LA TEORÍA
GENERAL DE LOS SISTEMAS
El significado de la teoría general de los
sistemas
Para Ludwig Von Bertalanffy, la teoría general
de los sistemas tiene
una importancia vital, "Es necesario estudiar no solo las
partes o procesos
aislados- señala-, sino también hallar los
problemas
decisivos hallados en la
organización y el orden que los unifican,
resultantes de la integración dinámica de partes y que hacen el
diferente comportamiento de estas cuando se estudian
aisladas o dentro del todo. … Este paralelismo de
principios
cognoscitivos generales en diferentes campos es aun más
importante cuando se tiene en cuenta que se dieron
independientemente, sin que casi nunca interviniera nada de la
labor e indagación en campos aparte."
"Podemos muy bien buscar principios aplicables a
sistemas en general, sin importar que sean de naturaleza
física,
biológica o sociológica… si planteamos esto y
definimos bien el sistema,
hallaremos que existen modelos,
principios y leyes que se
aplican a sistemas generalizados, sin importar su particular
género, elementos y
<<fuerzas>> participantes."… Conceptos,
modelos y leyes parecidos surgen una y otra vez en campos muy
diversos, independientemente y fundándose en hechos del
todo distintos."
Podemos observar cómo Bertalanffy intuye en la
generalidad de los sistemas en el universo,
aun que no lo señala expresamente deja abierta la
posibilidad de afirmar que el universo en sus
partes y en su totalidad están estructurados y
organizados sistémicamente, de allí la ciencia
no importándole el ángulo por donde lo mire
siempre encontrará una estructura y
organización universal que obedecen a las
mismas leyes.
Mas adelante señala " se diría,
entonces, que una teoría general de los sistemas
sería un instrumento útil al dar, por una parte,
modelos utilizables y transferibles entre diferentes campos, y
evitar, por otra parte, vagas analogías que a menudo han
perjudicado el progreso de dichos campos. … "De esta
manera, un problema fundamental planteado a la ciencia
moderna es una teoría general de la organización.
La teoría general de los sistemas es capaz en principio
de dar definiciones exactas en semejantes conceptos y, en casos
apropiados, de someterlos análisis cuantitativos." Esto corrobora
una vez más nuestro postulado de la universalidad de los
sistemas, sin embargo, hay que precisar que aquí
Bertalanffy usa el término organización obviando
la estructura de los sistemas, no se si para él dicho
termino es tácito en el concepto de
organización, que al parecer así lo es, sin
embargo para mí, es imprescindible la necesidad de
diferenciar estos dos conceptos para comprender mejor el
concepto de sistema.
Un nuevo enfoque de la Teoría General de
Sistemas
El concepto de Sistemas, predominante hoy en
día y expandido por casi todas las ramas del conocimiento
científico, parte del enunciado de la Teoría
General de los Sistemas expuesta por Ludwig V. Bertalanffy,
este concepto a lo largo del tiempo se ha
mantenido inalterable y todos los postulados y análisis
de los sistemas parten de lo mismo. Veamos hasta que punto esto
es conveniente o no para el desarrollo
posterior del conocimiento
científico.
Bertalanffy señala: "…la Teoría
General de los Sistemas, en el sentido mas estricto (G.S.T en
ingles), que procura derivar, partiendo de una
definición general de "sistemas" como complejo de
componentes interactuantes, conceptos característicos de
totalidades organizadas, tales como interacción, suma, mecanización,
centralización, competencia,
finalidad, etc., y aplicarlos entonces a fenómenos
concretos." ; es decir un compendio de las principales
propiedades de los sistemas, que admitimos, son
características o propiedades fundamentales.
Seguidamente indica, "… la Teoría
General de los Sistemas habría de tener naturaleza
axiomática; esto es, a partir de una noción de
"sistema" y un conjunto adecuado de axiomas se deducirán
proporciones que expresan propiedades y principios de
sistemas". Bertalanffy, además demuestra con su dominio de las
matemáticas avanzadas la naturaleza
axiomática de dicha teoría.
En otro párrafo de su exposición señala; "Un sistema
puede ser definido como un complejo de elementos
interactuantes. La interacción significa que el
elemento, p, está en relación con, R, de suerte
que el comportamiento de un elemento p en R es diferente de su
comportamiento en otra relación R’. Si los
comportamientos en R y R’ no difieren, no hay
interacción y los elementos se comportan
independientemente con respecto a las relaciones R y
R’."
Interrelaciones y propiedades son el conjunto de
elementos que emplea Bertalanffy para definir los sistemas, que
dígase de paso admitimos como correctos; sin embargo,
para mi esta definición adolece de algo sustancial para
expandir el concepto de los sistemas.
Partiendo del tercer principio definido anteriormente
para sustentar el presente proyecto, "los
sistemas constituyen el modo fundamental y
único de estructuración y organización de
la materia con
el objetivo de
regular el intercambio de materia y energía entre las
partículas elementales de la materia orientados hacia
estados de mayor complejización, los sistemas no solo
deben definirse por sus funciones,
interrelaciones o propiedades, es como decir "el hombre es
aquel que come, duerme, camina o trabaja, etc. ¿Como? No
se sabe, si nos ceñimos estrictamente a tal
definición; es necesario además de indicar las
funciones, interrelaciones y demás propiedades, indicar
su estructura y organización interna.
Podemos afirmar entonces, que los sistemas son
estructuras
organizacionales y funcionales de elementos que
interactúan para cumplir un objetivo, presentando para
tal fin las siguientes propiedades: globalismo y totalidad,
suma, mecanización, centralización, competencia,
finalidad, etc.
Para ver si estamos claros en esta definición
no preguntamos ahora; ¿Que es una estructura
sistémica? La Estructura Sistémica es el
espacio físico y la cadena física generada por
los elementos, funciones e interrelaciones de los elementos del
sistema, con lo cual negamos la existencia de sistemas sin
estructura capaz de soportar las interrelaciones de sus
elementos y que es responsable a la vez del comportamiento de
los mismos.
Entender la estructura sistémica es fundamental
para acabar con la vieja polémica de sistemas abiertos o
sistemas cerrados que no hacen más que confundir los
linderos de los sistemas y justificar la estrechez mental para
comprender la complejidad de los sistemas altamente
evolucionados llamados inteligentes.
Finalmente, para completar el concepto de sistemas
debo precisar sobre el concepto de Organización
Sistémica. La Organización
Sistémica Es la distribución de funciones en
interdependientes de acuerdo a los requerimientos de los
procesos que desarrolla el sistema, orientados hacia la
optimización de las tareas y hacia el logro de sus
objetivos
generales, entendiendo como elementos del sistema, no a cada
componente del sistema que en unos casos pueden ser unidades
individuales, sino, como subsistemas a la ves estructurados y
organizados que cumplen funciones y objetivos relacionados con
el objetivo general del sistema.
La estructura y la organización de los
sistemas son propiedades inherentes e indesligables de los
sistemas. La organización es el comportamiento de los
elementos del sistema, lo que llamamos conducta
sistémica que engloba las actividades derivadas de
las funciones de los elementos del sistema y sus
interrelaciones, ésta a su vez, genera una cadena
física o un espacio físico denominado estructura.
Una vez configurada la estructura, esta a su vez fija los
patrones de conducta de los elementos del
sistema.
Sobre el particular Bertalanffy señala: "Es
necesario estudiar no solo las partes y procesos aislados, sino
también resolver los problemas decisivos hallados en la
organización y el orden que los unifican, resultantes de
la interacción dinámica de las partes y que hacen
el diferente comportamiento de estas cuando se estudian
aislados o dentro del todo"; es que precisamente, el estudio de
los problemas decisivos hallados en la organización de
los sistemas nos conduce indefectiblemente al estudio de su
estructura.
Veamos el siguiente ejemplo. Tomando al átomo
como un sistema elemental de la materia, sabemos hoy en
día que dicho átomo está compuesto por
alrededor de 30 partículas diferentes, sin embargo solo
se ha podido determinar el comportamiento de unas cuantas
partículas, electrones en este caso girando alrededor
del núcleo, cuya posición es indeterminada de
acuerdo al principio de la incertidumbre de Heisemberg que nos
señala que solo existe la probabilidad de
encontrar un electrón en una órbita determinada.
Aquí observamos que las funciones de las
partículas definen la organización del sistema y
que la interacción de las mismas determina el espacio
físico del sistema es decir, su estructura y esta a su
vez limita el comportamiento y las funciones de los elementos
del sistema. De esta forma ya podríamos imaginarnos cual
debería ser el comportamiento y las interrelaciones de
los demás elementos de éste sistema elemental de
la materia.
Tomando el ejemplo del llenado de un vaso con agua que
hace referencia Peter Senge. El sistema está compuesto
por un subsistema inteligente con capacidad de
autorregulación a través de un sistema de
reflejos (neuroreseptores y neurotransmisores) y mecanismos de
accionamiento que permiten controlar la apertura de la
válvula, el nivel de llenado y el cierre de la
válvula; así mismo tenemos como elemento del
sistema el subsistema de abastecimiento de agua a red de abastecimiento.
Este subsistema esta estructurado de tal forma que facilita el
control de
la válvula en función
del nivel de llenado del vaso. La cadena física generada
por la interacción de estos dos subsistemas
fundamentales se muestra en el
gráfico.
Fig. 04: Sistema de llenado de un
baso de agua.
Obviamente, este es un sistema simple y funcional para
repetir el procedimiento
de llenado cuantas veces sea necesario. Sin embargo nos
preguntamos: ¿Qué pasaría si la
válvula de control de llenado no esta al alcance de la
persona que
llena el vaso? Digamos a unos metros de distancia. Este hecho
hará que el comportamiento de la persona encargada de
llenar el vaso sea diferente ya que la estructura del sistema
también es diferente. Con esto se demuestra que los
patrones de conducta de los elementos del sistema están
determinados por la estructura del sistema.
Sistemas Espontáneos
El modo fundamental de existencia de la materia, es
decir, la dialéctica de los procesos materiales
conduce a un proceso
universal y permanente de evolución de sus niveles de
estructuración y organización.
"En los estados moleculares, la evolución
aparece como una tendencia que va de lo desordenado a lo
ordenado; ya la combinación de dos átomos es una
"estructura", una complejización: el comienzo de la
actividad negantrópica. Morand (cita el autor) afirma
que desde el principio esta actividad debe presentar aspecto
doble; por una parte, el punto de vista de la masa: la
complejización de las estructuras espaciales ofrece
seres físicos cada vez mejor estructurados; por otra, el
punto de vista energético: la complejización de
las fuerzas crea un espacio cada vez más orientado. En
lo físico se crean seres que evolutivamente
progresan en un plano de disimetría gradualmente
más elevado –la estructura simétrica es el
orden perfecto, la estabilidad del mineral cristalizado, el
límite de toda evolución- , En lo
energético, las fuerzas nacen de la disimetría
estructural y por lo mismo son actuantes: el equilibrio
de fuerzas representa el 0 de cualquier actividad, el orden
entropico. En la materia inorgánica, como en las
actividades menos organizadas de los seres vivos, los cambios
representan el azar; los movimientos brownianos de las
moléculas gaseosas y los brownoides de una mosca
desplazándose en un cielo raso –o de un taxi
circulando en la gran ciudad- son aleatorios, pueden ser
reducidos a la misma expresión matemática por la ley del gran
número. La complejización, por el contrario,
elimina el azar por que introduce el orden".
"Para que la materia escape en sus cambios al azar
debe complejizarse (evolucionar estructural y
orgánicamente). La complejización significa, lo
vimos, introducir un orden en el desorden de los elementos de
la materia menos compleja. Este orden anula la producción autónoma de
energía, al fenómeno vida, si no hay un contacto
continuo entre esa materia singularmente ordenada y materia
menos ordenada."
La transformación permanente de la materia como
resultado de su modo fundamental de existencia lleva
implícito la estructuración organizacional
sistémica de la misma. La estructura atómica es
un ejemplo de sistema elemental de estructuración de la
materia. Las cargas positivas y negativas se ordenan en
función de niveles energéticos y en orbitas con
la finalidad de establecer el equilibrio energético. El
desequilibrio energético obliga a este sistema elemental
a compartir partículas energizadas con otras estructuras
atómicas y así se forman las moléculas, y
estas a su vez conforman sistemas más complejos llamados
sustancias o cuerpos; el objetivo final es establecer el
equilibrio energético interno, absorbiendo materia y
energía del entorno. Absorción que se realiza a
través de una transferencia de energía y masa al
mismo tiempo y en forma indesligable como parte del proceso
fundamental de la materia.
Estos tipos de sistemas a los cuales llamaremos
sistemas espontáneos, tienen como característica
fundamental su tendencia hacia estados estables de más
bajo nivel energético, para de este modo mantener su
estructura uniforme en el tiempo, sin embargo, los
desequilibrios energéticos del entorno terminan por
imponerse y finalmente acaban por romper el equilibrio interno
conduciendo a la destrucción del sistema.
"… La teoría evolucionista, según
la cual todo se desarrolla o evoluciona hasta alcanzar formas
cada vez más adaptadas a su entorno. Igualmente
aceptaremos el principio que afirma que todos los cuerpos
tienden a lograr la configuración que posea la menor
energía posible, lo que se traduce en la tendencia a
conseguir la adaptación mas perfecta al medio, ya sea se
trate de los seres vivos o de la materia inerte, a ocupar las
menores alturas posibles, a efectuar la menor cantidad de
movimiento,
etcétera. Asimismo adoptaremos la teoría de que
las formas existentes en la Naturaleza son precisamente
aquellas que, teniendo en cuenta todas las posibilidades, tiene
una mayor probabilidad de existir…"
Los sistemas espontáneos son estructuras
organizacionales de la materia que dependen estrictamente del
azar y su función principal es su adaptación a
los espacios y formas que le proporciona la naturaleza, en sus
estados más estables y con el menor costo de
energía.
"La Teoría de la complejidad no organizada
–señala Bertalanffy-se arraiga a fin de cuentas en
las leyes del azar y la probabilidad y en la segunda ley de la
Termodinámica. En contraste, hoy el
problema fundamental es la complejidad organizada. Conceptos
como los de organización, totalidad, directividad,
teleología y diferenciación son ajenos a la
física habitual… De esta manera, el problema
fundamental planteado a la ciencia moderna es una teoría
general de organización. La Teoría General de los
Sistemas es capaz en principio de dar definiciones exactas de
semejantes conceptos y, en casos apropiados, someterlos a
análisis cuantitativos.". Cabe indicar en es te caso que
a la "complejidad no organizada" a la que se refiere
Bertalanffy son a la vez sistemas espontáneos
"flotantes" con desequilibrios energéticos generados por
el espacio físico que ocupan y la interacción
entre ellos, generando de este modo el incremento
entrópico del universo. Es por ello que la
interacción de los sistemas espontáneos
está sujeta a las leyes del azar, la probabilidad y la
Segunda ley de la Termodinámica. El más alto
grado de desorden se observan en comportamiento de un gas, las
moléculas del gas son sistemas cuyo desequilibrio
energético interno les permite movimientos al azar y en
forma totalmente caótica alterando constantemente el
espacio físico que ocupan y el equilibrio del
entorno.
El equilibrio relativo de los sistemas
espontáneos es generalmente "ideal", tal como
señalamos líneas arriba, la interacción de
los sistemas que conforman el universo, de acuerdo con su modo
dialéctico de existencia, rompe permanentemente tal
equilibrio, obligando a dichos sistemas a un proceso de
formación y destrucción constantes. Como ejemplo
tenemos las inmensas rocas que
conforman las distintas placas
tectónicas del globo terrestre, estas placas,
estructuralemte han logrado el equilibrio interno durante su
formación geológica y un aparente equilibrio en
el tiempo; sin embargo, la gran masa de dichas placas origina
una enorme cantidad de energía potencial que hace
inestable su ubicación en el espacio, produciendo un
desplazamiento constante y generando catástrofes
incontrolables y alteraciones graves del entorno. Por
más estable que parezca un sistema espontáneo
debido a su estado de
equilibrio energético interno, este en el tiempo tarde o
temprano será transformado irreversiblemente dando paso
a nuevas estructuras.
La formación de los sistemas espontáneos
obedece a un proceso de transferencia de energía a
través de procesos irreversibles de sistemas inestables
a sistemas más estables con la finalidad de buscar
estados de más bajo nivel energético conduciendo
a la naturaleza hacia un mundo inanimado e impotente frente a
los estados de autodestrucción permanentes. Este devenir
de los sistemas espontáneos, trae como consecuencia la
formación de sistemas capaces de convivir con el
desequilibrio y la inestabilidad, sin perder de vista al
equilibrio como objetivo general del sistema.
El proceso principal de los sistemas
espontáneos es el balance energético con el
objetivo de establecer el equilibrio interno.
Sistemas anacrónicos o
incongruentes
Los sistemas anacrónicos son sistemas con
estructuras incongruentes o anacrónicas. La
incongruencia se manifiesta entre los procesos y la estructura
que determinan funciones deficientes. Esta incongruencia se
debe a la falta de definición de los procesos que
desarrolla el sistema y que desencadenan en estructuras
anacrónicas.
Los sistemas anacrónicos son básicamente
organizaciones
sociales en los cuales el conflicto
entre la estructura y la organización es permanente. Los
patrones de conducta derivados de estructuras acrónicas
se encuentran en permanente contradicción con los
objetivos del sistema, esto es debido a que las estructuras son
construidas a la medida de las necesidades de los miembros de
la organización y no en función de los procesos y
objetivos fundamentales del sistema; en este caso, la conciencia
del deseo se impone sobre la racionalidad y crea estructuras a
la medida de dichos deseos dando como resultado un conflicto
permanente con el entorno. De este modo los sistemas
anacrónicos suelen tener una disfunción
estructural respecto a los objetivos generales del sistema en
forma permanente que ocasiona estados de mediocridad funcional
desde el punto de vista organizacional. El empoderamiento
informal, que consiste en la formación de grupos
informales para el logro del control del sistema, es una
característica propia de los sistemas
anacrónicos. La mediocridad y el empoderamiento informal
se realimentan de la disfunción estructural garantizando
la vigencia de los grupos informales en el tiempo.
Los sistemas anacrónicos surgen del proceso de
interacción de los seres humanos con su entorno, siempre
que dicha interacción este orientado bajo el predominio
de lo subjetivo sobre la realidad objetiva, es decir, del
predominio de la conciencia sobre la materia.
Sistemas inteligentes
Un sistema inteligente es un sistema con conciencia,
estructura y organización de alta integración y
sensibilidad que le permite responder adecuada y oportunamente
frente a las interacciones del entorno y se sustenta bajo el
principio del rendimiento óptimo de sus
elementos.
Los sistemas inteligentes son sistemas que tienen la
capacidad de reflejar, a través de censores incorporados
(neuroreseptores y neurotransmisores), los estímulos del
medio
ambiente, almacenar la información, realizar funciones
lógicas y responder de manera predeterminada ante dicho
estímulo en forma rápida y apropiada y regresar a
su estado original una vez que cesa el estimulo.
La inteligencia
en los sistemas inteligentes consiste además en la
capacidad que poseen dichos sistemas de enfrentar con éxito
los problemas derivados de lo desconocido o de la complejidad,
dando origen a través de ello al desarrollo de su
capacidad de transformación de su entorno.
El objetivo principal de los sistemas inteligentes es
la conservación de la estructura y los niveles de
organización logrados por la materia en un proceso largo
de evolución y adaptación permanente al entorno
frente al impacto destructivo producido por incremento de la
entropía del universo. De este modo la
conservación de la estructura fundamental del sistema se
convierte en un principio fundamental de los sistemas
inteligentes, empero, ha diferencia de los sistemas
espontáneos que desarrollan su estructura tendiendo
hacia niveles cada vez mas estables energéticamente
hablando, los sistemas inteligentes mantienen su estructura
fundamental adaptándose constantemente a los
desequilibrios internos y externos y generando su propia
energía de compensación de estos
desequilibrios.
Los sistemas inteligentes surgen como consecuencia
directa del grado de complejización estructural y
funcional de los fenómenos materiales cuya
característica fundamental es el desarrollo de su
capacidad de mantener el equilibrio relativo interno en un
proceso de evolución interminable que consiste en un
cambio
permanente de sus estructuras internas para dar paso a cambios
cualitativos de mayores niveles energéticos y de
equilibrio dando origen a procesos autorregulados. Pero
además, los sistemas inteligentes hacen del proceso de
intercambio de energía con el entorno un proceso
reversible, es decir, desarrollan la capacidad de repetir los
procesos de regulación de los niveles de equilibrio
interno encaminados en una cadena de cambios cualitativos
interminables en forma de una espiral ascendente.
Para el cumplimiento de su objetivo principal, los
sistemas inteligentes desarrollan procesos complejos que a su
vez tienen como objetivo la consolidación y desarrollo
de su estructura central de autocontrol y
autorregulación concentrada en un subsistema que se
encarga a su vez de la abstracción del entorno. El
proceso principal de los sistemas inteligentes es la
abstracción de la realidad con el fin de garantizar un
balance energético estable con el medio, lo cual es
posible debido a su estructura totalmente integrada en tiempo
real y a las funciones altamente especializadas que realizan
los subsistemas.
En los sistemas espontáneos el camino hacia el
equilibrio interno es irreversible en una sola dirección a diferencia de los sistemas
inteligentes donde aparece la reversibilidad como una propiedad
fundamental que caracteriza su proceso de evolución
permanente. La reversibilidad de los procesos naturales aparece
junto con los sistemas inteligentes debido a que estos son
capaces de reflejas las leyes naturales y utilizarlos para
reproducir procesos originalmente irreversibles. El proceso de
transformación del cuarzo termina con la
estructuración de sus estructuras cristalinas perfectas
de mas bajo nivel energético y un perfecto estado de
equilibrio interno, en cambio el proceso de
transformación de una célula viva es interminable y su
estructuración y reestructuración es permanente,
haciendo de su proceso existencial un hecho reversible
constante, es decir, mueren células
pero antes se reproducen a imagen y
semejanza pero alcanzando mayores niveles de
evolución.
"La física ordinaria –señala
Bertalanffy- solo se ocupa de sistemas
cerrados(espontáneos), de sistemas que se consideran
aislados del medio circundante . Así la
fisicoquímica nos habla de las reacciones, de sus
velocidades, y de los equilibrios químicos que acaban
por establecerse en un recipiente cerrado donde se mezclan
cierto número de sustancias reaccionantes.". En realidad
de lo que se trata acá es de una visión
mecanicista y segmentada del conocimiento científico que
fue valido solo para determinar ciertas propiedades de la
materia. Sin embargo esta visión ha quedado corta cuando
se descubren sistemas "cerrados" o procesos químicos
imposibles de ser aislados, los cuales solo pueden ser
entendidos como estructuras sistémicas.
"Sin embargo, -continúa Bertalanffy-
encontramos sistemas que, por su misma naturaleza y
definición, no son sistemas cerrados. Todo organismo
viviente es ante todo un sistema abierto. Se mantiene en
continua incorporación y eliminación de materia,
constituyendo y demoliendo componentes, sin alcanzar, mientras
la vida dure, un estado de equilibrio químico y
termodinámico, sino manteniéndose en un estado
llamado uniforme (steady) que difiere de aquél. Tal es
la esencia misma de ese fenómeno fundamental de la vida
llamado metabolismo,
los procesos químicos dentro de las células
vivas". En esencia, se trata acá de distinguir una nueva
estructura sistémica mas evolucionada en relación
con las estructuras sistémicas espontáneas que
permiten autorregular los procesos de intercambio de materia y
energía del sistema con el medio. ¿Como se
produce esta autorregulación? Es una pregunta
fundamental que no podría ser respondida sin el concepto
de estructura sistémica.
La evolución de las configuraciones
estructurales sistémicas de la materia hace que estas se
desarrollen a tal punto de lograr la generación de
estructuras sensibles a los intercambios de materia y
energía desarrollando su capacidad de adaptabilidad al
entorno. En los sistemas espontáneos, este intercambio
se da debido a un desequilibrio energético del sistema
hasta alcanzar un estado estable de mas bajo nivel
energético; en los seres vivos, este intercambio de
energía y materia con el entorno es autorregulado,
obteniendo siempre del medio un diferencial de energía
con la finalidad de regular su crecimiento o reproducción y desarrollar su capacidad
de adaptabilidad.
Mas adelante Bertalanffy señala: "De acuerdo
con el segundo principio de la termodinámica, la
tendencia general de los acontecimientos en la naturaleza
física apuntan a estados de máximo desorden y a
la igualación de diferencias, con la llamada muerte
térmica del universo como perspectiva final, cuando toda
la energía quede degradada como calor
uniformemente distribuido a baja temperatura,
y los procesos del universo se paren. En contraste el mundo
vivo exhibe, en el desarrollo equilibrado y en la
evolución, una transición hacia un orden
superior, heterogeneidad y organización. Pero sobre
la base de la teoría de los sistemas abiertos, la
aparente contradicción entre entropía y
evolución desaparece. En todos los procesos
irreversibles la entropía debe aumentar. Por tanto el
cambio de entropía en los sistemas cerrados debe
aumentar. Por tanto, el cambio de entropía en los
sistemas cerrados es siempre positivo; hay continua
destrucción del orden. En los sistemas abiertos, sin
embargo, no solo tenemos producción de entropía
debido a los procesos irreversibles, sino también
entrada de entropía que bien puede ser negativa. Tal es
el caso de un organismo vivo, que importa complejas
moléculas ricas en energía libre. Así los
sistemas vivos, manteniéndose en estado uniforme, logran
evitar el aumento de entropía y hasta pueden
desarrollarse hacia estados de orden y organización
crecientes." Existe otra pregunta de rigor que debemos
formularnos. ¿Qué factores intervienen en los
sistemas vivos para desarrollar dichas propiedades?
La estructura y la organización
sistémica de los sistemas vivos no son suficientes para
explicar dicho fenómeno. Señalé
líneas arriba que los sistemas vivos tienen la capacidad
de autorregulación de su intercambio energético
con el entorno. ¿Cómo se produce esta
autorregulación? Los
sistemas vivos desde su estado elemental poseen la propiedad de
reflejar y de grabar en algún subsistema interno los
procesos internos y externos con la finalidad de darles la
sensibilidad suficiente frente al intercambio energético
con el entorno.
A esta nueva propiedad de los
sistemas vivos (inteligentes) se le denomina conciencia
sistémica. Los sistemas vivos, a
diferencia de los sistemas espontáneos que poseen
estructura y organización, poseen además,
conciencia sistémica. La evolución de la
conciencia sistémica va desde el simple reflejo
condicionado que interviene en la regulación del
metabolismo de los seres vivos hasta la formación del
pensamiento
y de la inteligencia. Evolución que marca en
definitiva el paso de los seres vivos de estructuras
sistémicas espontáneas a estructuras
sistémicas inteligentes.
Los sistemas inteligentes poseen entonces
conciencia sistémica, es decir, la capacidad de reflejar
objetivamente la realidad interna y externa; y de desarrollar
un pensamiento sistémico, y tienen a demás, la
capacidad de responder en forma rápida, oportuna y
eficiente frente a los cambios impuestos por
el entorno. Los sistemas inteligentes poseen además,
estructura y organización sistémica
inteligentes.
Conciencia sistémica
Uno de los procesos fundamentales de los sistemas
inteligentes es la abstracción de la realidad y se
traduce en el fenómeno denominado conciencia del
sistema, es decir, el reflejo objetivo de la realidad en sus
tres niveles básicos; nivel global, nivel afectivo y
nivel cognitivo.
El tema de la conciencia es un concepto muy
controversial, si empezamos por definir uno de los principios
básicos del conocimiento científico, es decir el
concepto absoluto o punto de partida a partir del cual
deberíamos construir el edificio del conocimiento
científico, nos encontramos frente al dilema: asumir la
conciencia como el elemento sustancial a partir del cual se
estructura la realidad objetiva según el viejo estilo
"pienso y luego existo", o la conciencia es una propiedad de la
materia sistémicamente organizada cuyo objetivo es la
autorregulación y autocontrol de los procesos de
transformación de la misma.
Estamos pues frente a un problema de toma de
posición respecto a que rumbo seguir teniendo ante
nosotros estos dos caminos. Los seguidores del primer camino
sostienen: "Para la mejor comprensión del tema en
cuestión, miremos la actitud de
un artesano, quien toma un pedazo de madera, lo
reparte en tres o más trozos, nótese que su mente
es única, como único es el pedazo de madera; el
artesano al dividir el madero en trozos distintos, ya
está concibiendo en su mente humana, varias ideas, que
serán ejecutables y ejecutadas individualmente sobre
cada uno de los trozos. Puede el mismo artesano, utilizando su
misma mente y su misma destreza, idearse varias creaciones que
al ser ejecutadas, les aplica su conciencia de distinta manera,
es decir, cuando el artesano golpea el madero con su primer
cincelazo, la figura ya está en la conciencia del
artesano, y por ello podríamos decir, "ya existe". Es la
clásica manera de sostener que la conciencia es lo
primero y es el valor
supremo de toda creación. Es el camino del idealismo
puro.
Para efectos del presente ensayo
definiré la conciencia como una propiedad de la materia
organizada sistémicamente que le permite reflejar el
mundo exterior, que acompañado de censores
intrínsecos de reconocimiento y medida de la intensidad
de los estímulos y de actuadores que les permite
responder ante dichos estímulos, son capaces de
controlar la respuesta a dichos estímulos de una forma
predeterminada a través de mecanismos de control y
selección de las diversas alternativas
frente a los estímulos externos en forma rápida,
manteniendo su estructura y funciones principales.
Este nivel de conciencia que denominaremos reflejo
condicionado presente en los sistemas inteligentes primarios,
al evolucionar toma cuerpo en los organismos vivos
orientándolos a estructuraciones cada vez más
independientes del entorno, desarrollando sistemas internos de
autocontrol y autorregulación de los procesos internos y
externos, tomando su más alto grado de evolución
en la conciencia del ser humano.
En los sistemas inteligentes superiores, la conciencia
se presenta no solo como reflejo condicionado, sino que
además, surgen nuevos elementos como son la
evolución de los sistemas de censores y la motricidad
que traen como resultado el desarrollo del lenguaje, y
sobre esta base, la construcción del pensamiento. El
pensamiento abstracto y lógico, vinculado al lenguaje,
no sólo permite reflejar el perfil externo, sensorial,
de los objetos y fenómenos, sino, además,
comprender su alcance, sus funciones y su esencia y trasmitir
mediante símbolos o acciones que
se reflejan mas sutilmente en los cambios generados en el medio
ambiente.
La conciencia es un subsistema central principal de
los sistemas inteligentes. En los sistemas espontáneos,
la transformación es el resultado del desequilibrio
energético orientado a estados de equilibrios estables
de menor nivel energético interno. En los sistemas
inteligentes la transformación se presenta como un
requerimiento de generación de energía interna
para mantener el equilibrio del sistema en movimiento de
crecimiento interno en sistemas primarios y además de
traslación en sistemas mas evolucionados.
Esta característica de los sistemas
inteligentes hace que desarrollen mecanismos de
producción de su propia energía interna a
través del consumo de
insumos del exterior en un proceso de transformación
llamado metabolismo. Este proceso implica desarrollar el
siguiente procedimiento explicado en el
gráfico:
En este procedimiento, la conciencia aparece como una
fuente de realimentación del sistema que permite
reflejar el o los objetos de interés
y controlar la motricidad para ubicar el objeto de
interés, posesionarse del mismo y luego aprovisionarse
del mismo para generar la energía interna necesaria que
le demanda los
procesos internos y externos.
En este procedimiento además, surge como
resultado de la interacción del medio interno y externo,
el proceso de aprehensión o desarrollo del conocimiento
como conector entre la conciencia y la realidad que permite
mejorar la eficiencia del
procedimiento.
El desarrollo del conocimiento es un proceso
dialéctico. En los sistemas inteligentes, la primera
etapa del conocimiento es el autoreflejo o auto conocimiento,
conocimiento de los sistemas internos para el desarrollo de la
inteligencia censo motora y el desarrollo de la capacidad de
respuesta de todos los subsistemas frente a los requerimientos
del subsistema central. Esta primera etapa se caracteriza
básicamente por el método
prueba-error.
Fig. 05: Procedimiento de
aprehensión de recursos
El auto conocimiento es sustancial para poder
determinar el grado de autonomía del sistema
inteligente. Su desarrollo dialéctico se basa en la
interacción permanente entre el medio interno y el medio
externo del sistema y en la capacidad de negación y
antonegación de supuestos o resultados de dicha
interacción que son como hemos señalado en su
oportunidad propiedades intrísicas de los
fenómenos materiales.
El proceso inicial del desarrollo del conocimiento es
la identificación de las elementos internos, sus
funciones (aprehensión de su campo de dominio interno),
relación con los requerimientos del sistema central
(objetivos vitales del sistema), y este a su vez, combina el
reflejo de los elementos del entorno o ámbito de
desplazamiento que impulsa al sistema central a desarrollar
acciones en concordancia con las aptitudes o capacidad de
manejo y control de los demás subsistemas.
Aquí es importante apreciar la
interrelación entre el proceso de reflejo,
aprehensión y la praxis,
presentes en todas las etapas del proceso de desarrollo del
conocimiento, que logran un proceso de perfeccionamiento
gradual en concordancia con el grado de autonomía que va
adquiriendo el sistema durante su proceso de formación y
crecimiento.
Los fenómenos materiales son reflejados en la
conciencia en forma de imágenes, ideas o conceptos y se
convierte en elementos subjetivos, luego, estas
imágenes, ideas o conceptos son gravadas formando un
banco de
información que posteriormente son comparadas o
procesadas para dirigir un cambio de estado o desplazamiento
del sistema.
La segunda etapa del desarrollo del conocimiento es la
etapa afectiva; es decir, el proceso de valoración de
los elementos del sistema (autoestima)
y de los elementos del entorno. Esta etapa se define como la
etapa del reflejo del grado de importancia que tienen tanto los
elementos del sistema, el sistema y el entorno con
relación a los objetivos vitales del sistema. En esta
etapa, el sistema define, a través del proceso d
valoración del entorno, objetivos que trascienden a su
estado vital, trasladándose a la diferenciación
de los objetivos de adaptabilidad, socialización y capacidad de
transformación conciente del medio interno y
externo.
La tercera etapa es el desarrollo del conocimiento de
la capacidad perceptiva, es decir, la capacidad de distinguir
formas, características, propiedades, etc. y la
causalidad perceptiva relacionadas con la actividad
sensomotoras.
La inteligencia es una propiedad de los sistemas que
se asienta sobre el desarrollo y la complejización de la
conciencia, la misma que surge como consecuencia de su
propiedad de reversibilidad de sus estructuras internas y
externas del sistema con el objetivo de mantener una
interacción eficiente con el entorno, perfeccionando su
adaptabilidad y conservación de la especie a
través de la transformación conciente de sus
estructuras internas y externas.
Estructura de la conciencia
sistémica
La estructura de la conciencia sistémica se
asienta sobre tres niveles: el nivel global, el nivel afectivo
y el nivel cognitivo.
En el nivel global, la conciencia refleja el horizonte
de los fenómenos, su procedencia, su estado actual
dentro de un entorno lo mas amplio posible y su
proyección futura. En este nivel, la conciencia se
estructura como una concepción global del mundo hasta
donde su capacidad cognitiva lo permite observar y descifrar el
contenido de la realidad.
En el nivel afectivo, la conciencia identifica los
objetos de interés y asigna orden de prioridades. Ubica
al sistema en el entorno global y produce la selectividad de
movimientos racionalizando las opciones de interrelación
con el entorno.
En el nivel cognitivo, la conciencia identifica los
objetos en si y refleja su constitución y propiedades y la
posibilidad de su reproducción.
En el grafico (fig. 5) observamos la
interrelación entre los tres niveles de la conciencia
enlazados con un ciclo permanente de realimentación a
través del proceso de intercambio energético y la
prueba de la realidad. La conciencia sistémica se
soporta sobre estas dos fuentes de
realimentación que traen como resultado la
formación de la conciencia global en la que se forja la
concepción del mundo en su estado concreto y
posible.
En los sistemas inteligentes, el nivel de desarrollo
alcanzado por la conciencia global es la que marcará el
grado de inteligencia del sistema debido a que la conciencia
global controla los grados de libertad del
sistema.
Fig. 06: Estructura de la
conciencia sistémica.
Estructura sistémica
Considerando que la estructura sistémica es el
espacio físico y la cadena física generada por
las funciones y las interrelaciones de los elementos del
sistema. Si estos es así ¿Cómo
podríamos definir una estructura sistémica
inteligente?
El proceso de abstracción es básicamente
un proceso complejo que requiere de operaciones
igualmente complejas y de actividades altamente especializadas
y de flujo continuo, por lo tanto, la estructura
sistémica inteligente, es una estructura integrada de
alta sensibilidad enlazada por una red global que permita
a los elementos del sistema estar al mismo tiempo en todas las
partes del sistema. La integración de los elementos de
un sistema inteligente es en tiempo real, propiedad que permite
a dichos sistemas responder de manera inmediata a los impulsos
del entorno.
La estructura sistémica inteligente depende
fundamentalmente de los diferentes procesos que desarrolla el
sistema para cumplir con sus objetivos.
Organización sistémica
La organización es la distribución de
funciones de los elementos del sistema en subsistemas de
acuerdo a requerimientos de los procesos fundamentales que
desarrolla el sistema. En los sistemas inteligentes se
distinguen dos procesos fundamentales: el proceso de
autorregulación y autocontrol a cargo de la conciencia
sistémica y el proceso metabólico a cargo de los
sistemas de transformación de los insumos requeridos por
el sistema en la energía suficiente para su desarrollo e
interacción con el medio.
El proceso de autorregulación y autocontrol
esta conformado por sistemas integrados que permiten
desarrollar las funciones de abstracción de la realidad,
la función sensomotriz y la función de
autocontrol o administración de los recursos del
sistema.
La función de autocontrol, autocontrol y
autorestructuración están a cargo del subsistema
central denominado el cerebro del
sistema y que para tal fin es la responsable de estructurar la
conciencia sistémica.
La función sensomotriz o de percepción y motricidad esta a cargo del
sistema nervioso
central su función principal es dotarle al sistema
la sensibilidad necesaria para percibir las influencias
internas y externas, trasmitir dicha información al
subsistema central y al mismo tiempo generar los movimientos
necesarios de respuesta inmediata frente a dichas
influencias.
El proceso metabólico requiere del desarrollo
de sistemas que garanticen el flujo permanente de los insumos
que requiere el sistema para la generación de la
energía necesaria para su desarrollo y
reproducción; pero además requiere de sistemas de
transformación de dichos insumos que garantice la
realimentación energética permanente del sistema.
Todo esto se traduce en tres funciones básicas: la
función logística, la función operativa y
la función reproductiva.
En un sistema inteligentes estas funciones
están presentes a lo largo y ancho del sistema a
través de las unidades fundamentales del sistema llamada
células, estas a su vez forman grupos especializados por
actividades afines conformando órganos interdependientes
e interconectados entre si y con el sistema de
autorregulación y autocontrol a través del un
sistema
nervioso central que conforma la red integral de comunicación del sistema.
Inteligencia y vida
"La vida se revela como un fenómeno
químico en escala
microscópica y molecular, y la materia que la sustenta
es idéntica con el resto de la materia que llena el
Universo. De tal modo la vida se nos muestra como un hecho de
complejización, tanto de estructuras como de funciones
que derivan o asientan sobre ellas, y la característica
distintiva especial, la materia de ser fenomenológica de
una y otra está, precisamente, en características
disímiles provenientes de funciones que asientan en
niveles distintos de estructuración, y de circuitos
funcionales cuyas actividades se regulan mutuamente y poseen,
además, sistemas propios de
autorregulación.
Esta complejización no es una finalidad en si
misma; por el contrario, revela cambios sucesivos: la
interrelación entre el circuito interno y circuito
externo, individuo y
medio, establecen condiciones que cambia, sucesiva y
alternadamente"
De este modo, la vida es el resultado de un proceso de
transformación y organización constante de la
materia. La vida se manifiesta como él más
alto grado de organización sistémica orientada al
autocontrol, la autorregulación de los procesos de
transformación y de intercambio de insumos y productos
con el medio y la autogeneración de su soporte
estructural, logra convertir la transformación
espontánea de la materia en una transformación
consciente y equilibrada.
La vida surge como un fenómeno del carácter sistémico de la
organización de la materia, es decir es el producto de
la interacción permanente de elementos organizados
sistémicamente que tiene como fin la preservación
y conservación de su estado organizacional basado en el
equilibrio entre su medio interno y externo.
La vida surge además como un proceso
contradictorio de la evolución espontánea de la
materia, la espontaneidad implica el incremento permanente de
la entropía del universo, es decir el mayor grado de
caos y desorden universal que implica la destrucción
permanente de las estructuras organizacionales de la materia y
su consecuente imposibilidad de evolución. La
entropía es consecuencia de la interacción y
cambio permanente que experimenta la materia como forma natural
de su existencia, es parte de su razón de ser y de
existir.
En contraposición a la tendencia general hacia
el caos y desorden material manifestada en el incremento de la
entropía del universo, en dirección opuesta y
también natural la materia desarrolla niveles
organizacionales (sistemas cada vez más complejos con le
objetivo de reducir el incremento entrópico con una
negentropía constante. La
entropía y la negentropía son las dos fuerzas
fundamentales que marcan la tendencia evolutiva permanente de
la materia.
Dentro de este marco la vida surge como una respuesta
a la necesidad de mantener y conservar los niveles evolutivos
de la materia, esto solo es posible reduciendo el desorden, es
decir, estableciendo niveles entrópicos negativos o
negentropías para lograr niveles de equilibrios
relativos y de estabilidad relativa de los procesos evolutivos
de la materia.
La vida implica entonces un proceso constante de
autorregulación y autocontrol y que en su etapa superior
de evolución presenta la conciencia como elemento
integrador de dicha autorregulación y autocontrol con la
autogeneración estructural para dar el salto entre el
metabolismo puro y la transformación conciente del
entorno. De este modo, la vida se constituye como un
fenómeno de supervivencia y transformación
dirigida del medio interno y externo del individuo.
La complejización de los sistemas vivientes
trae como consecuencia el surgimiento de la conciencia; es
decir, la capacidad de reflejar objetivamente el medio interno
y externo en su estado real y en las posibilidades de su
desarrollo. La evolución de la conciencia trae aparejado
la función cerebral de interrelación entre la
mecanización del control y regulación interna,
los actos o experiencias grabadas en la mente que ocupan el
subconsciente y los actos o hechos presentes que forman parte
de la estructura conciente, denominado pensamiento.
"El pensamiento cobra realidad, deja de ser virtual en
el hombre como
en los animales
superiores, por su estructuras que introduce entre las cosas y
el
conocimiento de las mismas. La mediatez señala una
duración intercalada entre estímulo y respuesta,
y el acto mediato significa, por consiguiente,
elaboración de nuevas estructuras funcionales cuyo
significado ya no es la defensa o conservación de la
vida, no representa una finalidad biológica como el
reflejo, sino realiza formas lógicas implícitas o
explícitas de la cultura y
trasmitidas por el
lenguaje.
Existe, por tanto, una autorregulación que se
traduce por reelaboración de estímulos,
reestructuración del dato, en las que intervienen
condiciones biológicas como base, y culturales que
definen dirección, sentido y contenido de dicha
autorregulación. El pensamiento se engendra en el acto y
se expresa modificando las consecuencias de
éste;…"
El pensamiento surge de la complejización de
los niveles de reflejo de la realidad objetiva en su proceso de
transformación permanente. El proceso de reflejo
(aprehensión) "coloca" imágenes en la mente y
esta a su vez los almacena en la memoria;
pero el cerebro, a lo largo de su proceso de evolución
no solo es capaz de reflejar imágenes estáticas,
sino además, imágenes dinámicas. Para
poder reflejar el mundo dinámico, el cerebro ha
desarrollado su capacidad de codificar los fenómenos en
constante movimiento y transformación,
configurándose de este modo la estructura del
pensamiento. El pensamiento evoluciona al compás de la
complejización de las interrelaciones individuales,
pasando por mantener las interrelaciones de supervivencia, el
conocimiento de sí mismo y del entorno, y las
posibilidades de transformación de las estructuras y
procesos internos y externos.
Mientras que el pensamiento relaciona los reflejos
(imágenes, sonidos o símbolos grabados en la
mente) y luego conceptualiza a través del lenguaje,
la inteligencia regula la interrelación del ser con
el entorno. El pensamiento conceptualiza la acción, la inteligencia define
alternativas y optimiza los procesos de interacción
internos y externos.
El proceso de optimización lleva en forma
implícita la capacidad del ser de interrelacionar
variables,
reflejar las posibilidades y modificar estructuras internas y
externas con la finalidad de regular y mantener el equilibrio
en un proceso de transformación permanente. De este
modo, la inteligencia surge indesligablemente de los procesos
vitales denominados autocontrol, autorregulación y auto
reestructuración con la finalidad de conducir los
procesos de transformación consciente del medio interno
y externo y de garantizar la continuidad de los niveles
evolutivos de los procesos materiales en el tiempo.
LEYES
GENERALES APLICADOS A LOS SISTEMAS INTELIGENTES
La materia es una categoría
filosófica para designar la realidad objetiva
existente independientemente de la conciencia, es
única y universal.- Objetividad, Unidad y Universalidad de la
materiaCategoría filosófica para designar
el modo fundamental y único de existencia de la
materia. La Dialéctica toma aquí un valor de
carácter universal al igual que la materia
desligándose de su carácter
cognitivo-metodológico-subjetivo. - Objetividad, Unidad y Universalidad de la
DialécticaCategoría filosófica para designar
el modo fundamental y único de estructuración
y organización de la materia. Igualmente, los
sistemas toman aquí un carácter universal,
desligado de su carácter cognitivo-
metodológico-subjetivo. - Unidad, Objetividad y Universalidad de los
SistemasLa conciencia es el
estado abstracto de la materia y surge como resultado
de su complejización estructural y organizacional
con el objetivo de orientar la transformación del
entorno generando negentropías. La conciencia es
única y universal así como la materia que lo
soporta. - Unidad, Objetividad y Universalidad de la
conciencia. - Los procesos determinan la estructura y
organización de los sistemas
inteligentes.
Los procesos son el flujo permanente de
operaciones sobre los recursos del sistema que realizan las
células inteligentes del sistema agrupados en
subsistemas con la finalidad de cumplir con sus objetivos
estratégicos.
MODELO TEÓRICO PARA EL DESARROLLO DE LA
CONCIENCIA SISTÉMICA.
Este modelo parte
de la necesidad de desarrollar una concepción del mundo
eólica y científica a través de la toma de
posesión respecto del camino filosófico ha seguir,
que como se observa en el esquema, el camino de filosófico
del materialismo
dialéctico se constituye en la única vía
para tal fin.
El materialismo dialéctico se sustenta sobre tres
categorías filosóficas fundamentales: materia y
conciencia, el modo dialéctico de existencia de la materia
y el modo sistémico de estructuración y
organización. El desarrollo de estas tres
categorías filosóficas desencadena la
formación de un concepto integral y objetivo de los
sistemas.
Fig. 07: direccionalidad de la
concepción del mundo
Como podemos observar, los sistemas por un lado son un
modo fundamental de estructuración y organización
de la materia, que a través del desarrollo del
conocimiento científico logra sus niveles de
abstracción en la conciencia formando el concepto de
sistemas y que es materia además del estudio de la
Teoría general de los Sistemas.
Los sistemas son hoy en día parte fundamental de
la concepción científica del mundo y esta a su vez
constituye el soporte fundamental del pensamiento
sistémico, indispensable para poder entender y descifrar
la complejización estructural de los fenómenos
materiales.
Cabe resaltar que el pensamiento sistémico solo
puede desarrollarse a través de esta vía, siendo
totalmente inconcebible el desarrollo del pensamiento
sistémico desde una posición idealista, metafísica
y unilateral.
MODELO TEÓRICO PARA EL DESARROLLO DE LAS
ORGANIZACIONES INTELIGENTES
Fig. 08: Direccionalidad del
desarrollo
organizacional.
Este modelo que observamos en el siguiente esquema
diferencia claramente las dos corrientes en el desarrollo
organizacional desde el punto de vista
filosófico.
Por un lado, la idea absoluta convertida en materia, se
convierte en el sustento básico del conocimiento
metafísico que genera a su vez una concepción
idealista del mundo predominante en los sistemas
anacrónicos. El predominio del idealismo hace que las
funciones de los elementos del sistema estén generalmente
disociados de la estructura del sistema y que los procesos que
realizan los sistemas estén fragmentados, fenómeno
que se manifiesta en la disfunción estructural-funcional
de dichos sistemas fomentando en forma permanente crisis de
adaptabilidad y de incapacidad de fomentar cambios cualitativos
en su estructura.
En el lado opuesto observamos, que la metería,
que existe en forma universal, dialéctica y
sistémicamente se refleja en la conciencia
sistémica a través del desarrollo del reflejo
(conocimiento). Este proceso que ya hemos descrito anteriormente
permite abstraer la realidad objetiva y convertirla en una
herramienta poderosa que permite a los sistemas inteligentes no
solo orientar su interrelación con el entorno
desarrollando mecanismos de supervivencia, sino que además
le permite desarrollar sistemas de autocontrol y
autorregulación en clara diferenciación de los
sistemas espontáneos.
El desarrollo organizacional, es decir la
construcción de organizaciones inteligentes debe estar
sustentado sobre la base de esta configuración
estructural, mas allá de entender que solo es un problema
de mentalización de las personas para alcanzar estados de
rendimiento satisfactorio cundo estos poco o casi nada llegan a
comprender la relevancia estructural de los sistemas inteligentes
sobre la conducta de sus elementos.
MODELO ESTRUCTURAL DE UNA ORGANIZACIÓN
INTELIGENTE
En el cuadro anterior observamos el diseño
de la estructura y las funciones de la conciencia
sistémica en una organización inteligente,
partiendo del principio de que las funciones son las que
determinan la estructura, entonces empezamos con definir las
funciones básicas de la conciencia sistémica como
ente de autorregulación y autocontrol del
sistema.
Las funciones globales de autorregulación y
autocontrol se manifiestan a través de 3 operaciones
fundamentales tales como el direccionamiento, la
optimización a través de selección de
alternativas y toma de
decisiones, y la motilidad; son el resultado de los niveles
de soporte de la conciencia global: la conciencia cognitiva y la
conciencia afectiva interactuantes en forma
permanente.
A través de la conciencia cognitiva el sistema
debe desarrollar las 4 funciones fundamentales del sistema:
la
administración de la información, la
adaptación de la información a situaciones
concretas, el desarrollo del conocimiento y la
sistematización.
La administración de la información es
la función encargada de planificar, organizar, dirigir y
controlar el flujo de información interna y externa a
través de la administración de una base de datos,
el manejo eficiente de la autopista de la información
mediante una red integrada en tiempo real. La
administración del flujo de información captura
toda la información de de la autopista informática al mismo tiempo que registra
los eventos internos
con el objetivo afinar la direccionalidad del sistema.
La función de adaptación de la
información a situaciones concretas, es decir a los
requerimientos específicos del sistema, ordena y clasifica
la información orientándolo hacia objetivos
específicos buscando su nivel óptimo de
aplicabilidad.
La función del conocimiento se encarga de
sintetizar la aplicabilidad de la información a
situaciones concretas y desarrollar las pautas que hacen falta
para mejorar continuamente la eficiencia de la aplicación
de la información a los objetivos específicos del
sistema.
La función de sistematización se encarga
de la elaboración de los paquetes tecnológicos
completos que permitan estandarizar los procesos que garanticen
el flujo continuo de operaciones de valor agregado del
sistema.
A través de la conciencia cognitiva, la
conciencia sistémica controla el flujo logístico
del sistema bajo 4 funciones siguientes: la función de
valoración que establece una escala de valores entre
los elementos con que interactúa el sistema en
función de su grado de influencia y el volumen de
recursos que intercambian; la función de
priorización que se encarga de establecer niveles de
estratificación entre los elementos que interactúan
con el sistema; la función de fidelización que se encarga del
establecimiento de relaciones de largo plazo con los elementos
que interactúan con el sistema según el cuadro de
valoración y de priorización; y por último,
la función conductual que define el comportamiento del
sistema que se materializa a través de la cultura
organizacional.
Cabe resaltar que todas las funciones señaladas
están estrictamente orientadas hacia los procesos, ya que
los tipos de procesos que realiza el sistema son los que
finalmente van a determinar las funciones que deben desarrollar
los elementos del sistema agrupados en subsistemas, generando de
este modo la estructura final del sistema, es decir, la cadena
física y/o el espacio físico que delimita al
sistema de su entorno.
El sistema por su naturaleza propia desarrolla un
intercambio energético permanente con el entorno que se
manifiesta en el consumo permanente de insumos en el desarrollo
de los procesos y la entrega de productos al exterior. Este
intercambio es posible debido a que el sistema es capaz de
mantener un flujo permanente de información, un flujo
permanente de operaciones de valor agregado, un flujo permanente
de operaciones de mantenimiento
y un flujo logístico también permanente,
consecuentes con la filosofía del JIT (justo a
tiempo).
De lo señalado anteriormente se puede concluir
que la estructura de una organización inteligente se
caracteriza por se una estructura totalmente plana cubierta por
equipos multidisciplinarios asignados al cumplimiento de las
funciones del sistema: la función global encargada de la
planificación y gestión
estratégica, la función cognitiva encargada del
desarrollo del conocimiento y la gestión de la
información, la función afectiva encargada de
regular el flujo logístico, la función de
mantenimiento encargada del flujo de operaciones de mantenimiento
y la función de operaciones de valor agregado encargada de
los procesos del sistemas. La estructura sería la
siguiente:
LA QUINTA DISCIPLINA
Autor:
Ediciones Granica S.A., Primera edición, año 1998
LA DIALECTICA EN PSICOLOGIA
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