- La pobreza y extrema
pobreza - La pobreza en las zonas
rurales - Causas de la
pobreza - Investigación sobre la
pobreza y como salir de ella - La pobreza extrema, un concepto
a desechar - La lucha contra la
pobreza - Conclusiones
- Bibliografía
La pobreza y extrema pobreza es un
fenómeno que tiene muchas dimensiones, por lo que no
existe una única manera de definirla. Para efectos de su
estudio práctico, la mayor parte de las veces, la pobreza se ha
definido como la incapacidad de una familia de cubrir
con su gasto familiar una canasta básica de subsistencia.
Este enfoque metodológico clasifica a las personas como
pobres o no pobres. Similarmente, en el caso de que el gasto
familiar no logre cubrir los requerimientos de una canasta
alimentaria, se identifica a la familia
como pobre extrema. Combinando ambas definiciones, una familia
puede ser no pobre, pobre o pobre extrema. Si bien existen otras
aproximaciones metodológicas muy importantes , ésta
es la más
extendida, por lo que se utilizará como principal
referencia para el análisis del problema de la pobreza en el
Perú.
En una economía de mercado, el Estado
tiene un rol muy importante que cumplir en la lucha contra la
pobreza, para permitir un mayor grado de igualdad de
oportunidades. Atacar el problema de la pobreza es una necesidad,
no sólo por razones humanitarias, sino también por
razones económicas. La pobreza es un círculo
vicioso que, además de tener efectos graves sobre la
calidad y
niveles de vida de los peruanos pobres, afecta las posibilidades
de crecimiento
económico y estabilidad social y política. Las
familias que enfrentan una situación de pobreza se ven
afectadas por secuelas en la nutrición, en la
salud y en la
capacidad para recibir instrucción que en muchos casos no
pueden ser remontadas, aunque los ingresos mejoren.
Una población pobre tiene una baja expectativa
de vida, sufre de altas tasas de incidencia de enfermedades, es mano de
obra poco calificada y, por todo ello, constituye una fuerza de
trabajo poco
productiva.
En los últimos 10 años, el Perú, como otros
países de la región, aumentó
significativamente los recursos
destinados a numerosos programas
sociales para aliviar la pobreza y favorecer el desarrollo de
la población de menores recursos. Diversos elementos de
juicio sugieren que se puede mejorar la efectividad de estos
programas significativamente.
Aún con limitaciones, estos programas, aunados a la
estabilidad económica y al crecimiento económico
general, permitieron una reducción importante de la
pobreza hasta 1997. Sin embargo, es probable que la
recesión económica de los últimos 2
años haya producido un deterioro de la situación,
para lo cual no se cuenta todavía con indicadores.
Todo lo anterior señala la necesidad de analizar, de
manera técnica, la magnitud del problema y las opciones de
política que pueden ser más efectivas para atender
este problema tan importante. El Task Force analizó
diversos aspectos del diagnóstico y propuestas, luego de sentar
ciertos principios
orientadores del debate que se
consideró pertinente destacar.
Según el censo de
población 1993, existe en el país más de 12
millones de habitantes en condición de pobreza del total
de 22'639 mil personas2 . En el país más
de 6 millones de peruanos viven en extrema pobreza, es decir, que
poseen más de dos carencias o bien que no satisfacen las
necesidades de alimentación
(INEI,1994b). Es decir, que el ingreso familiar no alcanza para
cubrir el gasto de la canasta básica de alimentos .
Según CUANTO, 1996, de cada cinco personas en el
país, una padece hambre. Los más pobres se ubican
en el área rural (comunidades campesinas y comunidades
nativas).
La evolución de la pobreza según el
método de
la línea de pobreza, de 1994 y 1996, la pobreza se ha
incrementado del 41.2% a 44.2% respectivamente (CUANTO,
1996).
En la década de los ochenta la
región latinoamericana ha experimentado serios problemas de
deuda externa, altas inflaciones, fuga de capitales y crisis de
balanza de pagos.
El Perú no ha sido ajeno a estos problemas, pues las
políticas aplicadas -similares a la de los
otros países- durante dicha década ocasionaron que
al iniciar la presente década se tenga una
inflación de 7,650%, el Producto Bruto
interno(PBI) de 1981 a 1990 haya caído a una tasa promedio
de 1.2% anual, la Inversión
Extranjera sólo representara en 1990 el 3.6% de
nuestro PBI.
En la presente década, la mayoría de los gobiernos
latinoamericanos -unos antes y otros después- reorientaron
sus políticas hacia la economía de libre mercado.
Los resultados son evidentes: la región creció
desde 1991 a una tasa promedio de 3.3%, la inflación
descendió de 199.6% en 1991 a 10.2% en 1998, el flujo de
inversión extranjera hacia la región
prácticamente se quintuplicó (paso de US$ 10,955
millones en 1991 a US$ 53,195 millones en 1998).
Si observamos el comportamiento
de las variables
anteriores podemos afirmar que la tendencia negativa de
crecimiento de la región, generada por políticas
equivocadas, ha sido revertida. Pero se debe evidenciar que en
estos dos últimos años el crecimiento en la
región se ha reducido debido a dos shocks de origen
externo. El primero, es el fenómeno de El Niño que
afectó seriamente la producción agrícola y la pesca,
así como también ocasionó destrucción
de viviendas y obras de infraestructura. El segundo, las crisis
financieras iniciadas en el Asia que se
trasmitieron hacia América
Latina por la vía del comercio, las
finanzas y las
políticas para hacer frente dicha crisis.
El comportamiento favorable de las principales variables que
determinan el crecimiento económico, el problema social
expresado en la pobreza y extrema pobreza disminuye a tasas muy
lentas. Es decir se podría estar dando una falta de
armonía entre el crecimiento económico y la
reducción de la pobreza, ya que dicho crecimiento no
estaría generando las oportunidades laborales necesarias
para el creciente número de personas por lo que podemos
afirmar que el problema social esta estrechamente relacionado con
el desempleo y
subempleo.
En el lapso transcurrido de la década de los 90, la
Deuda Externa
Pública representó en promedio aproximadamente el
78% de la deuda externa total, mostrando en dicho período,
una tendencia a descender ligeramente. En marzo de 1997 se
realizó el cierre del Acuerdo de Reestructuración
de la Deuda Externa Pública del Perú y sus
acreedores comerciales, también conocido como Plan Brady, que
implicó una importante reducción de dicha deuda. En
términos monetarios la Deuda Externa Pública
pasó de US$ 25,196 millones en 1996 a US$ 18,490 millones
en 1998 y se estima para 1999 un monto de US$ 18,184 millones
La pobreza en el Perú ha sido medida siguiendo diversos
métodos,
entre las que podemos mencionar:
- El método de la línea
de la pobreza o método indirecto. En este método
la pobreza estaría representada por un sólo
indicador que puede ser el nivel de ingreso o el
gasto. - El método de las necesidades
básicas insatisfechas o método directo. Este
método permite captar la disponibilidad y el acceso a
servicios
básicos que son ofrecidos fuera del ámbito de
mercado. - El método integrado que
combina los dos anteriores
Las estadísticas revelan que a fines de 1990 la
pobreza extrema representaba el 26.8% de la población
mientras que para 1997 se estima que dicho porcentaje ha
disminuido a 14.7% y se planteó como meta para el 2000 un
porcentaje de 11%.
Los estudios del Ministerio de Trabajo del Perú revelan
que la problemática actual del empleo tiene
como causa los siguientes factores:
- La explosión
demográfica de la década del 70 e inicios del 80,
cuyos efectos se han empezado a sentir porque en la actualidad
se están incorporando al mercado laboral. - Las equivocadas
políticas económicas instrumentadas en las
décadas pasadas. - La rigidez de la legislación
laboral de las décadas del 70 y 80 que desincentivaron
la generación de puestos de trabajo. - El imperativo para las empresas de
lograr la competitividad, han ocasionado que éstas
se desplacen a otras zonas donde el costo de la
mano de obra sea aún menor.
1.- LA POBREZA EXTREMA:
Como se sabe, se consideran pobres
extremos a quienes aún destinando todos sus ingresos a la
compra de alimentos, no alcanzan a comprar la canasta
básica alimentaria. Un ejemplo pone de relieve lo
absurdo de esta propuesta: una persona que
invierte todos sus ingresos en la compra de alimentos,
tendría que comerlos crudos. Generalmente, se sabe que
incluso los más pobres de los pobres, a nivel
internacional, dedican un 30 por ciento de sus ingresos para el
consumo de
otras cosas que no son alimentos. De hecho, todos sabemos que
para no ser pobre es necesario también tener recursos para
poder
vestirse, lavarse, cocinar, tener un techo y una cama, educarse y
cuidar su salud.
Siendo el concepto de
pobreza extrema una absurdo imposible, se le suele dar validez en
el sentido de considerar a aquellos que están lejos de
superar su condición de pobreza. El problema es que la
distancia entre la línea de pobreza extrema y la
línea de pobreza, como vimos, es variable, debido a que
las necesidades y patrones de consumo entre las regiones son
distintas. En ese sentido, es una medida que no mide a todos por
igual.
1.1.- POBREZA EXTREMA POR
ACTIVIDAD ECONÓMICA:
El análisis de la extrema pobreza
por sector económico ha sido realizado a partir del
comportamiento de la PEA ocupada. De el se deriva lo siguiente.
Los sectores en los que aumenta el empleo en condiciones de
pobreza extrema son hoteles y
restaurantes, comercio al por menor, transportes y comunicaciones, actividades inmobiliarias y el
sector agrícola. De todos estos sectores, el
agrícola es el de mayor relevancia cuantitativa ya que
contribuye con ¾ partes de todo el empleo en
situación de extrema pobreza, siguiéndole el sector
comercio al por menor que concentra el 9.8% de dicha
categoría.
Por su parte los sectores en los cuales se reduce el empleo en
dicha condición son: el de reparación de
vehículos automotores, la
administración pública, electricidad
–agua, comercio
al por mayor y la construcción. De todos estos sectores, el
rubro de la administración
pública es quien ha concentrado cuantitativamente la
mayor reducción de trabajadores en esta
condición.
2.- LA POBREZA EN
LAS ZONAS RURALES:
En el ámbito urbano, la pobreza
extrema representa 9.3% del total de la población. En las
zonas rurales, en cambio, este
indicador se eleva a casi el triple: 24.5%. Hay, sin embargo, una
mejoría: en 1994 este indicador llegaba 12.9% en el
ámbito urbano, y a 29.5% en el rural.
Aun así, la situación en las zonas rurales es
dramática. Actualmente, casi uno de cada tres habitantes
en estas zonas es pobre extremo. Su pobreza está
relacionada con la falta de activos
productivos (tierra,
ganado, tecnología y crédito), así como con los bajos
niveles educativos y con una familia numerosa, según un
estudio de Escobal, Saavedra y Torero, hecho para
GRADEen1998.
Ahora bien, ser pobre extremo en el Perú significa
subsistir con S/. 3.60 diarios para comer, transportarse,
vestirse, curarse etc. Esta desesperante situación no es
marginal: afecta a unos 3.7 millones de peruanos. Es decir, al
15% de la población. El libre mercado, al menos en el
corto plazo, no muestra
resultados alentadores.
Debido al rápido crecimiento urbano y a la migración
, actualmente hay también más pobres en la ciudad.
Sin embargo, es en el campo donde están los pobres entre
los pobres, especialmente en las provincias alto andinas de la
sierra sur y en las zonas rurales más alejadas de la
Amazonía.
La pobreza más grave se encuentra
en las zonas rurales, donde algunos indicadores de calidad de
vida son comparables con el nivel promedio de países
africanos. En estas zonas del país, la pobreza es
más difícil de superar por la conjunción de
diversos factores que la explican: baja productividad,
desnutrición infantil, menor acceso y baja
calidad de la educación rural,
lejanía, falta de acceso a infraestructura y servicios
básicos, barreras culturales, etcétera. Ello
explica por qué tanto en el Perú como en otros
países los mayores éxitos frente a la pobreza rural
se logran en el campo de programas de alivio y no de
superación de la pobreza.
El reto fundamental es elevar la capacidad de generación
de ingreso de los pobres rurales, lo que se ha intentado desde
diversas estrategias,
tanto en el país como en el extranjero. El debate sobre
cómo enfrentarlo generó posiciones diferentes. De
un lado, algunos miembros del Task Force pusieron mucho
énfasis en la necesidad de desarrollar proyectos
productivos, en comparación con los programas de
asistencia social y de desarrollo de infraestructura
económica y social. Según esta perspectiva, el
apoyo a proyectos productivos debiera darse en el marco de
programas de desarrollo rural integral, que incluya asistencia
técnica y aspectos de competitividad en mercados
regionales y nacionales, e incluso internacionales, aunque ello
sólo se logre en el mediano o largo plazo. Al respecto,
otros miembros señalaron que existe una larga historia de fracasos en la
promoción de proyectos productivos, tanto
desde el sector
público como de las ONG, por lo
que el diseño
tendría que ser muy cuidadoso para lograr los objetivos
propuestos. Según esta perspectiva, es preferible
enfatizar el apoyo del Estado en el
desarrollo de condiciones para que los pobres accedan en mejor
pie a mercados regionales, lo que incluye un mayor énfasis
en el desarrollo de infraestructura económica, la coordinación e información entre agentes y la asistencia
técnica, en comparación con el apoyo directo del
Estado en proyectos productivos.
Se consideró pertinente analizar en mayor detalle las
causas de la baja capacidad de generación de ingresos del
poblador rural, que explica no sólo la pobreza rural sino
también la urbana, de acuerdo al diagnóstico
planteado por Richard Webb en el I Foro sobre Pobreza, en 1998. En
dicha ocasión, Webb formuló el siguiente
diagnóstico:
"Así, la causa central de la pobreza extrema sigue siendo
la bajísima productividad del minifundista, factor que
determina no sólo un paupérrimo nivel de vida en el
campo sino también un muy bajo salario de
oferta en la
ciudad. Los instrumentos que se han aplicado para elevar esa
productividad son muchos, y la historia de esos esfuerzo s, en el
Perú como en el resto del mundo, es larga. Las estrategias
para el desarrollo rural han priorizado por momentos el esfuerzo
colectivo local (‘desarrollo comunal’), la reforma
agraria y el ‘capital
humano’. Cada una de estas grandes estrategias ha
tenido eco en el Perú".
Dicha ponencia planteaba tres posibles estrategias para enfrentar
la pobreza rural: (i) desarrollar una revolución
verde peruana, que aumente el nivel de productividad e ingresos
agrarios, (ii) promover las actividades no agrícolas y
(iii) promover la migración de parte de la
población rural a áreas urbanas.
4.-
INVESTIGACIÓN SOBRE LA POBREZA Y
COMO SALIR DE ELLA:
Dada la complejidad del problema de la
pobreza, es necesario desarrollar más y aprovechar mejor
los estudios empíricos que analizan los factores que
causan la pobreza, así como la efectividad de las
políticas y programas destinados a superarla.
Existen ya, para el caso peruano, algunos estudios
empíricos sobre la base de las ENNIV, que identifican los
factores que explican por qué algunas familias son pobres
y otras no, así como los factores que les permiten pasar
de un estado a otro. En muchos casos, la sola
identificación de estos factores permite una
recomendación de política de manera más o
menos directa, mientras que en otros se requiere un
análisis más detallado, que merecería ser
estudiado.
En su último reporte sobre la
pobreza en el Perú, el Banco Mundial
identifica, mediante un estudio estadístico y
econométrico de los resultados de las ENNIV 1994 y 1997,
los siguientes factores vinculados a la pobreza en el
Perú:
Acceso a infraestructura y servicios
básicos. Mientras mayor sea el número de servicios
a los que accede cada hogar, mayor es la probabilidad de
que ésta se encuentre fuera de la pobreza. Además,
las condiciones de la infraestructura y los servicios
públicos tienen efectos sobre la rentabilidad
de los bienes
privados. Por ejemplo, la educación o el acceso
a la tierra son
más rentables cuanto mayor sea la dotación de otros
bienes y servicios claves, como electricidad, agua y
desagüe. De ello se desprende que se debe continuar
ampliando el acceso a infraestructura y servicios básicos.
Sin embargo, debe analizarse la sostenibilidad de las inversiones y
los factores que la afectan, para que la infraestructura
desarrollada continúe en buen estado y
brindando
Educación. Los hogares con jefes
de familia u otros miembros del hogar de más de 14
años con mayor grado de educación y más experiencia
progresan más rápido. El énfasis en el campo
de la educación
básica es fundamental, desde una perspectiva de lucha
contra la pobreza. Un miembro del Task Force planteó que
algunos estudios internacionales señalan que, a nivel de
grandes cifras, la proporción de gasto destinado a
educación básica, en
comparación a programas de apoyo alimentario y
nutricionales, es bajo en términos
comparativos.
Idioma. Existe evidencia de que los
hogares en donde se habla lenguas nativas tienen más
probabilidades de permanecer en la pobreza que aquéllos en
donde se habla castellano. Es
necesario evaluar cuál es el impacto de los programas de
educación bilingüe. Si bien éstos se
fundamentan en el hecho de que es más fácil y
mejora la autoestima de
los niños
el aprender la lecto-escritura en
su idioma materno, facilitando luego el aprendizaje de
otros idiomas, dados los bajos niveles de escolaridad, es posible
que en la práctica ello dificulte el aprendizaje del
español,
lo que limita las opciones futuras de superación de la
pobreza de dichos niños. Al respecto, uno de los miembros
del Task Force planteó que no sólo se trata de un
tema educativo, sino que existe también una
dimensión cultural de por medio, y que no se debe imponer
la visión occidental del desarrollo. Otro miembro
señaló, sin embargo, que el idioma materno, siendo
un tema cultural, debe estar vigente en la educación como
lenguaje de
tradición oral, pero que actualmente la mayor parte de
niños es expuesto al español por los medios de
comunicación, lo que permitiría que sí
se enseñe español desde una edad temprana, y con
ello se podría evitar el riesgo de que los
niños abandonen la escuela sin
conocimientos suficientes de este idioma
Migración. Las familias migrantes progresan. El desarrollo
de políticas que favorezcan procesos
migratorios ordenados desde zonas que no tienen mayor viabilidad
económica hacia ciudades intermedias del país es
una opción de combate contra la pobreza.
Tamaño del grupo
familiar. Las cifras indican que las condiciones de vida de las
familias numerosas son peores frente a las de familias menos
numerosas. Por ello, las políticas de población
bien diseñadas, que eviten los problemas de
desinformación, son un componente importante de una
política de lucha contra la pobreza.
Composición familiar. Aunque no tiene implicancia directa
sobre políticas, resulta interesante señalar que el
estudio encuentra que los hogares dirigidos por mujeres progresan
más que los dirigidos por hombres, aislando los efectos de
otras variables como educación, consumo inicial,
tamaño del grupo familiar, nivel de dependencia,
etcétera.
Interés
empresarial. Las familias que usan por lo menos una de las
habitaciones de su vivienda con fines comerciales, tanto en zonas
urbanas como rurales, logran alcanzar un crecimiento
significativamente más alto de bienestar que el resto. El
acceso al crédito y los ahorros financieros también
favorecen la superación de la pobreza.
Acceso a la propiedad. En
el caso de los pobres urbanos, la formalización de la
propiedad de la vivienda es muy importante. El reconocimiento de
la propiedad permite el acceso al crédito, a través
de la posibilidad de contratar garantías hipotecarias, y
crea incentivos para
la inversión en la propiedad. En ese sentido, los
esfuerzos de titulación son una estrategia
correcta.
5.- CAUSAS DE LA POBREZA:
El Problema Específico De La
Pobreza Rural
La pobreza más grave se encuentra en las zonas rurales,
donde algunos indicadores de calidad de vida son comparables con
el nivel promedio de países africanos. En estas zonas del
país, la pobreza es más difícil de superar
por la conjunción de diversos factores que la explican:
baja productividad, desnutrición infantil, menor acceso y
baja calidad de la educación rural, lejanía, falta
de acceso a infraestructura y servicios básicos, barreras
culturales, etcétera. Ello explica por qué tanto en
el Perú como en otros países los mayores
éxitos frente a la pobreza rural se logran en el campo de
programas de alivio y no de superación de la
pobreza.
El reto fundamental es elevar la
capacidad de generación de ingreso de los pobres rurales,
lo que se ha intentado desde diversas estrategias, tanto en el
país como en el extranjero. El debate sobre cómo
enfrentarlo generó posiciones diferentes. De un lado,
algunos miembros del Task Force pusieron mucho énfasis en
la necesidad de desarrollar proyectos productivos, en
comparación con los programas de asistencia social y de
desarrollo de infraestructura económica y social.
Según esta perspectiva, el apoyo a proyectos productivos
debiera darse en el marco de programas de desarrollo rural
integral, que incluya asistencia técnica y aspectos de
competitividad en mercados regionales y nacionales, e incluso
internacionales, aunque ello sólo se logre en el mediano o
largo plazo. Al respecto, otros miembros señalaron que
existe una larga historia de fracasos en la promoción de
proyectos productivos, tanto desde el sector público como
de las ONG, por lo que el diseño tendría que ser
muy cuidadoso para lograr los objetivos propuestos. Según
esta perspectiva, es preferible enfatizar el apoyo del Estado en
el desarrollo de condiciones para que los pobres accedan en mejor
pie a mercados regionales, lo que incluye un mayor énfasis
en el desarrollo de infraestructura económica, la
coordinación e información entre agentes y la
asistencia técnica, en comparación con el apoyo
directo del Estado en proyectos productivos.
Se consideró pertinente analizar
en mayor detalle las causas de la baja capacidad de
generación de ingresos del poblador rural, que explica no
sólo la pobreza rural sino también la urbana, de
acuerdo al diagnóstico planteado por Richard Webb en el I
Foro sobre Pobreza, en 1998. En dicha ocasión, Webb
formuló el siguiente diagnóstico:
"Así, la causa central de la pobreza extrema sigue siendo
la bajísima productividad del minifundista, factor que
determina no
sólo un paupérrimo nivel de vida en el campo sino
también un muy bajo salario de oferta en la ciudad. Los
instrumentos que se han aplicado para elevar esa productividad
son muchos, y la historia de esos esfuerzo s, en el Perú
como en el resto del mundo, es larga. Las estrategias para el
desarrollo rural han priorizado por momentos el esfuerzo
colectivo local (‘desarrollo comunal’), la reforma
agraria y el ‘capital
humano’. Cada una de estas grandes estrategias ha tenido
eco en el Perú"
Dicha ponencia planteaba tres posibles estrategias para
enfrentar la pobreza rural: (i) desarrollar una
revolución verde
peruana, que aumente el nivel de productividad e ingresos
agrarios, (ii) promover las actividades no agrícolas y
(iii) promover la migración de parte de la
población rural a áreas urbanas.
6.- LA POBREZA EXTREMA, UN CONCEPTO A DESECHAR
Una afirmación fuerte: la
medición de pobreza extrema no sirve. Como
se sabe, se consideran pobres extremos a quienes aún
destinando todos sus ingresos a la compra de alimentos, no
alcanzan a comprar la canasta básica alimentaria. Un
ejemplo pone de relieve lo absurdo de esta propuesta: una persona
que invierte todos sus ingresos en la compra de alimentos,
tendría que comerlos crudos. Generalmente, se sabe que
incluso los más pobres de los pobres, a nivel
internacional, dedican un 30 por ciento de sus ingresos para el
consumo de otras cosas que no son alimentos. De hecho, todos
sabemos que para no ser pobre es necesario también tener
recursos para poder vestirse, lavarse, cocinar, tener un techo y
una cama, educarse y cuidar su salud.
Siendo el concepto de pobreza extrema
una absurdo imposible, se le suele dar validez en el sentido de
considerar a aquellos que están lejos de superar su
condición de pobreza. El problema es que la distancia
entre la línea de pobreza extrema y la línea de
pobreza, como vimos, es variable, debido a que las necesidades y
patrones de consumo entre las regiones son distintas. En ese
sentido, es una medida que no mide a todos por igual.
7.- LA LUCHA CONTRA LA
POBREZA:
En 1995, el Perú tiene
sólidos logros que exhibir. Los principales problemas que
asumió el gobierno en 1990
–hiperinflación y terrorismo–
han sido superados y ello ha sido bien recibido por los
inversionistas, que han convertido al Perú en una plaza
preferida para el desarrollo de nuevos proyectos. Sin embargo,
pese a los innegables avances realizados, el Perú enfrenta
un nuevo desafío, que es la lucha contra la pobreza. El
gobierno reconoce que los logros alcanzados no se
consolidarán si es que el país no hace un esfuerzo
real para que los beneficios de la modernidad
alcancen a los estratos más deprimidos del país,
que constituyen un importante porcentaje de la población
nacional.
En el último quinquenio, el Perú ha realizado
importantes esfuerzos para enfrentar el problema de la pobreza en
el país. En ese sentido, la estabilización de la
economía y la pacificación alcanzada han sido
fundamentales para dotar al país de un mejor entorno para
la ejecución de programas de desarrollo en las zonas
más deprimidas. Paralelamente, el gobierno destinó
importantes recursos -dentro de lo disponible- para el desarrollo
de programas de alivio a la pobreza, coordinando con la sociedad civil,
elevando el nivel del gasto social en más de 40% y
mejorando la calidad del mismo.
Así, entre 1991 y 1994, el porcentaje de la
población peruana en situación de pobreza
disminuyó en 13% (con resultados más auspiciosos en
la lucha contra la pobreza extrema, que se redujo en 17%). Pese a
los logros alcanzados, el problema de la pobreza sigue vigente en
el Perú de hoy, donde más del 40% de la
población vive en estado de pobreza y cerca del 18% se
encuentra en una situación de pobreza extrema.
Conciente del desafío que representa el problema de la
pobreza para un país que avanza hacia el desarrollo, el
gobierno se ha fijado como meta reducir en un 50% la pobreza
extrema en el Perú para el año 2000. Para ello, se
ha propuesto destinar el 40% del presupuesto
nacional al gasto social, focalizándolo en programas de
alivio y reducción de la pobreza, con especial
énfasis en la provisión de los principales
servicios sociales -como educación y salud-, lo que
permitirá que el crecimiento no sólo se acelere,
sino que aumenten las oportunidades de empleo.
Este nuevo reto del Perú ha sido bien recibido por la
comunidad
internacional, que sigue con interés los esfuerzos que
nuestro país realiza para consolidar su proceso de
desarrollo. Así, el gobierno peruano ha logrado un
significativo apoyo del Grupo Consultivo o Mesa de Donantes
reunido recientemente en París, donde representantes de 11
países desarrollados y 13 organismos internacionales
expresaron su apoyo a las reformas económicas llevadas a
cabo por el Perú y acordaron otorgar al país
recursos por US$ 940 millones, que serán destinados en
forma prioritaria, durante 1996, a financiar programas destinados
a reducir la pobreza, con énfasis en el desarrollo de
programas de salud, educación, justicia, y la
consolidación de la pacificación.
La conclusión que he podido extraer del tema es
que la pobreza es un fenómeno, que puede ser causado por
miles de factores (naturales, políticos, sociales,
etc.).
Por lo tanto, ninguna de las personas deben deben vivir solo el
hoy sino siempre pensando en su futuro, por que uno no sabe
cuando le puede tocar este fenómeno que hace mucho
daño.
Existe un refrán que hubiera salvado muchos hogares: "Hay
que guardar pan para mayo".
http://www.monografias.com/trabajos6/brady/brady#pobreza
http://www.altillo.com/monografias/index.asp
http://www.lamolina.edu.pe/ciencias/ecologia/revista16.htm
/trabajos7/poper/poper
http://www.up.edu.pe/editorial/DTPORE27.htm
http://www.asip.org.ar/en/seminarios/int004/expo_juan_carlos_lam_alvarez.htm
http://www.claustrometal.miarroba.com/
Wilder Bravo