- Resumen
- Acerca de los conceptos
competencia y competencia laboral - Los puntos de vista de la
competencia laboral - Teoría
curricular - Las
características de un módulo - Conclusiones
- Bibliografía
En el artículo se aborda un análisis del concepto competencia
laboral, se
determinan sus tres puntos de vistas para una mejor
comprensión de este concepto y se plantean los fundamentos
del diseño curricular por competencias
laborales, donde la estructura
modular representa la mejor opción para la
organización del currículo.
Palabras claves
Competencia laboral
Competencia profesional
Diseño curricular
Diseño modular
Fundamentos del currículo
Hablar hoy en día de la formación de
profesionales de nivel medio, es un tema de grandes discusiones
en los foros educacionales. El mundo está en permanente
cambio. El
avance de la sociedad,
motivado por la acelerada evolución de la ciencia y
la tecnología, el uso de las
tecnologías de la informática y las comunicaciones, las investigaciones
biotecnológicas, el desarrollo de
la genética,
la electrónica y la ciencia de los
nuevos materiales,
exige de una escuela
politécnica nueva donde el individuo
adquiera las nociones básicas para poder
enfrentar los cambios en el mundo del trabajo y en
la vida.
Hay que transformar la escuela politécnica para lograr
el hombre nuevo
con una cultura
general integral y con las herramientas
para adaptarse y asimilar los cambios.
La misión de
la
Educación Técnica y Profesional de formar
trabajadores aptos para un mundo laboral en continuo cambio,
donde se requiere periódicamente reciclar, reconvertir o
actualizar las habilidades profesionales que demanda el
desarrollo
económico y social del país; hoy es más
viable que nunca en el escenario de la Batalla de Ideas y de los
diferentes programas de la
Revolución
que garantizan su prosperidad y plena igualdad de
posibilidades para todos los jóvenes.
La Educación Técnica y Profesional
juega un papel significativo en la sociedad cubana, ante la
demanda de un técnico competente que constituye una
exigencia de la industria; por
lo que los esfuerzos de la Revolución se centran
también en este subsistema para llevarlo a planos
superiores en la adquisición de la cultura general
integral y el cumplimiento de su misión en la
formación de la fuerza de
trabajo calificada.
Dentro de las especialidades de la Educación
Técnica y Profesional se encuentra la de farmacia
industrial. Los técnicos de esa especialidad son los
encargados de la producción de medicamentos y su control de
calidad. La influencia del período especial y las
medidas que hubo que tomar en 1991 de trasladar la especialidad
de farmacia industrial, del sector de salud hacia el educacional,
y potenciar el desarrollo del polo científico de la
capital,
influyeron para dar la misión de formar a los
técnicos en farmacia industrial al politécnico
"Mártires de Girón" del municipio Playa, en Ciudad
de La Habana, por su posición en la entrada al polo
científico del oeste y concentrar los recursos en un
solo centro, bajo el influjo de la crisis
económica de ese período.
La especialidad de farmacia industrial, provee a la industria
farmacéutica de los trabajadores para impulsar la
producción, que afectada por la crisis económica
mundial y el brutal bloqueo que los Estados Unidos
impone a Cuba, desde
hace más de 45 años, exige de un profesional cada
vez mejor formado, comprometido con el proyecto social
cubano, flexible, de fácil adaptación a los
cambios, es decir, un técnico farmacéutico
competente.
El problema científico está dado por la
necesidad de profundizar en las concepciones teóricas del
diseño curricular por competencias laborales por lo que el
objetivo es
determinar los fundamentos curriculares para un diseño por
competencias laborales.
La profundización en el tema condujo a valorar la
formación por competencias laborales como una alternativa
posible de implementar y que podría guiar a mejores
resultados en la formación de los técnicos medios.
Sobre el tema de competencias varios investigadores han
aportado resultados teóricos y prácticos: Leonard y
Utz, 1979; Mertens, 1996; Lessard y colaboradores, 1998; Daigle,
1998; Irigoín y Vargas, 2002; Hernández Y., 2004,
Vargas, 2004, así como otros en el ámbito
internacional. En Cuba se destacan Roca, 2001; Parra, 2002;
Forgas Brioso, 2003; Castellanos, 2003; González Maura,
2004; Cong, 2004; Malagón, 2004; Mayarí, 2004;
Corral, 2004; D`Angelo, 2005, entre otros.
Para elaborar los fundamentos teóricos del
diseño curricular por competencias laborales se han tenido
en cuenta los siguientes aportes que han funcionado como
antecedentes de este artículo:
Los trabajos de Leonard y Utz (1979) sobre la propuesta de un
currículo basado en el desarrollo de competencias de corte
conductista, pero que aporta la base inicial de la necesidad de
una educación diferenciada y flexible.
Daigle (1998) realiza una propuesta de diseño
curricular para la especialidad de tecnología de la
transformación de los alimentos, aunque
con tendencia constructivista, válido para el contexto
quebequense, se aprovecha la forma de enunciar y describir las
competencias laborales.
Lessard y colaboradores (1998) realizan un trabajo sobre la
formación por competencias del técnico superior
universitario en procesos de
producción de la Universidad de
Aguascalientes, México. De
ellos se asumió la forma de enunciar la competencia de
manera simplificada y permitió al investigador aclarar sus
concepciones de competencia y sirvió como apoyo al punto
de vista curricular.
Mertens (1996) y Cuesta (2001) realizan investigaciones que
aportan la concepción empresarial del concepto
competencia, además brindan una visión diferente
desde los enfoques estructural y dinámico lo que
permitió al autor arribar al aporte de los puntos de vista
del concepto competencia laboral.
Irigoín y Vargas (2002) realizan un trabajo sobre las
competencias laborales en el sector de la salud que le
permitió al autor de este artículo las concepciones
modulares y las relaciona con especialidades vinculadas a dicha
investigación.
Parra (2002) ofrece un modelo
didáctico para el desarrollo de la competencia didáctica para profesores en el contexto
cubano, que le permitió al autor adquirir una
noción más profunda del concepto competencia. Se
asumieron los criterios referidos a la vinculación
capacidad – desempeño – calidad,
además de apoyar el punto de vista psicológico de
la competencia. También apoyó al investigador en el
acercamiento a lo motivacional dentro del concepto que se
asumió.
Forgas Brioso (2003) realiza una investigación en el
diseño curricular por competencias profesionales para el
técnico en Mecánica en el contexto cubano, le
posibilitó al autor profundizar en el punto de vista de la
competencia en el aspecto curricular y en la concepción
humanista asumida por el autor para contribuir a la cultura
general e integral y que se desarrollen aspectos de la
comunicación.
Hernández, Y. (2004) realiza su trabajo en
especialidades de humanidades, aunque basado en el cognitivismo,
ofrece otro punto de vista psicológico del concepto
competencia, vinculada con la inteligencia y
la formación en humanidades.
González Maura (2004) realiza en su trabajo una
valoración de los conceptos competencia y profesional
competente para la enseñanza universitaria y le
permitió al investigador profundizar en el punto de vista
psicológico y personológico de la definición
de competencia, además de proporcionar las bases
psicológicas desde una perspectiva
histórico-cultural de la formación.
Cong (2004) realiza un trabajo sobre el perfil de competencias
en la facultad de economía de Ciego de
Avila, brinda al investigador el apoyo en la comprensión
de la matriz de
competencias.
Otros trabajos que apoyan los antecedentes de este
artículo son los suministrados por autores cubanos como:
Roca (2001) realiza aportes significativos al desarrollo
metodológico de este artículo en lo referido a la
fundamentación. Fernández González y otros
(2002) realizan un análisis de la competencia desde el
punto de vista psicológico. Castellanos (2003) realiza un
completo análisis sobre la competencia investigativa y la
estructura de la competencia. Malagón (2004) en su trabajo
sobre el diseño para electrónica en Pinar del
Río. Mayarí (2004) aborda en su modelo
didáctico las concepciones de algunos autores para la
formación por competencias para el agrónomo. Corral
(2004) hace una valoración del currículo por
competencias y valora cinco elementos que hay que tener presente
en la definición de competencias. D`Angelo (2005) realiza
un trabajo sobre la formación por competencias desde la
psicología
histórico – cultural.
El proyecto chileno de la Escuela de Diseño del
Instituto Profesional DuocUC (FONDEF) de la Pontificia
Universidad Católica de Chile FONDEF, 2003,
Educación del diseño basado en competencias: un
aporte a la competitividad, describe la formación por
competencias para el diseñador industrial de nivel
universitario y arrojó un resultado positivo. Todos los
análisis contribuyen a la concepción
holística de la competencia laboral y su punto de vista
curricular.
1.1 Acerca de los
conceptos competencia y competencia
laboral
En los inicios del tercer milenio, el mundo acumula un enorme
caudal de conocimientos y tecnologías, que conjuntamente
con los que están por descubrir, hacen imposible, que
el hombre
pueda apropiarse de ellos, por lo que se necesita una
educación que se base en los pilares básicos:
aprender a ser, aprender a hacer, aprender a aprender y aprender
a convivir. (Delors, 1996; Power, 1997)
Estos pilares están en correspondencia con las
raíces pedagógicas cubanas, pues el Héroe
Nacional de Cuba, José Martí
expresó: "Educar es depositar en cada hombre toda la
obra humana que le ha antecedido: es hacer a cada hombre resumen
del mundo viviente, hasta el día en que vive: es ponerlo a
nivel de su tiempo, para
que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su tiempo, con
lo que podrá salir a flote; es preparar al hombre para la
vida."(Martí,
1976: 67) Este precepto martiano ha estado vigente
en la educación cubana desde los primeros días de
enero de 1959.
Hoy es una necesidad la formación de un técnico
competente, preparado para la vida y para el trabajo. En
el contexto cubano, se asume como técnico competente,
aquella persona que
reúna los siguientes indicadores,
sobre la base de Jiménez (2003:6)
- Poseer cultura política
- Tener cultura económica
- Dominar las ciencias
básicas y la lengua
materna - Poseer dominio de las
habilidades y capacidades rectorasAl analizar estos indicadores, se considera que no refleja
completamente la realidad de Cuba y que deben incluirse los
siguientes indicadores: - Poseer cultura informática
- Solucionar los problemas
profesionales y de la vida que enfrente - Poseer una ética
ambiental y humana en su comportamiento - Identificarse con la ideología de la Revolución
Si se analiza estos indicadores no entra en
contradicción con el criterio de Abreu (2004: ) sobre un
obrero competente, sustituyendo la palabra obrero por la palabra
técnico:
Un técnico competente será aquel técnico
polivalente, flexible, multifuncional, culturalmente integral,
con una amplia formación científico-técnico
y humanista, responsable, creativo, protector de su entorno,
crítico y autocrítico, sensible ante los problemas
de los demás y comprometido con su patria y su
Revolución, lo que le permitirá desplazarse
horizontal y verticalmente dentro de una amplia gama de
ocupaciones e integrarse plenamente a la sociedad, portador de
cultura general político – ideológica,
económica – productiva y tecnológica.
Estas ideas sobre la formación tienen sus antecedentes
en las ricas tradiciones pedagógicas de la escuela cubana
representadas por personalidades tan importantes como:
Félix Varela y Morales (1787-1853), José de la
Luz y Caballero (1800-1862), Alvaro Reinoso y Váldes
(1829-1888), José Martí y Pérez (1853-1895),
Enrique José Varona (1849-1933), Fernando Aguado y Rico
(1859-1941), Dulce María Escalona Almeida (1901-1976) y
otros y por hechos tan significativos como la fundación de
las escuelas de amigos y amigas (s-XVII, XVIII), la
creación de la universidad popular "José
Martí" (1923), la nacionalización de la
enseñanza (1961), la campaña de
alfabetización (1961), la creación de las escuelas
en el campo (1970), la constitución del destacamento
pedagógico "Manuel Ascunce Domenech" (1972), entre otros
que han enriquecido la pedagogía cubana actual y han aportado
experiencias muy valiosas en la formación de las nuevas
generaciones, lo que permite también asimilar experiencias
de otros países, ajustándolos al contexto
cubano.
Hoy se preconizan principios de
profesionalización y
fundamentalización de los contenidos, papel activo del
alumno ante el aprendizaje,
interdisciplinariedad, el profesor como
facilitador del proceso de
educación técnica y profesional dentro de su
función
de dirección, principio de integración escuela-empresa, el
principio estudio-trabajo, pilar fundamental de la
educación cubana, como eslabones esenciales necesarios en
la formación. Estos importantes eslabones tienen su
materialización en la formación por competencias
laborales, concepción práctica que cada día
cobra más fuerza y se acentúa aún más
ante el avance vertiginoso de la revolución
científico-técnica y la informatización de
la sociedad.
Para entender la formación por competencias laborales
como proceso, primero es necesario esclarecer los términos
competencia y competencia laboral. En la literatura se habla de
competencias, competencias laborales y competencias
profesionales, en muchas ocasiones indistintamente. El criterio
del investigador en este sentido, es que el concepto competencia
laboral engloba al concepto de competencia profesional, porque lo
laboral implica todo lo relacionado con el mundo del trabajo, ya
sea profesión u oficio. En determinados momentos de este
trabajo pueden encontrarse ambos términos, para respetar
la fuente donde se ha extraído la definición, por
lo demás se utiliza el término competencia
laboral.
El concepto competencia aparece en los años 70,
especialmente a partir de los trabajos de McClelland en la
Universidad de Harvard. (Bolívar C, 2002:1)Como consecuencia de los trabajos de Bloom (Vossio,
2002:55) surgió, en la misma década, un
movimiento llamado "Enseñanza basada
en competencias" , que se fundaba en cinco principios:1. Todo aprendizaje es individual.
2. El individuo, al igual que cualquier sistema,
se orienta por las metas a lograr.3. El proceso de aprendizaje es más fácil
cuando el individuo sabe qué es exactamente lo que
se espera de él.4. El
conocimiento preciso de los resultados también
facilita el
aprendizaje.5. Es más probable que un alumno haga lo que se
espera de él y lo que él mismo desea, si
tiene la responsabilidad de las tareas de
aprendizaje.Estos 5 principios pueden estar presente en cualquier
sistema de formación y enriquecerían los
resultados del proceso de aprendizaje.Existen múltiples definiciones de competencia que
pueden ser agrupadas de diferentes maneras; unos la
consideran una capacidad, por ejemplo:"Competencia: Capacidad objetiva de un individuo para
resolver problemas, cumplir actos definidos y
circunscriptos. El hecho de disponer conocimientos y
aptitudes o de emplearlas con un propósito para
expresar una capacidad que manifiesta un dominio exitoso
sobre determinadas tareas o situaciones
problemáticas." (Fröhlich, en Cocca,
2003:2)"Las competencias aluden a las capacidades adquiridas
(conocimientos, actitudes, aptitudes, perspectivas,
habilidades) mediante procesos sistemáticos de
aprendizajes que posibilitan, en el marco del campo elegido
adecuados abordajes de sus problemáticas
específicas, y el manejo idóneo de procedimientos y métodos para operar eficazmente ante
los requerimientos que se planteen." (Lafourcade, en Cocca,
2003:2)Estas dos definiciones aportan al concepto competencia
el hecho de que el resultado es un desempeño
eficiente, no obstante al igualarlo a capacidad reduce su
definición a características de la
personalidad y no toma en cuenta el papel de lo
social.Otros autores consideran la competencia como conjunto de
componentes y no ven la relación que existe entre
ellos. Por ejemplo:"Una competencia es el conjunto de comportamientos
socioafectivos y habilidades cognoscitivas,
psicológicas, sensoriales y motoras que permiten
llevar a cabo adecuadamente un papel, una función,
una actividad o una tarea." (Provincia de Québec en
Vargas, 2004:15)Como elemento negativo de esta definición
está considerarla un conjunto de componentes, sin
analizar la integración de ellos y tiene como
elemento positivo incluir el éxito de la actuación del
individuo.Un concepto más completo de competencia
sería:"Una competencia, es un sistema de conocimientos,
conceptuales y de procedimientos, organizados en esquemas
operacionales y que permiten, dentro de un grupo de
situaciones, la identificación de tareas – problemas
y su resolución por una acción eficaz." (Tremblay, 1994:
16)El autor al considerar la competencia como un sistema de
componentes establece la complejidad de este concepto y a
su vez resalta el resultado y el carácter holístico de la
misma. Presenta como dificultad que no reconoce la
importancia de las cualidades de la personalidad, lo motivacional, ni lo
metacognitivo, solo se queda en la esfera cognitiva
instrumental.Un referente teórico importante desarrollado por
el Centro de Estudios Educacionales del Instituto Superior
Pedagógico "Enrique José Varona" establece
que competencia es "una configuración
psicológica que integra diversos componentes
cognitivos, metacognitivos, motivacionales y cualidades de
la personalidad en estrecha unidad funcional,
autorregulando el desempeño real y eficiente en una
esfera específica de la actividad, atendiendo al
modelo de desempeño deseable socialmente construido
en un contexto histórico concreto." (Fernández González
y otros, 2003:25)Esta definición tiene como aspecto importante
definir la estructura de la competencia a partir de sus 4
componentes (cognitivo, metacognitivo, motivacional y
cualidades de la personalidad) y reconoce el aspecto
externo: el desempeño eficiente a partir de un
modelo social, así como su carácter
histórico concreto.A partir del análisis de las definiciones
anteriores y otras, que tienen puntos de contacto con estas
es que el autor de este artículo considera asumir
que competencia es un sistema de componentes (cognitivos,
metacognitivos, motivacionales y cualidades de la
personalidad) que posee un individuo para desenvolverse
eficientemente en su vida como persona en todas las
facetas.Respecto al componente cognitivo se puede decir que la
"actividad psíquica cognoscitiva permite al hombre
conocer el mundo que le rodea, en toda su integridad y
penetrando en su verdadera esencia. Gracias a esto, el
hombre puede orientarse e influir de modo directo en la
transformación de la realidad y, con esto,
transformarse a sí mismo". (Pérez
Martín y otros, 2002: 28)Además, "las dimensiones fundamentales que
constituyen el componente cognitivo de la competencia para
la investigación educativa son los procesos y
propiedades intelectuales, la base de conocimientos y el
sistema de acciones
generales y específicas". (Llivina y otros, 2005:
10)Las planteamientos anteriores permiten asumir que el
componente cognitivo de la competencia está
determinado principalmente por el sistema de conocimientos
y habilidades a desarrollar en los estudiantes, sin
desconocer los procesos que transcurren en el cerebro
del hombre: sensaciones, percepciones, pensamiento y otros, así como
hábitos y procedimientos.El componente metacognitivo puede verse siguiendo a
Pérez Martín y otros como "la
categoría metacognición se ha analizado desde
dos enfoques fundamentales: como capacidad del sujeto para
valorar objetiva y críticamente su propio proceso de
conocimiento (y el de otros), sus estrategias y posibilidades intelectuales
(es, en este sentido, mucho más restringido que la
noción de autovaloración o de
autoconocimiento), y como desarrollo de un conjunto de
acciones y habilidades que permiten controlar el
funcionamiento y desempeño cognitivo en la
realización de las tareas (ya sea a un nivel
consciente o automatizado), para planificar y proyectar la
actividad." (Pérez Martín y otros, 2002:
67)Labarrere establece que la metacognición es "un
tipo peculiar de proceso que tiene lugar en la actividad
cognoscitiva. Este tipo de proceso posee como
característica principal la de ejercer una
función reguladora (de monitoreo y control)
de la actividad cognoscitiva que está realizando el
sujeto." (Labarrere, 1996:61)Flavell plantea que "la metacognición se refiere
al conocimiento que uno tiene sobre los propios procesos y
productos cognitivos o sobre cualquier cosa
relacionada con ellos, es decir, las propiedades de la
información o los datos
relevantes para el aprendizaje. Por ejemplo, estoy
implicado en metacognición (metamemoria,
metaaprendizaje, metaatención, metalenguaje, etc.)
sí me doy cuenta de que tengo más problemas
al aprender A que al aprender B, si me ocurre que debo
comprobar C antes de aceptarlo como un hecho… La
metacognición se refiere, entre otras cosas, al
control y la orquestación y regulación
subsiguiente de estos procesos." (Flavell en Campanario,
2002:108)Martín del Buey y otros establecen que "la
metacognición se refiere al conocimiento del
conocimiento, al pensamiento sobre el pensamiento y se
trata de procesos autorregulatorios del funcionamiento de
procesos cognitivos (….) Tienen una importancia capital
en el aprendizaje. Son los sistemas
de alerta y de conciencia que han de acompañar a
toda labor intelectual. Su ausencia en los alumnos provoca
grandes pérdidas de tiempo en el estudio con pobres
resultados. Su presencia se correlaciona con una alta
capacidad intelectual, eficacia
y eficiencia en el trabajo." (Martín
del Buey y otros, 2005.1)Refiriéndose al componente metacognitivo de la
competencia investigativa Llivina y otros, (2005: 13)
expresan que: "este componente hace referencia a los
procesos que garantizan la toma de conciencia
(reflexión metacognitiva) y el control
(regulación metacognitiva) del proceso de construcción del conocimiento
científico acerca de la realidad educativa por
los y las profesionales de la educación."Se asume este último criterio a partir de que el
componente metacognitivo establece la reflexión
metacognitiva como desarrollo de procesos del sujeto acerca
de cómo construye su conocimiento y los factores
externos e internos que determinan su eficacia y la
regulación metacognitiva que implica los procesos de
planificación, evaluación, supervisión y corrección de
las acciones propias de la actividad laboral y de
aprendizaje en los sujetos. Estos procesos unidos a todos
los componentes de la competencia, contribuyen a la
autorregulación del desempeño del sujeto en
el marco de su actuación.La metacognición organiza y planifica la
actividad cognoscitiva, lo que se concreta en determinar
los objetivos y las estrategias cognitivas a
emplear, planificar el desarrollo de la actuación y
controlar la acción realizada.El componente motivacional puede entenderse a partir de
que "motivo como todo aquello que estimula y conduce la
actividad del hombre con vista a satisfacer sus
necesidades, es decir, todo en lo que ha encontrado su
"encarnación" la necesidad." (Pérez
Martín, 2002: 52)No obstante, otro criterio importante (Llivina y otros,
2005: 14) establece para la competencia investigativa del
profesional de la educación que "el componente
motivacional de la competencia integra aquellos procesos y
contenidos psicológicos que estimulan, sostienen y
orientan al desempeño científico –
investigativo eficiente (….) en motivaciones
predominantemente intrínsecas (…),
autovaloración como profesional (…) y expectativas
positivas acerca de su desempeño (…)"A partir de las valoraciones anteriores se asume en este
artículo que el componente motivacional está
estructurado fundamentalmente por los motivos que moviliza
y orienta la conducta
que como configuraciones de la personalidad son complejas,
así como por las actitudes y valores
del sujeto.De aquí se deriva un concepto importante el de
actitud:
"las actitudes como disposiciones o predisposiciones a
reaccionar ante determinados objetos, situaciones, u otras
personas en correspondencia con sus motivos." (Pérez
Martín y otros, 2002: 52)Otro aspecto inherente a la personalidad son los
valores, se asume que: "Cuando hablamos de valores se
hace referencia a determinados contenidos que expresan la
significación que distintos objetos, situaciones,
ideas, etc., tienen para un sujeto. Esta
significación es tal que el valor se
convierte en un patrón que utiliza el individuo para
evaluar la pertinencia o no de su propia conducta y la de
los demás." (Pérez Martín y otros,
2002:54)Al referirse a las cualidades de la personalidad se
asume el criterio de Pérez Martín y otros
(2002: 54) que plantea: las cualidades o rasgos de la
personalidad son las "características relativamente
estables de la personalidad que expresan las actitudes del
hombre hacia los objetos y fenómenos de la
realidad."Después de analizado el concepto competencia es
necesario analizar el término competencia laboral
que se describirá en el próximo
epígrafe.- Definición de competencia
- Definición de competencia laboral
El concepto de competencia laboral surgió en los
años ochenta con fuerza en países industrializados,
como respuesta a la urgencia de fomentar la formación de
mano de obra y ante las demandas surgidas en el sistema
educativo y el productivo. El asunto que estos países
visualizaron no era sólo cuantitativo; sino también
cualitativo: una situación en la que los sistemas de
educación-formación, ya no se correspondían
con los signos de los
nuevos tiempos. La competencia laboral pretende ser un proceso
integral de formación que desde su mismo diseño
conecta el mundo del trabajo y la sociedad en general, con el
mundo de la educación.
Considerando que estos problemas se presentan también y
probablemente con mayor persistencia y gravedad en los
países en desarrollo, con el agravante de una menor
disponibilidad de recursos para el sistema educativo, "la
aplicación de un sistema de competencia laboral en esos
países surge como una alternativa atractiva, al menos a
primera vista, para impulsar la formación y
educación en una dirección que logre un mejor
equilibrio
entre las necesidades de los individuos, las empresas y la
sociedad en general." (Mertens, 1996: 1)
El análisis del concepto competencia laboral
permitió sistematizarlo en diferentes agrupaciones, ya que
sucede algo similar con el análisis conceptual
anterior.
Unos autores definen competencia laboral como una capacidad o
como aptitud. Por ejemplo:
"Competencia laboral: Aptitud de un individuo para
desempeñar una misma función productiva en
diferentes contextos y con base en los requerimientos de calidad
esperados por el sector productivo. Esta aptitud se logra con la
adquisición y desarrollo de conocimientos, habilidades y
capacidades que son expresados en el saber, el hacer y el saber
hacer." (Mertens, 2000: 50)
"Competencia laboral: capacidad productiva de un individuo que
se define y mide en términos de desempeño en un
determinado contexto laboral y refleja los conocimientos,
habilidades y destrezas y actitudes necesarias para la
realización de un trabajo efectivo y de calidad." (Tamayo,
2003: 3)
Estos dos conceptos aportan a la definición de
competencia laboral el resultado de la actuación del
individuo, es decir, el desempeño en el contexto laboral,
pero tienen la limitación de verla como capacidad o
aptitud. Es juicio de este autor que plantear competencia como
capacidad o aptitud es una manera simplificada de tratar el
concepto al igualarlo a estas configuraciones
psicológicas, siendo la competencia laboral más
compleja. Sin embargo, tienen como mérito reconocer
algunos de los componentes de la competencia laboral, es decir,
los conocimientos, las habilidades, los valores. Reconocen que es
medible y que dependen del contexto. Utilizan términos de
calidad como resultado de la actuación del obrero en su
contexto laboral. No toma en cuenta ni lo metacognitivo, ni lo
motivacional ni todas las cualidades de la personalidad.
Otra tendencia es considerarla una habilidad (Ansorena, 1996)
o una operacionalización, es decir, la ven como una
secuencia de pasos, por ejemplo "la competencia laboral es la
operacionalización (mise en oeuvre), en
situación profesional, de capacidades que permiten ejercer
convenientemente una función o una actividad." (Normas francesas,
AFNOR, en Irigoín y Vargas, 2002:44)
El considerar competencia laboral una
operacionalización o una habilidad es una manera muy
simple de ver el concepto de competencia ya que la reduce a pasos
mecánicos. No obstante, esta definición tiene como
aspecto positivo que el individuo requiere de poner en
práctica todo el arsenal de conocimientos, habilidades y
valores que posee para enfrentar sus funciones
laborales.
Otra tendencia de la definición es considerarla un
conjunto de componentes, por ejemplo:
"Competencia laboral: Conjunto de conocimientos
teóricos, habilidades, destrezas y actitudes que son
aplicados por el trabajador en el desempeño de su
ocupación o cargo en correspondencia con el principio de
Idoneidad Demostrada y los requerimientos técnicos,
productivos y de servicios,
así como los de calidad, que se le exigen para el adecuado
desenvolvimiento de sus funciones." (Según la
resolución ministerial 21/99 del Comité Estatal de
Trabajo y Seguridad
Social)
Puede plantearse que reducir la competencia a un conjunto de
componentes, es una manera no dialéctica de ver el
concepto ya que no considera las interrelaciones entre las
cualidades que la forman; sin embargo tienen como aspecto
positivo el determinar algunos de los componentes y destacan la
aplicación en su contexto, también hay que destacar
que reconocen cierta integración entre los
componentes.
Otra tendencia muy acertada, es considerarla un sistema de
componentes en estrecha vinculación, es una manera
holística y dialéctica de comprender esta
definición más compleja y completa. A
continuación se presentan ejemplos:
"La competencia laboral se concibe como una compleja
estructura de atributos necesarios para el desempeño de
situaciones específicas. Es una compleja
combinación de atributos (conocimiento, actitudes, valores
y habilidades) y las tareas que se tienen que desempeñar
en determinadas situaciones. Este, ha sido llamado un enfoque
holístico en la medida en que integra y relaciona
atributos y tareas, permite que ocurran varias acciones
intencionales simultáneamente y toma en cuenta el contexto
y la cultura del lugar de trabajo. Nos permite incorporar la
ética y los valores como elementos del desempeño
competente". (Gonzci en Vargas, 2004: 10)
Este autor destaca la naturaleza
compleja de este concepto y vincula componentes con tareas
ejecutadas. Es muy positivo la presencia de los valores en la
definición de competencia relacionada a las situaciones
laborales.
"La competencia profesional es el resultado de la
integración, esencial y generalizada de un complejo
conjunto de conocimientos, habilidades y valores profesionales,
que se manifiesta a través de un desempeño
profesional eficiente en la solución de los problemas de
su profesión, pudiendo incluso resolver aquellos no
predeterminados". (Forgas J, 2003:4)
Aunque este autor utiliza el término profesional, se
puede extrapolar al concepto competencia laboral, tiene como
elemento significativo utilizar la integración de los
componentes y ver el resultado eficiente y prevé su
desempeño futuro al enfrentarse el técnico con
problemas imprevistos, es decir, ver la competencia más
allá de la preparación del sujeto.
"Se puede acercar un concepto de competencia laboral como la
combinación integrada de conocimientos, habilidades y
actitudes que se ponen en acción para un desempeño
adecuado en un contexto dado. Más aún, se habla de
un saber actuar movilizando todos los recursos." (Irigoín
y Vargas, 2002: 47)
Hay que señalar que los autores Irigoín y Vargas
reflejan la puesta en práctica de los componentes de la
competencia laboral de manera integrada, con una naturaleza
dinámica ya que vinculan el saber actuar
con los componentes de manera global, no obstante, no toma en
cuenta el componente metacognitivo, ni las cualidades de la
personalidad, como parte de la competencia.
Otra definición interesante de la competencia
profesional es la siguiente:
"Es un sistema de conocimientos, habilidades, actitudes,
valores, motivos, aptitudes y capacidades que debe poseer el
individuo para el desempeño satisfactorio de su actividad
laboral, comprometido con el proyecto social cubano. (colectivo
de autores del ISPETP, 2003)
Como aspecto sobresaliente de esa definición es su
carácter ideológico al reconocer que existe una
interacción entre la necesidad social del
proyecto cubano y la actuación del individuo. Al
considerarla un sistema permite la vinculación
dialéctica de los componentes. No obstante, aunque usa el
término profesional, bien puede enmarcarse en lo laboral,
ya que como se expresó anteriormente, lo laboral va
más allá que lo profesional, pues implica al mundo
de los oficios y de las profesiones. Sin embargo, no reconoce lo
metacognitivo en la estructura de la competencia.
A continuación se presentan dos definiciones que no se
ajustan a los criterios seguidos anteriormente, y que a juicio
del investigador aportan a la etimología y
comprensión del concepto competencia:
"La competencia laboral es la construcción social de
aprendizajes significativos y útiles para el
desempeño productivo en una situación real de
trabajo que se obtiene no sólo a través de la
instrucción, sino también – y en gran medida-
mediante el aprendizaje por experiencia en situaciones concretas
de trabajo." (POLFORM/OIT en Las 40 preguntas más
frecuentes sobre competencia laboral, 2000: 2)
Este concepto tiene como aspecto esencial aprovechable lo
significativo en los aprendizajes de los individuos para
incorporarlo a la formación de la competencia.
Señala la idoneidad no solo como, poseer los componentes
de la competencia sino demostrar resultado, la
calificación no lo es todo en el marco laboral.
El aspecto esencial de esta definición es el
carácter flexible de la competencia laboral y la realidad
de resolver los problemas que enfrente. Aunque es negativo el no
reconocer el componente axiológico de la competencia
laboral porque en el contexto cubano, donde se aspira que el
hombre tenga toda la dimensión humanista para transformar
la realidad y transformarse él mismo, es importante,
fomentar los valores que la sociedad socialista demanda en los
individuos.
"Compleja integración de atributos que imprimen
énfasis a la capacidad humana para innovar, para enfrentar
el cambio y gestionarlo anticipándose y
preparándose para él. Es más que la suma de
todos esos atributos es un sistema que resulta de la
combinación, interacción y puesta en
práctica de dichos atributos en una situación
laboral real". (González Maura, 2004:4)
Esta definición tiene como mérito señalar
que puede el individuo demostrar su poder de gestión
y prever resultados a partir de que lo incorpore como componente
personológico, destaca la integración como
carácter dinámico de la competencia, reconoce su
naturaleza dialéctica y que la puesta en práctica
como resultado es lo que determina el nivel de competencia de un
sujeto.
La noción de competencia laboral tiene muchas
acepciones, pero todas ellas tienen cuatro características
en común (Rico, 2003:1), aspecto que el investigador
asume:
- Toma en cuenta el contexto. El contexto está
constituido por un conjunto de situaciones reales en donde
deberán ejercerse las competencias. - Es el resultado de un proceso de integración. Un
objetivo de aprendizaje no es lo mismo que una competencia
laboral. El objetivo de aprendizaje es lo que el profesor
espera que el estudiante sea capaz de hacer al final del curso.
La competencia laboral identifica los resultados esperados por
el mundo del trabajo, en términos del nivel de dominio
de las tareas y funciones profesionales, donde se integran los
conocimientos, las habilidades y las actitudes. - Está asociada con criterios de ejecución o
desempeño. Los criterios de desempeño siempre se
establecerán previamente a la instrucción e
identifican los indicadores de evaluación que determinan
el éxito en el dominio de la competencia, en
armonía con los requerimientos del mercado de
trabajo. - Implica responsabilidad. En la formación profesional
por competencias laborales, el estudiante es el responsable de
su aprendizaje. El tiempo que tarde en alcanzar el dominio de
una competencia depende de la gestión que haga del
mismo.
Además se puede llegar a las siguientes
reflexiones:
De los conceptos presentados, se puede inferir que una
competencia está a mayor nivel que una habilidad, ya que
la primera integra un sistema de componentes cognitivo (de
habilidades, conocimientos, procedimientos) motivacional,
componente metacognitivo, cualidades, y comportamientos del
individuo para desempeñar con éxito una actividad
dada, en una relación sistémica en la cual estos
componentes interactúan mutuamente de manera
coordinada.
Cada componente constituye un subsistema del sistema con sus
características y sus formas de apropiación por las
personas. Dicho de otro modo una competencia integra: saber,
saber hacer y saber ser. Además se reconoce las cualidades
de la competencia como holística, dinámica,
dialéctica, transferible, medible y propia del
individuo.
Una competencia no pertenece a un puesto de trabajo, o a un
contexto laboral, sino que pertenece al individuo. Un aspecto
esencial a tener en cuenta es lo motivacional del sujeto en su
contexto laboral. Se necesita un profesional u obrero que
esté motivado por su trabajo, que dedique amor a la
profesión como aspecto imprescindible para que sus
resultados sean del nivel de calidad esperado.
Por ello, haciendo una sistematización y
generalización teóricas a partir del estudio
realizado, se asume como competencia laboral el sistema de
componentes (cognitivos, metacognitivos, motivacionales y
cualidades de la personalidad) que posee un individuo para la
ejecución eficiente de su actividad laboral con un
resultado positivo en tiempo y calidad.
Las competencias laborales se clasifican en generales y
particulares siguiendo el criterio de Daigle y Robitaille.(1998):
competencias generales, son aquellas que abarcan a casi
todas las profesiones y oficios, y están relacionadas con
la preparación básica del individuo; por ejemplo,
utilizar la
computadora, comunicarse de forma oral y por escrito en su
idioma, o en una lengua extranjera, utilizar la computadora,
entre otras., mientras que las competencias particulares o
específicas, son las que determinan la
profesión, por ejemplo, elaborar un medicamento, programar
determinado tipo de software, realizar
determinado tipo de operación quirúrgica, entre
otras.
No obstante, también hay otra clasificación en
básicas, genéricas y específicas. (Vargas,
2004)
Las competencias básicas son las que se adquieren en la
formación básica y que permiten el ingreso al
trabajo: competencias para la lectura y
escritura,
comunicación oral, cálculo,
entre otras.
Las competencias genéricas se relacionan con los
comportamientos y actitudes laborales propios de diferentes
ámbitos de producción, como, por ejemplo, la
disposición para el trabajo en
equipo, competencias para la negociación, planificación, y otras
más.
Las competencias específicas se relacionan con los
aspectos técnicos directamente relacionados con la
ocupación y no son tan fácilmente transferibles a
otros contextos laborales (ejemplo, la operación de
maquinaria especializada, la formulación de proyectos de
infraestructura, entre otras.)
Se asume en este artículo que las competencias
laborales se clasifican en competencias generales y competencias
particulares o específicas. Esta clasificación
permite simplificar de alguna manera este proceso complejo del
análisis de la competencia laboral, además, en el
proceso de formación de profesionales de nivel medio
superior, como el caso de la formación de técnicos
en farmacia industrial, esta clasificación se ajusta a las
necesidades y tareas de este profesional.
Al revisar la literatura con respecto a la
definición de competencia laboral se puede ver que
los autores tienen diferentes posiciones respecto al
concepto:Un primer punto de vista es como la gestión de
recursos humanos, relacionada con la idoneidad y el
desempeño del trabajador, interpreta el concepto, o
sea, el trabajador en ejercicio demuestra el resultado en
su labor, a continuación se muestra
ejemplos:"Competencias es el nuevo paradigma del empleo.
Los atributos que debe disponer un trabajador para ocupar
un determinado puesto (….) En las actuales condiciones de
competitividad y productividad el concepto de competencias se
impone en lo que se refiere a la formación y
desarrollo de capital
humano. El concepto de competencia busca definir y
evaluar las capacidades del trabajador según su
desempeño en situación de trabajo. La
competencia laboral no es una probabilidad de éxito en la
ejecución del trabajo, es una capacidad real y
demostrada." (Donna, 2001:2)Como aspecto positivo de esta definición es
señalar que la competencia laboral no es una
posibilidad, sino una realidad, también
señala su carácter mutable, a medida que el
trabajador va ganando en experiencia, va modificando sus
competencias laborales. Además reconoce que su
manifestación es el desempeño del trabajador.
Esta definición señala su punto de vista
empresarial por la vinculación de los componentes de
la competencia en conjugación con el desarrollo del
capital humano. Reconoce que la competencia laboral es
evaluable. Como aspecto negativo está el empleo del
término competitividad que no se ajusta a los
criterios en otros contextos, pues la competitividad en
Cuba está relacionada con el desempeño
efectivo y no con la competencia entre individuos por un
puesto de trabajo."En la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), Ducci define la competencia laboral como la
construcción social de aprendizajes significativos y
útiles para el desempeño productivo en una
situación real de trabajo que se obtiene no
sólo a través de la instrucción, sino
también – y en gran medida – mediante el
aprendizaje por experiencia en situaciones concretas de
trabajo." (Ducci, en Guzmán e Irigoin, 2000:14)Esta definición reconoce la experiencia del
trabajador como elemento de formación a la
contribución de la competencia laboral, de
ahí su punto de vista laboral. También
reconoce que la instrucción aporta su papel, pero
puede ser a través de la escuela y fuera de ella. No
explicita todos los componentes de la competencia. Se
destaca que la competencia laboral no se forma solo en la
escuela, si no que necesita la integración con
la
empresa como aspecto necesario para la formación
de la competencia. Reconoce la transmisión de
valores en la formación de la competencia laboral y
el carácter contextual para la misma. Esta
definición aporta el carácter dinámico
de la competencia laboral y lo vincula a un contexto dado.
En Cuba, se destaca que la formación en las escuelas
es en el trabajo y para el trabajo, de ahí que haya
dos principios que garantizan este requisito: el principio
de vinculación estudio – trabajo y la
integración escuela – entidad productiva.El punto de vista empresarial sirve de base para los
procesos de capacitación que requiere el
trabajador en ejercicio, así como en la
gestión de los recursos
humanos cuando se desea seleccionar el personal
para determinado puesto, la promoción a cargos o
responsabilidades superiores. Otros autores que reflejan el
punto de vista empresarial son Gallart y Jacinto,
(1995:60); Mertens, (1996:51); Ibarra, (2000:99)Vargas (2001) analiza la utilización del
término competencia en el ámbito gerencial
expresado en las definiciones anteriores y su
significación desde una perspectiva
psicológica. En este sentido destaca que las
competencias son características estables que tienen
una relación causal con el rendimiento y
desempeño laboral, lo que quiere decir que provocan
y facilitan el éxito en una actividad y combinan lo
afectivo, lo cognitivo, lo motivacional y lo
conductual.La nueva calificación "representaría la
conjunción de cuatro elementos básicos e
individuales (habilidades, conocimientos, creatividad y responsabilidades) requeridos
por los trabajadores de producción en los nuevos
puestos de trabajo, junto a una cultura de
colaboración para poder operar en equipos de
trabajo, círculos de calidad, etc. (….)
resumen los nuevos requisitos de calificación como
facultades de razonamiento, aumento en las capacidades
cognitivas de percepción, de abstracción, de
resolución de problemas, de iniciativa del
trabajador, del desarrollo de capacidades de
cooperación, en síntesis la necesidad de saber-ser
combinado de diferente manera, según el sector, el
saber, el saber-hacer, y el saber-ser" (Carrillo e Iranzo,
en Sepúlveda, 2002:14)Esta definición incluye cuatro niveles, donde
aporta la creatividad del sujeto en su desempeño
laboral como aspecto de la competencia laboral, reconoce lo
social de este concepto a partir de las relaciones
interpersonales en el marco del trabajo. Expresa el
nivel de independencia en el desempeño
eficiente del trabajador y analiza de manera
dialéctica los tres elementos esenciales: el saber,
el hacer y el ser.Otro punto de vista, que a juicio del investigador
complementa la definición de competencia laboral es
considerarla como componente personológico del
individuo, aspecto que se toma en cuenta en este
artículo, los siguientes ejemplos ilustran el
planteamiento:"Una configuración psicológica compleja
que integra en su estructura y funcionamiento
motivacionales, cognitivas y recursos personológicos
que se manifiestan en la calidad de la actuación
profesional del sujeto, y que garantizan un
desempeño profesional responsable y eficiente"
(González Maura, 2002:6)"De forma general se reconoce que la competencia es una
categoría psicológica que integra
determinados componentes figurativos, procedimentales,
actitudinales y personológicos en función de
lograr un desempeño eficiente en un contexto
concreto de actuación." (Castellanos, B. y otros,
2003:5)"(…), al entender las competencias laborales como una
construcción social de aprendizajes significativos y
útiles para el desempeño productivo en
situaciones reales de trabajo, los que se obtienen no
sólo a través de la educación formal,
sino también, y en gran medida, mediante el
aprendizaje por la experiencia, resulta ser un enfoque
necesario de aplicar en la
administración del Estado, en favor de sus
políticas de modernización."
(González Soto, 2002:1)Estas tres definiciones reconocen que el individuo
incorpora a su personalidad la competencia laboral y le da
un marcado carácter dialéctico e integrador,
identifican el aporte que cada persona le impregna a su
actuación profesional, de ahí que se pueda
afirmar que la competencia laboral integra los componentes
de forma personalizada y confiere una
contextualización a la misma."Las competencias expresan las potencialidades de
desarrollo humano y profesional que se logran a
través de desempeños efectivos de las
personas en condiciones de interacción interpersonal
y sociocultural. Son por tanto, unidades
psicológicas complejas con posibilidad de desarrollo
constante a partir de matrices
socioculturales interactivas." (D´Angelo, 2005:7)Estas definiciones reconocen la competencia laboral como
parte del sujeto, por lo que a ese nivel se llega
después que el trabajador se considere adiestrado en
su puesto laboral, puede ser dos o más años
en dependencia del sujeto y la complejidad del puesto de
trabajo.El punto de vista psicológico está muy
ligado al punto de vista empresarial, porque en los
procesos de gestión de recursos humanos para la
selección de personal para un
determinado puesto de trabajo, se toma en cuenta como el
aspirante reúne los requisitos y se desempeña
en el área deseada. En el caso de Cuba, como
país socialista se toma en cuenta a la persona, su
historia
de vida, ante cualquier situación que pueda lastimar
su situación laboral e implica a todas las organizaciones políticas y de masas
del centro. Para la formación por competencias
laborales es importante el punto de vista
psicológico debido a que se tiene en cuenta el
enfoque personológico del proceso de
educación técnica y profesional,Un último criterio es ver la competencia laboral
desde la escuela, es decir, en los diseños
curriculares, los siguientes ejemplos son ilustrativos:"En síntesis el concepto de competencia que se
introduce, crecientemente, en las propuestas educativas de
esta época, representa un modelo derivado del
antiguo –y ahora superado- concepto de
calificación, y remite a saberes, habilidades y
actitudes individuales anteriormente no tomados en cuenta,
para el desempeño laboral. El sistema educativo
orientado por el concepto de competencias es un sistema que
puede hacer frente a los desafíos de competitividad
(competencia/competitividad) contenidos en la nueva
organización mundial del trabajo."
(Sepúlveda, 2002:15)Este autor señala que organizar el
currículo en función de las competencias
laborales le impregna a la formación profesional una
ventaja, pues considera la integración con el mundo
laboral una forma de alcanzar la calificación real
del sujeto."En efecto, según Roegiers, algunos autores han
advertido que el traspaso del concepto de competencia al
mundo de la educación induce a la idea de que un
curriculum basado en competencias es canal
de un modelo de desarrollo económico y social que
tiende a sustituir valores tales como la ciudadanía social, la igualdad y la
solidaridad por la competitividad. En ese
sentido, los programas que se estructuran en
términos de competencias, constituyen una tentativa
por reproducir a nivel del sistema educativo, la
ideología que domina actualmente en el mundo
económico. "(Sepúlveda, 2002:20)No se comparte la opinión en cuanto a los valores
que deben formarse en la escuela, ya que estos no pueden
ser sustituidos por la forma en que se estructure el
currículo, ya que en el caso cubano no procede pues
la competencia se ve relacionada a la eficiencia y es
función de la escuela responder a los intereses de
la sociedad, sin embargo, resalta el papel del componente
ideológico en la estructuración de un
currículo por competencias laborales, de ahí
es importante formar en los estudiantes con las cualidades
y valores que demanda la sociedad cubana actual.Se puede sintetizar que el punto de vista
psicológico de la competencia como componente
personológico integra los cognitivo, lo
motivacional, lo metacognitivo y las cualidades de la
personalidad para obtener un resultado satisfactorio en su
labor.Según Ravitsky (2002) las consecuencias de las
competencias son:• Es imposible medir la competencia, excepto en el
puesto de trabajo.• La formación inicial tiene una
ambición más amplia que es de preparar el
joven a enfrentar el futuro. Por eso, la formación
inicial debe dar más contenido que lo necesario a
corto plazo, así como también propiciar el
desarrollo de los componentes metacognitivo, motivacional y
cualidades de la personalidad.• El concepto de competencia debe ser visto de una
manera dinámica (capacidad a enfrentar nuevas
situaciones de trabajo, a adaptarse, desarrollo de la
autonomía)No se comparte lo absoluto de estos planteamientos, pues
en la escuela puede evaluarse la competencia laboral a
partir de simular los contextos de realización de la
misma. También hay que enseñar al estudiante
a aplicar los conocimientos y poder instrumentar sus
procedimientos, a través de ejercicios y tareas
docentes
y extradocentes donde se integren los componentes y
posibilitar la flexibilidad del currículo. Se hace
necesario una mayor integración escuela – mundo
laboral para contrarrestar cualquier deficiencia de la
formación, además enseñando a
reflexionar al estudiante acerca de sus fortalezas y
debilidades en su aprendizaje, a que opine acerca de
cómo hace las tareas, de que analice cómo
aprende, lo que aprende, que dificultades y problemas tiene
para resolverlos, cómo se comporta, que resultados
obtiene lo cual lo ayuda a desarrollarse como persona y
como profesional. En el caso cubano de la formación
del técnico en farmacia industrial se han dado pasos
cruciales para garantizar la integración escuela
– empresa por la viabilidad de las empresas en el
desarrollo del proceso de educación técnica y
profesional, a través de la inserción de
alumnos en las diferentes modalidades de la
enseñanza práctica y la ejecución en
su contexto del proceso. También se ha trabajado la
profesionalización de los contenidos.Aragón (2002) plantea la necesidad de establecer
un modelo cubano de formación por competencias
laborales, basado en el modelo de Escuela
Politécnica Cubana y en el modelo de graduado, que
posea cultura política, económica,
preparación fuerte en las ciencias básicas y
una formación profesional básica.Las competencias tienen que ser integradoras de
conocimientos, habilidades, motivaciones, cualidades de la
personalidad, componente metacognitivo, valores y
actitudes, tienen que ser competencias para formar al
hombre para la vida, no competencias sólo para
formarlos para un puesto de trabajo.No formar un graduado trabajador desechable que una vez
concluido su ciclo productivo planificado, quede
desamparado en el mundo del trabajo. No formar máquinas sino hombres para la
vida.El autor comparte criterios de este investigador, por lo
que reconoce que hay que estructurar el currículo de
forma tal que el estudiante pueda integrar conocimientos,
habilidades, actitudes, procedimientos y valores,
determinando las invariantes del contenido del proceso de
enseñanza – aprendizaje.El punto de vista del concepto competencia laboral desde
la perspectiva del currículo, está
relacionado con los procesos de formación de fuerza
de trabajo, a partir de estudiantes que no tienen
experiencia laboral. En el caso de Cuba, esto hace
referencia a los institutos politécnicos, escuelas
de oficios y universidades.De todos estos conceptos y criterios se puede inferir
que existen tres puntos de vista sobre el concepto de
competencia laboral:Punto de vista empresarial. La competencia laboral vista
en el desempeño eficiente del trabajador. En el
contexto de la gestión de recursos humanos, el
trabajador debe demostrar su idoneidad, a partir de que
incorpore e integre el sistema de componentes cognitivo,
motivacional, metacognitivo y cualidades de la personalidad
que forman parte de la estructura de la competencia laboral
en su actuación.Punto de vista psicológico. La competencia
laboral como una configuración psicológica
compleja, que implica componentes motivacionales,
metacognitivos y afectivos del sujeto, así como de
cualidades de la personalidad. A este punto de vista se
arriba cuando el trabajador adquiere cierto nivel de
experiencia en el marco laboral e incorpora en su
personalidad los niveles de la competencia laboral.Punto de vista del diseño curricular. La
competencia laboral vista en la formación de un
profesional con los conocimientos, habilidades,
procedimientos, componente metacognitivo, cualidades de la
personalidad, actitudes, valores y motivaciones requeridos
para ocupar el espacio que le corresponde en la sociedad.
Es decir, la estructuración curricular y didáctica del sistema de componentes
cognitivos, motivacionales, metacognitivos y cualidades de
la personalidad que debe poseer un individuo para ejecutar
sus tareas y su labor con el mínimo de requisitos
exigidos en el contexto laboral, desde la visión de
la escuela.Estos tres puntos de vista unidos dan una visión
más integral, una visión holística de
esta definición tan compleja y tan
controvertida.Se asume en está tesis el
punto de vista curricular, es decir, la estructura del
diseño curricular para formar y desarrollar las
competencias laborales para el técnico en farmacia
industrial, sin desconocer los otros dos puntos de vista,
pues el empresarial aporta lo que demanda la empresa en
cuanto a la formación y el punto de vista
psicológico brinda lo que se debe tener en cuenta
desde lo metacognitivo, lo motivacional y las cualidades de
la personalidad que aspira la sociedad para un
técnico en farmacia industrial. Por lo que los tres
puntos de vistas no son excluyentes, tienen que integrarse
para la comprensión de la competencia laboral como
configuración compleja.- Los puntos de vista
de la competencia laboral - Teoría
curricular
Múltiples son los autores que han investigado la
temática curricular, entre los que se encuentran R..
Tyler, H. Taba, F. Díaz Barriga, S. Sabat, L. Stenhouse,
C. Álvarez de Zayas, F. Addine, J. García, A.
Castañeda, R. Fraga, G. Ayes, L. Lazo, Jiménez
Vielsa, entre muchos otros.
Se asume la concepción de Lazo (2001:4) que establece
las dimensiones del currículo en 5 aspectos:
- Teoría: abarca conceptos de currículo,
enfoques, fundamentos y modelos. - Diseño: comprende leyes,
principios, tendencias, concepción y metodología. - Desarrollo: integrado por diagnóstico, preparación de
recursos, planificación, organización,
ejecución y control. - Evaluación: referido a la calidad del profesional
egresado, al proceso curricular y al proyecto. - Investigación: Para el diseño y para la
evaluación del currículo.
Es necesario definir que conceptos se asumen de
currículo y diseño curricular:
"El currículo es un proceso educativo integral con
carácter de proceso que expresa las relaciones de
interdependencia en un contexto histórico social,
condición que le permite rediseñarse
sistemáticamente en la medida en que se producen cambios
sociales, los progresos de la ciencia y las necesidades de los
estudiantes, lo que se traduce en la educación de la
personalidad del ciudadano que se aspira a formar."
(García y Addine, 2001:3)
"El diseño curricular es el resultado del trabajo que
da respuesta a las exigencias sociales en la formación de
profesionales, constituyendo un proyecto educativo, que sirve de
guía y condiciona el desarrollo del proceso. El
diseño curricular se elabora a partir de las bases
mediante una teoría
curricular, es el puente entre la teoría curricular y la
práctica. " (Lazo y Castaño, 2001: 6)
Los problemas del currículo son múltiples y uno
de ellos la integración curricular se asume los criterios
de Fogarty (en Lake, 1994:3-4) que establece 10 niveles de
integración:
- Fragmentado: Las disciplinas diferentes están
separadas, por lo que hay una visión clara y discreta de
la misma, no hay conexión para los estudiantes; menos
transferencia de aprendizaje. - Conectado: Dentro de una disciplina
hay temas relacionados. Hay conceptos claves conectados,
promueven la revisión la revisión de conceptos,
la reconceptualización y asimilación de ideas
dentro de una disciplina. Las disciplinas no se relacionan, el
enfoque del contenido se queda dentro de la disciplina - Concéntrico: El contenido se concentra dentro del
área de la asignatura. Se puede atender varias
áreas a la vez, lo que lleva a un contenido enriquecido.
Los estudiantes pueden confundirse y perder de vista el
concepto principal de la actividad. - Secuencial: Se enseñan ideas similares en un
concepto, aunque las asignaturas están separadas. Se
facilita la transferencia de aprendizaje a través de
áreas de contenido. Se requiere colaboración y
flexibilidad, pues los profesores tiene menos autonomía
en la secuencia del currículo. - Compartido: La planeación de grupo y/o de
enseñanza que involucra dos disciplinas se enfoca en
contenidos compartidos. Se logra experiencias institucionales
compartidas, con dos maestros en un grupo es más
fácil colaborar. Se requiere de tiempo, flexibilidad,
obligación y compromiso. - Radial: La enseñanza es por temáticas, se usa
un tema como base para relacionar varias disciplinas. Se motiva
a los estudiantes y los ayuda a ver las conexiones entre las
ideas. Los temas deben ser cuidadosamente seleccionados para
que sea significativo, con contenidos relevantes y
fuertes. - Concatenado o lineal. Se enlazan las habilidades de
pensamiento y las sociales, las habilidades de estudio y de
inteligencia múltiple. Los estudiantes conocen como
están aprendiendo, lo que facilita la transferencia
futura de aprendizaje. Las disciplinas permanecen
separadas. - Integrado: las prioridades se solapan en múltiples
disciplinas. Estimula a los estudiantes a ver las
interconexiones e interrelaciones entre disciplinas lo que los
estimula. Requiere equipos interdepartamentales con
planificación y horas de clases comunes. - Inmersos: Los estudiantes se integran visualizando todo el
aprendizaje a través de la perspectiva de una tarea de
interés. La integración ocurre
dentro del estudiante pero se puede estrechar el enfoque del
mismo. - Enrejado: El estudiante dirige el proceso de
integración a través de la selección de una red de expertos y
recursos. Es productivo con el estudiante estimulado por nuevos
contenidos. Los estudiantes pueden aprender solo
superficialmente, los esfuerzos pierden efectividad.
Guerra (2001:10) establece la pertinencia de los
diseños curriculares, en los que engloba los requisitos
que debe cumplir un buen diseño curricular en su
elaboración, ejecución, control y
evaluación. Estos son: consideración de los ejes
transversales y programas directores; integración de los
componentes académico, laboral e investigativo;
participación de profesores y alumnos en su
evaluación y elaboración; correspondencia con las
necesidades educativas de la enseñanza y nivel;
contribución a la formación de valores
ideopolíticos en los estudiantes y aseguramiento de la
base material de estudio.
Entre las tendencias actuales del desarrollo de la
teoría curricular están los modelos curriculares:
centrado en los objetivos, centrado en la tecnología
educativa, de construcción personalizada, centrado en
la
globalización, de investigación . acción
y modelo desde un enfoque histórico – cultural.
(Carballo, 2003:3)
Para organizar los currículos existe la estructura por
asignatura, la estructura disciplinar, la estructura por
problemas, la estructura por competencias. En la educación
técnica y profesional cubana se utiliza el
currículo por asignatura con mayor frecuencia.
Además los modos de ejecución son lineal o modular.
En el caso que ocupa es el modo lineal el de mayor frecuencia. No
se puede dejar de mencionar la forma mixta donde se combina
algunas de las variantes.
Independiente del modo de implementación del
currículo, se debe proporcionar a los alumnos durante el
desarrollo del currículo, la posibilidad de descubrir
cuando y por qué es necesario utilizar el procedimiento
específico, ayudarles a reflexionar sobre como adaptar los
procedimientos apropiados a nuevas situaciones y favorecer en
ellos, a través de un proceso sistemático y
continuo, la autonomía, la reflexión y la
regulación de su proceso de aprendizaje.
El currículo por problemas, comprende el planteamiento
de problemas profesionales que en la medida que se solucionan por
los alumnos, se va creando el conocimiento, desarrollando las
habilidades y relaciones.
La estructura por problemas genera una la dinámica de
trabajo dentro del proceso que promueve al estudiante a ir
analizando y valorando durante el enfrentamiento a los diferentes
elementos de la situación problémica los proyectos
que dan solución a los problemas planteados. El tiempo del
plan de
estudio, en este tipo de estructura, para dar solución a
las situaciones problémicas no siempre se precisa de
antemano como en los otros casos, a pesar de ello por la
profesionalidad en unos casos y por elementos organizativos y de
experiencias en otros, se suele precisar un tiempo estimado para
la solución de cada problema, esto permite que el
estudiante se pueda mover durante el desarrollo de los proyectos
con mayor o menor ritmo, de acuerdo con sus posibilidades reales
y sus particularidades, por lo que la atención individualizada con talleres y
debates en colectivos, permite una apropiación mejor y mas
rápida al exponerse criterios de variantes para la
solución de los problemas profesionales , en muchos casos
esta técnica de trabajo grupal participativa, permite que
ideas aisladas fecunden en educandos desmotivados o
desorientados, dando luz alas posibles
soluciones.
El papel de los profesores facilitadores o guías, deben
lograr una dirección del proceso pedagógico tal,
que le impriman la dinámica conducente a lograr la
transformación del educando, la ruptura con lo
tradicional, la de recibir conocimientos preelaborados, y
pasivamente, la ruptura con la dependencia, la pasividad en el
proceso de enseñanza y aprendizaje, por la independencia,
la seguridad, el
espíritu crítico y creativo, capaz de transformarse
en el profesional que se requiere.
Los criterios del vínculo con la vida, con el trabajo,
la apropiación del método de
la enseñanza – aprendizaje y la forja de la personalidad,
son aspectos que se abordan y están presentes en las
estrategias de trabajo con los estudiantes.
La estructura curricular por problemas brinda las ventajas
siguientes:
- Promueve el movimiento activo del conocimiento, motivando
al alumno a construir su proceso de aprendizaje en un contexto
determinado. - Da la posibilidad de profundizar en actividades complejas
que permiten una mayor preparación el educando. - Durante el proceso de solución de las situaciones
problémicas concretas, se desarrollan las posibilidades
de identificación y de interrelacionar conceptos,
métodos, habilidades, valores y hábitos
inherentes al proceso de aprendizaje de forma independiente y
constructiva. - Adquiere conciencia del proceso por ser el su constructor,
desde un punto de vista profesional y social. - Favorece la autonomía de los educandos.
Dentro de las desventajas que se le señala a este tipo
de organización estructural es que al centrarse la
actividad en la solución de problemas, si no se orienta el
proceso adecuadamente, se puede afectar la preparación
cultural del educando minimizando aspectos que redundarían
en su formación integral.
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