La festividad de la Cruz de Mayo fue traída a
esta parte del continente americano, al igual que otras
celebraciones tradicionales, por los sacerdotes y conquistadores
españoles, quienes conmemoraban el 3 de mayo, el hallazgo
en el año 324, por parte de Santa Elena, madre del
emperador Constantino, de la cruz donde murió Cristo, sin
embargo estudiosos de las costumbres europeas aseguran, que antes
de este suceso, los pobladores de ese continente, realizaban
rituales para festejar la llegada de la primavera.
La cruz tiene su fiesta conmemorativa el 3
de mayo, mes durante el cual se hacen actos en su honor en
distintas regiones de nuestro país. En muchos lugares las
cruces que se encuentran en sitios públicos se adornan con
flores y papeles de colores. Durante
estas fechas, cofradías y particulares preparan altares
donde se coloca la cruz y se la ofrenda con flores, frutas y
cirios encendidos, en agradecimiento por preservar la salud y la
fertilidad.
Sea en uno u otro sentido, lo cierto es que la
festividad religiosa llegó al país, y con el paso
de los siglos, se convirtió en una de las tradiciones
más arraigadas en el imaginario popular, que le
incorporó para hacerla mas vistosa y alegre elementos
culturales indígenas y afro venezolanos, propios de cada
región del país, que convirtieron la
devoción española en los Velorios de Cruz de Mayo,
tradición que se repite año tras año para
propiciar buenas cosechas.
En la festividad, tal como se conmemora en varias regiones de
nuestro país, la cruz adornada con cintas y papeles de
variados colores, no simboliza el sufrimiento del martirio de
Jesús. Al contrario invita a los devotos a la
comunicación, a la reunión, al canto y a la
música, y
el salón donde es colocada se transforma en espacio para
elevar peticiones y plegarias en el mes de las flores, de la
Virgen y del inicio de las lluvias, propiciadoras de la
fertilidad de la
tierra.
Con la alegría, los creyentes manifiestan en
forma alegórica el deseo de eliminar a Jesús el
dolor de su crucifixión.
Los preparativos de la fiesta se inician desde finales del mes de
abril, cuando los devotos comienzan los preparativos para
"vestir" y adornar la cruz, de acuerdo al gusto de las personas
particulares, las sociedades y
de las cofradías que en nuestro país tienen a su
cargo los pormenores de esta tradición. Una vez "vestida",
la cruz se coloca en un altar, adornado con flores, cirios
encendidos y eventualmente las imágenes
de San Antonio de
Padua, las Ánimas Benditas y el Niño
Jesús.
Los velorios se realizan en los salones principales o patios de
viviendas, en plazas u otros sitios públicos. Asimismo se
improvisan altares en caminos, casas particulares o locales donde
funcionan Sociedades de la Cruz. Al comenzar la
celebración los asistentes reunidos en torno al altar
inician el acto con sus ofrendas y
flores mientras rezan por la prosperidad de las cosechas y por la
salud de los enfermos; así como también para alejar
las epidemias que azotan los campos y para protegerse del Maligno
o Diablo. Las invocaciones a la cruz, van seguidas de un rosario
cantado y los versos que anunciarán los cantos.
Estos cantos convierten el velorio en una animada fiesta
comunitaria. En la región central se canta principalmente
la fulía, y se recitan décimas a la cruz. En los
velorios de cruz no se acostumbra a bailar por tratarse de un
acto solemne y ritual. Sin embargo hay velorios que devienen en
bailables. Para lograr este objetivo la
cruz objeto de veneración, se guarda, se voltea o se cubre
con una sábana, para que los asistentes puedan danzar sin
remordimientos. De esta forma en la costa central se baila tambor
y en los llanos y en oriente se baila joropo.
Los instrumentos acompañantes en
los Velorios de Cruz varían según el lugar
geográfico. En oriente, los cantos de galerones y
fulías se acompañan con cuatro, guitarra,
bandolín o bandola oriental, maracas y tambor cuadrado. En
la región central predomina la fulía que consta de
una parte cantada por hombres y mujeres en cuartetos
octosílabos, y otra parte recitada por los decimistas de
la región, quienes componen décimas y versos de
salutación a la cruz. Generalmente, se toca la tambora de
velorio o tamborita, acompañada por la charrasca y las
palmadas de los presentes.
En el llano, los cantos de velorio se
conocen como tonos de velorio y son cantos polifónicos, a
tres voces masculinas (alante, contracto y tenor). El instrumento
principal que se toca durante los velorios llaneros es el cuatro.
En algunos lugares de la costa central del país se utiliza
una flor o palma como testigo para indicar a los presentes
quién es el cantante solista que entrará
después de cada coro. Hay otras regiones en donde los
cantantes simplemente siguen un orden en sentido de las agujas
del reloj.
El símbolo de la cruz cristiana coincide con
algunas de las creencias indígenas en las cuales
ésta es "el madero sagrado" que representa el árbol
de la vida, de las flores y de las frutas. Por ello, dentro de
los rituales que se realizan en honor a la cruz, se manifiesta
agradecimiento y se hacen peticiones relativas a la necesidad de
lluvia para los campos; se rinde homenaje a la naturaleza y
se da la bienvenida a la que se espera sea una época de
buenas cosechas.
El motivo principal de la fiesta de la Cruz de Mayo en Venezuela y en
otros países del mundo, es rendir a la Naturaleza un
homenaje por ser en mayo la entrada de la estación de las
lluvias, elemento propicio para la exaltación del
ánimo telúrico, del cual disfrutan en conjunto
personas animales y cosas;
asimismo a un resurrección de la Naturaleza, a una
reactivación de la vitalidad aletargada por la
sequía; es una verdadera orgía de colores, de
perfumes, de paisajes y de frescura.
En el estado
Miranda "la celebración a la Cruz de Mayo es una
tradición fuertemente arraigada y el fervor del pueblo se
va a expresar con celebraciones durante todo el mes que se
prolongarán hasta el 31, fecha de la
coronación.
En el velorio también hay elementos de nuestras
tradiciones gastronómicas. Por esta razón durante
la celebración se sirve carato de maíz,
hervido de gallina, de res o cruzado, acompañado de
verduras, hallaquitas de chicharrón y postres conformados
por pelotas o tembladores, gofios, buñuelos, tejas,
cazabes, naiboas y otros.
La Cruz de Mayo se convirtió en símbolo de
protección, razón por la cual se encuentra presente
en haciendas, pueblos, caseríos, sembradíos y,
más recientemente, en ciudades y barrios. El ritual
está presente en casi toda Venezuela: los Llanos
Occidentales, Oriente, Litoral Central, específicamente en
los estados Aragua, Miranda, Apure, Lara y Guárico; a
excepción de los estados Mérida, Zulia y
Táchira.
El símbolo de la cruz cristiana coincide con
algunas de las creencias indígenas en las cuales
ésta es "el madero sagrado" que representa el árbol
de la vida, de las flores y de las frutas. Por ello, dentro de
los rituales que se realizan en honor a la cruz, se manifiesta
agradecimiento y se hacen peticiones relativas a la necesidad de
lluvia para los campos; se rinde homenaje a la naturaleza y se da
la bienvenida a la que se espera sea una época de buenas
cosechas.
Los creyentes manifiestan alegría
ante la cruz, como una manera simbólica de desclavarle al
Cristo el dolor de su crucifixión. En las zonas urbanas,
alejadas de la vocación agrícola, los velorios se
han convertido en oportunidades para el encuentro entre
familiares y amigos, y en formas de ratificación de las
identidades regionales de origen.
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Andreina, Rojas
1 de Humanidades
Republica Bolivariana de Venezuela
Ministerio de Educación Cultura y
Deporte
U. E ‘’ Cirilo
Alberto’’
Valencia- Edo Carabobo 1 de Junio del 2005