- ¿Qué es la
orientación filosófica? - ¿Qué diferencias
básicas existen entre psicología y otras terapias
y la orientación filosófica? - ¿Cuál es el
objetivo de la orientación
filosófica? - ¿Identificar los
problemas y ya está? - ¿Cómo podemos
aplicar la filosofía a la vida cotidiana? ¿Para
qué? - ¿Es una manera de
aprender a pensar? - ¿Qué es un
problema filosófico? - ¿Cómo
podemos saber si lo que necesitamos es un
filósofo? - ¿Por qué aparece
en este momento? - ¿Quiere decir que
Universidad y orientación filosófica no han de ir
de la mano? - ¿Lo importante es la
persona o el método
filosófico? - ¿Qué
formación debe tener el orientador? - ¿Cuáles fueron sus
orígenes dentro de la orientación
filosófica? - ¿Sobre qué trabaja
ahora y hacia dónde cree que se dirige la
orientación filosófica? - ¿Algo
distinto? - El tercer milenio,
¿Será filosófico o no
será? - Nota
biográfica
Entrevistando (?) a José Barrientos
Rastrojo…
www.josebarrientos.net
Se acerca José Barrientos Rastrojo. Llega poco
pausado, hay algo que se mueve dentro de él. Estoy segro
de que trabaja en algo y no será difícil conseguir
que me lo cuente.
Estamos en medio del inicio del calor estival
sevillano que se mezcla con días de sorprendente lluvia
(incluso dicen que ha granizado en un pueblo cercano a la
capital). Para
los que no estamos acostumbrados a estos rigores nos resulta
más que molesto.
Junto a él llega a lírica sorpresiva de
una ciudad plagada de monumentos y de los rumores de poetas de
otros tiempos… Barrientos siempre me pareció un
sentimental y, aunque se esfuerce por esconderlo, fueron
demasiados meses a su lado que pusieron de manifiesto matices que
ha ido limando con la edad. Supongo que le gustará obviar
aquella época así que usaré el "usted" de
distanciamiento.
Nos sentamos y me pregunta si quiero algo. Mi
respuesta es una libreta abierta con algunas preguntas
pulcramente escritas y subrayadas. Ante esto levanta una ceja
como diciendo "bueno, tú verás" y se pide algo para
él.
Guillermo
Kérbec
¿Qué es
la orientación filosófica?
La orientación filosófica es un diálogo
entre dos individuos en el que se pretende que el cliente
clarifique sus conceptos y, por ende, su propia vida. Para ello
hay dos elementos esenciales. Uno es la orientación
racional que ayuda al cliente a alcanzar un pensamiento lo
más razonable posible obviando falacias intelectuales,
errores de pensamiento, concibiendo qué es un argumento y
las asunciones que subyacen a él. Por otra parte,
está la orientación a través de los autores
de la historia de la
filosofía que sirve como apoyatura para la
discusión de los asuntos que aquejan al
cliente.
Lo importante no es el principio de autoridad que
subyace en los filósofos sino la fuerza de los
argumentos de personas que han reflexionado con prudencia.
Éstos han pasado por situaciones que guardan similaridad
con las personas que acuden al gabinete de
filosofía.
La filosofía, bajo la concepción
senequista, no es un desarrollo
teórico, de erudición mental sino un camino de
transformación y una ayuda para colmar el arte de vivir.
No en vano, Séneca y las escuelas helenísticas
desarrollaron cuestiones como la ira, la clemencia, el amor, la
razón, la forma de tomar decisiones acertadas sin dejarnos
llevar por las pasiones, etc…
La filosofía ha sido en múltiples
ocasiones sinónimo de exceso de erudición e intento
de vanagloria personal a
través des oscurantismo de sus expresiones y usos. La
orientación filosófica necesita hombres que se
dediquen a la investigación filosófica de la cual
pueda nutrirse pero trabaja al pie de la persona y de su
vida. Lo importante no son las teorías
sino cómo estas pueden ayudar a la persona a conocerse y
entender lo que pasa a su alrededor.
¿Qué
diferencias básicas existen entre psicología y otras
terapias y la orientación
filosófica?
La orientación filosófica no es una
terapia alternativa sino una alternativa a la terapia, como ha
indicado Shlomit Schuster en su primer manual de
1999.
En general, se fijan varios ítems. La
orientación filosófica no trataría con
personas enfermas sino con individuos sanos a los que se
presentan conflictos en
su vida.
Para diferenciarlo con el psicoanálisis podríamos decir, con
el grupo ETOR,
que la orientación filosófica trata con la parte
consciente del individuo y el
psicoanálisis con la parte inconsciente.
Igualmente la psicología suele referirse a causas
allí donde la filosofía habla de argumentos y
razones por los que se decide actuar.
La filosofía, no mantiene una actitud de
experto ineluctable que tiene todas las respuestas sino que
éstas pueden emerger tanto de filósofo como de la
otra parte. En este respecto recuerdo una de mis clientas
diagnosticada médicamente por una afección que le
impedía dormir por las noches debido a una afección
neurológica.
Estuvimos dialogando algún tiempo y de
forma natural surgió una solución. Primero el
diálogo y luego ella misma encontró una
"solución". Le gustaba escribir y de unos fragmentos de un
relato autobiográfico ha surgido una novela sobre su
pasado. Ésta le ha servido para terminar de reconciliarse
con su pasado. Desde luego, en el primer instante descubrí
la posibilidad que esta actividad podría implicar.
Recordemos como en la Poética ya aludía
Aristóteles al poder
catártico de determinadas artes. Sólo hizo falta
incentivar su actividad.
Sin embargo, usted me ha hablado también de
que la psicología usa modelos
mientras que la filosofía es una actividad, en su
terminología, "poética.
Así es. Se trata de una cuestión que no ha
sido desarrollada dentro de las disciplinas. Las psicoterapias
funcionan con modelos, definen, por ejemplo, qué es lo
normal y apelan a un "deber ser" en relación al
tratamiento de sus pacientes. Foucault apuntaba
en sus escritos que la religión y la moral han
dejado su lugar social a la medicina a
través de la psicología.
De esta forma, la psicología pasaría a ser
un nuevo marco moralizador en el que el nuevo pecado es la
singularidad, la diferencia con el resto de las personas
"normales". No creo que se haya de llegar tan lejos en estas
afirmaciones. Las psicologías "curan" a muchos de sus
pacientes y no sólo los "normalizan".
La orientación filosófica, al tratar con
un hombre que es
capaz de ser libre y no constreñido por un modelo
explícito o incapacitado para razonar, aunque es
consciente de las influencias psicológicas, sociales y
biológicas del individuo, trata con la persona en primera
instancia.
Esto implica que en la orientación
filosófica no hay modelos que perseguir sino una vida en
base a la cual razonar. Por consiguiente, la vida no se clausura
por los moldes psíquicos que la circundan sino que abren
los mismos gracias a la impronta del espíritu de cada
individuo.
La filosofía ha llegado a afirma que una vida
razonada es la única que merece la pena ser vivida. Yo
diría que igual que un artista puede hacer de una piedra
del camino una obra de arte, la filosofía puede ayudar a
desvelar las potencialidades "felicitarias" y de
autorrealización que puede alcanzar cada una de nuestras
vidas particulares.
Esto supone que no hay metas cerradas que alcanzar. No
podemos construir un acelerador de partículas con una
roca, pero ello no obsta para que el ingenio humano llegue con
esa roca a construir algo inimaginable. ¿Acaso alguien
pensó que con el Silicio que puebla muchas playas se
llegarían a construir los microchips que animan la vida de
nuestro siglo XXI?
Habría de decir que la filosofía trata CON
el hombre, la
psicología trata A la psique humana. Desde la
filosofía, se advierten la posibilidad de que existan
"trastornos" en el individuo: trastornos de origen
biológico o mental. Eso es algo con lo que el
filósofo CUENTA en su quehacer. No es algo que trate. Por
supuesto, la labor del filósofo acabaría
allá donde el trastorno es de tal calibre que impide al
individuo razonar y llevar a cabo aquello a lo que se compromete
en las consultas de orientación
filosófica.
Imaginemos que una persona con un hipertiroidismo que
cursa con agresividad recurrente llega a la consulta del
filósofo a tratarse esa agresividad. Desde luego, el
filósofo habrá de derivarla a su médico de
cabecera puesto que la etiología de su afección es
biológica. ¿Puede hacer algo el filósofo?
Con respecto al hipertiroidismo no, ahora bien puede hacer mucho
en otro respecto.
Por ejemplo en cuanto a aumentar sus niveles de
comprensión de la agresividad, ayudarle a encontrar
mecanismos por los que pueda canalizar esa afección.
Sólo un uso adecuado y tratamiento médico
explícito que regule sus niveles de hormonas
tiroideas solucionará el problema. Ahora bien, conocer
cómo llega su agresividad, saber qué hacer cuando
llegue o entender de donde procede en general las causas de su
agresividad y entender esos contenidos que le llevan a mostrar
más agresividad sí puede ser tarea de un orientador
filosófico.
¿Cuál es el objetivo de la
orientación filosófica?
Ayudar a que el cliente clarifique y comprenda su vida
y/o el conflicto por
el que atraviesa. En ocasiones ayuda a encontrar salidas por esta
clarificación, en otros momentos promueve un pensamiento
creativo. En todos los casos, el orientador es consciente de que
el último responsable de la resolución no es
él sino la persona que llega a su consulta. Gerd Achenbach
tiene una metáfora para este asunto. Relata la historia de un timonel que
está conduciendo un barco por alta mar.
En un momento determinado se apercibe que el barco
pierde velocidad.
Ante tal situación corre hacia el camarote del
capitán del barco y lo ve consternado por
problemáticas personales. La noche se ha hecho en ese
lugar y el timonel empieza a hablar con él. Se animan,
analizan mapas,
cuadrantes, los planos de las máquinas
y, finalmente, van a dar una vuelta por el barco a buscar el
problema del barco. Después de un tiempo, el
capitán descubre la razón de que el barco vaya
más lento. Toma las riendas del mismo y lo corrige. El
timonel vuelve a su lugar el barco vuelve a internarse en el
piélago de la vida.
En la historia, el barco sería nuestra vida que
va hacia delante. El timonel es el orientador filosófico y
el capitán del barco es la persona que viene a nuestra
consulta. Como se puede intuir, el timonel (orientador) no
resuelve el problema pero ayuda al capitán a revisar
qué es lo que anda mal en el barco.
En la obra de Shlomit Schuster se relata el caso de una
mujer que llega a
la consulta ante un dilema vital que remite a situaciones
pasadas. Quiere que su hijo vaya a un colegio determinado y el
marido a otro. Las vivencias personales de cada parte
están justificando sus decisiones al respecto. Shlomit en
lugar de darle "la mejor solución", le ayuda a desvelar lo
que pasa con su marido. A comprenderlo. En ningún momento
llegan a una resolución final puesto que esto no es
responsabilidad del orientador.
Sin embargo, la Dra. Schuster trabaja de la mejor manera
con aquella mujer. No se restringe al problema particular y sin
embargo la dota de elementos imprescindibles para este y futuros
problemas.
Pensemos también en la capacidad de apertura y
difusividad en que se deja a la persona que acude al
filósofo. Mientras que el cliente llega con una suerte de
miopía vivencial para encontrar caminos variados, una de
las funciones del
orientador es hacerle ver caminos aparentemente cerrados para el
cliente. No se trata de decirle al cliente has de ir por este o
por aquel sino animar a su cristalino a otra nuevos horizontes.
Al fin y al cabo, a volver a levantar la cabeza para mirar
ilusionado de nuevo a la vida.
¿Identificar los problemas y ya
está?
Es más que identificar los problemas. Es navegar
filosóficamente a través de ellos para encontrar
soluciones
juntos. Por supuesto, desde la perspectiva racional
también se podría ayudar a desvelar las
alternativas que no serían plausibles. El primer método de
Marinoff (publicado en Essays on Philosophical Counseling)
plantea que el orientador a veces debería sugerir cuando
hay un error. Lo ideal sería ayudar al cliente a que las
desvele él intentando la mínima
intromisión.
¿Cómo podemos aplicar la
filosofía a la vida cotidiana? ¿Para
qué?
La respuesta la tendrá la persona que acuda a
nosotros. Las personas no llegan con el deseo de encontrar la
aplicación de una disciplina (la
filosofía) a sus vidas. Esto es muy abstracto. La gente
llega y paga porque hay algo que "le duele", con lo que no puede
vivir, que le crea la necesidad de dar una respuesta, con
necesidad de desenmarañar un ovillo o buscar claridad.
Muchas veces acudirán con un problema particular, en otras
deseando conocer más, etc… Un desembolso
económico busca una motivación
más fuerte, en general, que la postura "burguesa" de
aplicar la filosofía a la vida cotidiana.
No puedo responder tanto por lo que la gente busca sino
por los resultados que se consiguen Éstos poseen una
gradación. Los más ambiciosos: la construcción de una vida con un matiz
distinto, el filosófico. Una vida filosófica que
nos ayude a ser más libres, más conscientes de
nosotros mismos y, por ende, más felices. En un rango de
menor envergadura puede ayudar a resolver conflictos
éticos o a desenredar problemas personales con los
sentimientos, con nuestras decisiones, la búsqueda de
valores,
etc… En Inglaterra se han
llegado a desarrollar protocolos
filosóficos para la toma de
decisiones y otros para buscar valores para la vida y elegir
los mejores.
En otras ocasiones, nos ayuda a poner al descubierto lo
que Diego Ruiz Curiel del grupo ETOR ha denominado "impositores
ocultos", elementos de la realidad que nos influyen sin que nos
apercibamos de ellos y que no tienen una naturaleza
inconsciente.
Por ejemplo, tener la necesidad de vestir de cual o cual
forma debido a que socialmente nos introducen tales pautas de
comportamientos. Es muy significativo que hace unos años
las modas televisivas pasasen por ver telenovelas sudamericanas,
otra época hicieron furor las teleseries americanas, hoy
parece que la producción nacional es la más
relevante. Saber el por qué de esto y cómo
están condicionado (no psicológicamente ni
biológicamente, sino filosófica o
históricamente) nuestros gustos y determinando nuestras
acciones puede
ser otra tarea de la consulta.
Podemos aludir a muchos otros ejemplos: desvelar por
qué hoy se tiende a aceptar las relaciones homosexuales,
qué tabúes son los que permanecen y cómo
podemos salir de lo políticamente correcto sin que esto
suponga una conmoción social. En definitiva, ayudar a ser
críticos sin caer en relativismo.
Por tanto, no se trata de aplicar la filosofía a
la vida cotidiana, sino que la misma vida demanda la
filosofía y, por eso, ésta última sale a su
encuentro. La dirección es la inversa.
¿Es una
manera de aprender a pensar?
Puede ayudar a corregir falacias intelectuales y errores
de pensamiento. No obstante, es mucho más que sólo
una cuestión de encontrar un formato racional alejado de
lo que se ha venido en denominar error. Incluye también la
discusión de contenidos filosóficos.
¿Qué le ofrece al
visitante/cliente?
Ha quedado ya contestado con lo anterior. Aun
así, es interesante aludir al concepto de
visitante o cliente. El término visitante lo usó
Achenbach para intentar remarcar que él no intentaba
imponer nada a quien acudía a él. No
pretendía cambiarlo. Se ha criticado que el concepto de
"cliente" suena demasiado a un lenguaje
comercial y mercantilista. Algo semejante nos ha parecido en ETOR
con "asesoramiento" y por ello preferimos el término de
orientación. En cuanto a cómo llamar al que llegue
a la consulta creo que la mejor palabra es la que ha usado Rayda
Guzmán, orientadora de Cataluña: persona. Pero
bueno… es cuestión de nombres y el filósofo
es ante todo eso y no un filólogo.
¿Qué es un problema
filosófico?
Aquel en el que la filosofía puede aportar
luz para su
clarificación sin que para ello se obste que otras
personas y disciplinas tengan su propia óptica
al respecto.
¿Cómo podemos saber si lo
que necesitamos es un filósofo?
Uno de los grandes problemas de la disciplina en la
actualidad es que no está tan difundido como las
psicologías o psicoterapias.
Yo apuntaría a que para desvelar si lo que se
necesita es un filósofo lo mejor es sencillamente
probarlo. Desde luego, si lo que existe (o se puede intuir que
existe) es una patología de corte biológico,
debería acudir a su médico. Sin embargo, incluso en
ese caso la orientación filosófica puede resultar
de mucha utilidad. Por
ejemplo en un caso de hipertiroidismo que puede cursar con un
aumento de la agresividad lo importante es ponerse en manos de un
endocrino. La causa está claro que es biológica y
para curar al paciente es necesario seguir el tratamiento
médico. Ahora bien, incluso en este caso límite la
filosofía puede llegar a ayudar a que la persona se
conozca mejor y, por ende, apercibirse cuándo llegan los
ataques de ira y manejarlos con mayor habilidad.
¿Por
qué aparece en este momento?
La pregunta debería ser por qué no ha
aparecido hasta este momento.
Pierre Hadot indica que la universidad hizo
que la filosofía, que en épocas anteriores
poseyó un importante factor práctico y de arte de
vida, la introdujo en cánones logicistas y
estableció distancias entre la filosofía y la vida.
Así en un primer momento la filosofía y
quedó unida en occidente al cristianismo.
Éste se hizo con algunos de sus modelos de trabajo.
Recordemos que la meditación, el examen de
conciencia o los
ejercicios del espíritu y el trabajo
para mejorar el mismo pueblan toda la filosofía de los
últimos siglos de la anterior era y primeros siglos de la
presente. De esta unión la religión dejó
relegada a la filosofía a puros aspectos lógicos.
Mucho más cuando se introduce en la
universidad.
Sin duda alguna la filosofía desde el siglo XVI
ha estado en
manos de una intelectualidad de alto nivel. Recordemos las
discusiones en los clubs británicos que empiezan a finales
del siglo XVII o los salones franceses.
En el siglo XX han sucedido muchas cosas que han
promovido el desarrollo de la orientación
filosófica. El desarrollo de una filosofía que
tiene en su centro el Lebens-welt, el mundo de la vida,
los acontecimientos trágicos de las dos guerras
mundiales que dieron lugar a muchos planteamientos existenciales
y de falta de sentido (recordemos que aquí se sitúa
el inicio de la logoterapia y en parte de la terapia
existencial). Es curioso que la mayor parte de los
teóricos de la disciplina nació entre 1947 y 1954.
Algo hay en esa generación que despertó el interés.
Pero hay una segunda "hornada" de filósofos que
seguimos despiertos a éste ímpetu inicial y
continuamos, o al menos lo intentamos ese espíritu. El
pensamiento de la complejidad, la
globalización que hace que el mundo demande cada vez
mayor comprensión y explicación de lo existente, el
decrecimiento de un fundamente trascendente de la población o bien el denominado tercer giro
de la filosofía, el giro pragmático ponen de
manifiesto que es hoy más que nunca una
necesidad.
Pensemos que hay una filosofía que circunda a
muchos orientadores filosóficos (aunque no se cierran en
torno a ella): la
filosofía helenística. Esta fue una
filosofía que intentó dar respuesta a un mundo en
crisis (la
quiebra del mundo
antiguo que desembocaría en la Edad Media).
Es curioso que hoy retomemos las figuras de Séneca o Marco
Aurelio. Probablemente el estar en un momento histórico
que avanza sobre ruinas de la modernidad nos
hace dirigirnos hacia la necesidad de "saber a qué
atenernos", como diría Julián Marías dentro
del espíritu orteguiano que le es afín.
A eso es a lo que ayuda la orientación
filosófica.
Desde luego no hay una razón única, pero
todo apunta a que la orientación filosófica
tendrá hoy mucho que decir todavía.
Incluso yendo más allá, es una
filosofía que asume no partir de abstracciones sino desde
la persona en particular sus propias concepciones. Se descubre el
concepto antropológico desde el propio individuo. Esto
está muy relacionado con el pluralismo y las nuevas
tendencias de entender al hombre hoy. Por lo que probablemente
podría ser semilla para dar que hablar desde el
ámbito academicista. Pero, como dicen los ingleses
"little by little".
¿Quiere decir
que Universidad y orientación filosófica no han de
ir de la mano?
Creo todo lo contrario. Casi todos los filósofos
actuales han tenido una formación universitaria.
¿Por qué negar las propias raíces naturales?
En general para hacer cualquiera de estos cursos se exige que el
que participe en ellos tenga acabada la licenciatura en
filosofía o alguna afín hecha dentro del marco de
la UNIVERSIDAD.
Con esto no quiero extender la cuestión a todos
los casos. Se ha comentado que hay situaciones en las que la
universidad se ha cerrado a este tipo de disciplina o las acepta
pero imponiendo controles que disolverían la esencia de la
disciplina en pro del sistema.
En mi experiencia particular la universidad no ha
intentado nunca establecer claúsulas que degraden la
orientación filosófica. Creo que la universidad fue
constituida para ser la valedora del conocimiento
superior. Los profesores de principios de la
modernidad acudían a formarse a otras universidades para
luego traer a las propias todas las novedades de su disciplina.
Es el caso, por ejemplo, de Juan Luis Vives. Otros venían
a las nuestras para llevar nuestros conocimientos a las
europeas.
A mi entender Universidad y Orientación
filosófica deberían ir de la mano. Ahora bien, con
esto no excluyo que haya modelos formativos fuera de la misma. De
hecho me parecen útiles y hasta oportunos. Puede haber
orientadores que no quieran formarse desde el ámbito
universitario y no por ello han de ser apartados de la
profesión.
Lo que sí me parece primordial es que se
constituyan programas comunes
gracias a los cuales se certifique una suerte de formación
básica común con la que se respalde a todo aquel
que acuda a uno de estos profesionales. El problema de una
disciplina joven es que pueden acontecer muchos engaños
entre las personas que confunden las formaciones. Esto no
sólo es un problema para la disciplina en
general.
En cuanto a Pierre Hadot me parecen buenos sus
argumentos, pero su especialidad fue la filosofía antigua.
No la orientación filosófica Las Lecciones de
Ética de Kant, los
planteamientos de Ortega y Gasset o de Julián
Marías que entroncan con la vida, las intuiciones de
Fernando Savater, o los mismos libros de Lou
Marinoff, Peter Raabe, Ran Lahav, por no olvidar los desarrollos
de Gadamer muestran que la filosofía no ha estado
desconectada de la vida porque se introdujera en los marcos
universitarios puesto que todos ellos han sido profesores
universitarios.
Es más, fuera de la universidad ha habido
pensamientos abstractos desconectados de la vida. No creo que
universidad sea antónimo de orientación
filosófica. Por el contrario la universidad ha sido
sinónimo siempre de investigación y somos deudores
de ella a través de sus novedades históricas
académicas.
¿Lo
importante es la persona o el método
filosófico?
Es decir, ¿se adapta un método ya
existente a cada caso o cada caso, cada individuo, que va a la
consulta debe generar su propio método?
Evidentemente lo importante es la persona. ¿Son
necesarios los métodos?
Digamos que son útiles. Sobre todo para el que se inicia
en el trabajo. Los métodos son los railes para aquellos
que todavía no saben conducir. Son como las ruedecillas
que nos ponían de pequeños en las bicis hasta que
aprendíamos a manejarnos equilibrados sobre dos ruedas.
La meta
sería, por supuesto, que el orientador terminase por no
utilizarlos sino incluso crear unos nuevos acorde a cada uno de
sus clientes. Gerd
Achenbach se refiere a una metáfora en este sentido "La de
las mil y una noches". El orientador sería una Sherezade
que noche tras noche crea una nueva historia acorde al rey que va
a matarla.
¿Qué formación debe
tener el orientador?
En general se le pide tener una licenciatura en
filosofía. En España
estamos empezando a trabajar sobre un master universitario en
Barcelona y en Sevilla. En otros puntos como en Madrid han
preferido optar por una titulación que ofrezca una
asociación privada.
Lo importante es que sea un filósofo, no una
persona que ha cursado una serie de asignaturas acreditadas por
un título universitario. Recordemos que hablamos de
filosofía práctica por lo que el contacto con la
vida será esencial. No es suficiente haber estudiado
infinitos manuales sino
tener una suerte de impronta relacional con las personas que
acudan a nosotros. Tal es así, que muchos afirman que en
la profesión hay mucho de arte y que, por ello, hay muchos
elementos que no pueden enseñarse sino que son innatos en
el orientador.
Habilidades o cualidades del asesor
filosófico
Muchas: Capacidad de empatizar más que de
dialogar, capacidad de escuchar, agudeza mental para deshacer
dobleces de pensamiento, rapidez intelectiva, claridad mental,
capacidad para el uso de la historia de la filosofía en
cada caso (saber encontrar respuestas en los filósofos del
pasados para clarificar las situaciones del presente),
etc…
Problemas más frecuentes que trata el asesor
filosófico
Hemos hablado ya de esto pero acudamos a algunos
ejemplos.
Imagine que su hijo a punto de empezar una carrera
universitaria no sabe si iniciarla o dedicarse a trabajar. En
ocasiones la clarificación la ha desarrollado un
psicólogo. No niego que esta actividad pueda llevarla a
cabo un psicólogo experimentado, sin embargo él no
estará capacitado para hablar con su hijo acerca de lo que
es correcto o incorrecto, de lo que está bien y lo que
está mal, del sufrimiento que supondrá en sus
padres elegir un camino u otro.
El psicólogo le puede hablar del dolor y la
situación psíquica que supondría en los
padres su decisión pero no es un experto en valores, en el
concepto del sentido de la vida, en desvelar los impositores
desconocidos (como alude Diego Ruiz Curiel) que lo aturden en su
decisión. No es un experto en desvelar si en su
pensamiento está instalada una falacia de pensamiento (por
ejemplo "prefiero ser médico a electricista por la
consideración social que implican ambas profesiones"). El
filósofo es un experto, después de todo
también en el concepto de felicidad. Por supuesto, no le
va a decir cual es el camino que ha de tomar pero le
ayudará a clarificarse y a dirigirse a él por
sí mismo y con libertad
total.
Otro caso. Imagine que le ofrecen un cargo de
responsabilidad en una empresa pero
por el cual habrá de renunciar a su apacible vida en su
pueblo particular. Las ideas de poder, de libertad, el honor, la
virtud, lo deseable y lo razonable, el concepto de
decisión y de opción pueden ser tópicos que
le aclararán la situación en la que
vive.
Finalmente podemos pensar un caso de ruptura sentimental
a un mes antes de casarse una pareja. Tal ruptura puede ser
útil analizarla desde la idea de la necesidad de generar
un nuevo proyecto vital,
indagar en aquel que tuvimos, embozarse en el análisis de qué somos nosotros
mismos y como una parte de nosotros, o nuestro personaje en la
vida, estuvo determinado por la vida con otra persona y como
volver a vivir de nuevo sin el o ella. El mismo concepto de
amor y los
remedios al desamor son temas desarrollados por Ovidio, Fromm,
Ortega y Gasset, los filósofos románticos o el
mismo Platón.
Estos son problemas prima facie. Otros casos como
la cercanía de la muerte en
una persona mayor puede ser muy interesante estudiarlos desde
personas que han pasado por ellas. El misterio de un nuevo
nacimiento o incluso el problema de padecer una enfermedad
incurable son temas que quizás no demanden una ayuda
inmediata del filósofo, no obstante el acudir al mismo
puede ser una experiencia reveladora e insustituible más
tarde.
Al fin y al cabo, la filosofía escrita nos ha
dejado el testimonio de personas que han padecido o disfrutado de
situaciones que len han hecho detenerse a reflexionar sobre las
mismas. El contexto ha cambiado pero los temas son los mismos (el
amor, la muerte, la
vida, la libertad, el sufrimiento, el destino, la verdad,
etc…). Contar con el testimonio de estos expertos en esas
cuestiones quizás no nos dé una solución
inmediata. Ahora bien, nos pone en camino para conseguir la
nuestra propia e incluso, muchas veces, hace que ese problema se
disuelva porque nunca existió. ¡Paradojas de la
vida!
¿Cuáles fueron sus
orígenes dentro de la orientación
filosófica?
Entré en contacto con la disciplina por
casualidad. A raíz de un ciclo de conferencias que se dio
en la Universidad de Sevilla. Esto fue a final de Junio por lo
que perdí contacto con ellos. Durante todo el verano
estuve investigando la cuestión. Creía entonces que
la disciplina estaba mucho más desarrollada en
España. El único grupo que operaba formativamente
en España entonces era el grupo ETOR (Educación,
Tratamiento y Orientación Racional).
Por aquel entonces era alumno de aquella facultad y
sólo tuve que incorporarme a este grupo que pertenece a la
"Asociación de Estudios Humanísticos y
Filosofía Práctica X-XI". Desde entonces, hemos
desarrollado muchas actividades: Cursos universitarios,
publicaciones (revista ETOR), el primer manual sobre la
disciplina (Introducción al asesoramiento y la
orientación filosófica. De la discusión a la
comprensión), nuestra web
,
el I Congreso Iberoamericano y de habla hispana para el
asesoramiento y la orientación filosófica, el
próximo congreso mundial de la disciplina (8th
Internacional Conference on PHilosophical Practice), el
primer Vino Filosófico, un Más ter Universitario
sobre la profesión, etc…
¿Sobre
qué trabaja ahora y hacia dónde cree que se dirige
la orientación filosófica?
La orientación filosófica se
desarrolló en los años ochenta y principios de los
noventa fundamentalmente en el ámbito holandés y
alemán, merced a los trabajos de Gerd Achenbach y los
componentes de la asociación holandesa como Ida Jongsman y
Dries Boele.
Desde la mitad de la década pasada y principios
de la presente ha sido el momento del desarrollo en el mundo
angloparlante. La situación de que la lengua oficial
de los congresos internacionales sea en inglés
y que las actas oficiales suelan publicarse en este idioma al
igual que la aparición de manuales destacados como los de
Peter Raabe, Shlomit Schuster o Lou Marinoff en esta lengua ha
supuesto un impulso para la disciplina en esta lengua.
Creo que es el momento de que, por una parte, la lengua
hispana, sin merma para otros tipos de trabajos en otras lenguas
que deben seguir realizándose, y el espacio cálido
sureño empiecen a colaborar en este ámbito. Los
países sureños, y no me refiero sólo a los
de habla hispana puesto que, por ejemplo, deberíamos
incluir en ellos también a Italia, tienen
una impronta particular en el arte de vivir.
No es baladí apercibirse de que Séneca,
Luis Vives, Baltasar Gracián o Miguel de Unamuno,
José Ortega y Gasset y María Zambrano pertenecieran
a países sureños. Su filosofía reclama el
arte de la vida. El mismo talante sureño tiene una serie
de características especiales que deberían
incluirse en los análisis de la orientación
filosófica. Quizás la orientación racional,
el análisis de los errores de pensamiento o las falacias
intelectuales sean muy útiles en paises de
tradición anglosajona.
Sin embargo, la orientación filosófica
alemana es diferente a la canadiense o a la inglesa o la israelí.
Los países sureños y por ende también
España tiene una forma de dirigirse a la vida que los
carateriza. "Tomarse la vida con filosofía" es algo muy
cercano a nosotros y no es algo nuevo sino que resuena en el
ambiente
cotidiano desde que Séneca escribiera sus Cartas a
Lucilio.
Sí, hay algo distinto que debe ser acaparado para
ayudar a los orientadores filosóficos que inicien su
andadura en nuestros contextos. Es necesaria una teoría
que retome no sólo lo racional de la filosofía sino
que sume a ello lo poético. Lo poético no es algo
extrínseco a la disciplina, forma parte de una
filosofía que se entiende como búsqueda de la
verdad. De hecho esta búsqueda de lo poético supone
romper los moldes del monoarcaismo racionalista de la modernidad
y quedar apercibidos por el pluriarcaismo posmoderno.
En el mundo en que me sitúo, Sevilla y
Andalucía, llamada tierra de
artistas y poetas, esto es connatural a mi propia existencia. No
sólo porque haya habido artistas sino porque hay una
suerte de "arte" en cada uno de los andaluces.
La "grasia" del gaditano en los Carnavales de
Cádiz, el arte de la "sevillana" durante la Feria de
Abril, o la desfloración de la Semana Santa en su momento
grande, las "Cruces de Mayo" y los patios cordobeses, etc.. Hay
más: el ímpetu de los carnavales de Tenerife o el
desbordamiento de los de Brasil, la
efusividad conectada con la vida de los filósofos
sudamericanos, las corridas de toros (a pesar de las
críticas de las ópticas ecologistas) de las
corridas de toros por todo el territorio nacional y en América, la misma tonalidad del hablar
mexicano o la musicalidad del sistema fonético argentino e
italiano, etc…
En todos los países sureños hay ese arte.
Cada cual bajo una óptica particular, pero también
Unamuno hablaba en El sentimiento trágico de la
vida de la parte extrarracional del hombre. Esa otra parte,
desbordaba lo limitado apolíneo dirigiéndose al
abismo
La conexión con la vida de la pasión
sureña y la posibilidad de levantar luces más
allá de otros cielos apagados es lo que debería
estudiarse desde nuestra perspectiva. Ampliaríamos
así una teoría más unitaria. En definitiva,
una teoría "sureña" de la orientación
filosófica o, como suelo llamarlo,
"la orientación filosófica como quehacer
artístico en la persona que acude a nosotros".
Por ahí va mi trabajo…
El tercer milenio,
¿Será filosófico o no
será?
Claro que será aunque no sea filosófico.
Decir que será filosófico es caer en reducionismo.
Por supuesto, la filosofía no es esencia para vivir,
quizás dicen algunos que sí lo es para vivir bien o
llevar una vida buena. Ayuda a vivir.
En base a lo que ha acontecido en otros países,
el desarrollo de la orientación filosófica y la
filosofía práctica parece ser que va a experimentar
gran avance en los próximos años (cafés
filosóficos, filosofía para grupos,
filosofía para empresas,
gabinetes filosóficos). La misma filosofía de
universidades debería apercibirse, si no lo ha hecho ya,
que la filosofía no puede restringirse a un ámbito
de carreras sin salidas profesional. Precisamente esto ha hecho
disminuir en gran medida el número de alumnos dentro de
las universidades, inclusive con amenaza de cierre de algunas
facultades. Si observamos la línea seguida en los estudios
de secundaria las cosas no adquieren timbres más
optimistas.
Desde luego no se trata de perseguir salidas
profesionales para los filósofos del tercer milenio, pero
van a surgir más salidas como resultado de este movimiento.
No se trata de prostituir la filosofía, venderla
haciéndola decir lo que no ha dicho, eso sería una
perversión para todos aquellos filósofos que sigan
este camino. Eso sí sería sofística, una de
las críticas vertidas dentro de este movimiento. Lo que se
pretende es que la filosofía recupere dimensiones que
durante mucho tiempo han quedado enclaustradas y en parte un
tanto amordazadas.
Estoy seguro que muchos
filósofos ayudaban "orientando" a sus alumnos, a sus
amigos o a sus esposas. Otros sencillamente querrían
brillar mostrando su erudición ante personas que
terminaban admirando la sabiduría de quien tenían
enfrente (una sabiduría vana de correlatos
prácticos). Se trata de seguir a los primeros y llevar sus
avances filosóficos ante un público amplio que los
necesita. La filosofía práctica a través de
sus diversas modalidades alcanzaría esto. Además
hemos de recordar lo que decía los antiguos fata
volentes ducunt, nolentes trahunt,
"los hados guían a aquellos que los
aceptan y a lo que no los arrastran". Pues eso.
José Barrientos Rastrojo es miembro fundador del
Grupo ETOR. Ha dirigido el VIII Congreso Internacional del
Filosofía Práctica (Sevilla, Abril 2006), ha
organizado con Ran Lahav el 1st International "Sophia" Retreat
on Contemplative Philosophy (Cádiz, Junio de 2005), ha
sido organizador del I Congreso Iberoamericano para el
asesoramiento y la Orientación Filosófica (Sevilla,
Abril 2004) y ha formado parte del la comisión
científica organizadora del I Encuentro
Portugués de Filosofía Práctica y ha
sido invitado, entre otros, por la Universidad de Hannover,
ciudad en que ha expuesto su concepto de Filosofía
Poiética. Ha impartido clases en la Universidad de
Sevilla, donde es director del I Master en Filosofía
Práctica y Orientación Filosófica,
también en el Centro de Profesores de Sevilla y en Madrid
en el primer curso de formación para orientadores
filosóficos en España.
José Barrientos Rastrojo ha sido el introductor
en España del pensamiento de Peter Raabe, Ran Lahav, Gerd
Achenbach, Tim Lebon, Roxana Kreimer,etc. explicando
además en integridad el pensamiento de Lou
Marinoff.
En el año 2005, le fue concedida la única
beca nacional de investigación del CSIC para el
área de Filosofía. Actualmente, ha sido invitado a
formar parte como miembro internacional de diversas asociaciones
internacionales.
José Barrientos Rastrojo cuenta con más de
una treintena de publicaciones sobre Orientación
Filosófica en España y en el extranjero y es autor
del manual del Orientación Filosófica
Introducción al Asesoramiento y la Orientación
Filosófica, (2ª edición
de 2005 en Ediciones Idea).
José Barrientos Rastrojo