Monografias.com > Psicología
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La dislexia: Cómo ayudar a su hijo en la lectoescritura




Enviado por jomdtp



    1. La dislexia: definición,
      Tipos, prevalencia, sexo, base
      genética
    2. Causas de la
      dislexia
    3. Características de los
      niños con dislexia
    4. Prevención de la
      dislexia: cómo ayudar a su hijo en el aprendizaje de la
      lectura
    5. Tratamiento de la dislexia:
      cómo ayudar a su hijo si presenta dificultades en la
      lectura

    1- LA DISLEXIA:
    DEFINICIÓN, TIPOS, PREVALENCIA, SEXO, BASE
    GENÉTICA

    Una definición sencilla de la dislexia
    dice que es el problema para aprender a leer que presentan
    algunos niños y
    niñas, con un coeficiente intelectual normal y sin la
    presencia de otros problemas
    físicos o psicológicos que puedan explicar las
    dificultades.

    Se ha de tener en cuenta que aunque dislexia se refiera
    etimológicamente a problemas en la lectura,
    normalmente se presenta junto con dificultades en la escritura o
    disortografía. Por ello sería más
    lógico hablar de problemas para aprender a leer y
    escribir, o sea problemas en la lectoescritura.

    Sin embargo, la existencia de la dislexia ha sido muy
    cuestionada
    . En algunos medios se
    mantienen actitudes
    opuestas al uso del término Dislexia, prefiriéndose
    otras denominaciones como Dificultades de Lectoescritura o
    Trastorno Específico de la Lectura.

    Aunque hay algunos autores que niegan la misma
    existencia del trastorno, se ha acumulado evidencia suficiente
    como para poder afirmar
    que efectivamente existe la dislexia, con una base
    neurológica clara.

    También se defiende que en lugar de de dos
    grupos
    diferenciados (disléxicos y no disléxicos),
    podría existir una continuidad sin límites
    claros entre la dificultad severa para la lectura y la
    normalidad.

    En lo que sí se está de acuerdo es en que,
    ya que este trastorno puede producirse antes de que la persona haya
    adquirido la lectura o después de adquirida, puede
    distinguirse entre dos tipos de dislexia:

    Dislexia adquirida: la sufrirían aquellas
    personas que tras haber logrado un determinado nivel lector,
    pierden algunas de estas habilidades como consecuencia de una
    lesión cerebral.

    Dislexia evolutiva: niños que sin ninguna
    razón aparente presentan dificultades especiales en
    el aprendizaje
    de la lectura. Esta es la dislexia a la que en adelante nos
    referiremos.

      También hay que tener en cuenta que no
    toda dificultad en la lectura significa
    que nos encontremos
    ante un niño con dislexia. La lectura es una
    actividad muy compleja en cuyo aprendizaje es
    normal que en las primeras etapas aparezcan dificultades y
    errores que no tienen por qué indicar una futura dislexia.
    Muchos autores señalan que para ello tendría que
    producirse un retraso de dos años en relación al
    nivel esperado de lectura.

    No existen datos de
    prevalencia en España,
    pero los porcentajes que se estiman rondan el 5%.

    Hasta fechas relativamente recientes se ha venido
    pensando que la dislexia era un trastorno mucho más
    frecuente entre los niños que entre las niñas. Sin
    embargo, estudios mejor controlados estiman que el predominio
    en el sexo
    masculino es muy bajo.

    A pesar de que está claro que la dislexia tiene
    un componente hereditario importante, no está
    demostrado el tipo de herencia por el
    que se rige.

    Algunos estudios indican que el déficit cognitivo
    que produce la dislexia persiste a lo largo de la vida, aunque
    sus consecuencias y su expresión varían
    sensiblemente. Así, en los adultos disléxicos,
    suele existir un acceso a la lectura, aunque con menor fluidez y
    precisión que la que poseen los individuos no
    disléxicos, por lo cual requieren un mayor esfuerzo
    durante las actividades de lecto-escritura.

    2- CAUSAS DE LA
    DISLEXIA:

    Las causas de la dislexia infantil siguen sin
    estar claras.

    Una de las teorías
    que han estado
    más en boga en España ha sido la de que el origen
    de la dislexia residía en un trastorno perceptivo-visual.
    Así el motivo por el que los niños presentaban
    confusiones lectoras entre b-p, p-q, d-p, u-n, los-sol, etc.,
    sería por dificultades en la percepción
    visual, debido a incapacidad para organizar espacialmente de
    forma adecuada el material a leer, sobre todo en sus aspectos de
    orientación derecha-izquierda, unido casi siempre a un
    conocimiento
    inadecuado del esquema corporal.

    La dislexia también se ha achacado, entre otros
    factores, a un inadecuado movimiento
    ocular, a un menor rendimiento en la memoria, a
    un insuficiente desarrollo
    cerebral para integrar los estímulos auditivos y visuales,
    a problemas afectivos, a problemas pedagógicos o a
    deficiencias en el desarrollo del lenguaje.

    Otra teoría
    afirma que muchas personas tienden a procesar la información de una forma visual o
    imaginativa. Es decir, elaboran su pensamiento
    primeramente a través de su inteligencia
    visual. Podríamos decir que su pensamiento produce una
    película continua. Y la película se interrumpe cada
    vez que deben leer una palabra abstracta, que no es
    fácilmente traducible.

    Importantes trabajos recientes de revisión sobre
    el tema se inclinan de forma muy decidida por la hipótesis lingüística como base de la
    dislexia

    Actualmente uno de los modelos
    más aceptados es el del modelo de lectura de doble
    ruta,
    según el cual, el lector utiliza dos vías
    para llegar al significado de las palabras que ve
    escritas: 

    -Ruta visual: consiste en comparar la forma
    ortográfica de la palabra escrita (secuencia de letras)
    con las representaciones de palabras de que disponemos en el
    léxico visual (a modo de "diccionario
    visual").

      –Ruta fonológica: mediante el
    mecanismo de conversión de grafemas (letras) a fonemas
    (sonidos), se obtiene la pronunciación de la palabra,
    siendo así ésta identificada.

    Se ha visto que los niños que presentan
    dificultades en la lectura pueden tener dañadas una (o
    ambas) de estas rutas, por lo que según las dificultades
    que presenten se puede hablar de tres tipos de
    dislexia:

    dislexia visual: la lectura siempre se produce
    por la ruta fonológica.

    dislexia fonológica: la lectura se
    produce por la ruta visual.

    dislexia mixta: se presentan problemas
    referentes a los dos subtipos anteriores.

    3-
    CARACTERÍSTICAS DE LOS NIÑOS CON
    DISLEXIA

    El diagnóstico de dislexia se basa en la
    historia
    clínica y en las pruebas
    psicométricas. No existe en la actualidad ningún
    examen "biológico" que se pueda utilizar en la
    práctica clínica para establecer o  confirmar
    el diagnóstico de dislexia.

    Tampoco es posible en una edad temprana establecer con
    seguridad dicho
    diagnóstico.

    El que un niño no aprenda a leer en la etapa
    de Infantil
    no tiene por qué indicar una futura
    dificultad grave, pues cada uno tiene su ritmo, y aunque los
    niños pueden escribir y leer desde el inicio de la
    escolaridad y no se debe frenar ni retrasar su aprendizaje,
    tampoco se puede forzar el aprendizaje precoz, ni clasificarlos
    ni exigirles a todos unos conocimientos iguales.

    Además, no hay que olvidar que cuando un
    niño está aprendiendo la lectoescritura puede
    cometer muchos errores, por ejemplo, inversiones de
    letras al leer o escribir (SE por ES, SOL por LOS, etc.), pero
    esos fallos son normales y no deben alarmarnos.

    En la etapa de Primaria es cuando puede
    establecerse con firmeza el diagnóstico de dislexia. Los
    síntomas más habituales son:

    -Omisiones, substituciones, inversiones, distorsiones o
    adiciones de letras, sílabas y/o palabras.

    -Rectificaciones, vacilaciones, silabeos y
    pérdidas de la línea, provocando lentitud
    lectora

    La consecuencia de estas dificultades en la lectura
    mecánica es la falta de comprensión
    de lo leído.

    De todos modos, a lo largo de la escolaridad se suele
    presentar la siguiente evolución:

    -En los niveles inferiores (repetidores de segundo curso
    y tercero de Primaria) los alumnos con dificultad lectora no
    suelen dominar todas las correspondencias entre letras y
    sonidos.

    -En niveles medios (tercero y cuarto de Primaria) los
    alumnos han aprendido dichas correspondencias, pero les cuesta
    trabajo
    automatizar la lectura de sílabas, siendo su lectura muy
    laboriosa y lenta.

    -En los cursos superiores los alumnos presentan
    problemas en el reconocimiento de palabras completas, por lo que
    tienen que leer muy despacio para leer bien. Pero dado que las
    actividades escolares en los cursos superiores obligan a los
    alumnos a ser lectores exactos y rápidos, dicha presión
    provoca que modifiquen su manera de leer: dejan de usar la
    lectura secuencial, que es exacta pero ineficaz por su lentitud y
    utilizan el procesamiento de pistas fonéticas parciales y
    ortográficas globales pero incompletas, combinado con el
    uso de la adivinación. Como resultado, aumentan los
    errores, la ansiedad al darse cuenta de ellos, el rechazo a las
    tareas de lectura y como consecuencia las pocas oportunidades
    para automatizar el reconocimiento de palabras
    completas.

    Por otro lado, la dislexia puede ir unida a otros
    problemas de aprendizaje escolar, tales como:

    -La disgrafía (dificultades en la
    realización de los trazados gráficos que requiere la
    escritura)

    -La disortografía (dificultades para reproducir
    correctamente las grafías que integran las
    palabras)

    -Problemas de falta de atención y concentración.

    -Falta de interés y
    motivación
    por el estudio.

    -Fracaso escolar, con aversión hacia la
    lectoescritura.

    Como consecuencia de ello, podemos encontrar algunos
    desajustes a nivel comportamental y emocional:

    – Aumento de la falta de auto-confianza y de la
    frustración.

      – Baja auto-estima.

    – Aparición de conductas disruptivas o de
    inhibición progresiva.

    4-
    PREVENCIÓN DE LA DISLEXIA: CÓMO AYUDAR A SU HIJO EN
    EL APRENDIZAJE DE LA LECTURA

    Los niños pequeños tienen una conciencia muy
    escasa de los sonidos del lenguaje. Oyen una secuencia continua
    de sonidos, pero no son conscientes de que estos se pueden
    dividir en palabras, y estas últimas en sílabas y
    mucho menos que las sílabas pueden estar formados por uno
    o varios sonidos. Esta habilidad se llama conciencia
    fonológica y se puede desarrollar con el
    ejercicio.

    Se ha comprobado que la conciencia fonológica
    facilita el aprendizaje de la lectura
    tanto en niños
    prelectores como en niños con riesgo de
    presentar dislexia. Por ello, facilitando precozmente los
    aprendizajes fonológicos, se pueden prevenir problemas
    lectores que aparecerían posteriormente.

    Las actividades para adquirir conciencia
    fonológica
    son muy abstractas, porque se basan en
    estímulos que el niño no puede ver ni manipular,
    por lo que deben realizarse siempre a modo de juego, y a ser
    posible apoyándonos en láminas, fotografías,
    dibujos, etc.
    El orden que habría que seguir es comenzar con actividades
    de rima, continuar con la sílaba, y acabar finalmente con
    el fonema. Hasta la edad de 5 años es muy difícil
    que el niño consiga tener conciencia de los fonemas en
    todas las posiciones de las palabras.

    Lo que los padres podemos hacer
    es
    :

    -En primer lugar, realizar actividades verbales para
    desarrollar la conciencia fonológica,
    como, por
    ejemplo:

    -Elegir una letra del alfabeto, comenzando con una letra
    que aparezca en el nombre del niño. Durante todo el
    día, buscar objetos que comiencen con esa
    letra.

    -Inventar rimas para el nombre del niño(a);
    "Sara, bonita eres de cara"

    -Hacer el sonido de una
    letra. Pedirle al niño que intente encontrar esa letra en
    un libro o
    periódico. Leer en voz alta la palabra que
    tiene esa letra.

    -Describir las cosas que ve al aire libre,
    usando palabras que comiencen con el mismo sonido: "casa
    cuadrada", "perro pequeño", "bote bonito."

    -Inventar una rima propia sobre algo de casa: "¡Al
    gatito chiquitito le picó un mosquito!"

    -Escoger una canción o una rima que el
    niño se sepa. Cantarla en voz alta, aplaudiendo al ritmo
    de las palabras.

    -Leer con él una historia que rime o cantar
    juntos una canción. Dejar que el niño vaya
    completando las palabras que riman.

    -Recitar una rima infantil o poema, línea por
    línea. Pedirle al niño que repita cada una de las
    frases u oraciones después de que se le vayan
    diciendo.

    -Inventar rimas de dos palabras acerca de objetos que
    haya en casa, como por ejemplo "silla pilla" y "taco flaco."
    Mejor si las rimas son cómicas.

    -Con algunos juegos
    tradicionales de lenguaje oral
    también se desarrolla
    la conciencia de los sonidos:

    – DE LA HABANA HA VENIDO UN BARCO CARGADO
    DE…

    El primer jugador dice, por ejemplo "De la Habana ha
    venido un barco cargado de PATATAS" y a continuación hay
    que ir diciendo palabras que comiencen por PA, PE, PI, PO y
    PU.

    -VEO-VEO

    El primer jugador dice "Veo-Veo", el otro responde
    "¿Qué ves?". El primer jugador responde: "Una
    cosita". Se responde "¿Qué cosita es?". El primero
    contesta, por ejemplo: "Empieza por LA-". Hay que averiguar de
    qué objeto se trata. (Cuando el niño ya domine las
    sílabas se puede realizar utilizando letras, por ejemplo:
    "Empieza por L-".

    -PALABRAS ENCADENADAS:

    El primer jugador dice una palabra, por ejemplo PLANTA.
    El otro jugador debe decir una palabra que comience por la
    sílaba final de la palabra dicha (en este caso, por TA,
    como TAZA) y así sucesivamente: ZAPATO, TOMATE….

    Otros prerrequisitos son también importantes
    (atención, memoria,
    vocabulario).
    Eso significa que el niño debe estar
    abierto a experiencias variadas y sobre todo debe contar con la
    mediación de un adulto que vaya ayudándole a
    madurar esos aspectos. Algunas actividades caseras que
    desarrollan estos prerrequisitos:

    -decirles el nombre de las calles por la que pasan;
    luego jugar a que les lleve a una calle.

    -recordar nombre, apellidos y profesión de
    papá y mamá.

    -aprender su número de teléfono y los de algún familiar o
    amigo

    -localizar en las tiendas lo que van a comprar y
    cogerlo

    -jugar con puzzles, barajas de familias, animales,
    etc.

    -aprender los días de la semana y los meses del
    año

    -buscar diferencias entre dos dibujos casi
    iguales

    -observar durante un tiempo una
    lámina, foto…, y preguntarles qué cosas
    había, cuántas personas, qué ropas llevaban,
    qué tiempo hacía, etc.

    -enseñarle canciones de corro, adivinanzas y
    refranes

    -dedicar algún rato a contar chistes

    -poner objetos sobre la mesa y decirle que cierre los
    ojos; esconder un objeto y cuando abra los ojos tiene que
    descubrir cuál falta.

    -describirle un objeto de la casa. "Tiene cuatro patas y
    nos sentamos en ella cuando vamos a cenar", y que lo
    adivine.

    -leer juntos una historia y hablar sobre ella. Hacerle
    preguntas para ver si se acuerda de algunos de los
    acontecimientos del cuento.

    -recordar qué comió el día anterior
    en la comida y en la cena.

    -cambiar objetos de su lugar habitual en una
    habitación de la casa y preguntarle si nota algo
    diferente.

    -aprovechar todo tipo de salidas de la ciudad para
    explicarle por qué pueblos pasa y qué es lo que
    vemos.

    -ver con él un programa de TV y
    preguntarle por los personajes, cómo se llamaban,
    qué cosas hacían, etc.

    -preguntarle sobre una habitación con los ojos
    cerrados: color de las
    paredes, cuadros, muebles, otros objetos, etc.

    -Debemos confiar en los profesionales de la
    educación
    y seguir sus orientaciones y propuestas de
    colaboración, de modo que tanto la familia
    como la escuela vayamos
    en la misma dirección.

    -No todos los niños llevan el mismo ritmo, sino
    que hay liebres y tortugas, y lo importante es que cada uno
    alcance sus objetivos de
    acuerdo a la madurez que vaya adquiriendo; no debemos perder
    la paciencia ni atosigar al niño.

    -Hay que propiciar en el niño el desarrollo de
    una relación positiva con lo escrito, asociando la
    lectura con situaciones placenteras
    : manipulación de
    libros,
    audición de lecturas por un adulto antes de dormir, leer a
    dos voces (el adulto lee el cuento, pero de pronto se calla, o el
    adulto lee un trozo y el niño otro, etc.).

    Demostrar al niño la utilidad de la
    lectura
    : viendo en el
    periódico a qué hora empieza un programa de TV,
    consultando los catálogos de juguetes,
    viendo la fecha de su cumpleaños en un calendario, leyendo
    una receta de cocina, escribiéndole notas para que haga
    recados, leyendo las notas que le entregan en el colegio,
    etc.

    El niño comienza a acercarse a la lectura, sobre
    todo, cuando ve leer a los más próximos. Si nos ve
    leer habitualmente a los mayores, si le estimulamos para que
    presten atención a los escritos, pronto comenzarán
    las preguntas: "¿qué pone ahí?",
    "¿qué letra es esa"?. En este momento podemos decir
    que el aprendizaje de la lectura ha
    comenzado.

    Debemos proporcionarles libros. En los libros
    para los más pequeños predominan la
    ilustración y los elementos gráficos. Mediante
    los dibujos, los niños reconocen objetos, personas,
    animales… Algunos libros incluyen textos mínimos:
    palabras, frases sencillas, pequeños diálogos,
    repeticiones, palabras y frases sonoras. El sonido de las
    palabras puede ser un aliciente para la lectura de un libro:
    descubrir sonidos extraños, divertidos,
    cacofónicos… A estas edades gusta la repetición
    de sonidos, de palabras, de ideas … Les gustan las historias de
    ficción o temas de la vida, pero siempre con predominio
    absoluto de la imagen. Los
    animales son uno de sus temas favoritos. Las historias deben ser
    sencillas y fáciles de predecir. Entre los libros que
    más interesan a estas edades destacamos:

    -Libros juego: troquelados, con agujeros, ventanas,
    elementos móviles, diferentes texturas

    -Libros de imágenes
    sin texto, con una
    secuencia narrativa lineal mínima donde ellos pueden
    recrear la historia

    -Libros de imágenes con textos muy breves, con
    una o dos líneas impresas por página.

    -Libros de poesías, adivinanzas, canciones y juegos de
    palabras.

    -Libros documentales o de información que les
    ayudan a descubrir el mundo que les rodea: plantas y
    animales, colores y
    formas…

    -Libros para hacer actividades: dibujar, colorear o
    recortar

    5- TRATAMIENTO DE LA
    DISLEXIA: CÓMO AYUDAR A SU HIJO SI PRESENTA DIFICULTADES
    EN LA LECTURA

    Si un niño presenta dislexia tiene
    necesidad de:

    -Una evaluación temprana de sus dificultades
    realizada por el EOEP o Departamento de
    Orientación.

    -Un programa de refuerzo o adaptación
    curricular centrado en las tareas de leer y escribir

    -Un apoyo escolar, preferiblemente individual y
    especializado.

    -La coordinación entre otros servicios
    (sanitarios, educativos)

    -La colaboración familiar

    El tratamiento de los problemas lectores debe
    centrarse en la recuperación del mecanismo que funciona
    deficientemente, por lo que el planteamiento terapéutico
    ha de ser obligatoriamente individual. Cuando las dificultades se
    centran en la ruta fonológica es imprescindible trabajar
    las habilidades de correspondencia de grafema a fonema. Por el
    contrario, si las dificultades se encuentran en el reconocimiento
    de palabras habría que trabajar con tarjetas en la
    que estén el dibujo y la
    palabra escrita.

    En cuanto a la metodología es muy importante adecuar el
    ritmo a las posibilidades del niño, trabajando estas
    actividades de forma agradable, con sensibilidad a las
    necesidades globales del niño y propiciando continuamente
    el éxito
    en la tarea.

    ¿Qué podemos hacer los
    padres?
    :

    -Solemos preocuparnos cuando nuestros hijos no leen como
    nosotros esperamos. Y, en ocasiones, nos preocupamos sin motivo.
    ¿Cómo saber si realmente falla algo? Consultando
    al profesorado
    de nuestros hijos. Sólo hablando y
    contrastando nuestras observaciones con ellos sabremos si existe
    retraso o aquello que nos preocupa forma parte de la evolución normal en el aprendizaje. Ellos
    no orientarán y nos indicarán qué hacer si
    nuestros hijos necesitan una ayuda adicional. Nuestra
    intervención sin consultar antes con los profesores puede
    llevarnos a errores como:

    -Crear ciertas contradicciones entre el método de
    la escuela y el que empleamos en casa. Sin tener conciencia de
    ello, podemos presentar el sistema de
    escritura de manera muy diferente a la que esperan o están
    acostumbrados los niños.

    -Emplear textos inadecuados por su extensión, por
    su interés o por su tema (tanto por exceso como por
    defecto).

    -Introducir un ritmo de aprendizaje excesivo, quemando
    etapas y provocando un aprendizaje poco seguro o poco
    válido para resolver sus problemas, o creando incluso un
    cansancio innecesario.

    -Repetir o enseñar lo ya sabido, provocando
    cierto aburrimiento.

    -El papel más importante que tienen que cumplir
    los padres de niños que comienzan a presentar dificultades
    en la lectura quizás sea el de apoyo emocional y
    social
    . Una manera es reconocer que, debido a los problemas
    de aprendizaje, el niño ha tenido que esforzarse mucho
    más en su trabajo para alcanzar su nivel actual de lectura
    y escritura. También es importante comunicarle que se le
    seguirá queriendo, aunque no le vaya bien en el
    colegio.

    -Los padres deben dejar muy claro al niño que
    puede tener éxito y animarle, ya que de lo
    contrario no pondrá de su parte el esfuerzo necesario para
    superar las dificultades.

    -Si los padres también tuvieron problemas con la
    lectura sería bueno que compartieran con su hijo los
    problemas que sufrieron. Esto le hace al niño sentirse
    más normal.

    -Es totalmente inadecuado e inútil compararle con
    algún hermano o compañero sin problemas. Conviene
    recordar que ambos son distintos y tienen sus cualidades,
    señalando algún área en que
    destaque.

    -Es importante desarrollar la autoestima
    a todos los niveles. Puede hacerse dispensando al niño
    consideración positiva incondicional, en especial cuando
    se siente decaído o fracasado. Es fundamental evaluarlo
    por su propio nivel, esfuerzo y rendimiento.

    -Antes de la lectura se le puede
    ayudar

    -Recapacitando sobre lo que va a leer y para qué
    está leyendo: entretenerse, localizar un
    dato…

    -Ayudándole a recordar lo que sabe sobre el tema
    tratado o sobre asuntos relacionados.

    -Fijando su atención sobre las marcas del texto
    que proporcionan información sobre su estructura:
    índice; títulos y subtítulos;
    capítulos y apartados; subrayados,
    negritas…

    Durante la lectura se le puede
    ayudar
    :

    -Llamando su atención sobre imágenes y
    esquemas que acompañan el texto, señalando la
    relación entre ambos.

    -Estimulándole a que hable y cuente lo que
    está leyendo.

    -Preguntándole si está encontrando
    problemas y ayudándole a concretar qué es lo que no
    entiende y dónde puede residir el problema: en el
    vocabulario, en la estructura de las frases, en el
    tema…

    -Dándole soluciones
    cuando no comprende algo: la relectura, la lectura del contexto,
    la consulta del diccionario o de otro libro para ampliar
    conocimientos…

     -Después de la lectura se le puede
    ayudar:

    -Conversando sobre la lectura, averiguando qué
    pasajes han sido más complicados y por
    qué.

    -Contrastando, cuando lo haya, el índice del
    libro con lo que ha aprendido, haciendo notar la ventaja de
    revisar títulos y epígrafes para recordar y
    elaborar el propio resumen mental

    -Indicándole que puede anotar sus dudas y debe
    saber plantearlas en clase
    (especialmente en la realización de trabajos
    escolares).

    -Recordando el vocabulario nuevo y comprobando que ha
    aprendido su significado.

    -Orientándole cuando trata de hacer un resumen e
    invitándole a sacar conclusiones, a ordenar una historia,
    a hacer un esquema.

    -Realizar diariamente un trozo de lectura de manera
    simultánea con el niño
    , de modo que se le
    ofrezca un modelo
    correcto para aprender e imitar.

    – También puede resultar de mucha utilidad
    grabar las lecturas del niño, con objeto de que
    él mismo pueda escuchar el progreso alcanzado.

    -A veces es completamente imposible y hasta
    desaconsejable que los padres ayuden a sus hijos. La
    situación se torna en ocasiones tan cargada de ansiedad
    que los padres o el niño pierden la calma, con lo que la
    situación de aprendizaje se vuelve aversiva,
    perdiéndose aún más el interés por la
    lectura. En esos casos, sería preferible una ayuda
    extraescolar
    .

    -Pero tampoco hay que perder de vista que el niño
    necesita tiempo para relajarse, para dedicarse a alguna otra
    actividad y para "desconectar".

     

     

    Autor:

    José Manuel del Toro
    Pérez

    Psicólogo

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter