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La doctrina de La Trinidad




Enviado por nrdryrqm



Partes: 1, 2

    1. Anatemas pronunciados contra
      los opositores
    2. Lo que significa la doctrina de
      la Trinidad
    3. Examine las
      Escrituras
    4. Lo que dicen muchos
      eruditos
    5. ¿Se "da a
      entender"?
    6. ¿Enseñaron
      los padres apostólicos la doctrina de la
      Trinidad?
    7. La
      Iglesia y la Trinidad
    8. El
      platonismo y la Trinidad
    9. Isaac
      Newton y La Trinidad
    10. ¿Qué
      hay de los textos que se usan en prueba de la
      Trinidad?
    11. La
      Trinidad y la filosofía griega
    12. Conclusiones

    Casi toda iglesia de la
    cristiandad enseña que Dios es una Trinidad. The
    Catholic Encyclopedia dice que la enseñanza de la Trinidad es "la doctrina
    central de la religión cristiana",
    y la define así:

    "En la unidad de la Divinidad hay Tres Personas: el
    Padre, el Hijo y el Espíritu
    Santo, y estas Tres Personas son verdaderamente distintas una
    de otra. Así, en las palabras del Credo de Atanasio:
    ‘el Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu
    Santo es Dios, y sin embargo no hay tres Dioses, sino un solo
    Dios’. […] Las Personas son coeternas y coiguales: todas
    son igualmente increadas y omnipotentes"1.

    The Baptist Encyclopædia da
    una definición parecida. Dice:

    "[Jesús] es […] el eterno Jehová […]
    El Espíritu Santo es Jehová […] Se pone al Hijo y
    al Espíritu en exacta igualdad con
    el Padre. Si él es Jehová, ellos también lo
    son"2.

    Anatemas
    pronunciados contra los
    opositores

    En 325 E.C. un concilio de obispos reunido en Nicea,
    Asia Menor,
    formuló un credo que declaró que el Hijo de Dios
    era "verdadero Dios", tal como el Padre era "verdadero Dios".
    Parte de ese credo decía:

    "Mas a los que afirman: Hubo un tiempo en que
    [el Hijo] no fué y que antes de ser engendrado no
    fué, y que fué hecho de la nada, o los que dicen
    que es de otra hipóstasis o de otra sustancia o que el
    Hijo de Dios es cambiable o mudable, los anatematiza la Iglesia
    Católica"3.

    De modo que a cualquiera que creyera que el Hijo de Dios
    no era coeterno con el Padre o que el Hijo había sido
    creado se le entregaba a la condenación eterna. Uno puede
    imaginarse cuánto presionaba aquello a la mayoría
    de los creyentes comunes para que se amoldaran a aquellas
    ideas.

    En el año 381 E.C. se convocó otro
    concilio en Constantinopla, y este declaró que
    había que adorar y glorificar al espíritu santo tal
    como al Padre y al Hijo. Un año después —en
    382 E.C.— otro sínodo se reunió en
    Constantinopla y sostuvo la divinidad plena del espíritu
    santo4. Aquel mismo año, ante un concilio
    celebrado en Roma, el papa
    Dámaso presentó una serie de enseñanzas que
    la iglesia había de condenar. El documento, llamado el
    Tomo de Dámaso, incluía las declaraciones que a
    continuación se citan.

    "Si alguno no dijere que el Padre es siempre, que el
    Hijo es siempre y que el Espíritu Santo es siempre, es
    hereje."

    "Si alguno no dijere verdadero Dios al Hijo de Dios,
    como verdadero Dios a [su] Padre [y] que todo lo puede y que todo
    lo sabe y que es igual al Padre, es hereje."

    "Si alguno no dijere que el Espíritu Santo […]
    es […] verdadero Dios, […] lo puede todo y todo lo sabe
    […], es hereje."

    "Si alguno no dijere ser tres personas verdaderas: la
    del Padre, la del Hijo y la del Espíritu Santo, iguales,
    siempre vivientes, que todo lo contienen, lo visible y lo
    invisible, que todo lo pueden, […] es hereje."

    "Si alguno dijere que [el Hijo] constituído en la
    carne cuando estaba en la tierra, no
    estaba en los cielos con el Padre, es hereje."

    "Si alguno, al llamar Dios al Padre, Dios al Hijo de
    Aquél, y Dios al Espíritu Santo, los llama dioses
    […] y no […] una sola divinidad […], es
    hereje"5.

    Varios eruditos jesuitas, en
    su traducción del tomo del latín al
    inglés,
    añadieron el comentario: "Parece que el papa San Celestino
    I (422-432) consideró ley esos
    cánones; estos pueden considerarse definiciones de
    fe"6. Y el erudito Edmund J. Fortman afirma que el
    tomo representa una "doctrina trinitaria bien fundada y
    poderosa"7.

    Si usted es miembro de una iglesia que acepta la
    enseñanza de la Trinidad, ¿definen su fe esas
    declaraciones? ¿Y se da cuenta de que el creer en la
    doctrina de la Trinidad según la enseñan las
    iglesias requiere que usted crea que Jesús estaba en el
    cielo al mismo tiempo que estaba en la Tierra? Esta
    enseñanza es parecida a lo que declaró Atanasio,
    eclesiástico del siglo IV, en su libro
    La encarnación del
    verbo:

    "Él [el Verbo, Jesús,] no estaba encerrado
    en el cuerpo, ni estaba en el cuerpo sin estar en otra parte. Ni
    él movía a aquél, mientras el universo
    estaba vacío de su energía y providencia. […]
    Daba vida igualmente a todas las cosas y a la vez nacía en
    todos y estaba fuera de todos"8.

    Lo que
    significa la doctrina de la
    Trinidad

    Algunos han concluido que el simplemente atribuir deidad
    o divinidad a Jesús es todo lo que significa la
    enseñanza de la Trinidad. Para otros, creer en la Trinidad
    significa sencillamente creer en el Padre, el Hijo y el
    espíritu santo.

    No obstante, un examen detallado de los credos de la
    cristiandad expone lo lamentablemente inadecuadas que son esas
    ideas con relación a la doctrina formal. Las definiciones
    oficiales dejan claro que la doctrina de la Trinidad no es una
    idea sencilla. En vez de eso, es un conjunto complejo de
    distintas ideas que han sido juntadas durante largo tiempo y
    entrelazadas unas con otras.

    Basándonos en la descripción de la doctrina de la Trinidad
    que se presentó después del Concilio de
    Constantinopla en 381 E.C., en el Tomo de Dámaso de 382
    E.C., en el Credo de Atanasio que vino algún tiempo
    después, y en otros documentos,
    podemos determinar con claridad lo que quiere decir la
    cristiandad con la doctrina de la Trinidad. Abarca las siguientes
    ideas específicas:

    1. Se dice que hay tres personas divinas —el
    Padre, el Hijo y el espíritu santo— en la
    Divinidad.

    2. Se dice que cada una de estas personas distintas es
    eterna, que ninguna viene antes ni después de las otras
    en el tiempo.

    3. Se dice que cada una es todopoderosa, que ninguna
    es mayor ni menor que las otras.

    4. Se dice que cada una es omnisciente, que todo lo
    sabe.

    5. Se dice que cada una es verdadero Dios.

    6. Con todo, se dice que no hay tres Dioses, sino un
    solo Dios.

    Está claro que la doctrina de la Trinidad es un
    conjunto complejo de ideas que abarca por lo menos los elementos
    esenciales ya indicados e implica otros, como revela un examen de
    los detalles. Pero si consideramos solo las ideas básicas
    ya enumeradas es patente que, si se elimina alguna de ellas, lo
    que resta ya no es la Trinidad de la cristiandad. Para tener el
    cuadro completo, todas esas partes tienen que estar
    presentes.

    Ahora que entendemos mejor el término "Trinidad",
    podemos preguntar: ¿La enseñaron Jesús y sus
    discípulos? Si así fue, debe haber aparecido en
    forma completa en el primer siglo de nuestra era común. Y
    puesto que lo que ellos enseñaron se encuentra en la
    Biblia, entonces la doctrina de la Trinidad o es una
    enseñanza bíblica o no lo es. Si lo es,
    debería enseñarse claramente en la
    Biblia.

    No es razonable pensar que Jesús y sus
    discípulos enseñaran a la gente acerca de Dios y
    sin embargo no le dijeran quién es Dios, especialmente si
    se requería que algunos creyentes hasta dieran la vida por
    Dios. Por lo tanto, Jesús y sus discípulos
    deberían haber dado prioridad a enseñar a otros
    esta doctrina esencial.

    Examine
    las Escrituras

    En el capítulo 17 de Hechos, versículo 11,
    se dice que ciertas personas eran ‘de disposición
    noble’ porque "examinaban con
    cuidado las Escrituras

    diariamente en cuanto a si
    estas cosas [cosas que enseñaba el
    apóstol Pablo] eran así". Se
    las animó a usar las Escrituras para confirmar las
    enseñanzas hasta de un apóstol. Usted debe hacer lo
    mismo
    .

    Tenga presente que las Escrituras son ‘inspiradas
    de Dios’ (2 Timoteo 3:16, 17.) De modo que está
    completa en asuntos doctrinales. Si la doctrina de la Trinidad es
    verdadera, debe estar en ella.

    Invitamos al lector a buscar en la Biblia, especialmente
    en los 27 libros de las
    Escrituras Griegas Cristianas, para ver por sí mismo si
    Jesús y sus discípulos enseñaron una
    Trinidad. Mientras busca, pregúntese:

    1. ¿Puedo hallar algún texto
    bíblico que mencione la "Trinidad"?

    2. ¿Puedo encontrar algún texto
    bíblico que diga que Dios se compone de tres personas
    distintas: Padre, Hijo y espíritu santo, pero que las
    tres son un solo Dios?

    3. ¿Puedo hallar algún texto
    bíblico que diga que el Padre, el Hijo y el
    espíritu santo son iguales en todo aspecto, como en
    eternidad, poder,
    posición y sabiduría?

    Por más que busque, no encontrará
    ningún texto bíblico que use la palabra
    Trinidad
    , ni hallará uno que diga que el Padre, el
    Hijo y el espíritu santo son iguales en todo aspecto, como
    en eternidad, poder, posición y sabiduría. Ni
    siquiera un texto bíblico dice que el Hijo sea igual al
    Padre en esos aspectos… y si hubiera tal texto, no
    establecería una Trinidad, sino —a lo
    más— una "dualidad".

    Lo
    que dicen muchos eruditos

    Muchos eruditos, incluso trinitarios, reconocen que la
    Biblia no contiene la doctrina misma de una Trinidad. Por
    ejemplo, The Encyclopedia of Religion
    declara:

    "Exegetas y teólogos hoy concuerdan en que la
    Biblia hebrea no contiene una doctrina de la Trinidad […]
    Aunque la Biblia hebrea describe a Dios como el padre de Israel y emplea
    personificaciones de Dios, tales como Palabra
    (davar), Espíritu (ruah),
    Sabiduría (hokhmah) y Presencia
    (shekhinah), el correlacionar estos conceptos con
    la doctrina trinitaria posterior iría más
    allá de la intención y el espíritu del
    Antiguo Testamento.

    "Además, exegetas y teólogos reconocen que
    el Nuevo Testamento tampoco contiene una doctrina
    explícita de la Trinidad. Dios Padre es fuente de todo lo
    que existe (Pantokrator) y también el padre de Jesucristo;
    ‘Padre’ no es un título para la primera
    persona de la
    Trinidad, sino un sinónimo de Dios. […]

    "En el Nuevo Testamento no hay ninguna conciencia
    reflexiva de la naturaleza
    metafísica de Dios (‘trinidad
    inmanente’) ni contiene el Nuevo Testamento el lenguaje
    técnico de la doctrina posterior (hupostasis,
    ousia, substantia, subsistentia,
    prosōpon, persona).
    […] Es indiscutible que la doctrina no puede establecerse sobre
    pruebas
    bíblicas solamente"9.

    Respecto a los hechos históricos de esta
    cuestión, The New Encyclopædia
    Britannica dice:

    "Ni la palabra Trinidad ni la doctrina explícita
    aparecen en el Nuevo Testamento […]

    "La doctrina se desarrolló gradualmente en el
    transcurso de varios siglos y en medio de muchas controversias.
    […]

    "No fue sino hasta el siglo IV cuando la
    distinción de las tres y su unidad fueron juntadas en una
    sola doctrina ortodoxa de una esencia y tres
    personas"10.

    La New Catholic Encyclopedia hace
    una declaración parecida respecto al origen de la
    Trinidad:

    "Exegetas y teólogos bíblicos, entre ellos
    una cantidad constantemente creciente de católicos
    romanos, reconocen que no se debe hablar de trinitarismo en el
    Nuevo Testamento sin seria reserva. En estrecho paralelo,
    historiadores del dogma y teólogos sistemáticos
    también reconocen que cuando se habla de trinitarismo
    pleno se pasa del período de los orígenes del
    cristianismo
    a, digamos, la última cuarta parte del siglo IV. Fue solo
    entonces cuando lo que pudiera llamarse el dogma trinitario
    definitivo de ‘un solo Dios en tres Personas’
    llegó a asimilarse por completo en la vida y el pensamiento
    cristianos. […]

    "La fórmula misma no refleja la conciencia
    inmediata del período de los orígenes; fue producto de
    tres siglos de desarrollo
    doctrinal"11.

    ¿Se
    "da a entender"?

    Quizás los trinitarios digan que la Biblia "da a
    entender" una Trinidad. Pero esa alegación se hace mucho
    después de haberse escrito la Biblia. Es un intento de
    atribuir a la Biblia lo que los clérigos de tiempos
    posteriores decidieron arbitrariamente que debería ser
    doctrina.

    Pregúntese: ¿Por qué
    debería ser que la Biblia solo ‘diera a
    entender’ su enseñanza más importante:
    quién es Dios?

    La razón por la cual la Biblia no enseña
    claramente la doctrina de la Trinidad es sencilla: porque no es
    una enseñanza bíblica. Si Dios fuera una Trinidad,
    sin duda lo habría dado a conocer claramente, de modo que
    Jesús y sus discípulos pudieran enseñarlo a
    otros. Y esa información esencial se habría
    incluido en la Palabra inspirada de Dios. No se habría
    dejado para que fuera objeto de contienda entre hombres
    imperfectos siglos después.

    Cuando examinamos los textos bíblicos que los
    trinitarios presentan como prueba de que la Biblia "da a
    entender" una Trinidad, ¿qué hallamos? Una evaluación
    honrada revela que los textos que se presentan no tratan de la
    Trinidad de la cristiandad. En vez de eso, ciertos
    teólogos tratan de forzar en los textos sus ideas
    preconcebidas de una Trinidad. Pero esas ideas no están en
    los textos bíblicos. De hecho, esas ideas trinitarias
    están en pugna con el testimonio claro de la Biblia en
    conjunto.

    Un ejemplo de ese tipo de textos es Mateo 28:19, 20.
    Ahí se mencionan juntos al Padre, el Hijo y el
    espíritu santo. Algunos afirman que eso da a entender una
    Trinidad. Pero lea los versículos usted mismo. ¿Hay
    algo en esos textos que diga que los tres son un solo Dios,
    iguales en eternidad, poder, posición y sabiduría?
    No, no lo hay. Lo mismo pasa en el caso de otros textos que
    mencionan a los tres juntos.

    En cuanto a los que creen que el uso de "nombre" en
    singular al aludir al Padre, el Hijo y el espíritu santo
    en Mateo 28:19, 20 da a entender una Trinidad, sírvase
    comparar con eso el uso de "nombre", en singular, al aludir a
    Abrahán e Isaac en Génesis 48:16
    (Reina-Valera, 1977).

    Los trinitarios también señalan a Juan
    1:1
    en algunas versiones, donde se dice que "el Verbo"
    estaba "con Dios" y era "Dios". Pero otras traducciones de la
    Biblia dicen que el Verbo era "un dios" o era "divino", sin
    querer decir necesariamente Dios, sino alguien poderoso.
    Además, ese versículo bíblico dice que "el
    Verbo" estaba "con" Dios. (Por cierto, la palabra griega "logos"
    no significa "Verbo" sino "palabra". Así que desde
    ahí hay un grave error gramatical.) Eso razonablemente lo
    excluiría de ser ese mismo Dios. "La Palabra" (o "el
    Verbo"), en Juan 1:1 solo se menciona con Dios, es decir: solo
    hay dos personas, no tres. Una y otra vez, cuanto texto se
    usa para tratar de apoyar la doctrina de la Trinidad fracasa
    completamente en cuanto a ello cuando se examina
    honradamente.

    Otro factor que debe considerarse es este: Si
    Jesús y sus discípulos hubieran enseñado la
    doctrina de la Trinidad, entonces sin duda eclesiásticos
    destacados que existieron inmediatamente después de ellos
    también la habrían enseñado. Pero
    ¿enseñaron aquellos hombres —llamados hoy
    padres apostólicos— la doctrina de la
    Trinidad?

    Referencias

    1. The Catholic Encyclopedia,
    1912, tomo XV, página 47.

    2. The Baptist
    Encyclopædia, edición preparada por William Cathcart,
    1883, páginas 1168, 1169.

    3. El Magisterio de la
    Iglesia, por Enrique Denzinger (traducción
    directa de los textos originales por Daniel Ruiz Bueno), 1963,
    páginas 23, 24.

    4. A Short History of
    Christian Doctrine, por Bernhard Lohse,
    edición de 1980, páginas 64, 65.

    5. El Magisterio de la
    Iglesia, por Enrique Denzinger (traducción
    directa de los textos originales por Daniel Ruiz Bueno), 1963,
    páginas 28, 29.

    6. The Church Teaches,
    edición traducida al inglés y preparada por John
    F. Clarkson, S.J., John H. Edwards, S.J., William J. Kelly,
    S.J., y John J. Welch, S.J., 1955, página
    125.

    7. The Triune God, por Edmund J.
    Fortman, edición de 1982, página 126.

    8. Atanasio. La
    encarnación del verbo,
    traducción del griego al español por José C.
    Fernández Sahelices, 1989, página 59.

    9. The Encyclopedia of
    Religion, Mircea Eliade, jefe de redacción, 1987, tomo 15, página
    54.

    10. The New Encyclopædia
    Britannica, 15.a edición, 1985, tomo
    11, Micropædia, página 928.

    11. New Catholic Encyclopedia,
    1967, tomo XIV, página 295.

    ¿Enseñaron los
    padres apostólicos la doctrina
    de la Trinidad?

    "PADRES APOSTÓLICOS" es la denominación
    que se usa para los eclesiásticos que escribieron sobre el
    cristianismo a fines del primer siglo y principios del
    segundo de nuestra era común. Entre ellos estuvieron
    Clemente de Roma, Ignacio, Policarpo, Hermas y
    Papías.

    Se dice que fueron contemporáneos de algunos de
    los apóstoles. Según eso, deben haber estado
    familiarizados con las enseñanzas apostólicas.
    Respecto a lo que escribieron esos hombres, The New
    Encyclopædia Britannica dice:

    "Considerados en conjunto, los escritos de los Padres
    Apostólicos son históricamente más valiosos
    que toda otra literatura cristiana fuera
    del Nuevo Testamento"1.

    Si los apóstoles enseñaron la doctrina de
    la Trinidad, entonces esos padres apostólicos deben
    haberla enseñado también. Esa doctrina debe haberse
    destacado en su enseñanza, pues nada era más
    importante que decir a la gente quién era Dios. Entonces,
    ¿enseñaron ellos la doctrina de la
    Trinidad?

    Una declaración temprana
    de fe

    Una de las declaraciones extrabíblicas más
    tempranas de fe cristiana se halla en un libro de 16
    capítulos cortos conocido como la Didajé, o
    Enseñanza de los Doce
    Apóstoles. Algunos historiadores afirman que data
    de antes o cerca del año 100 E.C. Se desconoce su
    autor2.

    La Didajé trata sobre lo que
    tendría que saber el que quisiera hacerse cristiano. En su
    capítulo 7 prescribe el bautismo "en el nombre del Padre y
    del Hijo y del Espíritu Santo", las mismas palabras que
    usó Jesús en Mateo 28:193. Pero no dice
    nada de que los tres sean iguales en eternidad, poder, puesto y
    sabiduría. En su capítulo 10, la
    Didajé contiene la siguiente confesión de fe
    en forma de oración:

    "Te damos gracias, Padre santo, por tu santo Nombre, que
    hiciste morar en nuestros corazones, y por el
    conocimiento y la fe y la inmortalidad que nos diste a
    conocer por medio de Jesús, tu siervo. A ti
    sea la gloria por los siglos. Tú, Señor
    omnipotente, creaste todas las cosas por causa de tu nombre […]
    Mas a nosotros nos hiciste gracia de comida y bebida espiritual y
    de vida eterna por tu siervo"4.

    Ahí no se dice nada de una Trinidad. En
    The Influence of Greek Ideas
    on Christianity (La influencia de las ideas griegas
    en el cristianismo), Edwin Hatch cita el pasaje precedente y
    luego dice:

    "En la esfera original del cristianismo no parece que
    haya habido gran adelanto desde estos conceptos sencillos. La
    doctrina en que se hizo hincapié fue: que Dios existe, que
    es uno solo, que es todopoderoso y eterno, que hizo al
    mundo, que Su misericordia está sobre todas Sus obras. No
    había afición a la discusión
    metafísica"5.

    Clemente de Roma

    Clemente de Roma, de quien se dice que fue "obispo" de
    esa ciudad, es otra fuente temprana de escritos sobre el
    cristianismo. Se cree que murió alrededor de 100 E.C. En
    el material que supuestamente escribió, él no
    menciona una Trinidad, ni directa ni indirectamente. La
    Carta primera de San Clemente
    a los Corintios declara:

    "Que la gracia y la paz se multipliquen entre vosotros
    de parte de Dios omnipotente por mediación
    de Jesucristo".

    "Los Apóstoles nos predicaron el Evangelio de
    parte del Señor Jesucristo; Jesucristo fué
    enviado de Dios. En resumen, Cristo de parte de
    Dios, y los Apóstoles de parte de Cristo".

    "Por lo demás, el Dios que todo lo ve, el
    Dueño de los espíritus y Señor de toda
    carne, el que escogió al Señor Jesucristo y a
    nosotros por Él para pueblo peculiar suyo, conceda a toda
    alma que
    invoca su magnífico y santo nombre, fe, amor, paz,
    paciencia, longanimidad"6.

    Clemente no dice que Jesús ni el espíritu
    santo sean iguales a Dios. Presenta al Dios que todo lo puede (no
    lo llama solo "Padre") como un ser diferente del Hijo. Alude a
    Dios como superior, puesto que Cristo es "enviado" de Dios, y
    Dios "escogió" a Cristo. Clemente muestra que Dios
    y Cristo son dos personajes distintos y desiguales, al
    decir:

    "Con constante oración y súplica pediremos
    al Hacedor de todas las cosas, conserve íntegro el
    número contado de sus escogidos en todo el mundo, por su
    amado Hijo y Siervo, Jesucristo […] Para
    conocerte a Ti [Dios], el solo Altísimo en las alturas
    […] Tú sólo eres el bienhechor de los
    espíritus y Dios de toda carne".

    "Conozcan todos los pueblos que Tú eres el solo
    Dios, y Jesucristo tu Hijo y Siervo"7.

    Clemente llama a Dios "Altísimo" (no solo
    "Padre"), y se refiere a Jesús como el "Hijo" de Dios.
    También señala tocante a Jesús: "Él,
    que, siendo el esplendor de su grandeza, es tanto mayor que los
    ángeles cuanto ha heredado nombre más
    excelente"8. Jesús refleja el esplendor de
    Dios, pero no lo iguala; tal como la Luna refleja la luz solar, pero
    no iguala a la fuente de esa luz: el
    Sol.

    Si el Hijo de Dios fuera igual a Dios —quien es el
    Padre celestial—, habría sido innecesario que
    Clemente dijera que Jesús era mayor que los
    ángeles, ya que eso habría sido obvio. Y sus
    palabras muestran que reconoce que aunque el Hijo es mayor que
    los ángeles es inferior al Dios que todo lo
    puede.

    El punto de vista de Clemente es muy claro: El Hijo es
    inferior al Padre y está en posición secundaria
    respecto a él. Clemente nunca vio a Jesús como
    parte de una divinidad con el Padre. Muestra que el Hijo depende
    del Padre, es decir, de Dios, y dice claramente que el Padre es
    ‘el solo Dios’, que no comparte Su posición
    con nadie. Y en ningún lugar iguala Clemente el
    espíritu santo a Dios. Por consiguiente, no hay ninguna
    Trinidad en los escritos de Clemente.

    Ignacio

    Ignacio, un obispo de Antioquía, vivió
    como desde mediados del siglo I E.C. hasta principios del siglo
    II. Si suponemos que todos los escritos que se le atribuyen son
    auténticos, en ninguno de ellos hay igualdad entre el
    Padre, el Hijo y el espíritu santo.

    Aunque Ignacio hubiera dicho que el Hijo era igual al
    Padre en eternidad, poder, posición y sabiduría,
    todavía no habría una Trinidad, pues no dijo en
    ningún lugar que el espíritu santo fuera igual a
    Dios en esos aspectos. Pero Ignacio no dijo que el Hijo fuera
    igual a Dios el Padre de esas maneras ni de ninguna otra. En vez
    de eso, mostró que el Hijo está sujeto a Aquel que
    es superior, el Dios Todopoderoso.

    Ignacio llama al Dios Todopoderoso "el único Dios
    verdadero, el no engendrado e inaccesible, el Señor de
    todo, el Padre y Engendrador del Hijo unigénito",
    lo cual indica la distinción entre Dios y Su
    Hijo9. Habla del "Dios Padre y […]
    Jesucristo"10. Y declara: "Existe un único
    Dios, el cual se ha manifestado por medio de su Hijo
    Jesucristo"11.

    Ignacio señala que el Hijo no era eterno como
    persona, sino que había sido creado, pues pone estas
    palabras en boca del Hijo: "El Señor [Dios Todopoderoso]
    me creó principio de sus caminos"12.
    También Ignacio dijo: "Uno solo es el Dios del universo, el
    Padre de Cristo, de quien todo
    procede; uno nuestro Señor
    Jesucristo, el Unigénito hijo
    de Dios, Señor de todas las cosas,
    por el cual todo ha
    sido hecho"13. También
    escribe:

    "El Señor también nos anunció las
    cosas que recibió del Padre. Pues, dice Él,
    ‘la palabra que ustedes oyen no es Mía, sino del
    Padre, quien Me envió’"14.

    "Hay un solo Dios, el cual se manifestó a
    sí mismo por medio de Jesucristo, su hijo, que es Palabra
    suya, que procedió del silencio, y de todo en todo
    agradó a Aquel [Dios] que le había enviado. […]
    Jesucristo está sometido […] a su
    Padre"15.

    Es cierto que Ignacio llama al Hijo "el Dios Verbo".
    Pero el uso del término "Dios" para referirse al Hijo no
    significa necesariamente que él sea igual al Dios
    Todopoderoso. La Biblia también llama "Dios" al Hijo en
    Isaías 9:6. En Juan 1:18 se llama "el dios
    unigénito" al Hijo. El Hijo, dotado de poder y autoridad por
    Jehová Dios, el Padre, podía ser calificado
    apropiadamente de "poderoso", que es lo que "dios"
    básicamente significa. (Mateo 28:18; 1 Corintios 8:6;
    Hebreos 1:2.)

    No obstante, ¿se aceptan como auténticas
    las 15 cartas que se
    atribuyen a Ignacio? En The Ante-Nicene
    Fathers, tomo I, los editores Alexander Roberts y James
    Donaldson declaran:

    "Ahora la opinión general de los críticos
    es que las primeras ocho de estas supuestas cartas ignacianas son
    espurias. Contienen en sí pruebas indudables de que son
    producto de una época posterior […] y ahora se descartan
    de común acuerdo como falsificaciones".

    "De las siete Epístolas que reconoce Eusebio
    […], tenemos dos recensiones griegas (una corta y una larga).
    […] Aunque la forma corta […] se había aceptado
    generalmente y preferido a la larga, todavía había
    entre los eruditos la opinión bastante extendida de que ni
    siquiera esa podía considerarse absolutamente libre de
    interpolaciones, o que fuera de autenticidad
    indudable"16.

    Si aceptamos como genuina la versión corta de sus
    escritos, esta elimina algunas frases (de la versión
    larga) que muestran que Cristo está subordinado a Dios,
    pero lo que queda en la versión corta todavía no
    muestra una Trinidad. Y prescindiendo de cuáles de sus
    escritos sean genuinos, a lo más muestran que Ignacio
    creyó en una dualidad de Dios y su Hijo. Esa de ninguna
    manera sería una dualidad de iguales, pues al Hijo siempre
    se le presenta como inferior a Dios y subordinado a él.
    Por lo tanto, prescindiendo de cómo vea uno los escritos
    ignacianos, en ellos no se halla una doctrina de la
    Trinidad.

    Policarpo

    Policarpo de Esmirna nació en el último
    tercio del primer siglo y murió a mediados del segundo. Se
    dice que estuvo en comunicación con el apóstol Juan y
    que escribió la Carta de Policarpo
    a los Filipenses.

    ¿Había algo en el escrito de Policarpo que
    señalara a una Trinidad? No; no hay ninguna mención
    de ella. En realidad lo que él dice concuerda con lo que
    enseñaron Jesús, sus discípulos y sus
    apóstoles. Por ejemplo, Policarpo dijo en su
    Carta:

    "Que el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
    y el mismo […] Hijo de Dios, Jesucristo, os edifique en la fe,
    en la verdad"17.

    Note que, al igual que Clemente, Policarpo no habla de
    una relación trinitaria del "Padre" y el "Hijo" como
    iguales en una divinidad. En vez de eso, habla sobre "el Dios y
    Padre" de Jesús, no solo del ‘Padre de
    Jesús’. Así que distingue entre Dios y
    Jesús, tal como lo hacen muchas veces los escritores de la
    Biblia. Pablo dice en 2 Corintios 1:3: "Bendito sea el Dios y
    Padre de nuestro Señor Jesucristo". No dice sencillamente:
    ‘Bendito sea el Padre de Jesús’, sino:
    "Bendito sea el Dios y Padre" de
    Jesús.

    Además, Policarpo dice: "Paz de Dios todopoderoso
    y de Jesucristo nuestro Salvador"18. Ahí de
    nuevo Jesús es diferente del Dios que todo lo puede, no
    una persona de una Divinidad trina y una con igualdad
    establecida.

    Hermas y Papías

    Otro de los padres apostólicos es Hermas, quien
    escribió en la primera parte del siglo segundo. En su obra
    El Pastor, ¿dice algo que llevara a uno a
    creer que para él Dios fuera una Trinidad? Note ejemplos
    de lo que dijo:

    "Ni cuando algún hombre desee
    que hable, habla el espíritu santo; sino que entonces
    habla cuando Dios quiere que hable. […] Dios plantó la
    viña, a saber, creó al pueblo y lo entregó a
    su Hijo. El Hijo, a su vez, puso a sus ángeles sobre
    ellos, para que los conservasen"19.

    "El Hijo de Dios es seguramente anterior a toda su
    creación"20.

    Ahí Hermas dice que cuando Dios (no simplemente
    el Padre) desea que el espíritu hable, este habla, lo cual
    revela que Dios es superior al espíritu. Y dice que Dios
    entregó la viña a su Hijo, lo cual indica que Dios
    es superior al Hijo. También declara que el Hijo de Dios
    es anterior a sus criaturas —las del Hijo—, es decir,
    las que el Hijo de Dios creó como el Obrero Maestro de
    Dios, "porque por medio de él todas las otras cosas fueron
    creadas en los cielos y sobre la tierra". (Colosenses 1:15, 16.)
    La realidad es que el Hijo no es eterno. Fue creado como criatura
    celestial de alto rango, antes que las demás criaturas
    celestiales —como los ángeles— que fueron
    creadas por medio de él.

    J. N. D. Kelly, en su libro Early
    Christian Doctrines (Doctrinas cristianas
    primitivas), escribe acerca del punto de vista de Hermas sobre el
    Hijo de Dios:

    "En varios pasajes leemos sobre un ángel que es
    superior a los seis ángeles que componen el consejo
    central de Dios, y a quien se describe regularmente como
    ‘muy venerable’, ‘santo’ y
    ‘glorioso’. Este ángel recibe el nombre de
    Miguel, y es difícil eludir la conclusión de que
    Hermas vio en él al Hijo de Dios y lo igualó al
    arcángel Miguel".

    "También hay prueba […] de que trató de
    representar a Cristo como un tipo de ángel supremo […]
    Respecto a una doctrina de la Trinidad en el sentido estricto,
    desde luego no hay ninguna señal"21.

    También de Papías se dice que
    conoció al apóstol Juan. Es probable que él
    escribiera a principios del siglo segundo, pero hoy día
    solo existen fragmentos de sus escritos. En ellos no dice nada de
    una doctrina de la Trinidad.

    Enseñanza consecuente

    En cuanto a la supremacía de Dios y su
    relación con Jesús, la enseñanza de los
    padres apostólicos es razonablemente consecuente con la
    enseñanza de Jesús, los discípulos y los
    apóstoles, según se registra en la Biblia. Ninguno
    de ellos dice que Dios sea una Trinidad; más bien, todos
    se refieren a él como un Ser distinto, eterno,
    todopoderoso, omnisapiente. Y hablan del Hijo de Dios como una
    criatura celestial distinta, inferior y subordinada a quien Dios
    creó para que Le sirviera para llevar a cabo Su voluntad.
    Y en ningún lugar se iguala el espíritu santo a
    Dios.

    Por lo tanto, en esos escritos de los padres
    apostólicos que datan de fines del primer siglo y
    principios del segundo no hay apoyo para la deidad trinitaria de
    la cristiandad. Ellos hablaron de Dios, Jesús y el
    espíritu santo tal como lo hace la Biblia. Vea, por
    ejemplo, Hechos 7:55, 56:

    "Él [Esteban], lleno del Espíritu Santo,
    miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a
    Jesús que estaba en pie a la diestra de Dios; y dijo:
    ‘Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que
    está en pie a la diestra de Dios’" (Biblia
    de Jerusalén, católica).

    Esteban recibió una visión de Dios en el
    cielo y vio a Jesús de pie al lado de
    Él
    . El Hijo estaba de pie al lado de Aquel a quien
    no se califica solo de "Padre", sino de "Dios", alguien de
    identidad
    completamente diferente de la de Jesús. Y no hubo ninguna
    tercera persona implicada en lo que vio Esteban. No se vio al
    espíritu santo en el cielo con Jesús y su
    Padre
    .

    Eso se parece a lo que describe Apocalipsis 1:1, que
    declara: "Revelación de Jesucristo, que Dios le
    comunicó" (Cantera-Iglesias, católica). De
    nuevo se muestra que el Cristo resucitado en el cielo es
    totalmente distinto de Dios, y no se menciona al
    espíritu santo
    . Si Jesús fuera la segunda
    persona de una Trinidad y lo supiera todo, ¿cómo se
    le podría ‘comunicar’ una
    revelación?

    Textos bíblicos como esos demuestran claramente
    que no existe ninguna Trinidad. Y en ninguna parte de la Biblia
    hay un texto que diga que Dios sea una Trinidad. Los escritos de
    los padres apostólicos reflejaron eso. No cabe duda de que
    no enseñaron la deidad trinitaria de la
    cristiandad.

    El siguiente grupo
    importante de escritos sobre el cristianismo vino posteriormente
    en el siglo segundo. Estos escritos son las obras de
    eclesiásticos conocidos como apologistas.
    ¿Enseñaron una Trinidad?

    Referencias:

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    ¿Enseñaron
    los apologistas la doctrina
    de la Trinidad?

    DESDE alrededor de mediados del siglo segundo de nuestra
    era común aparecieron varios eclesiásticos a
    quienes hoy día se llama apologistas. Ellos escribieron
    para defender el cristianismo que conocían contra las
    filosofías hostiles que reinaban en el mundo romano de
    aquel tiempo. Su obra vino hacia fines, y después, del
    tiempo de los escritos de los padres
    apostólicos.

    Entre los apologistas que escribieron en griego
    estuvieron Justino Mártir, Taciano, Atenágoras,
    Teófilo y Clemente de Alejandría. Tertuliano fue un
    apologista que escribió en latín.
    ¿Enseñaron ellos la Trinidad: tres personas
    coiguales (Padre, Hijo y Espíritu Santo) en una Divinidad,
    en la cual cada uno es verdadero Dios pero sin que haya tres
    Dioses, sino un solo Dios?

    "El Hijo está
    subordinado"

    El Dr. H. R. Boer, en su libro A Short
    History of the Early Church
    (Breve historia de la
    iglesia primitiva), comenta sobre la esencia de la
    enseñanza de los apologistas:

    "Justino [Mártir] enseñó que antes
    de la creación del mundo Dios estaba solo y que no
    había ningún Hijo. […] Cuando Dios quiso crear el
    mundo, […] engendró a otro ser divino para crear el
    mundo por él. A este ser divino se le llamó […]
    Hijo porque nació; se le llamó Logos porque se le
    tomó de la Razón o Mente de Dios. […]

    "Por consiguiente, Justino y los demás
    apologistas enseñaron que el Hijo es una criatura.
    Él es una criatura elevada, una criatura suficientemente
    poderosa como para crear el mundo, no obstante, una criatura. En
    teología a esta relación entre el Hijo y el Padre
    se le llama subordinacionismo. El Hijo está
    subordinado, o sea, es subalterno al Padre, depende de él
    y existe por él. Los apologistas fueron
    subordinacionistas"1.

    En el libro The Formation of
    Christian Dogma (La formación del dogma
    cristiano), el Dr. Martin Werner dice lo siguiente sobre el
    entendimiento más temprano de la relación entre el
    Hijo y Dios:

    "Esa relación se entendió
    inequívocamente como que era una de
    ‘subordinación’, esto es en el sentido de la
    subordinación de Cristo a Dios. Dondequiera que en el
    Nuevo Testamento se pasa a considerar la relación entre
    Jesús y Dios, el Padre, […] esta se concibe y representa
    categóricamente como subordinación. Y el
    Subordinacionista más decidido del Nuevo Testamento,
    según el registro
    sinóptico, fue Jesús mismo […] Esta
    posición original, firme y evidente como era, pudo
    mantenerse por mucho tiempo. ‘Todos los grandes
    teólogos prenicenos representaron la subordinación
    del Logos a Dios’"2.

    De acuerdo con eso, R. P. C. Hanson, en The
    Search for the Christian
    Doctrine of God (Búsqueda de la
    doctrina cristiana de Dios), declara:

    "No hay ningún teólogo de la Iglesia
    oriental ni de la occidental antes del estallido de la
    controversia arriana [en el siglo IV] que no considere que en
    algún sentido el Hijo está subordinado al
    Padre"3.

    El Dr. Alvan Lamson, en The Church
    of the First Three Centuries
    (La iglesia de los primeros tres siglos), añade el
    siguiente testimonio respecto a la enseñanza de las
    autoridades eclesiásticas antes del Concilio de Nicea (325
    E.C.):

    "Los Padres antenicenos por lo general, si no
    uniformemente, sostuvieron la inferioridad del Hijo […] El
    hecho de que veían que el Hijo era distinto del Padre se
    hace patente por la circunstancia de que sostienen claramente la
    inferioridad de él. […] Lo consideraban distinto y
    subordinado"4.

    Del mismo modo, en el libro Gods and
    the One God (Dioses y el único Dios),
    Robert M. Grant dice lo siguiente sobre los
    apologistas:

    "La cristología de las apologías, como la
    del Nuevo Testamento, es esencialmente subordinacionista. El Hijo
    siempre está subordinado al Padre, quien es el
    único Dios del Antiguo Testamento. […] Lo que hallamos
    en estos escritores primitivos, pues, no es una doctrina de la
    Trinidad […] Antes de Nicea, la teología cristiana fue
    casi universalmente subordinacionista"5.

    En la Trinidad que la cristiandad enseña, el Hijo
    es igual al Dios Padre en eternidad, poder, posición y
    sabiduría. Pero los apologistas dijeron que el Hijo no era
    igual al Dios Padre. Consideraron que el Hijo estaba subordinado.
    Eso no constituye la enseñanza de la Trinidad.

    Reflejo de la
    enseñanza del primer
    siglo

    Los apologistas y otros primitivos Padres de la Iglesia
    reflejaron en gran medida lo que enseñaron los cristianos
    del primer siglo acerca de la relación entre el Padre y el
    Hijo. Note cómo se expresa esto en el libro The
    Formation of Christian
    Dogma:

    "En la era cristiana primitiva no hubo ninguna
    señal de algún tipo de problema o controversia
    trinitario, como el que luego ocasionó conflictos
    violentos en la Iglesia. La razón de esto indudablemente
    estriba en el hecho de que, para el cristianismo primitivo,
    Cristo era […] un ser del elevado mundo angelical celestial,
    que fue creado y escogido por Dios para la tarea de traer, al
    final de las edades, […] el Reino de
    Dios"6.

    Además de eso respecto a la enseñanza de
    los anteriores Padres de la Iglesia, The
    International Standard Bible
    Encyclopedia admite:

    "En el pensamiento más temprano de la Iglesia, al
    hablar del Dios Padre se tiende a no concebirlo primero como el
    Padre de Jesucristo, sino como la fuente de todo ser. En
    consecuencia, el Dios Padre es, por decirlo así, Dios por
    excelencia. A Él corresponden descripciones como increado,
    inmortal, inmutable, inefable, invisible e ingénito. Es
    Él quien ha hecho todas las cosas, entre ellas la materia misma
    de la creación, de la nada. […]

    "Esto pudiera parecer que da a entender que solo el
    Padre es apropiadamente Dios, y el Hijo y el Espíritu lo
    son solo en segundo lugar. Muchas declaraciones primitivas
    parecen apoyar esto"7.

    Aunque esta enciclopedia pasa a restar importancia a
    esas verdades y a alegar que la doctrina de la Trinidad se
    aceptó en ese período primitivo, los hechos
    desmienten tal alegación. Considere las siguientes
    palabras del famoso teólogo y cardenal católico
    John Henry Newman:

    "Reconozcamos que la Iglesia Primitiva confesó
    consecuente y uniformemente todo el círculo de doctrinas,
    de las cuales es objeto nuestro Señor […] Pero
    ciertamente es diferente en cuanto a la doctrina católica
    de la Trinidad. No veo en qué sentido puede decirse que
    hay un consenso de [las autoridades eclesiásticas]
    primitivas a favor de ella […]

    "Los Credos de aquel tiempo primitivo no mencionan […]
    la [Trinidad] en absoluto. Sí mencionan a Tres; pero el
    que haya algún misterio en la doctrina, que los Tres sean
    Uno, que sean coiguales, coeternos, todos increados, todos
    omnipotentes, todos incomprensibles, no se declara, y nunca
    podría deducirse de ellos"8.

    Lo que enseñó
    Justino Mártir

    Uno de los primeros apologistas fue Justino
    Mártir, quien vivió desde alrededor de 110 hasta
    165 E.C. Ninguno de sus escritos existentes menciona a tres
    personas coiguales en un solo Dios.

    Por ejemplo, según La Biblia
    (versión católica de Serafín de Ausejo),
    Proverbios 8:22-30 dice esto de Jesús en su existencia
    prehumana: "Yahvéh me creó al comienzo de su
    acción,
    antes que sus obras más antiguas. […] Nací cuando
    no existían los abismos […] Antes que las colinas yo
    nací […] Allí estuve a su lado [el de Dios] como
    arquitecto". Justino, al considerar esos versículos, dice
    en su Diálogo con
    Trifón:

    "Esta descendencia es engendrada por el Padre antes de
    todas las criaturas —la palabra lo ha puesto de
    manifiesto—; ahora bien, todo el mundo convendrá en
    que lo engendrado es numéricamente distinto del que lo
    engendra"9.

    Puesto que el Hijo nació de Dios, Justino
    sí usa la expresión "Dios" tocante al Hijo. Declara
    en su Apología I: "El Padre del universo
    tiene un Hijo, que, siendo Verbo y primogénito de Dios, es
    también Dios"10. La Biblia también alude
    al Hijo de Dios mediante el título "Dios". En
    Isaías 9:6 se le llama "Dios Poderoso". Pero en la Biblia
    se llama "dioses" también a ángeles, humanos,
    dioses falsos y a Satanás. (Ángeles:
    Salmo 8:5; compárese con Hebreos 2:6, 7. Humanos: Salmo
    82:6. Dioses falsos: Éxodo 12:12; 1 Corintios 8:5.
    Satanás: 2 Corintios 4:4.) En las Escrituras Hebreas, la
    palabra que se vierte "Dios", ´El, significa
    sencillamente "Poderoso" o "Fuerte". Su equivalente en las
    Escrituras Griegas es the·ós.

    Además, el término hebreo que se usa en
    Isaías 9:6 muestra una distinción clara entre el
    Hijo y Dios. Ahí al Hijo se le llama "Dios Poderoso",
    ´El Guib·bóhr, no "Dios
    Todopoderoso". Este término en hebreo es ´El
    Schad·dái y aplica únicamente a
    Jehová Dios.

    Sin embargo, note que aunque Justino llama al Hijo
    "Dios", nunca dice que el Hijo es una de tres personas iguales,
    cada una de las cuales es Dios aunque las tres forman un solo
    Dios. Más bien, dice en su Diálogo
    con Trifón:

    "Es […] llamado Dios y Señor [Jesús en
    su existencia prehumana] otro que está bajo el Hacedor del
    universo [el Dios Todopoderoso], y que [el Hijo] se llama
    también ángel o mensajero, por ser El [el Hijo]
    quien anuncia a los hombres cuanto quiere se les anuncie el
    Creador de todas las cosas, por encima del cual no hay otro Dios.
    […]

    "[El Hijo] es otro que el Dios creador del universo,
    otro, digo, numéricamente, no en sentir y
    pensamiento"11.

    Aparece un pasaje interesante en la
    Apología I de Justino, capítulo 6,
    donde él defiende a los cristianos de la acusación
    pagana de que son ateos. Escribe:

    "A El [Dios] y al Hijo, que de El vino y nos
    enseñó todo esto, y al ejército de los otros
    ángeles buenos que le siguen y le son semejantes, y al
    Espíritu profético, le damos culto y
    adoramos"12.

    Un traductor de ese pasaje, Bernhard Lohse, comenta:
    "Como si no bastara con que en esta enumeración se
    menciona a ángeles como seres que reciben honra y
    adoración de los cristianos, Justino no titubea en
    mencionar a los ángeles antes de nombrar al
    Espíritu Santo"13. (Véase también
    An Essay on the Development
    of Christian Doctrine [Ensayo sobre
    el desarrollo de la doctrina cristiana]14.)

    Así que, aunque Justino Mártir parece
    haberse apartado de la doctrina bíblica pura en
    relación con quién debe ser objeto de la
    adoración del cristiano, es patente que él no
    consideró que el Hijo fuera igual al Padre, como tampoco
    se consideró que los ángeles fueran iguales a
    Él. Respecto a Justino, citamos nuevamente de la obra
    The Church of the First
    Three Centuries, del señor
    Lamson:

    "Justino consideró que el Hijo era distinto de
    Dios e inferior a él: distinto, no en el sentido moderno
    de constituir una de tres hipóstasis, o personas, […]
    sino distinto en esencia y naturaleza; con una existencia real,
    sustancial, individual, separada de Dios, de quien derivó
    todos sus poderes y títulos; constituido bajo él, y
    sujeto en todas las cosas a su voluntad. El Padre es supremo; el
    Hijo está subordinado: el Padre es la fuente de
    poder; el Hijo, el recibidor: el Padre origina; el Hijo, como
    ministro o instrumento suyo, ejecuta. Son dos en número,
    pero concuerdan, o son uno, en voluntad; la voluntad del Padre
    siempre convence al Hijo"15.

    Además, Justino no dice en ninguna parte que el
    espíritu santo sea una persona igual al Padre y al Hijo.
    De modo que en ningún sentido puede decirse honradamente
    que Justino enseñó la Trinidad de la cristiandad
    moderna.

    Lo que enseñó
    Clemente

    Clemente de Alejandría (c. 150 a 215 E.C.)
    también llama al Hijo "Dios". Hasta lo llama "Creador",
    término que nunca se usa en la Biblia con referencia a
    Jesús. ¿Quiso decir que el Hijo era igual en todo
    sentido al Creador todopoderoso? No. Al parecer Clemente se
    refería a Juan 1:3, donde se dice del Hijo: "Todas las
    cosas vinieron a existir por medio de él"16.
    Dios utilizó al Hijo como agente en Sus obras creativas.
    (Colosenses 1:15-17.)

    Clemente llama al Dios Supremo "el Dios y Padre de
    Nuestro Señor Jesús"17, y dice que "el
    Señor es también Hijo del Creador"18.
    Dice además: "El Dios del Universo es uno solo, bueno,
    justo, creador, [y el] Hijo [está] en el
    Padre"19. Así que escribió que el Hijo
    tiene a un Dios sobre sí.

    Clemente habla de Dios como el "primer y único
    administrador
    de vida eterna, que el Hijo, quien la recibió de Él
    [Dios], nos da"20. El Dador original de vida eterna es
    claramente superior a aquel que, por decirlo así, la pasa
    adelante. Por eso Clemente dice que Dios "es primero, y
    supremo"21. También dice que el Hijo "es
    más allegado al único que es el Todopoderoso" y que
    el Hijo "ordena todas las cosas de acuerdo con la voluntad del
    Padre"22. Una y otra vez Clemente muestra la
    supremacía del Dios Todopoderoso sobre el Hijo.

    Respecto a Clemente de Alejandría, leemos en
    The Church of the First
    Three Centuries:

    "Pudiéramos citar numerosos pasajes de Clemente
    en los cuales se sostiene claramente la inferioridad del Hijo.
    […]

    "Nos asombra que alguien pueda leer a Clemente con
    atención regular, e imaginarse por un
    momento que él considerara al Hijo numéricamente
    idéntico al Padre o uno con él. Su naturaleza
    dependiente e inferior, según nos parece, se reconoce por
    todas partes. Clemente creía que Dios y el Hijo eran
    numéricamente distintos; en otras palabras, dos seres: uno
    supremo, el otro subordinado"23.

    Además, de nuevo se puede decir: Aunque a veces
    parezca que Clemente va más allá de lo que dice la
    Biblia acerca de Jesús, en ninguna parte habla de una
    Trinidad compuesta de tres personas iguales en un solo Dios.
    Apologistas como Taciano, Teófilo y Atenágoras, que
    vivieron entre el tiempo de Justino y el de Clemente, tuvieron
    puntos de vista semejantes a los considerados. El señor
    Lamson dice que ellos "no fueron más trinitarios que
    Justino mismo; es decir, no creyeron en Tres indivisos y
    coiguales, sino que enseñaron una doctrina totalmente
    incompatible con esa creencia"24.

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