- Contexto histórico
- El Surrealismo
- La imagen surrealista
- Futurismo
- El Amor en las obras de Paul
Éluard
El presente trabajo tiene
la intención de acercar a la literatura comparada las
propuestas vanguardistas de los escritores Paul Éluard y
F. Tomasso Marinetti. Enfocaré mi análisis en la concepción de
mujer que
imperaba en los mismos, así como también en las
concepciones de amor y de
libertad que
poseían ambos. A partir de este objeto de parangón,
analizaré uno de los aspectos más rupturistas
acerca de las vanguardias históricas.
La vanguardia
como fenómeno social y político-cultural atraviesa
la época de lo moderno para intervenir como lectura fuerte
de la crisis y la
crítica
de su tiempo. Las
primeras dos décadas del siglo XX plantean, con el objeto
de entender el vanguardismo,
una serie de características necesarias para ser
comprendidas. Por un lado, aparece un clima de
época de aceleración de la historia, un clima que da
como experiencia objetiva en el plano social y económico,
avances y desarrollo de
formas productivas, avances técnicos y logros de la ciencia,
avances que utópicamente resolverían todos los
problemas.
Y por el otro, surge fuertemente en estos años, la idea
de una revolución. De una revolución social
que se venía presintiendo más o menos desde 1870 a
1900, a partir de muchas variables que
sustentaban la idea de estos cambios históricos. Entre
ellos, la aceptación en la dirigencia de la clase obrera y
los partidos políticos de las concepciones marxistas.
En el centro de esta nueva corriente de pensamiento
surge la Primera Guerra Mundial
(1914 – 1918) donde podríamos decir que se pone fin
al siglo XIX y comienza el verdadero siglo XX. La guerra
devastadora termina con un ideal decimonónico del mundo
liberal burgués y va a dar como resultado la
desolación, el vacío, la pérdida del sentido
de lo hasta ahí legitimado como procesos
civilizatorios en nombre de la razón y el progreso
humano.
Las vanguardias artísticas sabían que
nacían para morir; su grito de protesta y cuestionamiento
crítico del arte a un mundo
de razones dadas va a ser tan enérgico contra las formas
institucionales del arte, ya que, le apesta a la vanguardia el
mundo dado, de valores y
morales burgueses y busca – a través del arte- un proceso
concreto de
liberación de la subjetividad creadora y receptora de
denuncias contra las formas sublimadas "bellas" del arte
burgués instituido. Liberación de la
expresión artística como mundo subjetivo que
necesita expresarse con violencia, con
fuerza, contra
variables estéticas del pasado, de tradiciones
absolutamente consagradas, impertinentes, no solo con respecto a
valores sociales y culturales establecidos, sino también
al propio público burgués que asiste a las
representaciones.
La vanguardia lo primero que hace es agredir al sistema de
valores del burgués porque ese es su principal adversario,
el que asiste a la experiencia del arte creyendo que va a
encontrar al viejo y clásico arte de consolación y
espiritualidad equilibrante. Las vanguardias estéticas
trabajan en términos absolutamente provocativos. Con su
vocabulario, con sus búsquedas formales, con un lenguaje,
escandalizan a ese buen burgués.
Las vanguardias también trabajan en términos
humorísticos y corrosivos en la descripción de su época, en la
descripción de las figuras de su tiempo, de
la cultura de su
época en términos satíricos contra toda
autoridad,
todo poder o toda
institución. En este sentido, Dada es la vanguardia que
hace culto de lo hereje y es un punto medio entre el expresionismo
–que es la primera vanguardia de este siglo- y el surrealismo
–que es la más extrema y provocativa.
El sueño de las vanguardias históricas es
integrar el arte a la vida también puesta de manifiesto
por el dadaísmo. Es hacer desaparecer el arte como
una experiencia autónoma. El arte en manos de artistas.
Todo arte moderno y de vanguardia cuestiona de distintas maneras
la época y su arte institucionalizado y es a partir de ese
cuestionamiento, de ese febril experimentar, de ese trabajar con
el lenguaje,
de ese procurar otras escrituras que se constituye otro tramo del
arte entre 1910 y 1940.
La vanguardia estética, política es el
presente en estado
absoluto, es esa carga moderna donde el presente solo puede
comprenderse como futuro ya llegado antes de lo previsto, antes
de que el conjunto tome conciencia, antes
de que la totalidad de la sociedad
despierte. La vanguardia aparece como una aceleración de
la historia donde todo pasa a ser inmediato.
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