- Anatemas pronunciados contra
los opositores - Lo que significa la doctrina de
la Trinidad - Examine las
Escrituras - Lo que dicen muchos
eruditos - ¿Se "da a
entender"? - ¿Enseñaron
los padres apostólicos la doctrina de la
Trinidad? - La
Iglesia y la Trinidad - El
platonismo y la Trinidad - Isaac
Newton y La Trinidad - ¿Qué
hay de los textos que se usan en prueba de la
Trinidad? - La
Trinidad y la filosofía griega - Conclusiones
Casi toda iglesia de la
cristiandad enseña que Dios es una Trinidad. The
Catholic Encyclopedia dice que la enseñanza de la Trinidad es "la doctrina
central de la religión cristiana",
y la define así:
"En la unidad de la Divinidad hay Tres Personas: el
Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo, y estas Tres Personas son verdaderamente distintas una
de otra. Así, en las palabras del Credo de Atanasio:
‘el Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu
Santo es Dios, y sin embargo no hay tres Dioses, sino un solo
Dios’. […] Las Personas son coeternas y coiguales: todas
son igualmente increadas y omnipotentes"1.
The Baptist Encyclopædia da
una definición parecida. Dice:
"[Jesús] es […] el eterno Jehová […]
El Espíritu Santo es Jehová […] Se pone al Hijo y
al Espíritu en exacta igualdad con
el Padre. Si él es Jehová, ellos también lo
son"2.
Anatemas
pronunciados contra los
opositores
En 325 E.C. un concilio de obispos reunido en Nicea,
Asia Menor,
formuló un credo que declaró que el Hijo de Dios
era "verdadero Dios", tal como el Padre era "verdadero Dios".
Parte de ese credo decía:
"Mas a los que afirman: Hubo un tiempo en que
[el Hijo] no fué y que antes de ser engendrado no
fué, y que fué hecho de la nada, o los que dicen
que es de otra hipóstasis o de otra sustancia o que el
Hijo de Dios es cambiable o mudable, los anatematiza la Iglesia
Católica"3.
De modo que a cualquiera que creyera que el Hijo de Dios
no era coeterno con el Padre o que el Hijo había sido
creado se le entregaba a la condenación eterna. Uno puede
imaginarse cuánto presionaba aquello a la mayoría
de los creyentes comunes para que se amoldaran a aquellas
ideas.
En el año 381 E.C. se convocó otro
concilio en Constantinopla, y este declaró que
había que adorar y glorificar al espíritu santo tal
como al Padre y al Hijo. Un año después —en
382 E.C.— otro sínodo se reunió en
Constantinopla y sostuvo la divinidad plena del espíritu
santo4. Aquel mismo año, ante un concilio
celebrado en Roma, el papa
Dámaso presentó una serie de enseñanzas que
la iglesia había de condenar. El documento, llamado el
Tomo de Dámaso, incluía las declaraciones que a
continuación se citan.
"Si alguno no dijere que el Padre es siempre, que el
Hijo es siempre y que el Espíritu Santo es siempre, es
hereje."
"Si alguno no dijere verdadero Dios al Hijo de Dios,
como verdadero Dios a [su] Padre [y] que todo lo puede y que todo
lo sabe y que es igual al Padre, es hereje."
"Si alguno no dijere que el Espíritu Santo […]
es […] verdadero Dios, […] lo puede todo y todo lo sabe
[…], es hereje."
"Si alguno no dijere ser tres personas verdaderas: la
del Padre, la del Hijo y la del Espíritu Santo, iguales,
siempre vivientes, que todo lo contienen, lo visible y lo
invisible, que todo lo pueden, […] es hereje."
"Si alguno dijere que [el Hijo] constituído en la
carne cuando estaba en la tierra, no
estaba en los cielos con el Padre, es hereje."
"Si alguno, al llamar Dios al Padre, Dios al Hijo de
Aquél, y Dios al Espíritu Santo, los llama dioses
[…] y no […] una sola divinidad […], es
hereje"5.
Varios eruditos jesuitas, en
su traducción del tomo del latín al
inglés,
añadieron el comentario: "Parece que el papa San Celestino
I (422-432) consideró ley esos
cánones; estos pueden considerarse definiciones de
fe"6. Y el erudito Edmund J. Fortman afirma que el
tomo representa una "doctrina trinitaria bien fundada y
poderosa"7.
Si usted es miembro de una iglesia que acepta la
enseñanza de la Trinidad, ¿definen su fe esas
declaraciones? ¿Y se da cuenta de que el creer en la
doctrina de la Trinidad según la enseñan las
iglesias requiere que usted crea que Jesús estaba en el
cielo al mismo tiempo que estaba en la Tierra? Esta
enseñanza es parecida a lo que declaró Atanasio,
eclesiástico del siglo IV, en su libro
La encarnación del
verbo:
"Él [el Verbo, Jesús,] no estaba encerrado
en el cuerpo, ni estaba en el cuerpo sin estar en otra parte. Ni
él movía a aquél, mientras el universo
estaba vacío de su energía y providencia. […]
Daba vida igualmente a todas las cosas y a la vez nacía en
todos y estaba fuera de todos"8.
Lo que
significa la doctrina de la
Trinidad
Algunos han concluido que el simplemente atribuir deidad
o divinidad a Jesús es todo lo que significa la
enseñanza de la Trinidad. Para otros, creer en la Trinidad
significa sencillamente creer en el Padre, el Hijo y el
espíritu santo.
No obstante, un examen detallado de los credos de la
cristiandad expone lo lamentablemente inadecuadas que son esas
ideas con relación a la doctrina formal. Las definiciones
oficiales dejan claro que la doctrina de la Trinidad no es una
idea sencilla. En vez de eso, es un conjunto complejo de
distintas ideas que han sido juntadas durante largo tiempo y
entrelazadas unas con otras.
Basándonos en la descripción de la doctrina de la Trinidad
que se presentó después del Concilio de
Constantinopla en 381 E.C., en el Tomo de Dámaso de 382
E.C., en el Credo de Atanasio que vino algún tiempo
después, y en otros documentos,
podemos determinar con claridad lo que quiere decir la
cristiandad con la doctrina de la Trinidad. Abarca las siguientes
ideas específicas:
1. Se dice que hay tres personas divinas —el
Padre, el Hijo y el espíritu santo— en la
Divinidad.
2. Se dice que cada una de estas personas distintas es
eterna, que ninguna viene antes ni después de las otras
en el tiempo.
3. Se dice que cada una es todopoderosa, que ninguna
es mayor ni menor que las otras.
4. Se dice que cada una es omnisciente, que todo lo
sabe.
5. Se dice que cada una es verdadero Dios.
6. Con todo, se dice que no hay tres Dioses, sino un
solo Dios.
Está claro que la doctrina de la Trinidad es un
conjunto complejo de ideas que abarca por lo menos los elementos
esenciales ya indicados e implica otros, como revela un examen de
los detalles. Pero si consideramos solo las ideas básicas
ya enumeradas es patente que, si se elimina alguna de ellas, lo
que resta ya no es la Trinidad de la cristiandad. Para tener el
cuadro completo, todas esas partes tienen que estar
presentes.
Ahora que entendemos mejor el término "Trinidad",
podemos preguntar: ¿La enseñaron Jesús y sus
discípulos? Si así fue, debe haber aparecido en
forma completa en el primer siglo de nuestra era común. Y
puesto que lo que ellos enseñaron se encuentra en la
Biblia, entonces la doctrina de la Trinidad o es una
enseñanza bíblica o no lo es. Si lo es,
debería enseñarse claramente en la
Biblia.
No es razonable pensar que Jesús y sus
discípulos enseñaran a la gente acerca de Dios y
sin embargo no le dijeran quién es Dios, especialmente si
se requería que algunos creyentes hasta dieran la vida por
Dios. Por lo tanto, Jesús y sus discípulos
deberían haber dado prioridad a enseñar a otros
esta doctrina esencial.
En el capítulo 17 de Hechos, versículo 11,
se dice que ciertas personas eran ‘de disposición
noble’ porque "examinaban con
cuidado las Escrituras
diariamente en cuanto a si
estas cosas [cosas que enseñaba el
apóstol Pablo] eran así". Se
las animó a usar las Escrituras para confirmar las
enseñanzas hasta de un apóstol. Usted debe hacer lo
mismo.
Tenga presente que las Escrituras son ‘inspiradas
de Dios’ (2 Timoteo 3:16, 17.) De modo que está
completa en asuntos doctrinales. Si la doctrina de la Trinidad es
verdadera, debe estar en ella.
Invitamos al lector a buscar en la Biblia, especialmente
en los 27 libros de las
Escrituras Griegas Cristianas, para ver por sí mismo si
Jesús y sus discípulos enseñaron una
Trinidad. Mientras busca, pregúntese:
1. ¿Puedo hallar algún texto
bíblico que mencione la "Trinidad"?
2. ¿Puedo encontrar algún texto
bíblico que diga que Dios se compone de tres personas
distintas: Padre, Hijo y espíritu santo, pero que las
tres son un solo Dios?
3. ¿Puedo hallar algún texto
bíblico que diga que el Padre, el Hijo y el
espíritu santo son iguales en todo aspecto, como en
eternidad, poder,
posición y sabiduría?
Por más que busque, no encontrará
ningún texto bíblico que use la palabra
Trinidad, ni hallará uno que diga que el Padre, el
Hijo y el espíritu santo son iguales en todo aspecto, como
en eternidad, poder, posición y sabiduría. Ni
siquiera un texto bíblico dice que el Hijo sea igual al
Padre en esos aspectos… y si hubiera tal texto, no
establecería una Trinidad, sino —a lo
más— una "dualidad".
Muchos eruditos, incluso trinitarios, reconocen que la
Biblia no contiene la doctrina misma de una Trinidad. Por
ejemplo, The Encyclopedia of Religion
declara:
"Exegetas y teólogos hoy concuerdan en que la
Biblia hebrea no contiene una doctrina de la Trinidad […]
Aunque la Biblia hebrea describe a Dios como el padre de Israel y emplea
personificaciones de Dios, tales como Palabra
(davar), Espíritu (ruah),
Sabiduría (hokhmah) y Presencia
(shekhinah), el correlacionar estos conceptos con
la doctrina trinitaria posterior iría más
allá de la intención y el espíritu del
Antiguo Testamento.
"Además, exegetas y teólogos reconocen que
el Nuevo Testamento tampoco contiene una doctrina
explícita de la Trinidad. Dios Padre es fuente de todo lo
que existe (Pantokrator) y también el padre de Jesucristo;
‘Padre’ no es un título para la primera
persona de la
Trinidad, sino un sinónimo de Dios. […]
"En el Nuevo Testamento no hay ninguna conciencia
reflexiva de la naturaleza
metafísica de Dios (‘trinidad
inmanente’) ni contiene el Nuevo Testamento el lenguaje
técnico de la doctrina posterior (hupostasis,
ousia, substantia, subsistentia,
prosōpon, persona).
[…] Es indiscutible que la doctrina no puede establecerse sobre
pruebas
bíblicas solamente"9.
Respecto a los hechos históricos de esta
cuestión, The New Encyclopædia
Britannica dice:
"Ni la palabra Trinidad ni la doctrina explícita
aparecen en el Nuevo Testamento […]
"La doctrina se desarrolló gradualmente en el
transcurso de varios siglos y en medio de muchas controversias.
[…]
"No fue sino hasta el siglo IV cuando la
distinción de las tres y su unidad fueron juntadas en una
sola doctrina ortodoxa de una esencia y tres
personas"10.
La New Catholic Encyclopedia hace
una declaración parecida respecto al origen de la
Trinidad:
"Exegetas y teólogos bíblicos, entre ellos
una cantidad constantemente creciente de católicos
romanos, reconocen que no se debe hablar de trinitarismo en el
Nuevo Testamento sin seria reserva. En estrecho paralelo,
historiadores del dogma y teólogos sistemáticos
también reconocen que cuando se habla de trinitarismo
pleno se pasa del período de los orígenes del
cristianismo
a, digamos, la última cuarta parte del siglo IV. Fue solo
entonces cuando lo que pudiera llamarse el dogma trinitario
definitivo de ‘un solo Dios en tres Personas’
llegó a asimilarse por completo en la vida y el pensamiento
cristianos. […]
"La fórmula misma no refleja la conciencia
inmediata del período de los orígenes; fue producto de
tres siglos de desarrollo
doctrinal"11.
Quizás los trinitarios digan que la Biblia "da a
entender" una Trinidad. Pero esa alegación se hace mucho
después de haberse escrito la Biblia. Es un intento de
atribuir a la Biblia lo que los clérigos de tiempos
posteriores decidieron arbitrariamente que debería ser
doctrina.
Pregúntese: ¿Por qué
debería ser que la Biblia solo ‘diera a
entender’ su enseñanza más importante:
quién es Dios?
La razón por la cual la Biblia no enseña
claramente la doctrina de la Trinidad es sencilla: porque no es
una enseñanza bíblica. Si Dios fuera una Trinidad,
sin duda lo habría dado a conocer claramente, de modo que
Jesús y sus discípulos pudieran enseñarlo a
otros. Y esa información esencial se habría
incluido en la Palabra inspirada de Dios. No se habría
dejado para que fuera objeto de contienda entre hombres
imperfectos siglos después.
Cuando examinamos los textos bíblicos que los
trinitarios presentan como prueba de que la Biblia "da a
entender" una Trinidad, ¿qué hallamos? Una evaluación
honrada revela que los textos que se presentan no tratan de la
Trinidad de la cristiandad. En vez de eso, ciertos
teólogos tratan de forzar en los textos sus ideas
preconcebidas de una Trinidad. Pero esas ideas no están en
los textos bíblicos. De hecho, esas ideas trinitarias
están en pugna con el testimonio claro de la Biblia en
conjunto.
Un ejemplo de ese tipo de textos es Mateo 28:19, 20.
Ahí se mencionan juntos al Padre, el Hijo y el
espíritu santo. Algunos afirman que eso da a entender una
Trinidad. Pero lea los versículos usted mismo. ¿Hay
algo en esos textos que diga que los tres son un solo Dios,
iguales en eternidad, poder, posición y sabiduría?
No, no lo hay. Lo mismo pasa en el caso de otros textos que
mencionan a los tres juntos.
En cuanto a los que creen que el uso de "nombre" en
singular al aludir al Padre, el Hijo y el espíritu santo
en Mateo 28:19, 20 da a entender una Trinidad, sírvase
comparar con eso el uso de "nombre", en singular, al aludir a
Abrahán e Isaac en Génesis 48:16
(Reina-Valera, 1977).
Los trinitarios también señalan a Juan
1:1 en algunas versiones, donde se dice que "el Verbo"
estaba "con Dios" y era "Dios". Pero otras traducciones de la
Biblia dicen que el Verbo era "un dios" o era "divino", sin
querer decir necesariamente Dios, sino alguien poderoso.
Además, ese versículo bíblico dice que "el
Verbo" estaba "con" Dios. (Por cierto, la palabra griega "logos"
no significa "Verbo" sino "palabra". Así que desde
ahí hay un grave error gramatical.) Eso razonablemente lo
excluiría de ser ese mismo Dios. "La Palabra" (o "el
Verbo"), en Juan 1:1 solo se menciona con Dios, es decir: solo
hay dos personas, no tres. Una y otra vez, cuanto texto se
usa para tratar de apoyar la doctrina de la Trinidad fracasa
completamente en cuanto a ello cuando se examina
honradamente.
Otro factor que debe considerarse es este: Si
Jesús y sus discípulos hubieran enseñado la
doctrina de la Trinidad, entonces sin duda eclesiásticos
destacados que existieron inmediatamente después de ellos
también la habrían enseñado. Pero
¿enseñaron aquellos hombres —llamados hoy
padres apostólicos— la doctrina de la
Trinidad?
1. The Catholic Encyclopedia,
1912, tomo XV, página 47.
2. The Baptist
Encyclopædia, edición preparada por William Cathcart,
1883, páginas 1168, 1169.
3. El Magisterio de la
Iglesia, por Enrique Denzinger (traducción
directa de los textos originales por Daniel Ruiz Bueno), 1963,
páginas 23, 24.
4. A Short History of
Christian Doctrine, por Bernhard Lohse,
edición de 1980, páginas 64, 65.
5. El Magisterio de la
Iglesia, por Enrique Denzinger (traducción
directa de los textos originales por Daniel Ruiz Bueno), 1963,
páginas 28, 29.
6. The Church Teaches,
edición traducida al inglés y preparada por John
F. Clarkson, S.J., John H. Edwards, S.J., William J. Kelly,
S.J., y John J. Welch, S.J., 1955, página
125.
7. The Triune God, por Edmund J.
Fortman, edición de 1982, página 126.
8. Atanasio. La
encarnación del verbo,
traducción del griego al español por José C.
Fernández Sahelices, 1989, página 59.
9. The Encyclopedia of
Religion, Mircea Eliade, jefe de redacción, 1987, tomo 15, página
54.
10. The New Encyclopædia
Britannica, 15.a edición, 1985, tomo
11, Micropædia, página 928.
11. New Catholic Encyclopedia,
1967, tomo XIV, página 295.
¿Enseñaron los
padres apostólicos la doctrina
de la Trinidad?
"PADRES APOSTÓLICOS" es la denominación
que se usa para los eclesiásticos que escribieron sobre el
cristianismo a fines del primer siglo y principios del
segundo de nuestra era común. Entre ellos estuvieron
Clemente de Roma, Ignacio, Policarpo, Hermas y
Papías.
Se dice que fueron contemporáneos de algunos de
los apóstoles. Según eso, deben haber estado
familiarizados con las enseñanzas apostólicas.
Respecto a lo que escribieron esos hombres, The New
Encyclopædia Britannica dice:
"Considerados en conjunto, los escritos de los Padres
Apostólicos son históricamente más valiosos
que toda otra literatura cristiana fuera
del Nuevo Testamento"1.
Si los apóstoles enseñaron la doctrina de
la Trinidad, entonces esos padres apostólicos deben
haberla enseñado también. Esa doctrina debe haberse
destacado en su enseñanza, pues nada era más
importante que decir a la gente quién era Dios. Entonces,
¿enseñaron ellos la doctrina de la
Trinidad?
Una declaración temprana
de fe
Una de las declaraciones extrabíblicas más
tempranas de fe cristiana se halla en un libro de 16
capítulos cortos conocido como la Didajé, o
Enseñanza de los Doce
Apóstoles. Algunos historiadores afirman que data
de antes o cerca del año 100 E.C. Se desconoce su
autor2.
La Didajé trata sobre lo que
tendría que saber el que quisiera hacerse cristiano. En su
capítulo 7 prescribe el bautismo "en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo", las mismas palabras que
usó Jesús en Mateo 28:193. Pero no dice
nada de que los tres sean iguales en eternidad, poder, puesto y
sabiduría. En su capítulo 10, la
Didajé contiene la siguiente confesión de fe
en forma de oración:
"Te damos gracias, Padre santo, por tu santo Nombre, que
hiciste morar en nuestros corazones, y por el
conocimiento y la fe y la inmortalidad que nos diste a
conocer por medio de Jesús, tu siervo. A ti
sea la gloria por los siglos. Tú, Señor
omnipotente, creaste todas las cosas por causa de tu nombre […]
Mas a nosotros nos hiciste gracia de comida y bebida espiritual y
de vida eterna por tu siervo"4.
Ahí no se dice nada de una Trinidad. En
The Influence of Greek Ideas
on Christianity (La influencia de las ideas griegas
en el cristianismo), Edwin Hatch cita el pasaje precedente y
luego dice:
"En la esfera original del cristianismo no parece que
haya habido gran adelanto desde estos conceptos sencillos. La
doctrina en que se hizo hincapié fue: que Dios existe, que
es uno solo, que es todopoderoso y eterno, que hizo al
mundo, que Su misericordia está sobre todas Sus obras. No
había afición a la discusión
metafísica"5.
Clemente de Roma
Clemente de Roma, de quien se dice que fue "obispo" de
esa ciudad, es otra fuente temprana de escritos sobre el
cristianismo. Se cree que murió alrededor de 100 E.C. En
el material que supuestamente escribió, él no
menciona una Trinidad, ni directa ni indirectamente. La
Carta primera de San Clemente
a los Corintios declara:
"Que la gracia y la paz se multipliquen entre vosotros
de parte de Dios omnipotente por mediación
de Jesucristo".
"Los Apóstoles nos predicaron el Evangelio de
parte del Señor Jesucristo; Jesucristo fué
enviado de Dios. En resumen, Cristo de parte de
Dios, y los Apóstoles de parte de Cristo".
"Por lo demás, el Dios que todo lo ve, el
Dueño de los espíritus y Señor de toda
carne, el que escogió al Señor Jesucristo y a
nosotros por Él para pueblo peculiar suyo, conceda a toda
alma que
invoca su magnífico y santo nombre, fe, amor, paz,
paciencia, longanimidad"6.
Clemente no dice que Jesús ni el espíritu
santo sean iguales a Dios. Presenta al Dios que todo lo puede (no
lo llama solo "Padre") como un ser diferente del Hijo. Alude a
Dios como superior, puesto que Cristo es "enviado" de Dios, y
Dios "escogió" a Cristo. Clemente muestra que Dios
y Cristo son dos personajes distintos y desiguales, al
decir:
"Con constante oración y súplica pediremos
al Hacedor de todas las cosas, conserve íntegro el
número contado de sus escogidos en todo el mundo, por su
amado Hijo y Siervo, Jesucristo […] Para
conocerte a Ti [Dios], el solo Altísimo en las alturas
[…] Tú sólo eres el bienhechor de los
espíritus y Dios de toda carne".
"Conozcan todos los pueblos que Tú eres el solo
Dios, y Jesucristo tu Hijo y Siervo"7.
Clemente llama a Dios "Altísimo" (no solo
"Padre"), y se refiere a Jesús como el "Hijo" de Dios.
También señala tocante a Jesús: "Él,
que, siendo el esplendor de su grandeza, es tanto mayor que los
ángeles cuanto ha heredado nombre más
excelente"8. Jesús refleja el esplendor de
Dios, pero no lo iguala; tal como la Luna refleja la luz solar, pero
no iguala a la fuente de esa luz: el
Sol.
Si el Hijo de Dios fuera igual a Dios —quien es el
Padre celestial—, habría sido innecesario que
Clemente dijera que Jesús era mayor que los
ángeles, ya que eso habría sido obvio. Y sus
palabras muestran que reconoce que aunque el Hijo es mayor que
los ángeles es inferior al Dios que todo lo
puede.
El punto de vista de Clemente es muy claro: El Hijo es
inferior al Padre y está en posición secundaria
respecto a él. Clemente nunca vio a Jesús como
parte de una divinidad con el Padre. Muestra que el Hijo depende
del Padre, es decir, de Dios, y dice claramente que el Padre es
‘el solo Dios’, que no comparte Su posición
con nadie. Y en ningún lugar iguala Clemente el
espíritu santo a Dios. Por consiguiente, no hay ninguna
Trinidad en los escritos de Clemente.
Ignacio
Ignacio, un obispo de Antioquía, vivió
como desde mediados del siglo I E.C. hasta principios del siglo
II. Si suponemos que todos los escritos que se le atribuyen son
auténticos, en ninguno de ellos hay igualdad entre el
Padre, el Hijo y el espíritu santo.
Aunque Ignacio hubiera dicho que el Hijo era igual al
Padre en eternidad, poder, posición y sabiduría,
todavía no habría una Trinidad, pues no dijo en
ningún lugar que el espíritu santo fuera igual a
Dios en esos aspectos. Pero Ignacio no dijo que el Hijo fuera
igual a Dios el Padre de esas maneras ni de ninguna otra. En vez
de eso, mostró que el Hijo está sujeto a Aquel que
es superior, el Dios Todopoderoso.
Ignacio llama al Dios Todopoderoso "el único Dios
verdadero, el no engendrado e inaccesible, el Señor de
todo, el Padre y Engendrador del Hijo unigénito",
lo cual indica la distinción entre Dios y Su
Hijo9. Habla del "Dios Padre y […]
Jesucristo"10. Y declara: "Existe un único
Dios, el cual se ha manifestado por medio de su Hijo
Jesucristo"11.
Ignacio señala que el Hijo no era eterno como
persona, sino que había sido creado, pues pone estas
palabras en boca del Hijo: "El Señor [Dios Todopoderoso]
me creó principio de sus caminos"12.
También Ignacio dijo: "Uno solo es el Dios del universo, el
Padre de Cristo, de quien todo
procede; uno nuestro Señor
Jesucristo, el Unigénito hijo
de Dios, Señor de todas las cosas,
por el cual todo ha
sido hecho"13. También
escribe:
"El Señor también nos anunció las
cosas que recibió del Padre. Pues, dice Él,
‘la palabra que ustedes oyen no es Mía, sino del
Padre, quien Me envió’"14.
"Hay un solo Dios, el cual se manifestó a
sí mismo por medio de Jesucristo, su hijo, que es Palabra
suya, que procedió del silencio, y de todo en todo
agradó a Aquel [Dios] que le había enviado. […]
Jesucristo está sometido […] a su
Padre"15.
Es cierto que Ignacio llama al Hijo "el Dios Verbo".
Pero el uso del término "Dios" para referirse al Hijo no
significa necesariamente que él sea igual al Dios
Todopoderoso. La Biblia también llama "Dios" al Hijo en
Isaías 9:6. En Juan 1:18 se llama "el dios
unigénito" al Hijo. El Hijo, dotado de poder y autoridad por
Jehová Dios, el Padre, podía ser calificado
apropiadamente de "poderoso", que es lo que "dios"
básicamente significa. (Mateo 28:18; 1 Corintios 8:6;
Hebreos 1:2.)
No obstante, ¿se aceptan como auténticas
las 15 cartas que se
atribuyen a Ignacio? En The Ante-Nicene
Fathers, tomo I, los editores Alexander Roberts y James
Donaldson declaran:
"Ahora la opinión general de los críticos
es que las primeras ocho de estas supuestas cartas ignacianas son
espurias. Contienen en sí pruebas indudables de que son
producto de una época posterior […] y ahora se descartan
de común acuerdo como falsificaciones".
"De las siete Epístolas que reconoce Eusebio
[…], tenemos dos recensiones griegas (una corta y una larga).
[…] Aunque la forma corta […] se había aceptado
generalmente y preferido a la larga, todavía había
entre los eruditos la opinión bastante extendida de que ni
siquiera esa podía considerarse absolutamente libre de
interpolaciones, o que fuera de autenticidad
indudable"16.
Si aceptamos como genuina la versión corta de sus
escritos, esta elimina algunas frases (de la versión
larga) que muestran que Cristo está subordinado a Dios,
pero lo que queda en la versión corta todavía no
muestra una Trinidad. Y prescindiendo de cuáles de sus
escritos sean genuinos, a lo más muestran que Ignacio
creyó en una dualidad de Dios y su Hijo. Esa de ninguna
manera sería una dualidad de iguales, pues al Hijo siempre
se le presenta como inferior a Dios y subordinado a él.
Por lo tanto, prescindiendo de cómo vea uno los escritos
ignacianos, en ellos no se halla una doctrina de la
Trinidad.
Policarpo
Policarpo de Esmirna nació en el último
tercio del primer siglo y murió a mediados del segundo. Se
dice que estuvo en comunicación con el apóstol Juan y
que escribió la Carta de Policarpo
a los Filipenses.
¿Había algo en el escrito de Policarpo que
señalara a una Trinidad? No; no hay ninguna mención
de ella. En realidad lo que él dice concuerda con lo que
enseñaron Jesús, sus discípulos y sus
apóstoles. Por ejemplo, Policarpo dijo en su
Carta:
"Que el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
y el mismo […] Hijo de Dios, Jesucristo, os edifique en la fe,
en la verdad"17.
Note que, al igual que Clemente, Policarpo no habla de
una relación trinitaria del "Padre" y el "Hijo" como
iguales en una divinidad. En vez de eso, habla sobre "el Dios y
Padre" de Jesús, no solo del ‘Padre de
Jesús’. Así que distingue entre Dios y
Jesús, tal como lo hacen muchas veces los escritores de la
Biblia. Pablo dice en 2 Corintios 1:3: "Bendito sea el Dios y
Padre de nuestro Señor Jesucristo". No dice sencillamente:
‘Bendito sea el Padre de Jesús’, sino:
"Bendito sea el Dios y Padre" de
Jesús.
Además, Policarpo dice: "Paz de Dios todopoderoso
y de Jesucristo nuestro Salvador"18. Ahí de
nuevo Jesús es diferente del Dios que todo lo puede, no
una persona de una Divinidad trina y una con igualdad
establecida.
Hermas y Papías
Otro de los padres apostólicos es Hermas, quien
escribió en la primera parte del siglo segundo. En su obra
El Pastor, ¿dice algo que llevara a uno a
creer que para él Dios fuera una Trinidad? Note ejemplos
de lo que dijo:
"Ni cuando algún hombre desee
que hable, habla el espíritu santo; sino que entonces
habla cuando Dios quiere que hable. […] Dios plantó la
viña, a saber, creó al pueblo y lo entregó a
su Hijo. El Hijo, a su vez, puso a sus ángeles sobre
ellos, para que los conservasen"19.
"El Hijo de Dios es seguramente anterior a toda su
creación"20.
Ahí Hermas dice que cuando Dios (no simplemente
el Padre) desea que el espíritu hable, este habla, lo cual
revela que Dios es superior al espíritu. Y dice que Dios
entregó la viña a su Hijo, lo cual indica que Dios
es superior al Hijo. También declara que el Hijo de Dios
es anterior a sus criaturas —las del Hijo—, es decir,
las que el Hijo de Dios creó como el Obrero Maestro de
Dios, "porque por medio de él todas las otras cosas fueron
creadas en los cielos y sobre la tierra". (Colosenses 1:15, 16.)
La realidad es que el Hijo no es eterno. Fue creado como criatura
celestial de alto rango, antes que las demás criaturas
celestiales —como los ángeles— que fueron
creadas por medio de él.
J. N. D. Kelly, en su libro Early
Christian Doctrines (Doctrinas cristianas
primitivas), escribe acerca del punto de vista de Hermas sobre el
Hijo de Dios:
"En varios pasajes leemos sobre un ángel que es
superior a los seis ángeles que componen el consejo
central de Dios, y a quien se describe regularmente como
‘muy venerable’, ‘santo’ y
‘glorioso’. Este ángel recibe el nombre de
Miguel, y es difícil eludir la conclusión de que
Hermas vio en él al Hijo de Dios y lo igualó al
arcángel Miguel".
"También hay prueba […] de que trató de
representar a Cristo como un tipo de ángel supremo […]
Respecto a una doctrina de la Trinidad en el sentido estricto,
desde luego no hay ninguna señal"21.
También de Papías se dice que
conoció al apóstol Juan. Es probable que él
escribiera a principios del siglo segundo, pero hoy día
solo existen fragmentos de sus escritos. En ellos no dice nada de
una doctrina de la Trinidad.
Enseñanza consecuente
En cuanto a la supremacía de Dios y su
relación con Jesús, la enseñanza de los
padres apostólicos es razonablemente consecuente con la
enseñanza de Jesús, los discípulos y los
apóstoles, según se registra en la Biblia. Ninguno
de ellos dice que Dios sea una Trinidad; más bien, todos
se refieren a él como un Ser distinto, eterno,
todopoderoso, omnisapiente. Y hablan del Hijo de Dios como una
criatura celestial distinta, inferior y subordinada a quien Dios
creó para que Le sirviera para llevar a cabo Su voluntad.
Y en ningún lugar se iguala el espíritu santo a
Dios.
Por lo tanto, en esos escritos de los padres
apostólicos que datan de fines del primer siglo y
principios del segundo no hay apoyo para la deidad trinitaria de
la cristiandad. Ellos hablaron de Dios, Jesús y el
espíritu santo tal como lo hace la Biblia. Vea, por
ejemplo, Hechos 7:55, 56:
"Él [Esteban], lleno del Espíritu Santo,
miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a
Jesús que estaba en pie a la diestra de Dios; y dijo:
‘Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que
está en pie a la diestra de Dios’" (Biblia
de Jerusalén, católica).
Esteban recibió una visión de Dios en el
cielo y vio a Jesús de pie al lado de
Él. El Hijo estaba de pie al lado de Aquel a quien
no se califica solo de "Padre", sino de "Dios", alguien de
identidad
completamente diferente de la de Jesús. Y no hubo ninguna
tercera persona implicada en lo que vio Esteban. No se vio al
espíritu santo en el cielo con Jesús y su
Padre.
Eso se parece a lo que describe Apocalipsis 1:1, que
declara: "Revelación de Jesucristo, que Dios le
comunicó" (Cantera-Iglesias, católica). De
nuevo se muestra que el Cristo resucitado en el cielo es
totalmente distinto de Dios, y no se menciona al
espíritu santo. Si Jesús fuera la segunda
persona de una Trinidad y lo supiera todo, ¿cómo se
le podría ‘comunicar’ una
revelación?
Textos bíblicos como esos demuestran claramente
que no existe ninguna Trinidad. Y en ninguna parte de la Biblia
hay un texto que diga que Dios sea una Trinidad. Los escritos de
los padres apostólicos reflejaron eso. No cabe duda de que
no enseñaron la deidad trinitaria de la
cristiandad.
El siguiente grupo
importante de escritos sobre el cristianismo vino posteriormente
en el siglo segundo. Estos escritos son las obras de
eclesiásticos conocidos como apologistas.
¿Enseñaron una Trinidad?
Referencias:
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¿Enseñaron
los apologistas la doctrina
de la Trinidad?
DESDE alrededor de mediados del siglo segundo de nuestra
era común aparecieron varios eclesiásticos a
quienes hoy día se llama apologistas. Ellos escribieron
para defender el cristianismo que conocían contra las
filosofías hostiles que reinaban en el mundo romano de
aquel tiempo. Su obra vino hacia fines, y después, del
tiempo de los escritos de los padres
apostólicos.
Entre los apologistas que escribieron en griego
estuvieron Justino Mártir, Taciano, Atenágoras,
Teófilo y Clemente de Alejandría. Tertuliano fue un
apologista que escribió en latín.
¿Enseñaron ellos la Trinidad: tres personas
coiguales (Padre, Hijo y Espíritu Santo) en una Divinidad,
en la cual cada uno es verdadero Dios pero sin que haya tres
Dioses, sino un solo Dios?
"El Hijo está
subordinado"
El Dr. H. R. Boer, en su libro A Short
History of the Early Church
(Breve historia de la
iglesia primitiva), comenta sobre la esencia de la
enseñanza de los apologistas:
"Justino [Mártir] enseñó que antes
de la creación del mundo Dios estaba solo y que no
había ningún Hijo. […] Cuando Dios quiso crear el
mundo, […] engendró a otro ser divino para crear el
mundo por él. A este ser divino se le llamó […]
Hijo porque nació; se le llamó Logos porque se le
tomó de la Razón o Mente de Dios. […]
"Por consiguiente, Justino y los demás
apologistas enseñaron que el Hijo es una criatura.
Él es una criatura elevada, una criatura suficientemente
poderosa como para crear el mundo, no obstante, una criatura. En
teología a esta relación entre el Hijo y el Padre
se le llama subordinacionismo. El Hijo está
subordinado, o sea, es subalterno al Padre, depende de él
y existe por él. Los apologistas fueron
subordinacionistas"1.
En el libro The Formation of
Christian Dogma (La formación del dogma
cristiano), el Dr. Martin Werner dice lo siguiente sobre el
entendimiento más temprano de la relación entre el
Hijo y Dios:
"Esa relación se entendió
inequívocamente como que era una de
‘subordinación’, esto es en el sentido de la
subordinación de Cristo a Dios. Dondequiera que en el
Nuevo Testamento se pasa a considerar la relación entre
Jesús y Dios, el Padre, […] esta se concibe y representa
categóricamente como subordinación. Y el
Subordinacionista más decidido del Nuevo Testamento,
según el registro
sinóptico, fue Jesús mismo […] Esta
posición original, firme y evidente como era, pudo
mantenerse por mucho tiempo. ‘Todos los grandes
teólogos prenicenos representaron la subordinación
del Logos a Dios’"2.
De acuerdo con eso, R. P. C. Hanson, en The
Search for the Christian
Doctrine of God (Búsqueda de la
doctrina cristiana de Dios), declara:
"No hay ningún teólogo de la Iglesia
oriental ni de la occidental antes del estallido de la
controversia arriana [en el siglo IV] que no considere que en
algún sentido el Hijo está subordinado al
Padre"3.
El Dr. Alvan Lamson, en The Church
of the First Three Centuries
(La iglesia de los primeros tres siglos), añade el
siguiente testimonio respecto a la enseñanza de las
autoridades eclesiásticas antes del Concilio de Nicea (325
E.C.):
"Los Padres antenicenos por lo general, si no
uniformemente, sostuvieron la inferioridad del Hijo […] El
hecho de que veían que el Hijo era distinto del Padre se
hace patente por la circunstancia de que sostienen claramente la
inferioridad de él. […] Lo consideraban distinto y
subordinado"4.
Del mismo modo, en el libro Gods and
the One God (Dioses y el único Dios),
Robert M. Grant dice lo siguiente sobre los
apologistas:
"La cristología de las apologías, como la
del Nuevo Testamento, es esencialmente subordinacionista. El Hijo
siempre está subordinado al Padre, quien es el
único Dios del Antiguo Testamento. […] Lo que hallamos
en estos escritores primitivos, pues, no es una doctrina de la
Trinidad […] Antes de Nicea, la teología cristiana fue
casi universalmente subordinacionista"5.
En la Trinidad que la cristiandad enseña, el Hijo
es igual al Dios Padre en eternidad, poder, posición y
sabiduría. Pero los apologistas dijeron que el Hijo no era
igual al Dios Padre. Consideraron que el Hijo estaba subordinado.
Eso no constituye la enseñanza de la Trinidad.
Reflejo de la
enseñanza del primer
siglo
Los apologistas y otros primitivos Padres de la Iglesia
reflejaron en gran medida lo que enseñaron los cristianos
del primer siglo acerca de la relación entre el Padre y el
Hijo. Note cómo se expresa esto en el libro The
Formation of Christian
Dogma:
"En la era cristiana primitiva no hubo ninguna
señal de algún tipo de problema o controversia
trinitario, como el que luego ocasionó conflictos
violentos en la Iglesia. La razón de esto indudablemente
estriba en el hecho de que, para el cristianismo primitivo,
Cristo era […] un ser del elevado mundo angelical celestial,
que fue creado y escogido por Dios para la tarea de traer, al
final de las edades, […] el Reino de
Dios"6.
Además de eso respecto a la enseñanza de
los anteriores Padres de la Iglesia, The
International Standard Bible
Encyclopedia admite:
"En el pensamiento más temprano de la Iglesia, al
hablar del Dios Padre se tiende a no concebirlo primero como el
Padre de Jesucristo, sino como la fuente de todo ser. En
consecuencia, el Dios Padre es, por decirlo así, Dios por
excelencia. A Él corresponden descripciones como increado,
inmortal, inmutable, inefable, invisible e ingénito. Es
Él quien ha hecho todas las cosas, entre ellas la materia misma
de la creación, de la nada. […]
"Esto pudiera parecer que da a entender que solo el
Padre es apropiadamente Dios, y el Hijo y el Espíritu lo
son solo en segundo lugar. Muchas declaraciones primitivas
parecen apoyar esto"7.
Aunque esta enciclopedia pasa a restar importancia a
esas verdades y a alegar que la doctrina de la Trinidad se
aceptó en ese período primitivo, los hechos
desmienten tal alegación. Considere las siguientes
palabras del famoso teólogo y cardenal católico
John Henry Newman:
"Reconozcamos que la Iglesia Primitiva confesó
consecuente y uniformemente todo el círculo de doctrinas,
de las cuales es objeto nuestro Señor […] Pero
ciertamente es diferente en cuanto a la doctrina católica
de la Trinidad. No veo en qué sentido puede decirse que
hay un consenso de [las autoridades eclesiásticas]
primitivas a favor de ella […]
"Los Credos de aquel tiempo primitivo no mencionan […]
la [Trinidad] en absoluto. Sí mencionan a Tres; pero el
que haya algún misterio en la doctrina, que los Tres sean
Uno, que sean coiguales, coeternos, todos increados, todos
omnipotentes, todos incomprensibles, no se declara, y nunca
podría deducirse de ellos"8.
Lo que enseñó
Justino Mártir
Uno de los primeros apologistas fue Justino
Mártir, quien vivió desde alrededor de 110 hasta
165 E.C. Ninguno de sus escritos existentes menciona a tres
personas coiguales en un solo Dios.
Por ejemplo, según La Biblia
(versión católica de Serafín de Ausejo),
Proverbios 8:22-30 dice esto de Jesús en su existencia
prehumana: "Yahvéh me creó al comienzo de su
acción,
antes que sus obras más antiguas. […] Nací cuando
no existían los abismos […] Antes que las colinas yo
nací […] Allí estuve a su lado [el de Dios] como
arquitecto". Justino, al considerar esos versículos, dice
en su Diálogo con
Trifón:
"Esta descendencia es engendrada por el Padre antes de
todas las criaturas —la palabra lo ha puesto de
manifiesto—; ahora bien, todo el mundo convendrá en
que lo engendrado es numéricamente distinto del que lo
engendra"9.
Puesto que el Hijo nació de Dios, Justino
sí usa la expresión "Dios" tocante al Hijo. Declara
en su Apología I: "El Padre del universo
tiene un Hijo, que, siendo Verbo y primogénito de Dios, es
también Dios"10. La Biblia también alude
al Hijo de Dios mediante el título "Dios". En
Isaías 9:6 se le llama "Dios Poderoso". Pero en la Biblia
se llama "dioses" también a ángeles, humanos,
dioses falsos y a Satanás. (Ángeles:
Salmo 8:5; compárese con Hebreos 2:6, 7. Humanos: Salmo
82:6. Dioses falsos: Éxodo 12:12; 1 Corintios 8:5.
Satanás: 2 Corintios 4:4.) En las Escrituras Hebreas, la
palabra que se vierte "Dios", ´El, significa
sencillamente "Poderoso" o "Fuerte". Su equivalente en las
Escrituras Griegas es the·ós.
Además, el término hebreo que se usa en
Isaías 9:6 muestra una distinción clara entre el
Hijo y Dios. Ahí al Hijo se le llama "Dios Poderoso",
´El Guib·bóhr, no "Dios
Todopoderoso". Este término en hebreo es ´El
Schad·dái y aplica únicamente a
Jehová Dios.
Sin embargo, note que aunque Justino llama al Hijo
"Dios", nunca dice que el Hijo es una de tres personas iguales,
cada una de las cuales es Dios aunque las tres forman un solo
Dios. Más bien, dice en su Diálogo
con Trifón:
"Es […] llamado Dios y Señor [Jesús en
su existencia prehumana] otro que está bajo el Hacedor del
universo [el Dios Todopoderoso], y que [el Hijo] se llama
también ángel o mensajero, por ser El [el Hijo]
quien anuncia a los hombres cuanto quiere se les anuncie el
Creador de todas las cosas, por encima del cual no hay otro Dios.
[…]
"[El Hijo] es otro que el Dios creador del universo,
otro, digo, numéricamente, no en sentir y
pensamiento"11.
Aparece un pasaje interesante en la
Apología I de Justino, capítulo 6,
donde él defiende a los cristianos de la acusación
pagana de que son ateos. Escribe:
"A El [Dios] y al Hijo, que de El vino y nos
enseñó todo esto, y al ejército de los otros
ángeles buenos que le siguen y le son semejantes, y al
Espíritu profético, le damos culto y
adoramos"12.
Un traductor de ese pasaje, Bernhard Lohse, comenta:
"Como si no bastara con que en esta enumeración se
menciona a ángeles como seres que reciben honra y
adoración de los cristianos, Justino no titubea en
mencionar a los ángeles antes de nombrar al
Espíritu Santo"13. (Véase también
An Essay on the Development
of Christian Doctrine [Ensayo sobre
el desarrollo de la doctrina cristiana]14.)
Así que, aunque Justino Mártir parece
haberse apartado de la doctrina bíblica pura en
relación con quién debe ser objeto de la
adoración del cristiano, es patente que él no
consideró que el Hijo fuera igual al Padre, como tampoco
se consideró que los ángeles fueran iguales a
Él. Respecto a Justino, citamos nuevamente de la obra
The Church of the First
Three Centuries, del señor
Lamson:
"Justino consideró que el Hijo era distinto de
Dios e inferior a él: distinto, no en el sentido moderno
de constituir una de tres hipóstasis, o personas, […]
sino distinto en esencia y naturaleza; con una existencia real,
sustancial, individual, separada de Dios, de quien derivó
todos sus poderes y títulos; constituido bajo él, y
sujeto en todas las cosas a su voluntad. El Padre es supremo; el
Hijo está subordinado: el Padre es la fuente de
poder; el Hijo, el recibidor: el Padre origina; el Hijo, como
ministro o instrumento suyo, ejecuta. Son dos en número,
pero concuerdan, o son uno, en voluntad; la voluntad del Padre
siempre convence al Hijo"15.
Además, Justino no dice en ninguna parte que el
espíritu santo sea una persona igual al Padre y al Hijo.
De modo que en ningún sentido puede decirse honradamente
que Justino enseñó la Trinidad de la cristiandad
moderna.
Lo que enseñó
Clemente
Clemente de Alejandría (c. 150 a 215 E.C.)
también llama al Hijo "Dios". Hasta lo llama "Creador",
término que nunca se usa en la Biblia con referencia a
Jesús. ¿Quiso decir que el Hijo era igual en todo
sentido al Creador todopoderoso? No. Al parecer Clemente se
refería a Juan 1:3, donde se dice del Hijo: "Todas las
cosas vinieron a existir por medio de él"16.
Dios utilizó al Hijo como agente en Sus obras creativas.
(Colosenses 1:15-17.)
Clemente llama al Dios Supremo "el Dios y Padre de
Nuestro Señor Jesús"17, y dice que "el
Señor es también Hijo del Creador"18.
Dice además: "El Dios del Universo es uno solo, bueno,
justo, creador, [y el] Hijo [está] en el
Padre"19. Así que escribió que el Hijo
tiene a un Dios sobre sí.
Clemente habla de Dios como el "primer y único
administrador
de vida eterna, que el Hijo, quien la recibió de Él
[Dios], nos da"20. El Dador original de vida eterna es
claramente superior a aquel que, por decirlo así, la pasa
adelante. Por eso Clemente dice que Dios "es primero, y
supremo"21. También dice que el Hijo "es
más allegado al único que es el Todopoderoso" y que
el Hijo "ordena todas las cosas de acuerdo con la voluntad del
Padre"22. Una y otra vez Clemente muestra la
supremacía del Dios Todopoderoso sobre el Hijo.
Respecto a Clemente de Alejandría, leemos en
The Church of the First
Three Centuries:
"Pudiéramos citar numerosos pasajes de Clemente
en los cuales se sostiene claramente la inferioridad del Hijo.
[…]
"Nos asombra que alguien pueda leer a Clemente con
atención regular, e imaginarse por un
momento que él considerara al Hijo numéricamente
idéntico al Padre o uno con él. Su naturaleza
dependiente e inferior, según nos parece, se reconoce por
todas partes. Clemente creía que Dios y el Hijo eran
numéricamente distintos; en otras palabras, dos seres: uno
supremo, el otro subordinado"23.
Además, de nuevo se puede decir: Aunque a veces
parezca que Clemente va más allá de lo que dice la
Biblia acerca de Jesús, en ninguna parte habla de una
Trinidad compuesta de tres personas iguales en un solo Dios.
Apologistas como Taciano, Teófilo y Atenágoras, que
vivieron entre el tiempo de Justino y el de Clemente, tuvieron
puntos de vista semejantes a los considerados. El señor
Lamson dice que ellos "no fueron más trinitarios que
Justino mismo; es decir, no creyeron en Tres indivisos y
coiguales, sino que enseñaron una doctrina totalmente
incompatible con esa creencia"24.
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