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La revancha de Salieri




Enviado por silvita_3004



    SALIERI vs. MOZART

    Si algo faltaba para convertir al gran compositor
    italiano Antonio Salieri en el rival mediocre de Mozart, fue la
    película Amadeus, dirigida por Milos Forman a
    partir de un guión del dramaturgo Meter Schaffer, que
    apareció en 1984 y cosechó la mayoría de los
    Oscar de 1985. Autor de éxitos como Atrapado sin salida
    (1975) y Harry Flynt, el nombre del escándalo (1996), el
    cineasta checo Milos Forman- radicado en los Estados Unidos
    desde 1968, cuando los tanques soviéticos arrasaron con la
    Primavera en Praga-, traza en Amadeus un perfil de Mozart
    según la mirada despiadada de Salieri, un voluntarioso y
    mediocre músico de corte, que despreciaba tanto al
    más precoz de los compositores como veneraba su música. Sin mostrar
    al verdadero Salieri- nacido en Verona en 1750 y autor de
    más de 40 óperas, conciertos y música de
    cámara y sacra – la película recrea la
    hipótesis de una relación de una
    relación patológica que unió al joven Mozart
    y a un Salieri atormentado, sobrio y sombrío- interpretado
    por Murray Abrahams-, dispuesto a quitarse la vida bajo el peso
    de la culpa de haber asesinado al rival que lo eclipsaba en la
    corte.

    El 7 de diciembre se vivirá un gran
    acontecimiento para la cultura
    musical con la reapertura del teatro La Scala
    de Milán tras más de dos años de obras de
    restauración.

    El máximo templo de la lírica mundial
    volverá a sus antiguos esplendores con la ópera
    La Europa
    reconocida,
    con la que el teatro fue inaugurado en 1778. El
    maestro Ricardo Muti, quien dirigirá la ópera en
    cuya preparación está trabajando un verdadero
    ejército de artistas y artesanos, dijo que la
    ocasión era propicia para rendir un homenaje a Antonio
    Salieri, uno de los más grandes músicos
    europeos.

    "Salieri merece todo nuestro homenaje no sólo
    porque su Europa reconocida inauguró La Scala hace
    236 años, sino porque su repertorio es extraordinario",
    Muti agregó que el talento fuera de lo común de
    Salieri se revela "en sus armonías y la complejidad
    orquestal que en nada tienen que envidiar a Mozart."

    Pocos músicos han recibido tamaño elogio.
    Para la gente común es algo insólito, porque
    Antonio Salieri es conocido en nuestra época sobre todo
    por una leyenda negra que recibió su último impulso
    con el filme Amadeus, de Milos Forman. Filmado en 1983 y
    difundido el año siguiente, Amadeus era un retrato
    de Mozart que fue considerado un capolavoro
    cinematográfico.

    En la trama de la película, es precisamente un
    viejo y decrépito Antonio Salieri – muy bien
    interpretado por el actor Murray Abraham el narrador de la
    historia, que
    revela un terrible secreto: Salieri – Abraham confiesa que fue
    él, envidioso del talento del joven austriaco, considerado
    el más grande genio musical de todos los tiempos, quien lo
    asesinó envenenándolo lentamente. Esta es una
    versión falsa, por lo que Antonio Salieri puede ser
    considerado también uno de los artistas más
    difamados de los últimos siglos.

    Pero es cierto que su vida estuvo intimamente ligada a
    la de Wolfang Amadeus Mozart, de quien fue maestro de canto y
    composición. En la Europa del siglo XVIII, el llamado
    siglo de las luces, se vivió un momento
    mágico de extraordinaria creatividad
    musical, cuyo centro de gravedad fue la Viena de los Habsburgo.
    La historia de Salieri, de su talento pero también de la
    leyenda negra que lo ha perseguido tras su muerte obliga
    a trazar un cuadro de aquella época
    apasionante.

    No hay que olvidar que en el último cuadro del
    1700 se reprodujeron dos de las grandes revoluciones que
    modelaron nuestra vida contemporánea: las de EE.UU. (1776)
    y Francia
    (1789), que cambiaron la historia para siempre.

    Salieri nació el 18 de agosto de 1750 en Legnago,
    una pequeña ciudad fortificada que estaba bajo dominio de La
    Sereníssima
    República de Venecia, hijo de un
    comerciante de granos y hermano de Francesco, un afirmado
    violinista que también tocaba el clavicémbalo,
    pariente del piano, y que seguramente fue su primer
    maestro.

    A los 16 años Salieri fue a continuar su educación a Venecia,
    en la residencia del noble Giovanni Mocenigo, amigo de su padre,
    donde respiró un ambiente
    cultural pleno de estímulos e importantes
    oportunidades.

    Aquella era una época de notables fermentos
    culturales y políticos, en la que se vivía el ocaso
    de las monarquías absolutas fundadas en el derecho divino.
    Florecían formas de monarquía iluminada donde los gobernantes
    se inspiraban en los nuevos ideales de su tiempo. Una
    buena parte de Italia
    pertenecía entonces al imperio de Austria.

    La emperatriz Maria Teresa recibe hasta hoy homenajes en
    la península por su buen gobierno. La
    sucedió su hijo Josef II de Habsburgo, quien
    prefería un absolutismo
    moderado. Josef redujo los poderes de la aristocracia y el clero,
    fue un gran mecenas de las artes y promovió reformas
    inspirándose en el iluminadísimo que alcanzó
    la cumbre con la Enciclopaedya que hacía bullir las mentes
    de la Francia pre-revoluconaria.

    Estas agitaciones sociales golpearon en pleno
    también la imaginación de los músicos que se
    estaban formando y que acudían a Viena porque la
    sentían con razón como la capital de
    Europa. Los Habsburgo promovieron la ópera italiana y
    echaron las bases para el nacimiento del teatro nacional
    alemán.

    En la corte trabajaban los mejores poetas y
    músicos. Italia es una patria de la música, que
    hasta hoy habla básicamente en italiano. De Italia vino la
    escala musical,
    inventada por un monje. O la invención del
    pianoforte, que conocemos como piano. En el siglo XVIII de
    Antonio Salieri y Mozart se fabricaban también en Italia
    los instrumentos de cuerdas de la escuela de
    Cremona. Al respecto bastan los nombres de dos supremos
    artesanos: Stradivari (que firmaba Stradivarius) y Guarnieri del
    Ges, que fabricaron los mejores violines, violas y violoncellos,
    hasta hoy considerados inigualables.

    A los músicos italianos, como a los arquitectos,
    se los disputaban en toda Europa.

    Venecia era una verdadera usina de cultura. En la ciudad
    de los canales, que vivía una gran prosperidad, Salieri
    pasó un momento muy intenso de su juventud.
    Allí conoció al músico de Bohemia Florin
    Gassmann, influyente compositor de la corte de Viena, que
    quedó impresionado con su talento y lo invitó a
    trasladarse a la capital austríaca. Antonio aceptó.
    Gassmann lo sometió a un duro aprendizaje
    metodológico.

    Durante los ensayos de
    música de cámara conoció al emperador Josef
    II, que era hermano de Maria Antonieta, la reina de Francia que
    terminaría decapitada por la guillotina revolucionaria,
    compartiendo el destino trágico de su marido Luis
    XVI.

    Otros dos encuentros fundamentales para Salieri fueron
    el principal compositor de la época, Gluck, y el poeta
    Metastasio, con quien Salieri tomó clases de
    declamación. En 1770 Salieri compuso su primera
    ópera, Las mujeres literatas, a la que siguieron
    numerosas composiciones.

    La consagración llegó con La feria de
    Venecia,
    representada en toda Europa, que Antonio
    realizó bajo la inspiración del estilo de Goldoni
    con un retrato de

    las clases
    sociales venecianas y en el marco ópera buffa o
    cómica.

    En 1774 murió Florian Gassmann y el emperador
    nombró compositor de corte a Salieri, a quien
    confirió el título ambicionado de
    Kapellmeister, maestro de capilla, de la ópera
    italiana.

    Antonio componía febrilmente.

    A las óperas siguieron, entre 1770 y 1778, la
    mayor parte de los conciertos, sinfonías y composiciones
    de cámara.

    Salieri no se limitaba a componer y tocar música.
    Fue también un gran docente, profesor de
    Mozart, de Beethoven, de Liszt y Schubert, entre otros grandes
    músicos. Beethoven, agradecido, le dedicó tres
    sonatas. La vida de Salieri se cruzó muchas veces con el
    niño prodigio de Salzburgo, hijo del famoso maestro de
    música de corte Leopold Mozart.

    Con una precocidad que muchos consideraban de origen
    divino, Amadeus había compuesto ya a los 20 años
    óperas, sonatas, conciertos y misas solemnes. En 1784 a
    los 28, entró en la masonería.

    Compuso para la Logia a la que pertenecía algunas
    de sus obras más legendarias. Joseph Hadyn le dijo un
    año después a Leopold, en una reunión
    masónica

    : "Delante de Dios y como caballero, le aseguro que no
    hay en el mundo un músico mejor que su hijo":

    Salieri admiraba a Mozart y dirigía sus obras,
    aunque maestro y alumno chocaron algunas veces.

    Salieri era considerado el músico más
    prestigioso de la Corte. Pese que tras la muerte del
    emperador Josef II, su hermano Leopold que lo sucedió en
    el trono de Austria mostraba menos sensibilidad musical y
    lógicas preocupaciones por las guerras y el
    deterioro de la situación económica, Salieri
    continúo con su actividad frenética. En 1791 se
    estrenó La flauta mágica y Amadeus
    escribió su concierto para clarinete. La ópera se
    convirtió en la más amada de las del género
    teatral y Salieri no le escatimó elogios. Mozart le
    escribió en una carta a su
    mujer, Constanza
    (con la que tuvo 6 hijos) que agradecido estaba hacia el maestro
    italiano. Pero ya en un viaje a Praga Mozart se había
    sentido mal. Estaba muy enfermo de los riñones,
    padecía unas fiebres reumáticas. En noviembre
    compuso y presentó una cantata masónica y
    trabajó cotidianamente en el Réquiem que no
    pudo terminar porque el 5 de diciembre de1971, cinco minutos
    antes de la una de la mañana, murió.

    La carrera de Salieri en la corte de Viena
    prosiguió muchos años más.

    En 1804 era la
    personalidad más reconocida del campo musical europeo.
    Su mujer Teresa le dio 8 hijos, la mitad de los cuales
    sobrevivieron. En 1824 fue jubilado e internado en un hospital
    donde pasó el último año de su vida,
    paralizado, sin poder moverse
    ni hablar: Murió el 7 de mayo de 1825 y recibió los
    grandes funerales y el reconocimiento que
    merecía.

    La leyenda negra de Salieri existía desde la
    muerte de Mozart, pese a que numerosos personajes de entonces
    demostraban que era falso. Cinco años después de la
    muerte del maestro italiano, el célebre escritor ruso
    Aleksandr Pushkin publicó un libro que
    alcanzó gran difusión, Mozart y Salieri, que
    avalaba la hipótesis de un
    Salieri envidioso del talento de Mozart. Años
    después, otro ruso famoso, el compositor Nikolai Rymski
    Korzakov, se basó en el libro de Pushkin en la
    ópera del mismo título: Mozart y Salieri,
    que contribuyó también a la campaña de
    difamación del italiano.

    Un siglo después, el filme Amadeus de Milos
    Forman reavivó la leyenda negra de Salieri, aunque las
    investigaciones demostraron que nunca fue
    envidioso de Mozart y mucho menos contribuyó a su muerte.
    Por eso la decisión del teatro La Scala de Milán
    de

    reabrir sus puertas con la Europa reconocida el 7
    de diciembre, suena como una justa reivindicación de
    la memoria y
    el honor del maestro de Legnago.

    Mozart y su
    Obra


    http://www.highbeam.com/library/doc0.asp?DOCID=1G1:19726941&refid=holomed_1

    La vida
    de Mozart. Índice

    The Mozart
    Project

    INFORMACION ADICIONAL

    Las dotes prodigiosas de un niño

    Mozart nació el 27 de enero de 1756 en Salzburgo
    (Austria). Fue bautizado con los nombres de Johannes
    Chrysóstomus Wolfgangus Theophilus Mozart [Pertl];
    más tarde se haría llamar Wolfgang Amadeus (siendo
    este último un sinónimo latino del griego zeofilos,
    'que ama a Dios'). Fue el último hijo de Leopold Mozart,
    músico al servicio del
    príncipe arzobispo de Salzburgo. Su madre se llamaba Anna
    María Pertl.

    La casa natal de Mozart se encuentra en Getraidegasse
    n.º 9 de la ciudad de Salzburgo. Se trata de una casa de
    tres plantas, que
    actualmente se destina a museo con gran cantidad de objetos de la
    época y algunos instrumentos del Mozart niño. Es
    uno de los lugares más vistados de Salzburgo y una especie
    de «meca» para músicos de todo el
    mundo.

    Debido a la altísima mortalidad infantil en la
    Europa antigua, Wolfgang y su hermana María Anna
    —conocida familiarmente como Nannerl— fueron los
    únicos sobrevivientes de siete hijos. Desde muy niños
    mostraron asombrosas facultades para la música, sobre todo
    Wolfgang; para él, la música y las matemáticas eran tan naturales como los
    juegos para
    cualquier otro niño.

    A los cuatro años practicaba el clavicordio; y a
    los 4 años empezo a componer pequeñas canciones y
    minuetos de considerable dificultad; a los seis, tocaba con
    destreza el clave y el violín. Podía leer
    música a primera vista, tenía una memoria
    prodigiosa y poseía una inagotable capacidad para
    improvisar frases musicales.

    Definitivamente, no era un niño común. Su
    progenitor era un hombre
    inteligente, orgulloso y religioso. Creía que los dones
    musicales de su hijo eran un milagro divino que él, como
    padre, tenía la obligación de cultivar.

    Leopold componía y daba clases de música.
    El año del nacimiento de Wolfgang publicó un libro
    sobre el arte del
    violín, que tuvo éxito y
    lo hizo famoso. Después del nacimiento de Wolfgang, salvo
    las tareas propias de su cargo, abandonó todo para
    dedicarse de manera exclusiva a la formación de su hijo.
    Fue exigente como padre y como profesor, en todo momento estuvo
    al tanto de la formación de Wolfgang, para guiarlo como
    hombre y como artista.

    Cuando el niño iba cumplir seis años de
    edad, Leopold decidió exhibir las dotes musicales de sus
    hijos ante las principales cortes de Europa. Según los
    primeros biógrafos de
    Wolfgang, su padre «quiso compartir con el mundo el
    milagroso talento de su hijo…»; en la actualidad se cree
    más bien que lo explotó. Lo cierto es que su figura
    autoritaria y opresiva marcaría al joven Amadeus para toda
    su vida.


    Primer viaje

    El 12 de enero de 1762, la familia
    entera partió hacia Múnich; tocaron ante el
    emperador Maximiliano José II y continuaron hasta Viena.
    La permanencia en esta ciudad —uno de los centros
    principales de la música— culminó con dos
    recitales ante la familia imperial
    en el palacio de Schönbrunn.

    El pequeño Wolfgang causaba sensación en
    cada concierto. El dinero
    recolectado en este viaje no fue tanto como los elogios
    recibidos. Podría decirse que éste fue un viaje de
    prueba para Leopold. El 5 de enero de 1763, los Mozart retornaron
    a Salzburgo. El viaje había durado poco menos de un
    año.


    El gran viaje

    Este gran viaje de los Mozart empezó el 9 de
    junio de 1763. Durante tres años y medio recorrieron las
    principales ciudades de Europa, cosechando grandes éxitos.
    En Viena fueron llamados a palacio por la emperatriz María
    Teresa. La emperatriz quedó encantada con el niño
    Wolfgang Amadeus, tanto, que incluso lo sentaba en su regazo y lo
    besaba.

    Fue allí también donde cierta
    ocasión, al resbalar por el piso lustroso y caer, Wolfgang
    fue auxiliado por la princesita María Antonieta, que
    años después sería guillotinada durante la
    Revolución
    Francesa.

    En Versalles, los Mozart tocaron ante el monarca Luis
    XV. La anécdota cuenta que en esa ocasión, la
    amante del rey, la altiva Madame de Pompadour, no permitió
    que el niño Wolfgang la abrazara por temor a que se
    estropeara su traje.

    En Londres causaron la admiración del rey Jorge
    III; durante este viaje el joven músico compuso su primera
    sinfonía y conoció a Johann Christian Bach, hijo
    menor de Johann Sebastian Bach (aunque en esa época
    tenía mucho más éxito que su padre, quien
    era conocido como «el padre de Johann Christian Bach),
    quien ejercía gran influencia sobre su obra.

    En Holanda deslumbró tocando el órgano
    más grande y complicado del mundo, y compuso su primer
    oratorio, a los nueve años de edad.

    Cada presentación del joven Wolfgang Amadeus era
    una exhibición de su virtuosismo con el clave y el
    violín (se cuenta que ya en esa época podía
    tocar el teclado con
    los ojos vendados), y dejaba a los espectadores maravillados
    improvisando sobre cualquier tema que le
    proponían.

    A esa edad ya sabía ser galante y dedicaba a las
    damas de la nobleza sus primeras sonatas para violín y
    clave. La familia regresó a Salzburgo el 30 de noviembre
    de 1766.

    Sus primeras
    óperas

    En septiembre de 1767, Mozart viajó a Viena
    acompañado por su padre y su hermana Nannerl. Esta vez ya
    no para demostrar sus habilidades de «niño
    prodigio», sino para desarrollar sus facultades de
    compositor.

    En la ciudad imperial desarrolló una intensa
    actividad: escribió conciertos, sinfonías, misas,
    oratorios, cantatas y también sus primeras óperas,
    como la que hizo por encargo del monarca José II: la
    ópera bufa La finta sémplice ('La fingida
    tonta').

    Los músicos de la época en Viena, vieron
    en el talento del niño una amenaza para sus puestos y
    comenzaron las intrigas. No creían que con sólo
    once años, pudiera escribir tan buena música, y
    decían que su padre era el verdadero autor de ellas. Las
    cosas se complicaron: hubo triunfos, pero también
    fracasos.

    Un caballero de 14
    años

    En 1769, Mozart ganó en Salzburgo la plaza de
    maestro de conciertos —gran honor para un muchacho—
    …pero sin sueldo. Se le financió un viaje de estudios a
    Italia, donde Leopold pensaba que Wolfgang Amadeus
    triunfaría componiendo óperas.

    Padre e hijo llegaron a Roma el 11 de
    abril de 1770. En el Vaticano, Wolfgang Amadeus escuchó el
    Miserere de Gregorio Allegri. Esta obra tenía carácter secreto, pues sólo
    podía interpretarse en la Capilla Sixtina y su
    publicación estaba prohibida so pena de
    excomunión.

    Sin embargo, el joven compositor apenas llegó a
    la posada donde se alojaba, escribió de memoria una
    versión muy aproximada de la partitura completa. El papa
    Clemente XIV, admirado ante el talento del músico de
    catorce años, no sólo no lo excomulgó sino
    que lo nombró Caballero de la Orden de la Espuela de
    Oro,
    título que —a pesar de los privilegios que
    otorgaba— nunca interesó a Mozart.

    Otro gran triunfo fue el estreno de la ópera
    Mitrídates, rey del Ponto, estrenada en 1770, en
    Milán. Aprobando un examen que al resto de los postulantes
    les llevó tres horas él resolvió en media
    hora, fue admitido como compositor en la Academia
    Filarmónica de Bolonia, considerada el centro de
    erudición musical de la época.

    El ingreso de Mozart a la Academia fue extraordinario,
    ya que aún le faltaba mucho para los veinte años,
    edad mínima exigida por el reglamento. En ese lugar
    conoció al padre Giovanni Martini, importante
    teórico de la música en aquel tiempo, y por el cual
    Mozart siempre guardó un gran afecto.

    El nuevo
    príncipe-arzobispo

    Mozart realizó un segundo viaje a Italia, para
    asistir al estreno de su ópera Ascanio en Alba. En 1771
    regresó con su familia a Salzburgo, que por entonces era
    un principado eclesiástico regido por un
    príncipe-arzobispo. Se enteraron de la muerte del
    arzobispo Schrattenbach, que siempre los había
    apoyado.

    Comenzó entonces una nueva etapa, mucho
    más difícil. Colloredo, el nuevo
    príncipe-arzobispo de Salzburgo, se mostró
    autoritario e inflexible con el cumplimiento de las obligaciones
    impuestas a sus subordinados. Mozart fue confirmado en su puesto
    de maestro de conciertos; ahora recibiría un modesto
    sueldo, pero su libertad poco
    a poco disminuiría, hasta el punto de sentirse
    esclavizado. Este hecho influyó en su
    carácter.

    Años de
    lucha

    Padre e hijo fueron a Italia por última vez en
    1772. En Milán, Wolfgang estrenó una ópera y
    escribió el motete Exsultate-jubilate. Buscó un
    puesto digno y estable, pero en vano. Tuvo que regresar a
    Salzburgo. A los 17 años, Wolfgang ya no podía
    pasar por «niño prodigio». Empezaba ahora la
    lucha por la vida.

    En 1773 hizo otro viaje a Viena, sin resultados
    prácticos, pero positivo para su arte, ya que
    conoció el nuevo estilo vienés a través de
    la música de Joseph Haydn. En enero de 1775 Mozart
    estrenó con gran éxito en Múnich su
    ópera La falsa jardinera. Fueron para Mozart años
    fecundos: escribió óperas, sonatas para piano,
    conciertos para violín, divertimentos, cuartetos y mucha
    música sacra por encargo de su nuevo
    patrón.

    Sin embargo, Mozart se sentía prisionero,
    sentía que no progresaba y —sofocado por el ambiente
    provinciano de Salzburgo—, en agosto de 1777 reclamó
    a al arzobispo Colloredo la libertad para abandonar su puesto.
    Luego, en compañía de su madre, inició un
    largo viaje a París. En una escala en Múnich,
    conoció a la familia Weber y se
    enamoró la hija mayor, Aloysa.

    En Mannheim hizo amistad con un
    grupo de
    compositores de esa ciudad (la cual era conocida porque sus
    orquestas —por primera vez en la historia de la
    música—, exageraban la diferencia entre los
    pasajes suaves y los fuertes; este estilo se dio en llamar
    «estilo de Manheim» y pocas décadas
    después sería una característica principal
    del Romanticismo.

    Opresión y
    liberación

    Wolfgang Amadeus Mozart permaneció en
    París entre el 23 de marzo y el 26 de setiembre de 1778,
    sin lograr mayores beneficios monetarios, pero llegando a
    estrenar obras como la sinfonía París.

    El 3 de julio su madre murió de un infarto.
    Deprimido por esta muerte y por algunos fracasos, Wolfgang decide
    retornar al servicio de Colloredo. Melancólico, se detuvo
    en Múnich para proponerle matrimonio a
    Aloysa Weber, pero ella lo rechazó.

    Regresó a Salzburgo en enero de 1779. Colloredo
    le aumentó su salario, pero
    también sus obligaciones: debía dedicarle mucho
    más tiempo a su cargo. Ese mismo año
    escribió la Misa de la Coronación (KV
    317).

    En enero de 1781 estrenó en Múnich
    Idomeneo, rey de Creta, su primera gran ópera. Estaba en
    Augsburgo cuando fue llamado por Colloredo. Después de sus
    últimos triunfos y de relacionarse con nobles casi de
    igual a igual, el trato que le daba el arzobispo era humillante
    para él. Sus obras ya eran apreciadas en toda Europa, pero
    Colloredo se complacía en subestimarlo, tratándolo
    como a un vulgar criado. Finalmente, Mozart se rebeló;
    tras una agria discusión, decidió renunciar.
    Así terminaban diez años, de 1771 a 1781, de
    tensiones y disputas casi constantes.

    Matrimonio pese a
    todo

    Mozart se instaló en Viena y vivió un
    año feliz. Intervino en conciertos, impartió clases
    y escribió numerosas obras. 1782 fue el año de otra
    ópera triunfal: El rapto en el
    serrallo.

    Tras su fracaso sentimental con Aloysa Weber,
    encontró consuelo en Constanze, la hermana menor. Pero
    sabía que su padre Leopold no apreciaba a esa familia.
    Quiso viajar a Salzburgo para presentarle formalmente a la novia,
    pero varios eventos
    postergaron el temido viaje para enfrentar a su
    progenitor.

    El 4 de agosto de 1782, sin el consentimiento paterno,
    Wolfgang Amadeus y Constanze se casaron en Viena. Para celebrar
    la unión y para calmar a su moralista padre, Mozart
    compuso la inconclusa Misa en do menor (KV 427). Pensaba
    estrenarla en Salzburgo con Constanze como primera soprano
    solista. Sólo pudo hacerlo en agosto de 1783, pero
    sería inútil. Deseaba demostrar a su familia que
    había sabido elegir, pero Leopold y Nannerl jamás
    terminarían de aceptar a Constanze.

    Para colmo de males, su primer hijo murió el 19
    de agosto de 1783, al mes de nacido. De los seis hijos que
    Wofgang Amadeus tuvo con Constanze sólo dos sobrevivieron:
    Kart Thomas y Franz Xaver.

    En 1782 había conocido, a través del
    barón Van Swieter, los oratorios de Haendel y algunas
    obras de Johann Sebastian Bach, entre ellas El clave bien
    temperado, lo que modificó profundamente su estilo como
    compositor.

    El más grande
    compositor

    En diciembre de 1784, Mozart ingresó en la
    masonería, en la que encontró un ideal
    filosófico. 1785 fue un año de gran actividad
    artística y social. Wolfgang se sintió entusiasmado
    ante el aplauso que los vieneses dispensaron a su música.
    Por entonces dedicó a Joseph Haydn algunos cuartetos de
    cuerda.

    La anécdota cuenta que, al oírlos, Haydn
    manifestó a Leopold ante Dios que Wolfgang Amadeus era el
    más grande compositor que hubiera conocido. Fue un gran
    periodo creador. En 1786 Mozart estaba en la cumbre.
    Estrenó la ópera Le nozze di Figaro (Las bodas de
    Fígaro) con gran éxito y en 1787, en Praga Don
    Giovanni.

    La misa para
    difuntos

    En marzo de 1791, Mozart ofreció uno de sus
    últimos conciertos públicos en Viena; tocó
    el Concierto para piano n.º 27 (KV 595). Su último
    hijo, Franz Xaver, nació el 26 de julio.

    Pocos días antes se presentó en su casa un
    desconocido, vestido de gris, que rehusó identificarse, y
    encargó a Mozart la composición de un
    réquiem. Le dio un adelanto y quedaron en que
    regresaría en un mes. Pero el compositor fue llamado desde
    Praga para escribir la ópera La clemencia de Tito, para
    festejar la coronación de Leopoldo II.

    Cuando subía con su esposa al carruaje que los
    llevaría a esa ciudad, el desconocido se presentó
    otra vez, preguntando por su encargo. Esto sobrecogió al
    compositor.

    Más tarde se supo que aquél sombrío
    personaje era un enviado del conde Franz Walsseg, cuya esposa
    había fallecido. El viudo deseaba que Mozart compusiese la
    misa de réquiem para los funerales de su mujer, pero
    quería hacer creer a los demás que la obra era suya
    y por eso permanecía en el anonimato.

    Mozart, obsesionado con la idea de la muerte desde la de
    su padre, debilitado por la fatiga y la enfermedad, muy sensible
    a lo sobrenatural por su vinculación con la
    masonería e impresionado por el aspecto del enviado,
    terminó por creer que éste era un mensajero del
    Destino y que el réquiem que iba a componer sería
    para su propio funeral.

    El final de una vida
    trágica

    La salud del genio
    comenzó a declinar y su concentración
    disminuía. La clemencia de Tito fue acogida con frialdad
    por el público. Al regresar a Viena, Mozart se puso a
    trabajar en el réquiem encargado y preparó, en
    compañía del empresario
    teatral y cantante Emanuel Schikaneder, los ensayos de la
    ópera La flauta mágica. Ésta se
    estrenó con enorme éxito el 30 de septiembre de
    1791, con el propio Mozart como director.

    Un músico rival, Antonio Salieri, se hallaba
    entre el público. Por entonces Mozart escribió el
    Concierto para clarinete (KV 622). En octubre de 1791 su salud
    empeoró; caminaba con su esposa por un parque cuando de
    pronto se sentó en una banca y muy
    agitado comentó a Constanze que alguien lo había
    envenenado. Al poco tiempo quedó postrado en su
    lecho.

    Mozart sentía que ya no volvería a
    levantarse, pero quería terminar su propia mísa de
    difuntos y dictó a Süssmayer, su discípulo,
    las indicaciones para completar el Réquiem KV 626. Pero le
    faltó tiempo.

    El 5 de diciembre de 1791, Mozart fallecía a los
    35 años de edad, en Viena, ciudad que vio triunfar al
    niño y morir al hombre. Los médicos no se pusieron
    de acuerdo sobre la causa de su muerte. Por negligencia fue
    enterrado en una fosa sin lápida y jamás se le pudo
    ubicar.

    La
    leyenda

    Se propagó el rumor de que Mozart había
    muerto envenenado por Antonio Salieri, quien supuestamente odiaba
    su genio musical. Ésto sirvió de inspiración
    para la ópera Mozart y Salieri, de Rimski-Kórsakov,
    para la pequeña obra de teatro del mismo nombre del
    célebre escritor ruso Pushkin y para la obra teatral
    Amadeus, de Peter Shaffer (en la que se basa la película
    Amadeus de Milos Forman, protagonizada por Tom Hulce).

    Se llegó incluso a afirmar que los restos de
    Mozart fueron perdidos para que no quedaran huellas del homicidio.


    Obra

    La obra de Mozart fue catalogada por Ludwig von
    Köchel en 1832. Comprende 626 opus. La producción sinfónica e instrumental
    consta de:

    • 41 sinfonías, entre las que destacan la
      35, Haffner (1782), la 36,
      Linz (1783), la 38, Praga (1786) y las tres últimas (la
      39, en mi bemol, la 40, en sol menor y la 41, Júpiter)
      compuestas en 1788;
    • conciertos (27 para piano, 5 para violín y
      varios para otros instrumentos);
    • sonatas, que constituyen piezas clave de la
      música mozartiana;
    • música de cámara (dúos,
      tríos, cuartetos y quintetos);
    • 61 divertimentos,
    • serenatas,
    • marchas; y
    • 22 óperas.

    Con respecto a su producción operística,
    después de algunas obras «menores», llegaron
    sus grandes títulos a partir de 1781: Idomeneo en Creta
    (1781); El rapto del serrallo (1782), la primera gran
    ópera cómica alemana; Las bodas de Fígaro
    (1786), Don Giovanni (1787) y Cosí fan tutte ('Así
    hacen todas', 1790), escritas las tres en italiano con libretos
    de Lorenzo da Ponte; La flauta mágica (1791), en la que se
    reflejan los ritos e ideales masónicos, y La clemencia de
    Tito (1791).

    Compuso también gran cantidad de obras corales
    (religiosas y profanas) entre las que destaca la Misa de
    réquiem que compuso poco antes de morir.

    Silvana Lorena Stieben

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