- Encuentro y
desencuentro - Familia y escuela. semejanzas y
diferencias - Efectos de la continuidad y
ruptura entre la escuela y la familia - Padres y maestros:
vínculo y realidad - Tipos de
relación - La comunicación
vía de encuentro entre padres y
maestros
El concepto
EDUCACIÓN se ha ampliado a diferentes aspectos de la vida.
Hoy en día se considera que la educación es un
proceso
permanente. En el caso de la educación familiar
por su naturaleza
misma, se produce a lo largo de la vida. También la
educación escolar se ha extendido incluso hasta la tercera
edad.
La conveniencia de la relación escuela–familia
para potenciar las influencias educativas es reconocida y
aceptada en el plano teórico. Las dificultades estriban en
la materialización de la colaboración entre estas
instituciones.
Los padres en ocasiones trasladan la responsabilidad educativa a la escuela, al
considerar la escuela como una institución de guarda y
custodia. El fenómeno emerge con la educación
escolar obligatoria al principio del siglo XX. Anterior a este
momento la familia era
la encargada fundamentalmente de la función
educativa. Con la obligatoriedad de la escolarización y el
carácter instructivo adjudicado a la
escuela se privilegió la misión
educativa de esta. Tradicionalmente la relación escuela
–familia se ha concretado al rendimiento escolar de los
niños.
Los padres y las madres se mostraban interesados por conocer la
calidad del
profesor, las
características de la escuela y los maestros convocaban a
los padres cuando los resultados docentes no se
correspondían con lo
esperado.
La familia y la escuela comparten un objetivo
común; la formación integral y armónica del
niño a lo largo de las distintos períodos del
desarrollo
humano y del proceso educativo, estas dos agencias de
socialización aportarán los
referentes que les permitan integrarse en la sociedad.
Indiscutiblemente, estos sistemas de
influencias necesitan converger para garantizar la estabilidad y
el equilibrio
para una formación adecuada de niños y adolescentes.
Los principales contextos educativos: familia y escuela tienen
semejanzas y divergencias entre unos y otros;
- Objetivos educativos diferentes.
- Responsabilidades distintas.
- Tipo de actividades en cada entorno.
- Las relaciones que se establecen entre padres y
educadores.
Si hoy reconocemos el papel decisivo de la escuela y la
familia en la educación de los niños, este hecho no
se ha comportado de la misma manera a lo largo de la historia. Una mirada
retrospectiva nos muestra a la
familia como primer y única institución encargada
de la formación de las generaciones más
jóvenes. La familia asumía la satisfacción
de las necesidades infantiles, materiales y
espirituales, así como la formación de valores y
habilidades para la inserción a la vida adulta. Otros
contextos laborales (taller, granja o tienda) posibilitaban el
desarrollo de
habilidades de aquellos niños que acudían a estos
ámbitos.
En un momento de este recorrido histórico se ubica la
Iglesia como
institución que adoptó la misión educativa
de los pequeños. En la Edad Media,
surgen las primeras escuelas monacales o claustrales porque es
precisamente en el espacio de los claustros y en la figura de los
monjes en donde se concentra el lugar del poder que les
confiere el saber . El acceso a estas escuelas era otorgado solo
a la elite, los niños procedente de la clase
dominante. A la altura del siglo XVIII con el surgimiento de
la
Ilustración se propugnan las primeras ideas del
laicismo en la enseñanza y de una educación
universal, gratuita y obligatoria. Afortunadamente, en el siglo
XX se concretiza a escala mundial la
escolarización obligatoria. El desarrollo de la Revolución
Científico-Técnica en la industrialización y
la mecanización incrementa la demanda de
fuerza de
trabajo cada
vez más calificada, más especializada y muchas de
las operaciones
realizadas por los hombres son llevadas acabo por las máquinas.
El trabajo
infantil deja de ser necesario y las escuelas además
de la tarea de formación de valores y de prepararlos para
la vida futura cumple una función guardia y custodia de
los menores. Así la escuela emerge como ámbito
educativo por excelencia , el más significativo para el
desarrollo de los niños después del familiar.
Al identificar los cambios experimentados en la
relación escuela y familia se constata.
1° Etapa: Estrecha relación entre la escuela y la
comunidad,
ella se expresa en el control del
curriculum
académico, la contratación de los maestros y
definición de los calendarios y duración de la
jornada escolar por parte de los representantes de la Iglesia y
los padres.
Los objetivos de
socialización e integración de los sujetos al medio
social eran comunes en los padres, Iglesias y escuela.
2° Etapa: Distanciamiento en las relaciones
escuela-familia a partir de los albores del siglo XX. La
especialización de la labor pedagógica y
consiguientemente la impartición de materias complejas
por parte de los maestros que dejan poco espacio a la
inserción a personas no expertas como los padres,
conduce a delimitar funciones
especÍficas para la escuela y la familia. A los padres
les correspondía preparar a los hijos en cuanto a las
pautas de comportamientos y actitudes
que favorecerán su ingreso en la escuela. Por su parte,
los maestros eran encargados de enseñar la
lecto-escritura,
el cálculo
y conocimientos científicos. Esta dicotomía
funcional entre la familia y la escuela generó en
ocasiones conflictos
en su cotidianidad.
3° Etapa: En la actualidad impera la perspectiva
integracionista que supone que ambas influencias convergen y
que la manera más provechosa de potenciar el desarrollo
de los niños, es la colaboración entre los padres
y maestros.
Sin embargo ,este momento de encuentro aparece más
claramente definido en el discurso que
en la práctica educativa, formando parte más de
nuestras utopías en el sentido de una meta a alcanzar que
en la realidad. (Ibarra, L. 2002).
El contacto de la escuela-familia ha transitado por diferentes
facetas . En otros momentos los padres han abogado por la
exclusividad en cuanto a la formación de la
personalidad de los hijos y los maestros aceptaban su
influencia en el plano de la instrucción. En la actualidad
identificamos a padres que depositan en los maestros mayor
responsabilidad en la formación de los pequeños y
maestros reclaman mayor participación de los padres en la
preparación de sus hijos para la vida.
En otras posturas adoptadas por los principales actores de la
trama educativa padres y maestros, observamos una visión
reduccionista y rígida en contraste con las perspectivas
integracionista que requiere del encuentro entre los educadores
para potenciar las influencias y promover el desarrollo del
educando. La dificultad conceptual para propiciar la interacción familia-escuela no radica en la
sensibilización de estas instituciones sino en el
planteamiento de qué entiende cada una de las partes por
participación en el encuentro interactivo y como
hacerlo.
A este complejo asunto se le añade variables
tales como el nivel académico de los padres aunque los
resultados de investigaciones
no apuntan a una relación directa, es decir que padres con
un nivel de escolarización bajo pueden mostrar interés y
colaborar con la educación escolar de sus hijos y cooperar
en las actividades o manifestar poca implicación en los
temas escolares de los hijos depositando toda la responsabilidad
en los maestros. Lo mismo ocurre con padres con un nivel superior
de enseñanza. Tampoco el nivel socio-económico de
estos correlaciona directamente con su integración en las
actividades educativas de la escuela.
En este sentido nos parece interesante la valoración de
que los diferentes modelos
educativos de la familia cualifica el comportamiento
de los padres:
- En primer lugar, el modelo
racional que se caracteriza por una gestión jerárquica de la
relación educativa con los hijos. En consecuencia, los
padres deciden sobre el futuro del niño y la disciplina,
el orden, la sumisión a la autoridad
son el fundamento de la
comunicación padre-hijo que pasa a ser de naturaleza
autoritaria. En cuanto a su relación con los maestros,
con frecuencia esta categoría de padres desconfía
de la labor de los primeros y las dificultades de comunicación pueden llegar a ser
insalvables. De hecho, algunos padres de esta categoría
adoptan una actitud
contestataria porque no aceptan resoluciones educativas que
proceden del maestro. - En segundo lugar el modelo humanista, que se inscribe en
las teorías de Roger y Maslow se le
otorga al hijo un gran poder de decisión y, al tiempo, se
le permite expresar sus emociones, se
facilita el aprendizaje
según su punto de vista, etc. La comunicación que
establecen padre-hijos es empática y el centro de su
preocupación suele ser el futuro del niño. La
interacción de la familia con el profesor se caracteriza
por la empatía y la expresión de las emociones;
importará mucho la autogestión y los medios para
que la persona sea
ella misma siendo esta preocupación esencial en este
modelo. Los padres suelen buscar, preferentemente, del saber
del maestro y, por lo tanto, se puede afirmar que existe poca
interacción en la realidad. - Por último el modelo simbiosinérgico tiene
una doble acepción: la palabra "simbio" que supone una
asociación recíproca entre dos o más seres
vivos y la de "sinérgico" que corresponde a las acciones
coordinadas entre ambos. Implica, por tanto, la puesta en
común de recursos del
saber hacer de las personas afectadas. En este modelo, los
padres suelen establecer una relación de reciprocidad
con su hijo reconociendo los derechos y deberes de cada
uno, e intentando guiar al hijo sobre la base de su propia
experiencia , en este sentido, el dialogo es
el medio más comúnmente utilizado en la familia.
En su relación con los maestros esta categoría de
padres se enfrentan a ellos con una idea de interdependencia y
de reciprocidad en el aprendizaje y
desenvolvimiento de cada uno, y donde todos deben aprender de
todos. Se requiere por parte del maestro una misma actitud para
que el resultado sea óptimo. (Sánchez, A.
1999).
Las familias que adoptan un modelo poco flexible tanto en su
relación con los hijos como con ,los maestros, dificultan
la comunicación. Asimismo, los docentes también
pueden asumir un modelo rígido y obstaculizarán los
vínculos con los padres.
En la base de la relación educativa se encuentra la
participación pero, entendida como una real
interacción que trasciende a la asistencia a las reuniones
o fiestas, la recogida de la boleta de calificaciones de los
hijos.
Familia y escuela.
semejanzas y diferencias.
La familia es el primer espacio de socialización de los
niños y es a su vez, el nexo de unión entre las
diferentes instituciones educativas en la que participa,
incluyendo la más importante de ellas: la escuela.
Esta relación matricéntrica de la familia se
expresa en:
- ámbito de referencia obligada (se puede cambiar de
escuela o de otra institución educativa no formal pero
no de familia) - ámbito de toma de
decisiones sobre la inserción en otras instituciones
educativas, incluida la escuela. - ámbito que interviene informalmente o formal
representando a los niños en la escuela y otras
instancia educativa. - ámbito mediador de conflictos entre los niños
y las instituciones educativas. - ámbito de proyección de las experiencias
vividas en otros entornos.
Esta posición privilegiada de la familia en la
formación de sus hijos la puede ocupar también por
los puntos de contactos y las semejanzas con las instituciones
educativas, en particular con la institución escolar.
Las semejanzas entre ambos contextos educativos pueden
resumirse en:
- Pertenencia a una misma cultura.
- Comparten objetivos generales en término de un
código moral,
normas de
conductas y capacidades deseables. - Coinciden en la misión educativa de promover el
desarrollo integral de niños y niñas. - Asumen la función la función de cuidar y
proteger a la joven generación.
A pesar de estas semejanzas, existen más diferencias
entre ambas instituciones sesgan la interacción. Los
elementos que marcan la diferencia son las funciones, la
organización espacio – temporal y los
participantes.
La escuela es una organización laboral que se
caracteriza por su carácter organizativo
burocrático, sus normas, un sistema de roles
desempeñados por profesores y alumnos que se diferencian
de las relaciones
interpersonales del espacio familiar.
Del Río y Álvarez ha estudiado las divergencias
existentes entre la familia y la escuela en cuanto a los patrones
de comportamiento, reglas de interacción, métodos de
comunicación y procedimientos de
transmisión de información. (Del Río y Alvarez,
1972)
Resumiremos algunos aspectos relevantes en la
comparación entre familia y escuela
- Familia: El niño intervienen en actividades
de la vida cotidiana. Regularmente responden a sus intereses y
se muestran más motivados. - Escuela: Las actividades son diseñadas y
planificadas en función de los objetivos educativos.
Tienen un carácter simbólico, fragmentadas y no
integradora entre sí ni del conocimiento
académico y de la realidad. Aparecen distantes de las
necesidades e intereses actuales del niño y
frecuentemente son menos gratificantes..
Sistemas de Relaciones:
- Familia: La relación diádica con el
adulto es más estable y duradera. Los padres responden
de manera inmediata a la demanda de los niños.
Además de ser más controladores y propician
más regaños frente a conductas exploratorias de
los niños. - Escuela: La interacción de los maestros con
cada alumno es numéricamente menos aunque favorece el
aprendizaje social y las normas de convivencia de grupo. Los
niños suelen manifestarse con mayor independencia y requerir menos nivel de ayuda
instrumental que la familia.
Comunicación y
Aprendizaje:
- Familia: El aprendizaje se produce por observación e imitación del
comportamiento del adulto, además de la
demostración que no se apoya en reglas, principios y
generalizaciones del conocimiento sistematizado
científico. - Escuela: El aprendizaje por intercambio verbal. La
comunicación verbal amplia el vocabulario del
niño, la estructura
del discurso difiere del lenguaje
empleado en la familia.
Unidad de lo cognitivo y lo afectivo:
- En la familia: Las interacciones y los aprendizajes
poseen una carga afectiva. Los contenidos aprendidos se
identifican con las personas que propiciaran el mismo: los
padres. La posición del niño en el grupo familiar
no depende del éxito
o el fracaso en la escuela e incluso brinda apoyo emocional en
situaciones de fracaso en cualquier contesto. - Escuela: Los aspectos intelectuales o afectivos no siempre se funden,
ni la enseñanza se personaliza. El componente afectivo
no se enfatiza como el cognitivo.
Concepciones sobre la educación y el
desarrollo:
- Familia: Los padres suelen sostener valores
más tradicionales en cuanto a la significación de
la obediencia, la disciplina estricta y el rendimiento
académico. (Oliva y Palacios 1997). - Escuela: Los maestros constituyen un personal
especializado, calificado en educación. Mantienen
actualizada su formación teórica y experimentan
cambios en sus valores y creencias acerca de estos temas.
Acumulan una rica experiencia a través de la
interacción con niños diferentes. El desempeño de los roles de maestro y
padres configuran una percepción sobre la educación y el
desarrollo e influye en la interacción con los
hijos/alumnos.
Estos elementos diferenciadores entre familia y escuela
impactan a su vez en la relación entre ambos
Efectos de la
continuidad y ruptura entre la escuela y la familia.
En su decursar por ambas instituciones el niño
experimenta vivencias diferentes. ¿Cuánto favorece
u obstaculiza, el desarrollo psicológico del
niño.?
Para Bronfenbrenner (1979) "el desarrollo infantil se puede
ver favorecido por la participación en contextos diversos
en los que el niño tenga la posibilidad de participar en
otras estructuras
sociales, realizar actividades diferentes y establecer relaciones
con otras personas….el hecho de que hogar y escuela no
presenten una uniformidad total desde el punto de vista de las
actividades y exigencias que se plantean al niño, puede
tener unas consecuencias positivas para el desarrollo, ya que
cada situación puede facilitar la adquisición por
parte del niño de diferentes habilidades y competencias
"(Oliva A. y Palacios J. 2000).
Desde esta perspectiva, el contraste entre la familia y la
escuela estimula el desarrollo integral del niño porque
recibe influencias de estos contextos educativos diferentes. No
obstante, el equilibrio se rompería si los desencuentros
fueran significativos entre los ámbitos familiar y
escolar. La falta de coherencia entre los valores
propugnados por uno y otro, las experiencias vividas en cada
escenario, las formas de interacción y conductas
reforzadas en la escuela y la familia, todo ello
conduciría a conductas de inadaptación social y
dañarían su desarrollo.
Además de la magnitud de la discrepancia entre la
familia y la escuela pueden influir positiva o negativamente en
el proceso de aprendizaje y de socialización del
niño otras variables tales como:
- El período de desarrollo evolutivo del
niño
En edades más tempranas del desarrollo se espera que el
niño sea más dependiente y sensible de las
discrepancias entre las prácticas educativas familiares y
los efectos pueden ser más negativos.
- Características de las familias
Los resultados de diferentes investigaciones referidas por
(Oliva, A. y Palacios.; 2000) apuntan que el rendimiento
académico, el comportamiento y la adaptación
escolar se afecta por determinadas características
familiares entre las que se destacan: que los padres de
niños con mejores rendimientos y con éxito
escolar:
- Emplean un lenguaje más elaborado, con mayor
complejidad gramatical, riqueza en el vocabulario y enunciados
más abstractos, esto estimula el desarrollo de
habilidades cognitivas y los prepara para afrontar la
exigencias escolares. - Organizan el espacio y el tiempo en actividades que
satisfacen necesidades del niño y de la escuela. - Tenencia de materiales didácticos (libros,
juegos, etc)
y comparten actividades lúdicas, la lectura
de cuentos y la
escritura con otros familiares. Observa un ambiente de
lectura y
escritura en sus padres lo que familiariza a los niños
con estas actividades. - Dedican mayor tiempo a supervisar y ayudar al niño
en sus tareas escolares.
Las prácticas educativas y disciplinarias parecen
influir en el desempeño del escolar. Un mayor éxito
escolar parece tener que ver con el empleo de
pautas autoritarias de los padres, sin ser demasiado
restrictivos, aunque no favorecen la aceptación del
niño en el grupo escolar.
Por otra parte , los padres democráticos estimulan la
responsabilidad individual, la independencia y la seguridad
emocional, así como la comunicación padre-hijo lo
que favorece las habilidades comunicativas y resultan ser
más aceptados, incidiendo no sólo en el
éxito académico sino en tipo de relaciones que
establecen con sus padres.
En consecuencia con todo lo anterior, resulta que el
rendimiento académico y el comportamiento escolar del
niño se ven afectados por las características de
las familias y por la continuidad de las prácticas en el
hogar y en el aula.
La relación en el sentido contrario merece ser
analizada, o lo que es lo mismo, como se afecta la vida familiar
como consecuencia de la escolarización,.
Los resultados docentes de los hijos preocupa a los padres,
despierta su interés, constituye uno de los temas de
conversación mas importante y de mayor frecuencia en la
familia. El fracaso escolar de un hijo es vivido como personal
por algunos padres, los que atribuyen las causas al maestro y a
la escuela manifestando cierto rechazo hacía la misma.
Otros padres con expectativas académicas elevadas, se
muestran excesivamente preocupados por el rendimiento escolar del
niño, quien se interesa más por la reacción
de los padres que por su propio rendimiento. En estos casos,
frente a una situación de fracaso, el niño vivencia
miedo, rechazo a la escuela y baja su autoestima
ante el sentimiento de frustración de las expectativas de
los padres. En momentos como estos en cuando más necesitan
del apoyo de los padres de incitarlos a continuar, de la
confianza en sus potencialidades y de un clima afectivo
que neutralice sentimientos negativos asociados al fracaso de la
escuela. La actividad de estudio es rectora en la edad escolar y
los resultados en la misma mediatizan la relación de
padres-hijos limitando las oportunidades de éxito en otras
actividades que no cuentan con el reconocimiento social de los
progenitores.
Padres y maestros:
vínculo y realidad.
La escuela enfrenta a los niños al saber culturalmente
organizado a través de conceptos complejos, y abstracto
que trasciende a la experiencia individual y sus rutinas
cotidianas. Sin embargo, los niños aprenden tanto en ese
contesto educativo planificado y formal como en el contesto
educativo no formal (la familia). La colaboración de los
padres en la escuela contribuye a la continuidad de las
influencias educativas.
La relación familia y escuela emerge por la necesidad
de complementar la acción
educativa. Padres y maestros saben sus fortalezas y limitaciones
y reconocen los beneficios que generan la complementariedad
lograda si se entrecruzan los impactos educativos.
La implicación de los padres en el proyecto
educativo es un rasgo común de los programas con
efectos más estable y duraderos. La participación
de la familia en la escuela le confiere a los padres otra
perspectiva sobre el niño y su educación y les
aporta nuevas actitudes y diferentes estilos de relación y
prácticas estimulantes, las que se acercan más a la
visión de los educadores.
En la actualidad, la participación de los padres en la
Escuela se ha adoptado como un criterio de calidad y
garantía de eficiencia de la
acción educativa.
La relación familia-escuela se produce por la
participación de las madres y padres en contactos de tipo
informal entre los que se encuentran el acompañamiento de
los hijos a la Escuela el que disminuye en la medida que crecen
los niños y se trasladan solos hacia la Escuela.
Las entrevistas y
llamadas telefónicas entre padres y profesores asi como,
la participación de los primeros en actividades
extradocentes son contactos poco frecuentes e irregulares pero
propician estos encuentros.
Estos contactos esporádicos no siempre indican de falta
de interés de los padres, puede ser que los maestros no
dominen suficientes vías para articular esa
colaboración.
La colaboración de los padres no supone la
pérdida de autonomía como padres, ni identificarse
con la intención de cambiar su comportamiento con el hijo.
También los maestros abogan por esa autonomía para
ellos mismo , ambos pueden aprender uno de los otros a compartir
sus experiencias sin perder espacio ni autoridad.
Las madres y los padres necesitan sentirse seguros en el
desempeño de la maternidad y paternidad. La
asunción de estos roles se ejercen desde las experiencias
vividas y observadas en otras familias y lo legado por la cultura
científica .Todo ello representa lo mejor que saben y lo
más que pueden hacer como padres. En la práctica
para lograr la colaboración de los padres no conviene
despertar las resistencias,
erigir o levantar barreras comunicativas ni que se formen una
percepción de que se les enjuicia, ataca o agrede.
Para fomentar la relación padres-maestros
sería conveniente considerar:
- Coherencia en el equipo acerca de cómo se establecen
las relaciones con los padres atendiendo: - Tipos de actividades
- Tiempo
- Tradición de la escuela
- Clarificar con los padres la complementariedad y
diferenciación de los roles.
Esto posibilita poner los límites de
actuación de padres y profesores, y evita las actitudes
invasivas de los espacios personales y los sentimientos de
sustitución y/o de rivalidad. En ocasiones, ante un
niño procedente de una familia que no sostiene una
relación periódica con los maestros, se aprovecha
cualquier contacto con los padres para destacar la gestión
de la escuela, en cuanto a los logros académicos
alcanzados por el niño o en la formación de
hábitos higiénicos o de normas de comportamiento
como resultado de la labor de la maestra que se ha comportado
"como si fuera una madre" lo que pudiera provocar relaciones de
competencia con
los padres,
La participación de los padres en la escuela se concibe
en término de un proceso gradual, en el que cada paso
adelante debe evaluarse para decidirse a emprender el otro.
En el proceso de colaboración con los padres se
distingue dos niveles según (Palacios J y Oliva, A, 1992)
a saber:
- nivel de intercambio de información.
- nivel d e implicación directa.
- Nivel de intercambio de información sobre el
niño.
Se tiene en cuenta que las madres y los padres son las
primeros educadores quienes mejor conocen al niño (sobre
todo en las edades mas tempranas del desarrollo) acerca de sus
gustos, sus estados de ánimo e intereses, etc.
Los padres representan una valiosa fuente de
información sobre su hijo y el reconocerlo favorece el
vínculo con la Escuela ,por el protagonismo que les
confiere, la confianza que le muestra el maestro además de
revelar la preocupación de la Escuela por el niño.
Todo ello gratifica su autoestima como padre y lo hace sentir
seguro en el
vínculo con el maestro.
El intercambio de información supone los aportes del
maestro sobre hechos relevantes de lo cotidiano o de cuestiones
más trascendentales como progresos del niño,
asuntos que reclamen de la influencia de los padres en los hijos
.
Al tema de la solicitud de información no siempre se le
dedica la atención que merece, por los efectos que
puede ocasionar en la relación de los padres con los
maestros . Es evidente que la información sobre el escolar
que poseen padres y maestros tiene una finalidad educativa
¿que información se requiere?.
En el trabajo
seria oportuno considerar que cualquier dato referido a su hijo y
la vida familiar implica exponer su mundo privado al mundo
público y pudieran sentirse evaluado como padres Una
experiencia al respecto nos comentó una mamá cuando
al contestar un cuestionario
se enfrentó ante la pregunta ¿ a que edad el
niño controló los esfínteres? Parece
sencilla sin embargo, después de contestarla la
mamá se quedó pensando, luego me preguntó
"¿lo hice como es? o ¿se lo exigí muy
pronto? Yo no se si lo hice correctamente o no ".
En este sentido, es preciso revisar en una entrevista,
cuestionario o cualquier técnica que se emplee para la
recogida de información ,intentar invadir lo menos posible
la privacidad de la familia y sopesar si este u otro dato que
queremos obtener realmente es imprescindible para la labor
educativa del maestro ,sino reporta mucho mejor no indagar en esa
dirección , por ejemplo ¿ fue su
hijo deseado? con interrogantes de este tipo ¿qué
tiene que hacer el maestro con ese tema? ¿No
provocará también en el maestro una sobre carga al
movilizar emociones y angustias en los padres que el no
está capacitado para darle contención?.
Atención especial merecen las expectativas que tenemos
sobre determinados eventos que puede
conducirnos a atribuciones causales que trasciende la
información recibida. Así una maestra de
4to grado supo que los padres de uno de sus alumnos se
habían divorciado y exclamó :" ¡ yo sabia que
pasaba algo, pobre niño!." La maestra de la hermana de ese
niño le aclaró que los padres se separaron como
pareja pero no se habían divorciado de sus hijos y las
relaciones entre los padres eran cordiales. La maestra del
niño se mostró preocupada y le preguntó:"
¿ que es lo que le ocurre ?está tan triste ". La
otra maestra le respondió "falleció la
abuelita".
Como se pudo observar la maestra del niño tenia una
expectativa sobre el comportamiento de los hijos de padres
divorciados y ante la noticia del divorcio
atribuye la causa de los problemas del
niño a ese evento, El intercambio de información
entre padres y maestros ayuda a comprender la conducta del
niño en la escuela y adoptar la estrategia
más adecuada para ayudarlo.
La brújula
nos la da el para qué se requiere ese dato,¿ puede
influir en la acción educativa, de qué manera?.
Esto permitirá poner las fronteras en la búsqueda y
en el valor de
determinada información. Los convido a reflexionar acerca
de una conversación del filosofo griego Sócrates
con uno de sus discípulo :
"Un discípulo llegó muy agitado a casa de
Sócrates , y empezó a hablar de esta manera:
-Maestro, quiero contarle que un amigo tuyo estuvo hablando de
ti con malevolencia…
Sócrates lo interrumpió
diciendo:"’¡Espera¡ ¿ Ya hiciste pasar a
través de las tres cercas lo que me vas a decir?"
-¿ Las tres cercas?
-Si –replicó Sócrates- La primera es la
VERDAD. ¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres
decir , es verdadero en todos los puntos?
-No …Lo oi decir a unos vecinos.
-Pero al menos lo habrás hecho pasar por la segunda
cerca que es la BONDAD .¿Lo que me quieres decir es, por
lo menos , bueno?
-No, en realidad no; al contrario…
-¡Ah¡- interrumpió Sócrates-
Entonces vamos ala última cerca:¿Es NECESARIO que
me cuentes eso?
-Para ser sincero . no ; necesario no es.
-Entonces- sonrió el sabio – si no es verdadero,
ni bueno, ni necesario …Sepultémoslo en el olvido.
"(Anónimo)
Por otra parte, el tipo de preguntas que el maestro formula a
los padres expresa lo que constituye relevante para el maestro y
la escuela . Un cuestionario que dedique unas cuantas preguntas
al ingreso económico de los padres, tenencia de bienes,
comidas, problemas de salud, emite un mensaje
distinto a los padres en comparación con otro cuyas
preguntas exploran las actividades y juegos del niño, sus
relaciones con padres y adultos, sus preferencias etc.
El carácter de intercambio de la información
incluye no solo la información que recaba el maestro a los
padres sino también que información se le trasmite
a los padres.
La información acerca de sus hijos es lo que más
le interesa a los padres. Parece lógico, aunque en
ocasiones los maestros les reclaman su falta de interés
por el grupo de niños o por la Escuela.
En una reunión de padres observamos la inquietud de
estos cuando el maestro les explicaba sobre la metodología de trabajo y los progresos del
grupo y reclamaban saber los avances de sus hijos en
particular.
Este hecho es comprensible porque en la acción
educativa con el niño padres y maestros desempeñan
roles y funciones diferentes y esto justifica los intereses
distintos. De todas formas, la conciliación de estos
puntos de vistas permite que se combine la información a
nivel general sobre el grupo y un nivel de carácter
más especifico sobre cada niño.
En resumen la información en torno al
niño puede intercambiarse empleando distintas
vías:
- Entrevistas
- Cuestionario
- Notas informativas
Habría que agregar el tipo de información de
carácter general a través de reuniones e
información escrita.
- Nivel de implicación directa de los padres
La relación escuela-familia no se agota con las
anteriores modalidades. Otro nivel de vínculo se refiere a
la implicación de los padres que puede adoptar formas
variadas, desde una implicación esporádica hasta
una sistemática. La primera tiene lugar en momentos
específicos y se caracteriza por su baja frecuencia o
asistemática, ejemplo de ello es en el momento de ingreso
del niño a la escuela .Este es un período de
adaptación que para algunos niños demanda de la
colaboración de los padres para lograr su plena
incorporación a la mayor brevedad y con menor sufrimiento
para el niño y los padres. Otras variantes de la
implicación no sistemática o esporádica se
manifiesta en la participación de los padres en los paseos
extraescolares o en fiestas escolares, o la ayuda de la
preparación de los materiales para el trabajo con los
niños.
La implicación sistemática tiene un
carácter más regular, estable y forma parte de la
metodología de trabajo con los niños. Es la forma
más intensa de participación de los padres en el
proyecto educativo que se desarrolla en la Escuela. Les permite
otra visión del niño, una forma de relacionarse con
el maestro y aporta una productiva línea de continuidad
escuela-familia.
La asistencia regular y organizada de los padres en el aula,
así como la colaboración regular y planificada en
el trabajo educativo con los niños reporta resultados
provechosos en la labor de padres y maestros y en consecuencia en
los escolares..
Estas modalidades son expresión de la relación
familia-escuela, suponen un tiempo extra y un esfuerzo para los
padres que tiene muchas responsabilidades y una vida agitada,
sujeto a la tensión de la cotidianidad y que jerarquizan
su rol como padres y aspiran a ser mejores padres, comprometidos
con la educación de sus hijos sabedores de que la
convergencia y la complementariedad de los contextos educativos
promueve un desarrollo integral y armónico de niños
y niñas.
El realismo al
seleccionar la vía más adecuada para fortalecer la
relación familia-escuela, acorde con las posibilidades de
los protagonistas conduce a elegir una alternativa realizable y
evaluable, no diseñar propuestas muy ambiciosos
difíciles de materializar..
Familia y Escuela han de unir sus esfuerzos para alcanzar la
formación de hombres y mujeres más satisfechos
personal y profesionalmente y comprometidos con los problemas
sociales de su tiempo.
La comunicación
vía de encuentro entre padres y
maestros.
Los maestros conocen mejor a sus alumnos a través de
los padres. Estos últimos se entera de los progresos de su
niño en la escuela por medio de la conversación que
mantiene con los maestros. La comunicación entre padres
maestros y alumnos constituye el fundamento de una
relación efectiva para la formación de alumnos
estables, seguros intelectual y emocionalmente lo que favorece el
proceso de aprendizaje en los escenarios familiar y escolar.
El dialogo no se produce espontáneamente, pueden
sucederse encuentros eventuales, sin objetivos definidos ser
provechosos si construyéramos esos puentes
fomentáramos la relación familia-escuela con la
intención lograr la continuidad y complementariedad de la
educación y socialización de los niños.
La comunicación se propicia en los contactos que se
establecen en las actividades de intercambio informativos y de
implicación de los padres en las Escuela de Padres, las
que serán comentadas posteriormente.
Una relación funcional con el maestro se establece si
los padres:
- Destacar lo positivo: Los maestros necesitan del
reconocimiento social de la labor que desempeñan .Los
padres pueden aprovechar cualquier oportunidad para compartir
con el maestro la satisfacción que experimentan por los
avances del niño en la escuela , y con ello crean un
clima emocional adecuado y se acorta la distancia entre maestro
y padres. - Expresar su aprecio enviando notas de agradecimiento. La
dinámica de la vida cotidiana no siempre
propicia el contacto directo. La utilización de otros
recursos como la comunicación escrita ayudaría a
que los padres manifestaran su consideración entorno a
un hecho o acontecimiento en el aula y que es evaluado
positivamente por los padres por su impacto educativo . - Disposición a apoyar el trabajo del maestro. Los
padres pueden manifestar su disposición a colaborar y
participar en las actividades escolares y solicitar
orientación al maestro para apoyar las mismas en el
ámbito familiar. - Participación en las reuniones convocadas por la
escuela o por los propios padres para debatir asuntos
relacionados con el rendimiento escolar, el clima de las
relaciones en el aula y todo aquello que pueda estrechar los
vínculos entre padres y maestros
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actividad y tiempo libro del
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Dra. Lourdes Ibarra Mustelier