- Los orígenes y el viaje a
la Nueva España - En Baja
California - Segunda exploración al
interior de la Península - Tercera expedición al
interior de la Península
La mayoría de los sonorenses
sabemos en términos generales la labor misional realizada
por Kino en el norte de Sonora. Pero alguna vez nos hemos
preguntado que hizo antes de llegar a nuestro Estado?. Saben
los sonorenses que antes de llegar a la misión de
Cucurpe; desde donde inició su labor, ya había
estado en territorio sonorense?. El lugar que donde estuvo es el
único que lleva su nombre y donde describe la llegada de
las aguas del Río Sonora hasta la playa
Los orígenes
y el viaje a la Nueva España
Según Herbert Eugene Bolton, el mas grande
biógrafo de Kino, en los archivos
parroquiales de Torra, una pequeña aldea cercana a Segno
en Italia, hay un
registro de
bautismo que dice " A diez días de agosto de 1645,
Eusebius, el hijo de Franciscus Chinus y de su mujer Donna
Marghuerita, fue bautizado en presencia de los padrinos, el
honorable rector, el muy reverndo padre Do Arnoldus Thay y Donna
Rosa, esposa de Don Eusebius Chinus de Segno"
El apellido Kino, originalmente se escribía
Chini, Chinom y Chinus , pero al llegar a México y
para evitar confusiones con los originarios del país
oriental, el misionero decidió escribirlo Kino.
En la adolescencia,
inquieto por salir de su aldea, Kino ingresó en un colegio
de los jesuitas de
Trento, donde le sobrevino la idea de hacerse misionero jesuita.
Estando en el colegio de Innsbruck contrajo una grave enfermedad
y en su gravedad hizo el voto de que si recobraba la salud prometía a su
santo patrono Francisco Javier, convertirse en misionero de la
orden y viajar a los confines del mundo, especialmente a China, a donde
le llamaba poderosamente la atención ir a misionar. Así, una vez
recuperada la salud, buscó entrar a la
compañía de Jesús, haciéndolo en 1665
como novicio, donde inició una larga etapa de estudios en
diferentes colegios alemanes de Friburgo, Ingolstadt, Innsbruck,
Munich y Oettingen, y la Universidad de
Ingolstadt donde estudió filosofía y
teología, de ahí que algunos historiadores
consideren a Kino como alemán. Fue entonces que por
gratitud, Kino añadió a su nombre el de
Francisco.
Durante su época de estudios, Kino mostró
un marcado interés
por las matemáticas, la cosmografía y la
cartografía.
Al terminar sus estudios en 1667, el corazón de
Kino latía intensamente con la intención de salir a
misionar a la China, lugar que le llamaba poderosamente la
atención, por lo que solicitaba insistentemente a sus
superiores lo enviaran a aquel lugar. Finalmente la oportunidad
se le presentó en 1678, pero la decisión del lugar
a donde ir, se dejó al destino en un sorteo con el padre
Antonio Kerschpamer . Kino perdió y el sorteo
decidió que a el le tocaba ir a México.
Para viajar a América, Kino debería zarpar de
Cádiz, por lo que tenía primero que viajar a
Génova, Italia. A donde partió presurosamente. De
Génova, el grupo de
misioneros partió hacia Cádiz con la
intención de embarcarse a América en La
Flota; un convoy de barcos mercantes que una vez al
año viajaba a Veracruz. Haciendo una escala en
Alicante y después de muchos contratiempos llegaron a
Cádiz, para darse cuenta decepcionados que La Flota
ya había partido sin ellos a Veracruz.
La estancia en España
duró casi un año, esperando que algún barco
aceptara llevar a América a los misioneros, finalmente en
julio de 1680 , los misioneros abordaron El
Nazareno, uno de los navíos de la Gran Flota de las
Indias Occidentales que navegaban a México a llevar al
Virrey de la Nueva España Conde de Paredes. Los misioneros
corrían con mala suerte ya que al salir de la Bahía
El Nazareno encalló en un banco de arena,
salvándose de milagro los pasajeros quienes fueron
rescatados en botes y regresados al puerto de nuevo pero sin sus
pertenencias que se habían perdido en el fondo del
mar.
Finalmente el 27 de enero de 1681, Kino con sus
compañeros zarpó de Cádiz rumbo a
México y después de un largo viaje de noventa y
seis días llegaron a Veracruz a principios de
mayo para llegar a la Ciudad de México en los primeros
días de junio.
En los días en que Kino llegó a
México, Don Isidro Atondo y Antillón, que
había sido Gobernador de Sonora y Sinaloa se preparaba
para emprender la colonización y catequización de
la Baja California, comisión para la que había sido
nombrado desde 1678, por lo que Kino fue inmediatamente nombrado
misionero para Baja California, teniendo como compañero al
padre Matías Goñi que ya antes había
misionado en Yécora.
Para realizar su expedición, Atondo
construyó tres barcos en el poblado de Nío, a
orillas del río Sinaloa, actualmente esta población se localiza a algunos 20 Km. al
este de Guasave. Kino salió de México a mediados de
octubre de 1681 con la intención de encontrarse con
Atondo, pero antes pasó a Guadalajara para ver al Obispo y
regularizar sus documentos ante
la autoridad
eclesiástica, llegando a Nío el 25 de marzo de
donde regresó a Rosario para luego volver a Nío en
el otoño, cuando las tres embarcaciones construidas por
Atondo ya estaban listas. Las naves fueron nombradas por Atondo
como : La Almiranta, La Capitana y La Balandra. El 28 de
octubre de 1682 zarparon de las costas de Sinaloa para llegar el
3 de noviembre siguiente al puerto de Chacala, en lo que hoy es
Nayarit. Kino viajaba a bordo de La Almiranta.
La medianoche del 17 de enero de 1683, La
Almiranta y La Capitana zarparon de Chacala rumbo a la
Baja California dejando rezagada en el puerto a La
Balandra para después de un azaroso viaje once
días llegar a Mazatlán, donde se aprovisionaron de
agua y
alimentos para
proseguir su viaje a la California a donde llegaron semanas
después fondeando en la Bahía de La Paz. Atondo
desembarcó y eligió el lugar donde fundar una
colonia. Ordenó cortar una palmera y construir con ella
una cruz para colocarla en un cerrito a la orilla del mar y luego
tomó posesión de la tierra en
nombre del rey Carlos II.
Las primeras semanas que los exploradores pasaron en La
Paz, las ocuparon en edificar un fuerte, una iglesia y se
iniciaron las primeras siembras en la península. La
Capitana fue carenada con la intención de enviarla a
la región del río Yaqui en Sonora para abastecerlos
de alimentos y caballos y enviar el correo, en tanto los
exploradores se abastecían de la pesca y la
caza. Después de cuatro semanas Kino hizo los primeros
contactos con los indígenas del lugar, de quienes se
ganó la confianza regalándoles biscochos y
coscates. Los indígenas al ver por primera vez a
los españoles los amenazaron con sus arcos y flechas
gritándoles y haciéndoles señas de que se
retiraran. Finalmente Kino logró ganarse su confianza e
inició su trabajo de
evangelización.
Después de algunos meses de esperar el regreso de
La Capitana de su viaje al Río Yaqui, y luego de un
altercado con los indígenas, al terminarse la comida a los
exploradores, Atondo decidió regresar a tierra firme
en La Almiranta, llegando el 21 de julio a un lugar en las
costas de Sinaloa al que llamó Puerto Nuevo San Lucas, lo
que hoy en día se conoce como Agiabampo en el extremo sur
de Sonora, exactamente en los límites
con Sinaloa.
Durante la estancia de dos meses en San Lucas, Kino se
dedicó a escribir cartas a sus
amigos y superiores en las que les cuenta sus descubrimientos y
les envía los mapas que ya para
entonces había elaborado. Ese mismo tiempo Atondo
lo ocupó en conseguir bastimentos entre las misiones de
Sonora; Conicarit entre ellas, para regresar a su misión
original: Baja California. Para finales de septiembre zarparon de
nuevo y llegaron a las costas bajacalifornianas el 6 de octubre,
día de San Bruno, mismo nombre que le pusieron a la
población que fundaron , localizada al norte de la isla de
Coronado.
El lugar era agradable y Kino inmediatamente hizo
amistad con los
nativos de quienes pronto se ganó su confianza. En el
lugar Atondo emprendió la construcción de un Fuerte que los indios
locales le ayudaron a construir con esmero, pero quienes mas le
ayudaron fueron los indios mayos que habían traído
de la misión de Conicarit en el río
mayo.
Una vez establecidos y abastecidos de nuevo con
provisiones traídas del Río Yaqui, los
españoles empezaron las primeras exploraciones hacia el
interior de la península, acompañados obviamente
por Kino, en la primera incursión de seis leguas los
llevó a una planicie cubierta de pastizales que llamaron
San Juan.
A partir de entonces, Kino emprendió con
entusiasmo su labor sacerdotal, sus diarios reflejan la vida de
un misionero entregado en cuerpo y alma a su
labor de convertir y civilizar a los nativos. Se dedicó
con autentico afecto a atender sus necesidades materiales y a
defenderlos de los malos tratos. Disfrutaba mostrándoles
instrumentos extraños para ellos como la brújula,
el cuadrante, los lentes con los que encendía fuego y sus
mapas. Describe con autentico deleite el caso de una niña
que se arrodilló ante la imagen de la
virgen y le pidió permiso para sostener en brazos al
niño Dios.
Segunda
exploración al interior de la
Península
Una vez tomada posesión de manera solemne de la
provincia de San Andrés, que a nombre del Rey Carlos II y
para la iglesia en nombre del Obispo, hicieron Atondo y Kino
respectivamente, ambos planearon entonces hacer una
exploración mayor al interior de " La mayor isla del
orbe", según ellos. La iniciaron el 1 de diciembre y
la encabezaron el Almirante y Kino, al mando de veinticinco
soldados, seis indios mayos, seis indios edúes locales y
seis didus. Llevaban catorce caballos y cuatro mulas de carga. La
intención era internarse hacia el occidente para escalar
la escarpada sierra que escondía la misteriosa
región que se extendía al otro lado. " El
país de los gigantes" , según decían los
naturales. Después de una gran cantidad de dificultades
para subir; ya que la sierra era prácticamente vertical,
que incluyó subir amarrados por una cuerda de la cintura,
los exploradores llegaron a la sima de la montaña,
descubriendo al otro lado un enorme valle. Fue entonces que
decidieron ponerle nombre a la sierra " por ser muy alta, que
desde Yaqui, al ponerse el sol, se
descubre y también porque los días pasados
habían dicho y creído algunos que en estas tierras
de los noys había gigantes, la llamamos La
Giganta"
Se internaron en el valle donde encontraron algunos
nativos que distaban mucho de ser gigantes, y algunos aguajes
donde descansaron y bebieron. Mas adelante encontraron
también una laguna a la que llamaron Laguna de Santa
Bárbara.
Al día siguiente, al declararse Atondo
prácticamente exhausto y decidir quedarse a descansar,
Kino siguió adelante con otros soldados para descubrir
otro inmenso valle "con muy buena tierra que llaman
migajón, muy llana, con mucho agua, con muchas verdolagas,
quelites, tecomates, leña y arboleda" . A este lugar Kino
le puso por nombre Valle de San José. Todavía
después de dejar a los soldados en el lugar descansando,
Kino acompañado de los soldados Itamarra y
Bohórquez, escaló un farallón para ver desde
allí " otra lindísima laguna, con una grande
llanada y otras muchas lomas y sierras y llanadas, más de
veinte leguas la tierra hacia el norte"
Después de esta exploración, Kino regresa
a San Bruno donde por un tiempo, su vida transcurre conviviendo
con los indígenas a quienes enseña español,
catecismo y construyendo casas y una iglesia .Siempre y en casi
todas las actividades, Kino es apoyado por los indios mayos que
había traído de Sonora. Al mismo tiempo se dedica
con esmero a plantar árboles
frutales y al cultivo de trigo y otros cereales.
Tiempo después Atondo envió las
embarcaciones a Sinaloa a traer bastimentos como ganado, caballos
y cebo. Las naves salieron en octubre y regresaron hasta agosto
del siguiente año cuando las provisiones de los colonos
prácticamente se habían agotado.
Tercera
expedición al interior de la
Península
Con la intención de cruzar toda la
península y llegar hasta el Mar del Sur o Pacífico,
Atondo y Kino organizaron una tercera
expedición.
El 14 de diciembre partieron acompañados de
veintinueve soldados, dos muleteros y nueve indígenas
cristianos y un séquito de
naturales de California que les servían como
guías.
Enfrentándose a innumerables dificultades; entre
ellas las lastimaduras de los cascos de los caballos debido a lo
pedregoso del camino, lograron avanzar poco a poco y cruzar la
sierra de La Giganta, hasta llegar a un lugar que los nativos
llamaban Comondé, lo que ahora es Comondú. Una vez
que pasaron la navidad y
descansaron por en ese lugar por tres días, los
exploradores continuaron su camino hacia el oeste no con menos
dificultades. Hasta que finalmente, Kino acompañado de
dieciocho soldados y dos mulas de carga cubrió las
últimas doce leguas para finalmente llegar a la playa a
orillas del Mar del Sur el día 29 de diciembre.
Pasaron los meses y Kino y sus compañeros se
dedicaron a realizar exploraciones menores alrededor de la
Giganta y a convivir y trabajar en la búsqueda de perlas,
en tanto las embarcaciones viajaban al continente a traer
provisiones.
Después las cosas se complicaron ya que los
soldados empezaron a enfermarse de escorbuto, la comida a
escasear y la lluvia a hacerse cada vez mas ausente. Atondo
estaba abrumado y tenía que hacer algo para resolver la
situación. Las cosas se complicaron mas ya que la corona
exigía que las exploraciones fueran autofinanciadas con
los tesoros encontrados y en esta caso todo se había
encontrado menos metales y perlas
valiosas, además los bautismos de naturales eran escasos
ya que había poca población en las tierras
exploradas.
En una reunión de consejo con sus principales
colaboradores, Atondo decidió abandonar la
península y llevar a los soldados enfermos al río
Yaqui donde podrían recuperarse mientras tanto las otras
embarcaciones viajarían hacia Los Cabos en busca de perlas
de mejor calidad.
A principios de mayo desmantelaron el fuerte y cargaron
y abordaron La Capitana, con rumbo al continente y el
día 10 de mayo llegaron a la desembocadura del río
Yaqui. Los enfermos fueron llevados a Tórin y Kino
aprovechó para ir a Raum a visitar al padre Diego
Marquina..
Treinta y cinco días utilizaron los exploradores
en abastecerse de alimentos y provisiones y finalmente el
día 13 de junio abandonaron la boca del Yaqui y se
dirigieron hacia la California de nuevo hasta que alcanzaron a
ver la Punta de las Vírgenes Gordas, que se encuentran
frente a los tres picos que ahora se llaman Tres Vírgenes.
Durante seis días zigzaguearon cerca de la costa de
California, sin que lograran mucha altitud. La tierra que vieron
era demasiado agreste. Y no vieron humaredas que indicaran la
presencia de gente. Temerosos de encontrarse con los bajos de
Salsipuedes doblaron hacia el oriente, con rumbo de Sonora y el
19 de junio anclaron frente a la boca de una bahía o brazo
de mar que descubrieron. El siguiente día navegaron por el
estero y a esta bahía o entrada de mar, Kino la
Bautizó como Bahía de San Juan Bautista. Este lugar
lleva en la actualidad el nombre de Bahía Kino, que es el
único lugar de todos los que exploró el misionero,
que lleva su nombre.
Kino creyó que la isla El Tiburón era una
península y el canal que la separa del continente, una
bahía cerrada. Al siguiente día se internó
dos leguas hacia el suroeste de la isla, hasta llegar a un paraje
al que llamó Playa de Balsas. Subió a un cerro muy
alto y desde allí vio la bocainas y concluyó que
los canales eran muy inseguros para navegar .
El día 29 entraron a un brazo de mar que llamaron
El Sacramento, que era el tramo mas interior de la Bahía
Kino. Encontraron la entrada de " un río poderoso" que al
llegar alcanzaba hasta siete brazas de profundidad. Los
indígenas les dijeron que este Río; que
venía desde Ures y Cucurpe, en tiempo de lluvias desaguaba
en la Bahía, lo que les pareció razonable ya que
encontraron árboles y carrizos que seguramente el
río arrastraba desde muy lejos.
Los vientos del suroeste los obligaron a permanecer en
la Bahía de San Juan Bautista ( Bahía Kino) por
cincuenta días, resguardados por una montaña
localizada al sur de la Bahía ( seguramente es la isla que
hoy se conoce como Alcatraz). En la isla vivían los indios
seris a quienes tuvieron que darles una caja llena de diversos
artículos para que les trajeran agua de tierra
adentro.
Mientras la embarcación se resguardaba en espera
de vientos favorables, Kino aprovechó para convivir con
los seris en sus casas. Pronto logró ganarse su confianza
y cuando tuvo que partir, los seris le pidieron que no se fuera.
Le prometieron traerle caballos, pescados y productos de
tierra firme, que le construirían una casa, una iglesia o
cuanto quisiera, a cambio de que
se quedara.
Finalmente el día 9 de agosto, los exploradores
zarparon de Bahía Kino rumbo a Matanchel, un puerto en lo
que hoy es Nayarit, pero antes llegaron al Yaqui y luego a la
California; donde desembarcaron a unos indios adolescentes
que Kino había traído consigo.
De Matanchel Kino viajó a Guadalajara donde le
informó al obispo del resultado de sus exploraciones. El
Obispo le informó también de la decisión de
abandonar las exploraciones en la California. Después Kino
viajó a la ciudad de México donde se
confirmó la decisión de abandonar la California,
fue entonces que Kino recordó a los indios seris que
había conocido un año antes, por lo que les
solicitó a sus superiores lo enviaran a aquellas tierras.
Después de solicitarle un informe con su
plan de viajar
a Sonora, finalmente se le autorizó su nueva empresa.
Kino recorrió el viaje de regreso por
Guadalajara, donde solicitó la respectiva
autorización de la Real Audiencia de Guadalajara, donde
declaró que había sido nombrado por el Virrey
misionero con los seris, guaymas y pimas, y de inmediato le fue
autorizado su proyecto.
De Guadalajara Kino viajó por los caminos reales
hasta llegar a Los Frailes ( Álamos) y de allí
viajó a Conicárit, la misión del río
mayo, donde años antes había conseguido bastimentos
para su misión en California.
El 13 de febrero de 1687, estando en Los Frailes, Kino
describió la rica región argentífera (
plata) en la vecindad de la moderna ciudad de Álamos. En
Álamos conoció al General Domingo de Terán,
quien con los adinerados caballeros de la ciudad estaba
construyendo un real pueblo de minas, con casas reales alrededor
de una plaza.
De Conicarit, Kino continuó su viaje al norte
llegando a Oposura ( Moctezuma) a fines de febrero de ese
año. Donde se entrevistó con el padre Manuel
González, visitador de Sonora.
Allí en Oposura se decidió enviar a Kino a
lo que sería su destino permanente: Cucurpe, la
última misión al norte del río San Miguel,
que se encontraba en el mas remoto confín de la
cristiandad.
De Oposura Kino viajó a su destino, en el camino
llegó a la capital
política y
militar del Estado de Sonora: San Juan Bautista ( un pueblo
localizado al este de lo que hoy es Cumpas) donde visitó a
Blas del castillo, alcalde mayor de Sonora, a quién le dio
" el obedecimiento a la real cédula y a la real
provisión". De allí viró al occidente
dirigiéndose hacia el valle del río Sonora,
llegando a Guépaca ( Huépac) donde se
entrevistó con el padre Juan Muñoz de Burgos,
rector del distrito al que pertenecía Cucurpe y quien
sería su superior inmediato. De Huépac, cruzaron la
sierra de Aconchi para llegar a la cuenca del río San
Miguel , pasando por los antiguos pueblos misioneros de Opodepe u
Tuape hasta llegar a Cucurpe el 13 de marzo de 1687. La iglesia
del pueblo estaba situada sobre un risco, a orillas de río
San Miguel y era el último templo cristiano en la frontera norte
de la región.
Finalmente Kino había llegado a lo que
sería el inicio de su gran obra misional que
duraría casi veinticinco años, para finalmente
morir el 15 de marzo de 1711 en la misión de Magdalena,
hoy en día conocida como la ciudad de Magdalena de Kino,
Sonora.
Bolton, Hebert Eugene. 2001. Los Confines de la
Cristiandad, una biografía de Eusebio
Francisco Kino, S.J. Misionero y explorador de Baja California y
la Pimería Alta. Traducción de Felipe Garrido. Universidad
de Sonora, Universidad Autónoma de Baja California,
Universidad de Colima, Universidad de Guadalajara, Colegio de
Sinaloa. Editorial México desconocido.
Clavijero Francisco Javier. 1990. Historia de la
Antigua o Baja California. Editorial Porrúa, S.A.
Colección Sepan Cuantos. Num. 143
Instituto Sonorense de Cultura, Fondo
Regional para la Cultura y las Artes del Noroeste. 2000.
Memorias del Simposio Kino,
Pasado y Futuro.
Jordán Fernando, 1997. El Otro
México; biografía de la Baja California.
Universidad Autónoma de Baja California, Secretaría
de Educación
Pública. Colección Baja California: Nuestra
Historia.
Polzer Charles W, S.J. 1984. Eusebio Kino, Padre
de la Pimería Alta. Publicaciones del Gobierno del
Estado de Sonora.
Por:
Ignacio Lagarda Lagarda