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Análisis de técnicas de negociación y resolución de conflictos




Enviado por acbrecciaroli



    1. Resumen
    2. La preparación de la
      negociación
    3. Elementos claves en la
      preparación
    4. Planeamiento
    5. Características del
      negociador
    6. Tipos de
      negociadores
    7. Estrategias
    8. Tácticas
    9. Estilos de
      negociación
    10. Modelos
      competitivos
    11. Modelos
      cooperativos
    12. Bibliografía
    13. Conclusión
    14. Apéndice

    Introducción:

    Negociar consiste en tener la voluntad de encontrar una
    solución satisfactoria para cada una de las partes
    afectadas. Es confrontar ideas y sentimientos para evitar que las
    personas se enfrenten o continúen enfrentadas. Es
    una necesidad ante el surgimiento de un conflicto
    entre dos partes. Cada parte tiene el poder tanto de
    impedir que la otra alcance sus objetivos,
    como de ayudarla a obtenerlos. Y estas situaciones nos las
    encontramos en nuestra vida diaria a cada momento,
    explícita o implícitamente.

    Al negociar, los agentes pretenden conseguir, mediante
    algún tipo de procedimiento que
    puede ser tácito como concreto,
    reconocido como ignorado, cualquier cosa mejor que aquello que
    cada uno podría obtener por su cuenta.

    Entonces, las situaciones de negociación, son
    situaciones en las que nuestro mejor resultado no depende
    únicamente de nuestras propias elecciones, sino
    también de las elecciones de otra gente que persigue
    asimismo un objetivo
    propio y que también depende de nosotros para obtenerlo.
    Además, dentro de este marco estratégico general,
    estas situaciones de negociación incorporan
    simultáneamente factores de conflicto y factores de
    cooperación, en proporciones variables y a
    menudo indiscernibles.

    La gestión
    de este marco estratégico de conflicto y
    cooperación puede resultar muy complicada si se entra con
    los ojos cerrados, en estado de
    inocencia analítica y sin ningún método de
    reconocimiento e interacción.

    El comportamiento
    de los negociadores, así como el resultado de la
    negociación tienen mucha relación con ciertos
    modelos
    estratégicos en que la información es incompleta, y en que las
    reglas del juego y las
    estructuras de
    incentivos,
    generalmente predefinidos o impuestos a
    priori, juegan un papel que acostumbra a ser más
    importante y decisivo que la propia negociación
    expresada.

    El arte de la
    negociación, si es que existe, consistiría sobre
    todo en tener la capacidad de descubrir y seleccionar estos
    modelos y en adquirir la habilidad de diseñarlos o de
    evitarlos en función
    del conjunto de los intereses que están en juego en cada
    caso. Y también en saber que la cooperación es
    racional y necesaria, incluso desde el punto de vista
    egoísta, y que intereses que son diferentes pueden hacerse
    compatibles y encontrar satisfacción simultánea en
    acuerdos inteligentes obtenidos mediante una negociación
    creativa.

    Resumen:

    El carácter complejo de la negociación
    es una consecuencia necesaria de la interrelación de los
    diversos elementos que componen su estructura. En
    un proceso de
    negociación tenemos a distintos actores o partes que
    buscan una solución que satisfaga sus intereses en juego.
    Hay que comprender que negociar es un acto integral de
    comportamiento y en él, el negociador debería saber
    cuáles son sus habilidades, sus debilidades y fortalezas,
    con el fin de poder apoyar o ser apoyado en un equipo de trabajo el
    cual aumenta la complejidad del proceso, ya que cada integrante
    deberá asumir distintos roles y deberán fijarse
    pautas grupales. Asimismo, en una negociación están
    presentes los intereses, los recursos en
    juego, los valores
    con que cada parte enfrenta el proceso y, por esto último,
    los aspectos éticos y morales tendrán
    también su acción
    en la misma

    La complejidad de "negociación" constituye una de
    sus características más relevantes y que, en
    definitiva, determina que no hay instancia de negociación
    que sea igual a otra y, por ende, que toda instancia de
    negociación es única.
    La negociación vincula a dos o más actores
    interdependientes que enfrentan diferencias y que, en vez de
    evadir el problema o llegar a una confrontación, se
    entregan a la búsqueda conjunta de un acuerdo, de
    solución, de arreglo.

    La
    preparación de la negociación:

    A) LA PERSPECTIVA DEL TIEMPO

    *El proceso del
    negociador:
    El proceso del negociador
    está condicionado por:

    • Las necesidades (tanto las presentes como las
      futuras)
    • Las relaciones (que es lo que se va a modificar, que
      puede ser de bienes y
      servicios,
      poder, status, propiedad,
      etc.)
    • El proceso de comunicación (es la claridad con la que
      se transmiten los intereses)

    La condición fundamental de todo líder
    es su capacidad de conducir al logro de un objetivo, debe saber
    interpretar y conciliar intereses dispares. El liderazgo
    implica una constante negociación entre los diferentes
    factores de poder.

    Karras y cohen determinaron las siguientes variables
    cruciales: La
    información, el
    poder y el
    tiempo

    Información:.

    *Fases de una negociación: El
    desarrollo de
    la negociación puede determinarse en 2 esferas:

    1) El proceso anterior al inicio:

    • De que manera encuadrar mejor cada negociación
      que encaramos, hay que tener en cuenta los tiempos
    • Correcta formulación de los intereses, y la
      adecuada satisfacción de los intereses de la otra
      parte.
    • De que forma podemos medir los resultados de una
      negociación, o que es lo que entendemos por una
      negociación exitosa.

    2) El manejo de la negociación propiamente
    dicha.

    *El Marco: Una negociación exitosa
    y eficaz es aquella que se mantiene en el tiempo.
    También negociamos dentro de nuestra propia esfera, en el
    ámbito personal.

    La idea de negociar a largo plazo requiere revisar
    constantemente el desarrollo del acuerdo alcanzado, "para ello
    siempre es necesario preparar la negociación
    previamente".

    *El concepto:

    • Neg-Otio: La palabra negociación proviene del
      latín NEG-OTIO, que significa negar el ocio.
    • Anda, toma y da algo a cambio:
      andar, la acción física, moverse,
      ocuparse, una actitud
      positiva. Tomar implica una actitud de recompensa, ya que has
      hecho algo pues gana. Pero no solo es importante que ganes
      tú, da algo a cambio implica fijarse que la otra
      persona
      también gane algo.

    La negociación siempre ha sido inherente a la
    conducta humana,
    conviviendo junto a la confrontación. Si la
    confrontación implica la existencia de un ganador y de un
    perdedor, la negociación como objetivo final busca generar
    dos ganadores. Ambos no ganaran exactamente lo mismo,
    dependerá de su poder, su tiempo, su información, y
    de otros conceptos.

    B) LA PREPARACIÓN

    Toda negociación racional está preparada,
    la no preparación nos lleva a un proceso de irracionalidad
    generalizada. La preparación apunta a 2 aspectos
    básicos:

    • Pensar en todos los detalles a tener en cuenta "al
      sentarnos ala mesa de negociación"
    • Considerar nuestra cual será nuestra actitud
      durante la reunión, pensando en los intereses que
      motivaran la conducta de
      la otra parte y en los posibles imprevisto.

    Al encarar un negociación podemos creer en el
    error de llegar a considerar lo que solo hay que ganar
    aquí y ahora, descuidando el resultado a largo plazo., y
    lo que es peor aun ni siquiera considerar esta óptica.
    Toda negociación es profesional sólo si esta
    debidamente preparada.

    Elementos
    claves en la preparación

    Una negociación profesional es una
    negociación preparada.

    Los elementos claves para comprender el proceso del
    negociador son:

    • Debe haber como mínimo 2 partes
    • Las partes tienen o creen tener un conflicto de
      intereses
    • La negociación es una actividad voluntaria,
      elegimos negociar ya que presuponemos que nos ayudará a
      lograr nuestros objetivos en una mejor forma.
    • En la negociación se manejan cosas tangibles e
      intangibles. Los tangibles deben ser resueltos en el transcurso
      de la negociación, ya que son los aspectos sobre los que
      reside la negociación (precio,
      tasa de
      interés, contrato, etc.)
      .Los intangibles son de orden psicológico, la
      mayoría delas veces los esfuerzos se concentran en los
      aspectos tangibles. Dentro del ámbito de los intangibles
      encontramos interrogantes delicados como: el precedente que
      deja el resultado de la negociación, si nuestro desempeño fue mejor al de la otra parte,
      y los aspectos personales de la negociación.
    • Las partes entran en un proceso de dar y recibir,
      implica que la formulación de demandas iniciales esta
      efectuada con una relativa distancia de las reales expectativas
      de las partes. El acortamiento de esta brecha es la esencia que
      marca el
      proceso de la negociación.

    Teniendo en cuenta que toda negociación esta
    recortada por intereses muy precisos y se desenvuelve en un lapso
    muy limitado, la magia de una buena preparación reside en
    pensar en todo los cuidados a tomar en cuenta a efectos de lograr
    que la relación sea exitosa.

    Una buena preparación también implica
    considerar los siguientes aspectos:

    *El manejo de los elementos esenciales: "
    Allí donde hay una comunicación , hay una
    negociación", los intereses a negociar pueden ser:
    pasados, presentes o futuros. El análisis de los elementos de la
    negociación son:

    – Necesidades a satisfacer

    – Relaciones a modificar

    – Comunicación

    En teoría
    en la negociación siempre nos referimos a las necesidades
    a satisfacer.

    En la negociación es fundamental la
    comunicación entre las partes, hay que tener en cuenta
    todos los aspectos de la comunicación (palabras, gestos,
    tonos, señas, silencios, etc.)

    Otro aspecto fundamental es conocer quienes son nuestros
    clientes, para
    esto es necesario realizar un perfil de la otra parte, y de las
    personas relacionas con ella que influyen en el desarrollo de la
    negociación.

    *Lenguaje no
    verbal: Un cliente necesita
    percibir que recibe lo máximo a cambio de lo que el nos
    da., sino consigue su satisfacción total recurrirá
    a la competencia. El
    proceso de captar nuevos clientes o de recuperarlos es
    difícil.

    Las señas pueden ser elementos simples de
    entender, como la caída de la facturación, reclamos
    de clientes, mala atención, etc. Deben ser captadas
    rápidamente a fin de no perder la negociación o
    complicarla.

    Pueden tener más protagonismo que el lenguaje
    verbal, ya que se puede captar información que con
    palabras sería difícil de explicar.

    El lenguaje no verbal tiene 3 elementos
    básicos:

    • Actitudes: Es la predisposición que tiene la
      otra parte para bien o mal la negociación
    • Gestos: Nos pueden indican el grado de
      atención de la otra persona
    • Disposición espacial: Se refiere al hábitat , el marco geográfico
      donde se desarrolla el encuentro.

    Los elementos básicos del lenguaje no verbal
    adquieren tanto o más protagonismo que el discurso
    verbal. Si la negociación es un proceso recortado por
    intereses precisos, que se desenvuelven en un lapso muy limitado,
    esta relación requiere los mayores cuidados para que
    resulte exitosa, al menos de nuestra parte; y uno de los aspectos
    a considerar es el clima reinante
    que se establece en el vinculo.

    Las señas permiten detectar acuerdos o
    desacuerdos, así como estados de ánimos que muchas
    veces no se pueden expresar con palabras.

    *Lugar de la reunión: El lugar de la
    reunión siempre será en función de la
    negociación a encarar, esto implica considerar la
    conveniencia de celebrar las reuniones en nuestro ámbito,
    en el del oponente, o en un sitio neutral.

    Ventajas de negociar en el propio
    terreno:

    • Que la otra parte venga a nosotros nos pone en una
      situación de poder
    • Nos permite manejar el hábitat
    • Nos permite y obliga a manejar los
      tiempos

    Ventajas de negociar como visitante:

    • Nos permite obtener información acerca de su
      entorno

    Ventajas de un terreno neutral

    • Evita las ventajas y desventajas de ser visitante o
      local.

    *La forma: La negociación puede ser grupal
    o individual, la forma que utilizaremos dependerá de la
    naturaleza de
    la negociación a encarar, y de la información que
    tengamos acerca de la forma en que la otra parte lo ha de
    hacer.

    La negociación individual permite ganar tiempo,
    pero no permite un proceso de crítica
    y los beneficios que tiene la negociación en
    equipo.

    La negociación grupal requiere de una
    preparación previa, ya que cada integrante debe conocer su
    función, a fin de ejecutarlo a la
    perfección.

    *La autoimagen: Nuestra imagen y la forma
    en la que la proyectamos es esencial en el proceso de
    negociación, y se debe considerar al momento de preparar
    la negociación.

    Esta formada por 3 elementos:

    • Lo que realmente somos
    • Lo que creemos que somos ( acá nos solemos
      preguntar si la forma en que proyectamos nuestra imagen guarda
      relación con lo real)
    • Lo que el otro cree que somos ( la forma en que
      proyectamos quienes realmente somos y lo que creemos que somos
      serán los elementos determinantes en la otra parte,
      receptora del mensaje, de la idea de nuestra
      autoimagen)

    El negociador deber saber como utilizar su autoimagen
    durante el transcurso de la negociación, ésta debe
    relacionarse con la dimensión real y debe ser modificada
    en función a la actitud de la otra parte. También
    es importante realizar un perfil de la otra parte, poder
    determinar sus necesidades.

    *El rol: Es papel que desempeña una
    persona en la negociación, nos indica su función,
    su poder, y su capacidad de decisión. Es importante
    determinar el rol de la otra parte para saber si estamos
    negociando con la persona adecuada.

    *Factores de la negociación: El ritmo del
    proceso negociador manejado con la idea de cambio permanente: Hay
    que saber adecuar los tiempos a los cambios de la
    negociación, es la naturaleza del cambio la que hace que
    las tácticas y las estrategias de
    una negociación varíen constantemente.

    Presentación de propuestas:

    – Todas juntas o por la táctica del
    "salame"

    – Presentación formal o informal , es decir
    escrita o expuesta

    – Actitud participativa o competitiva

    – Realizar concesiones o mantenerse duro para demostrar
    poder

    – Poner énfasis o no en la relaciones
    interpersonales

    – Abordaje personal o mediante
    representantes.

    – Mantener una agenda de trabajo, y

    Planeamiento:

    – Elaboración del plan de
    acción (estrategia) para
    alcanzar los objetivos. Así como de las medidas concretas
    (tácticas).

    – Decisión del enfoque general de la
    negociación: atacar, esperar, apoyarse en el poder,
    etc.

    – Decisión de la posición a mantener
    y oferta
    inicial. Nivel de flexibilidad.

    – Preparación del escenario: ambiente que
    favorezca el tono deseado de la negociación; lugar,
    atenciones, servicios, etc., que ayuden a crear un ambiente
    acorde a la estrategia seleccionada, el nivel de la
    negociación y la imagen que se pretende
    proyectar.

    Características del
    negociador:

    Son muchas las características que definen al
    buen negociador y que lo diferencian del "negociador agresivo" o
    del mero "vendedor-charlatán". Entre ellas podemos
    señalar las siguientes:

    * Le gusta negociar: la negociación no le asusta,
    todo lo contrario, la contempla como un desafío, se siente
    cómodo. Tampoco le asustan las negociaciones complicadas,
    pueden incluso hasta motivarle más.

    * Entusiasta: aborda la negociación con ganas,
    con ilusión. Aplica todo su entusiasmo y energía en
    tratar de alcanzar un buen acuerdo.

    * Gran comunicador: sabe presentar con claridad su
    oferta, consigue captar el interés de
    la otra parte. Se expresa con convicción.

    * Persuasivo: sabe convencer, utiliza con cada
    interlocutor aquellos argumentos que sean más apropiados,
    los que más le puedan interesar.

    * Muy observador: capta el estado de
    ánimo de la otra parte, cuáles son realmente sus
    necesidades, qué es lo que espera alcanzar. Detecta su
    estilo de negociación, sabe "leer" el lenguaje no
    verbal.

    * Psicólogo: capta los rasgos principales de
    la
    personalidad del interlocutor así como sus intenciones
    (si es honesto, riguroso, cumplidor, si es de fiar, si tiene
    intención real de cerrar un acuerdo, etc.).

    * Sociable: una cualidad fundamental de un buen
    negociador es su facilidad para entablar relaciones personales,
    su habilidad para romper el hielo, para crear una atmósfera de
    confianza. Tiene una conversación interesante, animada,
    variada, oportuna.

    * Respetuoso: muestra
    deferencia hacia su interlocutor, comprende su posición y
    considera lógico que luche por sus intereses. Su meta es
    llegar a un acuerdo justo, beneficioso para todos.

    * Honesto: negocia de buena fe, no busca engañar
    a la otra parte, cumple lo acordado.

    * Profesional: es una persona capacitada, con gran
    formación. Prepara con esmero cualquier nueva
    negociación, no deja nada al azar.

    Detesta la improvisación, la falta de rigor y de
    seriedad. Conoce con precisión las características
    de su oferta, cómo compara con la de los competidores,
    cómo puede satisfacer las necesidades de la otra
    parte.

    Es meticuloso, recaba toda la información
    disponible, ensaya con minuciosidad sus presentaciones, define
    con precisión su estrategia, sus objetivos. Le da mucha
    importancia a los pequeños detalles.

    * Firme, sólido: tiene las ideas muy claras (sabe
    lo que busca, hasta donde puede ceder, cuáles son los
    aspectos irrenunciables, etc.). El buen negociador es suave en
    las formas pero firme en sus ideas (aunque sin llegar a ser
    inflexible).

    En la negociación no se puede ser blando (se
    podría pagar muy caro). Esto no implica que haya que ser
    duro, agresivo o arrogante; lo que si es fundamental es tener las
    ideas muy claras y el coraje de luchar por ellas.

    * Autoconfianza: el buen negociador se siente seguro de su
    posición, no se deja impresionar por la otra parte, no se
    siente intimidado por el estilo agresivo del oponente. Sabe
    mantener la calma en situaciones de tensión.

    * Ágil: capta inmediatamente los puntos de
    acuerdo y de desacuerdo. Reacciona con rapidez, encuentra
    soluciones,
    toma decisiones sobre la marcha, sabe ajustar su posición
    en función de la nueva información que recibe y de
    la marcha de la negociación. No deja escapar una
    oportunidad.

    * Resolutivo: busca resultados en el corto plazo, aunque
    sin precipitarse (sabe que cada negociación lleva su
    propio tiempo y que hay que respetarlo). Sabe cuales son sus
    objetivos y se dirige hacia ellos. Los obstáculos
    están para superarlos, no desiste sin plantear
    batalla.

    * Acepta el riesgo: sabe
    tomar decisiones con el posible riesgo que conllevan, pero sin
    ser imprudente (distingue aquellas decisiones más
    trascendentales que exigen un tiempo de reflexión y que
    conviene consultar con los niveles superiores de la
    compañía).

    * Paciente: sabe esperar, las operaciones
    llevan un ritmo que conviene respetar. Uno no debe precipitarse
    intentando cerrar un acuerdo por miedo a perderlo.

    * Creativo: encuentra la manera de superar los
    obstáculos, "inventa" soluciones novedosas, detecta nuevas
    áreas de colaboración.

    Por último, es importante resaltar que si bien
    hay personas con facilidad innata para la negociación,
    estas aptitudes también se pueden aprender asistiendo a
    cursos de formación y base de práctica.

    Tipos de
    negociadores:

    Es difícil clasificar los distintos tipos de
    negociadores ya que cada persona tiene su manera particular de
    hacerlo, no obstante se podrían definir dos estilos muy
    definidos.

    Negociador enfocado en los resultados:

    * Lo único que realmente le importa es alcanzar
    su objetivo a toda costa, intimida, presiona, no le importa
    generar un clima de tensión.

    * Tiene una elevada (excesiva) autoconfianza, se cree en
    posesión de la verdad. Considera a la otra parte como un
    contrincante al que hay que vencer con objeto de conseguir el
    máximo beneficio posible.

    * Las relaciones personales no es un tema que le
    preocupen, ni tampoco los intereses del oponente.

    * Si negocia desde una posición de poder se
    aprovechará de la misma, imponiendo su planteamiento.
    Utilizará cualquier estratagema para presionar y lograr
    sus metas.

    * Este tipo de negociador puede ser efectivo en
    negociaciones puntuales pero es totalmente inapropiado para
    establecer relaciones duraderas.

    Negociador enfocado en las personas:

    * Le preocupa especialmente mantener una buena
    relación personal. Evita a toda costa el enfrentamiento;
    prefiere ceder antes que molestar a la otra parte.

    * Es un negociador que busca la colaboración,
    facilitando toda la información que le soliciten,
    planteando claramente sus condiciones.

    * Le gusta jugar limpio, por lo que no utiliza ninguna
    táctica de presión.
    Confía en la palabra del otro, cede generosamente y no
    manipula.

    * Este negociador puede resultar excesivamente blando,
    de una ingenuidad de la que se puede aprovechar la otra parte,
    especialmente si el oponente responde al modelo
    anterior.

    En la vida real los negociadores se situarán en
    algún punto intermedio entre estos dos
    extremos.

    Ninguno de estos dos extremos resulta adecuado: el
    primero porque puede generar un clima de tensión que de
    al traste con la negociación y el segundo por una
    excesiva bondad de la que se puede aprovechar el
    oponente.

    El negociador debe ser exquisito en las formas, en el
    respeto a la otra
    parte, considerando y teniendo en cuenta sus intereses. Pero al
    mismo tiempo tiene que defender con firmeza sus
    posiciones.

    Esta firmeza no se debe entender como inflexibilidad.
    Muy al contrario, el negociador debe ser capaz de ajustar su
    posición a la información nueva que reciba, a los
    nuevos planteamientos que vayan surgiendo durante la
    negociación.

    Resulta de gran interés conocer el tipo de
    negociador al que uno se aproxima con el fin de detectar sus
    fortalezas y posibles carencias, y en este caso tratar de
    corregirlas.

    Asimismo, conviene identificar el tipo de negociador al
    que se ajusta el oponente con vista a poder interpretar su
    comportamiento, anticipar sus movimientos y si fuera necesario
    tratar de contrarrestarlos.

    Estrategias:

    La estrategia de la negociación define la manera
    en que cada parte trata de conducir la misma con el fin de
    alcanzar sus objetivos. Se pueden definir dos estrategias
    típicas:

    Estrategia de "ganar-ganar", en la que se busca
    que ambas partes ganen, compartiendo el beneficio.

    Estrategia de "ganar-perder" en la que cada parte
    trata de alcanzar el máximo beneficio a costa del
    oponente.

    * En la estrategia de "ganar-ganar" se intenta
    llegar a un acuerdo que sea mutuamente beneficioso. En este tipo
    de negociación se defienden los intereses propios pero
    también se tienen en cuenta los del oponente.

    No se percibe a la otra parte como un contrincante sino
    como un colaborador con el que hay que trabajar estrechamente con
    el fin de encontrar una solución satisfactoria para
    todos.

    Este tipo de negociación genera un clima de
    confianza. Ambas partes asumen que tienen que realizar
    concesiones, que no se pueden atrincherar en sus
    posiciones.

    Probablemente ninguna de las partes obtenga un resultado
    óptimo pero sí un acuerdo suficientemente bueno.
    Ambas partes se sentirán satisfechas con el resultado
    obtenido lo que garantiza que cada una trate de cumplir su parte
    del acuerdo.

    Este clima de entendimiento hace posible que en el
    transcurso de la negociación se pueda ampliar el
    área de colaboración con lo que al final la "tarta"
    a repartir puede ser mayor que la inicial.

    "Por ejemplo, se comienza negociando una campaña
    publicitaria para el lanzamiento de un producto y se
    termina incluyendo también la publicidad de
    otras líneas de productos."

    Además, este tipo de negociación permite
    estrechar relaciones personales. Las partes querrán
    mantener viva esta relación profesional lo que les lleva a
    maximizar en el largo plazo el beneficio de su
    colaboración.

    * Por su parte la estrategia de "ganar-perder" se
    caracteriza porque cada uno busca alcanzar el máximo
    beneficio sin preocuparle la situación en la que queda el
    otro.

    Mientras que en la estrategia de "ganar-ganar" prima un
    ambiente de colaboración, en esta estrategia el ambiente
    es de confrontación.

    No se ve a la otra parte como a un colaborador, sino
    como a un contrincante al que hay que derrotar. Las partes
    desconfían mutuamente y utilizan distintas técnicas
    de presión con el fin de favorecer su
    posición.

    Un riesgo de seguir esta estrategia es que aunque se
    puede salir victorioso a base de presionar al oponente,
    éste, convencido de lo injusto del resultado, puede
    resistirse a cumplir su parte del acuerdo y haya que terminar en
    los tribunales.

    Para concluir se puede indicar que la estrategia de
    "ganar-ganar" es fundamental en aquellos casos en los que se
    desea mantener una relación duradera, contribuyendo a
    fortalecer los lazos comerciales y haciendo más
    difícil que un tercero se haga con este
    contrato.

    Esta estrategia se puede aplicar en la mayoría de
    las negociaciones, tan sólo hace falta voluntad por ambas
    partes de colaborar.

    La estrategia de "ganar-perder" sólo se
    debería aplicar en una negociación aislada ya que
    el deterioro que sufre la relación personal hace
    difícil que la parte perdedora quiera volver a
    negociar.

    Tácticas:

    Las tácticas definen las acciones
    particulares que cada parte realiza en la ejecución de su
    estrategia.

    Mientras que la estrategia marca la línea general
    de actuación, las tácticas son las acciones en las
    que se concreta dicha estrategia.

    Las tácticas las podemos clasificar en
    tácticas de desarrollo y tácticas de
    presión.

    * Las tácticas de desarrollo son aquellas que se
    limitan a concretar la estrategia elegida, sea ésta de
    colaboración o de confrontación, sin que supongan
    un ataque a la otra parte.

    * Las tácticas de presión tratan en cambio
    de fortalecer la propia posición y debilitar la del
    contrario.

    Las tácticas de desarrollo no tienen por
    qué afectar a la relación entre las partes. Algunos
    ejemplos son:

    Tomar la iniciativa presentando una propuesta o esperar
    a que se la otra parte quien vaya por delante. Facilitar toda la
    información disponible o, por el contrario, la
    estrictamente necesaria.

    Hacer la primera concesión o esperar a que sea la
    otra parte quien de el primer paso.

    Tratar de que las negociaciones tengan lugar en las
    propias oficinas, en las de la otra parte o en un lugar
    neutral.

    Por el contrario, las tácticas de
    presión
    sí pueden deteriorar gravemente la
    relación personal. Son tácticas que buscan
    confundir, intimidar o debilitar la posición del
    contrario. Algunos ejemplos de este tipo de tácticas
    son:

    Desgaste: aferrarse a la propia posición
    y no hacer ninguna concesión o hacer concesiones
    mínimas. Se busca agotar a la otra parte hasta que
    ceda.

    Ataque: atacar, presionar, intimidar, rechazar
    cualquier intento de la otra parte de apaciguar los
    ánimos. Se busca crear una atmósfera tensa,
    incomoda, en la que uno sabe desenvolverse y que perjudica al
    oponente.

    Tácticas engañosas: dar
    información falsa, manifestar opiniones que no se
    corresponden con la realidad, prometer cosas que no se piensan
    cumplir, simular ciertos estados de ánimo. En
    definitiva, engañar al oponente.

    Ultimátum: presionar a la otra parte,
    empujarle a que tome una decisión sin darle tiempo para
    reflexionar. El típico "o lo tomas o lo dejas", "tengo
    otras tres personas interesadas, así que o te decides
    ahora o dalo por perdido". Normalmente esta urgencia es
    ficticia y tan sólo busca intranquilizar al
    oponente.

    Exigencias crecientes: consiste en ir
    realizando nuevas peticiones a medida que la otra parte va
    cediendo, sin que lo concedido resulte nunca suficiente. Al
    final la otra parte tratará de cerrar el trato lo antes
    posible para evitar este incesante goteo de nuevas
    exigencias.

    Autoridad superior: consiste en negociar bajo
    la apariencia de que se cuenta con delegación suficiente
    para cerrar el trato. Al final, cuando tras muchas cesiones de
    la otra parte se ha alcanzado un acuerdo, se comunica que
    éste queda pendiente de la conformidad de los
    órganos superiores de la empresa, que
    plantearán nuevas exigencias.

    Esta táctica también consiste en presionar
    a la otra parte para que acepte unas condiciones determinadas
    bajo la velada amenaza de que si éstas se modifican
    habrá que remitir la propuesta a un nivel superior que
    difícilmente le dará su visto bueno.

    Hombre bueno, hombre malo:
    dos personas representan a una de las partes: una de ellas se
    muestra intratable, amenazante, exigente, sin el menor
    interés de hacer concesiones, mientras que la otra trata
    de granjearse la confianza del oponente, se muestra
    comprensiva, cordial, y trata de convencerlo de que acepte su
    propuesta, antes de que su compañero tome las riendas de
    la negociación.

    Lugar de la negociación: cuando
    ésta tiene lugar en las oficinas de una de las partes y
    ésta trata de sacar ventaja de la situación. Se
    trata de que el interlocutor se sienta incómodo,
    infravalorado, etc., pero de una manera sutil, sin que sea
    consciente de que está siendo víctima de esta
    estratagema.

    Por ejemplo, se le hace esperar un buen rato antes
    de iniciar la reunión, se le ofrece una silla
    más baja que la del anfitrión, se le
    sitúa de cara a una ventana por donde entra una
    claridad muy incómoda, se
    le coloca en el extremo de la mesa, quedando

    relegado, se interrumpe la negociación
    continuamente con llamadas de teléfono, etc.

    Tiempo: consiste en jugar con el tiempo en
    beneficio propio.

    Por ejemplo, se alarga la reunión al
    máximo hasta vencer al oponente por agotamiento, se
    fija la reunión a primera hora de la tarde tras una
    copiosa comida regada con vino. Se deja transcurrir el tiempo
    discutiendo temas menores y tan sólo en el
    último momento, cuando el interlocutor está a
    punto de perder el avión, se le urge a cerrar un
    acuerdo de prisa y corriendo.

    Por regla general estas tácticas engañosas
    hay que evitarlas, pueden ser beneficiosas en un momento dado
    pero a la larga uno se termina granjeando una imagen de
    negociador deshonesto, falso, poco fiable.

    Si se emplean tiene que ser de forma discreta,
    tratando de que la otra parte no lo perciba.

    Si uno es descubierto el deterioro de las relaciones
    personales puede ser importante.

    La única táctica que realmente funciona es
    la profesionalidad, la preparación de las negociaciones,
    la franqueza, el respeto a la otra parte y la firme defensa de
    los intereses.

    Para finalizar destacar algunas ideas:

    Ante una negociación no se puede dejar a la
    improvisación la estrategia a seguir ni las
    tácticas a utilizar. Todo ello tiene que estar definido
    y convenientemente preparado antes de sentarse a la mesa de
    negociación.

    Esto no impide que en función de cómo se
    vayan desarrollando los acontecimientos uno vaya ajustando su
    actuación.

    Resulta también muy importante detectar la
    estrategia que sigue la otra parte y las tácticas que
    utiliza. De este modo es más fácil anticipar sus
    movimientos y tomar las medidas oportunas.

    Estilos de
    negociación:

    Cada negociación es diferente y exige una
    aproximación específica.

    No se puede tratar de utilizar siempre el mismo esquema
    de negociación.

    No hay dos clientes iguales y cada uno de ellos exige un
    trato determinado.

    No obstante, se podría hablar de dos estilos
    básicos de negociación: la negociación
    inmediata y la negociación progresiva.

    La negociación inmediata busca llegar con rapidez
    a un acuerdo, sin preocuparse en tratar de establecer una
    relación personal con la otra parte.

    La negociación progresiva busca en cambio una
    aproximación gradual y en ella juega un papel muy
    importante la relación personal con el interlocutor. Se
    intenta crear una atmósfera de confianza antes de entrar
    propiamente en la negociación.

    A algunas personas les gusta ir directamente al grano
    mientras que otras prefieren establecer un vínculo
    personal antes de entrar a discutir posiciones.

    Los primeros suelen basar su decisión en datos objetivos
    (precio, financiación, características
    técnicas, garantía, plazo de entrega, etc.),
    mientras que los segundos valoran también muy
    especialmente consideraciones subjetivas (confianza, amistad, honestidad,
    etc.).

    Una variable que resulta determinante para ver que
    estilo de negociación conviene utilizar es si se trata de
    una negociación puntual, aislada, o si por el contrario se
    pretende mantener una relación duradera con la otra
    parte.

    La diferencia fundamental entre una negociación
    aislada (por ejemplo, la compra de una vivienda) y una
    relación duradera (la relación con un proveedor)
    está en la importancia o no de establecer una
    relación personal con el interlocutor.

    En una negociación puntual no hay necesidad de
    tratar de estrechar lazos. En este tipo de negociación
    cada parte puede tratar de maximizar su beneficio a costa del
    otro. El deterioro de las relaciones que esto puede producir no
    tiene mayor trascendencia ya que probablemente no haya que volver
    a negociar con esta persona.

    Por el contrario, cuando se negocia con un cliente o con
    un proveedor con el que interesa mantener una relación
    duradera resulta primordial cuidar la relación
    personal.

    No sería lógico en este caso negociar con
    prisas, tratando de imponer a toda costa nuestros planteamientos,
    con el consiguiente deterioro de los lazos afectivos.

    Modelos
    competitivos:
    En un establecimiento educativo se
    plantea un conflicto entre el Director y un Docente por el
    horario de entrega de los boletines de calificación; el
    director, haciendo uso de su autoridad
    ordena al docente la entrega en un contraturno, el docente, se
    niega a asistir fuera del horario escolar.

    La cuestión se transforma en una puja de poder.
    Si el director "cede" aparecerá como débil y falto
    de autoridad; el docente se presenta como una víctima del
    poder del superior, buscando alianzas. Generalmente la primera
    respuesta de ambas partes será "no cambio mi
    posición".
    Entre los alumnos del penúltimo curso de una escuela
    secundaria se plantea un conflicto por la empresa con la
    que realizarán el viaje de fin de curso, ningún
    sector quiere "ceder", sostienen que el otro bando tiene
    intereses particulares o que se opone sólo para demostrar
    su poder.
    Estas situaciones responden a un modelo competitivo de
    negociación que se caracteriza por:

    • La negociación es entendida como un juego de
      suma cero (lo que gana uno pierde el otro).
    • Se intenta conseguir objetivos a expensas del
      adversario.
    • Posiciones iniciales extremas: se inician las
      negociaciones con pedidos irracionales e intransigentes, se
      realizan ofertas ridículas con lo que se afecta el nivel
      de expectativa del oponente.
    • Autoridad limitada: los negociadores carecen de
      autoridad -o esta es muy limitada- para hacer
      concesiones.
    • Tácticas emocionales: Ejemplos de ellas son
      las actitudes
      exasperadas, gritos, golpes en la mesa, actuación como
      "víctima" del poder o de la mala intención- no
      real de la contraparte.
    • Consideración de las concesiones del oponente
      como debilidades: ante una concesión del oponente no se
      actúa en forma recíproca.
    • Mezquindad en las propias concesiones: se demoran las
      concesiones y son mínimas.
    • Ignorancia de fechas límites:
      actuación como si el tiempo no existiera, y, por lo
      tanto, o se agotara, sin que existan límites a este
      respecto.

    Modelos
    cooperativos:
    También denominados
    "ganar-ganar" o "para la satisfacción mutua" consisten
    básicamente en que los negociadores alcancen un acuerdo
    ventajoso para ambos y una victoria total o muy importante, de
    uno sobre el otro. Los dos deben sentir que han ganado algo y que
    el resultado de la negociación debe otorgar beneficios
    aceptables para ambas partes. GANAR-GANAR negociando implica
    lograr que las partes de una negociación inviertan todas
    sus habilidades y medios para
    poder obtener en conjunto beneficios que no alcanzarían
    por sí solos. Existen tres objetivos que deben tenerse en
    cuenta para lograr una negociación cooperativa:

    • Lograr confianza mutua;
    • Lograr el compromiso de la contraparte: hacerla
      sentir que están en el mismo barco y que es responsabilidad mutua llegar a buen
      puerto;
    • Controlar al adversario: es importante tener bajo un
      adecuado control al
      oponente, para tomar rápido conocimiento
      cuando éste decide modificar su estrategia cooperativa
      por otra competitiva posterior.

    En el ámbito educativo, en principio, por las
    características de las relaciones continuas, aparece
    recomendable el modelo colaborativo.
    Si analizamos el caso del Director que ordena entregar los
    boletines a contraturno al docente, a la luz de este
    modelo, y, siguiendo de alguna manera el modelo propuesto por la
    Escuela de Harward tendremos que: separar las personas del
    problema, resulta que un desacuerdo tiende a aumentar la
    hostilidad y la generación de actos negativos, es por ello
    que, una cuestión esencial resulta entender que el
    desacuerdo no implica ataque a la persona, ni del director ni del
    docente.
    En este punto resulta útil "ponerse en el zapato del
    otro", para entender qué piensa y cómo se
    siente.
    Una causa frecuente de conflictos
    resulta es el deducir las intenciones de la otra parte en base a
    los temores, pensemos qué ocurre cuando el director o el
    supervisor realiza una visita al curso, la primera
    reacción es pensar que "nos está persiguiendo",
    "quiere ver qué estamos haciendo mal".

    En el caso, que venimos analizando, el director puede
    pensar que la actitud del docente se debe a que "quiere causarle
    problemas" o
    el docente pensar que existe alguna cuestión personal de
    parte del directivo.
    El segundo paso es concentrase en los intereses no en las
    posiciones, de hecho, en el caso del director y el docente,
    pueden existir intereses comunes (que se realice la
    comunicación de las notas, que no se interfiera el normal
    dictado de clases, cumplir con el reglamento) y distintos (el
    director: demostrar su autoridad y el docente: no venir fuera de
    su horario, etc.

    El trabajo en base a los intereses puede permitir
    soluciones que no tienen cabida desde las posiciones. Una vez
    detectados los intereses cabe la etapa de generación de
    opciones. En esta etapa resulta útil la técnica de
    la "lluvia de Ideas" que es conocida en educación.
    En el caso que estamos desarrollando, pueden ser opciones: que el
    docente entregue los boletines en su turno fuera del horario, en
    un recreo, que se haga en un horario de una actividad especial,
    que otro docente lo cubra mientras se realiza la reunión
    con los padres, etc.
    Luego de la etapa de generación de opciones cabe la
    evaluación de las mismas buscando utilizar
    criterios que sean objetivos para la selección
    de las mismas.

    En el caso del conflicto por la empresa con la que se
    realizará el viaje de fin de curso, también puede
    realizarse este análisis, detectando los intereses, que
    pueden ser personales, dudas respecto de la solvencia de tal o
    cual empresa, cuestiones relativas a precios,
    financiación, servicios, pasajes "gratis" que
    otorgan.

    Los modelos de negociación en colaboración
    aportan un marco para permitir que, más allá de las
    diferencias personales se busquen soluciones
    integradoras.

    Conclusión:

    Pienso que para mi y mi proceso de aprendizaje fue
    mejor definir primero que no es negociar; negociar no es
    buscar que el otro pierda, o llegar a negociar con los brazos
    caídos pensando que el otro tiene todas las de ganar, o
    pretender imponer mi punto de vista sin importarme el otro o los
    otros que hacen parte de esta negociación.

    Negociar es algo complejo, algo que no es fácil;
    a lo cual nos enfrentamos a diario, pero a medida que pasa el
    tiempo pasamos de negociaciones fáciles a negociaciones
    más complicadas. Desde chicos negociamos por ejemplo un
    juguete, pero esta negociación es fácil, la hacemos
    con personas que nos aman que no son duros con nosotros a los
    cuales les hacemos los mayores depósitos en su cuenta
    emocional y por eso son en ocasiones flexibles pero nunca
    demasiado, ya que hemos aprendido a ser buenos
    negociadores.

    Encontré mucho agrado en este trabajo ya que he
    visto como este se complementa con algunas materias que estoy
    viendo en la vida cotidiana (negociando), y creo que la
    posición que adoptemos debe depender de la realidad y
    siempre debemos buscar el "Ganar / Ganar".

    Pienso que un buen negociador se hace tanto como se
    nace, no podría existir sin esos dos elementos; se debe
    tener una serie de cualidades en su carácter y forma de
    ver la vida, y comenzando por ahí se desarrolla una cadena
    en la personalidad
    del negociador las cuales lo hacen excelente frente a sus
    relaciones con los demás y de esta forma puede lograr muy
    buenas negociaciones teniendo en mente el ganar/ganar.

    Aunque son mucha las personas con las que conviviremos
    een un futuro, debemos tener en cuenta que tendremos que negociar
    con personas que adopten diferentes roles (duro, suave o basado
    en principios) y
    tal vez mientras nosotros aprendamos a negociar correctamente
    también asumiremos algunos de estos roles; no pienso que
    estar en el rol duro o suave sea malo, lo malo radica en estar
    siempre en esa posición y no evolucionar hasta llegar al
    rol de basado en principios, también creo que hasta que no
    tengamos las experiencia suficiente no podremos llegar a
    este.

    Algo que me gusto mucho fue la estrategia de
    penetración, creo que nos da unas buenos ejemplos para los
    pocos expertos en el temas de la negociación y creo que el
    día de mañana cuando estemos ganando experiencia en
    las negociaciones la deberemos tener en cuanta para iniciarnos es
    ente complejo proceso que es negociar.

    Bibliografía:

    www.google.com.ar

    www.monografías.com

    www.gestiopolis.com

    www.aulafacil.com

    Apéndice:

    Comunicación:

    El éxito
    de una negociación depende en gran medida de conseguir una
    buena comunicación entre las partes.

    Cada uno de ellos tiene que ser capaz de comunicar de
    forma clara cuáles son sus planteamientos y cuales son
    sus objetivos.

    Además deben cerciorarse de que la otra parte
    ha captado con exactitud el mensaje que uno ha
    transmitido.

    Una vez que se conoce con precisión la
    posición del interlocutor resulta más fácil
    buscar puntos de encuentros que satisfagan los intereses
    mutuos.

    Podremos adaptar nuestra oferta para que se ajuste
    mejor a sus necesidades.

    Además, podremos seleccionar aquellos
    argumentos que respondan mejor a sus intereses.

    Esto que parece obvio falla en numerosas negociaciones,
    siendo la principal causa de que éstas no lleguen a buen
    término.

    No es infrecuente que las partes se enzarcen en una
    agria disputa sin que ninguna de ellas conozca realmente cual
    es la posición de la otra.

    La causa principal de los fallos de comunicación
    reside generalmente en que no sabemos escuchar.

    Estamos más preocupados en lo que queremos
    decir que en oír lo que nos dicen.

    Además, la tensión que genera la
    negociación, el miedo a perder posiciones, nos lleva a
    adoptar una actitud defensiva que nos hace saltar ante el
    primer comentario del con el que no coincidamos.

    La buena comunicación exige una escucha
    activa:

    Concentrarse en lo que nos está diciendo el
    interlocutor y no estar pensando en lo que uno va a
    responder.

    Cuando el interlocutor ha expuesto una idea importante
    conviene repetir sus palabras ("Lo que usted quiere decir es
    que…") para asegurarnos que lo hemos entendido
    perfectamente.

    La otra persona agradecerá que se le preste
    atención, lo que mejorará el ambiente de la
    negociación. En su momento él también nos
    prestará la atención debida. Otro aspecto
    fundamental es saber preguntar.

    Por lo general nos cuesta trabajo preguntar, evitamos
    realizar algunas preguntas por miedo a molestar, si la respuesta
    no nos ha quedado clara nos resulta aún más
    difícil insistir.

    Un buen negociador se distingue porque sabe preguntar,
    no tiene miedo a insistir si la contestación no le ha
    convencido, da tiempo al interlocutor para que responda
    oportunamente, no trata de llenar el silencio que se pueda
    producir autorrespondiéndose.

    Lenguaje:

    El lenguaje que hay que emplear en una
    negociación debe ser sencillo y claro, que facilite la
    comprensión.

    No se trata de impresionar al interlocutor con la
    riqueza de lenguaje que uno posee sino de facilitar al
    máximo la comunicación, evitando
    malentendidos.

    El lenguaje que se utilice debe adecuarse a la persona a
    la que uno se dirige.

    Si se trata de un profesional de la materia se
    podrá utilizar un lenguaje más técnico; si
    sus conocimientos son más limitados habrá que
    utilizar un lenguaje menos especializado.

    Cuando se negocia con un grupo hay que
    utilizar un lenguaje que sea comprensible para todos ellos, de
    modo que les resulte fácil seguir la
    conversación.

    Hay que evitar emplear términos que parte de
    los presentes puedan desconocer (a parte de que es poco
    delicado, puede disponer a parte del grupo en
    contra).

    No obstante, habrá momentos en que se toquen ya
    temas más técnicos (de ingeniería, financieros,
    jurídicos, etc.) donde los especialistas de cada grupo
    utilizarán un lenguaje más
    específico.

    Hay que ser especialmente cuidadoso cuando el
    interlocutor sea una persona extranjera, con diferente lengua
    materna.

    Aunque pueda conocer nuestro idioma probablemente su
    dominio sea
    limitado, por lo que hay que facilitarle al máximo la
    comprensión utilizando un vocabulario fácil de
    seguir.

    Si interviene un traductor hay que asegurarse que
    cuenta con la formación necesaria, que está
    perfectamente capacitado para realizar esta labor.

    El único modo de tener plena seguridad de
    que reúne estos requisitos es seleccionando uno mismo al
    traductor y no limitarse a aceptar al propuesto por la otra
    parte.

    También hay que prestar atención y tratar
    de entender el lenguaje no verbal de nuestro
    interlocutor.

    Este lenguaje se emplea normalmente de modo
    inconsciente, por lo que resulta muy difícil de
    manipular.

    Su mirada (nos mira a la cara, evita nuestra mirada,
    mira al techo, está distraída, mira al
    reloj…), su voz (cambia de ritmo, enfatiza frases, resulta
    monótona, cansina…), sus gestos (rasgos relajados,
    tensos, nerviosismo…), su postura, movimientos, acciones
    (apenas toma notas de lo decimos, puede que no le
    interese…).

    Asertividad:

    Decir "NO" a veces resulta difícil, requiere
    cierta dosis de valor y tener
    las ideas muy claras.

    En ocasiones es más fácil asentir,
    aún no estando de acuerdo, con objeto de evitar un
    conflicto.

    No obstante, este tipo de cesiones al final se suelen
    terminar pagando.

    Es frecuente encontrar dos tipos de personas.

    Aquellas a las que les cuesta decir "NO", les resulta
    especialmente violento y prefieren evitarlo, cediendo si hace
    falta.

    Otras que dicen "NO" de manera prepotente, brusca, sin
    importarles el impacto negativo que pueda tener en la otra
    persona.

    La asertividad
    define la capacidad de decir "NO" de manera natural,
    espontánea, sin generar tensión y sin deteriorar la
    relación con la otra parte.

    Estas personas saben decir "NO" cuando entienden que hay
    que decirlo, pero sin brusquedades, sencillamente, sin que ello
    les suponga ninguna dificultad especial. Son personas asertivas
    por naturaleza.

    Aquellas personas que no gozan de esta habilidad pueden
    llegar a aprenderla con una buena práctica.

    Para un buen negociador la capacidad de decir "NO"
    cuando sea necesario resulta fundamental, no sentirse cohibido si
    hay que contradecir al oponente.

    Es preferible decir "NO" en un primer momento que
    dejar que las negociaciones sigan avanzando y en el
    último momento desdecirse de las opiniones
    emitidas.

    El buen fin de la negociación depende en gran
    medida de saber comunicar claramente lo que uno piensa,
    asintiendo cuando se esté de acuerdo y diciendo "NO" en
    caso contrario.

    Por último, señalar que es preferible no
    llegar a ningún acuerdo que cerrar uno que no
    convenga.

    Andrea Celeste Brecciaroli

    Estudiante de tercer año del Polimodal

    Buenos Aires, Argentina

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