliativa. Ya no existe la posibilidad de
erradicar por completo el cáncer, pero sí de
suavizar los dolores inducidos por el tumor o sus
metástasis.
Como regla general, la radioterapia actúa de forma
más rápida que la quimioterapia en los tumores
radiosensibles, incluso cuando éstos son quimiosensibles
(vulnerables a fármacos anticancerosos).
Con la radioterapia uno puede:
- Curar algunos cánceres.
- Aliviar determinados síntomas causados por el
tumor o sus metástasis y por tanto, mejorar la calidad de
vida de la persona. - Mejorar los resultados de otros tratamientos
utilizados (ya sea quimioterapia o cirugía).
¿Qué puede hacer uno mismo?
Hay
ciertos detalles que uno mismo puede hacer y que ayudarán
al éxito del tratamiento:
- Comer y descansar: durante el tratamiento con
radioterapia, el cuerpo utiliza más energía de lo
habitual, y es posible sentirse cansado. Comer evitando
adelgazar y dormir suficientemente durante la noche
ayudarán a aliviar el cansancio.
.Hay que ser extremadamente cuidadoso con la piel en
el área de tratamiento. Evitar usar ropa ajustada,
así como jabones, desodorantes, perfumes o
cosméticos sin consultar con el médico.
Éste probablemente recomendará una loción
hidratante que deberá aplicarse con frecuencia. Se debe
proteger el área de tratamiento de los rayos del sol. No
frotar ni aplicar bolsas de frío o calor en el
área tratada.
- Consultar cualquier nuevo medicamento que vaya a
tomar con el médico, pues hay determinados
fármacos que pueden aumentar la sensibilidad de la piel
a la radiación.
¿Cuál es el seguimiento después
de la radioterapia?
Unas semanas después de la
terapia, el médico pedirá una radiografía o
un escáner de la zona irradiada para evaluar la respuesta
a la misma. El médico que indicó el tratamiento de
radioterapia programará visitas periódicas,
conforme sea necesario. El cuidado posterior, además de
verificar los resultados del tratamiento, también puede
incluir tratamientos adicionales para el cáncer,
rehabilitación y asesoramiento.
¿Qué es la quimioterapia?
En el
término quimioterapia se recoge todo tratamiento utilizado
para matar las células cancerosas por medio de
fármacos administrados por vía intravenosa (a
través de las venas), o por la boca. Los medicamentos
utilizados para este propósito son numerosos. Se agrupan
por su modo de acción sobre las células
cancerosas.
Los médicos prescriben diferentes combinaciones
de fármacos que se dan al mismo tiempo para
tratar el tumor. El término quimioterapia no se aplica a
un tipo específico de medicamento, sino al tratamiento en
general.
La quimioterapia utilizada varía dependiendo del tipo de
cáncer que se debe tratar. Ciertos tratamientos se dan
frecuentemente en el tratamiento de determinados cánceres.
Los médicos utilizan hoy en día nombres con muchas
abreviaturas para indicar el tipo de fármacos incluidos en
estos tratamientos.
¿Para qué sirve la
quimioterapia?
Todos los órganos de nuestro cuerpo
están formados por pequeñas unidades denominadas
células. Para mantener la correcta función de
nuestros cuerpos, las células se deben renovar de una
forma regular. En condiciones normales, este proceso de
renovación está sometido a unos controles
estrictos, pero puede ocurrir que ciertas células escapen
de este control y comiencen a proliferar sin freno, formando un
tumor. En este caso, las células se convierten en
células cancerosas.
Las células cancerosas se pueden diseminar desde su lugar
de origen, a través de los vasos sanguíneos o
linfáticos (atravesando ganglios) hasta llegar a otros
órganos, donde forman nuevos nódulos tumorales
llamados metástasis.
Ya que la mayoría de los fármacos usados en la
quimioterapia se administran por vía intravenosa, pueden
destruir las células cancerosas en el tumor inicial y en
las metástasis.
La quimioterapia puede, por tanto:
- Curar algunos cánceres.
- Prevenir que las células de un tumor formen
metástasis. - Disminuir los síntomas asociados con el
cáncer, y mejorar la calidad de
vida.
¿Cómo se elige la
quimioterapia?
La elección del tipo de
quimioterapia se hace de acuerdo a criterios relativamente
precisos. Ciertos fármacos son más efectivos que
otros para tratar determinados tumores. Por tanto, en el
tratamiento de dichos tumores se utilizarán estos
fármacos, aunque a menudo, se usa una asociación de
varios fármacos.
La asociación de varios fármacos para matar las
células cancerosas a través de distintos mecanismos
previene que las células desarrollen resistencias
al tratamiento. Se obtiene así una mayor eficacia.
La elección de un régimen de quimioterapia
está en función de:
- El tipo de cáncer
- La parte del cuerpo en la que el cáncer se
desarrolla - Los efectos del cáncer en el
organismo - El estado general del paciente.
¿Cómo se administra la quimioterapia y
con qué frecuencia?
La quimioterapia requiere a
veces hospitalización durante varios días, aunque
generalmente se puede hacer de forma ambulatoria durante medio
día. Muchos pacientes que reciben quimioterapia siguen
trabajando y llevando una vida normal.
La quimioterapia se hace generalmente cada tres o cuatro semanas,
durante uno o más días. Sin embargo, esto puede
variar dependiendo de:
- El tipo de cáncer
- Los objetivos
del tratamiento - El tipo de fármacos utilizados
- Los efectos indeseables del tratamiento.
¿Cómo se aplica la
quimioterapia?
La mayoría de los medicamentos que
se incluyen se administran por vía intravenosa (por las
venas) a través de un sistema de goteo.
El médico puede usar una vena en el brazo o un
catéter central. Existen dos modelos
básicos de catéteres centrales.
Método porth-a-cath
Uno de ellos es el que se llama comúnmente porth-a-cath,
que está localizado en una vena del tórax y se
coloca con anestesia general. Este catéter está
conectado a un pequeño depósito (de 1 cm de
diámetro aproximadamente) que se coloca debajo de la
piel, a la altura de la clavícula, y que uno pincha con
una aguja a través de la piel. El porth-a-cath se puede
usar incluso durante años si es necesario.
También es posible utilizarlo para sacar sangre.
Catéter de Hickman
Otro modelo de
catéter central es el catéter de Hickman, que
también se coloca conectado a una vena del tórax,
pero su extremo exterior acaba en dos conductos que quedan
colgando por delante del pecho, y no bajo la piel.
Usar uno u otro modelo es indiferente generalmente, pues
son iguales en la función para la que son
necesarios.
¿Cuáles son los efectos indeseables de
la quimioterapia?
Los efectos indeseables varían de
acuerdo con el tipo de medicinas utilizado y de la intensidad del
tratamiento. A veces, una modificación de las cantidades y
de la frecuencia de administración hacen posible modular alguno
de estos efectos.
¿Cómo se hace el seguimiento de la
quimioterapia?
El paciente estará controlado
constantemente por el médico de forma regular, para
evaluar la respuesta al tratamiento y los efectos adversos del
mismo.
El médico pedirá de forma regular análisis de sangre (dos o tres veces al
mes, por lo general). Este análisis de sangre hará
posible controlar:
- La fórmula sanguínea, con la que se
determina el recuento de glóbulos rojos, blancos y
plaquetas. - Los parámetros bioquímicos
básicos, que miden los iones en sangre y permiten, entre
otras cosas, comprobar el funcionamiento del
riñón. - El perfil hepático, que hace posible comprobar
el correcto funcionamiento del hígado.
La medida más eficaz en la prevención del
cáncer es la eliminación del consumo de tabaco, ya
que el 30% de las muertes por cáncer son producidas por su
consumo. El control de la dieta también reduce la
mortalidad: disminuir la ingesta calórico para evitar la
obesidad,
reducción de las calorías procedentes de la grasa a
un 20% de la dieta, reducción del consumo de carnes rojas,
aumento de la ingesta de fibra (cereales, frutas y verduras) y
alimentos
protectores (con contenido en vitaminas C y
A, verduras como el repollo, la coliflor, el brócoli o las
coles de Bruselas).
Debe limitarse el consumo de alimentos ahumados, en
salazón o ricos en nitritos, así como el consumo de
alcohol.
Autor:
Néstor Sanz
República Bolivariana de Venezuela
Ministerio de educación y
Deporte
Mérida estado Mérida
U.E Las tapias