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El concepto de competencia en pedagogía conceptual




Enviado por gdsgiraldo



    1. Resumen
    2. Concepto de
      competencia
    3. La competencia como un tipo
      de enseñanza
    4. Enseñanzas diferentes
      a la competencia
    5. Tipos de
      competencias
    6. Las competencias en las
      realidades popperianas
    7. Las competencias
      según el tipo de estructura mental
    8. A modo de
      conclusión
    9. Bibliografía
    10. Anexo – Mentefacto
      conceptual de competencias

    Resumen:

    Para Pedagogía Conceptual la enseñanza de competencias es
    fundamental para el desarrollo del
    pensamiento.
    El concepto de competencia ha evolucionado a lo largo de la
    historia de la
    educación y, en la actualidad, va mucho más
    allá de las simples definiciones de un "saber hacer en
    contexto". Se explora brevemente su evolución y se profundiza en el trabajo que
    con referencia en esta idea ha hecho carrera en los
    últimos años desde Pedagogía Conceptual. Se
    relaciona de este modo la competencia con la formación y
    modificación de las estructuras
    mentales y las formas de ver la realidad.

    Palabras Clave:

    Competencia

    Enseñanza

    Conocimiento

    Aprehendizaje

    Inteligencia

    Dimensiones de la mente

    Instrumentos mentales

    Operaciones mentales

    Realidades popperianas

    INTRODUCCIÓN

    Desde que en 1965 Noam Chomsky en su artículo
    Aspects of theory of syntax introdujera el término
    COMPETENCIA en el ámbito de la educación, todos
    aquellos interesados en la enseñanza – ya sea porque
    es nuestra profesión o porque es nuestro campo de
    máximo interés
    como es mi caso – hemos tenido que lidiar con las
    múltiples acepciones y confusas definiciones y
    conceptualizaciones de las competencias.

    Uno de los aspectos que mayor confusión crea
    – así como profunda resistencia de
    parte de muchos docentes e
    instituciones
    por trabajar en la línea de las competencias – es la
    múltiple etimología que sobre la misma palabra se
    tiene en los contextos pedagógicos y educacionales
    contemporáneos.

    Así vemos como a la palabra COMPETENCIA se le
    atribuyen diversos significados, algunos de los cuales, piensan
    muchos docentes en Latinoamérica, tienen una clara
    connotación de imposición de un modelo
    socio-económico capitalista sobre las metas educativas.
    Bien, en síntesis
    diremos que las tres acepciones más ampliamente
    difundidas, indistintamente usadas por pedagogos, docentes y
    ministerios
    – tal vez tratando de ser incluyentes, pero en realidad
    contribuyendo a la tremenda confusión –, son
    CAPACIDAD, COMPETITIVIDAD e
    INCUMBENCIA.

    Tal como lo vemos actualmente en Pedagogía
    Conceptual, las competencias tienen claros elementos de estas
    tres vertientes – lo cual parecería una salida
    fácil al problema – pero no entendidas como un todo
    mezclado, indiferenciable y de difícil discernimiento,
    sino como partes, elementos claros, asibles, observables y sobre
    todo trabajables de la competencia.

    Pero antes de entrar a definir un concepto de
    competencia, discutamos un poco las tres acepciones que
    naturalmente se tienen de la misma, usando esta discusión
    como una buena introducción a la formulación del
    concepto.

    Comencemos con CAPACIDAD. Cuando la competencia
    se entiende por capacidad se refiere, normalmente, a la
    posibilidad que el estudiante tiene de saber-hacer algo con los
    aprendizajes que ha adquirido en la escuela. Esta es
    una idea contemporánea que últimamente ha adquirido
    gran relevancia y es que, un aprendizaje
    puramente memorístico, en donde prime por encima de todo
    la información pero no la aplicación,
    es un pésimo aprendizaje, pues la información pura
    para muy poco sirve en la vida real, vida real llena de
    exigencias no sobre saberes – o mejor informaciones –
    sino sobre haceres – es decir, actuaciones concretas,
    claras, adecuadas y asertivas – de los individuos en una
    comunidad.

    Así, la competencia entendida como capacidad
    implica que nuestro estudiante aprenderá no solo
    informaciones, sino que será capaz de saber que puede
    hacer con esos conocimientos, donde aplicarlos, cómo
    hacerlo, porqué usarlos o porqué no,
    etc.

    En cuanto a la competencia entendida como
    COMPETITIVIDAD, tenemos una de las acepciones más
    odiosas – para una mayoría de docentes e
    instituciones, sobre todo en Latinoamérica – pero
    también más evidentes del concepto de competencia.
    La competitividad implica la capacidad – vuelve esta
    acepción – que tiene el individuo de
    hacer valer sus haceres en una comunidad, pero más
    que de hacerlos valer, de demostrar que son los mejores, los
    más adecuados, los más eficientes, los de mayor
    calidad
    – otra relación odiosa para muchos docentes y
    pedagogos -. Pero bien ¿tiene algún sentido hablar
    de competitividad cuando nos referimos a la competencia o hay
    alguna forma de librarnos de tan incómoda
    acepción?. Actualmente creemos que, por más odiosa,
    molesta o incómoda que resulte, no es más que el
    reflejo de las condiciones sociales, económicas, políticas
    y culturales del mundo contemporáneo.

    El economista Alvin Toffler comenta que la sociedad
    actual es una Sociedad del Conocimiento, en la cual los
    individuos, comunidades y naciones exitosas son aquellas que
    manejen la información, que innoven en los procesos, que
    sean de mente flexible y altamente adaptable, que muestren un
    elevado nivel de creatividad en
    la resolución de problemas,
    incluso que sean capaces de anticiparse a los acontecimientos y
    planeen y ejecuten con alta calidad y eficiencia las
    formas en como enfrentarán dichos acontecimientos,
    serán quienes competirán mejor y podrán
    mostrar un mejor nivel de desarrollo
    social, económico – molesto pero innegable
    indicador de desarrollo – político y
    cultural.

    Dice Toffler que el éxito
    de las naciones desarrolladas se debe a que sus estructuras
    sociales y culturales trabajan de forma eficiente, con alta
    calidad, mucha flexibilidad, pero sobre todo, que la
    mayoría de su población económicamente activa se
    dedica al sector terciario de la economía: los
    servicios, la
    publicidad, las
    tecnologías de información, la creatividad. Cita
    como actualmente mientras un obrero – sector primario –
    gana unos 5 dólares diarios, un creativo de una empresa de
    software puede
    estar ganan esos mismos 5 dólares ¡por minuto!, o
    incluso más, determinando como el éxito se
    debe, en mayor medida, a la buena competitividad del segundo en
    el terreno de la Sociedad del Conocimiento.

    Actualmente, Pedagogía Conceptual discrepa en
    parte con Toffler, pero está totalmente de acuerdo en
    otra. La discrepancia gira en torno a la
    susodicha Sociedad del Conocimiento, que él achaca
    únicamente a las naciones desarrolladas. Nosotros creemos
    que toda sociedad humana es una Sociedad del Conocimiento,
    en tanto nuestra herramienta fundamental de supervivencia es
    nuestra mente que produce herramientas y
    procesos para permitirnos sobrevivir.

    Así, las comunidades cazadoras
    pre-agrícolas pueden supervivir en su medio gracias a que
    lo conocen perfectamente, gracias a que SABEN que especies pueden
    cazar, cuales son depredadoras, conocen a la perfección
    los mejores terrenos de caza, así como tienen amplio
    dominio en la
    fabricación y uso de armas y
    herramientas de cacería.

    Toda comunidad humana, desde los nómadas
    cazadores muy primitivos – que Toeffler claramente
    subvalora, como si todos no hubiéramos sido eso hace
    milenios – hasta las naciones y comunidades transnacionales
    altamente tecnificadas son Sociedades del Conocimiento.
    Pero como comenté antes hay un punto en el cual estamos de
    acuerdo: la nuestra es una sociedad terriblemente competitiva, no
    tanto entre individuos – error craso de los capitalistas a
    ultranza, creer que la felicidad individual traerá
    felicidad colectiva – sino entre sociedades,
    naciones, empresas,
    compañías multinacionales. Si nuestros
    jóvenes no están preparados para hacer frente a las
    enormes y complejas exigencias del mundo del siglo XXI – un
    mundo cambiante, en revolución, un mundo en un momento
    histórico crucial – caerán rápida e
    irremediablemente en la ardua lucha. Ya hoy en día no hay
    empleos estables, no hay claridades sobre si algún
    día nos pensionaremos, y las mejores hojas de vida son
    aquellas que muestran flexibilidad de ideas, creatividad,
    dinamismo, trabajo en proyectos y alta
    rotación laboral.

    De este modo, no podemos más que decir que, por
    odiosa que parezca, la COMPETENCIA en educación, entendida
    como el aprendizaje de
    la competitividad en una sociedad hiper-exigente y diversa, es un
    mal necesario.

    Pasemos ahora a analizar la acepción de
    INCUMBENCIA, tal vez – a mi juicio – la
    más revolucionaria y sugestiva de las ideas que se puede
    tener sobre la COMPETENCIA. La incumbencia – que
    últimamente ha sido el caballito de batalla publicitario
    del MEN en la promoción de las COMPETENCIAS
    CIUDADANAS – implica que el estudiante entienda que los
    aprendizajes no son algo aislado, aséptico, poco vinculado
    con su realidad, propio de las aulas y las instituciones
    educativas, sino que es un saber directamente relacionado con su
    realidad, tanto la presente como – y por sobre todo –
    la futura, algo que le debe competer, incumbir, interesar,
    AFECTAR
    . Resalto esta última palabra para ligar con
    una de las ideas que posteriormente ampliaremos: las COMPETENCIAS
    lo son en tanto involucren AFECTIVAMENTE al individuo, en
    tanto le atribuyan un grado de responsabilidad ética y
    social sobre sus acciones
    – los haceres que citábamos antes – , decires
    y pensares.

    CONCEPTO DE
    COMPETENCIA

    Pedagogía Conceptual comprende y trabaja la
    COMPETENCIA en estas tres dimensiones, pero no como algo
    superpuesto o remendado cual colcha de retazos, sino con la clara
    concepción de complementación e
    inter-estructuración que ellas tienen en el proceso de
    enseñanza-aprehendizaje entendido desde la
    tridimensionalidad de la mente humana. Desenredemos un poco esta
    madeja.

    LA COMPETENCIA
    COMO UN TIPO DE ENSEÑANZA

    Actualmente entendemos que más que una
    línea de acción
    pedagógica transversalizada, la COMPETENCIA es un concepto
    directamente relacionado con el proceso de enseñanza,
    tanto que la suponemos como un tipo de enseñanza, pero no
    cualquier tipo, sino aquella enseñanza que conduce a lo
    que nosotros denominamos un APREHENDIZAJE.

    ¿Qué es un APREHENDIZAJE? Denominamos
    así a la forma en como aprenden –
    apre–h–enden, sería el término correcto
    – los seres humanos de forma exclusiva y diferenciadora del
    resto de los animales
    incluso los más evolucionados – y que implica el uso
    coordinado, sistemático y estructurado de las tres
    dimensiones de la mente humana: la dimensión afectiva,
    referida a las juicios que hacemos sobre la realidad, su valor para
    nosotros como individuos, como miembros de un grupo social;
    la dimensión cognitiva, cuya esfera de acción son
    las informaciones, saberes y relaciones que nos permiten
    comprender la realidad, simplificarla, significarla y apropiarla;
    y la dimensión expresiva, que permite al ser humano
    manifestar lo que cree, piensa, sabe, conoce, que da la
    oportunidad de hacer, transformar, practicar, fabricar las
    realidades, en síntesis, que permite conocer a otros que
    hay en mi mente. De este modo tendríamos como la
    COMPETENCIA es la enseñanza privilegiada de los seres
    humanos que permite formar, construir nuevos seres humanos,
    útiles, eficientes, para sí mismos – factor
    crucial pero sobre dimensionado actualmente – y para su
    grupo social – factor discursivo-politiquero que aun falta
    por concretar mejor – .

    ENSEÑANZAS
    DIFERENTES A LA COMPETENCIA

    En resumen, para Pedagogía Conceptual define a la
    COMPETENCIA – es decir, es su esencialidad – el
    QUERER-SABER-HACER con los afectos – valores,
    sentimientos, juicios de valor, opciones de vida –, los
    saberes – conocimientos, informaciones, pero sobre todo
    Instrumentos de Conocimiento y
    Operaciones
    Mentales – y los haceres – las expresiones, los
    lenguajes, las praxias de un ser humano – , siendo esto un
    tipo de Enseñanza único y privilegiado de los seres
    humanos. Por ser propio de los humanos diferirá de los
    aprendizajes conductuales por condicionamiento clásico u
    operante, pero, por implicar la tridimensionalidad de la mente,
    diferirá también de la Enseñanza de
    informaciones, normas y
    destrezas – modelo de enseñanza industrial, mejor
    conocido como Método Tradicional – y de los
    saber-hacer que propugna el modelo de COMPETENCIA impulsado por
    el MEN. La distancia con el primer tipo de enseñanza es
    obvia, pues el Método
    Industrial o Tradicional es propio para la Enseñanza de
    obreros, operarios y empleados cuya finalidad es saber seguir
    instrucciones, memorizarlas y aplicarlas invariablemente durante
    tres o cuatro décadas en su labor. Pero la distancia con
    el segundo tipo de enseñanza, la de los saberes-hacer, no
    parece a la vista tan obvia, y mucho menos, tan distante.
    Determinar que las COMPETENCIAS son SABERES-HACER, aunque
    tiene en cuenta muchas de las exigencias de la contemporaneidad
    que ya habíamos comentado, presenta el gravísimo
    inconveniente de que reduce todo a simplemente unas habilidades
    conscientes a nivel cognitivo, pero sin ir más
    allá, sin tocar la trascendencia del ser, lo que los
    filósofos, sociólogos y demás
    pensadores – y con lo cual muchos pedagogos estamos de
    acuerdo – denominan lo HUMANO. De esta forma el discurso sobre
    las COMPETENCIAS se ha reducido a una serie de Instrumentos y
    Operaciones Cognitivas – conocimientos y formas de procesar
    la información – aplicables en diversos contextos
    con la finalidad de resolver problemas o entender el mundo
    – los estándares curriculares son el mejor ejemplo
    – pero carentes de una visión que para nosotros es
    fundamental: ¿Para qué aprehender esos
    conocimientos y habilidades? ¿Por qué aprehender
    esos y no otros? ¿Realmente los triángulos, adverbios, polinomios,
    reacciones químicas, discursos,
    tipos de textos, me hacen mejor o peor ser humano? ¿Estos
    aprendizajes garantizarán que pueda conseguir y mantener
    un buen empleo o tener
    éxito en el mundo empresarial? Ya a mediados de los 90,
    Gardner, Goleman, Shapiro, De Zubiría y otros
    habían remarcado que la mayoría de los aprendizajes
    académicos de la escuela – de la cual los
    estándares y las competencias propuestas por el MEN no son
    más que su evolución contemporánea –,
    que el buen o mal rendimiento escolar, poco correlacionaban con
    el éxito o fracaso en la vida real, es decir, que no
    importa mucho para mi éxito laboral, profesional y
    personal si yo
    sé resolver problemas con Ecuaciones
    Diferenciales. Es aquí entonces donde entra la
    Dimensión Afectiva para realmente poder definir
    y determinar el campo de las COMPETENCIAS: Solo en la medida que
    yo sea capaz de enseñar a otros la pertinencia, utilidad,
    importancia, incumbencia, necesidad de un aprehendizaje
    cualquiera, es que este se convertirá en una
    auténtica COMPETENCIA, de lo contrario será una
    enseñanza de tipo industrial-tradicional con disfraz
    contemporáneo.

    Pero detengámonos un poco sobre esta
    situación preguntándonos ¿Por qué el
    MEN y los ministerios de educación de tantas naciones le
    apuestan a unas enseñanzas que, por muy
    contextualizadas que parezcan pueden conducir a un fracaso
    tremendo a nuestros estudiantes? Fijémonos solamente como
    los resultados de las innumerables pruebas
    censales que se aplican a nuestros estudiantes son claramente muy
    malos, pero muchos de ellos, muchos de esos estudiantes con
    "pésimos ICFES" son personas que se desenvuelven con
    fluidez y éxito en la vida social. También
    fijémonos como la mayoría de los estudiantes se ven
    más atraídos por los medios de
    información y sus mensajes que por lo que podamos citarles
    en la escuela, y cuando los emplazamos a decirnos la razón
    la respuesta es la misma: Es que lo que vemos en el colegio no
    sirve para nada, ¡Y ya llevamos unos 8 o 10 años
    trabajando por competencias y unos 3 años con
    Estándares! ¿Problema de los docentes?
    ¿Falta de dinamicidad de las instituciones?
    ¿Rebeldía extrema de nuestros estudiantes? La
    respuesta a todos estos interrogantes está en la
    desconexión de los aprendizajes, no de los contextos
    reales, sino de las expectativas, anhelos, necesidades y
    realidades presentes y futuras de nuestros estudiantes. Muy poca
    reflexión se ha dado al respecto, si al caso la
    publicación de los Estándares de Competencias
    Ciudadanas las cuales, de todas formas, no pasan de ser
    "más de lo mismo", ya que terminan convirtiéndose
    en una serie de normatividades y comportamientos que los
    estudiantes deben adoptar para ser mejores
    ciudadanos
    , o mejor, PARA ADAPTARSE al modelo que de
    ciudadano tiene un reducido grupo de ideólogos.
    ¿Pero realmente hemos indagado a nuestros estudiantes,
    hemos reflexionado sobre su futuro, sobre sus necesidades, sobre
    sus deseos? ¿O acaso nos hemos quedado en lugares comunes,
    en generalizaciones peligrosas, en prejuicios tan discriminadores
    como los de la Edad
    Media?

    TIPOS DE
    COMPETENCIAS

    Bueno, dejo a usted querido lector la anterior
    reflexión en remojo. Hasta ahora hemos determinado que la
    COMPETENCIA es un tipo de Enseñanza, único y
    exclusivo de los seres humanos que involucra las tres dimensiones
    de la mente humana, y que difiere de muchos otros tipos de
    Enseñanzas que, en síntesis, no conjugan tan
    magistralmente a la mente humana.

    No obstante para definir conceptualmente a la
    COMPETENCIA falta determinar el último, pero no por ello
    menos importante, aspecto: las clases o tipos de COMPETENCIA que
    existen.

    Varias clases de COMPETENCIAS se han trabajado desde las
    definiciones – algo imprecisas por cierto – del MEN y
    el ICFES. Una de las más socorridas clasificaciones habla
    de las COMPETENCIAS interpretativa, argumentativa y
    proposicional. En Pedagogía Conceptual
    diríamos que, aunque procesos pedagógicamente
    válidos y, de hecho, básicos en el aprehendizaje de
    las COMPETENCIAS, es una visión sesgada y claramente
    cognitivista. Tocamos aquí un punto básico para
    poder comprender algunas de las diferencias entre las
    concepciones del MEN y las nuestras: el enorme peso que se le da
    a una sola dimensión de la mente, la COGNITIVA. Al
    entender a las COMPETENCIAS solo en el marco de procesos mentales
    generales de interpretación o argumentación
    – tal como lo propone el ICFES – estaríamos
    desdeñando una serie de elementos indispensables en la
    enseñanza de COMPETENCIAS: ¿Qué es lo que se
    va a interpretar o argumentar? ¿Por qué se tienen
    que hacer interpretaciones y argumentaciones? ¿Por
    qué interpretar o argumentar unos conocimientos, afectos o
    praxias? ¿Son acaso estos los únicos procesos
    mentales superiores que puede hacer la mente humana? ¿O es
    que son los procesos centrales? Eso sin contar con que la
    argumentación y la interpretación como procesos
    mentales ÚNICAMENTE están referidos a
    operaciones de la esfera cognitiva, desligados entonces de los
    elementos afectivos y práxicos que ya sustentamos son
    pilares vitales en la enseñanza de las COMPETENCIAS. La
    razón de esta línea de pensamiento tan sesgada a la
    Dimensión Cognitiva es la Psicología Cognitiva,
    vertiente Pisopedagógica que entroniza al sistema cognitivo
    como el centro de todos los procesos mentales, que establece que
    la única forma de poder entender y transformar las
    realidades es mediante la cognición razonada y consciente,
    que determina que los humanos, ante todo PENSAMOS. En esta
    línea de ideas la tercera COMPETENCIA, la propositiva, se
    entiende como la manifestación, mediatizada por el lenguaje,
    de las interpretaciones y argumentaciones que hace el estudiante
    y que lo conducen a proponer un discurso coherente en
    sí mismo.

    Como podemos ver no es que sea, ni mucho menos, una
    visión ingenua o poco fundamentada de las COMPETENCIAS, el
    inconveniente es que es una visión demasiado cognitiva,
    que no permite la reflexión sobre la pertinencia de los
    aprendizajes, que se limita única y exclusivamente a
    OPERACIONALIZAR el proceso de
    enseñanza-aprehendizaje como el simple ejercicio de tres
    operaciones mentales, dos de ellas puramente cognitivas, la
    interpretación y la argumentación, y una
    cognitivo-expresiva, la proposición.

    Otra perspectiva más actualizada y de mayor
    profundidad, ha sido la adoptada por el MEN en el trabajo
    sobre los lineamientos y estándares de las áreas de
    ciencias
    – naturales y sociales – que establece tres tipos de
    COMPETENCIAS: Cognitivas – Procedimentales –
    Actitudinales
    . Sobre las primeras no considero necesario
    extenderme mucho, puesto que presupone la
    OPERACIONALIZACIÓN de procesos mentales como la
    interpretación, el análisis, la identificación y la
    argumentación, pero avanza claramente al introducir la
    discusión sobre la INSTRUMENTALIZACIÓN de
    una serie de saberes específicos y disciplinares, es
    decir, del aprendizaje y apropiación de un cúmulo
    de conocimientos propios de las disciplinas científicas,
    los cuales son indispensables para poder PENSAR
    científicamente.

    Mención especial merecen las COMPETENCIAS
    Procedimentales, claramente referidas a las formas como,
    para el caso particular, los científicos HACEN
    ciencia – si extendiéramos el discurso a las
    demás disciplinas, hablaríamos de HACER
    matemáticas, lenguaje,
    arte,
    práctica física, etc. –.
    Naturalmente puede surgir en usted, amigo lector, la idea que
    estas COMPETENCIAS Procedimentales son una forma de
    nominar a la Dimensión Expresiva. ¡Nada más
    erróneo! Reducir la Dimensión Expresiva a una serie
    de procedimientos y
    métodos,
    que si bien son una parte valiosa de esta dimensión que
    permite comprender una práctica y formar hábitos
    hacia la misma, deja de lado la expresión de los sentires
    y pensares propios del individuo, así como también
    coarta tremendamente la creatividad, la inventiva, la posibilidad
    de crecer e ir más allá de la simple
    repetición de "recetas", la curiosidad, la consulta, la
    investigación y el cuestionamiento
    permanente.

    Y en cuanto a las Actitudinales podríamos
    "cometer" un análogo error: asimilarlas a la
    Dimensión Afectiva. En tanto las Actitudes son
    posturas específicas hacia una realidad, posturas que
    implican juicios valorativos, podría en realidad decirse
    que la COMPETENCIA Actitudinal no es más que un
    sinónimo para COMPETENCIA AFECTIVA. Pues bien, tan solo
    diré que si creemos que solo de Actitudes está
    conformada la Afectividad Humana, estaríamos desechando
    una amplia gama de elementos tales como los SENTIMIENTOS,
    los VALORES,
    las diversas operaciones afectivas – VALORAR, OPTAR,
    PROYECTAR – así como los anhelos, expectativas,
    necesidades – las denominadas AUTODEMANDAS por los
    Psicólogos – que existen en la mente y que,
    según entendemos nosotros, son susceptibles de ser
    enseñadas – por ende aprehendidas –, moldeadas
    y transformadas para beneficio de nuestros estudiantes y de la
    comunidad en general.

    Entonces ¿qué tipos de COMPETENCIA propone
    Pedagogía Conceptual? ¿Acaso COMPETENCIAS
    Afectivas, Cognitivas y Expresivas? Durante mucho tiempo
    pensamos que justamente esa era la respuesta: una COMPETENCIA por
    cada Dimensión. Pero con el tiempo caímos en cuenta
    que eso no era otra cosa que "más de lo mismo", una
    visión que desligaba las Enseñanzas según
    una Dimensión, una forma artificial de entender el
    problema, como si realmente la mente pudiera aprehender de forma
    parcelada. ¡No!, la mente humana cuando aprehende lo hace
    por que conjuga y estructura de
    forma coherente y sistemática las tres dimensiones de la
    mente – notable diferencia con la propuesta de los
    Estándares de Ciencias – además que –
    ¡tremendo descubrimiento! – ENTRONIZA no a la
    Dimensión Cognitiva sino a la Afectiva como el gatillo, el
    mecanismo disparador de todo aprehendizaje humano. Esto
    implicó una secuencia en el proceso de
    enseñanza-aprehendizaje que privilegiaba la
    "afectación" de la Dimensión Afectiva – ver
    documento Una Propuesta Didáctica Innovadora –, pero
    también generó la siguiente reflexión: Si
    toda COMPETENCIA involucra las tres dimensiones ¿Entonces
    no existen clases de COMPETENCIAS? ¿Entonces las
    COMPETENCIAS son las mismas en Matemática, Ciencias, Relaciones
    Laborales, Afectividad Interpersonal, Proyecto de
    Ciudadanía, por solo mencionar algunos de
    los tantos aspectos susceptibles de enseñar a nuestros
    estudiantes?

    LAS
    COMPETENCIAS EN LAS REALIDADES POPPERIANAS

    La reflexión generada por los anteriores
    cuestionamientos nos llevaron a descubrir que las COMPETENCIAS
    son las formas en como enseñamos – y aprehendemos
    – a interactuar eficientemente con la realidad – algo
    que ahora resulta bastante obvio, y que viéndolo desde
    esta perspectiva rescata el contexto que tanto defiende el
    MEN –, pero entonces surge la pregunta ¿Qué
    es la realidad? Diríamos que REALIDAD es todo
    aquello con lo cual la mente humana interactúa, todo
    situación, evento, fenómeno, ser,
    información, conocimiento que la mente percibe, procesa,
    que la afecta. Viéndolo así entonces
    tendríamos tantas COMPETENCIAS como realidades podamos
    evidenciar. Esto claramente lleva a la siguiente pregunta
    ¿Entonces el número de COMPETENCIAS es infinita?
    Claramente esto sería un absurdo, pues jamás
    estaríamos en capacidad de determinar unas
    Enseñanzas específicas, y terminaríamos
    cayendo en el peligroso relativismo constructivista, que propugna
    que cada ser humano conoce las realidades de forma particular y
    sus aprendizajes son estrictamente individuales – algo
    bastante injusto con la historia cultural de la
    humanidad –.

    La respuesta equilibrada la encontramos en el trabajo
    monumental del filósofo Karl Popper,
    quien propugna que las realidades humanas – es importante
    admitir que no hay solo una, así como tampoco hay una sola
    inteligencia
    – se pueden agrupar en tres grandes
    categorías:

    • Realidades o Mundo 1: Referida a todos los eventos,
      fenómenos y situaciones susceptibles de ser percibidos
      de forma directa por lo órganos de los sentidos.
      Aquí introducimos entonces todos los aspectos naturales,
      técnicos y tecnológicos.
    • Realidades o Mundo 2: Denominado también como
      el Mundo de las Subjetividades Humanas. Aquí estamos
      hablando de las valoraciones, los sentimientos, los valores,
      las relaciones. El aprehendizaje de COMPETENCIAS en los
      ámbitos intrapersonal, interpersonal y sociogrupal
      – dentro del cual enmarcaríamos las Competencias
      Ciudadanas – es el propósito básico en esta
      realidad
    • Realidades o Mundo 3: Popper denomina a este el
      "Mundo de las Ideas", refiriéndose a todas las
      creaciones culturales propias y exclusivas del ser humano: las
      artes, las ciencias, la filosofía, el lenguaje, por solo
      citar algunos.

    De esta manera las COMPETENCIAS
    serían:

    1. COMPETENCIAS Mundo 1 (Realidades Objetuales –
      Naturales – Práxicas)
    2. COMPETENCIAS Mundo 2 (Realidades Intra – Inter
      – Socio Subjetivas)
    3. COMPETENCIAS Mundo 3 (Realidades
      Culturales)

    Obviamente cada uno de estos tipos se subdivide en las
    múltiples disciplinas, artes, ciencias y oficios que la
    cultura humana
    ha creado a lo largo de milenios, COMPETENCIAS necesarias hoy y
    en futuro, cercano o lejano. Por supuesto, en cada uno de estos
    ámbitos será fundamental enseñar – y
    lógico, aprehender – lo afectivo, lo cognitivo y lo
    expresivo, para que así nuestros estudiantes sean
    COMPETENTES.

    Pero además de responder de forma muy clara y
    evidenciable los ámbitos en los cuales formar en
    COMPETENCIAS, la reflexión sobre los Mundos nos
    llevó más allá. Ya anteriormente
    había citado a Gardner en el contexto de las necesidades
    afectivas del proceso de enseñanza-aprehendizaje. Ahora lo
    citaré en, tal vez, la discusión por la que
    más se le conoce: La teoría
    de las múltiples inteligencias. Gardner propugna por una
    multiplicidad de inteligencias, oponiéndose por tanto al
    concepto tradicionalmente aceptado que postulaba una sola
    inteligencia. A mediados de los 80 este autor propone que hay al
    menos 7 tipos de inteligencias – hoy en día ya
    considera 9: lingüística,
    lógico-matemática, musical, espacial,
    kinestésico-corporal, interpersonal, intrapersonal,
    naturalista y existencia– en los cuales los seres humanos
    se desempeñan, pero, aun más importante, determina
    que no todas las personas son igualmente COMPETENTES en
    las 7 o 9, sino que algunos lo son más en unas y menos en
    otras. Siendo así, las COMPETENCIAS no son tan
    generalizables y, según nuestra concepción actual
    de los tipos de COMPETENCIA, existe la necesidad de determinar
    con claridad en cuáles ámbitos es más
    COMPETENTE un ser humano, dar auténtica respuesta a las
    preguntas del tipo ¿Para qué aprehender esos
    conocimientos y habilidades? ¿Por qué aprehender
    esos y no otros? ¿Realmente los triángulos,
    adverbios, polinomios, reacciones
    químicas, discursos, tipos de textos, me hacen mejor o
    peor ser humano? ¿Estos aprendizajes garantizarán
    que pueda conseguir y mantener un buen empleo o tener
    éxito en el mundo empresarial?

    Esta idea, que actualmente desarrolla la
    Pedagogía Conceptual, se denomina la TEORÍA DEL
    TALENTO HUMANO, pero hablar de ella nos tomaría tanto
    espacio y tiempo que desbordaría por completo el objeto de
    este artículo.

    LAS
    COMPETENCIAS SEGÚN EL TIPO DE ESTRUCTURA
    MENTAL

    No obstante esta –ahora – evidente
    clasificación de las competencias según las
    realidades, existe un segundo criterio de tipificación que
    ha inquietado por mucho tiempo no solo a la Pedagogía
    Conceptual, sino en general a todos los enfoques
    pedagógicos contemporáneos, y es el de la forma en
    como la mente estructura los conocimientos, destrezas,
    habilidades o, en el contexto de nuestro análisis, las
    COMPETENCIAS.

    Según los estudios llevados a cabo por muchos
    psicopedagogos – Ausubel, Novack,
    Feuerstein, De Zubiría, etc. – la mente humana
    estructura y procesa la realidad de dos maneras complementarias e
    interdependientes: como instrumentos y como
    operaciones.

    Vamos a analizarlas por separado aun cuando, como ya
    hemos comentado, en la mente los aprehendizajes se dan por la
    complementariedad de estas dos herramientas de la
    mente:

    Instrumentos y Competencias
    Instrumentales

    Los instrumentos y las operaciones son mecanismos o
    herramientas mentales que implican un procesamiento de
    informaciones, afectos, habilidades, etc., que aprehendemos
    culturalmente. La particularidad de los instrumentos es que ellos
    se circunscriben a una realidad muy puntual y específica,
    muy disciplinar si se quiere ver de esa manera. Así,
    cuando hablamos del aprehendizaje del concepto MAMÍFERO,
    desde los enfoques pedagógicos contemporáneos,
    estaríamos tratando del aprehendizaje de un Instrumento de
    Conocimiento, puesto que se refiere a una realidad bastante
    específica y disciplinar, en este caso, la de un concepto
    que hace parte de las ciencias naturales y se refiere a un tipo
    específico de animales. Hasta este punto necesariamente
    surge una pregunta ¿Qué hace que no llamemos a esto
    información o conocimiento sino Instrumento de
    Conocimiento?, si determinamos aprehender MAMÍFERO como un
    Instrumento de Conocimiento ¿En qué diferirá
    este aprehendizaje de los tradicionales aprendizajes de la
    escuela industrial-tradicional? Las respuestas a estas preguntas
    se resumen en una sola: Al aprehender el concepto MAMÍFERO
    como un Instrumento de Conocimiento, no nos quedamos con la
    memorización de una simple definición, por ejemplo,
    LOS MAMÍFEROS SON ANIMALES HOMEOTERMOS CUBIERTOS DE
    VELLO,
    sino que entramos a establecer – enseñar
    y aprehender – una serie relaciones claras con respecto a
    los MAMÍFEROS. El aprehendizaje del concepto
    MAMÍFERO pasa por:

    1. Reconocer las características de los
      MAMÍFEROS
    2. Diferenciar a los MAMÍFEROS de otros animales
      en la naturaleza
    3. Clasificar a los MAMÍFEROS dentro de una
      tipología de animales específicas
    4. Reconocer las diversas clases – especies
      – de MAMÍFEROS existentes
    5. Saber identificar si un animal cualquiera es un
      MAMÍFERO o no
    6. Entender la forma en como los MAMÍFEROS se
      relacionan con otros animales y con su
      hábitat

    Y muy posiblemente algunas otras ideas más. Como
    podemos ver aquí, no se trata de memorizar, sino de
    interrelacionar una amplia gama de conocimientos e informaciones,
    de hacer diversos procesamientos mentales – identificar,
    reconocer, diferenciar, clasificar, comparar, entender –
    teniendo como eje el concepto MAMÍFERO, de usar este
    conocimiento en posibles situaciones contextuales y realistas.
    Pero no solo eso. También es parte del aprehendizaje de un
    concepto – por caso – el que en la mente formemos una
    ESTRUCTURA que nos permite "ver" mentalmente un esquema que nos
    resuma todos estos "contenidos", que nos permita relacionarlos y
    operacionalizarlos y que, en última instancia, nos de la
    oportunidad de "transferir" este Instrumento a nuestra estructura
    mental general, es decir, que entre a hacer parte de nuestros
    "discursos" o mejor, nuestros aprehendizajes, y estemos en la
    capacidad de encadenarlos con los demás aprehendizajes que
    hemos formado a lo largo de nuestra vida.

    Cuando el estudiante sea capaz de hacer todo esto,
    entonces podremos decir que él (ella) aprehendió el
    concepto MAMÍFERO y, según lo que actualmente
    entendemos en Pedagogía Conceptual, este estudiante
    habrá formado una COMPETENCIA INSTRUMENTAL, ha sido capaz
    de estructurar su mente en torno a una realidad puntual y
    específica que le permitirá comprender la realidad,
    modificarla, resolver situaciones, etc.

    Por esta vía, parecería evidente que el
    número de COMPETENCIAS por desarrollar en nuestros
    aprendices sería enorme, casi infinita, sin embargo, si
    recordamos lo comentado en las secciones finales del apartado
    LAS COMPETENCIAS EN LAS REALIDADES POPPERIANAS, es tarea
    del docente y la institución determinar cuáles son
    los Instrumentos que debe aprehender un ser humano en dependencia
    de sus expectativas, pasiones, intereses, anhelos, capacidades,
    en síntesis, de sus TALENTOS.

    Para cerrar esta sección vale la pena comentar
    que podemos formar – por tanto enseñar y, lo
    más importante, aprehender – instrumentos tanto de
    las tres realidades como de las tres dimensiones, es decir,
    procesos mentales puntuales y específicos de índole
    afectiva – Instrumentos Afectivos como los Sentimientos o
    los Valores – cognitiva – las nociones, los conceptos
    – las categorías – y expresiva –
    básicamente los lenguajes – en las realidades
    naturales, físicas, interpersonales, culturales,
    científicas, artísticas, etc.

    Operaciones y Competencias
    Operacionales

    Otra ruta pedagógica, asumida por enfoques
    contemporáneos tal como la Modificabilidad Estructural
    Cognitiva propuesta por Reuven Feuerstein, es el de
    enseñar y aprehender no instrumentos sino Operaciones, es
    decir, formas de procesamiento general de las informaciones, los
    conocimientos, en síntesis, de las realidades, pero sin la
    necesidad de inscribirse a una especificidad de índole
    disciplinar.

    Así se enrruta entonces el proceso de
    enseñanza-aprehendizaje a trabajar en Operaciones o
    procesamientos mentales tales como la lectura, la
    escritura, el
    análisis, la síntesis, las comparaciones, las
    clasificaciones, etc., sin importar mucho a que conocimientos o
    realidades concretos nos podemos referir.

    De esta manera, cuando trabajamos en la operación
    CLASIFICAR, la idea es que en la mente del estudiante se forme
    una clara concepción de lo que implica el proceso de
    clasificar: ¿qué es clasificar? ¿cómo
    se clasifica? ¿existen formas de clasificación?
    ¿cuántas y cuáles? ¿cómo hacer
    uso de ellas? ¿qué criterios se asumen en un caso
    dado?

    De nuevo vemos que la situación no es un simple
    definir qué es una operación X , sino relacionarla,
    formarse una estructura en la mente, saber como, cuando y donde
    emplearla, dar razón de porqué se implementa de un
    modo concreto y no
    de otro, etc.

    Igual que con las COMPETENCIAS INSTRUMENTALES, solo
    podremos decir que nuestro estudiantes son COMPETENTES
    OPERACIONALMENTE cuando se encuentren en capacidad de hacer todos
    estos procesamientos mentales.

    De nuevo, y al igual que con las COMPETENCIAS
    INSTRUMENTALES, las OPERACIONALES existirán en las tres
    realidades y dimensiones, pudiendo tener procesamientos de
    índole cognitiva – ampliamente estudiados como leer,
    comparar, analizar, identificar, etc. – afectiva –
    poco estudiadas a nivel pedagógico pero si mucho a nivel
    psicológico y entre las cuales destacaríamos
    valorar, optar – y expresiva – escribir, exponer,
    manifestar, explicar – en todas las realidades ya por
    nosotros conocidas.

    Pero ya vistas estas dos clases cabe preguntar
    ¿por qué estudiarlas por separado? ¿acaso
    los seres humanos no procesamos mentalmente de ambas maneras y de
    forma simultanea? Es por esta razón que en un principio
    establecí que eran dos formas interdependientes y
    complementarias, es decir, no podemos INSTRUMENTALIZAR sin el
    auxilio de las operaciones mentales – ¿cómo poder
    reconocer las diversas especies de MAMÍFEROS si no
    sé como CLASIFICAR? – así como tampoco soy
    capaz de OPERACIONALIZAR sin echar mano de los instrumentos
    – por caso y tomándolo al contrario,
    ¿cómo saber CLASIFICAR sino tengo unas realidades a
    las que pueda aplicarlo? –. Así, lo que tenemos es
    rutas pedagógicas y didácticas que enfatizan uno de
    los modos de abordar las COMPETENCIAS por sobre el otro, pero sin
    desconocer la necesidad y realidad del otro tipo.

    Modelos como Aprendizaje
    Significativo, la Enseñanza para la
    Comprensión, asumen el proceso de
    enseñanza-aprehendizaje de COMPETENCIAS INSTRUMENTALES
    preferencialmente. Modificabilidad Cognitiva o Aprendizaje Basado
    en Problemas se ocupan de hacerlo desde las COMPETENCIAS
    OPERACIONALES.

    En Pedagogía Conceptual entendemos que estas
    visiones son claramente parcializadas y, aunque sus
    implementaciones han dado positivos resultados, definitivamente
    la enseñanza de las COMPETENCIAS no se puede restringir a
    solo una de estas tipologías, so pena de caer en el
    clásico error de la parcelación del conocimiento,
    tan desacreditada por todos los científicos,
    filósofos y pensadores de nuestros tiempos.

    A MODO DE
    CONCLUSIÓN

    Hemos echado un somero vistazo al concepto de
    COMPETENCIA, desde su evolución en las definiciones de
    Noam Chomsky hasta nuestros días, y hemos visto como
    Pedagogía Conceptual ha logrado presentar un primer
    intento serio de conceptualización es esta compleja
    materia.

    Pero esto es solo el inicio. Es mucho el camino por
    recorrer, es mucha la información por procesar, hay
    bastante material que profundizar, analizar y discutir. Los
    invito a todos, defensores y detractores de las COMPETENCIAS en
    la educación, a que abran los espacios para el debate, el
    análisis y la apropiación de este conocimiento tan
    trascendental en nuestro contemporáneo trabajo
    educativo.

    BIBLIOGRAFÍA

    De Zubiría, Miguel y otros. Enfoques
    Pedagógicos y Didácticas Contemporáneas.
    Fundación Internacional de Pedagogía Conceptual
    Alberto Meran. Bogotá 2004

    ______________________Pedagogía Conceptual.
    Desarrollos filosóficos, pedagógicos y
    psicológicos. Fondo de publicaciones Bernardo Herrena
    Merino. Fundación Alberto Merani. Bogotá
    2002

    ______________________Pedagogías del siglo XXI.
    Mentefactos I, el arte de pensar para enseñar y de
    enseñar para pensar. Fondo de publicaciones Bernardo
    Herrena Merino. Fundación Alberto Merani. Bogotá
    1998

    Gardner, Howard. Memorias
    Primer Encuentro de Grandes Maestros. Maloka. Bogotá Marzo
    19 de 2004

    Goleman, Daniel. La inteligencia
    emocional. José Vergara. Bogotá.
    1995

    Ministerio de Educación Nacional –
    Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación
    Superior. Nuevo Examen de Estado para el
    Ingreso a la Educación Superior – Cambios para el
    Siglo XXI. Ciencias Naturales. Bogotá 1999

    _________________________. Nuevo Examen de Estado para
    el Ingreso a la Educación Superior – Cambios para el
    Siglo XXI. Sociales y Filosofía. Bogotá
    1999

    ________________________. Programa de
    evaluación de la educación
    básica – Pruebas SABER – Lenguaje y
    matemáticas – Grados 3, 5, 7 Y 9 –
    Fundamentación Conceptual. Bogotá 2003

    _______________________. Matemáticas Escolares:
    Aportes para orientar el proceso de innovación. Bogotá 2003

    _______________________. Leer y escribir en la escuela:
    Algunos escenarios pedagógicos y didácticos para la
    reflexión. Bogotá 2003

    _______________________. Guía de
    Orientación Pruebas SABER 2003. Bogotá
    2003

    Shapiro, Lawrence E. ¿Qué es la
    inteligencia emocional? Javier Vergara Editores. Buenos Aires
    1997

    Toffler, Alvin. El cambio del
    poder. Ed. Plaza y Janes. Barcelona 1992

    ANEXO
    – MENTEFACTO CONCEPTUAL DE
    COMPETENCIAS

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    Germán Darío Silva
    Giraldo

    Químico U.Nal de Colombia

    Coordinador Académico Fundación
    Internacional de Pedagogía Conceptual Alberto Merani

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