- El marco internacional entre 1958
y 1961 - El marco político
interno entre 1958 y 1961 - Situación
macroeconómica de la Argentina a principios del
año 1958 - El plan de estabilización
de 1958 y los acuerdos con el FMI de 1958 y
1959 - Análisis de la
evolución del plan en el primer
año - Situación
macroeconómica de la Argentina a principios de
1962 - A modo de
conclusión
El presente trabajo tiene
como objetivo
analizar, brevemente, la relación entre el FMI y la
Argentina durante el gobierno de
Arturo Frondizi (1958-1962). Especialmente, se tratará el
Plan de Estabilización de 1958 y los acuerdos con el FMI
de 1958 y
1959.
El esquema de desarrollo
será el siguiente:
- El marco internacional entre 1958 y 1961
- El marco político interno entre 1958 y 1961
- Situación macroeconómica de la Argentina a
principios
del año 1958. - El plan de Estabilización de 1958 y los acuerdos con
el FMI de 1958 y 1959. - Análisis de la evolución del plan en el primer
año de aplicación. - Situación macroeconómica de la Argentina a
principios de 1962. - A modo de conclusión
EL MARCO INTERNACIONAL ENTRE
1958 Y 1961
En el periodo que estamos estudiando, luego de la Segunda
Guerra
Mundial, el mundo occidental continuó con su acelerado
desarrollo. El comercio
internacional y el PBI de la mayoría de los
países se incrementaron rápidamente.
También, en esta época, los países europeos
comienzan el avance en los procesos de
cooperación económica. Con los antecedentes del
Benelux y de la Comunidad Europea
del Carbón y el Acero (CECA), el
25 de marzo de 1957 se firma el Tratado de Roma, que crea, a
partir del primer día de 1958, la Comunidad
Económica Europea (CEE). Inicialmente, participan de esta
iniciativa Alemania,
Francia,
Italia,
Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Con este tratado se daba
comienzo a las tres fases previstas: la creación de una
unión aduanera, la conformación de una comunidad
económica, para llegar, finalmente, a la integración política.
Estos seis países acuerdan una rebaja de aranceles para
el intercambio entre ellos, y fijan un arancel externo
común para las importaciones
desde otras naciones. De esta manera, el proceso
comienza a apartarse de los planes estadounidenses, lo cual
deriva, al poco tiempo en una
creciente competencia entre
dicho país y la CEE, que continúa hasta nuestros
días.
Mientras tanto, el Reino Unido comienza a ver caer su
participación en el comercio
internacional, al tiempo que la libra esterlina perdía
terreno como moneda de reserva frente al dólar y la
cohesión del Commonwealth se debilitaba. Por el contrario,
la CEE era el escenario de un gran crecimiento
económico. Esto lleva a Gran Bretaña a
solicitar su incorporación en julio de 1961, seguida de
Irlanda, Dinamarca y Noruega. Sin embargo, esta
incorporación iba a ser vetada por Francia, que
consideraba que la orientación política
británica no era esencialmente europea, sino que apuntaba
hacia el Atlántico.
Uno de los puntos fundamentales de la estrategia de la
CEE era la Política Agrícola Común, que
serviría para fijar precios
comunes, que no serían establecidos por el mercado mundial,
sino más altos y establecidos por la Comunidad, de tal
forma de garantizar a los agricultores europeos una renta
suficiente. Este sistema
requería, además, el establecimiento de un control sobre las
importaciones de productos
agrarios provenientes de otras regiones. Esta política
comenzó a generar dudas en los círculos de poder
norteamericano, quienes comenzaron a ver en la CEE a un enemigo
contra su poder.
Estados Unidos, por su parte, buscaron reintegrar al Japón a
la economía
mundial como forma de contener el avance de los países
comunistas del extremo oriente. Sin embargo, los mecanismos
flexibles establecidos en el comercio entre EE.UU. y
Japón, se vieron deteriorados por la
intensificación de la política proteccionista
japonesa y al control de cambios e inversiones
extranjeras. De esta manera, Japón demostraba que no
seguiría las pautas del capitalismo
occidental.
Dentro del bloque socialista, los diversos países
habían continuado con el modelo
soviético, promoviendo una industrialización
autónoma donde el comercio exterior
era visualizado como secundario. Sin embargo, en 1949, como
respuesta al Plan Marshall, la Unión Soviética,
Bulgaria, Hungría, Polonia, Rumania y Checoslovaquia
crearon el Consejo para la Ayuda Económica Mutua
(COMECOM), al que se sumaron Albania y Alemania Oriental. Tras
la muerte de
Stalin, en 1953, el comercio exterior comenzó a ser visto
como prioritario para la cooperación entre los
países socialistas.
Este periodo está marcado, además, por el fin
del colonialismo, que dio paso a gobiernos nacionales que
intentaron un mayor desarrollo
económico. De esta manera, la industrialización
fue alcanzando a varias naciones nuevas, aunque también
provocaron guerras y
conflictos, la
mayor parte de las veces promovidos por las mismas ex
metrópolis coloniales.
Muchos países subdesarrollados, entre ellos la
Argentina, se vieron afectados por la Política
Agrícola Común de la CEE, la cual reducía la
capacidad exportadora en esos mercados. Ya en
1955, como consecuencia de estas políticas
de los países centrales, se había realizado en
Bandung la primera Conferencia del
recientemente fundado Movimiento de
Países No Alineados.
Ante estas nuevas presiones de los países periféricos, la ONU
organizó, en 1962, la Conferencia para el Comercio y el
Desarrollo (UNCTAD), institucionalizándola como
órgano de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El primer encuentro de la UNCTAD se realizó entre marzo y
junio de 1964 en Ginebra, y los debates tomaron como base un
documento del economista argentino Raúl Prebisch referido
a una nueva política comercial internacional al servicio del
desarrollo económico. Las ideas de Prebisch sirvieron como
fundamento para el intento de proyectos de
integración económica entre los países de
América
Latina, que cristalizaron en 1961 con la creación de
la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC),
cuyo objetivo apuntaba a compensar el reducido tamaño de
los mercados nacionales que trababa las estrategias de
sustitución de importaciones de sus miembros.
Sin embargo, los resultados obtenidos fueron pobres: el
comercio intrarregional no se incrementó en
términos globales y se concentró en los sectores
tradicionales, con lo cual su influencia en los procesos de
desarrollo económico nacionales fue de poca relevancia. La
sucesora de la ALALC, la ALADI. no
implicó un cambio de
fondo de la estrategia de integración ni de su impacto
macroeconómico.
Uno de los puntos más importantes del periodo bajo
estudio, es la flexibilización del orden bipolar: tanto
los Estados Unidos
como la URSS no planteaban sus problemas como
en los comienzos de la guerra
fría. A esta nueva situación se la llamó
"coexistencia pacífica", visualizada como una nueva
percepción de la capacidad destructiva de
los arsenales atómicos de ambas naciones. Estos cambios
comenzaron con la presidencia de Eisenhower en los Estados Unidos
y de Nikita Kruschev en la URSS, lo cual generó una mayor
flexibilidad en el juego
político mundial.
Por esta época comenzaron, también, las primeras
rupturas dentro del bloque comunista, a saber: el conflicto
chino-soviético y los diferentes alzamientos en Europa Oriental
(1956 en Hungría y 1968 en Checoslovaquia). Además,
la llamada "crisis de
Berlín" culminó en la construcción del Muro, que dividiría
a Berlín, a Europa y al mundo hasta 1989.
En el caso de América
Latina, el cambio más importante fue la Revolución
Cubana de enero de 1959, que fue tomando una posición
cada vez más cercana al marxismo y
contraria a la política hemisférica de los Estados
Unidos, los cuales comenzaron a hostigar al gobierno de Fidel
Castro hasta aislarlo de sus vecinos latinoamericanos, provocando
el inhumano bloqueo económico (que ya dura más de
cuarenta años) y la expulsión de Cuba de la
OEA.
EL MARCO POLITICO
INTERNO ENTRE 1958 Y 1961
En 1957, el gobierno de la denominada Revolución
Libertadora, presidido por Aramburu, convoca a una asamblea
constituyente como primer paso hacia las elecciones nacionales
convocadas para 1958, de la cual surgiría un nuevo
presidente democrático. En dicha elección, la
representación mayoritaria correspondió al
oficialismo, aunque los votos en blanco, mayoritariamente
peronistas, superaron a los candidatos ganadores de la UCR del
Pueblo. La Asamblea Constituyente sesionó a fines de
agosto de 1957 y el resultado más significativo de las
deliberaciones fue la declaración de la vigencia de la
Constitución de 1853, excluyendo las
reformas de 1949, y la incorporación del art. 14 bis,
garantizando varios derechos sociales
básicos, entre ellos el de huelga. La
segunda minoría, expresión del radicalismo
frondizista, impugnó la asamblea y se retiró del
recinto, convirtiéndose en portavoz del voto en blanco. El
objetivo de "desperonizar" al país estaba a punto de
fracasar.
De esta manera, la elección presidencial, quedó
reducida a los candidatos de los dos sectores del radicalismo. La
fórmula de la UCR Intransigente, encabezada por Frondizi,
derrotó al candidato de la UCR del Pueblo, Ricardo
Balbín Frondizi triunfó con el 45 % de los votos,
aunque la victoria se debió al aporte de los votos
peronistas fruto del acuerdo de Perón con
Frondizi.
Sin embargo, la postura "legalista" de Aramburu se impuso a la
fracción, esencialmente de la Marina, que pedía no
entregar el gobierno. Por otro lado, el gobierno fue entregado
aunque las FF.AA. conservaron su poder dispuestas a preservar los
principios de la Revolución Libertadora y a asegurar la
proscripción del peronismo. De
esta manera, se convirtieron en un partido militar, en un
actor más del sistema cuya función
era controlar las actividades de los gobiernos civiles.
Frondizi dio comienzo a su gobierno consciente de la precario
de la situación. Luego de asumir, el 1 ° de mayo de
1958, utilizó los primeros meses para tomar las medidas
más importante. La primera de ellas, como parte del
acuerdo con Perón, sancionó una ley de
amnistía y la Ley de Asociaciones Profesionales, que
restableció el sindicato
único por rama y por industria. En
el ámbito económico, Arturo Frondizi puso en marcha
lo que se denominó la "batalla por el petróleo", que tenía como fin el
autoabastecimiento del país en dicha área. Por otro
lado, a fines de 1958, se promulgó una ley de promoción de las inversiones
extranjeras.
En el área de educación, la medida
más audaz fue anular el monopolio
estatal sobre la educación
superior, contraviniendo, de esta manera, el espíritu
de la Ley 1420 de educación gratuita y laica. La ley
provocó el beneplácito de la Iglesia que, a
partir de allí, avanzaría sobre ese ámbito.
Son conocidas las marchas multitudinarias detrás de las
banderas Laica o Libre.
En el ámbito laboral, las
negociaciones por el tema del petróleo
le provocaron la dura reacción de los trabajadores de ese
sector; la huelga fue violentamente reprimida, mientras el
gobierno implantaba el estado de
sitio, que mantuvo durante todo el mandato. En esta lucha, fueron
detenidos numerosos líderes gremiales. La política
de austeridad implementada, en acuerdo con el Fondo Monetario
Internacional, que trataremos más adelante, provocó
una dura recesión económica en 1959, que
analizaremos más adelante.
En este contexto, los partidos opositores, principalmente la
UCR del Pueblo, comenzaron a ver como posible el derrocamiento
del gobierno, o cuanto menos el condicionamiento del mismo.
En 1959 los militares lograron que Frondizi sacara de su
gabinete a todos los funcionarios ligados a Rogelio Frigerio, el
cual era visto como una amenaza comunista en la Argentina. De
esta manera, uno de los principales colaboradores de Frondizi, y
uno de los creadores del plan desarrollista, era expulsado del
gobierno.
En el terreno electoral, la derrota del oficialismo en Mendoza
y un mayor volumen de votos
del Partido Comunista, hicieron recrudecer los pedidos de
renuncia del presidente.
Para intentar calmar la situación, Frondizi
reorganizó el gabinete, nombrando a Alvaro Alsogaray como
Ministro de Economía y Trabajo.
Pese a todo, las relaciones de Frondizi con las FF.AA., siguieron
siendo críticas. Estas últimas, asumieron el
tutelaje sobre el gobierno que se expresó a través
de más de treinta planteos orientados a asegurar el
control de las fuerzas en manos de oficiales leales a los
principios de la Revolución Libertadora, y a promover el
nombramiento de figuras del conservadorismo en el gobierno. El
gobierno cedió a estas presiones de manera
sistemática, con lo cual quedaba legitimado cada nuevo
avance del poder militar sobre el poder civil.
En el contexto internacional el enfrentamiento entre los
EE.UU. y la Cuba revolucionaria, en 1959, situó a
América Latina en el tablero mundial de la Guerra
Fría. El Pentágono comenzó a promover el
compromiso de los ejércitos del continente en la lucha
contra la "subversión comunista" en el hemisferio. Los
militares argentinos prontamente se plegaron a esa estrategia de
lucha contra el enemigo interno.
En marzo de 1962, las elecciones para gobernadores
provinciales le trajo más problemas a Frondizi. Este
esperaba que un nuevo acuerdo con Perón lograra la
autoexclusión de los peronistas, cosa que no
consiguió. Los militares golpistas consideraban que un
triunfo peronista facilitaría sus planes de derrocar a
Frondizi. De esta manera, la suerte del gobierno quedó en
manos del peronismo y de los militares.
Las elecciones dieron el triunfo al Frente Justicialista. Este
ganó en varias de las provincias, entre ellas la de
Buenos Aires,
con Andrés Framini.
La primera reacción de Frondizi fue anular las
elecciones e intervenir la provincia. Esa medida había
sido acordada con los militares tres días antes de los
comicios. Sin embargo, esto no impidió que las FF.AA.
derrocaran a Frondizi el 29 de marzo de 1962.
SITUACION MACROECONOMICA
DE LA ARGENTINA A PRINCIPIOS DEL AÑO
1958
A principios de 1958, los principales indicadores
macroeconómicos de la Argentina arrojaban los siguientes
datos:
- Existía un control de precios sobre un conjunto de
bienes de la
canasta familiar. - El tipo de
cambio, fijado oficialmente, estaba en $ 18 por
dólar. - Existía un complejo sistema de tipos de cambio
múltiples. - Las importaciones se efectuaban solo con cupos y
autorizaciones previas. - La inflación, en 1957, fue del 25,4 %.
- El balance comercial había arrojado déficit
en 1956 (184 millones de U$S) y en 1957 (336 millones de
U$S). - Se produce una baja de los precios de exportación de los productos argentinos
y, al mismo tiempo, un aumento en los precios de los bienes
importados, esencialmente el costo y el
flete de los combustibles. - Las exportaciones se mantuvieron estancadas en 975
millones de dólares. - Al 1ero. de mayo de 1958, las reservas eran de 104 millones
de dólares. Con estas reservas, apenas se cubría
el 50 % de las importaciones ya pactadas. - La deuda externa,
a fines de 1957, era de 1.425 millones de dólares, y el
país estaba al borde de la cesación de
pagos. - El 96,5 % de las exportaciones eran productos primarios
agropecuarios. más de la mitad de las importaciones eran
insumos básicos para la industria. Los combustibles
representaban el 24,4 % de esas compras al
exterior. - La actividad económica creció, entre 1950 y
1957, a un ritmo del 3,3 % anual. La industria aportaba un 31 %
del PBI, pero lo hacía a costa de utilizar una gran
cantidad de divisas para
importar insumos básicos.
Algunos cuadros ejemplifican el contexto macroeconómico
al inicio del gobierno desarrollista:
Para ver las siguientes tablas
seleccione la opción "Descargar" del menú
superior
ACTIVIDAD ECONOMICA (Tasa de
variación)
TASAS ANUALES DE
INFLACION
COMPOSICION DE LAS IMPORTACIONES (en
%)
DEFICIT FISCAL (en %
del PBI)
REMUNERACION MEDIA ANUAL DE LOS
ASALARIADOS
DISTRIBUCION DEL INGRESO (en
%)
Fuentes: elab. propia sobre datos de: Rapoport, M.
(2000); Vitelli, G. (1986); Gerchunoff, P. y Llach, L. (2003);
FIDE.
El plan de
Estabilizacion de 1958 y los acuerdos con el FMI de 1958 y
1959
A fines de diciembre de 1958, el presidente Frondizi
anuncia el llamado Plan de Estabilización y Desarrollo,
que va a ser apoyado desde el exterior. Este plan implicaba
convocar al país al sacrificio y a respaldar un plan
tendiente a reordenar la economía nacional y sentar las
bases del desarrollo futuro del país.
El plan de diciembre fue presentado como un elemento
fundamental para la solución definitiva de los problemas
que se venían acumulando desde algunas décadas
atrás. Según el diagnóstico presidencial, la
condición económica de la Argentina era
dramática. Se insistía en que el principal problema
era el exceso de gastos sobre la
producción nacional, lo que había
conducido tanto a déficits comerciales como a un bajo
nivel de inversión. Así, mientras que a fines
de la última guerra, las reservas de oro y divisas
acumuladas en el Banco Central
superaban en 1.300 millones de dólares a la deuda externa,
a fines de abril de 1958 era la deuda externa la que superaba en
1.100 millones de dólares a las reservas de oro y divisas
con que contaba la Nación.
Con el correr de los meses, las críticas al
programa
económico oficial no sólo no se acallaron sino que
se extendieron a quienes en un principio habían elogiado
el plan. Alvaro Alsogaray, por entonces presidente del Partido
Cívico
Independiente, planteaba dudas respecto a la capacidad del
gobierno para cumplir con sus promesas, y el propio FMI
compartía esa visión. La evolución
macroeconómica durante la primera mitad de 1959 fue
decepcionante. Los propios industriales, aun cuando estaban de
acuerdo con los lineamientos generales de la política
económica, habían señalado desde un comienzo
lo recesivo del nuevo régimen de importaciones.
La Argentina se había incorporado al FMI y al
Banco Mundial en 1956, durante el gobierno de la llamada
"Revolución Libertadora. Frondizi, al poco tiempo de
asumir, pide al Fondo que envíe una misión
para elaborar un diagnóstico de la situación
económica y preparar, junto a funcionarios argentinos, un
programa de emergencia que el FMI contribuiría a
financiar.
Estas medidas estaban en abierta contradicción
con las ideas desarrollistas, con los postulados de la
Unión Cívica Radical Intransigente y con las
promesas de la campaña electoral. Esto provoca, de
inmediato, una resistencia,
tanto de la UCRI como de la opinión
pública.
Fue la promulgación por parte del Congreso de una
ley que autorizaba la venta de una de
esas empresas, el
Frigorífico Nacional en el barrio de Mataderos, lo que
provocó una protesta espontánea que pronto se
convirtió en un gran enfrentamiento entre el gobierno y el
movimiento obrero. Los obreros del frigorífico se
refugiaron en barricadas dentro de la fábrica. El bloque
peronista de las "62" declaró estado de
huelga por tiempo indeterminado. Durante dos días, la
economía argentina fue paralizándose a medida que
las industrias
cerraban, el transporte
público no funcionaba y los diarios dejaban de
aparecer.
Con el presidente Frondizi en EEUU, el presidente en
ejercicio, José María Guido, reaccionó ante
la huelga apelando a medidas firmes. Se dieron órdenes que
ponían el sistema de transporte de la Capital en
movilización militar. La Capital Federal adquirió
la apariencia de una ciudad ocupada. La firmeza de la
reacción del gobierno a la huelga general encauzó
la economía en pocos días a la normalidad. Pero la
política original de Frondizi-Frigerio
tambaleaba.
Las evaluaciones que realizó el FMI y las
perspectivas de que Argentina aplicara un programa de
estabilización tuvieron un resultado muy pesimista. Debido
a su debilidad política, el gobierno sólo tomaba
medidas aisladas, por ejemplo en materia de
contención del crédito. Las autoridades tampoco mostraban
voluntad política y cohesión ideológica para
adoptar las decisiones que la difícil situación
demandaba. Por último, en la sociedad no
existía un consenso favorable a esas reformas.
Pese a todo, a mediados de diciembre de 1958, los
lineamientos del plan y la Carta de
Intención estuvieron listas y a consideración del
Fondo.
De esta manera, Argentina modificó su
política económica para obtener la convertibilidad
a dólares de sus saldos comerciales favorables con el
"Club de París". Estas decisiones obedecieron a tres
causas: aún reconociendo los cambios en política
económica realizados por Frondizi, Estados Unidos y
los organismos de crédito continuaban reclamando una mayor
apertura económica y la total liberalización de los
vínculos comerciales y financieros internacionales. El
fracaso inicial de su gobierno, el deterioro económico, la
protesta social, y la ruptura del pacto con Perón,
llevaron a influyentes sectores políticos y
económicos de orientación liberal a exigir una
política económica ortodoxa, siguiendo las
recomendaciones que en ese momento estaba haciendo Roberto
Alemann, miembro de varias misiones argentinas durante las
tratativas con el "Club de París" de los años
1956-57.
Como consecuencia de los acuerdos con el Fondo y con el
"Club de Paris", los organismos financieros internacionales, un
consorcio de bancos privados
norteamericanos y el gobierno de Estados Unidos otorgaron una
"ayuda" a la Argentina por una suma de 329 millones de
dólares para apuntalar el Plan de Estabilización.
De esta manera, se inicia una nueva etapa en la política
económica del gobierno de Frondizi en la
Argentina.
En ese paquete de ayuda, se decía que los 75
millones aportados por el Fondo, servirían para conformar
un fondo de estabilización en dólares que
permitiese la unificación y liberalización total
del mercado cambiario argentino.
El nuevo programa pretendía sanear la
economía y sentar las bases del desarrollo mediante
medidas en materia cambiaria, arancelaria, comercial, tributaria,
de déficit fiscal y de financiamiento
del gasto público. En líneas generales, todas ellas
tendían a una economía de mercado, en una Argentina
golpeada por una crisis económica, y por un alto grado de
conflicto social, derivado de la proscripción del
peronismo.
De esta manera, se intentaba dejar atrás
políticas económicas de fuerte intervención
estatal, cuyos orígenes se remontaban a los años
30.
Para llevar adelante el Plan, Frondizi necesitaba
ganarse la confianza de los inversores internos y externos. Para
esto, la señal más fuerte fue la designación
de Alvaro Alsogaray como nuevo Ministro de Economía, en
reemplazo de Donato del Carril. La primera medida de Alsogaray
fue firmar otro acuerdo con el FMI para iniciar un programa de
austeridad.
Para liberar los fondos producto de
ese otro acuerdo, el Fondo hizo las siguientes recomendaciones a
seguir durante 1959: reducir el déficit fiscal, reducir el
gasto corriente y los aportes del Tesoro a las empresas
públicas, restringir los aumentos de salarios de los
empleados estatales, etc. Es decir, más de lo mismo de
siempre.
En política
monetaria, se limitaron los redescuentos de los bancos
privados y se aumentaron los encajes mínimos; de esta
manera, se restringía el crédito.
Hacia fines de 1959, el gobierno argentino, que ya
había usado parte del crédito stand-by que
había obtenido el año anterior, solicitó un
nuevo crédito del Fondo. La misión que vino al
país en septiembre de ese año, consideró que
había existido un gran "progreso" del Plan de
Estabilización, por lo cual recomendó un nuevo
crédito stand-by de 100 millones de
dólares.
La situación del gobierno, sin embargo, era poco
menos que desesperante, pero las turbulencias
macroeconómicas fueron cediendo paulatinamente. El
dólar, que había tenido un pico de casi 100 pesos
moneda nacional en mayo, retrocedió hasta 83 en agosto.
Para evitar una mayor apreciación de la divisa, el Banco
Central estableció una paridad fija en ese nuevo nivel. La
inflación descendió al compás del tipo de
cambio: los precios de las importaciones y los productos
agrícolas se estabilizaron apenas el dólar
alcanzó ese nuevo equilibrio, y
los productos industriales crecieron a apenas 1% mensual en el
último cuarto de 1959.
La entrada de capitales extranjeros, tanto en la forma
de inversión directa como de préstamos
públicos y privados, permitió alejar por un tiempo
el fantasma de una crisis de balanza de pagos.
En 1960, por ejemplo, el hecho de que el déficit comercial
y los intereses de la deuda generaran salidas por 170 millones de
dólares no impidió que el Banco Central acumulara
317 millones de reservas, gracias a entradas de capital
superiores a los 500 millones.
La economía de mercado, propugnada por Alsogaray,
se basaba en la aplicación rigurosa de los mecanismos de
mercado como principio ordenador de la sociedad libre. El Estado
sólo debía asegurar la competencia, resolver los
casos críticos, y compensar determinados objetivos
sociales. Alsogaray insistió en la necesidad de llevar el
proceso de liberación hasta las últimas
consecuencias, preservando la estabilidad, como única
garantía de incrementar la capacidad productiva de la
economía. La política económica llevada
adelante por el inefable capitán-ingeniero
consistió en el clásico programa de "ajustes
estructurales": devaluar, "racionalizar" el sector
público, participación irrestricta del capital
extranjero, limitar el crédito a las PYMES, no
aumentar salarios, etc.
Ya en el año 1962 una gran cantidad de deudas en
el corto y mediano plazo y una fuga de capital ocasionaron una
reducción de las reservas que tuvo un importante impacto
sobre el crédito del país. Para compensar el
deterioro de las reservas, el gobierno tuvo que recurrir al
crédito del Banco Central en exceso del límite
convenido con el FMI para poder financiar sus gastos corrientes.
Por esto, el Fondo declaró a la Argentina en
violación del acuerdo de stand-by firmado en diciembre de
1961.
ANALISIS DE LA
EVOLUCION DEL PLAN en EL primer año
El plan comenzó a implementarse a fines de 1958
cuando se liberaron los precios hasta entonces controlados, salvo
las tasas de
interés y los alquileres. Además, se unifica el
mercado cambiario, se elevan las tarifas de los servicios
públicos y se reforma el sistema de
aranceles.
En mayo de 1958, se había otorgado un aumento
salarial masivo del 60 % sobre los niveles de salarios de
1956.
Por otro lado, la balanza de pagos presentaba serias
dificultades. Por último, hacia fines de 1958 se
observaban ya síntomas recesivos.
La unificación del sistema cambiario
significó, en los hechos, una fuerte devaluación, ya que el valor de la
divisa pasó de $ 18 por dólar en 1958, a 68,7 en
enero de 1959. A partir de abril de ese año, se estabiliza
en $ 83 y no tuvo mayores modificaciones hasta marzo de
1962.
En cuanto a los salarios, luego del aumento citado, se
buscó retrasar el salario real. Se
suspendieron todas las cláusulas de ajuste por costo de
vida y no se otorgarían más aumentos masivos.
Durante el año 1959, los salarios industriales crecieron
solo el 30 %. Esto permitió un clima de
"estabilidad" durante ese año.
En realidad, los salarios medios cayeron
un 23.4 % en 1959; y la participación en el ingreso
bajó del 44.4 % al 37.7 % en 1959.
Los resultados pueden ser brevemente descriptos como
sigue:
- La inflación, luego de aumentar fuertemente en
el primer semestre de 1959, se desaceleró en forma
rápida. - El salario real cayo, como dijimos, un 23.4
%. - La actividad económica se redujo en un 6.4
%. - Se pudo reducir el déficit fiscal y el gasto
publico. - Se produjo una fuerte contracción
monetaria.
SituaciOn macroeconomica de la Argentina a
principios de
1962
La situación macroeconómica a principios de 1962
puede resumirse como sigue:
- No existían controles de precios
- Existía un solo tipo de cambio
- La inflación del año 1961 fue del 8.3 % anual
mayorista. - El balance comercial de 1961 arrojó saldo negativo,
debido al aumento de las importaciones durante el proceso de
capitalización. - La composición de las importaciones había
variado considerablemente. En 1957, las compras de combustibles
representaban el 24.3 % del total; y las de maquinarias y
equipos rondaba el 25 %. En 1961, en cambio, eran del 6.7 % y
del 53.8 % respectivamente. - La actividad económica, medida a través del
PBI, creció entre 1958 y 1962, a una tasa acumulativa
del 3.5 %. - La inversión total creció a una tasa del 12 %
anual. - Entre 1958 y 1961 la producción de petróleo
creció el 195 %; la de automotores, el 342 %. - Los salarios, hacia 1961, se encontraban en
recuperación luego de la abrupta caída de
1959. - Las inversiones extranjeras tuvieron como destinos
principales la industria química, la
petroquímica, los productos
metálicos, los automotores y el
petróleo. - El déficit fiscal y el gasto se vieron desminuidos:
los gastos pasaron del 13.9 % al 10.5 % del PBI; mientras que
el déficit fiscal se redujo del 7.7 % al 1.7 % del
PBI.
Algunos cuadros ejemplifican la evolución de algunas
variables
macroeconómicas luego de aplicado el plan.
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superior
ACTIVIDAD ECONOMICA (Tasa de
variación)
TASAS ANUALES DE
INFLACION
COMPOSICION DE LAS IMPORTACIONES (en
%)
DEFICIT FISCAL (en % del
PBI)
REMUNERACION MEDIA ANUAL DE LOS
ASALARIADOS
DISTRIBUCION DEL INGRESO (en
%)
Fuente: elab. propia sobre datos de: Rapoport, M.
(2000); Vitelli, G. (1986); Gerchunoff, P. y Llach, L. (2003);
FIDE.
Este programa de estabilización de diciembre de
1958, fue el precio exigido
a la Argentina por el FMI y el Tesoro de los EEUU para brindar la
ayuda económica necesaria para resolver la crisis de la
balanza de pagos. El mismo preveía diversas medidas que
produjeron una fuerte reacción de la clase
trabajadora y los sectores de bajos ingresos. No eran
sólo los consiguientes aumentos de los precios al consumidor los
que creaban el descontento, sino también la anunciada
intención del gobierno de librarse de empresas
deficitarias que habían sido adquiridas en la época
de Perón.
El condicionamiento impuesto por el
organismo surge de una carta del
ministro de Economía, del Carril, inicialmente ocultada
por el gobierno: "El Plan se halla impregnado de una fuerte
filosofía liberal, con precisos objetivos recesivos:
reducción de empleados estatales en un 15%,
paralización de obras públicas, privatización o reducción de
empresas estatales (ferrocarriles, frigorífico municipal),
libertad de
precios salvo una canasta de 10 artículos, aumento de
tarifas de empresas de servicios,
restricción crediticia, mantenimiento
de salarios en el mismo nivel durante dos
años".
El gobierno hizo casi todo lo que estaba al alcance de
sus manos para fomentar, primero, e intensificar, después,
el aluvión de capitales. Hubo una serie de reducciones
impositivas que alcanzaron tanto a empresas nacionales como a
extranjeras. Dentro del esquema de recargos a la importación establecido con el plan de
estabilización, fue acentuándose la preferencia por
las máquinas y
equipos: hacia fines de 1960 se eliminaron algunos recargos a la
importación de varias líneas de maquinarias, lo
mismo que el requerimiento de depósitos
previos.
En 1960, la recuperación de la actividad
económica comenzó a transmitirse hacia los salarios
industriales, que aumentaron alrededor de 12% de principios a
fines de año. Si bien eso no alcanzaba para revertir la
caída brusca de 1959, servía para calmar el
ánimo gremial del año anterior, y seguramente
ayudó a que el ausentismo debido a huelgas cayera de 5,7 a
2,1%.
Las nuevas condiciones para invertir que había
impuesto el gobierno desarrollista generaron un cambio en la
estructura de
la producción industrial argentina. La reducción en
el costo del equipamiento, provocada tanto por las rebajas
arancelarias a los bienes de inversión como por las
mayores facilidades de financiamiento externo, estaba
favoreciendo a las actividades más intensivas en el uso de
capital. No es extraño que fueran esas actividades las que
lideraran la recuperación del primer bienio de los
60.
Sin embargo, el respaldo minoritario a las ideas
económicas liberales y el profundo arraigo de las de
intervención estatal en la economía, también
condicionaron la viabilidad y los resultados de esas
políticas.
Además, el plan de estabilización
también fue rechazado por importantes sectores
extrapartidarios que hasta ese momento habían apoyado a la
UCRI, porque lo interpretaron como una traición a su
programa inicial.
Por último, estos problemas descriptos no
invalidan la importancia del plan de estabilización
económica de 1958 para la historia económica y
de la política económica en la Argentina. Por un
lado, marcó un punto de inflexión en la
política económica del gobierno de Frondizi.
Además, aunque con algunos altibajos, este programa
inició una relación perdurable, la mayor parte de
las veces, política y económicamente conflictiva,
de la Argentina con el FMI y el Banco Mundial
desde fines de los años 50 hasta la
actualidad.
Jorge S. Zappino
Licenciado en Ciencia
Política (Universidad de
Buenos Aires)
Magister en Historia Económica y de las
Políticas Económicas (Universidad de Buenos
Aires)