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Discos duros. Mantenimiento de hardware




Enviado por edseleon



    1. Función de un disco
      duro
    2. Funcionamiento de una
      unidad de disco duro
    3. Estructura física:
      cabezas, cilindros y sectores
    4. Particiones primarias y
      particiones lógicas
    5. Arranque específico de
      cada sistema operativo
    6. Consejos a la hora de crear
      particiones
    7. Trabajar con dos o más
      discos duros
    8. Instalación
      física
    9. Trabajar con varios
      sistemas operativos
    10. Trabajar con dos o más
      discos duros
    11. Instalación de
      un disco duro
    12. Particionar el disco
      duro
    13. Límite de 528
      MB
    14. Límite de 2
      GB
    15. Límite de 2
      TB
    16. Fuente

    Función de un disco duro

    Un disco duro es
    un dispositivo que permite el almacenamiento y
    recuperación de grandes cantidades de información. Los discos duros
    forman el principal elemento de la memoria secundaria de
    un computador,
    llamada así en oposición a la memoria
    principal
    o memoria RAM (Random
    Access Memory,
    memoria de
    acceso aleatorio)
    .

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    Tanto los discos duros como la memoria
    principal son memorias de
    trabajo
    (varían su contenido en una sesión con el
    computador). Sin embargo, presentan importantes diferencias: la
    memoria principal es volátil (su contenido se borra
    al apagar el computador), muy rápida (ya que se trata de
    componentes electrónicos) pero de capacidad reducida. La
    memoria secundaria, en cambio, es no
    volátil, menos rápida (componentes
    mecánicos) y de gran capacidad. La memoria principal
    contiene los datos utilizados
    en cada momento por el computador pero debe recurrir a la memoria
    secundaria cuando necesite recuperar nuevos datos o almacenar de
    forma permanente los que hayan variado.

    Estructura física de un disco
    duro

    Elementos de un disco
    duro

    Un disco duro forma una caja herméticamente
    cerrada que contiene dos elementos no intercambiables: la
    unidad de lectura y
    escritura
    y el disco como tal.

    • La unidad es un conjunto de componentes
      electrónicos y mecánicos que hacen posible el
      almacenamiento y recuperación de los datos en el
      disco.
    • El disco es, en realidad, una pila de discos,
      llamados platos, que almacenan información
      magnéticamente. Cada uno de los platos tiene dos
      superficies magnéticas: la superior y la inferior. Estas
      superficies magnéticas están formadas por
      millones de pequeños elementos capaces de ser
      magnetizados positiva o negativamente. De esta manera, se
      representan los dos posibles valores que
      forman un bit de información (un cero o un uno).
      Ocho bits contiguos constituyen un byte (un carácter).

    Funcionamiento de una unidad de disco
    duro

    Veamos cuáles son los mecanismos que permiten a
    la unidad acceder a la totalidad de los datos almacenados en los
    platos.

    En primer lugar, cada superficie magnética tiene
    asignado uno de los cabezales de lectura/escritura de la
    unidad. Por tanto, habrá tantos cabezales como caras tenga
    el disco duro y, como cada plato tiene dos caras, este
    número equivale al doble de platos de la pila. El conjunto
    de cabezales se puede desplazar linealmente desde el exterior
    hasta el interior de la pila de platos mediante un brazo
    mecánico
    que los transporta. Por último, para
    que los cabezales tengan acceso a la totalidad de los datos, es
    necesario que la pila de discos gire. Este giro se realiza
    a velocidad
    constante y no cesa mientras esté encendido el computador.
    En cambio, en los discos flexibles sólo se produce el giro
    mientras se está efectuando alguna operación de
    lectura o escritura. El
    resto del tiempo, la
    disquetera permanece en reposo. Con las unidades de CD-ROM ocurre
    algo similar, sin embargo en este caso la velocidad de giro no es
    constante y depende de la distancia al centro del dato que se
    esté leyendo.

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    Cada vez que se realiza una operación de
    lectura
    en el disco duro, éste tiene que realizar las
    siguientes tareas: desplazar los cabezales de lectura/escritura
    hasta el lugar donde empiezan los datos; esperar a que el primer
    dato, que gira con los platos, llegue al lugar donde están
    los cabezales; y, finalmente, leer el dato con el cabezal
    correspondiente. La operación de escritura es
    similar a la anterior.

      Estructura física: cabezas, cilindros
    y sectores

    Ya hemos visto que cada una de las dos superficies
    magnéticas de cada plato se denomina cara. El
    número total de caras de un disco duro coincide con su
    número de cabezas. Cada una de estas caras se
    divide en anillos concéntricos llamados pistas. En
    los discos duros se suele utilizar el término
    cilindro para referirse a la misma pista de todos los
    discos de la pila. Finalmente, cada pista se divide en
    sectores.

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    Los sectores son las unidades mínimas de
    información que puede leer o escribir un disco duro.
    Generalmente, cada sector almacena 512 bytes de
    información.

    El número total de sectores de un disco duro se
    puede calcular: nº sectores = nº caras * nº
    pistas/cara * nº sectores/pista
    . Por tanto, cada sector
    queda unívocamente determinado si conocemos los siguientes
    valores: cabeza, cilindro y sector. Por ejemplo, el disco duro
    ST33221A de Seagate tiene las siguientes
    especificaciones: cilindros = 6.253, cabezas = 16 y
    sectores = 63. El número total de sectores
    direccionables es, por tanto, 6.253*16*63 = 6.303.024 sectores.
    Si cada sector almacena 512 bytes de información, la
    capacidad máxima de este disco duro será de
    6.303.024 sectores * 512 bytes/sector = 3.227.148.228 bytes ~ 3
    GB.

    Las cabezas y cilindros comienzan a numerarse desde el
    cero y los sectores desde el uno. En consecuencia, el primer
    sector de un disco duro será el correspondiente a la
    cabeza 0, cilindro 0 y sector 1.

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    Estructura lógica
    de un disco duro

    La estructura
    lógica de un disco duro está formada
    por:

    • El sector de arranque (Master Boot
      Record)
    • Espacio particionado
    • Espacio sin particionar

    El sector de arranque es el primer sector de todo
    disco duro (cabeza 0, cilindro 0, sector 1). En él se
    almacena la tabla de particiones y un pequeño
    programa
    master de inicialización, llamado también
    Master Boot. Este programa es el encargado de leer la
    tabla de particiones y ceder el control al sector
    de arranque de la partición activa. Si no existiese
    partición activa, mostraría un mensaje de
    error.

    El espacio particionado es el espacio del disco
    que ha sido asignado a alguna partición. El espacio no
    particionado, es espacio no accesible del disco ya que
    todavía no ha sido asignado a ninguna partición. A
    continuación se muestra un
    ejemplo de un disco duro con espacio particionado (2 particiones
    primarias y 2 lógicas) y espacio todavía sin
    particionar.

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    El caso más sencillo consiste en un sector de
    arranque que contenga una tabla de particiones con una sola
    partición, y que esta partición ocupe la totalidad
    del espacio restante del disco. En este caso, no existiría
    espacio sin particionar.

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    Las particiones

    Cada disco duro constituye una unidad
    física
    distinta. Sin embargo, los sistemas
    operativos no trabajan con unidades físicas
    directamente sino con unidades lógicas. Dentro de
    una misma unidad física de disco duro puede haber varias
    unidades lógicas. Cada una de estas unidades
    lógicas constituye una partición del disco
    duro. Esto quiere decir que podemos dividir un disco duro en, por
    ejemplo, dos particiones (dos unidades lógicas dentro de
    una misma unidad física) y trabajar de la misma manera que
    si tuviésemos dos discos duros (una unidad lógica
    para cada unidad física).

    Particiones y directorios.— Ambas
    estructuras
    permiten organizar datos dentro de un disco duro. Sin embargo,
    presentan importantes diferencias: 1ª) Las
    particiones son divisiones de tamaño fijo del disco duro;
    los directorios son divisiones de tamaño variable de la
    partición; 2ª) Las particiones ocupan un
    grupo de
    cilindros contiguos del disco duro (mayor seguridad); los
    directorios suelen tener su información desperdigada por
    toda la partición; 3ª) Cada partición
    del disco duro puede tener un sistema de
    archivos
    (sistema operativo) distinto; todos los directorios de la
    partición tienen el sistema de archivos de la
    partición.

    Como mínimo, es necesario crear una
    partición para cada disco duro. Esta partición
    puede contener la totalidad del espacio del disco duro o
    sólo una parte. Las razones que nos pueden llevar a crear
    más de una partición por disco se suelen reducir a
    tres.

    1. Razones organizativas. Considérese el
      caso de un computador que es compartido por dos usuarios y, con
      objeto de lograr una mejor organización y seguridad de sus datos
      deciden utilizar particiones separadas.
    2. Instalación de más de un sistema
      operativo. Debido a que cada sistema
      operativo requiere (como norma general) una
      partición propia para trabajar, si queremos instalar dos
      sistemas
      operativos a la vez en el mismo disco duro (por ejemplo,
      Windows 98 y
      Linux),
      será necesario particionar el disco.
    3. Razones de eficiencia. Por ejemplo, suele ser
      preferible tener varias particiones FAT pequeñas antes
      que una gran partición FAT. Esto es debido a que cuanto
      mayor es el tamaño de una partición, mayor es el
      tamaño del grupo (cluster) y, por
      consiguiente, se desaprovecha más espacio de la
      partición. Más adelante, explicaremos esto con
      mayor detalle.

    Las particiones pueden ser de dos tipos:
    primarias o lógicas. Las particiones
    lógicas se definen dentro de una partición primaria
    especial denominada partición extendida.

    En un disco duro sólo pueden existir 4
    particiones primarias (incluida la partición
    extendida, si existe). Las particiones existentes deben
    inscribirse en una tabla de particiones de 4 entradas situada en
    el primer sector de todo disco duro. De estas 4 entradas de la
    tabla puede que no esté utilizada ninguna (disco duro sin
    particionar, tal y como viene de fábrica) o que
    estén utilizadas una, dos, tres o las cuatro entradas. En
    cualquiera de estos últimos casos (incluso cuando
    sólo hay una partición), es necesario que en la
    tabla de particiones figure una de ellas como partición
    activa. La partición activa es aquella a la que el
    programa de inicialización (Master Boot) cede el
    control al arrancar. El sistema operativo de la partición
    activa será el que se cargue al arrancar desde el disco
    duro. Más adelante veremos distintas formas de elegir el
    sistema operativo que queremos arrancar, en caso de tener varios
    instalados, sin variar la partición activa en cada
    momento.

    De todo lo anterior se pueden deducir varias
    conclusiones: Para que un disco duro sea utilizable debe tener al
    menos una partición primaria. Además para que un
    disco duro sea arrancable debe tener activada una de las
    particiones y un sistema operativo instalado en ella. Más
    adelante, se explicará en detalle la secuencia de arranque
    de un computador. Esto quiere decir que el proceso de
    instalación de un sistema operativo en un
    computador consta de la creación de su partición
    correspondiente, instalación del sistema operativo
    (formateo de la partición y copia de archivos) y
    activación de la misma. De todas maneras, es usual que
    este proceso esté guiado por la propia instalación.
    Un disco duro no arrancará si no se ha definido una
    partición activa o si, habiéndose definido, la
    partición no es arrancable (no contiene un sistema
    operativo).

    Hemos visto antes que no es posible crear más de
    cuatro particiones primarias. Este límite, ciertamente
    pequeño, se logra subsanar mediante la creación de
    una partición extendida (como máximo una).
    Esta partición ocupa, al igual que el resto de las
    particiones primarias, una de las cuatro entradas posibles de la
    tabla de particiones. Dentro de una partición extendida se
    pueden definir particiones lógicas sin
    límite. El espacio de la partición extendida puede
    estar ocupado en su totalidad por particiones lógicas o
    bien, tener espacio libre sin particionar.

    Veamos el mecanismo que se utiliza para crear la
    lista de particiones lógicas. En la tabla de
    particiones del Master Boot Record debe existir una
    entrada con una partición extendida (la cual no tiene
    sentido activar). Esta entrada apunta a una nueva tabla de
    particiones similar a la ya estudiada, de la que sólo se
    utilizan sus dos primeras entradas. La primera entrada
    corresponde a la primera partición lógica; la
    segunda, apuntará a una nueva tabla de particiones. Esta
    nueva tabla contendrá en su primera entrada la segunda
    partición lógica y en su segunda, una nueva
    referencia a otra tabla. De esta manera, se va creando una cadena
    de tablas de particiones hasta llegar a la última,
    identificada por tener su segunda entrada en blanco.

    Particiones primarias y particiones
    lógicas

    Ambos tipos de particiones generan las correspondientes
    unidades lógicas del computador. Sin embargo, hay una
    diferencia importante: sólo las particiones primarias se
    pueden activar. Además, algunos sistemas
    operativos no pueden acceder a particiones primarias distintas a
    la suya.

    Lo anterior nos da una idea de qué tipo de
    partición utilizar para cada necesidad. Los sistemas
    operativos deben instalarse en particiones primarias, ya que de
    otra manera no podrían arrancar. El resto de particiones
    que no contengan un sistema operativo, es más conveniente
    crearlas como particiones lógicas. Por dos razones:
    primera, no se malgastan entradas de la tabla de
    particiones del disco duro y, segunda, se evitan problemas para
    acceder a estos datos desde los sistemas operativos instalados.
    Las particiones lógicas son los lugares ideales para
    contener las unidades que deben ser visibles desde todos los
    sistemas operativos.

    Algunos sistemas operativos presumen de poder ser
    instalados en particiones lógicas (Windows NT),
    sin embargo, esto no es del todo cierto: necesitan instalar un
    pequeño programa en una partición primaria que sea
    capaz de cederles el control.

    Estructura lógica
    de las particiones

    Dependiendo del sistema de archivos utilizado en
    cada partición, su estructura lógica
    será distinta. En los casos de MS-DOS y
    Windows 95,
    está formada por sector de arranque, FAT, copia de la FAT,
    directorio raíz y área de datos. De todas formas,
    el sector de arranque es un elemento común a todos los
    tipos de particiones.

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    Todas las particiones tienen un sector de
    arranque
    (el primero de la partición) con
    información relativa a la partición. Si la
    partición tiene instalado un sistema operativo, este
    sector se encargará de arrancarlo. Si no hubiese
    ningún sistema operativo (como es el caso de una
    partición para datos) y se intentara arrancar,
    mostraría un mensaje de error.

    Secuencia de arranque de un computador

    Todos los computadores disponen de un pequeño
    programa almacenado en memoria ROM (Read Only Memory, memoria
    de sólo lectura)
    , encargado de tomar el control del
    computador en el momento de encenderlo. Lo primero que hace el
    programa de arranque es un breve chequeo de los componentes
    hardware. Si todo
    está en orden, intenta el arranque desde la primera unidad
    física indicada en la secuencia de arranque. Si el
    intento es fallido, repite la operación con la segunda
    unidad de la lista y así hasta que encuentre una unidad
    arrancable. Si no existiese ninguna, el programa de arranque
    mostraría una advertencia. Esta secuencia de arranque se
    define en el programa de configuración del computador
    (también llamado Setup, CMOS o BIOS).
    Lo usual es acceder a este programa pulsando la tecla
    Suprimir mientras se chequea la memoria RAM, sin
    embargo su forma de empleo depende
    del modelo del
    computador. Por ejemplo, la secuencia A:, C: indica que
    primero se intentará arrancar desde la disquetera y si no
    fuera posible, desde el primer disco duro.

    Nota: Normalmente los programas de
    configuración utilizan la siguiente nomenclatura: la
    unidad A: es la primera unidad de disquete; B:, la segunda; C:,
    el primer disco duro; y D:, el segundo.

    Suponiendo que arrancamos desde el disco duro, el
    programa de arranque de la ROM cederá el control a su
    programa de inicialización (Master Boot). Este
    programa buscará en la tabla de particiones la
    partición activa y le cederá el control a su sector
    de arranque.

    El programa contenido en el sector de arranque de la
    partición activa procederá al arranque del sistema
    operativo.

    Algunas aclaraciones: Cuando compramos un disco duro
    nuevo, éste viene sin particionar. Esto significa que el
    disco duro no es arrancable y hay que configurarlo desde un
    disquete (o un CD-ROM). Para
    ello es necesario establecer la secuencia de arranque de manera
    que esté la disquetera antes que el disco duro (de lo
    contrario puede no lograrse el arranque). Por el contrario, si la
    secuencia de arranque es C:, A: y el disco duro es ya
    arrancable, no será posible arrancar desde un disquete, ya
    que ni siquiera lo leerá.

    Sistemas de archivos

    Un sistema de archivos es una estructura que
    permite tanto el almacenamiento de información en una
    partición como su modificación y
    recuperación. Para que sea posible trabajar en una
    partición es necesario asignarle previamente un sistema de
    archivos. Esta operación se denomina dar formato a una
    partición
    .

    Generalmente cada sistema de archivos ha sido
    diseñado para obtener el mejor rendimiento con un sistema
    operativo concreto (FAT
    para DOS, FAT32 para Windows 98, NTFS para Windows NT, HPFS para
    OS/2…). Sin embargo, es usual que el mismo sistema
    operativo sea capaz de reconocer múltiples sistemas de
    archivos. A continuación se comentan los sistemas de
    archivos más comunes.

      FAT (File Allocate Table, tabla de asignación
    de archivos)

    Este sistema de archivos se basa, como su nombre indica,
    en una tabla de asignación de archivos o FAT. Esta tabla
    es el índice del disco. Almacena los grupos
    utilizados por cada archivo, los
    grupos libres
    y los defectuosos. Como consecuencia de la
    fragmentación de archivos, es corriente que los
    distintos grupos que contienen un archivo se hallen desperdigados
    por toda la partición. La FAT es la encargada de seguir el
    rastro de cada uno de los archivos por la
    partición.

    Grupo .— Un grupo, cluster o
    unidad de asignación es la unidad mínima de
    almacenamiento de un archivo en una partición y
    está formada por uno o varios sectores contiguos del
    disco. Esto quiere decir que el espacio real ocupado por un
    archivo en disco será siempre múltiplo del
    tamaño del grupo. Además, cada grupo puede
    almacenar información de un solo archivo. Si no cabe en un
    solo grupo, se utilizarán varios (no necesariamente
    contiguos). Para hacernos una idea del nefasto resultado de un
    tamaño de grupo incorrecto, consideremos dos archivos de 1
    byte cada uno. Si el tamaño del grupo es de 32 KB, se
    utilizarán dos grupos y el espacio real ocupado en disco
    habrá sido de 64 KB = ¡65.536 bytes! en vez de 2
    bytes, como sería de esperar.

    Este sistema posee importantes limitaciones: nombres de
    archivos cortos; tamaño máximo de particiones de 2
    GB; grupos (clusters) demasiados grades, con el
    consiguiente desaprovechamiento de espacio en disco; elevada
    fragmentación, que ralentiza el acceso a los archivos.
    Pero tiene a su favor su sencillez y compatibilidad con la
    mayoría de sistemas operativos.

    Debido a que la FAT de este sistema de archivos tiene
    entradas de 16 bits (por eso, a veces se llama FAT16),
    sólo se pueden utilizar 216 = 65.536 grupos
    distintos. Esto implica que, con el fin de aprovechar la
    totalidad del espacio de una partición, los grupos tengan
    tamaños distintos en función
    del tamaño de la partición. Por ejemplo, con un
    grupo de 16 KB se puede almacenar hasta 216 grupos *
    16 KB/grupo = 220 KB = 1 GB de información. El
    límite de la partición (2 GB) se obtiene al
    considerar un grupo máximo de 32 KB (formado por 64
    sectores consecutivos de 512 bytes).

    VFAT
    (Virtual FAT)

    Este sistema de archivos logra remediar uno de los
    mayores problemas del sistema FAT: los nombres de archivos y
    directorios sólo podían contener 8 caracteres de
    nombre y 3 de extensión. Con VFAT, se logra ampliar este
    límite a 255 caracteres entre nombre y
    extensión.

    La mayor ventaja de VFAT es que tiene plena
    compatibilidad con FAT. Por ejemplo, es factible utilizar la
    misma partición para dos sistemas operativos que utilicen
    uno FAT y otro VFAT (MS-DOS y Windows 95). Cuando entremos desde
    MS-DOS, los nombres largos de archivos se transforman en nombres
    cortos según unas reglas establecidas, y pueden ser
    utilizados de la manera habitual. De todas maneras, hay que
    prestar cierta atención cuando se trabaja desde MS-DOS con
    archivos que tienen nombres largos: no se deben realizar operaciones de
    copiado o borrado, ya que se corre el riesgo de perder
    el nombre largo del archivo y quedarnos sólo con el corto.
    Desde Windows 95, se trabaja de forma transparente con nombres
    cortos y largos.

    Tanto las particiones FAT como las VFAT están
    limitadas a un tamaño máximo de 2 GB. Esta es la
    razón por la que los discos duros mayores de este
    tamaño que vayan a trabajar con alguno de los dos
    sistemas, necesiten ser particionados en varias particiones
    más pequeñas. El sistema de archivos FAT32 ha sido
    diseñado para aumentar este límite a 2 TB (1
    terabyte = 1024 GB).

    FAT32
    (FAT de 32 bits)

    El sistema FAT32 permite trabajar con particiones
    mayores de 2 GB. No solamente esto, sino que además el
    tamaño del grupo (cluster) es mucho menor y no se
    desperdicia tanto espacio como ocurría en las particiones
    FAT. La conversión de FAT a FAT32, se puede realizar desde
    el propio sistema operativo Windows 98, o bien desde utilidades
    como Partition Magic. Sin embargo, la conversión inversa
    no es posible desde Windows 98, aunque sí desde Partition
    Magic.

    Hay que tener en cuenta que ni MS-DOS ni las primeras
    versiones de Windows 95 pueden acceder a los datos almacenados en
    una partición FAT32. Esto quiere decir que si tenemos en
    la misma partición instalados MS-DOS y Windows 98, al
    realizar la conversión a FAT32 perderemos la posibilidad
    de arrancar en MS-DOS (opción "Versión anterior
    de MS-DOS"
    del menú de arranque de Windows 98). Con
    una conversión inversa se puede recuperar esta
    opción. Por estos motivos de incompatibilidades, no es
    conveniente utilizar este sistema de archivos en particiones que
    contengan datos que deban ser visibles desde otros sistemas de
    archivos. En los demás casos, suele ser la opción
    más recomendable.

    NTFS
    (New Technology File System, sistema de archivos de nueva
    tecnología)

    Este es el sistema de archivos que permite utilizar
    todas las características de seguridad y protección
    de archivos de Windows NT. NTFS sólo es recomendable para
    particiones superiores a 400 MB, ya que las estructuras del
    sistema consumen gran cantidad de espacio. NTFS permite definir
    el tamaño del grupo (cluster), a partir de 512
    bytes (tamaño de un sector) de forma independiente al
    tamaño de la partición.

    Las técnicas
    utilizadas para evitar la fragmentación y el menor
    desaprovechamiento del disco, hacen de este sistema de archivos
    el sistema ideal para las particiones de gran tamaño
    requeridas en grandes computadores y servidores.

    En las siguientes tablas, se comparan los tamaños
    de clústers o grupos utilizados según el
    tamaño de la partición y el sistema de archivos
    empleado:

    Arranque
    específico de cada sistema operativo

    MS-DOS, Windows 95 y
    Windows 98

    Los sistemas operativos MS-DOS y Windows 9x, necesitan
    arrancar desde una partición primaria ubicada en la
    primera unidad física de disco duro. Además, la
    instalación de estos sistemas operativos en particiones
    que comiencen después de los primeros 528 MB del disco
    duro, puede impedir que arranquen. Según lo anterior, el
    lugar para situar la partición se ve reducida a los
    primeros 528 MB del primer disco duro. Este límite
    imposibilita entonces la instalación de varios sistemas
    operativos basados en FAT en particiones mayores de este
    tamaño. De todas maneras, algunos gestores de arranque (o
    la propia BIOS del
    computador) son capaces de cambiar la asignación de discos
    duros de forma que el primero sea el segundo y el segundo, el
    primero: en este caso particular sí sería posible
    arrancar una partición FAT desde una segunda unidad
    física.

    Windows NT

    Windows NT puede arrancar desde cualquier disco duro, ya
    sea desde una partición primaria o desde una
    partición lógica. Sin embargo, en el caso de que se
    instale en una partición lógica o en un disco duro
    distinto al primero, es necesario que el gestor de arranque de
    Windows NT se instale en una partición primaria del primer
    disco duro. Si tenemos ya instalado otro sistema operativo MS-DOS
    o Windows 9x, Windows NT instalará su gestor de arranque
    en el sector de arranque de la partición del anterior
    sistema operativo. Este gestor de arranque permitirá
    arrancar tanto el anterior sistema operativo como Windows NT (ya
    esté en una partición lógica o en otro disco
    duro).

    Linux

    Linux, al igual que Windows NT, puede instalarse en una
    partición primaria o en una partición
    lógica, en cualquiera de los discos duros. Si la
    instalación no se realiza en una partición primaria
    del primer disco duro, es necesario instalar un gestor de
    arranque. Linux proporciona un potente (aunque poco intuitivo)
    gestor de arranque llamado LILO. Las posibilidades de
    instalación son dos: instalarlo en la partición de
    Linux o en el sector de arranque del disco duro (Master Boot
    Record
    ). La primera opción es preferible si Linux se
    instala en una partición primaria del primer disco duro
    (debe ser la partición activa) junto a otro sistema
    operativo. Para el resto de los casos, no queda más
    remedio que instalarlo en el Master Boot del primer disco
    duro. Desde aquí es capaz de redirigir el arranque incluso
    a una partición lógica (que, como sabemos, no se
    pueden activar) que contenga Linux. Nótese que, en este
    caso, si borramos la partición de Linux el gestor de
    arranque

    LILO seguirá apareciendo (ya que está
    antes de acceder a cualquier partición). La única
    manera de desinstalarlo si no podemos hacerlo desde el propio
    Linux, consiste en restaurar el sector de arranque original. Esto
    se puede lograr desde MS-DOS con la orden indocumentada FDISK
    /MBR.

    Otra advertencia más: algunas distribuciones de
    Linux (como Red Hat) no respetan el
    espacio libre de una partición extendida. Esto significa
    que hay que tener cuidado de no solapar una partición
    primaria de Linux con espacio libre de la partición
    extendida.

    En todos los casos anteriores, cuando se habla de
    instalar un sistema operativo en una partición primaria se
    asume que ésta tiene que estar activada a no ser que se
    utilice un gestor de arranque. En este caso, si el gestor de
    arranque se instala en una partición, ésta
    deberá activarse; pero si se instala en el sector de
    arranque del disco duro, la partición activa será
    indiferente.

    Consejos a la
    hora de crear particiones

    ¿Qué partición
    elegir?

    La principal decisión que debemos tomar a la hora
    de crear una partición es elegir entre primaria o
    lógica. Recordemos que las particiones lógicas
    deben ser creadas dentro de una partición primaria
    especial denominada partición extendida. Ya hemos visto
    que la mejor política que podemos
    seguir es utilizar, en la medida de lo posible, antes las
    particiones lógicas que las primarias: podemos crear un
    número indefinido de particiones lógicas pero
    sólo cuatro particiones primarias (contando la
    extendida).

    Las particiones primarias suelen ser el lugar ideal para
    instalar sistemas operativos, ya que son las únicas que se
    pueden activar. Los sistemas operativos MS-DOS, Windows 95 y
    Windows 98 sólo pueden ser instalados en particiones
    primarias. Y aunque Windows NT, Linux y OS/2 puedan ser
    instalados en particiones lógicas, puede que ésta
    no sea siempre la opción más acertada. La
    razón es que es necesario instalar algún gestor de
    arranque, ya sea en el sector de arranque del disco duro o en el
    de alguna partición primaria. Si no deseamos alterar
    ninguna de las particiones primarias existentes ni el sector de
    arranque, la única opción es realizar una
    instalación en una partición primaria del primer
    disco duro.

    ¿Dónde situar la
    partición?

    Debido a que MS-DOS y Windows 9x presentan problemas al
    instalarse detrás de los primeros 528 MB del disco duro,
    es preferible crear sus particiones al principio del disco duro
    (o lo antes posible, sin superar este límite). Los
    demás sistemas operativos, en caso de haberlos, se
    instalarán entonces a continuación. Generalmente
    suele ser más acertado instalar los sistemas operativos en
    el primer disco duro. Sin embargo, debido a la flexibilidad de
    Linux o Windows NT podemos inclinarnos por otras opciones
    dependiendo de la configuración actual de nuestro
    equipo.

      ¿Cuántas particiones
    crear?

    Algunos usuarios prefieren separar los sistemas
    operativos, programas y datos en sus correspondientes
    particiones. Esto puede aportar una mayor robustez al sistema, ya
    que la corrupción
    de los archivos del sistema operativo o los programas no afectan
    a los datos. Además, si utilizamos particiones separadas
    para los sistemas operativos y los programas, nos facilita la
    utilización de los mismos programas desde distintos
    sistemas operativos. Por ejemplo, una partición
    lógica FAT para programas permitiría ejecutar los
    mismos programas desde Windows NT (instalado en una
    partición NTFS) o desde Windows 98 (instalado en una
    partición FAT32). Pero esta disposición del disco
    duro aumenta su complejidad (un mayor número de unidades)
    y obliga a calcular a priori el tamaño de cada
    partición. Como ya dijimos anteriormente, las
    únicas particiones que deben ser primarias son las de los
    sistemas operativos, el resto serán
    lógicas.

    Una opción intermedia consiste en separar los
    archivos del sistema (sistema operativo y programas) de nuestros
    datos. De esta manera, no se utilizan tantas unidades aunque
    sí se ofrece una mayor seguridad y organización
    para nuestros datos.

      ¿De qué tamaño?

    Nos quedan por comentar las razones de eficiencia que
    nos pueden llevar a crear nuevas particiones. Para evitar
    desperdiciar el menor espacio posible con particiones FAT o VFAT,
    conviene que tengan un tamaño lo menor posible (recordemos
    que el tamaño del grupo depende del tamaño de la
    partición). Sin embargo, el aumento del número de
    particiones, aunque sea más eficiente, hace más
    complejo nuestro sistema. Debemos buscar entonces un compromiso
    entre el número de particiones creadas y el tamaño
    del grupo (cluster) empleado en cada una de
    ellas.

    Veamos unos ejemplos (en todos ellos suponemos que
    deseamos trabajar únicamente en Windows 95 con particiones
    FAT): si tenemos un disco duro de 2,5 GB y, ya que el
    máximo de una partición FAT es 2 GB, es más
    eficiente crear una de 1 GB (grupo de 16 KB) y otra de 1,5 GB
    (grupo de 32 KB) que dos de 1,25 GB (grupo de 32 KB); si tenemos
    un disco duro de 3 GB, es igualmente más eficiente una de
    1 GB (16 KB) y otra de 2 GB (32 KB) que dos de 1,5 GB (32 KB),
    aunque en razones de eficiencia sería mucho mejor 3 de 1
    GB (16 KB); por último, si tenemos un poco más de 1
    GB libre en el disco duro es preferible crear una
    partición que utilice un grupo de 16 KB, aunque quede
    espacio sin particionar, que una de 32 KB que ocupe la totalidad
    del espacio, ya que a la larga el desaprovechamiento sería
    mayor.

      Problemas con las
    letras de unidades: orden de las particiones

    Cuando se realizan cambios en las particiones, hay que
    considerar los posibles efectos que esto puede desencadenar en la
    asignación de letras de unidades. Los sistemas operativos
    MS-DOS y Windows 9x utilizan la letra C para la unidad del
    sistema operativo. Al resto de unidades visibles se les
    asigna letra en el siguiente orden: particiones primarias
    detrás de la actual, particiones primarias de los
    siguientes discos duros, particiones lógicas de la unidad
    actual, particiones lógicas de los siguientes discos
    duros, particiones primarias anteriores a la actual y, por
    último, el resto de unidades físicas (como la
    unidad lectora de CD-ROM).

    Unidades visibles.— Son las
    unidades que se pueden ver desde un sistema operativo, es decir,
    aquellas que utilizan un sistema de archivos reconocido por el
    sistema operativo. Las particiones con un sistema de archivos
    incompatible con el sistema operativo no son accesibles (es como
    si no existiesen).

    La única letra que se puede cambiar manualmente
    es la del CD-ROM, el resto de letras son asignadas
    automáticamente sin posibilidad de cambio. En ocasiones es
    preferible asignar una letra alta (por ejemplo la R) a la unidad
    de CD-ROM ya que así no se ve afectada por los posibles
    cambios de configuración en las particiones.

    Para cambiar la letra del CD-ROM en MS-DOS es
    necesario modificar la línea del AUTOXEC.BAT que contenga
    la orden MSCDEX y añadir al final el modificador
    /L:unidad, donde unidad es la letra que deseamos
    asignar. Si no hay suficientes letras de unidades disponibles
    (por defecto sólo están permitidas hasta la D), es
    necesario añadir la siguiente línea al CONFIG.SYS:
    LASTDRIVE=Z. En este caso, se han definido todas las letras
    posibles de unidades (hasta la Z).

    En Windows 95 o Windows 98, elegimos
    Sistema del Panel de Control; seleccionamos la
    segunda ficha (Administrador de dispositivos); hacemos
    clic en el signo más a la izquierda de
    CD-ROM; hacemos doble clic sobre nuestra unidad de CD-ROM;
    y, finalmente, en el campo Letra de la primera unidad de
    la ficha Configuración, seleccionamos la letra que
    deseamos asignar a la unidad de CD-ROM.

    Windows NT, permite la asignación dinámica de letras de unidad mediante el
    Administrador de discos. En Windows NT, la primera letra
    de unidad es la primera partición primaria del primer
    disco duro, por lo que puede ocurrir que la propia
    partición de Windows NT no sea la C.

    Linux carece de estos problemas ya que no trabaja
    con letras de unidad sino con discos duros físicos (hda,
    hdb, hdc y hdd) y particiones según el lugar que ocupan en
    la tabla de particiones (hda1, hda2, hda3…).

    Para evitar que las mismas particiones tengan asignadas
    distintas letras conviene colocar primero las particiones
    reconocidas por más sistemas operativos (FAT) y por
    último las más específicas (como NTFS o la
    de Linux).

    Trabajar con varios sistemas
    operativos

    Si instalamos varios sistemas operativos en el mismo
    computador, debemos tener una manera eficiente de arrancar con
    cada uno de ellos. Una posibilidad poco acertada consiste en
    activar cada vez la partición que queremos arrancar en la
    próxima sesión con el computador. La otra
    posibilidad es instalar un gestor de arranque que aparezca
    antes de cargar algún sistema operativo.

    Los gestores de arranque suelen ofrecer un menú
    con los distintos sistemas operativos instalados para que el
    usuario elija uno de ellos cada vez que encienda el computador.
    Es frecuente que tengan alguna opción predeterminada y un
    contador de tiempo. Si en un tiempo establecido no se elige
    ninguna opción, se carga automáticamente el sistema
    operativo predeterminado.

    El gestor de arranque suministrado con Windows NT
    4.0
    se suele instalar en una partición MS-DOS o
    Windows 9x, y sólo permite elegir entre esta
    partición y la de Windows NT.

    LILO, el gestor de arranque de Linux,
    puede instalarse tanto en el sector de arranque del disco duro
    como en la partición de Linux. Reconoce la mayoría
    de los sistemas operativos instalados en el computador y puede,
    incluso, arrancar sistemas operativos MS-DOS o Windows 9x desde
    un segundo disco duro. El mayor inconveniente es su poco amistoso
    modo de empleo. Al cargarse aparece un mensaje (LILO Boot)
    pidiéndonos el nombre del sistema operativo. Es necesario
    escribirlo y pulsar Enter. La tecla Tabulador
    permite ver las opciones posibles y Enter activa la
    opción predeterminada.

    Otros gestores de arranque, como el de IBM
    (suministrado con Partition Magic 3.0), necesitan una
    partición primaria del primer disco duro exclusivamente
    para ellos. Lógicamente, ésta debe ser la
    partición activa. El gestor de arranque de IBM tiene una
    interfaz de usuario cómoda, aunque
    también algunas limitaciones: tiene problemas para
    arrancar sistemas operativos desde una unidad de disco duro
    diferente a la primera, ocupa una de las cuatro particiones
    primarias posibles del primer disco duro, y no es capaz de
    arrancar una partición primaria FAT32 (Windows 98) si
    existen en el disco duro otras particiones primarias FAT32 o FAT
    (como MS-DOS).

    Cuando se trabaja con varios sistemas operativos
    conviene elegir correctamente los sistemas de archivos de cada
    partición, con el fin de intercambiar y compartir datos
    entre los sistemas instalados.

    Trabajar con dos o más discos
    duros

    Cuando se trabaja con varios discos duros sólo el
    primero de ellos es arrancable. De todas maneras, algunas BIOS
    permiten intercambiar los discos duros primero y segundo (en
    estos casos, el segundo se comportaría como si fuera el
    primero y el primero como el segundo).

    El computador arrancará desde la partición
    activa del primer disco duro y no se tendrá en cuenta
    cuál es la partición activa en el resto de los
    discos duros. Estos discos duros normalmente se utilizan para
    almacenar programas, datos e incluso alguno de los sistemas
    operativos que lo permiten (como Windows NT, Linux u OS/2). No
    debemos olvidar los problemas que se pueden producir al
    incorporar un nuevo disco duro a nuestro computador con las
    letras de unidad. Para evitar el menor número posible de
    cambios, es preferible utilizar particiones lógicas en el
    resto de discos duros (ya que se colocan al final de la lista de
    unidades aunque, eso sí, antes de la correspondiente al
    CD-ROM)

    Instalación de un disco
    duro

    Actualmente los discos duros, según la
    conexión que incorporen, pueden ser de dos
    tecnologías: IDE o SCSI (léase escasi). Lo
    usual es utilizar discos duros IDE, ya que son soportados por
    todo tipo de computadores, aunque tengan unas prestaciones
    inferiores a la de sus equivalentes SCSI, más propios de
    servidores y grandes computadores. En este apartado nos
    centraremos únicamente en la instalación de discos
    duros IDE.

    Notas sobre el estándar IDE: La
    especificación IDE (Integrated Drive Electronics) original
    admitía únicamente 2 discos duros de hasta 500 MB y
    fue adoptado como estándar por el comité ANSI bajo
    el nombre de ATA (Advanced Technology Attachement). Una
    posterior revisión permitió utilizar 4 discos duros
    de hasta 8,4 GB. Surgió entonces lo que actualmente
    conocemos como EIDE (Enhanced IDE). El comité ANSI
    lo adoptó como estándar con el nombre de
    ATA-2 o Fast ATA. Permite unas tasas de
    transferencia de 16,6 MB/segundo. En este apartado, cuando
    hablemos de IDE, nos estamos refiriendo a toda la familia de
    estándares y no sólo al IDE
    original.

    UDMA.— UDMA (Ultra DMA),
    también conocido como Ultra ATA, Ultra EIDE
    o Ultra/33 es una revisión del estándar EIDE
    que acelera las tasas de transferencia hasta 33 MB/segundo. Para
    que pueda utilizarse es necesario que, tanto la controladora de
    discos duros como el propio disco duro, admitan UDMA. Todas las
    placas base y discos duros modernos admiten este estándar,
    el cual es compatible con EIDE.

    La instalación de un disco duro, como la de
    cualquier otro dispositivo de un computador, consta de dos fases:
    instalación física e instalación
    lógica.

    Instalación
    física

    Las actuales placas base llevan incorporada una
    controladora para cuatro discos duros. La conexión de los
    discos duros a la placa base se realiza mediante dos cables
    planos iguales: IDE0 (primario) e IDE1 (secundario). Cada uno de
    estos cables tiene una conexión de 40 pines a la placa
    base y dos conexiones más de 40 pines para sendos discos
    duros. De esta manera, el máximo número posible de
    discos duros IDE en un computador es de 4: dos en el IDE0 y otros
    dos en el IDE1. Y esto es considerando que no se conectan otros
    dispositivos a los mismos cables, ya que las unidades de CD-ROM,
    grabadoras, unidades de cinta, unidades ZIP y unidades LS-120,
    por citar algunos ejemplos, se conectan igualmente a los cables
    IDE.

    Debido a que lo normal en los computadores actuales es
    que vengan únicamente con un disco duro y una unidad de
    CD-ROM, no se suele utilizar el IDE1 y, en consecuencia, no se
    suministra el segundo cable. Por otro lado, algunos computadores
    incorporan cables para un solo dispositivo, que deberemos
    reemplazar si deseamos conectar dos. Entonces, para conseguir el
    mayor número posible de dispositivos conectados a la placa
    base necesitaremos dos cables IDE de dos dispositivos.

    Cuando se conectan dos dispositivos a un mismo cable,
    uno de ellos se ha de comportar como dueño (master)
    y el otro como esclavo (slave). El dispositivo
    dueño se sitúa en el extremo del cable y el
    esclavo, en la parte central (el cable parte de la placa base).
    Cuando solamente hay un dispositivo en un cable, éste debe
    situarse en la parte final, quedando la conexión central
    libre.

    El dispositivo principal debe situarse en el IDE0
    master. Un segundo dispositivo podrá ir, bien en el
    IDE0 slave o bien, en el IDE1 master. Un tercero
    igualmente podrá ir en el IDE0 slave o en IDE1
    slave, si el IDE1 master ya estaba utilizado. La
    norma es no utilizar la conexión esclavo antes que la
    conexión dueño.

    Nota importante: Las conexiones de 40
    pines del cable sólo se pueden conectar de una manera. La
    manera correcta es hacer coincidir el pin 1 de la conexión
    (serigrafiado en el dispositivo) con el pin 1 del cable (situado
    en el extremo del cable marcado con una banda roja): Línea
    roja al pin 1. Esta norma hay que tenerla en cuenta tanto en la
    conexión a la placa base como en cada una de las
    conexiones con los dispositivos (en general, es válida
    para cualquier conexión de un cable plano). Si no se tiene
    en cuenta, puede que el computador ni siquiera arranque. Por otro
    lado, se puede conectar cualquiera de los dos extremos del cable
    a la placa base, es decir, no hay uno prefijado; sin embargo, es
    usual conectar a la placa base el que esté más
    alejado del central.

    Antes de realizar la conexión física del
    disco duro al conector adecuado, es necesario configurarlo como
    dueño o esclavo. Con este fin, y muy próximo al
    conector macho de 40 pines, se encuentran unos puentes de
    configuración (jumpers). Debemos seguir las
    indicaciones del fabricante para colocar los puentes de manera
    correcta; teniendo en cuenta que si sólo hay un disco duro
    o si va al extremo del cable, hay que configurarlo como
    dueño (master) y si va a la parte central del
    cable, como esclavo (slave). La configuración por
    defecto (de fábrica) para los discos duros es de
    dueño y para las unidades de CD-ROM, de
    esclavo.

    Nota: Normalmente estos son todos los
    puentes que lleva un dispositivo IDE; sin embargo, hemos
    comprobado que algunas unidades de CD-ROM incorporan otro puente
    para activar el UDMA. Estando este puente cerrado (recomendado
    para Windows 98) acelera la velocidad de transferencia de la
    unidad, pero puede ocasionar problemas con algunos sistemas
    operativos. La opción por defecto es el puente abierto
    (UDMA desactivado).

    Además, es necesario que el disco duro reciba
    corriente de la fuente de alimentación. Para
    ello la fuente de alimentación del computador debe
    disponer de algún cable libre que se conectará al
    disco duro.

    Una vez que hemos configurado los puentes de los discos
    duros y hemos realizado correctamente las conexiones de los
    cables IDE y de alimentación, sólo nos resta
    atornillar la unidad a la caja (chasis) del computador. Ni que
    decir tiene que debemos utilizar los tornillos adecuados para no
    perforar la unidad y dañarla. La mayoría de discos
    duros necesitan una bahía libre de 3 pulgadas y media. Si
    no quedasen bahías libres de este tipo pero sí de 5
    pulgadas y cuarto, será necesario utilizar un adaptador.
    Con este paso, finalizamos la instalación física.
    De todas maneras, la experiencia recomienda no cerrar
    todavía el computador hasta que hayamos comprobado que
    realmente funciona.

    Instalación
    lógica

    Llegados a este punto, ya podemos encender el
    computador. Si no arrancase (pantalla negra), deberemos revisar
    las conexiones y puentes del apartado anterior.

    Aunque algunas BIOS presentan detección
    automática de discos duros al arrancar, vamos a proceder a
    la instalación de los discos duros mediante el programa de
    configuración (Setup) del computador. Este paso es
    necesario para que la BIOS del computador reconozca los discos
    duros que tiene instalados. Entramos en el Setup de la
    manera indicada en el manual del
    computador (normalmente pulsando la tecla Suprimir al
    chequear la memoria, después de encender el computador).
    En el menú del Setup, buscamos una opción
    para autodetectar discos duros. Si no existiese, deberemos
    inscribir los discos duros en la BIOS de forma manual,
    según los datos proporcionados por el fabricante:
    cilindros, cabezas y sectores. Para cada
    disco duro tenemos que elegir el modo en el cual va a trabajar
    (normal, LBA, large…). La opción recomendada para discos
    duros menores de 528 MB es normal y para el resto,
    LBA. Sin embargo, discutiremos sobre este punto más
    adelante. Una vez comprobados los valores,
    salimos del Setup guardando los cambios. Si se presentase
    algún error o no se reconociese algún disco duro,
    deberemos repasar tanto las conexiones y puentes del apartado
    anterior como la configuración de la BIOS.

    La instalación lógica como tal del disco
    duro en el computador ha terminado. El siguiente paso consiste en
    particionar el disco duro y configurar cada una de las
    particiones para un sistema de archivos concreto.

    Particionar el disco
    duro

    Los programas habituales para particionar un disco duro
    son FDISK (proporcionado con MS-DOS y los sistemas
    operativos Windows) y Partition Magic (programa comercial
    válido para MS-DOS, Windows y OS/2).

    Las distintas versiones de FDISK se pueden
    clasificar básicamente en dos: las que trabajan
    únicamente con FAT (FDISK de MS-DOS y Windows 95) y las
    que también soportan FAT32 (FDISK de Windows 95 OSR2 y
    Windows 98). En este último caso, FDISK preguntará
    al arrancar si se desea habilitar el soporte para unidades de
    gran capacidad. Si respondemos que sí a esta pregunta, las
    particiones que se creen serán FAT32; en caso contrario,
    serán FAT. Es decir, una partición es FAT32 o FAT
    no según la herramienta que se utilice para formatear la
    unidad, sino según el método
    utilizado al particionar.

    FDISK presenta importantes limitaciones: no se puede
    crear una partición extendida sino existe ya una
    partición primaria FAT o FAT32 en la unidad; no se pueden
    variar las particiones creadas sino es borrándolas y
    creándolas de nuevo; y sólo permite trabajar con
    particiones FAT o FAT32.

    Advertencia: El borrado de una
    partición implica la pérdida de todos sus
    datos.

    Partition Magic presenta muchas más
    ventajas y opciones avanzadas que FDISK. Permite algo totalmente
    impensable hasta hace poco tiempo: variar el tamaño de una
    partición y su localización sin perder su
    contenido. Además es compatible con un buen número
    de sistemas de archivos, incluidos NTFS, HPFS y el de Linux.
    Entre las opciones avanzadas destaca la variación del
    tamaño del grupo (cluster) de una partición
    sin afectar a su contenido. Por estas razones, Partition Magic es
    la herramienta ideal para la gestión
    de particiones.

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    Ambas herramientas
    permiten la activación de la partición primaria que
    se desee arrancar.

    Para que sea posible acceder a estas utilidades debemos
    disponer de un disco duro arrancable o un disquete con sistema.
    Si el primer disco duro no tiene sistema, no queda más
    remedio que arrancar desde un disquete (o un CD-ROM, si fuera
    posible). En este caso, es necesario que la secuencia de arranque
    del computador sea A:, C:.

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    Consejo: Cuando realice
    cambios a las particiones de su disco duro es más que
    recomendable disponer de un disquete con sistema, ya que
    será la única forma de acceder al computador si su
    disco duro perdiese el arranque. Desde MS-DOS se puede crear con
    las órdenes SYS A: o FORMAT A: /S.

    Formatear cada partición

    Una vez creadas las particiones, es necesario dar
    formato a cada una de ellas. Si se trata de una partición
    que va a contener un sistema operativo, el propio programa de
    instalación nos guiará por este proceso (Partition
    Magic es capaz de formatear las particiones a la vez que las
    crea). Pero si la partición va a ser para programas o
    datos de un sistema operativo, esta operación será
    necesario realizarla desde las herramientas proporcionadas por el
    sistema operativo instalado. En el caso de MS-DOS es FORMAT
    unidad:, donde unidad es la letra de la unidad que
    se desea formatear.

    Advertencia: El formateo de una
    partición lleva consigo la destrucción de todos sus
    datos.

    Activar la partición de
    arranque

    Después de crear y formatear todas las
    particiones, es necesario activar (si no lo estaba ya) aquella
    partición del primer disco duro que queremos que arranque
    al encender el computador.

    Limitaciones de capacidad. Modos normal (CHS) y
    LBA

    Cuando se diseñó el primer disco duro de
    10 MB, nadie que no fuera tomado por loco podía predecir
    las enormes capacidades de los discos duros actuales. Debido a
    este vertiginoso aumento de capacidades, se han ido llegando a
    ciertos límites de
    capacidades impuestos por el
    diseño
    de la BIOS del computador o de los propios sistemas operativos.
    Esto trae como consecuencia que nuestro computador no reconozca
    un disco duro moderno de gran capacidad o que sólo
    reconozca una parte. Los casos siguientes dependiendo del
    elemento que origina el problema, se solucionan bien actualizando
    la BIOS del computador o bien, actualizando el sistema operativo
    utilizado.

    Límite de 528 MB

    Las BIOS antiguas (anteriores a 1994 aproximadamente) no
    soportan discos duros superiores a esta capacidad. Estos discos
    duros se caracterizan por tener más de 1024 cilindros. La
    solución consiste en actualizar la BIOS o en utilizar un
    programa residente en el sector de arranque del disco duro (como
    el Disk Manager de Seagate o el Ontrack Disk
    Manager
    de Quantum) que filtre los accesos a los
    discos. Estos métodos
    realizan una conversión de los valores reales de
    cilindros, cabezas y sectores del disco duro (CHS) a unos valores
    virtuales que no superen el límite de los 1024 cilindros
    (LBA).

    Por ejemplo, el disco duro de Seagate con valores reales
    de 6253 cilindros, 16 cabezas y 63 sectores se convierte a unos
    valores virtuales de 781 cilindros, 128 cabezas y 63 sectores.
    Como podemos observar, el valor de 128
    cabezas (64 platos) no es una cifra real, pero permite la
    disminución del número de cilindros de forma que no
    supere el límite de 1024 y sigan siendo direccionables los
    mismos sectores (igual capacidad). Mediante esta
    conversión, los sistemas operativos DOS y Windows pueden
    acceder al espacio por encima de los 528 MB. Estos
    parámetros virtuales, proporcionados por el fabricante,
    son conocidos por el nombre de LBA (Logical Block Addressing,
    direccionamiento lógico de bloques
    ). Para discos duros
    que superen este límite, es la opción
    recomendada.

    Advertencia: Una vez que existen datos
    en el disco duro, no se debe cambiar el modo del disco duro ya
    que los sectores se direccionan de otra manera y esto puede
    desencadenar pérdida de datos.

    Límite de 2 GB

    Las BIOS de algunos computadores no soportan discos
    duros de más de 4092 cilindros (aproximadamente 2 GB). En
    estos casos, es necesario actualizar la BIOS a una que reconozca
    discos de más capacidad.

    Este límite coincide también con el
    tamaño máximo de las particiones FAT (no del
    disco). Viene impuesto por la
    utilización de una FAT de 16 bits, que sólo es
    capaz de direccionar 216 grupos = 65.536. Como el
    tamaño máximo del grupo es de 32 KB, la capacidad
    resultante es 65.536 grupos * 32 KB/grupo = 2.097.152 KB = 2
    GB.

     Límite de
    8,4 GB

    Igualmente al caso anterior, este límite lo
    tienen algunas BIOS y algunos sistemas operativos como DOS y
    Windows 95. Para superar este límite es necesario una BIOS
    actualizada y un sistema operativo que lo permita (como Windows
    95 OSR2 ó Windows 98, que están basados en FAT32).
    También es posible utilizar un controlador de discos duros
    residente en memoria, como alternativa a BIOS no
    actualizadas.

    Límite de 2
    TB

    Este es el límite de las particiones FAT32,
    todavía lejos de las capacidades de los discos duros
    actuales.

    Fuente:

    • Saulo.Net (Saulo Barajas)
    • IT Essentials (Academia Cisco, Programa de
      academia CISCO)
    • Curso práctico de reparación y
      actualización de computadores, Cekit 1999 (Editorial
      Cekit – Colombia)

    EDSEL ENRIQUE URUEÑA
    LEÓN

    Ing. Electrónico

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